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INTERNA. TEMAS DE
INMUNOLOGÍA Y ALERGIAS
Puesta al día en medicina
interna. Temas de
inmunología y alergias
Carlos Lenin Pliego Reyes
Internista. Subespecialista en Inmunología Clínica y Alergia. Coordinador de
Medicina Interna, Hospital Regional “Lic. Adolfo López Mateos”, ISSSTE.
Profesor titular del Curso de Especialización en Medicina Interna, UNAM.
Editor Invitado
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
Internista. Subespecialista en Inmunología y Alergia. Adscrita al Servicio de
Medicina Interna, Hospital General Xoco. Miembro titular del Colegio
de Medicina Interna de México. Certificada por el Consejo Mexicano de
Medicina Interna. Miembro del Mexican Group for Basic and Clinical
Research in Internal Medicine.
ERRNVPHGLFRVRUJ
Editorial
Alfil
Puesta al día en medicina interna. Temas de inmunología y alergias
ISBN 978–607–8045–19–8
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Revisión editorial:
Berenice Flores, Irene Paiz
Revisión técnica:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Ilustración:
Alejandro Rentería
Diseño de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Solar, Servicios Editoriales, S. A. de C. V.
Calle 2 No. 21, Col. San Pedro de los Pinos
03800 México, D. F.
Julio de 2011
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.
Los autores y la Editorial de esta obra han tenido el cuidado de comprobar que las dosis y esquemas
terapéuticos sean correctos y compatibles con los estándares de aceptación general de la fecha de
la publicación. Sin embargo, es difícil estar por completo seguros de que toda la información pro-
porcionada es totalmente adecuada en todas las circunstancias. Se aconseja al lector consultar cui-
dadosamente el material de instrucciones e información incluido en el inserto del empaque de cada
agente o fármaco terapéutico antes de administrarlo. Es importante, en especial, cuando se utilizan
medicamentos nuevos o de uso poco frecuente. La Editorial no se responsabiliza por cualquier alte-
ración, pérdida o daño que pudiera ocurrir como consecuencia, directa o indirecta, por el uso y apli-
cación de cualquier parte del contenido de la presente obra.
Comité Editorial
VII
VIII Temas de inmunología y alergias (Colaboradores)
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XVII
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
Sección I. Generalidades
1. Principios básicos en inmunología y alergia . . . . . . . . . . . . . . . 3
Enrique Rojas Ramos, Norma E. Martínez Jiménez
2. Abordaje diagnóstico de las enfermedades alérgicas . . . . . . . . 13
Norma E. Martínez Jiménez, Billy Verdejo Hernández
XIII
XIV Temas de inmunología y alergias (Contenido)
7. Alergia al látex . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
8. Urticaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Carlos Lenin Pliego Reyes, Rodolfo Cano Jiménez,
Erika Patricia García Jiménez,
Marco Antonio Muñoz Sánchez
9. Alergia a insectos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Juan Carlos Delgadillo Barrera
10. Alergia alimentaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Lourdes Ávila Castañón, Marco Góngora Meléndez,
Emilia Hidalgo Castro, Blanca Estela Del Río Navarro,
Juan José Luis Sienra Monje
11. Asma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
Carlos Lenin Pliego Reyes, Erika Patricia García Jiménez,
Alejandra del Consuelo Ramírez Arce Cerrillo
12. Neumonitis por hipersensibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Alfredo Cabrera Rayo, Rodrigo Zenteno Fuentes,
Anselmo López Hernández, Fernando Samperio Pérez,
Guadalupe Laguna Hernández
13. Aspergilosis broncopulmonar alérgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Ma. Dolores Alba Cabrera Ruiz, Ricardo Bello Carrera
14. Anafilaxia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 161
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
XVII
XVIII Temas de inmunología y alergias (Prólogo)
Sección I. Generalidades
1
Principios básicos en
inmunología y alergia
Enrique Rojas Ramos, Norma E. Martínez Jiménez
FAGOCITOSIS
3
4 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 1)
RECEPTORES DE RECONOCIMIENTO
DE PATRÓN Y RECEPTORES TIPO TOLL
COMPLEMENTO
CÉLULAS B Y ANTICUERPOS
células de memoria, listas para una pronta activación en caso de la entrada del
mismo antígeno en próximos eventos. Las inmunoglobulinas, además de poder
actuar como receptores de linfocitos B, cuando se encuentran solubles pueden
llevar a cabo una gran variedad de acciones, que van desde la neutralización de
los antígenos hasta su colaboración en la eliminación de antígenos mediante los
fenómenos de opsonización celular y la activación del complemento. Todo ello
se conoce como respuesta inmunitaria humoral, la cual es de una gran importan-
cia frente a microorganismos patógenos y, por lo tanto, para la defensa del orga-
nismo. Las inmunoglobulinas son sustancias de gran importancia en la defensa
del organismo, dado que tienen la capacidad de identificar y colaborar en la des-
trucción de antígenos extraños al organismo. Además, son las principales respon-
sables en lo que se ha denominado respuesta inmunitaria humoral, cuyo funcio-
namiento normal es imprescindible para la defensa en contra de los organismos.
8 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 1)
CÉLULAS T Y CITOCINAS
células B, las natural killer y las células dendríticas. La IL–22 es producida por
las células Th17 mediante la IL–6 o la IL–23, y mediada por la activación de
Stat3; el TGF–b inhibe la expresión de IL–22. También la IL–22 protege a los
hepatocitos en la inflamación aguda hepática. Sorprendentemente, la IL–22 res-
ponde contra los patógenos bacterianos, como Klebsiella pneumoniae y Citro-
bacter rodentium. Las células T reguladoras (Treg) desempeñan un papel funda-
mental en el mantenimiento de autotolerancia, así como en la regulación de la
respuesta inmunitaria. El aumento del número de las células T reguladoras y la
mejoría de su función de supresión pueden ser beneficiosos para el tratamiento
de enfermedades autoinmunitarias y para la prevención del rechazo de aloinjerto.
De hecho, las células Treg estimuladas in vitro con antígenos previenen tanto el
rechazo agudo como el crónico en aloinjerto en estudios en ratones. Por otro lado,
el agotamiento de las células Treg o la inhibición de su función podría aumentar
la inmunidad contra los tumores y agentes infecciosos crónicos. Las células Treg
ejercen sus funciones represivas a través de varios mecanismos, algunos de los
cuales requieren un contacto célula–célula. Las bases moleculares de la repre-
sión, en algunos casos, ocurren a través de su producción de citocinas, incluyendo
TGF–b, IL–10 e IL–35. El TGF–b producido por las células Treg también puede
dar lugar a la inducción de células T reguladoras inducidas (iTreg) de células T
vírgenes CD4. Aunque el TGF–b no es absolutamente necesario para la represión
en algunos entornos, sobre todo in vitro, es muy importante en la mediación de
represión en varias circunstancias in vivo. Por lo tanto, la IL–10 es esencial para
la producción Treg mediada para la prevención y la cura de la enfermedad infla-
matoria intestinal.32–35
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12 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 1)
EOSINOFILIA
ción con la edad, el sexo y otros factores. Así, en los recién nacidos el recuento
de eosinófilos es superior al observado en el resto de los grupos etarios (de 5 a
8% en los recién nacidos vs. 1 a 3% en los adultos) y es mayor en la mujer que
en el hombre, sobre todo en la primera fase del ciclo menstrual y durante el emba-
razo; asimismo, se observan variaciones del ritmo circadiano, asociadas con las
secreciones corticosuprarrenales, que determinan que la proporción de eosinófi-
los en sangre periférica sea máxima al anochecer. No obstante, todo incremento
de la proporción de eosinófilos se debe diferenciar de las variaciones relativas de-
pendientes del recuento de leucocitos, por lo que es aconsejable realizar un re-
cuento diferencial en la biometría hemática. Los eosinófilos tienen las siguientes
características funcionales: actúan como células fagocitarias, intervienen en la
13
14 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 2)
CITOLOGÍA NASAL
Cuadro 2–1. Valores de la media geométrica para la IgE sérica total según edad
Edad IgE UI/mL
0a3 <10
3a4 < 25
4a7 < 50
7 a 14 <100
Adultos < 50
IgE ESPECÍFICA
PRUEBAS CUTÁNEAS
tienen un alto valor predictivo, por lo que son más sensibles para detectar bajos
niveles de alergia. Las otras consideraciones que hay que tomar en cuenta cuando
se realizan pruebas cutáneas, independientemente de la modalidad, son la estan-
darización de alergenos, el uso de medicamentos (como antihistamínicos) y el rit-
mo circadiano en cualquier modalidad que sea usada. Las pruebas del parche tie-
nen valor en primera instancia para determinar cualquier hipersensibilidad tipo
IV (mediada por células) y también para el diagnóstico de alergia alimentaria en
niños con síntomas gastrointestinales; su combinación con otras determinaciones
diagnósticas de alta sensibilidad, como la IgE sérica específica y la prueba de
Prick, aumenta su valor predictivo.27–31
Se reconocen otras modalidades de pruebas para el diagnóstico de pacientes
alérgicos, las cuales incluyen pruebas de reto nasal o bronquial para el diagnósti-
co de las enfermedades alérgicas por inhalación y pruebas de reto orales para el
18 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 2)
RADIOLOGÍA E IMAGEN
células presentadoras de antígeno, lo que indica que pueden ser células diana para
la terapéutica alérgica, de ahí la importancia de incluir al basófilo en el abordaje
diagnóstico de las enfermedades alérgicas.46–50
CONCLUSIONES
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Sección II
Enfermedades alérgicas
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
La alergia ocular es muy frecuente; la mayor parte de las veces acompaña a otros
síntomas de padecimientos alérgicos, como la rinitis, el asma, la dermatitis atópi-
ca y la urticaria alérgica.
Se estima que alrededor de 20% de la población sufre alguna enfermedad ató-
pica. En EUA 18% de la población padece rinitis alérgica o conjuntivitis alérgica,
lo cual equivale a cerca de 40 millones de personas. La frecuencia de la conjunti-
vitis alérgica puede variar de 5 a 22%, según el área estudiada.
Actualmente numerosos estudios apuntan a que los padecimientos alérgicos
se encuentran en constante aumento, así que es de esperar que poco a poco se
aprecie ese aumento también en los padecimientos oculares.
25
26 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 3)
FISIOPATOLOGÍA
CUADRO CLÍNICO
Conjuntivitis
Estacional Vernal
Bacteriana Uveítis
Conjuntivitis
Perenne Atópica química
Inclusión Epiescleritis
Papilar
gigante
Fúngica Vasculitis
Parasitaria
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
de lograr, ya que con mucha frecuencia los pacientes están sensibilizados a varios
alergenos.
Para disminuir el contacto con los alergenos se pueden seguir algunas medidas
inespecíficas, como el uso de lentes de sol, que sirven como barrera para evitar
la caída de partículas a la conjuntiva, y el uso de lágrimas artificiales, que actúan
diluyendo el alergeno y los mediadores de la inflamación.
Considerando los tipos de conjuntivitis y la gravedad de algunos de ellos, se
deberá personalizar el tratamiento según el caso. En general se utilizan antihista-
mínicos tópicos, como antazolina o levocabastina, inhibidores de la degranula-
ción del mastocito, antiinflamatorios no esteroideos y esteroides (éstos se reser-
van para los casos severos).
Tratamiento general:
Identificar y suprimir los probables alérgenos
Suprimir la inflamación con AINE tópicos y agentes vasoconstrictores
Estabilizadores de la membrana mastocitaria
Determinar si existe
algún agente irritativo Conjuntivitis vernal
Medir la calidad y – Estabilizadores de mastocitos
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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32 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 3)
4
Rinitis alérgica
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
DEFINICIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
33
34 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 4)
Intermitente Persistente
Síntomas Síntomas
menos de cuatro días/semana más de cuatro días/semana
CLASIFICACIÓN ACTUAL
ETIOLOGÍA
La rinitis puede ser aguda o crónica si dura más de 14 días y ser de origen alérgico
o no alérgico. Entre los padecimientos sistémicos o locales que pueden causar
cuadros de rinitis se encuentran las infecciones, como la sinusitis crónica, el con-
sumo crónico de algunos medicamentos (simpaticomiméticos locales, a–adre-
nérgicos y b–agonistas), la estimulación hormonal (hipotiroidismo, embarazo,
anticonceptivos, menopausia, etc.), la exposición ocupacional a elementos irri-
tantes y la rinitis vasomotora (por desequilibrio colinérgico o hiperplasia glandu-
lar y de las células caliciformes), granulomatosa (Wegener, sarcoidosis) o estruc-
tural (desviación del tabique nasal, tumores o cuerpos extraños).
Rinitis alérgica 35
El paciente que padece rinitis de tipo alérgico suele tener una asociación con
determinantes genéticos, localizados en los cromosomas 4q24–27 y 12q14–24.
El desarrollo de este tipo de rinitis requiere factores ambientales específicos,
como son la exposición al polen, el tabaquismo, los ambientes insalubres, un bajo
peso al momento de nacer y falta de lactancia materna.
FISIOPATOLOGÍA
vación de los receptores nerviosos, que estimula a su vez las fibras tipo C, condi-
cionando la presencia de estornudos. Por su parte, la secreción de leucotrienos
y prostaglandinas explica la rinorrea asociada (figura 4–2).
DIAGNÓSTICO
Alergeno
Mastocito
Célula
dendrítica
IgE
IL–4
IL–13
Th2
IL–5 Linfocito B
Desgranulación
Alergia
Eosinófilo
Vaso sanguíneo
Rinitis crónica
Historia clínica
Antecedentes de atopia
No alérgica Tétrada rinítica Alérgica
(estornudo, prurito
nasal, rinorrea,
obstrucción)
SEGD BH (eosinófilos)
TAC de senos IgE total
paranasales, Citología nasal
perfil tiroideo, Pruebas cutáneas
ANCA, etc. IgE específica (RAST)
Pruebas de provocación
Rinomanometría
anterior
TRATAMIENTO
con un inicio en pocos minutos y están indicados en caso de síntomas leves o in-
termitentes. Los antihistamínicos sistémicos están indicados en todos los casos
de rinitis, desde la moderada hasta la severa.
Los esteroides tópicos son los fármacos más eficaces; la dexametasona tópica
fue uno de los primeros esteroides tópicos con efectividad demostrada en el trata-
miento de la rinitis alérgica. Posteriormente se fueron mejorando los esteroides,
ocasionando sólo efectos locales, y han demostrado mayor eficacia que los H1,
los anticolinérgicos y los descongestionantes.
Los anticolinérgicos son útiles en el control de los pacientes en quienes la rino-
rrea es el síntoma predominante, aunque no surten efecto en la obstrucción y el
prurito. El bromuro de ipratropio, un anticolinérgico de aplicación tópica, ha de-
mostrado su eficacia en este sentido, evitando en gran parte los efectos sistémicos
secundarios de la atropina.
Los descongestionantes a adrenérgicos tópicos (fenilefrina y derivados imida-
zólicos) inducen vasoconstricción en la mucosa nasal, reduciendo la obstrucción
nasal. Tiene efecto de rebote y provocan rinitis medicamentosa si su uso se pro-
longa más de 7 a 10 días. Son de utilidad en situaciones como las rinitis infeccio-
sas para prevenir los síntomas de bloqueo de la trompa de Eustaquio asociados
con viajes aéreos o en casos de obstrucción severa para mejorar la distribución
de otros fármacos tópicos. Con el uso sistémico no suelen producir congestión
de rebote, pero sus efectos secundarios (hipertensión arterial, palpitaciones, in-
somnio, cefalea y retención urinaria) limitan su uso.
El cromoglucato de sodio es una sustancia de uso tópico capaz de inhibir la
liberación de mediadores mastocitarios; ha demostrado eficacia en el tratamiento
de la rinitis alérgica, en especial en pacientes con títulos elevados de IgE específi-
ca. Tiene mejor efecto sobre los estornudos y la rinorrea que sobre la congestión
nasal. Es eficaz, sobre todo en la rinitis estacional, cuando se utiliza de forma pre-
ventiva; su efecto dura aproximadamente seis horas (figura 4–4).
La inmunoterapia está indicada en casos de rinitis alérgica de gravedad cre-
ciente que no se controla con tratamiento médico. Su eficacia se ha establecido
en sensibilizaciones al polen, los ácaros y determinados epitelios, ayudando a su
control sintomático e incluso a la remisión completa de la sintomatología. En un
estudio de costo–beneficio en Alemania se mostró que no sólo existe mejoría clí-
nica del paciente, sino que disminuyen de forma significativa los gastos del trata-
miento sintomático (antihistamínicos sistémicos, locales, esteroides, etc.) en 10
años en los pacientes tratados sólo con medicamentos y en los tratados con inmu-
noterapia específica.
La Organización Mundial de la Salud menciona que es el único tratamiento
eficaz para modificar la historia natural de la enfermedad. En muchos estudios
existen pruebas de que puede frenar la marcha alérgica, disminuyendo la progre-
sión a manifestaciones bronquiales del tipo del asma de componente alérgico.
Rinitis alérgica 39
Rinitis alérgica
(identificación del alergeno)
Evitar el alergeno
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5
Dermatitis atópica
Javier Gómez Vera, Alma D. Santiago Santos,
Carlos Lenin Pliego Reyes
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
41
42 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 5)
Edad % Curso de la DA
con DA
1 a 2 años 100%
3 años 37%
4 años 34%
5 años 31%
6 años 36%
7 años 37%
de siete años;5 más de 50% de los niños que inician antes de los dos años no tienen
ningún signo de sensibilización por la inmunoglobulina E (IgE), pero llegan a
sensibilizarse durante el curso de la enfermedad.4 De los adultos con DA sólo
16.8% tienen un inicio después de la adolescencia.6,7 En la figura 5–1 se muestra
la evolución natural de la DA.
CUADRO CLÍNICO
Las manifestaciones clínicas varían con la edad; se pueden definir tres etapas:
S Etapa del lactante (desde tres a cinco meses hasta los dos años): predominan
las placas eritematosas que evolucionan con erosión y descamación; las le-
siones se observan en las mejillas y el mentón, respetando la zona perioral.
En muchos pacientes se ven afectadas la frente, los pabellones auriculares,
el cuero cabelludo, el cuello, el dorso de las manos y la zona de extensión
de las extremidades.
S Etapa infantil (entre 2 y 10 años): las lesiones son más eccematosas y flexu-
ral (delante de los codos y atrás de las rodillas) es lo más significativo de
esta fase. Las lesiones son menos agudas, más diseminadas y pueden afectar
a todos los pliegues. Son comunes las pápulas secas (con descamación), la
liquenificación, el eritema y edema periorbitario. Asimismo, se ven afecta-
das las zonas retroauricular (muchas veces con grietas e infección), perio-
ral, dorso de manos, pies y nuca.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FISIOPATOLOGÍA
La piel funciona como una barrera física y química. Una alteración en la barrera
epidérmica causa una pérdida mayor de agua, característica en la DA. Los cam-
Dermatitis atópica 45
IgE y su receptor
Superantígenos
Los superantígenos (SAg) son un grupo de proteínas que inducen una gran res-
puesta inmunitaria, ya que se activan de 5 a 30% de los linfocitos y actúan en con-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Staphylococcus aureus
La supresión de la respuesta inmunitaria innata explica la colonización de S. au-
reus en más de 90% de los pacientes con DA. El rascado incrementa la unión del
S. aureus a la piel, aumentando la inflamación y la generación de toxinas IgE es-
pecíficas, que se correlacionan con la gravedad de la enfermedad. Estas toxinas
actúan como superantígenos induciendo proliferación de células T independiente
de antígenos. La emergente resistencia al tratamiento local con glucocorticoides
se atribuye a estas enterotoxinas.9
DIAGNÓSTICO
Los criterios para el diagnóstico por signos y síntomas desarrollados por Hanifin
y Rajka (cuadro 5–1) son ampliamente aceptados. Existen otros criterios, como
los de William y Burney (cuadro 5–2), los de la sociedad Americana de Dermato-
logía y los del grupo de trabajo del Reino Unido (UK); sin embargo, los análisis
estadísticos encuentran una ventaja a favor de los criterios de Hanifin y Rajka
(sensibilidad de 96.4 y especificidad de 93.75%), en comparación con los del
grupo de trabajo UK (sensibilidad de 86.14 y especificidad de 95.83%). Más ade-
lante se muestran dichos criterios.
Así, el diagnóstico es meramente clínico y la biopsia de piel sólo es necesaria
para excluir otros diagnósticos.
Para investigar los factores que exacerban la DA se deben incluir historia clíni-
ca, pruebas sanguíneas y pruebas cutáneas específicas, y pruebas de reto, depen-
diendo del grado de enfermedad y de los factores involucrados (cuadro 5–3).2
El diagnóstico diferencial más importante se basa en las distintas formas de
eccema. El eccema en manos y pies se debe diferenciar de la psoriasis. Las infec-
ciones por escabiosis también pueden ser consideradas.
En casos raros de niños, especialmente en las formas rebeldes al tratamiento,
se presenta síndrome de Netherton; en general en niños y adultos surgen deficien-
cias vitamínicas y malignidad, como linfoma cutáneo/micosis fungoide.
Dermatitis atópica 47
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento dirigidos a mejorar la calidad de vida del paciente
incluyen:
1. Aliviar los signos y síntomas.
2. Reducir las recurrencias.
3. Prevenir las exacerbaciones a largo plazo.
1. Cuidados de la piel.
2. Identificación y eliminación de factores desencadenantes o agravantes.
3. Educación.
4. Tratamiento específico de las exacerbaciones.
5. Inmunomodulación.
6. Futuros tratamientos.
50 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 5)
45 (8.5) 45 (8.5)
45 45
18 18
45 45
9 9
(6) 9 9 (6)
Cuidados de la piel
Se recomienda realizar baños diarios, cortos, con agua tibia, utilizando sustitutos
de jabón o bien jabones cremosos, y agregar derivados de avena al agua del baño.
El secado se debe realizar sin frotar la piel del paciente. Inmediatamente después
del baño hay que hidratar la piel con humectantes y emolientes.
El uso de emolientes constituye una estrategia de primera línea en el manejo
de la DA. Su empleo debe ser permanente, solo o como complemento de las otras
terapéuticas. La hidratación debe ser repetida tan a menudo como sea necesario,
de preferencia con cremas o emulsiones que contengan lípidos, como ceramidas
y ácidos grasos esenciales, extractos de avena o vitaminas, para obtener un mejor
resultado; también es de utilidad la vaselina.
Si la enfermedad es severa se puede requerir hidratación continua mediante
compresas húmedas con la aplicación simultánea de cremas humectantes.19
TRATAMIENTO TÓPICO
Corticoides
La efectividad de los corticoides tópicos en el tratamiento de la DA es indiscuti-
ble; constituyen el tratamiento específico de primera elección. Se debe indicar la
Dermatitis atópica 51
menor potencia necesaria que sea capaz de controlar el brote. Cuando la reagudi-
zación mejora se disminuye la intensidad y la frecuencia de aplicación del corti-
coide elegido y se continúa con emolientes para evitar nuevos brotes y extender
el periodo libre de lesiones. Se encuentran disponibles en cremas, ungüentos, lo-
ciones y geles. Se debe elegir el vehículo adecuado para la zona a tratar.
La potencia de los esteroides es clasificada por su poder para la vasoconstric-
ción o blanqueo cutáneo; en general se recomienda el uso de esteroides de baja
y mediana potencia en cara y genitales. Los esteroides de baja potencia pueden
ser suficientes en cualquier área del cuerpo en niños. La DA liquenificada requie-
re esteroides de mayor potencia durante tiempos prolongados.20
Su eficacia mejora si son aplicados inmediatamente después del baño. En los
pacientes con DA severa se puede utilizar un tratamiento oclusivo a través de
vendajes húmedos. Los efectos adversos del uso de corticoides incluyen telan-
giectasias, atrofia, despigmentación y acné. La absorción sistémica con altera-
ción del eje hipotálamo–hipofisario–suprarrenal se puede observar con el uso de
corticoides de mediana y alta potencia en superficies extensas. En el cuadro 5–5
se muestra la clasificación en cuanto a potencia de los esteroides tópicos.21
En DA moderada a severa que no responde o presenta intolerancia al uso de
esteroides tópicos se emplea tacrolimus a 0.03% en menores de dos años y a 0.1%
en mayores de 16 años, mientras que en mayores de dos años se utiliza pimecroli-
mus a 1%. Ambos reducen el prurito y mejoran el sueño; se administran dos veces
al día durante tiempos cortos; están contraindicados en presencia de infección.
Antibióticos tópicos
TRATAMIENTO SISTÉMICO
Tratamiento antimicrobiano
Corticoides sistémicos
Inmunoterapia
Antihistamínicos
Luz ultravioleta
Inmunomoduladores e inmunosupresores
Opciones de tratamiento
Factor de transferencia
CONCLUSIONES
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DEFINICIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
57
58 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 6)
días laborados por año debido al ausentismo que resulta de enfermedades cutáneas
relacionadas con el trabajo, con un costo aproximado de 200 millones de libras.
En México la causa más frecuente de dermatitis de contacto irritativa en muje-
res se debe a la exposición a detergentes contenidos en los productos de limpieza,
mientras que la de dermatitis de contacto alérgica se debe al níquel contenido en
la joyería de fantasía. En los varones se debe al cromo contenido en el cemento
utilizado en la industria de la construcción. De las causas de dermatitis en párpa-
dos, la DCA representa 74%, en contraste con 1% de la DCI, según lo que observó
Gum en un estudio de 203 casos.
ETIOPATOGENIA
Es producida por cualquier sustancia aplicada sobre la piel; en algunos casos las
sustancias son depositadas en la piel por partículas suspendidas en el aire, lo cual
se conoce como dermatitis aerotransportada.
Existen dos mecanismos por los cuales se puede producir la dermatitis de con-
tacto: por acción y daño directo sobre la piel por sustancias irritantes, conocida
como dermatitis de contacto por irritantes primarios, dermatitis “venenata” o der-
matitis de contacto irritativa. El segundo mecanismo involucra una reacción in-
munitaria principalmente de hipersensibilidad tardía tipo IV, conocida como der-
matitis de contacto alérgica, y en menor proporción una reacción inmunitaria tipo
I, conocida como urticaria de contacto.
En la DCI el daño a la piel se produce dependiendo de la susceptibilidad indivi-
dual, las características fisicoquímicas de las sustancias pH (acidez y alcalini-
dad), la concentración y el tiempo de exposición; un irritante fuerte siempre dañará
la piel de cualquier individuo desde el primer contacto, por ejemplo, el ácido clor-
hídrico a saturación; la sustancia que es un irritante débil causa irritación por efecto
acumulativo y por acción repetida y prolongada, por ejemplo, los detergentes.
El ácido clorhídrico, el ácido fluorhídrico, el hidróxido de sodio y el hidróxido
de potasio son irritantes primarios comunes de la industria química. El amoniaco
en heces y orina (que producen dermatitis del área del pañal), los ácidos orgánicos
encontrados en vegetales (como la ortiga) o animales celenterados (como las me-
dusas), los productos industriales, los tintes plásticos, los limpiadores, los disol-
ventes, las resinas y los medicamentos (como el permanganato de potasio, la vio-
leta de genciana, el mercurio contenido en el MerthiolateR y el timerosal)
también pueden inducir DCA.
La dermatitis por sensibilización o alérgica depende de varios factores. En la
susceptibilidad del individuo en donde se han demostrado alteraciones en genes
de sustancias inflamatorias, como las citocinas, se requiere sensibilización previa
Dermatitis de contacto 59
con una sustancia de bajo peso molecular, conocida como hapteno, que al interac-
tuar con proteínas de la piel funciona como antígeno, despertando una respuesta
inmunitaria de piel. La respuesta inmunitaria se desencadena después de que el
antígeno formado es procesado por las células de Langerhans y viaja hasta los
ganglios linfáticos regionales, donde se presenta a los linfocitos T en la zona pa-
racortical. Los linfocitos T, mediante una serie de respuestas con producción de
citocinas, envían señales para que se guarde la memoria y cuando el individuo
se vuelva a exponer a la misma sustancia se monte una respuesta inmunitaria de
memoria, produciendo inflamación en la zona nuevamente expuesta. Esta sensi-
bilización hace que proliferen células T efectoras y con memoria.
El papel de cualquier hapteno en la DCA depende de su estructura química tri-
dimensional, su lipofilidad y su afinidad de unión a proteínas.
Este proceso se lleva a cabo entre 18 y 96 h y se conoce como fase de inducción
y elicitación; es una reacción de hipersensibilidad mediada por células. Los linfo-
citos T sensibilizados reconocen alergenos, lo que origina una transformación
blástica y proliferación clonal con liberación de mediadores de la inflamación;
las células que participan en esta serie de reacciones son células de Langerhans,
linfocitos, neutrófilos, monocitos y basófilos. Puede haber reacción cruzada con
productos relacionados. Otras células que se ha identificado que tienen cierta ac-
ción durante la inflamación son los queratinocitos, pues se ha demostrado que
pueden producir citocinas, células B, células natural killer y Treg.
Células de Langerhans
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Queratinocitos
Linfocitos T
Los linfocitos T en los ganglios se activan y tienen una expansión clonal durante
la fase de sensibilización; entonces estas células T pasan a la circulación sanguí-
nea y quedan en la piel hasta que hay una nueva exposición al mismo hapteno.
La fase de elicitación se presenta entre 48 y 72 h después de la exposición al hap-
teno, lo que representa una reacción de hipersensibilidad retardada. Aunque los
efectores de la reacción de hipersensibilidad retardada son los linfocitos T CD4+,
los efectores primarios de la DCA son los linfocitos T CD8+. La IL–12 exacerba
las reacciones de hipersensibilidad, suprimiendo las citocinas reguladoras IL–4 e
IL–10; así, la IL–12 se produce por las CL y estimula el desarrollo de células T en
favor de la respuesta Th1, regulando la producción de IFN–g en las células T. Aun-
que el INF–g es una citocina Th1 producida principalmente por células CD4+, se
ha demostrado que se puede producir por las células T CD8+, lo que aumenta la
infiltración mononuclear y regula la expresión de ICAM–1, importante en la qui-
miotaxis, y a su vez aumenta la expresión de moléculas del complejo mayor de
histocompatibilidad clase I, fundamental en la presentación de antígenos.
Se ha demostrado la presencia de otras células, como las células NKT, células
Treg, natural killer y células B, así como de otras citocinas, aunque su función
durante la respuesta inmunitaria en la DCA no está del todo dilucidada.
Dermatitis de contacto 61
caso de que una sustancia se active con luz UV y produzca daño directo tisular
por la formación de radicales libres sin una respuesta inmunitaria se produce una
dermatitis de fototoxicidad, como es el caso de la dermatitis de Berloque o fitoto-
xicidad producida por las furocumarinas y 5 metoxipsoraleno, contenidos en al-
gunas plantas. Existen agentes que pueden producir los dos tipos de respuesta,
tanto fototóxica como fotoalérgica, ante su aplicación dependiendo del indivi-
duo; tal es el caso de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
CUADRO CLÍNICO
Tanto la DCI como la DCA se pueden presentar en forma aguda o crónica y pue-
den variar en intensidad o gravedad. La forma aguda es más frecuente en la DCI,
62 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 6)
Figura 6–1. Dermatitis de contacto alérgica ocasionada por el níquel; es posible obser-
var pápulas y eritema en la zona de contacto de la hebilla de la correa del reloj.
Figura 6–4. Reacción de fototoxicidad a una crema con piroxicam posterior a exposi-
ción solar.
64 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 6)
Figura 6–7. Dermatitis en el área del pañal, con eritema, edema y erosiones.
66 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 6)
DIAGNÓSTICO
La historia clínica completa con una exploración que detalle la topografía, el tipo
de lesiones y la anamnesis adecuada con el antecedente de contacto orientan mu-
cho hacia el diagnóstico. La profesión es muy importante, sobre todo en los casos
en los que las manos están afectadas. Es muy importante el interrogatorio de ma-
teriales y productos que se manipulan durante el trabajo, así como los hábitos y las
aficiones. El interrogatorio debe ser fino y persistente; con frecuencia las perso-
nas olvidan o niegan la aplicación de sustancias, porque no creen que un remedio
naturista o un medicamento pueden enfermar. En algunos pacientes es necesario
hacer estudios complementarios para un diagnóstico certero y la identificación
del contactante, en especial en los pacientes con exposición a varias sustancias;
este aspecto es de gran importancia, sobre todo en la medicina laboral.
Pueden ser diagnósticos diferenciales la dermatitis seborreica, la dishidrosis
y las tiñas, las cuales se pueden excluir mediante estudios complementarios.
La dermatitis de contacto por irritantes primarios se presenta desde el primer
contacto; depende de la concentración de la sustancia y del tiempo de permanen-
cia, generalmente es una dermatitis aguda, no hay factores inmunitarios involu-
crados, no hay IDE y no hay transferencia pasiva.
La dermatitis de contacto alérgica no se presenta en todas las personas, no apa-
rece desde la primera vez, requiere sensibilización inmunitaria, no depende de
la concentración de la sustancia ni del tiempo de permanencia, es mediada por
linfocitos T, puede haber IDE y hay transferencia pasiva.
Dermatitis de contacto 67
Datos histopatológicos
TRATAMIENTO
El punto más importante es evitar el contacto con el agente que ocasionó la der-
matitis.
En el caso de la dermatitis aguda eccematosa su sugiere el uso de fomentos
secantes dos veces al día durante cinco minutos, ya sea con agua de manzanilla,
solución de Burow (acetato de calcio y sulfato de zinc; diluir un sobre en 1 L de
agua fría hervida) o solución de sulfato de cobre a 1% (diluir 1 g de sulfato de
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
PRONÓSTICO
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72 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 6)
7
Alergia al látex
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
INTRODUCCIÓN
valencia hasta en 12% de los mismos con diversas manifestaciones clínicas, que
van desde rinoconjuntivitis (6%) hasta asma profesional (de 10 a 18%).
La alergia a este material ha crecido sustancialmente, dado el mayor uso de
guantes del látex y la detección oportuna basada en diversos estudios diagnósti-
cos a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990.
EPIDEMIOLOGÍA
73
74 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 7)
Los guantes pueden tener dentro del talco aplicado para su utilización peque-
ñas partículas de látex que los hacen más antigénicos; existen pruebas de que al
disminuir las partículas pulverizadas derivadas del látex en los guantes disminu-
yen significativamente la sensibilización y las reacciones adversas en personas
previamente sensibles, hasta llegar a presentarse sólo en 0.6%. Sin embargo, evi-
tar la exposición a los componentes de la goma natural no evita por completo los
problemas de salud, puesto que se han reportado casos de cruces antigénicos con
algunos alimentos y otros productos que pueden contenerlo (pinturas, globos,
preservativos, calzado, etc.).
FISIOPATOGENIA
El látex se deriva del citosol de las células lactíferas del árbol Hevea brasiliensis;
es un polímero de síntesis intracelular, llamado caucho natural, formado por va-
rias proteínas, las que explican aproximadamente 2% de la presencia de savia
cruda e incluyen los antígenos responsables de causar la sensibilización a la goma
natural. Durante la producción de objetos de goma se añaden retardadores, acele-
radores, antiozonantes, conservadores, plastificadores y antioxidantes que cons-
tituyen de 2 a 3% del producto y son los responsables de las respuestas irritativas.
A la fecha se han identificado más de 240 polipéptidos, de los cuales en 60 se
ha comprobado su antigenicidad; 80% de los individuos sensibilizados con reac-
ciones de hipersensibilidad tipo 1 presentan IgE específica a Hevb1, Hevb2,
Hevb3, Hevb4, Hevb5 y Hevb6, que tienen un peso molecular de 14 a 57 kD; to-
dos ellos son determinantes mayores.
CUADRO CLÍNICO
El cruce antigénico de los componentes del látex con ciertos alimentos es bien
conocido; se sabe que 70% de los pacientes con alergia al látex tienen IgE especí-
ficas contra diversas frutas, pero se estima que sólo 43% de ellos presentan reac-
ciones al consumirlas. Entre las frutas que se ha descrito que pueden tener cruce
antigénico destacan el plátano y la piña (profilinas de 14 kD con una homología
entre 71 y 84 con la profilina del látex Hevb8). Por otra parte, el aguacate compar-
te una homología mayor de 70% con el Hevb11; otros frutos relacionados son la
castaña, el kiwi, el melón, la sandía, la cereza y el tomate. Los síntomas que apa-
recen después del consumo de estas frutas varían desde prurito y edema de la mu-
cosa de los labios y la orofaringe (síndrome perioral) hasta urticaria, angioedema
o choque anafiláctico en raros casos.
La dermatitis de contacto, ya sea irritativa o mediada por hipersensibilidad
tipo IV, es una reacción observada con frecuencia. Las manifestaciones clínicas
se caracterizan por eritema, prurito, edema perilesional, fisuras y descamación
fina en las áreas de contacto. Ante la exposición repetida pueden aparecer lique-
nificación e hiperpigmentación de las zonas expuestas. Es importante destacar
que en casos de hipersensibilidad tipo IV la reacción no se presenta inmediata,
sino hasta 48 h después del contacto; la de tipo irritativo se puede presentar minu-
tos después de la exposición y está representada con frecuencia por irritación me-
cánica o por el pH alcalino de los guantes con polvo lubricante, así como la reac-
ción tipo IV está frecuentemente asociada a ciertos haptenos, como el Thiurams,
los carbamatos, el benzotiazol y los fenoles.
Se calcula que las reacciones anafilácticas debidas al látex son la segunda cau-
sa de anafilaxia durante la anestesia general. El cuadro clínico se caracteriza por
urticaria generalizada, angioedema, edema de glotis, broncoespasmo con dificul-
tad respiratoria severa e hipotensión. Los grupos de riesgo a esta reacción son los
trabajadores de la salud alérgicos al látex con IgE elevada para alguno de sus
componentes, los individuos con antecedentes familiares de atopia aun sin el
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diagnóstico de alergia al látex, así como los niños y las mujeres que precisan ciru-
gías repetitivas para corrección de espina bífida o procedimientos ginecoobstétri-
cos, respectivamente. También se han registrado reacciones anafilácticas por el
uso de sondas o catéteres que contienen látex, así como la exposición a alimentos
con grandes cantidades de sus alergenos (manipulación y preparación de los ali-
mentos con guantes de látex en algunos restaurantes).
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
Los individuos con hipersensibilidad tipo I o IV al látex deberán evitar como pri-
mer medida de prevención primaria la exposición al alergeno, así como conocer
todos los productos que pudieran contener dicho material.
La premedicación con antihistamínicos y corticosteroides no logra evitar la
ocurrencia de reacciones anafilácticas, por lo que no está recomendada. Por otra
parte, la inmunoterapia de desensibilización, aunque ya ha sido utilizada en algu-
nos países, hasta el momento no ha demostrado una adecuada seguridad para su
uso extensivo, aunque los resultados por el método sublingual son alentadores.
Alergia al látex 77
Alergia al látex
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Evitar contacto
Los trabajadores de la salud deberán utilizar guantes sin talco o sin lubricantes,
para evitar así la mayor alergenicidad, o bien utilizar guantes libres de látex (vini-
lo, neopreno, guayule, etc.), así como evitar preservativos comerciales que lo
contengan (utilizar materiales como poliuretano). Siempre es recomendable uti-
lizar brazaletes que identifiquen a los sujetos con alergia al látex u otros compues-
tos (figura 7–2).
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80 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 7)
8
Urticaria
Carlos Lenin Pliego Reyes, Rodolfo Cano Jiménez,
Erika Patricia García Jiménez, Marco Antonio Muñoz Sánchez
81
82 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 8)
EPIDEMIOLOGÍA
La urticaria aguda es una entidad común que se calcula que ocurre en 15 a 25%
de la población mundial. Constituye alrededor de 50% de la consulta de urgencia
relacionada con una enfermedad de la piel. En aproximadamente la mitad de los
casos se puede identificar la causa específica de la urticaria aguda, siendo la más
común la asociada con infecciones respiratorias, lo que explica hasta 39% de los
casos. Otras causas incluyen el uso de fármacos (antiinflamatorios no esteroideos
—AINE—, antibióticos, opiáceos e inhibidores de la enzima convertidora de an-
giotensina), infecciones parasitarias, mordidas de artrópodos y uso de medios de
contraste intravenoso.
Por otro lado, la frecuencia de urticaria crónica en niños es de 6 a 7% y en adul-
tos de 15 a 23%. La prevalencia en México es de 4.8% en la población en general,
de la cual 40% de los pacientes tienen urticaria sola, 11% sólo angioedema y 49%
padecen ambos síntomas.
CLASIFICACIÓN
FISIOPATOLOGÍA
Primera
exposición
Alergeno Segunda
exposición
Célula Mastocito
dendrítica
IgE
IL–4
Th2 IL–13
IL–5 Linfocito B
Alergia Desgranulación
Eosinófilo
Vaso sanguíneo
Figura 8–1. El alergeno es presentado por medio de las células dendríticas a los linfoci-
tos B, que mediante mecanismos de inmunorregulación Th2 inician la producción de IgE
específica en contra del alergeno. La IgE específica se va a unir a los receptores de alta
afinidad para IgE que se encuentran en la superficie de los eosinófilos, los mastocitos
y las células cebadas, para que en una segunda exposición sobrevenga la desgranula-
ción de mediadores preformados.
S Histamina
S Triptasa
S Cinasa
FA2
Fosfolípidos
Célula S IL–4
cebada S IL–5
Ácido araquidónico S IL–13
S TNF–a
S GM–CSF
Leucotrienos Prostaglandinas
Mediadores químicos Citocinas
pliamente este padecimiento de acuerdo con los siguientes fenómenos que se des-
encadenan:
S Pigmentación.
S Enfermedades hereditarias (déficit de C1q, inhibidores tipos 1 a 3 y defi-
ciencia de C3 inactivado).
S Urticaria crónica idiopática.
HISTOPATOLOGÍA
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
ataques. La urticaria por presión tiene poca respuesta a los antihistamínicos, por
lo que requiere tratamiento con corticosteroides y AINE.
El tratamiento de la urticaria solar consiste en evitar la exposición a la luz solar
y el uso de ropa protectora y pantallas solares. El manejo de la urticaria acuagéni-
ca comprende barreras protectoras y tratamiento previo con antihistamínicos.
Cuando existen pruebas de autoinmunidad o mala respuesta al tratamiento se
pueden utilizar prednisona, levotiroxina, hidroxicloroquina, concentrados de C1
inhibidor, etc.
También se ha propuesto el uso de inhibidores específicos de la ciclooxigena-
sa–2 en el tratamiento de la UC, ya que bloquean en mayor proporción a las pros-
taglandinas proinflamatorias que a las que tienen un efecto antiinflamatorio.
Cuando se decide utilizar esteroides se debe considerar que éstos no inhiben
la liberación de los factores preformados de los mastocitos, aunque suprimen múl-
90 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 8)
PRONÓSTICO
CONCLUSIONES
La urticaria es una patología muy frecuente, que puede ser tan simple como la
traducción de una respuesta de hipersensibilidad tipo I que se corrige con antihis-
tamínicos y la no exposición al factor desencadenante, o tan compleja como un
síndrome paraneoplásico; incluso puede conllevar el riesgo potencial de compli-
cación aguda, como el déficit de C1 inhibidor, que puede condicionar edema de
glotis con obstrucción de las vías respiratorias y muerte del paciente durante el
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
brote urticariano.
La UC no debe ser menospreciada como síntoma inicial de un padecimiento
sencillo, ya que puede representar el inicio de una enfermedad grave. Esta afec-
ción debe ser estudiada exhaustivamente, pues representa un reto diagnóstico–
etiológico para todo médico que se enfrenta a un paciente con dicha patología.
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94 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 8)
9
Alergia a insectos
Juan Carlos Delgadillo Barrera
INTRODUCCIÓN
Las reacciones alérgicas a los insectos han sido descritas en numerosas ocasio-
nes. El reporte más antiguo de una reacción alérgica grave se remonta a Egipto,
con la muerte del rey Menes, aproximadamente en el año 2621 a. C., debida a una
picadura de avispa en la nariz, lo cual constituyó un histórico fenómeno de anafi-
laxia. Portier y Richert describieron en 1902 el fenómeno de hipersensibilidad.
Las reacciones pueden ser distintas y variadas; pueden ir desde una reacción local
hasta una reacción sistémica que pone en riesgo la vida. Algunos insectos, como
las pulgas y los mosquitos, pueden ocasionar reacción local secundaria a la suc-
ción de la sangre y posterior contacto con la saliva del insecto en el individuo pi-
cado, lo cual puede originar sensibilidad. Los cuerpos en putrefacción de los in-
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sectos o sus heces pueden causar alergia por inhalación, como asma bronquial o
rinitis alérgica.
El veneno de los himenópteros es una mezcla compleja de péptidos pequeños,
aminas vasoactivas y proteínas. En cuanto a las abejas, su veneno contiene canti-
dades considerables de melitina, un péptido relativamente pequeño, muy tóxico
y destructivo para las células. Contiene también fosfolipasa A2, que es su princi-
pal alergeno, hialuronidasa y una fosfatasa ácida, las cuales también son alergéni-
cas. Solamente un tercio de los pacientes sensibles al veneno de las abejas tienen
inmunoglobulina E (IgE) específica para la melitina. El veneno de los véspidos
es similar en cuanto a contenido y difiere en cantidades relativas. Entre las princi-
95
96 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 9)
EPIDEMIOLOGÍA
Las reacciones alérgicas por picadura de himenópteros oscila entre 2.4 y 26% de
la población en general, pero aumenta de 30 a 60% en los cuidadores de abejas
y en los campesinos. Tiene una relación hombre–mujer de 2:1. Se ha descrito que
Alergia a insectos 97
un tercio de los pacientes que tienen reacciones alérgicas son atópicos. Las reac-
ciones alérgicas sistémicas llegan a ser menores que las reacciones locales, con
cifras de 0.8 a 3.3%. Las consideraciones para la producción de una reacción sis-
témica severa o una reacción local son las siguientes:
CLÍNICA
Reacciones locales
En 1990 Müller hizo una clasificación clínica de las reacciones sistémicas por pi-
cadura de himenópteros, las cuales dividió en cuatro grados de intensidad (figura
9–1 y cuadro 9–2).
DIAGNÓSTICO
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Por lo general el diagnóstico se realiza con una historia compatible con la picadu-
ra de himenópteros, con la identificación del insecto responsable si es posible. Se
realiza una valoración del tipo y la gravedad de la reacción para determinar si es
local o sistémica; asimismo, se investiga la edad del paciente, el sitio de la pica-
dura y su extensión para poder aplicar el tratamiento más adecuado. El diagnósti-
co de alergia a himenópteros se basa en la determinación y demostración de anti-
cuerpos IgE específicos, mediante la realización de pruebas cutáneas, sea la de
prick o pruebas intradérmicas. La concentración en las pruebas cutáneas intradér-
micas que mejor distingue a las personas con alergia a picadura de himenópteros
es la de menos de 1 mg/mL, puesto que las concentraciones mayores pueden dar
falsos positivos. Las pruebas se deben realizar en un medio hospitalario por si se
Orden Himenópteros
100
Parasitica Aculatea
diagnóstico.
Las técnicas de liberación del alergeno inducidas de leucotrienos, los ensayos
de citometría de flujo y la medición de marcadores de activación de basófilos no
son mejores que las técnicas estándar para el diagnóstico.
TRATAMIENTO
Aquí se mencionarán algunas medidas que se cree que son convenientes para
el tratamiento del paciente según su reacción.
En las reacciones localizadas leves se requiere poco tratamiento, como com-
presas frías y antihistamínicos locales o sistémicos; en caso de picadura de abejas
el aguijón debe ser extraído evitando maniobras de compresión. La pústula pro-
ducida por la picadura de la hormiga no debe ser punzada para no romper la pro-
tección cutánea.
Si el paciente presenta reacción local gigante se recomiendan medidas genera-
les, como las mencionadas anteriormente, además de iniciar con un ciclo de este-
roides pocas horas después de la picadura —que puede ser prednisona oral en un
ciclo de tres a siete días—, así como un antihistamínico vía oral y un analgésico
para el dolor. Si la lesión ocurrió en la cara o en el cuello, la vigilancia del paciente
debe ser estrecha las primeras 24 h, sobre todo si se presenta deformidad de la
zona o dificultad para respirar.
En las reacciones alérgicas grados 1 y 2 se debe valorar si hay angioedema o
no; en estos casos se evalúa la aplicación de esteroides por vía parenteral, además
de un antihistamínico. Si el angioedema está presente en zonas cervical, oral o
lingual, es preferible el uso de adrenalina, así como si se presentan síntomas gas-
trointestinales.
En los grados 3 y 4 el tratamiento de elección consiste en adrenalina intramus-
cular; la dosis de adrenalina sugerida para adultos es de 0.3 a 0.5 mL de una dilu-
ción de 1:1 000 peso volumen o 1 mg/mL. En el caso de los niños el cálculo por
peso es de 0.01 mg/kg, alcanzando una dosis máxima de 0.3 mg. Se debe adminis-
trar lo más pronto posible. De acuerdo con los síntomas del paciente se puede aña-
dir a la adrenalina un corticosteroide intravenoso (hidrocortisona o metilpredni-
solona), sobre todo si hay edema laríngeo y para prevenir manifestaciones
tardías.
En caso de broncoespasmo se debe considerar el inicio de un beta–adrenérgico
inhalado y oxigenoterapia. Si hay hipotensión se debe iniciar con reposición de
líquidos para mejorar el volumen intravascular, secundario a la vasodilatación;
la observación de los pacientes con reacciones sistémicas debe tener una dura-
ción de 24 h por si se llegaran a presentar reacciones tardías.
Los pacientes que usan betabloqueadores suelen ser resistentes al uso de la
adrenalina, por lo que el uso de glucagón inyectado puede ser benéfico en este
tipo de casos.
El tratamiento de la anafilaxia incluye un adiestramiento del paciente para su
egreso del hospital, el cual le permita detectar el riesgo de una nueva exposición
y aprender a administrar adrenalina inyectada, con instrucciones precisas de su
utilización inmediata.
Existe una presentación de adrenalina autoinyectada, llamada EpipenR, en
dosis de 0.15 y 0.3 mg para niños y adultos, respectivamente. Este tipo de disposi-
Alergia a insectos 103
tivos están listos para usarse y pueden ser llevados por el paciente o por el padre
de familia; sin embargo, hay que recordar siempre que la mejor medida es la pre-
vención.
S Ultrarrápida (ultrarush): con una duración de seis horas hasta la dosis má-
xima.
S Rápida (rush): con una duración de cuatro días.
S Rápida (cluster): con una duración de cuatro semanas.
S Clásica (convencional): con una duración de tres meses.
Las pautas cortas son más seguras que las lentas, con menos efectos secundarios
y menos reacciones sistémicas con la administración de la vacuna. Una vez que
se alcanza la dosis completa del veneno se repite la misma dosis la primera sema-
na, posteriormente dos semanas después y luego tres semanas, para llegar a una
fase de mantenimiento en la cual se administra la dosis cada cuatro semanas por
104 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 9)
lo menos durante un año. Se deben repetir las pruebas cutáneas cada dos a tres
años, las cuales tienden a ser negativas en 20% de los pacientes después de los
cinco años de tratamiento.
Los niveles de IgG veneno–específicos pueden ser medidos durante el periodo
de mantenimiento con inmunoterapia, como un marcador de eficacia clínica. Es-
tas pruebas se pueden utilizar para confirmar los niveles protectores después de
la terapia inicial; se consideran niveles protectores los mayores de 3 mg/mL des-
pués de cuatro años de mantenimiento con inmunoterapia para himenópteros.
En 0.3% de los pacientes se pueden presentar reacciones sistémicas adversas
a la inmunoterapia por himenópteros, sobre todo en sus fases iniciales. El omali-
zumab se ha utilizado exitosamente en la prevención de reacciones alérgicas en
la terapia rápida (rush).
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
106 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 9)
10
Alergia alimentaria
Lourdes Ávila Castañón, Marco Góngora Meléndez,
Emilia Hidalgo Castro, Blanca Estela Del Río Navarro,
Juan José Luis Sienra Monje
GENERALIDADES
La alergia a alimentos representa un problema mundial, que quizá obedece a las
mismas razones que explican la mayor incidencia de todos los procesos alérgicos
y generalmente es paralela a los procesos sociales, higiénicos y sanitarios, con
los conocidos cambios ambientales, mayores posibilidades de sensibilización,
incremento de la farmacoterapia, modificaciones inmunitarias, predominio de la
alimentación artificial, etc. Los hábitos alimentarios de una población marcan el
predominio de las reacciones adversas a alimentos específicos.1
La alergia alimentaria representa la primera expresión clínica de atopia duran-
te la vida, sea con manifestaciones gastrointestinales o cutáneas, seguida del
asma y la rinitis; a este continuo desarrollo de enfermedades se le ha denominado
marcha atópica2 (cuadro 10–1).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
107
108 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
PREVALENCIA
de la vida. Hasta 35% de las alergias se deben a alimentos como el huevo (1.3%),
el cacahuate (0.8%), el trigo (0.4%), el pescado (0.1%) y los mariscos (0.1%)
(cuadro 10–2). Las alergias a la leche, el huevo, la soya y el trigo durante la niñez
temprana usualmente se resuelven en la edad escolar (aproximadamente 80%).
Aunque las alergias al cacahuate, la nuez y los mariscos en general se consideran
permanentes, 20% de los niños con alergia al cacahuate experimentan una resolu-
ción a la edad de cinco años (aunque la recurrencia es posible). En los adultos las
alergias comunes son a los mariscos (2%), el cacahuate (0.6%), la nuez (0.5%)
y el pescado (0.4%). Las reacciones a las frutas y los vegetales son comunes (5%)
pero usualmente no son graves. Se ha estado reportando un incremento de la aler-
gia a las semillas. Las reacciones a los aditivos de los alimentos (colorantes y pre-
servativos) son poco comunes (< 1%).
110 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
PATOGÉNESIS
ALIMENTOS ALERGENOS
Los alergenos mayores identificados como clase I son las glucoproteínas solubles
en agua de 10 a 70 kD; son estables al calor, ácidos y proteasas; los ejemplos in-
cluyen las proteínas de la leche (caseína), el cacahuate (vicilinas), el huevo (ovo-
mucoide) y las proteínas no específicas (proteínas de transferencia lipídica no es-
pecíficas) encontradas en la manzana y el maíz. El polen del abedul es un ejemplo
Alergia alimentaria 111
Ag
MHC II TCR IFN–g
Perfil Th1 IL–2
CPA CD4 TNF–a
Inmunidad mediada
B7.1 CD28 por células
Producción de IgE
TLR CD14
Ag
IL–4
MHC II TCR Perfil Th2 IL–5
CPA IL–10
CD4 IL–13
Producción de IgE
B7.2 CD28
Activación de células T
Dos eventos de señalización: 1. TCR y 2. Moléculas de coestimulación
Sin la segunda señal se monta una respuesta parcial o anergia
Ligando B7.1 (CD80) y B7.2 (CD86)
Paradigma Th1 y Th2 importante en la relación alergia–atopia
Los enterocitos están carentes de la molécula coestimuladora B7
Manifestaciones clínicas
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Los síntomas pueden ir desde ronchas hasta anafilaxia, la cual pone en peligro
la vida. Los órganos y sistemas involucrados con más frecuencia incluyen la piel
(urticaria, dermatosis, angioedema y eccema), el aparato gastrointestinal (vómi-
to, dolor abdominal, estreñimiento y diarrea) y el sistema respiratorio (rinitis,
asma y estridor). La alergia a alimentos tiene manifestaciones menos comunes
pero no menos graves, como status asmático, aversión a alimentos, enuresis, po-
laquiuria extrema e incluso síndrome de tensión y fatiga.1
Varios desórdenes gastrointestinales alérgicos inducidos por alimentos com-
parten síntomas que se pueden diferenciar por patrones de la enfermedad y por
estudios diagnósticos. Los síntomas gastrointestinales adicionales (cólico, cons-
tipación y reflujo) han sido algunas veces atribuidos a alergia a alimentos. Los
alimentos son la causa más común de anafilaxia en pacientes externos. Los temas
comunes asociados con la anafilaxia fatal inducida por alimentos incluyen el de
112 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
Alergia a la Niños jóvenes, Urticaria de contacto, síntomas Remite a los 7 años Clara de huevo Ovomucoide,
clara de huevo predominantemente sistémicos de hipersensibilidad ovalbúmina
pacientes con atopia tipo 1 después de la ingestión
y eczema
Síndrome de Adultos, predomi- Síntomas respiratorios después Persistente Yema de huevo Alfa–livetina
ave–huevo nantemente mujeres de la exposición a plumas de (albúmina de
con exposición a pájaros, síntomas de hipersensi- suero de pollo),
pájaros bilidad tipo 1 después de la reacción cruzada
ingestión de yema de huevo con plumas de
pollo
Alergia Adultos en indus- Sìntomas respiratorios después Persistente Clara de huevo Ovalbúmina,
ocupacional trias de alimento y de la exposición a clara de huevo ovomucoide,
al huevo repostería en aerosol, síntomas variables de conalbúmina,
hipersensibilidad tipo 1 después lisocinas
de comer clara de huevo
Usualmente leve
Alergia alimentaria
113
Cuadro 10–5. Alergia gastrointestinal a alimentos
114
Enfermedad
mediada por Grupo edad Síntomas Diagnóstico Prónostico/curso
IgE
Síndrome de Ninguno; más Síntomas inmediatos al contacto Historia clìnica, prueba de prick La gravedad de síntomas puede
alergia oral común en adultos de la mucosa oral con fruta: positiva a proteínas de alimentos variar con la estación del polen;
jóvenes (50% a prurito, hormigueo, angioedema (método prick + prick) o IgE puede mejorar con inmunoterapia
polen abedul en de labios, lengua, orofaringe, alimentos sérica. Recto oral positivo a polen algunos pacientes
adultos) hormigueo y prurito de garganta con alimentos frescos, negativo con
alimentos cocidos
Anafilaxia Ninguno Rápido inicio de minutos a 2 h; Historia clínica, prueba de prick Variable, depende del alimento;
gastrointestinal náusea, dolor abdominal, cólicos positiva a proteínas de alimentos leche, soya, huevo y trigo
vómito o diarrea, otros órganos (método prick + prick) o IgE sérica típicamente desaparecen;
blanco (piel, respiratorio) específica a alimento más recto oral cacahuate, nueces y camarón son
frecuentemente afectados positivo persistentes
Temas de inmunología y alergias
Gastroenteritis Ninguno Dolor abdominal intermitente, Historia, pruebas cutáneas positivas Variable, no bien establecido,
alérgica eosinofílica náuseas, irritabilidad, poco apetito, o IgE específica a alimentos en 50%, mejora con dieta de eliminación
falla en el crecimiento, bajo peso, pero baja correlación con síntomas dentro de 6 a 8 semanas; la dieta
anemia, gastroenteropatia perdedora clínicos; pruebas de parche pueden elemental puede ser requerida
de proteínas ser valiosas; dieta de eliminación y
ROA; endoscopia, biopsia apoyan el
diagnóstico y responden a la
información de rayos X
(Capítulo 10)
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Enfermedad
mediada por Grupo edad Síntomas Diagnóstico Prónostico/curso
IgE
Proctocolitis Niños pequeños Sangre en heces franca u oculta, Historia, respuesta adecuada con La mayoría son capaces de
inducida por (< 6 meses) con apariencia de estar bien la eliminación de la proteína del tolerar leche o soya al año de
proteínas de los frecuentemente alimento (ausencia de sangrado en edad
alimentos alimentados al 48 a 72 h, endoscopia y biopsia son
seno materno concluyentes, reto produce
sangrado dentro de 72 h
Enterocolitis Niños pequeños Vómito crónico, diarrea, falla en el Historia, respuesta rápida a dieta Se resuelve en 1 a 3 años
inducida por crecimiento con exposición crónica de restricción; ROA
proteínas de los se continçua con un periodo de
alimentos eliminación: subaguda, vómito
típicamente posterior de 1 a 3 h de
la alimentación, repetitivo,
deshidratación (15% choque), diarrea
seno materno es protector
Enteropatía Niños pequeños Diarrea o esteatorrea, falla del Historia; endoscopia y biopsia, La mayoría se resuelve en
inducida por la crecimiento, anemia en 40% respuesta a dieta de restricción 1 a 2 años
proteína de la dieta
Enfermedad celiaca Ninguno Diarrea crónica, mala absorción, Diagnóstico por biopsia: atrofia de De toda la vida
(enteropatía distensión abdominal, flatulencia, vellosidades; apoyado con
sensible a gluten) falla en el crecimiento o en ganancia anticuerpos IgA antitransglutaminas
Alergia alimentaria
Urticaria aguda y Ninguno Prurito, ronchas evanescentes en min Historia clínica, pruebas cutáneas Variable, depende del alimento:
angioedema a 2 h, después de la ingestión del positivas o IgE específica a leche, soya, huevo y trigo,
alimento, 20% de los alimentos se alimentos, reto con alimentos lo desaparecen con la edad, nueces
identifican como causantes confirma y cacahuates, pescados y
mariscos persisten
Urticaria crónica y Ninguno Ronchas y edema por más de 6 sem., Historia clínica, pruebas cutáneas Variable
angioedema pocos porcentajes de alimentos se positivas o IgE específica, lo
relacionan confirma un reto oral
Mediadas por IgE y células
Temas de inmunología y alergias
Dermatitis atópica Lactantes y niños; Prurito, rash vesiculopapular; Historia clínica, pruebas cutáneas 60 a 80 mejoran o se resuelve en
90% inician antes generalizado en niños pequeños, y o IgE específica alimentos. Pruebas la adolescencia
de los cinco años en pliegues en niños mayores; y en de parche, dietas de eliminación y
de edad niños con moderada a severa 35% retos lo confirman
tienen alergia a alimentos
Dermatitis de Ninguno: más Prurito, eczema, frecuentemente en Historia clínica y pruebas de parche Variable
contacto común en adultos cara y manos; con frecuencia en
contacto ocupacional con alimentos
Vesículas con prurito intenso, rash Diagnóstico por biopsia: depósitos Toda la vida
Dermatitis Ninguno
herpetiforme en superficies extensoras y nalgas de IgA en la unión de dermis–
epidermis, se resuelve con dieta
libre de gluten
(Capítulo 10)
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Rinoconjuntivitis Ninguno Prurito ocular y nasal, hiperemia Pruebas cutáneas o IgE específica
alérgica conjuntival, lagrimeo, obstrucción en suero, el reto oral lo confirma
nasal, rinorrea hialina, estornudos en
salva de minutos a 2 h posterior a
ingestión o inhalación de alimento;
generalmente asociado a
manifestaciones cutáneas
y gastrointestinales
Broncoespasmo Ninguno Tos, sibilantes, disnea, después de Historia clínica, pruebas cutáneas o Variable
agudo la ingestión o inhalación de un IgE específica en suero, reto oral
alimento; puede ser factor de riesgo
para anafilaxia severa; generalmente
asociada con manifestaciones
cutáneas y gastrointestinales
IgE y no mediado por IgE
Asma Ninguno Tos crónica, sibilante, disnea, alergia Historia clínica, pruebas cutáneas Variable
alimentos como factor de riesgo para o IgE alimentos, reto oral
intubación en niños que tienen asma
Hemosiderosis Lactantes, niños Tos crónica, hemoptisis, infiltrados Historia clínica, pruebas cutáneas e Desconocido, los hábitos
pulmonar (raro) pulmonares, silbido, anemia, descrito IgE negativa, pero precipitinas IgG a alimentarios de una población
(síndrome de en alergia a leche y trigo leche y trigo positivas; biopsia marcan el predominio de
Heiner) pulmonar con depósitos de IgG e reacciones adversas a alimentos
IgA específicos
Alergia alimentaria
117
118 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
ta entonces, una prueba cutánea positiva debe ser interpretada como un indicador
de posibilidad de que el paciente tiene reactividad sintomática a un alimento es-
pecífico; sin embargo, una prueba cutánea negativa confirma la ausencia de reac-
ción mediada por IgE (agudeza predictiva negativa mayor de 95%) si los extrac-
tos alimentarios utilizados son de buena calidad.5,8,20–23
En años recientes se ha incrementado el interés en el uso de las pruebas de par-
che para atopia para el diagnóstico de alergia alimentaria no mediada por IgE.24–26
Desafortunadamente, no hay reactivos ni método estandarizados, por lo que existe
una utilidad limitada de este método en el presente.
Las pruebas de IgE alergeno–específicas in vitro son utilizadas para medir en
suero la IgE que media las alergias alimentarias. En general se considera que tie-
nen una ligeramente menor sensibilidad que las pruebas cutáneas.5 En los pasa-
dos 10 años el uso de mediciones cuantitativas de anticuerpos IgE alimento–es-
pecíficos han mostrado ser más predictivas de alergia alimentaria mediada por
IgE.27,28 (cuadro 10–10).
Los niveles de IgE específica que exceden los valores diagnósticos indican que
el paciente tiene más de 95% de probabilidad de experimentar una reacción alér-
Alergia alimentaria 121
gica si ingiere el alimento específico. Además, los niveles de IgE pueden ser mo-
nitoreados; si caen < 2 kUA/L para huevo, leche o cacahuate, el paciente debe ser
reevaluado para determinar si ha superado su alergia alimentaria.24,29 En un estu-
dio realizado por Shek y col. se encontró que las tasas de disminución de los nive-
les de IgE específica en el tiempo fue predictiva de la posibilidad de desarrollar
tolerancia en la alergia a la leche y al huevo, lo cual ofrece a los clínicos una ayuda
para dar información pronóstica y el tiempo para realizar los retos alimentarios
subsecuentes, disminuyendo el número de RODCPC innecesarios30 (figura 10–2).
El RODCPC ha sido etiquetado como la regla de oro para el diagnóstico de la
alergia alimentaria.2 Muchos investigadores han utilizado el RODCPC de mane-
ra exitosa en niños y adultos para examinar una variedad de quejas con respecto
a los alimentos.31–34 La selección de los alimentos a ser evaluados en el RODCPC
se basa generalmente en la historia, las pruebas cutáneas o los resultados in vitro
de IgE. Los alimentos que es poco probable que causen una reacción alérgica de-
ben ser evaluados mediante retos abiertos o reto ciego simple. Sin embargo, en
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
los estudios de investigación las reacciones positivas a este método deben ser
confirmadas mediante el RODCPC, excepto quizá en lactantes pequeños. Antes
de comprometerse con el resultado del RODCPC se deben tomar en considera-
ción muchos factores. El alimento sospechoso debe ser eliminado entre 7 y 14
días antes del reto, o más tiempo en algunos desórdenes gastrointestinales no me-
diados por IgE. El reto alimentario se realiza en estado de ayuno, empezando con
una dosis con pocas probabilidades de provocar síntomas (5 a 250 mg de alimen-
tos liofilizados).35 La dosis es duplicada cada 15 a 60 min, dependiendo del tipo
de reacción esperada. Una vez que el paciente tolera la dosis acumulada de 10 g
del alimento liofilizado oculto en cápsulas o líquido, la reactividad clínica gene-
ralmente es descartada. El reto ciego negativo debe ser confirmado por alimenta-
ción abierta con el tamaño de una porción bajo observación para descartar un raro
reto falso negativo.
122 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
Obtener historia
de uno a tres días para desencadenar los síntomas. En la mayoría de los desórde-
nes mediados por IgE los retos a la mayor parte de los alimentos se pueden reali-
zar cada uno a dos días; sin embargo, con los desórdenes alimentarios no media-
dos por IgE los retos a nuevos alimentos agresores deben ser de al menos tres a
cinco días por separado.
Los retos orales deben ser conducidos en un hospital o clínica, especialmente
si la reacción es mediada por IgE o se sospecha una enterocolitis inducida por
proteínas de la dieta, y sólo se debe realizar con personal entrenado y equipo dis-
ponible inmediatamente para tratar una reacción anafiláctica que amenace la
vida.30,38 Los pacientes con historia de anafilaxia que amenaza la vida deben ser
retados sólo cuando el antígeno causal no puede ser determinado de manera con-
cluyente por historia o prueba de laboratorio, o se cree que el paciente ha supera-
do su sensibilidad. Para su evaluación, muchas reacciones retardadas (p. ej., la
mayoría de las alergias gastrointestinales IgE negativas) pueden ser producidas
con seguridad en el consultorio médico, excepto quizá por el síndrome de entero-
colitis inducida por proteínas de la dieta, en el que en general se requiere un acceso
intravenoso, debido al riesgo de hipotensión. En los casos en los que los síntomas
de los pacientes son muy subjetivos son necesarios tres estudios transversales con
desarrollo de reacciones, sólo durante el reto alergénico, para concluir que existe
una relación causa–efecto.
RODCPC, a menos que uno o dos alergenos principales (huevo, leche, soya y tri-
go) provoquen síntomas de alergia clásicos. Las alergias alimentarias múltiples
se presentan con más frecuencia, en especial en los alergenos menores, por lo que
muchas veces el médico debe valorar el beneficio de identificar con certeza la
reactividad clínica y el riesgo del reto. En tales casos el uso de un reto ciego sim-
ple o abierto consume menos tiempo y, si es positivo, se puede confirmar por un
RODCPC, lo cual puede ser apropiado.
Tratamiento
CONCLUSIONES
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128 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 10)
11
Asma
Carlos Lenin Pliego Reyes, Erika Patricia García Jiménez,
Alejandra del Consuelo Ramírez Arce Cerrillo
INTRODUCCIÓN
129
130 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 11)
PREVALENCIA
FACTORES DE RIESGO
FISIOPATOGÉNESIS
Células inflamatorias
Mastocitos
Músculo Neutrófilos
liso Eosinófilos
Contracción Reclutamiento
Proliferación y activación
El asma es una enfermedad heterogénea que tiene una amplia gama de presenta-
ciones clínicas (cuadro 11–1) y distintos puntos específicos que condicionan los
diferentes fenotipos de la enfermedad. Los síntomas característicos de la enfer-
medad van desde la presencia de tos, opresión torácica, sibilancias y disnea,
como manifestaciones agudas, hasta la producción de esputo en condiciones cró-
nicas, que puede condicionar expresiones tan graves como el estado asmático, el
cual pone en peligro la vida.
134 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 11)
existe contraindicación para realizar este procedimiento se opta por llevar a cabo
pruebas serológicas (ELISA, RAST, etc.).
Otro estudio que ayuda a realizar el diagnóstico es la citometría hemática me-
diante la determinación de eosinófilos, que, acompañada de la determinación to-
tal de IgE en un paciente con asma, se relaciona con la gravedad y el pronóstico
de la enfermedad.
La radiografía de tórax puede ser normal o se pueden observar hallazgos que
sugieran atrapamiento de aire, horizontalización de los arcos costales o cefaliza-
ción de flujo; asimismo, ayuda a descartar otras entidades, como objetos extraños
en la vía aérea, tan frecuentemente encontrados en niños.
Otros estudios radiográficos están encaminados a determinar factores que
pueden exacerbar la enfermedad, como son la sinusitis crónica o las deformacio-
nes anatómicas de las vías aéreas.
La espirometría es el estudio más orientador para el diagnóstico; sin embargo,
suele ser normal en ausencia de exacerbación, por lo que es necesario observar
las determinaciones de las vías aéreas pequeñas, representadas por el volumen
espiratorio forzado (FEV) 25–75, las cuales suelen estar alteradas, incluso con
determinación normal del volumen espiratorio forzado en el primer segundo
(FEV1).
De acuerdo con la Sociedad Americana de Tórax, un incremento de 12% del
FEV1 o de la FVC de al menos 200 mL de volumen determina una reversibilidad
significativa. Así también, para el FEV 25 y 75, una reversibilidad significativa
está determinada por una mejoría de 25% posterior al uso de broncodilatador.
Sin embargo, los pacientes con proceso inflamatorio severo pueden requerir
un curso de esteroides y, a la postre, realizar pruebas de función pulmonar para
determinar la reversibilidad.
Otra técnica sencilla para el diagnóstico y seguimiento del asma es la flujome-
tría, la cual mide el flujo espiratorio pico, que brinda un monitoreo de la variabili-
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dad del flujo de aire. Se trata de una técnica sencilla y fácil de interpretar a través
de barras de colores; al mismo tiempo, una vez establecido el diagnóstico, ayuda
a llevar un monitoreo del tratamiento establecido.
Es importante evaluar la presencia de reflujo gastroesofágico mediante una se-
rie esofagogástrica, gammagrama gástrico, endoscopia o prueba específica de
pHmetría, dado que se ha visto una gran asociación entre el asma y esta entidad.
Cuando se enfrenta a un paciente con sospecha de asma inducida por ejercicio
es característico que se presenten los síntomas cinco minutos después de una acti-
vidad vigorosa con un pico de broncoespasmo máximo a los 20 min, incluso si
se detiene la actividad física.
Para realizar el diagnóstico de asma ocupacional, definida como la limitación
variable del flujo de aire y la hiperrespuesta de la vía aérea por causas atribuibles
al ambiente ocupacional y no a estímulos encontrados fuera del sitio de trabajo,
136 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 11)
hay que basarse en los cambios fisiológicos en la función pulmonar asociados con
la exposición del agente causal sospechado.
Cuando el diagnóstico de asma se encuentra en duda se puede llegar a recurrir
a pruebas de broncoprovocación con metacolina; sin embargo, no son recomen-
dadas, toda vez que puedan desencadenar una reacción severa, además de que es-
tán contraindicadas en pacientes con obstrucción severa.
Es importante mencionar que una vez establecido el diagnóstico se debe esta-
dificar la enfermedad con fines de intervención terapéutica (cuadro 11–2).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
Las metas del tratamiento del asma consisten en reducir la gravedad de la enfer-
medad, disminuir las exacerbaciones, mantener la actividad normal en el pacien-
te y llevar a una función pulmonar normal. Previa a las medidas de manejo se ha
descrito la utilidad de la determinación de óxido nítrico exhalado, el cual resulta
ser un marcador de gravedad debido a actividad inflamatoria de los eosinófilos,
por lo que determina la probabilidad de fracaso al uso de esteroides.
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el manejo del asma. En el cuadro 11–4 se menciona cada uno de los grupos de
medicamentos que se utilizan para el manejo del asma.
b2 agonistas
Corticosteroides
Anticolinérgicos
Condicionan relajación del músculo liso, con un beneficio claro después de una
exacerbación; tras este mecanismo se asocia la disminución de nuevas recaídas,
por lo que los anticolinérgicos tienen una función principal como medicación de
corta duración, lo cual no ocurre en el tratamiento inflamatorio crónico.
Estabilizadores de mastocitos
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Metilxantinas
Resulta eficaz en el manejo del asma; aunque en muchas ocasiones ha sido deba-
tida, está indicada cuando existe una clara evidencia entre la asociación de sínto-
mas y la exposición a un alergeno inevitable, así como cuando la patología no se
logra controlar farmacológicamente.
Los pacientes con asma leve y moderada son los que se pueden ver beneficia-
dos con este tipo de manejo. Actualmente se puede establecer esta conducta con
Asma 141
alergenos estandarizados y por vía oral; sin embargo, es una terapéutica que debe
ser monitoreada exclusivamente por el inmunoalergólogo.
Anticuerpos monoclonales
FARMACOGENÉTICA
Aproximadamente uno de cada tres pacientes con asma presenta reflujo gastroe-
sofágico, el cual constituye una condición que en muchas ocasiones lleva a un
fracaso del tratamiento. Incluso se comenta que después de tres meses de manejo
142 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 11)
respiratoria, que en conjunto con las pruebas clínicas brindan una estadificación
de la gravedad de la crisis (cuadro 11–7).
Por otro lado, para considerar un buen control de la enfermedad, el Colegio
Americano toma en cuenta los siguientes conceptos:
CONCLUSIONES
tervienen múltiples factores, todos ellos con los mismos fines: la perpetuación del
proceso inflamatorio y la remodelación de la vía aérea, por lo que una interven-
ción diagnóstica y terapéutica es elemental para el control del asma. Tras un buen
estudio del paciente se debe echar mano del arsenal terapéutico disponible en la
actualidad; la hospitalización de un paciente en tratamiento es un fracaso médico,
por lo que el objetivo ante todo paciente con asma debe ser brindarle una vida
normal.
REFERENCIAS
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12
Neumonitis por hipersensibilidad
Alfredo Cabrera Rayo, Rodrigo Zenteno Fuentes,
Anselmo López Hernández, Fernando Samperio Pérez,
Guadalupe Laguna Hernández
INTRODUCCIÓN
Debido a que tanto los factores ambientales como los del huésped están invo-
lucrados en la producción de los síndromes de NH, la modificación del ambiente
o de la respuesta inmunitaria del huésped está implicada en el tratamiento.3 Sin
embargo, la patogénesis de la NH no se entiende por completo y el énfasis en el
control del medio ambiente sigue siendo la piedra angular del tratamiento.4
A lo largo del tiempo se han documentado numerosos agentes etiológicos y
fuentes de exposición, los cuales desarrollan enfermedades características (cua-
dro 12–1). Cabe destacar que las personas fumadoras tienen un menor riesgo de
desarrollar NH que las no fumadoras, a causa de una disminución de la produc-
ción de anticuerpos tras la exposición a antígenos inhalados.
145
146 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 12)
EPIDEMIOLOGÍA
El pulmón del granjero es una de las formas más comunes de NH; afecta entre
0.4 y 7% de la población agrícola. La prevalencia varía según la región, el clima
y las prácticas agrícolas, y va de aproximadamente 9% de los agricultores en
situación de riesgo en las zonas húmedas a 2% en las zonas más secas. Las dife-
rencias en la prevalencia de pulmón del granjero según la región geográfica se
ejemplifican en el cuadro 12–2.
La prevalencia de NH entre los criadores de aves es aún más variable; las esti-
maciones oscilan entre 20 y 20 000 personas afectadas por cada 100 000 perso-
nas en situación de riesgo.
INCIDENCIA
PATOGENIA
PRESENTACIÓN CLÍNICA
DIAGNÓSTICO
Laboratorio
Después de la exposición aguda al antígeno se producen neutrofilia y linfopenia.
Puede haber elevación de la velocidad de sedimentación eritrocitaria, factor reu-
150 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 12)
Estudios de imagen
En el caso del pulmón del granjero, que resulta por exposición al heno enmohe-
cido, grano o ensilado, la radiografía de tórax en la fase aguda muestra un patrón
con pequeños nódulos débilmente definidos que producen una densidad granular
fina y difusa que tiende a respetar las bases y los ápices. En la fase subaguda 90%
de las radiografías son anormales; sin embargo, la normalidad no descarta la en-
fermedad. En esta fase las imágenes de patrón nodular difuso suelen resolverse
por completo entre diez días y tres meses después de la exposición, siempre y
cuando el antígeno sea retirado. Si la exposición continúa las lesiones se extien-
den y producen una consolidación alveolar (alveolitis alérgica), que en etapas
avanzadas se manifiesta con cambios permanentes por fibrosis intersticial (pa-
trón reticular, pérdida de volumen pulmonar e hiperinsuflación compensadora de
las zonas no afectadas). A pesar de que esta fibrosis puede ser difusa, los estudios
tomográficos muestran predominio en los lóbulos medios e inferiores.
Los hallazgos por TACAR se describen a continuación:
Lavado broncoalveolar
TRATAMIENTO
CONCLUSIÓN
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13
Aspergilosis broncopulmonar alérgica
Ma. Dolores Alba Cabrera Ruiz, Ricardo Bello Carrera
Las esporas se diseminan a través del aire (conidios) y son inhaladas, lo cual
explica que el sitio de su crecimiento sea el aparato respiratorio (senos paranasa-
les y parénquima pulmonar), a partir del cual ocurre la diseminación a otros órga-
nos, a no ser que reciban inoculación directa.2
La diversidad de cuadros clínicos a que da lugar a la aspergilosis pulmonar se
pueden agrupar en procesos inmunoalérgicos, saprofitismo y formas invasivas.
La aspergilosis broncopulmonar es consecuencia de una reacción de hipersen-
sibilidad a las esporas inhaladas de Aspergillus o a focos endógenos existentes.
Fue descrita en 1952 y se observa casi siempre en pacientes asmáticos o indivi-
duos con una base atópica, hasta en 10% de los casos de fibrosis quísticas y, de
manera excepcional, en personas sin evidencias de enfermedad subyacente.3
153
154 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 13)
1. Presencia de asma.
2. Infiltrados pulmonares.
3. Reacciones cutáneas positivas para Aspergillus fumigatus u otras especies
del hongo, como flavus, niger, terreus o nidulans.
4. Inmunoglobulina E (IgE) elevada en suero.
5. Detección de anticuerpos séricos precipitantes.
6. Eosinofilia sanguínea periférica.
7. Niveles elevados de inmunoglobulina E y G para Aspergillus fumigatus.5
ETIOLOGÍA
Complicaciones
El Aspergillus puede generar otros cuadros mórbidos, sea individualmente o en
combinación con la aspergilosis broncopulmonar alérgica, como se ha detectado
156 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 13)
Diagnóstico
Tratamiento
ANTIFÚNGICOS
Otras terapias
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14
Anafilaxia
Nayeli Gabriela Jiménez Saab
INTRODUCCIÓN
161
162 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 14)
EPIDEMIOLOGÍA
FISIOPATOLOGÍA
Alergeno
Mastocito
Célula
dendrítica
IgE
IL–4
IL–13
Th2
IL–5 Linfocito B
Desgranulación
Alergia
Eosinófilo
Vaso sanguíneo
ETIOLOGÍA
mentos que comparten esta molécula están las cefalosporinas, los carbapenems
y el aztreonam. Sin embargo, el cruce antigénico es menor cuanto mayor es la
generación del medicamento, es decir, los pacientes con alergia a la penicilina
presentan más reacciones cruzadas con las cefalosporinas de primera generación
que con las de tercera. La evidencia de reacciones cruzadas es poco frecuente; sin
embargo, ante una reacción anafiláctica grave se deberán tomar en cuenta y no
administrar medicamentos del mismo grupo o grupos farmacológicos similares.
Para determinar o descartar la sensibilización a los medicamentos sospechosos
de la reacción es necesario realizar pruebas cutáneas con un mínimo de dos sema-
nas posteriores al evento, o bien detectar la IgE específica libre en sangre por ra-
dioinmunoensayo (RAST) o técnica inmunoenzimática (ELISA).
Los alimentos también pueden ser causantes de graves reacciones, que pueden
ir desde gastrointestinales hasta anafilácticas. Entre los alimentos que más se han
relacionado con la aparición de anafilaxia están el cacahuate, la nuez, el pescado,
los mariscos, la leche y el huevo. La leche contiene caseína, alfalactoalbúmina
y betalactoglobulina, pero la primera y la tercera constituyen los mayores deter-
minantes alergénicos. Por su parte, el huevo contiene ovoalbúmina, ovomucoide
y conalbúmina, de los cuales el ovomucoide es el más alergénico, ya que es ter-
moestable; esto indica que a pesar de su cocción conserva sus características in-
munógenas. En algunos casos se ha referido que los sujetos sensibles a las proteí-
nas del huevo se limiten al uso de vacunas (sarampión y parotiditis) elaboradas
con cultivos de embrión de pollo; por ello la Food and Drug Administration de
EUA recomienda la realización del RAST, para demostrar la presencia de IgE es-
pecífica, o la prueba cutánea específica antes de su aplicación.
La picadura de insectos, como los himenópteros (abejas, avispas, avispones
y abejorros) constituye una causa importante de reacciones anafilácticas. La in-
munoterapia de desensibilización debe ser prescrita solamente a los pacientes
con reacciones graves iniciales.
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CUADRO CLÍNICO
La respuesta es variada, aunque en la mayor parte de las series las reacciones cu-
táneas son las más frecuentes, 80% (eritema, urticaria, angioedema y prurito ge-
neralizado). Las reacciones respiratorias se presentan hasta en 43% de los casos
y se caracterizan por disnea, tos en accesos, sibilancias y dificultad respiratoria
por edema de glotis, con estridor. También se pueden presentar síntomas meno-
res, como rinorrea, estornudo o prurito nasal, ocular o faríngeo.
Los síntomas gastrointestinales se presentan hasta en 15% de los casos y pue-
den incluir angioedema dentro de la cavidad oral, vómito, náusea, dolor abdomi-
nal difuso, disfagia, prurito oral y diarrea.
Los síntomas cardiovasculares se pueden presentar hasta en 27% de los pa-
cientes afectados; se caracterizan por taquicardia, hipotensión, síncope, dolor to-
rácico y, en etapas avanzadas, bradicardia (cuadro 14–2).
Las manifestaciones clínicas se pueden presentar o no de manera inmediata
ante una nueva exposición al alergeno, y pueden ser monofásicas o bifásicas. Las
reacciones monofásicas se presentan en 52% de los pacientes; son de inicio rápi-
do e intensas, y pueden desaparecer en un corto tiempo con tratamiento. Las reac-
ciones bifásicas se caracterizan por presentar un periodo asintomático de seis a
nueve horas después del inicio de un cuadro leve de reacción, con la posterior ins-
talación de síntomas de moderados a graves, que por lo general tardan en resol-
verse más de 24 h.
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
TRATAMIENTO
toadministración; ésta es muy recomendable para que la usen los pacientes que
han sufrido anafilaxia y se encuentran en riesgo de un nuevo episodio por un
agente desencadenante inevitable.
Los pacientes que sufrieron un cuadro de anafilaxia deben comprender que a
pesar de las medidas preventivas es posible que se desencadenen nuevos episo-
dios, por lo que deben estar entrenados en el reconocimiento precoz de los sínto-
mas y en la administración de tratamiento de urgencia en forma personal mientras
se trasladan a un centro hospitalario.
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Sección III
Enfermedades
mediadas por el
sistema inmunitario
Sección III. Enfermedades mediadas por el sistema inmunitario
15
Enfoque del paciente con vasculitis
Fidel Cerda Téllez
EPIDEMIOLOGÍA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
173
174 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 15)
FISIOPATOLOGÍA DE LA VASCULITIS
Existen otros factores de transcripción, como son las proteínas activadoras que
regulan la actividad de las células T, las citocinas y las metaloproteinasas. Otro
gen es el factor activador de células, que estimula las células endoteliales y genera
un incremento en la actividad fagocítica.
dsDNA Núcleo
Inflamación
CLASIFICACIÓN
1. Poliarteritis nodosa.
2. Síndrome de Churg–Strauss.
3. Granulomatosis de Wegener.
4. Vasculitis por hipersensibilidad.
5. Púrpura de Henoch–Schönlein.
6. Arteritis de células gigantes (temporal).
7. Arteritis de Takayasu.
S Alteraciones de la colágena:
S Lupus eritematoso sistémico.
S Artritis reumatoide.
S Espondiloartropatías.
180 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 15)
S Sarcoidosis.
S Policondritis recidivante.
S Síndrome de Sjögren.
S Alteraciones infecciosas:
S Hepatitis B.
S Hepatitis C.
S Infecciones bacterianas (Pseudomonas, Legionella y Streptococcus).
S Infecciones por hongos (Aspergillus).
S Paraneoplasias (linfomas y leucemias, y en raras ocasiones tumores sóli-
dos).
CUADRO CLÍNICO
Arteritis de Takayasu
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
Tiene un inicio gradual con síntomas inespecíficos, como son fiebre, pérdida de
peso, malestar general y poliartralgias; el síntoma más común es la cefalea, aun-
que otros pueden ser el dolor mandibular, los trastornos visuales (amaurosis
fugax, ceguera y diplopía), la disminución del pulso de la arteria temporal, la neu-
ropatía periférica, la sordera y el vértigo. Esta enfermedad puede coexistir hasta
en 50% de los caso con polimialgia reumática. En el cuadro 15–3 se muestran los
criterios de diagnóstico.
Auxiliares de diagnóstico
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Se puede presentar una VSG normal, con discreta leucocitosis o anemia, o trom-
bocitopenia; se ha encontrado la presencia de anticuerpos antifosfolípidos.
Tratamiento
Poliarteritis nodosa
Las manifestaciones clínicas iniciales pueden incluir ataque al estado general,
pérdida de peso, fiebre, mialgias, poliartralgias, hipertensión arterial, neuropatía
periférica, dolor abdominal, afección cardiaca (arritmias, insuficiencia cardiaca,
infarto agudo del miocardio y derrame pericárdico) y vasculitis en el aparato gas-
trointestinal y en la piel con púrpura palpable, isquemia digital, úlceras y livedo
reticularis.
En ocasiones se puede presentar sólo la glomerulonefritis con proteinuria, he-
maturia, piuria y cilindruria. En el cuadro 15–4 se incluyen los criterios de diag-
nóstico.
Auxiliares de diagnóstico
sin embargo, puede ser que en el futuro sean de mayor utilidad la angiotomografía
y la MRA abdominal.
Tratamiento
Enfermedad de Kawasaki
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
Granulomatosis de Wegener
Se presenta afección de las vías respiratorias superiores hasta en 95% de los ca-
sos, manifestada por rinorrea, congestión nasal, úlceras nasales, sinusitis, perfo-
ración del tabique nasal y perforación del paladar, además de estenosis glótica y
otitis media; a nivel pulmonar se pueden encontrar infiltrados nodulares y hemo-
rragia pulmonar; a nivel renal se presentan glomerulonefritis necrosante focal y
segmentaria con proteinuria, hematuria y cilindruria, y alteraciones oculares,
como conjuntivitis, escleritis, epiescleritis, vasculitis del nervio óptico y propto-
sis, así como poliartralgias generalizadas; a nivel dérmico se observan púrpura
184 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 15)
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
Síndrome de Churg–Strauss
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
Poliangeítis microscópica
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
Púrpura de Henoch–Schönlein
Auxiliares de diagnóstico
Tratamiento
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188 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 15)
16
Lupus eritematoso sistémico
Angélica Vargas Guerrero, Karla Chiapas Gasca
ETIOLOGÍA
Factores genéticos
189
190 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 16)
HLA–DR–3, y los genes no HLA; estos últimos involucran los siguientes facto-
res:4–6
Factores hormonales
Factores ambientales
PATOGENIA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Generales
Manifestaciones cutáneas
Son las más frecuentes tanto al inicio como durante el curso de la enfermedad.
En el cuadro 16–2 se observa la clasificación de las lesiones cutáneas específicas
del LES. De 60 a 100% de los pacientes con LES tienen fotosensibilidad inducida
por luz UVB.
El exantema malar en alas de mariposa es la lesión cutánea aguda más fre-
cuente; remite sin dejar cicatriz y con frecuencia es fotosensible (figura 16–2).13
El depósito de complejos inmunitarios en la unión dermoepidérmica (banda lúpi-
ca) demostrado por inmunofluorescencia en piel sana de pacientes con LES pue-
de ser de utilidad para el diagnóstico. Se relacionan los títulos elevados de anti-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Manifestaciones musculosqueléticas
Manifestaciones cardiovasculares
Manifestaciones neuropsiquiátricas
El LES puede afectar tanto el sistema nervioso central como el periférico. El lu-
pus neuropsiquiátrico (LESNPS) se reporta en 14 a 75% de los pacientes, presen-
tándose en 50 a 60% de ellos al inicio de la enfermedad o durante el primer año.
Entre 40 y 50% se asocia a actividad generalizada y el resto representa complica-
ciones de la enfermedad o del tratamiento; es secundario a infecciones, a anorma-
lidades metabólicas o a efectos adversos de fármacos.22,23 En el cuadro 16–3 se
incluyen los síndromes neuropsiquiátricos (NPS) asociados con el LES de acuer-
do con el Colegio Americano de Reumatología.24 Las manifestaciones neuroló-
Manifestaciones renales
Manifestaciones pulmonares
Manifestaciones gastrointestinales
Manifestaciones hematológicas
La anemia es una afección común que se presenta en la mayor parte de los pacien-
tes en algún momento; las principales causas en los pacientes con LES se mues-
tran en el cuadro 16–9.44
La anemia hemolítica autoinmunitaria es causada por autoanticuerpos contra
eritrocitos.
La leucopenia es una manifestación común que frecuentemente se asocia con
actividad. La linfopenia (< 1 500/mL) suele asociarse a actividad y anticuerpos
antilinfocitos. La neutropenia grave es poco frecuente.
La trombocitopenia leve (100 000 a 150 000/mL) se ha reportado en 25 a 50%
de los pacientes, de los cuales 10% tienen cuentas < 50 000/mL. La principal cau-
sa de trombocitopenia es mediada por anticuerpos, pero puede ser secundaria a
anemia hemolítica microangiopática o hiperesplenismo. Cuando se asocia a púr-
pura trombótica trombocitopénica se caracteriza por trombocitopenia, anemia
hemolítica microangiopática (esquistocitos en sangre periférica), déficit del sis-
tema nervioso central, falla renal y fiebre.
La pancitopenia es poco frecuente y en general es resultado del tratamiento in-
munosupresor, aunque puede ser secundaria al síndrome hemofagocítico.
Los anticuerpos antifosfolípidos (anticoagulante lúpico, anticuerpos anticar-
diolipina y anti–b2 glucoproteína 1 positivos) son positivos en 30 a 40% de los
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
tes de nefritis se consideran factores de riesgo para trombosis en los pacientes con
LES.45 La hipocomplementemia (C3, C4 y CH50) se ha asociado con actividad;
sin embargo, puede ser secundaria a deficiencias congénitas. La deficiencia de
C4 es común en los pacientes con nefritis lúpica, por lo que los niveles de C3 se
correlacionan mejor con la actividad renal y son, por lo tanto, de gran utilidad
para monitorear la enfermedad.
Algunas neoplasias son más frecuentes en el LES, incluyendo las hematológi-
cas (linfoma no Hodgkin) y los cánceres de mama, de pulmón y cervicouterino
(asociado a infección por virus del papiloma humano).46,47
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
Biopsia renal
Inducción
Micofenolato de mofetilo Glucocorticoides Ciclofosfamida
dosis alta IV (7 pulsos 0.5 a 1 g/m2 sc IV,
Metilprednisolona o 6 pulsos 500 mg IV)
1 mg/día tres días o
prednisona 1 mg/kg/día
Respuesta Sin respuesta Sin respuesta Respuesta
Mantenimiento
Micofenolato de mofetilo Prednisona 0.25 mg/kg Micofenolato de mofetilo
Azatioprina IECA, BATII Azatioprina
Ciclofosfamida IV
Rituximab
Inhibidores de calcineurina
CONCLUSIONES
El LES es una enfermedad de curso y pronóstico variables, con una clara predis-
posición genética, cuya autoinmunidad se desencadena tras el efecto de factores
ambientales aún no bien esclarecidos. Este padecimiento se puede manifestar por
múltiples condiciones clínicas, así como por la expresión de marcadores séricos
diversos, cada uno de los cuales puede predecir incluso el curso de la enfermedad.
Sin duda, el lupus eritematoso sistémico implica un reto diagnóstico, a pesar de
contar con criterios de clasificación de la enfermedad; más aún, una vez concre-
tado el diagnóstico, el reto a seguir es la terapéutica, tanto por la misma enferme-
dad como por las manifestaciones adversas del tratamiento mismo.
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Lupus eritematoso sistémico 213
DEFINICIÓN
ETIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA
215
216 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 17)
PRESENTACIÓN CLÍNICA
Afección articular
que los pacientes tratan de mantener las articulaciones flexionadas para minimi-
zar el dolor que provoca la distensión de la cápsula articular. Puede haber febrícu-
la, fatiga, astenia y otros síntomas sistémicos, en especial en la presentación aguda.
Afección extraarticular
Nódulos reumatoides
Son lesiones casi exclusivas de los pacientes con FR positivo, que se presentan
en 20 a 30% de los casos. Son de consistencia firme, están adheridos a planos pro-
fundos y suelen ser indoloros. El fenómeno inicial parece ser una vasculitis focal.
Pueden aparecer en cualquier órgano, pero habitualmente se localizan en zonas
sujetas a presión mecánica, como la bursa olecraniana y el codo, el tendón de
Aquiles y el occipucio; pueden aparecer en cualquier sitio: la esclerótica, las
cuerdas vocales, el sacro o los cuerpos vertebrales.
Vasculitis reumatoide
Manifestaciones pleuropulmonares
Manifestaciones cardiacas
Sistema nervioso
Afectación ocular
Las manifestaciones más frecuentes son las asociadas con el síndrome de Sjögren
secundario, que se manifiesta como queratoconjuntivitis seca (en 20% de los pa-
cientes). La presencia de epiescleritis o escleritis es poco habitual (1%). La escle-
ritis puede adelgazar la esclera hasta dar lugar a escleromalacia perforante.
Síndrome de Felty
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Amiloidosis
Daño renal
Lo más común es que el daño renal se relacione en mayor medida con el empleo
de fármacos, como los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), las sales de oro,
la D–penicilamina o la ciclosporina A. Las sales de oro y la D–penicilamina pue-
den dar lugar a una nefropatía membranosa, mientras que el uso de antiinflamato-
rios puede dar lugar a nefropatía tubulointersticial. La vasculitis asociada a AR
puede afectar al glomérulo por depósito de inmunocomplejos, produciendo glo-
merulonefritis membranosa o proliferativa. En pacientes de larga evolución el
daño renal puede ser debido a amiloidosis.
Compromiso hematológico
CRITERIOS DE CLASIFICACIÓN
a. Compromiso articular:
S Una articulación grande (0 puntos).
S De 2 a 10 articulaciones grandes (1 punto).
S De una a tres articulaciones pequeñas (2 puntos).
S De 4 a 10 articulaciones pequeñas (3 puntos).
S Más de 10 articulaciones, con al menos una articulación pequeña (5 pun-
tos).
Artritis reumatoide 221
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Factores reumatoides
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nóstico; sin embargo, la presencia de FR aislado sin sustento clínico por ningún
motivo debe hacer sospechar artritis reumatoide, ya que es un hallazgo frecuente
en muchas otras enfermedades, tanto reumáticas como no reumáticas.
Los FR asociados con artritis reumatoide generalmente son específicos para
IgG, son de alta afinidad e incluyen isotipos de inmunoglobulina M, G, A y E;
en contraste, los asociados con otras enfermedades con frecuencia son de baja afi-
nidad, son multivalentes y sólo incluyen isotipos IgM. En la artritis reumatoide
se ha demostrado un papel patogénico del FR, siendo un factor de predicción de
la gravedad y participación extraarticular de la enfermedad. En enfermedades di-
ferentes a la artritis reumatoide, incluyendo los padecimientos infecciosos cróni-
cos, la presencia de FR parece ser únicamente un epifenómeno, en especial en las
que cursan con poliglobulia, en la que el exceso de inmunoglobulinas circulantes
reacciona de manera cruzada como FR.
A través del tiempo la VSG ha sido la prueba más utilizada para medir la inflama-
ción. Algunas proteínas plasmáticas, como el fibrinógeno, son sintetizadas en
abundancia durante la respuesta inflamatoria e interactúan con la membrana de
los eritrocitos, ocasionando que éstos se aglutinen y formen columnas (rou-
leaux); por ser más pesadas que los eritrocitos individuales se sedimentan rápida-
mente en el fondo de una columna. Los valores normales que corresponden a
cada individuo se calculan de la siguiente manera:
Proteína C reactiva
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RADIOLOGÍA
Tratamiento
Farmacoterapia
Glucocorticoides
sulfasalazina y la leflunomida. Cada vez hay mayor evidencia de que los FARME
son más eficaces que los regímenes de un solo fármaco. Las mujeres en edad fértil
deben recibir tratamiento anticonceptivo, dado que los FARME pueden ser peli-
grosos para el feto.
La llegada de agentes biológicos durante la última década ha supuesto un cam-
bio en el paradigma del tratamiento de la AR. El etanercept es una proteína de
fusión soluble del receptor de TNF. En algunos trabajos sus efectos a largo plazo
son comparables con los del metotrexato, pero alivia los síntomas con mucha ma-
yor rapidez, es decir, en alrededor de dos semanas.
El infliximab, otro antagonista TNF, es un anticuerpo quimérico anti–TNF.
Los pacientes que no han respondido bien al metotrexato responden mejor con
infliximab que con el placebo. El adalimumab también es un anticuerpo recombi-
nante humano que se sinergiza cuando se combina con metotrexato. Los antago-
226 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 17)
Terapias adyuvantes
PRONÓSTICO
CONCLUSIONES
miento es de causa multifactorial; sin embargo, no queda duda alguna del papel
primordial que desempeña el sistema inmunitario en la perpetuación del proceso
inflamatorio. Actualmente se cuenta con criterios de clasificación de la enferme-
dad, con el fin de disminuir el riesgo de retraso en el manejo de los pacientes afec-
tados; de este modo, en conjunto con el gran arsenal terapéutico, los objetivos se
centran en evitar la progresión del padecimiento y mejorar la funcionalidad de
los pacientes.
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228 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 17)
18
Esclerosis sistémica
Angélica Vargas Guerrero, Karla Chiapas Gasca
EPIDEMIOLOGÍA
y los 50 años de edad. En comparación con las personas de raza blanca, los afroa-
mericanos tienen una mayor incidencia, menor edad al inicio de la enfermedad,
mayor frecuencia de afección cutánea difusa y fibrosis pulmonar, y peor pronós-
tico.4,5
ETIOLOGÍA
Factores genéticos
La influencia de los factores genéticos se ha apoyado en la tendencia familiar a
padecer ES, la frecuente presencia de otras enfermedades autoinmunitarias en los
229
230 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 18)
Virus
Factores ambientales
ETIOPATOGENIA
Vasculopatía
Inflamación y autoinmunidad
Fibrosis
Respuesta inmunitaria
Células T
citotóxicas/citocinas
Disfunción endotelial
Disminución de PGI2 y ON, aumento de ET–1
Vasoconstricción; isquemia–reperfusión; radicales de
oxígeno, alteración en la expresión de genes endoteliales
Proliferación de la íntima
y estrechez del vaso Vasculogénesis
insuficiente
Hipoxia, isquemia
y daño tisular
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CLASIFICACIÓN
CUADRO CLÍNICO
Manifestaciones cutáneas
matutino, seguido de inflamación de la piel con prurito intenso que puede persis-
tir entre 12 y 18 meses antes de que aparezcan la fibrosis y esclerosis de la piel,
con la aparición subsecuente de piel tensa, engrosada (figura 18–3) y fija a tejidos
profundos, que limita el movimiento. La epidermis se adelgaza, cesa el creci-
miento de vello, desaparecen los pliegues de la piel y hay anhidrosis.7
Telangiectasias cutáneas
Manifestaciones vasculares
Figura 18–3.
238 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 18)
Figura 18–4.
Manifestaciones gastrointestinales
Manifestaciones musculosqueléticas
Figura 18–5.
240 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 18)
Manifestaciones cardiacas
Manifestaciones pulmonares
den observar reforzamiento del segundo ruido, plétora yugular, anasarca, taquip-
nea y cianosis central.
El diagnóstico temprano se puede realizar mediante pruebas de función respi-
ratoria, ecocardiograma Doppler y electrocardiograma.34 La disminución en la
capacidad de difusión con volúmenes pulmonares conservados indica la presen-
cia de HAP.35 Se debe excluir enfermedad tromboembólica y demostrar la HAP
de preferencia por cateterismo. Los niveles séricos de péptido cerebral natriuréti-
co (N–pro–BNP) son de utilidad para monitorear la HAP y se correlacionan con
la supervivencia.34 En la ES difusa la HAP se asocia con autoanticuerpos antifi-
brilarina (U3RNP). La prueba de caminata de seis minutos se ha establecido
como una medida clínica simple y reproducible para determinar la capacidad de
ejercicio en pacientes con HAP, cuyos resultados se asocian con la progresión y
la supervivencia.34
242 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 18)
Manifestaciones renales
Otras manifestaciones
Daño endotelial
Proliferación de la íntima de
arterias arcuatas e intralobulares
Agregación plaquetaria y
producción de fibrina
Episodios de
Disminución de la vasoespasmo
perfusión renal Raynaud renal
Aumento de la producción
de renina e hiperplasia del
aparato yuxtaglomerular
Crisis renal
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
Manifestaciones vasculares
sugieren que mejoran la curación de las úlceras y evitan las recurrencias). Las PG
intravenosas se asocian con efectos adversos, como cefalea, rubor, náuseas y
dolor mandibular. Las PG disponibles por vía oral (iloprost, misoprostol, cica-
prost y beraprost) no son eficaces en el tratamiento de Raynaud. Los inhibidores
de endotelina (bosentán, sitaxentán y ambrisentán), los sustratos de ON (L–argi-
nina), los inhibidores de fosfodiesterasa (sildenafil y cilostazol), los inhibidores
del receptor de angiotensina II (losartán) y los IECA (enalapril) no han mostrado
mejoría en la remodelación de los vasos afectados, por lo que se requieren más
estudios para demostrar su eficacia.25
En la figura 18–7 se observa el algoritmo de tratamiento del fenómeno de Ray-
naud y la vasculopatía digital.
Tratamiento inmunosupresor
Agentes antifibróticos
Ecocardiograma,
electrocardiograma,
pruebas de función
respiratoria, cateterismo
cardiaco
Bloqueadores de Excluir: tromboembolia
canales de calcio, o fibrosis pulmonar
warfarina, digoxina, Estratificación del riesgo
diuréticos, oxígeno
suplementario
Bosentán Bosentán/ambrisentán
Ambrisentán Sildenafil VO
Progresión
Clase funcional IV
CONCLUSIONES
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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252 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 18)
19
Síndrome de Sjögren
Juan Manuel Ávalos Gómez
INTRODUCCIÓN
PREVALENCIA
253
254 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 19)
lencia en diferentes grupos poblacionales oscila entre 0.6 y 3.3% según los crite-
rios utilizados, aunque se piensa que esta condición permanece sin diagnosticar
en más de la mitad de los casos.4,5 Es importante mencionar que tras la aceptación
de los criterios euroamericanos de 2002 esta prevalencia descendió.6
El SS afecta principalmente a la mujer, con una relación de 9:1 en comparación
con los hombres. Puede ocurrir en pacientes de todas las edades, pero típicamente
inicia entre la cuarta y la sexta décadas de la vida. Aproximadamente 60% de
todos los SS son secundarios en concomitancia con otras enfermedades de etiolo-
gía autoinmunitaria, como la artritis reumatoide (AR), el lupus eritematoso gene-
ralizado (LEG) o la esclerodermia.4
FISIOPATOLOGÍA
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Enfermedad generalizada
Fatiga
Sistema musculosquelético
Manifestaciones dermatológicas
La piel seca, otra manifestación exocrina del SS, afecta a 55% de los pacientes.
Más de 10% de los pacientes con el síndrome reportan erupción cutánea (compa-
rada con 0% de los sujetos del grupo control) y 18% de los pacientes reportan do-
lor urente en la erupción.22 Un estudio que examinó la clasificación histológica
y la presentación clínica de las vasculitis en pacientes con SS demostró que 9 de
70 pacientes con SS primario desarrollaron vasculitis de pequeños o medianos
vasos. De esos nueve casos, ocho tuvieron compromiso cutáneo. Además de la
típica erupción por hipersensibilidad, tres de los pacientes con SS tuvieron lesio-
nes ulcerativas o decoloración violácea en los dedos.15 Es importante diferenciar
esos hallazgos dermatológicos de los casos de LEG o esclerodermia con enfer-
medad concomitante a SS; en este caso, este último es secundario.
El fenómeno de Raynaud, usualmente moderado, se puede observar en cerca
de 30% de los pacientes con SS primario.1
Manifestaciones pulmonares
Manifestaciones gastrointestinales
Los pacientes con SS pueden tener compromiso de cualquier parte del tracto gas-
trointestinal. La mala absorción debida a infiltración linfocítica del intestino rara
vez ocurre en pacientes con SS, pero la dismotilidad esofágica ha sido reportada
en 36 a 90% de los pacientes.25,26
Es común que las pruebas rutinarias de laboratorio revelen hepatitis y pancrea-
titis moderadas, aunque más tarde se requiere la diferenciación de hepatitis C y
hepatitis por autoinmunidad órgano–específica. La infección por virus de la he-
patitis C no se asocia con el típico SS primario; sin embargo, la sialoadenitis lin-
focítica ocurre con una prevalencia incrementada en pacientes con infección cró-
nica por hepatitis C; esos pacientes pueden tener xerostomía pero no xeroftalmía
y no presentan anticuerpos anti–Ro/SS–A.27 El compromiso hepático está pre-
sente en alrededor de 7% de los pacientes con SS primario, el cual se confirma
con la presencia de anticuerpos antimitocondriales; en pocas ocasiones se obser-
van niveles de enzimas hepáticas anormalmente elevados. La apariencia histopa-
tológica es similar a la de los estadios tempranos (estadio I) de la cirrosis biliar
primaria.12
Manifestaciones renales
Manifestaciones neurológicas
Manifestaciones hematooncológicas
Al comparar a los pacientes con SS con base en la edad, el sexo y la raza contra
los pacientes del grupo control, se reportó que los primeros tienen 44 veces mayor
riesgo relativo de linfoma; asimismo, el linfoma clínicamente identificable ocu-
rre en cerca de 5% de los pacientes con SS.32 La linfoproliferación maligna puede
estar presente inicialmente o desarrollarse más tarde en la enfermedad. Un pro-
ceso esencial en la transición del estado autoinmunitario hacia el linfoma no
Hodgkin es la monoclonalidad. La proliferación monoclonal de células B puede
estar presente inicialmente como macroglobulinemia de Waldenström.
Asimismo, se han reportado factores de riesgo de progresión a linfoma en pa-
cientes con SS, como persistencia del crecimiento de las glándulas parótidas, es-
plenomegalia, linfadenopatía, púrpura palpable, úlceras en las piernas, bajos
niveles de C4, crioglobulinemia mixta monoclonal y factores reumatoides mono-
clonales con reacción cruzada idiotípica.33 La mayoría de los linfomas en pacien-
tes con SS son de linaje celular B y son de grado bajo o intermedio de malignidad.
Esos linfomas se localizan usualmente en áreas extranodales de las glándulas sa-
livales, el tracto gastrointestinal, las glándulas tiroideas, los pulmones, los riño-
nes y las órbitas.
DIAGNÓSTICO
las definiciones de síndromes primario y secundario (cuadro 19–2), así como los
criterios de exclusión (cuadro 19–2).34 Recientemente se propuso una modifica-
ción de los criterios diagnósticos con la finalidad de hacerlos más sencillos y apli-
cables al diagnóstico (cuadro 19–3),35 conservando una sensibilidad y una espe-
cificidad de 95%.
Los métodos de diagnóstico sobre el compromiso ocular y oral son esenciales
en el SS. La prueba de Schirmer sirve para medir cuantitativamente la formación
de lágrimas a través de un papel filtro colocado en el saco conjuntival inferior;
si el papel se humedece menos de 5 mm después de cinco minutos, el resultado
es positivo. La tinción con rosa de Bengala se realiza al irrigar 25 mm en el fórnix
inferior de cada ojo, pidiéndole al paciente que parpadee dos veces; si al examinar
con lámpara de hendidura se detecta destrucción conjuntival causada por deseca-
ción, se establece la calificación para la prueba (realizando una suma de las califi-
260 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 19)
caciones asignadas al daño encontrado en cada una de las tres regiones del ojo),
con lo cual se define la presencia de queratoconjuntivitis seca.
La sialometría es una prueba simple y no invasiva que se realiza mediante la
medición del flujo salival a través de un tubo calibrado durante 15 min; es normal
el resultado mayor de 1.5 mL. Otra prueba utilizada es la sialografía, que en los
pacientes con SS muestra una gran distorsión del patrón normal de los ductos pa-
rotídeos, con una marcada retención del medio de contraste.
Los hallazgos serológicos y de laboratorio asociados con el SS incluyen la hi-
pergammaglobulinemia difusa, encontrada en aproximadamente 80% de los pa-
cientes con la enfermedad. Hay numerosos autoanticuerpos encontrados en los
pacientes con SS; entre los más frecuentes se cuentan los anticuerpos antinuclea-
res (ANA), el factor reumatoide (FR), el anti–Ro/SSA y el anti–La/SSB, aunque
ninguno de ellos es específico y también se encuentran en otras enfermedades, co-
mo el LEG.36
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
TRATAMIENTO
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
na (de 0.5 a 1 mg/kg de peso corporal por día) y ciclofosfamida (de 0.5 a 1 g/m2
de superficie corporal por mes) o azatioprina (2 mg/kg de peso corporal por
día).49 Sin embargo, si el daño es manifestado como neuropatía periférica, se re-
comienda el uso de prednisolona (0.5 a 1 mg/kg de peso corporal por día) y ciclo-
fosfamida (0.5 a 1 g/m2 de superficie corporal por mes), azatioprina (2 mg/kg de
peso corporal por día), plasmaféresis, gammaglobulina intravenosa o rituximab
(375 mg/m2 semanalmente durante cuatro semanas).50
En la era de los agentes biológicos las moléculas blanco sugieren ser un área pro-
metedora para el tratamiento del SS. Los estudios recientes en modelos animales
264 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 19)
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20
Espondiloartropatías
Ángela Medina Flores, Carlos Lenin Pliego Reyes
INTRODUCCIÓN
El concepto de espondiloartropatías fue introducido por Moll y col. como una fa-
milia de desórdenes interrelacionados que comparten características clínicas y
genéticas distintas de la artritis reumatoide.
Las espondiloartropatías constituyen un grupo de artropatías inflamatorias he-
terogéneas con negatividad para el factor reumatoide (FR) y anticuerpos antinu-
cleares (AAN) que comparten caracteres clínicos, patológicos y radiológicos,
cuyo denominador común es la afección de las articulaciones axiales (columna
vertebral y sacroiliacas), junto con entesitis, diversas manifestaciones extraarti-
culares y asociación con el antígeno HLA–B27.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
267
268 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 20)
EPIDEMIOLOGÍA
ETIOPATOGENIA
Mimetismo molecular
La hipótesis molecular imitativa postula que existe un mimetismo molecular en-
tre las proteínas del HLA–B27 y la estructura de la bacteria causante de la enfer-
medad, lo que hace probable una reactividad inmunitaria cruzada del huésped ha-
cia ambas proteínas1,2 (figura 20–1).
Espondiloartropatías 269
16
40
77
72 86
50
140
170
1
130
106
Figura 20–1. Teoría del receptor
Péptido artritogénico
S Raquialgia.
S Sinovitis (asimétrica, principalmente de miembros inferiores).
S Cualquiera de los siguientes:
S Antecedentes familiares positivos.
S Psoriasis.
S Enfermedad inflamatoria intestinal.
S Dolor alternante de nalgas.
S Entesopatías.
S Sensibilidad de 77% y especificidad de 89%.
S Se puede añadir sacroileítis.
S Sensibilidad de 86% y especificidad de 87%.
270 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 20)
Lisis
Timo HLA–B27+ celular
péptido Célula
bacteriano dendrítica
HLA–B27 + LT mediador
péptido del daño
similar Célula
Inflamación infectada
Bacteria
Tejido articular artitrogénica
Figura 20–2.
ESPONDILITIS ANQUILOSANTE
EPIDEMIOLOGÍA
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Esqueleto axial
Entesitis
Manifestaciones oculares
Osteoporosis
Otros órganos
ARTRITIS REACTIVA
rio. Antes se le conocía como síndrome de Reiter, el cual incluye una tríada carac-
terizada por artritis reactiva, o aRe, conjuntivitis y uretritis.
La artritis reactiva típicamente se desarrolla de una a cuatro semanas después
de la infección gastrointestinal causada por Shigella, Salmonella, Campylobac-
ter o Yersinia, o después de una infección urinaria ocasionada por Chlamydia tra-
chomatis.12 Los estudios recientes indican que el Clostridium difficile puede de-
sencadenar la aRe. Sin embargo, en algunos pacientes no existe el antecedente
de proceso infeccioso, lo cual sugiere que puede existir una infección subclínica
que desempeñe un rol importante en el desarrollo de aRe.
Epidemiología
Signos y síntomas
ARTRITIS PSORIÁSICA
Signos y síntomas
ARTRITIS ENTEROPÁTICA
Tratamiento
Pronóstico
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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280 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 20)
21
Síndrome de anticuerpos
antifosfolípidos
Juan Manuel Ávalos Gómez, Luis Manuel Amezcua Guerra,
Diana Castillo Martínez
HISTORIA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
281
282 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 21)
torio. Poco después se iniciaron los reportes sobre la asociación del fenómeno del
anticoagulante lúpico con trombosis, embolismos y pérdidas fetales. En 1983 se
desarrolló el primer ensayo inmunoenzimático de fase sólida para detectar anti-
cuerpos aCL y en 1985 se acuñó el término de síndrome de anticuerpos antifosfo-
lípidos. Posteriormente se demostró que la unión de la proteína b2–glucoproteína
1 (b2GP1) con otros fosfolípidos es necesaria para unir la cardiolipina; este reque-
rimiento no se observó en pacientes con sífilis u otras infecciones, confirmando
que en el SAF los anticuerpos están dirigidos no sólo contra la cardiolipina unida
al complejo b2GP1–fosfolípido, sino también contra el b2GP1. Actualmente se
han identificado anticuerpos contra la anexina V 2 y contra la protrombina, así
como autoanticuerpos contra diferentes subtipos de fosfolípidos (fosfatidilseri-
na, fosfatidiletanolamina, fosfatidilglicerol, fosfatidilinositol, fosfatidilcolina y
ácido fosfatídico), lo cual puede dificultar el diagnóstico de la enfermedad.
EPIDEMIOLOGÍA
PATOGÉNESIS
a pesar de tener anticuerpos aFL circulantes. Así, los mecanismos efectores me-
diados por complemento parecen ser indispensables para que ocurra la muerte
fetal; más aun, a nivel experimental la activación de complemento es un requeri-
miento para que ocurra trombosis.
A pesar del ineludible papel patogénico de los anticuerpos aFL, hay muchos
individuos asintomáticos portadores de estos autoanticuerpos que nunca presen-
tan fenómenos trombóticos o eventos obstétricos adversos. Esto ha sugerido el
requerimiento forzoso de otros factores protrombóticos que actúen de manera si-
multánea y sinérgica con el daño vascular y la activación celular a nivel subclíni-
co inducidos por los anticuerpos aFL, dando origen a la teoría del segundo golpe,
o hit. En apoyo a esta teoría, al menos 50% de los pacientes con SAF y trombosis
vascular tienen otros factores de riesgo para trombosis en el momento en que su-
fren el evento.
284 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 21)
Se clasifica como SAF si al menos un criterio clínico y uno de laboratorio están presen-
tes. IgG: inmunoglobulina G; IgM inmunoglobulina M.
CUADRO CLÍNICO
Los signos y síntomas del SAF son variables y pueden ir desde fenómenos subclí-
nicos en individuos con anticuerpos aFL circulantes, que nunca han presentado
trombosis ni pérdidas fetales, hasta procesos clínicos graves como el SAF catas-
trófico, manifestado como una diátesis trombótica a diferentes niveles que se de-
sarrolla en poco tiempo.
Los criterios de clasificación para el SAF fueron actualizados en 2004 y publi-
cados en 2006 (cuadro 21–1); si bien es cierto que no fueron diseñados para el
diagnóstico individual del SAF, proveen una guía útil de manifestaciones clínicas
y de laboratorio evaluadas de manera sistematizada y bien estructurada, por lo
que conviene tenerlos en mente como un referente general del cuadro clínico y
serológico del síndrome. Algunos estudios han mostrado que los criterios actua-
les son superiores a los previos, particularmente al incluir a los anticuerpos
anti–b2GP1 como criterio serológico aislado de clasificación.
Síndrome de anticuerpos antifosfolípidos 285
Oclusión vascular
Morbilidad obstétrica
Manifestaciones cardiacas
Las lesiones valvulares cardiacas son frecuentes en el SAF. Si bien se consideran
manifestaciones independientes del lupus eritematoso sistémico, su frecuencia
es mayor en pacientes con SAF secundario, en particular la endocarditis de Lib-
man–Sacks. Con frecuencia son asintomáticas y se detectan por ecocardiografía
transtorácica o transesofágica. Las principales alteraciones incluyen engrosa-
mientos valvulares difusos > 3 mm, engrosamientos localizados que involucran
las porciones proximal o media de las valvas y nodulaciones irregulares en los
bordes libres de las valvas, dando una imagen ecográfica en “palillos de tambor”.
También es frecuente encontrar disfunción valvular por insuficiencia o estenosis,
o una combinación de ambas. Las válvulas afectadas con más frecuencia son la
mitral y la aórtica.
La enfermedad arterial coronaria es frecuente en pacientes con SAF; sin em-
bargo, se debe sopesar el papel que desempeñan otros factores de riesgo cardio-
Síndrome de anticuerpos antifosfolípidos 287
vascular, como la edad (> 55 años en hombres, > 65 años en mujeres), la hiperten-
sión arterial sistémica, la diabetes mellitus, las dislipidemias, el tabaquismo, la
obesidad y la historia familiar de enfermedad cardiovascular prematura. Se han
informado casos de disfunción ventricular asociada a microtrombosis miocárdi-
ca, así como formación de trombos intracavitarios en pacientes con SAF, aunque
su frecuencia es muy baja.
La hipertensión pulmonar en el SAF suele ser secundaria a embolismo pulmo-
nar recurrente o trombosis de pequeños vasos. Es infrecuente que los pacientes
con SAF presenten hemorragia pulmonar difusa.
Manifestaciones neurológicas
Además de la obvia relación del SAF con los eventos vasculares cerebrales, la
presencia persistente de anticuerpos aFL se asocia con disfunción cognitiva y de-
mencia en pacientes con SAF, teniendo una mayor asociación con el anticoagu-
lante lúpico. Las cefaleas vasculares (migraña) son una manifestación frecuente
del SAF, aunque su relación con los anticuerpos circulantes no está bien estable-
cida. Algunos estudios han mostrado alguna asociación entre el SAF y los proce-
sos desmielinizantes del sistema nervioso central, en particular con esclerosis
múltiple y mielitis transversa.
Manifestaciones renales
plaquetario debe ser < 100 000/mL en al menos dos ocasiones con 12 semanas
de separación más la exclusión de púrpura trombocitopénica idiopática, coagula-
ción intravascular diseminada, seudotrombocitopenia y trombocitopenia induci-
da por heparina.
METODOLOGÍA DIAGNÓSTICA
Estudios de laboratorio
Estudios de imagen
Patología
Diagnóstico diferencial
La presencia de anticuerpos aCL inducidos por infección suelen ser transitorios
y de isotipo IgM más que IgG. Los estudios adicionales de laboratorio pueden
ayudar a diferenciar los anticuerpos aFL inducidos por infección de los provoca-
dos por autoinmunidad, al determinar la dependencia a b2GP1 por parte del anti-
cuerpo.
En los pacientes mayores de 60 años se debe ser cuidadoso al diagnosticar
SAF, ya que la prevalencia de anticuerpos aFL incrementa con la edad y los facto-
res de riesgo para obstrucción vascular son más frecuentes.
Cuando la manifestación dominante es la trombosis venosa se debe realizar un
diagnóstico diferencial con mutaciones del factor V de Leiden (resistencia a la
proteína C activada), deficiencia de proteína C, deficiencia de proteína S, defi-
ciencia de antitrombina III, disfibrinogenemias, anormalidades de la fibrinólisis,
síndrome nefrótico, policitemia vera, enfermedad de Behçet, hemoglobinuria
paroxística nocturna y trombosis asociada a hormonales. Cuando la trombosis es
arterial se deben tener en cuenta la dislipidemia, la diabetes mellitus, la hiperten-
sión arterial sistémica, la anemia de células falciformes, la vasculitis, la hiperho-
mocisteinemia y la enfermedad de Buerger.
Cuando existe morbilidad obstétrica se deben considerar anormalidades cro-
mosómicas, anormalidades anatómicas del tracto reproductivo materno y otras
causas maternas infecciosas, endocrinas, autoinmunitarias e inducidas por fár-
macos. Hay que recordar que la frecuencia de anticuerpos aFL entre mujeres con
abortos recurrentes es de 5 a 21%, mientras que en mujeres con embarazos nor-
males es de 0.5 a 2%. Otras causas de pérdida fetal (y trombosis) incluyen defi-
ciencia heredada de proteínas C, S o antitrombina III, así como mutaciones del
factor V de Leiden, protrombina y tetrahidrofolato–reductasa.
El SAF catastrófico tiene pocos imitadores, entre ellos la sepsis, la coagula-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
TRATAMIENTO
que no existe una clara correlación entre los niveles de anticuerpos aFL y los epi-
sodios trombóticos, el objetivo del tratamiento no debe ser eliminar o reducir los
niveles de anticuerpos con terapias agresivas y costosas (excepto en el tipo catas-
trófico). Además, en todo paciente con SAF se deben eliminar, reducir o contro-
lar los factores heredados y adquiridos de riesgo vascular concomitantes, como
hipertensión, dislipidemia, tabaquismo o uso de anticonceptivos hormonales.
Tromboprofilaxis primaria
Tromboprofilaxis secundaria
Este aspecto se enfoca en los pacientes con SAF que ya han padecido un episodio
de trombosis y que están en riesgo de sufrir nuevos eventos trombóticos. La ma-
yoría de los estudios coinciden en que el tratamiento con anticoagulantes es supe-
rior al tratamiento con antiagregantes plaquetarios; sin embargo, no existe un
consenso sobre la intensidad y la duración de la anticoagulación. Una caracterís-
tica clínica común en la mayoría de los pacientes con SAF es que las trombosis
suelen recurrir en el mismo territorio vascular, es decir, las recurrencias de trom-
bosis venosas suelen ser venosas y las trombosis arteriales suelen ser también ar-
teriales en alrededor de 80% de los casos.
Síndrome de anticuerpos antifosfolípidos 293
El tratamiento actual para prevenir las pérdidas fetales incluye el uso de dosis ba-
jas de AspirinaR sola o en asociación con heparina, según la situación clínica
(cuadro 21–3).
PRONÓSTICO
a largo plazo en pacientes con SAF primario es malo; a los 10 años, un tercio de
los pacientes desarrollan daño orgánico permanente y una quinta parte son inca-
paces de realizar actividades de la vida diaria. La hipertensión arterial pulmonar,
el compromiso neurológico, la isquemia miocárdica, la nefropatía, la gangrena
de las extremidades y el SAF catastrófico son todos factores de mal pronóstico.
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298 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 21)
Sección IV
Farmacoterapia
GENERALIDADES
301
302 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 22)
FARMACOCINÉTICA
FARMACODINAMIA
Mecanismos de acción
GLUCOCORTICOIDES EN EL TRATAMIENTO
DE LAS REACCIONES ALÉRGICAS
Asma
miento con dosis más bajas. Cuando se suprime la exacerbación aguda los gluco-
corticoides regularmente se pueden disminuir de manera progresiva con rapidez,
sin la presencia de efectos nocivos importantes.
En el tratamiento del asma bronquial crónica grave que no se controla por me-
dio de otras medidas se puede requerir la administración a largo plazo de gluco-
corticoides. Al igual que con otros usos a largo plazo de estos compuestos, se uti-
liza la dosis más baja eficaz y es necesario tener cuidado cuando se intenta la
supresión.
Los esteroides, principalmente en aerosol, bloquean la respuesta tardía a los
alergenos inhalados y pueden producir una hiperreactividad bronquial posterior.
El tratamiento prolongado hace que se reduzca dicha hiperreactividad.
En muchos pacientes el uso de esteroides inhalados (en especial dipropionato
de beclometasona, acetónido de triamcinolona, flunisolida y budesonida) puede
306 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 22)
CUADROS DE ALERGIA
Rinitis alérgica
EFECTOS ADVERSOS
REFERENCIAS
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23
Inmunoterapia
Alberto Monteverde Maldonado
Una de las terapias para el tratamiento de las enfermedades alérgicas que menos
conoce el médico internista, y que es la única en la actualidad capaz de cambiar
la historia natural de la enfermedad alérgica, es la inmunoterapia. La inmunotera-
pia se basa en el hecho científico de que al administrar cantidades pequeñas pero
crecientes de un antígeno responsable del fenómenos alérgico a una persona sen-
sible al mismo se produce en dicha persona una especie de tolerancia, o, mejor
dicho, una hiposensibilización al mismo, lo que equivale a una menor respuesta
alérgica del individuo en cuestión. Dicho tratamiento se basa en las observacio-
nes realizadas por Noon y Friedman desde 1911,1 por lo que es un tratamiento que
tiene casi un siglo de ser utilizado y que es sumamente efectivo cuando se consi-
deran los candidatos alérgicos ideales para recibirla. Se puede decir que el princi-
pio de la inmunoterapia se basa en el hecho de que los mecanismos que detonan
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
309
310 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 23)
EFICACIA
Se dice que para alcanzar la eficacia deseada que tanto se observa en los artículos
de alergia4 el principio de la inmunoterapia requiere una elección adecuada del
paciente. Una vez que el médico internista refiere al paciente con sospecha de pa-
decer un fenómeno alérgico con el médico especialista, éste tiene que corroborar
que exista la sensibilización del paciente a un alergeno, es decir, una partícula en
general proteica, capaz de producir en el organismo una reacción de sensibiliza-
ción previa, que tanto se ha mencionado en este libro, en la que se liberan factores
preformados y formados de novo que producirán la sintomatología alérgica de-
pendiendo del sitio en donde se dé la reacción. De esta forma, el clínico debe ba-
sar la sospecha en la historia clínica del paciente, tomando en cuenta los factores
hereditarios y del medio ambiente para elegir en primera instancia el grupo de
alergenos que probará en la piel del paciente mediante una prueba cutánea, la cual
se puede realizar a cualquier edad. Es bueno aclarar de una vez por todas un mito
que prevalece en la comunidad pediátrica, el cual establece (en ocasiones por des-
conocimiento) que las vacunas no se deben aplicar a los niños menores de cinco
años; dicha recomendación, que aparece en el consenso de inmunoterapia de la
Organización Mundial de la Salud,5 es sólo una contraindicación relativa que está
basada en premisas de reacciones adversas con inmunoterapia subcutánea de tipo
Inmunoterapia 311
MECANISMO DE ACCIÓN
pareciera por completo y el paciente se curara (hoy en día se curan), por lo que
los síntomas nunca jamás se volvían a presentar.
En la actualidad los detractores de la inmunoterapia son muchos, algunos con
conocimiento seudocientífico y otros con intereses oscuros (como las compañías
de laboratorio poco éticas), y en general la terapia tiende a estar en algunos círcu-
los poco entendida y a veces hasta menospreciada; sin embargo, a las nuevas ge-
neraciones de alergólogos e internistas preparados les corresponde saber que di-
cho conocimiento tiene una base y sustento científico, y que bien usada en los
pacientes adecuados logra en muchos casos la curación o un control más adecua-
do de la enfermedad, disminuyendo los ingresos a urgencias, por ejemplo, de pa-
cientes asmáticos, reduciendo las crisis severas de rinitis y evitando la nueva for-
mación de pacientes posoperados de poliposis nasal, así como la utilización de
medicamentos en todo el grupo de enfermedades alérgicas.
El sustento científico se basa en la medición de los niveles del anticuerpo IgE,
que es el principal responsable del fenómeno alérgico y que durante la inmunote-
rapia convencional tiende a disminuir paulatinamente.6 Sin bien es cierto que al
principio los niveles se elevan aún más que al inicio, posteriormente la medición
del anticuerpo tiende a disminuir, inclusive en temporadas de alta polinización.
Otra observación científica importante que explica el mecanismo de la inmunote-
rapia es la medición de los niveles de otro anticuerpo, que es la inmunoglobulina
G4, la cual actúa como anticuerpo bloqueante, pues compite por el alergeno con
la IgE, disminuyendo el sustrato disponible para la IgE.7 Otra medición no menos
importante es la de la densidad celular en el sitio de la enfermedad alérgica, que
ocurre en los pacientes con inmunoterapia con polen, en la que se puede observar
que disminuyen drásticamente el número de células involucradas en el fenómeno
alérgico, como los mastocitos y los basófilos;8 asimismo, se aprecia un aumento
notable de los linfocitos Th1 en lugar de los Th2, responsables directos de la libe-
ración de interleucinas (IL) mediadoras de la inflamación, como la IL–4, la IL–13
y la IL–5.
SEGURIDAD
CONCLUSIONES
Si bien es cierto que aún queda bastante por investigar en relación con la inmuno-
terapia y sus mecanismos de acción, su eficacia ha sido probada en el tiempo y
en numerosos estudios doble ciego, prospectivos y aleatorizados.10 Todo ello
concluye que se trata de una terapia eficaz y segura para pacientes alérgicos bien
seleccionados, aunque queda como parte de la función del médico internista co-
nocer la existencia de dicha terapéutica y la derivación de los pacientes que se
sospeche que pueden ser candidatos a la misma al médico especialista, quien será
el encargado de determinar las pruebas cutáneas que se deberán realizar y, con
base en los resultados de las mismas, indicar la dosis de inmunoterapia que co-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
REFERENCIAS
1. Noon L: Prophylactic inoculation against hay fever. Lancet 1911;i:1572–1573.
314 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 23)
INTRODUCCIÓN
Los antihistamínicos son fármacos que se emplean para inhibir los efectos causa-
dos en el organismo por la liberación de histamina y han sido utilizados desde
tiempos pasados para el manejo de enfermedades alérgicas, como la rinitis y la
urticaria.
La histamina es una amina biogénica primaria derivada del imidazol que tiene
potentes acciones biológicas; se almacena en los gránulos citoplasmáticos de los
basófilos, los mastocitos y otras células, como las del tracto gastrointestinal y el
sistema nervioso central (SNC).1 Windaus y Vogt la aislaron en 1907.
En 1910 Daley y Laidlow investigaron su efecto biológico y descubrieron que
estimulaba el tejido muscular, con una importante función vasopresora. En l927
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
315
316 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 24)
La histamina tiene efecto sobre los mastocitos, los basófilos y los eosinófilos,
libera mediadores proinflamatorios, como leucotrienos y citocinas, e incrementa
la expresión de moléculas de histocompatibilidad humana clase II (HLA) y molé-
culas de adhesión endotelial vascular.4
MECANISMO DE ACCIÓN
kB), los eosinófilos, los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos, el factor esti-
mulante de colonias de macrófagos y los leucotrienos.3
Dependiendo de su acción sobre el sistema nervioso central (SNC), se clasifi-
can en clásicos o de primera generación, no clásicos o de segunda generación, y
de tercera generación (cuadro 24–2).
Los antihistamínicos H1 de primera y segunda generaciones antagonizan a los
receptores H1, que son los responsables de la constricción del músculo liso bron-
quial y vascular, causan activación de los nervios aferentes vagales de la vía aérea
y de los receptores de la tos, incrementan la permeabilidad vascular (edema y
obstrucción), aumentan la secreción glandular (rinorrea), provocan vasodilata-
ción en la piel con incremento de la permeabilidad vascular (eritema y edema)
y son responsables de las manifestaciones locales, como el prurito y el dolor.1
Los antihistamínicos de primera generación, como la dexclorfeniramina y la
hidroxicina, son rápidamente absorbidos y metabolizados, por lo que son admi-
nistrados durante tres o cuatro tomas; son altamente lipofílicos debido a su es-
tructura molecular, atraviesan la barrera hematoencefálica y se unen a su receptor
H1 cerebral, lo que explica que su principal efecto adverso sea la sedación.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FARMACOCINÉTICA
Efectos adversos
Interacciones farmacológicas
Clorfeniramina
Hidroxicina
Difenhidramina
los receptores H1, los cuales se encuentran en el útero, los vasos sanguíneos y los
bronquios; el bloqueo de estos receptores suprime la formación de edema, erup-
ción y prurito, el cual es producido por la liberación de histamina. Este tipo de
medicamentos también poseen propiedades anticolinérgicas, las cuales pueden
ser debidas a un efecto antimuscarínico a nivel central que puede producir los
efectos antieméticos de este grupo de fármacos; sin embargo, el mecanismo exac-
to aún no se conoce. El uso prolongado de la difenhidramina puede causar tole-
rancia, pero puede ser benéfico en la reducción de los efectos sedativos.8
Este medicamento se emplea en diferentes enfermedades, como rinitis alérgi-
ca, urticaria, prurito y diferentes reacciones alérgicas, como resultado de la re-
ducción de la contracción muscular lisa, en dosis habituales de 25 a 50 mg por
vía oral de tres a cuatro veces al día en intervalos de cuatro a seis horas, con una
dosis máxima de 300 mg/día.9 La primera generación de antihistamínicos H1 oca-
322 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 24)
Clemastina
de dos a tres veces al día sin exceder los 60 mL por día. Para el tratamiento del
prurito se administra una tableta de una a tres veces al día sin exceder de tres ta-
bletas al día; el jarabe se administra en dosis de 20 mL dos veces al día, sin exce-
der los 60 mL al día.7
Entre sus efectos secundarios, al igual que la difenhidramina, se indica que
puede producir un efecto supresor sobre el sistema nervioso central o bien esti-
mularlo, lo cual puede ser más frecuente en los niños, quienes presentan alucina-
ciones, ataxia y descoordinación hasta llegar a las convulsiones; en los adultos
se puede observar una depresión del sistema nervioso central que incluye desde
somnolencia hasta coma.9
Pirilamina
Tripelenamina
Prometazina
La prometazina es un antihistamínico muy potente que se administra por vía oral,
rectal, intramuscular e intravenosa; llega a tener unión a las proteínas de 80 a
93%, se distribuye ampliamente en todo el cuerpo, cruza la placenta y se elimina
mediante la leche materna. Después de su ingestión o aplicación por vía rectal la
prometazina inicia su acción en 15 a 60 min; cuando se administra por vía intrave-
nosa inicia su acción a los tres o cinco minutos posteriores a su aplicación; por
vía intramuscular su acción inicia 20 min después de su administración, mante-
niendo su efecto durante cuatro a seis horas. Se metaboliza en el hígado, produ-
ciendo metabolitos inactivos, como el sulfóxido de prometazina y otros glucuró-
nidos, con una vida media de eliminación de 10 a 14 h y excreción de los
metabolitos a través de la orina y las heces.6,7
La prometazina es un antagonista H1 que no previene la liberación de histami-
na, sino que compite con ella para bloquear los receptores; sin embargo, es clasi-
ficada como una fenotiazina y tiene la capacidad de antagonizar la dopamina, por
lo que no se utiliza como un neuroléptico.13
Tiene efectos anticolinérgicos, sedativos y antieméticos considerables —estos
últimos son útiles para prevenir el mareo por movimiento—, y algunas propieda-
des de anestésico local, aunque esta actividad requiere altas concentraciones del
fármaco.7
Para el tratamiento del mareo por movimiento se puede utilizar por vía rectal
u oral en dosis de 25 mg antes del viaje y se puede dar una segunda dosis a las
Antihistamínicos 325
Cetirizina
Pertenece al grupo de las piperazinas. Es un antihistamínico de segunda genera-
ción y constituye el metabolito más activo de la hidroxicina; tiene un leve efecto
sedante, con buena absorción por vía oral, inicio de acción entre la primera y la
segunda horas y vida media de 18 h. Está indicada en urticaria aguda y crónica,
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Astemizol
Se metaboliza a partir del citocromo P–450 hepático a desmetilastemizol. Al
igual que la cetirizina, pertenece al grupo de las piperazinas, actúa sobre los a
326 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 24)
Loratadina
Pertenece al grupo de los antihistamínicos de segunda generación. Tiene una es-
tructura similar a la de la ciproheptadina y la azatadina, pero difiere en su estruc-
tura de otros antihistamínicos no sedantes, como la terfenadina y el astemizol. Su
fórmula química es C22H23ClN2O2. Debido a su escasa penetración en el SNC los
efectos en dicho sistema son menores, en comparación con los antihistamínicos
de primera generación.6–8 Se administra por vía oral, es absorbida rápidamente
por el sistema digestivo e inicia su acción entre una y tres horas después; tiene
una unión a proteínas de 97%, se elimina en la leche materna y es completamente
metabolizada en el hígado hasta el mínimo metabolito activo (la descarboetoxilo-
ratadina) por el CYP3A4 y en menor grado por el citocromo CYP2D6. La admi-
nistración de loratadina con medicamentos que se metabolizan por estas vías pue-
de incrementar la concentración del fármaco en el plasma. Tiene una duración de
acción de 24 h y una eliminación en promedio de 28 h por vía renal o fecal.6,7
La loratadina bloquea de forma competitiva a los receptores de histamina que
se encuentran en el tracto gastrointestinal, el útero, los vasos sanguíneos y el mús-
culo bronquial; este fármaco no atraviesa la barrera hematoencefálica y no tiene
efectos anticolinérgicos en concentraciones terapéuticas.8
Entre sus usos terapéuticos se encuentran la rinitis alérgica estacional o cró-
nica y la urticaria, así como otros síntomas alérgicos mediados por la histamina.
La dosis recomendada es de 10 mg por vía oral (en tabletas) todos los días, sin
exceder los 10 mg en 24 h; la dosis del jarabe, cuya presentación es de 5 mg por
5 mL, es de 10 mL diarios sin exceder los 10 mg en 24 h.6 Los efectos adversos
se pueden presentar en 2% de la población; incluyen cefalea, fatiga, disfonía y
taquicardia sinusal sin cambios en el intervalo QT del electrocardiograma.14
Ketotifeno
Se utiliza con frecuencia como agente oral para el manejo del asma bronquial y
otras alergias, aminorando síntomas como estornudos y tos, y disminuyendo la
Antihistamínicos 327
Mizolastina
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Azelastina
Levocetirizina
Fue lanzada en 2001 en Europa, pero fue hasta mayo de 2007 cuando la FDA apro-
bó su uso en EUA.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Desloratadina
Fexofenadina
Rupatadina
Es otro antihistamínico de tercera generación que es capaz de interactuar con los
receptores H1 y los receptores del factor activador de las plaquetas; tiene una rá-
pida acción y un efecto prolongado, por lo que puede ser administrado una vez
al día. En algunos estudios se ha demostrado que tiene un potente efecto antihista-
mínico H1 periférico, mientras que en estudios in vitro se han descrito efectos an-
tiinflamatorios y antialérgicos. En estudios controlados y aleatorizados se indica
que en dosis de l0 mg/día es efectivo para el tratamiento de la rinitis alérgica, dado
que mejora los síntomas nasales, incluyendo la obstrucción. Es seguro, bien tole-
rado y tiene una mínima incidencia de efectos adversos, en comparación con el
placebo y otros tratamientos activos.4
Olopatadina
Es un agente antialérgico que posee actividad antagonista contra el receptor H1.
Fue aprobado en EUA y en Europa para el tratamiento de la rinitis alérgica y la
conjuntivitis alérgica. Sus presentaciones incluyen aerosol nasal y solución oftál-
mica. La solución oftálmica a 0.1% se utiliza para el tratamiento sintomático de
conjuntivitis alérgica. La olopatadina a 0.6% en aerosol nasal ha mostrado que
mejora la calidad de vida de los pacientes con rinitis alérgica e inhibe la histamina
y la liberación de mediadores proinflamatorios, como el factor activador de las
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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25
Agonistas b adrenérgicos
Carlos Lenin Pliego Reyes, Erika Patricia García Jiménez
INTRODUCCIÓN
RECEPTORES b ADRENÉRGICOS
333
334 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 25)
Los de acción prolongada, activos por vía oral, muestran selectividad por los re-
ceptores:
MECANISMO DE ACCIÓN
Catecolaminas
OH
OH CH3 OH
OH CH CH2 NH CH
Isoproterenol CH3
Broncodilatadores adrenérgicos no catecolaminas
Resorcinoles
OH OH
OH CH3 OH
CH CH2 NH CH CH CH2 NH
CH3
Metaproterenol Terbutalina
OH OH
OH
OH CH3
CH CH2 NH CH
CH3 OH
Fenoterol
OH
Saligeninas
HOCH2
OH CH3
CH CH2 NH CH CH3
Albuterol CH3
HOCH2
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
OH
OH CH CH2 NH CH2 CH2 CH2 CH2 CH2 CH2 CH2
Salmeterol CH2 CH2
Otros
HOCH2
OH
N CH3
OH CH CH2 NH CH CH3
O Pirbuterol CH3
H C NH OH
OH CH CH2 NH CH CH2 OCH2
Formoterol
F–S
Membrana celular
Receptor b2
F–S: Formoterol–salmeterol
Membrana
celular III IV V VI
Adenilciclasa
Gs
g as COOH
Intracelular b ATP AMPc
Proteína G GTP
GDP Rejalación del músculo liso
Actividad mucociliar
Inhibición de la actividad de los mastocitos
OH CH3
CH CH NH CH3
sis en los que se utilizan con mayor frecuencia en el curso de los padecimientos
alérgicos, específicamente el asma.
b2 ADRENÉRGICOS
Efedrina
Epinefrina
Isoproterenol
Metaproterenol
OH
OH CH3
OH CH CH2 NH CH
CH3
Fenoterol
Se trata de un agonista total de receptores b adrenérgicos, cuyas altas concentra-
ciones producen respuesta celular máxima; debido a su estimulación cardiaca y
efectos colaterales extrapulmonares se asoció con un incremento de muertes por
asma, por lo que no fue aprobado en EUA (figura 25–7).
Albuterol
Es un b2 agonista selectivo que tiene un adecuado efecto broncodilatador y poca
estimulación cardiaca. Se encuentra disponible en inhalador de dosis medida vía
oral y parenteral. Es el tratamiento de primera línea en el rescate de crisis asmáti-
cas. La dosis en adultos es de 180 a 200 mg mediante inhalador de dosis medida;
si se utiliza nebulizador la dosis debe ser de 2.5 mg. En niños se recomiendan de
0.05 a 0.15 mg/kg (figura 25–8).
Cuando se administra por vía oral se utiliza en adultos en dosis de 2 a 4 mg,
sin exceder 32 mg/día. En niños se indica en dosis de 0.4 mg/kg a un máximo de
2 mg.
OH
OH
CH3
CH CH2 NH CH
CH3
OH
OH
OH
CH3
CH CH2 NH CH
CH3 OH
OH
Ante la imposibilidad de usar la vía oral o inhalada se puede utilizar la vía pa-
renteral para la administración de 500 mg intramuscular (8 mg/kg) cada cuatro ho-
ras en adultos, o bien 250 mg intravenosos en bolo, y repetir (4 mg/kg) a dejar una
infusión de 5, 10 y 20 mg/min. Esta alternativa no se recomienda en niños.
Pirbuterol
Formoterol
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
HOCH2
OH
CH3
CH CH2 NH CH CH3
CH3
HOCH2
OH
N CH3
OH CH CH2 NH CH CH3
CH3
la función pulmonar, además de que tiene una vida media larga y sus efectos ini-
cian desde los primeros minutos (figura 25–10).
Se ha visto que la respuesta broncodilatadora se establece en mejor proporción
con dosis de 24 mg. Los diversos estudios concluyen que este fármaco brinda una
mejor función pulmonar, un mejor control de los síntomas y un menor uso de me-
dicamentos de rescate. La dosis promedio es de 12 mg cada 12 h, con una presen-
tación de los efectos a los 10 o 15 min.
Salmeterol
Tulobuterol
H C NH
OH
HOCH2
OH
OH CH CH2 NH CH2 CH2 CH2 CH2 CH2 CH2 CH2
CH2 CH2
Indacaterol
Cl
N
H
OH
ÃÃ
OH
ÃÃ
H
HN N
HO
La administración por vía oral no es óptima, ya que la dosis se limita a los efec-
tos colaterales; así, se tiene que la terbutalina y el salbutamol muestran una absor-
ción de 25 a 80% con una biodisponibilidad de 7 a 26%, por lo que requieren ma-
yor dosis, y un retraso en su acción (dos horas).
La vía parenteral es ideal para el suministro de epinefrina, ya que se observa
una respuesta broncodilatadora en cinco minutos y una duración de hasta tres o
cuatro horas; muestra una efectividad similar a la de la vía inhalada utilizada con
otros broncodilatadores, por lo que esta vía es cada vez menos utilizada para el
tratamiento del asma, además de que se presentan efectos sistémicos agregados
tras utilizar esta vía de administración.
La vía inhalada (aerosol) resulta ser rápida, con un mayor rango entre la bron-
codilatación y la aparición de efectos adversos. Se reporta 75% de broncodilata-
ción dentro de los primeros cinco minutos. Los sistemas de inhalación tipo jet son
menos eficientes que los de dosis medida (MDI); por otro lado, los sistemas de
nebulización tampoco han mostrado mayor beneficio que los de MDI, ya que hasta
dos tercios del medicamento se pueden eliminar en el medio durante la espiración.
Es importante mencionar que tras indicar un MDI se debe agitar el cartucho,
colocar la boquilla a 4 cm de la boca abierta y posteriormente espirar por comple-
to y accionar el dispositivo cuando se está inhalando de forma lenta y profunda
(cinco a seis segundos), con el posterior mantenimiento de la respiración en com-
pleta inspiración durante 10 seg.
EFECTOS ADVERSOS
CONCLUSIONES
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26
Antileucotrienos
Gabriel Uribe Padilla, Nayeli Gabriela Jiménez Saab
INTRODUCCIÓN
345
346 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 26)
ANTILEUCOTRIENOS Y ASMA
ANTILEUCOTRIENOS Y RINITIS
Hasta 71% de los asmáticos atendidos en las consultas de neumología tienen rini-
tis. Estos pacientes son más jóvenes y presentan un asma más leve que los asmáti-
cos sin rinitis. Por otro lado, la atopia se relaciona con el asma asociada a rinitis.
El tratamiento de la rinitis tiende a mejorar la función pulmonar. Estos hallazgos
indican la necesidad de estudiar y tratar toda la vía respiratoria de forma inte-
gral.25
Por su alta prevalencia, la rinitis alérgica también es un problema de salud en
América Latina. El International Study of Asthma and Allergy in Childhood
(ISAAC) ha proporcionado información valiosa en este sentido.26,27
En la mayor parte de los países latinoamericanos se dispone de todas las opcio-
nes farmacológicas recomendadas en las guías de la Allergic Rhinitis and its Im-
pact on Asthma (ARIA), por lo que se pueden prescribir los mejores tratamien-
tos.26
Cuando los pacientes con rinitis alérgica se someten a desafíos de provocación
nasal con alergenos aumentan sus concentraciones de cisteinil–leucotrienos;28–31
dichas concentraciones se encuentran en las secreciones nasales después de cinco
minutos y persisten hasta 30 min después.28,32,33 Este efecto también se ha com-
probado en las fases temprana y tardía de la respuesta alérgica. La concentración
de 5–lipooxigenasa, proteínas activadoras de 5–lipooxigenasa y LT–C4 sintasa
permanece elevada en las secreciones nasales de pacientes con rinitis alér-
gica.28,32–36
El desafío nasal con LT–D4 incrementa el flujo sanguíneo y la resistencia nasal
después de algunos minutos de su aplicación (pico máximo a los ocho minutos),
pero no la secreción nasal, la comezón o los estornudos.28,39 Okuda y su grupo
demostraron que la duración de la resistencia nasal es similar a la provocada por
el desafío antigénico.28,37,38,40
Diversos autores han detectado receptores de CysLT–1 en los eosinófilos, las
células cebadas, los macrófagos, los neutrófilos y las células endoteliales vascu-
lares de la mucosa nasal.28,37,38,41
Se ha observado que el pranlukast (un inhibidor de CysLT–1) se enlaza a recep-
tores en el cornete inferior, cuyos sitios de unión se localizan en el endotelio vascu-
Antileucotrienos 349
lar y las células intersticiales.42 Esto indica que los antagonistas de CysLT–1 per-
manecen en el lecho vascular y los leucocitos infiltrantes (células cebadas,
eosinófilos y macrófagos).37,38 Se ha comprobado que el zafirlukast disminuye
la resistencia nasal en 68% de los pacientes con rinitis alérgica estacional28,43 y
la congestión nasal en individuos con alergia a los gatos.28,44 El antagonista de
CysLT–1 más prescrito es el montelukast, ya que es fácil de aplicar, inocuo y su
régimen incluye una sola toma al día; reduce los síntomas nasales durante el día
(congestión, rinorrea, prurito y estornudos), los oculares diurnos, los síntomas
nocturnos (dificultad para dormir, despertares nocturnos frecuentes y congestión
nasal al despertar) y la eosinofilia periférica;28,45,46 además, mejora los parámetros
de calidad de vida con base en los cuestionarios validados de rinoconjuntivitis.28
Meltzer y col. señalan que cuando la rinitis alérgica estacional se trata con
montelukast y loratadina se generan efectos inhibitorios más potentes que con un
solo medicamento.28,47
En pacientes con rinitis alérgica persistente la combinación de montelukast y
desloratadina, o levocetirizina, demostró mayor eficacia que la monoterapia.28,48
En un estudio que incluyó a 60 pacientes con rinitis alérgica, entre 18 y 35 años
de edad, que se agruparon aleatoriamente para recibir placebo, montelukast solo,
cetirizina sola o montelukast y cetirizina combinados seis semanas antes y seis
semanas después del comienzo de la estación del polen de césped, se concluyó
que el tratamiento combinado del antihistamínico y el antileucotrieno iniciado
seis semanas antes de la estación de polen es eficaz, dado que previene los sínto-
mas de rinitis alérgica y reduce la inflamación alérgica en la mucosa nasal durante
la exposición al alergeno natural.49 Los antagonistas de receptores de CysLT–1
y antihistamínicos fueron más efectivos que los corticosteroides intranasales en
el tratamiento de la rinitis alérgica.28,50–53,55
Diversos estudios muestran que el montelukast es efectivo en el tratamiento de la
otitis media aguda, ya que disminuye la duración del proceso exudativo.56 También
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
reduce mucho más rápido la otitis media con derrame en pacientes tratados con bu-
desonida intranasal más montelukast, en comparación con budesonida sola.57 Se
han detectado elevadas concentraciones de receptores CysLT–1 y 2 en el tejido
adenoideo; sin embargo, el montelukast disminuye el tamaño adenoideo y mejo-
ra la calidad de respiración al dormir en niños con síndrome de apnea obstructiva
leve.58 Los antileucotrienos son efectivos en pacientes con poliposis nasal.59
ANTILEUCOTRIENOS EN URTICARIA
CRÓNICA IDIOPÁTICA Y DERMATITIS ATÓPICA
Dosis
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CROMOLÍN
Mecanismo de acción
357
358 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 27)
Usos clínicos
Asma bronquial
Enfermedades nasales
Infecciones virales
Cuando se administra cada dos horas durante los primeros días de la infección
de las vías respiratorias altas inhibe los efectos de la infección por influenza, brin-
dando un efecto significativo sobre la gravedad de los síntomas.
Mastocitosis sistémica
NEDOCROMIL
Mecanismo de acción
Farmacocinética
Su absorción por vía oral es mínima, por lo que se debe aplicar mediante forma
inhalada o tópica, como la aplicación sobre la conjuntiva o la piel; es ineficaz
cuando se administra por vía parenteral.
Tras la inhalación, la mayor parte del medicamento (85%) permanece en la
orofaringe y la tráquea, del cual se pierde una parte en la exhalación o bien al de-
glutirse; sólo la fracción que accede al árbol bronquial es farmacológicamente
activa (10%).
Indicaciones
Alteraciones broncopulmonares
tes al servicio de urgencias. En otra revisión, que incluyó 4 723 pacientes de 127
estudios, el nedocromil demostró ser mejor que el placebo en la mejoría de los
síntomas nocturnos de la tos y el promedio diario del pico de flujo espiratorio
(PEF) y la FEV1; asimismo, disminuyó de manera importante la necesidad de
broncodilatadores de rescate, con lo cual mejoró el bienestar de los pacientes;
también disminuyó 50% el empleo de esteroides y 50% las escalas de los síntomas.
Las combinaciones con triamcinolona y montelukast demostraron una mejo-
ría de los parámetros clínicos, lo cual no se consiguió con el formoterol.3,5
Infecciones virales
El nedocromil tiene un efecto significativo sobre los síntomas y la secreción nasal
en las infecciones por rinovirus, pero no en las infecciones por coronavirus.7
Se encuentra disponible para que el dosificador proporcione 2 mg en cada dis-
paro; para que se obtengan los mejores resultados es importante que el paciente
tenga un flujo espiratorio máximo de 60 a 80%. La dosis recomendada de inicio
es de dos inhalaciones cuatro veces al día, pero después de varias semanas de
buen control se puede disminuir a dos disparos dos veces al día.
Efectos secundarios
Es un fármaco bien tolerado y de baja toxicidad. Sólo 3% de los pacientes pueden
manifestar algún efecto secundario, el cual habitualmente se limita al sitio de
aplicación.
S Digestivos: náuseas (4%), vómito (1.7%), dispepsia, diarrea, dolor transito-
rio y trastornos del gusto (12 a 13%) con sabor amargo. Estos factores obli-
gan a suspender el tratamiento en 1% de los casos.
S Neurológicos: cefalea 6%.
S Respiratorios: irritación leve de la faringe (5.7%), faringitis, tos (7%), con-
gestión nasal, ronquera y rara vez espasmo bronquial paradójico con sibi-
lancias.
S Alérgicos/dermatológicos: rara vez se pueden presentar reacciones de hi-
persensibilidad con erupciones exantemáticas, urticaria, eritema o angioe-
dema.
Las cromonas son efectivas para bloquear la reacción aguda a los cambios
alérgicos, lo cual no hacen los corticosteroides; sin embargo, ambos bloquean la
reacción tardía. Ambos grupos se pueden utilizar en el asma crónica en circuns-
tancias similares; en muchos casos de pacientes asmáticos que no responden a los
corticosteroides se pueden agregar cromonas, lo cual ofrece un mejor control; es-
ta combinación es altamente efectiva en la conjuntivitis primaveral. Cuando en
los casos de dermatitis atópica se agrega cromolín sódico en loción tópica para
la piel se obtiene una reducción significativa del uso de corticosteroides tópicos.
Las cromonas y los corticosteroides no son intercambiables. La combinación
de los dos grupos de medicamentos en el manejo del asma, la queratoconjuntivitis
primaveral y la dermatitis atópica es complementaria, más no competitiva. El ne-
docromil puede disminuir el requerimiento de corticosteroides inhalados.15
CONCLUSIÓN
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28
Tratamiento anti–IgE
María Elena Ramírez Del Pozo
INTRODUCCIÓN
365
366 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 28)
Membrana celular
VH
VL
a b g g
MECANISMO DE ACCIÓN
Propiedades farmacodinámicas
Inmunoglobulina E
Anti–IgE
C3 Omalizumab
Región
Ce3
Propiedades farmacocinéticas
La biodisponibilidad de la administración de omalizumab subcutáneo es de apro-
ximadamente 62%, el cual es absorbido lentamente, con un pico máximo de con-
centración siete u ocho días después de la administración. El aparente volumen
de distribución del omalizumab es de 78 " 32 mL/kg, con una vida media de
aproximadamente 26 días y un aclaramiento de 2.4 mL/kg/día.11,12
Los datos obtenidos en estudios previos indican que no se requiere ajustar la
dosis en los adolescentes ni los adultos mayores, y que no existe diferencia en
cuanto a la raza o el sexo. No se tienen datos acerca de su administración en pa-
cientes con insuficiencia renal o hepática ni se han observado interacciones medi-
camentosas.11
368 Temas de inmunología y alergias (Capítulo 28)
Cuadro 28–1. Dosis de omalizumab de acuerdo con los niveles de IgE y el peso
Peso corporal (kg)
IgE basal 20 a 30 > 30 > 40 > 50 > 60 > 70 > 80 > 90
(IU/mL) a 40 a 50 a 60 a 70 a 80 a 90 a 150
> 30 a 100 150 150 150 150 150 150 150 300
> 100 a 200 150 150 300 300 300 300 300 450
> 200 a 300 150 300 300 300 450 450 450 600
> 300 a 400 300 300 450 450 450 600 600
> 400 a 500 300 450 450 600 600 750 750
> 500 a 600 300 450 600 600 750
> 600 a 700 450 450 600 750
> 700 a 800 450 600 750
> 800 a 900 450 600 750
> 900 a 1000 600 750
> 1 000 a 1 100 600 750
> 1 100 a 1 200 600
> 1 200 a 1 300 750
S Dosis v 300 mg cada cuatro semanas: se administra una vez cada cuatro semanas.
S Dosis > 300 mg cada cuatro semanas: se divide en dos dosis iguales, que se administran cada
dos semanas (p. ej., si el total es de 600 mg = 300 mg cada dos semanas).
Dosificación
La dosis aprobada del fármaco es de 0.016 mg/kg/UI/mL de IgE, los cuales se
asocian con una reducción de la concentración basal de IgE cercana a 95%. La
unión del omalizumab a la IgE se relaciona con la formación de complejos; éstos
no activan el complemento y son depurados de la circulación a través del sistema
reticuloendotelial.13 Existen tablas de dosificación de acuerdo con el peso y los
niveles de IgE para su administración cada dos o cuatro semanas, como se mues-
tra en el cuadro 28–1.
Asma
El omalizumab está aprobado por la Food and Drug Administration de EUA y
recomendado por la Iniciativa Global del Asma para el tratamiento del asma mo-
derada y severa de difícil control, ya que ha mostrado cambios importantes en el
control de los síntomas, las pruebas de función pulmonar y la calidad de vida, con
un alto perfil de tolerabilidad y seguridad.14
La adición de omalizumab a la terapia convencional para el tratamiento del
asma fue evaluada en 312 pacientes sintomáticos con asma severa y moderada
con altas dosis de esteroides inhalados,14 b2 agonistas de acción prolongada, an-
Tratamiento anti–IgE 369
Rinitis alérgica
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
cuanto a los síntomas de rinitis y asma, así como diferencias significativas en los
índices del cuestionario de calidad de vida, lo cual indica que el omalizumab es
efectivo en el tratamiento de los síntomas respiratorios alérgicos.
Urticaria crónica
Dermatitis atópica
cinco mostraron efectos poco satisfactorios. Kathen24 reportó tres pacientes con
dermatitis atópica severa con niveles de IgE total por arriba de 5 000 UI que no
respondieron al tratamiento, suponiendo que los resultados no fueron satisfacto-
rios por los niveles tan elevados de inmunoglobulina.
Alergia a alimentos
CONCLUSIONES
Tras el desarrollo de esta terapia biológica, que se une al dominio de la IgE libre
y limita la respuesta alérgica, se ha dado la opción para un mejor control de los
padecimientos alérgicos que no tienen respuesta satisfactoria tras la terapia con-
vencional. El tratamiento anti–IgE resulta ser una herramienta de manejo, princi-
palmente en los pacientes que sufren asma de difícil control y padecimientos ató-
picos. Hasta ahora ha mostrado un adecuado perfil de seguridad y una buena
respuesta terapéutica; sin embargo, el mejor sinodal de este medicamento, como
el de todos, lo será el tiempo.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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Índice alfabético
373
374 Temas de inmunología y alergias (Índice alfabético)
infiltración ipratropio, 38
celular intersticial, 150 iritis, 277
pulmonar irritación
con eosinofilia, 137 cutánea, 226
eosinofílica, 359 orofaríngea, 359
infiltrado pulmonar, 185 vaginal, 324
inflamación isoniazida, 308
aguda, 174 isoproterenol, 333, 334, 335, 337,
alérgica, 360, 363 338, 358
articular, 219 isquemia
conjuntival, 362 digital, 182, 237, 245
espinal, 277 intestinal, 180, 202
intersticial, 257 miocárdica, 297, 343
384 Temas de inmunología y alergias (Índice alfabético)
invasiva, 157
microangiopatía, 295 naproxeno, 277
cerebral, 285 necrosis
renal, 285 fibrinoide, 201, 290
trombótica, 199, 206, 285, 287 tisular, 325
Micropolyspora faeni, 146 nedocromil, 357, 360, 362, 363
microtrombosis miocárdica, 287 nefritis, 192, 206
midriasis, 322 esclerosante, 200
mielitis transversa, 207, 287 intersticial, 263
aguda, 198 lúpica, 199, 200
mielopatía, 197, 198 mesangial, 200
longitudinal, 198 proliferativa, 205, 206, 207
refractaria, 209 mesangial, 200
386 Temas de inmunología y alergias (Índice alfabético)
aórtica, 273
palmoplantar, 49
valvular aórtica, 275
queratosis pilar familiar, 49
relaxina, 247
quiste
resfriado común, 320, 323
de Baker, 217
resorción ósea, 244
de retención, 263 18
respuesta
alérgica, 19, 309, 330, 366, 371
R ocular, 26
anafiláctica, 162
radiación, 261 inflamatoria, 6, 7, 174, 223, 304,
ultravioleta, 61 310, 330, 345, 360
ranitidina, 89 linfocitaria, 145
390 Temas de inmunología y alergias (Índice alfabético)
valaciclovir, 52
vasculitis, 173, 174, 175, 176, 178, xeroftalmía, 257
181, 194, 196, 219, 220, 256, xerostomía, 257, 261
263, 288, 291
crioglobulinémica esencial, 179
de grandes vasos, 179 Y
de medianos vasos, 179
Yersinia, 118, 274
de pequeños vasos, 179
del nervio óptico, 183
focal, 218 Z
leucocitoclástica, 187
mesentérica, 202 zafirlukast, 140, 346, 349, 350
necrosante, 179, 218, 258, 290 zileutón, 346, 350
394 Temas de inmunología y alergias (Índice alfabético)