Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
La presente guía no pretende más que ofrecer algunas recomendaciones al momento de estudiar un
texto. Vale aclarar que no existe una única manera de estudiar que sea adecuada a todos, por lo cual,
lo más recomendable es que cada cual busque la metodología que le resulte más útil (por ejemplo, el
orden de estos “pasos a seguir” puede ser alterado o superpuesto a conveniencia del estudiante), pero
estos tips pueden ayudarte a comenzar ésta búsqueda.
El primer paso, es la disposición y el contexto adecuado. Procura concentrarte en la tarea de estudiar,
despeja los factores que distraían tu atención (como redes sociales, etc.), y procura hacerlo en un
lugar tranquilo y cómodo. Por otra parte, procura estudiar el tiempo necesario a un ritmo adecuado. La
frustración muchas veces es producto de no dedicarle el tiempo necesario y forzar el aprendizaje a un
ritmo que no es el adecuado: no estudies a contrarreloj.
Una vez dicho esto, que son las condiciones generales que exige el estudio, pasemos a los pasos a
seguir al momento de afrontar un texto:
1. Leer
1.1 Lectura informativa: La lectura informativa consiste en una lectura superficial (sin
detenerse en detalles) que nos permita identificar a) de qué trata el texto, y b) cuál es el
sentido global del texto. En esta primera aproximación nos enteramos de cuál es el tema
general del texto, y qué es lo que a grandes rasgos pretende trasmitir. Es recomendable
que el estudiante realice al menos esta lectura informativa antes de que el profesor
exponga el tema, ya que de esta manera el estudiante aprovecha mejor la clase.
1.2 Lectura en profundidad: La lectura en profundidad es una lectura más rigurosa que la
anterior, y consiste en adentrarse en el texto con mayor atención y detenimiento. En esta
etapa es fundamental no solo saber de qué trata, sino además comprenderlo, y por lo
tanto, es imprescindible despejarnos las dudas sobre el significado de las palabras y/o el
sentido de las oraciones que nos puedan generar “hiatos” en la comprensión global del
texto. El estudiante puede marcar las partes que le generen problemas para luego realizar
consultas concretas al profesor.
2. Discutir: La discusión, entendida como diálogo y confrontación de opiniones y perspectivas
entre compañeros, puede ser, en muchos casos, una forma de facilitar, enriquecer y optimizar
el aprendizaje. En muchos casos un buen aprendizaje resulta ser un proceso grupal y
cooperativo, por lo cual es recomendable (para algunos casos) que estos pasos a seguir al
momento de estudiar un texto, se realicen en conjunto con otro u otros compañeros. El estudio
grupal tiene como finalidad comparar los diferentes resultados y conclusiones a los efectos de
realizar una co-evaluación que permita evacuar dudas y complementar los distintos puntos de
vista.
3. Subrayar: El subrayado del texto es la primera etapa de síntesis, esto es, abstraer las ideas y
los conceptos más importantes. El subrayado consiste en identificar y resaltar los conceptos
más relevantes, destacando las partes claves y más decisivas del texto y distinguiéndolas de
las partes complementarias, es decir que en esta etapa es fundamental discriminar lo esencial
de lo accesorio.
4. Esquematizar: El esquema implica ya un primer nivel de análisis, y resulta muy provechoso
para aquellos que tienen buen aprendizaje visual, es decir, buen procesamiento y retención de
información a través de imágenes o diagramas. El esquema consiste en tomar los conceptos
previamente subrayados y ordenarlos esquemáticamente. Se trata de mostrar cómo se
relacionan los conceptos más relevantes. Esto nos permite visualizar la estructura lógica del
texto, con lo cual, nos aporta orden y claridad.
5. Redactar: La redacción o resumen del texto es, frecuentemente, la etapa final, en la que
habiendo ya comprendido en contenido conceptual del texto (pasos 1, 2 y 3), y dominando la
estructura lógica del mismo (paso 4), uno mismo es capaz de reproducir ese contenido
conceptual pero expresado de forma no literal (es en este sentido, como si fuera una
“traducción”). La redacción final o resumen consiste entonces en elaborar una síntesis del texto
en la cual queda suficientemente explicado pero sin repetir exactamente lo mismo que ya está
escrito en el texto (sin omitir o alterar, la terminología peculiar del autor, lo que podríamos
entender como los “términos técnicos” propios del autor). En ésta última etapa es
imprescindible ser capaz de explicar (mediante nuestra propia forma de expresarnos) el
contenido conceptual del texto a alguien que no lo conoce (por lo tanto, de forma clara y
coherente). Esta etapa, además de ser provechosa para testear nuestra comprensión, es útil
para retener mejor el contenido: generalmente, se recuerda mejor lo que se lee y escribe, que
lo que sólo se lee.
Cada vez que nos enfrentemos a un texto filosófico con la tarea de estudiarlo y comprenderlo,
debemos abocarnos a resolver estas cuatro grandes cuestiones:
Para responder a estas cuatro grandes preguntas, debemos emprender lo que se llama un análisis de
texto, pero previo al análisis y en primer lugar, debemos haber leído el texto completo, haberlo
comprendido, y tener bien presente la coherencia entre las partes con el todo. Todo análisis consiste
en explicar el significado y explicitar la estructura argumentativa del texto. Explicar el significado
consiste simplemente en esclarecer qué es lo que se afirma, lo que se asevera, o en otras palabras, lo
que el autor intenta trasmitir. Explicitar la estructura argumentativa consiste en esclarecer cuáles son
las razones en las que se apoya el autor para concluir lo que concluye, es decir, ¿qué hace a sus
conclusiones afirmaciones convincentes? Para explicitar la estructura argumentativa, debemos
reconstruir la serie de pasos o nexos que nos conducen desde los supuestos de base (aquello que se
asume como válido o verdadero sin ser demostrado) hasta las conclusiones generales (aquello que el
autor se propone demostrar), o en otras palabras, explicitar las inferencias o razonamientos por los
cuales el autor se propone convencernos de que sus conclusiones son verdadera, o al menos
razonables. La mayor dificultad del análisis consiste en que no siempre los supuestos base o las
inferencias que median entre los supuestos y las conclusiones están ya explicitadas en el texto, y es
por esto que debemos “reconstruirlas”, es decir, elaborarlas por nosotros mismos tras un examen
atento y reflexivo sobre el texto.
Identificar y redactar
Tesis - Supuestos
Tema Problema Argumentación Inconsistencias
conclusión base