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LAGUNAS DEL DERECHO

1. DEFINICIÓN

El término laguna sugiere la idea de ausencia o falta de previsión


normativa. Frecuentemente al hablar de laguna se utilizan los términos “laguna
de la ley” o “laguna del derecho”. La primera va dirigida a la ausencia o falta de
norma legislativa o consuetudinaria de un Estado, mientras que el segundo de
los términos mencionados hace alusión a las normas de las cuales el juez se
debe servir para aplicar una solución a un caso concreto.

Hablaremos de laguna en aquellos casos en los que no sea posible


encontrar una norma que resulte aplicable a un caso determinado. Para
autores como Bobbio existe laguna cuando en un determinado ordenamiento
jurídico falta una regla a la cual juez pueda referirse para resolver una
determinada controversia1 (BOBBIO, 1963). Por su parte, para Manuel Segura
ortega, la definición más apropiada de laguna del ordenamiento jurídico es la
siguiente: es la ausencia de regulación por parte del Derecho de una situación
o caso determinado que requiere imperiosamente una respuesta concreta que
no se halla especificada o explicitada en dicho ordenamiento jurídico y que es
necesario buscar en el proceso de aplicación a través de la actividad
integradora del juez2 (SEGURA ORTEGA, El problema de las lagunas del
derecho, 1989). Podemos observar como aquí ambos autores dan cabida
forma indirecta a la aplicación de métodos integradores para la superación de
estas lagunas, algunos de estos pueden ser la heterointegración o
autointegración.

2. CLASES DE LAGUNAS

A continuación, los diferentes tipos de lagunas que nos podemos


encontrar en los ordenamientos jurídicos.

1
BOBIO, N., “Lacune del dirito” en Novisimo Digesto italiano, Turín, 1963, Utet, vol IX, p. 418
2
SEGURA ORTEGA, MANUEL, “El problema de las lagunas del derecho" op., cit., p. 289
LAGUNA DE COLISIÓN: realmente en este caso no estaríamos
hablando de una verdadera laguna, sería más bien un tipo de antinomia
existente en el ordenamiento jurídico, puesto que lo que nos explica este
concepto es que hay dos normas que regulan un determinado caso, por lo que
la aplicación de una norma excluiría a la otra. Se trata de una laguna de fácil
superación, pues para ello estableceríamos los criterios de jerarquía, en la que
la norma de mayor rango prevalece sobre la de inferior rango; o bien el de que
la ley especial prevalece sobre la general, o; que la ley posterior, la “más
nueva” prevalece sobre la “más antigua”. En este caso no estamos hablando
de que el caso planteado no tenga solución, sino de que son aplicables dos
soluciones y se produciría un conflicto de normas del ordenamiento jurídico.

LAGUNA TÉCNICA: es aquella situación que se produce en el momento


en el que el propio legislador establece una norma general sin incluir en el texto
legal su expresión directa sobre el desarrollo legislativo. Conte define este tipo
de laguna de la siguiente manera ausencia de una norma cuya validez es la
condición de eficacia de otra3 (ITURRALDE SESMA, 1988). En buena medida
este tipo de laguna coincide bastante con lo que la doctrina jurídica ha
denominado lagunas intra legem. A modo de ejemplo, podemos señalar como
laguna técnica aquella en la que una norma hace remisión a otra y esta no se
pronuncia sobre el asunto tratado.

LAGUNAS LÓGICAS: son aquel tipo de lagunas en las que, al tratar un


determinado caso concreto, ninguna norma de las que se compone el
ordenamiento jurídico da ninguna solución al caso planteado. Estas existen
debido al llamado Principio de clausura, que funcionan de tal manera que todo
aquello que no está expresamente prohibido en la norma está jurídicamente
permitido. Partiendo de ello, podemos afirmar que el derecho vigente es el
aplicable y que un acto carezca de regulación no significaría la existencia de
laguna, sino que está permitido al no estar expresamente prohibido en la norma
del ordenamiento jurídico.

3
ITURRALDE SESMA, M.V., “Análisis de algunas cuestiones relativas al problema de las lagunas jurídicas”
op., cit., p. 351
LAGUNAS SEMÁNTICAS: son aquellas en las que se produce una
situación de incertidumbre debido al alcance de los términos legales a la hora
de su aplicación. Para autores como Alchourrón y Bullygin estas son lagunas
de reconocimiento ya que las definen como aquellos casos en los que, por falta
de determinación semántica de los conceptos se caracterizan a un caso
genérico, no se sabe si el caso individual pertenece o no al caso genérico en
cuestión4 (RODILLA, 2013).

LAGUNA AXIOLÓGICA: es aquella que se da cuando de la creación de


una norma la solución que esta da al caso que se la va a plantear es injusta. Se
considera así, puesto que el legislador a la hora de crear la norma no ha tenido
en cuenta todas aquellas propiedades en el momento de creación de la norma
y que de haberla tenido el resultado de la norma habría sido distinto, llevaría
una solución diferente al supuesto que cupiese aplicar la norma. Según los
autores mencionados en el aparatado anterior, Alchourrión y Bulygin, la noción
de laguna axilógica sería la siguiente: un caso de un universo de casos es una
laguna axiológica del sistema normativo α con relación a un universo de
acciones si y sólo si ese caso es correlacionado por α con una solución del
universo de soluciones y existe una propiedad p tal que p debe ser relevante
para ese caso de acuerdo con una cierta hipótesis de relevancia y p es
irrelevante para α en relación con la tesis de relevancia5 (RODRÍGUEZ, 1999).

LAGUNAS PRAETERLEGEM: Son aquellas lagunas que surgen como


consecuencia de que las normas se ciñen a un caso concreto y dejan todo un
abanico de supuestos sin contemplar

LAGUNAS INTRALEGEM: Estas tiene lugar cuando la norma la


encontramos formulada de un modo más general y aunque regule la situación a
la que debe dar una solución, no lo hace de manera completa, es decir,
estamos ante un caso en el que existe una norma para dar solución a un caso
de terminado, pero la dicha norma lo hace de manera incompleta y no marca el
camino para llegar a las consecuencias que se quieren.

4
RODILLA, M., “Teoría del derecho, Salamanca: Ratio Legis; 2013. p. 347
5
RODRÍGUEZ J.L., “Lagunas axiológicas y relevancia normativa”, Doxa, Cuadernos de Filosofía del
Derecho, 1999, p. 354
Por su parte, Manuel Segura Ortega expone otro punto de vista doctrinal
sobre la clasificación de los diferentes tipos de lagunas. En primer lugar, hace
una clasificación entre lagunas primarias y secundarias; las primarias serán
aquel tipo de lagunas que van a existir desde el mismo momento en que se
crea la norma legislativa, es decir, el legislador en el momento mismo de
creación de la norma se olvida de un determinado aspecto que esta debería
regular para la correcta solución de un caso determinado. Las secundarias van
a ser aquellas lagunas que van a surgir con posterioridad a la creación de la
norma, estas aparecen como consecuencia de los progresos técnicos ya que
estos posibilitan la creación de nuevas situaciones que en el momento de
creación de la norma no pudieron o no fueron previstas por el legislador, como
dice Engisch esto es aplicable, tanto al cambio de valoraciones como al cambio
de circunstancias de hecho con respecto al objeto de la regulación; no pocas
veces se producen lagunas en la regulación jurídica a posteriori cuando debido
a fenómenos económicos (inflación) o progresos técnicos (avión, cine, discos,
radiotelefonía, televisión, cirugía de cerebro, fecundación artificial) se plantean
problemas jurídicos para los que la regulación existente hasta ese momento no
proporciona ninguna solución satisfactoria6 (SEGURA ORTEGA, El problema
de las lagunas del derecho, 1989). En las lagunas secundarias habría lugar
para hacer una subdivisión de las mismas entre aquellas que surgen a través
de una modificación de las relaciones de hecho y en particular de progresos
técnicos y las que resultan de modificaciones de valor, en otras palabras,
cuando se produce un cambio de valoraciones sociales.

En segundo lugar, podemos hablar de lagunas voluntarias e


involuntarias, aquí tiene especial trascendencia la voluntad del legislador. Ya
que en las lagunas involuntarias no hay duda, se trata de un olvido u omisión
del legislador en el momento mismo de creación de la norma de incluir un
precepto que debería ser regulado por esa norma para dar solución a un caso
concreto. No ocurre lo mismo en la lagunas voluntarias, pues aquí para el
legislador le es imposible formular demasiadas reglas tanto minuciosas como
particulares por lo que opta por establecer una regla general dentro de la
norma dejando así una amplia interpretación para el juez a la hora de dar una

6
SEGURA ORTEGA, MANUEL, “El problema de las lagunas del derecho" op., cit., p. 306
solución a un caso concreto que se deba resolver con la aplicación de norma,
Engisch es partidario de esta teoría al afirmar que no se puede hablar de
lagunas «cuando el legislador, mediante conceptos normativos indeterminados
o cláusulas generales, concede un amplio margen a la decisión . Pues aquí
tenemos sólo un `relajamiento' que pretende obtener un ajuste de la decisión a
las circunstancias especiales del caso concreto y a las cambiantes
concepciones de la comunidad jurídica7 (SEGURA ORTEGA, El problema de
las lagunas del derecho, 1989).

Para el profesor Miguel Ángel Rodilla existe otra distinción de los


diferentes tipos de lagunas existentes, esta incluiría las lagunas técnicas,
normativas, axiológicas y semánticas, las divide en:

LAGUNAS ORIGINARIAS: que serían aquellas existentes desde el


mismo momento de creación de la norma, es decir, la norma se insertaría
dentro del ordenamiento jurídico de manera que no se podría imponer las
soluciones en ella existentes a todos los casos planteados, puesto que no tiene
solución para ello.

LAGUNAS SOBREVENIDAS: que son aquellas que se producen tras


haber entrado la norma dentro del ordenamiento jurídico, posterior a su
creación. Esto es debido a que ha habido un cambio en la sociedad o en las
circunstancias en las que la misma fue redactada.

3. MÉTODOS DE INTEGRACIÓN

La integración se presenta como una herramienta fundamental para dar


solución a las lagunas, para evitar que estos vacíos lesionen los derechos de
los que son titulares los ciudadanos, pues la toma de decisiones a la hora de
resolver los casos queda a la libre disposición de estos operadores y ello
podría derivar en soluciones arbitrarias y errores que afectarían a los intereses
de las personas y por consiguiente a la confianza que la sociedad deposita en
el Derecho.

3.1. INTEGRACIÓN

7
SEGURA ORTEGA, MANUEL, “El problema de las lagunas del derecho” op., cit., p. 306
La solución a las lagunas es la integración, y esta se produce en aquella
situación en la que el operador jurídico, a la hora de dar solución a un caso no
la encuentra dentro del ordenamiento y en las fuentes que este le proporciona,
por lo que puede hacer uso de una serie de elementos que se pueden
encontrar dentro o fuera del cuerpo normativo relacionado para poder dar una
respuesta adecuada y no lesionar el derecho de la persona o personas
interesadas.

Los operadores jurídicos tienen un papel, podríamos decir emprendedor


en esta cuestión, pues van a ser ellos quienes creen nuevas normas que van a
colmar las lagunas y así dar acceso a una solución a un caso para el que el
ordenamiento jurídico no la preveía. Hemos de aclarar que crear una norma no
es lo mismo que integrar derecho, crear una norma es competencia del órgano
legislativo, mientas que la segunda es competencia de los juristas, donde el
juez es su principal estandarte. Con relación a esta cuestión Ferrari Yaunner
expone lo siguiente: No sería loable afirmar que los jueces son solo autómatas
aplicadores de la ley, pues su actividad ante las lagunas es ardua y compleja,
contentiva de una cuota de discrecionalidad indiscutible, pero discrecionalidad
con límites, con los límites que impone el ordenamiento y la preservación de la
legalidad8 (GALIANO MARTIAN & GONZÁLEZ MILIAN, 2012).

A modo de conclusión sobre la integración del derecho debemos decir


que se trata de un método complejo, que se caracteriza por hacer un
exhaustivo análisis del caso concreto que se plantea ante la autoridad judicial y
a través de él se trata de alcanzar una solución lo más justa posible sin lesionar
los derechos de los ciudadanos para que estos no pierdan la confianza en el
derecho.

3.2. Autointegración

La presencia de lagunas en el derecho es algo tan obvio que tanto la


doctrina como los ordenamientos positivistas han tenido que establecer unas
normas para permitir a la actividad jurisdiccional superar dichas carencias
normativas. Así, llegamos a la sistematización de dos métodos que han sido

8
GALIANO MARTIAN D. y GONZÁLEZ MILIAN D., “Integrating Law in the Face of Legal Voids - An
Unavoidable Need in Favor of Applying Law Appropriately”, Díkaion. 2012, p. 437
aceptados por multitud de ordenamientos jurídicos como métodos para colmar
las lagunas existentes en sus normas, hablamos de la autointegración y de la
heterointegración.

En la autointegración, el propio ordenamiento jurídico acude a sus


propias soluciones, es decir, en el caso planteado no tiene solución posible,
revisa las solucionas dadas a casos similares para los que si tiene solución y
aplica esta al caso no planteado en la ley.

Este método se conoce analogía, en el caso de que esta no pueda


aportar la solución justa deseada acudiríamos a los Principios Generales del
derecho, ambos métodos los analizaremos a continuación de manera más
detenida. Bobbio define este método de la siguiente forma; la autointegración
está presente cuando los mecanismos de integración o sus fuentes se
encuentran en el mismo ordenamiento jurídico, en su interior funcional, sin
tener que salir de él para completarlo9 (GALIANO MARTIAN & GONZÁLEZ
MILIAN, 2012).

3.3. LA ANALOGÍA COMO MÉTODO DE


AUTOINTEGRACIÓN

La analogía es una de las herramientas de las que ley otorga a los


encargados de aplicar las leyes para sufragar las posibles lagunas contenidas
en el ordenamiento jurídico aplicando una norma a un supuesto de hecho
diferente del que esta misma regula. Para ello, se basa en la similitud entre
dichos supuestos, se trata de una técnica adecuada para una realidad social
que es cambiante y dinámica.

El método de la analogía consiste principalmente en generalizar las


normas particulares existentes y aplicar así el principio obtenido a los casos
que no se encuentran previstos en la ley pero que si son similares a los que
esta regula. Hassel10 (GALIANO MARTIAN & GONZÁLEZ MILIAN, 2012)
compara dos situaciones jurídicas y aplica a la no legislada las soluciones

9
GALIANO MARTIAN D. y GONZÁLEZ MILIAN D., “Integrating Law in the Face of Legal Voids - An
Unavoidable Need in Favor of Applying Law Appropriately” op., cit., p. 440
10
GALIANO MARTIAN D. y GONZÁLEZ MILIAN D., “Integrating Law in the Face of Legal Voids - An
Unavoidable Need in Favor of Applying Law Appropriately” op., cit., p. 441
dadas para las que tienen caracteres semejantes. Así con este procedimiento,
enfrenta dos situaciones jurídicas similares a las que trata de dar soluciones
idénticas, pero estas difieren en su esencia y no podría aplicarse el método
analógico.

A partir del método de la analogía como autointegración del derecho


este crece, puesto que se alimenta de su propio contenido a través de un
desarrollo lógico y dialéctico. Pero ciertamente no es el único método de
autointegración, a continuación, vemos otro método importante, los Principios
Generales del Derecho.

3.4. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO

El término “principio” deriva del latín principium que quiere decir;


comienzo, fuente, fundamento. Si nos fijamos en el Diccionario de la Real
Academia de España este es definido como: ''Norma o idea fundamental que
rige el pensamiento o la conducta''. Pero nosotros tenemos que trasladar su
significado, pues hablamos de principios jurídicos, de su existencia dentro del
ordenamiento como verdaderos pilares en la toma de decisiones judiciales,
pues nadie duda de ellos en la esfera social como exigencias éticas. Dicha
cuestión adquiere complejidad al preguntarnos si estos poseen un cierto
carácter normativo.

En definitiva, podríamos considerar que los principios son directrices de


carácter heterogéneo y vital dentro de la vida del Derecho. Los principios dotan
de seguridad jurídica, ya que, aunque no tengan el supuesto de hecho y la
consecuencia jurídica claramente establecida, lo que hacen es guiar la
discrecionalidad del juez. De tal manera que por muy abstractos o generales
que sean, van a conducir a los jueces en direcciones reconocibles y dentro del
camino del Derecho, evitando así que la discreción judicial caiga en la
arbitrariedad.

3.5. HETEROINTEGRACIÓN

La heterointegraciíon es un método para sufragar las lagunas del


Derecho que consiste principalmente en acudir a recursos externos del
ordenamiento jurídico que constituyen fórmulas que se encuentran fuera de la
ley. En esta ocasión, el ordenamiento jurídico tiene que acudir a recursos
externos para llevar a cabo la función de integración. Se trata de un método
que ha sido llevado a cabo por sistemas jurídicos poco desarrollados, estos
consideran que es mejor acudir a un ordenamiento más perfecto que el suyo
para colmar sus propias lagunas que utilizar los métodos de autointegración y
dar así una mala solución al caso planteado o poner en riesgo la seguridad
jurídica. Se trata de un proceso que ha sido muy utilizado a lo largo de la
historia en el desarrollo de los diferentes ordenamientos jurídicos que
conforman la gran variedad de ordenamientos a lo largo del globo terráqueo.

Como método, la heterointegración acude a fuentes externas como


pueden ser la costumbre o la jurisprudencia y valores como la equidad de la
que hemos hablado anteriormente por que todo ello sirve para aplicar en el
supuesto de laguna legal, la analogía y los Principios Generales del Derecho.
Aunque esté en desuso y no aprobado actualmente como método para
sufragar las lagunas de ley debemos establecer unos límites, y es que no
podemos obviarla de manera general, pues hay que establecer un orden de
prelación entre la autointegracion y la hetrointegración, siendo la primera de
ellas el principal método a aplicar en caso de que nos encontremos frente a
lagunas en el Derecho.

FALACIAS

DEFINICIÓN

Las falacias implican la violación a las reglas lógico-formales, materiales


o dialécticas de la argumentación; por eso las técnicas de la argumentación
deben ayudarnos a refutar argumentos falaces o a desvelarlos11 (Calonaje,
2009). En una clasificación de las falacias, que distingue entre falacias formales
y materiales, se señala que las falacias formales se originan por la infracción a
las reglas del silogismo, y en los supuestos de las falacias materiales, éstas se

11
Calonaje, Concha, Técnica de la argumentación jurídica, Navarra, Aranzadi-Thomson Reuters, 2009, p.
203.
producen por la construcción de argumentos que no descansan en buenas
razones que no permiten elaborar una conclusión mínimamente plausible.

Existen diversas clasificaciones de las falacias. Una muy conocida


distingue entre falacias de atinencia y de ambigüedad. Según Copi y Cohen,
las falacias de atinencia ocurren cuando un argumento descansa en premisas
que no son pertinentes para su conclusión, y, por lo tanto, no pueden
establecer de manera apropiada su verdad. Dentro de estas falacias destaca
las siguientes: el argumento por la ignorancia o argumento ad ignorantiam; la
apelación inapropiada a la autoridad o argumento ad verecundiam; la pregunta
compleja; los argumentos ad hominem (abusivo y circunstancial); el accidente;
el accidente inverso; la causa falsa; la petición de principio o petitio principii;
argumentos ad populum; ad misericordiam; ad baculum, y conclusión inatinente
o ignoratio elenchi12 (Copi Irwing, 1997).

PRINCIPALES TIPOS DE FALACIAS

A. FALACIAS LÓGICO-DEDUCTIVAS Y LÓGICO-INDUCTIVAS

Las principales falacias lógico-deductivas son afirmar el consecuente y


negar el antecedente, aunque se sostiene que la principal especie de falacia
formal es la petición de principio. Es difícil apreciar cuando estamos en
presencia de una falacia y más difícil clasificarla, pues ello dependerá en buena
medida del contexto y del caso concreto.

La falacia de afirmar el consecuente se olvida de las explicaciones


alternativas. Se apoya en una premisa o en una hipótesis prescindiendo de
otras. La premisa menor que permite la subsunción es el consecuente de la
premisa mayor. Se propone el siguiente ejemplo:

Si las calles están heladas, el correo se demora.

El correo se demora.

Por tanto, las calles están heladas.

12
Copi, Irwing M. y Cohen, Carl, Introducción a la lógica, México, Limusa-Noriega Edito- res, 1997, pp.
127-143.
La falacia de negar el antecedente también es una falacia que se olvida
de las explicaciones alternativas. Entraña negar el antecedente de la premisa
mayor y presentarlo como premisa menor, de suerte que esta premisa menor
que niega el antecedente de la premisa mayor se subsume en la premisa
mayor para inferir una conclusión que resulta incorrecta. Por ejemplo:

Si las calles están heladas, el correo se demora.

Las calles no están heladas.

Por lo tanto, el correo no llega tarde.

B. TIPOS DE FALACIAS MATERIALES Y PRAGMÁTICAS

Las falacias materiales son casos en que la construcción del


razonamiento es incorrecto porque se parte de una o varias premisas que son
falsas, ambiguas o equívocas, inválidas, insuficientemente acreditadas,
irrelevantes o impertinentes.

Las falacias pragmáticas, que son de dos tipos, retóricas y dialécticas,


implican violaciones a las reglas del discurso. En las falacias retóricas se
manipula el argumento haciendo uso inadecuado del argumento de autoridad
o buscando sólo un consenso fáctico, pero no el racional; es decir, apelando
solamente a emociones que no se apoyan en razones, o utilizando estrategias
oportunistas o emotivas para engañar al auditorio. Por su parte, en las falacias
dialécticas se evade la cuestión planteada en el debate, no se contesta, se
elude argumentar contra el contraargumento o la refutación. Se busca en estas
últimas distraer al auditorio empleando, por ejemplo, argumentos ad populum o
ad hominem.

a. FALACIA AD IGNORANTIAM

La falacia del argumento por la ignorancia o argumento ad ignorantiam


es definida por Copi y Cohen como el error que se comete cuando se
argumenta que una proposición es verdadera sobre la base de que no se ha
probado su falsedad o, a la inversa, de que es falsa porque no se ha probado
su verdad13. En esta falacia se aprovecha de la ignorancia para apropiarse de
la situación sin razón suficiente. Por ejemplo, el presidente es corrupto, pues
ningún auditor ni agente del Ministerio Público sostiene lo contrario. Otro
ejemplo, es el siguiente: Yo acuso a “A” de haber cometido el delito, pues no ha
demostrado su inocencia.

b. FALACIA AD VERECUNDIAM

La apelación inapropiada a la autoridad o argumento ad verecundiam.


En este caso debemos advertir que no toda apelación al conocimiento de un
experto constituye una falacia de este tipo. La falacia ad verecundiam ocurre
cuando se hace una apelación a personas que no tienen credenciales legítimas
de autoridad en la materia en discusión..

c. FALACIA DE LA PREGUNTA COMPLEJA

Una falacia muy común es la de la pregunta compleja, la que consiste en


formular una pregunta de tal forma que se presupone la verdad de alguna
conclusión implícita en esa pregunta; es probable que la pregunta misma sea
retórica y no busque genuinamente una respuesta. Sin embargo, al plantear
con seriedad la pregunta, muchas veces se logra de modo falaz el propósito
de quien interroga..

d. FALACIA DEL FALSO DILEMA

La falacia del falso dilema consiste en reducir las opciones que se


analizan sólo a dos, drásticamente opuestas, contradictorias e injustas, a fin de
inducir a un escenario a modo. Por ejemplo, Estados Unidos: ámalo o déjalo.
Esta falacia es grave e incorrecta, porque no toma en cuenta las diversas
alternativas.

e. FALACIA DE SUPRIMIR LA PRUEBA

En ella se presenta sólo una parte de un conjunto de datos que apoyan


la afirmación o premisa, ocultando las partes que la contradicen. Dice Tron

13
Copi, Irwing M. y Cohen, Carl, op. cit, p. 127.
Petit que este proceder lo podemos advertir en los planteamientos
jurisdiccionales parciales, sesgados y tendenciosos.

f. FALACIA DE LA FALSA ANALOGÍA

La falacia de la falsa analogía entraña atribuir una propiedad a un objeto


sólo por el hecho de que se asemeja a otro que posee dicha propiedad.

g. FALACIA AD HOMINEM ABUSIVA Y CIRCUNSTANCIAL O


TÚ TAMBIÉN

Otra falacia muy importante es la falacia o argumento ad hominem, que


consiste en atacar no el argumento o la conclusión del adversario, sino al
adversario mismo. La falacia tiene dos formas: el argumento ad hominem
abusivo y el argumento ad hominem circunstancial.

h. FALACIA DEL ACCIDENTE

La falacia del accidente consiste aplicar una generalización a casos


individuales de manera impropia. Una generalización amplia ocurre cuando una
regla general es aplicada a una situación particular, pero las características de
esa situación particular hacen que la regla no sea aplicable al caso. Es un error
que se comete cuando se va de lo general a lo específico. Ejemplo: “A todos
los estudiantes los felicitan cuando concluyen sus estudios, seguramente ese
será mi caso”.

i. FALACIA DEL ACCIDENTE INVERSO

La falacia del accidente inverso entraña aplicar un principio o criterio que


es verdadero en un caso particular como si fuera un criterio general. Aquí
vamos demasiado rápido hacia una generalización. Por ejemplo, cuando
atribuimos rasgos a todas las personas de una clase porque en dos casos esas
personas presentaron determinadas cualidades o defectos. El accidente
inverso surge como resultado del uso descuidado o deliberadamente engañoso
de los casos particulares para inferir generalizaciones apresuradas.

j. FALACIA DE LA CAUSA FALSA


En la falacia de la causa falsa se trata como causa de un fenómeno algo
que en realidad no es su causa. No siempre la mera sucesión temporal entre
hechos o fenómenos establece una conexión causal entre ellos. Una de las
variedades de la falacia de la causa falsa es la que se conoce como “post hoc,
ergo propter hoc” (después de esto, por lo tanto, debido a esto), que implica
asumir la causalidad demasiado pronto sobre la base de la mera sucesión en
el tiempo.

k. FALACIA DE PETICIÓN DE PRINCIPIO

En la falacia de petición de principio o petito principii consiste en suponer


la verdad de lo que uno quiere probar sin argumentarlo debidamente. La falacia
entraña sostener una pretensión o una conclusión sin razones que las prueben.

l. CÍRCULO VICIOSO

La falacia de petición de principio está muy cerca del círculo vicioso, el


que consiste en demostrar dos proposiciones, una a partir de la otra, y
viceversa, asumiendo como premisa la propia conclusión. En el círculo vicioso
existe una doble petición de principio, y toma como principio de demostración
aquello que se trata de probar.

m. FALACIA AD POPULUM

El argumento o falacia ad populum es un recurso a la emoción, y para


muchos es el recurso favorito de los propagandistas y los demagogos. Se trata
de una falacia, porque la apelación a la emoción popular sustituye la tarea de
presentar buenos argumentos.

n. FALACIA AD MISERICORDIAM

La falacia o argumento ad misericordiam hace referencia a una


apelación a la piedad, y algunos ven a esta falacia como un tipo de la falacia
anterior, que apela a la emoción, aunque en este caso se apela al altruismo y a
la pie- dad de las audiencias. Hay muchas formas de apelar a la piedad.

o. FALACIA AD BACULUM
La falacia ad baculum entraña una apelación a la fuerza para producir la
aceptación de una conclusión o de aun argumento. Debe tenerse en cuenta
que esta tipo de falacia no necesariamente se emplea de manera directa y
evidente. La falacia ad baculum puede emplear el chantaje, la amenaza o el
uso de la fuerza en cualquier forma, y es inaceptable porque quebranta las
bases y reglas de la argumentación racional. No hay razones, sólo fuerza en el
respaldo del argumento o conclusión.

p. FALACIA IGNORATIO ELENCHI

La falacia de ignoratio elenchi o de conclusión inatinente se comete


cuando un argumento que permite establecer una conclusión en particular se
dirige a probar una conclusión diferente. La falacia se realiza porque la
conclusión se sale del tema. Se llega a una conclusión diferente a la que se
pretendía llegar, dado que se afirma que un razonamiento sostiene una
conclusión que no tiene nada que ver con la conclusión pertinente. Es decir, la
conclusión que se establece es diferente de la que se debería probar.

q. FALACIA DE CONCLUSIÓN INATINENTE O NON


SEQUITUR

La falacia de la conclusión inatinente se denomina también non sequitur,


la que consiste en extraer una conclusión que no se sigue de las premisas, tal
como las conclusiones que no se obtienen razonablemente de las pruebas o de
las premisas aportadas y ofrecidas.

r. EQUÍVOCO

Una de las falacias de ambigüedad o sofisma más conocido es el


equívoco —ambigüedad semántica—, y consiste en emplear los distintos
significados de una palabra o enunciado para confundir al adversario, ya sea
accidental o deliberadamente.

s. ANFIBOLOGÍA

La falacia de la anfibología —ambigüedad sintáctica— consiste en


argumentar a partir de premisas cuyas formulaciones son ambiguas a causa
de su construcción gramatical. Los significados son indeterminados debido a la
forma en que se combinan las palabras. Un enunciado anfibológico puede ser
verdadero bajo una interpretación y falso bajo otra. La falacia ocurre cuando se
enuncia en las premisas bajo la interpretación que lo hace verdadero y se
extrae una conclusión donde se recurre a la interpretación que lo hace falso.

t. FALACIA DEL ACENTO

La falacia del acento —ambigüedad fonética— implica cambiar el


significado de un enunciado a partir de cambios de énfasis en las palabras o
en sus partes. En la falacia del acento la premisa obtiene su significado de un
posible énfasis, pero la conclusión que de ella se obtiene descansa en el
significado de las mismas palabras enfatizándolas en forma diferente.

u. FALACIA DE LA COMPOSICIÓN

La falacia de la composición intenta por error o con intención, utilizar un


equívoco que es propio de la categoría en que se ordena. Consiste en
aparentar que lo que resulta de unir los elementos de un todo, va a tener las
mismas propiedades que éste.

v. FALACIA DE LA DIVISIÓN

Contraria a la falacia de la composición tenemos a la falacia de la


división. En esta falacia se aparenta con intención o se comete el error de
asumir que lo que es verdad del todo será siempre la verdad de las partes. Por
ejemplo: “Buenas formas de gobierno no pueden tener malos ciudadanos”, o
“El equipo X es excepcional, no necesito más referencia acerca de quién lo
forma”.

w. LA FALACIA DEL ARENQUE ROJO O PISTA FALSA

La falacia del “arenque rojo” o pista falsa es una estrategia que consiste
en hacer como que se habla o argumenta sobre una cosa mientras se intro-
duce algo que nada tiene que ver. Se introducen temas irrelevantes para dis-
traer la atención del punto que se está discutiendo a fin de que el adversario u
oponente se distraiga con la nueva cuestión y para divergir en algo que para el
promotor de la falacia sea más defendible.121 Por ejemplo: “Sé que el niño no
es mi hijo como lo sostiene el especialista. Los especialistas se suelen
equivocar. Además, en este caso el especialista merece ser sancionado por
tener relaciones sexuales fuera del matrimonio”.

x. LA FALACIA HOMBRE DE PAJA

Una falacia muy interesante es la del “hombre de paja”. En ella se


contradice o cuestiona una valoración exagerándola para atacarla. Se exagera
caricaturiza porque es más fácil criticar una posición extrema. Se exagera el
hecho o el argumento para que parezca algo malo. Se caricaturiza la opinión
de un oponente de manera que resulte fácil refutarla. Por ejemplo: usted está
en contra de las nuevas tecnologías porque está a favor de que la humanidad
retorne a la época de las cavernas.

y. LA CUESTA RESBALADIZA

La cuesta resbaladiza es una falacia que distorsiona un argumento por


sus consecuencias atacándolo con afirmaciones falsas —sin razones o
pruebas—; se señala que el argumento presentado por el adversario nos
llevaría a consecuencias no deseables o deseables. Se pone el acento en las
consecuencias a las que nos conduciría el punto de vista del adversario, pero
sin aportar buenas razones. Por ejemplo: tener mucha libertad hace que esta
sea una sociedad problemática, o la institución conseguirá grandes logros
porque está integrada por los mejores hombres o mujeres.

Bibliografía
(s.f.).

Aristóteles. (1982). Organon I. Madrid.

BOBBIO. (1963). Lacune del dirito. Turin.

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Muguerza, J. (2004). La guerra de las falacias.

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