IDENTIFICANDO EL MAESTRO

SERIE: ESPÍRITU SANTO Y DONES

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SERIE: ESPÍRITU SANTO Y DONES

Identificando el Maestro
Pasión por el conocimiento

Un maestro quiere saber el porqué, el dónde, el qué, el cómo, el cuándo.

El maestro se cuestiona todo. Si lee una porción de la Escritura se hace
preguntas: “¿Cómo puedo aplicar esta palabra a mi vida? ¿Por qué
debería llevarla a cabo?”. El maestro no se conforma con respuestas
sencillas, quiere saber el porqué de las cosas, quiere saber el cómo . . .
El maestro quiere saber por qué la rueda es redonda y que podría
hacer para mejorarla.

El maestro sabe algo de todo

El maestro siempre está leyendo libros, no para de aprender. Ha leído

todo de todo. Tienen conocimiento de casi todas las cosas y por eso,
muchas veces, el maestro es arrogante. Son unos sabelotodos. Se creen
que lo saben todo y la verdad es que lo saben todo.

Preguntando y cuestionándose todo

No acepta cualquier cosa que le digas. Se cuestiona todo, pero los

maestros no quieren saber mucho para ellos mismos, quieren saber
mucho para enseñar a la Iglesia lo que aprenden y poder traer
bendición. El maestro desea ver vidas cambiadas por las enseñanzas
que da a la iglesia.

Cuando un maestro ve un problema en la Iglesia lo primero que hace es

meterse en la Palabra de Dios para encontrar una respuesta a ese
problema. El profeta buscaría una palabra profética, pero el maestro
usaría una porción de la palabra de Dios y enseñaría como aplicar esa
porción a ese problema concreto.

Normalmente escucharás al maestro predicar de un mismo tema de

quince maneras diferentes, esto lo hacen para que la enseñanza pueda

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entrar en la mente de las personas porque el maestro entiende que se

requiere tiempo para asimilar ciertas enseñanzas.

Lo complicado y difícil lo hace simple y sencillo

Un maestro tiene la capacidad de hablar de un tema complicado y

hacerlo simple para que todos lo entiendan.

Algunos predicadores se llaman maestros y hablan de un tema sencillo

de la Biblia y lo complican de tal forma que ni ellos mismos se enteran
de lo que están diciendo, normalmente este tipo de maestros citan
mucho los idiomas originales para convencerte de que lo que están
enseñando es bíblico. Este no es un verdadero maestro porque un
verdadero maestro te habla de un tema difícil de entender, de tal
forma, que cuando acaba su enseñanza te preguntas ¿cómo es posible
que no lo viera antes?

Cuando le preguntas una pregunta difícil a un verdadero maestro te da

una respuesta sencilla, pero que calma todas tus dudas.

Nueva revelación

Un maestro te habla de un pasaje super-conocido y te da una nueva

enseñanza y revelación acerca de ese pasaje. La gente se pregunta:
“¿Cómo ha podido percibir esa enseñanza?” Por eso, es natural que la
gente sea atraída por el maestro.

Un maestro siempre tiene una respuesta preparada

Si le preguntas algo a un maestro siempre te contestará usando la

Biblia y con un montón de versículos. El conocimiento de los profetas
es más limitado que el conocimiento que tienen los maestros.

Si crees que un maestro está equivocado en algún punto va a ser muy

difícil que lo admitan porque para todas sus respuestas tiene
preparados argumentos bíblicos y versículos de la Biblia. El maestro

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está tan saturado de la Biblia que siempre tendrá un versículo

preparado.

Un espíritu enseñable y dispuesto a cambiar

Un maestro está cambiando constantemente sus puntos doctrinales

porque constantemente descubre cosas nuevas y lee libros nuevos,
siempre se está alimentando de la Palabra. Le encanta escuchar a otros
maestros y predicadores.

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