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“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el
presente” (Gustave Flaubert)
El lunes, 26 de abril de 2010, monseñor Juan Antonio Martínez Camino dijo que
la Conferencia Episcopal Española (CEE) no se ha pronunciado acerca del uso del
velo islámico en los colegios, que es un problema de técnica reglamentaria al que
cabe dar diversas soluciones aceptables. Declinó también pronunciarse sobre si
el hiyab es o no un signo religioso en sentido estricto. Pero sí quiso advertir una
cosa: quienes aprovechan este debate para sacar la improcedente conclusión de
que los signos religiosos han de ser eliminados del espacio público contradicen la
Constitución, que, en el artículo 16.1, consagra el derecho de los individuos y de las
comunidades a manifestar sus creencias sin más límite que el del orden público.
(ECCLESIA DIGITAL) [0]
Que es el Velo
El velo es una toca o especie de mantilla que utilizan las mujeres para cubrirse la
cabeza y parte o la totalidad del rostro. En especial, se llama así al que se ponen de
color negro a las religiosas al tiempo de hacer su profesión siendo el que traen las
novicias blanco para distinguirlo.
El velo de novia es el complemento de tul u organza que luce la futura desposada
durante las ceremonias religiosas de boda. La tradición dicta que el velo debe cubrir
la cara de la novia hasta que se ha realizado la unión. En este momento, el novio lo
levanta y besa a la novia.
"En I Corintios Pablo trata del asunto respecto de las diferentes maneras de
cubrirse la cabeza que distinguen apropiada mente a varones y mujeres cuando
oran o profetizan en la adoración. Pablo alabó a la iglesia en este punto porque no
se habían apartado de modo significativo de la esen cia de lo que él había enseñado
anterior mente. Sin embargo, no tos elogió en cuan to a lo que oyó sobre la
conducta que tenían en la Cena del Señor. La acción de ellos causó más daño que
beneficio. La Cena del Señor debía ser una celebración de unidad; en cambio, se
intensificaban las divisiones en la Iglesia."
"era una prenda de vestir que las mujeres orientales usaban especialmente para
salir a la calle o viajar. El velo les cubría el rostro con la excepción de un solo ojo
(Cnt 4.9). En ocasiones cubría todo el cuerpo a manera de manto (Gn 24.65; Rt
3.15; Ez 13.18), y era generalmente de seda negra y lino. El velo no era un simple
ornamento, sino que tenía significado ético: la mujer lo usaba para ocultarse de las
miradas de los hombres, menos de las del marido o parientes cercanos (Gn 24.65).
Era una desgracia que un hombre sorprendiese a una mujer sin el velo sobre el
2
Historia
El primer caso de velo para las mujeres se registra en un texto legal asirio del s.
XIII A.dC. que restringió su uso a las mujeres nobles eres asi y prohibió a
prostitutas y a mujeres del campo común adoptarlo. Los textos griegos también
han hablado del velo y del aislamiento de las mujeres que son practicadas entre la
élite persa. Las estatuas de Persépolis representa a mujeres cubiertas por el velo y
descubiertas en lo que parece ser considerado una cualidad de un estatus superior.
Durante muchos siglos, hasta en torno a 1175, las mujeres anglosajonas y luego
las Anglo-Normandas, a excepción de las muchachas jóvenes solteras, usaron velos
que cubrieron enteramente su pelo, y a menudo sus cuellos hasta la barbilla.
Solamente en el período Tudor (1485), cuando las capuchas llegaron a ser cada vez
más populares, los velos de este tipo llegaron a ser menos comunes.
Por siglos, las mujeres han usado velos finos, pero solamente bajo ciertas
circunstancias. A veces, un velo de este tipo se ponía encima y se fijaba al gorro o
sombrero de una mujer durante el luto, especialmente en el entierro y durante el
período subsecuente alto luto. También habrían sido utilizados, como alternativa a
una máscara, como método simple de ocultar la identidad de una mujer que
viajaba al encuentro de un amante o haciendo cualquier cosa que ella no quisiera
que la gente de alrededor descubriera.
Más pragmáticamente, los velos también fueron usados a veces para proteger la
tez contra daño del sol y del viento (cuando la piel sin curtir estaba de moda), o
para resguardar la cara de una mujer del polvo.
3
Hasta el Concilio Vaticano II la mujer solía cubrirse la cabeza con un velo al entrar
a un templo (una iglesia). Esta tradición sigue en vigor en las iglesias
ortodoxas. http://es.wikipedia.org/wiki/Velo
Nota.
Debe recordarse que un problema en particular era que la reunión cristiana, la
eklesia, tenía su contrapartida secular en el organismo que gobernaba la ciudad.
Esa reunión se realizaba normalmente en un teatro. ¿Qué sucedería cuando una
reunión cristiana, eklesia, se realizaba en una casa particular, donde la autoridad
era una mujer, y en la que ella no se cubría la cabeza? Aunque este es un punto de
controversia entre los comentadores, el tema parece no ser respecto de hombres y
mujeres en sí, sino respecto de esposo y esposa; esta es una traducción legítima de
ambos términos. También ayuda a entender la declaración sobre quién es cabeza
(cf. Ef. 5:22–33, donde se utilizan las mismas palabras). Debe destacarse, además,
que no sólo los hombres oraban y profetizaban en la iglesia apostólica; las mujeres
tenían una función legítima en la adoración.
(Com. Bibl. s. XXI,Si se desea más información sobre la profecía en la iglesia, ver el
comentario sobre 14:1–25.)
• [2] 11.2-34 En esta sección instruye Pablo a los corintios sobre dos temas
de disciplina interna: la conducta de las mujeres en el culto (11.2-16) y la
celebración de la Cena del Señor (11.17-34).
• [3] 11.2-16 No obstante su posición inferior en la sociedad de aquellos
tiempos, desde el principio las mujeres tuvieron una participación activa en
la iglesia cristiana (cf. Ro 16.1,6,12; Flp 4.2-3). Pablo reconoce la igualdad
en Cristo de hombres y mujeres (Gl 3.28), y permite que ambos oren y
5
El velo era la característica distintiva del vestido de la mujer. Todas las mujeres,
con excepción de las criadas y mujeres de baja condición de vida, usaban el velo.
Las mujeres, por lo general nunca se lo quitaban, a menos que estuvieran en
6
Me voy referir al tema del velo para cubrirse la cabeza la mujer y la contra parte
que es el hombre quien no se cubre la cabeza. Quisiera mostrar que es un tema
bíblico, aunque no creo sea necesario practicarlo literalmente y a la vez me da
curiosidad como la iglesia ha huido del tema a partir del feminismo moderno. Aún
cuando la costumbre era que las mujeres usaran un velo que cubriera
completamente la cabeza, cuando estaban en público, esta costumbre no se
guardaba estrictamente entre las mujeres hebreas. Se les daba más libertad que la
que se permitía a las mujeres árabes.
Los egipcios vieron el rostro de Sara (Gen. 12:14). Cuando estaba orando, Elí "vio
moverse su boca" (1 Sam. 1:12). Cuando una mujer se bajaba el velo, estaba
estrictamente prohibido a cualquier persona levantárselo, pero ella estaba en
libertad para hacerlo si así lo deseaba. Jesús dijo: "Cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"(Mat. 5) La Escritura
indica que las mujeres algunas veces exponían su a la vista. Las solteras eran
siempre más idóneas para cubrirse el velo que las mujeres casadas.
Lo más probable es que el mensaje liberador del Evangelio llevase a algunas de las
primeras cristianas a promover una especie de contrarreacción que, como casi
todas las contrarreacciones de la historia, pudo constituirse en una actitud
descompensada y avasallante contra los enormes abusos y discriminaciones
recibidos. Esta libertad y autoestima reforzada en Cristo seguramente provocó una
rebeldía que se canalizaría en la ruptura de muchos de los formalismos clásicos que
distinguían a las mujeres sumisas y formales, según los cánones culturales de
entonces. Sin embargo, es fácil comprender que esta actitud de algunas cristianas
no fuese bien entendida del todo por cada uno de quienes se iban incorporando a la
recién nacida Iglesia de Cristo. Por esta razón, Pablo opta por llamar a la concordia
y el talante entre creyentes de diferentes trasfondos advirtiéndoles de “que esta
libertad vuestra no venga a ser tropiezo para los débiles” (1 Corintios 8,
9), motivo por el que el apóstol alude a la conveniencia del decoro en pos de evitar
escándalos y fútiles enfrentamientos.
160–222 d.c. escribe que no sólo las mujeres casadas, sino también las vírgenes
usaban el velo en las iglesias que fueron establecidas en la época apostólica. Otro
líder cristiano de la antigüedad, Crisóstomo, testifica que en su época también
todas lo llevaban. En las catacumbas [Un conjunto de pasillos y cuartos
subterráneos debajo de Roma donde se escondían los cristianos durante tiempos de
persecución.] se pueden ver muchos dibujos en las paredes hechos por los
cristianos de los primeros siglos. En esos dibujos las mujeres tienen la cabeza
cubierta con un velo.
Tertuliano testificó que los corintios aún fielmente practicaban el uso del velo.
Luego hizo esta observación: "Lo que los apóstoles enseñaron, sus discípulos
aprobaron." La pluralidad ahí implica una enseñanza autoritaria, universal, y unida.
En más o menos esa misma época, Clemente de Alejandría y también Hipólito se
basaron en 1 Corintios 11 para enseñar la práctica del velo.
Otros que enseñaron sobre el velo fueron Crisóstomo (vivió del 344 al 407) y
Agustín (vivió del 354 al 430). Juan Calvino, uno de los reformadores, afirmo,
"Si alguien ahora dijere que su cabello es suficiente, como un velo natural, Pablo
dice que no lo es, pues es un velo del tipo que requiere el uso de otra cosa para
cubrirlo."
EL ORDEN DE AUTORIDAD
(VERSÍCULO 3)
Dios ama el orden.1 Por esto ha establecido el orden que debemos seguir en la
iglesia. Cuando nosotros nos salimos de este orden nos rebelamos contra él. A
partir de ese momento Dios nos quita el derecho de llamarnos cristianos.2
La mujer cristiana sí tiene un ministerio que cumplir. Ella también tiene dones
espirituales que ejercer en el reino de Dios. En la iglesia primitiva vemos que
muchas mujeres ejercían sus dones ayudando grandemente en la obra.6 Pero
siempre lo hacían según este orden bíblico, no participando en la administración de
la iglesia. Las mujeres no ejercían autoridad sobre los hombres.
Aunque Dios ha puesto una distinción clara entre el hombre y la mujer, los dos se
necesitan el uno al otro. Los versículos 11–12 ilustran perfectamente esta
interdependencia. La primera mujer fue creada de una costilla del primer hombre.
Pero ahora cada hombre nace de una mujer. El hombre y la mujer dependen el uno
del otro. Las mujeres necesitan de los hombres en cuanto a sus cualidades de
fuerza y liderazgo. Los hombres necesitan de las mujeres a causa de su gentileza y
virtud. Sin embargo, como dice la última frase del versículo 12, "todo procede de
Dios". ¡Qué ilustración más perfecta de armonía e intercambio!
EL SÍMBOLO DE AUTORIDAD
(VERSÍCULOS 4–7)
Si el hombre cristiano se cubre su cabeza con algún cubrimiento que tenga una
apariencia religiosa entonces estaría declarando que él no desea ejercer la
autoridad dada por Dios. De esa manera él estaría afrentando (deshonrando) a
Cristo. La cabeza descubierta y el cabello bien cortado declaran que el hombre
cristiano es varonil y que está dispuesto a aceptar sus responsabilidades en la
iglesia.
La mujer que ora y profetiza debe reconocer la autoridad del hombre al cubrirse la
cabeza con un velo. Dios formó a la mujer del hombre y para el hombre.7 Cuando
la mujer cubre su cabeza muestra que se sujeta al hombre y que está en armonía
con el plan de Dios para ella. Esto le da a ella autoridad para orar y profetizar. Pero
como ya hemos visto, su derecho de profetizar no incluye enseñar a los hombres ni
ejercer autoridad en la congregación (1 Timoteo 2.11–12; 1 Corintios 14.34–35).
dominio sobre el hombre y de esta manera rechaza el lugar que Dios le ha dado. Lo
cierto es que esto constituye una rebelión contra Dios, porque Dios es quien le ha
dado al hombre la autoridad sobre ella. Es por ello que para la mujer rebelde que
no quiera arrepentirse le corresponde completar su vergüenza, cortándose el
cabello o rapándose completamente.
(VERSÍCULOS 8–15)
2. La evidencia de los ángeles (v. 10). Aun estos seres creados por Dios para cuidar
y servir a sus hijos11 toman en cuenta la sujeción de la mujer cristiana. Ellos
mismos se sujetan a Dios. De otra manera, perderían su lugar en el cielo.12 Los
ángeles de Dios se complacen en la sujeción gozosa de la mujer cristiana, que se
manifiesta por medio de su obediencia al cubrirse con un velo. Cuando la mujer
lleva esta señal de autoridad, goza de la presencia y la protección de los ángeles.
Entonces, ¿qué más se necesita para convencer a toda mujer cristiana que es
necesario usar el velo como un cubrimiento? La creación lo apoya, los ángeles lo
aprueban, y la naturaleza lo enseña. ¿Qué más se necesita?
Con todo, Pablo dice que si alguno quiere contender sobre esta enseñanza la
costumbre de las iglesias apostólicas la apoya también. No tenían la costumbre de
dejar que las mujeres anduvieran sin el velo.
11
Del contexto de este capítulo podemos notar que esta enseñanza es concerniente a
la mujer en su relación con la iglesia. Es por eso que toda mujer cristiana debe
cubrirse, sea casada o soltera. Aquí no se refiere solamente a la mujer casada,
pues dice: "el varón" y "la mujer". No dice: "el marido" y "la esposa". Tertuliano
(160–222 d.c.) escribe: "Te ruego, seas tú madre, o hermana, o hija virgen, cubre
tu cabeza".
Pero amonestamos a las mujeres que no dejen esta disciplina del velo ni por un
momento, ni siquiera por una hora.—Tertuliano (160–222 d.c.)
Además, el velo debe llevarse todo el tiempo por causa de los ángeles. La mujer
cristiana necesita de su presencia y protección continuamente; no sabe en qué
momento se acercará cualquier peligro o amenaza.
En conclusión, el ejemplo del cabello también enseña que la mujer cristiana debe
llevar el velo en todo momento. El cabello no puede ser quitado y puesto a
voluntad, por ejemplo, sólo para los cultos. Si el cabello fuera el cubrimiento al que
Pablo se refiere en los versículos 3–7 entonces todos los hombres debieran ser
calvos. Pablo escribe: "Si la mujer no se cubre, que se corte también el
cabello" (v. 6). Esto quiere decir que o bien está cortado el cabello o no se corta.
Si estuviera cortado, que no se ponga el velo. Mientras no esté cortado, que se
cubra en todo momento.
La Biblia no enseña alguna forma o algún patrón específico para el velo. Pero
pensando en el significado espiritual que tiene el mismo concluimos que no debe
12
Muchos han rechazado el velo, diciendo: "El apóstol dice en el versículo 15 que el
cabello es el velo. Entonces no se necesita otro cubrimiento."
Si usted lee los versículos 4–7 cuidadosamente notará que Pablo habla de dos
cosas distintas, el cabello y el velo. "Si la mujer no se cubre, que se corte
también el cabello" (v. 6).¿Acaso usaría la palabra "también" si hablara sólo de
una cosa? Si en este caso el cabello fuera el velo, cuando ella se descubre ya no
tendría cabello para cortar. También notamos que el velo que se menciona en estos
versículos es algo que se puede poner y quitar, lo cual no se puede hacer con el
cabello.
Ya notamos que el apóstol usó el ejemplo del cabello (el velo natural que Dios le ha
dado a toda mujer) para comprobar la necesidad del uso de otro velo (un símbolo
de lo espiritual y un cubrimiento para el cabello). Es triste ver que lo que él dijo
para apoyar esta ordenanza haya sido torcido por algunos para destruir la
misma.15
Además, en el idioma original que fue escrito el Nuevo Testamento, en griego, este
pasaje emplea dos palabras distintas. La primera se usa en los versículos 5–6 y la
otra en el versículo 15. La primera (katakalupto), que se traduce como cubrirse,
quiere decir "cubrirse plenamente, velar, esconder". Esta palabra se refiere al velo
artificial que simboliza la sumisión de la mujer y se manifiesta cuando ella cubre el
velo natural, el cabello. Y la otra palabra (peribolaion), que se traduce velo en el
versículo 15, se refiere al velo natural que Dios le ha dado a toda mujer. Si el velo
del versículo 15 fuera el mismo velo de los versículos 5–6, ¿no se usaría una sola
palabra en vez de dos? ¿No queda claro que se refiere a dos cubrimientos, uno
simbólico y el otro natural? Claro que sí.
Estos "indoctos e inconstantes" piensan que lo que Pablo dice aquí es que si alguno
no quiere recibir esta doctrina, está bien, no hay problema. Ellos dan a entender
que la misma no se practicaba en ninguna de las iglesias de Dios. Algunos hasta se
atreven a decir que no es obligatorio, sino que es algo que pertenece a la opción de
cada persona.
13
Pero, ¿cómo es que podemos hablar así de la santa palabra de nuestro Dios?
¿Acaso habla Dios en vano? Él no hubiera inspirado a Pablo a escribir las
instrucciones de la primera parte del capítulo para luego desecharlas en el versículo
16. Dios no se contradice.
"Si alguno quiere oponerse a esta ordenanza, sepa que las iglesias de Dios no
tienen tal costumbre de que las mujeres anden sin velo."
Sí, este pasaje tiene la autoridad divina. Lea otra vez los primeros dos versículos de
este capítulo. Además, no olvide lo que aparece en 1 Corintios 14.37–38.
6. ¿NO SERÁ ACASO QUE ESTE PASAJE ES TAN SÓLO PARA LOS
CORINTIOS?
Otros dicen que este capítulo fue algo escrito sólo para las mujeres de aquella
época en la cultura de Corinto y que ya no tiene vigencia. ¿Acaso ellos podrían decir
lo mismo de la última parte del capítulo que habla de la santa cena? Además, al
comenzar esta epístola Pablo la dirigió "a la iglesia de Dios que está en Corinto, a
los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en
cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 1.2).
Esto incluye a todos los creyentes de toda época y de toda cultura. Es por eso que
Pablo advirtió en la misma carta: "Si alguno se cree profeta, o espiritual,
reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor" (1 Cor.
14.37). Recordemos que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil ... a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto" (2 Tim. 3.16–17).
Notemos también que todas las evidencias citadas por Pablo que apoyan el uso del
velo (vv. 8–16) son cosas que tocan igualmente a las mujeres de cualquier época y
cualquier cultura: la creación, los ángeles, y la naturaleza. Son cosas que no
cambian, no importa el siglo ni el lugar.
Algunos tratan de justificarse, diciendo: "Pero hay tantas iglesias que no requieren
el velo, y ellos son buenos cristianos". Otra vez, escuchemos la palabra de Dios.
¿Quién es un "buen cristiano"?
—Felipe Danner
LA GLORIA DE DIOS
El hombre. Es la gloria de Dios, la obra maestra de sus manos, ya que del polvo fue
sacado. ¿No es el polvo el alimento de la serpiente dice la Escritura? De allí lo sacó
Dios para hacer de él un alma viviente. De la misma manera Dios hizo ahora con
nosotros, que no éramos nada, sino sólo polvo, y nos levantó para hacer de
nosotros espíritus que den vida, testigos de Su resurrección, ministros del nuevo
pacto, hijos de Dios. En esto consiste la gloria de Dios, en hacer de la nada algo
glorioso.
El varón debe de estar descubierto cuando ora o profetiza. Esto vino a revolucionar
las costumbres de los judíos que habían abrazado el cristianismo, que hasta
entonces se cubrían al orar o leer la palabra (2 Corintios 3:15). Pero ¿cuál es la
razón de que como varones debamos orar y profetizar descubiertos?
Es pues una deshonra a Dios orar o profetizar cubiertos, ya que la gloria de Dios,
que es Cristo, el varón perfecto, ha sido revelada y es la estatura que anhelamos
alcanzar.
La mujer no provino del polvo, sino del cuerpo de Adán y de las manos de Dios.
Hubo un trabajo mutuo entre el varón y Dios para que la mujer fuera “carne de su
carne y hueso de sus huesos”. Al varón le correspondió dormir para que Dios se
dispusiera a formarla. Esto implica que el varón tenía que callar y reposar en Dios
hasta que la mujer tomará la forma que Dios tenía preparada y no la que el varón
quisiera. Así se hizo el varón de su propia gloria.
La mujer debe cubrirse cuando ora y profetiza nada más. Esto significó una
liberación para la mujer judía que se había convertido a Cristo, ya que antes todo el
día acostumbraba traer el velo puesto. Sin embargo para las corintias, y para todas
15
las iglesias de Dios (1 Cor 11.16), seguramente fue difícil aceptar la nueva norma,
la cual aparece en el texto no como una razón cultural, sino más bien por razones
sumamente espirituales:
• 1) Porque ella es gloria del varón (de la cual nos estamos ocupando ahora);
• 2) porque se hace una con la rapada, y
• 3) por causa de los ángeles.
Si Cristo dijo que el Padre es mayor que Él era porque se refería a rangos de
autoridad. La palabras afrenta o deshonra se refieren a este punto precisamente,
ya que ] “el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha
opuesto” (Romanos 13:2). Creo que el núcleo duro del tema del velo es
precisamente la autoridad. Dios, al decir que el varón es antes que la mujer, no
quiere decir que éste sea mejor que ella, sino que él es responsable ante Dios
primero y después ella. Cuando Dios dice que la mujer proviene del hombre no
quería decir que ella fuera menos que él, sino que el que tenía que dar la cara ante
su Señor, como su delegado para guardar el huerto. Sabido es que la mujer es más
metida con Dios que nosotros los varones, ella es más sensible, más humilde, ha
llenado los templos, no sólo los cristianos, sino también los católicos y los de
muchas otras religiones, y es más fuerte no sólo físicamente (recuerden el parto),
sino también espiritualmente. Una mujer trajo a Jesús y muchas fieles, a diferencia
de los hombres que le seguían, le vieron morir. Si el problema no es la mujer, el
problema somos nosotros los hombres que muchas veces nos quedamos atrás.
• 1. 1 Corintios 14.33, 40
• 2. Mateo 7.21; 1 Juan 5.3
• 3. Filipenses 2.5–8
• 4. Efesios 5.23–24
• 5. 1 Timoteo 2.11–15; 1 Corintios 14.34–38
• 6. Hechos 9.36–42; 21.9; Marcos 14.3–9; Romanos 16.1–6, 12; Filipenses
4.3; 1 Timoteo 2.15; 5.10, 14; Tito 2.35
• 7. Génesis 2.18–24
• 8. Génesis 1.26; 2.15; 2.18
• 9. Génesis 1.28
• 10. Deuteronomio 22.5
• 11. Hebreos 1.14
• 12. Judas 6
• 13. 1 Tesalonicenses 5.17; 1 Pedro 3.15
• 14. 1 Timoteo 2.9–10; 1 Pedro 3.1–6
• 15. 2 Pedro 3.15–18
• 16. 2 Corintios 10.12
2. Propósito de la práctica cultural. Pablo no está hablando acerca del velo que
cubre el rostro de una mujer, sino de un chal colocado en la cabeza durante el culto
adoración. La práctica de que una mujer cubriera su cabeza era común en las
sociedades griegas y romanas. Estudios realizados con respecto a la práctica
romana revelan que a las prostitutas se les prohibía colocarse uno, y que tanto
hombres como mujeres cubrían su cabeza durante la adoración, como un signo de
reverencia y piedad. De hecho, el chal formaba parte de la túnica griega; no era
una pieza separada. La cultura griega no requería que los hombres cubrieran su
cabeza durante la adoración. También era así entre los judíos. En la cultura
romana, que las mujeres cubrieran su cabeza era un símbolo de valores morales
elevados, preservación de la femineidad y compromiso con el esposo; utilizarlo
traía honor a su esposo y a su familia.
INTRODUCCIÓN
formulada por los corintios (ver Corintios 7:1; Corintios 8:1; etc.), o está tratando
este asunto con la intención de corregir un comportamiento “incorrecto” de algunas
mujeres de la iglesia griega (ver 1:11). Pero sea una cosa u otra, no afecta para
nada la exégesis que intentamos hacer en este artículo.
Creemos que la clave para conocer cuál fue el comportamiento “indebido” que
Pablo quiso corregir se encuentra en la pregunta retórica que el Apóstol les
formuló:
• “Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?" (v.13).
Por motivos que ignoramos (pero que más adelante especulamos), la mujer
cristiana de Corinto empezó a prescindir de dicha prenda, con todas la
implicaciones que ello conllevaba. Pablo, en su apología apela tanto a argumentos
teológicos como a argumentos convencionales de la costumbre. Pero todos los
argumentos que el Apóstol expone antes y después de esta pregunta tienen el
propósito de convencer a sus lectores de la respuesta lógica que su pregunta
implica, a saber: “No era propio” que la mujer orara a Dios sin cubrirse la cabeza.
Pablo usa el término “cabeza” con dos sentidos diferentes. Uno, en sentido físico
para referirse a esta parte del cuerpo: la que había que cubrir con el velo; y otro,
en sentido figurado significando autoridad (o superioridad): el varón era “cabeza”
de la mujer como Cristo era “cabeza” del varón (v. 3).
La frase “cubrir la cabeza”, en este texto, se usa siempre en sentido físico: cubrir la
cabeza con el velo, la prenda de vestir (vs. 4-7). Cuando Pablo dice que “todo
varón que ora o profetiza… toda mujer que ora o profetiza” (vs. 4 y 5), se
está refiriendo al varón y a la mujer en general. Es decir, el varón, cualquier varón,
deshonra su cabeza [la cual es Cristo] si se cubre con un velo, y la mujer, cualquier
mujer, deshonra su cabeza [la cual es el varón] si NO se cubre con el velo.
Por otro lado, Pablo infiere el contexto (especial pero no exclusivamente) en el cual
la mujer debe cubrirse la cabeza: cuando “ora o profetiza” en la asamblea. Aclarar,
además, que una cosa es orar y otra diferente es profetizar, cualquiera que sea la
acepción de esta última palabra. Algunos exegetas de las “Iglesias de Cristo” no
quieren hacer esta distinción de términos, pues ello implicaría aceptar que la mujer
oraba en la iglesia de Corinto, al margen de que tuviera o no el don de profetizar
(privilegio de orar que ellos niegan a la mujer); y, por otro lado, limitan a una sola
acepción el término “profetizar” (revelar lo por venir); así, como hoy no hay
profetas que revelen nada, (y el velo, según ellos, era para las profetisas) liquidan
el asunto del velo por el camino más corto. ¡Pésima exégesis!
Por nuestra parte, pues, concluimos esta introducción afirmando que el tema
central de 1 Corintios 11:2-15 radica en el hecho de “cubrirse o no cubrirse” con el
velo. Y teniendo en cuenta que esta prenda era el signo físico y visible de la tutela
de la mujer, el tema subyacente de este texto es la autoridad del varón sobre la
mujer, tema presente en otras secciones de esta misma carta (por ejemplo, 1
Corintios 14:34-35 ).
Desglosamos este artículo en cinco partes: a) Significado estético, ético y legal del
velo; b)Exegesis del texto; c) Implicaciones de la supresión del
velo; d) Observaciones hermenéuticas pertinentes del texto; y e) Qué motivó a las
mujeres cristianas de Corinto para prescindir del velo.
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Parece ser que la tradición de ocultar la cara de la mujer tras un velo en Oriente
tiene su origen en una ley asiria del año 1200 a.C.[1] .. Los primeros datos en
la Biblia respecto al uso del velo lo hallamos en la historia de Isaac. Cuando el hijo
de la promesa se acercaba a la comitiva donde venía Rebeca, y el criado de
Abraham le informó a ésta que se trataba de Isaac, Rebeca "entonces tomó el velo,
y se cubrió" (Génesis 24:65). En los días de Jesús, cuando la mujer judía de
Jerusalén salía de casa, llevaba la cara cubierta con un tocado que comprendía dos
velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente con cintas colgantes hasta la
barbilla y una malla de cordones y nudos; de este modo no se podían reconocer los
Significado legal
En segundo lugar (como veremos más adelante) el uso del velo iba más allá de una
simple y tradicional costumbre de los pueblos de Oriente Medio relacionado con el
pudor. Tras la costumbre del velo había un sometimiento del hombre sobre la
mujer, de los cuales el velo era un símbolo. De momento, veamos las implicaciones
que conllevaba el uso del velo según la exposición de Pablo.
b) La mujer, pues, “debe tener señal de autoridad sobre su cabeza” (v. 10, el
velo), sin la cual deshonra al marido (vs. 3-5). Por el contrario, el varón no debe
cubrirse (“pues él es la imagen y gloria de Dios” – v. 7).
20
Algunos apologistas, para solventar el problema del velo hoy, han simplificado el
tema que expone Pablo diciendo que el cabello largo (¿cuánto de largo?) sustituye
al velo. Pero esta simplificación, además de salirse de la exégesis del texto,
contradice la conclusión del Apóstol expresada en su pregunta retórica:
• "Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?" (v.13),
la cual exige una respuesta negativa: ¡No es propio que ore sin cubrirse!
Si Pablo estuviera enseñando que el cabello largo sustituye al velo, primero, estaría
contradiciéndose a sí mismo toda vez que sus argumentos elaborados (“el varón es
la cabeza de la mujer… el varón no debe cubrirse [la mujer sí]… el varón no
procede de la mujer… la naturaleza misma enseña que…) tienen como propósito
demostrar todo lo contrario: que la mujer tiene que cubrirse con el velo; segundo,
paradójicamente, estaría entonces enseñando que la mujer podía prescindir del
velo porque el cabello largo era un sustituto del mismo. Pero esta conclusión es
incomprensible en el contexto social y religioso de la época del Nuevo Testamento,
donde el velo tenía un significado muy importante, como hemos visto, desde el
punto de vista estético, ético y legal. ¿Cómo, pues, iba a enseñar Pablo que la
mujer podía prescindir del velo porque el cabello ya cumplía esa función? ¡Esta
conclusión entra en conflicto con sus propios argumentos!
Que esto es así (que la mujer debía cubrirse con el velo) lo confirma el
convencionalismo mismo de aquella época. La ironía de Pablo, al decir que si no
quiere cubrirse con el velo que se rape también la cabeza, llega hasta el límite
ético, pues las únicas mujeres que se rapaban el cabello eran las rameras. El otro
motivo por el cual la mujer debía cubrir su cabeza con el velo era por la sensualidad
que el cabello largo despertaba en el varón (este es, hoy, uno de los distintos
argumentos que esgrimen en el mundo islámico). Y, por supuesto, el argumento
más importante del Apóstol: el velo era una señal de la autoridad que el hombre
tenía sobre su esposa bajo la ley patriarcal (vs 7-10).
Implicaciones legales
Pero, sobre todo, la supresión del uso del velo estaba directamente relacionada con
el estatus social y familiar de la mujer. La supresión del velo suponía por sí mismo
una reivindicación de su individualidad. Aunque fuera sólo en el ámbito de los
gestos, la mujer en la iglesia de Corinto se estaba liberando del símbolo externo y
público de aquella clase de sujeción que nada tenía que ver con el espíritu que
abanderaba el mensaje de las Buenas Nuevas de Jesús.
No obstante de estas implicaciones, derivadas del gesto de la supresión del velo por
parte de las cristianas en Corinto, aunque fuera en la esfera de los símbolos, como
era el velo, sus consecuencias estaban fuera de los propósitos de la predicación del
evangelio en aquel siglo. Como también estaba fuera cualquier reivindicación de
quienes estaban en la situación de esclavos. Cuando Pablo sugiere a los esclavos
que, si pueden, "procuren liberarse" (1 Corintios 7:21 ), lo hace desde la posibilidad
de la legalidad vigente: bien mediante la libertad que el amo le concediera, o
pagando el precio por su libertad. El envío del esclavo Onésimo a Filemón, por
parte de Pablo, muestra, antes que nada, la expectativa que cualquier ciudadano
esperaba en esa situación (Carta de Filemón). Cualquier otra cosa hubiera estado
fuera de la ley. Y si el cambio del estatus de la mujer estaba fuera del propósito de
la predicación del evangelio en aquel siglo, ¿cuánto más la supresión del velo, por
los significados añadidos de orden ético y estético que dicha prenda conllevaba?
Desde un punto de vista pragmático, nadie que amara el orden y la estabilidad
hubiera dirigido una reivindicación de género, como las mujeres de la iglesia de
Corinto protagonizaron conscientes o inconscientemente. Ahora bien, el velo era un
simple convencionalismo, una costumbre que, si bien simbolizaba una
22
Como hemos visto, la exégesis descontextualizada de este texto es clara: ¡la mujer
debía cubrirse con el velo! Primero, porque la teología de género [según el orden
social patriarcal], lo exigía; segundo, porque el estatus social tutelado de la mujer
[según el mismo orden patriarcal] lo imponía; y, tercero, porque la costumbre de
aquella época [“la naturaleza”] lo aconsejaba. De hecho, algunos comentaristas
bíblicos lo han defendido como un “mandamiento” de Dios para las mujeres en todo
lugar y en toda época. Y desde una exégesis descontextualizada, ciertamente así
es.[4]
Ahora bien, salvo algunos grupos religiosos que abogan por el uso del velo para las
mujeres de la iglesia, siguiendo la exégesis del texto, la gran mayoría de los
cristianos (incluidos los de las Iglesias de Cristo) rehúsan este mandamiento
alegando razones “culturales” o “costumbristas” de aquella época. Lo cual
celebramos. En efecto, creemos que el uso del velo, incluidos los significados ético,
estéticos y legales que conllevaba, NO es una obligación para la mujer del siglo XXI
en las sociedades llamadas “occidentales”.
Pero esto que acabamos de decir nos lleva a considerar el paralelismo existente
entre las razones argumentadas para imponer el uso del velo y las razones
expuestas para la tutela de la mujer y las consecuencias derivadas de esta tutela.
Pablo usa los mismos o parecidos argumentos tanto para demostrar la obligación
del uso del velo como para demostrar que la mujer debe estar sujeta al varón y
estar en silencio en la iglesia (compárese 1 Corintios 11:6-10 ; 14:34-35; Efesios
5:22-24 y 1 Timoteo 2:11-14 ).
Reconocemos que lo que sigue obedece más a una especulación que a una exégesis
seria del texto. No obstante, creemos que merecen la pena las consideraciones que
hacemos en el contexto del Nuevo Testamento.
Los evangelistas no llamaban al paterfamilias para que creyera y, junto con él, el
resto de la familia como un acto de obediencia al patriarca, sino que llamaba a las
personas de manera individual a que creyeran en el mensaje de la cruz. La
declaración de Jesús:
concepto va más allá del simple hecho de ser salvo: la salvación conlleva
implícitamente un nuevo estatus en la fraternidad y, como consecuencia, en el
plano social. Pablo enseñaba que los creyentes formaban el cuerpo de Cristo, "y
miembros cada uno en particular" (1 Cor. 12:27 ). Es más, como miembros de
ese Cuerpo venían a ser individualmente responsables de sus propios actos, toda
vez que también ellas, las mujeres, habrían que comparecer "ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno [la mujer también] reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo" (2 Corintios 5:10 ). La mujer, porque se
sentía responsable de sus propios actos ante Dios, reclamaba esa libertad de acción
para servir a su Señor y Libertador. La exhortación de Pedro antes citada (1 Pedro
3:1 ), es compatible con la libre decisión que la mujer ha de tomar en casos
concretos: “porque es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”
(Hechos 4:19 ). Estas enseñanzas implícitas en el mensaje del evangelio debieron
de haber corrido como la pólvora entre las clases subyugadas o agraviadas por las
instituciones sociales de la época, también y especialmente entre las mujeres.
Antes que los Evangelios fueran escritos como obras literarias, ya circulaban en
forma de historias (anécdotas) orales fragmentadas. Entre esas historias "acerca de
Jesús" se cree que había una sobre los "Dichos" de Jesús. Entre los Evangelios
sinópticos, Lucas y Mateo incorporan estos "dichos" en sus obras. De hecho, estas
historias orales "acerca de Jesús" fueron el primer material didáctico en la vida de
las jóvenes iglesias, y las enseñanzas de esos "dichos" relacionados con la mujer
eran muy entusiastas especialmente para los oyentes del género femenino.
Ciertamente, Jesús abrió una ventana por la cual entraba un rayo de luz y de
esperanza hacia otra forma de vida, hacia otra manera de entender y vivir la vida,
especialmente para las mujeres sometidas a un estatus en el que carecían de
personalidad jurídica, un estatus reflejado en la vida social, familiar y eclesial de la
mujer. Y todas estas historias "acerca de Jesús" se constituían por sí mismas en un
caldo de cultivo preparando las mentes y los corazones para el gran salto. Las
mujeres de Corinto conocían esas historias e hicieron de ellas la perla más preciosa
hallada.
Para que una mujer se cubra su cabeza para orar, debe primero conocer en que
consiste cubrirse la cabeza con un velo. Para comprender este tema, se requiere
conocer el Gobierno de Dios y la Gracia de Dios. Primero, hemos de saber que Dios
ha establecido dos sistemas en el universo: el sistema de la Gracia y el sistema del
Gobierno de Dios.
de la Gracia, los reyes y los líderes de Israel se hayan del lado del Gobierno de
Dios, sosteniendo el Sistema de Su Gobierno. Cuando el Señor Jesús estuvo en la
tierra, por un lado vino a ser el Salvador del mudo, para librar a los hombres del
pecado. Estos es conforme al Sistema de la Gracia, Dios le envió al mundo para que
por medio de la obra de la cruz pudiera establecer Su propia Autoridad y establecer
Su Reino de modo que los cielos pudieran gobernar sobre la tierra. Este es el
Sistema de Su Gobierno. Su Obra va a continuar hasta que el poder del Diablo sea
destruido y el Reino y el nuevo cielo y la nueva tierra sean introducidos. En aquel
día, los dos sistemas de la Gracia y el gobierno de Dios se juntarán en uno. Es
decir, que durante el tiempo de los nuevos cielos y la nueva tierra, estos dos
sistemas van a ser uno en el Señor Jesús. Él hace los dos aspectos de la Obra de
Dios. Él obra bajo el sistema de Su Gobierno así como bajo el sistema de la Gracia.
El gobierno de Dios no comienza con la creación del hombre sino con la creación de
los ángeles. Esto queda bien claro en la Biblia. Cuando Satán era todavía la estrella
de la mañana, cuando él estaba rigiendo, el Sistema de Gobierno de Dios ya había
empezado. Después de la creación del hombre, entraron en el Reino del Gobierno
de Dios las instituciones básicas como el matrimonio, marido y mujer, la familia y la
relación entre padres y los hijos. La lección básica que todos los hermanos y las
hermanas deben aprender es que nunca deberíamos permitir que la Gracia
interfiera con el Gobierno de Dios. Digo de modo más enfático que nunca en
nuestras vidas debemos permitir que la Gracia interfiera en lo que Dios ha decidido
en Su Gobierno.
eso! Sin embargo, esta es la situación real de la mayoría de los cristianos. ¿Es
usted uno de ellos? ¿Piensas que tienes la potestad de derrumbar y abolir lo que
Dios ha establecido en Su gobierno? Miras lo que le sucedió a Satanás y a sus
ángeles cuando trataron de derrumbar el Gobierno de Dios (Isaías capítulo 14 y
Ezequiel capítulo 28) La rebelión contra el Gobierno de Dios es un pecado mortal.
Todo lo que Dios ha establecido en Su Gobierno, es para que lo obedezcamos y no
para que lo cuestionemos.
Cuando más claramente entiende una persona la Gracia de Dios, mejor va a ser
como siervo o como amo. Cuanto más una persona entiende la Gracia, mejor es
como marido, padre o madre, hijo o ciudadano, porque es más capaz de someterse
a la autoridad. El que recibe más de la Gracia de Dios conoce mejor la manera de
mantener el Gobierno de Dios. No he encontrado nunca a uno que conociendo
verdaderamente la Gracia de Dios DESTRUYA el gobierno de Dios.
Lo que hallamos aquí se refiere al gobierno de Dios. Toda mujer que ora o profetiza
sin cubrirse la cabeza afrenta a su cabeza. Esta es una disposición del Gobierno de
Dios. Por lo tanto, toda hermana debe obedecer esta disposición de Dios. La
relación descrita aquí no es la del padre al Hijo, sino la de Dios y Cristo. Para usar
una expresión moderna Cristo es el representante de Dios. La relación entre el
Padre y Su Hijo, Jesucristo, pertenece a la Divinidad, pero Cristo, enviado de Dios,
se refiere a una disposición de Dios, al Gobierno de Dios. “Y esta es la Vida
eterna, que te conozca a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
a enviado” (Juan 17:3).
El que Dios sea la cabeza de todo hombre es algo que se refiere no al sistema de la
Gracia de Dios, sino al Sistema del Gobierno de Dios. De la misma manera, el que
el hombre sea la cabeza de la mujer pertenece también al Sistema de Gobierno de
Dios. Dios en Su Gobierno establece al hombre como cabeza de la mujer, de la
misma manera que establece a Cristo como cabeza de todo varón. Todo debemos
obedecer lo que Dios ha establecido en Su Gobierno. Dios es, Él mismo la cabeza,
de Cristo, del hombre y de la mujer; Pero en su Gobierno estableció a Cristo como
cabeza; y más adelante hace cabeza al hombre de la mujer. Estos son los tres
grandes principios del gobierno de Dios. El que Dios sea la cabeza de Cristo no
tiene nada que ver con la cuestión de quién es el mayor; más bien, es simplemente
una disposición en el Gobierno de Dios. De la misma manera bajo el Gobierno de
Dios, Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer.
Estas son disposiciones de Dios; estas son designaciones suyas. En Filipenses 2 es
bien claro: El Señor Jesús en su esencia eterna es igual a Dios; pero, pero, en el
Gobierno de Dios para a ser el Cristo, y como Cristo, Dios pasa a ser su Cabeza.
Cristo mismo reconoce en el Evangelio de Juan que
• “El Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer el
Padre; porque todo lo que Él hace, también lo hace igualmente el
Hijo” (Juan 5:19)
• “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
Voluntad del que me envió” (Juan 6:38)
¿Entiendes lo que esto significa? Hoy sólo su Iglesia reconoce que Cristo es la
cabeza del hombre y que el hombre es la cabeza de la mujer. Hemos visto ya cómo
la Gracia de Dios nunca se sobrepone al Gobierno de Dios. Confío que nuestra
lección se hará más clara cuando nos demos cuenta que la Gracia es para apoyar el
Gobierno de Dios, no para derrocarlo. ¿Cómo puede ser nadie tan necio para
intentar hacer uso de la Gracia de modo que interfiera con el gobierno de Dios? El
Gobierno de Dios es inviolable; sus manos siempre lo sostienen. Nadie, por el
hecho que haya creído en el Señor Jesús, puede derribar la Autoridad del Padre, o
aún socavar la autoridad de algún gobierno. No hemos de decir que por el hecho de
ser cristianos no tenemos que pagar impuestos. ¡No, en modo alguno! Cuanto más
buenos cristianos somos, más tenemos que sostener el Gobierno de Dios. Un
hermano o una hermana que conoce el Gobierno de Dios se mantendrá firme
cumpliendo las disposiciones del Gobierno de Dios. Estamos aquí, hoy, para
sostener el testimonio de Dios en el mundo. Dios nos ha mostrado que hay tres
diferentes clases de cabezas: Dios es la cabeza, Cristo es la cabeza y el hombre es
la cabeza. Esto no tiene nada que ver con ser hermanos y hermanas; es
básicamente una cuestión de disposición del Gobierno de Dios. La Gracia se refiere
a hermanos y hermanas, pero el gobierno de Dios es distinto. Dios ha querido en
Su Soberanía que la cabeza de Cristo sea Él mismo, de modo que Cristo ha de
obedecer en todo a su Cabeza; la cabeza del hombre es Cristo, de modo que el
hombre ha de obedecer a su cabeza; y la cabeza de la mujer es el hombre, de
modo que la mujer debe mostrar el signo (el velo) de obediencia sobre su cabeza
cuando ora o profetiza.
29
Dios llama a las hermanas a que exhiban esta disposición y orden. Es por medios
de las hermanas que el Sistema de Gobierno de Dios ha de ser desplegado. Son las
hermanas las responsables de tener el signo de obediencia (un velo) sobre sus
cabezas cuando oran o profetizan. Dios de modo específico requiere que las
mujeres tengan las cabezas cubiertas cuando orar o profetizan, ¿Por qué? Porque
deben reconocer el Gobierno de Dios cuando se presentan delante de Él. Al
presentarse delante de Dios para orar o profetizar, tanto si oran o profetizan, tanto
en lo que va a Dios como en lo que viene de Dios, en cualquier relación con Dios, la
cabeza exige que esté cubierta. El propósito es manifestar el Gobierno de Dios.
Esta señal es un velo sobre su cabeza cuando ora. ¿Por qué debe ponerse un velo
cuando ora o profetiza? Por causa de los ángeles. Conocemos la historia trágica de
cómo pecaron algunos ángeles. Satanás se rebeló contra Dios. Porque deseaba ser
igual a Dios. En otras palabras, el querubín Lucifer intentó exponer su propia
cabeza delante de Dios y rehusó someterse a Su Autoridad. En Isaías capítulo 14
reitera constantemente lo que Satanás decía en su corazón:
En este mismo pasaje vemos que un Querubín se rebela contra Dios y al ser
derrotado, se convierte en Satanás, es decir, en el Adversario de Dios. Apocalipsis
capítulo 12, nos muestra que cuando Satanás cayó, cayó con él un tercio de los
ángeles. ¿Por qué cayeron los ángeles? Porque no se sujetaron a la Autoridad de
Dios, la Cabeza, sino que intentaron tener expuesta sus propias cabezas. Hoy la
mujer tiene que tener un signo de autoridad (UN VELO) sobre su cabeza a causa de
los ángeles cuando ora, esto es, como un testimonio a los ángeles.
Sólo las hermanas en la Iglesia pueden dar este testimonio, porque las mujeres del
mundo no saben nada de ello. Hoy cuando las hermanas tienen el signo de
autoridad (el velo) sobre su cabeza cuando oran, dan testimonio de que:
31
“He cubierto mi cabeza, porque yo no procuro ser la cabeza. Mi cabeza está velada
y acepto al hombre como la cabeza, y al aceptar al hombre como mi cabeza,
significa que también acepto a Cristo como mi cabeza y a Dios como mi cabeza.
Pero algunos de vosotros ángeles os habéis rebelado contra Dios. Esto es lo que
significa a causa de los ángeles. Tengo mi cabeza cubierta con un velo cuando oro o
profetizo como un signo de autoridad. Soy una mujer con la cabeza cubierta. Esto
es un testimonio de obediencia excelente; a los ángeles caídos y a los no caídos.
Pero no es de extrañar que Satanás utilice a hermanos y hermanas en la Iglesia,
para que se opongan a que las hermanas se cubran sus cabezas para orar delante
de Dios. En realidad, cuando las hermanas se cubren sus cabezas para orar, esto
avergüenza a Satanás y a sus ángeles. Pues, al las hermanas cubrir su cabeza para
orar, manifiestan su obediencia al Gobierno de Dios, y al mismo tiempo le
recuerdan a Satanás su rebelión contra Dios. Es por eso, que Satanás y sus ángeles
se oponen en la Iglesia, para que las hermanas no se cubran sus cabezas para orar
o profetizar. Cuando muchas de las mujeres hermanas en la Iglesia ocupan el lugar
que ha sido asignado por Dios y aprender a cubrir su cabeza, envían una palabra no
hablada de testimonio a los ángeles en el aire, el efecto que Dios ha obtenido en la
Iglesia lo que desea. Debido a esto la mujer debe llevar sobre su cabeza un signo
de autoridad (un velo) cuando ora o profetiza, como testimonio a los ángeles.
AMEN.
2.Os alabo. Palabra general de enco mio, que constituye el marco general para las
decisiones específicas. Instrucciones (NC,tradictonts). Enseñanza oral.
4. También el hombre tiene un orden que observar; la cabeza no debe ser cubierta.
Los hombres no deben predicar con el sombrero puesto
5. Ora o profetiza no significa que Pablo estuviera de acuerdo con estas actividades
de las mujeres en el servicio público. Más bien se refiere simple mente a lo que
ocurría en Corinto sin autorización (cf. 14:34,35). La cabeza. La ca beza física de la
mujer, no su marido.
6. Que se corte también el cabello. Ignomi nia para la mujer. Palabras irónicas de
Pablo a las rebeldes. Dice, "Que la censura sea completa, entonces".
7. Autoridad
8,9. Las dos preposiciones “de” y “por causa de” revelan el lugar de la mujer. Tiene
el origen y propósito de la vida en el hom bre (cf. Gn. 2:21-25). La mujer que toma
apellido nuevo al casarse confirma tácita mente la enseñanza de Pablo.
ancianos (cf. Ap. 2:1. La misma palabra se refiere a ángeles en 1 Co. 4:9).
Tampoco se refiere a ángeles malos (cf. Gn. 6:1-4). Se refiere a los ángeles bue
no* que están presentes en las reuniones de culto, puesto que viven en la
presencia de Dios (cf. 1 Co. 4:9; Le. 15:7.10; Ef. 3:10; 1 Ti. 5:21; Sal. 138:1).
14,15. El hecho del cabello corto para el hombre y el cabello largo para la mujer es
una indicación divina en la naturaleza mis ma de que el hombre y la mujer han de
tener en cuenta en la forma de vestirse para la asamblea. Las palabras en lugar de
velo le es dado el cabello no significa que el cabello de la mujer su velo y que no
necesita otro, punto de vista que le quitaría fuerza a 11:2-14. La palabra porque ha
de traducirse en respuesta a (cf. Ellicot, op. cu., p. 208).
16. Tal costumbre, es decir, de que las mujeres asistan al culto sin cubrirse. Algu
nos dicen que era una costumbre propia de Corinto, pero las palabras de Pablo, ni
las iglesias de Dios, demuestran lo contrario. Otros dicen que hoy día no hay que
aplicar la norma (cf. Morris, op. cu., p. 156; Bar clay, op. cit., p. 110). Debería
advertirse, sin embargo, que los motivos dados para llevar velo están tomados de
hechos permanentes, que subsisten mientras dure la economía actual (cf. Godet,
op cit.. II, 133). Pablo sí inculcó esta norma, porque la historia de la iglesia
primitiva es testimonio de que en Roma, Antioquía y África dicha costumbre se
convirtió en norma.
Ninguna mujer decente podía presentarse sin velo en publico en aquel tiempo. El
velo garantizaba la seguridad y el respeto en las calles. Pero había diferencia entre
la costumbre griega y hebrea cuando se trataba de la oración. La mujer griega, al
igual que el hombre, oraba descubierta. Entre los romanos y los judíos, hombre y
mujeres oraban con la cabeza cubierta. La iglesia necesitaba una regla.
La regla que Pablo dio se basaba en los papeles relativos de hombres y mujeres en
el orden creado. También estaba preocupado de no pasar por sobre las costumbres
convencionales de la época y de ese modo desacreditar a los cristianos. Los
hombres, por ser la "cabeza" de la creación, no están bajo otra autoridad sino la
de Cristo; ellos, por lo tanto, deben orar descubiertos. Las mujeres deben orar con
velo, siendo el velo una señal de la aceptación de la autoridad del marido y de las
normas de decencia de la época.
Afrenta su cabeza (4-5): es decir,a Cristo(3). El velo era una señal de sumisión a
otra persona. El hombre debe someterse solamente a Cristo. Toda mujer...afrenta
33
Estamos, pues, en la famosa porción del «velo», que tanto da que hablar en
muchas iglesias y por la que muchos hermanos gastan demasiado tiempo en
discutir minucias, con frecuente olvido de las más importantes enseñanzas de la
Palabra de Dios. Vamos a analizar algunos detalles notables que se prestan a
malentendidos, sintiendo tener que disentir, en la mayoría de ellos, de la opinión
del Prof. Trenchard.
(a) Para comenzar, téngase en cuenta que Pablo está hablando de una
costumbre nueva, introducida en ciertas iglesias de la gentilidad. En efecto, los
varones judíos siempre oraban (y oran aún) con la cabeza cubierta por el tallis, una
especie de «solideo», más o menos amplio. Por otra parte, tanto los varones
griegos, como sus mujeres, oraban con la cabeza descubierta.
Los cristianos, al menos los procedentes de la gentilidad, «adoptaron una práctica
distintiva», como dice L. Morris. Los argumentos que Pablo usa para exhortar a la
observancia de esta norma están, pues, acomodados a esta práctica que los
creyentes habían introducido para distinguirse de la pauta observada, tanto por los
judíos como por los paganos, en sus lugares públicos de oración.
(b) Por Hch. 16:13; 21:9, vemos que también las mujeres oraban y
profetizaban, aunque no en la congregación general (V. 14:34, 35, comp. con 1 Ti.
2:11,12). En la vía pública, como era el caso del grupo de mujeres de Filióos, no
cabe duda de que orarían con la cabeza cubierta, pero no es de creer que se
cubriesen la cabeza para orar o profetizar dentro de casa.
(c) Los w. 5b, 6 significan lo siguiente: Sólo las mujeres de mala fama iban
descubiertas por la calle, y sólo las esclavas iban rapadas. Por tanto, una mujer
decente, como debe ser toda mujer cristiana, debe cubrirse: de lo contrarío, que
se rape la cabeza, pues más vale aparecer en público como esclava que como
ramera. ¿Con qué debe cubrirse? Con el velo que usaban (y todavía usan en
algunos lugares) las mujeres orientales. Pero este velo no es la «mantilla» que
usan en Esparta las mujeres tanto evangélicas como católicas en los cultos; es un
velo más bien espeso y, además, cae por delante hasta cerca de los ojos, como lo
da a entender el verbo griego que en estosversículos se usa.
(d) La razón por la que el varón no debe cubrirse la cabeza (v. 7) es queél es
imagen y gloria de Dios. También la mujer, como ser humano, fue hecha a imagen
de Dios, pero sólo el varón es imagen gloriosa de Dios, porque, como dice Hodge.
«en cuanto al dominio con que el hombre fue investido sobre la tierra. Adam era el
representante de Dios. Él es la gloria de Dios, porque en él se manifiesta
especialmente la majestad divina». Cubrirse la cabeza equivaldría, pues, para él a
renunciar que se reflejase en su rostro la gloria de tal majestad. En cambio, la
mujer está destinada, en lo natural, a reflejar la gloria de su marido, como de
aquél a quien está directamente subordinada (V. Ef. 5:22; 1 P. 3:5. 6).
(e) El difícil v. 10 dice textualmente: «Por esto, debe la mujer tener autoridad
sobre la cabeza a causa de los ángeles.» A la vista del contexto anterior, habríamos
34
de esperar que Pablo dijese, como traducen algunas versiones, «debe la mujer
tener señal de sujeción...». Por eso, hay autores que ven en el vocablo
«autoridad» (gr. excusión) la dignidad que la mujer adquiere al ir cubierta, y de la
que se despoja al quitarse el velo en público. Esta interpretación no cuadra bien con
el sentido del contexto. L. Morris adopta una posición intermedia al decir: «Lo que
Pablo, pues, quiere dar a entender es que, al cubrirse la cabeza, la mujer asegura
su propia posición de dignidad y autoridad. Al mismo tiempo, reconoce su
subordinación.»
(f) Punto apañe merece la frase «a causa de los ángeles». Opinan algunos
que el vocablo «ángeles» significa aquí «mensajeros o enviados» de otras iglesias.
los cuales se escandalizarían al ver a las mujeres creyentes con la cabeza
descubierta. La interpretación más obvia, sin embargo, es la que explica el vocablo
en su sentido corriente. Dice M. Henry: «Judíos y cristianos tenían la opinión de
que estos espíritus administradores están presentes en sus asambleas.» Véanse
lugares como Is 6:1 y ss,; 1 P. 1:12,para mostrar que, en efecto, los
ángeles se interesan por lo que ocurre en la iglesia y por la reverencia o
irreverencia de los que asisten a los cultos
estética y legal que nada tienen que ver con nuestras costumbres.[5]
Aún así, seguimos formulando las interrogantes del principio: ¿Qué propósito había
detrás del gesto de prescindir del velo? ¿Qué intención se escondía tras aquella
ingenuidad? ¿Eran conscientes aquellas cristianas de Corinto de lo que estaban
protagonizando? ¿Fue una actitud deliberada con alguna meta en concreto? ¿Fue
aquello realmente una reivindicación de género, adelantándose en el tiempo?
Sabemos lo que dijo Pablo, pero, ¿hubiera dicho lo mismo Jesús? ¿Y nosotros?
¿Qué decimos nosotros hoy?
Algunos han concluido que Dios quiere que las mujeres usen velos cuando adoran
en la presencia de los hombres. Ellos creen que esta conclusión es justificada por la
enseñanza de 1 Corintios 11:2-16. Sin embargo, el uso de un velo en Corinto
llevaba un significado en la cultura greco-romana que no lleva en la cultura
americana. Este fue un fenómeno cultural (“Juzgad vosotros mismos”—vs. 13).
Para ellos, el velo simbolizaba la sumisión de la mujer a la autoridad del hombres
(vs. 10). La eliminación del velo simbolizaba el rechazo de la mujer en cuanto a la
autoridad del hombre, y era equivalente a la práctica vergonzosa de raparse la
cabeza—un acto realizado por las mujeres de mala reputación (vs. 5,6). Ya que el
35
Si bien el uso del velo tiene un origen bíblico muy antiguo, para el cristianismo
resultó básica la Epístola de San Pablo a los Corintios (1,11,5) en la que pedía a las
mujeres que se cubrieran la cabeza en los lugares sagrados, así como en oración,
y no por costumbre, sino por respeto.
Recuerdo que, siendo yo un niño, cuando salíamos para ir a la Misa católica, mi
abuela llevaba su velo, aunque ya no mi madre a pesar de haber sido bastante
católica en su época de mujer joven.
En aquella época, y desde siempre, los velos fueron algo indispensable, de tal modo
que todas cuantas asistían a Misa se cubrían con ellos. Claro es que también tenían
que ir púdicamente vestidas, y siempre, incluso en verano, con mangas
largas. Dichos velos eran, generalmente, bonitas piezas negras de chantilly, de tul
o de blonda, como la que aparece en la fotografía que ilustra esta colaboración.
Realmente, resultaban meros símbolos del respeto señalado por San Pablo, porque
la verdad es que no ocultaban nada, al menos en su última época.
El respeto a que aludía San Pablo iba referido a Dios, y no al hombre. Así lo
demuestra el hecho de que el Apóstol, como antes se dijo, pedía el uso del velo en
los lugares sagrados y durante la oración, es decir, en las ocasiones en que la
mujer estaba en la casa del Señor, el templo, u oraba dirigiéndose a Él. Veneración
al Creador, nunca sumisión a parte de lo creado.
¿Cree usted que Dios que nos manda adorarle en espíritu y en verdad (Juan 4.24),
nos mandaría también algo como es eso de que la mujer deba cubrirse la cabeza
con cualquier manto en el culto para adorarle en todos las culturas?
Si sólo con nuestros labios cantamos, ellas sólo con su cabello pueden y deben
adorar también. ¡Lógico! Las manifestaciones exteriores desvirtúan la adoración en
espíritu y en verdad. Hermanita, ¿si viniera Cristo, con qué desearía usted secarle
sus pies, con un trapo o con su cabello (Juan 12.1-3)?
Creo que es una costumbre de las tierras bíblicas, el que la mujer se cubra con un
velo su cabello, en la congregación. La palabra de Dios nos habla con toda
claridad, pero no todos los hermanos lo entienden así. Creo que estos pasajes
enseñan un excelente modelo teológico y apostólico de resolución de problemas en
la congregación. Creo que podríamos poner mayor énfasis en estos tiempos sobre
lo espiritual del texto que es de mayor valor, y enseñando el temor de Dios y la
consagración que el mero cumplimiento literal del texto. Y de ser necesario usar
este modelo para resolver algún desorden en la congregación que por alguna razón
no este revelado en la escritura ante la diversa cultura que se encuentre la iglesia.
Este tema seguramente en la mayoría de las iglesias evangélicas ya murió y es
posible que hasta se lo olvidaran. Es un tema que murió con el surgir del feminismo
hace como 40 años o mas inclusive.
Sin duda, el tema del velo es un tema bíblico. Esto es muy fácil en realidad, está
en la biblia. (I_Corintios 11:4-10)
creo que debería reflexionar si lo usa, y si lo usa, porque entonces se permite a las
mujeres usar pantalones en el templo, cuando esta es también una costumbre
moderna y si bien hay pantalones para las mujeres, en su diseño original fueron
prendas para los hombres. Practicable es porque muchas iglesia aun lo practican.
Las preguntas que cada uno debe responder y aun cada iglesia por su cuenta son,
¿como, cuando y donde? Y si se puede o no sustituir por alguna practica mas
necesaria en estos tiempos de nuevas modas culturales. Por otra parte veo un
misterio donde aun los ángeles se fijan en este símbolo, por ello veo que agrada a
Dios. Seré sincero, no creo que a los ángeles les importe realmente el manto, pero
si se guarda e verdadero sentido de la Palabra, creo que es un reflejo del verdadero
temor de Dios.
Últimamente mi resumen al tema para las señoritas que quieren saber mi parecer
es "Si no quieres ser sumisa por favor no te pongas velo, serías hipócrita". Ya las
mujeres no son sumisas, se han independizado, estudian y trabajan a la par del
hombre. Sin duda, la cultura ha cambiado totalmente.
No crean que me preocupa tanto el velo, yo soy varón y delante de Dios debo
adorar y orar con la cabeza descubierta, hay menos lucha cultural en este sentido.
Y además, uso el pelo corto ya que largo me queda muy desprolijo.
Notas
• [0] http://www.revistaecclesia.com/content/view/17316/59/
• [1] "Vestimenta." Encarta 2001. © 1993-2000 Microsoft Corporation.
• [2] "Jerusalén en tiempos de Jesús", Joaquín Jeremías, Ediciones
Cristiandad, 1980, p.371
• [3] "El Mundo del Nuevo Testamento", Johannes Leipoldt y Walter
Grundmann, pág. 192 (Ediciones Cristiandad).
• [4] 1ª Epístola a los Corintios, pág. 174-175 - Ernesto Trenchard - Edit.
Literatura Bíblica
• [5] Sugerimos al lector que consulte el comentario exegético que Willian
Barclay hace de 1 Corintios 11:2-16
• [6] http://www.seminarioabierto.com/sinopsisnt08.htm
Artículo recomendado
• http://www.scribd.com/doc/32414967/El-velo-de-la-mujer-I-Corintios
• http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/el_velo.htm
• http://pentecostalesunidos.ning.com/profiles/blogs/el-cabello-i-el-velo-en-la
• http://www.aceprensa.com/articulos/2010/apr/27/el-velo-y-la-mochila/
• http://www.abc.es/20100520/internacional-/velo-occidente-
201005201150.html
• http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2010/05/100514_2236_mo
da_hijab_lav.shtml
• http://angelesalvarez.com/2010/04/16/el-velo-no-es-una-prenda-unisex/
• http://www.rtve.es/noticias/20100429/velo-islamico-signo-sumision-mujer-
a-simbolo-rebeldia-frente-mundo-occidental/329424.shtml
• http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/dario/velo.htm