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REVISIÓN

BIBLIOGRÁFICA:
NEUROBIOLOGÍA DEL MINDFULNESS EN EL
TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS
Neuropsicología Clínica

Alumna: Carla Riccio


Docentes: Lucía Alba, María Josefina Aguilar, Bautista
Elizalde

AÑO 2019
Carla Riccio

Introducción

La experiencia de meditación puede ser definida como el proceso por el cual el


ser humano contempla y hace consciente lo que está sucediendo en su cuerpo y mente,
aceptando las experiencias, tal y cómo se le presentan. Desde el punto de vista budista, el
sufrimiento y las emociones destructivas no dependen fundamentalmente de las
circunstancias externas si no de nuestra propia mente, por lo tanto, la meditación tiene
como objetivo la eliminación del sufrimiento. (Vásquez Dextre, E., 2016)

El mindfulness se deriva de la meditación Vipassana en el budismo, que se define


como un proceso para enfocar la mente en el momento presente, mantener una actitud sin
prejuicios y separarse de los pensamientos y sentimientos destructivos (Dryden y Still,
2006 citado en; Ratanasiripong, et al., 2014). Kabat Zinn (1990), quien desarrolló este
tipo de meditación definió el mindfulness como “...la conciencia que emerge a través de
poner atención intencional, en el momento presente, de manera no condenatoria, del flujo
de la experiencia momento a momento” (p.145)

Existe un uso creciente de protocolos de capacitación, intervenciones


psicosociales y prácticas de atención plena que ayudan a las personas a lograr una mayor
autoconciencia y regulación emocional. (Barattucci, M., Padovan, A., Vitale, E.,
Rapisarda, V., Ramaci, T., De Giorgio, A., 2019). El uso terapéutico del mindfulness es
un abordaje novedoso y no hay una única manera de utilizarlo. El mismo, puede ser
abordado de maneras diferentes; como un programa sistematizado, como una
intervención no sistematizada o como un complemento de otras intervenciones.
(Restovich, G., Barrios, M., Bordón, A., & Ferrigno, M., 2017)

En el presente trabajo, se busca indagar los efectos que tienen las intervenciones
basadas en mindfulness en la ansiedad y el estrés.

Desarrollo

Lazarus y Folkman (1984) aseguraron que una experiencia de estrés se produce al


percibir que una situación es perjudicial o excede los propios recursos. La ansiedad, puede

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verse relacionada con el estrés, ya que puede agravarse por la presencia del mismo o
múltiples factores estresantes. La ansiedad es un estado de aprensión y una respuesta
desproporcionada a una amenaza percibida, que puede interrumpir el funcionamiento
psicológico y manifestarse como síntomas fisiológicos, presión arterial elevada,
sudoración, mareos o aumento del ritmo cardíaco (Editors of the American Heritage
Dictionaries, 2007; Lewis, 1970 citado en Ratanasiripong P, et al., 2015).

Teniendo en cuenta lo dicho previamente; ¿qué impacto a nivel neurobiológico


puede generar el mindfulness?

Para responder a esta pregunta, se llevó a cabo una revisión bibliográfica basada
en la búsqueda de artículos científicos en las bases de datos de PubMed, Scielo y EBSCO.
Fueron revisadas aquellas investigaciones en las cuales se ha realizado una intervención
mindfulness a individuos sin un diagnóstico clínico. Dentro de otros criterios, se
excluyeron aquellos estudios que databan de un año de publicación anterior al 2014,
aunque no se tuvo en cuenta la ubicación demográfica del estudio, ni tampoco si la
intervención era presencial o virtual. Lo que es más, para un mayor aporte, se tuvieron en
cuenta tres revisiones bibliográficas (sin exclusión por año de publicación) que proveen
una amplia investigación con estadísticas de diversos estudios. En función de los criterios
expuestos, se seleccionaron 8 artículos.

Teniendo en cuenta la revisión de Sanchez Iglesias y Vicente Castro (2016)


diferentes estudios evidencian cómo las aplicaciones específicas de la atención plena
aportan a reestablecer el equilibrio emocional, incrementando los estados de ánimo
positivos y las actitudes de aproximación frente a las de evitación (Simón, 2007)

Se ha demostrado que aquellos tratamientos basados en mindfulness incrementan


la irrigación cerebral en áreas corticales y subcorticales (Khalsa et al., 2009; Deepeshwar
et al., 2014 citado en Hernández & Barrachina, 2015). Además, se ha observado la
eficacia en la reducción de cortisol inducida por el estrés, lo que tendría efectos
neuroprotectores al aumentar los niveles del factor neurotrópico cerebral. A su vez, se
evidenció cómo este tipo de meditación puede fortalecer los circuitos neuronales,
mejorando la capacidad cognitiva. Incluso, el beneficio producido sobre los lípidos, junto
con un menor estrés oxidativo, lo cual contribuiría a reducir el riesgo de enfermedad

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cerebrovascular y la neurodegeneración relacionada con la edad. (Xiong, G., &


Doraiswamy, P., 2009 citado en Sanchez Iglesias, A., & Vicente Castro, F., 2016)

Esch (2014) expone en su revisión, que frente a la atención plena, surge la llamada
“respuesta de relajación” (Benson y Klipper 2000; Esch et al. 2003). La misma, compensa
los efectos fisiológicos causados por el estrés. De esta manera, es responsable de algunos
de los efectos clínicos, médicos o terapéuticos observados de la meditación,
particularmente en enfermedades asociadas al estrés como enfermedades
cardiovasculares, inmunes, inflamatorias o neurodegenerativas, incluidas la ansiedad y la
depresión (Esch et al.2003 o Stefano et al.2005).

Fox, K et al. (2014) indagaron también sobre la asociación entre la meditación y


la alteración cerebral. Dichos autores observaron activaciones en el hipocampo y las
estructuras asociadas del lóbulo temporal medial durante la meditación en estudios de
neuroimagen funcional con PET (Lou et al., 1999) y fMRI. (Dickenson et al., 2012;
Engström et al., 2010; Hölzel et al., 2007; Lazar et al., 2000; Monti et al., 2012). La
disminución del funcionamiento del hipocampo se puede asociar con una expresión
inapropiada de estrés (Kaouane et al., 2012). Además, ciertas investigaciones con
roedores han demostrado que los factores ambientales pueden conducir a cambios
estructurales en el hipocampo (ej., aumento de la densidad de los receptores de
glucocorticoides) que tienen un efecto protector contra el estrés (Davidson et al., 2000).
Una posibilidad es que el entrenamiento de meditación mejore la resistencia al estrés a
través de alteraciones estructurales similares. La evidencia adicional de esta noción
proviene de un punto de vista "negativo"; la atrofia del hipocampo se asocia con
numerosos trastornos clínicos que involucran estrés, ansiedad y depresión (e.g., Gurvits
et al., 1996; Watanabe et al., 1992; cf. Hölzel et al., 2011).

Ratanasiripong et al. (2014) presentan un estudio en el cual comparan la eficacia


de dos programas de intervención; biofeedback y mindfulness. Ochenta y nueve
participantes de una universidad pública de enfermería en Tailandia fueron asignados
aleatoriamente a uno de tres grupos: grupo de biorretroalimentación, grupo de meditación
de atención plena o un grupo de control. Todos los participantes recibieron encuestas
previas y posteriores a la intervención, que incluían información demográfica, el
inventario de ansiedad por rasgos estatales y la escala de estrés percibido. Ambos grupos

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recibieron dos sesiones de entrenamiento mientras que el grupo de control no recibió


intervención. Los resultados indicaron que aquellos estudiantes que recibieron la
intervención de biorretroalimentación redujeron la ansiedad. Sin embargo, no
necesariamente disminuyó la intensidad de su percepción al considerar que sus demandas
educativas son sobrecargadas. A su vez, los mismos manifestaron una ansiedad
significativamente menor que aquellos en el grupo de control en la postintervención, lo
que indica una moderada disminución en la misma. Por otro lado, el programa de
intervención de mindfulness redujo significativamente los niveles de ansiedad, así como
los niveles de estrés percibido en los participantes. Estos resultados confirman aún más
el uso de la meditación de atención plena para disminuir la ansiedad y el estrés que se
estableció en investigaciones anteriores.

Con el objetivo explorar la aceptabilidad y el impacto de un curso de reducción


de estrés basado en la atención plena (MBSR) con estudiantes de sexto grado, Bennett,
K., y Dorjee, D. (2016) llevaron a cabo un estudio piloto con 23 participantes. Se
obtuvieron puntajes en las medidas de bienestar, logro académico y asistencia en tres
instancias de tiempo: preintervención (T1), postintervención (T2) y seguimiento de 3
meses (T3). Los datos se recopilaron durante la semana anterior al inicio de la
intervención (T1), la semana de la sesión de intervención final (T2) y durante la primera
semana de exámenes (T3). Luego de la intervención, se les ofreció a los participantes la
oportunidad de completar una evaluación confidencial sobre la experiencia. La mayoría
de los estudiantes (90%) indicaron que recomendarían MBSR (o un curso similar de
mindfulness) a otros estudiantes. A su vez, se encontraron resultados evidentes del efecto
sobre la reducción de los niveles de ansiedad después de completar el curso (T2-T3).

Dvořáková, K., et la. (2017) evaluaron la eficacia y la viabilidad de un


entrenamiento de atención plena con el objetivo de promover la salud y el bienestar de
los estudiantes universitarios de primer año. Para esto, realizaron un estudio donde
participaron 109 estudiantes. El mismo, se llevó a cabo utilizando el programa Learning
to Breathe (L2B), un programa universal de atención plena adaptado para que coincida
con las tareas de desarrollo de la transición universitaria. Se pidió a los participantes que
asistieran a un total de 8 sesiones durante 6 semanas (2 sesiones por semana durante las
primeras 2 semanas y 1 sesión por cada una de las 4 semanas restantes). Las sesiones se
realizaron por la tarde en los pasillos residenciales de primer año, y cada sesión duró

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aproximadamente 80 minutos. Los grupos consistieron en 20-25 estudiantes, con un líder


y un asistente. En el dominio de la salud mental y el bienestar, los participantes de la
intervención informaron niveles significativamente más bajos de depresión, de la
ansiedad y niveles significativamente más altos de satisfacción con la vida en
comparación con los participantes de control. Lo que es más, la mayoría de los estudiantes
consideraron que el programa era útil para (1) reducción del estrés y manejo del estrés
(95%), (2) habilidades de autorregulación (52%) y (3) llevar un estilo de vida más
saludable (48%).

Barattucci, M., et al. (2019) realizaron un estudio con el objetivo de analizar la


eficacia del Modelo IARA basado en la atención plena.(un acrónimo italiano traducible
en reunión, cumplimiento, responsabilidad, autonomía) para mejorar el estrés percibido,
la ansiedad y la regulación emocional entre los profesionales de la salud. Para esto, hubo
497 participantes. Se realizó una evaluación aleatoria previa y posterior con un grupo de
comparación, que incluía la realización de un cuestionario al comienzo (T0) y al final de
la capacitación (T1). Cada grupo se reunió 4 veces durante 8 horas. Se informaron
reducciones significativas en las dificultades emocionales, la ansiedad y el estrés
percibido, en comparación con aquellos trabajadores que no asistieron a ninguna
capacitación.

Por su parte, Parmentier, F. et al. (2019) realizaron un estudio con el objetivo de


examinar los efectos de la atención plena sobre la depresión y la ansiedad, tanto directa
como indirecta a través de la medición de cuatro mecanismos de regulación emocional:
preocupación, rumiación, reevaluación y supresión. Para el mismo, incluyeron a 1151
adultos incluidos meditadores y no meditadores, que completaron una batería de
cuestionarios en línea. Los resultados arrojaron que la atención plena disminuyó la
depresión y ansiedad al aumentar la reevaluación y al reducir la preocupación, la rumia y
la supresión. Sin embargo, estos factores mediadores no explicaron por completo la
relación entre la atención plena y la depresión o ansiedad. En otras palabras, la meditación
aumentó significativamente la atención plena, pero no tuvo efecto directo sobre la
depresión o ansiedad. Esto sugiere que pueden no ser los procesos reales ejercidos por los
participantes durante la meditación los que ayudan a reducir los síntomas, sino más bien
la adquisición resultante de aptitudes o habilidades que afectan la forma en que los
individuos manejan los eventos y situaciones.

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Conclusión

A partir de los artículos revisados, se puede concluir que en la literatura empírica actual,
las intervenciones clínicas basadas en el entrenamiento en habilidades de atención plena
se describen con mayor frecuencia, y su popularidad parece estar creciendo rápidamente.
Evidenciado por diversos estudios, las intervenciones basadas en mindfulness pueden
ayudar a aliviar una variedad de problemas de salud mental y mejorar el funcionamiento
psicológico (Baer, R., 2003). Particularmente, se evidencian resultados favorables tanto
en el estrés como la ansiedad.

A pesar de los resultados observados, los estudios expuestos no se encuentran


extentos de limitaciones ya que algunas muestras son muy reducidas, por lo tanto no
queda claro si se podrían generalizar los resultados (Dvořáková, K., et la., 2017). Por otro
lado, ciertos grupos no estaban bien equilibrados en cuanto al género, aunque los análisis
post hoc no mostraron que este factor haya impactado en el patrón de hallazgos (Bennett,
K., & Dorjee, D., 2016). Lo que es más, si bien el uso de encuestas en línea permite llegar
a una muestra de participantes más amplia y diversa de lo que hubiera sido posible en un
estudio tradicional de laboratorio, se debe tener precaución al interpretar los hallazgos ya
que en los estudios en línea, se confía en voluntarios que pueden no ser totalmente
representativos de la población general. (Parmentier, F. et al., 2019)

Si bien las investigaciones científicas sobre los efectos del entrenamiento de


mindfulness contienen diversas debilidades metodológicas, día a día surgen nuevos
estudios que prueban que las intervenciones de mindfulness pueden conducir a la
reducción de una variedad de condiciones problemáticas, que incluyen dolor, estrés,
ansiedad, recaída depresiva y diversos trastornos (Kabat-Zinn, 1982 citado en Baer, R.,
2003).

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Referencias

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