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Nuestro presente. Subversión de Valores.

Consecuencias

Se han puesto en marcha unos mecanismos para inmovilizarnos, para hacernos insensibles a
nuestra autodestrucción.. Nos presentan una serie de ideas y una realidad que nos seduce y nos
impide acercarnos a la dolorosa realidad de una charca en la que se pudre nuestro pueblo y en la
que la noción del deber se ha proscrito, y no hay más que una suicida exaltación de derechos, que
de nada sirven si nadie se encuentra obligado a satisfacerlos.

- El ordenamiento Jurídico

- Las constumbres sociales

- La conciencia individual se van depravando y toda la técnica sofisticada y profusa (abundante) de


la información y de la comunicación, monopolizada por el poder político o el poder del dinero, que
vienen a converger y a identificarse, legitiman y empujan:

-a la disolución de la familia

-a la pornografía

-a la inversión sexual

-a la anticoncepción y al aborto.

-a la eutanasia y a la fecundación in vitro etc

-a la puesta en juego de la más decisiva de las subversiones que es la llamada revolución cultural.

Se ha conseguido un cambio moral en la conducta personal. Demasiado se halla a la vista la


degradación de las costumbres y el afán que muchos medios informativos, y más bien
deformadores, demuestran en que esa degradación aumente.

¿Cómo se ha podido producir este enorme cambio en una sociedad con ambientes y creencias
cristianas?. ¿Qué tácticas se han puesto en marcha para dirigir la operación en marcha para
socavar los cimientos cristianos de la sociedad española?

Vamos a hacer unas breves reflexiones al respecto que nos ayudarán a comprender mejor nuestro
combate por Dios y por la Patria, por la Fe y por el Hogar y la importancia de la formación como
cimiento de la acción.
El enemigo se ha dado cuenta que el enfrentamiento de las barricadas, que en medio de su
crueldad tenía algo de " atractivo ", puede conducir a resultados adversos. Ya no hay llamamiento
a las barricadas. No sae trata hoy de apuñalar, sino de envenenar (con ideas). No se quiere
mártires ni héroes, sino apóstatas y desertores. Lo que interesa ahora, para llegar de modo
incruento al mismo fin, no es tanto asesinar y derribar, sino confundir y corromper, ocupando y
dominando las instituciones y los medios desde los cuales la confusión y la corrupción se lleva a
cabo como un puro y fácil divertimento.

Hay que derrocar la cultura preexistente , escribía Mao-tse-tung, para sustituirla por otra edificada
sobre valores distintos y contrarios. Para ello hay que llevar a cabo una tarea de educación y de
culturización, de educación en la escuela y de culturización en la vida diaria.

Por medio de la educación y de la culturización, que abarcan no sólo la prensa, el cine y la TV, sino
el video, la novela, la música y hasta los comics infantiles, lo que se pretende es un cambio en las
ideas, en las reaccciones psiquicas, en los criterios morales y en las vivencias religiosas.

La palabra " concientizar ," el recurso permanente a la imagen, la revisión de la historia, están
haciendo posible que se acoja con indiferencia o se acepte lo que hace poco era capaz de producir
un repudio espontáneo. La educación y la culturización monopolizados consigue la obediencia
social.

Amor a la Verdad. Invitación a la Esperzanza

Debemos enfrentarnos a esta nueva táctica del adversario con una táctica nueva: formación. Para
poder entrar en este combate hay que leer, estudiar, meditar, hacerse, en suma, con el equipaje
ideológico, necesario para la lucha de nuestro tiempo.

Ello exige un amor inmenso a la Verdad, que nos impida caer en el engaño; un rearme ético, que
evite nuestra impregnación ambiental; un espiritu de fe, que nos comprometa en la lucha que la
mejor doctrina propone al decirnos: "Es la persona humana la que hay que salvar, y es la sociedad
humana la que hay que renovar" (Gaudiun et Spes-nº 1).

Juan Pablo II (octubre 1985): "No se trata de una utopía. Si se quiere de verdad, se pueden crear
en el mundo condiciones nuevas, estructuras nuevas, relaciones nuevas entre los individuos, los
grupos sociales y los pueblos, para asegurar la paz en la justicia y en la fraternidad. Jamás me
cansaré de repetirlo a todos y de invitar a todos a la esperanza y al estímulo del porvenir, que nos
vienen del Evangelio y que encuentra confirmación en los "signos de los tiempos."

Pero debo añadir que los nuevos tiempos no llegan sin nosostros, o sea, "sin el esfuerzo de
nuestra colaboración constructiva en la realización del designio de Dios en la historia" (J.P.II).

Y recordarles que sin la oración y el sacrificio diario no es posible ni una formación verdadera, ni
una acción eficaz.

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