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Por todo ello, esta enseñanza del Dibujo siempre ha gozado de un valor iniciático, ha servido para
reivindicar la ciencia del Arte, y junto a las leyes del espacio, geometría y perspectiva, se ha constituido
en la base más científica del Arte. La formación en los talleres y academias en el dibujo ha ayudado a la
valoración social del artista, que además se atrevía a indagar directamente el mismo cuerpo natural y en la
realidad abriéndola para su estudio. El maestro guía en esta enseñanza al pupilo aconsejando qué modelos
debe tomar y qué estrategia debe seguir:
"Así te digo a ti, que por naturaleza tiendes a este arte, que si pretendes conocer con verdad las formas
de las cosas habrás de comenzar por sus partes más simples y no correr a una segunda (forma) sin tener
antes la primera bien prendida en la memoria y en la práctica. Si obraras de otra suerte perderías el
tiempo o harto dilatarías el estudio. Y recuerda que has de adquirir antes diligencia que presteza" (DA
VINCI, 1976, P. 355).
"Aquel pintor que tenga noticia de la naturaleza de los nervios, músculos y tendones bien sabrá, al
mover un miembro, cuántos y cuáles nervios son causa de tal movimiento, y qué músculo, al dilatarse,
tira de aquel nervio, y qué tendones, en sutilísimos cartílagos convertidos, circundan y soportan ese
músculo. Y así mudará y universalmente mostrará los distintos músculos por medio de las distintas
actitudes de los cuerpos, y no hará, como muchos, que por diversos que sean los movimientos siempre se
sirven de los mismos accidentes en brazos, espaldas, torso y piernas. Y todo esto no se ha de contar entre
los errores menudos" (DA VINCI, 1980, p. 353).
Esta enseñanza dibujística sobre la figura humana que resiste al tiempo y a las modas se actualiza
renovadamente cada vez que dibujamos el cuerpo humano, actualizando con cada generación de artistas
su concepto. La clara idea del esfuerzo que supone superar la improvisación artística, no siempre tan
clara, existe en la obra y también en los escritos de los grandes artistas: La literatura artística esta llena de
discursos y correspondencias que recoge la valoración del sentimiento formativo de las disciplinas
académicas por los más grandes artistas.
Por ejemplo, Georges Rouault (18711958), artista francés, nos afirma en su correspondencia:
"El misterio de la creación plástica requiere algunos medios: no se improvisa y no se improvisa ni
siquiera con una emoción ni incluso con una sensibilidad muy grande..., sino que se necesita toda una
vida de esfuerzos...Siempre he tenido dentro del ojo y de la mente un progreso que cumplir" .
Lo nos recuerda una conocida frase de Aristóteles, "el arte de la estatua precede a la estatua" , como el
plan o razonamiento de la instrucción formativa que tenemos antes de ejecutar la obra. En el caso del arte
antiguo el plan estaba perfectamente trazado y reglamentado por un canon modélico, mientras que en la
actualidad el plan, en este caso anatómico, lo creamos nosotros, lo reinventamos o mejor lo
redescubrimos, e incluso no tiene que ser modélico, y puede ir concretándose sobre la marcha, gracias a la
posibilidad de la experimentación de la obra directa a través del estilo, sin boceto, ni ataduras.
Esta experimentación a partir del dominio de una disciplina universal, el verdadero aprendizaje para el
artista, es el requisito previo para llegar a ser un gran creador de la figuración anatómica.
Sir Josua Reynolds (17231792), artista inglés, coincide con el necesario conocimiento de las reglas
artísticas universales, en su obra Discurso sobre la pintura:
"No hay nada negligente para destruir la opinión, tan generalizada como errónea, de que las reglas del
arte son unas trabas del genio...La facilidad de dibujar, como las de tocar un instrumento, no se puede
adquirir más que con una práctica muy grande...¡Hasta qué punto se permite infringir las reglas del
arte, y, como dice un poeta, de conseguir la gracia más allá del arte mismo!. He aquí las reflexiones de
las que los jóvenes artistas podrán ocuparse en cuanto se hayan vuelto maestros de las normas del arte.
Es cuando el genio ha alcanzado el más alto grado de perfección, que le está permitido, quizás,
dispensarse de las reglas; pero hay que abstenerse de desmontar el andamio antes de que la clave de la
bóveda esté puesta" .
La diferencia fundamental con la mentalidad canónica antigua está en el ardiente deseo de la modernidad
de investigación constante que caracteriza al arte figurativo de nuestro siglo: huir de las recetas
anatómicas adocenadas fáciles y resultonas, porque la búsqueda debe ser insistentemente personalizada.
Esto no resta importancia a la etapa de formación del artista sobre su obra posterior creativa. La obra
figurativa de madurez de un artista es inseparable de la obra de su juventud donde "educaba" su ojo a la
hora de ajustar proporciones y anatomizar un modelo, acostumbrando a su mano a obedecer las órdenes
de su pensamiento, en la medida de que estas obras preparan el camino para su singularidad.
H. Delaborde en su obra "Ingres, su vida, sus obras, su doctrina", nos recoge estas palabras del famoso
maestro, y gran versionador del canon anatómico clásico:
"Dibujar largo tiempo antes de soñar con la pintura: cuando se construye sobre un sólido asentamiento,
se duerme tranquilo" .
Y Henri Matisse en sus "Escritos y propósitos del arte", hablando se sus tiempos de profesor de dibujo,
nos recoge la siguiente anécdota:
"Inútil sería decirles cuánto fueron sorprendidos mis alumnos al ver que un maestro, reputado
revolucionario, pudiera repetirles las palabras de Courbet: Quise simplemente sacar del entero
conocimiento de la tradición el sentimiento razonado e independiente de mi propia individualidad".
Aun dicho todo esto, para el joven artista que se inicia en esta educación anatómica que respeta su
individualidad, la visión de un arte figurativo como el actual, donde parecen hallarse ausentes toda
reglamentación de cualquier tipo, le mueven a no detenerse en todo ese estudio disciplinado previo, y se
siente tentado de quemar cuanto antes esa etapa formativa y lanzarse directamente a la creación de su
"canon anatómico" personal, olvidando toda profundización, toda visión razonada, exacta y objetiva de la
realidad, lo que le lleva a carecer de una maduración, con la que elaborar su singularidad estilística.
Pensamos que esto es un equivoco pedagógico del arte, porque siempre se debe tener conciencia de lo qué
se está haciendo, ya que no se puede experimentar sin método, sin una "ciencia" detrás, sin procedimiento
ni reglas, según el "todo vale". Esta situación de ausencia de reglas, también llamada crimen de la
realidad, e incluso denominada de crimen del arte mismo, puede terminar, si continúa prosperando, con
una ciencia artística validada por una tradición de milenios de experimentación canónica, creativa y
científica en la figuración. Por eso es curioso que recurramos finalmente a las palabras de un
revolucionario acusado precisamente de ese asesinato de las reglas y la realidad, para encontrar en las
palabras de Picasso, de quien a menudo se olvida su sólida formación, precisamente una desesperada
reivindicación del estudio de la naturaleza del cuerpo humano:
"¡La naturaleza tiene que existir para poder violarla!...Para llegar a la abstracción hay siempre que
partir de una realidad concreta...Lo quiera o no, el hombre es un instrumento de la naturaleza; le
impone su carácter, su apariencia...No se puede contrariar la naturaleza. Ella resulta más fuerte que el
más fuerte de los hombres".
Así, si bien todo lo dicho, no se pretende conocer las reglas de la Anatomía como fin en sí mismo, sino
para ayudar a sacar lo que el alumno tiene dentro, para aplicarlo como bien consta en el nombre de la
asignatura. Pero es imposible conseguir un aprendizaje artístico aplicado si no existe vocación. Podría
aprenderse la teoría pero se fracasarían en la práctica. La palabra esfuerzo suele infravalorarse
artísticamente, pero su valor es fundamental en disciplinas complejas como esta, y se debe tener en cuenta
en el desarrollo del aprendizaje del alumno: No sólo la cantidad de su esfuerzo, sino su cualidad
vocacional al desarrollar lo que lleva dentro. De nada sirve la cualidad si esfuerzo, ni el esfuerzo sin
cualidad. La justificación de la asignatura potencia la sensibilidad del alumno hacia el valor artístico de la
anatomía del cuerpo humano, y la apreciación de su conocimiento y creatividad.