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Actualmente el Perú es un país donde es difícil ser mujer por las grandes
desigualdades de género que existen. De hecho, el país ocupa el 89 lugar
(de 145) en el ranking del Índice de Desigualdad de Género. Existe una
combinación negativa de patrones culturales y una institucionalidad poco
eficiente, por el cual pese a toda la legislación vigente, siguen estando
presentes desigualdades de género en la salud, educación, trabajo, en
espacios de toma de decisiones y hacen que la violencia contra la mujer sea
una constante en todo el territorio y común denominador a todos los
estratos sociales.
¿Podemos decir, qué el género ubica a las mujeres, por el hecho de serlo,
en una posición de subordinación respecto del conjunto de los varones?
La igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino
que los derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo
con el que nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta
los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de
los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de
mujeres y de hombres
En primer lugar, poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe
ser una prioridad. En segundo lugar, mujeres y hombres deben tener
igualdad de oportunidades, recursos y responsabilidades para que la
igualdad sea una realidad. Y en tercer lugar, es preciso escuchar las voces
de las mujeres. Ha llegado el momento de que las mujeres participen en pie
de igualdad en la toma de decisiones en el hogar, en el sector privado y en
las instituciones de gobierno.
Viendo todo este que pasa en la actualidad y en nuestro país, ¿Por qué
debemos impulsar la equidad de género?, como nos señala el informe de la
OIT, al impulsar la equidad de género esta aumentaría la productividad y
mejora los resultados de desarrollo. Mejora las perspectivas para la
próxima generación, ya que cuando las mujeres pueden disponer de los
ingresos familiares, esto se refleja en una mejora en el acceso a educación,
salud y nutrición de sus hijos. La equidad mejora la calidad de las políticas
públicas y de las instituciones, aumentando la gobernabilidad.