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LA IMPORTANCIA DEL INTERNET COMO NUEVO MEDIO DE

COMUNICACIÓN Y SU APLICACIÓN DENTRO DEL EJERCICIO DE LA


LABOR DOCENTE

El ábaco, la tiza, el tablero verde y el algebra de Baldor, son quizás las


herramientas más avanzadas para trasmitir conocimientos dentro del aula de
clase, si le preguntásemos a nuestros padres, y más aún, ha nuestros
abuelos… pero ¿será que esa misma respuesta la encontramos, si exponemos
el mimo interrogante a un niño de diez años en la actualidad?; dudo mucho de
obtener un resultado positivo ante dicha afirmación, pues tecnologías como el
Ipod, el Play Station, el Mp3, e incluso los mismos celulares, han generado en
los jóvenes de hoy, una necesidad informática que les permita no solo adquirir
información, sino divertirse al tiempo en que lo están haciendo.

Por lo anterior, hablar de educación, y siendo más objetivos, del quehacer


educativo como fuente diaria de transmisión de saberes al interior del aula de
clases, sin tener en cuenta el afán tecnológico que nos persigue como
docentes, sería como saber que un león hambriento nos persigue, y nosotros
simplemente sentarnos a esperar un poco para no tomarle tanta ventaja
cuando decidamos empezar a correr.

Así bien, es de reconocer entonces, que la “madre” del facilismo, por llamarla
de algún modo, se ha convertido en nuestra otra mano derecha al momento de
alcanzar nuestros objetivos docentes cuando de pretender interactuar
adecuadamente con cada uno de los alumnos que tengamos a cargo se refiere.

Por ello, afrontar la ola tecnológica de manera vaga, es una actitud


irresponsable en cierta medida, por parte de quienes buscamos día a día que
las personas que asisten a nuestras aulas, se formen de la mejor manera.

En este orden de ideas, la internet, se ha convertido en la herramienta más


fructífera al momento de interactuar con nuestros alumnos de teclado, pues si
nos asomamos a la ventana del comportamiento actual, y vemos los problemas
que afrontan nuestros jóvenes hoy en día, no se hayan en dolores de cabeza, o
simplemente problemas estomacales; por el contrario y aunque para muchos
parezca irrisorio, por falta de conocimiento, uno de los problemas más
frecuentes por los cuales acuden los jóvenes hoy en día a un consultorio, son
los relacionados con el túnel metacarpiano; ello en gran medida, al tiempo
descontrolado que gastan sentados frente a cualquier aparato que requiera de
un teclado para ser manejado.

El problema entonces no radica, en crear un nuevo teclado o control que se


amolde a las condiciones morfológicas del individuo, sino crear mecanismos de
atención que les hagan ver en la internet, una herramienta no solo para
descargar juegos, música, para chatear con los amigos, o simplemente para
copiar y pegar trabajos de forma indiscriminada, en aras de hacer más rápido
su trabajo y tener contento al docente que simplemente se limita a evaluar su
cumplimiento, sin detenerse tan siquiera por un momento a indagar, si tan
detallada información y tan bien estructurada, salió realmente de la mente de
un joven que en el año lectivo no hizo mucho esfuerzo por alcanzar los logros
propuestos en cada asignatura, o simplemente ha sido una vez más el “virus
del plagio” quien invadió la mente de nuestros alumnos, y una vez más nos
ganó la batalla en la lucha por mostrarle a ellos lo maravillo que se esconde
tras una mente empolvada a la espera de un sacudón, que esparza sus ideas
internamente y que al ser complementadas por los libros se conviertan en valor
agregado para una sociedad tan ávida de nuevos conocimientos.

Así bien, la labor docente ha de reconocerse ya no como una actividad


unilateral, donde todo el conocimiento proviene del docente, sin sentarnos a
comprender que ahora esta actividad ha tomado un rumbo multidireccional,
donde todos tenemos algo por compartir, y millones de cosas más por
aprender, y que el aula de clases ya no es dominio del docente, sino de todos
en general; razón por la cual, si desconocemos que la internet es una fuente
muy amplia de conocimiento en nuestros estudiantes, sería como desconocer
que de no existir nuestros padres, nosotros podríamos estar aquí sentados
escribiendo este documento.

Analizar el impacto que ha tenido la creación del internet en el quehacer


formativo de las personas, sería tratar de escribir un libro detallado de la
historia universal y sus confines, pues las reacciones, limitantes y soluciones
brindadas vienen en cada una de las personas que han accedido a tal
herramienta, y tratar de comprender el impacto que ha generado este avance
tecnológico en cada uno de ellos, sería una labor ardua e interminable, e
incluso conllevaría a una perdida de tiempo, pues la reacción de las personas
está sujeta a la satisfacción y logro de sus necesidades personales, el
inconveniente es que tales expectativas de vivencia, están en constante
cambio y son infinitas de suponer como criterios o pautas fijas de
comportamiento.

A cambio de ello, lo que si puedo hacer como humilde servidor del mundo
docente, es reconocer que la internet es una herramienta muy útil en este
aspecto, y más aún del área a la cual pertenezco, pues el idioma ingles
requiere de constante practica, para poder ser digerido de manera adecuada si
se pretenden alcanzar los logros respectivos, y no ser nosotros simples
maquinas que dictamos cosas escritas en libros sin detenernos a observar si el
proceso de aprendizaje va por el rumbo que debe. Todo ello, acompañado de
herramientas visuales como cursos, juegos, mapas, música y demás recursos
tecnológicos que la internet ofrece en aras de aprender una lengua extranjera,
hacen que la acción participativa de los estudiantes se vea bien influenciada, si
incluimos en nuestro diario formativo, el uso de las TICs, y demás recursos que
en su momento fueron de negación rotunda para nuestro docentes
tradicionalistas que pensaban que por el hecho de tomar en cuenta este tipo de
recursos, iban a ser remplazados y obsoletos en el mundo laboral que hoy
exige la labor educativa; y privaron en su momento, a miles de alumnos, de
conocer el mundo amplio y fascinante que envuelve la era tecnológica que hoy
nos cobija.

Para culminar, queda pues reconocer que este aparte no termina ni mucho
menos ha iniciado aquí, sino que por el contrario debe ser escrito
constantemente no solo por quienes pertenecemos al mundo académico, sino
por todas y cada una de las personas con quienes compartimos momentos
diariamente y que de una u otra manera nos enseñan cosas inesperadas para
nosotros, pero que en gran manera enriquecen nuestro sentido formativo en
relación al mundo que nos rodea.

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