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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Economía

Política Social

Profesor: Carlos Javier Cabrera Adame


Alumno: Juan Ramos Macías

Más allá de los límites del Estado: el sentido comunitario


de Pronasol como una alternativa actual

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Más allá de los límites del Estado: el sentido comunitario de Pronasol como una alternativa
a la problemática social actual
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Si bien han existido una gran variedad de programas sociales que han intentado atender la
política social en México, el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) fue uno de los ejes
más importantes para establecer el modelo a seguir por el resto de los grandes programas
sociales en México. Ahora bien, cabe hacer hincapié en que la política social debe ser
considerada como un caso asistencia muy particular para disminuir y minimizar las grandes
diferencias de riqueza y oportunidades en la sociedad. Así, se procederá a revistarán parte de los
ejes del programa Pronasol, así com su relevancia en su contexto para atribuir el rol de la
comunidad en la ejecución de la política social. Finalmente, se tomará esta consideración ante la
coyuntura actual y los grandes rezagos que enfrenta actualmente la sociedad mexicana

Los ejes de Pronasol

Pronasol fue instaurado en el contexto de la década de los ochenta, principalmente enfrentando


en condiciones económicas adversas –debido al periodo de ajuste, el saneamiento de las finanzas
públicas y las condiciones precarias de la sociedad–, de tal forma que el gobierno tomó la
decisión de instaurar un gran programa social que fungiera como una agenda de bienestar y
oportunidades para atender las carencias de la sociedad. Por otra parte, el elemento esencial de
Pronasol “Partía de la premisa de que el Estado debía ser promotor del desarrollo y al mismo
tiempo alentar la iniciativa corresponsable de las comunidades, propiciando la participación
activa de la gente en la definición, ejecución y vigilancia de los proyectos y
obras” [Palacios, 2007]. Así, el ánimo del trabajo comunitario buscó incidir en el proceso de
incidencia del paradigma social. Así se instauraron los comités de solidaridad, los cuales eran
herramientas de transmisión directa para aplicar los recursos a nivel comunitario.

Parte de la premisa comunitaria del Pronasol se dio gracias a que era necesaria “una respuesta a
las demandas de los grupos cuyas condiciones de vida no podían esperar hasta la recuperación
completa de la economía nacional” [Palacios, 2007]. Por lo tanto, la participación comunitaria
hacia corresponsable a la sociedad como proveedora –a la par del Estado– de bienes y servicios
para la población más vulnerable. Los ejes centrales de Pronasol abarcaron ejes que dotaban de
cierta independencia a las comunidades, pues el Estado no incidía en los esquemas de
organización delos comités, así como la confianza en la delegación de responsabilidades para
realizar un ejercicio eficiente y transparente.

El gasto y los resultados de la política social en México

Si bien la trayectoria histórica del gasto correspondiente a programas sociales se ha


incrementado de manera constante –e incluso para 2020 superará el límite anterior–, la
efectividad de estos recursos no ha bastado para garantizar que la población más vulnerable
supere la pobreza. Ahora bien, es oportuno poner en contexto parte de los grandes programas
sociales, pues si bien existe un “lag” en cuanto al efecto positivo que es deseable tener, el país ha
sido provisto con carreteras, drenajes, alumbrado y otros bienes y servicios que hacen que sea
factible la subsistencia de la mayoría de los mexicanos [1]. Convengamos entonces que la

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política social en México ha sido menos que suficiente, pero también en sus limitaciones permite
notar que existe una base para mejorar.

La evolución del gasto en materia social es mostrado en el tabla I del Anexo [1], en el cual de
acuerdo con [Cabrera, 2011], la tendencia del gasto ha sido creciente, sin embargo, al
confrontarlo con otros indicadores es posible notar que la relación no es proporcional. Por lo
tanto, las transferencias directas –o cargadas en su mayoría a programas asistencialistas– no ha
sido eficiente para combatir la pobreza y desigualdad, en el que la evolución del coeficiente de
Gini no ha sido particularmente favorable para los deciles con menores ingresos. Por otra parte,
si bien el gasto en materia social ha tenido una tendencia creciente, la localización de estos
apoyos han tendido a ser dirigidos –estrictamente– hacia los sectores más pobres, en particular
zonas rurales, de manera que se ha descuidado en parte la dimensión urbana de los programas
sociales.

De acuerdo con lo anterior, los enfoques de la política social en México han sido totalmente se
han especializado en cierto tipo de beneficiarios, sin embargo, los resultados de ésta no han sido
del todo favorables para reducir la brecha de desigualdad sino ha incrementarla.
Lamentablemente, el hecho de que se destine cada vez más una mayor proporción del
presupuesto a programas sociales, no implica que éstos solucionen los problemas de desigualdad
y pobreza en el país, sino tiende a demostrar una correlación cíclica en cuanto a los cazadores de
renta y la permanencia del político a través de la administración de los recursos públicos.

Por otra parte, tampoco es posible negar que la política social no haya tenido utilidad a lo largo
de los sexenios, en particular por lo articulado en la política social del Presidente Carlos Salinas
de Gortari, quien impulsó un nuevo esquema de política pública en la que se reducía la presión
del Estado en cuanto al incentivo del crecimiento por medio de la inversión pública y el
equilibrio macroeconómico que permitiera una participación sana del sector privado [Cabrera,
2005]. Así, de la mano del programa Pronasol se pudieron identificar factor clave que a la fecha
podrían hacer la diferencia de ser implementados de la manera más técnica y oportuna. Un caso
particular es el desarrollo regional, en el cual se entiende que la relevancia de esta clase de
desarrollo es esencial para cubrir las diferencias entre los centros y periferias –que plantea el
modelo Latinoamericano Centro-Periferia–, de tal forma que la agenda regionalista fuera una vía
del para el desarrollo y una mejor distribución de la riqueza.

El componente de la sociedad

Retomando algunos principios de Pronasol y en particular, el eje que la sociedad jugaba en el


desarrollo de la política social, cabe resaltar que es necesario que exista el compromiso de la
sociedad con el desarrollo de la política social , pues a los largo del tiempo ha sido evidente que
los esfuerzos del Estado parecen no ser suficientes a pesar de que cada vez se destinan mayores
montos a gasto social. Por otra parte, la sociedad y en particular algunas instituciones como la
familia, las colonias e incluso las delegaciones podrían ser un alternativa para minimizar las
diferencias regionales en esquemas locales. Más adelante se explorarán algunas ideas en las que
la sociedad puede actuar de manera activa en ciertos sectores de la política social.

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Si consideramos el Estado como un agente económico que administra recursos, podemos utilizar
parte de la teoría económica para entender que existen condiciones que lo hacen una fuerza
estrictamente dominante ante la producción de ciertos bienes y servicios. Sin embargo, a lo largo
del tiempo también ha sido posible notar que el Estado puede no administrar los recursos de
manera eficiente. Ahora bien, eso no implica que el Estado sólo haga transferencias directas o
que sólo se dedique a construir infraestructura, pero puede sugerir el cuestionamiento en cuanto a
qué tipo bienes y servicios que ofrece la política social los podría de manera más eficiente la
sociedad.

Así, la delegación de responsabilidades hacia la sociedad puede generar un beneficio que en la


actualidad no es posible presenciar ya que el Estado sale concentrar la mayoría de las actividades
que son relativas a la política social.

Los retos de la política social actual: el reto de la infancia, la vejez y el rol de la sociedad

En la actualidad, los retos de la política social parecen innumerables, en particular debido al


contexto internacional, el cual demanda la creación de fuerzas de trabajo cada vez más
capacitadas y especializadas en ámbitos científicos y tecnológicos. Asimismo, en México se
empieza a enfrentar la temida crisis de las pensiones, así como la futura amenaza del cambio
estructural de la pirámide poblacional, de la cual se espera que en el futuro la población en edad
avanzada sea notablemente superior a la joven. De esta manera, es menester prevenir y preparar
a la sociedad mexicana para enfrentar esta clase de retos, pues en particular, la ocupación laboral
se verá en riesgo gracias a las nuevas tecnologías y el bajo grado de capacitación técnica de los
mexicanos, de tal forma que muchos empleos se encuentran en riesgo de desaparecer gracias a
las transformaciones tecnológicas. Por otra parte, la esperanza de vida ha tendido a aumentar –y
probablemente siga haciéndolo–, por lo que la mayoría de los jóvenes tendrán que trabajar hasta
edades muy avanzadas para poder sostenerse a sí mismos y a sus familias. Así, el rol de la
política social debe ser ejecutado a tiempo, pues si bien es imposible detener las
transformaciones internas y externas que el futuro tiene para el México y el mundo, sí es posible
minimizar o reducir el efecto negativo de ésta en el mediano y largo plazo.

El gasto en educación debe incrementarse, sobre todo el gasto en los niños e infantes, pues de
acuerdo con [Esping, 2015], es en la infancia que una estimulación temprana tendrá un mayor
efecto en la vida y desarrollo del niño. Por otra parte, el Estado debe encargarse de capacitar de
mejor manera a los maestros y también invertir en la educación de éstos para que el efecto sea
mucho mayor e incida en mayor medida a los jóvenes. De esta manera, la mejor inversión que
puede hacer el Estado es en los niños, pues cuentan con el potencial de ser educados y
capacitados en futuros esquemas de trabajo que puedan generar rentabilidad no sólo para el
Estado sino para ellos mismos. Por otra parte, este poyo tiene que ser regional y en parte un
esfuerzo de la sociedad y el Estado. En el caso de los niños el primer apoyo tiene que venir de
casa y sobre todo de los maestros y el resto de personas que forman parte de la cadena de valor
agregado que representa un estudiante en México.

En cuanto al segundo gran dilema, considero que nuevamente el rol de la sociedad es el más
importante. Si bien en el punto anterior mencioné que es necesario que el Estado enfoque la
mayoría de sus esfuerzos en los niños, tampoco se puede dejar desprotegido al grupo de los

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mayores de edad, sin embargo, el concepto de familia y sociedad podría internalizar el costo.
Esta noción surge gracias a que por medio de la institución de la familia e incluso la sociedad, se
podrían hacer organizaciones –con cierto apoyo del Estado– para cuidar o ayudar
económicamente a los adultos mayores. Así, el gasto en pensiones podría moderarse y orientarse
a apoyos en los que las familias o incluso grupos sociales puedan atenuar la pobreza de los
adultos mayores por medio de un gasto interno en la familia.

Si bien los dos casos podrían parecer una mera continuidad de lo realizado anteriormente, es
necesario que el Estado ponga condiciones y ejerza presión para que la sociedad se integre y
comprometa a salvaguardar estos casos muy particulares en los que los niños requieren cuidados
y también los adultos mayores. Por otra parte, el esquema futuro plantea un problemática en la
que los próximos adultos mayores vivirán más , estarán menos capacitados y necesitarán seguir
subsistiendo de alguna u otra forma. De esta manera, el Estado puede hacer una participación
más estratégica y orientada hacia sectores en los que podría tener un papel mas eficiente como
ciertos monopolios naturales.

Finalmente, es necesario concluir que es necesario retomar algunos conceptos de los grandes
programas como Pronasol, pues a pesar de que el Estado destine una gran cantidad de recursos,
éstos no han podido generar el impacto deseado en la sociedad en materia de distribución de la
riqueza. Por otra parte, el rol de la sociedad puede hacer una diferencia en cuanto a cómo es que
los recursos se administran a nivel micro y que esto podría empezar a generar parte la movilidad
inicial de las personas y en particular de los niños. Asimismo, es urgente que el gobierno actual
trate con seriedad el tema relacionado a las pensiones y considere alternativas como la
anteriormente expuesta para poder atender los futuros y presentes cambios estructurales en la
población mexicana, así como atender la mayor inversión del país, el capital humano.

Bibliografía

[1] Cabrera, C.J. (2011), Política y seguridad social en México, pp. 21-62
[2] Cabrera, C.J. y R. Antonio (2005), Gasto público y gasto social en México, pp. 213-231
[3] Esping-Andersen, G. y B. Palier (2015), Hijos e igualdad de oportunidades, pp. 55-76.
[4] Palacios, A. (2007), Diferencias, limitaciones y alcances de las estrategias de combate a
la pobreza en México, pp. 143-175

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Anexo

[Tabla 1]

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