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Las causas de la Segunda Guerra Mundial derivan de diferentes factores, tanto políticos,
económicos y sociales como ideológicos que se arrastraron tras finalizar la Gran Guerra o
Primera Guerra Mundial con el Tratado de Versalles, y a los que se sumó la Gran
Depresión, entre otros.
Tratado de Versalles
Este tratado impuso en Alemania términos que generaron un descontento general entre los
ciudadanos, y que originaron la teoría de la “puñalada por la espalada” al sentirse los
ciudadanos bajo el dominio de otros países potencia.
Gran Depresión
La Gran Depresión o el Crack del 29 fue una crisis económica que inició el 29 de octubre de
1929 en Estados Unidos. Luego se extendió a otros países de Europa como Alemania,
Austria y Francia, donde muchas economías estaban creciendo gracias a los préstamos que
recibían de Estados Unidos, tras haber finalizado la Primera Guerra Mundial.
En 1933, Alemania atravesaba una gran crisis económica, política y social. La economía del
país se había desplomado, el gobierno en curso no supo responder de manera acertada a
esta situación, y la sociedad temía un avance de las ideologías del comunismo.
Esto dio pie a que el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, también conocido como
Partido Nazi, obtuviese la mayoría parlamentaria y Adolf Hitler, líder del partido, ganara
poder político y seguidores.
Enfrentamiento ideológico
En Europa, los líderes de mayor influencia fueron Adolf Hitler en Alemania y Benito
Mussolini en Italia, ambos caracterizados por desarrollar sistemas de gobierno con
políticas extremistas, fortaleciendo el movimiento de ultraderecha y expansionista.
También apareció el antisemitismo, empleado para perseguir a los judíos.
Por su parte, la Unión Soviética había implantado el comunismo tras derrocar al zar
Nicolás II durante la Revolución Bolchevique en 1917.
Enfrentamientos bélicos
Tratado Ribbentrop-Mólotov
Este tratado incluyó un protocolo secreto del cual solo tenían conocimiento los líderes de
ambas naciones, Hitler y Stalin, en el cual se acordaba la repartición de los territorios de
Europa Central y del Este, así como no intervenir en dichas zonas repartidas y no formar
parte de las alianzas que se establecieran en contra de ambas naciones.
Sin embargo, el contraataque polaco llevado a cabo por la Brigada Pomorska no pudo
vencer al ejército alemán en la conocida batalla de Bzrura, entre el 9 y 22 de septiembre,
tras lo cual tuvieron que rendirse.
Una vez iniciada la guerra, cada país partícipe hizo uso de sus mejores recursos bélicos en
los enfrentamientos.
En Alemania se organizó nuevamente la fuerza militar y el rearme del país, más allá de lo
estipulado en el Tratado de Versalles, por lo que se diseñaron y construyeron tanques,
aviones y submarinos potentes. Además, se debe añadir que los alemanes contaban con un
grupo de investigadores científicos y técnicos especialistas en las áreas de física, química y
metalurgia.
Por su parte, Francia desarrolló su sistema de trincheras, Reino Unido amplió su fuerza
aérea, la Unión Soviética contaba con un gran número de soldados y Estados Unidos
desarrolló la fabricación de armas, aviones bombarderos, portaaviones y acorazados.
Se denomina como guerra relámpago a todos los acontecimientos ocurridos durante 1939 y
1941. Tras la invasión de Polonia por parte de los alemanes y los soviéticos, se declaró la
guerra, pero no hubo enfrentamientos durante ese invierno y los países enfrentados solo
movilizaron y prepararon sus tropas.
Sin embargo, el 30 de noviembre de 1929, la Unión Soviética atacó Finlandia y dio inicio a
lo que se denominó como Guerra de Invierno. Finalmente, los rusos firmaron un
tratado de paz y lograron imponerse en zonas estratégicas.
Esta victoria fue posible porque el ejército francés y sus aliados británicos se habían
organizado en la Línea Maginot, hacia el sur, en una muralla de defensa construida en la
frontera con Alemania, después de la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, el ejército alemán atacó por la región boscosa de las Ardenas, y rompió su
línea de ataque dividiendo en dos a las fuerzas aliadas.
De esta manera se llevó a cabo la táctica militar denomida Blitzkrieg, traducida del alemán
como "guerra relámpago". El ejército alemán desajustó los planes de la defensa francesa,
atacando en tierra y desde el aire puntos estratégicos, con el ejército de la Luftwaffe,
especialistas en paracaidismo y aviación, y llegó hasta el canal de la Mancha.
Durante este proceso, más de 330.000 soldados, pertenecientes a las tropas francesas y
británicas, habían quedado aislados en Dunkerque, así que hubo que trasladarlos de
manera masiva en buques de guerra el 4 de junio hacia el canal de la Mancha.
El 10 de junio de 1940, Italia se une a la guerra y también ataca e invade a Francia por los
territorios del sur. El 22 de junio, París y el norte de Francia estaban ocupados por los
alemanes y en el sudeste se impuso un gobierno colaborador regido por Philippe Pétain,
conocido como gobierno de Vichy.
Por otra parte, Benito Mussolini, decidido a invadir territorios del norte de África y los
Balcanes, ocupó Grecia entre finales de 1940 e inicios de 1941. No obstante, esto solo fue
posible con la ayuda militar enviada por Hitler. La unión de los ejércitos de las fuerzas
húngaras, búlgaras, italianas y alemanas, obtuvieron la victoria en 1941, e invadieron a
Grecia y Yugoslavia.
Entre los años 1941 y 1943, se desarrollaron diferentes enfrentamientos entre los Aliados y
las Fuerzas del Eje, tanto en Europa como en África y Asia. Estos movimientos armados
buscaban reforzar alianzas, invadir y ocupar la mayor cantidad de
territorios posible, especialmente, los más estratégicos.
De esta manera, los líderes de la Segunda Guerra Mundial procuraban asegurar tanto la
obtención de materia prima como de canales de comunicación terrestres, marítimos y
aéreos que les permitieran avanzar en sus ofensivas.
De allí que, durante estos años tuvieron lugar diferentes acontecimientos y, entre los más
destacados están:
El ejército italiano ubicado en diferentes zonas de África se enfrentó con las fuerzas
británicas en varias ocasiones.
Los británicos atacaron la fuerza naval francesa ubicada al norte de África para asegurarse
una mejor ubicación en los enfrentamientos futuros. Este ataque distanció las relaciones
entre Francia y Reino Unido por un corto periodo.
Tanto los Aliados como las Fuerzas del Eje ocuparon territorios de Irak e Irán para
asegurarse la obtención de petróleo.
Se abrió el Frente Oriental cuando Hitler decidió invadir los territorios ocupados por la
Unión Soviética a partir del 22 de junio de 1941, con la Operación Barbarroja. Así se inició
el enfrentamiento entre Hitler y Stalin.
Se llevó a cabo la batalla de Moscú, también conocida como Operación Tifón, entre el 2
de octubre de 1941 y el 7 de enero de 1942.
En 1941 los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido y Países Bajos iniciaron un
embargo petrolero en contra de Japón. Como resultado, el 7 de diciembre de 1941, los
japoneses realizaron un ataque sorpresa y bombardearon agresivamente en Pearl
Harbor, la flota estadounidense más importante del Pacífico.
El 8 de diciembre de 1941, el presidente Franklin D. Rooselvet de Estados Unidos, país que
se había mantenido neutral, pero que desde los meses anteriores ya apoyaba a los aliados
con armamentos y equipos para enfrentar las fuerzas alemanas, le declaró la guerra a
Japón.
Las potencias del Eje perdieron las posibilidades de una gran victoria cuando se unieron al
bando de los Aliados dos potencias importantes, Estados Unidos y la Unión Soviética.
Estos últimos años de la guerra se desarrollaron bajo continuos enfrentamientos, unos más
potentes que otros, los cuales fueron debilitando a las potencias del Eje. Entre los
acontecimientos más importantes se pueden mencionar:
En junio de 1944, los soviéticos lograron liberar Polonia, Rumanía y Bulgaria. Al año
siguiente, en febrero de 1945, se realizó la Conferencia de la Yalta, donde los líderes de
la Unión Soviética, Reino Unido y Estados Unidos, establecieron que Europa ya había sido
liberada de la guerra. Para muchos, dicha conferencia también fue el inicio de la Guerra
Fría.
Meses después, el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, decidió usar las armas
atómicas sobre Japón. El 6 de agosto de 1945 explotó la primera bomba
atómica sobre la ciudad de Hiroshima y el 9 de agosto una segunda bomba atómica
en Nagasaki. El 2 de septiembre, Japón firmó su rendición y, de esta manera, finaliza la
Segunda Guerra Mundial.
Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial fueron atroces, especialmente, para los
civiles. Esta guerra conllevó importantes cambios políticos, económicos, sociales y
hegemónicos.
Devastación de Europa
Un importante porcentaje del territorio europeo quedó devastado tras años de intensa
guerra. Hubo importantes daños en las infraestructuras de diversas ciudades que fueron
bombardeadas constantemente, tanto por las fuerzas del Eje como por los Aliados.
División de Alemania
Al culminar la Guerra, Alemania fue dividida en dos partes según la ideología que
correspondía a los países aliados y la ideología soviética. De este hecho derivó la
construcción del muro de Berlín, el cual marcaba la división del territorio alemán. En 1991,
el muro fue derribado y Alemania se unificó nuevamente.
Plan Marshall
El Plan Marshall fue un programa de ayuda económica que ofreció el gobierno de Estados
Unidos por un monto de 12 mil millones de dólares, y que recibieron los países de Europa
occidental para su reconstrucción y el desarrollo industrial.