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“AÑO DE LA CONSOLIDACION DEL MAR DE GRAU”

“DERECHO CONSTITUCIONAL GENERAL”

CATEDRÁTICO : Dr. LUIS ALBERTO CUELLAR VILLARROEL

INTEGRANTES : CAYCHO ESPIRITU YENNY.


DARRIGO VALENCIA JOSE LUIS.
FERNANDEZ MEZA DARIE YAMILE.
WONG RODRIGUEZ WILSON.

TEMA : SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

CICLO : III CICLO DE DERECHO – SUA LIMA

LIMA – PERU

2016-II

1
Dedicatoria: Dedicamos este trabajo, a
todas aquellas personas que no pueden
ejercer su derecho de defensa por carecer
de recursos económicos.

2
AGRADECIMIENTO

En la actualidad existen pocas personas que saben agradecer lo poco que hacen por ellos, con
esto queremos empezar agradeciendo en primer lugar al docente de esta distinguida cátedra,
por la influencia de formar un grupo y con esto lograr la sociabilidad con cada uno de ellos,
seguidamente agradecemos a nuestros queridos padres por darnos su apoyo en diferentes
aspectos y/o escenarios de nuestras vidas.

Siendo estudiantes de la carrera de derecho, estamos deseosos de formarnos profesionalmente


y abrirnos nuestros caminos cada uno de nosotros con mucho ímpetu esperamos lograr
nuestros objetivos ya trazados, por último agradecemos a todas las personas que influyeron
incondicionalmente en nuestros estudios y en nuestro diario vivir.

3
INDICE

Pág.

Caratula 1

Dedicatoria 2

Agradecimiento 3

Índice 4

Presentación 5

Introducción 6

Capítulo I
Diagnóstico de la Realidad Problemática 7

Capítulo II
Marco Teórico: La Supremacía Constitucional

2.1 Definición 8
2.2 Fundamentos de la Supremacía Constitucional 8
2.3 Carácter Fundamental de la Constitución 9
2.4 Supremacía material y formal 12
2.4.1 Supremacía material 12
2.4.2 Supremacía formal 13
2.5 La Constitución y las leyes 14
2.6 La Constitución y los actos de gobierno 20
2.7 Control de la Constitucionalidad 21
2.7.1 Control concentrado 22
2.7.2 Control difuso 22
2.8 Implicancias de la rigidez de la Constitución 24
2.9 Importancia de la Supremacía Constitucional 25

Conclusiones 27.

Bibliografía 29

4
PRESENTACIÓN

Este trabajo se ha realizado con el motivo de dar a conocer que viene hacer la Supremacía
Constitucional el mismo que se encuentra vinculado con el Estado de Derecho, que no es más
que un Estado Social y Democrático de Derecho para sociedades políticas en vías de
desarrollo, donde la cuestión social es un tema de ineludible e impostergable resolución
porque compromete los derechos humanos.

La Supremacía Constitucional solo es válida en un régimen político cuya Constitución


consagra los derechos fundamentales de la persona, los instrumentos jurídicos de su
protección y defensa, un sistema de control constitucional de las leyes, la separación y
autonomía de poderes y los mecanismos de participación ciudadana, como actualmente se
vive en nuestro país.

Hemos desarrollado el tema de la Supremacía Constitucional, para entender mejor la


importancia de este tema que tiene por objeto colocar la Constitución de un país
jerárquicamente por encima de todo el ordenamiento jurídico del país, considerándola como
ley suprema del Estado y fundamento del sistema jurídico.

5
INTRODUCCIÓN

Nuestro trabajo, fue elaborado con la intención de aportar una idea más precisa acerca del
concepto de ¨Supremacía Constitucional¨ que en la actualidad enviste a nuestra Constitución
de superioridad respecto a las Leyes, Tratados Internacionales y demás ordenamientos que le
dan cuerpo al sistema jurídico.

La Supremacía Constitucional, se apoya en las consideraciones doctrinales determinando el


lugar que merece nuestra Carta Magna en nuestro Sistema Jurídico, puesto que desde
Aristóteles hasta nuestros días con el pensamiento de Herman Héller y Hans Kelsen ha
introducido el dogma o principio de Supremacía Constitucional a la Ciencia Política, en el
Derecho Constitucional y en la Teoría General del Proceso.

Derivado de la aclaración de Supremacía Constitucional aportada por la Doctrina, en la cual


se pretende abarcar lo relativo al Control de Constitucionalidad, a fin de mostrar la
herramienta básica de la cual se hace valer el Estado Peruano para hacer respetar la
Constitucionalidad de la Ley Suprema.

El control de Constitucionalidad es un tema importante, con ello se pretende abarcar lo


relativo a la Jerarquía Normativa en nuestro país.

6
CAPITULO I

DIAGNÓSTICO DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA

La supremacía Constitucional como principio del derecho Constitucional, postula ubicar la


Constitución jerárquicamente por encima de todas las demás normas Jurídicas. Por su parte la
calidad de norma suprema de nuestra Constitución la encontramos plasmada en el texto legal
del artículo 133 Constitucional, el cual señala que: ¨ Esta Constitución, las leyes del congreso
de la unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma,
celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del senado,
serán la ley suprema de toda la Unión¨.

Siguiendo los lineamientos que nos marca el derecho Constitucional, la Constitución, se


postula por encima de todas las demás normas jurídicas sin embargo, de su interpretación se
desprende un conflicto normativo al intentar determinar que norma es superior a cual, ya que
señala que tanto Constitución, Leyes del Congreso de la Unión y Tratados Internacionales
serán Ley suprema de la Unión, lo cual es fuente de controversia de carácter Constitucional
cuando no queda clara la exacta jerarquía de normas; puesto que una norma suprema (aquella
que es superior a todas) determina la superioridad de una norma inferior. Aunque la confusión
a que se presta el texto legal del Art. 133 respecto a la supremacía de la Constitución sobre
leyes y Tratados Internacionales, la ha dejado clara la Suprema Corte de Justicia de la Nación
a través de criterios jurisprudenciales, de la misma forma en los últimos años ha intentado
regular el orden jerárquico entre leyes y tratados internacionales, sin embargo sus criterios no
han sido firmes y se han vuelto susceptibles de sufrir cambios respecto a dicha jerarquía, lo
cual ha desencadenado conflictos relativos a la constitucionalidad de normas cuando un
ordenamiento formativo contraviene lo dispuesto por otro de mayor jerarquía.

7
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

2.1 DEFINICION.- La supremacía constitucional, es un tema que alude la ubicación de la


Constitución Política, en el más alto escalafón del sistema legislativo de un Estado.

En otros términos, la supremacía constitucional, es la preeminencia de la Constitución


Política, su nivel de máxima jerarquía y claro está, el reconocimiento de inferioridad y
subordinación a la misma, de toda actividad jurídica del país.

La Constitución Política, en su calidad de norma suprema, gobierna a los poderes


constituidos y estos no pueden desobedecerla, ya que de ella obtienen la validez y
legitimidad de sus competencias.

Las normas jurídicas que dictan los legisladores, los actos de administración que ejecutan
los gobernantes, los fallos jurisdiccionales de los tribunales, las resoluciones de los
funcionarios, así como las acciones y omisiones de las personas naturales y jurídicas, para
tener validez, deben estar arreglados a la normatividad constitucional.

2.2 FUNDAMENTOS DE LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL.- Los fundamentos


de la Supremacía Constitucional son:

- Es fuente de las fuentes, es la norma normarum, norma de producción, porque de


ella se derivan todas las leyes y demás disposiciones que reglas las competencias,
funcionamiento, atribuciones de las instituciones y conducta de los ciudadanos que
forman parte del Estado.

- Es fundante, porque crea el orden jurídico y estatal.

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- Limita, encuadra y orienta los actos, la conducta y gestión de los gobernantes y
gobernados.

- Garantiza el equilibrio en el ejercicio del poder político.

- Protege y desarrolla los derechos fundamentales de la persona.

- Legaliza y legitima el sistema político.

- Es permanente, porque pretende tener una duración temporal indefinida, a


diferencia de las leyes ordinarias eventual o coyuntural.

De ahí que acertadamente Maurice Duverger nos afirma que “La supremacía de la
Constitución escrita es, en el hecho el instrumento jurídico de la limitación de los
gobernantes. Ella significa, en efecto,, que todos deben obedecer a sus disposiciones
sin poderlas modificarlas”.

Hamilton, lo recuerda el profesor Linares Quintana, explica elocuentemente este


principio de la Supremacía Constitucional, en el Federalista conceptuando que
“ningún acto legislativo contrario a la Constitución puede ser válido” porque si así no
fuere, equivaldría a afirmar que el mandatario es superior al mandante, que el
representante del pueblo es superior al pueblo mismo, que el servidor es más que su
amo; el acto de una autoridad delegada nunca puede ser contrario a los términos del
mandato con arreglo al cual se ejerce, así pues, una Constitución es de hecho una ley
fundamental y así debe ser considerada por los jueces.

2.3 CARÁCTER FUNDAMENTAL DE LA CONSTITUCION:

La doctrina constitucional explica este concepto como sinónimo de ley fundamental con la
Constitución. En la Constitución de Cádiz de 1812 las expresiones de “ley fundamental” y
“leyes fundamentales” le dan un contenido análogo al de “Constitución”, lo mismo sucede
con los primeros tratados de derecho constitucional español. A este respecto el profesor
Sánchez Agesta cita a Salas, autor de “lecciones de Derecho Público Constitucional”,
quien sostiene que “Las Leyes constitucionales se llaman también fundamentales, porque

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son el apoyo, el cimiento, el fundamento del edificio social, que sin ellas no pueden existir
firme por largo tiempo”. Ese es su carácter específico.

Y es fundamental la Constitución en la medida que no falsea un orden social y político


convirtiéndose en una “apariencia constitucional” o “constitución de Papel”, o
“constitución nominal” carente de eficacia real, sin raíz histórica, divorciada de los
valores esenciales del orden. Este falseamiento al que se refiere el profesor Sánchez
Agesta, se manifiesta en un orden real y factico y en un orden formal y apariencial. La
Constitución debe cumplir exigencias, como las siguientes:

Primero, desde un Angulo sociológico debe tener una conexión inmediata con los
factores reales de poder de un medio; debe articular valores, principios y procedimientos
que sostienen a las instituciones políticas de ese contexto histórico social. Porque en la
medida en que el orden constitucional entraña verdaderamente la supremacía de unos
valores y es capaz de encuadrar y fijar en orden las voluntades y las instituciones menores
que los soportan, es verdadero orden fundamental, con eficacia fundamentadora, porque
corresponde a fuerzas reales y es expresión exacta de las bases en que reposa el orden
social. La Constitución se impone de sí misma y amolda o anula aquellos elementos que
se opongan a su sentido. El carácter fundamental de la Constitución expresa un hecho
histórico que de si mismo se realiza.

Segundo, desde un ángulo político alude a los elementos en que el orden se articula. Es
decir la Constitución debe contener un mínimo de elementos para que el orden pueda
existir. Estos elementos constituyen “la estructura esencial del orden” que comprende el
poder y el fin. Por el elemento poder la Constitución establece la forma como está
distribuido el poder con sus respectivas competencias. La doctrina constitucional señala
que en toda Constitución encontramos la parte dogmática y la parte orgánica. La primera
contiene las declaraciones programáticas y los derechos e intereses; mientras que en la
parte orgánica se establece las atribuciones y distribución del poder. Ahora bien el fin está
más allá del orden como la fuente que deriva y la energía que lo soporta, y que el profesor
Sánchez Agesta lo relaciona con el comentario que San Agustín hace de Aristóteles que de
acuerdo con la doctrina escolástica de las causas: el poder es la causa eficiente; y el fin, la
causa final.

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Y tercero, una significación jurídica que se refiere al sentido de cimiento o fundamento
sobre el cual se levanta alguna cosa. Entonces, la Constitución es la base en que descansa
el restante ordenamiento jurídico. Ella es la premisa mayor de que las leyes derivan sus
conclusiones. La Constitución es la fuente, y las leyes, el agua que corre por el cauce;
aquella el tronco, y estas, las ramas y las hojas que viven de su savia, nos afirma el
profesor Sánchez Agesta.

Esta función de determinar y fundamentar todo el ordenamiento jurídico unificado se


realiza a través de una doble vía: Primero, instituyendo los órganos de gobierno y sanción
del Derecho fundado así la unidad del ordenamiento jurídico a través de una serie
jerárquica de competencias, donde un órgano inferior está sujeto y determinado por un
órgano superior que ejerce una competencia de rango superior. Y segundo, determinando
su contenido a través de su fin, expresado en los principios rectores y teológicos en que
descansa el orden constitucional. De esta manera se nutre de contenidos a las instituciones
sociales y políticas de un contexto. A la jerarquía formal se integra una jerarquía material
de fines y valores que definen un ordenamiento jurídico.

De esta manera el Derecho Constitucional tiene la naturaleza de un Derecho de rango


superior, que se expresa en una serie de efectos característicos como:

Cuando la Constitución es derecho escrito dándole un carácter solemne de su


promulgación y un estilo de las formulas y expresiones gramaticales que acusan el valor
básico de los principios proclamados.

Expresa los valores vinculantes de una comunidad con los órganos de poder y fuerzas
efectivas del orden social.

Siendo la Constitución la “estructura esencial del orden” es rígida, salvaguardando los


principios y valores supremos del orden social.

A la defensa judicial de la Constitución de aquellos actos y normas que contradicen los


fundamentos constitucionales se le denomina “ enjuiciamiento de la constitucionalidad” o
constitucionalidad del orden jurídico ordinario, que la ley confía a un Juez ordinario o a

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un Tribunal Supremo como en los EE. UU., o como también el Juez ordinario o a un
Tribunal especial de carácter constitucional, como en Alemania, Italia y el Perú.

2.4 SUPREMACÍA MATERIAL Y FORMAL:

2.4.1 SUPREMACÍA MATERIAL.- Cuando hablamos de Supremacía material de la


Constitución Política, nos estamos refiriendo a que las Normas jurídicas
contenidas en ella, le dan origen, validez, sustento y estabilidad a todo el
ordenamiento jurídico del Estado. Esta Supremacía material se expresa, de un
lado, en el esfuerzo de la legalidad estatal que recibe la comunidad nacional, en
forma directa de la Constitución, como acertadamente dice Burdeau. Los actos
contrarios a las leyes ordinarias, carecen de valor jurídico, con mucha mayor
razón, aquellos actos que infringen la normatividad constitucional, son nulos,
aunque prevengan de quienes ejercen el poder de gobernar. Asimismo, la
Supremacía material de la Constitución, torna en imposible jurídico la
delegación de competencias, por parte del órgano encargado oficialmente de
ejercerlas, a otro de distinta naturaleza y por ende, llamado a cumplir otras
funciones. Un Presidente, un legislador, un magistrado, etc., no podrían
transferirse entre sí, a título oneroso o gratuito, los cargos públicos que por ley le
han sido otorgados. El Poder Judicial no puede delegar la función de administrar
justicia a ningún otro órgano estatal o privado. Las competencias no son
patrimonios de quienes la ejercen por su encargo. Pertenecen al pueblo. Su
acceso, ejercicio y transmisión se hace conforme a la Constitución y las leyes.

Linares Quintana nos precisa que “Las consecuencias esenciales de la suprema-


cía material de la Constitución son:

a) El control de la constitucionalidad, desde que todas las normas jurídicas de-


ben estar de acuerdo con la Constitución, que es la ley suprema del Estado.

b) La imposibilidad jurídica de que los órganos delegue el ejercicio de las com-


petencias que les ha atribuido la Constitución; ya que los poderes constitui-
dos existen en virtud de la Constitución, en la medida y bajo las condiciones

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en que ella los ha fijado; o sea, que los titulares de los poderes solamente lo
son de su ejercicio y no de su disposición”

Asimismo, la Supremacía material de la Constitución, torna en imposible


jurídico la delegación de competencias, por parte del órgano encargado
oficialmente de ejercerlas, a otro de distinta naturaleza y por ende, llamado a
cumplir otras funciones. Un Presidente, un legislador, un magistrado, etc., no
podrían transferirse entre sí, a título oneroso o gratuito, los cargos públicos que
por ley le han sido otorgados. El Poder Judicial no puede delegar la función de
administrar justicia a ningún otro órgano estatal o privado. Las competencias no
son patrimonios de quienes la ejercen por su encargo. Pertenecen al pueblo. Su
acceso, ejercicio y transmisión se hace conforme a la Constitución y las leyes.

En el Perú, en el Art. 46 de la Carta Política de 1993 así lo establece. En


resumen, desde el punto de vista material, la Constitución Política es suprema
porque las normas en ella contenidas, constituyen la primera y más importante
fuente de toda la actividad jurídica del Estado. La Constitución es anterior y
superior a todas las demás normas jurídicas, a todos los órganos del Estado, a
todos los funcionarios y autoridades, en fin a todas las instituciones, sean estas
públicas o privadas.

En resumen, desde el punto de vista material, la Constitución Política es


suprema porque las normas en ella contenidas, constituyen la primera y más
importante fuente de toda la actividad jurídica del Estado. La Constitución es
anterior y superior a todas las demás normas jurídicas, a todos los órganos del
Estado, a todos los funcionarios y autoridades, en fin a todas las instituciones,
sean estas públicas o privadas.

2.4.2 SUPREMACÍA FORMAL.- La supremacía Formal es la definitiva


consagración de su máxima validez jurídica de la Constitución, considerando
que para su elaboración se han utilizado procedimientos especiales,
extraordinarios, y distintos a los que se emplea para dictar las leyes ordinarias.
Todas las normas jurídicas de un Estado le deben su existencia a la Constitución;
ella, en cambio, no le debe la suya a ninguna. Recuérdese que la Constitución es

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un producto constituyente. El órgano encargado de elaborarla, recibió expreso
mandato del pueblo para ello. La reforma de la Constitución también requiere de
un procedimiento especialmente dificultado, previsto por ella misma. No nos
olvidemos que todos los poderes constituidos tienen su tope en la Constitución.
Ella les otorgó las competencias que poseen ella rige las actividades de cada una
de ellos, ella los gobierna y de ser necesario, también los puede reestructurar y
eliminar.

La supremacía formal refuerza la supremacía material de la Constitución al do-


tarla fundamentalmente de garantías procesales. Son consecuencias de la supre-
macía formal:

a) La rigidez constitucional;

b) El establecimiento de un proceso legislativo al que deben ajustarse los órga-


nos competentes para dictar las leyes;

c) La promulgación solemne de la Constitución y el estilo peculiar de las fórmu-


las y expresiones gramaticales que acusan el valor básico de los principios
proclamados.”

2.5 LA CONSTITUCION Y LAS LEYES:

De la Supremacía de la Constitución nace el principio de la jerarquía de las normas jurídi-


cas, tal como lo afirma el maestro alemán Kelsen, quien basa la Supremacía de la Consti-
tución en dos conceptos de orden jurídico, el de supra-ordenación y el de la subordinación
de las normas, cuando afirma que “La norma que determina la creación de otra, es supe-
rior a ésta; la creada de acuerdo con tal regulación, inferior a la primera. El orden jurídico,
especialmente aquel cuya personificación constituye el Estado, no es, por tanto, un siste-
ma de normas coordinadas entre sí, que se hallasen, por así decirlo, una al lado de la otra,
en un mismo nivel, sino que se trata de una verdadera jerarquía de diferentes niveles. La
unidad de esas normas hállase constituida por el hecho de que la creación de la de grado
más bajo se encuentra determinada por otra de grado superior, cuya creación es determi-
nada, a su vez, por otra todavía más alta. Lo que constituye la unidad del sistema es preci-

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samente la circunstancia de que tal regressus termina en la norma del grado más alto, o
básica, que representa la suprema razón de validez de todo el orden jurídico”

Asimismo, el profesor Bidart Campos en su Derecho Constitucional nos afirma que “la
supremacía constitucional, supone gradación jerárquica del orden jerárquico derivado, que
se escalona en planos descendentes. Los más altos subordinan a los inferiores, y todo el
conjunto se debe subordinar a la Constitución”.

Este principio graficado en la pirámide kelseniana cuya estructura y orden jurídico se de-
fine en función de sus órganos emisores, de su importancia y de su sentido funcional, de
tal manera que la Constitución se erige en la norma fundamental, prevalente y suprema,
vale decir, principio y fundamento de las normas jurídicas. Porque la norma que crea a
otra es superior, cuya unidad está dada por el hecho de que la creación de una norma se
encuentra determinada a su vez por otra más alta, y la más alta y suprema es la Constitu-
ción. Entonces se configura la regla de superioridad y por ende, el de la subordinación
normativa. Surge el respeto a la norma constitucional por parte de las normas inferiores,
vale decir, la inviolabilidad de la Constitución.

PRIMER NIVEL: LA CONSTITUCIÓN.


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Es la ley fundamental de la organización del estado, que está a cargo de la asamblea cons-
tituyente, responsables de la aprobación o refrenda, conformado por representantes de
distintas posiciones e ideologías elegidos para elaborar esta norma jurídica fundamental
que contiene derechos y deberes, con el fin de regular las relaciones entre los poderes pú-
blicos y los ciudadanos en lo civil, penal, tributario, laboral, social, económico y político,
que determinan la estructura del estado y señala el régimen económico del estado. Nues-
tra Carta Política se divide en dos partes:

- Parte Dogmática.- Tiene validez universal, señala los derechos de las personas,
referida a la forma del Estado y os regímenes de los derechos, deberes y las garan-
tías constitucionales.

- Parte Orgánica.- Referida a la estructura del Estado, poderes, atribuciones, fun-


ciones, protección de la Constitución y las modalidades para su reforma.

SEGUNDO NIVEL: ACTOS LEGISLATIVOS.

- TRATADOS.- Son acuerdos celebrados por el Perú con otro u otros estados, esta-
blecen derechos y obligaciones entre los estados. El presidente de la república es la
persona facultada para celebrar los tratados.
Constituyen reglas de Derecho Internacional.
Ingresan al Ordenamiento Jurídico Interno por una ley de ratificación.
Ejemplos: Convenio 169 de la OIT, Tratado de libre comercio.

- LEYES.- Son normas de carácter general, abstractas y obligatorias. Se inicia con


la presentación de un proyecto de ley y pueden presentarla: el presidente de la re-
pública, el congreso, los poderes del estado, organismos constitucionales, gobier-
nos regionales, colegios profesionales, personas naturales. Existen 2 clases de le-
yes:

Leyes orgánicas: Sirven para instaurar el marco normativo de instituciones del es-
tado. Para su aprobación se requiere de mayoría calificada del congreso (la mitad

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más uno). Ejemplos: Ley Orgánica de Gobiernos Regionales. Ley Orgánica de Mu-
nicipalidades, Ley Orgánica del Ministerio de Energía y Minas Nº 25962.

Leyes ordinarias: Son normas que regulan aspectos de carácter general o específi-
co, las cuales se dictan por el Congreso. Ejemplo: Ley Marco del Sistema Nacional
de Gestión Ambiental Nº 28245.

Resoluciones Legislativas: Se expiden con una finalidad específica del Congreso,


y por sus características especiales tienen fuerza de ley. Ejemplos: autorización del
presidente para salir del país, declaración de guerra o firma de paz, autorización de
ingreso de tropas extranjeras, entre otros.

Reglamento del Congreso De La República: Fuerza normativa y materias de re-


gulación del Reglamento: Precisa las funciones del Congreso y de la Comisión
Permanente, define su organización y funcionamiento, establece los derechos y de-
beres de los Congresistas y regula los procedimientos parlamentarios.

El Congreso de la República es el órgano representativo de la Nación, encargado de


realizar las funciones legislativas, de control político y las demás que establece la
Constitución del Estado. Es unicameral y está integrado por ciento treinta Congre-
sistas elegidos en forma directa, de acuerdo a ley.

En los documentos oficiales, el Congreso será denominado Congreso de la Repú-


blica.

Soberanía y Autonomía; El Congreso es soberano en sus funciones. Tiene autono-


mía normativa, económica, administrativa y política.

Función Legislativa: La función legislativa comprende el debate y la aprobación de


reformas de la Constitución, de leyes y resoluciones legislativas, así como su inter-
pretación, modificación y derogación, de acuerdo co n los procedimientos estable-
cidos por la Constitución Política y el presente Reglamento..

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El Decreto de Urgencia (DU): Lo dicta o expide el Presidente de la República y lo
aprueba el Consejo de Ministros en acta que suscriben sus miembros. Para su da-
ción no se requiere ninguna intervención del Congreso de la República ex ante;
ninguna suerte de delegación de facultades legislativas.

Es una norma jurídica que tiene "fuerza de ley", pero no es una ley formal y sólo se
dicta por expresa permisión constitución al como "medida extraordinaria" o excep-
cional, por ejemplo, en el caso de una invasión extranjera, un terremoto, una inun-
dación o un cataclismo que haya originado la caída de un meteorito, etc., en materia
"económica y financiera, cuando así lo requiere el interés nacional y con cargo a
dar cuenta al Congreso", el cual puede modificarlo o derogarlo.

Por ende, es inconstitucional si modifica o deroga leyes ordinarias u orgánicas que


haya expedido el parlamento para el normal desarrollo de las actividades del Esta-
do.

La regla es que el Poder Ejecutivo carece de potestades legislativas, siendo los De-
cretos de Urgencia una excepción, en la forma restrictiva que la Constitución ha
previsto.

- DECRETOS LEGISLATIVOS.- Es una norma jurídica con rango de ley, ema-


nada del poder ejecutivo en virtud de delegación expresa efectuada por el poder
legislativo.

La técnica del Decreto legislativo tiene su función en diversos ámbitos:

Para la elaboración de textos articulados, habiendo aprobado previamente el Con-


greso o Parlamento, una Ley de Bases o Ley Delegatoria que sirve como marco de
referencia y límite.

Para la elaboración de textos refundidos de diversas leyes, favoreciendo la compi-


lación en un sólo cuerpo legal de disti ntas normas jurídicas dispersas. Estas nor-
mas son dictadas en forma autónoma y no requieren una aprobación por parte del
Congreso o Parlamento. Otorgada mediante una ley ordinaria.

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TERCER NIVEL: ACTOS ADMINISTRATIVOS.

El acto administrativo consiste en la declaración que se manifiesta de manera volunta-


ria en el marco del accionar de la función pública y tiene la particularidad de producir,
en forma inmediata, efectos jurídicos individuales.

Todo acto administrativo es válido hasta que no sea declarada l a nulidad por la auto-
ridad administrativa o jurisdiccional (Art, 9, Ley Nº27444 del Procedimiento Adminis-
trativo General). Este nivel, a su vez está conformado por:

- DECRETO SUPREMO.- Norma de carácter general que reglamenta normas con


rango de ley o regula la actividad sectorial funcional o multisectorial funcional a
nivel nacional.

La naturaleza del decreto varía de acuerdo a cada legislación nacional. Existen, en


muchos casos, los decretos ley o decretos de necesidad y urgencia, que son emiti-
dos por el Poder Ejecutivo y tienen carácter de ley aún sin pasar por el Poder Le-
gislativo. Una vez promulgados, de todas formas, el Congreso puede analizarlos y
decidir si mantiene su vigencia o no.

Estos decretos ley permiten que el Gobierno tome decisiones urgentes, con proce-
dimientos rápidos y sin pérdida de tiempo. Para los partidos políticos opositores,
sin embargo, este tipo de resoluciones suelen implicar un abuso de poder por parte
del partido dominante, que evita los mecanismos de debate.

- RESOLUCION SUPREMA.- Decisión de carácter específico rubricada por el


Presidente de la República y refrendada por uno o más Ministros a cuyo ámbito de
competencia correspondan y se publica en los casos que lo disponga la ley cuando
son de naturaleza normativa.

Un ejemplo de resolución suprema en Perú tuvo lugar en diciembre de 2010,


cuando el presidente Alan García Pérez aprobó el consolidado de las mejoras
efectuadas por las entidades del Poder Ejecutivo en el periodo septiembre - di-
ciembre de dicho año.

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- RESOLUCION MINISTERIAL.- Son normas de carácter específico aprobadas
por un Ministro de Estado respecto de las políticas nacionales y sectoriales a su
cargo, entre otros.

- RESOLUCIONES DIRECTORIALES.- Son actos que se expresan situaciones


adoptadas por el funcionamiento del nivel respectivo. Es expedida por los Directo-
res administrativos en función a las atribuciones que señala las respectivas leyes
orgánicas del sector y reglamento de organización y funciones.

- RESOLUCIONES JEFATURALES.- Son actos que se expresan situaciones


adoptadas por el funcionamiento del nivel respectivo. Es expedida por los Jefes
administrativos en función a las atribuciones que señala las respectivas leyes or-
gánicas del sector y reglamento de organización y funciones. Ejemplo: RESO-
LUCION JEFATURAL Nº 270-2001-INRENA

OTRAS RESOLUCIONES:

- RESOLUCIONES DE ALCALDÍA.- Este tipo de dispositivos legales aprueban


y resuelven los asuntos de carácter administrativo.

- RESOLUCIÓN DE PRESIDENCIA EJECUTIVA.- Ejemplo: Asignan cargos


a Gerentes Públicos en la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos y
en el Instituto Nacional de Salud mediante RESOLUCIÓN DE PRESIDENCIA
EJECUTIVA Nº 50-2010-SERVIR-PE

2.6 LA CONSTITUCION Y LOS ACTOS DE GOBIERNO:

Los primeros gobernantes accedieron al poder, mediante el uso de la fuerza física. Inven-
taron mitos y leyendas para afianzar su dominio. Finalmente hicieron creer a los goberna-
dos que eran imprescindibles en los cargos, merced a la gran experiencia acumulada a lo
largo de los años en el manejo de la cosa pública. Con la invención de la escritura, apare-
cen impresas las primeras leyes y, de esta manera, se instituyó la herencia en el ejercicio
del poder político. Los hijos de los gobernantes muertos se sucedían indefinidamente en el

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mando, formándose verdaderas dinastías y castas gobernantes. En aquellos tiempos, los
actos de gobierno eran arbitrarios. No tenían más límites que la propia voluntad de quie-
nes ejercen el mando. Lentamente fueron surgiendo derechos personales, primero para los
nobles y, posteriormente para el resto de la población. Poco a poco se avanzó en la fija-
ción de límites al poder omnímodo del gobernante. A finales del siglo XVIII, se dan las
constituciones políticas y, con ellas, se implanta la definitiva sujeción de los actos de go-
bierno a los mandatos constitucionales.

La Constitución peruana de 1993 en su Art. 46 dice que el poder de 4 gobernar procede


del pueblo y se ejerce con arreglo a la Constitución y las leyes. Es más, dice igualmente
que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador, autorizando a insurgir en su contra
hasta lograr el restablecimiento del gobierno constitucional.

2.7 CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD:

El Control de constitucionalidad es el mecanismo jurídico por cual, para asegurar el


cumplimiento de las normas constitucionales, se realiza un procedimiento de revisión de
las normas ordinarias, y en caso de contradicción con la Constitución se procede a la
invalidación de las normas de rango inferior que no hayan sido hechas en conformidad
con aquellas. El fundamento de este control es el mantenimiento del Principio de
Supremacía Constitucional.

El control de constitucionalidad tiene como fundamento el principio de supremacía


constitucional, esto es que la Constitución de un país es la norma de mayor jerarquía a la
cual deben sujetarse las normas de rango inferior, entendiéndose por tales a las leyes
dictadas por el parlamento, los decretos y demás resoluciones dados por el Poder
Ejecutivo o por entidades autárquicas y las sentencias y demás resoluciones de los jueces,
por lo cual las normas que presuntamente no se ajusten al texto o normas constitucionales
serán sometidas a este procedimiento.

El ordenamiento jurídico peruano en materia de control constitucional nos ofrece un


sistema dual o mixto, a nivel mundial existen dos grandes sistemas de control
constitucional, entre ellos: el europeo o de Justicia Constitucional concentrada,
generalizado a partir de la constitución austríaca de 1920 y de la obra de Hans Kelsen, en

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el que un órgano autónomo especializado y constitucionalmente designado para ello tiene
la potestad de revisar la constitucionalidad de las normas legales y los actos de poder,
estableciendo al respecto, declaraciones generales ERGA OMNES de plenos efectos
derogatorios. El segundo sistema es el americano o de control difuso (también
denominado de la Judicial Review), permite que sea el mismo órgano jurisdiccional
ordinario el que desarrolle la función de control de la constitucionalidad inaplicando una
norma que contraviene la constitución para el caso en concreto, manteniendo la norma en
cuestión en el ordenamiento.

2.7.1 Control concentrado.- En materia de control concentrado tenemos al Tribunal


Constitucional que es un órgano colegiado reconocido constitucionalmente,
encargado de analizar la constitucionalidad de las diversas normas legales. Por otro
lado, tenemos también al control difuso el cual es ejercido tanto por los órganos
judiciales como los administrativos.

El texto constitucional peruano establece en su artículo 201 que el Tribunal


Constitucional es el órgano de control de constitución, siendo considerado en la
práctica como el máximo intérprete de la misma debido a la intensa labor que viene
desarrollando en la actualidad dirimiendo controversias en las cuales están en
juegos derechos fundamentales o pronunciándose sobre la constitucionalidad de
normas legales de inferior rango como leyes ordinarias, decretos legislativos,
decretos, reglamentos, entre otros.

2.7.2 Control difuso.- El texto constitucional peruano reconoce en su artículo 138 la


segunda forma de control constitucional, donde se señala que: “En todo proceso, de
existir incompatibilidad entre una norma constitucional y una norma legal, los
jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la norma legal sobre toda otra
norma de rango inferior”.

A diferencia del anterior sistema, este nos ofrece más acceso a la justicia
constitucional debido a que un ciudadano no estaría limitado por el artículo 203 de
la Constitución. En este sentido, si un particular inicia un proceso judicial y
considera que una norma contraviene lo dispuesto en la constitución, podrá solicitar
que se inaplique la norma. De igual forma, el juez puede optar por inaplicarla sin la

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solicitud de alguna de las partes, lo cual quiere decir que el control difuso en sede
judicial es a pedido de parte o de oficio.

El control difuso en sede judicial tiene su propio procedimiento debido a que las
sentencias expedidas por los jueces pueden ser elevadas en consulta para su
respectiva observación ante la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema
para que se pronuncie sobre el tema. Todo esto se encuentra contenido en la Ley
Orgánica del Poder Judicial.

Adicionalmente al control difuso en sede judicial, podría hablarse de control difuso


en sede administrativa de acuerdo a lo que dispuso el Tribunal Constitucional en la
sentencia recaída en el expediente No 3741-2004-AA/TC, que constituye un
precedente de observancia obligatoria. En esta sentencia, el Tribunal constitucional
establece que si bien es cierto que la Administración Pública está sometida al
principio de legalidad, ésta tiene la facultad y el deber de preferir la Constitución e
inaplicar una disposición infraconstitucional que la vulnera manifiestamente. En
este sentido, el ejercicio del control administrativo difuso se realiza a pedido de
parte y de oficio cuando se trate de la aplicación de una disposición que vaya en
contra de la interpretación que de ella haya realizado el propio Tribunal
Constitucional.

Podemos concluir que el control difuso en el Perú, al igual que el control


concentrado, está reconocido en la Constitución Política. Dado que su
reconocimiento no establece prohibición alguna, el Tribunal Constitucional, como
máximo intérprete de la Constitución, estableció en el año 2006 que la
Administración Pública tiene el deber de observar y cumplir lo dispuesto en la
Carta Magna. De esta forma, se reconoce también la aplicación del control difuso
en sede administrativa.

En conclusión, para la defensa de los derechos constitucionales de las personas, se


recurre al uso del hábeas corpus, hábeas data, amparo y cumplimiento. Si se quiere
defender la organicidad del Estado, se puede hace uso del proceso de
inconstitucionalidad, con el que se preserva la constitucionalidad de las leyes
ordinarias. Igualmente recurriremos al proceso de acción popular, para combatir los

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reglamentos ilegales. Finalmente se emplea el proceso competencial para resolver
problemas de conflictos de competencias entre los operadores de la alta función
pública, tales como la pugna entre poderes del Estado, gobiernos regionales,
municipalidades, etc.

2.8 IMPLICANCIAS DE LA RIGIDEZ DE LA CONSTITUCIÓN:

Una Constitución rígida ocupará una posición "suprema" en el ordenamiento jurídico en


un doble sentido.

Por un lado, las normas constitucionales no pueden ser modificadas por la ley. Por otro, la
conformidad con las normas constitucionales es una condición de validez de la ley misma.
De tal forma que una ley que pretenda modificar la Constitución o (lo que es lo mismo)
que esté en contraste con ella, es una ley ilegítima, es decir, inválida.

En un ordenamiento regido por una Constitución rígida, se distinguen por tanto dos tipos
de leyes: las leyes llamadas "ordinarias" y las leyes "constitucionales" o de reforma
constitucional.

Las leyes ordinarias y las leyes constitucionales se caracterizan (además de sus diversas
denominaciones) por tener procedimientos de formación distintos: en particular, las leyes
constitucionales están sujetas a un procedimiento de formación más complejo "agravado"
respecto al que rige para las leyes ordinarias. Además, las leyes constitucionales y
solamente ellas están autorizadas para modificar (o "revisar") la Constitución.

Desde James Bryce (Oxford, 1901) se habla del concepto de “constituciones rígidas”, que
presentan para su reforma un procedimiento diferente que si se tratara de la modificación
de una ley ordinaria. Tras la idea de rigidez se hace patente la intención de preservar
algunos bienes jurídicos preciados por la comunidad derechos, principios, reglas del juego
de mayorías coyunturales y del desgaste de la política diaria.

Una Constitución rígida tiene sus riesgos. Por ejemplo, que la realidad la rebase. La Carta
Magna puede ser un dique de contención, pero no por mucho tiempo si el caudal del río
aumenta. Las grandes controversias del país deben encontrar un cauce habitual de

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solución en la política y no en la Constitución. Esta solo expresa un consenso de mínimos
y no de máximos, por lo que solo debería apelarse a ella como última razón, y cuando la
misma ofrezca una solución clara del asunto controvertido. Abusar de la Constitución para
impedir cambios políticos puede ser contraproducente para la democracia y el Estado
constitucional de derecho.

La preservación y vigencia de una Constitución en el tiempo depende de lo participativo e


incluyente que haya sido el proceso al momento de elaborarla. Sus custodios son los
jueces, pero quien garantiza su supervivencia es la gente, que la siente y hace suya.

En el Perú, la Constitución de 1993 prevé también un procedimiento agravado para la


reforma (artículo 206). Se requiere, para aprobarla, mayoría absoluta del número legal de
congresistas, ratificada por referéndum, o, de omitirse este, acuerdo del Congreso en dos
legislaturas ordinarias sucesivas con votación superior a los dos tercios del número legal
de sus miembros.

2.9 IMPORTANCIA PRÁCTICA DE LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL:

La supremacía constitucional es, en la actualidad, la más importante institución jurídico-


política del constitucionalismo contemporáneo. Gracias a ella existe un ordenamiento
jerarquizado de leyes y de autoridades. Gracias a esta supremacía normativa, existe el
Estado de Derecho, las garantías constitucionales, la división de poderes, el sometimiento
de los poderosos a los dispositivos contenidos en la Constitución. Así mismo a este
valioso instituto le debemos la coexistencia pacífica de los ciudadanos y la difusión de
valores culturales, que nos encaminan hacia una vida mejor. Sin exagerar, podemos
afirmar con plena convicción, que los países que respetan sus normas constitucionales,
dándolas el rol de directrices de sus respectivos ordenamientos jurídicos, desarrollan tanto
material como culturalmente; en tanto que los países que pisotean sus constituciones, no
pueden salir del subdesarrollo, la anomia y la pobreza generalizada.

Nunca debemos dejar de recordar la axiomática afirmación del Chief Justice de la Corte
Suprema de los Estados Unidos, John Marshall, cuando con visceral profundidad nos
recordó para siempre: “Nunca debemos olvidar que lo que estamos interpretando es una
Constitución”, es decir, la ley fundacional y fundamental de una sociedad que se ha

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constituido en un Estado de Derecho, para realizar desde la perspectiva jurídica el
proyecto de vida en común de la sociedad, el reparto de las competencias supremas del
Estado, de sus órganos y de todos los hombres que integran una Nación como “una unidad
de destino en la historia”.

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CONCLUSIONES

1. La Supremacía Constitucional, como principio del Derecho Constitucional, postula


ubicar a la Constitución jerárquicamente por encima de todas las demás normas
jurídicas. Dicho principio se encuentra íntimamente ligado al de jerarquía normativa
que es aquella que impone la subordinación de las normas de grado inferior a las de
rango superior.

2. La Constitución es la Ley de Leyes, es la Norma Suprema que rige en nuestro país. La


aplicación de la Constitución es directa y de aplicación inmediata por todos quienes
administran justicia.

3. Podemos señalar que en materia de control constitucional el ordenamiento jurídico


peruano nos ofrece dos formas bien definidas: control concentrado y control difuso,
cada una con sus ventajas y desventajas pero que, en definitiva, buscan defender la
supremacía de la Constitución frente a posibles normas que contravengan lo dispuesto
por ella sea por la forma o por el fondo.

4. La supremacía constitucional es un principio inherente a toda forma de vida


constitucional, por tanto, es indispensable advertir su dimensión real en cuanto a su
naturaleza.

5. Hoy en día parece imposible mantener una visión formalista de la Constitución y de la


supremacía, ya que existen aspectos sustanciales, como la primacía de los derechos
humanos, que se anteponen como factores prioritarios por seguir.

6. Si bien es cierto que la supremacía formal, como tal, es un concepto incompleto y casi
en extinción, sobre todo con el incremento de los llamados bloques de
constitucionalidad, es un hecho que el ámbito sustancial de la supremacía se ha visto
fortalecido, y eso, en realidad, es lo que permite que la supremacía de la Constitución
siga siendo un rasgo distintivo.

7. La Constitución no será suprema por su carácter de norma fundante, sino que lo será
en la medida que aloja elementos axiológicos que incidan en la vigencia y protección

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de los derechos humanos, armonizados con los criterios internacionales en dicha
materia.

8. La naturaleza dual no conlleva una negación del principio de no contradicción sino,


por el contrario, implica una dimensión real y necesaria para que los contenidos
sustanciales de la Constitución se vean garantizados a través del grado de primacía
que solo la supremacía en su forma óptima puede propiciar.

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BIBLIOGRAFIA

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principios, Bogotá, Ed. Universidad Externado de Colombia, 2003.

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transformaciones”, en Miguel CARBONELL, Teoría de la Constitución, Ensayos
escogidos, México, D. F., Porrúa-UNAM, 2006.

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CARBONELL, Teoría de la Constitución, Ensayos escogidos, México, D. F., Porrua-
UNAM, 2006.

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- SALAZAR, Pedro, La democracia constitucional. Una radiografía teórica, México,


Fondo de Cultura Económica, 2006.

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algunas prevenciones”, en Marcos Del Rosario Rodríguez, Supremacía Constitucional,
México, Porrúa, 2009.

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