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“ALDEAS

INFANTILES SOS COLOMBIA POR LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y


ADOLESCENTES”

INTRODUCCIÓN

Este documento “Aldeas Infantiles SOS Colombia por los derechos de los niños, niñas y
adolescentes” es vinculante a toda la Asociación Nacional para conducir el actuar de la
organización de manera coherente con el enfoque de derechos humanos y la promoción de
oportunidades para el desarrollo y la protección integral de los niños y las niñas.

Esta política responde a la acción estratégica para el periodo 2009-2016, “Aldeas Infantiles
SOS Colombia está comprometida con los derechos de niños, niñas y adolescentes que han
perdido el cuidado de sus padres o están en riesgo de hacerlo, enmarcando su acción a través
de defensa y promoción del ejercicio de los derechos de la infancia y adolescencia al interior
de la Asociación Nacional, con las familias y comunidades donde se desarrollan sus
programas y a través de incidencia en los espacios donde se toman decisiones frente a los
niños, niñas y adolescentes en Colombia” y busca convertirse en un eje estructurante para
impactar el estilo de vida y relación que se establece entre todos los miembros de la
organización, es decir, los niños, niñas, adolescentes, familias, comunidades y
colaboradores.

¿A QUÉ NOS REFERIMOS CON ENFOQUE DE DERECHOS?1

Desde 1789 se empieza a hablar de los derechos humanos, producto de la Revolución
Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Desde esta época
se empiezan a dar las bases de lo que doscientos años más tarde, en 1989, daría como
resultado la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

Históricamente las sociedades, al menos las occidentales, se han caracterizado en el orden
social y en el marco de una cultura patriarcal en la que se posterga a niñas y niños su
reconocimiento como sujetos de derechos, poseedores de todos los derechos reconocidos
a individuos como a colectivos de personas. De esta manera durante estos doscientos años
la sociedad adulta empieza a abrir un espacio para responder a la deuda ética y política
que se tiene con ellos y ellas.

Las niñas y niños han vivido una larga y dolorosa historia, han debido soportar el
abandono, el maltrato, el abuso sexual, la explotación económica en una sociedad
rígidamente jerarquizada y adultocéntrica así como “machocéntrica”. Han tenido que vivir
con intensidad la negligencia, la indiferencia, la confinación al mundo privado, a la cultura
doméstica y domesticadora. En otras palabras, han sido confinados a la inexistencia social,
política y al no reconocimiento de su contribución a la economía familiar y, en la edad
moderna, a la acumulación de capital con la naciente revolución industrial.
A comienzos de la segunda mitad del siglo XIX se aprueba en Naciones Unidas, la
Declaración de los Derechos del Niño, un paso de trascendencia en los esfuerzos de la
postguerra por la reconstrucción no sólo económica y política de naciones europeas, sino
que a nivel internacional se sintió cómo desde la perspectiva de los derechos del niño,
democracia y desarrollo se encontraban dimensiones nuevas en cuanto que ensanchaban
el horizonte del discurso sobre derechos humanos y sobre justicia distributiva en el
mundo.

Este movimiento, no solo se basa en los derechos positivados, enunciados y formalmente
reconocidos, sino que parte de hechos jurídicos, es un inmenso e irreversible movimiento

1
Adaptado de “Cuando el enfoque de derechos transforma nuestros paradigmas en el trabajo con
infancia” Alejandro Cusianovich. Perú – Mirandoelfuturo.net

de humanización de los pueblos, que al día de hoy continúan procesos de profunda
transformación cultural cuyos ciclos son complejos y largos en el tiempo.

Lo fundamental del enfoque de derechos es su virtud de centrarnos en las personas y en su
dignidad que es el bien jurídico deseable; este enfoque juega un papel desinstalador de
toda rutina enquistada en el sentido común y en los imaginarios sociales y que termina
por naturalizar situaciones y circunstancias que son social y políticamente producidas,
creadas intencionalmente como parte del ejercicio del poder de dominación. Centrarse en
la persona, en los seres humanos, abre un horizonte de carácter estratégico, de duración
ilimitada, pues más allá de las circunstancias y coyunturas, el enfoque de derechos
convoca a tener al niño, a la niña como tal como el referente fundamental. Es lo que la
Convención sobre los Derechos del Niño consagra en el principio del Interés Superior del
Niño.

En consecuencia, abordar la exclusión, encarar la lucha contra la pobreza, hacer frente a
toda forma de discriminación de la infancia, tiene como fundamento y motivación que son
personas las que están en juego cuando de irrespeto o violación de los derechos del niño
se trata.

Desde el enfoque de derechos se promueve que todos aquellos programas sociales cuyo
tema convocante es la infancia que los niños y niñas sean el primer plano y no el
cumplimiento formal de planes y acciones o el rendimiento de cuentas y entrega de cifras
y porcentajes de sus logros.

Este enfoque tiene inherente no sólo un aliento histórico que precede, preside y prolonga
la acción social, educativa, cultural y productiva con niñas y niños, sino que la
sostenibilidad social de todo proyecto de desarrollo encuentra en el enfoque de derechos,
su imperativo ético, su estímulo creativo, su inspiración humanitaria.

Desde la labor social por el desarrollo, se parte de lo concreto, de lo que vive la gente, de lo
que piensa que son sus urgencias, de lo que afecta en su opinión las posibilidades o limita
las oportunidades de crecer, de progresar, de superarse. Por tal motivo desde un enfoque
de derechos se encaran las necesidades como la negación de algún derecho a personas y
no desde la necesidad en si misma, transformando en un discurso propositivo las
necesidades como derechos negados, dando sentido a la acción social e imprimiendo una
dimensión de largo plazo al quehacer promocional, a la atención y trabajo con las personas.
En este sentido los proyectos sociales ganan en perspectiva cuando se diseñan y ejecutan
desde el enfoque de derechos.

Podría entonces decirse que el enfoque de derechos no sólo brinda otros paradigmas
conceptuales sobre infancia, sino que señala un derrotero para el desarrollo de cualquier
acción que pretenda contribuir a superar las limitaciones que hoy encuentran los niños y
niñas para ver hecha realidad durable sus mejores como justas aspiraciones.

¿CUÁLES SON LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA?2

Los niños, niñas y adolescentes gozan de los mismos derechos postulados para cualquier
ser humano3, pero adicionalmente cuenta con algunos derechos con el fin de garantizar su

2
Adaptado de Marco para las políticas públicas y lineamientos para la Planeación del Desarrollo de la infancia y la adolescencia en
el municipio –Guía para alcaldes -Adaptación de la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” y de la “Convención
Internacional de los Derechos del Niño”-.
3 Los derechos humanos en general pueden clasificarse en tres generaciones. La primera generación hace referencia a los
derechos civiles y políticos, que están vinculados con el principio de libertad (Ej. Derecho a la vida y la libertad de expresión). Los
derechos de segunda generación son los derechos económicos, sociales y culturales, que están vinculados con el principio de
protección y desarrollo durante el comienzo de la vida. De esta manera los derechos de los
niños, niñas y adolescentes se orientan a cuatro aspectos centrales:

Existencia: Condiciones esenciales para preservar la vida
o Ser deseado
o Ser querido y respetado
o Que la madre y su hijo tengan atención durante el embarazo y el parto
o No morir por causas que pueden evitarse
o Ser atendido cuando se enferma
o Conocer a sus padres, estar con su familia y ser cuidado por ella.
o Estar bien nutrido
o Tener acceso a agua potable
o Vivir en un ambiente sano

Desarrollo: tener las condiciones básicas para progresar en su condición y dignidad
humana
o Poder jugar, porque el juego es esencial para el desarrollo físico y mental
o Tener educación
o Poder descansar
o Contar con las condiciones adecuadas para su desarrollo afectivo, físico, mental y
social.

Participación: ser tratados como ciudadanos y tener las condiciones básicas para vivir en
sociedad y ejercer la libertad
o Estar registrado
o No ser discriminado por ser diferente o pensar diferente
o Reconocer que tenemos diferencias por sexo, etnia, cultura y edad
o Tener acceso a la información y la cultura
o Poder expresarse, opinar libremente y ser escuchados
o Poder asociarse y reunirse
o Participar y ser tenido en cuenta
o Tener intimidad
o Si viola la ley, tener el proceso debido y si fuera el caso, una sanción correspondiente
con su edad y una adecuada rehabilitación.

Protección: no ser afectado o afectada por factores perjudiciales para la integridad
humana
o No ser abandonado
o No padecer enfermedades que puedan prevenirse
o No estar en situaciones de riesgo
o No ser maltratado jamás ni por nadie
o No ser descuidado y no ser objeto de abuso físico, sexual o mental
o No ser involucrados en conflictos armados o situaciones similares
o No ser secuestrados o utilizados como objeto de tráfico
o No ser explotado y no tener trabajos perjudiciales para su salud y su educación
o No carecer de vivienda

Fuente: Marco para las políticas públicas y lineamientos para la Planeación del Desarrollo
de la infancia y la adolescencia en el municipio –Guía para alcaldes Adaptación de

igualdad (Ej. Derecho a seguridad social y educación). Los de tercera generación, se vincula con la solidaridad (Ej. Derecho al a
identidad nacional y justicia social).

la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” y de la “Convención
Internacional de los Derechos del Niño”.

¿QUIÉN TIENE LA OBLIGACIÓN DE GARANTIZAR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA Y
LA ADOLESCENCIA?

Siguendo a DNP, ICBF, MEN y MPS (2006)4, la garantía de los derechos de la infancia es
obligación del Estado.

Para que un derecho pueda cumplirse se necesita un titular (el que lo ejerce) y un garante
(el responsable de que sea provisto y de vigilar que no sea violado)

El titular es cada ser humano, y el alcance de su titularidad está definido por las normas
vigentes. Los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Colombia están básicamente
establecidos en la Constitución Nacional y en algunas leyes –como la ley 1098/06 Código
de infancia y adolescencia, la ley de educación y seguridad social- y el alcance de la
titularidad está precisamente establecido en el código de infancia y adolescencia.

El Garante es siempre y exclusivamente el Estado. Al aceptar la declaración Universal de los
Derechos Humanos y la convención Internacional de los Derechos del Niño, los estados
civilizados se han comprometido expresamente a promover, garantizar y vigilar los
derechos humanos.

En Colombia, la garantía Estatal de los derechos de la infancia y la adolescencia está
distribuida en un conjunto de entidades-garantes, que a veces denominamos sistema o red
de garantías.

Algunas entidades son garantes de que se presten los servicios que materializan el ejercicio
de los derechos (como la educación y la salud); otras tienen mecanismos de vigilancia
sobre el ejercicio de los derechos, permitiendo que cuando un derecho no pueda ser
ejercido, se restablezca al afectado y sean sancionados los responsables de su despojo

• Los servicios que garantizan los derechos pueden ser prestados por agentes
oficiales o privados. La garantía de que se presten en función de los derechos
de los ciudadanos compete al Estado, que por esta razón puede definir las
condiciones de la prestación. Entre los garantes de la prestación de servicios
relacionados con la infancia y la adolescencia se destacan los municipios, el
ICBF, el Ministerio de Educación, el ministerio de la Protección Social y la
Registraduría Nacional.
• La vigilancia del ejercicio de los derechos compete siempre a organismos
oficiales, apoyados por la comunidad. Entre los garantes a cargo de la vigilancia
del ejercicio de los derechos tienen un rol esencial los municipios, el ICBF, la
Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, los personeros
municipales y el sistema judicial, apoyados por los consejos y comités de
política social.

4
Marco para las políticas públicas y lineamientos para la Planeación del Desarrollo de la infancia y la adolescencia en el municipio

¿CUÁL ES EL NIVEL DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO, LA FAMILIA Y LA SOCIEDAD
FRENTE AL EJERCICIO DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS?

Retomando a DNP, ICBF, MEN y MPS (2006), los derechos humanos se ejercen en un
mundo de interrelaciones, lo cual implica responsabilidades de distintos actores sociales,
que deben ser promovidas y apoyadas por el Estado en su condición de garante.

Los principales responsables de que pueda darse el ejercicio de los derechos de la infancia
y la adolescencia son tres: el Estado, la familia y la sociedad

Como se mencionó anteriormente, dado que el Estado es el garante de los derechos, tiene
la responsabilidad de:

§ Orientar su propia responsabilidad de prestador de servicios,
§ Habilitar e interactuar con la familia y la comunidad para que cumplan con las
responsabilidades que les competen (co-responsabilidad)
§ Crear mecanismos compensatorios o de restitución de derechos cuando el propio
Estado, la familia o la sociedad desatienden sus responsabilidades.

La familia es el núcleo primario de protección de la infancia y la adolescencia, y tiene un
rol decisivo en su desarrollo. Por eso la familia debe ser protegida y el Estado es co-
responsable con ella. Todos los niños y niñas tienen derecho a una y su rol varía a medida
que los niños niñas, y adolescentes van creciendo y debe adaptarse a su avance en el
proceso de la vida.

§ Es necesario que las familias sepan cómo querer, cuidar, orientar y educar a sus hijos e
hijas, y el Estado debe preocuparse por brindarles formación y apoyo en estas áreas.
§ También es función de las familias asegurar el acceso de los niños, niñas y adolescentes
a los servicios que garantizan los derechos (como por ejemplo el registro civil, el
colegio y la afiliación en salud) y el Estado debe cuidar que lo hagan oportunamente y
tomar los correctivos necesarios si no lo hacen.
§ También es tarea de la familia representar a los niños, niñas y adolescentes para
reclamar sus derechos cuando no tienen acceso a los servicios que los proveen o
cuando les han sido vulnerados de cualquier forma.
§ Es responsabilidad de las familias fomentar y respetar la autonomía y libertad de los
niños, niñas y adolescentes, y el Estado debe cuidar para que lo hagan de la mejor
manera posible.

La Sociedad o Comunidad (tanto el colectivo y como cada organización y cada uno de los
individuos que la componen) tiene la responsabilidad de contribuir a crear el ambiente y
las condiciones adecuadas para la preservación de la vida, la protección, el desarrollo y el
ejercicio de la vida social y la libertad de los niños, niñas y adolescentes. El Estado también
es co-responsable con ella y debe promover y vigilar el cumplimiento de las
responsabilidades de la sociedad en materia de derechos.

La comunidad es el medio en el cual los niños y niñas se desarrollan, aprende y actúan. Es
también el ámbito del fomento, apoyo y defensa de los adultos a la protección y desarrollo
de las nuevas generaciones.

§ La comunidad establece las características de los seres humanos que desea y sobre esta
base organiza las condiciones para la vida de los niños, niñas y adolescentes.
§ La comunidad establece la prioridad efectiva que los niños, niñas y adolescentes tienen
en la vida cotidiana
§ Adopta los modos de cuidado, es decir, los comportamientos más adecuados para el
buen desarrollo de la vida de los niños, niñas y adolescentes.
§ Facilita o entorpece la integración y participación de los niños, niñas y adolescentes en
la vida social.
§ Utiliza su capacidad de asociación para promover el desarrollo de la infancia y la
adolescencia.
§ Incorpora en las pautas de comportamiento social lo que es intolerable y sobre esta
base orienta sus mecanismos de control social, que son los que sostienen la vigilancia
ciudadana e identifican los hechos que merecen ser denunciados.
§ Ejerce una función de veeduría sobre el cumplimiento de las responsabilidades
públicas, de las familias y de los individuos con los niños, niñas y adolescentes.

En términos generales la comunidad crea el contexto que impulsa y facilita (o dificulta) a
sus miembros y a las diferentes instituciones ser más (o menos) protectores de los
derechos de los niño, niñas y adolescentes, e impulsa el ejercicio mismo de los derechos
por parte de ellos con la orientación de los agentes públicos para atender a estas
responsabilidades.

Actualmente se está operando un cambio en el país a nivel legislativo y administrativo
debido a la aprobación del Código de la Infancia y la Adolescencia, debido a que
anteriormente la atención de los niños, niñas y adolescentes era un asunto privado que
correspondía a la familia, el Estado ofrecía servicios para poblaciones específicas cuando
se presentaban situaciones irregulares. Con el enfoque de derechos que trae a ley, basado
en los derechos de los niños, niñas y adolescentes, la garantía de los derechos corresponde
al Estado, obligando a orientar la prestación de servicios con carácter de universalidad,
vigilando el ejercicio de los derechos, creando mecanismos de restablecimiento de
derechos cuando fuere necesario y habilitando a la familia y la comunidad para que
cumplan sus responsabilidades complementarias.

¿QUÉ ENTENDEMOS POR PARTICIPACIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES?

En el marco de esta política la participación de niños y niñas es entendida como un
instrumento fundamental para el reconocimiento de la infancia como sujetos de derecho,
el conocimiento de sus derechos, su ejercicio, prevención y exigencia cuando estos están
siendo vulnerados.

Participar parte de la base de una comunicación no unilateral, sino por el contrario fluido,
constante, diario, cotidiano y basado en la comprensión y respeto del punto de vista del
otro. Su promoción permite la construcción de un sistema de relaciones más flexibles,
abiertas y tolerantes que permita el ejercicio democrático de los derechos de los niños y
las niñas.

Retomando los artículos de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, se
puede considerar que un niño, niña o adolescente participa cuando:

1. Es libre para expresarse, lo cual se evidencia en la construcción de sus argumentos,
juicios y expresión de su opinión en todos los asuntos que le conciernen (tomando en
cuenta su nivel de desarrollo).

2. Respetamos su manera de pensar, sus creencias, valores y manera de ver la vida.

3. Cuando facilitamos que niñas, niños y adolescentes tengan libertad de asociación y
asistencia a reuniones que sean adecuadas para su desarrollo y calidad de vida.

4. Cuando aceptamos que no todos somos iguales, y respetamos la preservación de una
determinada cultura, la profesión y práctica de una religión específica y el empleo de un
idioma propio.

Siguiendo los planteamientos de Gerardo Sauri y Andrea Márquez en su texto “la
participación infantil: un derecho por ejercer”, la participación es una característica
inherente de la vida humana porque tiene que ver con todo, con la capacidad de actuar en
un entorno determinado y de transformarlo a la vez que es transformado por este

Para Mokwena (1993) 5 , existen razones básicas que explican la importancia de la
participación en el proceso de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes:

1. La participación permite el desarrollo de competencias y la adquisición de
habilidades esenciales para el desarrollo de confianza y del carácter, en el marco
de la familia, su grupo de pares, la comunidad y adultos significativos
2. La práctica de la participación es un método efectivo de facilitar el logro de
objetivos y una forma de trabajar con jóvenes, ya que en la medida en que se logra
un mayor compromiso de los niños se desarrollan mayores habilidades: apertura
al aprendizaje, dialogo crítico, creación de relaciones de respeto mutuo con los
adultos, despliegue de habilidades para la resolución de problemas, y el ejercicio
de la creatividad y la iniciativa
3. La participación es también un resultado del proceso de desarrollo del sujeto: las
habilidades de participación adquiridas durante la juventud son parte de un
proceso de formación de la identidad que se vuelven parte de la propia definición
del individuo y da forma a su relación con la sociedad en su vida futuro.

¿QUE IMPLICA PARA ALDEAS INFANTILES SOS COLOMBIA TRABAJAR DESDE EL
ENFOQUE DE DERECHOS DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS6?

Hacer operativo el enfoque de derechos implica que las acciones y propuestas se
enmarquen en los siguientes postulados de la Convención Internacional de los Derechos
del niño y la ley 1098/06 Código de Infancia y Adolescencia:

1. Centrar nuestras acciones en los niños y las niñas, sus derechos y su
reconocimiento como actores sociales.
2. Priorizar acciones integrales y de alto impacto para el bienestar de los niños, las
niñas y adolescentes.
3. Trabajar conjuntamente con los corresponsales de los derechos de los niños y
niñas (Estado, Familia y Sociedad/Comunidad) para que cumplan sus deberes y
obligaciones.
4. Garantizar los derechos de los niños y las niñas y priorizar acciones frente
aquellos s a quienes sus derechos les están siendo vulnerados.
5. Promover los mecanismos necesarios para generar una participación efectiva de
los niños, niñas y adolescentes frente a los asuntos que les interesan y competen.
6. Todas las decisiones deben guiarse por el interés superior del niño y la niña, es
decir, que todo aquello que se decida debe buscar el bienestar del niño y la niña
por sobre los intereses de los adultos y la organización.
7. Las acciones deben buscar el pleno desarrollo de las capacidades y facultades de
los niños y las niñas.

5 Youth participation, development and social change


6
Adaptado de: Save the Children (--) “Child rights programming handbook”

8. Trabajar sobre las causas de las situaciones que generan y mantienen la
vulneración de los derechos de niños y niñas.
9. Establecer alianzas que generen mas impacto en la promoción y protección de los
derechos del niño.
10. Facilitar el entendimiento de los derechos del niño por parte de los niños mismos,
sus familias y comunidades, incluyendo el Gobierno.

ANEXOS


GLOSARIO

Niño: El concepto de niño y niña y todo su contenido político y jurídico surge en el ámbito
de los derechos de la niñez desde 1989 con la Proclamación de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño, en la que se entiende por niño todo ser humano
menor de 18 años. Anteriormente se les denominaba menores, concepto que hacia
referencia minoría, inferioridad, incapacidad, y minusvalía. Bajo este argumento se les
consideraba personas que carecían posibilidades de comprender las consecuencias de sus
actos.

Los niños y las niñas, en el concepto de persona plena en su dignidad, son sujetos jurídicos
especiales lo que implica que en el ámbito mundial son el único grupo poblacional
reconocido per se como vulnerable, y se allí su calificación de sujetos de derechos
prevalentes y como los sujetos mas importantes en el ordenamiento jurídico internacional
y nacional, hecho que implica esfuerzos adicionales por parte de los Estados en materia
jurídica, política y administrativa para asegurarles sin ninguna excusa la garantía y
ejercicio de sus derechos.

Niño como sujeto social de derecho: Reconocimiento del niño y niña como titular de
derechos no solamente en los textos legales internacionales y nacionales, sino que dicho
reconocimiento sea real, en la cotidianidad y en todos los ámbitos en los que adelantan
sus procesos de desarrollo y en los cuales son protagonistas directos; solo así pueden
ejercer los títulos que tienen reconocidos en lo formal (legal)

Cuando se hace referencia a ser sujeto social de derecho, también es claro que se hace
referencia a los deberes que implica el ejercicio de sus propios derechos, es decir,
reconocer en los otros los mismos derechos que le son reconocidos y además les pueden
ser reclamados

Protección Integral: se entiende por protección integral de niños, niñas y adolescentes el
reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la
prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato
en desarrollo del principio del interés superior. La protección integral se materializa en el
conjunto de políticas, planes, programas, y acciones que se ejecuten en los ámbitos
nacional, departamental, distrital y municipal, con la correspondiente asignación de
recursos financieros, físicos y humanos.

Este concepto se aterriza a través de la siguiente pregunta: ¿Qué debe hacer la familia, la
sociedad y el Estado para asegurar la protección integral de un niño, una niña y un
adolescente?
1. Reconocerlos como sujetos sociales de derecho
2. El Estado es el responsable de la garantía y cumplimiento de los derechos, la
familia y la sociedad son responsables de asegurar a todos los niños y niñas desde
su nacimiento las condiciones para el ejercicio de todos y cada uno de los
derechos que les han sido reconocidos
3. cuando los niños y niñas tienen las condiciones para ejercer sus derechos, deben
tomarse todas las medidas para prevenir su amenaza y vulneración
4. si un derecho de un niño o niña se vulnera (no se garantiza) o se viola ( tenía su
ejercicio y se lo infringen), las autoridades competentes del Estado tienen la
obligación de restablecerlo o restituirlo
5. La materialización de los cuatro componentes que integran el concepto se debe
dar en las políticas públicas generales como las sociales básicas y las de infancia y
adolescencia

Interés Superior: es el imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la
satisfacción integral y simultánea de todos sus derechos humanos, que son universales,
prevalentes e interdependiente
Esta definición implica que las autoridades públicas y privadas que deben tomar
decisiones en relación con el niño, niña o adolescente tienen la obligación de observar el
bien mayor, de ponderar las decisiones en relación estricta con la garantía y ejercicio de
los derechos. Importante tener en cuenta que aún cuando este sea un principio de
aplicación subjetiva, es decir, que será cada persona que atienda una decisión la que
definirá la aplicación del principio de interés superior, dicha decisión deberá en todo caso
ceñirse al estudio de sus derechos.

Ejemplo: son muchas las solicitudes que llegan ante las autoridades públicas por parte de
madres o padres solicitando de sus hijos menores de 18 años por razones de maltrato y
abuso, en los que la autoridad competente en aplicación el principio de interés superior,
deberá definir la custodia bajo la estricta consideración de dos derechos fundamentales: el
derecho a la integridad personal y su derecho a ser oído y participar de las decisiones que les
afectan y no el supuesto derecho del padre o de la madre a corregir a sus hijos o por su
voluntad de quedarse con ellos o ellas; lo que prima es el derecho del niño y no derechos de
tenencia reclamados por un padre o madre que invoca los suyos propios.

Prevalencia de los derechos: en todo acto, decisión o medida administrativa, judicial o
de cualquier naturaleza que deba adoptarse en relación con los niños, niñas y
adolescentes, prevalecerán -predominarán- los derechos de estos, en espacial si existe
conflicto entre sus derechos fundamentales con los de cualquier persona.

La Prevalencia debe reflejarse en las políticas públicas que defina el Estado: financieras,
políticas, legislativo y administrativo; y cuando el derecho de un niño se enfrenta con el de
un adulto, en todos los casos debe aplicarse la prevalencia de los derechos de las personas
menores de 18 años.

Corresponsabilidad: es la concurrencia de actores y acciones conducentes a garantizar
los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La familia, la sociedad y el Estado son
corresponsables en su atención, cuidado y protección.
Bajo este principio las instituciones públicas no podrán invocar el principio de
corresponsabilidad para negar la atención que demande la satisfacción de derechos
fundamentales.

Es importante destacar que la responsabilidad del Estado radica en todos y cada uno de
sus agentes, no únicamente en el ICBF (quien es el ente coordinador del Sistema Nacional
de Bienestar Familiar). Todos los actores públicos concurren desde sus propios mandatos
legales en el cumplimiento de las obligaciones para el cumplimiento y la garantía de los
derechos

Ejemplo: si un niño nace es responsabilidad de la familia es reportar el nacimiento y del
Estado inscribirle en el registro civil; si el niño está en edad escolar el deber del Estado es
asegurarle un cupo educativo y la de la familia asegurar que el niño asistirá. Si se presume
que un niño está siendo víctima de un delito o se le están vulnerando sus derechos la sociedad
esta obligada a reportar el caso a las autoridades competentes.

Exigibilidad de derechos: Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente el
cumplimiento y restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes
El Estado, en cabeza de todos y cada uno de sus agentes, tiene la responsabilidad
inexcusable de actuar oportunamente para garantizar la realización, protección y el
restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes

Ejercicio de los derechos y responsabilidades: es obligación de la familia, de la sociedad
y del Estado, formar a los niños, las niñas y los adolescentes en el ejercicio responsable de
los derechos. Las autoridades contribuirán con este propósito a través de decisiones
oportunas y eficaces y con claro sentido pedagógico.

El niño, la niña y el adolescente tendrán o deberán cumplir las obligaciones cívicas y
sociales que correspondan a un individuo de su desarrollo.

En las decisiones jurisdiccionales o administrativas, sobre el ejercicio de los derechos o la
infracción de los deberes, se tomarán en cuenta los dictámenes de los especialistas

Esto no implica que niños y niñas deban asumir obligaciones que no les corresponden,
como por ejemplo llevar el sustento a sus casas. Lo importante es que padres, madres,
maestros, cuidadores etc., les enseñen a hacer un ejercicio responsable de sus derechos,
que incluye aprender a respetar y a observar los derechos de los demás.

Restablecimiento de derechos: se entiende por restablecimiento de derechos de niños,
niñas y adolescentes, la restauración de su dignidad e integridad como sujetos y de la
capacidad para hacer un ejercicio efectivo de los derechos que les han sido vulnerados.

El restablecimiento de derechos es responsabilidad del Estado en su conjunto a través de
las autoridades públicas, quienes tienen la obligación de informar, oficiar o conducir ante
las autoridades competentes. Cuando esto ocurra, la autoridad competente deberá
asegurarse de que el Sistema Nacional de Bienestar garantice su vinculación a los servicios
sociales.

Los derechos que se deben verificar –lista de chequeo-:
1. Estado de salud física y psicológica
2. Estado de nutrición y vacunación
3. La inscripción en el registro civil de nacimiento
4. La ubicación de la familia de origen
5. El estudio del entorno familiar y la identificación tanto de elementos protectores
como de riesgo para la vigencia de los derechos
6. La vinculación al sistema de salud y seguridad social
7. La vinculación al sistema educativo

Las medidas de restablecimiento de derechos son:
1. Amonestación con asistencia obligatoria a curso pedagógico
2. Retiro inmediato del niños, niñas y adolescentes de la actividad que amenace o
vulnere sus derechos o de las actividades ilícitas en que se pueda encontrar y
ubicación en un programa de atención especializada para el restablecimiento del
derecho vulnerado
3. Ubicación inmediata en medio familiar
4. Ubicación en centros de emergencia para los casos en que no procede la ubicación
en los hogares de paso.
5. La adopción
6. Otras disposiciones legales que garanticen la protección integral
7. Promover acciones policivas administrativas o judiciales a que haya lugar

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