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TENDENCIAS
Revista de la Facultad de Ciencias
Económicas y Administrativas.
Vol. II. No.2
Diciembre de 2001, páginas 149-185
Universidad de Nariño
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
1
Economista. Profesor Asociado Programa de Economía Universidad de Nariño. Pasto,
Colombia. E-mail: alromer46@hotmail.com
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
DEFINIENDO LA GLOBALIZACIÓN
2
De acuerdo con Thurow “ desde el punto de vista tecnológico, los costos de transporte y
comunicación han bajado sustancialmente, y la velocidad con la cual se viaja y se transmite ha
aumentado exponencialmente. Esto ha hecho posible crear nuevos sistemas de comunicaciones,
dirección y control dentro del sector empresarial. Los grupos de diseño e investigación se
pueden coordinar en diferentes partes del mundo; los componentes se pueden fabricar en el
lugar del mundo que sea más barato y enviar a puestos de montaje que minimicen los costos
totales. Los productos armados se pueden despachar rápidamente hacia donde sean necesarios a
través de sistemas de fletes aéreos puntuales”(THUROW, 1996: 129)
3 Según el Director del FMI “la globalización está aquí para quedarse: la realidad es que
nosotros ya vivimos en una economía global, donde los flujos de comercio, de capital y el
conocimiento más allá de las fronteras nacionales no sólo es grande sino que cada año se
incrementa más. Los países que no estén dispuestos a engancharse con otras naciones arriesgan
a quedar rezagados del resto del mundo en términos de ingresos y de desarrollo humano”.
Véase también: Claudia Vallejo. “El dilema de la globalización”. El Espectador. Santafé de
Bogotá, 23 de junio de 2001. http://www.elespectador.com/economico/ nota1.htm
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
A pesar de sus críticas a las imperfecciones del mercado, Soros considera que
“el sistema capitalista puede compararse con un imperio cuya cobertura es más
global que la de cualquier imperio anterior. Gobierna toda una civilización y,
como en otros imperios, quienes están por fuera de sus murallas son
considerados bárbaros. No es un imperio territorial porque carece de soberanía
y del boato de la soberanía; de hecho, la soberanía de los estados que
pertenecen a él es la principal limitación de su poder y su influencia”. Según el
autor, este imperio es casi invisible, pues carece de una estructura formal, y la
mayoría de sus súbditos supuestamente “no saben que están sometidos a él”,
aunque su poder hace que quienes le pertenecen no puedan fácilmente
abandonarlo (SOROS, 1999:135).
Otros interpretan el proceso actual del desarrollo planetario como una especie
de “mundialización”, que en el fondo coincide con el enfoque globalizante. Así,
por ejemplo, para Nayyar la mundialización “puede entenderse simplemente
como la organización y la expansión de las actividades económicas a través de
las fronteras nacionales...... como un proceso relacionado con una creciente
apertura económica, una creciente interdependencia económica y una mayor
integración económica de la economía mundial”(NAYYAR, 2000: 7).
4 Ver: Mario Vargas Llosa. “Culturas y globalización”. En: El Tiempo. Santafé de Bogotá,
junio 11 de 2000. http://www.eltiempo.com.co/hoy/led_a000tn0.html
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5 En el 2000 el comercio mundial ya alcanzaba 7,6 billones de dólares, de los cuales el 81%
estaba compuesto de mercancías y el 19% por servicios comerciales.(WTO, 2001: 9).
6 Para los defensores del libre comercio este trae beneficios a los países menos desarrollados,
pues al aumentar las importaciones se obliga a las empresas nacionales a disciplinarse
“forzándolas a ajustar los precios a los costos marginales y reduciendo así las distorsiones
creadas por el poder monopolístico”. Al mismo tiempo “la liberalización comercial puede
incrementar permanentemente la productividad las empresas pues éstas obtienen bienes capital
modernos e insumos intermedios de alta calidad a precios más bajos” y finalmente “la
productividad de las empresas aumenta cuando éstas entran en contacto con clientes
internacionales exigentes y con las “prácticas óptimas” de sus competidores externos. Además,
las empresas nacionales pueden beneficiarse si tienen la oportunidad de rediseñar los productos
de empresas extranjeras”. Ver: Simon J. Evenett. “El sistema de comercio mundial. El camino
por recorrer”. En: Finanzas & Desarrollo. Diciembre de 1999, p.22
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
anual del 1,8%, muy por debajo del crecimiento del producto mundial (OMC,
1999).
Para algunos de los que están en contra de la globalización como criterio para
definir la etapa actual del desarrollo mundial, ésta no es más que una nueva
forma de colonialismo, puesto que en el fondo lo que se ha hecho es
reemplazar viejas formas de sometimiento, por otras más sofisticadas,
impidiendo superar la distribución desigual del poder y la riqueza en el
mundo./7
7 Véase: “La gobalización, nueva forma de colonialismo”. En: Tercer Mundo Económico.
http://www. tercermundoeconomico.org.uy/TME-134/tendencias01.htm. Consultado en agosto
28 de 2000
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Para Samir Amín, uno de los más radicales críticos del capitalismo en general,
y del capitalismo global, en particular, “el capitalismo real es necesariamente
polarizador a escala global, y el desarrollo desigual que genera se ha convertido
en la contradicción más violenta y creciente que no puede ser superada según la
lógica del capitalismo”(AMIN, 2001). En este mismo sentido reaccionan los
nuevos sepultureros del llamado ultraimperialismo, basándose en las
contradicciones que aquejan a las potencias desarrolladas, tanto en lo
económico como en lo político y lo social, y su impacto negativo sobre el resto
del mundo/.8
Resulta curioso que uno de los más connotados representantes del capitalismo
financiero especulador, George Soros, se manifieste en contra de lo que el llama
el “fundamentalismo” de mercado, al cual responsabiliza de que "el sistema
capitalista global carezca de solidez y sea insostenible"(SOROS, 1999:22),
amenazando a una supuesta “sociedad abierta”/.10 Es más, para Soros el sistema
capitalista global, como todo imperio, tiene un centro que “se beneficia a costa
de la periferia” y, lo más importante, “exhibe algunas tendencias imperialistas”
y “lejos de buscar el equilibrio, está empeñado en la expansión”(SOROS, 1999:
135-136). Esta crítica, como pudimos constatarlo más arriba, de ninguna
manera cuestiona al sistema como tal, sino a las imperfecciones de su
funcionamiento./11
13 En este mismo sentido se manifiesta otro autor, cuando afirma que a finales del siglo XIX
“el mundo estaba considerablemente integrado desde el punto de vista económico, gracias a la
movilidad del capital, los bienes y las personas. El capital circulaba sin trabas entre países y
continentes; el comercio no encontraba grandes obstáculos, aun en países aparentemente
proteccionistas, como Estados Unidos y el imperio alemán. Los obstáculos no arancelarios eras
escasos, y no había ningún tipo de cuota. Y, sobre todo, las personas se desplazaban libremente.
No necesitaban pasaportes. Apenas se discutían cuestiones de ciudadanía. Muchas personas de
Asia y Europa dejaron su hogar y se lanzaron en difíciles viajes a través de continentes y
océanos, en busca de libertad, seguridad y prosperidad, tres valores estrechamente
interrelacionados. Los inmigrantes contribuyeron de manera importante al crecimiento
económico de los países que los acogieron. Y en los países de donde habían partido hubo un
gran aumento de la productividad al disminuir la población; la migración redujo la pobreza de
países como Irlanda y Noruega. Las grandes corrientes de capital, comercio y población estaban
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Ferrer va mucho más atrás, cuando afirma que la globalización tiene una
antigüedad de cinco siglos. Para este autor, “el surgimiento del primer orden
global coincidió con un progresivo aumento de la productividad, inaugurado
con el incipiente progreso técnico registrado durante la Baja Edad Media. La
coincidencia de la formación del primer orden económico mundial con la
aceleración del progreso técnico no fue casual. La expansión de ultramar fue
posible por la ampliación del conocimiento científico y la mejora en las artes de
la navegación y la guerra”(FERRER, 1998).14 Por su parte, Marx y Engels en
el Manifiesto ya señalaban cómo, “espoleada por la necesidad de dar cada vez
mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita
anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas
partes”(MARX, 1983: 31).15 Es interesante resaltar cómo los fundadores del
socialismo científico, ya a mediados del siglo XIX preveían la inexorable
“globalización” del modo de producción capitalista, gracias al “rápido
perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso
de los medios de comunicación...”(MARX, 1983:32).
LA REALIDAD DE LA GLOBALIZACIÓN
• Reconceptualización
16 Como señala Cervantes “El contenido real que se expresa, se encubre o se hiperboliza con
el término globalización es la metamorfosis del capitalismo monopolista de Estado en
capitalismo monopolista transnacional: un proceso de ruptura de las barreras nacionales --
economías, fronteras geopolíticas, Estados, códigos jurídicos, culturas e identidades-- que
obstaculizan el libre desarrollo de los monopolios transnacionales, en beneficio de una élite
burguesa que ha logrado apropiarse de la mayor parte de las riquezas del
mundo”(CERVANTES Y OTROS:2001)
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
17 El caso reciente de Argentina es un prueba irrefutable de lo dañinas que pueden resultar las
fórmulas recomendadas por los técnicos del FMI, sino se tiene en cuenta el desarrollo integral
de la economía, el cual debe incluir la variable social como uno de sus principales
componentes.
18 Un duro golpe a los neoliberales ha sido el otorgamiento del último premio Nóbel de
Economía a quienes precisamente cuestionan la eficacia de las fuerzas del mercado en el
mantenimiento de un supuesto equilibrio. Véase: Eduardo Sarmiento. “Lecciones del premio
Nobel” En: El Espectador, Santafé de Bogotá, octubre 21 de 2001. http://www.elespectador.
com/economico/nota4.htm
19 “las barreras arancelarias de los países ricos son cuatro veces más altas para los países
pobres que para otros países industrializados. Los subsidios agrícolas en el Norte excluyen a los
países pobres de los mercados mundiales y les supone una injusta competencia en los mercados
locales. Mientras que los países ricos mantienen las barreras sobre los sectores que consideran
sensibles, han forzado liberalizaciones masivas a través de la OMC y de programas de ajuste
del Fondo Monetario Internacional en sectores como el agrario, estratégico desde el punto de
vista del desarrollo. Así, más de una veintena de países africanos se convirtieron en la década
de los noventa en importadores netos de alimentos, lo que ha puesto en grave riesgo su
seguridad alimentaria”. Ver: Ignasi Carreras y Jordi Barra. “Comercio y pobreza”. En: La
Vanguardia Digital. Enero 16 de 2002. http://www.lavanguardia.es/cgi-bin/noti_print.pl?
dia=16_ 01&link=vb1620a&sec=opi
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De acuerdo con Reich, “a medida que se acortan las distancias en todo el planeta, a través del
progreso en las telecomunicaciones y el transporte, los grupos creativos de una nación están en
condiciones de unir sus capacidades con los de otros países, a fin de ofrecer el mayor valor
posible a los consumidores de casi todo el mundo. El nexo entre los distintos puntos
estratégicos de la red mundial son las computadoras, los aparatos de fax, los satélites, los
monitores de alta resolución y los módems, todos los cuales relacionan a los diseñadores,
ingenieros, contratistas, concesionarios y vendedores de todo el mundo”(REICH, 1993: 115).
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
una especie de división transnacional del trabajo, bajo la cual los procesos
productivos y sus resultados aparentemente pierden la nacionalidad, debido a
que el producto se elabora al mismo tiempo en varios países, pero
parcialmente21. Aparte de este control (el cual corresponde no solo al presente),
lo que más llama la atención es el contenido estructural de dicho proceso; más
concretamente, “la importancia que en estos flujos están adquiriendo las
denominadas operaciones internas de una red global en expansión: el
intercambio de insumos y de bienes tecnológicos (resultados de la investigación
y desarrollo) al interior de la empresa transnacional global, la cual se entiende
no sólo como una empresa o conjunto de empresas ligadas por un centro de
control financiero común”22, sino también como "una compleja y extendida red
de relaciones de competencia y colaboración (alianzas estratégicas) y que
progresivamente se van integrando en vastos conglomerados o sistemas
complejos de interdependencia en donde las tareas de investigación y
desarrollo, las de producción, mercadeo y financiamiento se van compartiendo
y configurando entidades económicas y organizacionales de vastas
proporciones y de singulares atributos."23 Se trata en realidad de un esquema
avanzado de acumulación capitalista transnacional, que lejos de eliminar las
viejas contradicciones las reproduce en forma ampliada, adicionando nuevas
formas de dominio y control.
21
“La especialización geográfica del proceso productivo, en el cual intervienen diferentes
países y regiones, hace que se camufle cada vez más el origen real de las mercancías; es como
si estas no tuviesen nacionalidad. En estas condiciones, la economía mundial es cada vez menos
la suma de economías nacionales aisladas, para convertirse en una economía global e
interdependiente, lo cual da la impresión de homogeneidad” (ROMERO,1999: 22-23)
22
Ibídem, p.24
23
Ibídem
24
Véase: Jorge Beinstein. La declinación de la economía global (BEINSTEIN, 1999).
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En este nuevo esquema de división transnacional del trabajo, los países menos
desarrollados tienen pocas opciones de insertarse en los mercados mundiales de
manera independiente y deben hacerlo cada vez más en calidad de apéndices
económicos ( y políticos) de las grandes empresas trasnacionales y sus países
de procedencia, de acuerdo con el esquema trazado por ellas y con la
implacable competencia, condicionada por las tecnologías de punta. Solo
aquellas naciones que inviertan mayores recursos en investigación y desarrollo,
en infraestructura y en educación, podrán ofrecer mejores condiciones para que
las empresas ejerzan el liderazgo tecnológico. Por eso, “la riqueza nacional
pasará a aquellas naciones que desarrollen un amplio espectro de habilidades
que se complementen entre sí”(THUROW, 1996: 89).25 Igualmente, los
incrementos de la productividad laboral y su distribución internacional
dependerán cada vez más del conocimiento, favoreciendo a los trabajadores
calificados en las tecnologías de la información, en detrimento de los
escasamente calificados, los cuales son confinados “a tareas rutinarias en la
producción de bienes y servicios”(DI FILIPPO, 1998).
25
Según este autor, “en el siglo XXI la ventaja comparativa determinada por el hombre, con la
importancia asignada a las tecnologías de los procesos, será el punto de partida de la
competencia económica. Muchas áreas del mundo elaborarán estrategias destinadas a
apoderarse de lo que esas regiones perciben como las industrias básicas del futuro”(THUROW,
1992:59)
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Tal como señalo en otro escrito “para 1999 los 28 países más desarrollados, con
el 15.5% de la población mundial, generaban el 57.4% del PIB y controlaban el
77.6% de las exportaciones de bienes y servicios a escala planetaria. Dentro de
estos 28 países los 7 más industrializados, conformados por Estados Unidos,
Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá, con el 11.6% de la
población mundial, generaban el 45.8% del PIB y controlaban el 48.9% del
comercio. Al otro extremo, 128 de los llamados países en desarrollo, con el
77.7% de la población mundial, generaban el 36.8% del PIB y participaban con
tan solo el 18% de las exportaciones de bienes y servicios”(ROMERO, 2001:
60). Este proceso ha conducido a la consolidación de una especie de oligopolio
mundial. Como señala un autor, “las firmas y países que constituyen este
oligopolio mundial establecen relaciones con las diversas regiones del mundo
fuertemente asimétricas y jerarquizadas, y constituyen un espacio de
interdependencia y feroz competencia basado en la expansión mundial, las
inversiones cruzadas y la concentración derivada de adquisiciones y fusiones
entre estos grandes grupos que en general son originarios de alguno de los polos
de la Tríada”(ROMERO, 1998).
26 Como señala Daza, “la relación entre el movimiento mundial de divisas y el valor del
comercio mundial, que era 3,5 a 1 en 1977, se elevó a 64,1 a 1 en 1995. Hasta el punto que esos
movimientos han determinado que las autoridades monetarias de los países en desarrollo, en
lugar de diseñar sus políticas cambiarias y fiscales en función de la asignación de recursos en
los sectores productivos, las dedican a tratar de sobreaguar en los procelosos mares del sistema
financiero global y calmar las “expectativas volátiles de los mercados financieros”, volatilidad
en la cual basan sus ganancias los grandes inversionistas”(DAZA, 1999: 11).
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Como se anota en un informe de la CEPAL “La coexistencia de la globalización financiera
con políticas macroeconómicas nacionales, que aún se diseñan en función de intereses y
contextos internos, origina no pocas tensiones para los países en desarrollo, que están sujetos a
incertidumbres que generan las políticas macroeconómicas adoptadas por los países
industrializados, los cuales no “internalizan” adecuadamente sus efectos sobre el resto del
mundo y carecen de mecanismos de coordinación para garantizar su coherencia global. A ello
se agregan los problemas propios del mercado financiero, en especial la volatilidad y los
fenómenos de “contagio”, que han golpeado duramente a los países latinoamericanos y
caribeños en la década de 1990”(CEPAL, 2000 a: 47) En este mismo sentido se manifiesta José
A. Ocampo, refiriéndose a América Latina: “La volatilidad de los capitales tiende a transmitirse
a la actividad productiva. Esto es particularmente cierto en América Latina, donde existe una
relación muy fuerte entre crecimiento económico y financiamiento internacional. La razón
básica de esta relación es la tendencia de los auges de financiamiento internacional a generar
"burbujas especulativas": aumentos rápidos del crédito y del gasto, público y privado, aumentos
de los precios de los activos (finca raíz y mercados bursátiles), revaluación de las monedas y
deterioro de la cuenta corriente de las balanzas de pagos con el exterior. Estas "burbujas"
estallan cuando desaparecen las condiciones excepcionales de financiamiento externo, dando
lugar a crisis severas”(OCAMPO, 2001c).
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De ahí que algunos afirmen que “en la era de la globalización el Estado-nación está en
crisis”, la cual “lo empuja a su transformación, acotada como un componente de los procesos
de ´reestructuración global` asociados con la emergencia de un capitalismo transnacionalista.
Ya no es el Estado-nación modelado como un actor que tiene coherencia y un destino propio
dentro de una jerarquía de poder internacional y como resultado de una racionalidad de
intereses”(VARGAS H, 2001)
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En realidad lo que se da es la fuga sistemática de recurso humano calificado, especialmente
de los países más pobres, hacia los centros de mayor desarrollo industrial. Como anota Granell
“La realidad de las fuerzas de un mercado laboral globalizado no ayuda tampoco a los países
mas pobres y vulnerables puesto que la llamada de la competencia llevada a sus últimas
consecuencias hace que estas personas bien calificadas sean atraídas por puestos de trabajo bien
remunerados sólo disponibles en los países ricos o en países de desarrollo intermedio como
Brasil o la India sin que el sistema profesional de los países mas pobres y vulnerables ofrezca
suficientes salidas laborales de nivel. La globalización laboral conlleva una fuga de cerebros
desde los países mas pobres hacía los países avanzados que si bien encuentra a veces su
contrapartida en las remesas que estos emigrantes calificados envían a sus familiares en sus
países de origen, en muchas ocasiones no la conlleva por la propensión de tales emigrantes a
consolidar su residencia en los países de destino reagrupando sus respectivas familias al amparo
de la legislación que lo hace posible en el país de acogida”(GRANELL, 2001)
30 “Las barreras arancelarias de los países ricos son cuatro veces más altas para los países
pobres que para otros países industrializados. Los subsidios agrícolas en el Norte excluyen a los
países pobres de los mercados mundiales y les supone una injusta competencia en los mercados
locales. Mientras que los países ricos mantienen las barreras sobre los sectores que consideran
sensibles, han forzado liberalizaciones masivas a través de la OMC y de programas de ajuste
del Fondo Monetario Internacional en sectores como el agrario, estratégico desde el punto de
vista del desarrollo. Así, más de una veintena de países africanos se convirtieron en la década
de los noventa en importadores netos de alimentos, lo que ha puesto en grave riesgo su
seguridad alimentaria”. Ver: Ignasi Carreras y Jordi Barba. “Comercio y pobreza”. La
Vanguardia Digital. Enero 16 de 2002. http://www.lavanguardia.es
Alberto Romero. Reflexiones sobre la globalización
Las alternativas
31 Como señala Otto Boye, “Cuando las fuerzas de la globalización adquirieron tal magnitud
que se hacía imposible negar su realidad, hubo quienes las saludaron como algo inevitable y
como una muestra del progreso de la humanidad ante las cuales la única actitud posible era
adaptarse. La globalización era una especie de nueva mano invisible de alcance mundial que
nos llevaría a todos a la concordia y la modernidad. Si algo había que hacer era desmantelar los
residuos de una época anterior que significaban resistencias a esas fuerzas, tales como las
regulaciones estatales, y las actitudes que no fueran amistosas con ellas, particularmente con el
predominio omnipresente de las leyes del mercado”(BOYE, 2001).
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Para que lo anterior sea posible es urgente revisar a fondo los enfoques teóricos
que han servido de soporte a las políticas adelantadas por los gobiernos de los
países en desarrollo. Definitivamente hay que abandonar el fetichismo
mercantil como la única salida a los problemas que padece la mayor parte de la
humanidad32. Igualmente hay que desactivar la corrupción y la ineficiencia, que
impiden al Estado cumplir con su papel regulador, evitando que la
“racionalidad” del mercado profundice las desigualdades sociales. En última
instancia, solo el esfuerzo mancomunado de los países menos desarrollados,
sobre la base de movilizar todo su potencial socioeconómico y político, puede
contribuir a modificar su situación en la actual división internacional del
trabajo.
32
Como anota Cardoso, “la globalización no puede ser sinónimo de fundamentalismo del
mercado. No puede ser sinónimo de capitalismo salvaje de dimensiones globales”. Ver:
Fernando Enrique Cardoso. “La globalización y el capitalismo salvaje”. En: http://
gentealternativa.galeon.com/tribunaoradores/tribuna145.htm Consultado diciembre 19 de 2001.
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REFLEXIONES FINALES
Ante esta realidad, los países menos desarrollados deben concentrar todos sus
esfuerzos en buscar la manera de aprovechar eficientemente las ventajas que
pueda ofrecer la actual división internacional del trabajo, especialmente
aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías que, pese a estar controladas
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En otras palabras, atreverse a repensar nuestra realidad sin perder de vista que
somos parte de un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, en el
cual nuestra situación es extremadamente desventajosa. Para ello es necesario
romper con el paternalismo ideológico de todo pelambre que por tantos siglos
ha condicionado nuestra manera de pensar, sin que ello signifique menospreciar
la riqueza intelectual acumulada por la humanidad a lo largo de su historia, sino
por el contrario, utilizarla creativamente en la interpretación y solución de
nuestros problemas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
33
De acuerdo con la CEPAL “En el ámbito tecnológico, como en el del comercio de
bienes y servicios, la globalización de los mercados ofrece ciertamente, para los países en
desarrollo, oportunidades que permiten hoy diseñar estrategias de crecimiento basadas en las
posibilidades que ofrece una mayor integración con la economía mundial”.( CEPAL, 2000)
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