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JURISPRUDENCIA

Roj: SAP VA 653/2013 - ECLI: ES:APVA:2013:653


Id Cendoj: 47186370022013100153
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Valladolid
Sección: 2
Fecha: 08/05/2013
Nº de Recurso: 183/2013
Nº de Resolución: 156/2013
Procedimiento: PENAL - APELACION PROCEDIMIENTO ABREVIADO
Ponente: MARIA DE LOURDES DEL SOL RODRIGUEZ
Tipo de Resolución: Sentencia

AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2
VALLADOLID
SENTENCIA: 00156/2013
AUD.PROVINCIAL SECCION N. 2 de VALLADOLID
Domicilio: C/ ANGUSTIAS S/N
Telf: 983 413475
Fax: 983 253828
Modelo: SE0200
N.I.G.: 47186 43 2 2005 0211425
ROLLO: APELACION PROCTO. ABREVIADO 0000183 /2013
Juzgado procedencia: JDO. DE LO PENAL N. 4 de VALLADOLID
Procedimiento de origen: PROCEDIMIENTO ABREVIADO 0000036 /2012
RECURRENTE: ALLIANZ SA, MAPFRE EMPRESAS , FREMAP MUTUA DE ACCIDENTES DE TRABAJO Y
ENFERMEDADES PROFESIONALES DE LA SS Nº61 , Felipe , Florencio , Fructuoso
Procurador/a: JORGE RODRIGUEZ-MONSALVE GARRIGOS, JOSE MARIA TEJERINA SANZ DE LA RICA ,
CONSTANCIO BURGOS HERVAS , DAVID GONZALEZ FORJAS , CONSTANCIO BURGOS HERVAS , JOSE MARIA
TEJERINA SANZ DE LA RICA
Letrado/a: JOSE RODRIGUEZ-MONSALVE GARRIGOS, JOSE MARIA TEJERINA RODRIGUEZ , JOSE MARIA
TEJERINA RODRIGUEZ , JAVIER VALVERDE CARRASCO , JOSE MARIA TEJERINA RODRIGUEZ , JOSE MARIA
TEJERINA RODRIGUEZ
RECURRIDO/A: Salvadora , MINISTERIO FISCAL , Hilario
Procurador/a: JUAN ANTONIO DE BENITO GUTIERREZ, , JUAN ANTONIO DE BENITO GUTIERREZ
Letrado/a: , ,
SENTENCIA Nº156/2013
ILMOS. SRES. MAGISTRADOS:
D. FELICIANO TREBOLLE FERNÁNDEZ
D. MIGUEL ÁNGEL DE LA TORRE APARICIO
Dª Mª LOURDES DEL SOL RODRÍGUEZ
En VALLADOLID, a ocho de Mayo de dos mil trece.

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JURISPRUDENCIA

La Audiencia Provincial, Sección 2ª de esta capital ha visto en grado de apelación, sin celebración de vista
pública, el presente procedimiento penal, dimanante del JDO. DE LO PENAL número CUATRO de VALLADOLID,
por delito contra los derechos de los trabajadores y homicidio por imprudencia, seguido contra DON Felipe ,
representado por el Procurador Sr. González Forjas y asistido del Letrado Sr. Valverde Carrasco, DON Mateo
, representado por el Procurador Sr. Samaniego Molpeceres y asistido del Letrado Sr. Santos Urbaneja, DON
Florencio , representado por el Procurador Sr. Burgos Hervás y asistido del Letrado Sr. Tejerina Rodríguez,
DON Fructuoso , representado por el Procurador Sr. Tejerina Sanz de la Rica y asistido del Letrado Sr.
Tejerina Rodríguez, la entidad MAPFRE EMPRESAS, representado por el Procurador Sr. Tejerina Sanz de la
Rica y asistido del Letrado Sr. Tejerina Rodríguez, la entidad ALLIANZ S.A. representada por el Procurador Sr.
Rodríguez Monsalve y asistida del Letrado Sr. Rodríguez Monsalve, la entidad VEHICULOS PISUERGA, S.A.
(VEPISA), representada por el Procurador Sr. Samaniego Molpeceres y asistida del Letrado Sr. Santos Urbaneja
y la entidad FREMAP, representada por el Procurador SR. Burgos Hervas y asistida del Letrado Sr. Tejerina
Rodríguez, estando personados como ACUSACION PARTICULAR Doña Salvadora y otro, representados por el
Procurador Sr. De Benito Gutiérrez y asistidos por el Letrado Sr. Pellón Maroto, siendo partes, como apelantes
Don Florencio y la entidad FREMAP; Don Fructuoso y la entidad MAPFRE EMPRESAS; la entidad Allianz
S.A. y Don Felipe , siendo partes como apelados Doña Salvadora y otro, Don Mateo , la entidad Vehículos
Pisuerga S.A. (VEPISA) y el Ministerio Fiscal, habiendo sido Ponente el Magistrado Dª. Mª LOURDES DEL SOL
RODRÍGUEZ.

ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- El Juez del JDO. DE LO PENAL número CUATRO de VALLADOLID, con fecha 3 de Diciembre de 2012
dictó sentencia en el procedimiento de que dimana este recurso declarando probados los siguientes hechos:
"declara probado que sobre las 16:00 horas del día 27 de diciembre de 2005, Hilario , de cuarenta y siete
años de edad, mecánico electricista contratado por la entidad VEPISA SA, se encontraba desempeñando sus
funciones en el centro de trabajo sito en la localidad de Zaratán ( Partido Judicial de Valladolid). El Sr. Hilario
había de realizar una reparación consistente en la sustitución de un manguito del circuito de refrigeración del
vehículo Opel Corsa matrícula ....WWW . Para realizar dicha operación, resultaba preciso manipular la parte
inferior del automóvil, por lo que el Sr. Hilario utilizó el elevador, ubicado en la sección de chapa y pintura,
marca Cascos, modelo Valles, fabricado en 1987 con n° 8281, alzando el automóvil a una altura de 1,78m.
El dispositivo de bloqueo del brazo trasero izquierdo del elevador, que desempeña la función de impedir el
movimiento y posterior desestabilización y caída del vehículo bajo carga, se hallaba estropeado desde hacía
un mes, de manera que cuando el Sr. Hilario manipuló el vehículo, al no accionarse el sistema de bloqueo, el
vehículo se inclinó hacia la parte delantera y se desplomó encima del trabajador.
A consecuencia del aplastamiento, el Sr. Hilario padeció lesiones consistentes en politraumatismo que
provocaron su fallecimiento dos días después. En dicha fecha, se hallaba casado con Salvadora y tenían un
hijo, Bernardino , de catorce años de edad.
El equipo elevador carecía de certificado de adecuación y no había sido objeto de revisión ni reparación en
el año anterior al accidente. La última inspección realizada del equipo, databa de 1 de octubre de 2004, con
resultado de montaje "con reparos". Este riesgo de desplome o caída del aparato elevador no se encontraba
previsto en la evaluación de riesgos correspondiente al puesto de trabajo que desempeñaba el Sr. Hilario ,
ni en la correspondiente a los equipos de trabajo. En el centro de trabajo existían varios elevadores que eran
utilizados indistinta y regularmente por los mecánicos del centro de trabajo. Ese concreto elevador, había sido
utilizado por otros mecánicos del centro en el mes anterior al accidente del Sr. Hilario .
El Sr. Felipe era el jefe de taller de la sección de mecánica de dicho centro de trabajo, y el Sr. Fructuoso era
el jefe de taller de la sección de chapa y pintura. Ambos tenían asignadas las funciones de mantenimiento
y supervisión del estado y funcionamiento de la maquinaria del centro de trabajo y estaban facultados por
el Sr. Mateo , gerente de la empresa, para realizar reparaciones ordinarias en ella a través de la empresa
especializada y contratada a tal fin. El Sr. Felipe era el superior jerárquico del Sr. Hilario y realizaba las órdenes
de trabajo correspondientes al personal de la sección de mecánica, a la que se hallaba adscrito el fallecido.
La prevención de riesgos laborales en el centro de trabajo de Zaratán había sido contratada por el Sr. Mateo
con el servicio de prevención ajeno Fremap, quien designó para dichas funciones al técnico en materia de
prevención de accidentes, Sr. Florencio , autor del documento de evaluación de riesgos vigente a la fecha
del accidente, quien no había contemplado el riesgo de desplome del vehículo, por lo que no había propuesto
medida preventiva alguna en relación al mismo, ni en consecuencia, se habían adoptado.

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JURISPRUDENCIA

La mercantil VEPISA había concertado seguro de responsabilidad civil con la compañía aseguradora Allianz
en póliza n° 017200789 00004, en la cantidad máxima de 90.000E, que ha sido consignada el 16 de noviembre
de 2006.
La compañía FREMAP, había asegurado igualmente su responsabilidad civil en la compañía Mapire, en póliza
n° 0970570000752, con un límite indemnizatorio para la cobertura de explotación por víctima de 360.607,26E.
SEGUNDO.- La expresada sentencia en su parte dispositiva dice así:
"Que debo absolver y absuelvo a Mateo de los delitos objeto de acusación.
Que debo condenar y condeno a Felipe y Fructuoso , como autores de un delito contra la salud y seguridad de
los trabajadores en concurso ideal con un delito de homicidio imprudente ya definidos, sin la concurrencia de
circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de cinco meses de prisión, inhabilitación
especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por el tiempo de condena y multa de cinco meses con
una cuota diaria de cinco euros y la responsabilidad personal subsidiaria establecida en el art. 53CP por el
primer delito y la pena de un año y dos meses de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho
de sufragio pasivo por el tiempo de duración de la condena por el delito de homicidio imprudente.
Que debo condenar y condeno a Florencio como cooperador necesario de un delito contra la seguridad de
los trabajadores en concurso ideal con un delito de homicidio imprudente ya definido, sin la concurrencia
de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de cuatro meses de prisión e
inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por el tiempo de duración de la condena y
cuatro meses de multa con una cuota diaria de seis euros y la responsabilidad personal subsidiaria establecida
en el artículo 53 CP por el primer delito y la pena de un año de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio
del derecho de sufragio pasivo por el tiempo de duración de la condena por el delito de homicidio imprudente.
En concepto de responsabilidad civil, los condenados habrán de satisfacer de manera directa y solidaria la
suma de 102.483,64 E a Da Salvadora y de 42.701,51E a D. Bernardino , con aplicación de los intereses
previstos en el art. 576LEC .
De dichas indemnizaciones responderán de manera directa y solidaria las compañías Allianz, con un límite
de 90.000E y Mapfre, y subsidiariamente las mercantiles VEPISA SA y FREMAP. Las compañías aseguradoras
habrán de satisfacer el interés moratorio.
Se imponen las costas a los acusados por partes iguales, incluidas las devengadas por la actuación particular
una vez deducida la cuarta parte."
TERCERO.- Notificada mencionada sentencia, contra la misma se formalizaron recursos de apelación por las
representaciones procesales de Don Florencio y la entidad FREMAP; Don Fructuoso y la entidad MAPFRE
EMPRESAS; la entidad Allianz S.A. y Don Felipe , que fue admitido en ambos efectos y practicadas las
diligencias oportunas y previo emplazamiento de las partes, fueron elevadas las actuaciones a este Tribunal y
no habiéndose propuesto diligencias probatorias, al estimar la Sala que no era necesaria la celebración de la
vista para la correcta formación de una convicción fundada, quedaron los autos vistos para sentencia, previa
deliberación.
CUARTO.- Como fundamentos de impugnación de la sentencia, se alegaron sustancialmente los siguientes:
- Error en la apreciación de las pruebas
- Infracción de precepto legal

HECHOS PROBADOS
Se admiten y esta Sala hace propios los hechos declarados probados por la sentencia de instancia, en lo
sustancial, excepto en el inicio del párrafo cuarto, donde se indica "El Sr. Felipe era el jefe de taller de la
sección de mecánica de dicho centro de trabajo, y el Sr. Fructuoso era el jefe de taller de la sección de chapa
y pintura", que se sustituye por "Don Felipe era el jefe de taller, que estaba dividido en dos departamentos,
el de mecánica, que estaba bajo las órdenes directas del Sr. Felipe , y el de chapa y pintura, del que era jefe
el Oficial 1ª don Fructuoso ".

FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Contra la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número Cuatro de Valladolid, se interponen
recursos de apelación por las representaciones de Don Florencio y FREMAP, Don Fructuoso y MAPFRE
Empresas, la aseguradora Allianz y Don Felipe , debiendo hacerse referencia con carácter previo a la alegación

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JURISPRUDENCIA

de este último que interesa la declaración de nulidad del juicio oral, indicando que en el mismo no se preguntó
a los acusados previamente sobre los extremos contenidos en los artículos 689 y siguientes de la Ley de
Enjuiciamiento criminal y tampoco a los testigos sobre el contenido del artículo 708 del mismo texto legal .
El artículo 238.3º de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que "los actos procesales serán nulos de
pleno derecho... cuando se prescinda de normas esenciales del procedimiento, siempre que, por esa causa,
haya podido producirse indefensión" y, de la revisión de la grabación de la vista oral se desprende que no es
absolutamente ajustado a lo ocurrido lo alegado por el recurrente. Es cierto que en el supuesto del acusado
Sr. Fructuoso la Magistrada que presidía la vista únicamente le preguntó si quería declarar, contestando
éste afirmativamente e iniciándose entonces su interrogatorio, y es en el turno final del Letrado que ejercía su
defensa cuando éste le preguntó, haciendo referencia a que no había sido interrogado sobre este extremo, si
se reconocía o no autor de los hechos por los que había sido acusado, y en los sucesivos interrogatorios de
los demás acusados sí fueron interrogados sobre este punto e instruidos del contenido de sus derechos. Por
lo que se refiere a los testigos, sí fueron advertidos de su obligación de decir verdad y de las consecuencias de
la infracción de este deber y, al inicio de sus interrogatorios se les preguntó sobre el lugar en el que trabajaban
el 27 de Diciembre de 2005 y si continuaban o no prestando allí sus servicios. No se formuló protesta alguna
por ninguno de los intervinientes, ni siquiera por quien ahora interesa la declaración de nulidad del juicio, que
no se dirigió a la Magistrada que presidía el acto para interesar que se formularan a los acusados y testigos
las advertencias y preguntas cuya ausencia denuncia en este momento por estimar que pueden provocar la
nulidad de la vista oral. Por tanto, la falta de alguna de las preguntas iniciales afectó únicamente a uno de los
acusados y fue salvada por su Letrado en el interrogatorio, y los practicados a los testigos se han realizado
de forma correcta por las advertencias iniciales de la Magistrada y las preguntas previas de quien iniciaba el
interrogatorio. De todo ello se desprende que, aunque se estimara la existencia de alguna mínima irregularidad
en dicha práctica, ésta en ningún caso ha generado indefensión, porque ninguna protesta o petición se hizo
en dicho acto y porque todos los testigos habían sido ya interrogados en fase de instrucción, por lo que las
partes conocían su relación con los hechos objeto de enjuiciamiento, por lo que procede la desestimación de
la declaración de nulidad instada por la representación de Don Felipe .
SEGUNDO.- En el recurso formulado por Don Fructuoso y MAPFRE Empresas se indica que hay un error en
la sentencia al señalarse que el Sr. Fructuoso era Jefe de Taller, error que se apunta también por el Ministerio
Fiscal en su escrito de impugnación y que se corrige en este acto en la modificación de la narración de hechos
probados antes realizada. Es cuestión que no ha sido controvertida que el taller de VEPISA está dividido en
dos departamentos o secciones, de un lado, la de mecánica, de la que es jefe el Sr. Felipe , y de otro, la de
chapa y pintura, de la que es jefe el Sr. Fructuoso , siendo Jefe general del taller el Sr. Felipe , perteneciendo el
fallecido Don Hilario a la sección de mecánica, por lo que su Jefe inmediato era el Sr. Felipe , y encontrándose
el elevador en el que se produjo el siniestro en la zona de chapa y pintura, por lo que en estos términos se ha
realizado la modificación de la narración fáctica de la resolución de instancia.
Los recursos de apelación de Don Florencio y FREMAP, Don Fructuoso y MAPFRE Empresas y Don Felipe
parten de la existencia de un error en la valoración de las pruebas por estimar que, conforme a las practicadas
en la instancia, la causa de la caída del vehículo sobre el trabajador que finalmente falleció no fue un defecto
del aparato elevador sino una mala colocación del vehículo sobre el mismo.
Con carácter previo debe indicarse que es reiterada la doctrina constitucional, que exige que la condena
penal impuesta se funde en distintos actos de prueba, obtenidos con estricto respeto de los Derechos
Fundamentales y practicados en Juicio Oral, bajo la vigencia de los principios de igualdad, contradicción,
inmediación y publicidad, y que la actividad probatoria sea suficiente para generar en el Tribunal o Juzgado
la evidencia de la existencia, no sólo de un hecho punible, sino también de la responsabilidad penal que en él
tuvo el acusado, pues la inocencia ha de entenderse en el sentido de no autoría, no producción del daño o no
participación en él ( Sentencias del Tribunal Constitucional 150/1989 , 139/1991 y 76/1993 entre otras).
Por otra parte, dado que se viene a invocar como motivo el de error en la apreciación de la prueba, debe
recordarse que es pacífica la Jurisprudencia en el sentido de que, cuando la cuestión debatida por la vía del
recurso de apelación es la valoración de la prueba llevada a cabo por el Juzgador de la instancia, en uso
de la facultad que le confieren los Art. 741 y 973 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y sobre la base de
la actividad desarrollada en el Juicio Oral, la observancia de los principios de inmediación, contradicción y
oralidad a que esa actividad se somete, conducen a que, por regla general, deba reconocerse singular autoridad
a la apreciación de las pruebas hecha por el Juez en cuya presencia se practicaron, siendo este Juzgador y
no el de alzada, quien goza de la privilegiada y exclusiva facultad de intervenir en la práctica de las pruebas
y de valorar correctamente su resultado. Por ello, para que el Tribunal de la segunda instancia pueda variar
los hechos declarados en la primera, se precisa que, por quien se recurra, se acredite que así procede por
concurrir alguno de los siguientes casos: Inexactitud o manifiesto error en la apreciación de la prueba; que el

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JURISPRUDENCIA

relato fáctico sea oscuro, impreciso, dubitativo, ininteligible, incompleto, incongruente o contradictorio en sí
mismo o cuando haya sido desvirtuado por probanzas practicadas en segunda instancia.
Ninguna de estas irregularidades pueden apreciarse en la resolución de instancia, en la que la Juez considera
acreditada la existencia de defectos en el aparato elevador de vehículos existente en la sección de chapa y
pintura mediante las pruebas testificales practicadas y las periciales de la Inspectora de Trabajo (Doña Brigida
) y del técnico de la Unidad de Seguridad y Salud Laboral (Sr. Federico ), aunque se aluda a éste último como
Inspector de Trabajo.
Aunque la representación del Sr. Florencio y FREMAP estime en su recurso que la sentencia se ha dictado
atendiendo únicamente a las pruebas practicadas en fase de instrucción y no a las realizadas en el plenario, lo
cierto es que en la grabación de dicho acto se aprecia que los testigos manifestaron lo que la sentencia indica,
y así el Sr. Hernan , chapista en VEPISA en aquél momento, indicó que él había detectado problemas en uno
de los brazos del elevador, que llevaba un tiempo con problemas, pronunciándose en idéntico sentido el Sr.
Justo , mecánico de VEPISA que continúa allí prestando sus servicios, que precisó que antes del accidente
faltaba una goma de la pata delantera derecha el elevador (tomando siempre como referencia la posición en
la que fue colocado el vehículo en el elevador) y que no funcionaba el freno del brazo trasero izquierdo, que
podía llevar en esa situación un mes y pico o dos meses y que se veía a simple vista al subir el coche y en
este mismo sentido se pronunció Don Melchor , chapista en aquél momento en VEPISA, que ratificó que el
elevador tenía un brazo mal ya que uno de los frenos estaba mal. La conclusión de la Juzgadora de instancia
sobre la existencia de ese fallo en el brazo del elevador antes de la caída del vehículo no es por tanto ilógica ni
irracional, sino que por el contrario, es acorde al resultado de las pruebas practicadas en el juicio oral y se vio
asimismo ratificada esencialmente por la prueba pericial del técnico de la Unidad de Seguridad y Salud de la
Junta de Castilla y León, Don. Federico (que es Ingeniero Industrial según manifestó en el plenario) y que es el
primero de los técnicos que acude al lugar del siniestro, puesto que lo hace horas después de haber ocurrido
éste, y señaló en su informe y ratificó en el plenario que había una avería en el brazo trasero izquierdo del
vehículo, que no funcionaba y que él estimaba (aunque sin poder precisar desde cuando) que no era una avería
que se hubiera producido inmediatamente antes de la caída, puesto que los demás brazos tenían el vástago
con resorte brillante mientras que el correspondiente al brazo trasero izquierdo estaba oxidado, lo que indica
que llevaba ya tiempo sin funcionar, que podrían ser meses, y que tampoco estaba engrasado. De todo ello se
desprende que la conclusión que alcanza la sentencia de instancia respecto del defectuoso funcionamiento
del brazo trasero izquierdo del elevador no es ilógica ni arbitraria, sino consecuencia de una correcta valoración
de la prueba.
Respecto a la relación entre este defecto en el brazo del elevador y la caída del vehículo, la sentencia de
instancia acoge los argumentos del informe del técnico de la Unidad de Seguridad y Salud, que ratificó su
informe en el juicio oral y explicó, a reiteradas preguntas de las partes, por qué estimaba que la causa de la
caída del vehículo fue el fallo del sistema de inmovilización del brazo trasero izquierdo y no una defectuosa
colocación del brazo delantero izquierdo en el vehículo por parte del trabajador fallecido. Don. Federico ya
indicó que cuando él llegó al taller le dijeron que el coche que había caído había sido mal colocado sobre
el brazo delantero izquierdo, pero señaló que la única explicación racional y técnica que él encontraba para
la caída del vehículo era que al no estar bloqueado el lado trasero izquierdo y ser bamboleado el vehículo al
ejecutar el Sr. Hilario las maniobras precisas para extraer el manguito, la caída se produce hacia delante
porque se trata de un vehículo con tracción delantera que concentra un 60 ó 70% de su peso en el eje delantero,
mientras que si lo que hubiera ocurrido fuera una defectuosa colocación del brazo delantero izquierdo en
el turismo, al soportar la mayor parte del peso del vehículo el borde delantero derecho por ser de tracción
delantera, se habría roto el brazo delantero derecho.
En el recurso de la representación del Sr. Florencio y FREMAP, al que se adhirió en este punto el del Sr.
Fructuoso y MAPFRE empresas, se presentan unos esquemas sobre el centro de gravedad del vehículo y su
posible comportamiento al ser manipulado por el trabajador que parten de las valoraciones realizadas por
los peritos Sr. Luis Pedro y Sr. Victor Manuel , que concluyen que la caída obedeció exclusivamente a una
defectuosa colocación del brazo delantero izquierdo en el automóvil. Pero hay un elemento que, como se
ha indicado anteriormente, se ha estimado correctamente acreditado de forma indubitada, que es el defecto
existente en el freno del brazo trasero izquierdo del elevador, y respecto de éste, el perito Don. Luis Pedro ,
como se indica en el escrito de impugnación del Ministerio Fiscal, señaló en el juicio oral que él no recordaba
haber apreciado ningún fallo en ningún otro brazo mas que el desprendimiento del taco de goma del brazo
delantero derecho, y que por eso él en su informe no ha contemplado ese posible defecto. Por tanto, además
de los criterios indicados por la Juez de instancia en el último párrafo del Fundamento Primero de la sentencia
para otorgar mayor fiabilidad al informe pericial del técnico de la Unidad de Seguridad y Salud, ha de tenerse
en cuenta que el informe Don. Luis Pedro (e indirectamente el Don. Victor Manuel , que acudió por primera
vez al taller el día 3 de Septiembre de 2009, casi cuatro años después de haber ocurrido el siniestro, por lo que,

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JURISPRUDENCIA

como se indica en su informe, tiene en consideración los datos del emitido por Don. Luis Pedro ) parte de un
dato objetivo erróneo, y que además señaló que si el vehículo hubiera estado apoyado sobre los cuatro brazos,
si no funcionara uno de los frenos el turismo no habría caído "excepto que se moviera" el automóvil, lo que sí
se hizo dentro de los trabajos precisos para la retirada del manguito del circuito de refrigeración, que como
quedó claro en el plenario exige el movimiento en vaivén del vehículo. Por todo ello, la valoración realizada
por la Juez de instancia en cuanto a la causa de la caída del vehículo sobre el trabajador es correcta, lógica
y ajustada a la prueba que se practicó ante ella.
TERCERO.- En relación con la condena del Jefe de Taller Sr. Felipe y del encargado de la sección de chapa
y pintura Sr. Fructuoso , la sentencia de instancia estima que son autores de un delito contra la seguridad
de los trabajadores de los artículos 317 y 318 del Código Penal en concurso ideal de delitos con un delito de
homicidio por imprudencia grave del artículo 142.1 del mismo texto legal , estimando la sentencia que ambos
tienen la posición de garantes. Frente a esta consideración, en el recurso del Sr. Fructuoso se señala que
éste no tenía conocimiento del fallo del brazo del elevador y que, además, había una empresa encargada del
mantenimiento de los elevadores, y en el recurso del Sr. Felipe se indica que no hay una orden escrita a Don
Hilario por parte del Sr. Felipe en relación con el trabajo que iba a ejecutar y que el accidente se produjo
en un elevador de la sección de chapa y pintura, respecto del que el Sr. Felipe desconocía su estado al no
encontrarse en la sección de Mecánica del taller.
Como se indicó con anterioridad, son hechos no controvertidos que el Jefe de taller era el Sr. Felipe y que la
actividad del taller estaba dividida en la sección de mecánica, de la que era encargado directo el Sr. Felipe , y
la de chapa y pintura de la que era encargado el Sr. Fructuoso . El fallecido era mecánico y por tanto estaba
bajo la supervisión del Sr. Felipe pero el siniestro se produjo en un elevador que estaba en la sección de chapa
y pintura.
Respecto al conocimiento que estos dos acusados pudieron tener en relación con la existencia de una
deficiencia del brazo izquierdo del elevador, la sentencia de instancia no estima suficiente la declaración del Sr.
Felipe , entonces trabajador de VEPISA, para considerar acreditado que se comunicara a estos dos condenados
la existencia de las deficiencias, pero lo cierto es que, según el informe del técnico de la Unidad de Seguridad
y Salud al que la sentencia de instancia ha otorgado mayor credibilidad por los motivos ya expuestos, por
los signos externos que apreció el técnico en el brazo del elevador, se considera que la avería no se había
producido inmediatamente antes del accidente, sino que llevaba necesariamente un tiempo prolongado, que
podía ser de meses, aunque el perito no pudo concretarlo, y ello es coherente con lo indicado en el plenario
por el testigo Don. Justo , que continúa trabajando en la actualidad en VEPISA y que indicó que si bien él no
comunicó la avería a ninguno de los jefes ni con los compañeros, era algo conocido por todos, que lo tenían
"como asumido".
Como señaló el Ministerio Fiscal en el escrito de impugnación, las órdenes por parte del Sr. Felipe al fallecido
no tenían que ser necesariamente escritas, por lo que es irrelevante que no esté su firma en el "bono de trabajo"
del accidentado relativo al día en el que ocurrió el siniestro (folio 385) pero es obvio que sí le encomendó la
ejecución de esta reparación puesto que la misma, según el bono reseñado, cubría prácticamente todas las
horas laborables de ese día, desenvolviéndose los trabajos a la vista de cualquiera, incluidos los realizados con
el elevador averiado, puesto que según han detallado no había separación física de los servicios de mecánica
y chapa y pintura.
Concurre por tanto, en relación con el Sr. Felipe y con el Sr. Fructuoso , la posición de garantes en relación con
las medidas de seguridad en el trabajo, puesto que el primero era el jefe de taller y el segundo el jefe de chapa
y pintura que es donde se ubicaba el elevador, y tenía bajo su supervisión las máquinas, incluido el elevador, y
además el Sr. Fructuoso comunicaba al Sr. Felipe si las máquinas precisaban reparaciones, que si excedían
de las ordinarias debían ser consultadas con el Sr. Mateo . Como se indica en la sentencia impugnada, en el
Libro de Inspecciones del elevador que obra en los folios 92 y siguientes, consta que el mismo tenía que pasar
una inspección periódica anual, y la última antes del accidente fue el día 1 de Octubre de 2010 (indicándose
que la pasó "con reparos") pasando la siguiente con posterioridad al siniestro, el día 16 de Enero de 2006, y
señalándose además en relación con el elevador de dos columnas como el que nos atañe, que precisaba unas
operaciones de engrase semanales, mensuales y trimestrales, en función de la parte de la máquina de la que
se tratara, engrase que el Sr. Fructuoso indicó que él era quien lo llevaba a cabo y que obviamente en este
supuesto no se realizó con la periodicidad exigida, puesto que en otro caso no se habría producido la oxidación
en el freno del brazo trasero izquierdo que fue apreciada por el técnico de la Unidad de Seguridad y Salud.
Por tanto, la valoración que hace la resolución de instancia respecto a que tanto el Sr. Fructuoso como el
Sr. Felipe eran conocedores de la avería del elevador es ajustada al resultado de las pruebas practicadas,
como es también correcta la calificación jurídica que realiza, incluida la aplicación del artículo 318 del Código
Penal , puesto que la referencia del precepto a "administradores o encargados del servicio" que conociendo

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JURISPRUDENCIA

-los hechos previstos en los artículos de ese título- y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado medidas
para ello" implica la inclusión en el ámbito de responsabilidad en concepto de autor de que cualquiera que
ostente funciones de mando o dirección y que pueden ser tanto superiores, intermedias o de mera ejecución,
respondiendo en función de sus atribuciones en relación con la seguridad, atendiendo a su posición de garante
en relación con este hecho concreto, de tal forma que se incrimina a las personas concretas que pueden tener
a su cargo el deber de garantizar la seguridad y la salud en el trabajo que pesa sobre la empresa, como son los
Sres. Felipe y Fructuoso en quienes el Sr. Mateo , gerente de la empresa y que resultó absuelto en la sentencia
de instancia, había delegado y que eran quienes tenían la posibilidad de controlar que el mantenimiento del
elevador ser hiciera en la forma indicada por el fabricante en sus instrucciones así como parar la actividad del
elevador ante el supuesto de una avería, por lo que respecto de los Sres. Felipe y Fructuoso se considera
ajustada a Derecho también la calificación jurídica realizada por la sentencia de instancia.
CUARTO.- En relación con el Sr. Florencio , que era el técnico en materia de prevención de accidentes
designado por FREMAP, servicio de prevención ajeno contratado por el gerente de VEPISA, se insiste por
su Defensa en el escrito de recurso en que entre la documental aportada con el escrito presentado el 26
de Enero de 2010 ante el Juzgado de Instrucción, se encuentra el análisis del riesgo de este equipo de
trabajo así como sus medias correctoras. Efectivamente consta en los folios 591 y siguientes el escrito
presentado por esa representación al que se adjuntaron unos documentos, en primer lugar, el "Análisis y
Evaluación de la Condiciones del Puesto de Trabajo" para el puesto de Mecánico- Electricista, evaluación
realizada el 6 de Agosto de 2001, en el que en relación con los "equipos de trabajo utilizados" se indica entre los
"Factores de riesgo" en su punto 3 la "caída de objetos y desplome en la utilización de los equipos elevadores",
proponiéndose una serie de medidas que se refieren fundamentalmente a la información y formación de los
trabajadores, con entrega a éstos del manual de uso de los equipos de trabajo, así como una serie de medidas
para un correcto uso de los equipos. Se indica en ese escrito que como documento numero dos se adjunta
el "cambio de formato, en la evaluación" de fecha 7 de marzo de 2005 en el que "se refunde el plan inicial de
2001 y se refunden los factores de riesgo, con un formato actual".
Consta en los folios 362 y siguientes el Plan de Prevención elaborado por FREMAP (Sr. Florencio ) el 2 de
Junio de 2004 que, en el apartado de "evaluación de riesgos" en relación con el análisis de riesgos de los
equipos de trabajo (que es donde en la evaluación de 2001 se hacía referencia al riesgo de desplome de
aparatos elevadores) se indica que su implantación corresponde al S.P.A. (Servicio de Prevención Ajeno) y que
se encuentra "en curso", y consta en los folios 177 y siguientes el Plan de Prevención elaborado pro FREMAP
(Sr. Florencio ) el 7 de Septiembre de 2005 (que según indica corresponde al periodo 2005/2007) en el que,
en el apartado de "evaluación de riesgos" en relación con el análisis de riesgos de los equipos de trabajo se
indica que su implantación corresponde al S.P.A. (Servicio de Prevención Ajeno) y que se encuentra "en curso",
por lo que la revisión anual del Plan no modifica la de 2004, y en cuanto al análisis de riesgo de los equipos de
trabajo (entre los que se encontraban los elevadores según la evaluación de 2001), no hay por tanto evaluación
en el Plan de Prevención ya que ésta se encuentra "en curso".
El análisis y evaluación del puesto de trabajo de mecánico electricista realizada en Marzo de 2005 (folio 594
a 597) en relación con los equipos de trabajo y las "condiciones peligrosas de los equipos a utilizar" si bien
se indica en "equipos auxiliares" que se hace uso de elevadores mecánicos, no se contempla ningún riesgo
derivado de la posible caída en el uso de aparatos elevadores, ni se propone por tanto ninguna medida de
protección de los trabajadores al no contemplarse el riesgo.
En relación con el "Análisis de riesgos en Equipos de Trabajo", que se refiere al "Elevador 2C 2,5 TM" con número
de inventario 220045, que consta en el folio 599 y que se aportó como documento D por la Defensa del Sr.
Florencio ante el Juzgado de Instrucción, y que dicha representación estima que es el que acredita que sí que
se había realizado dicha evaluación, debe tenerse en cuenta que el mismo constaba ya en el folio 83 en original,
en el que constan no solamente la firma del Sr. Florencio y el sello de FREMAP sino también el sello de la
empresa (que no constaba en la copia aportada al folio 599), que es el destinatario natural de dicho documento,
precisamente para que la empresa pueda tomar conocimiento de las medidas que el técnico propone que
se realicen, habida cuanta de que la valoración del equipo se marca como "deficiente", y se estima que la
empresa debe realizar en relación con el mismo tanto modificaciones mecánicas en los pulsadores, como las
modificaciones para su adecuación al R.D. 1215/97. Este análisis no se incluyó en el plan de prevención ni en
la evaluación de riesgos del puesto de trabajo ni en la de los equipos de trabajo realizada en Marzo de 2005,
así se recoge además en el Acta de la Inspección de Trabajo que obra en los folios 43 y siguientes y en la que
consta que en la visita girada por la Inspectora se encontraba el Sr. Florencio presente.
En el folio 95 consta el informe emitido por el Servicio de Prevención Ajeno en relación con el accidente
que es objeto de enjuiciamiento y que ha sido realizado por el Sr. Florencio , y se señala como "medidas
preventivas para evitar su repetición" el realizar un mantenimiento adecuado de los equipos de trabajo, formar

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JURISPRUDENCIA

e informar a los trabajadores sobre los riesgos de su puesto de trabajo así como de lo recogido en el manual
de instrucciones de las máquinas. De ello se deriva que es a partir del momento en el que se produce el
accidente cuando el técnico estima que hacen falta medidas preventivas correcta para evitar que vuelva a
repetirse el mismo siniestro, lo que no incluyó en el la evaluación de riesgos, ni en el análisis de riesgos del
puesto de trabajo ni tampoco en el análisis de riesgos en el equipo de trabajo que aportó y consta en el folio
599 y 83 en original. Si hay una referencia en la Evaluación de riesgos por Secciones (condiciones materiales)
de VEPISA realizada por FREMAP el 7 de Marzo de 2005, que en el folio 81 vuelto hace una referencia a los
"aparatos y equipos de elevación", indicando como factor de riesgo que "alguno de los elevadores de vehículo
carece de la protección de las partes móviles de las columnas de elevación", recibiendo la calificación de
"deficiente" y proponiéndose como media el "revisar y proteger todos los elevadores para que no quede al
descubierto ninguna zona de posible atropamiento", sin que se haga ninguna referencia al riesgo derivado del
mantenimiento y conservación del propio aparato elevador ni a la precisa formación de los trabajadores en
este punto.
Por tanto, ni el riesgo estaba evaluado cuando ocurrió el accidente ni el análisis del equipo de trabajo era
completo, puesto que ninguna referencia se hizo a la necesidad de unas medidas de mantenimiento adecuado
del equipo elevador, ni tampoco se hizo referencia a que los trabajadores recibieran formación e información
sobre esta máquina, y por ello, aunque hayan recibido, según consta en la documental obrante en autos y
se asume en la sentencia, formación e información, éstas no pudieron recaer sobre riesgos que no estaban
evaluados ni sobre aspectos de los equipos que no habían sido tampoco valorados.
El artículo 4.1 del Real Decreto 39/1997 por el que se aprueba el reglamento de los servicios de prevención,
exige que se haga una evaluación suficiente y adecuada, entendiendo por tal la que se extiende a cada uno
de los puestos de trabajo, sin que sean admisibles evaluaciones genéricas, ya que deben estar referidas al
proceso productivo de cada empresario en particular, de tal forma que el servicio de prevención debe hacer
las advertencias necesarias para que se modifique el método de trabajo en el supuesto de que de éste se
derive algún riesgo para los trabajadores. Esta falta de evaluación del riesgo ha llevado a que las medidas que
tras el accidente se consideraron necesarias para evitar que una situación igual pudiera repetirse no fueran
adoptadas con anterioridad, y éstas tienen relación directa con la producción del siniestro, puesto que abarcan
un aspecto que se ha estimado fundamental para el accidente, el defecto en su mantenimiento, así como una
deficiente formación e información del trabajador que no pudo serlo respecto de este riesgo al no haber sido
el mismo evaluado, por ello se estima que la sentencia de instancia es correcta
Indica la representación del Sr. Florencio y FREMAP que la referencia que se hace en el Fundamento de
Derecho Quinto a la condición de cooperador necesario del Sr. Florencio no es correcta, impugnación que sí
debe ser estimada en esta resolución porque la conducta del Sr. Florencio es autónoma respecto de la llevada
a cabo por los Sres. Felipe y Fructuoso , se trata de acciones diferentes que infringen obligaciones diversas
y que nace de posiciones distintas en relación con el trabajador y con las causas del siniestro, por lo que ha
de estimarse que los tres condenados lo son como autores materiales del hecho.
QUINTO.- En el juicio oral se solicitó por las Defensas la estimación de la atenuante de dilaciones indebidas,
actualmente recogida en el artículo 21.6 del Código Penal , petición que no fue acogida en la sentencia de
instancia y que se reitera en los escritos de apelación formulada por el Sr. Florencio y FREMAP y por el Sr.
Fructuoso y MAPFRE Empresas.
En relación con la citada circunstancia, la STS de 26 de Marzo de 2013 indica que "esta Sala viene admitiendo
con onerosa flexibilidad la ponderación de la posible concurrencia de la atenuante de dilaciones indebidas, en
ausencia de un relato fáctico que precise los periodos de paralización que hayan afectado a la causa. Como
toda circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal, su aplicación exige un juicio de subsunción que
requiere como presupuesto la descripción de los elementos factuales que hacen posible la degradación de
la responsabilidad criminal. Aligerando al máximo los requisitos formales, podría entenderse colmada esta
exigencia, cuando menos con una cita en los antecedentes de hecho de los periodos de interrupción que
luego han de ser valorados como lesivos del derecho a un proceso sin dilaciones indebidas" y en relación con
el presente procedimiento no puede considerarse que haya existido una paralización como tal de la causa,
ni que el transcurso de siete años entre la producción del siniestro y el dictado de la presente resolución
haya obedecido a maniobras obstativas de las representaciones de los acusados o de los llamados como
responsables civiles. Se trata de un procedimiento en el que se dictaron en fase de instrucción dos autos de
sobreseimiento que fueron objeto de apelación y en el que además por parte del Juzgado de Instrucción se ha
practicado una extensa prueba documental y testifical con el fin de determinar la forma en la que el siniestro
se produjo. No hay por tanto una paralización indebida el proceso pero sí es evidente que ha transcurrido
un dilatado lapso de tiempo entre el accidente y su enjuiciamiento, lo que lleva a que sin poder concretar
periodos de tiempo de paralización injustificada de la causa (porque no los ha habido) se estime que el tiempo

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JURISPRUDENCIA

transcurrido entre el hecho y la vista oral es excesivo, por lo que ha de apreciarse la atenuante solicitada con
el carácter de simple y, en consecuencia, concretar la pena en su límite inferior.
SEXTO.- Por lo que se refiere al recurso de la entidad Allianz, es por primera vez en éste donde se refiere por la
aseguradora que el siniestro está excluido de la cobertura de la póliza. En este punto debe tenerse en cuenta
con carácter previo que esta alegación ha de calificarse como extemporánea, puesto que ni en el momento
de su personación, ni cuando hizo la consignación de los 90.000 euros, ni cuando manifestó que la misma no
era para pago a la viuda e hijo del fallecido, ni en su escrito de conclusiones ni en el plenario hizo referencia
a que el riesgo no estuviera cubierto. La alegación en el escrito de interposición del recurso de apelación
implica sustraer esta cuestión de la posibilidad de práctica de prueba, que además dicha cuestión no pueda
ser sometida a contradicción y que, además, en relación con la misma no opere el principio de doble instancia
puesto que la única respuesta que podría darse a dicha cuestión a través de esta resolución no admite recurso
ordinario alguno, por lo que las demás partes se verían privadas de la posibilidad de realizar alegaciones y, en
su caso, de formular recurso contra lo resuelto.
Si lo anterior sería suficiente para desestimara la argumentación de la recurrente en este punto, debe además
considerarse en cuanto al fondo, que de la lectura de la póliza obrante en autos se desprende que este riesgo sí
estaba cubierto. En la póliza (folio 221) se indica en el punto 3º.5.B.3.c) entre las "obligaciones no aseguradas"
las derivadas de daños y perjuicios sufridos por "los bienes de cualquier género que sean propiedad o estén
en posesión de... c) empleados en nómina del asegurado y personas que, de hecho o de derecho, dependan
de él, mientras actúen en el ámbito de dicha dependencia", se refiere por tanto a bienes que sean propiedad
o estén en posesión de los empleados, mientras que el artículo 3º.5.A.1.6 incluye entre la obligación de
"indemnizar a un tercero los daños y perjuicios causados por el Asegurado a consecuencia directa de...
Responsabilidad civil Patronal, entendiéndose por tal, la que para el Asegurado resulte de lesiones o muerte
sufridas por empleados a su servicio como consecuencia de un accidente de trabajo que reúna las siguientes
características..." detallando las tres que se ajustan a lo acreditado en este proceso: el incumplimiento por parte
del asegurado de alguna obligación en materia de seguridad e higiene, la relación entre dicho incumplimiento y
el accidente (extremos que han resultado acreditados conforme a lo indicado en los Fundamentos anteriores)
y la existencia de un procedimiento sancionador ante el INSS o un Juzgado de lo Social (del que hay testimonio
en autos, incluyéndose las sentencias de ambas instancias). En definitiva, ni por lo extemporáneo de la
alegación ni por el fondo de la misma, a la vista de la documental obrante en autos, puede ser acogido este
motivo de recurso.
SÉPTIMO.- Se impugna también por la aseguradora la imposición de los intereses del artículo 20 de la Ley de
contrato de Seguro , indicando que han obrado de buena fe al consignar el 11 de Noviembre de 2006 (folio 243)
los 90.000 euros que se fijan como límite de su cobertura. En dos ocasiones (folios 243 y 258) la aseguradora
contesta al requerimiento del Juzgado y manifiesta que dicha consignación no es para su entrega a la viuda e
hijo del fallecido, sino que lo es para "garantizar el pago", especificando que la cantidad consignada no debe
ser entregada a la perjudicada.
Considera la entidad recurrente que en este supuesto es aplicable la exclusión prevista en el número octavo
del artículo 20 de la Ley de Contrato de Seguro , que establece no habrá lugar a la indemnización por mora del
asegurador cuando la falta de satisfacción de la indemnización o de pago del importe mínimo esté fundada en
una causa justificada o que no le fuere imputable, estimando la aseguradora que concurrían "fundadas dudas
de hecho y de derecho sobre la cobertura de la compañía" y la existencia de otras aseguradoras como posibles
obligadas, de tal forma que si ambas entidades hubieran consignado el límite de sus coberturas se hubiera
producido un enriquecimiento sin causa en los perjudicados.
No pueden ser estimadas estas argumentaciones, en primer lugar porque, como se indicó en el Fundamento
anterior en relación con la falta de cobertura, no habría tan fundadas dudas de hecho y de derecho sobre
la cobertura cuando no es hasta el momento de la apelación cuando la aseguradora señala que el siniestro
quedaba fuera de la cobertura, alegación que además ha sido desestimada en el Fundamento anterior de esta
resolución, por lo que ningún carácter justificativo puede atribuírsele.
Como indica la STS de 11 de Diciembre de 2006 la razón del mandato legal radica en impedir que se utilice
el proceso como excusa para dificultar o retrasar el pago a los perjudicados, habiendo indicado la STS de 19
de Mayo de 2011 que la única consignación que tiene efectos liberatorios respecto del pago de intereses es
la que se hace para el pago a los perjudicados y, como se ha detallado anteriormente, en dos ocasiones se
opuso la aseguradora al abono de la cantidad consignada a los perjudicados, por lo que dicha consignación
no tiene efecto liberatorio respecto de los intereses, sin que tenga consistencia alguna la posible existencia de
un enriquecimiento sin causa de los perjudicados en el supuesto de que la otra aseguradora hubiera realizado
otra consignación, puesto que esa hipótesis no se ha producido, por lo que procede también la confirmación
de la resolución impugnada en este punto.

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JURISPRUDENCIA

OCTAVO.- Conforme a lo dispuesto en los artículos 239 y siguientes de la LECrim , procede declarar de oficio
las costas procesales de esta alzada.
Vistos los artículos citados y demás de general y pertinente aplicación

FALLO
Que procede estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por las representaciones procesales de
DON Felipe , DON Florencio , DON Fructuoso Y LAS ENTIDADES MAPFRE EMPRESAS, FREMAP Y ALLIANZ
S.A. contra la sentencia dictada por el JDO. DE LO PENAL nº CUATRO de VALLADOLID en el procedimiento
P.A. 36/2012 de que dimana el presente rollo, el día 3 de Diciembre de 2012, en el sentido de estimar que
la participación en los hechos del Sr. Florencio lo es a título de autor y la concurrencia de la atenuante de
dilaciones indebidas del artículo 21.6 del código Penal y, en consecuencia, concretar las penas impuestas a
DON Felipe , DON Florencio y DON Fructuoso en la de TRES MESES DE PRISION Y TRES MESES DE MULTA
por el delito del artículo 317 del Código Penal , manteniendo las cuotas diarias de multa fijadas en la instancia,
y UN AÑO DE PRISIÓN por el delito del artículo 142 del Código Penal , confirmando en lo restante la sentencia
de instancia, con declaración de oficio de las costas de esta alzada.
Notifíquese la presente Resolución a las partes, haciéndoles saber que es firme y contra la misma no cabe
interpone recurso alguno.
Remítase testimonio de la presente al Juzgado de procedencia, junto con los autos, para su cumplimiento, y
una vez se reciba su acuse archívese el presente, previa nota en los libros.
Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
PUBLICACION.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el Ilmo. Sr. Magistrado Ponente, estando
celebrando audiencia pública en el día de la fecha de lo que doy fe.-

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