Sunteți pe pagina 1din 16

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

FACULTAD DE ANTROPOLOGÍA

¿CÓMO SOLUCIONAR LA
CRISIS ECOLÓGICA?

CURSO:

ECOLOGÍA Y RECURSOS NATURALES

ESTUDIANTE:

MAYUMY IZAMAR NOLASCO CAMPOS

HYO-2019
INTRODUCCIÓN

Se entiende a la antropología como una ciencia holística; debido a que, como ciencia
social incluye a las ciencias biológicas para su campo de estudio; tornándolo más amplio
y con diversas concepciones en su definición; en pocas palabras, la concepción más
genérica que se pueda tomar es la del estudio de toda actividad humana.

La ecología por su lado, ve por las interacciones entre los seres abióticos y su medio en
el cual se encuentran; siendo parte de las ciencias biológicas; es una obviedad que
incluye la actividad humana en este campo, ya que no está libre de necesidades
fisiológicas para su existencia; pero, no solo es eso, sino la satisfacción del ego y su
proyecto personal.

Mencionado lo anterior, podemos afirmar que la antropología es de importancia


sustancial para resolver los problemas que aquejan con respecto a la ecología. El
presente trabajo tendrá por sentado los argumentos con una amplia investigación en las
dos ciencias, hasta comprender su relación muy estrecha y la importancia de cada una
de ellos y su trabajo en conjunto.
CAPÍTULO I

CRISIS ECOLÓGICA

Los recursos de la naturaleza son esenciales para la existencia de todo ser vivo. Desde
la aparición del hombre, este ha ido tomando control y distribución de estos recursos; de
tal manera que no solo busca satisfacer sus necesidades biológicas, sino, sus
necesidades correspondientes con su proyecto de vida.

De acuerdo a Camacaro & González (2008) menciona que, “el ser humano ha sido capaz
de modificar el medio ambiente con sus actividades para adaptarlo a sus necesidades.
Los primeros humanos vivieron en armonía con el medio ambiente y el impacto sobre el
mismo fue solamente local mientras las poblaciones humanas fueron pequeñas y su
tecnología modesta. Esta situación, puede ser considerada mero de supervivencia, y la
misma designó posteriormente el ingreso a situaciones nuevas que planteaban sus
propios problemas, ya que, al ir creciendo la población y mejorando y aumentando la
tecnología, aparecieron problemas más significativos y generalizados.” (p.81)

Las tribus primitivas humanas poseían una relación más amigable con el medio que les
rodeaba debido a su pequeña población y necesidades; con forme va creciendo la
población, las necesidades aumentan junto con la tecnología para la producción de
mayores recursos; los problemas se encontraron cuando empezó la escasez, dejando
así una perspectiva de que el consumo humano llegó a un exceso atroz, destruyendo su
casa común.

En la actualidad podemos divisar la crisis ecológica que presentamos; debido a la


escasez de recursos esenciales para la vida; la cual por actividad humana ha generado
para mantener el ritmo acelerado de la economía. Diversos centros de investigación,
realizan estudios rigurosos para poder frenar o remediar con esta problemática, pero los
esfuerzos son insuficientes.

“Diversos han sido los campos de la ciencia, y en especial los relacionados con la
comprensión y el estudio de la naturaleza: desde la física, la química, la geología, la
fisiología y las matemáticas. En las formulaciones de leyes científicas generales, se
reconocen vínculos entre las distintas ciencias y se considera que estas relaciones son
responsables de gran parte del progreso actual en varios campos de investigación
especializados. La función de la ciencia ha estado enfocada a la solución de problemas
como a dar explicaciones de la realidad y a construir el ser humano. Gracias a la ciencia
se detectan las perturbaciones ecológicas y demás daños ambientales, y se cuantifican
e interrelacionan con los factores que los producen.” (Machado, 2001)

Si bien por parte de los campos de las ciencias básicas y biológicas se han medido y
detectado los problemas aquejantes a la ecología, no muestran ni ofrecen una solución
completa para este caos ambiental que hemos generado. Por su lado técnico solo ha
presentado nuevas formas de generar contaminación y escasez en menor medida, la
cual no resuelve ningún conflicto, sino la disipa ante la conciencia colectiva.

“La tecnología hizo que las personas ganaran el control sobre la naturaleza y

construyeran una existencia civilizada. Gracias a ello, incrementaron la producción de

bienes materiales y de servicios y redujeron la cantidad de trabajo necesario para fabricar

una gran serie de cosas. En el mundo industrial avanzado, las máquinas realizan la

mayoría del trabajo en la agricultura y en muchas industrias, y los trabajadores producen

más bienes que hace un siglo con menos horas de trabajo. Una buena parte de la

población de los países industrializados tiene un mejor nivel de vida (mejor alimentación,
vestimenta, alojamiento y una variedad de aparatos para el uso doméstico y el ocio),

viven más y de forma más sana como resultado de la tecnología. Durante las últimas

décadas, algunos observadores han comenzado a advertir sobre algunos resultados de

la tecnología que también poseen aspectos destructivos y perjudiciales. De la década de

1970 a la de 1980, el número de estos resultados negativos ha aumentado y sus

problemas han alcanzado difusión pública.” (Camacaro & González, 2008, p. 85)

La industrialización ha sido el desenlace para darse una conciencia colectiva, pero a

medida que esta avanzaba, se convertía en información de gran magnitud abrumadora

para la sociedad, convirtiéndola en ruido y luego en desinterés por la población, que, si

bien son conscientes de lo que sucede, no son del todo responsables con sus acciones

para erradicar estos problemas; debido a su abandono por el conectarse con su medio

ambiente.

De acuerdo a Fernández (2009) afirma que, “la creciente insostenibilidad de la agricultura

y la pesca industrializada, así como de la gestión asimismo industrializada de los

bosques, junto con la expansión física del modelo urbano-industrial, y el impacto negativo

de su metabolismo, son las causas de la acelerada pérdida y degradación de la

biodiversidad planetaria. Es por eso que decimos que estamos asistiendo a un verdadero

Golpe de Estado biológico por parte del sistema urbano-agroindustrial mundial, que se

desencadena sobre todo en el siglo XX. Pero, además, a ello se suma que en el pasado

siglo el trasiego de especies ha adquirido una dimensión nunca vista hasta ahora a lo
largo de la Historia de la Humanidad. Un trasiego en parte activado por la propia

expansión y funcionamiento de la Sociedad Industrial, pero también consecuencia (no

buscada) de las dinámicas comerciales del capitalismo global.” (p.33)

Queda claro que la crisis ecológica es responsabilidad principal y en mayor medida del

hombre, ya que las actividades de este, han ido degrado el ecosistema del cual ha

generado una escasez de carácter grave. Debido al híper consumo de toda una sociedad

globalizada, solo recae en un esfuerzo global para redimir todo el daño causado, pero

este debe ser un cambio radical, desde el modelo económico, hasta el estilo de vida de

cada habitante en el globo.

Las ciencias sociales se encargan de estudiar estos fenómenos sociales, como el porqué

de este híper consumo o el desinterés total por los problemas medio ambientales.

Comprenden y predicen los hechos sociales, además de proponer medidas de solución

ante los conflictos presentados. La antropología es el estudio profundo del

comportamiento cultural del hombre, el cual se encuentra influenciado de acuerdo a los

entornos experimentados por este; es un estudio completo, por lo cual posee de gran

importancia para le resolución de los conflictos que aquejan en la actualidad.

Si bien la atención al impacto de los ambientes en las sociedades humanas es una

cuestión de larga data en la filosofía y la geografía; en el caso de la antropología social

y cultural, el énfasis en la dimensión ecológica es relativamente reciente. Durante la


primera mitad del siglo XX, la antropología social y cultural, ya sea en las versiones

británicas de Malinowski y Radcliffe-Brown o la versión americana de Boas, examinó las

relaciones dentro del ámbito social y cultural, con poca atención directa a las relaciones

con el medio ambiente. A pesar de la temprana contribución de Forde (1934) y algunos

informes etnográficos relevantes, la antropología ecológica no se estableció plenamente

hasta 1960.

Para ese entonces, algunos investigadores se sentían atraídos por este tema con la

esperanza de que el estudio de las adaptaciones proporcionara explicaciones sobre

costumbres e instituciones. Un desarrollo similar tuvo lugar en la arqueología

prehistórica, reforzando el interés por la ecología entre los antropólogos sociales y

culturales, debido a que el factor del medio por el cual se rodee el individuo es de gran

importancia para el estudio humano; haciendo que este tome mayor relevancia junto con

los acontecimientos actuales.

Si bien el creciente énfasis en las relaciones entre los seres humanos y el medio

ambiente ganó una amplia aceptación en la antropología, los modelos particulares que

se emplearán se discutieron rápidamente, sobre todo en lo que respecta a la explicación

causal, lo cual por ahora se encuentra en debate y en investigación, porque como ya se

dijo, es un campo nuevo y reciente.


CAPÍTULO II

PROBLEMAS MEDIOAMBIENTALES

La distribución desigual de los recursos ha constituido una fuente permanente de


conflictos y protestas sociales, y un gran motor de la evolución de las sociedades. Desde
un punto de vista, la acción humana, ya sea individual o colectiva, es capaz de elevar la
aleatoriedad total del sistema social o disminuirla, generando orden. En consecuencia,
los conflictos sociales y los territoriales contienen una fuente potencial de cambio
socioecológico y han sido y son un factor de primera importancia que influyen en la
dinámica evolutiva del metabolismo social y de las relaciones socioecológicas entre
distintos grupos humanos (Soto et al., 2007; González de Molina y Toledo, 2011). De
hecho, el conflicto funciona como un dispositivo de reajuste de los desequilibrios más
fuertes en la distribución social de entropía.

Efectivamente, toda protesta social tiene un impacto contradictorio sobre su entorno, en


este caso físico, esto es, tiene repercusiones. La defensa del bosque comunal que
muchas comunidades campesinas e indígenas han realizado desde hace siglos,
sacándolo del mercado, ha tenido un impacto positivo desde el punto de vista de su
conservación, aunque ese no haya sido muchas veces un objetivo explícito en la
protesta. Del mismo modo, las protestas que muchos agricultores europeos llevaron a
cabo en las últimas décadas del siglo XX en demanda de más pantanos o de trasvases
de agua entre cuencas, han provocado un incremento del gasto de energía y materiales
y han aumentado el grado de insostenibilidad (entropía).

Pero. al mismo tiempo, el conflicto y la protesta asociada a él suelen ser guiadas por
motivaciones que resulta imprescindible tener en cuenta. La acción colectiva es un
componente básico de los sistemas sociales. Desde este punto de vista, el de la
intencionalidad, la acción colectiva puede promover la construcción de estructuras que
la transfieran al medio ambiente físico. El factor crucial reside en el carácter de las
estructuras a que el proceso de autoorganización impulsada por la acción colectiva dé
lugar. En consecuencia, una protesta surgida de un conflicto social y regida por un
programa de cambio del régimen metabólico dominante puede dar lugar, desde su
estado inicial, al nacimiento de estructuras que disminuyan el desorden interno y, al
mismo tiempo, el consumo de energía y materiales de tal manera que se minimice la
transferencia de entropía al entorno, esto es, el nivel de entropía externa. El desorden
pude generar por medio de la protesta social un nuevo orden emergente, autoorganizado
y coherente.

Según Iván Ormachea, presidente de la firma ProDiálogo y especialista en la prevención


y transformación de conflictos, es necesario analizar todo a lo que la empresa se
enfrenta. Así se brinda una serie de beneficios tanto para la organización como para las
comunidades, compañías, Gobierno u otros agentes que formen parte del conflicto. Para
ello, se debe:

Entender los orígenes, la dinámica y la naturaleza del problema. El objetivo es establecer


qué posibilidades de resolución existen.

 Comprender cómo se ha desarrollado el conflicto y todos los aspectos que lo


componen.

 Invitar a las partes involucradas a una discusión común. Esto con el fin de
entender cómo se han comportado, cómo reaccionan y qué están dispuestos a
permitir durante el desarrollado el problema.

 Establecer herramientas y estrategias que permitan solucionar cada aspecto


determinado. Además, debe identificarse en qué puntos se tendrá mayor
consideración, analizando también los factores que fueron más impactados.
 Fomentar una futura relación de colaboración entre la empresa y la contraparte,
de modo que se pueda llegar a una solución en el menor tiempo posible.

La OEFA (Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, que pertenece al


Ministerio de Ambiente), es una entidad a la que diversas organizaciones pueden acudir.
Aunque su principal labor es la prevención, esta institución también se encarga de
coordinar con la compañía involucrada, los gobiernos regionales y otras partes. El fin es
establecer la debida atención, mediación, negociación y diálogo para brindar soluciones.
Además, ayuda a desarrollar programas de capacitación para el uso de herramientas,
estrategias y procesos de gestión ambiental.

El siguiente paso es implementar una mesa de diálogo para la adecuada gestión de lo


que ha sucedido. En ella deben estar todos los representantes de cada parte afectada,
siendo fundamental conversar con representantes que manejen estos tres grupos: los
que toman las decisiones, quienes las transmiten y quienes las ejecutan.

Después de implementar estrategias de colaboración entre todos, los participantes


deben proponer alternativas de solución. Uno de los objetivos es que todos salgan
beneficiados y satisfechos. Para ello, también se identificarán los indicadores sociales,
ambientales, políticos, culturales, económicos, financieros, etc. de la empresa y de -por
ejemplo- una comunidad local afectada.

La organización puede afrontar un conflicto sin perder reputación a largo plazo. Esto es
gracias a un correcto control de crisis, basado en la gestión de imagen de marca, el
diálogo institucional y el cumplimiento de normas legales. Finalmente, cabe recalcar que
toda la resolución de un asunto de este tipo requiere primero de un conocimiento absoluto
por parte de la compañía sobre el marco legal en el que se encuentra.
De esta manera, una gestión medioambiental eficaz será capaz de minimizar cualquier
impacto dentro de dicho aspecto. En consecuencia, los procesos productivos en la
empresa serán sustentables y acordes con las tendencias actuales, evitando problemas
sociales y ambientales en los lugares en donde se opera.

Los problemas ambientales como la deficiente calidad del aire y del agua, los
inadecuados sistemas de abastecimiento de agua y de saneamiento, y las malas
condiciones higiénicas, causan en el Perú un considerable número de enfermedades y
muertes, sobre todo en la población más pobre.

Se calcula que el Perú pierde cada año, debido a estos factores de riesgo ambiental, 210
mil años de vida ajustados por discapacidad, una pérdida enorme para
una economía con un capital humano limitado. Se estima que hay anualmente más de 8
millones de casos de diarrea en niños menores de 5 años. Se calcula que 3900 personas
mueren prematuramente cada año por enfermedades asociadas a la contaminación
atmosférica. Alrededor de mil niños menores de 5 años mueren por enfermedades
respiratorias causadas por la contaminación intradomiciliaria.

El país disfruta de una excepcional combinación de diversidad biológica, es uno de los


doce países mega diversos del mundo. Cuenta con la octava mayor extensión forestal
del orbe y grandes reservas pesqueras y recursos de hidrocarburos y minerales. El Perú
es uno de los países con más recursos minerales del planeta. Aunque los recursos
naturales han constituido históricamente el núcleo de la actividad económica peruana,
no siempre han contribuido al desarrollo de una economía diversificada y sólida. Con
frecuencia han sido objeto de una gestión insostenible que ha provocado ciclos de auge
y depresión caracterizados por la caída de determinados productos como el guano, el
salitre, el caucho y la anchoveta. Entre las causas de estos ciclos se incluyen
inadecuadas políticas ambientales, de mercado e institucionales.
CAPÍTULO III

ANTROPOLOGÍA ECOLÓGICA

Actualmente existe dentro de la antropología una revaloración de los temas ligados a la


problemática sociedad-ambiente, pues ha sido claro que la forma de intervenir en la
realidad responde a la manera en que ésta se entiende, se interpreta y se percibe, es
decir, a la forma en que culturalmente se construye. Dado este resurgimiento de la cultura
como punto esencial de análisis en el binomio sociedad-ambiente, en este trabajo
pretendo hacer un recuento histórico de las principales ideas para explicar la relación
sociedad-ambiente que provienen de la antropología y discutir la forma en que el
concepto de cultura ha sido definido y utilizado, a fin de comprender cómo y en qué forma
se puede concebir hoy a la cultura dentro de la investigación sobre la problemática
ambiental.

La ecología es una ciencia reciente que se inicia a mediados de los años cincuenta del
siglo XX, aunque las primeras ideas de corte ecológico son anteriores. Por ejemplo, el
concepto de ecosistema, clave en el desarrollo de la ecología, fue formulado por primera
vez en 1935 por Sir Arthur Tansley, quien destaca las relaciones entre el medio físico y
el medio natural o biológico, y sugiere que en la naturaleza existe un estado de equilibrio
La relación ambiente-cultura en antropología 175 dinámico. Veinte años después el
concepto de ecosistema fue propuesto como la unidad básica de análisis en ecología, lo
cual permitió la emergencia de una ciencia integral y cuantitativa con nuevos retos
teóricos en el estudio de la organización y el funcionamiento de los sistemas naturales a
niveles complejos (Morán, 1990).

Un rasgo característico de la antropología ecológica es que, además de considerar los


aspectos ecológicos en la explicación de los fenómenos culturales, éstos cobran
significado biológico al ser entendidos como adaptaciones, procesos de mantenimiento
del equilibrio interno y externo, y estrategias de supervivencia. La antropología ecológica
pretende explicar la cultura a partir de los rasgos comunes a todos los seres vivos,
partiendo del supuesto de que, a menos que se conozcan las semejanzas, será posible
conocer la magnitud e importancia de las diferencias. Esto tiene la ventaja de permitir
evaluar la incidencia de los seres humanos en los ambientes por medio de la metodología
ecológica y de ligar las culturas y sociedades con unidades mayores en las que
desarrollan sus funciones.

Este nuevo enfoque, a partir del cual surge la escuela de la antropología ecológica, se
pregunta fundamentalmente si la conducta humana, en términos de convenciones y
prácticas sociales, económicas, políticas y religiosas, favorece o amenaza la
supervivencia de sus propios 176 Leticia Durand actores, y si mantiene o degrada los
sistemas ecológicos en los que ocurre; es decir, si las prácticas o propósitos humanos
son o no compatibles con los imperativos de los ecosistemas (Rappaport, 1971; 1990).

Después de esta revisión, podemos distinguir dentro de la historia de la antropología


ambiental la asignación de tres distintos papeles a la cultura en relación con el ambiente.
Por un lado, hallamos el conjunto de posturas que constituyen el determinismo ambiental
(antropogeografía, posibilismo, ecología cultural), en el que la cultura es moldeada por
el ambiente. En lo que puede denominarse determinismo cultural (etnoecología) la
cultura es algo así como una lente a través de la cual se observa y se construye el
ambiente; y finalmente, un tercer papel coloca la cultura dentro de una relación de mutua
influencia con el ambiente (antropología ecológica). Además de ser distintas en cuanto
al papel que desempeña la cultura en la relación sociedad-ambiente, las tres posturas
identificadas difieren, y es lógico esperarlo, en el significado mismo que se le otorga al
concepto de cultura y en su poder como herramienta de análisis.

La crisis ecológica indica la existencia de factores articulados y es, en suma, la


conjunción –por causa o por efecto- de otras crisis. Es ésta ecológica, y no económica,
en el sentido de que estamos tocando los límites propios del planeta tierra a través de
mecanismos propios de las sociedades industrializadas intensivas. Habitamos un
planeta finito y lo vemos como infinito. El indicador de “huella ecológica” lo demuestra a
rajatabla. Y como es finito y los recursos son escasos (y para algunos), hay un factor de
desigualdad presente, además de un factor de exclusión, de marginación, de
discriminación, de explotación. La existencia de las sociedades opulentas se debe a la
existencia de sociedades empobrecidas. El mito del desarrollo y la prosperidad humana
se evidencia mucho más cuando se establece la capacidad limitada del planeta, ello nos
lleva a considerar otros problemas ecológico-políticos o económico-ecológicos de gran
envergadura: ¿sobrepoblación o hiperconsumo?; niveles de humanidad y niveles de
derecho; políticas de conservación y áreas protegidas dentro del Sur global en contraste
con políticas del despilfarro dentro del Norte global, etc. (Agudelo, 2016, p. 10)

Considerando que la cultura es la acción del hombre sobre la naturaleza y que se trata
de un hecho inevitable, Cárdenas señala que "la base material y ecosistémica se
transforma por la acción humana, convirtiéndose en un paisaje cultural". De acuerdo con
el enfoque de la antropología ambiental, "todo sistema ecológico puede ser adaptativo o
des adaptativo con respecto a las estrategias y las plataformas culturales que desarrolle
en cuanto a los ambientes físicos". De hecho, por ejemplo, indica Cárdenas, "en
determinados ecosistemas áridos, la acción humana puede enriquecerlos y volverlos
más diversos". Según esta visión, es claro que el hombre y sus sistemas culturales tienen
un papel activo en la transformación de los ecosistemas, como ninguna otra especie.
CONCLUSIÓN

La ecología es una ciencia reciente, la cual ha ido evolucionando de acuerdo a las


necesidades de comprensión del ser humano. En la actualidad ha ido incrementando sus
investigaciones con respecto a esta ciencia, debido a la complicada circunstancia en la
que se encuentra la sociedad entera, frente a los cambios ambientales y las
consecuencias de la contaminación producida por el híper consumismo del modelo
actual económico.

Es aquí donde la antropología aplicada a la ecología, comienza a tener un papel crucial,


debido a que comprende el comportamiento consumista al cual hemos llegado, y
propone alternativas de solución que puedan revertir el daño hecho al ecosistema. Si
bien la antropología es una ciencia muy antigua, en la aplicación a la ecología es nueva,
debido a que es un enfoque poco tratado, pero de gran importancia hasta para la misma
ciencia, debido a que el entorno en el cual vive el individuo es crucial para su estudio, ya
que este influye en sus diversas manifestaciones culturales.
BIBLIOGRAFÍA

González, M.; Soto, D. & Garrido, F. (2015) Los conflictos ambientales como conflictos
sociales. Una mirada desde la ecología política y la historia. Ecología política.

Camacaro, L. & González, R. (2008) La crisis ecológica. Un problema global visto desde
una perspectiva local. UNICA.

Fernández, R. (2009) El antropoceno: la crisis ecológica se hace mundial. Ecología en


acción.

Agudelo, N. (2016) La crisis ecológica global: consideraciones preliminares. Universidad


de Caldas.

S-ar putea să vă placă și