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LIMA – PERU
2016-II
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Dedicatoria: Dedicamos este trabajo, a
todas aquellas personas que no pueden
ejercer su derecho de defensa por carecer
de recursos económicos.
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AGRADECIMIENTO
En la actualidad existen pocas personas que saben agradecer lo poco que hacen por ellos, con
esto queremos empezar agradeciendo en primer lugar al docente de esta distinguida cátedra,
por la influencia de formar un grupo y con esto lograr la sociabilidad con cada uno de ellos,
seguidamente agradecemos a nuestros queridos padres por darnos su apoyo en diferentes
aspectos y/o escenarios de nuestras vidas.
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INDICE
Pág.
Caratula 1
Dedicatoria 2
Agradecimiento 3
Índice 4
Presentación 5
Introducción 6
Capítulo I
Diagnóstico de la Realidad Problemática 7
Capítulo II
Marco Teórico: La Supremacía Constitucional
2.1 Definición 8
2.2 Fundamentos de la Supremacía Constitucional 8
2.3 Carácter Fundamental de la Constitución 9
2.4 Supremacía material y formal 12
2.4.1 Supremacía material 12
2.4.2 Supremacía formal 13
2.5 La Constitución y las leyes 14
2.6 La Constitución y los actos de gobierno 20
2.7 Control de la Constitucionalidad 21
2.7.1 Control concentrado 22
2.7.2 Control difuso 22
2.8 Implicancias de la rigidez de la Constitución 24
2.9 Importancia de la Supremacía Constitucional 25
Conclusiones 27.
Bibliografía 29
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PRESENTACIÓN
Este trabajo se ha realizado con el motivo de dar a conocer que viene hacer la Supremacía
Constitucional el mismo que se encuentra vinculado con el Estado de Derecho, que no es más
que un Estado Social y Democrático de Derecho para sociedades políticas en vías de
desarrollo, donde la cuestión social es un tema de ineludible e impostergable resolución
porque compromete los derechos humanos.
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INTRODUCCIÓN
Nuestro trabajo, fue elaborado con la intención de aportar una idea más precisa acerca del
concepto de ¨Supremacía Constitucional¨ que en la actualidad enviste a nuestra Constitución
de superioridad respecto a las Leyes, Tratados Internacionales y demás ordenamientos que le
dan cuerpo al sistema jurídico.
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CAPITULO I
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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
Las normas jurídicas que dictan los legisladores, los actos de administración que ejecutan
los gobernantes, los fallos jurisdiccionales de los tribunales, las resoluciones de los
funcionarios, así como las acciones y omisiones de las personas naturales y jurídicas, para
tener validez, deben estar arreglados a la normatividad constitucional.
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- Limita, encuadra y orienta los actos, la conducta y gestión de los gobernantes y
gobernados.
De ahí que acertadamente Maurice Duverger nos afirma que “La supremacía de la
Constitución escrita es, en el hecho el instrumento jurídico de la limitación de los
gobernantes. Ella significa, en efecto,, que todos deben obedecer a sus disposiciones
sin poderlas modificarlas”.
La doctrina constitucional explica este concepto como sinónimo de ley fundamental con la
Constitución. En la Constitución de Cádiz de 1812 las expresiones de “ley fundamental” y
“leyes fundamentales” le dan un contenido análogo al de “Constitución”, lo mismo sucede
con los primeros tratados de derecho constitucional español. A este respecto el profesor
Sánchez Agesta cita a Salas, autor de “lecciones de Derecho Público Constitucional”,
quien sostiene que “Las Leyes constitucionales se llaman también fundamentales, porque
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son el apoyo, el cimiento, el fundamento del edificio social, que sin ellas no pueden existir
firme por largo tiempo”. Ese es su carácter específico.
Primero, desde un Angulo sociológico debe tener una conexión inmediata con los
factores reales de poder de un medio; debe articular valores, principios y procedimientos
que sostienen a las instituciones políticas de ese contexto histórico social. Porque en la
medida en que el orden constitucional entraña verdaderamente la supremacía de unos
valores y es capaz de encuadrar y fijar en orden las voluntades y las instituciones menores
que los soportan, es verdadero orden fundamental, con eficacia fundamentadora, porque
corresponde a fuerzas reales y es expresión exacta de las bases en que reposa el orden
social. La Constitución se impone de sí misma y amolda o anula aquellos elementos que
se opongan a su sentido. El carácter fundamental de la Constitución expresa un hecho
histórico que de si mismo se realiza.
Segundo, desde un ángulo político alude a los elementos en que el orden se articula. Es
decir la Constitución debe contener un mínimo de elementos para que el orden pueda
existir. Estos elementos constituyen “la estructura esencial del orden” que comprende el
poder y el fin. Por el elemento poder la Constitución establece la forma como está
distribuido el poder con sus respectivas competencias. La doctrina constitucional señala
que en toda Constitución encontramos la parte dogmática y la parte orgánica. La primera
contiene las declaraciones programáticas y los derechos e intereses; mientras que en la
parte orgánica se establece las atribuciones y distribución del poder. Ahora bien el fin está
más allá del orden como la fuente que deriva y la energía que lo soporta, y que el profesor
Sánchez Agesta lo relaciona con el comentario que San Agustín hace de Aristóteles que de
acuerdo con la doctrina escolástica de las causas: el poder es la causa eficiente; y el fin, la
causa final.
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Y tercero, una significación jurídica que se refiere al sentido de cimiento o fundamento
sobre el cual se levanta alguna cosa. Entonces, la Constitución es la base en que descansa
el restante ordenamiento jurídico. Ella es la premisa mayor de que las leyes derivan sus
conclusiones. La Constitución es la fuente, y las leyes, el agua que corre por el cauce;
aquella el tronco, y estas, las ramas y las hojas que viven de su savia, nos afirma el
profesor Sánchez Agesta.
Expresa los valores vinculantes de una comunidad con los órganos de poder y fuerzas
efectivas del orden social.
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un Tribunal Supremo como en los EE. UU., o como también el Juez ordinario o a un
Tribunal especial de carácter constitucional, como en Alemania, Italia y el Perú.
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en que ella los ha fijado; o sea, que los titulares de los poderes solamente lo
son de su ejercicio y no de su disposición”
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un producto constituyente. El órgano encargado de elaborarla, recibió expreso
mandato del pueblo para ello. La reforma de la Constitución también requiere de
un procedimiento especialmente dificultado, previsto por ella misma. No nos
olvidemos que todos los poderes constituidos tienen su tope en la Constitución.
Ella les otorgó las competencias que poseen ella rige las actividades de cada una
de ellos, ella los gobierna y de ser necesario, también los puede reestructurar y
eliminar.
a) La rigidez constitucional;
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samente la circunstancia de que tal regressus termina en la norma del grado más alto, o
básica, que representa la suprema razón de validez de todo el orden jurídico”
Asimismo, el profesor Bidart Campos en su Derecho Constitucional nos afirma que “la
supremacía constitucional, supone gradación jerárquica del orden jerárquico derivado, que
se escalona en planos descendentes. Los más altos subordinan a los inferiores, y todo el
conjunto se debe subordinar a la Constitución”.
Este principio graficado en la pirámide kelseniana cuya estructura y orden jurídico se de-
fine en función de sus órganos emisores, de su importancia y de su sentido funcional, de
tal manera que la Constitución se erige en la norma fundamental, prevalente y suprema,
vale decir, principio y fundamento de las normas jurídicas. Porque la norma que crea a
otra es superior, cuya unidad está dada por el hecho de que la creación de una norma se
encuentra determinada a su vez por otra más alta, y la más alta y suprema es la Constitu-
ción. Entonces se configura la regla de superioridad y por ende, el de la subordinación
normativa. Surge el respeto a la norma constitucional por parte de las normas inferiores,
vale decir, la inviolabilidad de la Constitución.
- Parte Dogmática.- Tiene validez universal, señala los derechos de las personas,
referida a la forma del Estado y os regímenes de los derechos, deberes y las garan-
tías constitucionales.
- TRATADOS.- Son acuerdos celebrados por el Perú con otro u otros estados, esta-
blecen derechos y obligaciones entre los estados. El presidente de la república es la
persona facultada para celebrar los tratados.
Constituyen reglas de Derecho Internacional.
Ingresan al Ordenamiento Jurídico Interno por una ley de ratificación.
Ejemplos: Convenio 169 de la OIT, Tratado de libre comercio.
Leyes orgánicas: Sirven para instaurar el marco normativo de instituciones del es-
tado. Para su aprobación se requiere de mayoría calificada del congreso (la mitad
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más uno). Ejemplos: Ley Orgánica de Gobiernos Regionales. Ley Orgánica de Mu-
nicipalidades, Ley Orgánica del Ministerio de Energía y Minas Nº 25962.
Leyes ordinarias: Son normas que regulan aspectos de carácter general o específi-
co, las cuales se dictan por el Congreso. Ejemplo: Ley Marco del Sistema Nacional
de Gestión Ambiental Nº 28245.
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El Decreto de Urgencia (DU): Lo dicta o expide el Presidente de la República y lo
aprueba el Consejo de Ministros en acta que suscriben sus miembros. Para su da-
ción no se requiere ninguna intervención del Congreso de la República ex ante;
ninguna suerte de delegación de facultades legislativas.
Es una norma jurídica que tiene "fuerza de ley", pero no es una ley formal y sólo se
dicta por expresa permisión constitución al como "medida extraordinaria" o excep-
cional, por ejemplo, en el caso de una invasión extranjera, un terremoto, una inun-
dación o un cataclismo que haya originado la caída de un meteorito, etc., en materia
"económica y financiera, cuando así lo requiere el interés nacional y con cargo a
dar cuenta al Congreso", el cual puede modificarlo o derogarlo.
La regla es que el Poder Ejecutivo carece de potestades legislativas, siendo los De-
cretos de Urgencia una excepción, en la forma restrictiva que la Constitución ha
previsto.
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TERCER NIVEL: ACTOS ADMINISTRATIVOS.
Todo acto administrativo es válido hasta que no sea declarada l a nulidad por la auto-
ridad administrativa o jurisdiccional (Art, 9, Ley Nº27444 del Procedimiento Adminis-
trativo General). Este nivel, a su vez está conformado por:
Estos decretos ley permiten que el Gobierno tome decisiones urgentes, con proce-
dimientos rápidos y sin pérdida de tiempo. Para los partidos políticos opositores,
sin embargo, este tipo de resoluciones suelen implicar un abuso de poder por parte
del partido dominante, que evita los mecanismos de debate.
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- RESOLUCION MINISTERIAL.- Son normas de carácter específico aprobadas
por un Ministro de Estado respecto de las políticas nacionales y sectoriales a su
cargo, entre otros.
OTRAS RESOLUCIONES:
Los primeros gobernantes accedieron al poder, mediante el uso de la fuerza física. Inven-
taron mitos y leyendas para afianzar su dominio. Finalmente hicieron creer a los goberna-
dos que eran imprescindibles en los cargos, merced a la gran experiencia acumulada a lo
largo de los años en el manejo de la cosa pública. Con la invención de la escritura, apare-
cen impresas las primeras leyes y, de esta manera, se instituyó la herencia en el ejercicio
del poder político. Los hijos de los gobernantes muertos se sucedían indefinidamente en el
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mando, formándose verdaderas dinastías y castas gobernantes. En aquellos tiempos, los
actos de gobierno eran arbitrarios. No tenían más límites que la propia voluntad de quie-
nes ejercen el mando. Lentamente fueron surgiendo derechos personales, primero para los
nobles y, posteriormente para el resto de la población. Poco a poco se avanzó en la fija-
ción de límites al poder omnímodo del gobernante. A finales del siglo XVIII, se dan las
constituciones políticas y, con ellas, se implanta la definitiva sujeción de los actos de go-
bierno a los mandatos constitucionales.
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el que un órgano autónomo especializado y constitucionalmente designado para ello tiene
la potestad de revisar la constitucionalidad de las normas legales y los actos de poder,
estableciendo al respecto, declaraciones generales ERGA OMNES de plenos efectos
derogatorios. El segundo sistema es el americano o de control difuso (también
denominado de la Judicial Review), permite que sea el mismo órgano jurisdiccional
ordinario el que desarrolle la función de control de la constitucionalidad inaplicando una
norma que contraviene la constitución para el caso en concreto, manteniendo la norma en
cuestión en el ordenamiento.
A diferencia del anterior sistema, este nos ofrece más acceso a la justicia
constitucional debido a que un ciudadano no estaría limitado por el artículo 203 de
la Constitución. En este sentido, si un particular inicia un proceso judicial y
considera que una norma contraviene lo dispuesto en la constitución, podrá solicitar
que se inaplique la norma. De igual forma, el juez puede optar por inaplicarla sin la
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solicitud de alguna de las partes, lo cual quiere decir que el control difuso en sede
judicial es a pedido de parte o de oficio.
El control difuso en sede judicial tiene su propio procedimiento debido a que las
sentencias expedidas por los jueces pueden ser elevadas en consulta para su
respectiva observación ante la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema
para que se pronuncie sobre el tema. Todo esto se encuentra contenido en la Ley
Orgánica del Poder Judicial.
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reglamentos ilegales. Finalmente se emplea el proceso competencial para resolver
problemas de conflictos de competencias entre los operadores de la alta función
pública, tales como la pugna entre poderes del Estado, gobiernos regionales,
municipalidades, etc.
Por un lado, las normas constitucionales no pueden ser modificadas por la ley. Por otro, la
conformidad con las normas constitucionales es una condición de validez de la ley misma.
De tal forma que una ley que pretenda modificar la Constitución o (lo que es lo mismo)
que esté en contraste con ella, es una ley ilegítima, es decir, inválida.
En un ordenamiento regido por una Constitución rígida, se distinguen por tanto dos tipos
de leyes: las leyes llamadas "ordinarias" y las leyes "constitucionales" o de reforma
constitucional.
Las leyes ordinarias y las leyes constitucionales se caracterizan (además de sus diversas
denominaciones) por tener procedimientos de formación distintos: en particular, las leyes
constitucionales están sujetas a un procedimiento de formación más complejo "agravado"
respecto al que rige para las leyes ordinarias. Además, las leyes constitucionales y
solamente ellas están autorizadas para modificar (o "revisar") la Constitución.
Desde James Bryce (Oxford, 1901) se habla del concepto de “constituciones rígidas”, que
presentan para su reforma un procedimiento diferente que si se tratara de la modificación
de una ley ordinaria. Tras la idea de rigidez se hace patente la intención de preservar
algunos bienes jurídicos preciados por la comunidad derechos, principios, reglas del juego
de mayorías coyunturales y del desgaste de la política diaria.
Una Constitución rígida tiene sus riesgos. Por ejemplo, que la realidad la rebase. La Carta
Magna puede ser un dique de contención, pero no por mucho tiempo si el caudal del río
aumenta. Las grandes controversias del país deben encontrar un cauce habitual de
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solución en la política y no en la Constitución. Esta solo expresa un consenso de mínimos
y no de máximos, por lo que solo debería apelarse a ella como última razón, y cuando la
misma ofrezca una solución clara del asunto controvertido. Abusar de la Constitución para
impedir cambios políticos puede ser contraproducente para la democracia y el Estado
constitucional de derecho.
Nunca debemos dejar de recordar la axiomática afirmación del Chief Justice de la Corte
Suprema de los Estados Unidos, John Marshall, cuando con visceral profundidad nos
recordó para siempre: “Nunca debemos olvidar que lo que estamos interpretando es una
Constitución”, es decir, la ley fundacional y fundamental de una sociedad que se ha
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constituido en un Estado de Derecho, para realizar desde la perspectiva jurídica el
proyecto de vida en común de la sociedad, el reparto de las competencias supremas del
Estado, de sus órganos y de todos los hombres que integran una Nación como “una unidad
de destino en la historia”.
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CONCLUSIONES
6. Si bien es cierto que la supremacía formal, como tal, es un concepto incompleto y casi
en extinción, sobre todo con el incremento de los llamados bloques de
constitucionalidad, es un hecho que el ámbito sustancial de la supremacía se ha visto
fortalecido, y eso, en realidad, es lo que permite que la supremacía de la Constitución
siga siendo un rasgo distintivo.
7. La Constitución no será suprema por su carácter de norma fundante, sino que lo será
en la medida que aloja elementos axiológicos que incidan en la vigencia y protección
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de los derechos humanos, armonizados con los criterios internacionales en dicha
materia.
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BIBLIOGRAFIA
- ALEXY, Robert, Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los
principios, Bogotá, Ed. Universidad Externado de Colombia, 2003.
- KELSEN, Hans, Teoría general del Estado, 2 ed., México, Ediciones Coyoacán, 2005.
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