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Nemecio Torvisco trabajó en una chacra, vendía caramelos en la puerta del cine.

Hoy, junto a sus hermanos, son dueños


de pinturas Anypsa.

Esta es su historia de lucha:

Detrás de una de las compañías más posicionadas del Perú está una historia de verdadero sacrificio de sangre de los
hermanos Torvisco, que desde temprana edad aprendieron a trabajar para llevar el pan a la mesa.

Nemecio Torvisco, en una entrevista en 2015, contó que quedó huérfano de padre cuando apenas tenía 4 años. Así que
junto a sus hermanos aprendieron a trabajar en la chacra en su pueblo, San Juan de Chacña de Abancay, para ayudar a su
madre.

A mediados de la década de los 80, la familia Torvisco emigró a Lima. Nemecio junto a sus seis hermanos, iniciaron su
camino vendiendo golosinas en la puerta del cine Riva Agüero, en el Agustino para costear sus estudios.

EL GUSTO POR LA PINTURA

¿Cómo inició la pintura en sus vidas?

Resulta que su hermano Alejandro trabajaba en una llantería donde aprendió a hacer pinturas. Al ver que este negocio
podía ser rentable, lleva con él, a Nemecio para ayudarlo a vender.

Así inició esta idea de negocio. Ambos juntaron sus ahorros que tenían y los invirtieron en la compra de un motor
eléctrico.

“Empezamos con un local de 100 metros cuadrados y una ollita en el piso […] Compré esteras y cerqué el lugar, luego
conseguí un balde de aceite que me sirvió como escritorio y un galoncito de pintura que era mi silla”, contó Nemecio
sobre la historia de Anypsa.

FUERON ESTAFADOS Y LO PERDIERON TODO

Este primer paso se convirtió en un verdadero dolor de cabeza, puesto que el hombre con quien hicieron el trato no era el
verdadero dueño, por lo que terminaron perdiendo su primera inversión. Pero no se dejaron hundir por este hecho y
decidieron buscar un nuevo espacio, encontrando el ideal.

Cuando las ventas iniciaron llegó el momento de enfrentarse a un nuevo problema: la contabilidad de la empresa. Sin
mayores conocimientos sobre el cálculo de impuestos o el sistema correcto de facturación, Nemecio se arriesgó y arruinó
varias facturas hasta que obtuvo una perfectamente mecanografiada y bien calculada. Fue entonces, cuando el nivel de
ventas les sonreía, que decidieron mudarse a otro local de 500 metros cuadrados en Naranjal. Pero no fue alquilado, sino
que gracias al financiamiento del banco lograron hacerse de un terreno propio.

HERMANOS QUE SIGUEN SIENDO UNIDOS

Actualmente Alejandro Torvisco es el gerente general, Prudencio se encarga de las ventas y Nemecio, es el gerente
financiero.

Desde entonces sus ventas no han hecho más que crecer. Hoy cuentan con una moderna planta de pintura de 65 mil
metros cuadrados, un equipo de más de 600 trabajadores y 34 camiones de reparto. Y aún quieren más: el mercado
internacional los atrae, pero antes desea que Anypsa termine de conquistar el mercado local.

Los hermanos Torvisco comenzaron con un capital de 3.000 dólares en 1994. Ahora, Anypsa posee un patrimonio de S/35
millones.

En sus inicios, Anypsa producía 100 tarros de 250 mililitros por jornada, ahora producen más de 10.000 tarros de la misma
presentación en el mismo período. Hoy son la segunda del mercado y su facturación bordea los S/.240 millones.

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