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UNIDAD I

EL DERECHO DEL TRABAJO


1. NOCIONES GENERALES
1.1. Noción de trabajo
De acuerdo al Diccionario Jurídico Venezolano D & F (2000: 173): “Es toda acción
y efecto de trabajar. Esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza.

Brito, J. (2005: 1) define el vocablo trabajo, como la serie de actividades que el


hombre realiza en función de obtener bienes y servicios dirigidos a satisfacer sus
necesidades.

Ahora bien, según Alfonzo, R. (2006: 9) la voz trabajo proviene del latín trabs,
trabis, que significa traba, dificultad, impedimento. Por otro lado, para darle mayor
comprensión a la Noción de Trabajo, esta investigadora ha considerado abordar el
mismo desde tres puntos de vista:

1.1.1. Desde el punto de vista físico


Trabajo equivale a estar en movimiento, a la ejecución de una actividad, desgaste
de energías, así como un quehacer, labor o tarea.

1.1.2. Desde el punto de vista económico


Trabajo es considerado un factor de producción, generador de riquezas, gracias a
la actividad que se ejecuta se obtiene una contraprestación lo que permite
satisfacer necesidades materiales y espirituales, por ello equivale a un intercambio
de bienes y servicios. La labor que se realiza genera una remuneración, con la
cual se tiene capacidad adquisitiva, pagamos servicios (agua, electricidad,
telefonía, entre otros) y adquirimos bienes muebles aquellos que pueden
desplazarse de un lugar a otro ó bienes inmuebles los que están sujetos a la tierra
que no pueden movilizarse.

1.1.3. Desde el punto de vista jurídico


Trabajo se puede definir como un conjunto de actividades físicas o intelectuales
realizadas por el individuo en beneficio propio o ajeno.
Ahora bien, vamos a ir desglosando esta concepción a fin de observar su
importancia. La nueva LOTTT (2012) consagra: “De las Personas en el Derecho
del Trabajo”, y define en el artículo 35 quién es trabajador o trabajadora
dependiente como: “Toda persona natural que servicios personales en el proceso social
de trabajo bajo dependencia de otra persona natural o jurídica. La prestación de su
servicio debe ser remunerado”.

De allí, que el trabajador dependiente solo puede ser una persona natural, que
ejecuta estas actividades por cuenta y bajo dependencia ajena, y aquí se observa
su trascendencia porque surge la subordinación; nace el trabajador que realiza
sus labores cumpliendo órdenes e instrucciones, directrices o lineamientos
emitidos por el empleador.
Esta modalidad precisamente configura el ámbito de Lo anterior expone que
dentro del ámbito de regulación del Derecho del Trabajo, se encuentran las
relaciones laborales, con ocasión del trabajo subordinado, dependiente, realizado
por cuenta y riesgo del patrono.

En este sentido, en el artículo 36, se define al trabajador o trabajadora no


dependiente o por cuenta propia, como: “Aquel o aquella que en el ejercicio de la
actividad que realiza en el proceso social de trabajo, no depende de patrono
alguno o patrona alguna.

Los trabajadores y trabajadoras no dependientes o por cuenta propia están


protegidos por la Seguridad Social”.

Cabe resaltar que desaparece la clasificación anterior de trabajador


independiente. Estos trabajadores o trabajadoras no dependientes realizan sus
actividades en beneficio y por cuenta propia, es decir, con total independencia y
libertad. En consecuencia, la labor se desarrolla en forma autónoma, no
dependiente, no sujeto a otra persona, no hay patrono a quien acatarle directrices;
se les llama también cuentapropistas.

1.2. Antecedentes históricos del derecho del trabajo


Atendiendo al criterio de Brito, J. (2005: 2), se dividirá el nacimiento del derecho
del trabajo en tres momentos:

1.2.1. Edad Antigua


En este período no se ha encontrado ningún tipo de indicios de regulaciones que
protegieran esta actividad llamada trabajo. Cabe destacar que esta etapa se
caracteriza por darse la existencia de la esclavitud como sistema social, donde
consecuencialmente el trabajo era considerado algo denigrante, inclusive una
maldición. No se olvide aquella pena impuesta a Adán y Eva por su
desobediencia, que comerían el pan con el sudor de su frente, esto es suficiente
para concluir que no hubo normativa alguna de amparo social.

Se debe tener presente que para esta época de la historia los esclavos no eran
considerados seres humanos, sino un objeto, una cosa que inclusive pertenecía a
la tierra, tenían valor adquisitivo, eran vendidos atendiendo a su musculatura en
las plazas, sus condiciones de trabajo fueron extremadamente inhumanas puesto
que laboraban jornadas de hasta catorce horas, dividiéndole esa jornada el sol y la
luna, el día para trabajar, la noche para descansar los 365 días del año, su único
beneficio era comida y techo, que para la época estaban constituidas en barracas.

1.2.2. Edad Media


Tampoco para este momento histórico se promulgó ley alguna que regulara la
actividad del trabajo subordinado, pero comienzan a sentarse las primeras bases,
teniendo la iglesia un papel fundamental mediante la religión cristiana y
obteniendo así el día domingo como descanso. Al producirse el encuentro de dos
mundos, los grandes filósofos, intelectuales y pensadores que llegaron a nuestro
continente americano, pudieron llevarse esa inquietud e ir pensando que esa
forma de vida debía modificarse.
1.2.3. Edad Moderna y Contemporánea
Se encuentra este período de la historia hacia el siglo XIX, con el surgimiento de la
Revolución Industrial, aparece el boom de las fábricas y con este hecho nace el
pago al obrero, caracterizado por ser humillante, denigrante, insignificante, pero
fue el aspecto que motivó la mano de obra, el escenario era inhumano, extensas
jornadas de trabajo, las fábricas eran cavernas subterráneas, expuestos en
consecuencias a altas temperaturas, carecían de iluminación, la única medida
higiénica que existían eran letrinas, vale decir pozos sépticos, sin duda,
condiciones nada adecuadas para realizar actividad alguna.

Es por estas razones que históricamente Inglaterra, país de Europa hacia el año
1819, promulga una ley insipiente, escasa, regulando el trabajo de niños y
mujeres, por ser el sector más explotado, toda vez que si ese capitalista que
recién nacía contrataba mano masculina debía cancelar más alto, a diferencia si
contrataba mujeres o niños, el costo era inferior; así como también, regulaciones
sobre la jornada de trabajo.

En este punto, advierte Brito, J. (2005: 3) que realmente fue más la preocupación
por parte de los trabajadores quienes concienciando los derechos que debían
asistirles presionaron para que tales regulaciones se produjeran. Es así como el
primero de mayo de 1886 las fuerzas laborales de Chicago se declararon en
huelga solicitando que la jornada máxima de trabajo fuese de ocho horas.

Estos acontecimientos derivaron en hechos violentos que cobró muchas vidas


humanas quienes hoy son considerados los mártires de Chicago y cuya
trascendencia permanece imborrable en la clase obrera, allí se encuentra
precisamente el origen de la Conmemoración del Día del Trabajador.

1.3. Evolución del derecho del trabajo en Venezuela


En este aspecto abordaremos los cambios que se han producido en nuestra
legislación laboral desde 1928, cuando se promulga, siguiendo en 1936 cuando
realmente entra en vigencia la Ley del Trabajo y las sucesivas reformas habidas
hasta nuestros tiempos.

Se debe partir de la premisa que no existiendo legislación laboral, al entrar en


vigencia el Código Civil en 1916, regula la actividad laboral aunque no es
competente atendiendo a los aspectos que le corresponden a este Código. Se
establece el Principio de Responsabilidad objetiva del Patrono, actualmente
vigente en el art 43 LOTTT 2012.

Durante la dictadura de Juan Vicente Gómez en 1919, Venezuela se incorpora


como miembro de la Sociedad de las Naciones y respalda el Tratado de Versalles,
uno de cuyos postulados es precisamente el establecimiento en todos los Estados
de un régimen de trabajo realmente humano y la creación de una legislación
laboral escrita.
En ese mismo año, Venezuela participa en la aprobación de la Constitución de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo que motivó la promulgación el 23
de julio de 1928 de la Primera Ley del Trabajo, sin ningún interés en hacerla, no se
puso en práctica atendiendo a la dictadura del General Juan Vicente Gómez.

Se observa para esta época la intervención estatal, vale decir, la participación del
Estado en la regulación de las relaciones entre los trabajadores y patronos. Surge
la necesidad de un ordenamiento jurídico que atendiera las nuevas relaciones
entre la producción y el poder que asistía al patrono.

A partir de la muerte de Juan Vicente Gómez, ocurrida el 17 de diciembre de 1935,


se comenzó a pensar con seriedad en la modificación, de allí que el 16 de julio de
1936, el presidente Eleazar López Contreras sancionó la Ley del Trabajo,
consolidándose nuestra legislación, la cual ha sufrido las siguientes reformas
parciales:

1. La reforma de 1945, que tuvo por objeto: la exclusión de los empleados públicos
del ámbito de la Ley del Trabajo, creando para ese sector la Ley de Carrera
Administrativa que fuese reformada en el 2002 por la vigente Ley del Estatuto de
la Función Pública; la exclusión de los trabajadores del campo que serían
sometidos a una reglamentación especial por el Ejecutivo Nacional y la
incorporación del derecho de los trabajadores a participar en las utilidades de las
empresas, vale decir, en las ganancias que su labor produce.

2. La reforma de 1947, Produce la unificación del período vacacional para obreros


y empleados, con una extensión de quince (15) días hábiles y el establecimiento
de las vacaciones fraccionadas, cuando la relación de trabajo concluía antes del
vencimiento del año completo de servicio, por causas no imputables al trabajador.

3. La reforma del año 1966, que se limitó a consagrar el pago del auxilio de
cesantía, también en caso de muerte del trabajador.

4. La reforma de 1974, la cual tuvo por objeto la consagración de las prestaciones


sociales de antigüedad y cesantía, como derechos adquiridos por el trabajador,
que no se pierden, cualquiera sea la causa de extinción de la relación de trabajo.
Prestaciones sociales entiéndase es un reconocimiento patrimonial, es un ahorro
por años de servicios y derecho adquirido aquel beneficio que se recibe y luego no
se pierde, que pertenece al trabajador de pleno derecho, que formará parte de su
patrimonio. Entiéndase que prestaciones sociales es un beneficio de carácter
económico que inicialmente se determinó en días de salario por antigüedad, es
decir, años de servicios.

5. La reforma del año 1975, que consagró el pago de intereses a los trabajadores
por parte de los patronos, por las prestaciones sociales de antigüedad y cesantía
no entregados al trabajador, conocido como el régimen de fideicomiso, vale
decir, se establece la obligación por parte del patrono de cancelar un interés anual
por las prestaciones sociales que están en manos del patrono pero corresponden
al trabajador fruto de su esfuerzo.

6. Posteriormente, la reforma pragmática de 1983, que estuvo destinada a


enfrentar una sentencia de la Corte Suprema de Justicia que consagraba las
prestaciones sociales de antigüedad y cesantía, estipulando que dichas
prestaciones debían ser calculadas en base al último salario devengado por el
trabajador, produciéndose la retroactividad, es decir, reconocer derechos a
situaciones ocurridas en el pasado.

En el año 1985, comenzó a discutirse y analizarse en todo el país un Anteproyecto


de Ley Orgánica del Trabajo (LOT), redactado bajo la dirección del ilustre
juslaboralista, Dr. Rafael Caldera, quien el 11 de agosto de 1988, presentó por
parte del Congreso de la República el Proyecto de Ley Orgánica del Trabajo.

Para este momento se consagra que las prestaciones sociales se calcularían en


base al último salario devengado, produciéndose en consecuencia una enorme
crisis económica en el país porque los trabajadores renunciaron masivamente y
es la razón que originó la reforma de 1997.

7. El primero de mayo de 1991 la Ley del Trabajo venezolana adquiere el carácter


de Orgánica con lo cual sube en jerarquía, encontrándose en orden de prioridad
debajo de la Constitución Nacional, aspecto trascendental y se modifica para esa
misma fecha el cálculo de las vacaciones o descanso anual, adicionando un día
por años de servicios hasta llegar a quince días hábiles; aunados a aquellos
quince días hábiles inicialmente consagrados en 1947, además de un bono
vacacional que se inicia con siete días de salario más un día de salario adicional
por antigüedad hasta llegar a un límite de veintiún días, reconociendo que
vacaciones son días hábiles disfrutados en tanto que bono vacacional lo
constituyen días de salario.

El 19 de Junio de 1997, sufre una reforma sustancial la LOT modificando la forma


para calcular las prestaciones sociales constituidas por la prestación de
Antigüedad de conformidad con la disposición 108 de la derogada Ley Orgánica
del Trabajo, la cual no se pagará por año completo de servicio o fracción mayor de
seis meses, sino, que se depositará en base al equivalente a cinco días de salario
por cada mes de servicio prestado después del tercer mes de labores
ininterrumpidas y sobre las cuales se trajinará durante todo el período académico,
toda vez que representa el ahorro patrimonial para el trabajador y su familia.

La Prestación de Antigüedad no es más que el reconocimiento patrimonial por


años de servicios del trabajador, punta de lanza en la última reforma que sufrió la
Legislación Laboral el 19 de junio de 1997, consagrada en el artículo 108 de la Ley
Orgánica del Trabajo:
“Después del tercer mes ininterrumpido de servicio, el trabajador tendrá derecho a
una prestación de antigüedad equivalente a cinco (5) días de salario por cada
mes...”.
Lo que quiere decir, que para el primer año el trabajador acumulaba 45 días de
salario por concepto de prestación de antigüedad, toda vez que para los primeros
tres meses de vinculación no las produce, por lo tanto, no aplicaba. Estos cinco
días de salario no se le pagaban directamente al trabajador, ya que la idea es
crear el espíritu de ahorro con carácter previsional.

Obsérvese que las liquidaciones no serían anuales, sino mensuales teniendo el


carácter de definitivo, no siendo recalculadas como anteriormente y así
desaparece la peligrosa Retroactividad.

Continúa consagrando el artículo 108 de la misma Ley: “...Después del primer año
de servicio, o fracción superior a seis (6) meses contados a partir de la fecha de
entrada en vigencia de esta Ley, el patrono pagará al trabajador adicionalmente
dos (2) días de salario, por cada año, por concepto de prestación de antigüedad,
acumulativos hasta treinta (30) días de salario…”.

Es importante señalar, que a partir del segundo año de labores el trabajador


producía sesenta (60) días de salario por cada año trabajado, además el patrono
pagaría al trabajador adicionalmente dos (2) días de salario, por cada año o
fracción superior a seis meses hasta acumular treinta (30), significa que cuando el
trabajador haya laborado dieciséis años continuos e ininterrumpidos o más, se
haría acreedor de noventa (90) días de salario.

Es relevante la norma reglamentaria en su artículo 71, que aclara dudas


respecto a la cancelación del pago adicional de los dos (2) días de salario por año
y al efecto prevé lo siguiente:

La prestación de antigüedad adicional prevista en el primer aparte del artículo 108


de la Ley Orgánica del Trabajo, equivalente a dos (2) días de salario por cada año
de servicio, acumulativos hasta treinta (30) días de salario, se causará cumplido
que fuere el segundo año de servicio.

En caso de extinción de la relación de trabajo, la fracción de antigüedad


en el servicio superior a seis (6) meses se considerará equivalente a un
(1) año. La referida prestación de antigüedad adicional, será calculada con base
en el promedio de lo devengado por el trabajador o trabajadora en el año
respectivo, y deberá ser pagada anualmente, salvo que éste manifestare por
escrito su voluntad de capitalizarla.

Esta norma, artículo 108 ejusdem, estaba constituida por siete parágrafos de los
cuales es relevante mencionar, en primer lugar el destino de la prestación de
antigüedad porque dependerá de la voluntad del trabajador tal como lo expresa el
segundo aparte de la norma que comentamos: “… La prestación de antigüedad,
atendiendo a la voluntad del trabajador, requerida previamente por escrito, se
depositará y liquidará mensualmente, en forma definitiva, en un fideicomiso
individual o en un Fondo de Prestaciones de Antigüedad o se acreditará
mensualmente a su nombre, también en forma definitiva, en la contabilidad de la
empresa…”.

Se sugiere poner en práctica la primera, ésto es, el depósito y liquidación mensual


y definitiva, que permite actualmente al trabajador y con la ayuda de medios
electrónicos, tener entero conocimiento de las cantidades depositadas y los
intereses que genera la misma mes a mes.

Algo relevante también para comentarlo es el Parágrafo Segundo que reza de la


siguiente manera:
“El trabajador tendrá derecho al anticipo hasta de un setenta y cinco por ciento
(75%) de lo acreditado o depositado, para satisfacer obligaciones derivadas de:
a) La construcción, adquisición, mejora o reparación de vivienda para él y su
familia; b) La liberación de hipoteca o de cualquier otro gravamen sobre vivienda
de su propiedad;
c) Las pensiones escolares para él, su cónyuge, hijos o con quien haga vida
marital; y
d) Los gastos por atención médica y hospitalaria de las personas indicadas en el
literal anterior”.

Dos aspectos a que se hace referencia, es que se menciona con exactitud que el
trabajador puede disponer de sus ahorros acumulados una vez al año, a
excepción de que se trate de asistencia médica u hospitalaria, caso en el cual
tiene el derecho de solicitar un segundo adelanto, y solo hasta un 75%, hay que
guardar el resto tomando en cuenta el carácter previsional. Por otro lado, el
patrono podrá exigir al trabajador o trabajadora información sobre el destino de la
suma de dinero solicitada en el anticipo, o del crédito o aval, según fuese el caso,
y las pruebas que lo evidencian, esto quiere decir que este parámetro no tiene el
carácter de obligatorio, sino que es potestativo por parte del empleador, y que no
constituirá obstáculo para que el trabajador solicite y disponga de lo acumulado. A
continuación se presentan dos casos prácticos a fin de distinguir el ordenamiento
de las normas legales y reglamentarias:

Llegamos a la última reforma promulgada por el Ciudadano Presidente el día 30


de abril de 2012, ratificado su carácter Constitucional y Orgánico por el Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) el 04 de mayo del mismo año y publicada en Gaceta
Oficial el 07 del mismo mes y año, mediante Decreto
Nro.8.938/Nro. 6.076 extraordinario.

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV-


1999), como supremo marco legal, está prevista la garantía de las
Prestaciones Sociales en el artículo 92, el cual señala: “Todos los trabajadores y
trabajadoras tienen derecho a prestaciones sociales que les recompensen la
antigüedad en el servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las
prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda mora
en su pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozarán de
los mismos privilegios y garantías de la deuda principal”.
En leyes laborales anteriores se consagraba la prestación de antigüedad
y cesantía, aspecto resaltante en la Carta Magna, estableciendo igualmente que el
retardo en el pago generará intereses, porque este es una deuda de exigibilidad
inmediata, aspecto que se abordará más adelante.

Se estudiará de seguida las novedades legislativas en esta materia.


En el cuerpo normativo se consagra: De las Prestaciones Sociales, cuyo
régimen se establece a partir del artículo 141 de la LOTTT (2012), que a la letra
expresa: “Todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a prestaciones
sociales que les recompensen la antigüedad en el servicio y los ampare en caso
de cesantía. El régimen de prestaciones sociales regulado en la presente Ley
establece el pago de este derecho de forma proporcional al tiempo de servicio,
calculado con el último salario devengado por el trabajador o trabajadora al
finalizar la relación laboral, garantizando la intangibilidad y progresividad de los
derechos laborales.
Las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata.
Toda mora en su pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y
gozan de los mismos privilegios y garantías de la deuda principal”.

Cumple la presente disposición la orden constitucional con el mismo propósito y


razón, garantizando a los trabajadores y trabajadoras un número determinado de
días de salario, llamadas en la actualidad prestaciones sociales, como
contraprestación al tiempo laborado o antigüedad, que sirve de protección para el
caso de inactividad laboral, cesantía. Lo novedoso es que este tiempo de servicio
se calculará en base al último salario devengado por el trabajador o trabajadora al
finalizar la relación laboral, garantizando la intangibilidad y progresividad de los
derechos laborales. Asimismo, ratifica la generación de intereses por falta de pago
oportuno.

Ahora bien, es importante indicar a qué se llama intangibilidad y progresividad de


los derechos laborales. De conformidad con una decisión del TSJ con Ponencia
del Magistrado Doctor Juan Rafael Perdomo quedó sentado: “Que los vocablos
intangibilidad y progresividad comprenden dos acepciones apartes. La
intangibilidad puede entenderse adjetivamente en el sentido que no debe ni puede
tocarse; la progresividad se entiende como cualidad de progresivo que significa
que avanza, favorece el avance o lo procura o que progresa o aumenta en
cantidad o perfección.

De allí, que los derechos de los trabajadores en cuanto intangibles no pueden


alterarse o modificarse luego de haberse establecidos; y que de modificarse se
debe favorecer su avance o progreso”.
Consecuencialmente, debe entenderse que la idea principal de la intangibilidad es
el ahorro, que no debe tocarse sino guardarse. En tanto que la progresividad
conlleva a mejorarlo mediante el incremento, el aumento en el beneficio que
dependerá de la antigüedad, de los años de servicios que deben ser
recompensados.

La norma que se comentará seguidamente, ha sido la previsión más discutida y


que produjo muchas confusiones y angustias en el trabajador, debido a las
consecuencias patrimoniales que ocasiona en los laborantes porque es
precisamente su ahorro previsional.

De conformidad con el artículo 142 denominado Garantía y cálculo


de prestaciones sociales: “Las prestaciones sociales se protegerán, calcularán y
pagarán de la siguiente manera:

a. El patrono o patrona depositará a cada trabajador o trabajadora por concepto de


garantía de las prestaciones sociales el equivalente a quince días cada trimestre,
calculado con base al último salario devengado. El derecho a este depósito se
adquiere desde el momento de iniciar el trimestre...”.

Vale decir, que a cada trabajador se le depositará en lo adelante, 15 días de


salario cada tres meses calculados al último salario devengado, a esta premisa es
lo que se ha denominado retroactividad restringida, moderada, toda vez que la
misma aplicará cada tres meses; acumulando actualmente un total de 60 días por
año, a partir de la entrada en vigencia de la Ley.

Estas prestaciones sociales se aplicarán desde el primer mes de la relación de


trabajo, representando un beneficio para el trabajador, dado que para el primer
año acumula 60 días de salario más no 45 como sucedía con el régimen de 1997,
conocido como prestación de antigüedad, actualmente como novedad legislativa
las prestaciones son reconocidas desde el primer día de labores.

El artículo 122 ejusdem complementa la disposición anterior: “El salario base para
el cálculo de lo que corresponda al trabajador y trabajadora por concepto de
prestaciones sociales, y de indemnizaciones por motivo de la terminación de la
relación de trabajo, será el último salario devengado, calculado de manera que
integre todos los conceptos salariales percibidos por el trabajador o trabajadora”.

Debe entenderse que se mantiene el salario integral para el cálculo de las


prestaciones sociales, lo que permite aumentar el valor de la percepción diaria,
considerando además de los beneficios devengados, adicionar la alícuota del
bono vacacional y las utilidades.

Continuando el artículo 142 que se está comentando:


b. Adicionalmente y después del primer año de servicio, el patrono o patrona
depositará a cada trabajador o trabajadora dos días de salario, por cada año,
acumulativos hasta treinta días de salario...”.

De nuevo, en igual sentido al artículo 108 de la ley derogada, los dos días
adicionales se computan, se cuentan a partir del segundo año en forma
acumulativa hasta el máximo de treinta días, es decir serían noventa días al
alcanzar los 16 años de servicios.
Quedaría así:
1er año: 60 días de salario integral,
2do año: 60 días de salario integral + 2 días adicionales por años de servicio,
3er año: 60 días de salario integral + 4 días adicionales por años de servicio,
4to año: 60 días de salario integral + 6 días adicionales por años de servicio,
5to año: 60 días de salario integral + 8 días adicionales por años de servicio,
6to año: 60 días de salario integral + 10 días adicionales por años de servicio; y
así sucesivamente hasta llegar al máximo que es al trabajar
16 años: 60 días de salario integral + 30 días adicionales por años de servicio, es
decir 90 días de salario sería el tope.

c. Cuando la relación de trabajo termine por cualquier causa se calcularán las


prestaciones sociales con base a treinta días por cada año de servicio o fracción
superior a los seis meses calculada al último salario...”.

d. El trabajador o trabajadora recibirá por concepto de prestaciones sociales el


monto que resulte mayor entre el total de la garantía depositada de acuerdo a lo
establecido en los literales a y b, y el cálculo efectuado al final de la relación
laboral de acuerdo al literal c...”.

Literal D:
El trabajador o trabajadora recibirá por concepto de prestaciones sociales el monto
que resulte mayor entre el total de la garantía depositada de acuerdo a lo
establecido en los literales A y B, y el cálculo efectuado al final de la relación
laboral de acuerdo al literal C.

e. Si la relación de trabajo termina antes de los tres primeros meses, el pago que
le corresponde al trabajador o trabajadora por concepto de prestaciones sociales
será de cinco días de salario por mes trabajado o fracción...”.
Significa que el trabajador asegura cinco días de salario por concepto de
prestaciones sociales por cada mes trabajado o fracción, en ese período de tres
meses, puede llamarse prestaciones sociales fraccionadas.

f. El pago de las prestaciones sociales se hará dentro de los cinco días siguientes
a la terminación de la relación laboral, y de no cumplirse el pago generará
intereses de mora a la tasa activa determinada por el Banco Central de
Venezuela, tomando como referencia los seis principales bancos del país”.
Ciertamente es una sanción que beneficiará al trabajador, dado que en cinco días
máximos se deben honrar los conceptos adeudados por el patrono o patrona. A
veces, se ha jugado al cansancio del trabajador, haciéndolo dirigirse en reiteradas
oportunidades hasta la entidad de trabajo y no hay pago alguno. Además, que la
tasa aplicada por concepto de retardo, es decir la mora, es la activa aumentado
dicho interés.
Lo recomendable para los empleadores es cancelar, terminado el vínculo laboral,
evitando la acumulación de intereses, excepto que vayan a juicios tratando de
defender cada parte las posiciones que aleguen.

El artículo 143 consagra el Depósito de la garantía de las prestaciones


sociales, que a la letra ordena: “Los depósitos trimestrales y anuales a los que
hace referencia el artículo anterior se efectuarán en un fideicomiso individual o en
un Fondo Nacional de Prestaciones Sociales a nombre del trabajador o
trabajadora, atendiendo la voluntad del trabajador o trabajadora.
La garantía de las prestaciones sociales también podrá ser acreditada en la
contabilidad de la entidad de trabajo donde labora el trabajador o trabajadora,
siempre que éste lo haya autorizado por escrito previamente…”.
Esta norma devuelve la tranquilidad al trabajador o trabajadora, ya que tiene el
trabajador la potestad de seleccionar si se mantiene en fideicomiso individual,
cuenta bancaria a nombre del trabajador, o en la contabilidad de la organización,
vale decir cálculos actualizaos en los balances organizacionales o la envía el
patrono al Fondo Nacional de Prestaciones Sociales que será regulado en Ley
Especial, será éste quien escogerá la opción, tal cual ha venido desarrollándose
en los últimos catorce años.

Sigue el artículo 143: “… Lo depositado por concepto de la garantía de las


prestaciones sociales devengará intereses al rendimiento que produzcan los
fideicomisos o el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales, según sea el caso.
Cuando el patrono o patrona lo acredite en la contabilidad de la entidad de trabajo
por autorización del trabajador o trabajadora, la garantía de las prestaciones
sociales devengará intereses a la tasa pasiva determinada por el Banco Central de
Venezuela (BCV).

En caso de que el patrono o patrona no cumpliese con los depósitos establecidos,


la garantía de las prestaciones sociales devengará intereses a la tasa activa
determinada por el Banco Central de Venezuela, tomando como referencia los
seis principales bancos del país, sin perjuicio de las sanciones previstas en la
Ley…”.

Obsérvese que los intereses que producen el monto depositado trimestralmente


variarán dependiendo de la cuenta donde se depositen:
Si es dentro de la contabilidad de la entidad de trabajo, los intereses serán
calculados a la tasa pasiva, ésta es la que reciben las cuentas de ahorro, en
consecuencia, es menos y se produce una desmejora para los trabajadores, se
establece así para no golpear a las pequeñas y medianas organizaciones.

Ahora, si el monto se deposita voluntariamente en un Fideicomiso o en el Fondo


Nacional de Prestaciones generará intereses a la tasa activa, no hay que olvidar
que según el régimen de 1997 la tasa considerada era la promedio, sin
distinciones de pasiva para determinadas situaciones o activa para otras.
Continúa la norma: “… El patrono o patrona deberá informar semestralmente al
trabajador o trabajadora, en forma detallada, el monto que fue depositado o
acreditado por concepto de garantía de las prestaciones sociales.

Cabe destacar que en las entidades de trabajo organizadas y disciplinadas, a esta


información accedía y accede el trabajador mensualmente, quiere decir, que no es
novedoso, ya ha trabajado cumpliendo con esta premisa el empleador venezolano.
“… La entidad financiera o el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales, según el
caso, entregará anualmente al trabajador los intereses generados por su garantía
de prestaciones sociales. Asimismo, informará detalladamente al trabajador o
trabajadora el monto del capital y los intereses.

Las prestaciones sociales y los intereses que éstas generan, están exentos del
Impuesto sobre la Renta. Los intereses serán calculados mensualmente y
pagados al cumplir cada año de servicio, salvo que el trabajador, mediante
manifestación escrita, decidiere capitalizarlos”.

Estas últimas previsiones es práctica para los trabajadores, así ha funcionado los
últimos años, muy bien explicados en los comentarios del artículo 108 LOT (1997)
que se aplican en idéntica forma. El trabajador retiraba la totalidad de los intereses
una vez depositados o permite que se capitalicen, tenía la posibilidad de
informarse mensualmente cuánto tenía acumulado por concepto de las
prestaciones sociales y además los intereses que éstas generaron están exentos
del Impuesto sobre la Renta.

En cuanto a Anticipo de prestaciones sociales, consagrado en el artículo 144,


tenemos: “El trabajador o trabajadora tendrá derecho al anticipo de hasta de un
setenta y cinco por ciento de lo depositado como garantía de sus prestaciones
sociales, para satisfacer obligaciones derivadas de:
a. La construcción, adquisición, mejora o reparación de vivienda para él y su
familia;
b. La liberación de hipoteca o cualquier otro gravamen sobre vivienda de su
propiedad;
c. La inversión en educación para él, ella o su familia; y
d. Los gastos por atención médica y hospitalaria para él, ella y su familia.
Si las prestaciones sociales estuviesen acreditadas en la contabilidad de la
entidad de trabajo, el patrono o patrona deberá otorgar al trabajador o trabajadora
crédito o aval, en los supuestos indicados, hasta el monto del saldo a su favor. Si
optare por avalar será a su cargo la diferencia de intereses que pudiere resultar en
perjuicio del trabajador.

Si las prestaciones sociales estuviesen depositadas en una entidad financiera o en


el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales, el trabajador o trabajadora podrá
garantizar con ese capital las obligaciones contraídas para los fines antes
previstos”.
Este artículo conserva el mismo propósito y razón consagrado en el artículo 108
derogado en su parágrafo segundo, estableciendo las situaciones que facultan al
trabajador o trabajadora para solicitar el anticipo o adelanto de prestaciones de
hasta un 75% de lo acumulado y el deber patronal de garantizar créditos hasta ese
monto, si estuviera en la contabilidad de la organización. Ahora en caso contrario,
que estuviesen depositadas en entidad financiera o en el Fondo Nacional de
Prestaciones Sociales, será el trabajador quien pueda utilizarlas como garantía a
créditos atendiendo a las razones expresadas.

En el artículo 145 se consagra el Derecho de los herederos y herederas para


reclamar las prestaciones sociales, a la letra reza: “En caso de fallecimiento del
trabajador o trabajadora tendrán derecho a recibir las prestaciones sociales que le
hubieren correspondido:
a. Los hijos e hijas;
b. El viudo o la viuda que no hubiese solicitado u obtenido la separación de
cuerpos, a la persona con la cual el trabajador o trabajadora hubiese tenido una
unión estable de hecho hasta su fallecimiento;
c. El padre y la madre;
d. Los nietos y nietas cuando sean huérfanos o huérfanas.

Ninguna de las personas indicadas en este artículo tiene derecho preferente. En


caso de que las prestaciones sociales del trabajador fallecido o trabajadora
fallecida sean pedidas simultánea o sucesivamente por dos o más de dichas
personas, la indemnización se distribuirá entre todas por partes iguales.

El patrono o patrona quedará exento de toda responsabilidad mediante el pago de


las prestaciones sociales del trabajador fallecido o trabajadora fallecida a los
parientes que la hubieren reclamado dentro de los tres meses siguientes a su
fallecimiento”.

La presente norma prevé el derecho de los herederos a reclamar las prestaciones


sociales, en un plano de total igualdad, ningún familiar excluye a otro, la solicitud
puede ser simultánea y habrá una distribución equitativa. De igual forma, habla de
los hijos o descendientes, sin límites de edades, viudo o viuda o concubino, a eso
se refiere con relación estable, padre y madre o ascendientes sin condicionantes,
los nietos sin limitantes en la edad, que por derecho de representación entran en
lugar de su padre o madre quienes han muerto con anterioridad.

Régimen jurídico del derecho del trabajo


1.4.2. Características del derecho del trabajo
En primer lugar es un derecho Tuitivo, es decir, de defensa, resguardo o
protección de los derechos e intereses de las partes involucradas: trabajador y
patrono.

Es un derecho cuyo ordenamiento es de Orden Público, lo que quiere decir que


hay la prohibición expresa de no poder ser alteradas sus normas por voluntad de
los individuos, no puede renunciarse ni relajarse por convenios particulares su
normativa.

Es de allí precisamente de donde deviene su carácter de Irrenunciabilidad tal


como lo expresa en su artículo 19 la LOTTT (2012), que a letra expresa: “En
ningún caso serán renunciables los derechos contenidos en las normas y
disposiciones de cualquier naturaleza y jerarquía que favorezcan a los
trabajadores y a las trabajadoras…”.

Otra de las características es la Gratuidad de la justicia laboral contemplado en el


artículo 11: “La justicia laboral es gratuita tanto en sede judicial como en sede
administrativa del trabajo. En consecuencia, no se podrán establecer tasas,
aranceles ni exigir o recibir pago alguno por sus servicios. Los registradores y
notarios públicos no podrán cobrar tasas, aranceles ni exigir pago alguno en los
casos de otorgamiento de poderes y registros de demandas laborales”.

Es importante hacer una acotación toda vez que antes de la entrada en vigencia
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual consagra la
gratuidad de la justicia. En el derecho laboral ya existía ese carácter de allí que los
escritos se llevaban en papel común más no en papel sellado porque
representaba el pago de un arancel, un costo, éste entre otros ejemplos.

El derecho del trabajo igualmente se caracteriza por ser Dinámico, lo que quiere
decir que está en constante movimiento, siempre actualizándose, sus normas no
pueden ser definitivas, necesariamente deben ajustarse a la realidad social,
económica y de otros órdenes, sino, repárese la evolución ya atendida y
explicada.

Es un derecho Autónomo, independiente, porque tiene específicos Sujetos:


Trabajadoras o trabajadores, patronos o patronas, organizaciones sindicales y
regímenes especiales. Tiene sus propias y exclusivas Normas:
LOTTT (2012) y Ley Orgánica Procesal del Trabajo, la que permite ventilar
actualmente los juicios en forma oral y pública, lo que reduce considerablemente
tardíos y eternos procesos. Posee sus concretos Órganos, instancias donde acudir
para hacer valer nuestros derechos y hacer valer cualquier controversia como son
los Órganos Administrativos, dentro de éstos, Inspectoría y Ministerio del Trabajo,
y los Órganos Judiciales conformados por los Tribunales Laborales y de
Estabilidad
Laboral con competencia exclusiva en materia de trabajo.

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