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Título: ¿Mujer signo de subordinación?

Paico Sheyla, Peña Astrid, Ramirez Juerguen

Actualmente nos vemos envueltos en una polémica por el tema de la


igualdad de género con respecto a la aplicación de nuevas políticas en
nuestro país. Y es que no hace mucho fue tendencia la particularidad de la
nueva currícula escolar, en donde se encontraban términos como identidad
de género, o igualdad, y a pesar de que se crearon bastantes comitivas al
respecto, el tema dividió la opinión pública. Sin embargo, vale la pena
aclarar los conceptos de los términos identidad e igualdad de género.
Siendo que el primero es utilizado para referirnos a cómo se percibe una
persona sobre sí misma, en cambio el segundo se refirió a los derechos que
todos tenemos por igual, sin diferencia de género, siendo que en
actualmente aun existe mucho problemas y prejuicios al respecto.

En el siguiente trabajo pretende dar a conocer la inmensa discriminación de


género que existe en nuestro país, siendo las mujeres las más afectadas ya
que están envueltas en estereotipos y una mentalidad machista que aún
perdura; para así crear conciencia en las personas para que puedan eliminar
sus prejuicios y eviten este tipo de actitudes a futuro.

Después vamos a hablar de desigualdad de género, a lo cual la mayoría de


la gente responde que se debe a que vimos en una sociedad machista a
pesar de que hoy en día hay una ley que protege a la mujer que es la Ley
N° 28983 La Ley De Oportunidades Entre Hombres y Mujeres, el objeto
de esta ley es garantizar a hombres y mujeres el ejercicio de sus derechos a
la igualdad, dignidad, libre desarrollo, bienestar y autonomía, impidiendo la
discriminación en todas las esferas de su vida, pública y privada,
propendiendo a la libre igualdad.

Definitivamente la causa más grande de que este problema de


discriminación por el género de una persona existe es el pensamiento
retrograda de la población, incluyendo hombres y mujeres. Esto quiere
decir, que la gran mayoría aún no supera estereotipos del pasado, en épocas
en donde las mujeres solo eran vistas como amas de casa, o aquellas que no
merecían una remuneración por el trabajo igual al de los hombres ya que
ellos son los que mantienen a su familia y son la cabeza de la misma, y esta
situación se ha arrastrado por años, sino recordemos las épocas en donde la
opinión de la mujer no valía y eran exoneradas a votar. Con el pasar del
tiempo, todo ha ido evolucionando y con la llegada de organizaciones que
velan por los derechos, más aún. Sin embargo, a pesar de que la situación
se encuentra mucho mejor a que en años atrás, todavía existe ciertos rasgos
de desigualdad.

En el aspecto legal, la mujer esta bien resguardada ya que existen leyes y


declaraciones internacionales a su favor, incluso en el Perú se instituyó la
figura del feminicidio, la cual no existía antes. Por lo tanto, podemos decir
que las leyes resguardan bien a las mujeres.

La desigualdad se da a denotar en aspectos laborales, por ejemplo, ya que,


a pesar de las leyes antes mencionadas, algunas mentalidades de las
personas que anejan empresas, siguen considerando que el trabajo más
duro, lo tiene el hombre, y existe todavía la diferencia de salario y de
oportunidades laborales, siendo que se encasilla a la mujer en puestos en
donde se resalte su físico y no necesariamente su talento. Todo esto
alimentado por los medios de comunicación y redes sociales que con
publicidad nos insertan esas ideas en la cabeza.

Actualmente el Perú es un país donde es difícil ser mujer por las grandes
desigualdades de género que existen. De hecho, el país ocupa el 89 lugar
(de 145) en el ranking del Índice de Desigualdad de Género. Existe una
combinación negativa de patrones culturales y una institucionalidad poco
eficiente, por el cual pese a toda la legislación vigente, siguen estando
presentes desigualdades de género en la salud, educación, trabajo, en
espacios de toma de decisiones y hacen que la violencia contra la mujer sea
una constante en todo el territorio y común denominador a todos los
estratos sociales.

La discriminación, vulnera el derecho que tienen las mujeres a una vida


libre de violencia. La violencia de género hacia las mujeres se manifiesta
en distintas formas: acoso sexual, hostigamiento sexual, acoso político,
violencias física, psicológica o sexual, trata de personas, feminicidio.
La desigualdad vulnera también el derecho a la salud sexual y
reproductiva: acceso y uso de métodos anticonceptivos sobre todo en el
caso de mujeres adolescentes, a la educación sexual integral y a salud
integral. Al acceso y participación en espacios de toma de decisión: (en las
elecciones presidenciales, al congreso, a elecciones regionales y locales, el
cargo de decisión el sector público y privado). Los derechos económicos y
sociales, que se evidencia en la desigualdad educativa, desigualdad
económica (laboral y productiva) en el acceso, control y uso de tecnologías
de la información y comunicación.
Viendo todo esto, lo que debemos hacer es crear una conciencia colectiva
de igualdad de género donde nosotras mismas como mujeres reduzcamos la
violencia, garanticemos el ejercicio igualitario de los derechos de las
mujeres, reduzcamos todo tipo índole de violencia hacia la mujer, reducir
los patrones socioculturales que nos enseñan desde pequeñas, un pequeño
ejemplo sería que nos inculcan que cierto tipo de actividades está diseñado
sólo para hombres o sólo para mujeres.

¿Podemos decir, qué el género ubica a las mujeres, por el hecho de serlo,
en una posición de subordinación respecto del conjunto de los varones?

Para hablar de equidad de género, primero responderemos esta pregunta,


¿qué es la equidad de género?, la Unesco define la igualdad de género
como la “igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de
mujeres y hombres, y niñas y niños. La igualdad no significa que las
mujeres y los hombres sean lo mismo, sino que los derechos,
responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo con el que
nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta los
intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de los
hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de mujeres
y de hombres”.

Es cierto que introducir la perspectiva de género supone también cuestionar


determinadas visiones o prácticas de la intervención social, de protección,
asistencialismo o victimización, basadas en la idea de vulnerabilidad que
pueden contribuir a profundizar la dependencia, la minusvaloración y, en
definitiva, la situación de discriminación que produce tal vulnerabilidad.
Las mujeres o los hombres pueden formar parte de colectivos vulnerables.
Sin embargo, las mujeres como género experimentan situaciones de
discriminación que dan lugar a problemas específicos (explicables por el
hecho de ser mujeres) o que, compartidas con los varones, pueden
experimentarlas de distinto modo, también por género. Género desde esta
perspectiva no es una causa de vulnerabilidad, sino de discriminación. Es
decir, el hecho de ser mujer no sería por sí mismo una vulnerabilidad sino
un motivo de discriminación (en base a la construcción de género) que
genera vulnerabilidades que interactúan con las compartidas por otros
colectivos. En definitiva, el concepto de género va a introducir una
comprensión más amplia de los problemas de las mujeres y los hombres
que el de la sola vulnerabilidad.

Desde esta perspectiva, la reacción “protección” será limitada, mientras que


la idea del “empoderamiento” parece abrirse paso como alternativa más
adecuada a una mejor compresión del problema de las desigualdades. No es
una cuestión sólo de protección o asistencia, es una cuestión de no
discriminación y de ejercicio de derechos propios. (LOPEZ MENDEZ,
2007)

No contribuyamos a mantener los prejuicios y estereotipos sobre las


diferencias culturales, ni a idealizar nuestra cultura como más avanzada
respecto de las relaciones de género: ¡podemos llevarnos más de una
sorpresa! Es importante que ubiquemos los temas de género en su contexto.

El Perú es uno de los países con mayor violencia contra la mujer en


Latinoamérica. En lo que va del año, ya son 152 las mujeres asesinadas en
distintos puntos del país. Cifra ya es superior a la del 2018, horrorosos
episodios de violencia contra mujeres y niñas, que cada vez nos sorprenden
más, pese a las mujeres han logrado verdaderos avances, los hechos nos
recuerdan continuamente que todavía queda mucho por hacer para hacer
realidad la igualdad entre hombres y mujeres.

La igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino
que los derechos, responsabilidades y oportunidades no dependen del sexo
con el que nacieron. La igualdad de género supone que se tengan en cuenta
los intereses, las necesidades y las prioridades tanto de las mujeres como de
los hombres, reconociéndose la diversidad de los diferentes grupos de
mujeres y de hombres

A fin de impulsar un avance mayor, ONU Mujeres propone la adopción de


un objetivo independiente que aborde el logro de la igualdad de género, los
derechos de las mujeres y su empoderamiento, que se apoye en los
derechos humanos y afronte las relaciones de poder desigual. Concebimos
tres áreas que requieren medidas urgentes.

En primer lugar, poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe
ser una prioridad. En segundo lugar, mujeres y hombres deben tener
igualdad de oportunidades, recursos y responsabilidades para que la
igualdad sea una realidad. Y en tercer lugar, es preciso escuchar las voces
de las mujeres. Ha llegado el momento de que las mujeres participen en pie
de igualdad en la toma de decisiones en el hogar, en el sector privado y en
las instituciones de gobierno.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que mujeres


que tienen hijos ganan 12,9% menos que las mujeres sin hijos. Sin
embargo, hombres que son padres ganan 5,9% más. El salario mensual de
una mujer peruana es 21,2% menor que el sueldo de un hombre en
promedio, reveló la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través
de su Informe Mundial sobre Salarios 2018.

El estudio señala cifras de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres


en 134 países. En el caso peruano, el estudio es más específico aún y revela
que la brecha es de 9,2% en los salarios por hora.

El 76% de las peruanas que realizan actividades económicas lo hace en el


sector informal. Del total de población con empleo formal, 61% son
hombres y 39%, mujeres. El 32% de las peruanas no tiene ingresos propios.

Viendo todo este que pasa en la actualidad y en nuestro país, ¿Por qué
debemos impulsar la equidad de género?, como nos señala el informe de la
OIT, al impulsar la equidad de género esta aumentaría la productividad y
mejora los resultados de desarrollo. Mejora las perspectivas para la
próxima generación, ya que cuando las mujeres pueden disponer de los
ingresos familiares, esto se refleja en una mejora en el acceso a educación,
salud y nutrición de sus hijos. La equidad mejora la calidad de las políticas
públicas y de las instituciones, aumentando la gobernabilidad.

En el proceso de socialización, casi a todos los seres humanos se les asigna


a uno u otro sexo. Esta acción, que es denominada sexo de asignación es
realizada por el personal médico, la partera o la familia a través de la
observación de los genitales externos, es decir, la manifestación externa del
sexo. A partir de una característica biológica se presuponen características
psicológicas y culturales que afectarán a la persona durante el resto de la
vida, ya que a partir de ahí comienza un trato diferencial y a través de éste
el aprendizaje de género. Se puede decir que el sexo y el género que a éste
se asocia son la primera asignación en la vida que determina muchos otros
aspectos de la existencia de los individuos, como son la identidad de
género, los papeles de género, la orientación hacia el trabajo y otras más.
(UNESCO, 2014)

El termino género implica que las desigualdades se construyen


socialmente, varían según las culturas y los tiempos históricos y que por los
tanto, es algo que se puede modificar.

Promoviendo una redistribución del poder adentro de nuestras sociedades y


de nuestra propia organización, pero en esta actualidad la mujer ha tomado
empoderamiento, la idea del “empoderamiento” parece abrirse paso como
alternativa más adecuada a una mejor compresión del problema de las
desigualdades.

No es una cuestión sólo de protección o asistencia, es una cuestión de no


discriminación y de ejercicio de derechos propios.
El aprendizaje de actitudes, conductas y roles asociados al género es el
resultado de la participación de las personas, desde la infancia, en múltiples
contextos, en los cuales se presentan modelos diferenciales que ejercen una
cierta presión para que las personas se comporten de acuerdo con su
género. (LOPEZ MENDEZ, 2007).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

LOPEZ MENDEZ, I. (2007). El enfoque de género. Obtenido de


CRUZ ROJAS: https:/xenero.webs.uvigo.es/profesorado/carmen_verde/manual.pdf

UNESCO. (2014). IGUALDAD DE GENERO. Obtenido de


IGUALDAD DE GENERO:
http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Montevideo/pdf/CLT-
LibroGeneroPatrimonioBORRADOR.pdf

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