PRESAS EN ARCO

PRESAS ARCO-GRAVEDAD
En este tipo de presas de arco-gravedad, el esfuerzo se reparte
entre el cimiento y los estribos laterales.

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Los taludes de la presa son inferiores que los de una presa de
gravedad convencional, rondando valores cercanos a 0,50 (H/V)

El vértice del triángulo teórico de la presa se proyecta muy por

encima de la cota máxima de la avenida de Proyecto o NAP, es decir,
por encima del vértice de la presa de gravedad convencional.

En el cálculo se tiene en cuenta su funcionamiento como ménsula y

como anillo a la vez, de forma que sean compatibles los movimientos
creados por la ménsula y el arco simultáneamente.

Normalmente y dependiendo del arco dispuesto, se prescribe una

resistencia del hormigón algo superior ya que la transmisión de
parte del esfuerzo se realiza mediante compresiones en el hormigón.

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Un requerimiento específico de este tipo de presas es la
capacidad resistente de los estribos y el material de las laderas
de la cerrada.

Dependiendo del arco también necesitará buena capacidad portante

en el cimiento inferior de la presa.

La inyección de juntas diferencia, tal como se ha comentado, este

tipo de presas y las presas de gravedad de planta curva.

Estas inyecciones han de realizarse cuando la presa se encuentre

vacía y más fría, de forma que las juntas por contracción se
encuentren más abiertas.

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PRESAS BÓVEDA
Se denominan presas arco a aquellas que soportan la carga
hidrostática transmitiéndola a los estribos a través de una estructura
con desarrollo en arco.

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El campo de aplicación de las presas bóveda se circunscribe a
cerradas en macizos rocosos competentes.

Topográficamente, un valor admitido hasta época reciente como límite

para la ratio "cuerda-altura" oscilaba en torno a 3. En las últimas
décadas se han construido presas bóvedas con ratio C/H de hasta 6 u
8, aunque son casos infrecuentes.

Más importante que el propio diseño interno de la presa resulta el

empotramiento de la misma en las laderas, a través del cual se
asegura la transmisión de esfuerzos a la cimentación.

Es comúnmente admitido que las presiones al terreno se movilizan a

través de un cono de semiángulo central 30º.

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Un buen criterio de diseño es intentar que la incidencia entre arcos y

líneas de nivel sea perpendicular, de manera que el macizo resulte
comprimido globalmente y sin posibilidad de descalces.

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Conviene insistir en que interesa conocer el comportamiento global

del macizo rocoso, no el de la roca aisladamente.

El sistema estructural se basa en un cálculo tridimensional que puede

simplificarse si se calculan como un entramado de ménsulas y arcos
que actúan de forma independiente pero con compatibilidad de
movimientos en los puntos de cruce.

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Como primera aproximación podemos emplear el cálculo del espesor

del arco a cada cota con la fórmula de los tubos delgados:

Si expresamos e y r en metros, p en tn/m2 y  en Kg/cm2 y consideramos

que p = H (carga hidrostática):

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Presas de radio constante. Uno de los paramentos (normalmente el

de aguas arriba) se diseña con radio constante, o al menos poco
variable, con el criterio de que el ángulo subtendido sea próximo al
óptimo.

Es el perfil habitualmente utilizado en presas arco-gravedad. Las

presas de radio constante encajan bien en cerradas en U, donde el
ángulo presenta pocas variaciones y puede aproximarse bastante al
óptimo.

Presas de ángulo constante. En las cerradas en V, mantener un

radio constante equivaldría a fuertes desviaciones en el ángulo
respecto al óptimo, ya que la cuerda es decreciente con la altura. En
estos casos, se escoge un ángulo  próximo al óptimo, que se
mantendrá cuasi-constante en toda la altura.

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A una cota determinada, con una cuerda C, el radio valdrá:

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Presas de radio y ángulo variable. Con objeto de evitar los

mencionados desplomes puede recurrirse a variar simultáneamente
ambos parámetros. Sin embargo los desplomes pueden estar
justificados, además de por razones de encaje, por otras estructurales.

Como se verá en los cálculos estructurales de las presas bóveda, el

comportamiento real de una presa bóveda dista mucho de ser el de un
arco puro.

Por tanto, la presa bóveda debe considerarse como un conjunto de

ménsulas limitadas por planos radiales y un conjunto de arcos,
limitados por planos verticales. Cada una de éstas ménsulas se
apoyará en una serie de arcos.

Particularmente, el arco de coronación tiene una especial significación

al no estar sometido a carga hidrostática alguna su deformación es
pequeña y por tanto puede considerarse como un apoyo elástico de las
ménsulas.

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Todo lo expuesto conduce a dotar de curvaturas a las ménsulas,
aportando peso allí donde es necesario para modificar la resultante de
esfuerzos y evitar tracciones.

Concretamente las tracciones en la cimentación se compensan con

desplomes en esta zona hacia aguas arriba; las tracciones en
coronación se evitan con desplomes hacia aguas abajo en dicha
zona.

Existen además otros detalles de proyecto respecto a las presas

bóveda referentes al refuerzo de las zonas de apoyo en las laderas y
en el cauce: Estribos especiales en gravedad, Pulvinos a modo de
zapata en el apoyo del lecho y Muletas por aguas arriba del cimiento

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Los aliviaderos de las presas bóveda se suelen colocar exentos, al
lado de la estructura, sin embargo existen vertidos por coronación
mediante un salto.

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El arco puro
El desarrollo inicial de las presas bóveda en Estados Unidos nace
de su consideración como un arco puro, forma geométrica con un
comportamiento ejemplar históricamente contrastado, y que se
ajusta muy bien al antifunicular de la carga hidrostática exterior.

La consecuencia de dicha concepción es doble:

 Se consigue un notable ahorro de material respecto a la presas
de gravedad. Estas últimas trabajan como una ménsula vertical
y necesitan la aportación de una gran cantidad de "peso" para
evitar la aparición de tracciones.
 Se dispone de una estructura monolítica que distribuye de una
manera razonablemente uniforme las tensiones en el cimiento.
Del lado contrario, una presa de gravedad, en la que las
ménsulas trabajan aisladamente, transmite los esfuerzos
verticalmente hacia abajo; el resultado es obvio: el centro del
valle resulta muy cargado, donde la presa tiene mayor altura,
mientras que las laderas apenas colaboran.
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De otro lado, en Bolivia el proceso seguido es diferente. Así, se

mantiene la sección tipo de las presas de gravedad y, buscando
mayor seguridad, se proyectan con planta curva. El resultado de este
proceder es el nacimiento de la presa arco-gravedad, aunque en
puridad se trate de presas de gravedad arqueadas.

Fórmula de la caldera o de los tubos delgados

Las primeras presas bóveda resultan de la consideración de éstas

como de un arco puro y se calculan con la fórmula de los tubos
delgados:

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El volumen del arco VB será:

Dicha función alcanza su mínimo para 2 = 133º, aunque se mantiene

en valores bajos en el entorno de 100º hasta 150º

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Comparación volumétrica entre presas bóveda y de gravedad

En una cerrada de 100 m. el ahorro teórico obtenido sería del 76

% y en una de 200 del 52 %.

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Solicitaciones y tensiones admisibles

Instrucción de Grandes Presas

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Reglamento de Seguridad y Guías Técnicas

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Criterios específicos de la USACE en ARCH DAM

Como vemos, por ser una presa en arco, se permite la presencia de

tracciones en el hormigón.

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Comportamiento estructural. Criterios modernos de diseño

Por tanto, la presa bóveda debe considerarse como un conjunto de

ménsulas limitadas por planos radiales y un conjunto de arcos,
limitados por planos verticales.

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 Las tracciones en la cimentación se compensan con desplomes

en esta zona hacia aguas arriba.

 Las tracciones en coronación se evitan con desplomes hacia

aguas abajo en dicha zona.

Al respecto de los desplomes existen dos escuelas de diseño: la

portuguesa y la suiza. Los primeros preconizan fuertes desplomes
con grandes esbelteces en coronación. Los segundos prefieren
desplomes más suaves y coronaciones más rígidas, debido a
exigencias más restrictivas en cuanto a tracciones en el paramento de
aguas arriba.

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La solución portuguesa parece adaptarse mejor a cerradas con
ratios C/H pequeños y la suiza a ratios elevados, donde el efecto
ménsula puede ser predominante y la mayor rigidez del arco de
coronación evita las tracciones en el pie del paramento de aguas arriba.

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Con objeto de evitar tracciones en el arco se puede actuar de formas
diferenciadas y a veces complementarias:

 Aumentar el desarrollo y ángulo de los arcos, disminuyendo los

momentos de empotramiento, y el espesor de los mismos.

 Eliminar las zonas traccionadas, puesto que no colaboran en

nada. Así obtenemos la denominada "bóveda activa", que
indudablemente se verá sometida a mayores compresiones.

 Diseñar arcos de curvatura y espesor variable, con curvatura

mayor y espesor menor en clave y lo contrario en arranques.

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Por tanto, encaje y flexibilidad quedan resueltos adoptando diseños
de curvatura variable: máxima en clave y mínima en arranques.

Si bien se han usado curvas parabólicas, elípticas e incluso espirales

logarítmicas, en España es bastante común usar arcos circulares de
tres centros, siendo el radio en clave inferior a los dos de arranques.

Al disponer los arranques de menor curvatura, aumentan las

flexiones en los mismos, por lo que es práctica común aumentar su
espesor, generalmente hacia aguas abajo.

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Estribos, pulvinos y muletas

Los estribos son auténticas presas de gravedad en los que se apoyan

los arcos, que ahora pueden ser de espesor constante o, al menos,
poco variable.

Los estribos tienen una funcionalidad adicional, ya que resultan el

lugar ideal para construir los aparcamientos, rotonda de giro de
vehículos o cualquier otra edificación auxiliar de la presa.
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Cuando el estribo no se limita sólo a la zona superior y se
construye a lo largo de toda la cerrada, nos encontramos con un
zócalo de cimentación, comúnmente llamado pulvino.

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En el contacto entre pulvino y presa se ha practicado frecuentemente
una junta longitudinal, que libera a las ménsulas de su empotramiento y
por tanto las tracciones en el pie de aguas arriba.

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 PRESAS EN ARCO
Un último artificio interesante son las "muletas" o piezas de hormigón
dispuestas en el pie del trasdós de las ménsulas con desplome hacia
aguas arriba con el objeto de servir de apoyo a la presa y evitar la
aparición de tracciones en el pie de aguas abajo a embalse vacío.

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 PRESAS ARCO
En las presas en arco la influencia de las deformaciones del
cimiento sobre el estado tensional de la estructura no suele ser
importante

Depende, entre otros parámetros, del valor de la relación de

módulos de elasticidad de la roca y del hormigón (Er /Eh ) (Estudio
de presas arco – Manuel Rocha)

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 PRESAS ARCO

Las presas bóvedas son menos sensibles a la influencia de la

subpresión en el contacto con el cimiento.

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Las propiedades reológicas de las rocas pueden ser analizadas
mediante técnicas “in situ” con ensayos estáticos de carga en placa o
de corte directo.

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Presa de arco. Ing. Sergio Vladislvic

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Presa de arco. Ing. Sergio Vladislvic

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Presa de arco. Ing. Sergio Vladislvic

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 PRESAS ARCO

Propiedades del macizo rocoso en presas bóveda

Ausencia de sulfatos, que puedan provocar disoluciones

a corto plazo.
Ausencia de oquedades o karstificación, en caso de
cerradas calcáreas.

Ausencia de fallas activas. Pequeñas fallas pasivas casi

siempre vamos a encontrar.
Comprobación de los planos de diaclasado, superficies
preferentes de deslizamiento del estribo.

Cambios en la cerrada a lo largo del cauce en la zona de

influencia. Si la cerrada pasa de convergente a divergente,
comprobar si el ancho del estribo tiene suficiente masa

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 PRESAS ARCO

Áridos para hormigones

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 MARCO LEGAL

Gran presa

En función de sus dimensiones se considera gran presa aquella

cuya altura es superior a 15 metros y la que, teniendo una
altura comprendida entre 10 y 15 metros, tenga una capacidad
de embalse superior a 1 hectómetro cúbico. Se considera
pequeña presa aquella que no cumple las condiciones de gran
presa.

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 PRESAS EN ARCO
Cálculo de presas bóveda

 El primer método usado fue, tal como hemos visto al principio

hablando del arco puro, la fórmula de los tubos delgados. Hoy
en día sigue siendo válida para primeros tanteos.

 Posteriormente se usó la fórmula de los tubos gruesos,

aplicable a bóvedas anchas y mucho más prolija.

 El método más usado en América ha sido el "trial load" o

cargas de prueba. Consiste en dividir la presa en una serie de
ménsulas y arcos. Se comienza repartiendo la carga
hidrostática entre cada elemento que confluye en un nudo. Se
calculan tensiones y a continuación deformaciones en cada
nudo según la ménsula y según el arco. La distribución
correcta es aquella en que se igualan las deformaciones en
todos los nudos. Es un método muy laborio-so si se realiza a
mano, que necesitaba la dedicación de un equipo experto y
numeroso durante meses.

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 Los métodos de Campini y Haegelen simplificaron el "trial
load" considerando sólo deformaciones radiales y una sola
ménsula central.
 En Europa, mientras que en EE.UU. se usaba el "trial load",
se desarrollaron métodos basados en la teoría de láminas.
Fue especialmente aceptado el método de Tölke.
 La aparición de los ordenadores permite el cálculo matricial
de la estructura, aunque con el planteamiento del "trial load",
en el sentido de que las incógnitas son los coeficientes de
reparto de cargas entre arcos y ménsulas.
 Con la puesta a punto del método de los elementos finitos
tridimensional, se aborda por fin el cálculo de una forma
global. La presa y el cimiento se dividen en una red de
elementos tetraédricos o prismáticos. Permite considerar la
deformabilidad del cimiento e incluso cimientos heterogéneos.
El cálculo se basa en la teoría de la elasticidad.

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 PRESAS EN ARCO

"Categoría A": Presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto

puede afectar gravemente a núcleos urbanos o servicios esenciales,
así como producir daños materiales o medioambientales muy
importante.

"Categoría B": Presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto

puede ocasionar daños materiales o medioambientales importantes
a afectar a un reducido número de viviendas.
"Categoría C": Presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto
puede producir daños materiales de moderada importancia y sólo
incidentalmente pérdida de vidas humanas. En todo caso, a esta
última categoría pertenecerán todas las presas no incluidas en las
categorías A o B.

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