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Apuntes sobre el velo sobre la cabeza de la mujer

Autor: Paulo Arieu

“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el
presente” (Gustave Flaubert)

• "A la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar


de velo le es dado el cabello. Con todo eso, si alguno quiere ser
contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de
Dios" (1 Corintios 11.15,16, RVR).
• "Es una honra para la mujer dejárselo crecer; porque a ella se le ha
dado el cabello largo para que le cubra la cabeza. En todo caso, si
alguno quiere discutir este asunto, debe saber que ni nosotros ni las
iglesias de Dios conocemos otra costumbre"(1 Corintios
11.15,16, DHH).

El lunes, 26 de abril de 2010, monseñor Juan Antonio Martínez Camino dijo que
la Conferencia Episcopal Española (CEE) no se ha pronunciado acerca del uso del
velo islámico en los colegios, que es un problema de técnica reglamentaria al que
cabe dar diversas soluciones aceptables. Declinó también pronunciarse sobre si
el hiyab es o no un signo religioso en sentido estricto. Pero sí quiso advertir una
cosa: quienes aprovechan este debate para sacar la improcedente conclusión de
que los signos religiosos han de ser eliminados del espacio público contradicen la
Constitución, que, en el artículo 16.1, consagra el derecho de los individuos y de las
comunidades a manifestar sus creencias sin más límite que el del orden público.
(ECCLESIA DIGITAL) [0]

Que es el Velo
El velo es una toca o especie de mantilla que utilizan las mujeres para cubrirse la
cabeza y parte o la totalidad del rostro. En especial, se llama así al que se ponen de
color negro a las religiosas al tiempo de hacer su profesión siendo el que traen las
novicias blanco para distinguirlo.
El velo de novia es el complemento de tul u organza que luce la futura desposada
durante las ceremonias religiosas de boda. La tradición dicta que el velo debe cubrir
la cara de la novia hasta que se ha realizado la unión. En este momento, el novio lo
levanta y besa a la novia.

"En I Corintios Pablo trata del asunto respecto de las diferentes maneras de
cubrirse la cabeza que distinguen apropiada mente a varones y mujeres cuando
oran o profetizan en la adoración. Pablo alabó a la iglesia en este punto porque no
se habían apartado de modo significativo de la esen cia de lo que él había enseñado
anterior mente. Sin embargo, no tos elogió en cuan to a lo que oyó sobre la
conducta que tenían en la Cena del Señor. La acción de ellos causó más daño que
beneficio. La Cena del Señor debía ser una celebración de unidad; en cambio, se
intensificaban las divisiones en la Iglesia."

El Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, explica que

"era una prenda de vestir que las mujeres orientales usaban especialmente para
salir a la calle o viajar. El velo les cubría el rostro con la excepción de un solo ojo
(Cnt 4.9). En ocasiones cubría todo el cuerpo a manera de manto (Gn 24.65; Rt
3.15; Ez 13.18), y era generalmente de seda negra y lino. El velo no era un simple
ornamento, sino que tenía significado ético: la mujer lo usaba para ocultarse de las
miradas de los hombres, menos de las del marido o parientes cercanos (Gn 24.65).
Era una desgracia que un hombre sorprendiese a una mujer sin el velo sobre el
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rostro o que alguien intencionalmente se lo levantase (Cnt 5.7; 1 Co 11.5,


10). También lo usaban los pastores, los viajeros y los campesinos para protegerse
la nuca o la espalda del calor del sol (Rt 3.15). Pablo pide que las mujeres de
Corinto, al orar o profetizar en los cultos públicos, se cubran con un velo. En cuanto
al hombre, opinaba todo lo contrario (1 Co 11.4–16). Se opina que la palabra
Autoridad en el v. 10 significa «señal de autoridad», o sea, velo. Con todo, parece
que no todas las mujeres hebreas usaban habitualmente el velo (Tamar no quiso
que su suegro la reconociera, Gn 38.14s). Probablemente se reservaba para alguna
circunstancia especial como una boda. En el rico vocabulario hebreo figura la voz
masveh que describe el velo con que Moisés tapó su rostro de las miradas sensibles
del pueblo (Éx 34.33ss). Pablo pide que las mujeres de Corinto, al orar o profetizar
en los cultos públicos, se cubran con un velo. En cuanto al hombre, opinaba
justamente lo contrario (1 Co 11.4–16)."

Historia

Mujer marroquí con velo

El primer caso de velo para las mujeres se registra en un texto legal asirio del s.
XIII A.dC. que restringió su uso a las mujeres nobles eres asi y prohibió a
prostitutas y a mujeres del campo común adoptarlo. Los textos griegos también
han hablado del velo y del aislamiento de las mujeres que son practicadas entre la
élite persa. Las estatuas de Persépolis representa a mujeres cubiertas por el velo y
descubiertas en lo que parece ser considerado una cualidad de un estatus superior.
Durante muchos siglos, hasta en torno a 1175, las mujeres anglosajonas y luego
las Anglo-Normandas, a excepción de las muchachas jóvenes solteras, usaron velos
que cubrieron enteramente su pelo, y a menudo sus cuellos hasta la barbilla.
Solamente en el período Tudor (1485), cuando las capuchas llegaron a ser cada vez
más populares, los velos de este tipo llegaron a ser menos comunes.
Por siglos, las mujeres han usado velos finos, pero solamente bajo ciertas
circunstancias. A veces, un velo de este tipo se ponía encima y se fijaba al gorro o
sombrero de una mujer durante el luto, especialmente en el entierro y durante el
período subsecuente alto luto. También habrían sido utilizados, como alternativa a
una máscara, como método simple de ocultar la identidad de una mujer que
viajaba al encuentro de un amante o haciendo cualquier cosa que ella no quisiera
que la gente de alrededor descubriera.
Más pragmáticamente, los velos también fueron usados a veces para proteger la
tez contra daño del sol y del viento (cuando la piel sin curtir estaba de moda), o
para resguardar la cara de una mujer del polvo.
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Hasta el Concilio Vaticano II la mujer solía cubrirse la cabeza con un velo al entrar
a un templo (una iglesia). Esta tradición sigue en vigor en las iglesias
ortodoxas. http://es.wikipedia.org/wiki/Velo

Sobre cubrirse la cabeza durante la adoración v. 11:2-16 ,veamos que nos


dice el comentario bíblico siglo XXI

• v. 2 Pablo elogia a la congregación por observar las tradiciones que les


había transmitido en días pasados. Es interesante que los temas que surgen
son aquellos que Pablo no había tratado mientras estaba allí. No es una
reflexión sobre que él haya sido competente o no, sino más bien sobre los
cambios que se habían producido luego de que él partiera de Corinto. Lo que
Pablo decreta es parte de la tradición apostólica que es obligatoria para la
congregación (v. 16).
• v. 3 El desea que los corintios comprendan que Cristo es la cabeza de todo
hombre (más probable “esposo”) y que el “esposo” es la cabeza de la mujer
(más probable “esposa”, dada la ambigüedad de estas palabras en gr.). Era
la costumbre pagana de los sacerdotes de un culto, que habían salido de la
elite de la sociedad, distinguirse de los demás adoradores orando y
presentando sacrificios con sus cabezas cubiertas. ¿Sería que algunos de
entre la minoría de los cristianos que pertenecían a la casta social
privilegiada deseaban atraer la atención hacia su posición orando y
profetizando con la cabeza cubierta? El que lo hace afrenta su cabeza, es
decir, a Cristo, que es su cabeza (cf. v. 3). Esta afrenta consistiría en el
atraer la atención hacia su posición secular, cuando Cristo es aquel a quien
tiene que dirigirse toda la atención cuando uno ora.
• v. 5 Toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta su
cabeza, es decir, a su esposo. Es como si se hubiera rapado. La ley romana
que se aplicaba en la colonia de Corinto establecía que la mujer que afrenta
a su esposo, cometiendo adulterio, debe raparse la cabeza.
• v. 6 Si una esposa no se cubre la cabeza es considerada, por implicación,
como alguien que se niega a reconocer su relación con su esposo, es decir,
su estado civil. Que la esposa no se cubriera la cabeza en público era una
ofensa.
• v. 7 El hombre está exento de cubrirse la cabeza, dado que él es la imagen
y la gloria de Dios (Gén. 1:27a). La esposa es gloria de su esposo (Prov
12:4).
• v. 8 Este fue el orden en que el hombre y la mujer fueron creados, según
Gén.
• v. 9 En Gén. 2:20b–23, la esposa fue creada para el esposo, y no el esposo
para la esposa.
• v. 10 Por esta razón, y también por causa de los ángeles (cf.cf. Confer
(lat.), compare Mat. 18:10), la esposa debe tener esta señal de autoridad
sobre su cabeza.
• v. 11 En el Señor, Pablo enseña el carácter mutuo de la pertenencia, como
en 7:4.
• v. 12 Explica esto en términos de que la mujer viene del hombre, y el
hombre de la mujer. Pero Pablo afirma que todo proviene de Dios.
• v. 13 Como en 10:15, convoca a la congregación para que juzguen por sí
mismos. ¿Es apropiado [en este caso] que la mujer ore a Dios con la cabeza
descubierta?
• v. 14 En el siglo I se creía que la naturaleza determinaba los temas
culturales. Sin duda, Pablo también argumenta esto sobre la enseñanza del
A.T, en la que se insistía sobre la polaridad de los sexos. Un hombre con el
cabello largo era una ofensa. Algunas veces se ha argumentado que hay
estatuas de hombres de la antigüedad con el cabello largo, pero así se
representaba a los dioses, no a los hombres.
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• v. 15 El cabello largo en la mujer era considerado como su gloria, y los


autores antiguos mencionan la atención que se prestaba al cabello de la
mujer como su preciada gloria.
• v. 16 Pablo concluye diciendo que si alguno desea contender con esta
tradición apostólica debe tener en cuenta que ni Pablo ni las iglesias de Dios
siguen otra práctica.

Nota.
Debe recordarse que un problema en particular era que la reunión cristiana, la
eklesia, tenía su contrapartida secular en el organismo que gobernaba la ciudad.
Esa reunión se realizaba normalmente en un teatro. ¿Qué sucedería cuando una
reunión cristiana, eklesia, se realizaba en una casa particular, donde la autoridad
era una mujer, y en la que ella no se cubría la cabeza? Aunque este es un punto de
controversia entre los comentadores, el tema parece no ser respecto de hombres y
mujeres en sí, sino respecto de esposo y esposa; esta es una traducción legítima de
ambos términos. También ayuda a entender la declaración sobre quién es cabeza
(cf. Ef. 5:22–33, donde se utilizan las mismas palabras). Debe destacarse, además,
que no sólo los hombres oraban y profetizaban en la iglesia apostólica; las mujeres
tenían una función legítima en la adoración.
(Com. Bibl. s. XXI,Si se desea más información sobre la profecía en la iglesia, ver el
comentario sobre 14:1–25.)

Veamos como lo explica Mattew Henry


Vv. 2-16.Aquí empiezan los detalles acerca de las asambleas públicas, capítulo xiv.
Mattew Henry entiende cuatro cosas interesantes:
1. Algunos abusos se habían introducido en la abundancia de dones espirituales
concedidos a los corintios, pero como Cristo hizo la voluntad de Dios cuyo honra
procuró, así el cristiano debe confesar su sumisión a Cristo, haciendo su voluntad y
procurando su gloria. Nosotros debemos, aún en nuestra vestimenta y hábitos,
evitar toda cosa que pueda deshonrar a Cristo.
2 La mujer fue sometida al hombre porque fue creada como su ayuda y consuelo.
Ella nada debe hacer en las asambleas cristianas que parezca una pretensión de ser
su igual.
3. Ella debe tener una “potestad”sobre su cabeza esto es, un velo, debido a los
ángeles. La presencia de ellos debe resguardar a los cristianos de todo lo que es
malo mientras adoren a Dios. Sin embargo, el hombre y la mujer fueron hechos
uno para el otro. Iban a ser de consolación y bendición mutua, no una la esclava y
el otro el tirano. Dios ha establecido las cosas, en el reino de la providencia y en el
de la gracia, de modo que la autoridad y el sometimiento de cada parte sean para
ayuda y provecho mutuo.
4. Era costumbre en las iglesias que las mujeres se presentaran veladas en las
asambleas públicas, y así ingresaran a la adoración en público; y estaba bien que
debieran hacerlo así. La religión cristiana sanciona las costumbres nacionales
dondequiera que estas no sean contrarias a los grandes principios de la verdad y la
santidad; las peculiaridades afectadas no reciben consentimiento de nada en la
Biblia.

La RV95 comenta los siguientes versículos

• [2] 11.2-34 En esta sección instruye Pablo a los corintios sobre dos temas
de disciplina interna: la conducta de las mujeres en el culto (11.2-16) y la
celebración de la Cena del Señor (11.17-34).
• [3] 11.2-16 No obstante su posición inferior en la sociedad de aquellos
tiempos, desde el principio las mujeres tuvieron una participación activa en
la iglesia cristiana (cf. Ro 16.1,6,12; Flp 4.2-3). Pablo reconoce la igualdad
en Cristo de hombres y mujeres (Gl 3.28), y permite que ambos oren y
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profeticen en el culto público (v. 5). Sin embargo sostiene, argumentando


sobre la base de Gn 1.26-27 (véase 1 Co 11.7 n.), que la mujer está bajo la
autoridad del hombre, y recomienda que en el culto ellas mantengan
cubierta la cabeza como señal de esta subordinación (véase 1 Co 11.5 nota
e ).
• [4] 11.2 Pablo alude aquí a las instrucciones o tradiciones propias de la
iglesia. Algunas de ellas se refieren a la historia de Jesús (1 Co 11.23; 15.1-
3); otras, a la recta manera de creer y de comportarse (cf. también 2 Ts
2.15; 3.6).
• [5] 11.4 Su cabeza: Cristo (v. 3). En todo el pasaje se juega con los
sentidos literal y figurado de la palabra cabeza.
• [6] 11.5 Con la cabeza descubierta: Según la costumbre oriental, la mujer
casada no debía salir de la casa sin llevar un velo sobre el cabello y parte de
la cara.
• [7] 11.5 Su cabeza: probablemente, su marido (v. 3; véase 1 Co 11.2-16
n.).
• [8] 11.7 Pablo parece basar su argumento en Gn 1.26-27, aunque en este
pasaje la palabra hebrea traducida por hombre se refiere al género humano
e incluye a ambos sexos como igualmente creados a imagen de Dios.
• [9] 11.8-9 Gn 2.18-23; cf. 1 Ti 2.13.
• [10] 11.10 Señal de autoridad: probablemente el velo, como símbolo de la
autoridad y la protección que ejerce el marido (1 Co 11.5 nota f ).
• [11] 11.10 Ángeles: considerados como guardianes del orden en el mundo
y en el culto (1 Ti 5.21).
• [12] 11.11-12 Cf. Gl 3.28. Aquí, reconociendo la reciprocidad de los sexos,
Pablo aclara lo dicho en 11.8-9.
• [13] 11.14-15 La naturaleza: Las diferencias entre hombres y mujeres en el
modo de vestir se consideran aquí como una expresión natural de las cosas.
• [14] 11.18 Entre vosotros divisiones: Cf. 1 Co 1.10-12; 3.3; puede tratarse
de discriminaciones sociales a la hora de reunirse para las comidas en
común (11.20-22 n.); véase 11.21 n.
• T.A. [16] 11.16 De que las mujeres asistan descubiertas al templo.

El asunto del velo como prenda merece ser analizado.

El velo era la característica distintiva del vestido de la mujer. Todas las mujeres,
con excepción de las criadas y mujeres de baja condición de vida, usaban el velo.
Las mujeres, por lo general nunca se lo quitaban, a menos que estuvieran en
6

presencia de los sirvientes y en muy raras ocasiones. Esta costumbre ha


prevalecido entre los orientales hasta la época moderna. Cuando viajan, las
mujeres echan hacia atrás el velo sobre la parte trasera de la cabeza, pero si ven
que se aproxima un hombre, lo vuelven a su posición original. Así Rebeca, cuando
vio que Isaac se aproximaba a su camello en la caravana, se cubrió la cara con el
velo (Gen. 24:64, 65). Cuando la mujer está en su casa, no habla a un huésped sin
antes ponerse el velo y en la presencia de doncellas. No entran en la cámara del
huésped; más bien, permanecen de pie a la puerta, haciendo saber al sirviente lo
que desean (véase 2 Reyes 4:12, 13). Es conveniente recordar que las prostitutas
no usan velo. Hoy, como en tiempos antiguos, tanto las vírgenes como las mujeres
casadas pueden verse llevando el velo en las tierras bíblicas. Las costumbres
antiguas no se observan estrictamente por algunas mujeres musulmanas, porque
actualmente van sin velo.

Me voy referir al tema del velo para cubrirse la cabeza la mujer y la contra parte
que es el hombre quien no se cubre la cabeza. Quisiera mostrar que es un tema
bíblico, aunque no creo sea necesario practicarlo literalmente y a la vez me da
curiosidad como la iglesia ha huido del tema a partir del feminismo moderno. Aún
cuando la costumbre era que las mujeres usaran un velo que cubriera
completamente la cabeza, cuando estaban en público, esta costumbre no se
guardaba estrictamente entre las mujeres hebreas. Se les daba más libertad que la
que se permitía a las mujeres árabes.

Los egipcios vieron el rostro de Sara (Gen. 12:14). Cuando estaba orando, Elí "vio
moverse su boca" (1 Sam. 1:12). Cuando una mujer se bajaba el velo, estaba
estrictamente prohibido a cualquier persona levantárselo, pero ella estaba en
libertad para hacerlo si así lo deseaba. Jesús dijo: "Cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón"(Mat. 5) La Escritura
indica que las mujeres algunas veces exponían su a la vista. Las solteras eran
siempre más idóneas para cubrirse el velo que las mujeres casadas.

• “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su


cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza
descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se
hubiese rapado […] Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la
mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? La naturaleza misma ¿no os
enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?” (1
Corintios 11, 5-5 y 13-14).

LA MUJER HA DE ORAR CON LA CABEZA CUBIERTA

Respecto a la expresión: “La naturaleza misma ¿no os enseña…?”, el término


griego usado aquí para “naturaleza” es physis, el mismo vocablo que designa
costumbres, hábitos sociales, tradición o decoro. La evidencia de que en este caso
la acepción más idónea es “costumbre” nos la ofrece el propio contexto, pues
resulta obvio que sólo por una cuestión cultural –y no gracias a una supuesta y
extraña revelación de la naturaleza– se puede afirmar que dejarse el cabello largo
es moralmente deshonroso. De hecho, la palabra physis es la que usa Pablo para
referirse a la práctica de la circuncisión (Romanos 2, 27). Es evidente que en este
caso tampoco podemos interpretar que “por enseñanza de la naturaleza” los judíos
debían circuncidarse. Si no fuera así, entonces no sólo la circuncisión debería
aplicarse a los judíos, sino que deberíamos tomarla como una práctica obligatoria
para todos los hombres de cualquier tiempo y lugar, planteamiento que no
concuerda con la revelación neotestamentaria.
7

MÁS SOBRE EL CUBRIRSE LA CABEZA


La costumbre del velo como prenda cubridora de la cabeza femenina no sólo se
desarrolló en el Imperio romano. También griegas, egipcias o babilónicas lo usaron.
Llegado este punto, es necesario mencionar que en el Antiguo Testamento no se
alude a esta práctica como un mandato impuesto por Yavé. Es más, en una de las
escasas apariciones bíblicas de la cuestión del velo comprobamos cómo en otro
tiempo era un distintivo, no de virtud, sino del ejercicio de la
prostitución: “Entonces se quitó ella los vestidos de su viudez, y se cubrió
con un velo, y se arrebozó […], y la vio Judá, y la tuvo por ramera, porque
ella había cubierto su rostro” (Génesis 38, 14-15). ¡Cómo cambian las
costumbres sociales del decoro y el significado de éstas!

Posteriormente, en el ámbito grecorromano, el velo y el cabello largo pasarían a


convertirse en distintivos de formalidad y del saber estar femenino. El giro de los
cánones del decoro fue tal que incluso a algunas prostitutas y adúlteras se las
identificaría como tales cortándoles el pelo como modo de exhibición pública de su
vergüenza. Como ilustración para el siglo XXI podríamos afirmar que el hecho de ir
en contra de estas actitudes de formalidad del primer siglo equivaldría hoy a que
(exagerando un poco), durante el tórrido verano español, a una mujer cristiana se
le ocurriese entrar al local de una iglesia mediterránea vestida solamente con el
bikini o en top less. Es más que probable que tal actitud estuviese considerada
como poco apropiada por muchos de los allí presentes, a pesar de que la Biblia no
afirme en ningún sitio que llevar bikini sea pecado. Pues algo así es lo que trata de
solventar Pablo con el asunto del velo y la percepción social más ortodoxa –que no
bíblica– de la Roma del siglo I.

Lo más probable es que el mensaje liberador del Evangelio llevase a algunas de las
primeras cristianas a promover una especie de contrarreacción que, como casi
todas las contrarreacciones de la historia, pudo constituirse en una actitud
descompensada y avasallante contra los enormes abusos y discriminaciones
recibidos. Esta libertad y autoestima reforzada en Cristo seguramente provocó una
rebeldía que se canalizaría en la ruptura de muchos de los formalismos clásicos que
distinguían a las mujeres sumisas y formales, según los cánones culturales de
entonces. Sin embargo, es fácil comprender que esta actitud de algunas cristianas
no fuese bien entendida del todo por cada uno de quienes se iban incorporando a la
recién nacida Iglesia de Cristo. Por esta razón, Pablo opta por llamar a la concordia
y el talante entre creyentes de diferentes trasfondos advirtiéndoles de “que esta
libertad vuestra no venga a ser tropiezo para los débiles” (1 Corintios 8,
9), motivo por el que el apóstol alude a la conveniencia del decoro en pos de evitar
escándalos y fútiles enfrentamientos.

Fijémonos, además, en que en 1ª de Corintios 11 se afirma que la mujer “trae


vergüenza sobre sí” si no se cubre la cabeza. Por otro lado, también se advierte de
que es el hombre quien traerá vergüenza si éste se la cubre. ¿Pensamos entonces
que un varón ofende a Dios si se coloca una gorra o se pone un sombrero?
¿Corresponde esta consideración de vergüenza o conflicto a un criterio moral
permanente y universal? Parece evidente que no es así. Y es que considerar lo que
es decoro o lo que no lo es a menudo tiene más que ver –como es este caso– con
las convenciones humanas y particularidades históricas. Una vez superada esta
innecesaria polémica de género, de estos textos podemos saborear innumerables
enseñanzas, como son el respeto por los más débiles, la consideración hacia los
demás o el amor del esposo a la esposa como a uno mismo, entre otras lecciones
cristianas que nada tienen que ver con la misoginia, sino más bien con la dignidad
de una mujer que también es imagen y semejanza del Dios creador.

La historia de la iglesia primitiva da testimonio que las mujeres cristianas de


entonces llevaban el velo. Tertuliano, un líder de la iglesia que vivió en los años
8

160–222 d.c. escribe que no sólo las mujeres casadas, sino también las vírgenes
usaban el velo en las iglesias que fueron establecidas en la época apostólica. Otro
líder cristiano de la antigüedad, Crisóstomo, testifica que en su época también
todas lo llevaban. En las catacumbas [Un conjunto de pasillos y cuartos
subterráneos debajo de Roma donde se escondían los cristianos durante tiempos de
persecución.] se pueden ver muchos dibujos en las paredes hechos por los
cristianos de los primeros siglos. En esos dibujos las mujeres tienen la cabeza
cubierta con un velo.

Tertuliano testificó que los corintios aún fielmente practicaban el uso del velo.
Luego hizo esta observación: "Lo que los apóstoles enseñaron, sus discípulos
aprobaron." La pluralidad ahí implica una enseñanza autoritaria, universal, y unida.
En más o menos esa misma época, Clemente de Alejandría y también Hipólito se
basaron en 1 Corintios 11 para enseñar la práctica del velo.

Otros que enseñaron sobre el velo fueron Crisóstomo (vivió del 344 al 407) y
Agustín (vivió del 354 al 430). Juan Calvino, uno de los reformadores, afirmo,

"Si alguien ahora dijere que su cabello es suficiente, como un velo natural, Pablo
dice que no lo es, pues es un velo del tipo que requiere el uso de otra cosa para
cubrirlo."

EL ORDEN DE AUTORIDAD

(VERSÍCULO 3)

Dios ama el orden.1 Por esto ha establecido el orden que debemos seguir en la
iglesia. Cuando nosotros nos salimos de este orden nos rebelamos contra él. A
partir de ese momento Dios nos quita el derecho de llamarnos cristianos.2

Recuerde que 1 Corintios 11 trata con el orden de autoridad en la iglesia. Cristo,


como cabeza de la iglesia, es cabeza de todos los miembros, tanto del varón como
de la mujer. Gálatas 3.28dice: "No hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno en Cristo Jesús". En cuanto a la salvación y los privilegios en
Cristo no existe diferencia entre el hombre y la mujer. Son iguales.

Pero en cuanto a la administración en la iglesia, Cristo la dirige por medio de los


varones llenos del Espíritu Santo (1 Timoteo 2.11–12). Por esta razón en 1
Corintios 11.3 se habla del orden administrativo diciendo: "Cristo es la cabeza de
todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer". Ahora completamos el dibujo
de esta manera:

En la administración de la iglesia la mujer cristiana se sujeta al hombre.5 Ella debe


obedecer a los pastores y sujetarse a la voz de todos los hombres en la iglesia. Esta
sujeción no significa una sujeción de esclavitud ni de explotación. Tampoco indica
que la mujer es de menos importancia que el varón. Esto se relaciona solamente
con la función administrativa de la mujer dentro de la iglesia y no tiene que ver con
su valor e importancia dentro de la congregación.

• "Reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor" (1


Corintios 14.37).

Obedecer a Dios trae orden y armonía.


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La mujer cristiana sí tiene un ministerio que cumplir. Ella también tiene dones
espirituales que ejercer en el reino de Dios. En la iglesia primitiva vemos que
muchas mujeres ejercían sus dones ayudando grandemente en la obra.6 Pero
siempre lo hacían según este orden bíblico, no participando en la administración de
la iglesia. Las mujeres no ejercían autoridad sobre los hombres.

Aunque Dios ha puesto una distinción clara entre el hombre y la mujer, los dos se
necesitan el uno al otro. Los versículos 11–12 ilustran perfectamente esta
interdependencia. La primera mujer fue creada de una costilla del primer hombre.
Pero ahora cada hombre nace de una mujer. El hombre y la mujer dependen el uno
del otro. Las mujeres necesitan de los hombres en cuanto a sus cualidades de
fuerza y liderazgo. Los hombres necesitan de las mujeres a causa de su gentileza y
virtud. Sin embargo, como dice la última frase del versículo 12, "todo procede de
Dios". ¡Qué ilustración más perfecta de armonía e intercambio!

Sabemos que el plan de Dios es perfecto. Encontramos la mayor felicidad y utilidad


en nuestro servicio cristiano si todos nos sujetamos a su voluntad y funcionamos en
el lugar donde él nos pone. Pero cuando desobedecemos su voluntad nos
convertimos en rebeldes.

EL SÍMBOLO DE AUTORIDAD

(VERSÍCULOS 4–7)

Habiendo enseñado el orden de autoridad en la iglesia cristiana el apóstol Pablo


prosigue a enseñar con el uso de un símbolo para representar este orden.

En el Nuevo Testamento Dios ha establecido varios símbolos que tienen significados


espirituales, tales como el bautismo y la santa cena. Cada uno simboliza una parte
de la vida cristiana. Estos símbolos no tienen valor a menos que vayan
acompañados de la experiencia espiritual que simbolizan.

En las funciones espirituales de orar (comunicarse con Dios) y profetizar


(comunicarse con las personas acerca de Dios), el varón no debe cubrirse la
cabeza. Cristo, siendo la cabeza (o autoridad) del hombre, es invisible. La cabeza
descubierta del hombre simboliza la autoridad que Dios le ha dado sobre todas las
cosas visibles. Cuando el hombre ejerce esta autoridad de forma apropiada glorifica
al Creador. De esta manera su cabeza descubierta refleja la gloria de Cristo.

Si el hombre cristiano se cubre su cabeza con algún cubrimiento que tenga una
apariencia religiosa entonces estaría declarando que él no desea ejercer la
autoridad dada por Dios. De esa manera él estaría afrentando (deshonrando) a
Cristo. La cabeza descubierta y el cabello bien cortado declaran que el hombre
cristiano es varonil y que está dispuesto a aceptar sus responsabilidades en la
iglesia.

La mujer que ora y profetiza debe reconocer la autoridad del hombre al cubrirse la
cabeza con un velo. Dios formó a la mujer del hombre y para el hombre.7 Cuando
la mujer cubre su cabeza muestra que se sujeta al hombre y que está en armonía
con el plan de Dios para ella. Esto le da a ella autoridad para orar y profetizar. Pero
como ya hemos visto, su derecho de profetizar no incluye enseñar a los hombres ni
ejercer autoridad en la congregación (1 Timoteo 2.11–12; 1 Corintios 14.34–35).

La mujer cristiana que se quita o no se pone el velo como cubrimiento cristiano y


mandamiento de Dios declara abiertamente que no quiere sujetarse a su cabeza (el
hombre) ni aceptar el plan de Dios para ella. Ella demuestra que desea ejercer
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dominio sobre el hombre y de esta manera rechaza el lugar que Dios le ha dado. Lo
cierto es que esto constituye una rebelión contra Dios, porque Dios es quien le ha
dado al hombre la autoridad sobre ella. Es por ello que para la mujer rebelde que
no quiera arrepentirse le corresponde completar su vergüenza, cortándose el
cabello o rapándose completamente.

TRES EVIDENCIAS PARA EL VELO COMO CUBRIMIENTO CRISTIANO

(VERSÍCULOS 8–15)

En el versículo 3 el apóstol Pablo establece la base fundamental para su argumento.


Luego en los versículos 4–7 enseña que esa base exige que la mujer cubra su
cabeza, pero que el hombre la descubra. Ahora el apóstol apela a tres evidencias
que comprueban su argumento:

1. La evidencia de la creación (vv. 8–9). La enseñanza de este mandamiento bíblico


tiene sus raíces desde el mismo acto de la creación. Dios creó al hombre y a la
mujer con propósitos distintos, para que cumplieran papeles distintos.8 Por esto
creó a Adán primero y le encargó que tuviera señorío sobre toda la creación.9
Luego dijo Dios: "Le haré ayuda idónea para él" (Génesis 2.18). Entonces Dios
tomó una de las costillas del hombre y con ella creó a la mujer. "Por lo cual", dice la
Biblia, "la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza" (1
Corintios 11.10).

¡Qué vergonzoso es cuando esta distinción entre el hombre y la mujer se confunde!


Hoy en día muchas mujeres se visten como los hombres, no se cubren, y se cortan
el cabello. Muchas de ellas tienen las mismas responsabilidades que los hombres en
el hogar, el trabajo, la política, y la sociedad. De la misma manera existen hombres
que, debido a la moda y a la flaqueza de su carácter, se dejan crecer el cabello y se
embellecen usando ropa, joyas, y perfumes que sugieren un toque femenino.
Muchos de estos hombres no ejecutan sus responsabilidades de ser líderes en lo
moral y lo espiritual. Tales hombres afrentan (o deshonran) a Dios, el Creador.10

2. La evidencia de los ángeles (v. 10). Aun estos seres creados por Dios para cuidar
y servir a sus hijos11 toman en cuenta la sujeción de la mujer cristiana. Ellos
mismos se sujetan a Dios. De otra manera, perderían su lugar en el cielo.12 Los
ángeles de Dios se complacen en la sujeción gozosa de la mujer cristiana, que se
manifiesta por medio de su obediencia al cubrirse con un velo. Cuando la mujer
lleva esta señal de autoridad, goza de la presencia y la protección de los ángeles.

3. La evidencia de la naturaleza (vv. 13–15). De acuerdo a la importancia de esta


evidencia nosotros podemos ver la necesidad del velo. Apelando a la conciencia del
lector, el apóstol Pablo hace esta pregunta: "¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?" Por supuesto que no. Aquí en estos versículos se nos instruye
que la naturaleza misma nos enseña que Dios le ha dado a la mujer un cubrimiento
natural y honroso, su cabello largo. Y al hombre le ha hecho saber que su cabello
tiene que cortarse porque el cabello largo le es deshonroso. Destruye su
masculinidad y autoridad.

Entonces, ¿qué más se necesita para convencer a toda mujer cristiana que es
necesario usar el velo como un cubrimiento? La creación lo apoya, los ángeles lo
aprueban, y la naturaleza lo enseña. ¿Qué más se necesita?

Con todo, Pablo dice que si alguno quiere contender sobre esta enseñanza la
costumbre de las iglesias apostólicas la apoya también. No tenían la costumbre de
dejar que las mujeres anduvieran sin el velo.
11

PREGUNTAS COMUNES ACERCA DEL VELO

1. ¿QUIÉNES DEBEN USAR EL VELO? ¿ACASO ES SÓLO PARA LAS MUJERES


CASADAS O ES TAMBIÉN PARA TODAS LAS HERMANAS?

Del contexto de este capítulo podemos notar que esta enseñanza es concerniente a
la mujer en su relación con la iglesia. Es por eso que toda mujer cristiana debe
cubrirse, sea casada o soltera. Aquí no se refiere solamente a la mujer casada,
pues dice: "el varón" y "la mujer". No dice: "el marido" y "la esposa". Tertuliano
(160–222 d.c.) escribe: "Te ruego, seas tú madre, o hermana, o hija virgen, cubre
tu cabeza".

2. ¿CUÁNDO ES QUE LA MUJER SE DEBE CUBRIR? ¿EN LOS CULTOS


SOLAMENTE? ¿CUANDO ORA O PROFETIZA? ¿O TODO EL DÍA?

Recuerde que el propósito del velo es representar la sujeción de la mujer cristiana a


su cabeza. Ya que esa relación entre el hombre y la mujer no cambia, a ella le
conviene llevar el velo todo el tiempo. Además, su relación con Dios también es
constante. La mujer cristiana debe estar dispuesta a orar a Dios y testificar de él en
todo tiempo.13 Al llevar puesto el velo ella siempre goza del privilegio de participar
en esas actividades espirituales en todo momento. Si ella estuviera en rebelión
contra Dios en cuanto a esta doctrina bíblica, aunque sea por una hora, entonces
perdería ese privilegio.

LEAMOS EL TESTIMONIO DE DOS LÍDERES DE LA IGLESIA PRIMITIVA:

¿Qué hará la mujer cristiana si descuidara esta ordenanza? ¿Callará la oración


espontánea de agradecimiento? ¿Se enfrentará a la tentación sin el arma de la
oración? ¿Dejará de cumplir con su Señor, privando a un alma necesitada de un
testimonio? ¿Desafiará al Señor y menospreciará su mandato, orando y testificando
sin el velo? ¿Deshonrará a su Señor o usará el velo durante todo el día para así
encontrarse todo el tiempo en comunión con su Dios, dispuesta para testificar?—
Crisóstomo (344–407 d.c.)

Pero amonestamos a las mujeres que no dejen esta disciplina del velo ni por un
momento, ni siquiera por una hora.—Tertuliano (160–222 d.c.)

Además, el velo debe llevarse todo el tiempo por causa de los ángeles. La mujer
cristiana necesita de su presencia y protección continuamente; no sabe en qué
momento se acercará cualquier peligro o amenaza.

En conclusión, el ejemplo del cabello también enseña que la mujer cristiana debe
llevar el velo en todo momento. El cabello no puede ser quitado y puesto a
voluntad, por ejemplo, sólo para los cultos. Si el cabello fuera el cubrimiento al que
Pablo se refiere en los versículos 3–7 entonces todos los hombres debieran ser
calvos. Pablo escribe: "Si la mujer no se cubre, que se corte también el
cabello" (v. 6). Esto quiere decir que o bien está cortado el cabello o no se corta.
Si estuviera cortado, que no se ponga el velo. Mientras no esté cortado, que se
cubra en todo momento.

3. ¿QUÉ CLASE DE VELO SE DEBE USAR? ¿ACASO LA MUJER CRISTIANA


PUEDE ESCOGER CUALQUIER PAÑUELO PARA CUBRIRSE?

La Biblia no enseña alguna forma o algún patrón específico para el velo. Pero
pensando en el significado espiritual que tiene el mismo concluimos que no debe
12

ser un sombrero, una gorra, o un pañuelo cualquiera como se usan en el mundo.


De esa manera perdería su significado; no sería entonces una "señal de autoridad".
El velo de la mujer cristiana debe ser distinto a cualquier otro cubrimiento.

El peinado, el vestido, y el comportamiento de la mujer cristiana deben concordar


con el uso de su velo. Los peinados ostentosos, la ropa inmodesta, o la conducta
desvergonzada destruyen lo que el velo representa.14 Para que el uso del velo sea
de provecho para la mujer cristiana, la iglesia, y la sociedad, tiene que
acompañarse de modestia, pudor, y decoro cristiano. De esa manera se convierte
en un testimonio poderoso del plan de Dios para la humanidad. Sin embargo,
cuando el velo es llevado por una mujer de mal carácter se convierte entonces en
una vergüenza al nombre de Dios. El velo no puede cambiar el corazón de la mujer.

4. ¿ACASO NO SERÁ EL CABELLO EL VELO?

Muchos han rechazado el velo, diciendo: "El apóstol dice en el versículo 15 que el
cabello es el velo. Entonces no se necesita otro cubrimiento."

Si usted lee los versículos 4–7 cuidadosamente notará que Pablo habla de dos
cosas distintas, el cabello y el velo. "Si la mujer no se cubre, que se corte
también el cabello" (v. 6).¿Acaso usaría la palabra "también" si hablara sólo de
una cosa? Si en este caso el cabello fuera el velo, cuando ella se descubre ya no
tendría cabello para cortar. También notamos que el velo que se menciona en estos
versículos es algo que se puede poner y quitar, lo cual no se puede hacer con el
cabello.

Ya notamos que el apóstol usó el ejemplo del cabello (el velo natural que Dios le ha
dado a toda mujer) para comprobar la necesidad del uso de otro velo (un símbolo
de lo espiritual y un cubrimiento para el cabello). Es triste ver que lo que él dijo
para apoyar esta ordenanza haya sido torcido por algunos para destruir la
misma.15

Además, en el idioma original que fue escrito el Nuevo Testamento, en griego, este
pasaje emplea dos palabras distintas. La primera se usa en los versículos 5–6 y la
otra en el versículo 15. La primera (katakalupto), que se traduce como cubrirse,
quiere decir "cubrirse plenamente, velar, esconder". Esta palabra se refiere al velo
artificial que simboliza la sumisión de la mujer y se manifiesta cuando ella cubre el
velo natural, el cabello. Y la otra palabra (peribolaion), que se traduce velo en el
versículo 15, se refiere al velo natural que Dios le ha dado a toda mujer. Si el velo
del versículo 15 fuera el mismo velo de los versículos 5–6, ¿no se usaría una sola
palabra en vez de dos? ¿No queda claro que se refiere a dos cubrimientos, uno
simbólico y el otro natural? Claro que sí.

5. ¿QUÉ AUTORIDAD TIENE ESTE PASAJE BÍBLICO?

Otros que no aceptan la enseñanza de este pasaje tuercen también el versículo 16


que dice:

• "Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no


tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios".

Estos "indoctos e inconstantes" piensan que lo que Pablo dice aquí es que si alguno
no quiere recibir esta doctrina, está bien, no hay problema. Ellos dan a entender
que la misma no se practicaba en ninguna de las iglesias de Dios. Algunos hasta se
atreven a decir que no es obligatorio, sino que es algo que pertenece a la opción de
cada persona.
13

Pero, ¿cómo es que podemos hablar así de la santa palabra de nuestro Dios?
¿Acaso habla Dios en vano? Él no hubiera inspirado a Pablo a escribir las
instrucciones de la primera parte del capítulo para luego desecharlas en el versículo
16. Dios no se contradice.

Lo que quiere decir este versículo es esto:

"Si alguno quiere oponerse a esta ordenanza, sepa que las iglesias de Dios no
tienen tal costumbre de que las mujeres anden sin velo."

Sí, este pasaje tiene la autoridad divina. Lea otra vez los primeros dos versículos de
este capítulo. Además, no olvide lo que aparece en 1 Corintios 14.37–38.

6. ¿NO SERÁ ACASO QUE ESTE PASAJE ES TAN SÓLO PARA LOS
CORINTIOS?

Otros dicen que este capítulo fue algo escrito sólo para las mujeres de aquella
época en la cultura de Corinto y que ya no tiene vigencia. ¿Acaso ellos podrían decir
lo mismo de la última parte del capítulo que habla de la santa cena? Además, al
comenzar esta epístola Pablo la dirigió "a la iglesia de Dios que está en Corinto, a
los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en
cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 1.2).
Esto incluye a todos los creyentes de toda época y de toda cultura. Es por eso que
Pablo advirtió en la misma carta: "Si alguno se cree profeta, o espiritual,
reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor" (1 Cor.
14.37). Recordemos que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil ... a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto" (2 Tim. 3.16–17).

Notemos también que todas las evidencias citadas por Pablo que apoyan el uso del
velo (vv. 8–16) son cosas que tocan igualmente a las mujeres de cualquier época y
cualquier cultura: la creación, los ángeles, y la naturaleza. Son cosas que no
cambian, no importa el siglo ni el lugar.

7. ¿QUÉ SERÁ DE LOS QUE NO PRACTICAN ESTA ORDENANZA?

Algunos tratan de justificarse, diciendo: "Pero hay tantas iglesias que no requieren
el velo, y ellos son buenos cristianos". Otra vez, escuchemos la palabra de Dios.
¿Quién es un "buen cristiano"?

• "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me


ama. El que me ama, mi palabra guardará. El que no me ama, no
guarda mis palabras" (Juan 14.21, 23–24).
• "El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es
mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra,
en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por
esto sabemos que estamos en él" (1 Juan 2.4–5).

Nunca podemos justificarnos de nuestra desobediencia por la desobediencia de


otros, ni aun por los así llamados cristianos. El medirse a sí mismo comparándose
con otros no es juicioso.16 Puede ser que algunos no practican esta ordenanza por
falta de instrucción o falta de entendimiento. Pero a los que niegan y rechazan la
sana doctrina de Dios, la Biblia misma les juzga.

• "Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis


aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.... Pero os
14

ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo,


que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no
según la enseñanza que recibisteis de nosotros" (2 Tesalonicenses
2.15; 3.6).

—Felipe Danner

LA GLORIA DE DIOS

El hombre. Es la gloria de Dios, la obra maestra de sus manos, ya que del polvo fue
sacado. ¿No es el polvo el alimento de la serpiente dice la Escritura? De allí lo sacó
Dios para hacer de él un alma viviente. De la misma manera Dios hizo ahora con
nosotros, que no éramos nada, sino sólo polvo, y nos levantó para hacer de
nosotros espíritus que den vida, testigos de Su resurrección, ministros del nuevo
pacto, hijos de Dios. En esto consiste la gloria de Dios, en hacer de la nada algo
glorioso.
El varón debe de estar descubierto cuando ora o profetiza. Esto vino a revolucionar
las costumbres de los judíos que habían abrazado el cristianismo, que hasta
entonces se cubrían al orar o leer la palabra (2 Corintios 3:15). Pero ¿cuál es la
razón de que como varones debamos orar y profetizar descubiertos?

• Todo hombre que cubre su cabeza mientras ora o profetiza,


deshonra su cabeza. 1 Corintios 11:4
• El apóstol expresa claramente que ya no se debe cubrir el varón al
tener su devocional con Dios. Pablo da más claves para entender
este verso en 2 Corintios 3:13, 18
• y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que
los hijos de Israel no fijaran su vista en el fin de aquello que había
de desvanecerse…
• …Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando
como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo
transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el
Señor, el Espíritu.

Es pues una deshonra a Dios orar o profetizar cubiertos, ya que la gloria de Dios,
que es Cristo, el varón perfecto, ha sido revelada y es la estatura que anhelamos
alcanzar.

LA GLORIA DEL VARÓN


Es la mujer. La gloria del hombre no es su auto último modelo, ni su buen vestir, ni
su apellido o sus diplomas, sino más bien su mujer. De la misma manera Cristo
murió (durmió) para que su Iglesia fuera formada como sucede hasta ahora.
Proverbios 31:23 dice:

• "Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa


largamente a la de las piedras preciosas."

La mujer no provino del polvo, sino del cuerpo de Adán y de las manos de Dios.
Hubo un trabajo mutuo entre el varón y Dios para que la mujer fuera “carne de su
carne y hueso de sus huesos”. Al varón le correspondió dormir para que Dios se
dispusiera a formarla. Esto implica que el varón tenía que callar y reposar en Dios
hasta que la mujer tomará la forma que Dios tenía preparada y no la que el varón
quisiera. Así se hizo el varón de su propia gloria.
La mujer debe cubrirse cuando ora y profetiza nada más. Esto significó una
liberación para la mujer judía que se había convertido a Cristo, ya que antes todo el
día acostumbraba traer el velo puesto. Sin embargo para las corintias, y para todas
15

las iglesias de Dios (1 Cor 11.16), seguramente fue difícil aceptar la nueva norma,
la cual aparece en el texto no como una razón cultural, sino más bien por razones
sumamente espirituales:

• 1) Porque ella es gloria del varón (de la cual nos estamos ocupando ahora);
• 2) porque se hace una con la rapada, y
• 3) por causa de los ángeles.

Si Cristo dijo que el Padre es mayor que Él era porque se refería a rangos de
autoridad. La palabras afrenta o deshonra se refieren a este punto precisamente,
ya que ] “el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha
opuesto” (Romanos 13:2). Creo que el núcleo duro del tema del velo es
precisamente la autoridad. Dios, al decir que el varón es antes que la mujer, no
quiere decir que éste sea mejor que ella, sino que él es responsable ante Dios
primero y después ella. Cuando Dios dice que la mujer proviene del hombre no
quería decir que ella fuera menos que él, sino que el que tenía que dar la cara ante
su Señor, como su delegado para guardar el huerto. Sabido es que la mujer es más
metida con Dios que nosotros los varones, ella es más sensible, más humilde, ha
llenado los templos, no sólo los cristianos, sino también los católicos y los de
muchas otras religiones, y es más fuerte no sólo físicamente (recuerden el parto),
sino también espiritualmente. Una mujer trajo a Jesús y muchas fieles, a diferencia
de los hombres que le seguían, le vieron morir. Si el problema no es la mujer, el
problema somos nosotros los hombres que muchas veces nos quedamos atrás.

En resumen, creo que el velo NO es sinónimo de sometimiento o de misoginia, sino


que más bien significa que el varón debe de esforzarse por cubrir a su mujer –y no
exponerla con dedo acusador, como hizo Adán–, dar la cara y ser responsable ante
Dios.

Lista de citas bíblicas

• 1. 1 Corintios 14.33, 40
• 2. Mateo 7.21; 1 Juan 5.3
• 3. Filipenses 2.5–8
• 4. Efesios 5.23–24
• 5. 1 Timoteo 2.11–15; 1 Corintios 14.34–38
• 6. Hechos 9.36–42; 21.9; Marcos 14.3–9; Romanos 16.1–6, 12; Filipenses
4.3; 1 Timoteo 2.15; 5.10, 14; Tito 2.35
• 7. Génesis 2.18–24
• 8. Génesis 1.26; 2.15; 2.18
• 9. Génesis 1.28
• 10. Deuteronomio 22.5
• 11. Hebreos 1.14
• 12. Judas 6
• 13. 1 Tesalonicenses 5.17; 1 Pedro 3.15
• 14. 1 Timoteo 2.9–10; 1 Pedro 3.1–6
• 15. 2 Pedro 3.15–18
• 16. 2 Corintios 10.12

Antiguas Costumbres, Principios Modernos


16

Pablo escribió que las mujeres deben cubrir su cabeza en la iglesia,es


verdad,esto está escrito en la biblia y muchas iglesias aún así lo practican.
Pero ¿Verdaderamente, debemos cumplir nosotros hoy en día con ese
mandato?

Este pasaje es difícil de interpretar, mayormente porque no estamos tan bien


informados acerca de este tema como lo estaban los lectores originales de Pablo.
Los eruditos han escrito mucho con respecto a este pasaje y su trasfondo
sociohistórico, pero sin embargo no se han puesto de acuerdo. Un análisis
cuidadoso de estos versículos requiere mucho más espacio que el que disponemos
aquí. Por lo tanto, la información que brindaré contribuirá a responder y lo
estimulará a investigar por usted mismo, y a analizar el texto.

Los adventistas, tradicionalmente, han tomado al pie de la letra lo que la Biblia


dice, a menos que su contexto sugiera otra cosa. En algunos casos, un pasaje
bíblico puede referirse a un tópico de relevancia sólo para sus lectores originales;
como, por ejemplo, sacarse las sandalias para aproximarse a Dios (Éxo. 3:5), como
una señal de reverencia y respeto. Existen lugares en el mundo donde hay que
sacarse los zapatos antes de ingresar en una iglesia adventista. Pero, en el mundo
occidental demostramos reverencia de una manera distinta. Interpretamos el
consejo de Pablo con respecto a que las mujeres deben cubrirse la cabeza como un
asunto cultural. Aquí están las razones.

1. Variedad de visiones en la Biblia. Que cubrirse con un velo es un asunto


cultural está sugerido por el hecho de que, durante el período bíblico, esa práctica
varió. En el tiempo de los patriarcas, las prostitutas cubrían su rostro con un velo
(Gén. 38:14, 15). De manera interesante, las leyes de la Asiria Media (alrededor
del siglo XII a.C.) no permitían que las prostitutas llevaran velo. Mucho más tarde,
encontramos que algunas mujeres de Israel vistieron un largo velo durante ritos
mágicos o adivinatorios (Eze. 13:17-21). Una novia cubría su rostro con un velo
antes de la boda, como una señal de modestia. Algunos pasajes bíblicos sugieren
que el velo de boda era un velo diáfano ornamental (Cant. 4:1, 3; 6:7). Un velo
que cubriera todo el rostro (como el que encontramos en el mundo islámico actual)
probablemente fuera desconocido en Israel. Más común era el chal colocado en la
cabeza, que en algunos casos era signo de humillación y de luto, como lo sugiere la
mujer representada en un grabado de piedra de Senaquerib, donde las mujeres lo
17

utilizan mientras dejan la ciudad de Laquis después de su caída. David también


cubrió su cabeza en señal de luto (2 Sam. 15:30). Ninguna ley del Antiguo
Testamento requería que las mujeres o los hombres cubrieran su cabeza con un
velo; la práctica social simplemente era aceptada como apropiada.

2. Propósito de la práctica cultural. Pablo no está hablando acerca del velo que
cubre el rostro de una mujer, sino de un chal colocado en la cabeza durante el culto
adoración. La práctica de que una mujer cubriera su cabeza era común en las
sociedades griegas y romanas. Estudios realizados con respecto a la práctica
romana revelan que a las prostitutas se les prohibía colocarse uno, y que tanto
hombres como mujeres cubrían su cabeza durante la adoración, como un signo de
reverencia y piedad. De hecho, el chal formaba parte de la túnica griega; no era
una pieza separada. La cultura griega no requería que los hombres cubrieran su
cabeza durante la adoración. También era así entre los judíos. En la cultura
romana, que las mujeres cubrieran su cabeza era un símbolo de valores morales
elevados, preservación de la femineidad y compromiso con el esposo; utilizarlo
traía honor a su esposo y a su familia.

3. Razones para el consejo de Pablo. Pablo estaba promoviendo, entre los


cristianos, una práctica social relacionada con el atavío adecuado. Los valores
básicos representados por cubrirse la cabeza eran compatibles con el mensaje
cristiano, y rechazar esa práctica podría haber traído descrédito a la iglesia. La
sabia aproximación era continuar haciendo lo que era practicado por las mujeres
cristianas antes de llegar a ser cristianas, para poder demostrar que el cristianismo
apoya los valores morales elevados de la sociedad y no la corrupción moral. Pero
no todas las mujeres romanas cubrían su cabeza; las mujeres de dinero eran, de
alguna manera, socialmente liberadas, y es posible que algunas de ellas se hayan
convertido al cristianismo y no cubrieran su cabeza durante la adoración. Pablo
podría haber estado tratando de corregir esa actitud, a fin de proteger la integridad
de la comunidad de creyentes.
El hecho de que cubrir la cabeza haya sido un tema cultural no significa que lo que
Pablo escribió quede sin significado para nosotros. Los valores que estaba tratando
de inculcar en los creyentes deben ser preservados por nosotros e incorporados de
otras maneras. Valores tales como la modestia, honrar a nuestra familia por medio
de la manera en que vestimos y actuamos, y preservar las diferencias sexuales
(especificidad de género) en nuestra apariencia y conducta no son determinados
cultural o regionalmente.

Hay que entender el contexto histórico de cada enseñanza. Por ejemplo:


en 1Co_11:5 dice que las mujeres deben cubrirse la cabeza. El mensaje está
dirigido a la provincia griega de Corinto, donde por aquellos días las
mujerescastas salían a la calle con velo. Sólo las mujeres de mala reputación se
mostraban en público con la cabeza descubierta. Se trata pues de una costumbre
cultural de este pueblo, ese es el contexto histórico. No existe ninguna otra
referencia bíblica que imponga a las mujeres el uso del velo.

EXPOSICIÓN EXEGÉTICA DE 1 CORINTIOS 11:2-15

(Observaciones hermenéuticas pertinentes)

INTRODUCCIÓN

La exposición exegética de un texto, y la conclusión que posteriormente proceda,


requiere establecer primero cuál es el núcleo (o núcleos) del tema específico de
dicho texto. En el texto que estamos considerando, como en otras secciones de
esta carta a los corintios, el autor o bien está respondiendo a alguna pregunta
18

formulada por los corintios (ver Corintios 7:1; Corintios 8:1; etc.), o está tratando
este asunto con la intención de corregir un comportamiento “incorrecto” de algunas
mujeres de la iglesia griega (ver 1:11). Pero sea una cosa u otra, no afecta para
nada la exégesis que intentamos hacer en este artículo.

Creemos que la clave para conocer cuál fue el comportamiento “indebido” que
Pablo quiso corregir se encuentra en la pregunta retórica que el Apóstol les
formuló:

• “Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?" (v.13).

Por motivos que ignoramos (pero que más adelante especulamos), la mujer
cristiana de Corinto empezó a prescindir de dicha prenda, con todas la
implicaciones que ello conllevaba. Pablo, en su apología apela tanto a argumentos
teológicos como a argumentos convencionales de la costumbre. Pero todos los
argumentos que el Apóstol expone antes y después de esta pregunta tienen el
propósito de convencer a sus lectores de la respuesta lógica que su pregunta
implica, a saber: “No era propio” que la mujer orara a Dios sin cubrirse la cabeza.

Aclaración de algunas expresiones del texto

Pablo usa el término “cabeza” con dos sentidos diferentes. Uno, en sentido físico
para referirse a esta parte del cuerpo: la que había que cubrir con el velo; y otro,
en sentido figurado significando autoridad (o superioridad): el varón era “cabeza”
de la mujer como Cristo era “cabeza” del varón (v. 3).

La frase “cubrir la cabeza”, en este texto, se usa siempre en sentido físico: cubrir la
cabeza con el velo, la prenda de vestir (vs. 4-7). Cuando Pablo dice que “todo
varón que ora o profetiza… toda mujer que ora o profetiza” (vs. 4 y 5), se
está refiriendo al varón y a la mujer en general. Es decir, el varón, cualquier varón,
deshonra su cabeza [la cual es Cristo] si se cubre con un velo, y la mujer, cualquier
mujer, deshonra su cabeza [la cual es el varón] si NO se cubre con el velo.

Por otro lado, Pablo infiere el contexto (especial pero no exclusivamente) en el cual
la mujer debe cubrirse la cabeza: cuando “ora o profetiza” en la asamblea. Aclarar,
además, que una cosa es orar y otra diferente es profetizar, cualquiera que sea la
acepción de esta última palabra. Algunos exegetas de las “Iglesias de Cristo” no
quieren hacer esta distinción de términos, pues ello implicaría aceptar que la mujer
oraba en la iglesia de Corinto, al margen de que tuviera o no el don de profetizar
(privilegio de orar que ellos niegan a la mujer); y, por otro lado, limitan a una sola
acepción el término “profetizar” (revelar lo por venir); así, como hoy no hay
profetas que revelen nada, (y el velo, según ellos, era para las profetisas) liquidan
el asunto del velo por el camino más corto. ¡Pésima exégesis!

Por nuestra parte, pues, concluimos esta introducción afirmando que el tema
central de 1 Corintios 11:2-15 radica en el hecho de “cubrirse o no cubrirse” con el
velo. Y teniendo en cuenta que esta prenda era el signo físico y visible de la tutela
de la mujer, el tema subyacente de este texto es la autoridad del varón sobre la
mujer, tema presente en otras secciones de esta misma carta (por ejemplo, 1
Corintios 14:34-35 ).

Desglosamos este artículo en cinco partes: a) Significado estético, ético y legal del
velo; b)Exegesis del texto; c) Implicaciones de la supresión del
velo; d) Observaciones hermenéuticas pertinentes del texto; y e) Qué motivó a las
mujeres cristianas de Corinto para prescindir del velo.
19

A) SIGNIFICADO ESTÉTICO, ÉTICO Y LEGAL DEL VELO

Significado ético y estético

Parece ser que la tradición de ocultar la cara de la mujer tras un velo en Oriente

tiene su origen en una ley asiria del año 1200 a.C.[1] .. Los primeros datos en
la Biblia respecto al uso del velo lo hallamos en la historia de Isaac. Cuando el hijo
de la promesa se acercaba a la comitiva donde venía Rebeca, y el criado de
Abraham le informó a ésta que se trataba de Isaac, Rebeca "entonces tomó el velo,
y se cubrió" (Génesis 24:65). En los días de Jesús, cuando la mujer judía de
Jerusalén salía de casa, llevaba la cara cubierta con un tocado que comprendía dos
velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente con cintas colgantes hasta la
barbilla y una malla de cordones y nudos; de este modo no se podían reconocer los

rasgos de su cara.[2] . En los círculos más legalistas de la época del Nuevo


Testamento, las mujeres y las hijas doncellas quedaban encerradas en los harenes
y sólo podían mostrarse en público cubiertas con un velo. Y las mujeres más
extremistas se cubrían incluso estando en el hogar. La madre Kimhit, que había
tenido siete hijos, que todos fueron sumos sacerdotes, reconoce: "Jamás vieron mis

trenzas las vigas de mi casa" (TB Yomá 47ª)[3] .

Significado legal

En primer lugar, decir que la sumisión de la mujer al hombre, ya sea al padre o al


marido, está implícito en el tipo de familia patriarcal. El padre es "señor" de todo
cuanto depende de él o pertenece al ámbito del hogar en el cual él es el jefe único
e indiscutible (Jueces 11:30-39 ). De ello se deduce que el estatus de la mujer es
una consecuencia de esta institución social y familiar vigente tanto en el mundo
griego como en el judaísmo en los días del Nuevo Testamento. El cristianismo
simplemente recogió el testigo de esa institución social e hizo la misma exégesis
rabínica tal como leemos en los textos del Nuevo Testamento (1 Corintios 11:8-
9 ; Efesios 5:22-24 ;Colosenses 3:18 ; 1 Pedro 3:1 ).

En segundo lugar (como veremos más adelante) el uso del velo iba más allá de una
simple y tradicional costumbre de los pueblos de Oriente Medio relacionado con el
pudor. Tras la costumbre del velo había un sometimiento del hombre sobre la
mujer, de los cuales el velo era un símbolo. De momento, veamos las implicaciones
que conllevaba el uso del velo según la exposición de Pablo.

B) EXÉGESIS DEL TEXTO (1 Corintios 11:2-15 )

El contexto exegético de la apología del Apóstol en esta sección de la 1ª Carta a los


Corintios es la autoridad que la ley patriarcal del matrimonio otorgaba al marido, y
el velo era la señal (el símbolo) de dicha autoridad. Sobre esta premisa se
fundamenta todo el argumento del Apóstol, que podemos resumir así:

a) Hay un orden jerárquico: “Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la


cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (v. 3).

b) La mujer, pues, “debe tener señal de autoridad sobre su cabeza” (v. 10, el
velo), sin la cual deshonra al marido (vs. 3-5). Por el contrario, el varón no debe
cubrirse (“pues él es la imagen y gloria de Dios” – v. 7).
20

c) “Si la mujer no se cubre [con el velo], que se corte también el cabello; y si le es


vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra” (v.6).

d) La "naturaleza misma" (la costumbre de llevar la mujer el cabello largo) venía a


confirmar el uso obligatorio del velo (vs. 14-15).

Ahora bien, independientemente de cuándo y cómo el velo adquirió este significado,


lo cierto es que en los días del Nuevo Testamento esta doctrina estaba consensuada
en el judaísmo, la cual Pablo defiende. Sin embargo, un estudio crítico de esta
doctrina, desde un punto de vista sociológico y religioso, nos llevaría a las
siguientes y legítimas interrogantes y propuestas:

a) ¿Se derivaba la subordinación de la mujer al varón (una característica del


patriarcado sociocultural) de la jerarquía de género Hombre-Mujer?

b) ¿O la jerarquía de género, Hombre-Mujer, es una consecuencia de la institución


social y familiar patriarcal?

Nos tememos que dicho estudio vendría a confirmarnos que el establecimiento de


esta jerarquía no era ajeno a la institución social y familiar de la cual se deriva el
estatus de la mujer. Es decir, el papel institucionalizado de la mujer (de signo
patriarcal) es el que sirvió de reseña teológica para establecer dicha jerarquía, y
como una consecuencia de ello devino la carencia de personalidad jurídica de la
mujer. Y todo este conglomerado legal, social y religioso, en el que se encontraba
la mujer, especialmente en el judaísmo, vino a estar simbolizado en una prenda de
vestir: el VELO.

El cabello “largo” no sustituye al velo

Algunos apologistas, para solventar el problema del velo hoy, han simplificado el
tema que expone Pablo diciendo que el cabello largo (¿cuánto de largo?) sustituye
al velo. Pero esta simplificación, además de salirse de la exégesis del texto,
contradice la conclusión del Apóstol expresada en su pregunta retórica:

• "Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza?" (v.13),

la cual exige una respuesta negativa: ¡No es propio que ore sin cubrirse!

Si Pablo estuviera enseñando que el cabello largo sustituye al velo, primero, estaría
contradiciéndose a sí mismo toda vez que sus argumentos elaborados (“el varón es
la cabeza de la mujer… el varón no debe cubrirse [la mujer sí]… el varón no
procede de la mujer… la naturaleza misma enseña que…) tienen como propósito
demostrar todo lo contrario: que la mujer tiene que cubrirse con el velo; segundo,
paradójicamente, estaría entonces enseñando que la mujer podía prescindir del
velo porque el cabello largo era un sustituto del mismo. Pero esta conclusión es
incomprensible en el contexto social y religioso de la época del Nuevo Testamento,
donde el velo tenía un significado muy importante, como hemos visto, desde el
punto de vista estético, ético y legal. ¿Cómo, pues, iba a enseñar Pablo que la
mujer podía prescindir del velo porque el cabello ya cumplía esa función? ¡Esta
conclusión entra en conflicto con sus propios argumentos!

El problema que plantea el texto, en la iglesia de Corinto, no consistía en que la


mujer tuviera corto o largo el cabello, o que estuviera rapada. Este no era el
problema. El problema era que la mujer estaba prescindiendo del velo como prenda
de vestir, que conllevaba todas las implicaciones que exponemos más abajo.
21

Que esto es así (que la mujer debía cubrirse con el velo) lo confirma el
convencionalismo mismo de aquella época. La ironía de Pablo, al decir que si no
quiere cubrirse con el velo que se rape también la cabeza, llega hasta el límite
ético, pues las únicas mujeres que se rapaban el cabello eran las rameras. El otro
motivo por el cual la mujer debía cubrir su cabeza con el velo era por la sensualidad
que el cabello largo despertaba en el varón (este es, hoy, uno de los distintos
argumentos que esgrimen en el mundo islámico). Y, por supuesto, el argumento
más importante del Apóstol: el velo era una señal de la autoridad que el hombre
tenía sobre su esposa bajo la ley patriarcal (vs 7-10).

De manera que, desde una exégesis descontextualizada, la enseñanza bíblica es


clara y contundente: ¡no es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza!
¡Debe cubrirse con un velo!

C) IMPLICACIONES DE LA SUPRESIÓN DEL VELO

Implicaciones éticas y estéticas

La admonición de Pablo a las mujeres cristianas de Corinto, relacionada


concretamente con el velo, pone en evidencia que, al menos algunas féminas,
habían tomado la contundente decisión de prescindir del velo y las consecuencias
fueron inmediatas. Primero, una cuestión de orden estético. Al despojarse la mujer
del velo lesionaba la sensibilidad de las demás mujeres y, sobre todo, de los
familiares, especialmente de los maridos si estaban casadas. Segundo, una
cuestión de orden ético. Al liberarse del velo degradaban el decoro del cual el velo
formaba parte de la indumentaria femenina. En Corinto las únicas mujeres que se
atrevían a salir a la calle sin el preceptuado velo, eran las mujeres de vida
licenciosa, como eran las rameras.

Implicaciones legales

Pero, sobre todo, la supresión del uso del velo estaba directamente relacionada con
el estatus social y familiar de la mujer. La supresión del velo suponía por sí mismo
una reivindicación de su individualidad. Aunque fuera sólo en el ámbito de los
gestos, la mujer en la iglesia de Corinto se estaba liberando del símbolo externo y
público de aquella clase de sujeción que nada tenía que ver con el espíritu que
abanderaba el mensaje de las Buenas Nuevas de Jesús.

No obstante de estas implicaciones, derivadas del gesto de la supresión del velo por
parte de las cristianas en Corinto, aunque fuera en la esfera de los símbolos, como
era el velo, sus consecuencias estaban fuera de los propósitos de la predicación del
evangelio en aquel siglo. Como también estaba fuera cualquier reivindicación de
quienes estaban en la situación de esclavos. Cuando Pablo sugiere a los esclavos
que, si pueden, "procuren liberarse" (1 Corintios 7:21 ), lo hace desde la posibilidad
de la legalidad vigente: bien mediante la libertad que el amo le concediera, o
pagando el precio por su libertad. El envío del esclavo Onésimo a Filemón, por
parte de Pablo, muestra, antes que nada, la expectativa que cualquier ciudadano
esperaba en esa situación (Carta de Filemón). Cualquier otra cosa hubiera estado
fuera de la ley. Y si el cambio del estatus de la mujer estaba fuera del propósito de
la predicación del evangelio en aquel siglo, ¿cuánto más la supresión del velo, por
los significados añadidos de orden ético y estético que dicha prenda conllevaba?
Desde un punto de vista pragmático, nadie que amara el orden y la estabilidad
hubiera dirigido una reivindicación de género, como las mujeres de la iglesia de
Corinto protagonizaron conscientes o inconscientemente. Ahora bien, el velo era un
simple convencionalismo, una costumbre que, si bien simbolizaba una
22

subordinación, no tenía vocación de perpetuarse. El tiempo, que cambia todas las


cosas, cambiaría también esta costumbre. ¡Y la ha cambiado!

D) OBSERVACIONES HERMENÉUTICAS PERTINENTES

Como hemos visto, la exégesis descontextualizada de este texto es clara: ¡la mujer
debía cubrirse con el velo! Primero, porque la teología de género [según el orden
social patriarcal], lo exigía; segundo, porque el estatus social tutelado de la mujer
[según el mismo orden patriarcal] lo imponía; y, tercero, porque la costumbre de
aquella época [“la naturaleza”] lo aconsejaba. De hecho, algunos comentaristas
bíblicos lo han defendido como un “mandamiento” de Dios para las mujeres en todo
lugar y en toda época. Y desde una exégesis descontextualizada, ciertamente así

es.[4]

Por coherencia, los exegetas fundamentalistas de la Biblia deberían asumir las


implicaciones de esta exégesis descontextualizada por dos motivos peculiares de
ellos: a) Porque lo que dice el Apóstol al respecto fue dictado por el Espíritu Santo;
b) Por lo tanto, es un mandamiento divino para ser obedecido.

Categorías exegéticas paralelas

Ahora bien, salvo algunos grupos religiosos que abogan por el uso del velo para las
mujeres de la iglesia, siguiendo la exégesis del texto, la gran mayoría de los
cristianos (incluidos los de las Iglesias de Cristo) rehúsan este mandamiento
alegando razones “culturales” o “costumbristas” de aquella época. Lo cual
celebramos. En efecto, creemos que el uso del velo, incluidos los significados ético,
estéticos y legales que conllevaba, NO es una obligación para la mujer del siglo XXI
en las sociedades llamadas “occidentales”.

Por tres razones poderosas:

• a) Nuestra cultura no corresponde a aquella donde estaba institucionalizado


el uso del velo;
• b) Las instituciones sociales y religiosas que sustentaban y justificaban la
imposición del velo hoy son obsoletas: y
• c) La mujer hoy no está sujeta a ninguna tutela del varón, pues las leyes
civiles les otorgan a ambos los mismos derechos y las mismas
responsabilidades.

Pero esto que acabamos de decir nos lleva a considerar el paralelismo existente
entre las razones argumentadas para imponer el uso del velo y las razones
expuestas para la tutela de la mujer y las consecuencias derivadas de esta tutela.
Pablo usa los mismos o parecidos argumentos tanto para demostrar la obligación
del uso del velo como para demostrar que la mujer debe estar sujeta al varón y
estar en silencio en la iglesia (compárese 1 Corintios 11:6-10 ; 14:34-35; Efesios
5:22-24 y 1 Timoteo 2:11-14 ).

Si hacemos caso omiso al mandamiento de usar el velo, razonando que su uso


obedecía a una “costumbre” arcaica, ¿por qué se mantiene en vigor la “costumbre”
de la tutela de la mujer, que se sustenta en los mismos argumentos?

Para ser hermenéuticamente coherente con la exégesis bíblica, es necesario


categorizar los postulados de la Biblia. Tanto la costumbre del uso del velo (y los
contenidos inherentes) como el estatus de la mujer en el Nuevo Testamento están
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en la misma categoría exegética: ambos se fundamentan en instituciones arcaicas


que no tenían vocación de perpetuarse. Si una institución es obsoleta (el velo),
también lo es la otra (la tutela de la mujer).

E) ¿QUÉ MOTIVÓ A LAS MUJERES DE CORINTO PARA PRESCINDIR DEL


VELO?

Reconocemos que lo que sigue obedece más a una especulación que a una exégesis
seria del texto. No obstante, creemos que merecen la pena las consideraciones que
hacemos en el contexto del Nuevo Testamento.

La idea de libertad que abanderaba el evangelio

El evangelio abanderó una libertad que sobrepasaba las expectativas de su época.


Independientemente del contexto, la sola palabra "libertad" generaba un
entusiasmo en las personas que vivían subyugadas a cualquier ley impuesta, ya
fuera en el ámbito social, familiar o religioso. Pablo mismo tuvo que reivindicar la
"libertad que tenía en Cristo Jesús" frente a las imposiciones legales religiosas de
los judaizantes (Gálatas 2:4). A los corintios les había enseñado, y posteriormente
les había escrito: "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del
Señor, allí hay libertad" (2 Corintios 3:17 ). Pablo luchó contra lo que él llamaba
el "yugo de la esclavitud" de la ley judaica; y resueltamente llama a perseverar "en
la libertad con la cual Cristo nos hizo libres" (Gálatas 5:1). Que las gentes
tomaron conciencia de este espíritu de libertad que infundía el evangelio lo vemos
por el mal uso que algunos hicieron de ella. Pedro tuvo que exhortar a ser "libres,
pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo,
sino como siervos de Dios" (1 Pedro 2:16 ).

Las mujeres cristianas de Corinto se vieron embriagadas de ese espíritu de libertad


y, desde él, tomaron iniciativas (¿equivocadas?).

La idea de un nuevo estatus como individuo

Los evangelistas no llamaban al paterfamilias para que creyera y, junto con él, el
resto de la familia como un acto de obediencia al patriarca, sino que llamaba a las
personas de manera individual a que creyeran en el mensaje de la cruz. La
declaración de Jesús:

• "Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su


padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra"
(Mateo 10:35 ),

debemos leerla a la luz de la experiencia misionera de la iglesia en las primeras


décadas. Las mujeres que creían en el evangelio lo hicieron a título particular
exponiéndose, en muchos casos, a las consecuencias que Jesús apuntó. Pedro
exhortó a estas mujeres que habían creído a que estuvieran “sujetas” a sus
esposos (que no habían creído) y mostraran “una conducta casta y
respetuosa” para que ellos fueran “ganados sin palabras” (1 Pedro 3:1-
2 ). Pero la aceptación del evangelio fue una decisión personal de la mujer y ello
les hizo sentirse personas, individuos, como nunca antes lo habían experimentado.

Frente a las instituciones sociales de aquel tiempo, Pablo se atrevió a


decir: "porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues todos
los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no
hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer,
porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:26-28). Este
24

concepto va más allá del simple hecho de ser salvo: la salvación conlleva
implícitamente un nuevo estatus en la fraternidad y, como consecuencia, en el
plano social. Pablo enseñaba que los creyentes formaban el cuerpo de Cristo, "y
miembros cada uno en particular" (1 Cor. 12:27 ). Es más, como miembros de
ese Cuerpo venían a ser individualmente responsables de sus propios actos, toda
vez que también ellas, las mujeres, habrían que comparecer "ante el tribunal de
Cristo, para que cada uno [la mujer también] reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo" (2 Corintios 5:10 ). La mujer, porque se
sentía responsable de sus propios actos ante Dios, reclamaba esa libertad de acción
para servir a su Señor y Libertador. La exhortación de Pedro antes citada (1 Pedro
3:1 ), es compatible con la libre decisión que la mujer ha de tomar en casos
concretos: “porque es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres”
(Hechos 4:19 ). Estas enseñanzas implícitas en el mensaje del evangelio debieron
de haber corrido como la pólvora entre las clases subyugadas o agraviadas por las
instituciones sociales de la época, también y especialmente entre las mujeres.

El hecho de ser receptoras individuales de dones del Espíritu Santo

En la iglesia de Corinto había mujeres que tenían dones específicos de profecía (1


Corintios 11:5 ) que ejercían "para edificación, exhortación y consolación" (1
Corintios 14:3 ). Estos dones, que confería Dios mismo, sin pedir "autorización" a
los tutores de las mujeres, eran ejercidos mediante el impulso del Espíritu Santo,
con poder y autoridad en la iglesia. Por otro lado, aun cuando estos dones tenían
una dimensión meramente espiritual, no obstante, hacían cobrar no poco
protagonismo entre los que lo poseían. Pablo tuvo que poner cierto orden sobre
este particular: "ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la
cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros" (1 Corintios 12:21 ). Y tuvo que
subordinar todos los dones a un "camino mejor": el amor (1 Corintios 13 ). La
mujer cristiana en Corinto se sintió, por primera vez en aquella sociedad, con la
autonomía y la relevancia que transfería un don espiritual fuese cual fuese este
don. Por primera vez, al menos en el seno de la iglesia, la mujer podía hablar sin el
consentimiento del padre o del marido, porque su autoridad procedía de un ente
superior: Dios. La mujer de Corinto tomó conciencia de ese estatus nuevo que le
ofrecía las Buenas Nuevas del Evangelio.

¿Cómo no iba a engendrar cierto espíritu de superioridad no sólo sobre el resto de


la comunidad, sino sobre los mismos padres y esposos, tutores de las mujeres? ¿Y
cómo no iba a crear problemas institucionales, generacionales y eclesiales? Pero,
claro está, eso sería auténtico, sería legítimo y sería lícito, "pero no todo convenía",
había establecido el Apóstol. "No había que buscar el propio bien, sino el del otro"
(1 Corintios 10:23-24 ).

Los "Dichos" de Jesús que circulaban entre las iglesias

Antes que los Evangelios fueran escritos como obras literarias, ya circulaban en
forma de historias (anécdotas) orales fragmentadas. Entre esas historias "acerca de
Jesús" se cree que había una sobre los "Dichos" de Jesús. Entre los Evangelios
sinópticos, Lucas y Mateo incorporan estos "dichos" en sus obras. De hecho, estas
historias orales "acerca de Jesús" fueron el primer material didáctico en la vida de
las jóvenes iglesias, y las enseñanzas de esos "dichos" relacionados con la mujer
eran muy entusiastas especialmente para los oyentes del género femenino.

Jesús habló mucho de la mujer en sus parábolas y muchas historias "acerca de


Jesús" tenían como personaje principal alguna mujer, cosa poco frecuente en las
enseñanzas rabínicas. La síntesis que cualquier oyente o lector podía hacer de esas
historias "acerca de Jesús" era que Jesús había sacado a la mujer del anonimato al
25

cual las instituciones la habían relegado. La historia de la mujer adúltera y


perdonada (Juan 8:1-1 ), la historia de la mujer samaritana (Juan 4:3-42 ), la
historia de María (Juan 12:3-8 ), la historia de María Magdalena y las otras mujeres
que fueron al sepulcro (Juan 20:11-18 ), etc. debieron ser historias que hicieron
soñar despiertas a todas la mujeres que las escuchaban o las leían.

Ciertamente, Jesús abrió una ventana por la cual entraba un rayo de luz y de
esperanza hacia otra forma de vida, hacia otra manera de entender y vivir la vida,
especialmente para las mujeres sometidas a un estatus en el que carecían de
personalidad jurídica, un estatus reflejado en la vida social, familiar y eclesial de la
mujer. Y todas estas historias "acerca de Jesús" se constituían por sí mismas en un
caldo de cultivo preparando las mentes y los corazones para el gran salto. Las
mujeres de Corinto conocían esas historias e hicieron de ellas la perla más preciosa
hallada.

No todos los cristianos entienden que es una costumbre.

En Oriente, un articulo escrito por el mistico cristiano Watchman Nee, directamente


ordena ponerse el velo a la mujer,como signo del gobierno de Dios. Este es un
capítulo de un libro escrito por Watchman Nee: "Mensajes para nuevos creyentes,
capìtulo 44".

Para que una mujer se cubra su cabeza para orar, debe primero conocer en que
consiste cubrirse la cabeza con un velo. Para comprender este tema, se requiere
conocer el Gobierno de Dios y la Gracia de Dios. Primero, hemos de saber que Dios
ha establecido dos sistemas en el universo: el sistema de la Gracia y el sistema del
Gobierno de Dios.

EL SISTEMA DE LA GRACIA DE DIOS: Todo lo que se refiere a la Iglesia,


salvación hermanos y hermana, e hijos de Dios queda incluido en el sistema de
Gracia de Dios. Todo lo que pertenece al Espíritu Santo y a la redención pertenece
a este sistema de Gracia. Dentro del proceso de la Gracia de Dios, la relación del
hombre y la mujer es tal que la mujer sirofenicia recibió la gracia de Dios como lo
había recibido el centurión. Lo mismo María que Pedro. De la misma manera Marta
y María podrían haber sido levantadas de los muertos como Lázaro.

EL SISTEMA DEL GOBIERNO DE DIOS: Pero hay otro sistema en la Biblia


establecido por Dios que llamaremos: el Gobierno de Dios. Este sistema es
enteramente distinto del sistema de la Gracia. El Gobierno de Dios es un sistema
independiente bajo el cual Dios hace lo que Él quiere.

Cuando Dios creó al hombre, creó al varón y a la hembra. Esto pertenece al


Gobierno de Dios. Creó al varón primero, y a la hembra después, esto es también
una cosa de su Gobierno. Él hace lo que le place. Tiene una Voluntad soberana e
independiente. Cuando decidió que el Señor Jesús sería de la descendencia de la
mujer, esto fue también el Gobierno de Dios. Él no deja entrar al hombre en Su
Consejo. En el Jardín del Edén, Dios señaló al hombre que comiera fruto como
alimento. Estos fue el gobierno de Dios. Él hizo según se plació en hacer. Después
del Diluvio, Dios dio la carne de animales a los hombres también como alimento.
Esto fue también un acto de Su Gobierno.

LA GRACIA Y EL GOBIERNO UNIDOS Y COMPLETADOS. Estos dos sistemas de


Gracia y de gobierno siguieron el uno y el otro hasta la venida del Señor Jesús. Es
bien evidente que hay dos lados en la Obra de Dios. El Sistema de la Gracia de Dios
y el Sistema de la providencia de Dios que prosiguen juntos en el mundo. Los
sacerdotes y los profetas se hallan en el lado de la Gracia, sosteniendo el Sistema
26

de la Gracia, los reyes y los líderes de Israel se hayan del lado del Gobierno de
Dios, sosteniendo el Sistema de Su Gobierno. Cuando el Señor Jesús estuvo en la
tierra, por un lado vino a ser el Salvador del mudo, para librar a los hombres del
pecado. Estos es conforme al Sistema de la Gracia, Dios le envió al mundo para que
por medio de la obra de la cruz pudiera establecer Su propia Autoridad y establecer
Su Reino de modo que los cielos pudieran gobernar sobre la tierra. Este es el
Sistema de Su Gobierno. Su Obra va a continuar hasta que el poder del Diablo sea
destruido y el Reino y el nuevo cielo y la nueva tierra sean introducidos. En aquel
día, los dos sistemas de la Gracia y el gobierno de Dios se juntarán en uno. Es
decir, que durante el tiempo de los nuevos cielos y la nueva tierra, estos dos
sistemas van a ser uno en el Señor Jesús. Él hace los dos aspectos de la Obra de
Dios. Él obra bajo el sistema de Su Gobierno así como bajo el sistema de la Gracia.
El gobierno de Dios no comienza con la creación del hombre sino con la creación de
los ángeles. Esto queda bien claro en la Biblia. Cuando Satán era todavía la estrella
de la mañana, cuando él estaba rigiendo, el Sistema de Gobierno de Dios ya había
empezado. Después de la creación del hombre, entraron en el Reino del Gobierno
de Dios las instituciones básicas como el matrimonio, marido y mujer, la familia y la
relación entre padres y los hijos. La lección básica que todos los hermanos y las
hermanas deben aprender es que nunca deberíamos permitir que la Gracia
interfiera con el Gobierno de Dios. Digo de modo más enfático que nunca en
nuestras vidas debemos permitir que la Gracia interfiera en lo que Dios ha decidido
en Su Gobierno.

Dios quiere que los hombres respecten Su Gobierno., No que lo socaven o


derrumben. Si no hacemos caso del Gobierno de Dios, estamos fuera de la ley a la
vista de Dios. Como nunca hemos visto el Reino excepto tal como es la Iglesia, es
imperativo que veamos y obedezcamos el Gobierno de Dios. En realidad, el Sistema
de la Gracia existe para completar el Sistema del gobierno de Dios. El Sistema de
gobierno no es para el sistema de Gracia, sino que la Gracia es para completar el
gobierno de Dios. Muchos defienden un error fundamental: neciamente sostienen
que la Gracia ha puesto a un lado el gobierno de Dios. (Muchas veces oímos esta
expresión: ya no estamos bajo de la Ley sino bajo de la Gracia) La verdad es que lo
que Dios hace en la Gracia nunca altera el gobierno de Dios. El perdón de la Gracia
que hemos recibido de Dios no cambia su perdón de gobierno. No importa cuanto
perdón recibamos por la Gracia, todavía esto afecta el perdón del gobierno de Dios.

El Gobierno de Dios es un principio independiente. Desde el principio al fin, Dios


introduce su Sistema de Gobierno. La Gracia solo completa al Gobierno de Dios. El
Sistema de la Gracia fue AÑADIDO a causa de la rebelión del hombre bajo el
Sistema del Gobierno de Dios. La Gracia existe con el propósito de redimir y
restaurar aquellos que son insubordinados y rebeldes, de modo que puedan
someterse al Sistema de Gobierno de Dios. De ahí que, la Gracia existe realmente
para ser una ayuda al sistema de Gobierno de Dios.

SUMISIÓN AL GOBIERNO DE DIOS: así que el sistema de la Gracia de Dios y el


sistema del Gobierno de Dios son dos cosas separadas. Cuanto más humilde es una
persona, más progresa en el sistema de Gobierno de Dios. No pienses nunca que
como has entrado en el Sistema de la Gracia de Dios, quedas al margen del
Sistema de gobierno de Dios. La Gracia no puede ANULAR el Gobierno de Dios, más
bien, la Gracia posibilita a la persona a OBEDECER el Gobierno de Dios. Puedo decir
con toda seriedad que la Gracia nos da la fuerza para someternos al Gobierno. La
gracia de Dios no nos hace rebeldes y deseosos de derrocar al gobierno de Dios.
Estos dos sistemas se complementan uno al otro. La Gracia no ha venido para
ABOLIR el Gobierno de Dios. Sólo un NECIO diría que como ha recibido la Gracia de
Dios puede permitirse ser descuidado y andar suelto. En otras palabras, ser
descuidado y andar suelto significa: que no estoy bajo el gobierno de Dios, y que
obedezco la palabra de Dios de acuerdo a como yo lo decido. ¡Que insensatez sería
27

eso! Sin embargo, esta es la situación real de la mayoría de los cristianos. ¿Es
usted uno de ellos? ¿Piensas que tienes la potestad de derrumbar y abolir lo que
Dios ha establecido en Su gobierno? Miras lo que le sucedió a Satanás y a sus
ángeles cuando trataron de derrumbar el Gobierno de Dios (Isaías capítulo 14 y
Ezequiel capítulo 28) La rebelión contra el Gobierno de Dios es un pecado mortal.
Todo lo que Dios ha establecido en Su Gobierno, es para que lo obedezcamos y no
para que lo cuestionemos.

Cuando más claramente entiende una persona la Gracia de Dios, mejor va a ser
como siervo o como amo. Cuanto más una persona entiende la Gracia, mejor es
como marido, padre o madre, hijo o ciudadano, porque es más capaz de someterse
a la autoridad. El que recibe más de la Gracia de Dios conoce mejor la manera de
mantener el Gobierno de Dios. No he encontrado nunca a uno que conociendo
verdaderamente la Gracia de Dios DESTRUYA el gobierno de Dios.

EL CUBRIRSE LA CABEZA Y EL GOBIERNO DE DIOS:

• "Os alabo hermanos, porque en todo se acuerdan de mí, y retienen


las instrucciones tal y como se las enseñé. Pero quiero que sepan
que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la
mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que ora o profetiza con
la cabeza cubierta, afrenta a su cabeza. Pero toda mujer que ora o
profetiza con la cabeza descubierta, afrenta a su cabeza, porque se
hace enteramente igual que la que se ha rapado su cabeza. Porque si
la mujer no se cubre su cabeza para orar, que se corte también el
cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse
la cabeza, que se cubra su cabeza para orar."

La cuestión de cubrirse la cabeza pertenece al gobierno de Dios. Para aquellas


hermanas que no conocen el Gobierno de Dios es imposible exhortarle a que se
cubran su cabeza para orar o profetizar. No van a entender cuánto hay implicado
en este asunto de cubrirse la cabeza. Pero las hermanas que han visto el gobierno
de Dios revelado en Su Palabra pueden apreciar la tremenda conexión que existe
entre el cubrirse la cabeza y el Gobierno de Dios. Pero quiero que sepan que Cristo
es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios es la cabeza
de Cristo (1 Corientios 11:2-3)

Lo que hallamos aquí se refiere al gobierno de Dios. Toda mujer que ora o profetiza
sin cubrirse la cabeza afrenta a su cabeza. Esta es una disposición del Gobierno de
Dios. Por lo tanto, toda hermana debe obedecer esta disposición de Dios. La
relación descrita aquí no es la del padre al Hijo, sino la de Dios y Cristo. Para usar
una expresión moderna Cristo es el representante de Dios. La relación entre el
Padre y Su Hijo, Jesucristo, pertenece a la Divinidad, pero Cristo, enviado de Dios,
se refiere a una disposición de Dios, al Gobierno de Dios. “Y esta es la Vida
eterna, que te conozca a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
a enviado” (Juan 17:3).

Dios es Dios y Cristo es el enviado de Dios. Esta es su relación en el Gobierno de


Dios. El Hijo, originalmente, igual a Dios, fue enviado voluntariamente por Dios
como el Cristo. Dios permaneció en su altura como Dios, pero Cristo fue enviado a
hacer Su Obra. Este es el primer orden de sucesos en el Gobierno de Dios. En el
Gobierno de Dios Cristo fue establecido para ser la cabeza de todo hombre; por lo
tanto, todas las personas tienen que obedecerle. Él es el primero de toda la
creación y sus primicias. Él es la cabeza de todo varón; todo hombre debe
obedecerle. Éste es un principio básico bajo el gobierno de Dios.
28

El que Dios sea la cabeza de todo hombre es algo que se refiere no al sistema de la
Gracia de Dios, sino al Sistema del Gobierno de Dios. De la misma manera, el que
el hombre sea la cabeza de la mujer pertenece también al Sistema de Gobierno de
Dios. Dios en Su Gobierno establece al hombre como cabeza de la mujer, de la
misma manera que establece a Cristo como cabeza de todo varón. Todo debemos
obedecer lo que Dios ha establecido en Su Gobierno. Dios es, Él mismo la cabeza,
de Cristo, del hombre y de la mujer; Pero en su Gobierno estableció a Cristo como
cabeza; y más adelante hace cabeza al hombre de la mujer. Estos son los tres
grandes principios del gobierno de Dios. El que Dios sea la cabeza de Cristo no
tiene nada que ver con la cuestión de quién es el mayor; más bien, es simplemente
una disposición en el Gobierno de Dios. De la misma manera bajo el Gobierno de
Dios, Cristo es la cabeza de todo hombre, y el hombre es la cabeza de la mujer.
Estas son disposiciones de Dios; estas son designaciones suyas. En Filipenses 2 es
bien claro: El Señor Jesús en su esencia eterna es igual a Dios; pero, pero, en el
Gobierno de Dios para a ser el Cristo, y como Cristo, Dios pasa a ser su Cabeza.
Cristo mismo reconoce en el Evangelio de Juan que

• “El Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer el
Padre; porque todo lo que Él hace, también lo hace igualmente el
Hijo” (Juan 5:19)
• “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
Voluntad del que me envió” (Juan 6:38)

LA DESICIÓN DE DIOS: Hoy Cristo ha ocupado su lugar en el Gobierno de Dios.


Según el Consejo de Dios él es la cabeza de todo varón. Algún día todo el mudo
conocerá que Cristo es la cabeza de todos los hombres, porque es la es la decisión
del Gobierno de Dios. Hoy esto lo conoce sólo Su Iglesia; el mundo no tiene
conocimiento de ello. Pero vendrá un día en que todo el mundo comprenderá que
Cristo es la Cabeza de todo hombre. Él tendrá la preeminencia en toda la creación.
Todos deben someterse a la Autoridad de Cristo. De la misma manera, la
designación por Dios del hombre como cabeza de la mujer es conocida sólo en Su
Iglesia hoy.

¿Entiendes lo que esto significa? Hoy sólo su Iglesia reconoce que Cristo es la
cabeza del hombre y que el hombre es la cabeza de la mujer. Hemos visto ya cómo
la Gracia de Dios nunca se sobrepone al Gobierno de Dios. Confío que nuestra
lección se hará más clara cuando nos demos cuenta que la Gracia es para apoyar el
Gobierno de Dios, no para derrocarlo. ¿Cómo puede ser nadie tan necio para
intentar hacer uso de la Gracia de modo que interfiera con el gobierno de Dios? El
Gobierno de Dios es inviolable; sus manos siempre lo sostienen. Nadie, por el
hecho que haya creído en el Señor Jesús, puede derribar la Autoridad del Padre, o
aún socavar la autoridad de algún gobierno. No hemos de decir que por el hecho de
ser cristianos no tenemos que pagar impuestos. ¡No, en modo alguno! Cuanto más
buenos cristianos somos, más tenemos que sostener el Gobierno de Dios. Un
hermano o una hermana que conoce el Gobierno de Dios se mantendrá firme
cumpliendo las disposiciones del Gobierno de Dios. Estamos aquí, hoy, para
sostener el testimonio de Dios en el mundo. Dios nos ha mostrado que hay tres
diferentes clases de cabezas: Dios es la cabeza, Cristo es la cabeza y el hombre es
la cabeza. Esto no tiene nada que ver con ser hermanos y hermanas; es
básicamente una cuestión de disposición del Gobierno de Dios. La Gracia se refiere
a hermanos y hermanas, pero el gobierno de Dios es distinto. Dios ha querido en
Su Soberanía que la cabeza de Cristo sea Él mismo, de modo que Cristo ha de
obedecer en todo a su Cabeza; la cabeza del hombre es Cristo, de modo que el
hombre ha de obedecer a su cabeza; y la cabeza de la mujer es el hombre, de
modo que la mujer debe mostrar el signo (el velo) de obediencia sobre su cabeza
cuando ora o profetiza.
29

EL SIGNIFICADO DEL CUBRIRSE LA CABEZA:

• “Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta a su


cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza
descubierta, afrenta a su cabeza; porque se hace igual a la mujer
que se ha rapado su cabeza”. (1 Corintios 11:4-5),

El significado de cubrirse la cabeza es:

“Me someto al Gobierno de Dios, acepto la posición asignada por Dios; no me


atreve a anular su Gobierno por la Gracia que he recibido; no me atrevo incluso a
pensar obre ello; al contrario, acepto el gobierno de Dios. Como Cristo acepta a
Dios como Su Cabeza, así todo hombre debe aceptar a Cristo como su cabeza. De
la misma manera, la mujer debería aceptar al hombre como su cabeza
representativa. Cuando la mujer cubre su cabeza para orar o profetizar, significa
que ella no es la cabeza, porque la tiene cubierta con un velo. Recordemos que
aunque en la práctica es sólo la mujer la que tienen que cubrirse su cabeza cuando
ora o profetiza, con todo, en realidad, Cristo tiene la cabeza cubierta delante de
Dios y todo hombre tiene la cabeza cubierta delante de Cristo. ¿Por qué pues, sólo
requiere Dios que sea la mujer la que tenga la costumbre de cubrirse la cabeza
cuando ora o profetiza? Esto verdaderamente es sorprendente, porque implica un
principio muy profundo. Con frecuencia considero que es imposible hablar con
algunos hermanos y hermanas sobre el cubrirse la cabeza, porque no tienen
conocimiento del Gobierno de Dios. Ellos no saben, que el cubrirse la cabeza de
parte de las hermanas cuando oran o profetizan e una disposición establecida por
Dios en su sistema de gobierno. Por lo tanto, las hermanas tienen que sostener
esta disposición de Dios cubriendo sus cabezas cuando oran o profetizan. Antes de
que uno pueda entender el asunto de que las hermanas tienen que cubrirse la
cabeza para orar o profetizar, primero tienen que conocer el Gobierno de Dios.
Todo la cuestión queda resuelta en el punto en que se ve que Cristo tiene la cabeza
cubierta delante de Dios. Entonces, las hermanas deben preguntarse, si Cristo se
sometió al gobierno de Dios y acepto que Dios es su cabeza, ¿Por qué debo yo
RECHAZAR esta disposición de Dios de cubrirme mi cabeza cuando vaya a orar o
profetizar? Con el asunto de cubrirse la cabeza, Dios prueba la obediencia de las
hermanas. Cada hermana debe decir: “Debo cubrir mi cabeza para orar o
profetizar, porque Dios es mi cabeza. En realidad, toda cabeza debe estar cubierta
delante de Dios. Como Cristo es mi cabeza, no puedo tener mi propia cabeza a la
vista cuando oro o profetizo. Es de esta manera, que las hermanas sostienen y
expresan el gobierno de Dios en la Iglesia, para vergüenza de Satanás y sus
ángeles, los cuales descubrieron sus cabezas delante de Dios, diciéndole a Dios con
este acto: “Tú no eres nuestra cabeza, aborrecemos y abolimos Tu Sistema de
Gobierno. Estos son lo que significa: Que las hermanas deben tener sus cabezas
cubierta con un velo, cuando oran o profetizan por causa de los ángeles. Aquí
quisiera decirles a las mujeres cristianas que Dios ha designado al hombre como
cabeza de la mujer. En estos días en que la Autoridad de Dios es desconocida en el
mundo, el Señor Jesús exige el cumplimiento de esta orden sólo en la Iglesia. Dios
nos requiere en la Iglesia que aceptemos lo que Él ha designado en Su Iglesia.

LA RESPONSABILIDAD DE LAS HERMANAS: Cuando una hermana cubre su


cabeza para orar o profetizar, está delante de Dios en la base de la posición de
Cristo delante de Dios y del hombre delante de Cristo. Dios quiere que la mujer
cubra su cabeza para orar o profetizar en orden a manifestar Su Gobierno en la
tierra. Este privilegio cae sólo sobre la mujer. Ella no se cubre la cabeza meramente
por sí misma; lo hace de modo representativo.
30

Por sí misma, porque es una mujer; representativamente, porque ella representa al


hombre delante de Cristo y Cristo delante de Dios. Así cuando la mujer cubre su
cabeza delante de Dios para orar o profetizar es exactamente como si Cristo se
cubriera su cabeza delante de Dios. De la misma manera, cuando la mujer cubre su
cabeza para orar o profetiza delante del hombre, es lo mismo como si el hombre
cubriera su cabeza delante de Cristo. El hombre o la mujer no son la cabeza puesto
que Cristo es la cabeza. Si una mujer no está cubierta cuando ora o profetiza
resultará que hay dos cabezas. Delante de Dios y Cristo una cabeza tiene que estar
cubierta; así tiene que ser también entre el hombre y la mujer y entre Cristo y cada
hombre. Si una cabeza no está cubierta, el resultado será que habrá dos cabezas, y
el Gobierno de Dios no permite dos cabezas. Si Dios es la cabeza, entonces no lo es
Cristo; Si Cristo es la cabeza, entonces no lo es el hombre; si el hombre es la
cabeza, no lo es la mujer.

Dios llama a las hermanas a que exhiban esta disposición y orden. Es por medios
de las hermanas que el Sistema de Gobierno de Dios ha de ser desplegado. Son las
hermanas las responsables de tener el signo de obediencia (un velo) sobre sus
cabezas cuando oran o profetizan. Dios de modo específico requiere que las
mujeres tengan las cabezas cubiertas cuando orar o profetizan, ¿Por qué? Porque
deben reconocer el Gobierno de Dios cuando se presentan delante de Él. Al
presentarse delante de Dios para orar o profetizar, tanto si oran o profetizan, tanto
en lo que va a Dios como en lo que viene de Dios, en cualquier relación con Dios, la
cabeza exige que esté cubierta. El propósito es manifestar el Gobierno de Dios.

TAMBIÉN POR CAUSA DE LOS ÁNGELES LA MUJER DEBE PONERSE UN VELO


SOBRE SU CABEZA PARA ORAR O PROFETIZAR:

• “Por tanto la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza,


por causa de los ángeles” (1 Cor. 11:10)

Esta señal es un velo sobre su cabeza cuando ora. ¿Por qué debe ponerse un velo
cuando ora o profetiza? Por causa de los ángeles. Conocemos la historia trágica de
cómo pecaron algunos ángeles. Satanás se rebeló contra Dios. Porque deseaba ser
igual a Dios. En otras palabras, el querubín Lucifer intentó exponer su propia
cabeza delante de Dios y rehusó someterse a Su Autoridad. En Isaías capítulo 14
reitera constantemente lo que Satanás decía en su corazón:

• Subiré, levantaré, me sentaré, seré. Tu decía en tu corazón, subiré al


cielo, por encima de las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el
monte de la reunión me sentaré, en el extremo del norte; sobre las
altura de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.(Isaías
14:13-14)

En este mismo pasaje vemos que un Querubín se rebela contra Dios y al ser
derrotado, se convierte en Satanás, es decir, en el Adversario de Dios. Apocalipsis
capítulo 12, nos muestra que cuando Satanás cayó, cayó con él un tercio de los
ángeles. ¿Por qué cayeron los ángeles? Porque no se sujetaron a la Autoridad de
Dios, la Cabeza, sino que intentaron tener expuesta sus propias cabezas. Hoy la
mujer tiene que tener un signo de autoridad (UN VELO) sobre su cabeza a causa de
los ángeles cuando ora, esto es, como un testimonio a los ángeles.

Sólo las hermanas en la Iglesia pueden dar este testimonio, porque las mujeres del
mundo no saben nada de ello. Hoy cuando las hermanas tienen el signo de
autoridad (el velo) sobre su cabeza cuando oran, dan testimonio de que:
31

“He cubierto mi cabeza, porque yo no procuro ser la cabeza. Mi cabeza está velada
y acepto al hombre como la cabeza, y al aceptar al hombre como mi cabeza,
significa que también acepto a Cristo como mi cabeza y a Dios como mi cabeza.
Pero algunos de vosotros ángeles os habéis rebelado contra Dios. Esto es lo que
significa a causa de los ángeles. Tengo mi cabeza cubierta con un velo cuando oro o
profetizo como un signo de autoridad. Soy una mujer con la cabeza cubierta. Esto
es un testimonio de obediencia excelente; a los ángeles caídos y a los no caídos.
Pero no es de extrañar que Satanás utilice a hermanos y hermanas en la Iglesia,
para que se opongan a que las hermanas se cubran sus cabezas para orar delante
de Dios. En realidad, cuando las hermanas se cubren sus cabezas para orar, esto
avergüenza a Satanás y a sus ángeles. Pues, al las hermanas cubrir su cabeza para
orar, manifiestan su obediencia al Gobierno de Dios, y al mismo tiempo le
recuerdan a Satanás su rebelión contra Dios. Es por eso, que Satanás y sus ángeles
se oponen en la Iglesia, para que las hermanas no se cubran sus cabezas para orar
o profetizar. Cuando muchas de las mujeres hermanas en la Iglesia ocupan el lugar
que ha sido asignado por Dios y aprender a cubrir su cabeza, envían una palabra no
hablada de testimonio a los ángeles en el aire, el efecto que Dios ha obtenido en la
Iglesia lo que desea. Debido a esto la mujer debe llevar sobre su cabeza un signo
de autoridad (un velo) cuando ora o profetiza, como testimonio a los ángeles.
AMEN.

Creo que es un buen analisis el que se publica en el Com. biblico Moody

2.Os alabo. Palabra general de enco mio, que constituye el marco general para las
decisiones específicas. Instrucciones (NC,tradictonts). Enseñanza oral.

3. El varón es la cabeza de la mujer. Base teológica para el uso de toca. La condi


ción de cabeza en el hombre se remonta a Gn. 3:16.

4. También el hombre tiene un orden que observar; la cabeza no debe ser cubierta.
Los hombres no deben predicar con el sombrero puesto

5. Ora o profetiza no significa que Pablo estuviera de acuerdo con estas actividades
de las mujeres en el servicio público. Más bien se refiere simple mente a lo que
ocurría en Corinto sin autorización (cf. 14:34,35). La cabeza. La ca beza física de la
mujer, no su marido.

6. Que se corte también el cabello. Ignomi nia para la mujer. Palabras irónicas de
Pablo a las rebeldes. Dice, "Que la censura sea completa, entonces".

Motivos Bíblicos. 11:7-12. Se alegan los hechos de la creación (w. 7-9,12,13) y de


la presencia de ángeles en el culto (v. 10).

7. Autoridad

Él es (probablemente, representa, como en v. 25) imagen y gloria de Dios. Se re


fiere a Gen 1:26,27. El varón ostenta la au toridad de Dios en la tierra (cf. MNT, p.
151).

8,9. Las dos preposiciones “de” y “por causa de” revelan el lugar de la mujer. Tiene
el origen y propósito de la vida en el hom bre (cf. Gn. 2:21-25). La mujer que toma
apellido nuevo al casarse confirma tácita mente la enseñanza de Pablo.

10. Autoridad significa, por una metonimia infrecuente, símbolo de autoridad. La


palabra por ánge les en la expresión “por causa de los angeles” no se refiere a
32

ancianos (cf. Ap. 2:1. La misma palabra se refiere a ángeles en 1 Co. 4:9).
Tampoco se refiere a ángeles malos (cf. Gn. 6:1-4). Se refiere a los ángeles bue
no* que están presentes en las reuniones de culto, puesto que viven en la
presencia de Dios (cf. 1 Co. 4:9; Le. 15:7.10; Ef. 3:10; 1 Ti. 5:21; Sal. 138:1).

La insubordinación de las mujeres que se niegan a reconocer la autoridad de sus


maridos ofendería a los án geles que, bajo Dios, custodian el universo creado (cf.
Col. 1:16; Ef. 1:21), y no co nocen la insubordinación.

11,12. Pablo da la otra cara de la verdad. El hombre y la mujer tienen necesidad


uno del otro en el Señor; de hecho, el hombre siempre debe recordar que existe de
la mujer. Y ambos son de Dios.

14,15. El hecho del cabello corto para el hombre y el cabello largo para la mujer es
una indicación divina en la naturaleza mis ma de que el hombre y la mujer han de
tener en cuenta en la forma de vestirse para la asamblea. Las palabras en lugar de
velo le es dado el cabello no significa que el cabello de la mujer su velo y que no
necesita otro, punto de vista que le quitaría fuerza a 11:2-14. La palabra porque ha
de traducirse en respuesta a (cf. Ellicot, op. cu., p. 208).

Concluye el comentario del v.16

16. Tal costumbre, es decir, de que las mujeres asistan al culto sin cubrirse. Algu
nos dicen que era una costumbre propia de Corinto, pero las palabras de Pablo, ni
las iglesias de Dios, demuestran lo contrario. Otros dicen que hoy día no hay que
aplicar la norma (cf. Morris, op. cu., p. 156; Bar clay, op. cit., p. 110). Debería
advertirse, sin embargo, que los motivos dados para llevar velo están tomados de
hechos permanentes, que subsisten mientras dure la economía actual (cf. Godet,
op cit.. II, 133). Pablo sí inculcó esta norma, porque la historia de la iglesia
primitiva es testimonio de que en Roma, Antioquía y África dicha costumbre se
convirtió en norma.

Una última palabra:

A fin de cuentas, el sombrero o el velo no es lo importante, sino la subordinación


que indica. Seguir ambas cosas es lo ideal.

El Manual bíblico ilustrado de Editorial Unilit aclara también este tema:

Ninguna mujer decente podía presentarse sin velo en publico en aquel tiempo. El
velo garantizaba la seguridad y el respeto en las calles. Pero había diferencia entre
la costumbre griega y hebrea cuando se trataba de la oración. La mujer griega, al
igual que el hombre, oraba descubierta. Entre los romanos y los judíos, hombre y
mujeres oraban con la cabeza cubierta. La iglesia necesitaba una regla.

La regla que Pablo dio se basaba en los papeles relativos de hombres y mujeres en
el orden creado. También estaba preocupado de no pasar por sobre las costumbres
convencionales de la época y de ese modo desacreditar a los cristianos. Los
hombres, por ser la "cabeza" de la creación, no están bajo otra autoridad sino la
de Cristo; ellos, por lo tanto, deben orar descubiertos. Las mujeres deben orar con
velo, siendo el velo una señal de la aceptación de la autoridad del marido y de las
normas de decencia de la época.

Afrenta su cabeza (4-5): es decir,a Cristo(3). El velo era una señal de sumisión a
otra persona. El hombre debe someterse solamente a Cristo. Toda mujer...afrenta
33

su cabeza: es decir, a su marido (3). Al dejar el velo, ella desechaba la autoridad


de su marido, como si fuera una prostituta.

Cortarse o raparse (6): el castigo para la prostituta en aquel tiempo.

Imagen y gloria de Dios (7) en genesis 1:26-27 se incluye ambos sexos en la


"imagen" de Dios, pero no se menciona la "gloria"

También es útil la del Com., ex. devocional Mattew Henry

Estamos, pues, en la famosa porción del «velo», que tanto da que hablar en
muchas iglesias y por la que muchos hermanos gastan demasiado tiempo en
discutir minucias, con frecuente olvido de las más importantes enseñanzas de la
Palabra de Dios. Vamos a analizar algunos detalles notables que se prestan a
malentendidos, sintiendo tener que disentir, en la mayoría de ellos, de la opinión
del Prof. Trenchard.

(a) Para comenzar, téngase en cuenta que Pablo está hablando de una
costumbre nueva, introducida en ciertas iglesias de la gentilidad. En efecto, los
varones judíos siempre oraban (y oran aún) con la cabeza cubierta por el tallis, una
especie de «solideo», más o menos amplio. Por otra parte, tanto los varones
griegos, como sus mujeres, oraban con la cabeza descubierta.
Los cristianos, al menos los procedentes de la gentilidad, «adoptaron una práctica
distintiva», como dice L. Morris. Los argumentos que Pablo usa para exhortar a la
observancia de esta norma están, pues, acomodados a esta práctica que los
creyentes habían introducido para distinguirse de la pauta observada, tanto por los
judíos como por los paganos, en sus lugares públicos de oración.

(b) Por Hch. 16:13; 21:9, vemos que también las mujeres oraban y
profetizaban, aunque no en la congregación general (V. 14:34, 35, comp. con 1 Ti.
2:11,12). En la vía pública, como era el caso del grupo de mujeres de Filióos, no
cabe duda de que orarían con la cabeza cubierta, pero no es de creer que se
cubriesen la cabeza para orar o profetizar dentro de casa.

(c) Los w. 5b, 6 significan lo siguiente: Sólo las mujeres de mala fama iban
descubiertas por la calle, y sólo las esclavas iban rapadas. Por tanto, una mujer
decente, como debe ser toda mujer cristiana, debe cubrirse: de lo contrarío, que
se rape la cabeza, pues más vale aparecer en público como esclava que como
ramera. ¿Con qué debe cubrirse? Con el velo que usaban (y todavía usan en
algunos lugares) las mujeres orientales. Pero este velo no es la «mantilla» que
usan en Esparta las mujeres tanto evangélicas como católicas en los cultos; es un
velo más bien espeso y, además, cae por delante hasta cerca de los ojos, como lo
da a entender el verbo griego que en estosversículos se usa.

(d) La razón por la que el varón no debe cubrirse la cabeza (v. 7) es queél es
imagen y gloria de Dios. También la mujer, como ser humano, fue hecha a imagen
de Dios, pero sólo el varón es imagen gloriosa de Dios, porque, como dice Hodge.
«en cuanto al dominio con que el hombre fue investido sobre la tierra. Adam era el
representante de Dios. Él es la gloria de Dios, porque en él se manifiesta
especialmente la majestad divina». Cubrirse la cabeza equivaldría, pues, para él a
renunciar que se reflejase en su rostro la gloria de tal majestad. En cambio, la
mujer está destinada, en lo natural, a reflejar la gloria de su marido, como de
aquél a quien está directamente subordinada (V. Ef. 5:22; 1 P. 3:5. 6).

(e) El difícil v. 10 dice textualmente: «Por esto, debe la mujer tener autoridad
sobre la cabeza a causa de los ángeles.» A la vista del contexto anterior, habríamos
34

de esperar que Pablo dijese, como traducen algunas versiones, «debe la mujer
tener señal de sujeción...». Por eso, hay autores que ven en el vocablo
«autoridad» (gr. excusión) la dignidad que la mujer adquiere al ir cubierta, y de la
que se despoja al quitarse el velo en público. Esta interpretación no cuadra bien con
el sentido del contexto. L. Morris adopta una posición intermedia al decir: «Lo que
Pablo, pues, quiere dar a entender es que, al cubrirse la cabeza, la mujer asegura
su propia posición de dignidad y autoridad. Al mismo tiempo, reconoce su
subordinación.»

(f) Punto apañe merece la frase «a causa de los ángeles». Opinan algunos
que el vocablo «ángeles» significa aquí «mensajeros o enviados» de otras iglesias.
los cuales se escandalizarían al ver a las mujeres creyentes con la cabeza
descubierta. La interpretación más obvia, sin embargo, es la que explica el vocablo
en su sentido corriente. Dice M. Henry: «Judíos y cristianos tenían la opinión de
que estos espíritus administradores están presentes en sus asambleas.» Véanse
lugares como Is 6:1 y ss,; 1 P. 1:12,para mostrar que, en efecto, los
ángeles se interesan por lo que ocurre en la iglesia y por la reverencia o
irreverencia de los que asisten a los cultos

No obstante de la conclusión exegética hecha al principio, “no” creemos que la


mujer del siglo XXI tenga que cubrirse la cabeza con ningún velo ni ninguna otra
clase de prenda como señal de nada. El uso del velo en el texto bíblico que hemos
analizado corresponde a una cultura concreta en un tiempo determinado diferente
al que estamos viviendo. No vivimos bajo la ley patriarcal del matrimonio ni bajo
las instituciones sociales que lo hacían vigente. En las sociedades modernas, hoy, la
mujer no está bajo la tutela del marido; las leyes les otorgan, a ambos, la
corresponsabilidad en todas las facetas de la vida en común, incluida la educación
de los hijos. La costumbre del velo respondía a unos deberes de naturaleza ética,

estética y legal que nada tienen que ver con nuestras costumbres.[5]

¿Qué significa esto?

Que la exégesis bíblica requiere contextualizar el texto. La hermenéutica demanda


dicha contextualización del texto. No sólo de éste, sino de todos cuantos están
relacionados con instituciones sociales, familiares, etc. que tuvieron una vigencia
temporal y formaron un haz de convencionalismos atávicos que no nos compete
hoy.

Aún así, seguimos formulando las interrogantes del principio: ¿Qué propósito había
detrás del gesto de prescindir del velo? ¿Qué intención se escondía tras aquella
ingenuidad? ¿Eran conscientes aquellas cristianas de Corinto de lo que estaban
protagonizando? ¿Fue una actitud deliberada con alguna meta en concreto? ¿Fue
aquello realmente una reivindicación de género, adelantándose en el tiempo?
Sabemos lo que dijo Pablo, pero, ¿hubiera dicho lo mismo Jesús? ¿Y nosotros?
¿Qué decimos nosotros hoy?

Algunos han concluido que Dios quiere que las mujeres usen velos cuando adoran
en la presencia de los hombres. Ellos creen que esta conclusión es justificada por la
enseñanza de 1 Corintios 11:2-16. Sin embargo, el uso de un velo en Corinto
llevaba un significado en la cultura greco-romana que no lleva en la cultura
americana. Este fue un fenómeno cultural (“Juzgad vosotros mismos”—vs. 13).
Para ellos, el velo simbolizaba la sumisión de la mujer a la autoridad del hombres
(vs. 10). La eliminación del velo simbolizaba el rechazo de la mujer en cuanto a la
autoridad del hombre, y era equivalente a la práctica vergonzosa de raparse la
cabeza—un acto realizado por las mujeres de mala reputación (vs. 5,6). Ya que el
35

simbolismo del velo en la cultura corintia estaba en armonía con el principio


permanente de la sumisión al liderazgo del varón, las cristianas corintias fueron
amonestadas a ajustarse a la práctica cultural.

La aplicación de este requerimiento es que los cristianos, quienes se encuentran en


diferentes culturas en las cuales un símbolo cultural se ciñe a un principio bíblico,
deben ajustarse a esa conveniencia cultural. El velo en la cabeza no tiene tal
significado en la cultura americana, y varía en todo el mundo (cf. Génesis 24:65;
29:25; 38:14,15; Cantares 4:1,3; 6:7). Si Pablo hubiera querido decir que las
mujeres cristianas debían usar velos en todas las culturas y en todos los tiempos,
entonces tendríamos que concluir tres cosas: no se puede sustituir el velo por una
gorra; también se debería usar velos fuera del edificio de adoración; y las que
rechazan hacerlo deben ser instadas a raparse sus cabezas.

Si bien el uso del velo tiene un origen bíblico muy antiguo, para el cristianismo
resultó básica la Epístola de San Pablo a los Corintios (1,11,5) en la que pedía a las
mujeres que se cubrieran la cabeza en los lugares sagrados, así como en oración,
y no por costumbre, sino por respeto.
Recuerdo que, siendo yo un niño, cuando salíamos para ir a la Misa católica, mi
abuela llevaba su velo, aunque ya no mi madre a pesar de haber sido bastante
católica en su época de mujer joven.

En aquella época, y desde siempre, los velos fueron algo indispensable, de tal modo
que todas cuantas asistían a Misa se cubrían con ellos. Claro es que también tenían
que ir púdicamente vestidas, y siempre, incluso en verano, con mangas
largas. Dichos velos eran, generalmente, bonitas piezas negras de chantilly, de tul
o de blonda, como la que aparece en la fotografía que ilustra esta colaboración.
Realmente, resultaban meros símbolos del respeto señalado por San Pablo, porque
la verdad es que no ocultaban nada, al menos en su última época.

El Concilio Vaticano II (1962-1965) –el del “aggiornamento”- no aludió en ningún


caso al uso del velo, pero poco a poco, tras su celebración, se fue prescindiendo de
él. La antigua ley canónica prescribía de forma expresa que las mujeres debían
llevar velo durante la Misa., pero en el Código promulgado por la Santa Sede en
enero de 1983 ya no se hace mención alguna a dicho precepto, de tal forma que el
velo ha quedado “como una venerable tradición no obligatoria” –según afirman
expertos en la cuestión- siendo ya muy contadas excepciones las mujeres católicas
que lo usan.

El respeto a que aludía San Pablo iba referido a Dios, y no al hombre. Así lo
demuestra el hecho de que el Apóstol, como antes se dijo, pedía el uso del velo en
los lugares sagrados y durante la oración, es decir, en las ocasiones en que la
mujer estaba en la casa del Señor, el templo, u oraba dirigiéndose a Él. Veneración
al Creador, nunca sumisión a parte de lo creado.

Han cambiado las costumbres, y la Iglesia Católica ha sabido ir adaptándose a los


nuevos tiempos, pero sin ceder jamás en lo fundamental. El Credo sigue siendo el
Credo, permanecen el respeto por la vida desde su concepción, la indisolubilidad del
vínculo matrimonial que une al hombre y la mujer, el amor a Dios y al prójimo...
Esos principios, entre otros, son valores inmutables que constituyen la esencia del
cristianismo. El velo, siendo lo que fue, era algo prescindible, como los hechos han
venido a demostrar. La fe es otra cosa.
Ya no se ven prácticamente velos en la Iglesia, salvo los de las novias, las niñas
que toman "la Comunión" en la Iglesia Católcia Romana,las mujeres islámicas, las
menonitas de las colonias , y, si acaso, en las pocas mantillas que se lucen en
bodas, galas y Semana Santa (que podrían considerarse como una exaltación de los
36

velos) así como a veces, no siempre, en monjas.


Lo importante, lo trascendente, es que la religión se sienta y se viva por dentro, en
el alma y con el corazón.

¿Cree usted que Dios que nos manda adorarle en espíritu y en verdad (Juan 4.24),
nos mandaría también algo como es eso de que la mujer deba cubrirse la cabeza
con cualquier manto en el culto para adorarle en todos las culturas?

Si cantamos en el culto con o sin instrumentos, porque debemos adorar en espíritu


y en verdad, ¿cómo es posible que caigamos en un materialismo tan deprimente
como es el de mandar que nuestras hermanas se cubran la cabeza en nuestras
congregaciones? ¿Se agradará de esto Dios actualmente?

Si sólo con nuestros labios cantamos, ellas sólo con su cabello pueden y deben
adorar también. ¡Lógico! Las manifestaciones exteriores desvirtúan la adoración en
espíritu y en verdad. Hermanita, ¿si viniera Cristo, con qué desearía usted secarle
sus pies, con un trapo o con su cabello (Juan 12.1-3)?

¿Cuándo debe la mujer cubrirse la cabeza en el culto? Cuando ora o profetiza (1


Corintios 11.5). Entonces, ¿le está permitido a la mujer orar o profetizar en el
culto? NO. La mujer debe callar en la congregación enseñan muchas iglesias,
lamentablemente aplicando pasajes como 1 Cor. 14.34; 1 Tim. 2.11-12 de modo
literal. ¿Entonces? ¿Debe también taparse la cabeza mientras está callada? La Biblia
no procura realmente imponer eso en todas las culturas. Quién manda a las
hermanas cubrirse la cabeza en el culto, creo honestamente que innegablemente
está contradiciendo a la Palabra de Dios en su Espíritu, ya que el mismo Señor
Jesús nos manda a adorarle en "espíritu y en verdad".

Creo que es una costumbre de las tierras bíblicas, el que la mujer se cubra con un
velo su cabello, en la congregación. La palabra de Dios nos habla con toda
claridad, pero no todos los hermanos lo entienden así. Creo que estos pasajes
enseñan un excelente modelo teológico y apostólico de resolución de problemas en
la congregación. Creo que podríamos poner mayor énfasis en estos tiempos sobre
lo espiritual del texto que es de mayor valor, y enseñando el temor de Dios y la
consagración que el mero cumplimiento literal del texto. Y de ser necesario usar
este modelo para resolver algún desorden en la congregación que por alguna razón
no este revelado en la escritura ante la diversa cultura que se encuentre la iglesia.
Este tema seguramente en la mayoría de las iglesias evangélicas ya murió y es
posible que hasta se lo olvidaran. Es un tema que murió con el surgir del feminismo
hace como 40 años o mas inclusive.

Sin duda, el tema del velo es un tema bíblico. Esto es muy fácil en realidad, está
en la biblia. (I_Corintios 11:4-10)

No diría que es una doctrina fundamental de la iglesia o siquiera un distintivo de


todas las iglesias bíblicas, pero creo que para algunos aún es practicable y que
puede llegar a agradar a Dios, obviamente cuando se lo practica de corazón y no
por obediencia al anciano, pastor o lider. Muchos excusan este tema diciendo que
es cultural, pero también es verdad que las Iglesias en la historia han practicado
esto hasta hace unos meros 50 años y algunas lo siguen haciendo. Si tienen dudas
aún pueden ir a visitar a las iglesias católicas donde algunos aún lo practican o
algunas iglesias de los Hermanos Libres.

Lamentablemente, el feminismo aún pide que las mujeres se corten el pelo en el


ámbito natural para parecerse mas al hombre y borrar las distinciones entre los
sexos. Y la iglesia ya no tiene fuerzas contra todas las corrientes que surgen. Pero
37

creo que debería reflexionar si lo usa, y si lo usa, porque entonces se permite a las
mujeres usar pantalones en el templo, cuando esta es también una costumbre
moderna y si bien hay pantalones para las mujeres, en su diseño original fueron
prendas para los hombres. Practicable es porque muchas iglesia aun lo practican.

Las preguntas que cada uno debe responder y aun cada iglesia por su cuenta son,
¿como, cuando y donde? Y si se puede o no sustituir por alguna practica mas
necesaria en estos tiempos de nuevas modas culturales. Por otra parte veo un
misterio donde aun los ángeles se fijan en este símbolo, por ello veo que agrada a
Dios. Seré sincero, no creo que a los ángeles les importe realmente el manto, pero
si se guarda e verdadero sentido de la Palabra, creo que es un reflejo del verdadero
temor de Dios.

Últimamente mi resumen al tema para las señoritas que quieren saber mi parecer
es "Si no quieres ser sumisa por favor no te pongas velo, serías hipócrita". Ya las
mujeres no son sumisas, se han independizado, estudian y trabajan a la par del
hombre. Sin duda, la cultura ha cambiado totalmente.

No crean que me preocupa tanto el velo, yo soy varón y delante de Dios debo
adorar y orar con la cabeza descubierta, hay menos lucha cultural en este sentido.
Y además, uso el pelo corto ya que largo me queda muy desprolijo.

No me inquieta la perdida del signo externo, pero si de su significado espiritual.


Aunque por cierto el feminismo hace mucho más daño a la iglesia y a la familia
cristiana y a las jóvenes cristianas, sin hacer incapie en el pequeño tema del velo.
Creo que la mujer debería recordar su sumisión a Dios de modo mas profundo aún
y consagrarse de modo que marque una verdadera diferencia con las mujeres del
mundo. Porque para decir verdad, si bien las mujeres bíblicas son por lo general
consagradas, no se les ve ese brillo espiritual que deberían tener, que es el que
reclama el contexto del pasaje bíblico. Creo que esto es de mayor consideración
que si debe o no ponerse un velo en la reunión. Creo honestamente que ha sido
una tradición con un fuerte simbolismo espiritual. En la época de Jesús significó una
liberación cultural y espiritual de la mujer. Hoy ya se había transformado en solo
una tradición. No creo que debemos hacer en supersticiones que el paño tiene
alguna propiedad espiritual. Me parece que mas que nada es un signo de
identificación denominacional mas que de verdadera piedad cristiana. Además,
tampoco tenemos el problema de las prostitutas sagradas con el cual el Apóstol
Pablo tuvo que juzgar la Iglesia de Corintio para que el Espíritu Santo no se
apagara.

Ray C. Stedman explica al respecto que al Apóstol Pablo le escribieron además


acerca de las mujeres, en relación a la respuesta que el da en la epístola.

También había mujeres en la iglesia de Corinto que se habían convertido en un


problema. Pero era así, debido a que se veían envueltas en un difícil problema
relacionado con los sombreros. La cosa es que la situación había llegado a un punto
exagerado, porque en Corinto si se veía a una mujer con la cabeza descubierta, se
la identificaba de inmediato con una prostituta, con una de las sacerdotisas del
templo, y es por este motivo por lo que Pablo escribe a esta gente de Corinto
diciéndoles:

• "Y ustedes, señoras, cuando vengan a la iglesia, pónganse un sombrero;


porque eso es señal de que la que lo hace es una mujer cristiana, sometida
a su marido.
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Eso se aplicaba a Corinto en la práctica, en principio (el principio se aplica todo el


tiempo), las mujeres cristianas deben de vivir en sujeción a sus maridos, como ven
ustedes que dice en todas las Escrituras, en todos los sentidos, como indicación y
señal de que la iglesia se somete a su Señor. La mujer cristiana cumple con su
ministerio al Señor al someterse a su marido y todo esto está relacionado con el
problema de quién es la cabeza, que el apóstol define como igualdad, cooperación,
pero al mismo tiempo, sumisión. [6]

Notas

• [0] http://www.revistaecclesia.com/content/view/17316/59/
• [1] "Vestimenta." Encarta 2001. © 1993-2000 Microsoft Corporation.
• [2] "Jerusalén en tiempos de Jesús", Joaquín Jeremías, Ediciones
Cristiandad, 1980, p.371
• [3] "El Mundo del Nuevo Testamento", Johannes Leipoldt y Walter
Grundmann, pág. 192 (Ediciones Cristiandad).
• [4] 1ª Epístola a los Corintios, pág. 174-175 - Ernesto Trenchard - Edit.
Literatura Bíblica
• [5] Sugerimos al lector que consulte el comentario exegético que Willian
Barclay hace de 1 Corintios 11:2-16
• [6] http://www.seminarioabierto.com/sinopsisnt08.htm

Fuentes bibliográficas consultadas

• Luis Marián es documentalista en la Universidad Carlos III, pastor en Madrid


y cofundador del portal juvenil cristiano Delirante.org © L. Marián,
ProtestanteDigital.com (España,
2006).,http://www.protestantedigital.com/new/dlirios.php?971
• http://www.elcristianismoprimitivo.com/velodelacristiana.htm
• http://www.foroekklesia.com/showthread.php?t=26159
• http://www.ministros.org/Estudios/usos/009.htm
• Ángel Manuel
Rodríguez,http://biblicalresearch.gc.adventist.org/preguntasbiblicas/antigua
s%20costumbres.htm
• http://casadeoracionmexico.info/blog/?p=196
• http://www.pensamientodiario.com/index.php?
option=com_content&view=article&id=98:senal-de-autoridad-el-
velo&catid=46:mujer-sociedad-e-iglesia&Itemid=159
• http://apologeticspress.org/espanol/articulos/3094
• http://apologeticspress.org/espanol/articulos/3094
• Watchman Nee: "Mensajes para nuevos creyentes, capìtulo 44". cit
en http://iglesiaensantodomingonorte.es.tl/%BFPOR-QU%C9-LAS-
HERMANAS-DEBEN-PONERSE-UN-VELO-PARA-ORAR,-PROFETIZAR-Y-LEER-
LA-BIBLIA-f-.htm
• http://www.elfarodigital.es/index.php/blogs/francisco-olivencia/5490-el-
velo-cristiano.html
• http://www.lavozeterna.org/estudios/reflecciones.htm
• http://www.anabaptists.org/spanish/velo.html
• http://www.fbcamiri.org/cms/forum.html?
wid=151&act=view_forum&tid=0&themeid=1
• http://es.wikipedia.org/wiki/Velo
• comentario bíblico siglo XXI
• RV95
• Comentario bíblico Mattew Henry
• http://www.seminarioabierto.com/sinopsisnt08.htm
39

• David S. Dockery,Comentario biblico conciso Holman: Un comentario claro y


de lectura amena, Ilustrado,Pág. 558,Ed. B&H Publishing Group,
2005,ISBN 0805428429, 9780805428421
• Everett Falconer Harrison,Comentario bib́lico Moody: Nuevo Testamento
,pag. 304,ed.Editorial Mundo Hispano, 1999,ISBN 031103070X,
9780311030705
• Hechos de los apóstoles, Romanos, 1 Corintios,Mattew Henry,p. 439-441,ed.
Clie
• Manual bíblico ilustrado ,pag. 594,ed. unilit
• Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN:
Editorial Caribe) 2000, c1998.

Artículo recomendado

• http://www.scribd.com/doc/32414967/El-velo-de-la-mujer-I-Corintios

Articulo relacionado que esta a favor del velo

• http://www.verdadespreciosas.com.ar/documentos/el_velo.htm

Artículo relacionado que lo entiende como una costumbre

• http://pentecostalesunidos.ning.com/profiles/blogs/el-cabello-i-el-velo-en-la

El velo y la mujer islamica

• http://www.aceprensa.com/articulos/2010/apr/27/el-velo-y-la-mochila/
• http://www.abc.es/20100520/internacional-/velo-occidente-
201005201150.html
• http://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2010/05/100514_2236_mo
da_hijab_lav.shtml
• http://angelesalvarez.com/2010/04/16/el-velo-no-es-una-prenda-unisex/
• http://www.rtve.es/noticias/20100429/velo-islamico-signo-sumision-mujer-
a-simbolo-rebeldia-frente-mundo-occidental/329424.shtml

El velo de la reina Mab (Ruben Darío)

• http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/dario/velo.htm

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