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¿Se debe hacer un referendo sobre adopción homoparental?

Desde hace algunos años en Colombia, en gran parte por lo que significó negociar y firmar el acuerdo
de paz con las FARC, se ha cambiado el panorama político. Hemos presenciado cómo se ha
polarizado el tablero de juego y cómo han ganado relevancia partidos de corte conservador. Es así,
que personajes como el exprocurador Alejandro Ordoñez o la exsenadora Viviane Morales se han
convertido en la viva representación del rechazo por el cambio y en su lugar han tratado de hacer que
los colombianos volvamos al pasado, que se discuta lo ya discutido y que se cuestione lo que se había
decidido.
Es el caso de Morales, que en Mayo de 2017 trajo al ojo del huracán un tema tan sensible como
polémico cuando propuso que mediante Referendo se preguntara a los colombianos acerca de la
adopción homoparental. Todo esto a pesar de que en Colombia desde hace años se viene sentando
una variada jurisprudencia a partir de sentencias de la Corte Constitucional que han reconocido que
la homosexualidad no tiene nada que ver con la idoneidad para criar hijos y que el concepto de familia
se ha reconfigurado a las nuevas realidades. Sin embargo, la exsenadora argumentó en su momento
que en tanto vivimos en un Estado Democrático, debía ser el pueblo quien decidiera por medio del
Referendo sobre un asunto que concierne a la sociedad.
Pero mas allá de toda la discusión moral e ideológica que subyace al asunto, surge del debate entonces
otra cuestión ¿es bueno y oportuno que el pueblo, que las mayorías, tengan la capacidad de decidir
acerca de lo que concierne a la esfera privada de un grupo minoritario? ¿acaso puede el pueblo
soberano decidir lo que le parezca aun cuando esto pueda ir en contravía del bienestar de una facción
de él mismo? En otras palabras, para el caso particular ¿es el referendo un mecanismo de participación
idóneo para tomar esa clase de decisiones en una sociedad democrática?
Por varias razones, la respuesta es no. El referendo, aunque previsto por la actual Constitución
como mecanismo de participación democrática no es, en el caso de la adopción homoparental,
un mecanismo que garantice la democracia porque no tiene en cuenta una realidad compleja
que no puede resumirse al planteamiento de la mayoría simple o absoluta y en cambio se
constituye en un vicio de la democracia, lo que se ha llamado Tiranía de la Mayoría.
Colombia, según la Constitución de 1991, es un Estado Social de Derecho lo que significa que su
propósito es buscar garantizar el bienestar de los ciudadanos y esto lo hace a través de la protección
de los Derechos Humanos, partiendo a la vez de la Dignidad Humana como cualidad inherente a
todos los seres humanos, lo que significa que cada ser es digno y tiene Derechos. Entonces, por
supuesto, los derechos no son tema de opinión, ni de política pública, ni pueden ser excluyentes. Estos
deben ser garantizados a todas las personas sin distinción y además deben ser progresivos, es decir,
que debe buscarse avanzar y jamás retroceder en su reconocimiento y protección.
Todo lo anterior resume en buena parte los pilares en los que se basa nuestra democracia. Es por esta
razón por la que el infame referendo no es democrático. En primer lugar, este mecanismo supone que
se le pregunte a la mayoría sobre asuntos que conciernen a una minoría. En el caso de las parejas
homosexuales hablamos de su derecho a una vida digna y a formar una familia. Puesto en otra
perspectiva, se le estaría dando a la gente el poder de elegir si un grupo de personas puede o no
conformar una familia y en ese sentido si se les garantiza o no ese derecho.
En segundo lugar, siguiendo el planteamiento inicial de la dignidad humana, que es fundamento de
nuestra igualdad, y sabiendo que lo que está en juego son los derechos de una minoría, utilizar el
referendo supondría ir en contra del principio de pluralismo de la democracia. Además, la igualdad
no solo implica el reconocimiento de que las personas somos pares, sino que parte de una realidad en
la que las oportunidades y el contexto condicionan a las personas, de forma que para alcanzar la
igualdad real (no la jurídica) es necesario abordar el concepto de equidad, que busca que cada quien
obtenga lo que necesita para llegar ahí. En ese sentido, no es igualitario ni equitativo que por medio
de una norma los homosexuales no puedan conformar una familia en tanto la procreación natural no
está a su alcance.
También es importante considerar que el referendo no es un simple tema de opinión pues este tiene
implicaciones reales que se derivan en normas o leyes. Cuando hablamos del Estado sabemos de
antemano que este no solo busca el bienestar de las personas a través de la garantía de los Derechos,
sino que este impone normas de carácter restrictivo para garantizar la libertad de las personas, lo cual
es parte esencial de una sociedad democrática. Es bien sabido que el criterio con que el Estado limita
el actuar de las personas tiene que ver con la existencia de un daño necesario, es decir, de una
causalidad directa entre un actuar y un perjuicio.
Pero ¿qué pasa si la decisión del pueblo deriva en una norma que prohíbe algo que no se ha
demostrado como un daño necesario? ¿ sería democrático prohibir la adopción sin haber pruebas de
que hay un perjuicio a los niños derivado de la homosexualidad? ¿Se puede pedir al pueblo que decida
aunque la Corte Constitucional haya establecido ya que la homosexualidad per sé no puede ser
relacionada especulativamente como un factor negativo o positivo en la crianza?
Por último, a pesar de que la idea clásica de que en la democracia el poder recae en el pueblo, no se
puede a día de hoy desconocer que con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que las masas son
susceptibles de ser influenciadas. No hay garantía de que las decisiones mayoritarias sean el reflejo
de la voluntad individual pura y de la certeza de lo que es mejor para cada uno. Las decisiones de las
personas no siempre están motivadas por un ejercicio de reflexión y muchas veces están
condicionadas por la percepción del entorno. Entonces cabe preguntarse ¿qué tan idóneo es el pueblo
para tomar decisiones cuando lo que está en juego trata temas de credo? ¿qué tanta influencia puede
tener en la decisión de las personas que las figuras públicas de la política, o sea sus representantes,
promuevan mediáticamente ciertas ideologías?
Finalmente y para concluir, hay que recordar que las sociedades no son inmutables, por el contrario
se está en constante evolución y revisión y no puede darse por sentado que todo lo que se estableció
en el pasado es aplicable al presente. Es por eso que a pesar de que el referendo es un mecanismo de
participación democrática previsto desde la norma de normas, la Constitución, no puede ser aplicado
siempre. Como se ha podido observar, emplearlo en el caso de la adopción homoparental no sería
democrático ni pertinente.

Bibliografía
Acevedo-Correa, L., Marín-Castillo, J., Heredia-Quintana, D., Gómez-Vargas, M., Múnera-Rúa, N.,
Correa-Sierra, L., & Medina, J. (2018). La adopción homoparental en Colombia:
presupuestos jurídicos y análisis de la idoneidad mental. Anuario de Psicología Jurídica,
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Palacios, S. M. (2016). Principios de equidad e igualdad: una perspectiva inclusiva para la atención
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Sanín, F. G., & Acuña, F. (2009). La Política de los referendos en los países andinos: apelación al
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