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Puerto Rico y sus Tesoros: Literatura, Paisaje y Cultura

Puerto Rico es una isla llena de tesoros. Tesoros que no son riquezas materiales solamente, sino que
calan en nuestra alma y en nuestro pensamiento. En este proyecto presentamos tres (3) de nuestros más
grandes tesoros.

A. Literatura:

La Literatura en Puerto Rico esta compuesta de muchas manifestaciones culturales que, en algunos
casos, exceden de lo que estrictamente se entiende por literatura. Comenzando con la mitología
arahuco- taína, del areyto, de las crónicas de los hombres que llegaron desde el otro lado del Atlántico y
que trajeron consigo un nuevo modo de concebir el mundo, de la literatura que se produjo en el territorio
que hoy conocemos como Puerto Rico cuando éste era una colonia de la Corona española, de la
literatura de transmisión oral muy presente en la edad moderna, y de los distintos períodos en los que se
divide la producción literaria paralela a la española, hasta desembocar en la literatura de Puerto Rico
como entidad.

Aunque existió una literatura anterior, fundamentalmente de tipo historiográfico, la literatura


puertorriqueña como tal puede decirse que comienza durante el siglo XIX, en que se promueven y
publican las obras de distintos escritores, poetas y novelistas. Uno de los autores fundamentales de esta
etapa inicial es el dramaturgo Alejandro Tapia y Rivera, promotor de la cultura puertorriqueña y pionero
de los estudios sobre la historia del drama, la novela y del ensayo, que se destacó por su romanticismo
literario; sus obras incluyen La Palma del Cacique, Cofresí o Vasco Núñez de Balboa. Otro autor
importante del siglo XIX en Puerto Rico fue José Gautier Benítez, poeta e igualmente romántico, autor
de poemas como Puerto Rico, la Ausencia y el Regreso o El Canto a Puerto Rico.

Otro de los fundadores de la literatura puertorriqueña lo fue Eugenio María de Hostos, autor de obras
filosóficas y políticas como La Peregrinación de Bayoán, Tratado de Sociología, el ensayo Romeo y
Julieta o Juicio crítico de Hamlet, además fue una de las figuras más ilustres e importantes de Puerto
Rico y de América Latina durante la época de las guerras de independencia hispanoamericana.

A finales del siglo XIX surgen escritores como José de Diego, precursor del movimiento modernista
y líder político, uno de los mejores poetas puertorriqueños, defensor de la cultura y de la lengua hispana,
educador y poeta, autor de obras como Sor Ana, Jovillos, Pomarrosas, Cantos y Rebeldía, A Laura,
Cantos de pitirre y Hojas y Flores. Entre los autores más destacados de la literatura puertorriqueña en el
siglo XX y XXI se encuentran Antonio S. Pedreira, René Marqués, José Luis González, Luis Rafael
Sánchez, Rosario Ferré, Edgardo Rodríguez Juliá, Elidio La Torre Lagares, Luis López Nieves, Zoé
Jiménez Corretjer y Mayra Santos-Febres.

Ya para el siglo XX podemos decir que entre los poetas más influyentes se encuentran Julia de
Burgos, Clara Lair, Luis Palés Matos, Juan Antonio Corretjer y Francisco Matos Paoli. El Grupo
Guajana también se destacó por el alto nivel de su poesía. Entre los autores más reconocidos de este
grupo están: Vicente Rodríguez Nietzsche, Wenceslao Serra Deliz, Edwin Reyes,Ángela María Dávila,
Ramón Felipe Medina, Antonio Cabán Vale "El Topo", José Manuel Torres Santiago, Juan Sáez Burgos,
Marina Arzola, Carlos Noriega, Marcos Rodríguez-Frese, Edgardo López Ferrer, Marcos Reyes Dávila,
Reynaldo Marcos Padua, Alfredo Margenat, Hugo Margenat,Teresa Marichal,Graciani Miranda
Archilla, Clemente Soto Vélez, Fernando González Alberty, Juan Quiñones Calderón, Luis Hernández
Aquino, Enrique A. Laguerre.

Más tarde, la Generación Ochenta, cuajada en los predios de la Universidad de Puerto Rico en Río
Piedras gesta uno de los grupos más sobresalientes de la literatura puertorriqueña contemporánea. Este
grupo se caracteriza por tener una voz única y particular que define un arte poética de toques
surrealistas, denuncias sociales y afán por la escritura misma. Los autores más importantes de la
Generación Ochenta son los siguientes: Mayra Santos Febres, José E. Santos, Edgardo Nieves Mieles,
Michele C. Dávila Goncalves, Rubén A. Moreira Vidal, Alberto Martínez Márquez, Zoé Jiménez
Corretjer, Mario Cancel, Carlos Roberto Gomez Beras, José Liboy Erba, Claudio Cruz Núñez y Juan
Carlos Quintero Herencia.

B. Paisaje:

Puerto Rico es una isla que tiene una forma parecida a un rectángulo. Los cuerpos de agua que la
rodean son inmensos: el Océano Atlántico y el Mar Caribe. A Puerto Rico le pertenecen otras islas que
están cerca. Las más importantes son Vieques y Culebra. Otras islas más pequeñas son Mona, Monito,
Desecheo, Caja de Muerto e Isla de Cabras. No podemos olvidar el islote de San Juan, allí están las
oficinas más importantes del Gobierno. Tanto el territorio de la isla grande como la de los pequeños
forma el país que llamamos Puerto Rico.

El paisaje es la parte de un terreno que se observa desde un lugar. En nuestra isla podemos encontrar
zonas montañosas con mucha vegetación, formaciones rocosas y plantas que sobreviven con poca lluvia.
Con el paso de los años el paisaje que nos rodea va transformándose por los cambios que ocurren en la
naturaleza. Por ejemplo, aunque pensemos que la montaña El Yunque siempre ha sido igual, lo cierto es
que ha sufrido cambios. Algunos árboles crecen mucho, mientras otros pueden morir o caer ante el paso
de un huracán.

De acuerdo con el relieve, la topografía el conjunto de características de un terreno, los especialistas


dividen Puerto Rico entre grandes áreas, designadas como provincias. Son también denominadas
geomórficas (geo= tierra, mórficas=relativo a las formas) porque cada una tiene rasgos propios en
cuanto a relieve y formas. Estas provincias geomórficas son: (1) interior montañoso central; (2) carso
norteño; (3) llanos costaneros

La provincia del interior montañoso central es la de mayor extensión e incluye casi todos los sistemas
montañosos de Puerto Rico. Estos son sistemas: la Cordillera Central, la Sierra de Cayey, la Sierra de
Luquillo y la Sierra Bermeja. La Cordillera Central es la columna vertebral de la isla. Se extiende desde
Aibonito por el este hasta Maricao por el oeste. Está a unos 35 kilómetros de la costa sur. En la
Cordillera Central entre Adjunta y Villalba, se encuentra los picos más altos de la isla, y los Tres
Picachos con 3,615 pies.

La Sierra de Cayey es una prolongación de la Cordillera Central. Se extiende desde hasta Humacao.
Hacia el este su elevación disminuye hasta que alcanza solamente unos 400 pies de altura en su extremo
oriental. Un ramal de la Sierra de Cayey se dirije hacia el sureste formando la Sierra de Guardarraya y la
Cuchilla de Panduras ( “La Pica”) entre Yabucoa y Maunabo.

Desde Gurabo hasta Fajardo, en la sección nordeste de Puerto Rico, se eleva la Sierra de Luquillo.
Aunque la mayor parte central se levanta un cojunto de picos muy altos. Algunos alcanzan elevaciones
de más de 3,400 pies; por ejemplo, El Toro (3,524 pies), El Yunque (3,494 pies) y Pico del este (3,416
pies).

La Sierra Bermeja es la menor que componen la Provincia del Interior Montañoso Central. Se
encuentra al sur del Valle de Lajas, el más extenso de los valles de la isla. Sus picos más altos tienen
apenas unos mil pies. En el pasado remoto, cuando el Valle de Lajas estaba sumergido en el mar, es
probable que la Sierra Bermeja tuviera la apariencia de una isla alargada que iría desde Guánica hasta el
extremo suroeste de Puerto Rico.

Además de las altas sierras, la Provincia del Interior Montañoso Central también se caracteriza por un
buen número de valles y llanuras interiores. Algunos de éstos han sido formados por la acción de los
grandes ríos norteños y sus afluentes. Dos ejemplos de esto son la Llanura Interior de Caguas, formada
por el Río Loíza y sus afluentes y el Valle de La Plata formado por el río del mismo nombre y sus
afluentes. Otros valles, llamados intermontañosos son los de Cayey, que es el más extenso de todos, y
los de Jayuya y utuado.

La segunda de las provincias geomórficas de Puerto Rico es la Provincia del Carso Norteño. Está
situada al norte del Interior Montañoso. Se llama carso una formación de rocas calizas que han sido
disueltas por el agua a través de las edades geológicas. La provincia tiene forma de meseta de una
elevación entre 100 y 700 pies.

Por la costa la atraviesan hileras de colinas bajas de roca caliza. En el interior, el paisaje se compone
de centenares de mogotes (colinas en forma de pepinillos) alternándose con otras depresiones circulares
o sumideros. Hay aproximadamente 1,300 de éstos. Sin duda nuestra región cársica es una de las más
impresionantes del mundo.

Además de mogotes y sumideros, la provincia del Carso Norteño se distingue por sus cuevas. Dichas
cuevas se formaron por filtraciones de agua a través de la superficie caliza. Por ejemplo, hay ríos como
el Camuy y el Tanamá que hoy día desaparecen bajo la superficie y reaparecen varios kilometros
adelante.

La tercera y última de las provincias puertorriqueñas es la de los Llanos Costaneros. Es más pequeña
que la del Carso Norteño y muy inferior en tamaño a la del Interior Montañoso. Sin embargo, las áreas
de producción agrícola más importantes del país se encuentran localizadas en los Llanos Costaneros. En
sus llanuras también están ubicadas la mayoría de nuestras principales ciudades. Como su nombre lo
dice, los distintos componentes de esta provincia se caracterizan por su superficie relativamente llana y
su origen sedimentario.

En Puerto Rico hay una abundancia de corrientes de agua, se cree que existen alrededor de 1,700 de
esas corrientes, entre ríos y quebradas, que atraviesan nuestro territorio insular. De éstas, solamente 17
forman los “verdaderos sistemas pluviales”, éstos son los ríos principales. Los ríos del norte son los más
extensos y caudalosos de toda la isla. De la húmeda Cordillera Central y sus extensiones bajan
numerosas corrientes de agua que, al unirse, originan los principales ríos de Puerto Rico: el Grande de
Loíza, La Plata, Grande de Arecibo, Grande de Manatí, Cibuco, Camuy, Guajataca y Bayamón. De
éstos, el más largo es La Plata, que los indios llamaban el Toa.

Hacia el este de La Plata encontramos el más caudeloso de los ríos boricuas: el Río Grande de Loíza.
Al igual que los demás ríos del norte el Loíza fue, durante mucho tiempo, navegable por canoas y otras
embarcaciones pequeñas. Los españoles se establecieron también allí desde muy temprano y con
carácter permanente.

De todos los elementos del medio ambiente puertorriqueño, la vegetación es probablemente la que
más cambios ha sufrido a través del tiempo. Si de por sí la vegetación cambia continuamente, la acción
del ser humano acelera algunos de esos cambios e interrumpe otros. A veces la intervención humana es
positiva, pero otras es destructora y nociva. Como consecuencia de esto, el paisaje natural de Puerto
Rico sufrió alteraciones muy profundas. Muchos de los elementos de ese paisaje que hoy consideramos
indispensables y fijos, como la caña de azúcar de nuestras llanuras, las palmas de coco de nuestras
playas, y el arbusto del café de nuestras montañas, entre otros, están siendo amenazadas. Es por tales
razones que se optaron por introducir plantas de Europa, Asia y Africa para diversificar y aumentar
nuestro caudal de plantas alimenticias y económicas.

El reino animal ha sido también blanco del abuso humano. Comparado con otros países, la fauna de
Puerto Rico es bastante pobre. Le hemos ido robando su hábitat natural a muchas especies de animales.
Entre los animales, los más abundantes en Puerto Rico son los peces de agua salada (de los cuales hay
unas 300 especies) y las aves. Los anfibios son pocos, contándose entre ellos unas 15 o 20 especies de
sapos y ranas. Los reptiles, aunque menos abundantes que las aves, son más numerosos que los anfibios.
En esta clase se incluyen grupos de tortugas, lagartijos y culebras. A esta clase pertenecen el carey
(tortuga de agua dulce); los lagartijos comune, las “iguanas”, y la iguana gigante de isla de Mona; y los
cuatros géneros de culebras conocidos en la isla, ninguno de los cuales es muy venenoso.

Los mamíferos son pocos en Puerto Rico. La mayoría de éstos, incluyendo el ganado, han sido
importados de otros lugares. Además de los animales domésticos, los mamíferos más comunes en la isla
son los murciélagos, los roedores, los cetáceos (que incluyen las ballenas y delfines), y los carnívoros. A
este último grupo pertenecen los perros y los gatos.

C. Cultura

La cultura de Puerto Rico es el resultado de la unión de numerosas otras culturas, entre las que se
distinguen tres principales: taína, española, y africana. De los taínos los puertorriqueños han heredado
muchos nombres de ciudades, de alimentos y otros objetos; de los colonos españoles la lengua española,
la religión católica, la mayor parte de sus tradiciones y sus valores morales y culturales; de los esclavos
africanos la bomba y la plena, particulares tipos de música y de danza que incluyen el uso de
instrumentos de percusión y maracas.

Entre los elementos de la cultura puertorriqueña se resalta la música popular e instrumentos típicos,
entiéndase aguinaldos, trulla, bomba, plena y trova. En cuanto a sus instrumentos, se encuentra el güiro,
maracas (cultura taína), cuatro, tiple, bordonúa y guitarra, herencia española y los tambores, panderos y
“marimbolas”, de herencia africana.

Otro elemento que es muy importante en nuestra cultura es la figura del jíbaro puertorriqueño. El
jíbaro y la jíbara son personajes distintivos de Puerto Rico, que representaban la clase obrera de la
antigüedad. Los jíbaros, vestían con camisa, pantalones, pañuelo al cuello, machete y pava. La jíbara
vestía blusas, falda larga y amapola en el cabello. Ambos, toman vida en la época navideña y en días
conmemorativos a la cultura puertorriqueña. Estos vivían en casas de madera parecidas a los bohíos, sin
ventanas ni puertas ( a veces), y con escaso mobiliario.4 Dicho estudio aseguró que todavía estas casas se
encuentran en las áreas centrales de los pueblos en Puerto Rico, donde la pobreza es su peor enemigo.
La música de Puerto Rico tiene un base de Africana, Taíno, Indianos y los españoles. Durante la
conversión de Puerto Rico de los esclavos al cristianismo después de su colonización por los primeros
españoles, el único oficial de la música importada de España fue cantos y música religiosa.

El baile también es un elemento distintivo de la cultura puertorriqueña y se reconoce al baile de las


mascaras como gran importancia de la tradición en Puerto Rico. Estos bailes presentan un ritual mágico
religioso donde el danzante caracteriza “demonios” indígenas al son de la música “alegre y popular”. No
obstante, también se desarrollaron bailes como la bomba y la plena, donde la figura del vejigante juega
un papel importante en su representación. Así también, nuestros compositores escribieron danzas,
guarachas, mambo, entre otros tipos musicales.

Otro tipo de música que ha caracterizado a Puerto Rico es salsa, el ritmo fue originalmente
desarrollado con la comunidad puertorriqueña de Nueva York. La salsa es muy popular para bailando
Hoy en día, el centro de la salsa ha cambiado de Nueva York a Puerto Rico.

En el arte, podemos mencionar a Francisco Oller, nacido en 1833. Oller fue un pintor puertorriqueño
muy influenciado por el arte europeo, y las obras de Paul Cézanne y Pablo Picasso. Le gustaba pintar
escenas de la, entre los que encontramos: "Un mendigo", "Un cesante, "El almuerzo del rico", "El
almuerzo del pobre", "La escuela del maestro Rafael", y "Un boca abajo". Otros artistas
puertorriqueños que se destacaron fueron Ramón Fradé y Miguel Pou. La mayor parte del arte de la isla
es en el Museo de Arte de Ponce.

Puerto Rico también se distingue por su artesanía. La artesanía más impresionante de la isla es la
talla de santos que son figuras religiosas talladas en madera. Otro tipo de artesanía son las máscaras de
vejigantes, la orfebrería.

Por último, aunque la cocina de Puerto Rico es similar a la comida española y mexicana, es una
mezcla única de español, africano, Taíno, y las influencias de América. Los locales llaman a su cocina
"cocina criolla". Los platos principales de Puerto Rico lo constituye el arroz y las habichuelas, pero
también se come arroz con gandules, lechón, frituras, entre otros. Entre la comida puertorriqueña no
puede faltar el café, fuerte y negro. El café ha producido en la isla por más de 300 años.

Bibliografía:

1. Canino, Marcelino. La Gran Enciclopedia de Puerto Rico: Folklore. Vicente Báez.


2. Duchesne , Juan W.(2007). “ Neonacionalismo y fatiga de identidad en Puerto Rico”. Revista:
Ciencia, Pensamiento y Cultura, Vol. CLXXXIII ,pp. 724
3. Fonfrías, Ernesto J. (1987). El Gibaro en su origen y su manifestación humana y costumbrista, p.58
4. Gutiérrez del Arroyo, Isabel. Historiografía puertorriqueña. Desde la memoria Melgarejo (1582)
hasta el Boletín Histórico (1914-27). (San Juan, 1957).
5. Rivera de Álvarez, Josefina y Álvarez Nazario, Manuel. Antología general de la literatura
puertorriqueña. Prosa-verso-teatro. Tomo I. (Madrid, 1982).
6. Santiago, David (2002). “Cultura”. Revista Puertorriqueña, 12(6), pp. 15-16, 41-43
7. Enciclopedia de Puerto Rico, htpp://enciclopediapr.org

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