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MONICIONES PARA RENDIR CULTO A LA IMAGEN

DEL SEÑOR DEL RAYO

Monición de entrada: Buenas noches hermanos, el día de hoy viernes 18 de Septiembre


del año en curso, el Seminario Pontificio de la Santa Cruz, con fe alegre y profunda
piedad, se presenta en la Santa Madre Iglesia Catedral para celebrar la acción de gracias
en el quinto día de la novena dedicada al Señor del Rayo, imagen traída a tierras
oaxaqueñas en el año de 1533, cuya veneración data aproximadamente del año de 1588,
según lo señala la correspondencia entre Fray Bartolomé de Ledesma, obispo de
Antequera, y el Rey Felipe II. Es menester, recordar que en el marco de esta acción de
gracias, la Iglesia celebra hoy con gran gozo, la fiesta de San Lucas evangelista, que,
según la tradición, nació en Antioquía, de familia pagana. Médico de profesión, que se
convirtió a la fe en Cristo, aproximadamente en el año 40. Cabe destacar que San Lucas,
no conoció a Jesús, pero fue discípulo del apóstol San Pablo, gracias al cual dejo por
escrito su Evangelio y los Hechos de los Apóstoles. San Lucas es el único escritor del
Nuevo Testamento que no es israelita y dirige su mensaje principalmente a los cristianos
gentiles. Llenos de alegría y, unidos en oración al Señor, pidiendo nos conceda santos y
sabios Sacerdotes, entonamos nuestro canto.

Liturgia de la Palabra: El pasaje que escucharemos en seguida en la epístola de San


Pablo a Timoteo narra la soledad por la que está pasando San Pablo; un momento de
mucho dolor, en el que sólo Lucas se ha quedado con él. Sin embargo, este pasaje nos
muestra como aún, en medio de las adversidades y contrariedades de la misión, San Pablo
fue capaz de animar desde su esperanza en Cristo, a los que como él, son fieles al
evangelio. Por su parte, San Lucas en el Evangelio, hace ver a la comunidad cristiana que
la cosecha es mucha y los trabajadores pocos. El número setenta podría tener aquí un
valor simbólico, que representaría a todo el mundo, ya que, según la tradición del
Génesis, el mundo se encontraba dividido en setenta naciones. Pero lo más importante de
este texto es, primero, el llamado a la universalidad en el anuncio de la Buena Noticia;
segundo, el llamado a todos nosotros a ser portadores de tal mensaje, y, tercero, la
urgencia de realizar el anuncio. Escuchemos con atención.

Ofrendas: Nuestra vida sólo tiene sentido, si está unida a ti Señor. Por eso nos
acercamos a tu altar, para entregarte a través de estas ofrendas del pan y del vino,
nuestras vidas y nuestros esfuerzos, nuestras esperanzas y nuestros anhelos, de servir por
medio del sacerdocio algún día tu pueblo.

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