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Ahora bien, según Alfonzo, R. (2006: 9) la voz trabajo proviene del latín trabs,
trabis, que significa traba, dificultad, impedimento. Por otro lado, para darle mayor
comprensión a la Noción de Trabajo, esta investigadora ha considerado abordar el
mismo desde tres puntos de vista:
De allí, que el trabajador dependiente solo puede ser una persona natural, que
ejecuta estas actividades por cuenta y bajo dependencia ajena, y aquí se observa
su trascendencia porque surge la subordinación; nace el trabajador que realiza
sus labores cumpliendo órdenes e instrucciones, directrices o lineamientos
emitidos por el empleador.
Esta modalidad precisamente configura el ámbito de Lo anterior expone que
dentro del ámbito de regulación del Derecho del Trabajo, se encuentran las
relaciones laborales, con ocasión del trabajo subordinado, dependiente, realizado
por cuenta y riesgo del patrono.
Se debe tener presente que para esta época de la historia los esclavos no eran
considerados seres humanos, sino un objeto, una cosa que inclusive pertenecía a
la tierra, tenían valor adquisitivo, eran vendidos atendiendo a su musculatura en
las plazas, sus condiciones de trabajo fueron extremadamente inhumanas puesto
que laboraban jornadas de hasta catorce horas, dividiéndole esa jornada el sol y la
luna, el día para trabajar, la noche para descansar los 365 días del año, su único
beneficio era comida y techo, que para la época estaban constituidas en barracas.
Es por estas razones que históricamente Inglaterra, país de Europa hacia el año
1819, promulga una ley insipiente, escasa, regulando el trabajo de niños y
mujeres, por ser el sector más explotado, toda vez que si ese capitalista que
recién nacía contrataba mano masculina debía cancelar más alto, a diferencia si
contrataba mujeres o niños, el costo era inferior; así como también, regulaciones
sobre la jornada de trabajo.
En este punto, advierte Brito, J. (2005: 3) que realmente fue más la preocupación
por parte de los trabajadores quienes concienciando los derechos que debían
asistirles presionaron para que tales regulaciones se produjeran. Es así como el
primero de mayo de 1886 las fuerzas laborales de Chicago se declararon en
huelga solicitando que la jornada máxima de trabajo fuese de ocho horas.
Se observa para esta época la intervención estatal, vale decir, la participación del
Estado en la regulación de las relaciones entre los trabajadores y patronos. Surge
la necesidad de un ordenamiento jurídico que atendiera las nuevas relaciones
entre la producción y el poder que asistía al patrono.
1. La reforma de 1945, que tuvo por objeto: la exclusión de los empleados públicos
del ámbito de la Ley del Trabajo, creando para ese sector la Ley de Carrera
Administrativa que fuese reformada en el 2002 por la vigente Ley del Estatuto de
la Función Pública; la exclusión de los trabajadores del campo que serían
sometidos a una reglamentación especial por el Ejecutivo Nacional y la
incorporación del derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de las
empresas, vale decir, en las ganancias que su labor produce.
3. La reforma del año 1966, que se limitó a consagrar el pago del auxilio de
cesantía, también en caso de muerte del trabajador.
5. La reforma del año 1975, que consagró el pago de intereses a los trabajadores
por parte de los patronos, por las prestaciones sociales de antigüedad y cesantía
no entregados al trabajador, conocido como el régimen de fideicomiso, vale
decir, se establece la obligación por parte del patrono de cancelar un interés anual
por las prestaciones sociales que están en manos del patrono pero corresponden
al trabajador fruto de su esfuerzo.
Continúa consagrando el artículo 108 de la misma Ley: “...Después del primer año
de servicio, o fracción superior a seis (6) meses contados a partir de la fecha de
entrada en vigencia de esta Ley, el patrono pagará al trabajador adicionalmente
dos (2) días de salario, por cada año, por concepto de prestación de antigüedad,
acumulativos hasta treinta (30) días de salario…”.
Esta norma, artículo 108 ejusdem, estaba constituida por siete parágrafos de los
cuales es relevante mencionar, en primer lugar el destino de la prestación de
antigüedad porque dependerá de la voluntad del trabajador tal como lo expresa el
segundo aparte de la norma que comentamos: “… La prestación de antigüedad,
atendiendo a la voluntad del trabajador, requerida previamente por escrito, se
depositará y liquidará mensualmente, en forma definitiva, en un fideicomiso
individual o en un Fondo de Prestaciones de Antigüedad o se acreditará
mensualmente a su nombre, también en forma definitiva, en la contabilidad de la
empresa…”.
Dos aspectos a que se hace referencia, es que se menciona con exactitud que el
trabajador puede disponer de sus ahorros acumulados una vez al año, a
excepción de que se trate de asistencia médica u hospitalaria, caso en el cual
tiene el derecho de solicitar un segundo adelanto, y solo hasta un 75%, hay que
guardar el resto tomando en cuenta el carácter previsional. Por otro lado, el
patrono podrá exigir al trabajador o trabajadora información sobre el destino de la
suma de dinero solicitada en el anticipo, o del crédito o aval, según fuese el caso,
y las pruebas que lo evidencian, esto quiere decir que este parámetro no tiene el
carácter de obligatorio, sino que es potestativo por parte del empleador, y que no
constituirá obstáculo para que el trabajador solicite y disponga de lo acumulado. A
continuación se presentan dos casos prácticos a fin de distinguir el ordenamiento
de las normas legales y reglamentarias:
El artículo 122 ejusdem complementa la disposición anterior: “El salario base para
el cálculo de lo que corresponda al trabajador y trabajadora por concepto de
prestaciones sociales, y de indemnizaciones por motivo de la terminación de la
relación de trabajo, será el último salario devengado, calculado de manera que
integre todos los conceptos salariales percibidos por el trabajador o trabajadora”.
De nuevo, en igual sentido al artículo 108 de la ley derogada, los dos días
adicionales se computan, se cuentan a partir del segundo año en forma
acumulativa hasta el máximo de treinta días, es decir serían noventa días al
alcanzar los 16 años de servicios.
Quedaría así:
1er año: 60 días de salario integral,
2do año: 60 días de salario integral + 2 días adicionales por años de servicio,
3er año: 60 días de salario integral + 4 días adicionales por años de servicio,
4to año: 60 días de salario integral + 6 días adicionales por años de servicio,
5to año: 60 días de salario integral + 8 días adicionales por años de servicio,
6to año: 60 días de salario integral + 10 días adicionales por años de servicio; y
así sucesivamente hasta llegar al máximo que es al trabajar
16 años: 60 días de salario integral + 30 días adicionales por años de servicio, es
decir 90 días de salario sería el tope.
Literal D:
El trabajador o trabajadora recibirá por concepto de prestaciones sociales el monto
que resulte mayor entre el total de la garantía depositada de acuerdo a lo
establecido en los literales A y B, y el cálculo efectuado al final de la relación
laboral de acuerdo al literal C.
e. Si la relación de trabajo termina antes de los tres primeros meses, el pago que
le corresponde al trabajador o trabajadora por concepto de prestaciones sociales
será de cinco días de salario por mes trabajado o fracción...”.
Significa que el trabajador asegura cinco días de salario por concepto de
prestaciones sociales por cada mes trabajado o fracción, en ese período de tres
meses, puede llamarse prestaciones sociales fraccionadas.
f. El pago de las prestaciones sociales se hará dentro de los cinco días siguientes
a la terminación de la relación laboral, y de no cumplirse el pago generará
intereses de mora a la tasa activa determinada por el Banco Central de
Venezuela, tomando como referencia los seis principales bancos del país”.
Ciertamente es una sanción que beneficiará al trabajador, dado que en cinco días
máximos se deben honrar los conceptos adeudados por el patrono o patrona. A
veces, se ha jugado al cansancio del trabajador, haciéndolo dirigirse en reiteradas
oportunidades hasta la entidad de trabajo y no hay pago alguno. Además, que la
tasa aplicada por concepto de retardo, es decir la mora, es la activa aumentado
dicho interés.
Lo recomendable para los empleadores es cancelar, terminado el vínculo laboral,
evitando la acumulación de intereses, excepto que vayan a juicios tratando de
defender cada parte las posiciones que aleguen.
Las prestaciones sociales y los intereses que éstas generan, están exentos del
Impuesto sobre la Renta. Los intereses serán calculados mensualmente y
pagados al cumplir cada año de servicio, salvo que el trabajador, mediante
manifestación escrita, decidiere capitalizarlos”.
Estas últimas previsiones es práctica para los trabajadores, así ha funcionado los
últimos años, muy bien explicados en los comentarios del artículo 108 LOT (1997)
que se aplican en idéntica forma. El trabajador retiraba la totalidad de los intereses
una vez depositados o permite que se capitalicen, tenía la posibilidad de
informarse mensualmente cuánto tenía acumulado por concepto de las
prestaciones sociales y además los intereses que éstas generaron están exentos
del Impuesto sobre la Renta.
Es importante hacer una acotación toda vez que antes de la entrada en vigencia
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual consagra la
gratuidad de la justicia. En el derecho laboral ya existía ese carácter de allí que los
escritos se llevaban en papel común más no en papel sellado porque
representaba el pago de un arancel, un costo, éste entre otros ejemplos.
El derecho del trabajo igualmente se caracteriza por ser Dinámico, lo que quiere
decir que está en constante movimiento, siempre actualizándose, sus normas no
pueden ser definitivas, necesariamente deben ajustarse a la realidad social,
económica y de otros órdenes, sino, repárese la evolución ya atendida y
explicada.