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Genealogía de la cultura.
En tanto, cuando uno se pregunta por el hábitat y nicho del homo sapiens,
solemos responder con cierta inseguridad, pero se acierta si nos referimos a un
terreno firme como es el suelo.
Sin embargo, ante la inquietud ¿Cuál es nuestro nicho? siempre hay entonces
un silencio. ¿Por qué nos cuesta responder a la pregunta acerca de
nuestra profesión biológica? La ecología es una ciencia relativamente
nueva y puede ser que ésta pregunta no nos la hemos planteado en esos
términos.
1
Citado por H. Rolston III, Human Dignity and the Future of Man en AAVV. Human
Dignity and Bioethics Essays Commissioned by the President’s Council on Bioethics
Washington, D.C., March 2008, 139. Traducción propia
λόγον δὲ μόνον ἄνθρωπος ἔχει τῶν ζῴων (Aristóteles, Política I. 1253a 9-10) =
El hombre es organismo vivo (connatural de todo ser vivo) pero su género
específico es LOGOS.
2
Cf. H.Rolston III, Human Dignity and the Future of Man en AAVV. Human Dignity and
Bioethics Essays Commissioned by the President’s Council on Bioethics Washington,
D.C., March 2008, 131
3
Idem. 130
1.5 Más interrogantes y posibles respuestas
¿De dónde surge este género específico? ¿Cómo emergió? Sostenemos que estas
preguntas quedan en el misterio o milagro de la vida, pero lo cierto es que
nosotros generamos una cualidad que determinó nuestro nicho
biológico.
¿Qué hizo posible este paso hace más de 200.000 años con Eva Africana?
4
H.Rolston III, o.c. 139
5
Cf.Idem.131
6
Cf. Idem 131
1.7 La condición biológica en animales (1)
¿Qué hace que la madre murciélago, quien ha estado fuera toda la noche
capturando insectos, puede volver a la Caverna Bracken en Texas, y encontrar
y alimentar a su propio cachorro en total oscuridad, reconociendo a su cría entre
millones de crías de otros murciélagos?
Idem 140
7
8
Idem 131
1.9 La condición biológica en humanos
9
Idem
1.10 Adaptación e intervención
Sin embargo, en las últimas décadas, la técnica está ocupando todos los
ámbitos de nuestra existencia. H. Jonas caracteriza a nuestra actual
civilización como de civilización técnica. Al respecto se pregunta: ¿Qué es lo
peculiar de nuestra era o de nuestra civilización?
Lo que Jonas señaló en la década de los 90, podemos ampliarlo a estos últimos
años donde se puede ver que la técnica se ha extendido prácticamente
tanto en Occidente como en el Oriente.
1.18 Tecnociencia
De ahí que esos cometidos nos piden dar cuenta, apareciendo la responsabilidad
de la inteligencia de tener que justificarse. La responsabilidad es una
consecuencia de nuestra estructura biológica. Y porque nos hacemos
responsable de los proyectos y, por tanto, de los vínculos que establecemos con
los demás, apreciando, al menos ante nosotros mismos si realizamos lo que
debíamos o no hacer. Y por eso la experiencia moral, la ética, luego los valores.
Ningún quehacer humano es neutro éticamente. La ética no es un añadido a
otros quehaceres, no es otra disciplina o tema del cual debamos o no ocuparnos.
La ética lo permea todo.
Por ello lo más primario, lo más básico del proyectar es la valoración. Todos
hacemos valoraciones. Pero los valores no están en el aire sino requiere el dato.
Y viceversa, no se hacen proyectos solo con hechos, con datos, con cálculos sino
con su valoración; entonces se toman decisiones con lo que debemos o no hacer,
con lo que me es permitido o prohibido, con lo que es opción u obligatorio o
imperativo. Todo eso requiere estimación.
1.21 Ética y valores
Todas las cualidades que se practican, hacen que la vida humana sea razonable.
Sin embargo, ¿los valores se mueven solo con la razón? No. Las cualidades
se descubren con la vida emocional, antes está la realidad o experiencia de
sensibilidad. Los hechos me tienen que conmover primero, y por eso como
individuo tengo la capacidad de estimar y eso son los valores y, por esa vía,
apreciamos, y valoramos en más o en menos.
En menos cuando, por ejemplo, los países apuestan por el crecimiento y más
crecimiento, pero que no va aparejado con el cuidado del medio
ambiente. ¿Qué prioridades están sopesando para decidir?: más desarrollo,
más trabajo, más consumo. Esta opción acusa un menos valórico. ¿Se está
dispuesto a destruir la naturaleza en pro del malentendido progreso?
Esta elección simplemente revela una insuficiente estimación de la naturaleza.
¿Por qué designar zonas de sacrificio en aras del crecimiento? ¿Por qué no nos
importa dañar esos territorios? Citando nuevamente a Diego Gracia: “Dime qué
valores tienes y te diré que haces”.
1.24 Foro de discusión
Hasta hace poco tiempo, podíamos observar la existencia de una gran variedad
de percepciones que tenían las personas acerca de cuáles serían los
problemas ambientales y qué los generaría. Esa diversidad surgía porque las
personas diferían enormemente en las suposiciones sobre lo que constituía un
problema ambiental. Se tenían dudas sobre nuestra incidencia a partir de
nuestras actividades. Hoy tenemos la convicción de que por nuestra forma de
vida estamos generando un severo impacto en el planeta a tal punto que
corre peligro nuestra existencia como especie: contaminación del aire, de la
tierra, de las aguas; cambio climático; fragmentación de hábitats,
pérdida de biodiversidad acusan sobre nuestra agresión a nuestra casa y que
están, a la vista en nuestras vivencias cotidianas y nos afecta a todos:
ecosistemas, biomas, biósfera; pobres o ricos, comunidades e individuos,
tercera edad, adultos, jóvenes, niños, no nacidos.
Para analizar estos elementos te invitamos a revisar “La cárcel del consumo”
Desde ese entonces han surgido diversas iniciativas como por ejemplo el
Informe Brundland (1987), la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro
(1992), las Declaraciones de los Organismos de la Comunidad Europea y
muchos estudios más, advirtiéndonos que los recursos naturales son limitados
y que los residuos producidos por el consumo cada vez mayor de energía y
materias primas ponen en peligro la capacidad de absorción de los
ecosistemas.
2.7 El informe Evaluación de los ecosistemas del milenio
En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas
más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo de la
historia humana con el que se pueda comparar, en gran medida para resolver
rápidamente las demandas crecientes de alimentos, agua dulce,
madera, fibra y combustible.
El capítulo 4 (pp. 115-156) examina las aguas. Los ecosistemas acuáticos están
sufriendo una gran degradación: los peces del mar y de agua dulce muestran
una disminución a gran escala debido a las presiones humanas. Así también
corre peligro la cantidad y calidad de los recursos hídricos tanto de la
superficie como subterráneos.
El ciclo del agua se está viendo afectado por el cambio del clima a escala
continental, regional y cuencas oceánicas, así como también el Ártico, la
salinidad y acidificación de los océanos, entre otros problemas.
Actualmente podemos afirmar que estos problemas pueden ser percibidos por
cada uno de nosotros en la experiencia cotidiana. El Informe GEO 5, señala:
Para reconocer con mayor claridad algunos de las consecuencias globales que
mencionan estos informes, presentamos el siguiente fragmento del documental
HOME, donde podremos ver los efectos de la deforestación en distintos
lugares del mundo.
GEO 5 agrega que el Sistema Tierra provee las bases para todas las comunidades
humanas y sus actividades. La gente necesita aire limpio para respirar, agua
limpia para beber, alimentos saludables para comer, energía para producir y
transportar bienes, y recursos naturales que provean las materias primas para
todos esos servicios. Sin embargo, los 7200 millones de seres humanos que
existen hoy en día están explotando colectivamente los recursos de la
Tierra a tasas e intensidades crecientes que sobrepasan la capacidad de sus
sistemas para absorber residuos y neutralizar los efectos adversos sobre el
ambiente. De hecho, el agotamiento o la degradación de varios recursos clave
están ya limitando el desarrollo convencional en algunas regiones del
mundo.
Dentro del Sistema Tierra –que actúa como un solo sistema autorregulado y
constituido por componentes físicos, químicos, biológicos y humanos— los
efectos de las actividades humanas pueden detectarse a escala planetaria.
Estos efectos han llevado a los científicos a definir una nueva época geológica,
el antropoceno, con base en evidencias que muestran que los procesos
atmosféricos, geológicos, hidrológicos y biológicos del Sistema Tierra, entre
otros, están siendo alterados por las actividades humanas (GEO 5
Perspectivas del Medio Ambiente Mundial. Medio Ambiente para el futuro que
queremos, PNUMA 2012).
Si bien desde hace mucho tiempo los seres humanos han estado conscientes
de los efectos de sus actividades sobre el ambiente local, ha sido solo en
las últimas décadas que se ha hecho evidente que estas actividades pueden
afectar de manera acumulativa al ambiente global. La globalización permite que
se produzcan bienes bajo circunstancias que los consumidores se rehusarían a
tolerar en sus propias comunidades, y permite que los desechos se exporten
a lugares fuera de su vista, con lo cual la gente puede ignorar tanto su magnitud
como sus impactos. La imagen, por lo menos en los barrios de nuestro país,
de la “bolsa negra” afuera de las casas conteniendo los desechos para que las
retire el municipio, grafica exactamente lo que el informe sostiene. Todos no
queremos permanecer con los residuos en nuestras casas e irresponsablemente
no nos interesa dónde va a ir a contaminar, es decir, ingenua o
ignorantemente no se nos ocurre que los botamos en nuestra Casa Común.
En conclusión, así como los desechos han llegado, literalmente, hasta el último
rincón de la Tierra, las preocupaciones ambientales también se han globalizado.
Debemos enfatizar en los peligros de retrasar medidas, de manera de revertir
esta situación (ya es tarde para los pesimismos) y para eso en el próximo módulo
queremos resaltar las opciones que existen para transformar el desarrollo
sostenible de la teoría a la realidad.
2.20 Foro de discusión
Por otra parte, resultan incontables los centros de bioética con el propósito de
investigar, formar y difundir esta nueva disciplina en el mundo. Si nos
detenemos a revisar los diversos centros de bioética en el mundo, podemos
mencionar los reconocidos Hastings Center New York y el Kennedy
Institute of Ethics con sede en la Universidad de Georgetown. Después de la
creación de estos dos grandes centros de estudio en EE.UU. se difundieron
muchos otros centros, entre ellos, por mencionar algunos: el National Catholic
Bioethics Center; Stanford Center for Biomedical Ethics; Johns Hopkins
University Bioethics Institute, University of Minnesota - Center for Bioethics
University of Washington School.
Sin duda en ese país ocupa un papel muy activo y productivo en bioética,
debido a factores tales como los recursos económicos, el rápido desarrollo de la
tecnología y, especialmente, los avances científicos en medicina que
favorecieron su rápida expansión.
En América Latina la bioética llegó en los 80 y parte de los 90. Primero arribó en
Argentina, luego Colombia, después Chile, México, Brasil, expandiéndose en
todo el continente. Dos organizaciones potentes en nuestro continente son
FELAIBE y la Red de Bioética UNESCO.
3.3 Foro de discusión
A nuestro entender existen varias razones que explican este interés, pero hay
tres que son determinantes y que están inextricablemente unidas: en primer
lugar, los nuevos dilemas que nos ha ido planteando el desarrollo
científico tecnológico para la humanidad; en segundo término, los nuevos
problemas que hemos generado a la naturaleza, es decir, la cuestión del
medio ambiente; y, precisamente por estas dos novedades, la tercera cuestión
se refiere a la insuficiencia de respuestas por parte de las éticas habidas
hasta entonces, explicando el emerger de la Bioética.
3.5 El rápido progreso de la tecnociencia
En primer lugar, se puede decir que el interés por la bioética se ha originado por
el veloz desarrollo de la tecnología moderna de los últimos 60 años y que
hoy está en un alto grado de aportar significativas modificaciones al mundo
biótico y abiótico.
Lo que Jonas señaló en la década de los 90, podemos ampliarlo a estos últimos
años donde se puede ver que esta globalización de la técnica, está prácticamente
tanto en Occidente como en el Oriente.
Una segunda cuestión tiene que ver con este desarrollo en el ámbito médico.
Pedro José Sarmiento señala al respecto que, los problemas planteados por
el hombre a la naturaleza no solo son dilemas que correspondan hacerse cargo
a la ecología sino también a la bioética:
Estas cuestiones acerca del medio ambiente, es necesario que sean pensadas
desde una óptica no solo ecológica, sino también bioética. La ecología es
una disciplina que se ocupa de la biología e interdependencia de los sistemas y
subsistemas biológicos, en los que se incluye el hombre, pero no indaga la
eticidad de las relaciones entre la especie humana y su comportamiento
interno, ni sus relaciones con el ecosistema. La Bioética, por el contrario,
apoyada con los datos de la ecología y de otras disciplinas, puede reflexionar
más allá de la misma ecología, investigando cuestiones aún más difíciles,
como la determinación del lugar del hombre dentro del cosmos y la conducta
que, en consecuencia, puede asumir, considerando su libertad y su capacidad
racional para conducirse en medio del alto poder tecnológico obtenido en
los últimos años. En el marco de esta problemática, la Bioética, en relación
con el medio ambiente, se inscribe con una aspiración en concreto: establecer
la eticidad de las relaciones del hombre con la naturaleza, es decir,
determinar no que la preservación del ambiente sea un deber y una necesidad -
lo cual ya ha sido formulado y suficientemente reiterado por otras disciplinas-,
sino establecer un campo de reflexión sobre las relaciones del hombre,
como especie y como grupo, en relación con la biósfera, de modo que se
investiguen no solo los mecanismos de preservación del ambiente, sino también
la legitimidad ética de los mismos, dentro de una filosofía de la naturaleza que
justifique el lugar del hombre y el sentido de su acción sobre sí mismo y el
ecosistema (P.J. Sarmiento, Bioética y Medio Ambiente: Introducción a la
Problemática Bioética –Ambiental y sus Perspectivas, Persona y Bioética,
Universidad de la Sabana, Colombia, 2001 ( n 13-14), 8-9).
Este papel de la bioética como vamos a ver próximamente, fue intuido por Jahr
y anticipado en Pötter, los llamados “padres de la bioética”.
3.9 ¿Por qué las éticas existentes hasta ahora no dan respuestas
a los desafíos actuales?
Con todo insistimos en que es necesaria una nueva ética (P. Boccardo, La
bioética: la cuarta ciencia. Por publicarse en la colección Bios y Ethos,
Departamento de Bioética, Universidad El Bosque, Bogotá), que ubicamos en la
emergencia de la bioética.
3.10 La bioética: Orígenes y qué destaca como ciencia
Durante esta última semana nos preguntaremos: ¿Por qué una bioética del
medio ambiente? La pregunta no es ociosa ya que podemos interrogarnos:
¿por qué no resultan suficientes las diversas corrientes éticas sobre la relación
hombre naturaleza que comenzaron a desarrollarse principalmente desde
mitad del siglo XX hasta ahora por lo menos en Occidente?
Una Bioética del Medio Ambiente necesariamente deberá integrar los horizontes
del biocentrismo o ecocentrismo, del zoocentrismo o del
antropocentrismo con el fin de establecer una bioética sistemática. Por
ahora podemos indicar cuáles serían los elementos a considerar con el fin de
establecer una bioética ambiental.
3.15 Una bioética medio ambiental debe estar encarnada en una
cultura simbiótica
10
L. Boff, Sustentabilidade, O que é – O que nao é, Petrópolis 2012, 115 Traducción
propia
3.16 Principio de responsabilidad y el sentimiento del respeto y
protección de los seres vivos.
Entre todos los seres vivos, señala Balducci el hombre más que nadie tiene una
estructura derrochadora: “esto es un sistema abierto que intercambia energía
con su ambiente: absorbe un flujo energético y lo convierte en servicios de cierta
duración y lo restituye degradado, nunca más utilizable. Este intercambio
produce una fluctuación cuando el sistema no está en condiciones de hacer
frente a este intercambio, tiende a reorganizarse en forma más compleja de las
precedentes, más flexible, pero por esto mismo más vulnerable, más expuesto
a los contragolpes de la degradación entrópica, y por lo tanto del crecimiento del
peso muerto de la energía no renovable” (E. Balducci, L´etica planetaria, en
Problemi di Bioetica, Firenze 1991, 56).
Al respecto dice Balducci: “el hombre del cual soy responsable no es un individuo
al que me pueda referir sin tener en cuenta el sistema vida dentro del cual
se enmarca nuestra relación” (E. Balducci, L´etica planetaria, en Problemi di
Bioetica, Firenze 1991, 56).
Por ahora hay que evaluar todo empeño que se denomine como sostenible:
ante la percepción y certeza creciente de los desafíos lanzados por las acciones
comunes de la especie humana que va dejando la extendida estación de la
cultura del poder, hacer todo porque puedo y de la degradación de los
ecosistemas, aparece esta mirada bioética ambiental que se desarrolla como un
faro y fuente del imperativo categórico de Jonas de la responsabilidad,
revelándose hoy como aquella nueva diferencia específica del hombre que es
esa cultura simbiótica. Por lo mismo, debemos estar atentos a que si el
camino de la sostenibilidad que lleva a conciliar desarrollo económico, social
y ambiental permite que crezca una cultura simbiótica o más bien sea un
hacer tiempo de la civilización de la competitividad. ¡¡¡No debemos ser
ingenuos!!!
Una bioética medioambiental tiene que estar entre los titulares y conversación
cotidiana de los ciudadanos. Una bioética liberadora debe hacernos ver
cuestiones que de otro modo pasarían inadvertidas. Se trata de desmantelar un
paradigma que está agotado. Se busca que los vulnerados sean protagonistas
desde el reverso de la historia de manera que se conviertan en ciudadanos y
sujetos de nuestro común destino.