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C.I. 28.316.874
La prueba de la parafina es un test muy poco usado porque en muy pocos casos se
dan las circunstancias necesarias para su aplicación. En este sentido, el método solo
tiene utilidad si la muestra se obtiene al máximo dos horas del hecho delictivo. De
otra manera no tendría sentido practicarlo pues la contaminación lo haría inservible
ante cualquier tribunal.
Esto en base a que aún con las más modernas técnicas resulta imposible distinguir en
la mayoría de los casos si el origen de esos componentes viene de la pólvora o de
cualquier otra sustancia. Muchas personas pueden tener restos de estas sustancias,
empezando por los fumadores. Pero también se pueden tener trazas de nitratos,
nitritos, bario, plomo y antimonio por manipular ciertos alimentos, cosméticos,
medicamentos, drogas, impresoras, computadoras o fluidos corporales como la orina
y las heces.
En este sentido, se dice que la prueba resulta inespecífica, pues no confirma la
presencia de pólvora, sino los elementos como los nitritos y nitratos que la
constituyen, así como a otras muchas sustancias oxidantes.
Fue un doctor cubano llamado Gonzalo lturrioz quien empleó por primera vez en
1913 la prueba de la parafina para determinar si alrededor del orificio de entrada de
una bala existían partículas de nitrato. El mencionado médico intervino como experto
en el homicidio cometido contra el general Armando de la Riva, quien era en ese
entonces jefe de la policía de La Habana.
A partir de allí, en el año 1922, una revista de medicina legal muy popular en Cuba
publica un artículo del médico forense José Fernández Benítez acerca de las manchas
producidas por los disparos de armas de fuego. Es allí donde aparece la primera
referencia sobre la prueba realizada por Iturrioz en una investigación científica. En el
documento el autor promueve el uso de la parafina para captar los nitratos y nitritos
en la mano de un sospechoso de haber disparado un arma de fuego, a diferencia del
doctor Gonzalo Iturrioz quien la aplicó sobre el orificio de entrada de la bala. Así es
como Fernández Benitez modifica la técnica empleada por Iturrioz al crear el guante
de parafina.