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La bandera roja fue el símbolo más clásico de los comunistas desde su comienzo.
El comunismo es un sistema político y un modo de organización socioeconómica,
caracterizado por la propiedad en común de los medios de producción, la ausencia de
propiedad privada así como por la inexistencia de clases sociales y de un Estado.12
3
Índice
1 Comunismo (término sociológico)
2 Comunismo (término político)
2.1 Desarrollo doctrinal
2.2 Organización política
2.3 Proyecto socioeconómico
2.3.1 Período de transición
2.3.2 Primera fase del comunismo
2.3.3 Fase superior del comunismo
2.4 Aplicación histórica
3 Orígenes y fuentes históricas del comunismo
3.1 Comunismo primitivo y comunismo cristiano
3.2 Comunismo igualitario
3.3 Socialismo utópico
3.4 Aparición del término «comunismo»
4 El desarrollo de las doctrinas comunistas
4.1 Marxismo o socialismo científico
4.2 Relación con el anarquismo
4.2.1 Anarcocomunismo: la experiencia aragonesa
4.3 Desarrollos posteriores a la Revolución rusa
4.3.1 Marxismo-leninismo, estalinismo y trotskismo
4.3.2 Comunismo de consejos
4.4 Nuevas corrientes comunistas
4.4.1 Austromarxismo
4.4.2 Socialismo autogestionario
5 Historia del movimiento comunista
5.1 La Primera Internacional
5.2 La Segunda Internacional
5.3 La Tercera Internacional
5.4 Los partidos comunistas a partir de la Revolución de Octubre
5.5 La Kominform
5.6 La Cuarta Internacional
5.7 Los partidos comunistas en el siglo XX
5.7.1 Los partidos comunistas después de la Segunda Guerra Mundial
5.7.2 Los partidos comunistas después de la caída de la URSS
6 Crítica al comunismo
6.1 Debate dentro del cristianismo
7 Véase también
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Comunismo (término sociológico)
Es cierto que uno y otro sistema hacen entrar en el terreno colectivo modalidades
de actividad que, según las concepciones individualistas, deberían corresponder al
terreno privado; y, sin duda, eso es lo que mayormente ha contribuido a la
confusión. Pero también en este punto hay una tajante oposición. Según el
socialismo, las funciones económicas propiamente dichas, es decir, las funciones
productoras de servicios (comercio e industria) deben estar organizadas
socialmente; pero el consumo debe seguir siendo privado. No hay, como hemos visto,
doctrina socialista que niegue al individuo el derecho de poseer y emplear como
guste lo que ha adquirido legítimamente. En el comunismo por el contrario, el
consumo es común y la producción sigue siendo privada. En la Utopía cada cual
trabaja por su lado, como quiere, y está obligado simplemente a no permanecer
ocioso. Cultiva su jardín, se ocupa de su oficio, como podría hacerlo en la
sociedad más individualista. No hay regla común que determine las relaciones de los
diferentes trabajadores entre sí, la forma en que esas actividades diversas deben
concurrir a los fines colectivos. Como cada cual hace lo mismo, o casi, no hay que
reglamentar ninguna cooperación. Sólo que lo que cada uno ha producido no le
pertenece. No puede disponer de ello a placer. Es preciso que lo aporte a la
comunidad, y sólo lo usa cuando ésta misma lo usa colectivamente. Entre estos dos
tipos de ordenación social hay, pues, la misma distancia que separa la organización
de ciertas colonias de pólipos de la de los animales superiores. En la primera,
cada uno de los individuos asociados caza por su cuenta, a título privado; pero lo
que atrapa va a parar a un estómago común y el individuo no puede tener su parte de
la riqueza común, es decir, su parte de comida, sin que toda la sociedad coma al
mismo tiempo. En cambio, entre los vertebrados, cada órgano está obligado, en su
funcionamiento, a adecuarse a reglas destinadas a armonizarlo con los otros; es el
sistema nervioso el que asegura este acuerdo. Pero cada órgano, y en cada órgano
cada tejido, y en cada tejido cada célula, se alimentan aparte, libremente, sin
depender para de los demás. Incluso cada una de las partes del organismo tiene su
alimentación especial. La distancia entre las dos concepciones sociales que con
tanta frecuencia se han emparejado no es menos considerable.6
El economista y sociólogo Max Weber parece coincidir con esta definición respecto
al llamado «comunismo doméstico», pero no respecto al comunismo en general. Para
Weber el término «socialismo» se puede usar a fines prácticos como una forma de
describir una forma "racional" de comunismo en la cual la producción y el consumo
de los individuos son también organizados en forma colectiva, mientras que en los
eventuales comunismos premodernos tanto la producción como el consumo son
individualmente libres pero su objetivo y origen, respectivamente, son siempre un
fondo colectivo común:
Entre los ejemplos históricos concretos de ordenamientos sociales que pueden ser
definidos propiamente como comunistas desde el punto de vista sociológico, se puede
contar a: el comunismo cristiano premoderno (el comunismo familiar de la Iglesia
católica primitiva), y el moderno (sistematizado por Tomás Moro y experimentado por
los Shakers de Mánchester,19 los Cavadores de Gerrard Winstanley y el propulsado
por el movimiento obrero de la Liga de los justos de Wilhelm Weitling),20 las
formas protocomunistas del mazdakismo persa,21 el comunismo feudal que llamó la
atención del último Marx22 (los Mir tradicionales rusos, los isleños escoceses de
St Kilda23), variantes secularizadas del comunismo religioso milenarista (Gabriel
Bonnot de Mably, Morelly) y movimientos no revolucionarios como el de las comunas
hippies y los kibbutz israelíes, entre otros.24 Mayoritariamente estas formas de
vida comunista no han dependido de una doctrina política que las establezca.