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BENJAMIN ESTY
La aviación es un gran negocio en el que trabajar, siempre que uno cuente con dinero infinito, con una
confianza ilimitada en la propia capacidad para que todo salga bien la primera vez que se intenta, con una
determinación inquebrantable y con nervios de acero1.
La dirección de Airbus anunció los primeros pedidos del A3XX durante el Salón
Aeronáutico semestral celebrado en Farnborough (Inglaterra) el mes de julio de 2000. Noël
Forgeard, consejero delegado de la sociedad, informó allí que las compañías aéreas Air France,
Emirates Airlines e International Lease Finance Corporation habían decidido comprar diez, siete
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y cinco aviones respectivamente, y que había otros treinta pedidos pendientes de confirmación .
Esos pedidos iniciales eran una señal positiva, aunque en absoluto inesperada, con respecto al
futuro de la nueva aeronave. Sin embargo, la cuestión más importante consistía en determinar si
habría suficiente demanda a largo plazo para justificar su lanzamiento industrial. La dirección de
la compañía pensaba que podría alcanzarse el umbral de rentabilidad del proyecto (calculado
según el método de flujos de caja sin descontar) con la venta de 250 aviones y, además, que
podrían venderse hasta 750 unidades durante los veinte años siguientes4. Por aquel entonces,
Airbus preveía una demanda por encima de los 1.500 aviones jumbo de máxima capacidad
durante los veinte años próximos, lo cual generaría unas ventas superiores a los 350.000 millones
El caso de LACC número 202-S17 es la versión en español del caso de HBS número 9-201-028. Los casos de HBS se
desarrollan únicamente para su discusión en clase. No es el objetivo de los casos servir de avales, fuentes de datos
primarios, o ejemplos de una administración buena o deficiente.
Copyright 2000 President and Fellows of Harvard collage. No se permitirá la reproducción, almacenaje, uso en
planilla de cálculo o transmisión en forma alguna: electrónica, mecánica, fotocopiado, grabación u otro procedimiento, sin
permiso de Harvard Business School
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
de dólares5. Dado el hecho de que Airbus había conseguido, por primera vez en el año 1999, más
de la mitad de los pedidos de nuevos aviones de pasajeros, si además lograba hacerse con más de
la mitad del mercado de aviones de tamaño muy grande gracias al A3XX, su gran éxito financiero
estaría asegurado y haría que Airbus se consolidase como la empresa líder del sector de la
aviación comercial.
En conjunto, en el año 1999, ambas empresas suministraron al mercado 889 aviones, entre
los que se encontraban aviones de un solo pasillo y capacidad para 100-200 pasajeros y aviones
Boeing 747-400 de dos pasillos con capacidad para más de 400 pasajeros. En el Anexo 2 se
presenta un gráfico con dibujos de las flotas de Boeing y de Airbus. Boeing era entonces la
empresa fabricante de alrededor del 85% de la flota mundial del sector y, en el pasado, había
conseguido regularmente del sesenta al setenta por ciento de los pedidos y de las entregas, hasta
que muy recientemente la compañía Airbus empezase a hacerse con importantes cuotas de
mercado. En el Anexo 3 se pone de relieve la evolución histórica de las entregas y la situación de
los pedidos de un grupo específico de aviones de pasajeros.
La compañía Boeing
Boeing había estado a la cabeza del sector de la aviación civil durante más de cincuenta
años. Gracias a los B17 y B29 de la II Guerra Mundial y a los B52 de la guerra fría, Boeing había
aprovechado al máximo su experiencia en fabricación y en defensa para convertirse en el primer
productor mundial de aviones de carácter comercial. Las ventas de aviones comerciales
representaban las dos terceras partes de los ingresos de la compañía, mientras que el resto de los
ingresos provenía de la venta de aviones militares, misiles y sistemas espaciales. El notable
aumento de la demanda y el desarrollo de sus actividades hicieron que el beneficio neto de 1999
fuera el doble del registrado en el año 1998. En el Anexo 4A se ofrecen los últimos estados
financieros de Boeing.
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Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
La flota aérea de Boeing estaba formada por catorce modelos pertenecientes a cinco
grandes familias de aviones, cada una de las cuales utilizaba tecnologías de alguna manera
exclusivas. El avión estrella de la flota de Boeing era el 747-400, cuya capacidad era de 420
pasajeros en la modalidad estándar de tres clases. Sin embargo, existían más de treinta modelos
denominados de “alta densidad”, operativos en las rutas asiáticas, que podían dar cabida hasta a
550 pasajeros. La decisión de Boeing de desarrollar el modelo 747 en el año 1965 se consideró, de
manera generalizada, una apuesta temeraria que podía poner en peligro el futuro de la compañía
a causa de un producto que todavía estaba por probar. El 747 era más del doble de grande que el
707, el mayor avión que por aquel entonces estaba en servicio, y Boeing tenía sólo veinticinco
pedidos en firme en el momento en que dio luz verde a la construcción del avión. No obstante,
cuando Boeing anunció el pedido inicial de veinticinco aviones, la cotización de sus acciones
subió un 5,1 por ciento7. También en aquel momento, la compañía preveía que su lanzamiento le
costaría alrededor de 1.500 millones de dólares, así como unas ventas de más de setecientos
aviones en el año 19808. A pesar de ese gran optimismo, el lanzamiento industrial del nuevo avión
fue muy difícil y casi provocó la quiebra de Boeing. Así, cabe hacer la cita siguiente:
Los problemas de Boeing con el avión 747 parecen no tener nunca fin … (y casi)
pusieron en peligro la supervivencia de la compañía … Boeing no sólo tuvo que pagar
enormes penalizaciones por retrasos en las entregas, sino, lo que es aún peor, que no
recibió los últimos y mayores pagos aplazados hasta que no entregó los últimos aparatos.
Al estar falta de unos adecuados … flujos de caja, Boeing se encontró con que carecía de los
fondos propios necesarios para financiar el enorme programa de construcción de aviones
747 todavía a medio terminar9.
Más de treinta años después, la demanda del modelo 747 seguía siendo muy importante. Boeing
entregó 47 aviones en el año 1999, a un precio medio de 150 millones de dólares por avión, y
contaba con una cartera acumulada de pedidos de otras 74 aeronaves.
Airbus Industrie
Airbus se constituyó en el año 1970 como un consorcio formado por las principales
compañías aeroespaciales de Alemania (Deutsche Aerospace, en la actualidad una filial de
Daimler-Chrysler conocida con el nombre de DASA), de Francia (Aerospatiale Matra), de
Inglaterra (Hawker Siddeley de Gran Bretaña, más tarde denominada BAE Systems) y de España
(Construcciones Aeronáuticas, CASA), y cuya sede social se encontraba en Toulouse (Francia). A
través del consorcio, los cuatro socios compartían sus propios recursos y tecnologías con el fin de
fabricar una gama de aviones comerciales más competitiva. A pesar de que Airbus funcionaba
como una organización comercial, los socios desarrollaban y fabricaban individualmente los
componentes y las piezas de aviones. Así por ejemplo, BAE producía las alas en Gran Bretaña,
mientras que DASA se encargaba del montaje final del producto en Hamburgo. Los gobiernos
respectivos de las cuatro compañías tenían grandes intereses en el consorcio, ya que éste daba
empleo a unos 37.000 trabajadores y les suministraba aviones militares y sistemas espaciales. Por
otra parte, los gobiernos de Francia y de España poseían directamente participaciones financieras
en las empresas asociadas. Al ser una sociedad colectiva internacional, Airbus no estaba obligada
a publicar anualmente estados financieros pormenorizados, pero algunos analistas calculaban que
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202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
sus ventas fueron de unos 16.700 millones de dólares y que sus beneficios antes de intereses e
impuestos (EBIT) fueron del orden de los 900 millones de dólares en el año 1999 (véase el Anexo
4A).
Con el paso del tiempo, la estructura de sociedad colectiva internacional se fue haciendo
cada vez más difícil de gestionar, lo cual limitaba la capacidad del consorcio para reducir costes y
financiar su desarrollo. Con el propósito de dar respuesta a esos problemas, los tres socios
continentales europeos se fusionaron y crearon una nueva sociedad denominada European
Aeronautic Defense and Space Company (EADS). La nueva empresa dio inicio a sus actividades
en el mes de julio de 2000, mediante una oferta pública inicial de venta de acciones (OPV) por
valor de 1.600 millones de euros. En el Anexo 4B se ofrecen los estados financieros provisionales
consolidados de EADS. Asimismo, los socios de la empresa preveían constituir en Francia una
nueva sociedad denominada Airbus Integrated Company (AIC), que se encargaría de todas las
actividades relacionadas con el avión Airbus. Cuando se constituyera en el mes de enero de 2001,
EADS y BAE Systems tendrían unas participaciones respectivas en la nueva sociedad del 80 y del
20 por ciento.
Desde un principio, Airbus se hizo famosa por su diseño innovador y por sus tecnologías
avanzadas. Su primer avión, el A300, sirvió de plataforma para varios modelos posteriores que
combinaban diversas gamas y capacidades. En el año 1999, la compañía contaba con una flota
formada por nueve modelos básicos (véase el Anexo 2), con una base de clientes de 171
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operadores aéreos y con una cartera acumulada de pedidos de 1.445 aviones . Todos los aviones
Airbus utilizaban una tecnología denominada de “vuelo por cable”, que sustituía a los controles
informáticos en los enlaces mecánicos entre el piloto y las superficies de control de la aeronave.
Esta tecnología se complementaba con un diseño común de cabinas que permitía una
“cualificación múltiple de la tripulación”, gracias a la cual los pilotos estaban autorizados a volar
en aparatos similares. Así por ejemplo, los pilotos podían volar y mantener su certificación en
diversos aviones, incluidos el A3XX, el A340 y el A330. Esa posibilidad de programar las
tripulaciones de vuelo de manera intercambiable entre varios modelos de avión permitió lograr
una mejor utilización de los pilotos y unos menores costes de formación. Esas ventajas ayudaron
a explicar por qué Airbus había recibido más de la mitad de la cifra total de pedidos de grandes
aviones comerciales por primera vez en el año 1999, así como por qué una de las publicaciones
más importantes del sector había declarado recientemente lo siguiente: “Airbus ha ganado la
partida y se convertirá en la primera empresa mundial fabricante de aviones comerciales”11.
El Airbus A3XX
Airbus comenzó a examinar la posibilidad de crear un avión jumbo en el año 1990. Al
principio, Boeing y Airbus realizaron conjuntamente un estudio de viabilidad de dicho avión,
pero Boeing abandonó el proyecto en 1995 debido a que era demasiado costoso y arriesgado,
teniendo en cuenta la gran incertidumbre que había con respecto a la demanda13. Airbus siguió
adelante con la fase de desarrollo del proyecto y terminó el diseño básico en 1999. La compañía
tenía previsto lanzar al mercado una familia de aviones formada por modelos específicos para
transporte de pasajeros y de carga. El primer modelo tendría capacidad para 550 pasajeros en la
configuración estándar de tres clases y podría realizar vuelos sin paradas en trayectos como
Sydney y Los Ángeles, Singapur y Londres o Nueva York y Tokio, las mismas rutas en las que en
ese momento prestaban sus servicios los aviones 747. También estaba prevista la construcción de
otro modelo de avión de mayor alcance que pudiera volar sin paradas desde la costa Este de
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Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Estados Unidos hasta Sydney o Singapur. Ambas versiones contarían con dos pisos totalmente
destinados a los pasajeros y con un tercer piso capaz de almacenar los equipajes y la carga y de
ofrecer servicios a los pasajeros como, por ejemplo, bares, un gimnasio o duchas. En el Anexo 5 se
presentan dibujos con algunas características interiores del A3XX.
Si se compara con el 747, puede comprobarse que el A3XX tendría más espacio por
asiento y pasillos más anchos. Airbus pensaba que esas ventajas atraerían a muchos pasajeros,
especialmente en las rutas más largas. Otros pasajeros, sobre todo los de los vuelos transpacíficos,
se sentirían mucho más seguros con aviones de cuatro motores que con los de dos motores, como
era el caso del modelo Boeing 777. Desde el punto de vista de las compañías aéreas, el avión
tendría la misma tecnología de “vuelo por cable”, el mismo diseño de cabina de mando y las
mismas características de funcionamiento que el resto de la familia de aviones de Airbus. A pesar
de que el modelo A3XX tendría un precio oficial más elevado que el 747-400, Airbus aseguraba
que la combinación de una mayor capacidad y unos costes de utilización más reducidos
proporcionaría a las compañías aéreas mayor rentabilidad económica. El coste de explotación por
vuelo sería un 12 por ciento superior al del modelo 747, pero dada la mayor capacidad del A3XX
en un 35 por ciento, al final proporcionaría casi un 25 por ciento de volumen adicional sin coste
alguno14. En opinión de Airbus, el umbral de rentabilidad del modelo A3XX se alcanzaría con sólo
323 pasajeros frente a 290 en el caso del 74715.
A pesar de todas esas ventajas, el tamaño del nuevo avión planteaba algunos problemas.
A través de continuas negociaciones con sus clientes, con las autoridades aeroportuarias y con
otras partes implicadas, Airbus pensaba haber conseguido resolverlos todos, y además había
puesto en marcha todos los procedimientos necesarios para conseguir las autorizaciones legales
exigidas en Estados Unidos y en otros países. Las cuestiones más importantes que afectaban al
nuevo modelo eran: el ruido, las emisiones contaminantes, la duración de las operaciones de
embarque y de desembarque, los movimientos en la pista de rodaje y la evacuación de pasajeros.
Airbus afirmaba, no obstante, que el volumen de ruidos estaría por debajo de los del 747 y que las
emisiones contaminantes serían similares a las de los modelos más pequeños de la gama 747. La
duración de las operaciones de embarque y de desembarque sería análoga a la del modelo 747,
gracias al empleo de dobles rampas de acceso y de salida y al aprovechamiento de los pasillos
más anchos y las dobles escaleras interiores del A3XX16. Airbus también sostenía que el A3XX
podría operar perfectamente en las pistas de aterrizaje y en los aeropuertos existentes, ya que su
diseño se había hecho de manera que pudiera adecuarse a un espacio de ochenta metros
cuadrados, tal como disponía la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA,
según sus siglas en inglés). De hecho, la FAA había publicado recientemente un denominado
“Documento de cuestiones importantes” en el que se detallaban 102 cuestiones relacionadas con
la tecnología, la seguridad y las características físicas asociadas al funcionamiento de los nuevos
grandes aviones en Estados Unidos. Uno de los obstáculos más importantes, a pesar de que
Airbus también pensaba que lo había superado, era la obligación de que el avión pudiera ser
evacuado en el plazo de noventa segundos, incluso en el caso de que la mitad de las salidas
estuviera bloqueada.
La previsión de la demanda
Debido a que los grandes aviones exigían muchos años de diseño y desarrollo, requerían
enormes inversiones por adelantado y poseían vidas útiles superiores a los treinta años (algunos
analistas pensaban que el 747 tendría una vida útil de cincuenta años o más), Airbus y Boeing
estaban obligadas a elaborar proyecciones de la demanda a muy largo plazo. Todos los años,
preparaban previsiones a veinte años para grandes aviones comerciales; así, Airbus publicaba el
informe denominado Global Market Forecast (GMF), mientras que Boeing publicaba el titulado
Current Market Outlook (CMO). En el Anexo 6 se ofrece una comparación de las previsiones
hechas durante los seis años precedentes.
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202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
En las ediciones de esas publicaciones correspondientes al año 2000 se afirmaba que iba a
producirse un crecimiento muy importante del sector de transporte aéreo. De esa manera, se
esperaba que el tráfico mundial de pasajeros se triplicaría prácticamente en cuanto a volúmenes
en el año 2019 (Airbus preveía una tasa media de crecimiento anual del 4,9 por ciento, mientras
que Boeing preveía un crecimiento del 4,8 por ciento al año). A pesar de que, en un momento
dado, Boeing había reducido sus previsiones de crecimiento respecto a Asia debido a la crisis
financiera que sufrió ese continente en el año 1998, ambos fabricantes creían que Asia iba a ser la
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zona con mayores tasas de crecimiento del mundo durante los veinte años siguientes .
Airbus preveía una demanda de 14.661 nuevos aviones de pasajeros y de 703 nuevos
aviones de carga durante el período de veinte años que llegaba hasta el año 2019. Asimismo,
preveía una demanda de 727 nuevas aeronaves con capacidad para 400-500 pasajeros
(precisamente el puntal del mercado del modelo 747) y de 1.550 nuevos aviones con capacidad
a
para más de 500 pasajeros . De esa cantidad, 1.235 serían aviones de pasajeros y 315 aviones de
carga. El modelo GMF también preveía que, en el año 2019, las líneas aéreas de la zona de Asia -
Pacífico serían propietarias de casi la mitad de la flota de aviones de pasajeros de tamaño muy
grande, y que seis de los diez primeros aeropuertos en que podrían aterrizar aviones de esa
categoría estarían situados en Asia18.
Por el contrario, Boeing hacía la hipótesis de crecimiento económico en doce regiones del
mundo a través de su modelo CMO. A continuación, utilizaba dichos supuestos de crecimiento
para realizar la previsión de flujos regionales de tráfico aéreo en 51 mercados intra e inter
regionales. Así por ejemplo, los vuelos dentro de China crecerían a un ritmo medio anual del 9,0
por ciento, frente al 2,8% de los correspondientes a América del Norte. El modelo CMO llegaba a
la conclusión de que habría una demanda de 22.315 nuevos aviones hasta el año 2019. Una de las
razones de la diferencia entre las previsiones de los dos modelos era que el de Boeing incluía la
demanda de más de cuatro mil aviones de carácter regional.
A pesar del acuerdo general existente con respecto al crecimiento global, Boeing preveía
un mercado mucho menor de aviones de tamaño muy grande. En la publicación Current Market
Outlook se afirmaba sin rodeos lo siguiente: “La demanda de aviones de tamaño muy grande es
a El modelo de previsión GMF de Airbus definía el segmento de mercado de aviones de tamaño muy grande como aquél
cuyos aparatos tenían capacidad para más de 500 pasajeros o bien capacidad para transportar una carga superior a las
ochenta toneladas de flete (del tamaño del modelo 747 o mayor).
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Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
escasa”19. Boeing preveía una demanda total de sólo 1.010 nuevos aviones con capacidad para más
de 400 pasajeros, y que el 40 por ciento de esa cifra correspondería a su modelo 747-400 (es decir,
410 aeronaves). De los 600 aviones restantes, 270 serían de transporte de carga, con lo que la
demanda de aviones de más de 500 pasajeros sería sólo de 330 aparatos. Más importante aún era
que afirmaba que la mayor parte de la demanda de aviones más grandes no se haría efectiva
hasta por lo menos pasados diez años20.
La disparidad entre las dos previsiones podía basarse principalmente en las diferentes
hipótesis hechas con respecto a la importancia relativa de la frecuencia de los vuelos, del
desarrollo de nuevas rutas aéreas y del tamaño de los aviones. Airbus consideraba que el
aumento de las frecuencias y de nuevas rutas aéreas solamente proporcionaría soluciones a corto
plazo al problema de una demanda cada vez mayor. Las limitaciones impuestas por los
aeropuertos, la capacidad de las pistas de aterrizaje y de las puertas de embarque y las
preferencias de destino de los pasajeros serían factores que restringirían la posibilidad de
incrementar las frecuencias de los vuelos en muchos aeropuertos, entre los que destacaban
algunos de los que registraban el mayor tráfico aéreo del mundo: Heathrow en Londres, Narita en
Tokio, Singapur y Los Ángeles Internacional. Tal como afirmaba el vicepresidente principal de
Airbus John Leahy: “El problema es que en esos vuelos de larga distancia nadie quiere llegar a su
destino a las tres de la mañana y tampoco a nadie le gusta conducir hasta el aeropuerto para
coger un vuelo a las dos y media de la mañana, por lo que al final que haya más vuelos no es una
buena solución”21.
Al mismo tiempo, Airbus no creía que el surgimiento de nuevas rutas aéreas pudiera
proporcionar una solución factible a largo plazo. Adam Brown, vicepresidente de Planificación y
Previsión Estratégica señalaba lo siguiente: “El ritmo de apertura de nuevas rutas aéreas se ha
desacelerado de manera drástica … entre 1990 y 1995, el crecimiento del número total de rutas
aéreas ha sido inferior a 700, lo cual supone un incremento medio de tan sólo el 1,7 por ciento
anual”22. Una parte de ese problema radicaba en la dificultad de abrir nuevos aeropuertos. En
realidad, solamente estaba previsto abrir diez nuevos grandes aeropuertos en el mundo durante
los diez años siguientes y tan sólo dieciocho aeropuertos habían aprobado planes para su
ampliación futura23. Una preocupación aún más importante era el hecho de que las nuevas rutas
aéreas no solucionarían el problema del crecimiento de los centros de población más grandes, en
especial en Asia. En opinión de John Leahy, “ … si uno desea volar de Los Ángeles a Tokio … no
va a ir primero a Denver, después volar a Osaka y por último dar marcha atrás hasta Tokio”24. A
pesar de que Boeing y otros actores del sector afirmaban que la expansión de nuevas rutas aéreas
en los mercados transatlánticos era el modelo de crecimiento a seguir en los vuelos transpacíficos,
Airbus sostenía que Asia carecía de los centros urbanos secundarios necesarios para dar sentido a
los nuevos destinos25. Por consiguiente, el transporte entre grandes centros de distribución aérea
seguiría siendo la norma del sector en esos mercados.
Al igual que Airbus, Boeing suponía que el aumento de la frecuencia de vuelos en los
aeropuertos existentes podría absorber una cierta parte del crecimiento previsto, pero que la
congestión en los grandes centros de distribución aérea exigiría una solución alternativa que, en
opinión de Boeing, sería la apertura de nuevas rutas aéreas “punto a punto” utilizando aviones
de tamaño medio y largo alcance como su 777 ó el Airbus A340. En apoyo de dicha afirmación, un
directivo de Boeing argumentaba que “ … el sesenta por ciento de las compañías aéreas que nos
compraron los alrededor de mil aparatos 747 que vendimos, lo hicieron por su alcance, no por su
capacidad” 26. Por lo tanto, en la medida en que hubiera demanda de aviones de tamaño muy
grande, los 747-400 serían suficientes para la mayor parte de las líneas aéreas.
Las últimas novedades del sector de la aviación confirmaban tales aseveraciones. Así, en
Estados Unidos, tras la liberalización del régimen aplicable a las compañías aéreas del año 1985,
Southwest Airlines había conseguido prosperar mucho gracias a la introducción de nuevos
servicios en aeropuertos secundarios como Providence, Rhode Island e Islip en Nueva York. En
Europa, la compañía aérea de origen irlandés Ryanair había copiado el modelo aplicado por
Southwest Airlines y, de esa manera, desde el año 1989 había conseguido un incremento anual
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202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
del 25 por ciento en el número de pasajeros mediante la oferta de vuelos de bajo coste y sin
servicios gratuitos a bordo entre aeropuertos secundarios27. Más recientemente, otras nuevas
compañías aéreas europeas, como por ejemplo “buzz” y “easyJet”, habían aplicado modelos de
negocio similares. Los vuelos transatlánticos y, en mucha menor medida pero sin dejar de crecer,
los transpacíficos también estaban experimentando esa misma evolución hacia la fragmentación
del mercado. Randy Baseler, uno de los vicepresidentes de Boeing, afirmaba lo siguiente:
Allá por el año 1987, el único vuelo diario entre Chicago y Europa era el que hacía un
747 de la compañía TWA a Londres … Por aquel entonces, el sesenta por ciento de los
vuelos transatlánticos de las compañías aéreas estadounidenses se hacía en aparatos 747 de
las aerolíneas Pan Am y TWA, con salida desde grandes aeropuertos situados en la costa
Este del país. En la actualidad, las compañías United y American Airlines ofrecen veintiún
vuelos diarios desde Chicago a once destinos diferentes de Europa utilizando aviones más
pequeños de los tipos 767 y 77728.
Más recientemente, tanto la compañía Delta Airlines como American Airlines habían lanzado
nuevos servicios “punto a punto” a través del Pacífico, la primera de ellas desde Portland en
Oregón hasta Nagoya en Japón, y la segunda desde San José en California hasta Tokio29.
Las grandes compañías aéreas, incluidas las que poseían más aparatos 747 (en el Anexo 9
se pone de relieve la composición de la flota aérea de cada una de las quince compañías que más
aviones 747 poseían), parecían estar igualmente divididas en cuanto a su parecer respecto a la
necesidad de contar con aviones de la categoría súper jumbo. Por un lado, un portavoz oficial de
la compañía United Airlines afirmaba lo siguiente: “Somos de la opinión de que un avión más
grande, con capacidad para 700 u 800 pasajeros, podría ser totalmente razonable, ya que
contamos con centros de distribución aérea muy importantes y así podríamos consolidar mejor el
tráfico aéreo. Sin embargo, gran parte de esa decisión depende del coste final”34. De manera
análoga, un portavoz oficial de la compañía Singapore Airlines sostenía lo siguiente: “SIA tiene
una obvia necesidad de algunos de esos aviones súper jumbo, especialmente en determinados
puntos de entrada internacionales muy congestionados y con grandes limitaciones de espacio”35.
Sin embargo, otras líneas aéreas eran mucho menos optimistas, especialmente a corto plazo. Así,
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Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
La financiación del proyecto provendría de las tres fuentes principales siguientes: 3.500
millones de dólares de proveedores a los que se denominaba “socios de riesgo compartido”; 3.600
millones de dólares de “ayudas al lanzamiento” concedidas por los gobiernos nacionales de los
socios; y, finalmente; y 5.900 millones de dólares procedentes de los propios socios de Airbus,
distribuidos de manera proporcional a su participación en el capital de la sociedad. Asimismo, al
principio se generarían flujos de caja gracias a los pagos por adelantado hechos por compañías
aéreas antes de la entrega de los aviones, pero Airbus no hizo nunca públicas las condiciones
aplicadas a dichos pagos. Los socios de riesgo compartido acordaron hacerse cargo de parte del
coste de desarrollo a cambio del derecho a convertirse en suministradores exclusivos del A3XX.
Airbus estaba dispuesta a distribuir los beneficios futuros con los socios de riesgo compartido,
para lo cual había firmado contratos con nueve grandes compañías a mediados del año 200040.
Según lo dispuesto en esos contratos, el reembolso a los socios se haría de avión en avión41. En el
caso de que Airbus no lograra vender ningún A3XX, los socios de riesgo compartido no
recuperarían sus inversiones iniciales.
Las ayudas al lanzamiento, la segunda fuente de financiación del proyecto, había sido
objeto en el pasado de múltiples controversias ente los gobiernos de Estados Unidos y de los
países europeos implicados. En el año 1992, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) acordaron
limitar las ayudas al lanzamiento hasta un importe máximo del 33 por ciento de los costes de
desarrollo previstos. Según lo dispuesto en la normativa de la UE, las ayudas al lanzamiento
tenían que devolverse en el plazo de diecisiete años y se les aplicaría una tasa de rendimiento
acorde con el mercado. En el pasado, y al igual que en el caso del capital de riesgo compartido, la
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202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
amortización de las ayudas al lanzamiento se hacía avión por avión. Por esa razón, añadida al
hecho de que la falta de reembolso no era causa de incumplimiento del acuerdo, las ayudas al
lanzamiento se parecían mucho más a acciones preferentes acumuladas que a endeudamiento
externo. El gobierno británico había aprobado recientemente 835 millones de dólares
estadounidenses (530 millones de libras esterlinas) en forma de ayudas al lanzamiento con objeto
de financiar la participación de BAE Systems en el proyecto, en parte debido a que el avión
crearía ocho mil nuevos puestos de trabajo y salvaguardaría otros veinte mil adicionales en todo
42
el sector aeroespacial británico . No obstante, al hacerse eco de esa noticia, el semanario The
Economist afirmaba lo siguiente, “Las condiciones de la ayuda concedida por el gobierno británico
son sospechosamente secretas … (lo cual) puede ser un indicio de que se han violado las
normas”43.
Sin embargo, los analistas del sector no estaban de acuerdo en muchos aspectos. Aparte
de la demanda total, se mostraban disconformes en cuanto a la magnitud y la composición de la
inversión inicial (a saber, qué parte del coste de desarrollo se consideraba gasto en I+D y qué
parte podía capitalizarse y amortizarse). Por otro lado, tampoco estaban conformes con el tipo
impositivo fijado, con el régimen fiscal aplicado a Airbus Integrated Company (esto es, saber si la
empresa podría descontar las pérdidas de explotación iniciales o tendría que utilizarlas para
compensar los beneficios futuros) ni con los márgenes de explotación del proyecto. Así por
ejemplo, Lehman Brothers y CS First Boston preveían que el A3XX iba a generar márgenes de
explotación comprendidos entre el veinte y el treinta por ciento (una vez más, calculados antes de
la devolución de las ayudas al lanzamiento y de los capitales de riesgo compartido). Ambos
límites eran muy superiores a los márgenes de explotación (del 15 al 20 por ciento) que Boeing
pensaba obtener con sus aviones 747. Por regla general, sin embargo, los aviones de mayor
tamaño generaban márgenes superiores, lo que hacía que algunos analistas financieros
aseguraran que las empresas fabricantes conseguían prácticamente todos sus beneficios gracias a
los aviones de mayor fuselaje.
1 Este apartado se basa en los estudios sobre los sectores aeroespacial y de defensa hechos por la sociedad Lehman
Brothers (Airbus Industrie, 6 de diciembre de 1999), por CS First Boston (Global Commercial Aerospace Monthly, 23 de mayo
de 2000) y de Dresdner Kleinwort Benson Research (The Business Case for the Double Decker, 8 de mayo de 2000), además de
cálculos hechos por el propio autor de este caso práctico.
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Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
sería la empresa. Ello era especialmente cierto durante los primeros años, período en el que la
producción acumulada se duplicaba de manera relativamente rápida.
A partir de todas esas hipótesis, Airbus había calculado como objetivo de tasa de
rendimiento interno (TRI) antes de impuestos el 15 por ciento, pero consideraba que la TRI real
podría llegar a ser del orden del 20 por ciento44. Como referencia, cabe citar que la rentabilidad de
la deuda pública estadounidense a largo plazo estaba en torno al 6 por ciento, que la tasa de
inflación era del 2,0 por ciento y que fabricantes de aviones como Boeing y el canadiense
Bombardier tenían coeficientes beta de activos del 0,84 en sus respectivas divisiones de aviación
comercial. Aparte de los beneficios directos proporcionados por el A3XX, existían otras fuentes de
valor potencial para la empresa. La más importante de todas ellas era el hecho de que el A3XX
acabaría con el control monopolístico de Boeing con respecto al mercado de aviones de tamaño
muy grande, así como con su capacidad para realizar subvenciones cruzadas a la cadena de
producción de aviones más pequeños. En opinión de la sociedad Dresdner Kleinwort Benson,
todas esas ventajas podrían generar un incremento adicional de la tasa de rendimiento interno del
proyecto en torno al 1,5 por ciento. Una última fuente de beneficios, aunque de menor entidad,
serían los servicios de asistencia a la aviación derivados de la venta, del mantenimiento y de la
reparación de los aviones.
La respuesta de Boeing
Además de realizar la previsión de la demanda, la dirección de Airbus estaba obligada a
analizar cómo Boeing respondería a su incursión en el segmento de aviones de tamaño muy
grande. Boeing ya había afirmado que lucharía contra las ayudas estatales al lanzamiento
industrial del proyecto mediante la interposición de una demanda ante la Organización Mundial
del Comercio (OMC)45. Recientemente, la OMC había aprobado una normativa que prohibía a los
fabricantes regionales de aviones Bombardier (Canadá) y Embraer (Brasil) recibir subvenciones
públicas no autorizadas, lo cual indicaba que esta organización podría ser un buen instrumento
en la lucha de Boeing contra Airbus46. Sin embargo, al menos una vez antes, Boeing había retirado
una demanda con el fin de evitar ofender a gobiernos extranjeros propietarios de algunos de los
principales clientes de Boeing, como es el caso de la compañía aérea Air France47. El hecho se
hacía aún más complicado debido a que la propia Boeing podría ser también objeto de sanciones
por parte de la Organización Mundial del Comercio a causa de presuntas subvenciones recibidas
a favor de sus contratos militares y de su utilización de empresas de ventas exteriores.
Recientemente, la OMC había declarado ilegales a las empresas de ventas exteriores mediante
una normativa que podía poner en peligro los alrededor de 150 millones de dólares
estadounidenses que Boeing se había ahorrado en concepto de impuestos en el año 1998 al vender
sus aviones a través de ese tipo de entidades48.
Aparte de luchar contra el A3XX por vías legales, Boeing respondería probablemente de
una de las cuatro maneras siguientes: podía desarrollar una versión ampliada del 747 (el 747X),
podía reducir los precios del 747, podía fabricar un avión súper jumbo que le hiciera la
competencia, o bien podía hacer caso omiso de la amenaza potencial. Boeing tenía previsto
fabricar una versión más grande de su modelo 747, con capacidad para 520 pasajeros, desde el
momento en que abandonó el proyecto del A3XX en el año 1995. A pesar de que contaba con la
ventaja de llevar varios años de adelanto al A3XX, ya que se trataba de la actualización de un
modelo ya existente, Boeing desechó esa idea en el mes de enero de 1997. Ronald Woodard, el
entonces responsable del grupo de aviones comerciales de Boeing, decía de ello lo siguiente:
“Estamos empezando a gastar muchísimo dinero, pero por ningún lado vemos a clientes que
muestren el interés necesario”49. El anuncio provocó que un analista financiero elevase el objetivo
de beneficios de Boeing en un 30 por ciento, lo cual hizo que el precio de sus acciones subiese
hasta 7,375 dólares, lo que suponía una ganancia de casi el siete por ciento50. Dos años después, en
el mes de septiembre de 1999, el presidente de Boeing, Phil Condit, anunció que se había puesto
de nuevo en marcha la idea original con un coste que ascendería hasta 4.000 millones de dólares51.
11
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Como respuesta a dicho anuncio, las acciones de Boeing bajaron un 1,7 por ciento un día en que la
Bolsa apenas registró cambios. Aparte del coste, se planteaba la cuestión de si el antiguo estilo y la
pasada tecnología del 747 serían capaces de hacer frente al más moderno A3XX en cuanto a
comodidad de los pasajeros y a eficiencia operativa. Otra posibilidad sería que Boeing bajase el
precio de venta del 747. Como mínimo, esa estrategia podía desviar algunas de las compras
previstas del A3XX e incluso podría impedir completamente su lanzamiento industrial al hacer
que los principios económicos en los que se basaba no estuvieran justificados. En tercer lugar,
Boeing podía desarrollar su propio avión súper jumbo para competir directamente con el A3XX.
Ese planteamiento implicaba el mayor riesgo financiero, ya que Boeing tendría que invertir unos
13.000 millones de dólares solamente para repartirse con Airbus el mercado de aviones de mayor
tamaño. Aunque parecía muy probable que Boeing tomase alguna de esas decisiones, un analista
financiero afirmaba que la mejor respuesta sería no hacer nada en absoluto. Boeing tenía la
posibilidad de mejorar la rentabilidad de los productos con los que contaba en ese momento,
mientras que Airbus se encontraba atada de pies y manos con el desarrollo del A3XX52. En otras
palabras, Boeing podía perfectamente ignorar al A3XX y dedicarse exclusivamente a trabajar con
su gama actual de productos.
Sea cual fuere la decisión tomada por Boeing, debería ser coherente con el nuevo énfasis
puesto por la empresa en el valor generado a los accionistas. Después de que Boeing informase
públicamente en 1997 de su primera cifra de pérdidas en más de cincuenta años, el valor
generado a los accionistas se había convertido en la máxima prioridad de la compañía. Con el fin
de ayudar a alcanzar el objetivo fijado por la empresa de multiplicar por cinco el precio de las
acciones en el plazo de cinco años53, el Consejo de Administración aprobó un nuevo programa de
incentivos que asociaba las retribuciones a los empleados con la apreciación de la cotización de
las acciones y estableció las líneas directrices sobre la titularidad de acciones de la sociedad por la
alta dirección54. La empresa hacía hincapié en ese nuevo objetivo en su Memoria Anual de 1998
con las palabras siguientes: “Nuestra meta fundamental es hacer que Boeing regrese al grupo de
empresas más sobresaliente en cuanto a rentabilidad y a beneficios totales distribuidos a los
accionistas … El valor generado a los accionistas es el indicador más importante de nuestro éxito
a largo plazo”55.
Conclusiones
A medida que los primeros pedidos empezaron a llegar, la dirección de Airbus tuvo que
hacer frente a una decisión crítica, esto es, si debería finalmente autorizar el lanzamiento
industrial del A3XX. Los riesgos existentes, tanto en cuanto a la inversión inicial como a la
incertidumbre respecto a la demanda futura, hacían que la decisión fuera especialmente difícil.
Aunque la primera respuesta de los clientes había sido bastante positiva, los pedidos iniciales no
eran siempre un indicador fiable de la demanda a largo plazo, ya que, por lo general, a los
clientes de la “fase de lanzamiento industrial” se les hacían rebajas muy sustanciosas. No
obstante, debido a que las primeras entregas se realizarían, como muy pronto, en el año 2006 y a
que eran muy pocas las compañías aéreas que hacían pedidos de aviones con una antelación
superior a cinco o seis años, Airbus tenía muy pocas probabilidades de asegurar más de cien
pedidos totales antes de tomar la decisión final de lanzamiento industrial del nuevo avión. En el
Anexo 11 se muestra el estado de los pedidos a julio del año 2000.
12
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
riesgo extraordinario ya que, en realidad, se trataba de una decisión que estaba … muy
seriamente meditada por un grupo de personas conservadoras e inteligentes”58.
13
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Fuentes: Current Market Outlook de Boeing, año 2000, y The Airline Monitor de julio de 2000.
Fuentes: Lehman Brothers Aerospace & Defense Electronics Industry Update, 23 de junio de 2000; Airbus Industrie;
Boeing.
Nota: Excepto en los casos del A3XX y del A318, en el gráfico sólo se muestran los modelos fabricados en la actualidad.
14
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Fuentes: The Airline Monitor, mayo de 2000 (cifras de entregas); CSFB Global Commercial Aerospace Monthly, mayo de
2000 (cifras de pedidos).
Nota: Dentro del modelo 737 de Boeing se incluyen las tres versiones siguientes: 737200 (1967 – 1988), 737-3/500 (desde
1984 hasta la actualidad) y 737-6/900 (desde 1997 hasta la actualidad).
15
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Cuenta de pérdidas y
ganancias
Ventas 32.960 35.453 45.800 56.154 57.993 $9.600 $8.800 $11.600 $13.300 $16.700
Amortización del activo
material y reintegro de
deuda 1.306 1.267 1.458 1.622 1.645 - - - - -
b
EBIT (316) 2.618 (355) 1.567 3.349 n.d. n.d. 335 579 896
Resultado neto (36) 1.818 (178) 1.120 2.309 - - - - -
Cifras bursátiles
Número de acciones (en
millones) 344 347 973 938 871 - - - - -
Precio de las acciones (al - - - - -
finalizar el año) 78 $ 107 $ 49 $ 33 $ 41 $
Calificación de solvencia
crediticia AA AA AA AA - AA - - - - - -
Fuentes: Memorias Anuales de Boeing; Página internet de Airbus Industrie; The Airline Monitor, julio de 2000; The Wall
Street Journal de 26 de junio de 2000, pág. A28.
a
Boeing adquirió la empresa McDonnell Douglas el 1 de agosto de 1997. Los datos que aparecen en la cuenta de pérdidas
y ganancias y en el balance de situación (excepto en el balance de situación correspondiente al año 1995) reflejan la
totalidad de los estados financieros de ambas sociedades
b
Informe oficial de oferta de EADS de fecha de 9 de julio de 2000, pág. 48. Debido a que las ayudas públicas al
lanzamiento industrial se otorgaron a los socios y no directamente a Airbus, aquéllos tuvieron en cuenta los efectos de
dicha aportación en sus propios estados financieros. En el año 1999, BAE Systems (propietaria del 20% del capital) hizo
públicas unas pérdidas de 42 millones de libras esterlinas (67 millones de dólares EE.UU.) en su división de aviación
comercial después de haber reembolsado la correspondiente ayuda al lanzamiento industrial.
16
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Anexo 4B Socios del proyecto Airbus a finales del año 1999 (en millones de euros) a
Balance de situación
Activo disponible e inversiones a
corto plazo €1.306 €759 €3.958 €570 €3.175
Activo fijo 13.742 8.218 1.576 192 19.591
Activo total 28.079 16.194 9.737 1.268 35.640
Deuda total 5.122 3.681 217 110 5.696
Recursos propios 11.991 1.778 2.397 507 8.123
Fuentes: Informe oficial de oferta de EADS de 9 de julio de 2000; Memoria Anual de BAE Systems de 1999.
a
El tipo de cambio oficial entre el euro y el dólar estadounidense a fecha 30 de junio de 2000 era de 1 euro = 0,9545
dólares. El tipo de cambio oficial entre el euro y la libra esterlina a fecha 30 de junio de 2000 era de 1 euro = 0,6209 libras.
b
Cifras presentadas de conformidad con las normas internacionales de contabilidad (NIC).
c
Cifras consolidadas provisionalmente y sin auditar correspondientes a Aerospatiale Matra, DASA y CASA, después de
realizar ajustes y eliminaciones contables. Las diferentes formas de reconocimiento contable (consolidación completa y
método del neto patrimonial) impiden sumar las cantidades correspondientes a los participantes en EADS. La pérdida
neta de EADS se debe a un débito extraordinario por valor de 1.900 millones de euros relacionado con posiciones de
cobertura de divisas extranjeras.
d
Estas cifras corresponden a la sociedad matriz DaimlerChrysler AG.
17
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
18
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Aviones comerciales en
funcionamiento (en 20 años)
Airbus 16.588 n.d. 17.184 17.920 22.506 22.620
Boeing (incluidos los aviones
regionales de más de setenta
plazas) 20.683 23.080 23.600 26.200 28.400 31.755
Fuentes: Current Market Outlook de Boeing, Global Market Forecast (GMF) de Airbus y estimaciones hechas por el autor de
este estudio de caso práctico (Airbus no publicó el número de GMF correspondiente al año 1996 ni tampoco publicó datos
sobre el mercado de aviones de carga hasta el año 1999).
a
Incluye el Boeing 747-400 y el Airbus A3XX.
19
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Anexo 7 Tasas previstas de crecimiento del indicador “ingresos por pasajero y kilómetro” (RPK,
según sus siglas en inglés) para el período 1999 – 2019, correspondientes a los quince
submercados principales, con el porcentaje de RPK mundial del año 1999 entre paréntesis
20
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Anexo 8 Mercado estimado del grupo de aviones de tamaño muy grande (más de 500 plazas de
pasajeros) para el año 2019
Tipo de avión Plazas en Crecimiento Plazas Retiradas de Total Tasa Mercado Plazas Mercado
flotas anual necesarias servicio y nuevas prevista de potencial por estimado
comercia- estimado en 2019 conversiones plazas conversión de avión de de
les en 1999 (B) [C = A (1 + estimadas requeridas en aviones aviones tamaño aviones
(A) B)59] (D) [E = C – A + de tamaño de tamaño muy de tamaño
D] muy grande muy grande muy
(F) grande (H) grande
(G = E x F) (I = G / H)
A-330 40.300 5,00 % 106.928 1.000 67.628 10,0 % 6.763 - 12
A-340 48.300 5,00 128.154 1.000 80.854 10,0 8.085 - 15
777–2 /300 90.650 5,60 269.554 1.500 180.404 10,0 18.040 - 33
747– 1/2/ 300 134.550 6,00 431.520 127.697 424.667 35,0 148.633 - 270
747- 400 191.907 7,00 742.620 34.935 585.648 85,0 497.800 - 905
Total 505.707 1.678.776 166.132 1.339.201 679.323 550 1.235
Fuentes: Estimaciones hechas por el autor de este estudio de caso práctico; Equity Research Report de Lehman Brothers, 6
de diciembre de 1999; Global Market Forecast 2000 de Airbus Industrie.
Notas: (D) Las retiradas de servicio son función de la antigüedad y de la composición actuales de las flotas aéreas.
(H) El número de plazas por avión de tamaño muy grande se deriva de la combinación de los distintos tipos de
aviones.
No incluye los aviones de tamaño muy grande de transporte de carga, que podrían llegar a representar 315
nuevos aviones adicionales a entregar en el año 2019, según las estimaciones hechas por Airbus.
21
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Anexo 9 Composición de la flota de las quince compañías aéreas con mayor índice de utilización
del Boeing 747 en el año 1997
Nota: Dentro de los aviones de gran fuselaje se incluyen los modelos 747, 767, MD 11, L10-111 y 777 de Boeing, así como
los modelos A300, A310, A330 y A340 de Airbus.
22
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
Anexo 10 Gasto anual dedicado al desarrollo del Airbus (en millones de dólares
estadounidenses)
Inversión 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 Total
Gasto en I+D $1.100 $2.200 $2.200 $2.200 $1.320 $880 $660 $440 $11.000
Gastos de 0 250 350 350 50 0 0 0 $1.000
inversión
Capital
circulante 0 150 300 300 200 50 0 0 $1.000
Total $1.100 $2.600 $2.850 $2.850 $1.570 $930 $660 $440 $13.000
Fuente: Dresdner Kleinwort Benson, Aerospace and Defense Report de 8 de mayo de 2000.
Pedidos probables:
a
Atlas Air 8 6 14
a
Federal Express 10 5 15
Singapore Airlines 10 6 16
Virgin Atlantic 6 4 10
Total 34 21 55
Pedidos potenciales:
Cathay Pacific 6 4 10
a
Cargolux 6 4 10
Korean Air 6 4 10
Malaysian Airways 6 4 10
Qantas 6 4 10
Total 30 20 50
Fuentes: Lehman Brothers, Aerospace & Defense Report de 23 de junio de 2000; The Wall Street Journal de 26 de julio de 2000,
pág. A21.
a
Compañía dedicada al transporte aéreo de carga
23
202-S17 Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A)
Notas finales
1
B. Gunston, Airbus (Londres, Ed. Osprey Publishing Limited, año 1988), pág. 10.
2
Chocks Away, artículo publicado en el semanario The Economist el 29 de julio de 2000, pág. 58 – 59.
3
D. Michaels, Airbus Scores Big as Industry Slump Holds Off, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 26
de julio de 2000, pág. A21.
4
Crédit Suisse First Boston, Global Commercial Aerospace Monthly, 23 de mayo de 2000, pág. 20.
5
Airbus Industrie, 1st Quarter 2000 Briefing, pág. 3; Crédit Suisse First Boston, Global Commercial Aerospace Monthly, mayo
de 2000, publicación en la que se informaba de la reunión celebrada por la dirección de Airbus con un grupo de analistas
bursátiles en el mes de mayo de 2000.
6
Boeing, 2000 Current Market Outlook, pág. 42; Airbus Industrie, Global Market Forecast 2000 – 2019, julio de 2000, pág. 4.
7
R. P. Cooke, Pan Am to Buy 25 Giant Boeing 747s For Record Outlay of $525 Million, artículo publicado en el periódico The
Wall Street Journal de 14 de abril de 1966, pág. 3.
8
Boeing Co. Sells 10 More of its 747s For $200 Million, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 29 de
septiembre de 1996, pág. 3.
9
J. Newhouse, The Sporty Game (Nueva York, Ed. Alfred A. Knopf, año 1982), pág. 166, 168 – 169.
10
The Airline Monitor, enero / febrero de 2000, pág. 7.
11
The Airline Monitor, enero / febrero de 2000, pág. 1.
12
J. Cole, Airbus Prepares to “Bet the Company” as It Builds a Huge New Jet, artículo publicado en el periódico The Wall Street
Journal de 3 de noviembre de 1999, pág. A1.
13
K. West, Boeing May Quit Large-Jet Venture Timing and Market Don’t Appear Right, artículo publicado en Seattle Post-
Intelligencer de 8 de julio de 1995, pág. A1.
14
The Airline Monitor, comentarios de su editor Edmund Greenslet al autor de este estudio de caso práctico el 28 de
septiembre de 2000.
15
Airbus Industrie, 1st Quarter 2000 Briefing, pág. 9.
16
Airbus Industrie, 1st Quarter 2000 Briefing, pág. 7.
17
The Size Equation, Airline Business, abril de 1999, pág. 52.
18
The Size Equation, Airline Business, abril de 1999, pág. 52.
19
Boeing, 2000 Current Market Outlook, pág. 34.
20
Boeing, 2000 Current Market Outlook, pág. 34.
21
P. Flint, A Quantum Change, artículo publicado en Air Transport World, julio de 2000, pág. 38.
22
P. Flint, A Quantum Change, artículo publicado en Air Transport World, julio de 2000, pág. 38.
23
P. Flint, A Quantum Change, artículo publicado en Air Transport World, julio de 2000, pág. 38.
24
P. Flint, A Quantum Change, artículo publicado en Air Transport World, julio de 2000, pág. 38.
25
Airbus Industrie, Global Market Forecast 2000 – 2019, julio de 2000, pág. 61.
26
D. Field, Boeing stock flies after jet plan scrubbed, artículo publicado en el periódico USA Today de 22 de enero de 1997, pág.
B1.
27
D. Michaels, No-Frills Irish Airline Flies High, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 6 de septiembre
de 2000, pág. B1.
28
Airbus bets the Company, artículo publicado en el semanario The Economist de 18 de marzo de 2000, pág. 68.
29
J. Cole, Airbus Prepares to “Bet the Company” as It Builds a Huge New Jet, artículo publicado en el periódico The Wall Street
Journal de 3 de noviembre de 1999, pág. A1.
30
Airbus bets the Company, artículo publicado en el semanario The Economist de 18 de marzo de 2000, pág. 68.
31
Boeing, 2000 Current Market Outlook, pág. 26.
32
The Airline Monitor, julio de 2000, pág. 11 (Tabla S).
33
The Airline Monitor, enero – febrero de 2000, pág. 17.
34
Manufacturers Debate Future of Superjumbo Jet, artículo publicado en Advanced Materials & Composites News de 1 de febrero
de 1999.
35
S. Chew, Group has “Definite Need” for Super-large Jetliners, artículo publicado en el periódico Singapore Straits Times de 23
de enero de 1997.
36
D. Field, CEO Ayling Thinks International, artículo publicado en el periódico USA Today de 27 de septiembre de 1996, pág.
4B.
37
Airbus Woos Mitsubishi for Jet Project, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 31 de marzo de 2000,
pág. A3.
38
The Size Equation, artículo publicado en Airline Business de abril de 1999, pág. 52.
39
P. Flint, A Quantum Change, artículo publicado en Air Transport World de julio de 2000, pág. 38.
40
Airbus, First Quarter 2000 Briefing, pág. 12.
41
Lehman Brothers, Airbus Industrie, 6 de diciembre de 1999, pág. 24.
42
U.S. Questions U.K.’s Big Loans to British Aerospace for Airbus Jet, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal
de 14 de marzo de 2000, pág. A27.
43
Airbus bets the Company, artículo publicado en la revista The Economist de 18 de marzo de 2000, pág. 67.
44
J. Cole, Airbus Board is Seen Clearing Giant-Jet Plans, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 8 de
diciembre de 1999, pág. A7.
45
Super-jumbo Trade War Ahead, artículo publicado en el semanario The Economist de 6 de mayo de 2000, pág. 63 – 64.
46
Super-jumbo Trade War Ahead, artículo publicado en el semanario The Economist de 6 de mayo de 2000, pág. 63 – 64.
47
Super-jumbo Trade War Ahead, artículo publicado en el semanario The Economist de 6 de mayo de 2000, pág. 63 – 64.
24
Airbus A3XX, El Desarrollo del Mayor Avión Comercial del Mundo (A) 202-S17
48
Airbus Bets the Company, artículo publicado en la revista The Economist de 18 de marzo de 2000, pág. 67.
49
Boeing’s 747 Decision Shifts Rivalry With Airbus, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 22 de enero de
1997, pág. A3.
50
Boeing’s 747 Decision Shifts Rivalry With Airbus, artículo publicado en el periódico The Wall Street Journal de 22 de enero de
1997, pág. A3.
51
Dresdner Kleinwort Benson Research, The Business Case for the Double Decker, 8 de mayo de 2000, pág. 34.
52
The Airline Monitor, enero – febrero de 2000, pág. 17.
53
D. Schenk, Has Success Been Re-defined?, documento presentado en la Conferencia IPEC 2000, 11 de mayo de 2000, pág. 5.
54
The Boeing Company, declaración de representación, 11 de mayo de 2000, pág. 29 – 30.
55
The Boeing Company, Memoria Anual de 1998, “Mensaje a los accionistas” del presidente de la compañía, pág. 3 y 4.
56
J. Newhouse, The Sporty Game (Nueva York, Ed. Alfred A. Knopf, año 1982), pág. 7.
57
J. Newhouse, The Sporty Game (Nueva York, Ed. Alfred A. Knopf, año 1982), pág. 4.
58
J. Cole, Airbus Prepares to “Bet the Company” as It Builds a Huge New Jet, artículo publicado en el periódico The Wall Street
Journal de 3 de noviembre de 1999, pág. A1.
25