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Publicado en Mercados
Si bien es cierto que cada vez parece más complicado que un control de
precios pueda mantenerse vigente, no solo por el incremento en el precio
de las divisas sino también por la hiperinflación que atraviesa la
economía, es necesario esperar a la aplicación de la misma para poder
determinar los verdaderos efectos que tendrá.
https://periodicoelemprendedor.com/ve/mercados/item/3700-vuelve-el-control-de-precios,-
%C2%BFqu%C3%A9-puede-esperarse.html
Jiferson Santiago
febrero 1, 2019
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Hoy más que nunca, los gobernantes y políticos ortodoxos mantienen vigente la
creencia irrestricta que los controles de precios representan una medida efectiva para
detener la inflación y el desabastecimiento. A pesar que la historia nos brinda una
nutrida cantidad de ejemplos, en los que todos y cada uno de los casos en que se ha
aplicado dicho método ha resultado infructífero, y que al contrario de los resultados
esperados se generaron una serie de complicaciones más graves que acentuaron el
problema. A pesar de ello algunos persisten en la errada idea de intervenir la
economía utilizando semejante herramienta.
Durante los últimos 40 siglos los gobiernos han tratado en diferentes tiempos y
latitudes de controlar los precios, argumentando que debe existir un precio “justo”
para las mercancías comercializadas, y cuando la política fracasa como
generalmente sucede, se busca culpabilizar a factores externos, ajenos a los políticos
de turno.
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En Egipto y babilonia
En el país del Nilo, bajo la dinastía Lagid (306 A.C.) la intervención estatal era tan
férrea que en todos los niveles los precios de las mercancías eran fijados mediante
decretos, existía un monopolio estatal exagerado en todas las áreas de producción y
distribución. El gobierno trató de mantener el control de las cosechas de granos,
considerando que “el control de la comida es el control de la vida”, gradualmente
reguló los graneros, los direccionó y finalmente se apropió de los mismos. Mientras
que los agricultores disgustados abandonaban sus granjas y como consecuencia caía
la provisión de alimentos
En la antigua China
Quizás este sea este el caso más emblemático de los Controles de precios estatales
en la historia, deriva de la dinastía Chou, bajo la cual vivió el reconocido Confucio
(552 A.C.) quien sostenía: “que la intervención del gobierno es necesaria para que la
vida económica y la competencia sean reducidas al mínimo” bajo ese enfoque se
desarrollaría la actividad económica y comercial. El sistema oficial de Chou era el
manual de regulaciones gubernamentales, en el que se trataba de reemplazar las
leyes naturales de oferta y demanda por el juicio personal de algunos
Existía una enorme burocracia, había un jefe comerciante para cada veinte
comercios, cuyo deber era establecer el precio de cada ítem sujeto a la venta, el
sistema refería lo siguiente: “cuando sobreviene cualquier calamidad los
comerciantes no están autorizados a elevar su precio, ejemplo: durante una
hambruna el grano debe venderse al precio natural”. Eso representaba el precio que
el gobierno considere natural. Mientras que en los caso de epidemias “los ataúdes
deben venderse de la misma forma”. De todo eso los resultados no fueron nada
favorables, el erudito chino Dr. Huan-Chang Cheng refiere que cada vez que el
gobierno tomaba cualquier medida minuciosa, fracasaba, con pocas excepciones.
El Imperio Romano
El edicto Diocleciano es el aspecto más relevante de esta época. Para la fecha que
asumió el poder el Emperador Diocleciano en el año 284, los precios de las
mercancías y los sueldos de los trabajadores alcanzaron niveles exorbitantes, dicha
inflación Y desequilibrios económicos según De Moribus Persecutotum un
documento contemporáneo a los sucesos, se debieron a las políticas implementadas
por el Emperador, considerando el vasto incremento del gasto dispuesto a las fuerzas
armadas, a grandes programas de construcción y el empleo de gran cantidad de
funcionarios gubernamentales, es decir el drástico crecimiento de la oferta monetaria
debido a la devaluación o degradación de la moneda y el aumento exagerado del
gasto público
En el muy famoso edicto, Diocleciano culpaba directamente a mercaderes y
especuladores de la situación económica, razón por la cual emite, como ellos
mismos la consideraban tan “arrolladora” ley que afectaba a cada persona del
Imperio cada día de la semana, en el que utilizaba suficiente retórica para justificar
su accionar. Inmediatamente los resultados no se hicieron esperar, agricultores,
comerciantes y artesanos si no iban a recibir lo que ellos consideraban el valor
adecuado de sus mercancías no las llevarían al mercado.
Por lo que en su edicto tampoco paso por alto condenar, a aquellos que teniendo
alimentos y otros productos necesarios no los colocaran en el mercado para su venta,
por lo cual consideraría la muerte para aquellos que incurrieran en tal acto.
Es inevitable que los precios de los bienes y servicios suban mientras que exista una
demanda infinita de bienes escasos, es imposible que las empresas subsistan
mientras exista un estado controlador en toda la cadena productiva, es impensable
que los comerciantes repongan inventarios ante la presencia de funcionarios
públicos determinando precios máximos de venta en cada establecimiento, es remota
la posibilidad de que el Venezolano bajo estas condiciones encuentre los productos
para su supervivencia, es hora de la racionalidad.
Análisis: Si vuelve el
control de precios,
¡bachaqueros al ataque?
Heilet Morales
Agencias
De nuevo el pensamiento económico del presidente Nicolás
Maduro, como lo describió hace poco su ministro de Industria,
Tarek El Aissami, amenaza con desafiar a la ciencia económica.
La sola posibilidad de que reaparezca la fracasada política de
control de precios, que durante 12 años demolió a la industria
venezolana, hace que el “bachaquerismo” del que tan ingrata
recordación tienen los zulianos, se frote las manos.
En la memoria colectiva de los marabinos todavía está fresco el
laberinto que transitó durante casi cuatro años detrás de la harina
de maíz, del arroz, del azúcar, del pollo, del aceite, la leche, la
margarina, el mismísimo papel higiénico y un largo etcétera de
productos que el control de precios “entregó” literalmente al
“bachaquerismo”, con precios regulados que en modo alguno no
resistían el menor análisis de costos de producción.
El Gobierno pretende regresar a una política fracasada que
intentó tutelar el Indecu, luego el Ondecu, después el Indepabis,
más recientemente la Sundde, en fin, esa suerte de “sopa de
letras” de organismos de control dentro de los cuales, además, se
cultivó todo tipo de vicios al “amparo de los precios justos”.
La orden está dada. Maduro instruyó a El Aissami: “Señor
vicepresidente, lo encargo para que establezca de manera
permanente, con información al pueblo, el sistema de precios
acordados y justos actualizado, es una orden de pleno
cumplimiento y de protección al pueblo”.
Según el pensamiento económico de Maduro, mediante el
acuerdo de los precios, se alcanzó un “equilibrio” entre el costo de
los productos y la capacidad adquisitiva de los venezolanos, pero
agrega que el “alza descontrolada de los precios debido a
la especulación y la falta de contraloría perjudicó el equilibrio
alcanzado”.
Más allá del encendido verbo presidencial sobre la materia, la
política de liberación de precios que propició la falta de divisas del
Ejecutivo, logró dos cosas: primero, que lo que queda en pie de la
agroindustria venezolana pusiera pecho para importar lo
necesario en materia prima y productos elaborados para el
abastecimiento nacional.
Eso sí, con una condición que está a la vista, cero control de
precios, como sucede en una economía competitiva, liberada del
demonio de la hiperinflación. Entonces, y como segundo avance;
el abastecimiento desapareció del radar de la opinión pública
venezolana, con la consecuente estabilidad política que eso
supone. Datanálisis, en su sondeo del mes pasado, ubica al
problema del abastecimiento de alimentos como el octavo de
mayor impacto para los venezolanos, lejos, muy lejos, del dolor de
cabeza principal: el costo de la vida.
“Antes de controlar lo que tienes que preguntarte es cómo
incentivo la oferta de bienes y servicios; cómo genero condiciones
propicias para la inversión; cómo incremento la productividad
nacional; cómo ordeno el mercado con reglas claras y
transparentes; y cómo estimulo la competencia. Pero estas son
ideas alejadas de sus dogmas”, interviene el economista zuliano
Oscar Morales.
“El control es un incentivo incorrecto en economía. Solamente
provocará escasez y vas a tener que constituir legiones para
fiscalizar el sacrosanto control de precios y la posterior conducta
de los agentes económicos cuando tomen decisiones de
acaparamiento o especulación para proteger su inventario,
patrimonio o viabilidad financiera”, agrega Morales.
“Una medida que tienda a regular precio va a contribuir a que no
puedan conseguirse los productos básicos en el momento en que
son requeridos”, dijo Felipe Capozzolo, presidente de
Consecomercio, en una entrevista para Unión Radio.
“Por qué el gobierno quiere retomar el control de precios? Porque
lamentablemente los números están diciendo que a la inflación se
le acabó esa ‘estabilidad’ de los últimos meses y va a empezar a
subir de manera importante. Viene un cuatrimestre más difícil”,
predice en su cuenta de twitter el economista Luis Oliveros, quien
se pregunta: “Que esperar ahora? Muy posiblemente volverán los
controles (nunca se fueron, solo estaban “apagados) y
radicalizarán el ataque a los privados. Lo de siempre”.
La economía no es como la medicina. En economía, dos más dos
siempre será cuatro. No existe otro resultado, dicho de otra forma,
Es una ciencia con alguna precisión numérica para apoyarse en
sus mediciones diagnósticas.
Maduro llama a
reuniones para analizar
control de precios
El presidente de Fedecámaras señaló que si aplican estas medidas
hará que los productos desaparezcan de los anaqueles, recomendó
que el país necesita mayor producción y confianza en el sector
privado
Por otra parte, Maduro propuso también una alianza nacional-regional para recuperar las
empresas que se encuentran en manos del Estado, con el objetivo de atender las
necesidades del pueblo.
De este modo, calificó como exitosas las tareas realizadas para recuperar la economía en
este año, luego de “haber descentralizado, entregado proyectos productivos, para producir
alimentos, para dinamizar la recuperación económica real de los estados, de las regiones”.
https://www.eluniversal.com/economia/50214/gobierno-anuncia-regreso-al-control-de-precios-
en-el-pais
El descontrol de precios
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Pisar tierra
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Pensar que semejantes fuerzas del mercado libre conducirán a la felicidad y al desarrollo de un pueblo,
es un ejercicio de confianza infantil en la ciencia ficción económica, que no pueden permitirse los que
tienen a su cargo la misión de velar por estos objetivos. Los riesgos que involucra este infantilismo y el
padecimiento de las víctimas pueden ser enormes.
Si. La Revolución Francesa le debe más al libre mercado que a Robespierre. La forma republicana de
gobierno no habría visto la luz sin el concurso ingenuo de economistas liberales, fanáticos de la ciencia
ficción anglosajona, que impulsaron la desregulación de precios y del mercado de cereales panificantes.
Permitieron la exportación de cereales, provocaron un riesgoso desabastecimiento y aumentos
inevitables del precio del pan que no toleraron los vacíos estómagos parisinos. Como reza el refrán, la
ley de la oferta y la demanda resolvió el problema del precio del pan, pero no el del hambre. Igualdad,
Libertad, Fraternidad y Hambre fueron los cuatro principios de la Revolución Francesa.
Pero no todo está escrito. No está escrito cómo regular los precios en una economía petrolera, con una
burguesía rentista, dependiente de importaciones y con una extensa y permeada frontera con Colombia,
con ingresos afectados desde fines de 2014 por la estrepitosa caída del precio del petróleo y por un
boicot económico de alta intensidad que recrudeció con el decreto de Trump de agosto de 2017
estableciendo sanciones económicas y financieras a Venezuela.
El desafío en estas circunstancias es enorme. Las herramientas disponibles son escasas. Pero el gobierno
de Venezuela está activo, innovador y propositivo en materia económica. A fines de noviembre la
Asamblea Nacional Constituyente discutió y lanzó una nueva ley: la ley de precios Acordados, que
pretende innovar sobre el esquema regulatorio vigente. Esta ley establece un marco para lograr una
regulación diferente. Crea el Programa Precios Acordados, un esquema similar al que se aplicó
exitosamente en Argentina con la política de Precios Cuidados.
Esta ley responde a un nuevo paradigma de supervisión de precios y vale la pena describirlo. Es un
sistema que no aspira a controlar todos los precios sino aquellos que valga la pena supervisar y sea
posible hacerlo. El que mucho abarca poco aprieta y es importante que el organismo de supervisión no
pierda su eficacia en aras de la ambición imposible de controlarlo todo. Los precios que se acuerden
serán el resultado del diálogo y negociación con proveedores, comercializadores e importadores
privados, es decir, acuerdos voluntarios en los que el precio de los productos incorporados al programa
garantizará ganancias normales al sector privado. Ganancias suficientes como para garantizar el
abastecimiento. Los privados reciben beneficios e incentivos si participan en el programa, que recibirán
si cumplen las condiciones de los acuerdos, es decir, si cumplen el compromiso de asegurar el
abastecimiento a los precios y condiciones acordadas. Uno de los incentivos es que quienes adhieran al
programa verán crecer sus ventas como mínimo cuatro veces más que sus competidores (de acuerdo a la
experiencia argentina) gracias a toda la logística de promoción de parte del Programa de Precios
Acordados. Es por esto que el programa no solo es una herramienta de supervisión de precios, sino que
también es una política de promoción productiva, y debe aspirarse a que se sumen productores pequeños
y medianos, productores regionales y nuevos productores. Un programa de estas características
incorporará paulatinamente más bienes, buscando tener una cesta representativa del consumo de los
venezolanos de ingresos medios y bajos, intentando incorporar cestas de bienes de consumo estacional
como útiles escolares, supermercados en zonas turísticas y productos navideños, por ejemplo. Es un
sistema inteligente porque se apoya en el interés privado de los productores para estimular una sana
competencia y porque la competencia que representan los precios de los productos acordados le pone un
límite al precio de los productos no incorporados. Cualquier desvío exagerado del precio de un producto
no adherido aumentará la demanda por el producto sustituto más cercano incorporado al programa.
La inflación es un problema multicausal y deben diseñarse instrumentos para enfrentar cada uno de sus
determinantes. El programa Precios Acordados es una herramienta de supervisión de precios que
también es una política de estímulo a la producción, y tiene que complementarse con otros instrumentos
de política económica, como los CLAP, diseñados para abastecer a precios muy bajos a grandes
segmentos de la población, con políticas aduaneras para combatir el comercio de extracción y políticas
monetarias como la creación de la Criptodivisa Petro entre otras. Hay un cambio de paradigma en
Venezuela, que muestra que la revolución está muy activa y no tiene miedo de innovar en economía.
[1] Galbraith, JK (1951) A Theory of Price Control. Harvard University Press.
https://www.telesurtv.net/opinion/Programa-Precios-Acordados-en-Venezuela.-Una-politica-
productiva-20171207-0037.html