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LINEAMIENTOS

Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 1


LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA

Versión 1. Julio 2019



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Iván Duque Márquez


Presidente de la república

Felipe Buitrago
Consejero Presidencial para los Asuntos Económicos y Estratégicos

_______________________________________________

Consejo de Economía naranja

Nancy Patricia Gutiérrez


Ministra de Interior

Alberto Carrasquilla
Ministro de Hacienda y Crédito Público

Alicia Arango
Ministra de Trabajo

José Manuel Restrepo


Ministro de Comercio, Industria y Turismo

María Victoria Angulo


Ministra de Educación Nacional

Gloria Alonso
Directora del Departamento Nacional de Planeación (DNP)

Juan Daniel Oviedo


Director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE)

Carlos Mario Estrada


Director del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)

Carolina Romero
Directora de la Dirección Nacional de Derecho de Autor (DNDA)

Sandra Gómez
Presidenta de la Financiera de Desarrollo Territorial (FINDETER)

Ministerio de Cultura

Carmen Inés Vásquez Camacho


Ministra de Cultura



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David Melo Torres


Viceministro de la creatividad y la Economía Naranja

José Ignacio Argote


Viceministro de fomento y patrimonio

Claudia Isabel Victoria Niño Izquierdo


Secretaria general

Javier Machicado y Diana Cifuentes


Coordinación y textos de la Política

Autores invitados
Diana Cifuentes
David del rey
Felipe Buitrago
Felipe Cesar Londoño
Germán Rey Beltrán
Gina Ruz Rojas
Gonzalo Castellanos Valenzuela
Iván Benavides
Javier Machicado Villamizar
María Osorio
Mauricio Reina
Omar Rincón
Paula Moreno Zapata

Comité asesor
Adriana González Hassig, Cesar Parra, Gabriel Arjona, Juan Felipe Parra, María Cristina
Díaz.

Ignacio Gaitán
iNNpulsa

Juan Miguel Villa


Colpensiones

Andrés Barreto
Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)

Raiza Deluque
Colombia Joven

Diego Hernández
Colciencias



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Flavia Santoro
Procolombia

Carlos Holmes Trujillo


Cancillería

José Andrés Romero


DIAN

Javier Díaz
Bancóldex

Ángela Ospina
Agencia Presidencial de Cooperación (APC)

Ana María Fríes


Artesanías de Colombia

Juan Pablo Liévano


Superintendencia de Sociedades

Manuel Acevedo
ICETEX


Corrector de estilo

Diseño y diagramación

Impresión



Bogotá, D.C. 2019
ISBN

República de Colombia
Ministerio de Cultura
Viceministerio de la creatividad y la economía naranja
Carrera 8 No 8 – 55
Teléfono (571) 3424100
Bogotá D.C.
servicioalcliente@mincultura.gov.co
www.mincultura.gov.co
Copyright Ministerio de Cultura, 2019



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 6

LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA

Versión 1. Julio 2019

1. INTRODUCCIÓN

2. CULTURA, CREATIVIDAD Y SOCIEDAD: ACUERDOS PARA LA SOSTENIBILIDAD


DE LA CULTURAL Y LA CREATIVIDAD

2.1. Libertades creativas y desarrollo humano


Germán Rey
2.2. Breves notas sobre los derechos culturales
Juan Luis Mejía
2.3. La cultura en la agenda del desarrollo sostenible y la garantía de
derechos
2.4. El desarrollo sostenible como horizonte de la política cultural
2.5. Fallas del mercado justifican una Política publica para la cultura y la
creatividad
2.6. El reconocimiento de los múltiples valores en la cultura y la creatividad
2.7. Hacia una movilidad cultural: una visión desde las regiones y sus
poblaciones
Paula Moreno
2.8. Comprender los múltiples horizontes de las organizaciones culturales y
creativas
2.9. Fomentar el sector cultural y creativo como ecosistema
2.10. Cultura, patrimonio y desarrollo en el Caribe Colombiano
Gina Ruz Rojas
2.11. Adoptar una visión amplia de la economía creativa o economía naranja
2.12. Construyendo un país más naranja para todos
Felipe Buitrago

3. LINEAS DE POLÍTICA

3.1. CULTURA, FINANCIACIÓN E INSTITUCIONALIDAD


Gonzalo Castellanos

3.2. ARTICULACIÓN INSTITUCIONAL, FINANCIACIÓN E INCENTIVOS

3.2.1. Escenarios e instancias para la articulación


3.2.1.1. La articulación en las regiones
3.2.2. Costos y productividad e innovación en el sector creativo
3.2.3. Altos riesgos y largos retornos: una característica transversal
3.2.4. Escenarios de articulación, estrategias de financiamiento e incentivos
para mitigar el riesgo de los agentes del sector creativo

3.3. INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO PARA EL DESARROLLO DE LA




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ECONOMÍA CREATIVA
Mauricio Reina

3.4. INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO PARA TOMAR MEJORES DECISIONES

3.4.1. Algunos antecedentes significativos


3.4.2. Información desde y para el sector público
3.4.3. Información para la toma de decisiones en el sector privado
3.4.4. El papel de las universidades
3.4.5. El estado de la información y el conocimiento sobre las industrias
Creativas
3.4.6. De la economía de la cultura a los derechos culturales y el desarrollo
Humano
3.4.7. Objetivos y estrategias de la línea de información y conocimiento

3.5. INNOVACIÓN, CREATIVIDAD Y CONVERGENCIA


Omar Rincón

3.6. LA CREATIVIDAD Y SUS PRODUCTOS

3.6.1. La vitalidad de la creatividad y sus productos


3.6.2. La concentración de la producción y el consumo como desafíos
3.6.3. Propuesta, calidad e innovación
3.6.4. Estrategias para el estímulo de los contenidos y productos creativos

3.7. CAPACIDADES PARA LA CREATIVIDAD.


David de los Reyes.

3.8. EL DESARROLLO DE CAPACIDADES COMO RESPUESTA A LA


DESIGUALDAD: INCLUSIÓN Y ACCESO A LAS OPORTUNIDADES

3.8.1. La creatividad como capacidad fundamental


3.8.2. La creatividad en la infancia y la juventud
3.8.3. Educación profesional para artistas y creadores
3.8.4. Oficios, roles y ocupaciones relacionados con las artes y con el
patrimonio cultural
3.8.5. La importancia de las habilidades técnicas
3.8.6. Habilidades para la gestión cultural y creativa
3.8.7. Habilidades básicas y blandas
3.8.8. Las estrategias para el desarrollo de capacidades sectoriales

3.9. EMPRENDIMIENTO CREATIVO EN COLOMBIA: BABEL, 18 AÑOS PASO


A PASO
María Osorio



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3.10. LA GESTIÓN DE EMPRENDIMIENTOS Y EMPRESAS SOSTENIBLES

3.10.1. Las motivaciones para emprender en el sector cultural y creativo


3.10.2. Gestionar proyectos, gerenciar empresas
3.10.3. Comprender el entorno, el mercado y sus tendencias
3.10.4. Empresas y organizaciones en un ecosistema creativo y sostenible
(estrategias)

3.11. RETOS DE LA CIRCULACIÓN Y LA CREACIÓN DE AUDIENCIAS PARA


LOS BIENES Y SERVICIOS CREATIVOS.
Iván Benavides

3.12. INTEGRACIÓN, REDES Y DESARROLLO DE MERCADOS

3.12.1. Quienes hacen posible la integración


3.12.2. Desafíos para una integración duradera y significativa
3.12.3. Líneas estratégicas para la integración y la circulación

3.13. CULTURA DIGITAL Y ECONOMÍAS CREATIVAS. MODELOS DE


ECOSISTEMAS INNOVADORES E INFRAESTRUCTURAS PARA LAS
INDUSTRIAS CULTURALES
Felipe César Londoño L.

3.14. TERRITORIO, BIENES PÚBLICOS E INFRAESTRUCTURAS


SOSTENIBLES

5. ÍNDICE DE AUTORES
6. BIBLIOGRAFÍA



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1. INTRODUCCIÓN - En proceso

Colombia atraviesa por un importante cambio, que plantea todo tipo de retos, la
construcción de la paz, la recuperación de la confianza, el fortalecimiento y articulación de
los territorios, el fortalecimiento del desarrollo humano, el desarrollo sostenible y la
posibilidad de integrar la cultura y la creatividad a todos estos procesos para construir
juntos y a largo plazo un país mejor para todos. Gran parte de ese bienestar común radica
en las oportunidades que ofrece el país para educarse, trabajar y tener una vida digna.
También depende de que logremos tener una perspectiva mas amplia de la relación entre
cultura y desarrollo, que permita pensar en el desarrollo social basado en la generación
de condiciones y oportunidades para fortalecer y hacer sostenibles los procesos culturales
y creativos y así avanzar más allá de lo puramente económico.

Siguiendo al premio Nobel de economía Amartya Sen: “el fomento del bienestar y las
libertades que buscamos en el desarrollo no puede sino incluir el enriquecimiento de las
vidas humanas a través de la literatura, la música, las bellas artes y otras formas de
expresión y práctica cultural, que tenemos razones para valorar (…) Tener un alto PIB per
capita pero poca música, arte, literatura, etc., no equivaldría a un gran éxito en el
desarrollo. De una forma u otra, la cultura envuelve nuestras vidas, nuestros deseos,
nuestras frustraciones, nuestras ambiciones y las libertades que buscamos. La libertad y
la oportunidad para las actividades culturales se encuentran entre las libertades básicas
cuya mejora puede considerarse constitutiva del desarrollo”. (Sen.XXX)

Además, tenemos el reto de pensar en el país del futuro en el que vivirán nuestros niños y
jóvenes, sus necesidades relativas a la educación y al trabajo, nuevas formas de pensar y
el impacto que tendrá para toda la sociedad la cuarta revolución industrial, eso nos invita
a pensar y crear modelos de gestión que equilibren las necesidades que tenemos de
desarrollo y que a la vez permitan el desarrollo integral y el ejercicio de derechos. El
equilibrio que nos permita promover sujetos más creativo y que a partir de allí se
encuentren las oportunidades para mejorar la economía y para encontrar los mecanismos
para resolver el impacto que tenemos sobre el medio ambiente, la naturaleza, el agua, el
aire y los demás aspectos que nos permiten habitar el planeta. La cultura y la creatividad
son el centro de este pensamiento.

En la medida que se estimule la creación, en que se provean las condiciones las


herramientas, los medios, las tecnologías, que hacen posible crear, y que se garantice el
derecho humano fundamental a la creación, y el derecho al libre acceso a los bienes y
servicios culturales se podrá avanzar hacia el futuro con dignidad. se trata de incorporar la
importancia de las alianzas para construir un mundo más justo, más humano, más
equitativo y que esa construcción social esencial se exprese en el desarrollo sostenible
del país.

Estamos frente al reto de priorizar la diversidad cultural y movernos hacia una economía
basada en el conocimiento, pues si agotamos los recursos naturales agotamos la vida.
Esto es una buena parte de lo que ofrece la economía naranja, fomentada de manera
equilibrada. Hacerlo requiere de marcos regulatorios, articulación intersectorial,
fortalecimiento de los esquemas de gobernanza, protección de la diversidad y de la
creación artística y disfrute de las artes y del patrimonio como derecho. A la vez que se
identifican oportunidades para que los procesos de emprendimiento en todos los niveles


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encuentren sostenibilidad. En la sostenibilidad radica la oportunidad para que más


personas puedan desarrollar capacidades creativas y ejercer prácticas culturales.

Por otra parte, la cultura y la creatividad son transversales no solo a todos los aspectos de
la vida si no a todos los sectores del gobierno nacional, por este motivo, el país cuenta
con el Consejo Nacional de economía naranja, presidido por el ministerio de cultura e
integrado por el Ministerio del Interior, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, el
Ministerio del Trabajo, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, el Ministerio de
Educación Nacional, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones. La
Dirección Nacional de Planeación (DNP), el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE), el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), la Dirección Nacional de
Derecho de Autor (DNDA), la Financiera de Desarrollo Territorial (FINDETER). Esto
responde además a la implementación de la ley 1834 de 2017 “ley naranja” en la que se
ve la necesidad de formular una política integral sobre el tema.

Surge entonces esta política que reúne el trabajo interinstitucional, social y los
diagnósticos de los sectores hechos a lo largo de varios años, que permitieron entender
que uno de los riesgos que corren la cultura, la creatividad y el ejercicio de derechos es la
falta de sostenibilidad. En esta Política, la sostenibilidad se basa en el reconocimiento de
la complementariedad de la cultura, la creatividad y la economía y se fundamenta en la
garantía de la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales, el
respeto de las libertades de expresión, comunicación, información y el ejercicio y acceso a
los derechos culturales. En esta política, las economías son una oportunidad más para la
cultura y la creatividad, que se articula con cada territorio para construir y generar
oportunidades apropiadas y ajustadas a los diferentes contextos. Cada territorio
encontrará su propia versión de la economía naranja.

Por otra parte, un nuevo tipo de relaciones entre la sociedad civil, el sector público y la
empresa privada, basadas en la colaboración, la interactividad y la elaboración conjunta
de marcos de esta política muestra ahora más de 20 agencias que desarrollan programas
para el sector creativo, además de un conjunto de agentes en gobernaciones, alcaldías,
universidades, asociaciones, gremios, artistas, académicos y gestores, que trabajan con
el Ministerio de Cultura en cada municipio para identificar oportunidades pertinentes que
permitan impulsar la creación artística y fortalecer procesos para darle sostenibilidad y
apropiación al patrimonio cultural.

¿Cómo se formuló la política?

El Ministerio de cultura, como líder del proceso, trabajó en la articulación interinstitucional


y creó desde 2018 una agenda de trabajo para identificar la oferta de cada institución
relativa a la creatividad y así generar visiones conjuntas con la cultura y fortalecer el tejido
institucional que pudiese albergar las acciones de fomento a la cultura y la creatividad.
Entre las acciones realizadas para la formulación de la política se establecieron mesas
técnicas con las instituciones que hacen parte del Consejo de Economía naranja, lo que
permitió iniciar un proceso de coordinación estratégica.


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Con los territorios, durante 10 meses, se realizaron socializaciones y diálogos en los que
participaron más de 45.000 personas en ciudades como Armenia, Barranquilla,
Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Neiva, Medellín, Manizales, Pasto,
Pereira, Popayán, Quibdó, Riohacha Valledupar y Yopal.
Se han sumado además a los procesos participativos las cámaras de comercio, la cajas
de compensación, universidades, fondos mixto, algunos gremios, entre otros. Gracias a la
participación de todos, se ha logrado crear un marco en el que se espera que todos
puedan moverse con facilidad para el fomento a la diversidad, al desarrollo sostenible y al
desarrollo humano.



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2. CULTURA, CREATIVIDAD Y SOCIEDAD: ACUERDOS PARA LA


SOSTENIBILIDAD DE LA CULTURA Y LA CREATIVIDAD

2.1. LIBERTADES CREATIVAS Y DESARROLLO HUMANO

Germán Rey Beltrán

En el entrecruce entre la cultura, la creatividad y el desarrollo está la libertad. El


enunciado no es simple y natural. En algunas comprensiones, la cultura está asociada a
la interiorización de las normas, de tal manera que diferentes autores la definen
precisamente por esta lenta y tenaz incorporación identitaria a través de la cual los
individuos llegan a formar parte de grupos cohesionados como su propia comunidad. “La
cultura es la regla –dice un personaje de Godard- y el arte su excepción” y Zygmunt
Bauman en “la cultura como praxis”, lo confirma con un contraste aún mayor, cuando
escribe que “La cultura es la norma y el arte su transgresión”. (Bauman.2002)

El desarrollo no siempre fue entendido como expansión de las libertades e inclusive,


como muestra Arturo Escobar (Escobar. 2014) al realizar una genealogía de la
construcción social del concepto en América Latina, su elaboración ha estado marcada
por varias fases: la teoría de la modernización, la teoría de la dependencia, la visión
neoliberal de la economía y la sociedad y las aproximaciones críticas al desarrollo como
discurso cultural. La reflexión de Amartya Sen fue clave para problematizar el concepto,
pero sobre todo para orientar de otro modo las definiciones y las prácticas del desarrollo:
“El desarrollo humano puede concebirse, como un proceso de expansión de las libertades
reales que disfrutan los individuos”. Lo afirmó en un momento en que persistían la
pobreza y las desigualdades, pero en el que también aumentaba la preocupación por los
derechos humanos, entre ellos, los derechos culturales.

Al inicio de su libro “Desarrollo y libertad”, el premio Nobel de Economía escribió que “al
centrar su atención en las libertades humanas, este enfoque contrasta con perspectivas
más estrechas sobre el desarrollo, como las que lo identifican con el crecimiento del
producto nacional bruto, el incremento de los ingresos personales, la industrialización, el
avance tecnológico o la modernización social”. (Sen. 2000.)
Su afirmación es iluminadora. Una política pública de las industrias creativas antepone las
libertades y las responsabilidades civiles a los índices de crecimiento y a la seducción de
lo tecnológico.

La estrechez de la que habla el economista no es cosa del pasado. Una de las


preocupaciones que se tiene sobre las industrias creativas está relacionada con las
relaciones y las diferencias entre el valor económico y el valor simbólico de sus
creaciones. En realidad, no se trata de una preocupación nueva. Estuvo presente en el
origen del concepto (Horkheimer y Adorno. 2018) y vuelve reiteradamente a la agenda con
nuevos asuntos, como por ejemplo, las inquietudes que despierta la mundialización de la
cultura, la conformación de grandes corporaciones de producción, circulación y
apropiación cultural como Amazon, Netflix, Facebook o Spotify, la configuración de una
parte de lo cultural a través de infraestructuras industriales y cadenas productivas, el
excesivo énfasis en la comercialización y los mercados y el ingreso de las industrias


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creativas al ecosistema digital tras el desarrollo vertiginoso de las nuevas tecnologías y su


portentosa incidencia en la vida cotidiana.

A diferencia de otros sectores económicos, las industrias culturales tienen un alto


componente simbólico hasta el punto de que su propia naturaleza está definida por lo
intangible, la generación de contenidos simbólicos, los procesos de creación individuales
y colectivos, la experimentación y las identidades y pertenencias sociales. Tal como las
define la Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las
expresiones culturales de la UNESCO, las actividades y los bienes culturales expresan el
“sentido simbólico, la dimensión artística y los valores culturales” de personas, grupos y
sociedades (UNESCO, 2005, Pag.2-4).

David Throsby (2016,7) corrobora varias características de los bienes culturales:


transmiten mensajes simbólicos a quienes los consumen, son bienes de experiencia,
tienen propiedades de los bienes públicos, en el centro de su proceso de producción está
el trabajo creativo, están sujetos a la legislación de propiedad intelectual y encarnan o dan
lugar a formas de valor que no se pueden expresar totalmente en términos monetarios y
que no pueden ser reveladas, bien sea en mercados reales o contingentes.
La consideración del valor simbólico de las industrias culturales tiene varias implicaciones:
en primer lugar, que las políticas públicas que se refieren a ellas no pueden ser solamente
políticas económicas y tienen que ser también e integralmente políticas sociales y
culturales. Un gran parte de las estrategias de la economía naranja se centran en
incentivos a industrias creativas, apoyos financieros, créditos, medidas tributarias, oferta
de capacitación administrativa y comercial, promoción de competencias emprendedoras,
mercadeo, fomento y coordinación intersectorial. Una política más integral debe combinar
estas disposiciones, obviamente necesarias, con la dimensión social y cultural de las
industrias creativas, es decir, con la participación y cohesión social, la inclusión, las
identidades, la interculturalidad, la diversidad cultural, la educación, la vinculación de
poblaciones vulnerables y los proyectos de vida de los pueblos indígenas y
afrocolombianos. Hay que trasladar por tanto las políticas de la economía cultural y
creativa desde la orilla meramente económica a la perspectiva del desarrollo
humano.

Cada una de estas características compone un programa de acción. La inclusión y


democratización de las industrias creativas apela a la participación de los creadores, a la
diversidad de las creaciones, a la pluralidad de las narrativas y los contenidos y a la
actividad de la ciudadanía más allá de su condición de consumidores. La interculturalidad
se refiere al diálogo entre las manifestaciones culturales, a las autonomías creativas, a las
posibles fusiones entre procesos y productos de las industrias creativas, pero también a la
diversidad de los contextos en que se genera y potencia la creación. La música, el cine y
la arquitectura como el diseño y los nuevos medios son expresiones que contribuyen a la
cohesión de una sociedad, a su identidad y a la composición particular de sus memorias
más entrañables y próximas. Las industrias creativas absorben y retornan
manifestaciones que encuentran su fuerza y potencial en los reconocimientos locales y
territoriales y en modos de vida que no se pueden dejar neutralizar o distorsionar por los
requerimientos de los mercados. Si lo hacen tienden a perder la vitalidad que les da
sentido y la originalidad que impulsa su circulación. Como se lee en la Convención sobre
la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones culturales” (UNESCO,
2005) “La diversidad cultural crea un mundo rico y variado que acrecienta la gama de


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posibilidades y nutre las capacidades y los valores humanos, y constituye, por lo tanto,
uno de los principales motores del desarrollo sostenible de las comunidades, los pueblos
y las naciones”.

En segundo lugar, las industrias creativas y culturales no pueden ni reemplazar ni


desplazar a otras dimensiones de la cultura que no pasan estrictamente por procesos
económicos. En este sentido es necesaria una articulación más estrecha entre la
economía creativa y otras áreas de la vida cultural reconociendo sus procesos y lógicas
(patrimonio, fiestas, artes, derechos culturales). Es decir, hay vida cultural más acá y más
allá de las industrias creativas. Pero también se debe recordar que estas son
patrimoniales, forman parte y participan de la construcción de la memoria cultural de la
sociedad. Promover las industrias creativas es entonces fortalecer la conservación y
proyección de la memoria de una sociedad.

En tercer lugar, es fundamental armonizar las libertades creativas con otras libertades y
derechos. “La diversidad cultural solo puede protegerse y promoverse si se garantizan los
derechos humanos y las libertades fundamentales, como la libertad de expresión,
información y comunicación, así como la posibilidad de que las personas tengan acceso a
expresiones culturales diversas”, se lee en la Convención mencionada.

No pocas posibilidades de la libertad creativa se juegan en el ámbito de otras libertades y


derechos. En la educación, por la importancia que tiene en el desarrollo de las
capacidades y los talentos, en la formación artística, en el acceso al conocimiento y en el
moldeamiento de la sensibilidad; en la comunicación, ya que la libertad artística lo es
cuando puede expresarse a través de diferentes dispositivos y mecanismos, en la libertad
de pensamiento que es uno de los fundamentos de la creación, en el derecho a la
protección de los intereses morales y materiales de los creadores que les permite
beneficiarse de sus obras y en la participación en la vida cultural que hoy está atravesada
por las realizaciones de las industrias creativas.

La libertad creativa es la posibilidad de imaginar, crear, distribuir y acceder a


expresiones culturales y artísticas de todas las personas y grupos humanos sin censuras
e interferencias de ningún tipo. Ello significa que esta libertad reside en cada uno de los
diferentes momentos de la creación: en el trabajo individual o colectivo que hace posible
la producción de bienes y servicios culturales, en la circulación social de dichos bienes a
través de las numerosas formas de distribución y en las relaciones que establecen las
personas o los grupos con los productos de la creación.

Por eso la libertad creativa es especialmente sensible a las dinámicas que se viven en
otros lugares de la sociedad, inclusive con aquellos que en apariencia les son extraños o
lejanos. Depende. por ejemplo, de la alta o baja democratización de las tecnologías que
introduce desequilibrios en las oportunidades de creación o en el disfrute de sus
manifestaciones; de la calidad de la formación que puede generar ambientes de
aprendizaje y enseñanza necesarios para el despliegue de las capacidades creativas o de
la adecuada participación de las regiones en el contexto de las sociedades generales que
hacen posible el reconocimiento y la experiencia de la diversidad.

En cuarto lugar, no todo es formalizable dentro de la cultura. Ni todo lo cultural tiene el


interés, la vocación o las posibilidades de convertirse en industrial, ni todo lo cultural


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existe en la perspectiva de su comercialización. Pero lo paradójico e interesante es que la


gran mayoría de las manifestaciones de las industrias culturales y creativas están
vinculadas con la diversidad, la creatividad popular y aquellas expresiones culturales que
no circulan estrictamente de manera económica. Con relativa frecuencia existen
desencuentros entre los orígenes de la creación, sus relaciones con las comunidades y el
desarrollo de las industrias creativas. Colombia ubicó con éxito su producción
melodramática (telenovelas) en contextos internacionales precisamente por la conexión
de lo audiovisual con lo regional y el humor popular, mostrando otros acercamientos a un
género cuyos límites parecían inamovibles y que atrajeron a las audiencias y a la atención
comercial. Pero perdió parte de su protagonismo industrial cuando estandarizó la
producción. El éxito musical del reguetón en los escenarios internacionales está muy
ligado al proyecto social y cultural que se ha gestado en ciudades como Medellín, la
importancia de Rock al Parque en Bogotá al desarrollo de bandas de música en las
localidades y al diálogo con músicos y músicas de otros países y a su apropiación por
parte de los jóvenes. El suceso de realizaciones cinematográficas colombianas en
festivales de prestigio como Cannes se debe a la creatividad de sus autores como a la
tradición que ha ido construyendo la industria, al estímulo de entidades como
Proimágenes y a las políticas construidas a través del tiempo por la institucionalidad
cultural.

Hace unos años, Néstor García Canclini distinguió varios niveles en la cultura: el de la
cultura culta o alta cultura, el de la cultura popular y el de la cultura masiva, con diferentes
relaciones entre sí. “Es necesario deconstruir esa división en tres pisos, esa concepción
hojaldrada del mundo de la cultura, y averiguar si su hibridación puede leerse con las
herramientas de las disciplinas que los estudian por separado: la historia del arte y la
literatura que se ocupan de lo "culto"; el folclor y la antropología consagrados a lo popular;
los trabajos sobre comunicación especializados en la cultura masiva. Necesitamos
ciencias sociales nómadas capaces de circular por las escaleras que comunican esos
pisos. O mejor: que rediseñen los planos y comuniquen horizontalmente los niveles”.
(Garcia Canclini. 1990)

La especificidad de estas relaciones entre “planos” es clave para plantearse algunas de


las preguntas que están presentes en las discusiones sobre el desarrollo de las industrias
culturales y creativas. Por ejemplo, las que enfrentan al arte y las culturas masivas, que
llevan incorrectamente a entronizar los criterios de calidad del primero sobre las
expresiones de las segundas mientras que cada vez son más importantes los diálogos y
las interacciones entre las diferentes manifestaciones de la cultura. La libertad creativa
está en los diálogos y no en las exclusiones.

La innovación que viven las industrias creativas es más que tecnológica. Tiene que ver
con los lenguajes, las fusiones, la naturaleza de los géneros, como también con los
modos de creación y producción, las formas de circulación y los procesos de apropiación.
Las transformaciones tecnológicas están incidiendo sensiblemente en las modificaciones
de todas las industrias culturales y paradójicamente, son a la vez, posibilidad de
ampliación y limitación de las libertades creativas.

Hace tiempo me ronda una reflexión que leí en un texto del psicólogo norteamericano
Jerome Brunner, que aunque se refiere al desarrollo personal puede tener sugerencias
aprovechables para pensar las relaciones entre la libertad creativa y el desarrollo humano:


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“Creo –escribe- que la preocupación técnica central de la teoría del desarrollo será como
crear en los jóvenes una valoración del hecho de que muchos mundos son posibles, que
el significado y la realidad son creados y no descubiertos y que la negociación es el arte
de construir nuevos significados con los cuales los individuos puedan regular las
relaciones entre sí” (Brunner. 1996) Sólo la libertad (y el desarrollo pensado como tal)
están del lado de otros mundos posibles, de la creación y de los ideales de la convivencia.



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2.2. BREVES NOTAS SOBRE LOS DERECHOS CULTURALES

Juan Luis Mejía Arango

Protección a la creación

La reanudación de relaciones diplomáticas entre España y sus antiguas colonias


americanas se produjo en la segunda mitad del siglo XIX, en buena medida por presión
de los editores españoles que querían protección para los derechos de autor de las obras
literarias en el mercado natural de la lengua española.

En la Constitución Política de 1886 aparece por primera vez la protección de los derechos
de autor. En efecto, el artículo 35 establecía: “Será protegida la propiedad literaria y
artística como propiedad transferible por el tiempo de la vida del autor y ochenta años
más, mediante las formalidades que prescribe la Ley”. En la segunda parte de dicho
artículo se puede apreciar la influencia que ejercían los editores ibéricos: “Ofrécese la
misma garantía a los propietarios de obras publicadas en países de lengua española,
siempre que la Nación respectiva consigne en su legislación el principio de reciprocidad y
sin que haya necesidad de celebrar al efecto Convenios Internacionales”.

La Constitución de 1991 fue mucho más concisa y menos reglamentaria que su


antecesora y, en su artículo 61, dispone: “El Estado protegerá la propiedad intelectual por
el tiempo y mediante las formalidades que establezca la ley”.

En el mundo coexisten dos grandes bloques de normas sobre la propiedad intelectual.


Una, la anglosajona, se remonta al año 1709 y se desprende del famoso Estatuto de la
Reina Ana, y de allí nace el concepto de Copyright. El otro gran bloque se origina de la
legislación francesa y de ella surge la noción de derecho de autor. En términos muy
generales se puede afirmar que la gran diferencia entre los dos conceptos es que
mientras el Copy protege solo derechos patrimoniales, el derecho de autor se desdobla en
derechos patrimoniales y derechos morales. Estos últimos protegen no solo la autoría de
la obra, sino que son perpetuos y no se pueden transferir ni ceder, mientras que los
derechos patrimoniales son finitos y tienen la posibilidad de ser transferidos.

El término genérico propiedad intelectual se refiere a la protección de toda creación del


talento o del ingenio del hombre. Este concepto abarca dos grandes ramas de la creación
que tiene, a su vez, dos maneras de protección legal muy diferentes. El derecho de autor
es definido en el artículo segundo de la ley 23 de 1983 de la siguiente manera: “Los
derechos del autor recen sobre las obras científicas, literarias y artísticas las cuales
comprenden todas las creaciones del espíritu en el campo científico, literario y artístico,
cualquiera que sea el modo o forma de expresión y cualquiera que sea su destinación,
tales como: libros, folletos y otros escritos; las conferencias, alocuciones, sermones y
otras obras de la misma naturaleza; las obras dramáticas o dramático-musicales; las
obras coreográficas y las pantomimas; las composiciones musicales con letra o sin ella;
las obras cinematográficas a las cuales se asimilan las obras expresadas por el
procedimiento análogo a la cinematografía, inclusive los videogramas; las obras de dibujo,


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 18

pintura, arquitectura, escultura, grabado, litografía; las obras fotográficas a las cuales se
asimilan las expresadas por procedimientos análogo a la fotografía; las obras de arte
aplicadas; las ilustraciones, mapas, planos, croquis, y obras plásticas relativas a la
geografía, a la topografía, a la arquitectura o a las ciencias, y en fin, toda producción del
dominio científico, literario o artístico que pueda reproducirse, o definirse por cualquier
forma de impresión o de reproducción, por fonografía, radiotelefonía o cualquier otro
medio conocido o por conocer”.

A diferencia de su antecesora, la Ley 86 de 1946, la normatividad vigente protege el


derecho de autor desde el momento de la creación y no del registro ante la Dirección
Nacional del Derecho de Autor, pues la anterior modalidad permitía al Estado ejercer la
censura a aquellas obras contrarias a la ideología imperante.

En la actualidad, la Norma del Derecho de Autor vigente en Colombia es la Ley 23 de


1983, la cual ha sido complementada por la Ley 44 de 1993 y la Ley 1403 de 2010 —
conocida como Ley Fanny Mickey— y la Ley 1835 de 2017 —conocida como Ley Pepe
Sánchez— y, más recientemente, se han expedido la Ley 1834 de 2017 “por medio de la
cual se fomenta la economía creativa o Ley Naranja” y la Ley 1915 de julio de 2018.

Es importante recordar que en Colombia, a diferencia de otros países, el software y los


códigos fuente están protegidos por la legislación del derecho de autor (Decreto 1360 de
1989).

La otra gran rama de la propiedad intelectual la constituye la normatividad sobre la


propiedad industrial, la cual protege a aquellas ideas o creaciones del intelecto humano
que pueden tener una utilidad, o ser susceptible de explotación económica por el sector
productivo o de servicios. Esta creación se protege por medio del mecanismo de patentes,
otorgadas por la Superintendencia de Industria y Comercio. A diferencia del derecho de
autor, se protege el derecho desde el momento de la concesión de la patente y por un
tiempo finito.

La división entre las dos grandes ramas de la propiedad intelectual ha servido también
para diferenciar las ramas de la industria. Mientras el régimen de la propiedad industrial
protege a gran parte del sector productivo, a la industria transformadora, el estatuto de los
derechos de autor sirve de sustento para las llamadas industrias culturales o industrias
creativas.

Las legislaciones tanto del derecho de autor como de la propiedad industrial deben estar
acordes con las normas internacionales establecidas en el seno de la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual, conocida por sus siglas en español como la OMPI,
organismo con sede en Suiza y de la cual Colombia es Estado parte desde mayo de
1980.

El Derecho a la Cultura

En abril de 1948 se reunió en Bogotá la IX Conferencia Internacional Americana, durante


la cual los 21 Estados presentes adoptaron la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, que se constituye en el registro civil de nacimiento de la Organización de
Estados Americanos (OEA). Se suscribió también el Pacto de Bogotá o Tratado


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 19

Americano de Soluciones Pacíficas, y la Declaración Americana de los Derechos y


Deberes del Hombre.

El artículo XIII de aquella Declaración dispone que “Toda persona tiene el derecho a
participar en la vida cultural de la comunidad, gozar de las artes y disfrutar de los
beneficios que resulten de los progresos intelectuales y especialmente de los
descubrimientos científicos. Tiene así mismo derecho a la protección de los intereses
morales y materiales que le correspondan por razón de los inventos, obras literarias,
científicas y artísticas de que sea autor”.

La Declaración de Bogotá se adelantó en ocho meses a la Declaración Universal de los


Derechos Humanos, aprobada en la ciudad de San Francisco el 10 de diciembre de 1948.
El artículo 27 de dicha Declaración reproduce, con muy ligeras variantes, el artículo XIII
de la Declaración de Bogotá: “Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la
vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico,
y en los beneficios que de él resulten”.

Es interesante observar cómo la Declaración de Bogotá incluye un capítulo dedicado a los


Deberes del hombre. Entre los once enunciados se encuentran los deberes ante la
sociedad, para con los hijos y los padres, de instrucción, de sufragio, de obediencia ante
la ley, de servir a la comunidad y a la nación, de asistencia y seguridad sociales, de pagar
impuestos, de trabajo y de abstención de participar en política en país extranjero.

Los artículos anteriores consagran dos tipos de derechos. El primer parágrafo consagra el
conocido como Derecho a la Cultura, es decir, el que asiste a todo ser humano de
pertenecer y disfrutar de una cultura. Es un derecho del individuo y como envés de la
moneda existe la obligación de los Estados de garantizar a sus ciudadanos el libre acceso
a los bienes de la cultura. Con base en esta obligación se estructuraron las conocidas
políticas culturales, a partir de la Conferencia Mundial de Cultura celebrada en la ciudad
de Venecia en 1970. Claramente lo expresaba René Maheu, el entonces director general
de la Unesco en el discurso inaugural de la referida conferencia: “Desde el instante en
que el acceso, o mejor aún, la participación en la vida cultural están reconocidos como un
derecho del hombre, que cada individuo de una comunidad constituida puede reivindicar
por su cuenta, ocurre forzosamente que los responsables de esa colectividad tienen el
deber de crear en toda la medida de sus posibilidades, las condiciones indispensables
para el ejercicio eficaz de ese derecho. El fenómeno de la vida cultural de la nación entra
de esa manera dentro de las funciones del Estado moderno. Ha terminado en ese punto,
como en muchos otros, el laissez-faire en el que los favores de un mecenazgo, más o
menos ilustrado, bastaban para dar al poder una reputación de bienhechora apariencia.
Frente a unos problemas de justicia quiero decir la satisfacción de los derechos del
hombre, que son también problemas de masa y que, por ello, hacen intervenir
consideraciones de recursos y de organizaciones a gran escala, los gobiernos han de
tener una política cultural como tiene una política económica, una política social, una
política fiscal. Una política educativa, una política de ciencias”.

El segundo parágrafo consagra el respeto y la protección de las obras del ingenio


humano, consideradas en el capítulo anterior.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 20

Los Derechos de la Cultura

El anterior capítulo, relacionado con el derecho a la cultura, obedece a una concepción


universalista de la cultura, reflejada en las declaraciones de los derechos universales del
hombre. Sin embargo, a mediados de los años ochenta del siglo XX, esta concepción
empieza a ser matizada por una visión más particularista de los derechos con la irrupción
de la diversidad cultural como elemento fundamental en la concepción de los Estados.

La promulgación de la Constitución Política de Canadá, en 1984, reconoce la existencia


de las primeras naciones dentro del Estado canadiense. Al hacer esta declaración
constitucional, de manera implícita, quedan reconocidos los derechos inalienables de
esas naciones.

El ejemplo de Canadá será emulado por, prácticamente, todos los países


latinoamericanos, los cuales, a partir de entonces, reestructurarán la concepción del
Estado desde su composición cultural. En efecto, en el sustrato de los anteriores estatutos
subyacía la concepción de una cultura homogénea, blanca, cristiana y con una sola
lengua. A partir de las últimas décadas del siglo XX, los países que conforman la América
Latina se reconocen desde la diversidad. Y esa diversidad implica que los grupos que
conforman los Estados poseen derechos particulares y ancestrales anteriores a la
existencia de los Estados mismos.

Ese cambio de paradigma ha generado la evolución en la concepción misma de los


derechos. En palabras del tratadista Jesús Prieto de Pedro, (Prieto de pedro. 1992) es el
tránsito del derecho a la cultura, a los derechos de la cultura. De lo singular pasamos a lo
plural, a lo colectivo. Lo anterior acarrea profundas modificaciones en los mismos
cimientos de los estatutos anteriores, sustentados en la protección de un derecho
individual, el que emana del derecho de toda persona a participar de la vida cultural, a los
derechos colectivos connaturales al reconocimiento de la diversidad, de lo multiétnico, lo
pluricultural, lo plurinacional.

La Constitución colombiana de 1991, en su artículo 7º, define claramente su diferencia


con su predecesora al consagrar que “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural de la Nación”. A partir de entonces, asistimos al gran reto de perfilar el alcance
jurídico de dicha declaración.

El tema de los derechos que emanan del reconocimiento de la diversidad, es decir, los
derechos de las culturas, ha impactado muchos de los estatutos jurídicos tradicionales.
Por ejemplo, el saber ancestral sobre la biodiversidad a partir de la Convención para la
Diversidad Biológica —CDB— impone a los Estados signatarios que “Con arreglo a su
legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las
innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos
tradicionales de vida pertinentes a la conservación y la utilización sostenible de la
diversidad biológica y promoverá su aplicación más amplia, con la aprobación y la
participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas y
fomentará que los beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos,
innovaciones y prácticas se compartan equitativamente”. (Artículo 8J).



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 21

Otro tanto ocurre con las legislaciones sobre el patrimonio cultural, que en su concepción
original protegían solo la cultura material. En los últimos años ha irrumpido con fuerza el
concepto de lo inmaterial, asociado a la protección de las culturas vivas. Un claro ejemplo
de las tensiones alrededor de las dos visiones sobre el patrimonio inmaterial han sido las
polémicas inclusiones de diseños indígenas mexicanos en prendas de alta costura,
incorporados por firmas como Zara, Isabel Marant o Carolina Herrera. En la carta de
protesta, enviada por Alejandra Frausto, Ministra de Cultura de México, a la firma de la
diseñadora venezolana, afirma: “Se trata de un principio de consideración ética que… nos
obliga a hacer un llamado de atención y poner en la mesa un tema impostergable…
promover la inclusión y hacer visibles a los invisibles”. Termina la misiva preguntando si
las comunidades originarias de donde provienen los diseños se van a lucrar
económicamente con la venta de las prendas de la colección.

Las diferencias entre el estatuto tradicional del derecho de autor y la protección de los
derechos derivados del reconocimiento de los saberes colectivos ha generado un amplio y
fecundo debate en el seno de la OMPI y de otros organismos multilaterales. Entre otras,
las grandes diferencias entre las dos visiones se pueden resumir de la siguiente manera:

a. Las legislaciones tradicionales sobre el derecho de autor están basadas en el


reconocimiento del derecho individual. El conocimiento inmaterial es colectivo,
reside en las comunidades que, por tanto, se convierten en el sujeto tutelable.
Pero la gran dificultad reside en definir comunidad, que es más un concepto
sociológico o antropológico que jurídico.
b. El derecho de autor es finito. Se protege en vida del autor y en plazos que fluctúan
entre cincuenta y ochenta años posteriores a su fallecimiento. A partir de allí
ingresan a la órbita del dominio público. Caso similar ocurre con la propiedad
industrial que se protege por un tiempo determinado —usualmente por veinte años
contados a partir de la expedición de la patente— y luego son de dominio público.
Por el contrario, a los saberes tradicionales no se les puede imponer plazo ni
condición. Vivirá mientras exista la comunidad portadora de ese saber.
c. Los derechos de autor protegen expresiones, no conocimientos.

En busca de una solución se han propuesto diversas soluciones a este dilema desde
distintas ópticas.

Una fórmula, enmarcada en la visión tradicional, es emular el concepto de Dominio


Público Pagante, utilizado en algunos países como Argentina para el cobro de derechos
musicales en la radiodifusión. Consiste en crear un fondo patrimonial al que ingresen los
dineros provenientes del pago de regalías generadas por el uso de diseños o técnicas
ancestrales, y que puedan luego revertir a las comunidades para financiar proyectos de
beneficio común.

Otra propuesta la constituye un marco referencial denominado por la OMPI como


Legislaciones Sui Generis. Un ejemplo de este nuevo marco jurídico puede ser la Ley 200
del año 2000 de la República de Panamá sobre el Régimen especial de propiedad
intelectual sobre los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas. Esta norma protege
de manera especial la música ancestral y los diseños incorporados a las Molas de la
comunidad Cuna.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 22

Una tercera propuesta, que implica decisiones de la rama jurisdiccional, consiste en


aplicar el principio de enriquecimiento sin justa causa, el cual generaría el pago de
indemnizaciones para aquellas personas o empresas que se hayan lucrado de las
expresiones colectivas de comunidades ancestrales.

Como se puede observar, la protección de los derechos que emanan del patrimonio
inmaterial es todavía un concepto en construcción y en espera de una mayor precisión
doctrinaria que permita luego volcarse en estatutos jurídicos efectivos.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 23

2.3. LA CULTURA EN LA AGENDA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE Y LA


GARANTÍA DE DERECHOS

Como acuerdo de partida se puede asegurar que la política integral de la economía


naranja debe ser un instrumento robusto que contribuya en la consecución de dos
objetivos axiológicamente superiores en el marco del Estado social de derecho: el
desarrollo sostenible y la garantía de los derechos culturales. En las últimas décadas, se
reconoce que el desarrollo trasciende los factores económicos como el aumento del PIB
per cápita, para incluir las dimensiones social, ambiental y cultural, que muchos autores
consideran el cuarto pilar del desarrollo humano (Hawkes, 2001). De este modo, la cultura
es un componente constitutivo del desarrollo, por cuanto crea personas más libres,
capaces, con vidas más ricas en oportunidades y experiencias. Al respecto, Amartya Sen
—premio Nobel en Ciencias Económicas en 1998— afirma:

“El fomento del bienestar y las libertades que buscamos en el desarrollo no puede
sino incluir el enriquecimiento de las vidas humanas a través de la literatura, la
música, las bellas artes y otras formas de expresión y práctica cultural, que tenemos
razones para valorar (…) Tener un alto PIB per cápita pero poca música, arte,
literatura, etc., no equivaldría a un gran éxito en el desarrollo. De una forma u otra,
la cultura envuelve nuestras vidas, nuestros deseos, nuestras frustraciones,
nuestras ambiciones y las libertades que buscamos. La libertad y la oportunidad
para las actividades culturales se encuentran entre las libertades básicas cuya
mejora puede considerarse constitutiva del desarrollo” (Sen, 2004: 39)

De igual forma, los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos y
han tenido un reconocimiento progresivo en los instrumentos internacionales pertinentes,
desde la Declaración Universal de 1948 hasta las recientes Convenciones de la UNESCO
en materia de Patrimonio Cultural Inmaterial (2001) y Protección y Promoción de la
Diversidad de las Expresiones Culturales (2005). La Observación General No. 21 del
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, relativa al derecho de toda
persona a participar en la vida cultural (2010), establece que “los derechos culturales son
parte integrante de los derechos humanos y, al igual que los demás, son universales,
indivisibles e interdependientes. Su promoción y respeto cabales son esenciales para
mantener la dignidad humana y para la interacción social positiva de individuos y
comunidades en un mundo caracterizado por la diversidad y la pluralidad cultural”.

De este modo, los derechos culturales tienen una relación estrecha con los derechos
económicos, vínculo que cobra especial relevancia en los contextos de pobreza, como la
misma Observación 21 indica: “se debe tener en cuenta que la pobreza limita gravemente,
en la práctica, la capacidad de una persona o un grupo de personas de ejercer el derecho
de participar en todos los ámbitos de la vida cultural y de tener acceso y contribuir a ellos
en pie de igualdad y, lo que es más grave, afecta seriamente su esperanza en el porvenir
y su capacidad para el disfrute efectivo de su propia cultura” (párrafo 38). En este sentido,
todo esfuerzo por avanzar en el trabajo decente y la generación de oportunidades
económicas para los creadores y gestores culturales no solo es una forma de mejorar
indicadores estrictamente económicos, sino también de garantizar los derechos culturales.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 24

En consonancia con el marco internacional, en Colombia la Constitución de 1991


reconoce la diversidad cultural del país, incluye derechos específicos en la materia y a
través del bloque de constitucionalidad incorpora los instrumentos internacionales de
derechos humanos ratificados por el Congreso de la República.

Luego de la creación del Ministerio de Cultura en 1997, el país ha continuado avanzando


significativamente en la atención y el estímulo a los agentes del sector (artistas, gestores
culturales, organizaciones), el desarrollo de infraestructura cultural, la protección del
patrimonio cultural, la formulación de normas estructurantes que han fortalecido la
producción de bienes y servicios culturales (Ley 98 de 1993 sobre el libro, Leyes 814 de
2003 y 1556 en Cinematografía, Ley 1493 de 2011 sobre espectáculos públicos de las
artes escénicas) y, más recientemente, la Ley 1834 de 2017 que otorga un marco de
acción amplio para incluir la economía creativa en el centro de la agenda de gobierno y
los objetivos de la política pública nacional y territorial.

Los acuerdos que se presentan a continuación son una ruta de trabajo que se espera
tengan incidencia a corto, mediano y largo plazo. En un área del desarrollo humano tan
esencial y compleja como es la cultura esta tarea es aún más urgente, pues su encuentro
con el mercado la sitúa en un lugar decisivo no solo como sujeto, sino como componente
fundamental de la sostenibilidad de una sociedad en su sentido más amplio.

Los siguientes apartes se pueden leer como un acercamiento a los temas que definen de
manera elemental la economía cultural y creativa, pero quieren ir más allá y tienen la
intención de establecer acuerdos sobre lo que hoy en día resulta fundamental a la hora de
diseñar una política pública para la cultura, la creatividad y la sostenibilidad de sus
agentes.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 25

2.4. EL DESARROLLO SOSTENIBLE COMO HORIZONTE DE LA POLÍTICA


CULTURAL

Un acuerdo adicional para la implementación de una política integral de economía naranja


es que todo esfuerzo para el fomento de la cultura y de su sector deben tener por fin
último el desarrollo sostenible de la cultura misma, de las personas que hacen parte de
ella, de manera individual, y de la sociedad, como un todo. Sin cultura no hay desarrollo
sostenible. No es gratuito que la Unesco haya incluido la cultura en la mayoría de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos aquellos que se centran en la
educación de calidad, las ciudades sostenibles, el medio ambiente, el crecimiento
económico, las pautas de consumo y producción sostenibles, las sociedades inclusivas y
pacíficas, la igualdad entre géneros y la seguridad alimentaria (Unesco).

La sostenibilidad en la cultura, a su vez, requiere de la articulación de un conjunto de


principios (Throsby XXX). En primer término, la sostenibilidad cultural se comprende a
partir de la combinación de sus beneficios sobre las personas y sobre la sociedad.
Estos beneficios son principalmente no materiales, y se desprenden del disfrute mismo de
la cultura y del vínculo social que esta permite, así como materiales, derivados del valor
económico generado por su transacción en el mercado. En segundo lugar, el valor de la
cultura -y, por lo tanto, su sostenibilidad- depende de la diversidad de ideas, creencias,
tradiciones y valores en una sociedad, la cual, a su vez, permite la reproducción en el
futuro de un flujo cultural más valioso y diverso. Por otra parte, la sostenibilidad cultural
implica que ninguna parte del sistema es independiente de las demás. Los componentes
económicos, sociales, culturales y ambientales no funcionan de manera aislada; más
bien, se requiere un enfoque holístico que reconozca la interconexión e
interdependencia entre los diversos componentes del desarrollo humano. La
sostenibilidad cultural debe tener una perspectiva de equidad. En una visión de largo
plazo, el acceso y disfrute de la cultura por parte de la generación presente no debe
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para acceder a los recursos
culturales y satisfacer sus necesidades. Además, la sostenibilidad cultural debe también
proporcionar equidad en el acceso de todos los miembros de la comunidad a la
producción, la conservación, la divulgación y el disfrute de la cultura de manera justa y no
discriminatoria.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 26

2.5. LAS FALLAS DEL MERCADO JUSTIFICAN UNA POLÍTICA PÚBLICA PARA LA
CULTURA Y LA CREATIVIDAD

Un tercer acuerdo es que existen fallas de los mercados culturales y creativos que hacen
que la intervención de una política pública esté especialmente justificada. Los mercados
culturales y creativos tienen evidentes beneficios colectivos o externalidades positivas en
la sociedad, presentan fallas de información y distribución y, en algunos casos,
estructuras de costos inusuales.

Hay por lo menos cuatro grupos de argumentos a la hora de soportar las externalidades
que genera el sector cultural y creativo sobre la sociedad (Devesa, 2006). En primer lugar,
muchos bienes culturales, especialmente los patrimoniales, encierran valores que no
forman parte de la demanda efectiva y que, por lo tanto, no pueden expresarse a través
del mercado. Los centros históricos y monumentos, pero también la diversidad de
expresiones inmateriales, por ejemplo, tienen evidentes valores de existencia y legado
para las generaciones actuales y futuras de un país, por lo que la política pública debe
intervenir para asegurar su permanencia y sostenibilidad.

Por otra parte, la cultura y la creatividad están relacionadas con la identidad de un país,
definida como el conjunto de actitudes, formas de vida, valores compartidos y
convicciones que definen a una nación y, en esa medida, la diferencian de otras (Throsby
y Withers, 1979). Por la misma vía, la cohesión social y el entendimiento entre las
personas depende en gran medida de la trasmisión de ideas, creencias y valores que la
cultura permite. Además, la cultura y sus productos generan beneficios colectivos
derivados del prestigio nacional e internacional que las creaciones le confieren a un país y
lo dan a conocer frente al resto del mundo.

Sin embargo, la cultura no solo une, sino que también es un agente de cambio,
confrontación y cuestionamiento de valores; ayuda a desarrollar un espíritu crítico,
independiente e innovador en los individuos que hacen parte de una sociedad. La
experimentación y la innovación tienen el carácter de un bien público y sus beneficios
sociales son más grandes que los privados. Estos elementos se configuran como una
externalidad positiva que la política pública debe apoyar.

Finalmente, la cultura y sus productos inciden directamente sobre el nivel educativo de las
personas y, por ello, hacen posible una mejor sociedad, con mayor capital cultural, más
fuertes valores democráticos y cívicos y un nivel de productividad más alto. Esto supone
el diseño de mecanismos justos y equitativos de fortalecimiento del capital cultural, de tal
manera que no se concentren en las clases sociales con mayor capacidad adquisitiva.

A pesar de la incidencia indudable de las externalidades de la cultura y la creatividad


sobre la sociedad y sus individuos, el gusto y el entendimiento sobre sus beneficios solo
se producen a través del contacto, disfrute y consumo prolongados, los cuales son
difíciles de proveer por un mercado que satisface necesidades inmediatas en vez de
construir preferencias. En este caso el beneficio social de la cultura y la creatividad es
infravalorado y no es recogido de manera eficiente por el mercado. Lo anterior se agudiza
en presencia de inequidades de acceso y participación a la cultura y sus manifestaciones.
Estas fallas de información son una falla de mercado susceptible de ser abordada por la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 27

política pública a través de iniciativas para el desarrollo de audiencias, para el


fortalecimiento de los intermediarios de consumo y la apropiación o con mecanismos de
reducción de precios y de gratuidad.

Algunas actividades culturales y creativas, como las de las artes escénicas y los museos,
presentan costos marginales crecientes frente a una productividad que no crece al mismo
ritmo. El desfase entre costos e ingresos hace que sin un apoyo externo estas actividades
no sean viables desde el punto de vista financiero. Aunque este argumento por sí mismo
puede no ser suficiente para justificar la inversión pública, cuando se une al de la
existencia de externalidades positivas, es posible que la política pública decida intervenir
para asegurar la sostenibilidad de los agentes que las transmiten.

Aunque el abanico de beneficios externos generados por la cultura y la creatividad sobre


la sociedad sustentan para muchos autores la intervención del sector público, para otros
no es así. Algunos de los argumentos en contra de la intervención del sector público son
la ineficacia y politización de las burocracias estatales, el riesgo de la exclusión de las
iniciativas del sector privado por la competencia de un estado productor, la transferencia
de los subsidios a la población de mayores ingresos, entre otros.

En estos casos, la crítica no pasa por la justificación de la intervención sino del tipo de
instrumentos utilizados por la política pública. Por esta razón esta política pública asocie
concienzudamente los distintos tipos de mecanismos a las diversas necesidades de
sector y de los distintos tipos de emprendimientos creativo y evaluar siempre la
efectividad de estos en el tiempo. Existen por lo menos tres grupos de instrumentos de
política: la regulación, que incluye aspectos como la garantía de la libertad de expresión,
la protección del derecho de autor, las restricciones al comercio del patrimonio histórico,
entre otros; los impuestos y todas las reducciones y desgravaciones aplicables a bienes e
iniciativas culturales y creativas; y el gasto directo, a través de presupuestos de inversión
y bolsas de recursos no reembolsables para el fomento de actividades y emprendimientos
creativos. De manera complementaria, es fundamental considerar la incidencia de los
agentes privados en el patrocinio de actividades creativas y el diseño de mecanismos
para que sus inversiones les generen retornos tanto monetarios como no monetarios.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 28

2.6. EL RECONOCIMIENTO DE LOS MÚLTIPLES VALORES EN LA CULTURA Y LA


CREATIVIDAD

Un cuarto acuerdo apunta al reconocimiento de la diversidad de valores que integra la


cultura y la creatividad. ¿Cuánto vale la cultura de un país? ¿Cuánto la de sus habitantes,
sus comunidades, sus organizaciones? ¿Quién está llamado a determinar este valor? ¿Y
qué factores deben ser tomados en cuenta a la hora de valorarla? El concepto de valor en
la cultura es complejo e involucra múltiples miradas. Las teorías sobre el valor cultural han
cambiado con el tiempo y han pasado del objetivismo, que consideraba que se podían
tomar en cuenta una serie de características universales para evaluar sus
manifestaciones, a un cierto relativismo, que da una interpretación flexible, permeable e
inacabada del valor cultural (Devesa, 2006).

Aunque la ciencia económica se ha esforzado por explicar y expresar los valores no


monetarios de las manifestaciones culturales, es evidente que siguen existiendo muchos
elementos de su valor complejo que no pueden ser calculados. Lo central aquí es
evidenciar que lo que el mercado valora no siempre coincide con lo que culturalmente se
considera como meritorio. Hay una distancia entre lo que se paga y se consume y lo que
tiene valores profundos para una sociedad en el largo plazo.

Como la valoración de lo cultural está sujeta a la influencia de factores relacionados con el


contexto social, la subjetividad de cada individuo y a cómo todo esto cambia con el
tiempo, existe algún consenso en que la medición objetiva de la cultura no es posible.
Algunos autores han optado por desagregar el valor cultural y creativo en una serie
múltiple de valores subsidiarios y características que abarcan, entre otros, la calidad
estética de sus manifestaciones, su carácter único, su significado espiritual y simbólico, su
función social y su importancia histórica y educativa (Throsby, 2012)1.

La economía tiene también grandes desafíos para valorar la cultura, la creatividad y los
bienes y servicios que se producen con éstas como materia prima. En algunos casos,
como en los libros o las películas, el precio de los productos y la cantidad de gente que
los usa y los consume pueden llegar a ser un primer referente de su valor, si bien
imperfecto, en la medida en que existe un mercado para venderlos y comprarlos. Y es
imperfecto porque aun cuando las cantidades demandadas de estos bienes pueden dar
una medida del beneficio o utilidad que derivan quienes los adquieren en el mercado, no
contemplan aspectos como su capacidad educativa o lo que su contenido representa para
la identidad de una nación, por solo hablar de un par de valores adyacentes.

Cuando tomamos en cuenta bienes y manifestaciones patrimoniales, materiales e


inmateriales, para las cuales no existe un mercado en estricto sentido, su valoración
desde la economía se hace mucho más compleja. Aun cuando muchos individuos no
hagan uso directo de los bienes patrimoniales, los primeros pueden valorar su existencia,
el legado que representan para generaciones futuras o simplemente valorar la opción de
poder acceder a ellos cuando les plazca. Aunque se han desarrollado sistemas de


1
Throsby, David (2012), 'Heritage economics: a conceptual framework', in Guido Licciardi and Rana
Amirtahmasebi (eds.), The Economics of Uniqueness: Investing in Historic City Cores and Cultural Heritage
Assets for Sustainable Development, Washington DC: The World Bank, pp. 45-74.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 29

mediciones que buscar captar el valor no comercial de la economía creativa, como el


Método de Valoración Contingente (MVC), el Método de Precios Hedónicos (MPH) y el
Método de Costo del Viaje (MCV), dichas aproximaciones metodológicas suelen tener
sesgos en la valoración cuando se basan en encuestas (MVC), dificultades en el cálculo y
ponderación de los atributos individuales que parecen integran el bien o servicio cultural
(MPH), o limitarse al valor de uso del mismo (MCV), de modo que asume, por ejemplo,
que quienes no viajan a un lugar patrimonial no le atribuyen ningún valor al mismo
(Benavente y Grazzi, 2017).

Las implicaciones de esto no son solamente teóricas, sino que desafían a la política
cultural a diseñar mecanismos de fomento de expresiones que crean e integran valores
simbólicos y sociales que el mercado no privilegia. En la jerga de los economistas, se
trata manifestaciones culturales que por sus características se convierten en bienes
meritorios o preferentes para la sociedad y su débil demanda se convierte en una falla de
mercado por subsanar.

De otro lado, el difícil encuentro entre valor cultural y valor de mercado desafía a las
organizaciones y emprendedores de la cultura y la creatividad a diseñar estrategias para
mostrar por qué las características de sus productos y servicios deben convertirse en un
valor monetario, traducible en ingresos y sustento para ellos, cuando así lo determinen.
En el fondo, puede decirse que buena parte del desafío del emprendedor creativo está en
convertir valores culturales en valor de mercado.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 30

2.7. HACIA UNA MOVILIDAD CULTURAL: UNA VISIÓN DESDE LAS REGIONES Y
SUS POBLACIONES

Paula Moreno Zapata

Si me preguntaran cuál es el mayor desafío de la economía creativa como una prioridad


de gobierno en el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 “Pacto por Colombia,
Pacto por la Equidad”, es precisamente desarrollar el concepto de movilidad cultural.
Generalmente, el término movilidad cultural se usa para hacer referencia a la circulación
de bienes y servicios culturales, pero en este caso hago referencia a la movilidad, desde
la misma perspectiva social y económica, es decir medir el mejoramiento de la calidad de
vida de los gestores culturales y artistas, que en su mayoría se encuentran en condiciones
de marginalidad y vulnerabilidad, sobre todo en esas otras Colombias, lejanas y extrañas
desde las grandes capitales y centros del poder cultural nacional. Este artículo plantea
uno de los principales desafíos de la economía naranja, promover una equidad e inclusión
efectiva respetando y fomentando la diversidad cultural como un activo.

La economía creativa, denominada “naranja”, en este periodo, tiene no sólo un llamado


económico de potencialidad sino de oportunidad social, para que en realidad contribuya a
la equidad y no a perpetuar las desigualdades culturales, que tienen una mezcla de
diversidades (e.g. territoriales, raciales, de condiciones especiales entre otras). En este
sentido, las pregunta es ¿cómo lograr la inclusión efectiva regional y poblacional en el
marco de la economía creativa como política de Estado?; para este fin, quisiera partir de
un análisis inicial sobre las desigualdades culturales y la diversidad cultural, para
posteriormente abordar las apuestas de gobierno consignadas en el plan de desarrollo y
finalmente concluir con una serie de reflexiones y recomendaciones que nos permitan
pasar de enunciados retóricos con palabras comunes, a oportunidades reales de inclusión
y transformación a mediano y largo plazo.

Este texto busca provocarnos mutuamente, en lograr ser más estratégicos y prácticos
ante un mundo que nos desafía en cada momento, en este caso para repensar el poder
económico de la cultura. He buscado que estas líneas no sólo sean un ejercicio
conceptual, sino que también den cuenta de las reflexiones y aprendizajes que he tenido
en los últimos 9 años, desde que terminé mi periodo como Ministra de Cultura en el cual
pusimos al centro la diversidad cultural. No sólo creamos la política y el grupo de
emprendimiento cultural, también construimos el CONPES sobre las industrias culturales,
presentamos leyes con incentivos económicos como la ley de patrimonio o bibliotecas y
preparamos el proyecto de lo que hoy es la ley de espectáculos públicos. Entonces,
espero que esta reflexión sirva para pasar de un concepto de equidad y bienestar etéreo e
ideal, a uno de movilidad cultural en un periodo de gobierno que, en este punto, se limita a
tres años. Jean Baptiste Alphonse expresaba que “entre más las cosas cambian, más
permanecen iguales”2¿será eso cierto?, la idea es que no, que pase algo que lleve al
sector cultural en Colombia a un siguiente nivel. Como bien lo decía James Baldwin, para
eso sirve el lenguaje, para tratar de controlar y anticipar las circunstancias.


2 Traducción Paula Moreno, texto original: "plus ça change, plus c'est la même chose"[



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 31

Desigualdades y exclusiones culturales.


La economía naranja en su enfoque de las siete I plantea que la cuarta es la Inclusión y
cuando se habla de incluir, se entiende que algo o alguien está afuera. En consecuencia,
la gran tarea es que aquellos que, por su identidad, territorio y/o condición están afuera de
los beneficios de la economía creativa, logren entrar. La historia nos ha mostrado cómo
las exclusiones culturales han sido la base de los grandes conflictos, inequidades y
marginalidad; en términos de acceso, visibilidad y un ejercicio permanente de perpetuar
las élites supuestamente “cultas” desde una perspectiva de poder. Sin duda, muchos
estancamientos sociales a nivel territorial y poblacional tienen como base una
comprensión cultural que omite, invisibiliza, trivializa o exotiza la diferencia, y que además
no le da participación al mismo nivel.

Al mirar en detalle la dinámica de la mayoría de los sectores priorizados por la economía


naranja, en términos de quienes históricamente han tenido acceso a los recursos,
seguramente hay una concentración mayoritaria con características homogéneas de
pertenencia territorial (e.g. tres o cuatro capitales), pertenencia étnica, género y
condiciones especiales. El promedio de líderes culturales de la economía naranja hoy (en
una serie de casos como los de la industria del cine o el sector editorial) da cuenta de una
diversidad territorial y poblacional muy reducida ¿por qué? ¿cómo promover una
participación más diversa y equitativa?; esto es parte de la pregunta constante y precisa
que debe direccionar la política, si en realidad está dispuesta a generar esquemas
efectivos para consolidar una movilidad cultural que dé cuenta de la serie de actores
comunitarios y emprendedores emergentes, para que pasen a ser emprendedores y
empresarios culturales a escala.
Es ahí donde la palabra inclusión y equidad toman peso, al plantear de forma clara y
concreta cómo la política va a ayudar a descentralizar, reducir las brechas y ampliar la
participación efectiva para incubar ecosistemas regionales y poblacionales, que hoy están
fuera de competencia y que requieren de una acción intencional pública para entrar
efectivamente. Es clave que se tenga un mapeo preciso de aquellos que están fuera del
sistema y que son prioridad para poder hablar de equidad; municipios, regiones y
poblaciones que por sus condiciones de pobreza y violencia tienen una poca o inexistente
participación en la economía de la cultura, siendo esto contradictorio con su riqueza
cultural.

La comprensión de los sistemas de inclusión-exclusión que perpetúan las desigualdades


estructurales en la economía de la cultura, pasa por entender que se requiere una
diversidad de mecanismos para reducir las brechas. Por ejemplo, se plantea desde el
Ministerio de Cultura que los dos pilares son los programas de concertación y estímulos,
pero es clave definir el siguiente nivel analizando hoy la participación de los municipios y
poblaciones más críticos, con el fin de establecer un esquema previo que permita ampliar
la base de participación y acceso a los recursos, estableciendo una ruta y metas de
movilidad cultural, donde se aspira ampliar la base de apoyo a iniciativas culturales
comunitarias, para que pasen a emprendimientos emergentes, con la meta que en un par
de años se pueda reportar ya la existencia de emprendedores. Es importante definir de
forma precisa las metas, las alianzas con socios estratégicos y poder describir el nuevo
ecosistema que la apuesta por la equidad de la economía naranja va a crear. Para los
equipos que lideran la política, resulta determinante preguntarse continuamente sobre las
desigualdades y exclusiones culturales: ¿dónde están?, ¿cuáles son?, pero sobre todo
¿cómo hacer para reducirlas?; con el fin de establecer de quiénes dependen los cambios


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 32

y cómo suscitarlos. Además, es necesario explorar estrategias que trasciendan los


talleres y las sesiones informativas. En este sentido, hay que consolidar un proceso de
inclusión e involucramiento más profundo y complejo, para que dé los frutos que se
esperan. Por ejemplo, promoviendo alianzas entre los grandes empresarios de la cultura
y socios en regiones en condiciones de marginalidad, con esquemas de cooperación que
pongan en valor ambas partes, dejen capacidad instalada y abran el espacio a mediano y
largo plazo. Al final, la meta de equidad de la economía naranja depende de que la base
de emprendedores y empresarios de la cultura sea más diversa y descentralizada.

Desde la perspectiva de equidad, también existe otro desafío y es que no es incluir de


cualquier manera, es incluir manteniendo el valor cultural de esos territorios y
comunidades, entendiendo que en muchos casos donde incluso se percibe una
oportunidad, no existe ni el interés ni el valor comercial. Es ahí donde viene una parte
importante de la oportunidad, pero también el lado perverso del ejercicio que puede
desdibujar, caricaturizar o lograr un beneficio económico desvirtuando toda la fuerza
identitaria que se debe salvaguardar; o en otros casos, desplazando a los locales o a las
poblaciones como líderes de sus propios procesos culturales. Además del juego de las
expectativas, sabemos que si bien hay un enfoque de inclusión será para pocos a nivel
territorial y poblacional, mientras se nivela el punto de partida y se amplía el campo de
juego. No se compite en las mismas condiciones y ese es uno de los ejercicios más
complejos de implementación de la política, estas son las bases que van a ayudar para
que a mediano y largo plazo la participación no sea una acción afirmativa, sino lo natural y
normal sin esfuerzos específicos.

De lo retórico a lo estratégico

En los temas regionales y de poblaciones hay mucha retórica que no se traduce en


oportunidades reales en la mayoría de los casos. Por eso, me permito plantear una ruta
hacia una inclusión efectiva en la economía naranja.

• Mapeo rápido de pilotos y referentes con los porcentajes específicos de


participación en las metas del gobierno para el cuatrienio. En cada una de las
líneas, es importante precisar la ruta para hacer la transición de lo comunitario al
emprendimiento emergente y del emprendimiento emergente al emprendimiento
sólido, tanto a nivel regional como poblacional, escogiendo los territorios más
críticos. Por ejemplo, si se mencionan los talleres escuela, cuántos de estos
talleres se van a focalizar en municipios con alta presencia de grupos étnicos y
priorizados por su vulnerabilidad y violencia. Este mapeo debe tener en cuenta las
dinámicas de exclusión en cada región, que pasan desde temas de conectividad
hasta la falta de oferta de formación formal, tan solo por mencionar dos ejemplos.
Poder rápidamente definir de 5 a 10 experiencias piloto por región, que puedan
participar no sólo en las convocatorias, sino recibir un proceso de formación
técnico de calidad y consolidar alianzas para generar un ecosistema que, a más
tardar en los próximos 6 meses, permita mostrar 50 procesos de movilidad cultural
naranja, basados en potencialidad y capacidad de escalonamiento, que sean la
apuesta macro de los próximos 2 años.

• Incentivos diferenciales territoriales y poblacionales. En materia tributaria,


sería importante incentivar la actividad productiva cultural, sobre todo en temas


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 33

como diseño y otros que no van en contravía de la autodeterminación y


perspectiva de las comunidades, pero que pueden generar una amplia alternativa
para jóvenes en territorios al margen y que se pueden convertir en solución ante la
falta de infraestructura física. Es necesario determinar vocaciones territoriales y
oportunidades que puedan tener incentivos diferenciales y que hagan que los
empresarios de la cultura se involucren en buscar oportunidades en lugares como
el Pacífico o la Amazonía; donde hay historias, pero resulta determinante poder
generar unas capacidades instaladas, conectadas con el centro, con unos
incentivos muy bien definidos. Esta es una forma de promover la innovación, pero
con las plataformas que ya están conectadas con la demanda, por ejemplo, de
contenido a nivel local, nacional y/o global. Finalmente, definir nuevos espacios
desde lo público que generen mercado de nicho, e.g. en Toronto la publicidad
pública la hacen los grafiteros formados y con un esquema establecido. La
economía naranja puede dinamizar el empleo juvenil y poblacional, pero es clave
poder buscar nuevos nichos de mercado.

• Creación de fondos o plataformas regionales con agendas priorizadas en


tres o cuatro puntos, que dinamicen no sólo los proyectos, sino la visión regional
de consumo cultural y se articulen con procesos transnacionales. Por ejemplo, un
Pacífico mayoritariamente Afrodescendiente, teniendo en cuenta que estamos
hablando de la diáspora africana como una de las más grandes en el mundo,
podría dinamizar una agenda regional que se articule con la Alianza del Pacífico y
con el Poder Afrodescendiente en el mundo, a través de plataformas de negocios
como los conglomerados de contenidos en África o como OKAYAFRICA entre
otros. De igual forma, pensar en ese tan mencionado Gran Caribe Cultural. Todo
esto requiere de una agenda diplomática potente, en el cual los portafolios
culturales de estas regiones no sólo sean prioridad en la estrategia de cooperación
de la representación diplomática en el exterior, sino que haya una gestión
específica por parte de los agregados para promover circulación, mercados
culturales de nicho y otros más generalizados. De esta forma, se genera una
dinámica de integración de mercado local, regional, nacional e internacional más
amplia, que la mencionada en la política.

• Descentralizar los mercados culturales, es decir necesitamos que los


programadores no sólo vayan a CIRCULART o al BOOM, sino generar una
agenda en territorio complementaria donde previamente con una curaduría, se
acercan los procesos locales de economía naranja con oportunidades. La
experiencia de las zonales del Petronio Álvarez es muy interesante, pues no es
sólo la selección sino la escuela de formación que en este caso se genera para los
músicos locales tradicionales. Por ejemplo, que los mercados culturales cada año
tengan nodos en dos o tres municipios.

• El mercado de lo público y la oportunidad de generar empleo con una demanda


existente, a través de la proveeduría de servicios, como la alimentación escolar,
los servicios de construcción tradicional, las dotaciones a las escuelas de música y
el mantenimiento. Es clave poder articular un mapa de proveeduría pública.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 34

• Formación con una visión integral y complementaria. Una de las grandes


tareas de la economía naranja es dejar capacidad instalada, eso requiere
compromisos de formación formal y no formal, adaptación de pénsums y buscar
una agenda de formación de calidad. Por tanto, es importante pensar en esa
generación naranja de 100 líderes que serán profesionales en sus áreas y
promoverán la agenda en las regiones. Podrían aprovecharse infraestructuras
como la Universidad Nacional en Tumaco, en Leticia y en una serie de territorios
estratégicos. Así mismo, trascender la “talleritis” para buscar prácticas e
intercambios que permitan que el proceso sea más profundo.

¿Cómo lograr resultados que den cuenta de inclusión efectiva y competitividad en


el marco de la economía naranja?

Esta es la gran respuesta estratégica que requiere un equipo para lograr este año
configurar unos procesos de transformación que den cuenta de la diversidad cultural
como un activo y una oportunidad, en una globalización de las experiencias donde la
diferencia es un valor agregado buscado y valorado. Adicionalmente, en un país de
regiones y poblaciones que marcan el hecho de que las políticas sean efectivas o
perpetúen las exclusiones, es necesario mapear y fortalecer los liderazgos culturales que
estén listos y se comprometan con resultados; ¿qué tipo de liderazgos necesitamos y en
dónde para el avance integral? es fundamental, cuestionarse el tipo de liderazgo
individual y colectivo necesario para las transformaciones. De igual forma plantear los
mecanismos para cultivarlo y dotarlos de herramientas efectivas, que complementen sus
saberes sociales y culturales y los conecten con oportunidades, la idea es que pase algo
medible y tangible que muestre que los que estaban afuera entraron y que hay menos
exclusiones culturales.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 35

2.8. COMPRENDER LOS MÚLTIPLES HORIZONTES DE LAS ORGANIZACIONES


CULTURALES Y CREATIVAS

Un acuerdo adicional es comprender que las organizaciones del sector cultural y creativo
tienen múltiples horizontes y reflejan la diversidad de valores culturales, para poder
formular e implementar mecanismos de política diferenciados y pertinentes.

Proyectos, organizaciones y emprendimientos sociales. A lo largo y ancho del país existen


iniciativas de gestión comunitaria de manifestaciones culturales, ligadas muchas veces al
patrimonio cultural, a las artes y a sus oficios. Aunque estas iniciativas son de diversa
índole, hay factores comunes que las caracterizan. El principal tiene que ver con que su
razón de ser está generalmente atada a la identidad cultural y a la expresión de valores
simbólicos y patrimoniales de comunidades locales. Por la misma vía, sus procesos de
transmisión, creación, producción y difusión se dan principalmente en un contexto
comunitario, a veces asociativo, más que como iniciativas individuales o empresariales.
Muchas de estas de ellas no tienen ánimo de lucro y, en buena parte, no están
constituidas formalmente como agentes económicos.

Para estos agentes y organizaciones el objetivo de su actividad se fundamenta en la


libertad de expresión de las ideas y de las sensibilidades y en el encuentro entre los
miembros de una comunidad en torno a ellas. La expresión es un medio para el
fortalecimiento de la identidad y de la convivencia. En esa medida, su existencia y
continuidad son fundamentales no solo para el fortalecimiento del capital cultural de una
comunidad y del país, sino para restablecer el capital social en contextos muchas veces
marcados por los estragos del conflicto o por la exclusión de los beneficios del sistema
económico. Su existencia es, en últimas, fundamental para la reconstrucción del tejido de
la sociedad.

Es común que estas organizaciones tengan grandes desafíos para lograr una actividad
sostenible. Su continuidad en el tiempo está condicionada por la muy frecuente escasez y
debilidad de las capacidades de sus líderes e integrantes para la gestión de diversos
recursos, entre los que se cuentan los financieros, los humanos, los naturales e, incluso,
los mismos recursos patrimoniales y culturales. La sostenibilidad de estas organizaciones
también se ve limitada por contextos regionales y rurales en donde la provisión de bienes
públicos es precaria: desde la cobertura de una educación de calidad, pasando por la
tecnología y la conectividad, hasta el aseguramiento de los derechos humanos y los de
acceso a la tierra, la lista de factores en contra de la autonomía y la seguridad de estas
comunidades se extiende y configura un reto insoslayable para su desarrollo.

Con todo, las iniciativas culturales y creativas comunitarias tienen la posibilidad de


beneficiarse del fortalecimiento de capacidades para la gestión que les permitan
estructurar verdaderos emprendimientos sociales (Öztürk, 2013). Más que alcanzar un
horizonte de ganancias y utilidades, el uso estratégico de las herramientas y capacidades
gerenciales, así como el fortalecimiento de las habilidades blandas al interior de estas
organizaciones, permite a los emprendimientos sociales trasformar su modelo, de tal
forma que transiten de la mera subsistencia a la viabilidad y la sostenibilidad. El
fortalecimiento de emprendimientos sociales permite no solo paliar la vulnerabilidad
inherente a estas organizaciones, sino fortalecer el acervo cultural y el vínculo social en


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 36

las comunidades donde se desenvuelven, los cuales configuran, en últimas, el horizonte


que las inspira.

Organizaciones y emprendimientos independientes. Principalmente en contextos urbanos


del país, hay un número creciente de proyectos, emprendimientos y empresas creativas
que se pueden catalogar como independientes. Con todo y sus diferencias, hay un factor
fundamental que caracteriza a estas iniciativas: persiguen con similar énfasis la
singularidad de sus productos y la rentabilidad económica. El cuidado e interés por la
calidad de los trabajos que producen los emprendedores independientes puede ser
prioritario, pero la búsqueda de la rentabilidad es lo que les permite tener una propuesta
continua en el tiempo. Como lo expresan López Winne y Malumián (2016) “no se debe
entender el desinterés en la salud económica de una empresa cultural como un gesto de
independencia … es casi imposible mantener la autonomía creativa si no se tiene
autonomía económica.”

El rol en la sociedad de los productos y servicios creativos, y en particular el de los


independientes, es facilitar un intercambio de “mundos posibles”, permitir la multiplicidad
de perspectivas y de imaginarios (Ibrus, 2019). Las propuestas creativas no solo
permiten el encuentro entre ideas diferentes y motivan sus combinaciones para
formar unas completamente nuevas, innovadoras, sino que también facilitan la
coherencia y estabilidad social y cultural, pues los diálogos que propician tienen el
potencial de generar entendimiento y acuerdos.

Los emprendedores creativos, y los independientes de manera especial, por ser quienes
proponen algo nuevo y diferente, cambian o transmutan valores en los procesos creativos,
de circulación o de apropiación en el ecosistema de valor. Aunque es debatible afirmar
que la innovación creativa sea siempre responsable del dinamismo de las industrias y del
crecimiento económico en el largo plazo, es evidente que los emprendimientos creativos
aportan diversidad al mercado y a la sociedad. En la medida en que los emprendedores
independientes asumen riesgos como parte inherente de su actividad, son los encargados
de proponer y diversificar el abanico de símbolos, mensajes, contenidos y formatos de los
bienes y servicios culturales y creativos a los que tiene acceso el público. La
sostenibilidad de estos emprendimientos es entonces esencial para la diversidad creativa
como valor fundamental.

Los emprendimientos independientes, sobre todo en sus etapas de emergencia, son


quizás los más vulnerables del mercado y su sostenibilidad se enfrenta a numerosas
amenazas. El proceso emprendedor requiere de la organización efectiva de personas y
recursos para sobrevivir y crecer en el tiempo. Existen evidencias de que los
emprendimientos independientes en Colombia son casi siempre liderados por creadores
entusiastas pero desconocedores de las herramientas y estrategias para direccionar una
empresa, generar fuentes estables de ingreso y una base de consumidores sólida (Lado
B, 2017). Otra faceta del emprendimiento creativo independiente es la frecuente
autogestión conjunta de los procesos de creación, producción, distribución, circulación y
relacionamiento con el público. Es decir, su desarticulación, e incluso recelo, con otros
intermediarios de la cadena de valor que hagan de manera más especializada y efectiva
el trabajo de desarrollo de mercados para bienes y servicios emergentes es evidente.
Como consecuencia, muchos de estos productos no encuentran un mercado y el
emprendimiento muere. Finalmente, requieren de capital semilla de riesgo para la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 37

consolidación de su modelo de negocio. Las inversiones realizadas en etapas tempranas


de emprendimiento creativo, riesgosas por definición, suelen tener resultados concretos
en horizontes de hasta 10 años, pero normalmente han existido pocos mecanismos que
ayuden a subsanar este riesgo creativo y financiero de los emprendedores creativos
independientes.

Emprendimientos creativos: de la emergencia a la consolidación. No todos los


emprendimientos creativos tienen un perfil social o independiente. Muchas empresas se
soportan en la creatividad con el objetivo de generar ganancias como horizonte de trabajo
en el largo plazo. Aunque no hay estudios comprensivos sobre el perfil empresarial del
sector creativo en Colombia, sí se tienen datos sobre las empresas del país a nivel global.
Según el Registro Único Empresarial y Social (RUES) de la Confederación Colombiana de
Cámaras de Comercio (Confecámaras), en Colombia en 2016 el 94,7% de las empresas
registradas eran microempresas y apenas el 4,9%, pequeñas y medianas. Según MinCIT,
en el mismo año, estas MiPymes generaron alrededor del 81% del empleo y aportaron
45% del Producto Interno Bruto (PIB). A pesar de su aporte en la generación de ingresos
y especialmente en el empleo, estas empresas afrontan grandes desafíos en su
productividad, lo que a la postre ha llevado a que solo 4 de cada 10 empresas sobrevivan
después de los cinco años de su creación (Confecámaras, 2017)3.

Estudios como el de Confecámaras en Colombia y otros realizados en Europa y Estados


Unidos (OCDE, 2019; Shane, 2009) coinciden en identificar los factores que se configuran
como desafíos para la sostenibilidad de las MiPymes en el tiempo. Las MiPymes han
impulsado el crecimiento del empleo en todas las regiones, sin embargo, se trata de
empresas cuya productividad ha estado por debajo del promedio de la economía, lo que
evidencia brechas de productividad entre las empresas pequeñas y las grandes en el nivel
agregado de negocios. Esta menor productividad da lugar a más empleos, pero menos
estables y peor remunerados.

Por otra parte, aunque las MiPymes son algunas veces más innovadoras que las grandes
empresas a nivel de productos y procesos tecnológicos, en la medida en que crecen
luchan por conseguir las capacidades que se requieren para administrar una cartera más
compleja de líneas de negocio. De hecho, es común en las MiPymes creativas la escasez
de mano de obra calificada especialmente en las áreas de gestión, mercadeo, habilidades
blandas, entre otras que son cruciales para la viabilidad en el largo plazo (British Council,
2016).

Por su parte, las MiPymes que operan en actividades de tecnologías de la información y


la comunicación están particularmente bien situadas para aprovechar los beneficios de la
digitalización. Sin embargo, la mayoría de estas MiPymes no directamente relacionadas
con tecnología se rezagan en el recambio tecnológico. La formación digital tiende a ser
menor en las empresas más pequeñas y estas enfrentan mayores dificultades para
realizar inversiones complementarias en mejora de habilidades y los cambios
organizacionales necesarios para adoptar y beneficiarse de la tecnología.

http://www.confecamaras.org.co/phocadownload/Cuadernos_de_analisis_economico/Cuaderno_de_Analisis_
Economico_N_14.pdf


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 38

Finalmente, las restricciones de recursos propios y de acceso a fuentes de financiación


pueden causar que algunas MiPymes recurran a fuentes inadecuadas de recursos para
realizar las inversiones necesarias en etapa inicial (Confecámaras, 2017). Es común que
acudan a prestamistas informales que ofrecen créditos a muy corto plazo y elevadas
tasas de interés o que comprometan su patrimonio familiar. Cuando esto sucede, las
empresas inician sus operaciones con una estructura financiera inadecuada, la cual, en
caso de que no haya una respuesta favorable por parte del mercado en el corto plazo,
aumentará su riesgo de quiebra y acelerará su salida del mercado.

La fragmentación de la producción en todo el mundo ha brindado a las empresas más


pequeñas, pese a sus desafíos, un margen significativo para competir en segmentos
especializados de cadenas de valor globales y para ampliar las actividades en el
extranjero. Las cadenas globales también son un canal importante para que las MiPymes
accedan a tecnología y conocimientos, y aumenten la productividad y los salarios. Aunque
las MiPymes sean las que impulsan el crecimiento del empleo, es evidente que necesitan
una mayor inversión en habilidades, innovación y tecnología para aumentar la
productividad y su potencial exportador.

Algunas propuestas de política apuntan a que lo óptimo no es fomentar un gran número


de empresas sin criterio, sino un número más controlado de empresas con alto potencial
de crecimiento. En lugar de simplemente creer que todo espíritu empresarial es bueno y
desarrollar políticas para aumentar el número de empresarios promedio, las políticas
pueden concentrarse en identificar aquellos empresarios que generarán realmente
innovación, crearán empleos, aumentarán la competitividad de los mercados y mejorarán
el crecimiento económico (Shane, 2009).

La importancia de los grandes jugadores. Un puñado de empresas creativas en el país se


caracteriza por tener una amplia trayectoria en el mercado, métodos y equipos de trabajo
funcionales, una posición de mercado predominante, un público fiel y cautivo y un
músculo financiero considerable. El tamaño de estas empresas les permite generar
economías de escala en sus procesos de adquisición de insumos físicos e intangibles, de
producción y comercialización, entre otros. Esto, además de aumentar su rentabilidad, les
permite mantener un importante poder de mercado y aportar valor agregado y empleos a
la economía. Normalmente, este poder de mercado va de la mano con amplias
capacidades para la gestión, lo que les permite controlar costos y obtener la máxima
productividad del capital humano. Con ello, tienen también el potencial de ser atractores
de inversión extranjera y, muchas veces, las perfila para expandir sus mercados hacia el
resto del mundo a través de exportaciones o de sus propias inversiones en otros
territorios.

Las grandes empresas son importantes en el ecosistema del sector creativo también por
el hecho de que de su éxito depende buena parte del éxito de otras empresas más
pequeñas y, no en pocas ocasiones, el de las independientes. Las grandes empresas
creativas, en general, son compradoras de productos y servicios de pequeñas empresas y
emprendedores para integrar el talento y la innovación creativa y tecnológica
característica de estas últimas. Básicamente, trabajan con pequeñas empresas para
mantenerse relevantes en el mercado. En esta medida, operan como una especie de
cofinanciadoras del riesgo de las empresas más pequeñas. Si bien puede que estas
inversiones y compras resulten en fracasos financieros, las grandes empresas creativas


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 39

se los pueden permitir con tal de ganar reputación y posición de mercado, pues la
rentabilidad de otras líneas de negocio más comerciales se lo permite a través de una
suerte de esquema de subsidios cruzados al interior de su portafolio.

En términos de política pública, para las grandes empresas son fundamentales la


estabilidad de los marcos regulatorios, todas las iniciativas encaminadas a facilitar los
permisos de operación para sus proyectos dentro de los marcos legales, y el
mejoramiento de infraestructuras para la comercialización y exportación.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 40

2.9. FOMENTAR EL SECTOR CULTURAL Y CREATIVO COMO ECOSISTEMA

Un sexto acuerdo apunta a que el sector cultural y creativo debe ser concebido como un
sistema de agentes y relaciones que cumplen funciones específicas y agregan valor. En
su forma más simple, la cadena de valor de la economía creativa comienza a partir de una
idea original que, como insumo de otros procesos, logra convertirse en un bien o un
servicio cultural. Este ingresa después a los canales de distribución, circulación y
mercadeo hasta que, finalmente, alcanza al consumidor.

Sin embargo, varios investigadores (e.g. Flew, 2011; Fonseca, 2008; Klamer, 2011; Heam
& Pace, 2006; Hearn, 2007; Potts, 2008) han planteado que las industrias culturales y
creativas no encajan apropiadamente en el marco de conceptualización industrial
tradicional dentro del cual se ha desarrollado la noción de cadena de valor. Hay por lo
menos tres razones para esto. Una razón fundamental es que las industrias culturales y
creativas no actúan necesariamente en función de la administración y el procesamiento
ordenado y secuencial de recursos existentes en el mercado; su desafío es, más bien, la
creación de nuevos recursos en cada una de las instancias del sistema de valor. Es justo
por ello que estas industrias forman parte del sistema de innovación económica.

Por otra parte, la lógica lineal de cadena no refleja de forma acertada la agregación de
valor en un contexto de irrupción de tecnologías digitales que afecta todos los momentos
de la cadena creativa. Las tecnologías digitales han permitido reducir costos en todos los
procesos de producción, implementar métodos de financiamiento innovadores, ejecutar
estrategias de distribución obviando los intermediarios tradicionales y desarrollar nuevos
modelos de negocio, al tiempo que ofrece el potencial para llegar a un mercado global
(Kulesz, 2016)4. Evidentemente, esto ha llevado a un reordenamiento no lineal de los
procesos de agregación de valor en los procesos de producción del sector creativo.

Finalmente, la cadena lineal no refleja correctamente la realidad de la generación de valor


de la mayoría de las empresas creativas, especialmente de los emprendimientos sociales
y los independientes cuya sostenibilidad depende en buena parte de redes de intercambio
descentralizadas y de transacciones no monetarias. Como bien lo describe Ana Carla
Fonseca:

“en lugar de seguir el tradicional modelo de uno para muchos, (las industrias
creativas) se despliegan en una gama de posibilidades de muchos productores
para muchos consumidores (…) Como consecuencia, mientras más diversos son
sus colaboradores, más ricas son las redes de valor, abarcando empresas de
variados tamaños, inversionistas y tomadores de crédito, industrias creativas y
otras, que de ellas se benefician. Es esta trama de relaciones y posibilidades que
se establece, no sólo en forma horizontal y vertical, sino también en una estructura
de negocios en red, lo que caracteriza el modelo de negocios en la economía
creativa.” (Fonseca, 2008).


4

https://fr.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/sessions/10igc_inf4_the_impact_of_digital_technologies_octavio_k
ulesz_en_0.pdf


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 41

Estos autores proponen a cambio un concepto de ecosistema o red para entender la


generación de valor en los sectores creativos. A diferencia de la cadena de valor, que
presenta una visión lineal de los procesos de creación, circulación y apropiación de los
bienes de servicios culturales, el concepto de red o ecosistema lleva a pensar en una
“ecología de la creación de valor” (Throsby, 2014). Esta perspectiva permite reconocer y
entender flujos que no van en una sola vía, incluye agentes que participan en más de un
sector, y evidencia la importancia de reconocer nuevos tipos de agentes que participan en
la producción de valor de los productos culturales.

La visión de ecosistema de valor se acompasa adecuadamente con la visión de


intermediación cultural. Los intermediarios culturales son agentes económicos que
producen valor simbólico y económico a lo largo de procesos de producción, distribución y
consumo de bienes y servicios culturales (Lado B, 2017). En su trabajo en torno a la
cadena de valor de productos culturales, De Propris & Mwaura (2013) establecen que la
participación de los intermediarios culturales se da en tres momentos diferentes del
proceso de agregación de valor; en ello participan intermediarios creativos, intermediarios
mercantiles e intermediarios de consumo que, más que un lugar, ocupan determinadas
funciones en el ecosistema creativo.

Los intermediarios creativos influyen en la transformación de una idea de la imaginación


hacia una pieza única. En ésta participan no solo los creadores de la idea original, sino los
intérpretes, artesanos, técnicos, diseñadores, productores y, en general, todos los oficios
creativos que trabajan con esta idea como insumo inicial y le permiten convertirse en un
producto o servicio apropiable por el mercado y la sociedad.

Los intermediarios mercantiles, por su parte, son aquellos encargados de tomar la


expresión creativa -ya como producto- y distribuirla con el fin de que entre en el mercado
y haga parte efectiva de los procesos de intercambio. Llevan a cabo el conjunto de
actividades que permiten poner productos y servicios culturales terminados a disposición
de otros intermediarios y plataformas de consumo. Además de la labor fundamental de la
representación comercial de las obras, los intermediarios mercantiles ejercen en la
práctica funciones como la de hacer una primera selección de contenidos, la toma de
decisiones de riesgo para desarrollarles un mercado, la búsqueda de plataformas de
consumo coherentes con los contenidos que toman en sus catálogos, además de facilitar
los procesos logísticos que supone la distribución.

Finalmente, los intermediarios de consumo conectan el producto creativo con los


consumidores finales y facilitan que estos últimos realicen la apropiación de mensajes,
contenidos y productos. Esto incluye una variedad de plataformas: privadas, públicas o
mixtas, pagas o gratuitas, físicas o virtuales. Se configuran como una instancia más de
selección y legitimación de contenidos frente al mercado y la sociedad, diseñan parrillas
de programación de contenidos y tienen el objetivo expreso de desarrollar públicos y
audiencias para estos, a través de estrategias de circulación, segmentación de públicos,
mercadeo, discusión y conversación, entre otras.

Los intermediarios culturales no solo permiten la adecuada conexión entre oferta y


demanda creativas, sino que ocupan funciones fundamentales en el proceso de
agregación de valor tanto simbólico como económico en el ecosistema de valor. Más aun,
la salud de un ecosistema creativo depende de la vitalidad de todos los procesos de


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 42

intermediación y sus agentes y, por lo tanto, a ella está asociada la sostenibilidad del
sector creativo y cultural y la de sus agentes.

Gráfico: A quienes se dirige la Política.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 43

2.10. CULTURA, PATRIMONIO Y DESARROLLO EN EL CARIBE COLOMBIANO

Gina Ruz Rojas

En el Caribe colombiano estamos orgullosos de nuestra cultura que ha traspasado


fronteras. Escritores, cantantes, compositores, pintores, fotógrafos que han marcado su
época y se han inmortalizado. Músicas y danzas, fiestas y carnavales, lenguas nativas,
tejidos, cocinas tradicionales, mitos y leyendas, diversidad étnica, emblemas y símbolos
que nos identifican y a la vez nos representan en nuestra propia diversidad regional y
supranacional. Es el Caribe que se expresa.

Es también la región más estudiada según Alberto Abello Vives (2015), quien afirma que
desde la década de los 80 del siglo XX hubo un aumento en los estudios sobre el Caribe,
estimulados por el Nobel de Literatura otorgado en 1982 a Gabriel García Márquez que
marcó un hito en el reconocimiento de la existencia de un mundo Caribe en Colombia, y
con la creación de los Consejos Regionales de Planificación (Corpes), que imprimieron
una dinámica de investigaciones en los campos de la economía, la cultura, la historia y los
estudios ambientales.

Museos, universidades, redes de investigadores, centros, observatorios y laboratorios de


investigación e innovación, hacen parte de ese Caribe que se piensa y se estudia. Sin
embargo, tantos avances en el conocimiento no han marchado en paralelo con su
apropiación social, y tampoco han logrado incidir en la formulación de políticas públicas
regionales diferenciadas, alejadas de la estigmatización y los estereotipos, que
contribuyan a cerrar las múltiples brechas sociales y disminuir las disparidades regionales.
Si en algo se ha avanzado en el Caribe -pensando en modelos de desarrollo que
contribuyan a mejorar las condiciones de su población- es en el estudio de las relaciones
entre Cultura y Desarrollo, Vida Cultural, Derechos Culturales, y su aplicación en
iniciativas y proyectos locales.

En este enfoque, el desarrollo se entiende como un proceso de ampliación de las


libertades y oportunidades de las personas, para que estas puedan “llevar el tipo de vida
que tiene razones para valorar” (Sen, 2000, p. 114), visión en la que la reducción de la
pobreza y la desigualdad constituyen aspectos centrales. En esta perspectiva se debe
analizar la pobreza como una falta de capacidades básicas, lo cual va más allá de los
análisis basados en el ingreso (Espinosa, Aleán, & Abello, 2013).

Esta visión también entiende la cultura como un proceso de ampliación de las


capacidades de los individuos basado en la libertad cultural: “La libertad cultural
constituye una parte fundamental del desarrollo humano, puesto que, para vivir una vida
plena, es importante poder elegir la identidad propia –lo que uno es– sin perder el respeto
por los demás o verse excluido de otras alternativas” (PNUD, 2004, p. 1).

En este sentido, una política integral de economía creativa debe asumir la cultura no sólo
como un medio para el desarrollo, en el que se abordan las expresiones de la cultura con
fines de mercado para generar riqueza, empleo, aportes al PIB, sino entender su
dimensión como fin del desarrollo, como elemento inseparable del desarrollo en general.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 44

Aquí el Estado tiene un papel insoslayable como generador de condiciones y capacidades


para que la creatividad y la innovación florezcan, de inversiones para el apoyo al arte y la
cultura, y como garante de los bienes y la inversión públicos que se requieren y que el
mercado no garantiza. Un desarrollo con enfoque en las personas, que respete su
capacidad de agencia, que genere bienestar, equidad, justicia, donde tengamos derecho
desplegar todo el potencial que implican la identidad y la diversidad cultura

Es prioritario descentralizar la política y las oportunidades, tener en cuenta para su


implementación las dinámicas regionales, los contextos locales, pues en un contexto de
capacidades y condiciones diferentes las políticas homogéneas antes de cerrar las
brechas las profundizarían.

Propuestas desde la región como la Metodología para emprendimientos culturales en


clave de desarrollo, fundamentada en los enfoques de capacidades de Sen y Nussbaum,
y en el enfoque de derechos, muestran un marco de acción para incorporar el contexto al
entendimiento de problemas y desafíos de los trabajadores y emprendedores culturales,
la identificación de barreras y eslabones de inclusión productiva, su pertinencia en
políticas de desarrollo económico incluyente y la identificación de capacidades específicas
para el aprovechamiento de las oportunidades (Espinosa, Alvis, & Ruz, 2016).

Pobreza y desigualdad

América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo en cuanto a distribución
del ingreso y la riqueza, y Colombia es uno de los tres países con mayor desigualdad
socioeconómica de América Latina, Según la CEPAL (2019, pág. 17), “Los altos niveles
de desigualdad traban el desarrollo y son una barrera a la erradicación de la pobreza, la
ampliación de la ciudadanía, el ejercicio de los derechos y la gobernabilidad democrática”,
organismo que plantea que, en sentido contrario, la igualdad “facilita la innovación local, la
absorción de avances tecnológicos generados en otras partes del mundo y la difusión de
las innovaciones en el tejido productivo, lo que se traduce en el acortamiento de las
brechas tecnológicas, el incremento de la productividad y la creación y sostenibilidad de
oportunidades de inversión” (CEPAL, 2019, p. 17).

En la reciente medición oficial de pobreza en Colombia5 la región Caribe no sólo presentó


la mayor tasa de incidencia de pobreza multidimensional en el país (33,5%) sino que esta
aumentó 7,1 puntos porcentuales en relación con 2016 (26,4%), tres veces el aumento
nacional (DANE, 2019)6.

Seis de siete capitales del Caribe incluidas en la medición (Riohacha, Valledupar, Santa
Marta, Sincelejo, Montería y Cartagena) se ubicaron entre las 10 con mayor pobreza


5
La Pobreza Monetaria evalúa la capacidad de adquisición de bienes y servicios que tienen los hogares, y la
Pobreza Multidimensional evalúa los resultados de satisfacción (o no privación) que tiene un individuo
respecto a características que se consideran vitales como salud, educación, empleo, entre otras.
6
El Caribe, según el informe del DANE (2019) es la región con mayor proporción de privaciones entre las
personas en situación de pobreza multidimensional (pasó de 42,6% en 2016 a 43,8% en 2018, la mayor
variación entre las regiones). Las mayores privaciones en la región se dieron en educación (32,9%), trabajo
(24,8%), condiciones de la vivienda (16,5%), niñez y juventud (13,9%), y salud (12,0%).


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 45

monetaria en 2018 y tres entre las 10 con mayor pobreza extrema (Riohacha, Valledupar,
Santa Marta) (DANE, 2019).

Un dato revelador y preocupante sobre la diferencia entre hombres y mujeres es que para
el año 2018 en Colombia el 29,6% de las personas que pertenecen a un hogar cuya
jefatura es femenina son pobres, mientras que el 25,7% de las personas en hogares con
jefatura masculina lo son. Y es el Caribe la región donde los hogares con jefatura
femenina tienen mayor incidencia de pobreza multidimensional (35,5%). De igual manera,
el desempleo en Colombia es mucho mayor en las mujeres, y la población inactiva de
mujeres casi dobla a la de los hombres, principalmente por la dedicación a los oficios del
hogar (DANE, 2019).

En un país y una región en donde las mujeres son, en muchas comunidades, las
principales portadoras y transmisoras de saberes, técnicas y prácticas culturales como el
tejido, la cocina, los peinados, cantos tradicionales, artesanías, medicina tradicional,
conocimientos sobre la naturaleza y el universo, estas y otras brechas de género (por
ejemplo las que alejan a las mujeres de determinadas áreas profesionales y carreras,
especialmente las relacionadas con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) deben
ser atendidas de manera diferencial por la política pública.

Expectativas, retos y preocupaciones

En este contexto, la propuesta de una política que busca el desarrollo social y económico
promoviendo bienes y servicios con contenido cultural y creativo ha generado
expectativas, pero también preocupaciones, principalmente desde los sectores de la
creación artística, el patrimonio inmaterial, y las iniciativas culturales de base social.

Una política cultural en la que se mida el valor agregado de bienes y servicios creativos
sólo en términos de contribución al PIB puede llegar a desatender las prácticas artísticas y
manifestaciones culturales que generan valor social y simbólico mas no provecho
económico, ante las prioridades de contar y sumar para medir su "éxito".

En regiones que han sido afectadas por el conflicto armado, como los Montes de María,
por ejemplo, sus festivales tradicionales –insostenibles sin inversión pública- les han
permitido resistir, desde sus manifestaciones culturales y sociales, lo que la violencia ha
intentado quitarles: la confianza en el otro, la alegría, la solidaridad, el trabajo
colaborativo, el amor por la tierra, el respeto por la diferencia, el disfrute del espacio
público. Valores agregados como la integración y otros de índole patrimonial son más
resaltados por ellos que los económicos, pues además les permiten mostrar la mejor cara
de municipios y corregimientos cuya sola mención producía miedo (Ruz Rojas, 2017).

Las entidades del Gobierno Nacional encargadas de desarrollar la “economía naranja”


están en su mayoría relacionadas con la economía, competitividad, tecnología, el
comercio y poco con la cultura, exceptuando al Ministerio de Cultura y Artesanías de
Colombia. La ejecución de la política en las regiones se les ha encomendado a las
comisiones de competitividad en las que no participan los actores culturales (artistas,
gestores, creadores) ni los entes públicos de cultura, y los nodos que se están
conformando cuentan con su mínima o nula presencia Es clave la interlocución con los
actores de los ecosistemas culturales locales durante la formulación de la política y en su


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 46

implementación, reconociendo sus dinámicas, atendiendo sus preocupaciones y


construyendo sobre lo construido. Y, en particular, es clave que haya una relación fluida y
técnicamente calificada entre quienes toman decisiones y los miembros de estos
ecosistemas, siempre impulsando el seguimiento y evaluación de la nueva política.

¿Qué pasa con la libertad de creación y de expresión bajo las reglas del mercado? Ir a lo
seguro, a lo probado con éxito en el mercado también pone en riesgo la diversidad y
puede condicionar la creación. ¿Cómo se equilibran las ventajas de las grandes empresas
que asumen pocos riesgos frente a los pequeños productores o promotores artísticos y
culturales que les allanan el camino?

¿Cómo se garantiza la protección de los creadores, los artesanos, los portadores de


saberes frente a las "empresas ancla" en materia de comercio justo, propiedad intelectual,
seguridad social, saberes tradicionales de las comunidades ancestrales? ¿Cómo pueden
estas poblaciones conservar el control de sus saberes, beneficiarse en equidad de su
explotación comercial o defenderse ante su apropiación o uso indebido? ¿Cuáles son los
modelos de gestión para quienes no quieran vestirse de naranja? ¿Se superarán de una
vez por todas las barreras a la inclusión productiva, ampliando notoriamente, por ejemplo,
el acceso de los trabajadores culturales a activos culturales y económicos que le den
sostenibilidad a las políticas y, en especial, a los emprendimientos desarrollados en el
modelo de industrias culturales y creativas que el gobierno desea promover?

Estos son algunos de los retos del diseño e implementación de la política para que, desde
la cultura, como eje del desarrollo, se pueda apalancar el despegue de nuestra “isla
encallada” y reivindicar sus potencialidades (Abello Vives, 2015).



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 47

2.11. ADOPTAR UNA VISIÓN AMPLIA DE LA ECONOMÍA CREATIVA (O ECONOMÍA


NARANJA)

Finalmente, un séptimo acuerdo aboga por un entendimiento amplio del sector asociado a
la economía creativa. Hoy en día los términos industrias culturales, industrias creativas y
economía creativa (o economía naranja, como se ha denominado en el marco de la
presente política) son de amplio uso en diferentes países del mundo y organismos
internacionales en el contexto de la formulación de políticas públicas e instrumentos de
cooperación internacional. Se trata, sin embargo, de términos con definiciones y alcances
heterogéneos en diferentes contextos, frecuentemente discutidos tanto en los ámbitos
académicos como en escenarios públicos.

Existen varios factores que han incidido en la discusión. Entre estos se encuentran la
connotación negativa que tuvo en su origen el término de industria cultural, la amplitud de
lo que se entiende por creatividad7, la cual puede ser usada de maneras muy diversas y
dar lugar a una gran variedad de enfoques de política pública, así como a la orientación
inicial de algunas políticas para el desarrollo y fortalecimiento de las industrias creativas
en algunos países del mundo, ampliamente criticada por orientarse únicamente a
impactar indicadores de orden macroeconómico.

Gráfico. Creatividad

Igualmente, dada la amplitud de concepciones sobre lo que abarca lo creativo, existe una
gran variedad de posibilidades a la hora de delimitar el conjunto de sectores productivos
que hacen parte de la economía creativa con el fin de generar instrumentos para su
desarrollo en el marco de la política pública.

La definición de industria cultural. La expresión industria cultural entendida como la


creación, estandarización, reproducción industrial y distribución en masa de trabajos
culturales fue acuñada por Theodor Adorno y Max Horkheimer. El concepto aparece por
primera vez en el libro Dialéctica de la ilustración publicado en el año de 1948, el cual
consiste en una serie de ensayos en los que los pensadores alemanes intentan
comprender el curso de los hechos acaecidos en Europa y Estados Unidos en la primera
mitad del siglo XX mediante una crítica a la ideología de la ilustración, cuya filosofía del
progreso se había convertido en tragedia con el advenimiento del fascismo. En este
contexto, el desarrollo de la industria cultural tiene para los autores una connotación
negativa al encontrar que son “el sustento de la ideología ilustrada para asegurar el
dominio y la explotación que llevan el progreso y racionalización hacia la barbarie”
(Szpilbarg y Saferstein, 2014). Consideran también que los productos de la industria


7
De acuerdo con Cropley (2011), hoy en día este término trasciende la asociación que habitualmente se le ha dado en
relación con las artes tradicionales y se puede referir a i) la habilidad de las personas de comunicar ideas de manera
sugerente o inspiradora, ii) la capacidad de generar un nuevo entendimiento o forma de ver las cosas; iii) la creación de
trabajos diversos con características que generalmente se asocian a lo bello o lo imaginativo; o iv) con el diseño y
construcción de aparatos, estructuras y procesos novedosos o más eficientes.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 48

cultural no cubren necesidad social alguna y están orientados únicamente a satisfacer los
grandes poderes económicos.

Este punto de vista causó una influencia considerable entre académicos e intelectuales en
los análisis relacionados con el surgimiento y avance de las industrias culturales. A pesar
de haber pasado más de 70 años desde su publicación, esta visión sigue presente en
discusiones que critican el desarrollo industrial de la cultura, ha permitido analizar los
riesgos inherentes a los procesos de la producción en masa y la homogeneización del
consumo cultural. No obstante, también ha impedido sopesar en su justa medida los
efectos positivos que ha tenido en términos de democratización del acceso a diversas
manifestaciones culturales y el escalamiento del desarrollo del potencial creativo en el
ecosistema cultural.

La UNESCO reconoce y comienza a discutir en los años sesenta los profundos cambios
surgidos en el campo cultural gracias a los resultados de la producción en masa y su
efecto sobre los grupos sociales, las problemáticas de los trabajadores creativos, los
fenómenos de internacionalización y las formas de intervención tanto públicas como
privadas (UNESCO, 1982) y en el año 1978 aprueba la implementación de un programa
de investigación comparada sobre las industrias culturales. El objetivo de esta
investigación fue indagar sobre el papel de estas industrias en el desarrollo cultural de las
sociedades.

Como resultado del programa se publica en 1982 el documento denominado Industrias


culturales, un reto para el futuro de la cultura en donde se afirma que “existe una industria
cultural cuando los bienes y servicios culturales se producen, reproducen, almacenan o
distribuyen en líneas industriales y comerciales, es decir, a gran escala y de acuerdo con
una estrategia basada en consideraciones económicas”. El documento reconoce el
surgimiento de nuevos sectores de actividad, como la televisión, la informática y la
grabación de video y afirma que “el poder de estas industrias y su dimensión internacional
se hacen sentir cada vez más, marcando decisivamente el futuro de la cultura, en riesgo
en todo el mundo” (UNESCO, 1982).

Se encuentra que han sido riesgos inherentes al desarrollo de las industrias culturales la
marginalización de los mensajes culturales que no adquieren la forma de productos
comercializables, o que no puedan utilizarse como un medio más o menos sofisticado de
ejercer presión sobre la opinión pública, así como el surgimiento de una industria que no
involucra el desarrollo de actividades endógenas que coincidan con las necesidades
identificadas en cada país o región, sino más bien la diseminación masiva de mensajes
que entran en conflicto con las identidades culturales, o que para su acceso requieren de
una formación apropiada que haga posible procesos de asimilación de las innovaciones
transmitidas por las industrias culturales, especialmente en el campo de los medios de
comunicación (UNESCO, 1982).

Al mismo tiempo, se reconoce lo errado y poco realista que es el confinarse únicamente a


los efectos adversos de las industrias culturales ya que también han hecho posible para el
ser humano el acceso a una cantidad antes inimaginable de mensajes culturales, una
reducción en costos en comparación a los estándares de producción no industriales, que
hace los nuevos productos culturales más accesibles a una mayor parte de la población
mundial y una transformación radical del ejercicio de la profesión artística y la creatividad


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 49

en general. Otra ventaja identificada la constituye la posibilidad de dar un nuevo impulso a


la educación dentro y fuera de la escuela y, por ende, un considerable fortalecimiento de
la participación efectiva de las personas en la expresión de su cultura (UNESCO, 1982).

En respuesta a estas problemáticas, pero también teniendo en cuenta el potencial de las


industrias culturales como motores del desarrollo sostenible, surgieron instrumentos a
nivel internacional que buscan garantizar la consolidación de estas industrias en armonía
con el desarrollo cultural a nivel local, obteniendo simultáneamente provecho de su
potencial como generadoras de riqueza y como fuente de empleo. Ejemplo de ello es la
declaración universal sobre la Diversidad Cultural realizada en el año 2001, que tiene
como uno de sus principios rectores la complementariedad de los aspectos económicos y
culturales del desarrollo.

Gracias a ese mismo potencial, una numerosa cantidad de países ha diseñado políticas
públicas en los últimos treinta años para el desarrollo y fortalecimiento de las industrias
culturales y, posteriormente, las industrias creativas. Varios de ellos han logrado exitosas
transformaciones de orden cultural, social, político y económico, estimulando el desarrollo
inclusivo, la innovación y la transferencia de conocimiento en todos los sectores de la
economía, así como un mayor bienestar de la población.

En nuestro país, la política cultural colombiana ha reconocido desde sus inicios la


importancia de los bienes y servicios cuyo origen es la creación y la cultura como
portadores de valores de una sociedad mediante recursos simbólicos que contribuyen al
desarrollo de identidades, capital humano, cohesión social y convivencia, y ha propuesto
un desarrollo integral de las industrias culturales respetuoso de los derechos humanos,
los derechos colectivos a la creación y la expresión, y el medio ambiente, tal y como se
evidencia en la Constitución Política, la Ley General de Cultura y en el CONPES 3659 del
2010 y que se reitera como objeto de la presente política. La presente política reconoce y
amplia el trabajo que desde hace más de una década se viene realizando para el
fortalecimiento de las industrias culturales en Colombia.

Adicionalmente, mediante la Ley 1516 de 2012 el Congreso de la República aprueba la


“Convención sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones
culturales”, firmada en París el 20 de octubre de 2005. Luego de surtir los procedimientos
requeridos, Colombia adhirió en el año 2013 a esta Convención Como estado firmante de
la Convención, el país se compromete a buscar la complementariedad entre los aspectos
económicos y culturales del desarrollo garantizando el derecho fundamental de
participación y disfrute de las manifestaciones culturales, así como a proteger, promover y
mantener la diversidad cultural como condición esencial para el desarrollo sostenible.

La transición hacia las industrias creativas. En las últimas tres décadas las formas de
crear, producir y distribuir los bienes y servicios culturales ha cambiado constante y
dramáticamente. También se han sofisticado los procesos de producción y han surgido
nuevas formas de distribución a escala global en un escenario en donde coexisten
manifestaciones culturales locales con producciones realizadas para el consumo masivo a
nivel mundial. Es por este motivo que la presente política adopta una visión más extensa
de las disciplinas tradicionalmente incorporadas bajo la óptica de las industrias culturales
y pasa a abordar un conjunto más amplio de sectores bajo el nombre de industrias
creativas, en reconocimiento a los cambios en materia de comunicación y a las nuevas


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 50

formas de expresión que incorporan contenidos simbólicos mediante el uso de


tecnologías digitales.

El término industrias creativas tiene su origen en el proyecto australiano Creative Nation el


cual se creó en el año de 1994 y definió la cultura como “aquello que nos da un sentido
sobre nosotros mismos”. Esta amplia definición abarcó no solo a las instituciones
tradicionalmente apoyadas como la Opera Australia, el Ballet Australiano y orquestas
sinfónicas estatales y nacionales, sino también televisión y cine, festivales comunitarios
regionales, radio, programas escolares, bibliotecas y tecnologías de la información
(Hawkings, 2014).

Más adelante, en 1997, el Reino Unido identifica 13 sectores que en su conjunto se


denominaron industrias creativas. Se definieron como “las industrias que tienen su origen
en la creatividad, habilidad y talento individuales y que presentan un potencial para la
creación de riqueza y empleos por medio de la generación y explotación de propiedad
intelectual”. Esta selección se realizó identificando los sectores con mayor potencial, los
cuales representaban una ventaja competitiva para el país (Fonseca, 2008). Este
concepto británico se replicó en varios países del mundo que vieron en el fortalecimiento
de las industrias creativas una oportunidad para el desarrollo de sus economías.

Las primeras políticas públicas de fomento a las industrias creativas fueron blanco de
críticas por estar orientadas de manera exclusiva a incrementar su impacto en términos
de contribución al PIB, sin tener en cuenta la inclusión socioeconómica de sectores y
poblaciones tradicionalmente marginados, y también porque diversos países se
formularon políticas tomando como referencia el modelo británico en la búsqueda de un
nuevo paradigma socioeconómico que conquistara la senda un desarrollo acelerado, pero
que no tuvo en cuenta las realidades culturales, sociales y económicas del entorno local
(Fonseca, 2008).

Con todo, en las últimas dos décadas la orientación de las políticas públicas hacia el
desarrollo y fortalecimiento de la economía creativa se ha enriquecido considerablemente.
En diversos países del mundo se han propuesto modelos que reconocen puntos de
convergencia y divergencia entre los sectores, así como carencias específicas de los
agentes que conforman el entorno creativo en la búsqueda de un equilibrio entre los
aspectos sociales, ambientales y económicos que garanticen un desarrollo inclusivo.

Aparte de buscar un impacto en los principales indicadores económicos, se ha reconocido


la necesidad de: i) fomentar la creatividad y la cultura como parte de la educación desde
la primera infancia por ser fundamental para el desarrollo de un ecosistema sectorial
sostenible y como herramienta para los procesos de pensamiento crítico, el bienestar y
las habilidades creativas a lo largo de la vida, ii) el desarrollo de capacidades específicas
del campo de los oficios culturales y creativos, y de habilidades blandas para el desarrollo
de emprendimientos sostenibles, iii) la creación de instrumentos y medidas normativas
que permitan brindar un mayor acceso a fuentes de financiación a diferentes tipos de
agentes y empresas y iv) el desarrollo de un turismo cultural sostenible que permita
preservar el patrimonio nacional, así como crear vínculos duraderos y una cultura del
entendimiento entre un mayor número de personas.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 51

La política pública tiene el desafío de plantear un desarrollo equilibrado del campo


creativo en reconocimiento de la pluralidad de organizaciones y agentes que lo
conforman, a través de la implementación de líneas estratégicas que permitan dar
respuesta, entre otros, a las necesidades de en materia de desarrollo del capital humano,
fortalecimiento del ecosistema de apoyo, la infraestructura física y tecnológica y las
condiciones de acceso de la población para la apropiación y el disfrute de las
manifestaciones culturales y creativas en el país.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 52

2.12. CONSTRUYENDO UN PAÍS MÁS NARANJA PARA TODOS

Felipe Buitrago Restrepo

Los retos y oportunidades de la Cuarta Revolución Industrial avanzan a una velocidad sin
precedentes, y el talento creativo y nuestro patrimonio cultural pueden y deben ser los
protagonistas de las soluciones de esta era, impulsando el cumplimiento de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible de 2030.

Con esto en mente, desde que el presidente Iván Duque asumió la primera magistratura,
bajo su liderazgo emprendimos el reto de elaborar el Plan Nacional de Desarrollo 2018-
2022 ´Pacto por Colombia, pacto por la Equidad’ (PND.2019), incluyendo a todos los
sectores de la sociedad para construir un país entre todos, y para todos. La cultura y la
economía naranja no solo no fueron la excepción, sino que por primera vez son
protagonistas de este ejercicio con 25 artículos dentro del PND (10 directos, 8 indirectos y
7 conexos). Derivado de esto, hemos establecido una alianza entre las agencias del
Estado, los gestores culturales y los emprendedores de Colombia con el fin de unificar
esfuerzos y consolidar una misma visión.

Con este propósito y con el liderazgo del Consejo Nacional de Economía Naranja (CNEN)
se ha diseñado una estrategia integral de país titulada Colombia Crea 2030. Una
estrategia consistente en “sacarle el jugo” a las 7i (de acuerdo con lo establecido en la
Ley 1834 de 2017) para enriquecer tres pilares estratégicos identificados para un
desarrollo equilibrado y de largo aliento: conocimiento, oportunidades y promoción. En
la formulación de esta estrategia han participado 25 entidades del orden nacional, que
incluye a los 12 miembros del CNEN y a otras 13 entidades de primer orden,
comprometidas con el diseño e implementación de las políticas, planes, programas y
proyectos propuestos en el PND en materia de economía naranja. A la fecha, ya se
cuentan 47 “frentes de trabajo” con casi 80 acciones concretas para orientar las
inversiones estimadas en más de $6 billones para el sector durante el cuatrienio en el
PND.

Los tres pilares y algunas de las principales intervenciones que se adelantan

Conocimiento: para desarrollar las mejores políticas públicas se requiere fortalecer las
fuentes de inteligencia e investigación. Lo visualizamos como una intersección de tanques
de pensamiento, observatorios y sistemas de información. Mediante estos instrumentos
podemos medir la contribución de la economía naranja en el PIB, revisar nuestro
posicionamiento en el mundo y visibilizar así la riqueza que producen las industrias
creativas y culturales. En este sentido el DANE junto con la mesa de información del
Consejo Nacional de Economía Naranja está encargado de producir entregables como las
Cuentas Satélite de TIC, Cultura y Turismo, el Reporte Naranja y el Sistema de
Información de Economía Naranja – SIENA. Por otro lado, el Observatorio laboral y
ocupacional del SENA nos genera información a partir del cruce con fuentes oficiales para
identificar las tendencias ocupacionales de los sectores asociados a la economía naranja.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 53

De igual forma, necesitamos informar y mejorar nuestra visión de largo plazo y afinar
nuestras herramientas de información. Con este fin la Misión de Sabios, liderada por la
vicepresidente de la República, Marta Lucía Ramírez, y coordinada por Colciencias,
considera el Foco de Industrias Culturales y Creativas, compuesto por expertos
nacionales e internacionales de la academia y la práctica cultural y creativa, en el que se
plantea el rol de la cultura, las artes y la creatividad como eje central del desarrollo social
y económico de largo plazo del país.

Esto sumado a la expansión sin precedentes en el acceso a la educación terciaria con el


componente de Equidad del programa Generación E del Ministerio de Educación, plantea
un escenario ideal para el mejoramiento de los pensum y su pertinencia para las nuevas
generaciones con el componente de Equipo del mismo programa.
Asimismo, el Ministerio de Educación Nacional viene insertado los contenidos de
educación creativa y cultural en todos sus niveles de educación pública, fomentando el
desarrollo de habilidades y competencias requeridas para enfrentar los retos que suponen
la Cuarta Revolución Industrial.

Oportunidades: para construir equidad consideramos que optimizar los indicadores de


formalización laboral es fundamental y para esto apostamos por la clusterización
ordenada, la infraestructura cultural de calidad y un entorno amigable para el
emprendimiento. Debemos repensar la educación hacia un enfoque dirigido a la
resolución de problemas, pensamiento crítico y creatividad. Por medio del espacio público
generar armonías entre la comunidad, la industria creativa y el mejoramiento de negocios.
Además de construir infraestructuras que permitan la inclusión, integración e innovación
abierta.
Otra apuesta, es promover a gran escala los programas de emprendimiento que generen
empleos de calidad. En este sentido, el Fondo Emprender del SENA como brazo
operativo de la economía naranja, está al servicio de aquellos emprendedores que
deseen iniciar un emprendimiento y requieran de asistencia técnica y capital semilla. Este
fondo realiza constantes convocatorias y hace presencia en todo el territorio nacional. Por
otro lado, iNNpulsa Colombia (programa Aldea Naranja) y Bancóldex (línea de crédito
Exprime la Naranja y primera emisión de Bonos Naranja en el mundo), dirigen sus
esfuerzos a emprendedores en etapa temprana que necesiten escalar y acelerar sus
negocios en cualquier fase de la cadena de valor, otorgando financiación y asesoría
especializada para que puedan cumplir sus metas.

Adicionalmente, con el liderazgo de la Consejería Presidencial para la Juventud –


Colombia Joven, se ha puesto en marcha la Estrategia Sacúdete. Se trata de la activación
de infraestructuras existentes y la construcción de nuevos espacios donde hagan falta,
para que en los jóvenes en nuestros territorios puedan entrar en contacto con las
herramientas que les brinden las habilidades blandas que necesitan para navegar con
éxito en la Cuarta Revolución Industrial y así: 1) inspirarse para descubrir sus talentos; 2)
enfocarse para desarrollarlos; y 3) transformarse para vivir un futuro mejor para ellos y
sus familias.
Asimismo, con la colaboración de las entidades territoriales, promovemos las Áreas de
Desarrollo Naranja (ADN), como espacios para desarrollar desde la sinergia de un tridente
transformador compuesto por clústeres creativos y culturales, fortalecimiento de
comunidad y mejoramiento de negocios locales. Las ADN son zonas (hubs) de actividad
económica, que promueven la identidad y la vocación creativa de las comunidades, a la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 54

vez que se configuran como lugares atractivos para emprender, atraer visitantes e
inversiones y vivir mejor.

iNNpulsa además está colaborando con universidades, empresarios, inversionistas y


diferentes entidades públicas del orden nacional y territorial, para construir la red de
centros de emprendimiento exponencial, C-Emprende (Colombia Emprende), como
campus para startups al servicio de Colombia y Latinoamérica.

Desde una óptica social, Colpensiones junto con el Ministerio de Cultura y los entes
territoriales ha puesto en marcha un piloto de BEPS Naranja en Valledupar y Cali, y ya se
cuenta con el compromiso de otros 55 municipios, que han comprometido más de 31 mil
millones de pesos para dar anualidades a nuestros artistas. Se trata de un programa de
protección social para que los agentes culturales y artistas independientes, que no tienen
el privilegio de contar con esquemas formales de ahorro pensional, y así puedan acceder
a un mecanismo de protección para una vejez más digna. Este programa deberá
expandirse paulatinamente a otros departamentos a lo largo del cuatrienio.

Promoción: posicionar la calidad de nuestro talento nacional e internacionalmente es


parte integral de transformar las oportunidades para nuestros jóvenes y la percepción que
tenemos y queremos de nuestro país. El desarrollo de nuestros talentos va de la mano de
más y mejor turismo, la internacionalización de una oferta exportadora diversificada y la
transformación digital de nuestra sociedad.

El sello ‘Colombia Crea’ como instrumento para el posicionamiento nacional e


internacional de nuestro talento y creatividad, es una estrategia liderada por ProColombia,
orientada a facilitar el acceso y disfrute de los bienes y servicios creativos originados en
las diferentes regiones del país, promoviendo la apropiación cultural de nuestros
contenidos de valor simbólico.

Los Proyectos de Interés Nacional Estratégico (PINES), que fueron concebidos para
impulsar proyectos de infraestructura de transporte y minero-energética, se vienen
enriqueciendo con una línea naranja, que ya incluye la promoción de proyectos de
producción audiovisual, la consolidación de Áreas de Desarrollo Naranja, el desarrollo de
sinergias entre la naciente industria de cervecería artesanal y los procesos de micro
industrialización que fortalecen identidades proactivas locales, y el desarrollo del primer
hotel temático de Colombia. Estos proyectos se caracterizan por ser inversiones privadas
de alto impacto económico con retornos positivos y alta generación de empleo, con un
enfoque decidido en la internacionalización y diversificación de la economía.

Un país, un equipo, una estrategia

La visión de la Ley Naranja, los componentes de la Estrategia Colombia Crea 2030, y de


la Política Nacional de Economía Naranja que el Ministerio de Cultura lidera junto con el
CNEN se están convirtiendo en hitos reconocidos internacionalmente. De hecho, la
creación de CNEN fue reconocido en los Compass Awards del Global Entrepreneurship
Congress como una de las cinco iniciativas de política pública más innovadoras del
mundo.
Colombia se constituye como uno de los primeros países en realizar una apuesta decidida
por las industrias creativas y culturales como un eje central de su estrategia de desarrollo


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 55

y transformación productiva, con miras a adaptar su economía a los retos de la Cuarta


Revolución Industrial. No será el último, pero si continuamos trabajando como un equipo,
con una visión y una estrategia, construiremos un país más naranja con oportunidades
dignas para todos.

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Caso

La cultura y la economía: Partes esenciales de la vida


Encuentro de Alabaos, gualíes y levantamiento de tumbas.

Para el municipio de Medio San Juan o Andagoya en Choco, el Encuentro de Alabaos, Guaíles y
Levantamiento de Tumbas es un evento anual que cumple principalmente una función social. Aquí,
se reúnen durante tres días delegaciones de la región para compartir y aprender sobre sus
tradiciones culturales, patrimoniales y artísticas; en esencia, este evento promueve el
fortalecimiento de las relaciones sociales, el sentido de pertenencia y el reconocimiento de su
cultura inspirada en el gran valor simbólico presente en la cultura afro descendiente. Para los
habitantes del Chocó el Encuentro combina otro elemento esencial, el territorio y la naturaleza; El
río es de gran valor para los lugareños pues es la vía de comunicación y arraigo interétnico.

El contexto de este evento es más comunitario, público y colectivo que empresarial o individual, el
objetivo no se basa en un interés económico para alcanzar ganancias o utilidades, sin embargo, su
organización y realización, que está a cargo de la Fundación Cultural de Andagoya, cuyos fines
son sin ánimo de lucro, depende de una buena capacidad de gestión y requiere de recursos en
dinero y especie para remunerar a los artistas, hacer la producción y difusión de las actividades y
adecuar espacios, por tanto, el Encuentro genera efectos directos sobre la economía, como
empleos temporales y gastos en alojamientos, consumo de alimentos, bebidas, transportes,
compras y actividades turísticas, que benefician a la comunidad del lugar y al municipio donde se
realiza.

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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 56

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Caso 2. Productos locales para el mundo entero: los videojuegos de Brainz

El negocio de Brainz se basa en las ideas innovadoras con propiedad intelectual para crear
productos y servicios que llegan a todos los lugares del mundo; este es el caso de un
emprendimiento creativo que busca ganancias y utilidades pero que utiliza elementos de la cultura
para dar valor a sus productos. La esencia de sus videojuegos está en que sus contenidos han
sido creados en Colombia, pues este hecho define unas características creativas y artísticas
especiales que los conectan con lugares del mundo similares. Brainz empezó con dos
inversionistas para crear una plataforma tecnológica de punta, su apuesta fue visionaria y ofreció al
mercado géneros que otras empresas no tenían en sus portafolios. Por otra parte la marca ha
generado redes para trabajar con empresas representativas de su sector en Asia, Europa y EE.UU
lo que ha apoyado y fortalecido su posicionamiento y sostenibilidad.

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Caso
Independencia creativa y económica. ¿Cómo equilibrar la balanza?
Tragaluz editores.

Si usted es amante de los libros y cree que ahora todos son iguales, editoriales independientes
como Tragaluz editores, une los talentos y conocimientos de muchos para crear piezas únicas,
libros de colección. Este emprendimiento cultural independiente, que lleva más de 15 años en
funcionamiento, se ha posicionado como un intermediario cultural que conecta a escritores,
consumidores, lectores exigentes y sensibles al producto editorial, artistas, diseñadores y al sector
editorial.
Tragaluz editores es un caso inspirador para aquellos que quieren crear bienes y servicios únicos y
diferentes y a la vez ser sostenibles; este emprendimiento ha combinado modelos de gestión
diferentes, con la producción de libros únicos que encuentran a un consumidor exigente, han
activado la producción de pequeños y exclusivos productores de papel, textiles y tintas y ha
dinamizado las viejas litografías, entre otros. Su nombre, ya conocido a nivel nacional e
internacional por su coherencia, ha generado fidelidad de marca y eso a su vez les permite
mantener su independencia creativa y los valores de sus creaciones.

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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 57

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CONCEPTOS ÚTILES

Mercado: escenario en el que hay una compra y venta asociados a un producto o servicio
concreto en un momento del tiempo.
El lugar en donde coinciden para hacer sus transacciones los compradores (la demanda)
y los vendedores (la oferta)
El mercado está en todas partes donde quiera que las personas cambien bienes o
servicios con dinero.
Está compuesto por toda la oferta y la demanda de productos y servicios.

Valor Monetario: estos valores proporcionan solamente una perspectiva económica del
valor de los bienes y servicios asociados a una o muchas actividades los cuales pueden
ser fácilmente cuantificables.

Valor no monetario: estos valores proporcionan una perspectiva de valor de los bienes y
servicios más allá de una perspectiva económica asociando atributos no tangibles (valor
simbólico, tradiciones, conocimientos y técnicas que hacen parte de su patrimonio
cultural, entre otro) que no son fácilmente cuantificables.

Externalidades positivas: también llamados beneficios sociales, son efectos positivos


externos generados como consecuencia de acciones o producción de bienes y servicios,
que se dan de manera indirectamente. Estas externalidades no se reflejan en el valor
monetario de los mismos.

Efecto multiplicador: es un término que se emplea para describir el impacto que los
cambios de una variable, acción, intervención endógena tienen sobre variables, acciones,
intervenciones exógenas.

Demanda efectiva: es la cantidad de uno o varios bienes o servicios que los


consumidores o compradores pueden y desean adquirir. Esto, a un precio dado en un
momento específico.

Proceso de agregación de valor: es el aporte de valor de cada etapa del proceso


productivo en el valor final de un bien o servicio.

Agentes económicos: es una persona, grupo de personas, institución o grupo de


instituciones que, a través de sus decisiones y acciones tomadas racionalmente, tiene
algún impacto en la economía.

Estructuras de costos: es la composición de los bienes y servicios necesarios para


poder contar con un bien o servicio final. La suma de cada uno de estos costos constituye
los costos totales del mismo.

Costos marginales: es el aumento en el costo total al producir una unidad adicional del
bien o servicio.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 58

Capital cultural: es el conjunto de recursos, bienes y valores aprendido de tradiciones,


estilos de vida, rasgos distintivos espirituales y materiales que caracterizan a una
sociedad o un grupo social, esto incluye las artes, letras, lenguas, creencias.

Industrias culturales y creativas: Las industrias culturales y creativas -ICC- son


industrias de contenidos, que usan como principal insumo la creatividad y el capital
humano, que vinculan derechos de propiedad intelectual en sus procesos productivos
para generar de esta manera valor creativo, el cual contribuye al desarrollo económico,
creación de empleo e identidad cultural, artística o patrimonial.

“Aquellos sectores de actividad organizada que tienen como objeto principal la producción
o la reproducción, la promoción, la difusión y/o la comercialización de bienes, servicios y
actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial.” Unesco, 2009.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 59

3. LÍNEAS DE LA POLÍTICA

3.1. CULTURA, FINANCIACIÓN E INSTITUCIONALIDAD

Gonzalo Castellanos Valenzuela

Una panorámica sobre la fórmula de financiación de las políticas culturales en Colombia


deja ver cómo de manera decidida, siguiendo tendencias y asumiendo a la vez iniciativas
de vanguardia, el país ha configurado entre el final del siglo XX y lo que avanza de este
una aguda topografía de instrumentos económicos e institucionalidad encaminados a
avivar los factores creativos, productivos y de circulación en entornos del arte y la vida
cultural.

Con singular acierto esta progresiva faena ha situado en el centro del análisis el hondo
efecto social de la cultura y la creatividad; su insumisa capacidad de construir desarrollo
humano y reconciliación, esto en coincidencia con una agenda de intereses
geoestratégicos o económicos.

No siempre sucedió así. Intermitentemente en la historia republicana que avanza en los


200 años, las decisiones públicas en estos campos estuvieron confinadas al voluntarismo
de gobernantes, algunos que tuvieron vocación intelectual, u otros que en la esquina
opuesta (sobre todo en aconteceres del siglo XX), subrayaron la sospecha ideológica
frente a diversos tipos de expresión, tomemos por caso el teatro, la literatura o la cuestión
étnica.

Desde luego, la apreciación del ecosistema cultural en el proceso de la sociedad


colombiana ha transitado unas veces de la mano, y muchas a la sombra, de oscilaciones
socio políticas no ajenas a sucesos del mapa latinoamericano.

Durante la mayor parte del pasado siglo imperó una concepción vinculada a la
intelectualidad, la historia y la monumentalidad. La identidad nacional fue resaltada como
ideal patrio; la univocidad cultural como factor de cohesión de la nación y el valor histórico
del patrimonio centro de la acción cultural.

Siguiendo la huella del país inocultablemente pobre, periférico y trazado por violencias
promotoras de ingentes movilizaciones humanas a las ciudades, a manera de receta la
infraestructura de bibliotecas, archivos o museos tuvo crecimiento. El móvil de la política
cultural -si así pudiera denominarse el interés discontinuo gubernamental -, fue
rigurosamente público; con un Estado en situación de proveedor, en función de “acercar el
pueblo a la cultura”, para lo cual dirigía coyunturales financiaciones desde el centro, y
algunos incentivos a la filantropía.

Paradójicamente, las actividades o espectáculos culturales de iniciativa particular sufrían


a la vez varios impuestos (más del 40% de cada boleta entrada la década de los noventa)
dirigidos a sufragar una guerra de 1932, al deporte o ineficaces socorros a los pobres,
cuando no por suerte cualquier faceta de la corrupción.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 60

Un momento de renovación

Entre los ochenta y noventa al cierre de cruentas dictaduras y guerras civiles, América
Latina plantea cruzar el umbral en búsqueda del anhelado postulado de las democracias
sociales.

Nada afirmaría que se hubieran superado, o lo hayan sido aún, los complejos efectos de
la pobreza o la inequidad (generadores de factores de violencia y a la vez consecuencia
de estos); sin embargo, se promueve y puede aseverarse que se ha sostenido (con
notable éxito en algunos países e intermitencias negativas en otros), un cambio en la
estrategia social y el rol redistributivo del Estado, circunstancia que demarca vuelcos en la
visión institucional y de inversión pública.

Colombia rehace entonces el modelo constitucional. La Carta Política acogida


democráticamente en 1991 y resultado de una asamblea constituyente con
representación de la izquierda, sectores independientes, pensadores y voceros de los
partidos tradicionales, trae consigo un armazón hacia la bien nombrada ciudadanía
cultural.

Nada atribuible a un soplo divino. Como corresponde a los procesos de la historia, las
trajinadas reivindicaciones históricas, colectivas, gremiales en materia cultural
conquistaron desde ese momento un importante soporte filosófico, un mejor estar jurídico
- político.

La manera de afrontar la acción cultural y el papel del Estado en esta materia da un giro.

Conceptos de independencia y, por qué no, de resistencia e interlocución desde la cultura


en el entorno de la galopante globalización promovida por un desarrollo tecnológico sin
precedentes; el rescate de valores de las minorías étnicas; la diversidad más allá de la
noción de identidad o el libre desarrollo de la personalidad, van arraigándose como
valores irrefutables.

Se afianza el mandato de no censura, de intervención del Estado para regular asimetrías


en el acceso social a la vida cultural y educativa; el planteamiento de la cultura en función
contribuir a la superación de brechas sociales, como factor de convivencia y resolución de
conflictos derivados de la inequidad y el largo debate ideológico.

Es un momento en el que la hacienda pública tiene que ponerse un lente distinto, lo que
significa dejar de pensar la cuestión de la financiación como una cierta magnanimidad, un
peso o un gasto, para redefinirla en forma de estrategia necesaria, obligatoria; una
verdadera inversión social.

En qué estamos, de qué hablamos

Afirmar la centralidad de la cultura en el proceso social y su repercusión en el portafolio


económico e intergubernamental, exige una acción conjunta Estado - sociedad civil en
cuanto a la construcción de políticas, estrategias, regulaciones o iniciativas.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 61

Pero implica, prioritariamente, sin dirigismos ni censuras, la provisión de recursos,


estímulos y facilidades suficientes y sustentables.

No de otra manera podría conseguirse que en el contexto internacional los sectores


creativos en campos audiovisuales, editoriales, musicales, de espectáculos o de diseño
contribuyan con más de un 7% al PIB mundial, ni podríamos ejemplificar, como
recurrentemente se hace, que los aportes en los EE. UU o la Unión Europea estén en
similar rango.

Tampoco habríamos alcanzado la evidencia de que Colombia, en pocos años, se sitúa en


los primeros lugares de las industrias editorial o audiovisual en América Latina o que
figure como uno de los mayores exportadores de bienes, productos y servicios culturales
en la región.

A fin de cuentas, en la hacienda pública moderna la cultura pasa a reconocerse en el


terreno de los llamados “bienes colectivos o meritorios, es decir, aquellas dinámicas que
generan externalidades de desarrollo humano y valores agregados a la economía, pero
que requieren intervenciones y estímulo toda vez que, en el mercado, por sí solas, no
tienen la capacidad suficiente para competir con las demandas de otros bienes o servicios
de primera necesidad.

Acudiendo al delicado recurso de la síntesis, se observa que el nuevo modelo de


financiación cultural en Colombia tiene piso muy específico en los artículos 70º, 71º, 333º,
350º y 359º de la Constitución, acogidos desde la doctrina filosófico-política de los
derechos culturales reconocidos por la comunidad internacional.

Claro está que hay otras disposiciones de validación de derechos y libertades asociadas a
la vida y la expresión cultural y al rol del Estado en sus niveles territoriales y
administrativos, sin embargo las mencionadas regulan en concreto el deber estatal de
promover el acceso a la cultura en igualdad de oportunidades, el de crear incentivos o
estímulos para personas e instituciones; asimismo, sustentan la intervención en la
actividad económica de los particulares en salvaguardia del patrimonio cultural, el
concepto de gasto público social y la provisión de rentas de destinación específica.

Es allí donde tiene piso el sistema de estímulos económicos a la iniciativa artística y


creativa, los incentivos fiscales, las contribuciones parafiscales, el entramado de apoyos
financieros en múltiples líneas de las agencias estatales; aquellos que podemos
identificar, por ejemplo, en las leyes 98 de 1993 (Libro); 397 de 1997 (Ley de Cultura),
814 de 2003 (ley de Cine); 1185 de 2008 (Patrimonio); 1379 de 2010 (Bibliotecas
públicas) 1493 de 2011 (Espectáculos de artes escénicas), o el reciente Plan Nacional de
Desarrollo.

Del mismo modo, es ese el origen de los variados incentivos previstos en el Estatuto
Tributario (deducciones, descuentos, exenciones entre otros), o los impuestos de
destinación cultural específica como el de consumo de telefonía celular; la plataforma de
la financiación para sectores científicos, tecnológicos y de innovación; las facultades de
inversión de la Nación y las entidades territoriales en sectores creativos o los recursos del
sistema general de Participaciones en porcentaje fijo a hacia la actividad cultural.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 62

Pasos al futuro

La apreciación del quehacer cultural y creativo ha avanzado de manera notable en cuanto


concierne a la política institucional - comunitaria: su consagración en el más alto nivel de
derechos humanos; la democracia de la construcción de estrategias, lo que ha dejado de
ser puramente público para dar paso a mecanismos de participación ciudadana en la
toma de decisiones y control (naturalmente, sin dejar de mirar que el Sistema Nacional de
Cultura debe fortalecerse mucho más en esa dirección).

Así también valoramos el componente intersectorial en donde la cultura deja de ser


reducto de las instituciones culturales para atraer acciones compartidas de organismos de
tecnologías de la información, el comercio, trabajo, turismo, educación, hacienda pública o
la ciencia, la tecnología e innovación.

Es época de fronteras difusas entre la oferta cultural y las industrias del entretenimiento.
Aquí vemos un potenciado motor del mercado que refulge ya solo en las infraestructuras
tradicionales sino en el casi mágico universo digital y tecnológico, con reinventadas
maneras de producir, comunicar y distribuir sus valores simbólicos.

Tal es el contorno en el que el país le apuesta desde la política cultural y creativa del
actual gobierno (la llamada Economía Naranja) a aumentar hasta un 5.1 por ciento el
valor agregado de estos sectores en las cuentas nacionales, lo que significa casi duplicar
el actual.

Un reto de dimensiones trascendentales que no puede tener otra finalidad que la de


propiciar mejores condiciones para el desarrollo social y económico; para consolidar
alternativas de paz y reconciliación. De lo contrario resultaría vacío.

Cuando se observa sin recelo esta propuesta de estrategia nacional no se ve que se trate
de una plataforma únicamente pensada para las empresas rentables; ni para los
conglomerados de las industrias del entretenimiento, o que implique invisivilizar
expresiones populares o atávicas de la cultura.

Tampoco se promulga como un lineamiento para que cada artista, pintor o bailarín se
convierta en empresa, si bien hay una estrategia en función del escalamiento y
fortalecimiento de las empresas culturales.

Claramente hay aquí una oportunidad. Una sinergia que pretende aportar mayores
herramientas para situar en el centro de la agenda social y económica a la creatividad, la
vida cultural y la diversidad de la expresión simbólica del país.

Es más que nada una aspiración. Esa aspiración que ha venido construyéndose, tal como
empieza este relato, desde finales del siglo XX y en lo que transcurre de este.

El Consejo de Economía Creativa, casi un consejo de ministros, presidido por el


presidente de la República, con asistencia de las cabezas de la DIAN; FINDETER, SENA;
Planeación Nacional, entre otras entidades, representa una oportunidad de una anhelada
mesa en donde todos se sienten a diseñar medidas, acciones, estrategias e instrumentos.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 63

Los documentos CONPES de Cine y de Industrias Culturales (2007 y 2010), entre otros,
movilizaron ese tipo de acción intergubernamental. Una oportunidad que aquí se
consolida en cuanto cada entidad del nuevo Consejo adquiera compromisos para situar al
país como uno de los más importantes actores en el mundo desde la creatividad cultural;
para dotar mejores herramientas (presupuestos, incentivos, financiaciones, créditos,
garantías); mejor formación en oficios y formación calificada profesional, aquello que es
dificultoso y se reclama desde la gestión cultural.

Ya se ven resultados: el Plan Nacional de Desarrollo en donde se incorporan un incentivo


para que las inversiones en proyectos culturales de todos los sectores (artes, teatro,
danza, infraestructura cultural, bibliotecas, videojuegos, artesanías, diseño, entre otros),
reciban una deducción tributaria del 165%, similar y equilibrada con el que permitió
transformar la historia del cine en el país desde la Ley de Cine en 2003. Sin duda el
incentivo más fuerte a nivel nacional

Por otra parte, el modelo de Áreas de Desarrollo Naranja, concebidas como espacios
definidos por las alcaldías, en donde pueda hacerse renovación del territorio a partir de
distritos culturales, musicales, o audiovisuales, entre otros muchos. Áreas del territorio en
donde se fortalezca la vocación cultural y a partir de esto, el turismo, la renovación, el
comercio, la convivencia y el acceso ciudadano a la oferta cultural.

Las entidades territoriales quedaron facultadas para asignar beneficios, exenciones de


impuestos prediales, eliminación de cargas públicas. Lo más importante: las inversiones
que se hagan allí por empresas culturales, personas o incluso entidades públicas en
asociaciones publico-privadas pueden pagar sus impuestos con esas obras. Esto de la
misma forma que se estableció para las zonas más afectadas por el conflicto armado
(ZOMAC).

Un tercer instrumento que se suma a la ley de cine del año 2003 y a la ley de filmaciones
del año 2012, nace con el Plan Nacional de Desarrollo. Se trata de un descuento tributario
del 35% para quienes inviertan en todo género de producción audiovisual en Colombia;
pero siempre que inviertan en artistas, técnicos, servicios de producción y postproducción
y logística de hotelería, alimentación y transporte colombianos.

Revisar el mapa de las nuevas o fortalecidas financiaciones en materia cultural es


siempre obligado para quienes trabajamos en estos campos. El Ministerio de Cultura tiene
la inmensa tarea de comunicarlas.

Nunca hemos dicho que todo esté bien, incluso pocas veces reconocemos que algo ande
bien. Menos afirmaríamos que alguien inventó la rueda en materia de políticas culturales,
que hay un nuevo estatus que no dependa de todo lo avanzado en el pasado.

Aspiramos sí a que día tras día, gobierno tras gobierno, la cultura, la libertad de
expresión, la creatividad --a las que defendemos de manera irreductible en virtud de su
capacidad de evasión, de emancipación o de transformación--, tengan mejores e
inatajables vuelos.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 64

3.2. FORTALECIMIENTO Y ARTICULACIÓN INSTITUCIONAL, FINANCIACIÓN E


INCENTIVOS




“Esta actividad económica ha logrado cambiar nuestras vidas en el arduo camino
de emprender, puesto que a las mujeres nos ha visualizado como minoría; (nuestro
proyecto) se ha convertido en una alternativa para producir, desde lo que sabemos,
a partir de lo que nos identifica y que se ha venido transmitiendo de generación en
generación. Esto nos ha dado la posibilidad de ser reconocidos como personas con
una riqueza cultural que también consiguen empoderase en un mercado de alta
competencia”.

Clotilde Henry, representante legal de la Asociación de Posadas Nativas -


Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Patrimonio y Turismo
Cultural.

En 2012, un grupo de expertos de los países miembro de la Unión Europea (UE), elaboró
un documento de lineamientos de política pública, denominado: How can cultural and
creative industries contribute to economic transformation through smart specialisation?, el
cual tiene como propósito orientar los planes, acciones y recursos dirigidos a estimular el
potencial de la cultura en el desarrollo local, regional y nacional, así como sus efectos que
irradian la economía en un sentido más amplio.

Según a estos expertos, el marco para el desarrollo de las industrias creativas y culturales
(ICC) contempla tres grandes ejes: A) la creación de precondiciones favorables, B) las
estrategias de fortalecimiento de las ICC, y C) los efectos de este crecimiento que irradian
el resto de la sociedad y la economía en un sentido más amplio. El siguiente diagrama
ilustra los componentes de los tres ejes:



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 65


Fuente: Comisión Europea (2012)
Nota: Gráfico en proceso de traducción

Conforme a lo anterior, la creación de precondiciones para el desarrollo de la economía


creativa está asociado directamente a la formulación e implementación de un entorno
institucional robusto y favorable al fortalecimiento y fomento de dichos sectores sociales y
económicos. Este objetivo presenta al menos dos grandes desafíos. El primero consiste
en la formulación e implementación de instituciones formales, normas que reconozcan,
regulen de manera adecuada e incentiven las actividades culturales y creativas. De
acuerdo con la conocida definición planteada por Douglass North (1993 and 2003), las
instituciones pueden ser entendidas como las reglas de juego en una sociedad o, más
formalmente, las limitaciones creadas por los seres humanos que dan forma a la
interacción humana. Estas reglas del juego incluyen limitaciones formales (leyes,
reglamentos, constituciones) e informales asociadas a la información transmitida
socialmente y a la cultura (rutinas, costumbres, tradiciones), así como a los mecanismos
de aplicación correspondientes, que pueden ser cognitivos, emocionales, sociales o (para)
legales (Abitbol, 2013).

En los últimos años, se ha demostrado que uno de los factores decisivos para el
desarrollo es la existencia de instituciones políticas y económicas inclusivas (Acemoglu y
Robinson, 2012), del mismo modo que la democracia (especialmente en su variante
participativa) es relevante para el crecimiento económico, al ser una suerte de meta-
institución para construir buenas instituciones, en tanto permite agregar y procesar el
conocimiento local, lo cual a su vez facilita un crecimiento económico de mayor calidad
(Rodrik, 2000). Del mismo modo, autores como Jordi Tena Sánchez (2009) argumentan la
importancia del buen diseño de las instituciones formales para favorecer la orientación del
comportamiento de las personas y organizaciones hacia el bien común, el cumplimiento y
la virtud cívica.

En el caso de Colombia, luego de la Constitución de 1991 se han expedido e


implementado algunas instituciones culturales, de naturaleza formal, que en conjunto han



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 66

permitido avanzar en la creación de un entorno normativo fuerte y bastante estable para el


desarrollo de la economía creativa y la sostenibilidad de los procesos culturales. Entre
estas normas se encuentran la Ley 98 de 1993 sobre democratización y fomento del libro;
las Leyes 814 de 2003 y 1556 de 2012 sobre el fomento de la actividad cinematográfica y
del territorio colombiano como escenario para el rodaje de obras cinematográficas; la Ley
1379 de 2010 mediante la cual se organiza el sistema nacional de bibliotecas públicas y
se dictan medidas para su fortalecimiento y financiación; la Ley 1493 de 2011 enfocada
en la formalización el fortalecimiento de los espectáculos públicos de las artes escénicas.

Al respecto, Germán Rey (2017) sostiene que la Ley de espectáculos públicos —1493 de
2011— ha tenido destacadas repercusiones en la financiación de la cultura y que el éxito
en el campo cinematográfico se debe en buena medida a la existencia de las dos leyes de
cine, las políticas públicas y las determinaciones del CONPES sobre el tema, así como a
toda la institucionalidad pública y privada derivada de dichas normas y políticas, que ha
hecho un buen trabajo en la aplicación y desarrollo de las mismas.
La Ley 1834 de 2017 o Ley de Economía Naranja, se ubica en esta tradición de normas
estructurantes del sector cultura y tiene como propósito brindar los lineamientos de una
política integral de la economía naranja, que permita ubicar a la creatividad y la cultura en
el centro de una agenda de desarrollo y en el núcleo de las prioridades de la política
pública nacional, tal como se aprecia en la creación del Consejo Nacional de la Economía
Naranja, integrado por 7 ministerios y otras 5 entidades del Gobierno Nacional.
La regulación de la economía naranja tiene como objetivos establecer mecanismos de
articulación institucional, organizar y simplificar los trámites del sector, estimular la
provisión de recursos financieros y la generación de los incentivos necesarios para la
conformación de un entorno propicio que permita el fortalecimiento de las actividades,
proyectos y agentes culturales y creativos, ayude a mitigar el riesgo presente en la gestión
de estos campos para estimular el desarrollo local de organizaciones culturales que tienen
un impacto positivo en el bienestar social y económico de su entorno inmediato e impulsar
a nivel general el crecimiento y la gestión sostenible de las empresas orientadas a la
producción, circulación y consumo de bienes y servicios culturales.

De este modo, el Plan Nacional de Desarrollo –PND- reconoce al sector cultural y


creativo como uno de los sectores con mayor potencial para acelerar el cambio social en
Colombia. El PND, por primera vez, a través del capítulo denominado Pacto por la
protección y promoción de nuestra cultura y desarrollo de la economía naranja, incluye un
conjunto de estrategias específicas orientadas al fomento de la gestión cultural en los
territorios, la protección y salvaguarda de la memoria y el patrimonio cultural de la Nación
y el desarrollo del emprendimiento de base artística, creativa y tecnológica para la
creación de las nuevas industrias

En desarrollo de lo anterior, la Ley 1955 de 2019, mediante la cual se adopta el Plan


Nacional de Desarrollo 2018 – 2022, incluye al menos 25 artículos que tienen una
incidencia directa e indirecta en el fortalecimiento de la economía creativa, según se
aprecia en la siguiente tabla:



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 67

AR T ÍC UL O S E C O NO MÍA NAR ANJ A E N P ND 2018 - 2022

Inc idenc ia

7i D irec ta Indirec ta C onex a


25 artíc ulos 10 artíc ulos 8 artíc ulos 7 artíc ulos

INF O R MAC IÓ N 148

INS T IT UC IO NE S 147

IND US T R IA 162,167, 177 y 178 168, 182 y 311 166

INF R AE S T R UC T UR A 115, 179 y 209 264 309

INT E G R AC IÓ N 114 110 y 310

INC L US IÓ N 154 193, 195 205

INS P IR AC IÓ N 180 181 169

Entre estos artículos se destacan los siguientes cuatro: (i) 177, que amplía por 10 años la
Ley de Filmación Colombia (1556 de 2012, hasta 2032) y extiende sus beneficios a otros
géneros audiovisuales; (ii) 178, que crea el Certificado de Inversión Audiovisual en
Colombia, descontable del impuesto de renta hasta por un valor equivalente al treinta y
cinco por ciento (35%); (iii) 179, que define las Áreas de Desarrollo Naranja (ADN) y les
hace extensivo el beneficio fiscal de obras por impuestos consagrado en la Ley de
Financiamiento (1943 de 2018); y (iv) 180, que establece una deducción del 165% en el
impuesto sobre la renta para inversiones y donaciones en proyectos de la economía
creativa. Este último artículo contiene la financiación vía incentivo fiscal de más amplio
alcance para el sector creativo y cultural en la historia nacional.

Aunado a lo anterior, conviene señalar la expedición de Ley de Financiamiento (1943 de


2018), que contempla varios instrumentos que permiten que los emprendedores,
organizaciones y empresas del sector cultural y creativo accedan a recursos financieros o
atraigan inversión para la puesta en marcha o gestión de su actividad productiva. Las
empresas creativas se beneficiarán de una exención en el impuesto a la renta por siete
años a partir de su calificación por parte del Comité de Economía Naranja del Ministerio
de Cultura, para lo cual deberán tener su domicilio principal en territorio colombiano y ser
constituidas e iniciar su actividad económica antes del 31 de diciembre de 2021. Deberán
garantizar una cantidad mínima de inversión y la generación de empleos, los cuales
deben estar relacionados directamente con las industrias de valor agregado tecnológico y
actividades creativas. La Ley también contempla la exención del impuesto sobre las
ventas de varios bienes y servicios culturales y creativos.

Si bien la regulación cultural en Colombia es robusta, también se debe señalar que es


perfectible y no es exhaustiva, de modo que siempre será un desafío analizar los cambios


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 68

en las dinámicas de los sectores que integran la economía creativa, con el fin de
identificar los cuellos de botella que limitan el crecimiento de estas actividades, así como
los cambios tecnológicos y de otra índole que conllevan el desarrollo de nuevas
regulaciones o la actualización de las existentes, como es el caso de la tributación y los
derechos de autor en el universo digital y de las TIC.

Finalmente, se identifica como un gran reto para el país el desarrollo de herramientas


institucionales (formales y no formales) que permitan, de manera consistente y
sistemática, la “irrigación” y conexión de la economía naranja con el resto de la sociedad y
con otros sectores económicos y sociales.

3.2.1. Escenarios e instancias para la articulación
El segundo gran desafío para crear un entorno favorable a la economía creativa consiste
en la generación de mecanismos, instancias y estrategias de articulación organizacional
entre los sectores público y privado, en los ámbitos nacional y territorial. Se busca, por
tanto, lograr una adecuada articulación institucional que permita lograr mayor eficacia en
la ejecución de los planes, programas y proyectos diseñados para el fortalecimiento del
sector, así como crear o fortalecer herramientas de financiación e incentivos, y generar un
aprovechamiento real de los mismos, de manera que se estimule a los diversos actores
sociales que componen el ecosistema a incrementar la producción, la inversión, el
consumo, el saldo en la balanza comercial y la apropiación de las manifestaciones
culturales y creativas. Ambos aspectos deben contribuir a generar un desarrollo
sostenible, una mejor gestión del riesgo, y mitigar las fallas de mercado y de coordinación
presentes en el sector cultural y creativo.

La articulación se debe dar en varias instancias: entre las instituciones culturales del
gobierno central y las de los gobiernos locales, entre ministerios y órganos especializados
que tienen injerencia en el desarrollo sectorial, y a través de lo que se ha denominado el
modelo de relaciones de triple hélice entre universidad, industria y gobierno, que de
acuerdo con González (2009) ha probado ser fructífero como esquema normativo para las
políticas de innovación. Una apropiada implementación de la política pública, de sus
incentivos e instrumentos de financiación supone el diseño de modos de gobernanza
efectivos, la existencia de una arquitectura institucional adecuada que permita realizar un
trabajo coordinado a nivel gubernamental y el incremento de las capacidades de los
diferentes agentes que hacen parte del ecosistema sectorial para aprovechar la oferta
institucional existente y valerse del marco normativo establecido para fortalecer y proteger
la producción cultural, incrementar el acceso y garantizar el cumplimiento de los derechos
culturales.

En Colombia, varias experiencias dan cuenta de una articulación institucional que ha


permitido generar sinergias a nivel de política pública para el fortalecimiento del sector.
Desde la creación del Ministerio de Cultura en el año 1997, se han venido fortaleciendo
procesos, proyectos y actividades realizadas en asociación con entidades del orden
nacional como el Ministerio de Relaciones Exteriores, el MinTIC, el MinCIT, la RTVC –
Sistema de Medios Públicos, la Autoridad Nacional de Televisión, el SENA y la Dirección
Nacional de Derecho de Autor, entre otros. También se ha fortalecido la articulación entre
el nivel central y el nivel territorial a través del trabajo conjunto con las entidades
municipales de cultura desde la Dirección de Poblaciones, la Dirección de Fomento


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 69

Regional, las Direcciones de Artes, Cinematografía y Comunicaciones, así como los


Grupos de Emprendimiento Cultural (actualmente fusionado con el Viceministerio de
Creatividad y Economía Naranja) e Infraestructura.

Otros ejemplos de articulación en la última década son el trabajo conjunto realizado a


través de las mesas sectoriales del SENA de audiovisual, artes escénicas, música y
diseño, entre otras, para contribuir a la identificación de las necesidades de formación y
cualificación del sector, las convocatorias del Fondo Emprender-Mincultura que durante
años han entregado capital semilla para iniciativas empresariales en el campo cultural y
creativo y el trabajo realizado entre el Grupo de Emprendimiento Cultural de Mincultura y
MinTIC a través del Programa de Transformación Productiva, que evaluó la inclusión de
sectores culturales dentro de los sectores de talla mundial. A su vez, Bancóldex, con el
apoyo del Fondo Nacional de Garantías y la participación de Mincultura han establecido
líneas de crédito y garantías específicas dispuestas especialmente para el sector.

Desde el sector privado varias entidades gremiales también han desarrollado un trabajo
importante. Por ejemplo, Fedesoft, ha trabajado durante más de 30 años por el
fortalecimiento de la industria del software nacional para volverla más competitiva en el
entorno internacional y ha establecido espacios permanentes de diálogo con MinTIC y
otras instituciones de gobierno para analizar y trazar rutas de trabajo para solucionar las
problemáticas del sector. Por su parte, la Asociación Colombiana de Actores, ACA,
creada para la defensa y promoción de los intereses de las actrices y actores
colombianos, ha mediado en la sanción de leyes que velan por los derechos laborales del
gremio. Otro ejemplo importante es el del sector audiovisual, en donde agentes privados e
instituciones públicas han logrado ponerse de acuerdo para sacar adelante leyes,
regulaciones e incentivos que han beneficiado al sector y que hoy en día son un ejemplo
en toda la región latinoamericana. Aunque aún queda mucho trabajo por delante en lo que
respecta al fortalecimiento de las capacidades gremiales, varias de estas organizaciones
han fortalecido su actividad en los últimos años y se han convertido en espacios
importantes de interlocución con el gobierno.

Estos antecedentes constituyen importantes avances de articulación en lo público y en lo


privado. Su alcance debe ser ampliado en esta nueva etapa de fortalecimiento a las
industrias culturales y creativas extendiendo las redes de cooperación interinstitucional a
través de la participación de una mayor cantidad de entidades gubernamentales, el
fortalecimiento de los espacios de concertación, el trabajo conjunto con el sector privado y
la creación de otros mecanismos que permitan una ejecución organizada de la política.
Igualmente, se debe priorizar la articulación en regiones para ampliar las vías de un
desarrollo local inclusivo y equitativo, y dar mayor respuesta a las necesidades de
financiación de los agentes del sector creativo.

Más recientemente, el Plan Nacional de Desarrollo 2018 - 2022 establece funciones


específicas para las entidades que conforman el Consejo Nacional de Economía Naranja
–CNEN- para el financiamiento de la economía naranja, el aprovechamiento de la oferta
estatal para el desarrollo de las industrias creativas y el impulso de las agendas de
municipios, ciudades y regiones creativas. Por su parte, la Ley integra al CNEN dentro del
Sistema Nacional de Competitividad e Innovación, lo cual le permitirá trabajar de la mano
de las Comisiones Regionales de Competitividad e Innovación y las instancias regionales,
departamentales y territoriales que coordina la Comisión Nacional. También establece la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 70

posibilidad de realizar alianzas público - privadas que permitan garantizar la sostenibilidad


y aprovechamiento de bienes de interés cultural.

El desarrollo de esta línea tiene un enfoque que favorece las acciones de orden territorial
y el reconocimiento de las condiciones necesarias para el desarrollo local, y toma en
consideración las características y particularidades de municipios, ciudades y regiones en
su implementación. Para ello se desarrollarán agendas creativas en donde se buscará la
corresponsabilidad entre los gobiernos locales en el desarrollo de la economía naranja y
se establecerán alianzas con actores privados en los territorios y con las Redes
Regionales de Emprendimiento para el fortalecimiento del sector. De igual manera, se
desarrollará un trabajo conjunto con gremios, Cámaras de Comercio, Cajas de
Compensación, regionales del SENA, Universidades y sociedades de gestión colectiva
para fortalecer los ecosistemas de apoyo para los agentes del sector creativo, y se
fortalecerá el programa Nodos como estrategia para ampliar el alcance de la articulación
institucional a nivel territorial.

Para el establecimiento de las agendas se agrupan los territorios y zonas del país de
acuerdo con sus características socio económicas y el estado de desarrollo del sector
cultural y creativo. De acuerdo con este análisis se establecen tres categorías territoriales
corresponden a ciudades y dos categorías zonales. En las categorías de ciudades se
encuentra un primer grupo que cuenta con potencial consolidado, otro grupo con potencial
intermedio y otro de ciudades con potencial temprano. Adicionalmente se identifican
zonas de desarrollo emergente y zonas que tienen un potencial específico para el
desarrollo del turismo cultural.

3.2.1.1. La articulación en regiones

El desarrollo territorial requiere de procesos de cambio institucional que modifiquen las


reglas del juego e involucren a actores del gobierno, actores privados y propios del
territorio. Con una mayor articulación se logra menor sobre posición y duplicación de las
políticas, mayor eficiencia en la oferta de servicios, menor gasto de recursos e incremento
en la confianza entre los actores en la medida que se establece mayor vinculación entre
ellos (Fernández, 2017). En Colombia, existen grandes brechas en los territorios en
relación con el nivel de desarrollo de las capacidades institucionales y de articulación del
sector. También es diferente en cada región el grado de avance en el cumplimiento de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible a 2030, para lo cual el sector creativo debe contribuir
decisivamente. Constituye un reto realizar un trabajo diferenciado para lograr generar un
impacto real que responda a las necesidades del entorno y aprovechar el potencial
creativo de cada territorio.

Es por esta razón que la definición de agendas naranja, deben estar segmentadas a partir
del reconocimiento de las capacidades instaladas en el territorio, sus vocaciones
culturales y patrimoniales, el recurso humano disponible, la masa crítica empresarial y la
infraestructura entre otros factores. Se puntualizan para efectos del despliegue territorial
en esta Política, territorios con potencial temprano (Ibagué, Pasto, Popayán, Cúcuta,
Villavicencio); intermedio (Cartagena, Santa Marta, Pereira, Valledupar, Armenia) y
consolidado (Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Medellín, Bogotá, Manizales). Para tener
una línea base en esta ciudades y tomando como referencia la Base de datos de la
planilla integrada de liquidación de aportes PILA del Datlas de Bancoldex, para el 2017 el


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 71

número de empresas de Economía Naranja constituidas legalmente fue de 26.7708. Estas


empresas generaron más de 174 mil empleos formales con un promedio salarial $
1.400.000 (un millón cuatrocientos mil pesos m/cte). Adicionalmente a nivel nacional el
DANE señala que durante el 2017 el número de personas ocupadas en la Economía
Naranja ascendió a 282.566. Esta línea base permite partir de reconocer una realidad
territorial frente a los temas de productividad que se busca transformar, consitando el
interés de agentes privados, públicos y mixtos.

Existen varios antecedentes de articulación territorial que han logrado incidir de manera
positiva pero limitada en el desarrollo local. Una de las experiencias más interesantes es
la del Grupo de Emprendimiento Cultural de Mincultura que desarrolló entre 2010 y 2018
los Laboratorios Sociales de Emprendimiento Cultural (LASO), una apuesta por incentivar,
motivar y apoyar procesos creativos y organizativos en red para el emprendimiento
cultural, y la producción de contenidos mediante el uso de nuevas tecnologías en los
distintos municipios del país. Se realizó mediante la unión de esfuerzos entre MinCultura,
SENA, secretarías de cultura, universidades y organizaciones sociales y culturales.

Más recientemente durante el 2019, la estrategia Nodos de Economía Naranja realizada


en 17 municipios y 8 mesas de trabajo, para articular 25 redes del país, que buscan
consolidar un circuito creativo en las zonas donde se hace presencia. Esta estrategia se
despliega a través del Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e
Innovación - SNCTeI, y el Sistema Nacional de cultura – SNCu. A través de los Nodos se
han desarrollado ejercicios de planificación participativa entre agentes del sector e
instituciones locales para identificar necesidades del sector y rutas de trabajo para el
diseño de circuitos creativos. Estos nodos trabajan de la mano con las Comisiones
Regionales de Competitividad para incorporar las iniciativas naranja, en las Agendas
integradas de Competitividad, que involucran Gobernaciones y Alcaldías, Regionales del
SENA, Gremios, universidades Cámaras de comercio, Cajas de compensación Familiar y
Fondos Mixtos de Cultura.

En el marco de la estrategia de Nodos de Economía Naranja ha sido importante el trabajo


realizado por las Cámaras de Comercio y las comisiones Regionales de Competitividad
con los clústeres para establecer espacios de diálogo entre sector público y privado.
Destacan la gestión del Clúster de Industrias Creativas y de Contenidos de la Cámara de
Comercio de Bogotá que ha provisto desde 2012 numerosos espacios de networking y
fortalecimiento empresarial y de PacifiTIC, el Clúster TIC del Pacífico Colombiano, que ha
facilitado el desarrollo de las industrias y entidades que usan intensivamente las TIC en la
región. Son igualmente valiosas y replicables experiencias de articulación como las de
AtlántiCocrea, una iniciativa que parte del ámbito privado con el objeto de fortalecer
competencias de innovación colaborativa y desarrollo tecnológico mediante
entrenamientos especializados, apoyada por la Gobernación del Atlántico, Renata y
Caribetic, entre otros.


8
Estas empresas pertenecen a los sectores de agencias de noticias, bibliotecas y archivos, fotografía, radio y tv., actividades
relacionadas con bases de datos, teatrales y otras actividades artísticas, arquitectura e ingeniería, consultores y programas de
informática, salas de exhibición, jardines botánicos, juegos y juguetes, libros y otras publicaciones, industria fonográfica, museos y
preservación, periódicos y revistas, producción audiovisual, publicidad.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 72

La apuesta de esta política es contribuir a fortalecer las iniciativas existentes y


complementar estos avances con la puesta en marcha de otras estrategias diferenciadas
de desarrollo territorial que articulen la inclusión productiva con la inclusión social de los
agentes creativos. El incremento de producción artesanal adaptada al cambio climático
gracias al apoyo de organismos internacionales, el trabajo entre los productores y el
sector público para el desarrollo de capacidades locales para el diseño de estrategias de
internacionalización de productos locales sobre las bases de un comercio justo, o la
articulación con las instituciones educativas presentes en el territorio para la identificación,
apropiación y valorización de los productos locales, son solo algunos ejemplos de las
muchas estrategias que pueden llegar realizarse de manera conjunta para lograr
desarrollar los entornos productivos en beneficio de los creadores locales generando un
impacto social positivo en la población.

3.2.2. Costos, productividad e innovación en el sector creativo

Los dos desafíos descritos anteriormente permiten abordar dos problemáticas inherentes
a la economía creativa, asociadas a las particularidades de productividad e innovación,
por una parte, y las características de “altos riesgos y largos retornos” de este tipo de
actividades.

En cuanto al primer asunto, la productividad mide el nivel de desempeño de un agente al


convertir insumos en productos o servicios. Cuanto mayor es la productividad, menos
insumos se requieren para la obtención de un producto o servicio determinado. A su vez,
la eficiencia de costos se define como la relación entre el costo mínimo factible de
producción, dada la eficiencia técnica y de asignación y el costo real observado. Se dice
que un productor es costo-eficiente si utiliza las mejores tecnologías disponibles para la
producción y los insumos productivos en proporciones óptimas (Taalas, 2011).

Debido a la gran diversidad de productos y servicios que existen en el sector cultural y


creativo, se presentan grandes diferencias en cuanto a la gestión de costos y los niveles
de productividad. Varios análisis económicos encuentran que algunas organizaciones del
sector, como por ejemplo los museos, establecen precios socialmente óptimos que cubren
sus costos de operación, pero no los costos de capital. Por su parte, el sector de las artes
escénicas enfrenta costos crecientes y un estancamiento en la productividad debido a
que, por su naturaleza no es posible hacer más eficiente la producción por hora de una
cantante o un bailarín. También es el caso del producto artesanal, cuya productividad está
limitada por la capacidad del trabajo manual. Esta característica se conoce como la
enfermedad de costos de Baumol y es típica de actividades que requieren de un alto
componente de interacción humana, y que no son susceptibles de mecanización.

Contrario a los ejemplos mencionados anteriormente, Benavente y Grazzi (2018) señalan


cómo en sectores como el audiovisual, las mejoras tecnológicas han modificado
profundamente los procesos de producción y visualización de contenidos haciéndolos
más innovadores y con una producción más eficiente en comparación con los resultados
obtenidos mediante el uso de las tecnologías precedentes.

Igualmente, existen sectores creativos que producen innovación y mayor productividad


dentro otras las industrias tradicionales. Los autores señalan como en las industrias en las
que el producto final es funcional, los insumos estéticos pueden ser componentes clave


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 73

del proceso de producción, por determinar la percepción de funcionalidad que tiene el


consumidor final. En este sentido, actividades como el diseño se asocian a mejoras
significativas en productividad, innovación y ventas en otros sectores. También,
tecnologías desarrolladas por la industria creativa pueden utilizarse en otros sectores de
la economía para la creación de nuevos productos.

De acuerdo con Taalas (2011), a nivel general, ha existido un interés limitado en el


análisis empírico de los sistemas de producción culturales debido al escaso conjunto de
datos disponibles sobre producción de bienes y servicios en este sector, y a lo
problemático que resulta encontrar medidas de análisis apropiadas. Para el caso
colombiano se ha evidenciado que efectivamente existe información asimétrica en
términos de selección adversa o riesgo moral acerca de las estructuras de costos y
productividad en el sector creativo, y que eventualmente causa fallas de mercado y por lo
tanto ineficiencias en los resultados. Aunque se han realizado algunas aproximaciones en
el campo cinematográfico a través de investigaciones financiadas con recursos públicos.
Por ejemplo, el estudio Caracterización de los esquemas de viabilidad de películas
colombianas estrenadas en 2016 (Lado B para Proimágenes, 2017), evalúa costos de
producción y promoción diferenciados de películas nacionales comerciales y autorales, y
la viabilidad de estos proyectos cinematográficos teniendo en cuenta los costos,
estrategias de financiación y posibilidades de rentabilidad. Otros estudios y análisis han
permitido determinar que en general, las organizaciones nacionales presentan dificultades
a la hora de apropiar nuevas tecnologías y optimizar los costos de producción. En el caso
de los sectores que por sus características intrínsecas enfrentan la enfermedad de costos,
las organizaciones tienen dificultades para desarrollar su gestión de manera sostenible si
no cuentan con subsidios.

Desde la regulación y la política pública se pueden adoptar varias estrategias en


respuesta a las condiciones particulares de costos y productividad en el sector creativo.
Por un lado, se reconoce la calidad de bienes meritorios de manifestaciones culturales
que, si bien no pueden alcanzar la eficiencia en costos debido a sus características
intrínsecas, son portadoras de valores simbólicos, y tienen un rol fundamental en la
construcción de identidad social y la mejora de la calidad de vida de la población, por lo
cual necesitan de políticas específicas para desarrollar su potencial como generadoras de
riqueza económica y cultural. Tal es el caso de las artes escénicas y espacios culturales
como museos, galerías, librerías u otros lugares donde se puede fortalecer el encuentro
con los públicos. Por otra parte, se pueden desarrollar instrumentos orientados a
diversificar la economía nacional al utilizar el potencial de los sectores relacionados con
las creaciones funcionales para irradiar la innovación de manera transversal.

3.2.3. Altos riesgos y largos retornos: una característica transversal

En Colombia el sector cultural y creativo está conformado en su mayoría por empresas y


organizaciones micro, pequeñas y medianas con necesidades particulares de financiación
y apoyo. Estas necesidades varían de acuerdo a factores como el nivel de desarrollo de la
organización, el subsector al que pertenece y el lugar en que se encuentra en la cadena
de valor. También incide el lugar geográfico en el que opera y la capacidad adquisitiva de
la población. Enfrenta riesgos adicionales dependiendo de si esta inserta en una cadena
de valor consolidada y si hace parte de una red con stakeholders que faciliten y
promuevan la contratación de talento humano calificado, acceso a recursos, y les permita


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 74

desarrollar capacidades que les facilite recibir una protección adecuada de su propiedad
intelectual, contar con redes de intermediarios para circular sus productos y relacionarse
con una audiencia que valora y apropia sus creaciones.

Los agentes culturales y creativos enfrentan diferentes niveles de competencia y


demanda en mercados fragmentados que afrontan muchas veces de manera orgánica y
orientados más por sus necesidades creativas que por estrategia de negocio.
Adicionalmente, tienen tiempos de retorno de las inversiones en el desarrollo de bienes y
servicios que suelen ser más largos que los del resto de la economía. En general, tienen
dificultades de acceso a financiación a través de la banca de primer piso, en tanto los
mercados financieros toman sus decisiones en función del valor de activos tangibles, pero
no del capital intangible, que muchas veces es el activo más valioso con el que cuenta
una empresa creativa. Todos estos motivos hacen que las organizaciones enfrenten un
alto riesgo en el desarrollo de sus actividades.

Adicionalmente, de acuerdo con los resultados de diagnóstico y análisis de la actividad


cultural en diecisiete ciudades en los cuales opera la estrategia Nodos, se encontró que
en todo el país hace falta vincular la actividad cultural con la sostenibilidad económica. De
acuerdo con el diagnóstico hay al menos dos mercados paralelos: un mercado comercial
relativamente grande, y uno o varios mercados alternativos de distintos sectores de la
cultura. En el primero ocurren los grandes eventos y las ventas de bienes y servicios
culturales de consumo masivo, y, por lo tanto, es donde se generan los mayores ingresos.
No obstante, la cantidad de empresas u organizaciones que acceden a estos mercados
es limitada. Por otra parte, los mercados alternativos y los mercados emergentes son
pequeños. En ellos circulan una diversidad de productos culturales que en ocasiones
tienen baja demanda y poca difusión (Lado B, 2016).

Las debilidades en los ecosistemas de apoyo, la falta de articulación institucional, el déficit


de infraestructura cultural débil y blanda y las dificultades para acceder a recursos
financieros o hacer uso de incentivos que atraigan mayores inversiones son factores que
indicen negativamente en el desarrollo de la labor de los agentes del sector. Teniendo en
cuenta estas características, se necesitan mecanismos específicos para la disminuir el
riesgo asociado a los proyectos culturales y creativos.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 75

3.3. INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO PARA EL DESARROLLO DE LA


ECONOMÍA CREATIVA

Mauricio Reina

Hablar del desarrollo de la llamada Economía Naranja conlleva algunas dificultades, y


la mayor consiste en que poca gente sabe exactamente qué es. Algunos dicen que se
trata de lo que producen los artistas, otros agregan lo que hacen los publicistas, y
algunos más estiran el concepto para incluir el trabajo de los desarrolladores de
software. Aunque parezca que estas actividades son demasiado diversas, todas
tienen un común denominador que le da coherencia al concepto: abarcan la
producción de bienes y servicios basados en actividades creativas y culturales, que en
muchos casos están protegidas por el derecho de autor.

Sin embargo, la precisión conceptual sobre qué es la Economía Naranja no resuelve


todas las inquietudes. Una vez delimitado su alcance a cuestiones vinculadas a la
creatividad y la cultura, viene el problema de cómo identificarlas y cómo medirlas.
Cualquier esfuerzo por mapear esa clase de actividades seguramente derivará en
importantes omisiones. La razón es simple: aunque varias de ellas se desarrollan a
gran escala, e incluso con técnicas industriales (como es el caso, por ejemplo, de la
televisión), muchas otras se adelantan de manera casi artesanal y en una escala
pequeña que puede escapar a los sondeos estadísticos formales.

En este contexto, las limitaciones en la identificación de las actividades culturales y


creativas se traducen, como es de esperar, en una subestimación de su generación de
valor y su impacto económico. Lo delicado de esta situación es que la adecuada
identificación y medición de una actividad constituye un requisito indispensable para
precisar su impacto económico y diseñar una política adecuada para su fomento.

Sin herramientas analíticas es imposible conocer aspectos esenciales de una


actividad productiva como su valor agregado, su generación de empleo y sus aportes
al fisco. Tampoco es posible precisar cómo son sus encadenamientos productivos y
cuáles son los cuellos de botella que limitan su desarrollo. Menos aún es viable
estimar de qué magnitud son los recursos necesarios para su desarrollo y cuál podría
ser el resultado esperado de una política de fomento del sector en cuestión.

Para ilustrar la importancia que tiene la medición, la valoración y el análisis de un


sector a la hora de formular e implementar políticas públicas para su desarrollo, vale la
pena revisar uno de los casos más exitosos de fomento de industrias creativas en
Colombia. En el país se han implementado políticas importantes en este sentido,
como la Ley para el fomento del Libro (1993), dos leyes para el sector cinematográfico
(2003 y 2012), y la Ley de Espectáculos Públicos (2011).

De ellas, quizás la más exitosa, en términos del desarrollo que ha logrado generar en
su sector, ha sido la Ley 814 de 2003, mejor conocida como la Ley del Cine. Ese
instrumento normativo ha propiciado la creación de instituciones y el acopio de
recursos que han permitido el despegue definitivo de la creación y la producción
cinematográfica en el país. Mientras en la última década del siglo pasado se
producían alrededor de tres películas al año en Colombia, algunas de las cuales a


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 76

veces nunca se estrenaban, la implementación de la Ley se tradujo en una


multiplicación de la actividad, al punto que en la década de los 2010s la producción de
cintas nacionales ha sido de 29 al año en promedio, alcanzando un pico de 44 en
2017, y una participación que ha llegado a superar el 8% en el total de asistencia a
cine en el país (8,4% en 2012).

En este proceso, la información y el análisis jugaron un rol clave. La discusión pública


del proyecto de la Ley del Cine y su posterior debate en el Congreso debían contar
con un sustento adecuado para hacer un diagnóstico de los cuellos de botella a
superar. Ante esa necesidad, el Ministerio de Cultura, en asocio con el Convenio
Andrés Bello, encomendaron a Fedesarrollo un trabajo analítico sobre el sector, que
terminó siendo parte de los estudios seminales sobre la economía de la cultura en el
país que en ese momento impulsaron las dos entidades.

El estudio ‘Impacto del sector cinematográfico sobre la economía colombiana:


situación actual y perspectivas’ terminó llenando ese vacío y se convirtió en referente
de las discusiones que acompañaron el proceso de gestación de la Ley. Es relevante
recordar cómo el estudio destacó la precariedad de la información disponible en ese
momento: “Es importante considerar que el sector cinematográfico es uno con escasa
disponibilidad de estadísticas. Por esta razón ha sido necesario usar al mismo tiempo
fuentes primarias y secundarias de información, haciendo el esfuerzo, sin embargo, de
asegurar su consistencia.” Para el efecto se llevaron a cabo encuestas con
productores nacionales, expertos internacionales y funcionarios del sector, que fueron
complementadas con estadísticas provenientes de otras fuentes.9

Como resultado de ese ejercicio, el estudio arrojó una estimación del aporte del sector
cinematográfico a la economía colombiana, en términos de valor agregado y empleo,
así como proyecciones de esas variables, con y sin una política de estímulos. Esos
análisis se convirtieron en el sustento técnico de la Ley 814 de 2003, que estableció
los principales instrumentos normativos que han permitido transformar el sector
cinematográfico en Colombia: una contribución parafiscal a cargo de los agentes del
sector e incentivos tributarios para quienes inviertan en el mismo.

Fueron tan importantes la importancia y su análisis para el proceso de gestación de la


Ley, que una de las principales recomendaciones del estudio fue la creación de un
sistema estadístico sectorial que permitiera superar las deficiencias detectadas en ese
momento. En desarrollo de esa propuesta, hoy en día el sector cinematográfico cuenta
con sistemas de información comprehensivos y oportunos, como los boletines ‘Cine en
cifras’ publicados periódicamente por Proimágenes en Movimiento, y los instrumentos
de seguimiento de taquilla desarrollados por los agentes privados del sector que
permiten hacer seguimiento, entre otras vairiables, a las contribuciones parafiscales
que constituyen la base de los estímulos previstos en la política.

Experiencias como esta ponen de presente la relevancia de contar con información


oportuna y confiable que permita tomar decisiones adecuadas sobre los sectores que
las autoridades pretendan promover. Por eso en los últimos años las autoridades y
otros agentes relevantes de las industrias culturales han hecho un trabajo notable para




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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 77

desarrollar sistemas de información que sean compatibles con aquellos que


usualmente se utilizan para apoyar las políticas públicas. Como resultado de esos
esfuerzos, hoy el país cuenta con instrumentos como la Encuesta de Consumo
Cultural, la Encuesta Nacional de Lectura y la Cuenta Satélite de Cultura
implementada por el DANE.

No obstante, esos avances estadísticos son insuficientes para respaldar un despegue


definitivo de las actividades cubiertas por la sombrilla de la Economía Naranja. Es
cierto que algunas de esas actividades —como el cine, la televisión, la música o los
libros— cuentan hoy con fuentes estadísticas confiables para guiar decisiones idóneas
de política. Sin embargo, el espectro de sectores que cubre esa sombrilla es
extremadamente amplio e inexplorado. Las actividades asociadas con la creación
intelectual y cultural que pueden tener un impacto económico trascienden por mucho a
las ya mencionadas, cuyo común denominador es el contar con un buen grado de
formalización. De hecho, buena parte del potencial que tiene la llamada Economía
Naranja radica en la promoción de actividades que hasta hoy han sido consideradas
artesanales y menores, y que cuentan con grandes posibilidades de desarrollo.

En suma, no puede haber un despegue de la Economía Naranja sin buenos análisis


sectoriales, y estos no se pueden adelantar sin buenos sistemas de información. Por
eso son bienvenidos los llamados que hace el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022,
cuando establece como uno de sus objetivos “promover la generación de información
efectiva para el desarrollo de la economía naranja”.10 Por supuesto que el camino es
largo y exigente, pero las autoridades cuentan con el faro de los sectores creativos y
culturales que han despegado a partir del análisis de información confiable y la
formulación de políticas adecuadas.



10
Departamento Nacional de Planeación, ‘Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, Pacto por
Colombia, Pacto por la Equidad’, capítulo X. 2018.


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3.4. INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO PARA TOMAR MEJORES DECISIONES

Cuando se habla de la importancia de la información y el conocimiento para el desarrollo


de un sector como el cultural y creativo, se invocan usualmente varias razones que se
podrían denominar como utilitarias. Una de ellas es la de ubicar al sector cultural en el
nivel macroeconómico, al medir el aporte que realiza al PIB y al empleo, en comparación
con otros sectores económicos. Por la misma vía, se pretende justificar una intervención
pública más decidida a favor de las industrias culturales y creativas. También se pretende
conocer mejor la estructura de la oferta y la demanda creativas. Otra más, es elaborar
análisis, comparaciones e interpretaciones globales sobre la dinámica del sector (Unesco,
2010).

Sin duda, todo lo anterior es importante. Sin embargo, hoy en día, parece insuficiente. La
información y el conocimiento necesarios para comprender la dinámica cultural en el
desarrollo sostenible de un país y sus habitantes deben reconocer el contexto social,
ambiental, económico e institucional en que se inscribe. Los diagnósticos deberán incluir
miradas y factores antes accesorios, hoy determinantes, como “la cultura política y su
ética, la estructura de lo público, el sistema y la estructura económica, el nivel y valores
educativos” (Unesco, 2010) entre otros fundamentales para diseñar esquemas de
sostenibilidad en la cultura y la creatividad. En consecuencia, no sería prudente leer
dichos esquemas de sostenibilidad únicamente en un sentido empresarial o contable, sino
que se hace necesario introducir una visión más cercana a los debates sobre la
importancia de lo cultural en el desarrollo humano.

Al respecto, el mismo concepto de desarrollo ha venido transitando desde una definición


muy cercana a la economía hacia una concepción multidimensional. En este sentido,
inicialmente los indicadores que servían para medir el desarrollo estaban asociados en su
mayoría a la satisfacción de necesidades básicas insatisfechas o eran de tipo netamente
económico como el PIB per-cápita, el empleo, la productividad, etc. Más recientemente, el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ha definido el Desarrollo Humano como
“un paradigma de desarrollo que va mucho más allá del aumento o la disminución de los
ingresos de un país. Comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan
desarrollar su máximo potencial y llevar adelante una vida productiva y creativa de
acuerdo con sus necesidades e intereses”11.

El mismo documento, más adelante, señala que “el objetivo es la libertad del ser humano.
Una libertad que es fundamental para desarrollar las capacidades y ejercer los derechos.
Las personas deben ser libres para hacer uso de sus alternativas y participar en la toma
de decisiones que afectan sus vidas”. Por su parte, el desarrollo sostenible se puede
asimilar a un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida del ser humano, que lo
coloca como centro y sujeto primordial del desarrollo. En consecuencia, la cultura en un
sentido amplio, que no necesaria o exclusivamente está relacionada con las bellas artes y
las humanidades, entra a hacer parte de la sostenibilidad y del desarrollo humano como
uno de los valores fundamentales.

11
Tomado del Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas disponible en el siguiente link:
https://desarrollohumano.org.gt/desarrollo-humano/concepto/


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 79

En este sentido, como lo señala Jorge Orlando Melo, “la cultura va mucho más allá del
libro o de la obra de arte: tiene que ver con las formas como se comunican los miembros
de una sociedad, como trasmiten y crean sentidos comunes que les permiten
reconocerse, tolerar y disfrutar sus hábitos, costumbres y formas de actuar. Esta creación
de sentido incluye el reconocimiento de los rasgos propios de cada uno: que significa ser
colombiano, o ser miembro de una región, o participar en una cultura indígena o
mestiza”12.

Es por esto que la información y el conocimiento, como estrategia para el fomento de la


economía naranja, busca ir más allá de los tradicionales indicadores de la, así llamada,
economía de la cultura. Pretende más bien insertarse en una lógica ampliada de cultura y
desarrollo. Todo lo anterior, en consonancia con una visión desarrollista integral, que
pretende transformar cultural, social, económica y ambientalmente a Colombia tal como
es planteado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

3.4.1. Algunos antecedentes significativos

Han pasado casi 20 años desde que se llevaron a cabo las primeras iniciativas por
generar información y conocimiento sobre la economía de la cultura y la creatividad en
Colombia. Iniciando el milenio, el Área de Cultura del Convenio Andrés Bello (CAB)
inauguraba una línea de reflexión, investigación y divulgación en temas de economía
cultural que tuvo importantes resultados. Uno de ellos fue el congreso Economía y cultura:
La tercera cara de la moneda (2001) que puso a pensar a intelectuales, economistas y
funcionarios públicos en torno a las relaciones entre estas dos facetas de la sociedad.
Una de las publicaciones más relevantes del CAB fue Impacto económico de las
industrias culturales en Colombia (2003), que fue el resultado de un ejercicio inédito de
identificación, medición y caracterización de las que en el momento se empezaron a
reconocer como industrias culturales en Colombia. Otra publicación, que tuvo especial
trascendencia, fue Impacto del sector cinematográfico sobre la economía colombiana:
situación actual y perspectivas (2003), en cuyo diagnóstico se fundamentaron pronto
después los mecanismos contemplados en la Ley de Cine (Ley 814 de 2003).

Casi al tiempo, el British Council realizaba el Mapeo de Industrias Creativas en Bogotá y


Soacha (2002). El proyecto se estructuró en dos etapas: la primera, consistió en un
diagnóstico de la situación de las industrias creativas en la ciudad de Bogotá, y la
segunda, en el desarrollo de proyectos específicos en los que se identificaron
oportunidades y fortalezas para contribuir a la economía y al desarrollo de la región.

A partir de ahí, organizaciones internacionales continuaron apoyando la realización de


estudios desde le economía de la cultura y la creatividad en Colombia. En 2008, la
Dirección Nacional de Derecho de Autor aplicaba la metodología diseñada por la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) para medir La contribución
económica de las industrias del derecho de autor y los derechos conexos en Colombia
(2008). El estudio se centró en la identificación de las actividades sujetas al derecho de
autor y su contribución a la producción, el empleo y el comercio exterior. En 2009, se
calculaban en el país los Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo (IUCD) que

12
http://www.jorgeorlandomelo.com/politicasculturales.htm


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 80

quisieron ser un instrumento de promoción y evaluación de la cultura en los procesos de


desarrollo a partir de 22 indicadores agrupados en siete dimensiones temáticas. En 2016,
el British Council realizó el estudio Deficiencias y escasez de capacidades en el sector
cultural en Colombia, que analizó información de siete sectores creativos en siete
ciudades con el fin de conocer brechas de formación en oficios técnicos y de la gestión de
empresas creativas.

3.4.2. Información desde y para el sector público

En este mismo periodo, desde el sector público también se implementaron iniciativas de


medición y caracterización de las industrias culturales. El Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE), por ejemplo, empezó a trabajar en la Cuenta Satélite de
Cultura de Colombia y actualmente ofrece resultados del periodo 2005-2017. Su objetivo
ha sido “realizar una delimitación funcional del campo cultural, con base en una
metodología que abarque la totalidad de sus expresiones, y que permita una valoración
económica de sus productos y de las actividades que los generan”. También se ha
implementado la Cuenta Satélite de Cultura - Bogotá (CSCB) que calcula los mismos
indicadores para esta ciudad (2010-2017). La misma entidad desarrolla la Encuesta de
consumo cultural, que tiene por objetivo caracterizar las prácticas culturales de la
población de cinco años y más que reside en las cabeceras municipales del territorio
colombiano.

La Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, por su parte, implementó el


Sistema de Información y Registro Cinematográfico (Sirec). Este instrumento, creado por
la Ley 814 de 2003, ha tenido como propósito apoyar los procesos de seguimiento de
políticas y toma de decisiones para la cinematografía nacional. Producto de este sistema,
que recoge información de productores, distribuidores y exhibidores en el país, es el
Anuario estadístico del cine colombiano, que agrupa y divulga información sectorial clave
sobre su oferta, ingresos, cobertura geográfica, infraestructura, entre otros factores. La
misma entidad encargó en 2009 el Estudio censal de las empresas productoras del sector
audiovisual para identificar sus necesidades de capacitación, que ha informado la toma de
decisiones relacionada con las brechas de formación de mano de obra sectorial. Otra
investigación importante fue el Diagnóstico del mercado theatrical, televisión, DVD y Blu-
Ray, y plataformas digitales VoD en América Latina, en cuyos resultados se basó el
diseño de la plataforma de visualización de cine latinoamericano Retina Latina.

El Grupo de Emprendimiento del Ministerio de Cultura dio vida al Observatorio de Cultura


y Economía (OCE), que nació en 2011 para generar información oportuna y análisis
permanentes para lograr mayor eficiencia y eficacia en la toma de decisiones de esta
entidad. Desde entonces, varias investigaciones importantes han visto la luz con el
impulso del OCE. Algunas de ellas son los estudios sobre Impacto económico y valor
cultural y social de festivales en Colombia (2010-2018), Caracterización Metodológica
para una Valoración Económica del Patrimonio Cultural en Colombia (2015),
Intermediarios culturales en las cadenas de producción de las industrias culturales (2016),
Estrategia de fomento de la circulación de bienes y servicios creativos en Colombia (2017)
y La red editorial en Colombia: compilación de investigaciones sobre el sector (2018).
Estas investigaciones, además de generar insumos para el direccionamiento de las



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 81

políticas de promoción del emprendimiento creativo en el país, han sentado hitos


importantes en la comprensión de problemas específicos dentro y desde el mismo sector.

MINTIC, por su parte, cuenta con un Observatorio TI en alianza con Fedesoft, encargado
de consolidar información relevante sobre la industria TI del país que dé cuenta del
desempeño del ecosistema sectorial. El Observatorio pone a disposición del público
estudios de interés para la industria, indicadores de desempeño y reportes de la industria.
MinCIT ha desarrollado a través de Colombia Productiva (anteriormente PTP) una serie
de diagnósticos sectoriales entre los cuales se encuentran algunos relacionados con el
sector creativo.

Finalmente, cabe resaltar el trabajo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de


Bogotá, que a través del Observatorio de Culturas ha publicado bianualmente desde 2001
la Encuesta Bienal de Culturas, un instrumento que indaga sobre la cultura democrática,
política, ciudadana y de derechos de los habitantes de las 19 localidades urbanas de
Bogotá, así como su consumo y prácticas artísticas, patrimoniales y culturales.

3.4.3. Información para la toma de decisiones en el sector privado

Varios de los gremios del sector creativo han venido generando información y análisis
sobre las dinámicas sectoriales en el mismo periodo. Prueba de ello es que la Cámara
Colombiana del Libro calcula y publica anualmente las Estadísticas del sector editorial en
Colombia. Este documento, destinado a la toma de decisiones entre sus asociados,
contiene la serie de datos desde 2008 para variables como empleo, producción nacional,
ventas nacionales, importaciones y exportaciones. El estudio incluye empresas editoriales
e importadores de libros en Colombia, cuya actividad económica principal es la
producción y comercialización de libros. También produce una información valiosa sobre
el sector del libro y la lectura el CERLALC, organismo que viene publicando de manera
continua desde el año 2006 el Espacio Iberoamericano del libro, un documento que da
cuenta, entre otros aspectos, de la producción editorial y comercio exterior del libro en la
región.

Proimáganes Colombia y el Consejo Nacional de las Artes y la Cultura en Cinematografía


(CNACC), por su parte, han venido desarrollando su propio sistema de información con el
fin de evaluar su gestión y los impactos que esta ha tenido sobre el sector. Más allá de la
generación de indicadores clave, este sistema ha ido logrando caracterizar los agentes,
procesos y desafíos de la producción, distribución y exhibición cinematográficas.
Actualmente, el sistema sirve para generar indicadores de seguimiento y resultados a
nivel interno institucional y alimentar discusiones fundamentales para el fomento del
sector. También se divulgan boletines estadísticos y analíticos sobre temas de sector y
visualizan sus primeros resultados a través de una plataforma en línea. Además, cabe
resaltar los informes de resultados Asomedios, Andiarios, IAB y la UCEP. Por ejemplo,
Asomedios y Andiarios publican trimestralmente resultados sobre inversión publicitaria por
medio de comunicación y la IAB datos sobre inversión publicitaria en medios digitales.

En las ciudades, gremios como la Cámara de Comercio de Bogotá hacen mediciones y


análisis de resultados de los clústeres creativos que impulsan. Uno de estos, desde 2016,
es el Observatorio de la Economía de la Música en Bogotá (OEMB). El OEMB es un


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 82

sistema de recolección y análisis de información cuyo principal objetivo es fortalecer el


sector de la música en Bogotá y en Colombia. La iniciativa de crearlo surgió del Clúster de
Música de la Cámara de Comercio y de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
que, a través de Bogotá Ciudad Creativa de la Música, han buscado subsanar las
necesidades de información del sector. El sentido del OEMB es entender, estudiar,
diagnosticar y medir el sector de la música desde la ciudad de Bogotá, con la intención de
que la información recogida permita tomar mejores decisiones en materia de políticas
fiscales, políticas de inversión, participación público-privada, políticas de fomento y
circulación, entre otras.

Otra iniciativa importante desde la Cámara de Comercio de Bogotá ha sido la de generar


mediciones de resultados de los mercados y ferias creativas que lleva a cabo. Desde sus
inicios, ha generado mediciones de resultados del Bogotá Audiovisual Market (BAM), el
Bogotá Music Market (BOmm), la Bogotá Fashion Week (BFW) y ARTBO. Si bien estos
resultados no son divulgados entre el sector, sus resultados sí han potenciado el
mejoramiento de los matches entre agentes participantes y el diseño de los espacios de
relacionamiento. Cabe añadir que ciudades como Medellín, en el caso del mercado
Circulart, Cali, con el Mercado de Música del Pacífico, o San Andrés, con el Mercado
Insular de Expresiones Culturales, MINEC, han generado sus propios análisis y
mediciones.

3.4.4. El papel de las universidades

No se puede asegurar que la academia haya tenido la misma injerencia en investigación e


información relacionada con industrias creativas que las entidades públicas y privadas.
Aunque las universidades no han propuesto una línea de conocimiento original sobre
economía creativa, sí han tenido una función importante como plataforma para la
ejecución de algunas investigaciones propuestas por el Ministerio de Cultura y otras
entidades públicas. Más allá de esto, universidades con programas de gestión cultural,
como la EAN, del Rosario y El Bosque, han tenido alguna producción y actividades
relacionadas con este ámbito, pensando en generar insumos prácticos para los
emprendedores del sector.

Finalmente, se inició en 2018 un trabajo de mapeos creativos por iniciativa de Ministerio


de Cultura y Findeter. En esta primera etapa se mapearon las ciudades de Barranquilla y
Manizales, Montería y Bucaramanga. En etapas posteriores se ampliará el ejercicio a
otras ciudades del país. El objetivo de estos mapeos es conocer en detalle los tópicos que
abarcan el sector creativo y cultural, su desarrollo, sus interacciones con los demás
asuntos del territorio, su incidencia en la dinámica social, económica, política y cultural de
la región, su aporte a la economía local y su peso en el contexto nacional.

3.4.5. El estado de la información y el conocimiento sobre las industrias creativas

En menos de dos décadas, a partir del trabajo de organizaciones internacionales,


entidades públicas, gremios y universidades, Colombia ha generado un acervo
significativo de información y análisis sobre la economía del sector creativo. En buena
medida, este ha permitido dar mayor visibilidad al sector como generador de procesos de
creación, producción, distribución, circulación y apropiación de bienes y servicios, así


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 83

como de empleo e ingresos. También ha permitido generar conceptos económicos


comunes entre actividades creativas heterogéneas. Con la consolidación de una cuenta
satélite del sector cultural y creativo alcanza un primer objetivo de mostrar la faceta
productiva del sector y, con ello, justificar una intervención pública más decidida para su
desarrollo y crecimiento.

En menor medida, la información e investigación han servido también para ir conociendo


mejor la estructura de la oferta creativa en el país y caracterizar los modelos de
sostenibilidad de los agentes que hacen parte de ella. Estos ejercicios, aún insuficientes,
han servido para proveer información que permite a los decisores públicos identificar
fortalezas y cuellos de botella en la producción creativa y, en algunos casos, proponer
medidas para solventarlos.

Con todo, persisten desafíos. Las iniciativas existentes para generar información están
dispersas entre los agentes que la producen y no se han propiciado plataformas para
interconectar sus resultados. Si bien algunos procesos puntuales de toma de decisiones
en entidades públicas y privadas se hacen de manera informada, hoy en día no es posible
afirmar que el direccionamiento del desarrollo sectorial y de su política pública se haga a
partir de un análisis conjunto y juicioso de la información existente, tampoco existe
suficiente información desagregada a nivel territorial que permita priorizar apuestas
productivas o formas que acceso que contribuyan a un desarrollo sectorial sostenible
apoyado por el diseño de políticas ajustadas a la realidad local.

Por otra parte, la información ha sido generada con un marcado énfasis en el análisis de
la creación y producción creativas. Entidades públicas y privadas han privilegiado
generalmente el conocimiento de la oferta en desmedro de una visión integral del sistema
de valor y de la diversidad de sus agentes y mediaciones. Se tiene así cierta claridad
sobre la estructura de la producción creativa, sus agentes y sus problemas, pero hay
menos evidencias sobre los procesos de distribución, circulación y consumo creativos y
de las redes que los hacen posibles. Es importante resaltar aquí la especial
incomprensión de las dinámicas de demanda y apropiación de bienes y servicios
creativos. El conocimiento de los públicos creativos, sus prácticas y sus procesos de
apropiación sigue siendo un pasivo sectorial. Por lo anterior, no siempre es fácil tener una
visión completa de los cuellos de botella para el alcance de la sostenibilidad y dinamismo
sectoriales.

Otro hecho plausible es que la información ha sido generada principalmente desde el


sector público y los gremios. En esa medida responde principalmente a las necesidades
de la política y a la toma de decisiones a nivel macro. En contraste, rara vez son las
iniciativas privadas los que generan información para toma de decisiones en el nivel
micro, dadas las restricciones presupuestales comunes en la mayoría de las
organizaciones y empresas del sector. Por esta razón, es común la ausencia de estudios
de mercado y de públicos, diagnóstico de redes y barreras para la expansión de
mercados, y en general los estudios que permiten potenciar la sostenibilidad empresarial.

Finalmente, las estrategias de divulgación y apropiación de información y conocimiento


han sido débiles. Los estudios suelen responder a necesidades específicas de
instituciones, se asocian a consultorías específicas cuyos usuarios se restringen a los
funcionarios. En esta medida, al ser discutida y apropiada por unos pocos agentes del


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 84

sector, la información no ha logrado todavía impulsar una reflexión generalizada y fuerte


sobre los procesos y desafíos del desarrollo sectorial.

3.4.6. De la economía de la cultura a los derechos culturales y el desarrollo


humano.

Como se puede deducir, la inmensa mayoría de los estudios que se han ejecutado hasta
ahora han tenido una orientación mucho más cercana a la teoría económica que a las
teorías del desarrollo. Si bien es cierto, este enfoque ha permitido tener una masa crítica
de investigadores que han aportado con sus análisis al diseño de las políticas públicas de
apoyo y fomento del sector, también conviene reflexionar sobre la ausencia de otro tipo de
académicos y teóricos que profundicen en otros matices más cercanos al desarrollo
humano. Al respecto, al hablar sobre los derechos culturales y su vínculo con los
derechos humanos, Prieto de Pedro (2004) aclara que se “avanzó mucho en la primera
parte del siglo XX, pero se ha estancado desde entonces. La actual necesidad de que
haya un cambio empieza a modificar esta situación debido a un concepto de sociedad que
incluye a aquellos sectores o grupos que tienen la misión de avanzar en las teorías y la
evolución del pensamiento. Es decir, a los intelectuales, teóricos y los especialistas que
hemos identificado a la cultura como el gran factor de desarrollo humano. Esto no implica,
de ninguna manera, que antes el concepto estuviera ausente, pero sí que la reflexión era
menos explícita, más tácita y el tema estaba oculto13.

Adicionalmente, es claro que la información y el conocimiento adquiridos a través de


todos los estudios antes reseñados, han tenido un enfoque que se puede considerar
naranja. Dicho enfoque, se refleja en el carácter meritorio que resulta ser el prisma con el
que la economía lee a la cultura. Sin embargo, por todo lo que ya se ha señalado,
conviene complementar este análisis económico con una perspectiva de derechos
culturales, entendidos como aquellos derechos que garantizan el desarrollo libre,
igualitario y fraterno de los seres humanos14.

En este sentido, el papel de la línea de información y conocimiento dentro de la Política de


Economía Naranja no se circunscribe al fomento de la sostenibilidad y a la elaboración de
indicadores en el mero sentido económico y empresarial. Hay que superar esa restricción
que ha limitado los estudios a temas netamente económicos y empresariales. Aunque se
puede argumentar que en ellos también subyace una perspectiva teórica de desarrollo
social, este enfoque se queda corto frente al debate más reciente sobre derechos y
libertades creativas como factores determinantes en el enriquecimiento de la vida
humana. En este orden, la economía naranja como herramienta de desarrollo atiende a lo
planteado por Nancy Frazer, citada por German Rey15: “una política social debe
considerar hoy las necesidades de redistribución, así como las necesidades de
reconocimiento. El desarrollo humano es sobre todo reconocimiento: De capacidades


13
Prieto de Pedro, J. (2004). Derechos culturales y desarrollo humano. Pensar Iberoamérica: Revista de
cultura, (7). El subrayado es propio.
14
Op. cit.
15
Rey, G. (2002). Cultura y Desarrollo Humano: unas relaciones que se trasladan. Pensar Iberoamérica:
Revista de cultura, 4.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 85

ocultas, de actores invisibles, de procesos en marcha, de articulaciones viables que


habitualmente persisten en la penumbra y casi siempre en el olvido”.

En Colombia, al igual que en otros países, este tipo de debates teóricos y académicos
sobre derechos culturales se han quedado rezagados frente a la visión más economicista
que ha caracterizado a la estrategia de información. Al respecto, Prieto de Pedro (2004)
plantea que los “derechos culturales son una categoría subdesarrollada desde el punto de
vista teórico, académico y han sido considerados, por decirlo de alguna manera, el
pariente pobre de los derechos humanos. Primero se construyeron los derechos civiles y
políticos; luego los económicos y sociales; y finalmente los derechos culturales, últimos en
llegar al club de los derechos humanos”. Esto puede explicar un poco el rezago antes
mencionado, el mismo que se pretende subsanar con una nueva estrategia que pretende
poner a la cultura como el gran factor del desarrollo humano, en línea con las teorías que
ubican a los derechos culturales en un lugar preponderante dentro de este tipo de
debates.

Por todo lo anterior, la siguiente sección plantea la manera en que la línea de información
y conocimiento va a tener una orientación más interdisciplinaria, que permita guiar el
debate incorporando el tema de los derechos culturales. De esta forma, se espera que
este debate teórico “adquiera su carta de naturaleza y el status que le corresponde por las
expectativas sociales y políticas que tienen nuestras sociedades en relación con este
asunto. Los filósofos, los antropólogos, los científicos políticos, los juristas estamos de
alguna manera encerrados en nuestras celdas, con discursos un tanto endogámicos. El
asunto ¿no es, acaso, lo suficientemente importante, como para que todos hagamos el
esfuerzo de encontrarnos y realicemos aportes conjuntos?”. (Prieto de Pedro, 2004).

3.4.7. Objetivos y estrategias de la línea de información

En este orden, el nuevo impulso que se le da a la cultura a través de la economía naranja


no solamente viene a fortalecer investigaciones económicas como las que se han
enunciado en buena parte del presente texto, sino que también quiere re-activar el diálogo
entre cultura y desarrollo. Se podría decir que este giro equivale al inicio de una
construcción teórica que permita dar respuesta a lo planteado por Jorge Orlando Melo16
con respecto a las necesidades del país en cuanto al desarrollo de capacidades de sus
ciudadanos y de esta manera convertir a la cultura en la herramienta central dentro del
desarrollo de la riqueza humana del país.

Por ello, un desafío de la línea de información y conocimiento es avanzar en el análisis


sobre las capacidades humanas que se pueden desarrollar a través de la cultura. Al
respecto, Melo (2003) menciona que, aunque las habilidades humanas para el disfrute
cultural son complejas y difíciles de analizar, hay algunos argumentos que permiten
justificar una significativa dedicación de esfuerzos para el desarrollo de lo cultural. Entre
ellas, plantea que el disfrute del arte y la literatura, por parte de los niños, les permite
desarrollar mejores capacidades para afrontar su vida laboral en la edad adulta. El autor
afirma que:


16
http://www.jorgeorlandomelo.com/politicasculturales.htm


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 86

“Quienes leen y escriben bien, tienen herramientas mejores para el manejo de


competencias laborales complejas: comprenden mejor la lógica de los procesos de
trabajo, interpretan instrucciones complejas, evalúan críticamente alternativas,
toman decisiones razonadas entre opciones inciertas, evalúan críticamente la
información disponible, aprenden a distinguir entre los discursos retóricos y los
argumentos científicos, y presentan en forma adecuada esa misma información. La
mayoría de las funciones requeridas para el ejercicio de cargos de dirección
supone un dominio sofisticado de la lectura, un dominio que vaya más allá de la
simple comprensión de textos a la evaluación crítica de argumentos, intenciones,
fundamentos de hecho.

En sociedades con altos niveles de conflicto y tensión como la nuestra, la actividad


cultural puede contribuir a la convivencia en diversas formas. Por una parte,
constituye una de las formas más atractivas para el uso del tiempo libre de los
jóvenes, y un uso del tiempo que puede ayudar a evitar conductas conflictivas o
antisociales. Los jóvenes que se entusiasman con el arte encuentran una salida
alternativa a sus conflictos y angustias, distinta a la barra semidelincuencial o a la
fiesta extrema, con sus riesgos de alcohol o droga. Por otra, las personas con
mayor desarrollo cultural tienden a resolver sus conflictos en forma más dialogada,
utilizando la palabra antes de recurrir a los hechos. Por último, el desarrollo de una
actividad cultural amplia refuerza los lazos de pertenencia de los ciudadanos a sus
comunidades, tanto a las locales como a la nación misma o al mundo internacional
de la cultura: la cultura nos hace más afines a nuestros vecinos, pero también a
quienes comparten, en Europa o en otra parte, nuestros gustos y pasiones. (El
deporte también crea lazos entre el espectador y su región o país, pero en forma
simple, mediante una identificación apasionada con un equipo o una región, que
sería fácilmente intercambiable)

El arte y la cultura desarrollan la capacidad para establecer distancia con lo terrible


de la vida, la violencia, el terror. El arte permite enfrentar, con la ficción o la
pintura, realidades a veces siniestras. Permite que los niños y jóvenes que han
vivido situaciones extremas busquen formas de superar su experiencia. Contribuye
así a que exista un clima menos conflictivo al buscar solución a los problemas de
una sociedad”17.

En consecuencia, los avances esperados en esta línea tienen que ver con el análisis de
aquellos vínculos que existen entre lo cultural y el desarrollo humano. El Sistema de
Información en Economía Naranja (SIENA) no puede tener como único objetivo el
fortalecimiento de indicadores económicos como los que se desprenden de la cuenta
satélite de cultura. Es necesario ampliar el conocimiento construido sobre el sector
cultural y creativo para que incorpore los elementos del desarrollo humano mencionados.
En este sentido, es necesario articular los sistemas de información para que ellos
permitan realizar asociaciones entre lo cultural y las demás dimensiones de la vida
humana. Para ello, se requiere mejorar y ampliar los métodos de medición y propiciar la
generación de estadísticas a nivel territorial. Igualmente, se buscará el fortalecimiento de
espacios de difusión, encuentro y discusión que permitan a los agentes culturales y a los


17
Op. cit.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 87

responsables de la formulación y ejecución de políticas públicas enriquecer su


conocimiento sobre el sector y sus lazos con las múltiples dimensiones del desarrollo
humano. De esta manera, tomar decisiones estratégicas basadas en información
oportuna y confiable que aporten a la construcción de un conocimiento plural. El mismo
que dará cuenta de la diversidad cultural, el estado de acceso y participación, así como de
la evolución en las prácticas y el ejercicio de los derechos culturales. Todo ello,
naturalmente, sin dejar de lado los aspectos tradicionales sobre la producción de bienes y
servicios culturales y creativos y las problemáticas que enfrenta el sector.

Adicionalmente, para fortalecer el sistema de información cultural y creativo, es


importante establecer estrategias de articulación que, permitan, recolectar, organizar,
sistematizar y brindar acceso a la información sectorial existente, tales como mediciones,
mapeos, investigaciones, análisis sectoriales, estudios de mercado y acceso a la
documentación que se ha producido a nivel internacional sobre el tema. También se
deberá tender a fortalecer y ampliar las metodologías e instrumentos de medición
existentes sobre la economía creativa y extender el análisis de los procesos de
distribución, circulación y consumo para entender el comportamiento integral del
ecosistema creativo. Esto con el fin de identificar cuellos de botella que impiden una
mayor circulación de las manifestaciones culturales y creativas y contribuir al diseño de
estrategias de apropiación a partir de un mayor conocimiento de las audiencias. De igual
manera, se deberá fomentar la investigación de organizaciones y emprendimientos de
manera que les permita tener un mayor conocimiento de sus públicos y diseñar
estrategias que redunden en mayores posibilidades de acceso a la rica oferta cultural
existente en el país.

Contribuirán a la ampliación de la información del sector cultural y creativo a nivel


territorial la articulación entre gremios y universidades, y el fortalecimiento de los centros
de investigación y entidades académicas que producen información a nivel local. La
realización de mapeos permitirá caracterizar las organizaciones, agentes, productos,
actividades y redes existentes en el territorio, identificar las vocaciones creativas y
productivas, la oferta formativa, identificar brechas de capital humano y de competitividad
y, en general, todas aquellas barreras que impidan desarrollar los sectores de la
economía cultural y creativa. Permitirá también evaluar la posibilidad de fortalecer
actividades relacionadas con el turismo cultural, procesos de innovación social a través de
la cultura y realizar procesos inteligencia de mercados que permitan una mayor
internacionalización de los bienes y servicios culturales.

Finalmente, es importante fortalecer la actividad investigativa y de espacios de


generación y divulgación de conocimiento, generar articulación entre la academia, el
sector público y empresarios y organizaciones culturales, consolidar el trabajo de los
observatorios culturales existentes y crear nuevos espacios de investigación y divulgación
a nivel regional. Se darán a conocer las investigaciones, documentos de análisis y otro
tipo de publicaciones en diferentes medios en colaboración con las otras instituciones que
conformen una red sectorial de información mediante la divulgación web, la realización de
eventos, talleres y otras actividades que permitan socializar el cuerpo de conocimiento
generado entre un público amplio de participantes que garantice una construcción
conjunta del conocimiento y un análisis crítico de la información producida.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 88

Gráfico: instituciones relacionadas con esta línea



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 89

3.5. INNOVACIÓN, CREATIVIDAD Y CONVERGENCIA

Omar Rincón

Y habitamos una mutación cultural que nos lleva a pasar de la civilización escritural e
ilustrada a una cultura oral-visual y entretenida; de una sociedad de medios a una cultura
convergente; de la sociedad de audiencias de masas a una experiencia de expresividad
expandida; de la creación de autor, del poder y la farándula a las ciudadanías celebrities
(donde cada uno es la estrella de su mundo); de la narrativa aristotéica y análoga a la
narración bastarda y videojuego; del decir/imponer el cómo se piensa y se hace al diálogo
intercultural en el que cada uno participa desde sus saberes y prácticas. Y esta mutación
cultural se juega en la cancha de las culturas digitales.
Las culturas digitales son una experiencia de sentido y de lo sensible que produce nuevos
modos de estar-juntos. Modos guiados por la intuición, la articulación y el flujo de saberes
y prácticas diversas. Pasión colaborativa por el narrar y jugar con otros para convertir a la
convergencia digital en laboratorio cultural de estéticas, formatos, temporalidades y
enunciadores.

Pero, sabernos parte de esta mutación cultural y de las culturas digitales no asegura que
seamos innovadores y creadores.
“Colombia es creativa e innovadora”, nos decimos, nos engañamos. Y es que aquí
confundimos ser “echados pa´ lante” con talento; la pura berraquera, poco la falta de
oficio. En la realidad, somos más del copy/paste que de la creación/innovación.
Empresarios, artistas, académicos, onegeros y ciudadanos vivimos a la espera que papá
gobierno nos resuelva, nos descubra, nos impulse; por eso, siempre andamos en busca
del apoyo caritativo y/o corrupto del poder de turno. Dejamos nuestra suerte al entronque
con el poder, el compadrazgo y la obediencia. Por el contrario, la innovación busca crear
desde abajo, romper el molde, subvertir los modos establecidos, disentir de la tendencia
masiva.

Innovar no es ser un berraco, ni un echado pa´lante, ni ser el más vivo de la comarca, ni


el más chistocito como pensamos por aquí. Innovar es agregar valor, singularidad,
unicidad a una idea, un formato, un objeto, un servicio. Y ese valor diferencial se hace
efectivo en el mejorar la calidad de la vida. Por eso, donde mejor nos sentimos
innovadores es en las músicas, el baile y las telenovelas. Somos potencia musical a partir
de la cumbia, más que hablar se le baila para pensar y pasa más diversidad de nación por
las telenovelas que por las cartillas escolares. En consecuencia, quienes mejor y más
diverso innovan son los pobres, los de abajo, la gente del común. Innovan para sobrevivir;
inventan para rebelarse a su destino de tragedia; son creadores por necesidad no por
moda tecnológica.

En este contexto para imaginar la Colombia que innova, crea y emprende se propone:

∗ Redescubrir lo popular, ese gusto miscelánea que narra, canta, baila, ríe y goza
sin pedir permiso a las morales de élites.

∗ Incluir las estéticas y narrativas del olvido inscritas en lo afro, lo indígena, lo


femenino, lo ambiental y las nuevas sexualidades.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 90

∗ Pasar de los aparatos tecnológicos a los formatos y narrativas; ya que las


tecnologías ni hacen transformaciones automáticas, ni piensan-crean por sí solas.
La inteligencia comunicativa es narrativa, es escuchar a las realidades y
traducirlas en formatos.

∗ Recordar que lo que sabemos lo sabemos entre todos, por eso se impone el
diálogo intercultural que convierte a la convergencia digital en laboratorio
expandido de relatos y juego de tensiones y encuentros entre las diversidades que
nos hacen ser colombianos.

∗ Hay que ser interdisciplinares en el proceso, ya que cada uno llega con lo que
sabe, pero es la intuición y el proyecto los que producen saberes, prácticas,
experiencias; interdisciplinariedad como partir del no-saber para en el proceso
llegar a un conocimiento.

Un criterio básico para innovar y crear está en que primero hay que ser activistas críticos
de lo tecnológico; asumir que es hackiando, desde adentro de las culturas digitales, que
podremos llegar a crear; creer que más que obedecer o copiar, el mandato es intervenir
los modos masivos del crear, las estéticas inscritas en los aparatos y las políticas e
ideologías presentes en las tecnologías digitales.

La pulsión debe ser el crear en la desobediencia cultural. Crear un robot para hacer tareas
en Ciudad Kennedy. Producir videos con alma y sin técnica en Belén de los Andaquies.
Aplicaciones para gozar la ciudad. Televisión que se graba en una USB para gozarla en
cada computador. Resistir a la máquina tecnológica. Innovar para sobrevivir. Inventar la
identidad/dignidad que intuye lo que podemos ser. Romper el algoritmo. Practicar las
narrativas del desparpajo.

Un último deseo, intentar lo no intentado ni sabido hasta ahora: Narrar en formas y


estéticas femeninas, afro, indígenas, trans. Politizar el big data. Crear e inspirarse desde
el sur llamado Colombia y América Latina. La idea es que seamos más que copy/paste de
los modos inscritos en las tecnologías y los modos de crear y narrar establecidos por la
máquina pop, para crear/innovar en nuestros sabores y estilos.

Mirar con la propia cabeza. Investigar y escuchar. Narrar. Crear. Pensar con la propia
cabeza (luego debemos formarla con arte, humanidades, culturas) para tener una mirada
singular en la creación y enunciación del narrar la vida; investigar y escuchar para
encontrar las realidades, los sujetos, las comunidades, las ideas que hay que contar;
narrar usando diversidad de formatos mutantes para ganarse la atención, la emoción y
conversación entre todos; crear para expandir las voces, los modos, la experiencia de
habitar la vida con sentido. Ser contraculturales es nuestra opción vital de mundo. Saber
que los medios somos nosotros, nos guía en esta búsqueda por la liberación expresiva.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 91

3.6. LA CREATIVIDAD Y SUS PRODUCTOS

“Ser emprendedor ha sido un reto exitoso, que nos ha ayudado a organizar los
proyectos comunitarios de nuestro entorno; nos ha permitido gestionar y mostrar la
cultura, las ideas y los negocios que desde las comunidades le apuestan a los
procesos de paz y a los proyectos de vida de los jóvenes de nuestro territorio”.
Rodolfo Palomino Cassiano, director de Colectivo Kuchá Suto. San Basilio de
Palenque, Bolívar. Patrimonio / Comunicaciones e Información (Centro de
comunicaciones y documentación histórica).

Como lo hace explícito la Misión de Sabios (2019), las industrias culturales y creativas
representan solo una parte de un ciclo de producción cultural más amplio, “que incluye
manifestaciones populares y tradicionales, modos de vida y comprensiones del mundo”.
Esta producción cultural tiene un valor simbólico fundamental que, a la vez, constituye la
principal fuente de valor de bienes y servicios culturales y creativos. Por ellos, el valor
económico de bienes y servicios creativos está íntimamente relacionado con valor
simbólico generado a partir de un “diálogo fluido y permanente con formas “no
industriales” de producción cultural”. El potencial económico de estas industrias está así
íntimamente relacionado con la salud del capital cultural y creativo del país.

A su vez, la salud de ese capital cultural en un país Colombia depende de la salud del
capital patrimonial y cultural de los diferentes grupos humanos que la habitan -etnias,
pueblos, grupos urbanos, actores políticos, sectores creativos-. Por ello, la diversidad
cultural, entendida como “pluralidad de formas de entender el mundo, representarlo y
relacionarse con él”, y luego la diversidad de contenidos, que se manifiesta en mútiples
narrativas, formatos, enfoques, lenguajes, son fundamentales en la estrategia por dar
sostenibilidad y vitalidad a la producción cultural y creativa del país.

3.6.1. La vitalidad de la creatividad y sus productos

Hay varias señales del dinamismo creativo colombiano. Aunque las cifras son
insuficientes y no están actualizadas, hay datos que muestran que en las regiones
colombianas la producción artesanal es vital y generalizada. Artesanías de Colombia
realizó en 1998 el Censo Económico Nacional del Sector Artesanal, que registró 58.821
personas que, en promedio, destinaban más del 70% de su actividad a la producción de
artesanías. Por su parte, las Escuelas Taller, iniciativa que lidera el Ministerio de Cultura
desde 2009 a través de la Dirección de Patrimonio, han capacitado cerca de 24.200
jóvenes entre 15 y 30 años en oficios tradicionales vinculados con el patrimonio cultural
en 10 municipios del país (Barichara, Bogotá, Boyacá, Buenaventura, Cali, Cartagena,
Quibdó, Mompox, Popayán, Tumaco). El objetivo del programa es que, al final de su ciclo
formativo, los egresados se conviertan en emprendedores que hagan del patrimonio
cultural una fuente de desarrollo local.

En los sectores de las industrias culturales existen evidencias que muestran el dinamismo
de la producción de bienes y servicios culturales en una perspectiva de las últimas dos


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 92

décadas. En 2017, por ejemplo, la producción y estrenos de películas colombianas


alcanzan un récord histórico, claro efecto de los mecanismos de financiación de la ley 814
de 2003, que permitieron que los estrenos de largometrajes locales pasaran de 12, en
2009, a 44, en 2018 (Proimágenes, 2018). Respecto del sector editorial, el número total
de títulos registrados en el ISBN en 2015 en Colombia fue de 17.759, cifra que para el
2000 fue de 6.465, lo que implica que en 15 años se triplicó el número de títulos
registrados en el país, según el estudio La red editorial en Colombia: compilación de
investigaciones sobre el sector (Mincultura, Lado B, 2018). En cuanto a la música
grabada, este sector acumula cinco años de crecimiento continuo en Colombia y alcanza
los USD 40,5 millones en ingresos. Este crecimiento ha sido recientemente jalonado por
el streaming, que ya es responsable por 57% de todos los ingresos del sector en
Colombia. Por su parte, la música en vivo es, hoy en día, una presencia mayor que la
música grabada. En Bogotá alcanzaron los 78 USD los ingresos generados por el
consumo de música en vivo. Ambas formas de consumo se perciben como
complementarias y están en crecimiento simultáneo desde hace varios años, según el
estudio Economía de la música en Colombia y Bogotá. Resumen de los principales
hallazgos de 2018. (Cámara de Comercio de Bogotá, Lado B, 2018).

En los sectores relacionados con creaciones funcionales, es posible encontrar una


dinámica contradictoria en la moda colombiana. Las cifras del DANE en torno a la
coyuntura del sector textil-confección, demandante primordial del diseño de modas, ponen
en evidencia el difícil momento que atraviesa esta industria. A junio de 2017 la producción
real del renglón hilatura, tejeduría y productos textiles registró una caída de 19%, frente al
mismo mes de 2016, mientras en confecciones el declive fue de 13%. Por ello también el
empleo de estos renglones se redujo, según el DANE, 8,8% y 5,3%, respectivamente. Sin
embargo, el auge de plataformas como Colombiamoda, B Capital, Plataforma K, entre
otras, dan cuenta de un sector que hace una apuesta por un crecimiento a partir del
diseño de alto valor agregado, de la proyección en mercados de oportunidad y del
desarrollo de un empleo más cualificado. En suma, es el componente creativo y de
innovación la apuesta que puede permitir retomar la senda de crecimiento en un sector
que tradicionalmente se ha respaldado en creaciones masivas y homogéneas.

3.6.2. La concentración de la producción y el consumo como desafío

Con todo el dinamismo que está teniendo la producción creativa en Colombia, uno de los
desafíos más importantes radica en la concentración de la producción de mensajes,
símbolos, contenidos y productos. las evidencias disponibles nos hablan de una
producción concentrada en grandes ciudades, en pocos empresarios, apropiada por
segmentos muy específicos de la población. Las mediadas tendientes a hacer posible la
equidad creativa, el aumento democrático de las capacidades del sector, y el desarrollo
de audiencias se hacen fundamentales para romper esta tendencia.

En contraste con el extraordinario panorama de crecimiento de la asistencia a salas, de la


infraestructura y de la producción de cine nacional, la participación de mercado del cine
colombiano ha sido muy irregular a lo largo de los últimos años. Entre 2009 y 2016, la
participación de mercado de los espectadores de cine nacional ha oscilado entre un
mínimo de 4,5% (2010) y un máximo de 8,2% (2012). También es evidente que la
asistencia a películas colombianas ha estado muy concentrada en unos pocos
blockbusters. Entre 2010 y 2014, solo el 26% de las películas estrenadas hizo más de 100


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 93

mil espectadores, mientras que el 31% hizo entre 10.000 y 100.000 asistentes y un 43%
hizo menos de 10.000 espectadores. Las cifras reflejan el momento del cine colombiano
cuyo sector actualmente discute los mecanismos necesarios para conectar mejor con
unas audiencias demasiado concentradas en pocos títulos comerciales.

El ecosistema de libro también evidencia concentración en varios sentidos. La generación


de contenidos está altamente concentrada en Bogotá. La desigualdad de registros en
términos geográficos es bastante pronunciada: menos del 20% de las ciudades del país
concentró el 88% de los registros y solo Bogotá concentró el 70% de estos. Para el mismo
periodo, el 40% de las editoriales concentró cerca del 70% de los registros. Respecto de
los contenidos, estos responden principalmente a la demanda para la educación, mientras
que el nivel de registro de temas que no responden a una demanda obligatoria es mínimo,
es decir la literatura colombiana, literatura extranjera, literatura infantil, poesía, entre otras.

Respecto de la música en vivo, entre los grandes eventos de rock y pop en Bogotá y
Medellín se genera la mayor parte de los ingresos del sector de la música en vivo y de las
artes escénicas en general. Los demás tipos de espectáculo, los demás géneros
musicales y los demás municipios tienen una participación mucho menor en el ingreso
global. A la vez, la producción de espectáculos de música en vivo está en manos de unos
pocos productores, pues el 2% de estos genera el 62% del total del ingreso.

3.6.3. Propuesta, calidad e innovación

Cantidad no es igual a propuesta, calidad e innovación. Para la muestra se tiene el


ecosistema musical de Bogotá. Del universo de agrupaciones musicales que Bogotá
propone al mercado y a las audiencias, tan solo el 30% tiene repertorio enteramente
original y más de la tercera parte de agrupaciones encuestadas dependen fuertemente de
composiciones ajenas a la hora de presentarse ante el público, especialmente en géneros
anglo, muchas veces cantados en inglés (Idartes, 2018). En el sector audiovisual, por su
parte, permanece la pregunta de cuánto de la falta de apropiación del cine nacional se
debe a la falta de calidad de las películas y sus historias. Hoy en día, es difícil asegurar
que existan estándares de calidad en el sector creativo colombiano, que permitan no solo
que las distintas expresiones artísticas y culturales se manifiesten, sino que conecten,
conmuevan e impacten las audiencias, llevando a procesos profundos de apropiación
social del arte, la cultura y el patrimonio como valores comunes.

Según la Misión de sabios (2019) es necesario conocer a profundidad reforzar las


prácticas artísticas y culturales de la población y comprender el contexto en el que se
desarrollan con el fin de hacer posible convertir en valor económico el producto o servicio
cultural. Para los expertos “es fundamental apuntar a una formación sofisticada y
abarcativa del sistema de relacionamientos, dispositivos, mediaciones y vínculos que
configura la red que conecta nodos, agentes, disciplinas, tecnologías y servicios que
hacen posible que una práctica cultural, un evento, un objeto o un servicio artístico o
cultural, esté disponible.”

3.6.4. Estrategia para el estímulo de los contenidos y productos creativos

La estrategia tiene como objetivo estimular la producción de bienes y servicios culturales y


creativos de calidad, que tengan un alto valor simbólico, que promuevan la diversidad y


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 94

que tengan capacidad de ser apropiados por la sociedad y el mercado. Se busca


garantizar un adecuado equilibrio entre el derecho al acceso a la cultura, la creatividad y
sus contenidos y el respeto por la propiedad intelectual, fortaleciendo los mecanismos
para que los autores reciban una remuneración por el uso de sus creaciones y crear un
marco regulatorio que establezca reglas claras en materia de derecho de autor y que
facilite la creación, circulación y comercio de contenidos culturales a través de medios
físicos y digitales.

La apuesta más importante la hace el Ministerio de Cultura a través de su Programa


Nacional de Estímulos, que presenta una oferta que busca potenciar y visibilizar el valor
social de la cultura y la creatividad como pilar del desarrollo del país y fomentar las
condiciones económicas para construir, de la mano de los agentes, procesos sostenibles
que permitan la diversificación, la innovación y la consolidación del sector. El capítulo
naranja de la convocatoria está conformado por categorías dirigidas a las organizaciones
culturales y creativas, así como a los agentes, emprendedores y empresarios que
pertenezcan a las actividades de la Economía Naranja, y tiene en cuenta sus diversas
estructuras, necesidades y modelos de organización y funcionamiento. En este capítulo la
ciudadanía encuentra líneas de fomento a la investigación del sector, formación en
emprendimiento cultural y creativo, creación y producción de bienes y servicios, apoyo a
la generación de condiciones para procesos de asociatividad y sostenibilidad de
infraestructuras culturales y creativas, así como cofinanciación de estrategias de
circulación, comercialización, promoción, y apropiación de los bienes y servicios de la
Economía Naranja.

Otra importante convocatoria es Crea Digital, para la producción de contenidos digitales


con contenido de alta calidad técnica y narrativa, con énfasis cultural y educativo, con
potencial comercial en los mercados de las industrias creativas y del entretenimiento. En
este sentido, Crea Digital hace una apuesta por los proyectos con alto potencial para ser
comercializados y monetizados en mercados internacionales, que cada vez más
demandan contenidos innovadores que recogen la gran diversidad cultural y educativa de
Colombia.

Adicionalmente, la estrategia apuesta por el fortalecimiento del conocimiento y uso de las


de herramientas provistas por el Derecho de Autor y los Derechos Conexos para
potencializar los beneficios económicos de las creaciones del sector. La Dirección
Nacional de Derecho de Autor y el Ministerio de TIC incluyen dentro de su oferta
institucional la promoción de los instrumentos de propiedad intelectual para los diferentes
actores de la economía naranja y diseñan y ejecutan el programa Cultura Naranja, dirigido
a creadores, productores, distribuidores, comercializadores, proveedores y consumidores,
con el objetivo de concientizarlos sobre: (i) el reconocimiento económico justo a autores y
creadores por la comercialización, distribución, uso y goce de sus creaciones; (ii) los
beneficios y valor agregado derivados del registro de propiedad intelectual de bienes y
servicios de la economía naranja; (iii) mecanismos empresariales de aprovechamiento de
los instrumentos de las propiedades intelectuales; y, (iv) el respeto y la protección a la
propiedad intelectual.

Por último, es importante mencionar como estrategia la incorporación de subsectores de


la economía cultural y creativa como apuestas productivas en el marco de la Política
Nacional de Desarrollo Productivo (PDP). Se ha realizado una selección de los sectores o


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 95

subsectores de la economía cultural y creativa que se pueden convertir en Apuestas


Productivas en el marco de la PDP; esta selección está articulada con el desarrollo de las
agendas territoriales y la creación de Áreas de Desarrollo Naranja (ADN), formuladas en
el marco de la línea de Bienes públicos e infraestructuras sostenibles. A través del
Programa de Transformación Productiva (PTP), se impulsa la consolidación de sectores
de la economía naranja que ya hacen parte del programa, tales como Software y
Tecnologías de la Información (TI), la externalización de procesos de negocio (BPO por
sus siglas en inglés), externalización de procesos de conocimiento (KPO por sus siglas en
inglés), externalización de IT (ITO por sus siglas en inglés), Turismo de Naturaleza, en lo
relacionado con el patrimonio cultural material e inmaterial y el paisaje cultural, y Sistema
Moda. Así mismo, se incorporarán al programa los subsectores con potencial de
desarrollo que sean identificados.

Finalmente, se crearán y potenciarán espacios de experimentación interdisciplinar y


laboratorios creativos y de prototipado de productos. Los ministerios MinCIT, MinCultura,
MinTIC y Colciencias articulan los esfuerzos de desarrollo de la economía naranja con la
política de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esta articulación deberá estar enfocada en
la creación y uso de Centros de Desarrollo y Transferencia de Tecnología e Investigación,
con los Centros de Excelencia en big data, con capacidades para el desarrollo de
prototipos y laboratorios creativos. Igualmente, se articularán esfuerzos para el diseño e
implementación de programas cuyo propósito sea la difusión y ampliación de
conocimiento de las tecnologías 4.0, aplicaciones (apps), competencias y habilidades en
programación y emprendimiento digital y su inclusión en los modelos de negocio,
comercialización y circulación de los bienes y servicios de la economía naranja.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 96

3.7. CAPACIDADES PARA LA CREATIVIDAD.

David de los Reyes.


Facultad de Arquitectura y Diseño. Universidad de los Andes. Colombia.

Pongamos sobre la mesa una definición para trabajar –no exhaustiva, nunca definitiva-:
creatividad es unir conocimiento, destreza e imaginación para dar origen a lo nuevo.
Ciencia y técnica se marchitarían en cuestión de horas en su ausencia; las
confrontaciones serían inevitables callejones sin salida; ocio y trabajo, mero metabolismo.
Todas las expresiones de lo humano se transforman permanentemente en esta
intersección de nuestras facultades y, gracias a la cascada de sus efectos, cambiamos el
mundo.

Sin perder de vista los vasos comunicantes y las tectónicas que atraviesan todo el
espectro de lo humano, cerremos un poco el contexto de nuestra definición: nos interesa
examinar la creatividad como forma de producción cultural. Esto es, como gesto que pone
en acción las formas y contenidos de la cultura –que, al expresarlos los reproduce,
aviva y necesariamente renueva–. El acto creativo es el saber-hacer, el oficio subyacente
a la creación y construcción social de las formas de la cultura que, en últimas, dan forma –
ojalá grata y memorable– a aquella vida que trascienda el mero acto de existir.
Propuestos los contornos del campo de juego, retomemos nuestra definición y
elaboremos sus implicaciones.

¿De qué conocimiento estamos hablando? Conocimiento de los cánones y estilos de la


cultura, sus hitos, lenguajes y legado. Como creadores o audiencias, participamos en
función de nuestro acceso y dominio sobre el mismo. Y –esto es importante– es un
conocimiento que se logra por inmersión y apreciación. Práctica, goce y contemplación:
es una meta y un fin en sí mismo.
Somos conocedores de nuestra cultura madre, pero podemos experimentar formas
culturales diversas y crecer en su disfrute. Un creador puede hacerse políglota cultural,
con la posibilidad de reinterpretar e hibridar mundos si es capaz de valorar, con respeto,
el patrimonio de otros.

¿Cuáles son las destrezas necesarias? La cultura es sólo una forma borrosa de memoria
sin los actos que la expresan, dando forma a la materia testaruda. Desde melodías y
refranes, hasta catedrales y monumentos, la cultura es manifestación, condenada a
muerte cuando desaparecen sus practicantes. Los actos que expresan cultura son
diestros: conocimiento incorporado que sólo es evidente a través de la acción: como la
danza, la esgrima o la sazón.

La cultura se elabora desde los oficios, comunidades de identidad y práctica que se


producen a sí mismas a partir de cada pieza que elaboran. Puntadas, recetas, tropos o
partituras emergen como fruto de un trabajo persistente y esforzado, de fricciones
intergeneracionales y, también, de la inspiración y mutuo aprendizaje de compañeros de
ruta, territorio, época o patrimonio. ¿Imaginación? Este espacio íntimo, subjetivo, de
libertad profunda, es el dominio de la memoria y el útero del futuro. Donde se acaricia la



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 97

nostalgia y el deseo. En su potencia máxima, donde se forjan visiones capaces de


proclamar el cambio, conciliar voluntades y trastocar el statu quo. La imaginación es la
fuerza primordial de la creación. Disciplinada –paradójicamente– en el acto de creación;
atenta y receptiva en el acto de apreciación. El encuentro de horizontes de creadores y
públicos es testimonio de la imaginación que desborda las fronteras individuales.

¿Y qué significa lo nuevo? La novedad es una trampa: bien sea como variación ruidosa, o
bien como fetiche de progreso. La cultura evoluciona, pero no existe fin último o escala de
perfección. Sus valores son situados en tiempo y circunstancia, siempre susceptibles de
reversión y fractura.

Pero es una trampa fascinante: lo nuevo da cuenta de nuestro cambio, de las afinidades
que dialogan o se antagonizan en una trenza de universos simbólicos. Capricho o
sabiduría, anhelamos lo nuevo como instrumento de transformación. La metáfora tiene la
humildad que le falta a la razón, la estética la epifanía que extraña la ética. La creación es
capaz de (re)conocer lo extraño y nutrirse de la crisis, de adentrarse en lo desconocido y
descubrir nuevas opciones vitales.

Recapitulemos: la creatividad es alfabetismo cultural; es oficio para esculpir la vida;


imaginación libre y transformadora. Nuestra definición de trabajo reconoce así la
creatividad desde un enfoque de capacidades, y nos atrevemos a afirmar que es una
capacidad síntesis: la creatividad engloba, entreteje y es fruto de las diversas
capacidades humanas. Agenciar el bienestar hace individuos y comunidades más
creativos, entregados al goce de plasmar y nutrirse de cultura. Recíprocamente, acceder
a la cultura, participar de ella en forma activa –como autor, espectador y ciudadano–
construye y constituye bienestar.

Pareciera, entonces, que las capacidades necesarias para la creatividad son provistas por
la cultura misma. ¿Requieren de una política pública? Ciertamente la creatividad no
puede decretarse. ¿Pueden ser provistas por el mercado? Claramente en una economía
de libre mercado se desata la oferta y demanda de bienes culturales. ¿Cuáles son los
temas de cuidado que requieren examen y compromiso? Consideremos la riqueza del
paisaje cultural colombiano: multiplicidad de territorios y trayectorias, palpitando con
expresiones vivas. En festivales y peregrinaciones, banquetes y plazas, en mercados,
vitrinas y pasarelas, tablados y escenarios, en el parloteo e historias que circulan por
medios y redes, presenciamos sus contornos coloridos, lugar de encuentro, interpelación
y emprendimiento.
Estos espacios y comunidades de práctica son manantiales culturales: territorios ricos
en identidad, memoria y saberes. Tejidos sociales donde bulle el intercambio y el
aprendizaje, abiertos, inspiradores. Admirables como son, no podemos ignorar la
vulnerabilidad que experimentan muchos de sus participantes, la fragilidad de los
patrimonios, los desafíos de la globalización, la urbanización acelerada y las formas de
capitalismo depredador.
Ante la promesa de las industrias culturales como vía inclusiva para transitar a una
economía intelectualizada, no podemos dar por sentados los ecosistemas culturales y su
cuidado. Corremos el riesgo de confundir una ruta de avistamiento de aves con una
granja avícola. Los instrumentos de regulación e incentivos son cualitativamente
diferentes, la incertidumbre mayor (quizás incluso necesaria).



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 98

Hace un par de décadas, por ejemplo, era improbable anticipar la transición del grafiti a
arte urbano. Poderosas piezas visuales, hibridaciones de las culturas urbanas y el diseño
gráfico, la ilustración y las artes plásticas, han puesto a Bogotá en el radar internacional, e
inspiran recorridos turísticos, producciones de moda o videos musicales (y también:
activismos y representaciones políticas, subculturas e imaginarios urbanos). ¿Era viable
declarar una “apuesta competitiva”? ¿No sería un despropósito proclamar el “cluster del
grafiti”? Y, sin embargo, cabe cuestionarse si han florecido todas las posibilidades de
crecimiento que estos creadores merecen para su buen vivir y trabajo decente, si cuentan
con el espectro de conocimientos complementarios, servicios, intermediarios e interacción
con públicos que demanda su práctica. Porque el creativo es un ciudadano como los
demás. Y como los demás merece vivir dignamente de su quehacer, poder refinarlo en
diferentes ámbitos y no –como muchas veces sucede– vivir del rebusque y de las
periferias de la tercerización. Alguna vez a un gran director inglés le preguntaron por qué
no trasnochaba en sus ensayos, por qué sus producciones se maduraban en horarios
laborales: él respondió que quería que sus actores supieran que eran gente normal, que
debían vivir vidas normales, como cualquier ciudadano.

Este ejemplo muestra las tensiones y desafíos que nos plantea la creatividad. Primero,
cualquier emprendimiento que produce valor cultural, debe promover la creatividad, la
libertad intelectual y, a la vez, debe insertarse en una estructura de empresa, entender
sus lógicas y mecanismos, de modo que pueda ser edificada como valor económico. Hay
un delicado equilibrio entre la extracción de valor del capital intelectual y creativo, y los
costos de transacción y control estructural que entorpecen la creatividad.

Segundo, los emprendimientos capitalizan el paisaje cultural: movilizan la cultura como


recurso para crear valor, e inmediatamente instrumentalizan a sus actores, valores y
patrimonios. Ante los grandes jugadores de la cultura de masas, es fácil olvidar el origen
de muchos de sus contenidos en el dominio público y los bienes comunes de la cultura.
Resulta irónico observar el aparato jurídico y de cabildeo de las corporaciones aplazando
el ingreso al dominio público de íconos formidables, o avasallando el fandom con
acciones legales. Colombia tiene amargos recuerdos con el plagio industrial del sombrero
vueltiao, el trabajo a destajo de artesanos para pasarelas que hipócritamente les
homenajean, o la gula por tragedias de la historia reciente para escenificar melodramas
taquilleros. Son procesos de privatización que entrañan formas de apropiación cultural y
expolio.

Capitalizar la cultura es legítimo construyendo reglas de juego equitativas: relativas a los


derechos culturales y su disfrute justo; a la autonomía y trabajo decente de los creadores;
al reconocimiento del patrimonio cultural, el dominio público y los bienes comunes
culturales; al compromiso con la diversidad del paisaje cultural, sin prejuicios elitistas o
populistas; por el respeto a las culturas y contraculturas que no desean ser
mercantilizadas o que se resisten activamente a la inercia de su tiempo.

Pero esto no basta para entrar en un ciclo virtuoso de producción de bienes culturales,
que enriquezca la cultura y se constituya en buen vivir. Una política pública de la
creatividad ha de preocuparse por la calidad y dotación de capacidades que sostienen el
manantial y fortalecen los ecosistemas. Una suerte de infraestructura local, que se acople
al paisaje y aprenda con él, con actores de mediación ágiles y emprendedores.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 99

Esto pasa por una educación cultural que forma creadores y públicos, pero se la juega por
la autonomía y la imaginación. Por el reconocimiento a los creadores comprometidos,
pero también por estrategias que amortigüen el costo de la excelencia y el riesgo creativo.
Por un fomento de mercados culturales, pero que reconoce escalas e intereses plurales.
Por la investigación sincera de los manantiales culturales, para decantar el conocimiento
situado y reconocer las redes de trabajo, apoyo y significado que los sostienen.

Los hitos y e historias de éxito son la punta del iceberg, - o mejor, el ponqué de
cumpleaños. El arte de un buen sapoverde se trasmite entre los mocosos mientras los
papás brindan satisfechos.

La creación es la instancia clave donde se renueva –y se cuestiona– la cultura. La


creación es una capacidad regeneradora de la sociedad, que le permite reconocerse
y conectarse en pos del futuro.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 100

3.8. EL DESARROLLO DE CAPACIDADES COMO RESPUESTA A LA


DESIGUALDAD: INCLUSIÓN Y ACCESO A OPORTUNIDADES

“Emprender significa construir economía alrededor de una idea. En nuestro caso


sido crear un entorno colaborativo dónde las habilidades se vuelven productivas en
torno a retos creativos. Se trata de confiar en las capacidades de quienes
conforman el equipo y potencializar sus capacidades para ocupar un lugar en el
mercado, para poder obtener el reconocimiento necesario y hacer escalable el
emprendimiento.”

Juan Martín Arias, director general de Dinámico Lab. Manizales, Caldas. Diseño
Industrial / Arquitectura (Diseño industrial, creación de estructuras
arquitectónicas dinámicas y mobiliarias, diseño de producto y generación de
experiencias interactivas).

Las economías de mercado han llevado lejos a los países y han dado respuesta a los
desafíos de cómo crecer en términos de producción e ingreso; no obstante, muchas veces
no encuentran respuestas igualmente satisfactorias a cómo distribuir la riqueza de una
manera más equitativa (Harari, 2014). En Colombia, el Gini está en 0.53 que ubica al país
como el segundo más inequitativo de América Latina después de Honduras (0.537) y el
séptimo en el mundo, según cifras del el Banco Mundial.

Tabla 1. Índice de Gini para los países de la región 2010-2017

60

55

50

45

40

35
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

Bolivia Colombia Ecuador Panamá Perú

Elaborado por el Ministerio de Cultura. Fuente Banco Mundial (2018).



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 101

Una respuesta a la desigualdad y potencial fuente de inclusión es el desarrollo de la


educación y de las capacidades que se encuentran asociadas a la calidad de vida de las
personas. Las capacidades no solo tienen que ver con lo que las personas pueden hacer
en la vida, sino con lo que pueden ser (Nussbaum, 2011). Están relacionadas con lo que
Amartya Sen llama las libertades sustanciales del ser humano. Las capacidades están
encaminadas a potenciar la elección y la libertad, y por eso Sen propone que las
sociedades promuevan un conjunto de oportunidades para sus integrantes. Las
capacidades son vectores de posibles funcionamientos, nociones de libertad en sentido
positivo: oportunidades reales que cada cual tiene, sin importar el estilo de vida que
escoja (Robeyns, 2000). En otras palabras, las capacidades son competencias o
condiciones que deben tener las personas con miras a desarrollar efectivamente su
proyecto de vida.

Cívico (2006), en un análisis de la obra Nuevo examen de la desigualdad de Amartya


Sen, concluye que los agentes pueden tener el mismo acceso a bienes y servicios, y que
sin embargo esto no representa la riqueza de una Nación, lo que determina el crecimiento
y el verdadero potencial de un país se expresa fundamentalmente en el acceso a dichas
oportunidades, de otro modo un país no puede considerarse rico. En otras palabras, el
énfasis en el desarrollo de las capacidades humanas es una apuesta por la facultad de
autodefinición de las personas.

Las capacidades no tienen que ver con el equipamiento congénito de las personas; se
desarrollan, más bien, en correspondencia con el entorno familiar, cultural, social,
ambiental, económico e institucional. Para Nussbaum, una de las responsabilidades de la
política pública es promover las capacidades internas de los seres humanos a través de la
educación, el cuidado de la salud física y emocional, el entorno familiar, entre otros. Sin
embargo, esto no es suficiente y asegura que se deben promover por igual las
condiciones sociales, políticas y económicas en las que puede elegirse el funcionamiento
de las capacidades internas.

El enfoque de las capacidades promueve que todos los seres humanos deben alcanzar y
superar un nivel umbral de capacidades que haga efectiva su libertad sustancial para
elegir y actuar. Por eso la apuesta por las capacidades del ser humano es mucho más
que una apuesta por tratar de hacer que las personas funcionen en un sentido específico,
como la productividad o el crecimiento económico. El esfuerzo por asegurar un umbral de
capacidades es, en últimas, una apuesta por la libertad humana como valor intrínseco.

3.8.1. La creatividad como capacidad fundamental

¿Cuáles son las capacidades fundamentales para que una sociedad alcance un mínimo
de justicia y dignidad para sus ciudadanos? Nussbaum propone un conjunto de
capacidades centrales que, gestionadas articuladamente, pueden asegurar un umbral
para la libertad humana. El listado comienza por capacidades vitales, como la salud e
integridad físicas. Continúa por capacidades relacionadas con las relaciones con los otros,
como las emociones, la afiliación con otros seres humanos e, incluso, con otras especies.
Lo que resulta significativo, además, es que la autora invoca un grupo de capacidades
complementarias íntimamente relacionadas con la creatividad: los sentidos, la
imaginación y el pensamiento.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 102

Poder usar conjuntamente los sentidos, la imaginación y el razonamiento, enriquecidos


por una educación adecuada e integral, es una capacidad fundamental en el horizonte del
desarrollo y la libertad de un ser humano. Es importante resaltar que no existe una
separación entre las diferentes instancias del conocimiento; poder usar la imaginación y el
pensamiento para la experimentación y producción de obras espirituales y creativas va de
la mano con el uso de la mente y la razón. Tal y como lo menciona Gaviria (2019) citando
a Steven Pinker “…a pesar de las fallas en la naturaleza humana, esta contiene las
semillas de su propia mejoría. Las instituciones y las normas que permiten un mundo
mejor. Entre las normas está: la libertad de expresión, la no violencia, la cooperación, los
derechos humanos, el reconocimiento de la imperfección humana. En las instituciones: la
ciencia, la educación, los gobiernos democráticos, las organizaciones internacionales y
los mercados…”. Así entonces Una capacidad subsidiaria de lo anterior es la de poder
disfrutar experiencias placenteras, como el juego, la recreación y la risa. Por lo anterior, la
creatividad, en su acepción más amplia e integral, se configura como condición
fundamental del desarrollo humano. ¿Cómo entonces promover la creatividad entre
quienes hacen parte de la sociedad como un todo? Además, ¿cómo hacerlo para quienes
deciden involucrarse en el sector cultural y creativo como modo de vida?

3.8.2. La creatividad en la infancia y la juventud

Una parte significativa de los programas escolares en el país no presenta un enfoque


claro hacia la creatividad (Vargas, Universidad de Antioquia, 2009). Cuando lo tienen, la
mayoría de los programas creativos de los colegios se implementan en instituciones de
carácter ¡ DSZ<Ǩ_.,MN y no facilitan el acceso de gran parte de la población de estratos
bajos y en condición de vulnerabilidad. De acuerdo con esto, es fundamental recordar que
la escuela debe consolidarse como instrumento fundamental en el espacio social, en el
que se reproduzcan prácticas, valores e imaginarios que legitimen la igualdad de
oportunidades y libertades y no como afirma Bourdieu (1997) un lugar en el que se
robustecen las diferencias. En este sentido, Kaztman (2001) también nos recuerda que “si
los ricos van a colegios de ricos, si la clase media va a colegios de clase media y los
pobres a colegios de pobres, parece claro que el sistema educativo poco puede hacer
para promover la integración social y evitar la marginalidad, pese a sus esfuerzos por
mejorar las oportunidades educativas de los que tienen menos recursos”. La formación se
da entonces con el fin de ayudar en la construcción de la identidad en los estudiantes,
pero no se da en función de proponer soluciones imaginativas para problemas
relacionados con el contexto familiar, social, tecnológico o científico. Es decir, se trata
muchas veces de una formación creativa sin conexión con los diferentes ámbitos de la
vida y el conocimiento.

A tono con lo recomendado por la Misión de Sabios (2019), la escuela debe ser un lugar
de creación y práctica artística. El aprendizaje de las artes en la escuela tiene
consecuencias cognitivas que preparan a los estudiantes para la vida, el desarrollo de
habilidades como el análisis, la reflexión, el juicio crítico y en general lo se denomina
pensamiento holístico. La educación artística y cultural es fundamental para el desarrollo
de competencias como la sensibilidad, la apreciación estética y la comunicación. Para
estos expertos, la práctica artística en diferentes niveles de educación debe ser nuclear y
fundamental, no complementaria o accesoria, pues se configura como una forma de
producción de conocimiento que desarrolla competencias básicas no presentes y


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 103

complementarias de otros aprendizajes, como el científico, por ejemplo. En esta medida,


la educación creativa en niños y jóvenes permite el desarrollo de un cerebro total y de
inteligencias múltiples (Gardner. año) y permite un aprendizaje con calidad y significación.

Concretar lo educativo en lo creativo y lo creativo en lo educativo, compromete de una


manera particular la necesidad de aclarar las posibilidades pedagógicas que soporten esa
relación y lo que se esperaría de una propuesta de lineamientos curriculares en esta
materia, lo cual desde el punto de vista práctico implica recuperar el fomento a las
prácticas artísticas desde la primera infancia y el papel de la crítica como elemento de
mediación para la construcción de una dimensión estética que edifique ese pensamiento
holístico. Estos enfoques permiten ser consecuente con el rol de ciudadanos
prosumidores que hacen parte activa de la creación y el consumo contenidos.

En el documento Conpes que propone Lineamientos para la generación de oportunidades


para los jóvenes (Conpes 173 de 2014) se recomienda fortalecer todos los elementos
relacionados, lo que el BID (2012) llama la formación de habilidades no cognitivas, entre
las que se incluyen el pensamiento creativo, el pensamiento crítico, el manejo de
emisiones y sentimientos, entre otros, que tienen un impacto significativo en los jóvenes,
pues son claves para la calidad de vida misma y, en asociación con habilidades
cognitivas, también para su futuro desempeño laboral y su productividad.

Finalmente, y desde un punto de vista complementario, el desarrollo y sostenibilidad del


sector creativo requiere de ciudadanos capaces de entender los contenidos creativos con
perspectiva crítica. Son los ciudadanos con capacidades creativas los que aseguran una
apropiación y consumo de contenidos amplio, diverso y crítico, que permiten también la
sostenibilidad de un ecosistema creativo diversificado y vigoroso.

3.8.3. Educación profesional para artistas y creadores

A pesar de la oferta educativa existente en universidades y otros centros de formación


para el sector creativo, los agentes del sector no perciben que existan trabajadores
suficientemente cualificados, hábiles y experimentados para satisfacer sus necesidades.
Según la encuesta aplicada en la investigación llevada a cabo por el British Council y
Lado B (2016), para casi ocho de cada diez agentes del sector creativo, Colombia sufre
de escasez de profesionales debidamente cualificados y experimentados. Según el
diagnóstico citado y cifras del Ministerio de Educación, la oferta educativa y las
oportunidades laborales para la creatividad muestran una enorme concentración en las
principales ciudades y una casi total ausencia en ciudades pequeñas y zonas rurales,
donde el patrimonio cultural intangible se manifiesta con mayor fuerza, según se aprecia
en la siguiente tabla:

Tabla 2. Oferta de programas en el área de Bellas artes en Colombia.

NÚMERO DE PROGRAMAS DE
EDUCACIÓN SUPÉRIOR EN EL
MUNICIPIO ÁREA DEL CONOCIMIENTO DE
BELLAS ARTES POR
MUNICIPIO



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 104

BOGOTA D.C. 435


MEDELLIN 153
CALI 58
BUCARAMANGA 53
BARRANQUILLA 31
CARTAGENA 30
MANIZALES 22
ARMENIA 13
PASTO 13
POPAYAN 12
IBAGUE 10
PEREIRA 10
CUCUTA 9
ENVIGADO 6
PAMPLONA 5
TUNJA 5
ROLDANILLO 4
SANTA MARTA 4
BELLO 3
SOLEDAD 3
CHIA 2
FUSAGASUGA 2
PALMIRA 2
QUIBDO 2
VILLAVICENCIO 2
BARRANCABERMEJA 1
CARMEN DE
VIBORAL 1
DUITAMA 1
MONTERIA 1
RIOHACHA 1
SAN ANDRES 1
Fuente. Elaboración del Ministerio de Cultura con datos del Ministerio de Educación18

Esta escasez de cualificaciones tiene una arista fundamental en lo relacionado con


artistas y creadores. Una evidencia casi generalizada en las ciudades -principalmente las
intermedias- y en ámbitos rurales es que la formación de la mayoría de los creadores,
intérpretes y productores es informal y empírica. En consecuencia, hay escasez de
agentes con una formación profesional sólida que les ayude a tener un perfil para

18
https://www.datos.gov.co/Educaci-n/PROGRAMAS-DE-EDUCACI-N-SUPERIOR/upr9-nkiz (Acceso: julio 9 de
2019)


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 105

emplearse o generar iniciativas propias sostenibles. En la mayoría de las ciudades existe


un cúmulo de iniciativas e instituciones de formación que no están necesariamente
articuladas entorno de un sistema de formación de competencias profesionales y
especializadas. Los formadores, por su parte, tampoco están certificados y muchos de
ellos son empíricos.

Al mismo tiempo, según la Misión de sabios, en el país “la formación artística profesional
se ha caracterizado por su rigidez y espíritu normativo, centrado en el conocimiento de un
canon”. Para ellos, la educación artística está llamada a abrirse a diferentes estéticas,
enfoques y formas de práctica si quiere realmente aportar a la calidad, a la propuesta y a
la diversidad de contenidos, sin lo cual ningún proceso de comercialización o
emprendimiento tiene posibilidades de encontrar su viabilidad económica y ser apropiada
por el público.

3.8.4. Oficios, roles y ocupaciones relacionados con las artes y el patrimonio


cultural

“En Colombia, los agentes de los oficios del sector de la cultura demuestran una gran
debilidad en el desarrollo productivo de sus prácticas. Esta debilidad, que afecta su
desarrollo social, responde a dos situaciones que, a su vez, generan una problemática
amplia y variada. La primera situación, que es la principal para los agentes de los oficios,
es la baja valoración social y política de su trabajo; la segunda es el desequilibrio entre
todo lo relacionado con el conocimiento y el trabajo. En parte, esto se debe a que, en el
país, se reconoce y valora socialmente a quienes han tenido acceso a la educación
superior, mientras que quienes practican un oficio no cuentan con suficiente
reconocimiento.

Para atender esto, el Ministerio de Cultura está implementando la Política de


fortalecimiento de los oficios del sector de la cultura en Colombia19, esta Política
considera que los oficios relacionados con la cultura deben recibir el mismo
reconocimiento social que otras profesiones, y contar con los mecanismos políticos que
avalen su aprendizaje en ambientes diferentes de los formales. Por otra parte, como
forma de garantizar la salvaguardia de muchos conocimientos asociados al patrimonio
cultural colombiano y a los oficios relacionados con las artes, la política ve en la
educación, formación y en los diferentes ambientes de aprendizaje una gran oportunidad,
pues equilibrando la balanza de la educación se puede superar la segmentación, la
desigualdad en el acceso al trabajo en el sector cultural, y se pueden fortalecer todos los
conocimientos que alberga el país y que con una buena estructura pueden mejorar la
calidad de vida de quienes los ejercen.

El sector cultural y creativo espera a largo plazo, que los Jóvenes encuentren en el sector
opciones que se adapten a las nuevas necesidades del mercado laboral en Colombia, y,
además, hallen información, acompañamiento y un Gobierno nacional dispuesto a regular


19
El enlace para consultar la política de fortalecimiento de los oficios del sector de la cultura en Colombia es:
http://www.mincultura.gov.co/areas/artes/publicaciones/Documents/Pol%C3%ADtica%20de%20fortalecimiento
%20de%20los%20oficios%20del%20sector%20de%20la%20cultura%20en%20Colombia%202018.pdf


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 106

y a legislar sobre el tema cultural para reconocer las diferencias y ofrecer mejores fuentes
de financiación, con el objeto de que quienes ejecutan estos oficios puedan crear sus
empresas culturales y fortalecer las que ya existen. Por otra parte, se contribuirá a la
investigación y recuperación del consumo local y la creación de unidades productivas que
faciliten a jóvenes y adultos trabajar y hacer carrera en sus ciudades de origen, ya que se
busca reconocer las particularidades del territorio y las características de los bienes y
servicios que allí se generan.

Cada día son más evidentes las relaciones entre la cultura y el sector productivo, el
sistema educativo, la seguridad, la convivencia ciudadana y los medios de comunicación y
los oficios son sin duda articuladores de todos los anteriores. La cultura debe ser
integrada a las políticas, los planes, programas y proyectos de otros ministerios del
Gobierno nacional, así como a los planes de los departamentos y municipios, para lo cual
debe incorporarse a las agendas de desarrollo territorial, puesto que el sector cultural es
el que promueve opciones diversas que propician el ejercicio de la ciudadanía y las
libertades culturales que involucran el acceso a bienes y servicios culturales, entre otros
aspectos (Parias et al., 2013). En este sentido, el fortalecimiento de los oficios
relacionados con la cultura impulsará el diseño de estrategias que generen sistemas,
redes, relaciones y circuitos entre agentes, instituciones y organizaciones.
La asociatividad y el trabajo colaborativo deben guiar el fortalecimiento de los oficios
relacionados con las artes y el patrimonio. Este aspecto debe basarse en el afianzamiento
de los lazos de confianza entre los agentes, las organizaciones y las instituciones públicas
y privadas. Las asociaciones y las agremiaciones ayudan a los agentes de los oficios a
trasformar su actividad en empresas o unidades productivas que pueden tener un notable
impacto en el sector y contribuir a la construcción social, económica y cultural de los
agentes y de las comunidades en general. Por otra parte, organizándose, los agentes de
los oficios conseguirán representatividad y a la vez les posibilitará a los pequeños
emprendedores alcanzar resultados que no podrían lograr si trabajan individualmente”.
(Mincultura.2018)

3.8.5. La importancia de las habilidades técnicas

Los programas de educación artística en las universidades del país han puesto el énfasis
en el desarrollo de la experiencia estética y el pensamiento creativo de sus estudiantes.
Los centros de formación de las grandes ciudades colombianas egresan artistas y
creadores que muchas veces no logran suplir las necesidades técnicas concretas de las
empresas y organizaciones creativas (Lado B, British Council, 2016). A la vez, rara vez
cuentan con prácticas y convenios con el sector productivo para que los estudiantes
apliquen sus conocimientos a las necesidades del sector real, lo cual amplía la brecha
entre la creación y las necesidades técnicas del mercado.

Por lo tanto, hay un desencuentro entre las necesidades de la industria creativa y la oferta
de formación en el país. Es muy común que las empresas deban diseñar e implementar
sus propios programas de formación práctica con la mano de obra que contratan, lo que
implica costos de dinero y tiempo. Aunque se trate de oficios muchas veces mejor
remunerados que los creativos, en Colombia el estatus de la formación técnica es menor
que el de la formación profesional.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 107

Sin embargo, en un sector cada vez más especializado como el colombiano,


caracterizado por un consumo cada vez más diverso y cualificado de contenidos locales y
extranjeros, los empíricos cubren cada vez menos las necesidades de las producciones
creativas más exigentes. Algunas de las áreas que más acusan estas deficiencias en
capacidades técnicas son las artes vivas (escenotecnia manejo de escenarios, sonido en
vivo, luminotecnia); el cine y audiovisual (coordinación de producción, producción del
campo, gerencia de locaciones); el sector editorial (creación y edición de contenidos
digitales); el diseño (desarrollo de productos); las artes visuales y museos (producción de
exposiciones).

3.8.6. Habilidades para la gestión cultural y creativa

El conjunto de capacidades de un ser humano debería permitirle tener un grado


importante de control sobre su propio entorno. Las personas deben poder participar en
decisiones que gobiernan su vida y sus proyectos. En este sentido, es importante
considerar un grupo de habilidades y competencias complementarias de las creativas,
relacionadas con la gestión de proyectos, organizaciones y empresas.

Las habilidades para la gestión son cruciales en varias modalidades. Quizás la prioritaria
es la estructuración de proyectos y empresas sostenibles. Es común que los trabajadores
del sector creativo en Colombia se involucren en proyectos puntuales, de corto plazo, y
apenas unos pocos se convierten en empleados formales de empresas y organizaciones.
En cualquier caso, las habilidades específicas para la gestión y gerencia resultan
fundamentales para poder dar un esquema de sostenibilidad a estos proyectos en el
tiempo: estructuración financiera, mercadeo, desarrollo de audiencias, armonización en el
territorio, con el medio ambiente y con las practicas económicas de las comunidades entre
otras. Para iniciativas comunitarias y sociales, la implementación de esquemas
sostenibles, conscientes del entorno y también de la multiplicidad de fuentes de recursos
financieros y no financieros, es una habilidad más bien rara.

A lo anterior, se suman las dificultades de los creadores y productores para el


reconocimiento de las necesidades del entorno, lo cual está relacionado con su limitado
reconocimiento de las distintas instancias de valor en el ecosistema creativo. Se podría
decir que la escasez de mediadores culturales y creativos especializados y competentes -
managers, agentes de venta, programadores, críticos, etc.- que permitan conectar
efectivamente los contenidos con sus audiencias, es a la vez causa y consecuencia de
una mezcla de incomprensión y recelo hacia quienes ejercen las labores comerciales y de
desarrollo de mercados en el sector creativo, poniendo en juego su sostenibilidad. Por
eso, el desarrollo de competencias para mediadores en el sector creativo es una
prioridad.

Por otra parte, hay una notoria falta de formación específica de los funcionarios públicos
encargados de tomar decisiones clave para el sector, especialmente por fuera de las
principales ciudades. Por ello es necesario que en la formación profesional se promuevan
las habilidades específicas que se requiere para estos cargos: conocimiento de la
normatividad, diseño de mecanismos para la implementación de políticas y programas,
evaluación de proyectos, entre otros aspectos fundamentales para la gestión pública del
sector cultural.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 108

3.8.7. Habilidades básicas y blandas

Un conjunto final de habilidades cruciales para el desarrollo del sector y de sus individuos,
está conformado por las habilidades blandas. Complementarias de otras habilidades que
se pueden entender como “duras” (técnicas, gerenciales, etc.), las blandas son
habilidades necesarias para el relacionamiento entre personas e involucran un ingrediente
socio emocional fundamental. Algunas de estas habilidades son: trabajar en equipo,
ayudar a los otros, tener una comunicación verbal efectiva, transmitir ideas y
conocimientos, ser responsable, poder adaptarse al cambio, entre otras.

Las habilidades blandas son esenciales en el desarrollo personal, la participación social y


el buen desempeño de cualquier tipo de organización. Estas habilidades son susceptibles
de ser aprendidas y desarrolladas como complemento de los otros conjuntos de
habilidades y competencias y, en un país que como Colombia ha evidenciado la ruptura
de los lazos sociales de sus comunidades, tienen un papel fundamental en el
restablecimiento del tejido social, así como en la sostenibilidad de los procesos de la
cultura y la creatividad.

3.8.8. Las estrategias para el desarrollo de capacidades sectoriales

Las estrategias para el desarrollo de capacidades sectoriales tienen como objeto la


ampliación y profundización de los conocimientos, habilidades y competencias de las
personas que integran el sector cultural y creativo y la generación de avances en la
formación en términos de acceso, calidad, permanencia y pertinencia. Se desarrolla de
acuerdo con los lineamientos de la política para el fortalecimiento del sistema de capital
humano (CONPES 3674), y en articulación con el Sistema Nacional de Educación
Artística y Cultural (SNEAC). Con la mejora de estos factores se podrá influir en la
productividad sectorial, la viabilidad del empleo y de iniciativas empresariales y sobre el
bienestar general de la población.

Una estrategia fundamental es la encaminada a la identificación y el análisis de brechas


de capital humano en materia de cantidad, calidad y pertinencia en los diferentes
subsectores que conforman el ecosistema cultural y creativo. Lo anterior, se complementa
con el diseño de cualificaciones del sector asociadas a las brechas identificadas. Este
proceso permite orientar la oferta de educación y formación artística y cultural y facilitar el
desarrollo de prácticas laborales y de emprendimiento asociadas a este sector,
reconociendo los principios, enfoques y modelos pedagógicos propios del sector cultural y
creativo. Con esto se avanzará en la definición de un mecanismo de reconocimiento de
cualificaciones propias del sector en el Marco Nacional de Cualificaciones (MNC).

Como resultado de este proceso se crea un catálogo de cualificaciones del sector


integrado en el MNC. De acuerdo con lo establecido en los lineamientos del MNC, el
catálogo servirá como instrumento para relacionar y ordenar las cualificaciones por
niveles y áreas de cualificación y será un referente para la estructuración de la oferta
educativa, así como para la evaluación, el reconocimiento de las competencias adquiridas
a través de aprendizajes informales. El catálogo se convertirá en un insumo a partir del
cual el SENA diseñará los programas de formación para el sector cultural y creativo. Así
mismo, permitirá establecer un diálogo permanente con las facultades de artes e


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 109

Instituciones de Educación Superior (IES) para el diseño de los currículos relacionados


con las áreas de cultura y creatividad.

Relacionado con lo anterior y de manera específica, ya se implementan estrategias de


formación para el fortalecimiento de capacidades para la producción de series
audiovisuales para plataformas digitales en articulación con Comisiones Fílmicas y otras
instituciones del sector audiovisual. También se apoyan proyectos de fortalecimiento de
capacidades para la gestión sostenible de experiencias turísticas asociadas a la cultura y
el patrimonio y la producción de experiencias.

Como segunda apuesta estratégica, se impulsa la Política para los oficios y las Escuelas
Taller, cuyo objetivo es que los artesanos puedan fortalecerse como pilares del sector
creativo. La política cuenta con un marco legal, conceptual y estratégico dirigido al sector
vinculado con los oficios culturales del país. Parte de las laboreas asociadas a este
fortalecimiento es la evaluación y gestión de los cambios necesarios que permitan llevar a
cabo el desarrollo institucional y curricular de las Escuelas Taller de Colombia, iniciativa
encaminada a desarrollar capacidades locales a través del fortalecimiento del capital
social cualificado en los oficios, posibilitar e impulsar los procesos de formación
diferenciales que favorezcan la protección y salvaguardia del patrimonio cultural de
nuestro país, otorgar resoluciones de funcionamiento de centros de formación en artes y
oficios, danzas y música, entre otros, y habilitar el registro de programas asociados a
estos subsectores. Así mismo, se constituye el programa Taller Escuelas, que funcionan
como centros de producción en los talleres de un maestro artesano en donde se realizan
procesos de formación que se articulan y certifican con las Escuelas Taller.

La tercera apuesta estratégica apunta a la promoción de las competencias artísticas,


científicas y tecnológicas en la educación básica y media. Para esto será necesaria la
actualización de lineamientos curriculares en las áreas de ciencia, tecnología y arte, así
como la formación y desarrollo profesional de docentes para mejorar y potenciar
aprendizajes de los estudiantes en arte, cultura, ciencia y tecnología y apoyar el desarrollo
de talentos específicos en estos campos, en la educación básica y media. Igualmente, la
estrategia exige la revisión y actualización de las propuestas de formación de las
Escuelas Normales Superiores. Así mismo, es necesaria la actualización de la oferta
técnica y tecnológica orientada a la economía naranja con la aplicación de la metodología
del Marco Nacional de Cualificaciones.

En cuanto a los niños y jóvenes, se deberá promocionar la creación de ambientes


pedagógicos para el desarrollo de la creatividad, la fantasía, la experimentación, la
exploración, la expresión artística, el juego y la literatura para el desarrollo de la
creatividad y del potencial artístico desde la primera infancia. También se generarán
estrategias de fortalecimiento de las capacidades de las familias y la comunidad educativa
y de formación inicial en servicio del talento humano.

Finalmente, con respecto al fomento de la cultura del emprendimiento, el empresarismo,


la creatividad y la innovación en la educación media, se dará relevancia a los proyectos
de vidas de los jóvenes relacionados con las vocaciones asociadas al sector cultural y
creativo, se deberá articular la educación media con la oferta técnica y tecnológica y se
deberán realizar titulaciones dobles en articulación con el SENA y otras instituciones de
educación superior.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 110

3.9. EMPRENDIMIENTO CREATIVO EN COLOMBIA: BABEL, 18 AÑOS PASO A


PASO

María Osorio

Origen
Babel surge después de trabajar durante 15 años en un proyecto de promoción de lectura,
con la firme convicción de la necesidad de crear un proyecto local de libros para niños. Ya
hacía un tiempo que la editorial independiente y pionera de este tema, Carlos Valencia
Editores, se había rendido antes las dificultades del mercado; editorial Norma estaba
entregada de lleno a la producción de libros para uso en la escuela, y acababa de
comenzar el proyecto editorial de Panamericana, que más adelante crecería rápidamente.
Empezar a editar y producir libros después de haber trabajado en un proyecto de
promoción de lectura, del lado de la promoción y recomendación de libros, nos llevó, en
primer lugar, a revisar el entorno en el que íbamos a insertarnos.

Entorno
Nos encontramos con un medio hostil, con acceso limitado, marcado por la venta directa:
Editoriales con ejércitos de vendedores vendiendo directamente en la escuela; los libros
para niños ausentes de la vida pública aparecían mágicamente en bibliotecas públicas y
escolares; libros concebidos para el uso escolar, sus temas cada vez más dependientes
del currículo y validados por sus volúmenes de venta a estos públicos cautivos; sin
librerías especializadas, maltratados en librerías de cadena y aún en las pocas librerías
independientes que existían, localizadas únicamente en Bogotá, y un mercado dedicado
casi con exclusividad a la venta al Estado mediante licitaciones y ventas directas, a
precios más altos que los del mercado abierto, establecidos de esa manera para soportar
los altos costos de la espera en bodega, los descuentos y la incertidumbre de la realidad
de la compra. Esto nos hizo pensar que había que dar un rodeo antes de comenzar a
editar.

Estrategia
Para comenzar decidimos que había que conocer mejor ese mercado y tratar de insertase
en él. Además, para crear una empresa y participar, se requería demostrar experiencia, y
para demostrar experiencia había que haber participado. Este círculo sólo se podía
romper por medio de otros fondos, compartiendo los riesgos con alguien que tuviera esa
experiencia y nos permitiera construir la nuestra.
Para comenzar, creamos primero una distribuidora con fondos aliados que tuvieran un
perfil parecido a lo que queríamos producir más adelante. Una distribuidora que comenzó
gracias al respaldo de ediciones Ekaré, venezolana, pionera en la edición de libros para
niños en América Latina. Necesitábamos un punto de exhibición, así que decidimos crear
una librería especializada que a la vez nos permitiría conocer la oferta en circulación en el
país.
El primer paso fue comprar una casa, un espacio para hacer realidad la idea de Babel, las
condiciones muy sencillas: cerca del lugar donde vivíamos, en un barrio sin ninguna
vocación comercial, que nos permitiera establecernos de la manera más económica
posible en todos los sentidos.
Durante dos años trabajamos para sostener el equipo de tres personas que comenzaron a
trabajar en el proyecto. Cuatro años después nos sentíamos preparados para comenzar el


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 111

proyecto editorial y poco tiempo más adelante decidimos crear una biblioteca. En Babel
hoy trabajamos 10 personas tiempo completo. Las dificultades siguen siendo las mismas
del primer día, se trabaja a diario para lograrlo. Comenzamos hace 18 años con un equipo
estable, algunos aún están con nosotros, su apoyo ha hecho crecer y ha permitido
establecerse y fortalecer el proyecto de Babel.

Distribuidora
La idea de la distribuidora fue la de poner en circulación fondos editoriales de América
Latina ausentes aún del mercado colombiano. Comenzado con Ekaré, siguieron otros
fondos de Venezuela, y luego incorporamos fondos de Argentina, México, Chile y
Guatemala. Con la crisis en Venezuela Ekaré migró a España y descubrimos que era más
barato traer libros desde Barcelona que desde Caracas, y así incorporamos también
editoriales españolas con las mismas características de las latinoamericanas.
Actualmente la distribución se limita a 12 fondos de Argentina, Chile, México y España,
que se distribuyen principalmente a través de 74 librerías en todo el país.

Librería
Es una librería especializada para niños y jóvenes. Hemos cambiado varias veces la
forma de distribuir el espacio y de ofrecer los libros al público pensando siempre en la
comodidad de los lectores y en darle la posibilidad a los libros para que se encuentren con
éstos. En este momento la librería está organizada temáticamente, lo que permite acercar
a los niños a una oferta de acuerdo con sus intereses; para jóvenes, la oferta se
enriquece con la presencia de los fondos de editoriales independientes colombianas, y
para adultos, una selección de narrativa cuya temática es la infancia o sus personajes
principales son niños y jóvenes y libros especializados sobre la literatura y le lectura. La
librería se surte de la oferta disponible en el mercado nacional y antes de llegar a la
estantería es revisada y clasificada por el grupo profesional de la librería, la distribuidora y
la editorial. La librería hace parte de la ACLI, Asociación Colombiana de Libreros
Independientes, desde su creación.

Biblioteca
La verdad es que adecuamos un pequeño espacio dentro de la casa de Babel para poner
un café, afortunadamente nos dimos cuenta a tiempo que lo que queríamos era una
biblioteca, pues la idea era atraer a los lectores, no simplemente público. Así nació la
biblioteca de Babel que tiene más de 1 000 niños inscritos y con carné, y que pertenecen
en su mayoría a la comunidad del entorno. Abre los sábados entre 10 de la mañana y dos
de la tarde; cuenta con un fondo de más de 4 000 títulos que presta de manera gratuita.
La idea es acercar al público a la librería quitando del medio la obligación de la compra, y
acercando a las familias al encuentro con los libros. El préstamo gratuito los convence
rápidamente de lo agradable de esta relación y, por supuesto, se han convertido en los
mejores clientes de la librería.

Editorial
A pesar del enorme rodeo que nos llevó, nunca perdimos el objetivo principal que era
poner en el mercado nuestros propios libros. Tuvimos un comienzo excepcional, con los
Chigüiros de Ivar Da Coll, colección creada por una de la socias de Babel en Editorial
Norma, libros que habían estado en circulación durante 20 años y a fin de los años 90 la
editorial había decidido descatalogarlos. Libros con los que crecieron varias generaciones
de colombianos, que podemos decir que inauguraron la edición contemporánea de libro


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 112

álbum en Colombia, y los que, durante estos 15 años de la editorial, son aún los más
vendidos. Detrás de los chigüiros rescatamos otros libros de Ivar y editamos también sus
nuevos proyectos. Las relaciones creadas con América Latina, desde Aclij y después en
Fundalectura, nos ofrecieron la oportunidad de incluir en nuestro fondo autores
reconocidos en la región. Poco a poco comenzamos a trabajar con nuevos autores e
ilustradores colombianos y editamos sus primeros libros. Hoy estamos trabajando en una
colección frontera, que ofrece libros que no tienen marcado un destinatario exclusivo, que
explora la idea de incorporar al ilustrador como un autor más que amplía el discurso del
texto literario, y una colección de ensayo sobre la lectura y la literatura. Muy lentamente y
tomándonos el tiempo necesario, creamos un fondo que cuenta hoy con 62 títulos vivos
en el catálogo, algunos de los cuales han recibido premios en ferias internacionales, como
la de Bolonia, en la que la editorial también fue distinguida con el premio BOP a la mejor
editorial de Centro y Sur América.
Consideramos como responsabilidad del trabajo editorial, no sólo pensar constantemente
en el lector y en la manera en que los libros se insertarán en el mercado, sino también
tener una relación equitativa con los creadores que hacen parte del fondo, no solamente
con lo que tiene que ver con los derechos de autor estipulados por la ley. Una de las
apuestas de la editorial es mantener vigentes los libros, pues consideramos que si el libro
es bueno debe permanecer en el mercado y no hacer culto a la novedad.

Redes
La creación y participación en redes ha sido fundamental en la toma de decisiones de
Babel y en su incorporación al mercado. Participar con otros nos ha permitido entender
que los problemas diarios a los que nos enfrentamos no son exclusivamente nuestros y
que en la conversación con otros es posible encontrar ideas y soluciones.
En 2007 Babel participó en la creación de la Asociación Colombiana de Libreros, ACLI; en
la creación del Comité de Libros para Niños en la Cámara Colombiana del Libro, desde
donde se articularon proyectos como el Festival del Libro Infantil con la ACLI; Babel hace
parte desde 2010 de la Coedición Latinoamericana, proyecto auspiciado por el Cerlalc y
que desde 1979 aúna los esfuerzos de editoriales de 11 países latinoamericanos que
trabajan por la creación conjunta de contenidos. En 2017, junto a 11 editores de
Colombia, Chile, México y Argentina, nos unimos para crear junto a Ana Garralón una
librería en el centro de Madrid, La Fabulosa, que vende y promueve la creación
latinoamericana en España.

Para terminar, podría decir que hoy la creación de un proyecto editorial no puede ser
ajena al resto de la cadena del libro, que no sólo se puede pensar en el texto propuesto y
el lector final, sino en la manera en que lo ponemos a su alcance, en la que nos
vinculamos con los otros y en cómo interpretamos tanto nuestro propio entorno como los
cambios que auguran el fin del libro impreso.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 113

3.10. LA GESTIÓN DE EMPRENDIMIENTOS Y EMPRESAS SOSTENIBLES

“Soy de Honda, Tolima, un pueblo que vive del turismo y la pesca. Y yo no entraba
en ninguno de esos dos sectores, pero sí me interesaba contar las historias que
pasaban en mi territorio, y en los videojuegos encontré la forma de hacerlo… Hago
video juegos culturales y así es como me juego mi propia historia de vida. Y tengo
que decir que emprender lo cambió todo para mí. Entendí que, más que buscar un
título debía salir a encontrar un propósito de vida, y eso es lo que hice con mi
empresa. Emprender me permitió combinar todas las áreas que me interesaban,
como el arte, la actuación y la tecnología; entonces encontré como reunir todo eso
esto en crear personajes y hacer video juegos.”

Holman Zarate, CEO y fundador de Dinomotion Studios. Honda / Ibagué,


Tolima. Contenidos Digitales / Multimedia (Desarrollador de videojuegos
culturales).

De acuerdo con el GEM (2018), en la actualidad Colombia es un país con un tipo de


economía impulsado por la innovación. A diferencia de las economías de factores, en
donde predominan las actividades extractivas y agrícolas, y las economías impulsadas
por la eficiencia, en donde se aprovecha el potencial de las economías de escala para
impulsar el desarrollo, en este tipo de economías tienen una mayor influencia factores
asociados de forma directa con el emprendimiento y la innovación, tales como la
financiación, los programas gubernamentales de apoyo, el entrenamiento en creación de
empresas y la existencia de una infraestructura comercial y legal para el emprendimiento.

Se trata pues, de una etapa propicia para el desarrollo e implementación de políticas


orientadas a fortalecer la labor emprendedora cultura y creativa. En la medida en que se
logre un aprovechamiento masivo de la oferta institucional, se generaran importantes
oportunidades para la consolidación de una actividad empresarial y organizacional que
tenga efectos positivos en la producción, el empleo, la innovación tecnológica y la
reconstrucción del tejido social. La articulación gubernamental en el marco de la Política
Pública, pueden imprimirles el dinamismo a los ecosistemas regionales de
emprendimiento para impactar positivamente a la productividad regional por la vía de más
empleo, formalización del mismo (antiguo y nuevo), mayor competencia que eleva los
niveles de creatividad e innovación en la región, encadenamientos productivos más
fuertes y mayor aprendizaje entre sectores económicos.

Los instrumentos para el fomento del emprendimiento en creatividad y cultura deben estar
articulados con los instrumentos disponibles en todo el sector público, siguiendo la
propuesta de alineación realizada desde la Alta Consejería Presidencial para el Sector
Privado y Competitividad, de modo que se oriente a los emprendedores y empresarios del
sector para que conozcan toda la oferta institucional disponible, tanto la general como la
específica para el sector, puedan acceder al instrumento que más se ajuste a sus
necesidades. De este modo, los agentes sectoriales podrán crear empresas u



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 114

organizaciones, operarlas de manera sostenible y escalarlas de acuerdo con su potencial


de crecimiento.

Es importante anotar que la presente política considera diversas etapas del


emprendimiento que acompañan el proceso de desarrollo organizacional. No se concibe
al emprendedor únicamente como quien se encuentra en la etapa de conformación de su
organización o empresa. Por el contrario, este universo comprende actividades que se
realizan como parte de la concepción de la empresa u organización, su nacimiento, su
consolidación y su expansión, incluyendo etapas de alto crecimiento, internacionalización
y concepción de nuevos productos.

Identificar esa posición relativa de los emprendimientos y mejorarla en el mercado, implica


desarrollar una ética del empresario, es decir una mentalidad empresarial, ligada a unos
ciclos de acumulación de capital físico (activos tangibles, capacidad instalada, etc) y el
capital humano (talento, I+D+i) entre otros. El paso que dan los emprendedores para
convertirse en empresas consolidadas que contribuyen a la productividad del país, a
través de la generación puestos de trabajo formales hasta el hecho de que ese
emprendedor implica, comprender ese régimen de acumulación de capital para buscar la
sostenibilidad financiera con un ejercicio contable muy concreto.

En Colombia existen importantes antecedentes de apoyo a la creación y gestión de


emprendimientos culturales desde el sector público. Entre los años 2010 y 2018 el
Ministerio de Cultura gestionó múltiples espacios de formación, y través de programas
como Luthiers Colombianos, o Mujeres Tejedoras de Vida, que tienen como fin articular
los oficios tradicionales de la luthería y la tejeduría, se apoyó la creación y posterior
gestión de emprendimientos culturales y creativos en diferentes ciudades y municipios del
país. Igualmente, se han puesto a disposición del sector recursos de capital semilla para
la conformación de empresas y organizaciones mediante programas como el Fondo
Emprender del SENA, y se han abierto líneas de crédito especiales para empresas
culturales y creativas a través de Bancoldex, entre otras iniciativas. En esta nueva etapa
se ampliará el alcance de los programas que ya vienen operando como parte de una red
de apoyo al ecosistema emprendedor y se crearán otros nuevos que permitan sofisticar la
oferta del sector público en materia de asistencia técnica para el negocio, financiación,
regulación y competencia y gestión del cambio en mentalidad y cultura del
emprendimiento.

3.10.1. Las motivaciones para emprender en el sector cultural y creativo

Tradicionalmente se han identificado dos tipos de emprendimiento: el emprendimiento por


necesidad y el emprendimiento de oportunidad. El primero se da cuando surge un negocio
en respuesta a la falta de otras opciones de ingreso y se emprende para tener un medio
de subsistencia, mientras que, en el segundo caso, teniendo otras alternativas, se
identifica la posibilidad de desarrollar un producto o servicio para satisfacer uno o varios
mercados y derivar de esta gestión ganancias económicas, y se elige esta opción por ser
mejor frente a otras posibilidades de generación de ingresos.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 115

En Colombia, de acuerdo con el informe del Global Entrepreneurship Monitor GEM 2018-
2019, se emprende más por oportunidad que por necesidad. En promedio, entre 2013 y
2017 la tasa de actividad emprendedora (TEA)20 por oportunidad fue del 16,8%, mientras
que la TEA por necesidad fue del 5.08%. Es decir que aproximadamente el 76% de los
colombianos que emprenden lo hacen por oportunidad y el 24% por necesidad. Este
último valor está por encima de la media mundial entre los países que participan en la
medición del GEM. En este contexto, también es importante reconocer que hay una
buena cantidad de trabajadores por cuenta propia y grupos informales que subsisten en
situación de precariedad, condición que muchas veces ha quedado invisibilizada en el
discurso de las industrias creativas, y para la cual es urgente adoptar medidas de política
para que creadores y gestores cuenten con condiciones mínimas de salud y seguridad.

Específicamente, respecto al sector creativo en Colombia, este se ha caracterizado por


ser un espacio en donde conviven al mismo tiempo una multiplicidad de agentes con
condiciones muy diversas. Contribuyen con su importante trabajo organizaciones
comunitarias y sociales y organizaciones sin ánimo de lucro que realizan un significativo
trabajo de base con importantes repercusiones en la reparación del tejido social y la
creación de espacios de encuentro alrededor de la cultura en sus comunidades. Unas
trabajan de manera discontinua con los escasos recursos de los cuales disponen y con
los dineros que eventualmente obtienen a través de convocatorias para la ejecución de
algunos proyectos, mientras que otras han logrado una gestión sostenible y permanente
en el tiempo gracias al apoyo de sus comunidades, la venta de productos propios y
recursos que provienen de una diversidad de fuentes de financiación, entre otros, fondos
de convocatorias públicas, subsidios, donaciones y cooperación internacional. A todas
estas organizaciones las motiva la posibilidad de incidir en la generación de un cambio
social positivo que brinde un mayor bienestar en sus comunidades y una convivencia
pacífica que permita a las personas desarrollar sus proyectos de vida.

También existen organizaciones y empresas emergentes con ánimo de lucro que se


constituyen formalmente y esperan obtener ganancias mediante la oferta de productos y
servicios innovadores. De acuerdo con Aageson (2008), estos emprendedores son el
eslabón perdido entre el talento creativo y el mercado, los motiva por igual la posibilidad
de generar ingresos y de desarrollar su talento creativo, por lo cual son agentes de
cambio que aprovechan la innovación cultural para crear sistemas económicos prósperos.
Se trata de personas que tienen como derrotero el desarrollo de sus carreras artísticas y
la creación simultánea de riqueza financiera y valor cultural (Snyder et al.,2010),
emprendedores con sentido de negocio que hallan valor reputacional y encuentran en el
emprendimiento una opción deseable de vida. En la medida en que tienen como uno de
sus objetos la generación de sostenida de ingresos y el crecimiento de sus empresas, son
organizaciones que tienden a tener mayor estabilidad y que tienen mejores probabilidades
de sostenibilidad en el tiempo.

Una segunda vertiente de este tipo de organizaciones que surge recientemente en el


campo cultural y creativo en Colombia son las empresas tipo B., gestionadas por
emprendedores que tienen como objetivo “generar soluciones económicas que puedan
crear valor integral en la sociedad, promoviendo formas de organización que puedan ser

20
La TEA es una medida que se define como el porcentaje de individuos entre 18 y 64 años que se identifican como
empresarios nacientes o empresarios nuevos.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 116

evaluadas desde el bienestar de las personas, las sociedades y el medio ambiente de


forma simultánea y con consideraciones de corto y largo plazo” (Sistema B Colombia,
2019).

Para emprender en el sector en Colombia las motivaciones económicas no son


suficientes. Aunque ciertamente, muchos emprendimientos culturales y creativos han
surgido de la necesidad de generar ingresos en poco tiempo para poder subsistir, o
porque se presentan oportunidades de mercado para la comercialización de determinados
productos, quienes se embarcan en la aventura del emprendimiento creativo lo hacen
porque les motiva ser agentes de cambio, porque están dispuestos a tomar riesgos con tal
de poder desarrollar su labor artística, porque quieren contribuir a enriquecer sus
comunidades social y culturalmente y porque encuentran valor en la trasmisión de un
pensamiento disruptivo, creativo y diverso. Esto enrique las posibilidades de sustento en
comunidades y territorios en todo el país y crea valor cultural y simbólico tanto para los
creadores como para quienes acceden y disfrutan de estas manifestaciones resultado del
ingenio, el talento humano y la transmisión de las tradiciones culturales.

3.10.2. Gestionar proyectos, gerenciar empresas

Dos elementos de vital importancia que permiten garantizar la sostenibilidad de los


emprendimientos son contar con capital humano calificado y directivos con capacidades
de gestión que les permitan gerenciar sus empresas de manera sostenible, con la facultad
de identificar y aprovechar oportunidades de crecimiento. En ello juega un rol fundamental
el desarrollo de habilidades blandas, entre las que se encuentran, entre otras, las
capacidades de comunicación, de trabajo en equipo y en red, de toma de decisiones, de
gestión del tiempo, de motivación, de negociación, de resolución de problemas y de
pensamiento crítico (Doyle, 2019).

Igualmente, relevante es que al interior de las empresas y organizaciones se cuente con


conocimientos en finanzas, mercadeo, operaciones, diseño de estrategias y gestión de
tecnología, que permitan a los gerentes y directivos diseñar modelos de negocio y tomar
decisiones fundamentadas en el análisis de las condiciones reales de la empresa y su
entorno. Otro aspecto que es esencial para el sector creativo es tener conocimiento para
lograr una mejor protección de sus obras mediante el uso las herramientas disponibles
relacionadas con el derecho de autor y claridad en la cadena de explotación de la
propiedad intelectual que permita realizar una mejor gestión de los proyectos, otorgar un
adecuado reconocimiento de la labor de los creadores y darles una remuneración
apropiada por su trabajo.

En Colombia se viene desarrollando desde hace varios años un trabajo de fortalecimiento


de capacidades para el emprendimiento y la gestión empresarial de los agentes culturales
y creativos. Con la creación del Programa para el Emprendimiento y las Industrias
Culturales y el Grupo de Emprendimiento Cultural por parte de Mincultura en el año 2008
surgieron procesos de formación para el emprendimiento y fortalecimiento empresarial, y
se dictaron programas de capacitación en una buena cantidad de municipios del país. Por
ejemplo, entre los años 2011 y 2013 se llevó a cabo el programa de Emprendimiento
Cultural para la Innovación, el Desarrollo y la Asociatividad, liderado y financiado por el
Ministerio de Cultura, y ejecutado por la Unidad de Emprendimiento e Innovación de la
Universidad Nacional de Colombia, conjuntamente con la Universidad de Antioquia y con


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 117

el apoyo del SENA, el Departamento Administrativo de Organizaciones Solidarias y la


Dirección Nacional de Derechos de Autor. Un total de 3292 personas localizadas en todos
los departamentos del país fueron beneficiarios de este proceso.

Estas iniciativas, y otras surgidas desde el sector privado, como los procesos de
formación realizados desde las cámaras de comercio, han permitido que en la actualidad
exista una base de empresarios, emprendedores culturales y funcionarios del sector
público que cuentan con formación básica en emprendimiento cultural y creativo y
conocimientos en gerencia, lo cual constituye una ventaja para el aprovechamiento de los
instrumentos para el fortalecimiento sectorial que se ponen a disposición del sector en el
marco de la presente política. No obstante, es necesario brindar formación, permanente,
especializada y con mayor cobertura, adecuada a cada nivel de emprendimiento, e
incorporar procesos de formación focalizados por subsectores con el fin de fortalecer los
modelos de negocio de los emprendedores y su capacidad de gestión.

3.10.3. Comprender el entorno, el mercado y sus tendencias

En lo que va corrido del siglo XXI, el país ha logrado avances en término de bienestar
social: se han reducido la cantidad de personas que viven en condición de pobreza y han
aumentado las que hacen parte de las clases medias y altas en términos del nivel medio
de ingresos. El indicador de pobreza extrema pasó del 17,7% en 2002 al 7,4% en 2017 y
la pobreza moderada cayó del 47,9% al 26,9% en el mismo periodo (Banco Mundial,
2018). Por su parte el índice de pobreza multidimensional, que incorpora la medición de
aspectos como el desempleo de largo plazo, educación, acceso a servicios básicos,
analfabetismo, acceso a salud y trabajo infantil, cayó del 30,4% en 2010 al 17% en 2017.
Adicionalmente, existe un fuerte mercado interno con una demanda consolidada a nivel
doméstico, siendo el gasto de los hogares el componente de mayor peso del PIB. Un país
con mejores niveles de ingreso, más educado, con acceso a servicios básicos y un
mercado interno fuente presenta condiciones favorables y necesarias, más no suficientes,
para lograr un incremento en la circulación de bienes y servicios culturales.

Al mismo tiempo que se dan ciertas condiciones de base para la expansión de los
mercados culturales y creativos, en Colombia existe un desequilibro entre la oferta y la
demanda en este sector. Muchas creaciones nacionales no logran conectar con un
público objetivo o son escasamente consumidas. En este escenario, ni los creadores
culturales pueden vivir exclusivamente de su labor artística, ni los públicos se benefician
del consumo de estas manifestaciones. Lograr corregir estos fallos de mercado para
conectar la oferta con la demanda no solo mejoraría las condiciones de vida de creadores,
gestores e intermediarios culturales, si no que redundaría en la creación de capital
cultural, el cual contribuye a que los individuos desarrollen su potencial creativo, y en el
mediano y largo plazo, obtengan mayores ingresos, incidan en el bienestar de su
comunidad y propongan soluciones innovadoras a problemas de su entorno.
Aunque son varios los factores que impiden este encuentro entre las creaciones y sus
públicos potenciales, un punto clave para propiciar este encuentro es la comprensión de
las características del entorno económico nacional y las características sociodemográficas
de la población permite identificar oportunidades de mercado para productos culturales y
creativos a nivel local, nacional e internacional, e identificar tendencias de consumo para



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 118

el desarrollo de nuevos productos. De igual manera, un mayor conocimiento de los


gustos, necesidades y características sociodemográficas de públicos y audiencias,
permite generar un diálogo más fluido entre los creadores y los consumidores culturales,
dar a conocer más ampliamente la oferta cultural y creativa, y enriquecer la vida cultural
de las personas.

3.10.4. La Ruta del emprendimiento y el ecosistema creativo sostenible (estrategias)

Esta línea de política tiene como objetivo lograr una mayor sostenibilidad de los
emprendimientos y organizaciones comunitarias y sociales, organizaciones sin ánimo de
lucro, emprendimientos y organizaciones emergentes o en proceso de consolidación y
organizaciones consolidadas que conforman el ecosistema creativo. Para ello, se ha
desarrollado una estrategia que contempla cuatro ejes de intervención: i) proveer recursos
a través de instrumentos y mecanismos enfocados a facilitar el acceso a capital de trabajo
o capital de inversión; ii) establecer un entorno regulatorio y competitivo favorable para
que surjan y se consoliden los emprendimiento y prosperen las empresas del sector iii)
brindar asistencia para el negocio a través de instrumentos y mecanismos desarrollados
con el fin de fortalecer los modelos de negocio de los emprendedores y iv) formular e
implementar programas con el objeto de promover una mentalidad y una cultura de
emprendimiento en todos agentes que componen el ecosistema cultural y creativo.

En la implementación de los ejes se desarrollan programas diferenciados para cada


categoría de emprendimiento cultural y creativo con el propósito de atender las
necesidades específicas de los grupos que las conforman. Igualmente, se presentan
programas que atienden de manera transversal a varios tipos de organización por cubrir
necesidades comunes a todo el ecosistema emprendedor. Con esta intervención se busca
generar un ecosistema creativo sostenible en donde artistas, gestores, intermediarios
culturales y demás agentes del sector puedan llevar a cabo su labor en condiciones
dignas y satisfactorias de trabajo sacando el máximo provecho de su potencial creativo,
de modo que se generen condiciones de bienestar tanto para el emprendedor como para
su entorno.

Los emprendimientos y organizaciones comunitarias y sociales podrán obtener recursos


para la financiación de sus proyectos, la generación de capacidades y el fortalecimiento
de la comercialización de productos y servicios a través de líneas específicas del
Programa Nacional de Estímulos de Mincultura. Podrán acceder a programas como las
Escuelas taller (Mincultura( y Emprende Rural del Sena, así como a recursos tecnológicos
e infraestructura participando en los laboratorios de innovación y diseño de Artesanías de
Colombia y fortalecerán sus procesos de formación y desarrollo del talento humano a
través de las Escuelas Taller del SENA y las Escuelas Taller de Mincultura. Tendrán la
oportunidad también ade acercarse a programas como Emprendetón 4.0 y Escala Futuro
de INNpulsa que buscan el descubrimiento de nuevos emprendedores que buscan
generar mentalidad emprededora.

También tendrá especial relevancia para el desarrollo y consolidación de estos


emprendimientos y organizaciones sociales que no necesariamente están formalizadas
pero que tienen iniciativas con alto impacto social, a través de un trabajo articulado en los
centros Sacúdete Crea, orientados a contribuir al cierre de brechas a través del impulso
de la productividad en sectores estratégicos de la economía naranja para favorecer la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 119

promoción de la equidad en los jóvenes entre 14 y 35 años en Colombia. A través de los


Sacúdete se realizará un acompañamiento focalizado en regiones en donde el sector
cultural y creativo sea estratégico para el progreso territorial a través de una metodología
que permita el desarrollo de proyectos de vida legales y sostenibles. Se orientará también
a los emprendedores culturales y creativos para participar en los programas del
Departamento de Prosperidad Social, DPS como son Mi negocio, que capacita y otorga
capital semilla a futuros empresarios, e IRACA, orientado a promover el desarrollo de las
comunidades étnicas vulnerables, y el programa SENA Emprende Rural, destinado a
promover la generación de ingresos para la población rural.

En cuanto a las ESAL, podrán acceder también a varios de los programas mencionados
anteriormente, y se beneficiarán de líneas especiales para el fomento de la
competitividad, promoción y mercadeo de FONTUR. Adicionalmente, tendrán a su
disposición los fondos provenientes del Programa Nacional de Concertación y el acceso a
los Centros de Formación del SENA en sus 117 regionales y los Tecnoparques.

Las empresas y organizaciones en proceso de consolidación se fortalecerán mediante el


acceso a recursos a través del programa Aldea Naranja de Innpulsa y los Voucher
Naranja de Contenidos. Adicionalmente, junto con las empresas y organizaciones
consolidadas, se verán beneficiadas de las líneas Exprimiendo la Naranja y el Fondo de
fondos naranja de Bancoldex. También tendrán líneas específicas para la financiación de
proyectos a través del Portafolio de Estímulos del Ministerio de Cultura. Encontrarán
servicios para el desarrollo de su plan de negocios a través de Colombia Productiva, los
cursos virtuales de INNpulsa, y Crea Digital y Apps.co de MinTIC y recibirán apoyo de
ProColombia, el programa Colombia Productiva y la DNDA para la comercialización de
sus productos y servicios. Así mismo podrán acceder a los recursos del Fondo
Emprender para capital semilla y estructuración de planes de negocios para bienes y
servicios creativos y culturales.

Para las organizaciones más consolidadas serán de especial relevancia el incremento de


la oferta en formación técnica por demanda a través del SENA adecuada en calidad,
cantidad, y pertinencia, es decir, acorde a las necesidades de demanda de personal de
las empresas. Se propiciará también una colaboración más estrecha con FONTUR para el
desarrollo de proyectos relacionados con turismo cultural, con New Media para los nuevos
medios y Bancoldex para la obtención de recursos a través de líneas de crédito y acceso
a capital de riesgo con el Fondo Nacional de Garantías. Con MinCIT se fortalecerá la
participación de empresas naranja en el programa Mega i y Mega up de INNpulsa y en
Colombia Productiva (Fábricas de Productividad) para fortalecer los encadenamientos
productivos del sector.

En esta línea también desatacan la oferta de la Dirección Nacional de Derechos de Autor


de cursos virtuales y otras herramientas orientadas en afianzar el conocimiento del sector
alrededor de temas relacionados con la protección y explotación económica de las
actividades sujetas al derecho de autor.

En materia de fomento a las exportaciones, se trabajará en ampliar el acceso a asesorías


para el diseño de la estrategia de internacionalización y actividades de formación
asociadas a la actividad exportadora en todos los niveles de emprendimiento.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 120

El eje transversal del trabajo, implica que todos los tipos de organización comunitarias,
ESAL y empresas con ánimo de lucro emergentes y consolidadas participen y aprovechen
la oferta de recursos disponible a través de las convocatorias de Mintic, MIncultura, Mincit,
SENA, Bancoldex Procolombia y otras instituciones del sector público.

Adicionalmente, se crearán espacios de difusión y asesoría que permitan a las


organizaciones y empresas del sector aprovechar los instrumentos de financiación
transversales a todos los sectores sociales y productivos tales como los descuentos por
donaciones a ESAL de régimen tributario especial, por inversión en ciencia, tecnología e
innovación, o los mecanismos de financiación a través de recursos no reembolsables
dispuestos a través de Bancoldex en sus diferentes líneas. Aplican especialmente para
las grandes empresas los beneficios de obras por impuestos en ZOMAC para
infraestructura cultural e inversión en TIC. Finalmente, se fortalecerá el uso de los
instrumentos disponibles en las Leyes 814 de 2003 (ley del cine), ley 1556 (ley de
fomento del territorio nacional como escenario para el rodaje de obras cinematográficas),
1493 de 2011 (ley de espectáculos públicos) y la ley 98 de 1993 (Ley del libro) diseñados
para atraer mayor inversión al sector, y corregir los fallos de mercado que han impedido
una asignación eficiente de recursos para el escalamiento de las empresas y la inversión
en infraestructura dura y blanda que permita generar condiciones las de entorno
necesarias para lograr un crecimiento sostenido del sector.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 121

3.11. RETOS DE LA CIRCULACIÓN Y LA CREACIÓN DE AUDIENCIAS PARA LOS


BIENES Y SERVICIOS CREATIVOS.

Iván Benavides

La diversidad bien manejada genera riqueza, pero la diversidad mal manejada genera
conflicto, y en el conflicto hemos vivido gran parte de nuestra historia. Después de casi
doscientos años, Colombia por fin se reconoció como una país multiétnico y pluricultural
en la constitución de 1991. Este hecho histórico ha generado un cambio importante en los
imaginarios y ha propiciado el diseño de políticas públicas más incluyentes.
Sin embargo, a pesar de que el nuestro es un país de creadores con una rica herencia
cultural, no se han consolidado circuitos para la circulación de nuestra diversidad, y
muchas expresiones y prácticas artísticas de las periferias y las minorías tienen poca
visibilidad en los medios masivos, los escenarios, o simplemente tienen una presencia
apenas marginal.

Las grandes migraciones y la revolución de las tecnologías de la información y


comunicación son dos factores que en los últimos años han cambiado de manera radical
el mapa cultural de Colombia y del planeta. Debido a lo primero, las multitudes de
desplazados enriquecen los destinos a donde llegan y deben ser reconocidos como
portadores de cultura y agentes de cambio, para romper los círculos de re-victimización a
los que muchas veces se ven abocados. Por otro lado, el uso de la TICs ha cambiado las
formas de producir, circular y consumir cultura, de manera tan radical que la clásica
cadena de valor Creación-Producción-Circulación y distribución-Consumo ya no es lineal
sino entrelazada y muchas veces simultánea. El nacimiento de hubs o espacios de co-
working permite a jóvenes creadores de varias disciplinas colaborar, y en muchos casos
los espacios de producción y exhibición coinciden. Las nuevas audiencias juegan un
papel más allá de ser simples espectadores, y esta participación incide en los mercados y
la circulación de la cultura, llegando a crear figuras como la del prosumidor (productor-
consumidor).

En este contexto, las políticas públicas deben pensarse desde ecosistemas culturales
complejos donde convergen territorios, redes y circuitos tanto a nivel nacional como
internacional.

Ante la desterritorialización de la cultura consecuencia de la hipermodernidad y las redes,


hay que diseñar estrategias para una re-territorialización cultural basada en diálogos entre
la memoria, la herencia y el patrimonio cultural con la modernidad y la innovación, con el
objetivo de que la diversidad, la identidad de lo local y lo territorial desde sus
comunidades, estéticas y narrativas, tengan cabida en unas industrias creativas que
tienden a la estandarización. Partir de conocer y reconocer la vida cultural en los
territorios, sus vocaciones y potencialidades, para impulsar la construcción de mercados
solidarios y cooperativos que necesitan los sistemas productivos locales para su
desarrollo. El fortalecimiento de los festivales culturales locales y su articulación en
circuitos regionales, acompañada del impulso a los procesos de formación y a las
comunidades de práctica, es esencial para impulsar la circulación en los territorios. Estos
festivales junto a la potencialidad de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial,



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 122

pueden ser la base del diseño de estrategias de un turismo cultural sostenible y


responsable en lo social y ambiental.

La Ley de Espectáculos Públicos ha sido una poderosa herramienta para el


fortalecimiento de infraestructuras locales. Para lograr un equilibrio dinámico, este
fortalecimiento de infraestructuras culturales debe ir acompañada de la creación de
estrategias de circulación en esos espacios. La dinamización de la circulación debería ser
consecuencia del fortalecimiento de los espacios, así como el aumento la circulación en
estos espacios debería ser condición para recibir los beneficios de la ley. Después de
varios años haciendo énfasis en infraestructura, y ante las apremiantes necesidades del
sector creativo, vale la pena repensar si una parte de los fondos se puede destinar a
circulación.

Por otro lado, encontramos muchas infraestructuras culturales públicas con poca
ocupación o convertidas en teatros de alquiler. Para impulsar la circulación por estos
espacios, vale la pena explorar la posibilidad de realizar una gestión por concesión con
Cajas de Compensación, aprovechando su experiencia en ese campo y la gran cantidad
de beneficiarios que atienden, lo que permitiría complementar la gestión de la oferta con
estrategias de gestión de la demanda.

Para la vida cultural local, la existencia de venues nocturnos es fundamental. Más allá de
ser simples sitios de fiesta, es en estos espacios donde se dinamiza y se construye la
escena independiente y donde se crean audiencias, en especial las audiencias jóvenes.
Son verdaderos laboratorios, donde se dan a conocer los nuevos creadores y sus
productos, se crean mercados emergentes, se construyen identidades, y bien gestionados
generan convivencia ciudadana. El reconocimiento de estos espacios no convencionales
como espacios culturales y su fortalecimiento es una estrategia que ha demostrado ser
exitosa en diferentes ciudades del mundo. Otra estrategia exitosa para la circulación
cultural es la implementación de ciudades 24 horas.

Así mismo se puede incentivar la circulación mediante el aprovechamiento y


reconocimiento de otras infraestructuras como auditorios de instituciones educativas,
infraestructuras deportivas, plazas de toros, habilitadas como escenarios culturales.

En los últimos años hemos sido testigos de un crecimiento de la circulación de artistas y


contenidos colombianos a nivel internacional, debido a las dinámicas de los mercados
tanto en el mainstream como en mercados de nicho, en especial la world music, por
donde circulan artistas representativos de nuestra diversidad musical. Para los mercados
de nicho han sido muy importantes los Mercados Culturales Nacionales e internacionales:
WOMEX. SXSW, Circulart, Bomm, Mercado Cultural del Caribe. Los principales mercados
se hallan en los países del hemisferio norte, y aún hay que afrontar obstáculos como el
predominio de empresas transnacionales que genera desigualdad de oportunidades para
artistas nacionales. Avances como la eliminación de visa para el espacio Schengen ha
sido muy importante para el aumento de la presencia de nuestros artistas en los circuitos
europeos.

La aparición de nuevas redes y plataformas digitales ha dinamizado la circulación de


contenidos y Colombia es uno de los líderes en Latinoamérica en el número de



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 123

contenidos digitales musicales subidos a las plataformas, sin ser todavía uno de los de
mayor recaudo.

Sin embargo, en muchos casos, más que procesos de exportación se han generado
procesos de internacionalización. Muchos de nuestros artistas terminan firmados por
transnacionales y gran parte del dinero generado por estos se queda en el exterior.

La Convención de la UNESCO sobre la Protección y la promoción de la Diversidad de


las Expresiones Culturales (2005) impulsa a los países a proteger y promover la
producción nacional y a elaborar estrategias de exportación de bienes y servicios
culturales. Sin embargo, subsisten desequilibrios notables entre los países desarrollados y
los países en vía de desarrollo. Respondiendo a esa problemática el artículo 16 de la
convención propone: “los países desarrollados facilitarán los intercambios culturales con
los países en desarrollo, otorgando (…) un trato preferente (…) a los bienes y servicios
culturales procedentes de ellos”.

El informe mundial de seguimiento de la Convención de 2005 de la UNESCO, “Repensar


las políticas culturales”- 2018, plantea como uno de sus objetivos, lograr un flujo
equilibrado de bienes y servicios culturales e implementar la movilidad de artistas y
profesionales de la cultura.

Esto implica ir más allá del simple apoyo a artistas y producciones culturales, para buscar
acceso a los mercados y circuitos nacionales e internacionales y por eso se requiere de
medidas en sectores diferentes al sector cultural, como son el comercial y el de relaciones
exteriores.

La UNESCO propone evaluar tres ámbitos de seguimiento: Movilidad de los artistas y


profesionales de la cultura; Flujo de bienes y servicios culturales; Tratados y acuerdos.

A nivel internacional, para avanzar en la consecución del objetivo de lograr un flujo


equilibrado de bienes y servicios culturales e incrementar la movilidad de los artistas y
profesionales de la cultura, se debe avanzar entre otras en : Buscar la manera de
simplificar los procedimientos de obtención de visa para artistas y rebajar los costos,
teniendo en cuenta las condiciones de trabajo del sector; Incorporar a los acuerdos
comerciales bilaterales disposiciones relativas al trato preferencial o especial para bienes
y servicios culturales.

Los viajes y los encuentros son experiencias fundamentales sobre las que se han
construido gran parte de las culturas. En ese sentido la movilidad es parte esencial de la
vida de los artistas y una condición necesaria para el desarrollo de sus carreras.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 124

3.12. INTEGRACIÓN, REDES Y DESARROLLO DE MERCADOS


“Hoy en día no me arrepiento ni un solo minuto de haber creado M3 Music, y 10 años
después puedo decir que somos un equipo de trabajo que vivimos bien y dignamente de la
música y con muchas proyecciones por delante. Durante la última década la industria de la
música ha venido creciendo rápidamente en Colombia y esto ha generado muchas
oportunidades de expansión y de crecimiento; especialmente para emprendimientos, ya
que era una industria muy virgen. Siento que hoy en día ya podemos hablar de un mercado
sólido, el cual tiene mucha proyección y permite la entrada de varios emprendimientos en
la industria. “

Camila Zarabia, CEO y CO Founder de M3 Music. Bogotá, Cundinamarca. Música (Empresa


de Management de artista).

Los intercambios y las interacciones entre culturas tienen la posibilidad de fortalecer la


diversidad cultural. Como lo establece la Convención sobre la protección y la promoción
de la diversidad de las expresiones culturales (Unesco, 2005), la integración debe
favorecer interacciones mutuamente provechosas entre las culturas, debe permitir
intercambios amplios y equilibrados, así como construir puentes entre los pueblos y
fomentar la interculturalidad. La integración debe al mismo tiempo proteger y promover la
diversidad de las expresiones culturales y permitir cobrar conciencia de su valor en el
plano local, nacional e internacional. Efectivamente, la integración no se reduce a un
asunto entre países, sino que involucra regiones de un mismo país y sectores diferentes
en una misma sociedad.

Con todo, los intercambios creativos se dan principal y crecientemente –aunque no de


manera exclusiva- en el contexto de un mercado. A nivel mundial, el comercio de bienes
culturales y creativos ascendió a USD 212.800 millones en 2013, casi el doble que en
2004 (Unesco, 2016). Estos bienes y servicios están llamados a competir en ese
mercado, pero solo algunos lo hacen con éxito. En la práctica, un número reducido de
empresas controla la mayor parte de los mercados globales de bienes y servicios
culturales y creativos destinados al gran público. En ausencia de medidas de política
apropiadas, gran número de países ven comprometido el acceso de su producción
creativa al mercado, por falta de incentivos a los creadores y productores, debilidad de las
capacidades necesarias para la intermediación y negociación en mercados y la
inexistencia de mecanismos de promoción e inteligencia para comprender las dinámicas
de la demanda y de los públicos.

De ahí que Colombia y 140 estados más hayan ratificado la Convención de 2005. A través
de este acuerdo, los países firmantes reconocen la naturaleza tanto cultural como
económica de las expresiones culturales y creativas, a lo cual agregan valor tanto los



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 125

creadores como otros mediadores. Al reconocer el derecho soberano de los estados a


mantener, adoptar y aplicar políticas para proteger y promover la diversidad de las
expresiones culturales, tanto a nivel nacional como internacional, la Convención apoya a
los gobiernos y a la sociedad civil en la búsqueda de soluciones autónomas para los
desafíos y oportunidades de un mercado globalizado.

3.12.1. Quiénes hacen posible la integración

La integración cultural implica y requiere de la diversidad de agentes del ecosistema de


valor creativo. En la base de la integración cultural están las comunidades y sus
creadores. Las comunidades que participan y portan una manifestación cultural incluyen a
todas aquellas personas que practican, transmiten, crean y recrean su patrimonio y su
cultura (Mincultura, 2015). Y de manera más específica, los creadores de estas
comunidades son quienes influyen en la transformación de una idea hacia un producto, un
servicio o una experiencia creativa. Aquí participan también artesanos, técnicos,
trabajadores de la diversidad de oficios creativos y productores, en general, que
convierten ideas en algo apropiable por otros miembros de la comunidad, la sociedad y el
mercado. El momento creativo es, en sí mismo, un primer momento de integración
cultural.

Más allá de los procesos creativos, la integración es posible gracias al abanico de


mediadores que aportan valor cultural, social y económico en la búsqueda de audiencias,
públicos y consumidores para los contenidos (Mincultura, Lado B, 2017). Colectivos,
agentes y distribuidores se encargan de tomar bienes, servicios y experiencias creativas y
las distribuyen entre otros agentes de la sociedad y del mercado; posibilitan así un
proceso de intercambio adicional. Cuando el bien cultural está destinado a circular en el
mercado, los mediadores realizan una variedad de funciones relacionadas con la
representación comercial de las obras, con la selección de catálogos de contenidos, con
la estructuración estrategias para desarrollar mercados, con la búsqueda de plataformas
de consumo coherentes con estos catálogos y con hacer posible los procesos logísticos
que supone la distribución.

En la integración están implicados otros mediadores comprometidos en la conexión del


producto, servicio o experiencia creativa con comunidades, audiencias y consumidores
finales. El valor de su trabajo en la integración es que facilitan que estos últimos apropien
mensajes, contenidos y productos de manera efectiva. Son una instancia fundamental de
validación de los productos de la cultura frente al mercado y la sociedad; piensan,
reflexionan y programan pensando en los públicos a los cuales se deben; construyen
audiencias a través de la discusión y la conversación; estructuran estrategias de
circulación, segmentación, mercadeo, cuando el contexto es el mercado.

La sociedad como un todo y la diversidad de públicos y audiencias conforman finalmente


una instancia fundamental de la integración: la participación y el consumo culturales. La
cultura -y los bienes, servicios y experiencias que la comportan- juegan un papel


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 126

fundamental en la calidad de vida y el bienestar de los individuos y las comunidades. El


consumo creativo, como parte de la práctica cultural en general, no es únicamente una
función de mercado; es una instancia de la “creación, transmisión y reinterpretación de los
valores, actitudes y convicciones a través de los cuales los individuos y las comunidades
transmiten el significado que le dan a sus vidas y a su propio desarrollo” (Unesco, 2005).
Estos valores, actitudes y convicciones asociadas al producto cultural, determinan
además la naturaleza y calidad del vínculo social, y hacen parte fundamental de la
integración, no solo del mercado, sino de la sociedad y sus individuos.

3.12.2. Desafíos para una integración duradera y significativa

Existen no pocos desafíos para lograr una verdadera integración de los bienes y servicios
creativos colombianos con los ciudadanos, con sus audiencias y sus mercados internos y
extranjeros (Mincultura, 2017). Un desafío fundamental tiene que ver con que los
creadores y productores logren proponer contenidos de calidad, valor e interés a la
sociedad. Bienes, servicios y experiencias culturales y creativos de alta calidad y factura,
que tengan verdadero significado, circulan con mayor facilidad, alcanzan mejor a sus
públicos y permiten la integración. El punto de partida del proceso de integración está
definido por las características del hecho creativo mismo.

Sin embargo, como se profundiza en el capítulo relacionado con las capacidades en el


sector creativo, la creatividad en el país no está sostenida desde un esquema educativo
robusto de formación de habilidades necesarias para potenciarla. Una parte significativa
de los programas escolares en el país no presenta un enfoque claro hacia la creatividad.
A nivel profesional, la formación de la mayoría de los creadores, intérpretes y productores
es informal y empírica. Además, se trata casi siempre de programas con énfasis en el
aprendizaje canónico y les cuesta abrirse a diferentes estéticas, enfoques y formas de
práctica. Por otra parte, las necesidades técnicas de los procesos creativo y de
representación no son resueltas satisfactoriamente, afectando la calidad final de los
bienes y servicios consiguientes. El conjunto de falencias de la formación creativa en el
país deja muchas veces la calidad de los bienes y servicios culturales a merced de
destellos individuales de talento, y rara vez obedecen a procesos construidos desde el
fortalecimiento de las capacidades.

Otro desafío para la integración es que exista una comprensión y alineación conceptual
en las instituciones de política, y en el mismo sector, sobre los valores culturales y
económicos que generan los procesos de mediación cultural, representación comercial y
desarrollo de públicos. Los estímulos que se han implementado para favorecer la
integración han estado tradicionalmente enfocados en subsidiar la movilidad de los
agentes del sector creativo y el montaje de plataformas de relacionamiento y negocios,
pero no son políticas estructurales para la dinamización de los intermediarios culturales y
de sus estrategias. El fomento de la circulación creativa no obedece a una identificación
de vocaciones creativas de las comunidades, regiones y sectores. No ha activado
suficientemente las redes de mediadores que permiten el contacto con las audiencias.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 127

Tampoco se ha basado en una inteligencia de mercados y de audiencias que permita


diseñar estrategias diferenciadas para la circulación de la variedad de bienes y servicios
culturales y creativos en función de distintos valores y usos sociales, segmentos de
mercado y maneras de apropiación.

Hay varias muestras de lo anterior. Desestimar la importancia de los espacios “no


convencionales” para la circulación de las artes plásticas, escénicas y la música y para el
desarrollo de nuevos y más diversos públicos es una de ellas. Los mecanismos de apoyo
han estado casi siempre pensados para auditorios e infraestructuras formales, mientras
que los espacios híbridos, esenciales para la viabilidad de las propuestas emergentes,
donde confluyen diversas formas de expresión creativa, que toman riesgos en su
programación y crean y fidelizan nuevos públicos, no están suficientemente cubiertos por
esquemas de fomento. Otro ejemplo de lo anterior es el gran apoyo financiero a la
producción de formatos audiovisuales tradicionales, como el largometraje
cinematográfico, en desmedro de otras narrativas, formatos y lógicas de producción,
circulación y apropiación. Hoy se integran por igual los formatos audiovisuales cortos,
compatibles y convertibles a otros universos narrativos, apropiables en plataformas
digitales móviles o en espacios no convencionales, promocionados a través redes
digitales o, incluso, comunitarias. Ante la eclosión de formas y de contenidos y la
atomización de las formas de consumo y apropiación, las políticas audiovisuales han
permanecido casi imperturbables.

Otra barrera a la integración es la debilidad de los mecanismos de apoyo para los


mediadores del ecosistema de valor, asociada a la incomprensión sobre su importancia
en el ecosistema creativo. Espacios colectivos de experimentación y reflexión, sellos
editoriales y musicales, colectivos de comunicación étnicos y comunitarios, podcasts,
librerías y salas de exhibición independientes, bares y espacios híbridos, entre muchos
otros, son algunos de los mediadores que, más allá de la creación, generan valor en la
selección y promoción cuidadosa y diversa de contenidos, así como en el desarrollo de
públicos nuevos y más críticos. Sin embargo, asumen sus riesgos de manera solitaria.
Los mecanismos de cofinanciación públicos, duros y blandos, no suelen cobijarlos y las
cargas fiscales y burocráticas excesivas solo aumentan su riesgo financiero, poniendo en
jaque su sostenibilidad en el tiempo. Respecto de sus capacidades específicas, también
hay falencias. El sistema de formación no cuenta con mecanismos para reforzar,
compartir y transferir conocimientos y mejores prácticas entre intermediarios culturales,
como los relacionados con la representación artística, la gestión de derechos, la
programación de contenidos o el desarrollo de audiencias.

Un desafío adicional para la integración es potenciar la articulación entre los agentes del
ecosistema de valor creativo a través de plataformas de relacionamiento estratégicamente
diseñadas. Muchas veces, la sostenibilidad de los emprendimientos sociales, de los
independientes, e incluso de empresas consolidadas, depende tanto de los ingresos
monetarios como de tejer redes fuertes y funcionales de intercambio con aliados. El
fortalecimiento de redes permite converger y enriquecer en procesos creativos, optimizar
costos, acceder a más diversas fuentes de financiación, compartir y diversificar la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 128

incertidumbre y el riesgo en proyectos e inversiones. Las redes también sirven para


desarrollar mercados y ampliar audiencias potenciales para proyectos creativos. En la
base, sirven para intercambiar conocimientos y estrategias, darse a conocer y visibilizarse
frente a un sector. Por todo lo anterior se hace necesario fortalecer y especializar las
plataformas de relacionamiento entre agentes creativos, a partir del perfeccionamiento
estratégico de los emparejamientos entre mediadores de un mismo sector e, incluso,
entre agentes de sectores creativos diferentes, en lo que se puede denominar
ecosistemas cruzados.

Por otra parte, la información y el conocimiento existentes en el sector cultural y creativo


no se han puesto aun en función de las necesidades de la integración cultural y del
desarrollo de mercados. En las diferentes regiones del país, por ejemplo, apenas se
empiezan a implementar iniciativas para la identificación de vocaciones creativas y
productivas, para el mapeo y caracterización del estado de las manifestaciones culturales
y de los agentes que las propician. Menos todavía se han desarrollado estudios que
permitan entender cómo ese potencial patrimonial y creativo puede integrarse con los
públicos de su misma comunidad, con los de otras regiones del país y con los del mundo.
Esto tiene una arista problemática, por ejemplo, en lo relacionado con el turismo
patrimonial y cultural, pues el desconocimiento de quiénes son los portadores del acervo
patrimonial, de la salud de las actividades y procesos asociados a las manifestaciones, de
las capacidades de las comunidades para gestionarlo, de las formas de la apropiación
social y de mercado, va en detrimento del desarrollo sostenible de su potencial. La falta
de información y conocimiento sobre los procesos patrimoniales los hace vulnerables
frente al crecimiento de los flujos turísticos de nacionales y extranjeros.

Las deficiencias de información y estrategia no solo afectan a comunidades y regiones


sino también a los sectores. Las plataformas creativas del país, así como las estrategias
públicas para circular arte, músicas, audiovisuales o diseños colombianos en el exterior,
todavía responden más al deseo de lo que se quiere proyectar hacia un mercado muchas
veces europeo, a veces norteamericano, y no tanto a estrategias informadas sobre el
potencial de los diferentes tipos de contenidos colombianos dentro de las mismas
regiones colombianas o hacia nichos de consumo en otros países hispanohablantes. La
inteligencia de mercados ha sido un pendiente de la política para la circulación de bienes
y servicios culturales y creativos del país.

Finalmente, el sector cultural y las instituciones de política pública tienden a desconocer la


diversidad y los intereses del público. Con frecuencia, los consumidores suelen verse
como una unidad, sin una verdadera comprensión y sensibilidad frente a las prácticas e
intereses de comunidades y audiencias inquietas, diversas y complejas. No hay suficiente
información respecto del público que apropia y consume productos, servicios y
experiencias creativas. Esto representa una dificultad para la integración y el desarrollo de
mercados, pues las labores fundamentales de quienes se ocupan de circular contenidos
culturales y creativos es adecuar la oferta a las necesidades de un público específico. Sin
conocimiento del público resulta imposible identificar nichos de consumo e implementar



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 129

estrategias adecuadas para alcanzarlos. En este sentido se debe fomentar una


comprensión más elaborada y completa del ecosistema de consumo cultural y creativo.

3.12.3. Líneas estratégicas para la integración y la circulación

En Colombia tradicionalmente la política pública se ha concentrado en el fomento de la


creación de productos culturales, lo que ha causado un desequilibro en otros puntos del
ecosistema relacionados con la intermediación cultural, la cual cumple con el rol de
conectar ideas y expresiones culturales con productos y servicios culturales y estos, a su
vez, con comunidades y consumidores finales. Las siguientes líneas estratégicas
pretenden fortalecer estas instancias de mediación para eliminar las barreras en las
cadenas de intercambio cultural y comercial, generar un mayor equilibrio en el ecosistema
cultural y creativo, cualificar la demanda de bienes y servicios culturales, y lograr que el
sector público y las empresas culturales generen de manera conjunta estrategias
informadas para crear audiencias y llegar a los mercados nacionales e internacionales.

Fortalecer los mediadores del ecosistema de valor es uno de los objetivos de un conjunto
de nuevos estímulos del Ministerio de Cultura. La intención de esta medida es cofinanciar
las estrategias de distribución de catálogos de contenidos con un componente de calidad
y propuesta creativas. Los beneficiarios son organizaciones del sector creativo y cultural
que operen como desarrolladores de mercados para contenidos creativos (sellos,
editores, distribuidores, managers, representantes, agentes de venta, entre otros). Así
mismo se crean estímulos para fortalecimiento de programadores y desarrolladores de
audiencias, con la intención de cofinanciar estrategias de programación de contenidos de
calidad y la estrategia de fidelización y diversificación de audiencias. Los beneficiarios son
organizaciones del sector creativo y cultural que operen como espacios y programadores
de contenidos creativos (salas de exhibición, espacios híbridos, librerías, festivales, etc.)
Adicionalmente, los estímulos apoyan la actividad de medios de comunicación y difusión
de carácter general, especializado y digital. De manera complementaria, el Ministerio de
Cultura genera estrategias específicas para el fortalecimiento de la red de librerías, la red
de salas alternas de exhibición cinematográfica y los espacios de circulación para las
artes escénicas.

Por otra parte, la política hace una apuesta por fortalecer plataformas y mercados
nacionales de redes y de circulación de bienes y servicios culturales y creativos. Esto se
hace a través de trabajo conjunto con gremios para fortalecerlos como espacios de
negocio y de articulación de circuitos de circulación creativos a nivel local y para expandir
la oferta colombiana en mercados internacionales. De manera paralela, se potencia la
participación en plataformas internacionales de amplio reconocimiento o con potencial de
desarrollo. En todo caso, se propende por desarrollar la oferta creativa en función de
mercados locales y externos, de tal forma que se reconozcan potencialidades y
necesidades de los agentes de manera diferenciada, se especifiquen los
emparejamientos adecuados entre ofertes y demandantes y se establezcan acciones y
mejoras en las capacidades y condiciones necesarias para la comercialización, como son


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 130

el desarrollo y fortalecimiento de producto, la implementación de estrategia para el


desarrollo de mercados y la consolidación de una posición exportadora (en el caso de
mercados externos).

Relacionado con la integración con mercados externos, se articula una estrategia para la
internacionalización creativa del país en cuatro ejes: exportaciones, atracción de inversión
y turismo cultural. Algunas de las iniciativas asociadas a estos ejes son la realización de
estudios de inteligencia de mercado que incluyen análisis de demanda y patrones de
consumo en mercados potenciales, diseño e implementación de mecanismos para
promover y aumentar las exportaciones de la economía naranja, generación de una
cultura exportadora entre emprendedores y empresarios nacionales, la participación de
los emprendimientos nacionales en redes internacionales de distribución y
comercialización, y generación de habilidades para la recepción de inversión extranjera
directa y de viajeros internacionales en el área de turismo cultural.

Un capítulo fundamental de la internacionalización debe ser el fortalecimiento del turismo


cultural en diferentes las regiones del país. Es necesario poner en marcha un plan para el
fortalecimiento del turismo cultural que incluya la actualización de la política de turismo
cultural, con el objeto de posicionar a Colombia como un destino de turismo cultural
nacional e internacional a través del aprovechamiento de su diversidad y riqueza cultural,
la generación de capacidades para el desarrollo local sostenible y de las cadenas
productivas que promuevan la viabilidad de bienes y servicios basados en las
manifestaciones del patrimonio, la identidad de las regiones y la conexión entre las
industrias culturales y el mercado turístico.

Igualmente, se fortalecen los programas del Viceministerio de Turismo de la Red Turística


de Pueblos Patrimonio, Turismo Comunitario y Gastronomía. Se amplía el alcance de la
Red Turística de Pueblos Patrimonio con el apoyo de Ministerio de Cultura y a través de
los recursos del Fondo Nacional de Turismo (FONTUR) con el objeto de potenciar el
patrimonio cultural colombiano y generar más oportunidades de desarrollo y sostenibilidad
en las comunidades portadoras del patrimonio inmaterial. Se fortalece también el
programa de Turismo Comunitario mediante la ampliación de bolsa de recursos para
beneficiar a las comunidades locales vinculándolas a la prestación de servicios turístico,
se brinda asesoría técnica para la elaboración de planes de negocios y se provee
financiación con capital semilla. En cuanto al programa de gastronomía, este se orienta al
desarrollo de cocinas tradicionales y su visibilización dentro de la Red de Eventos
Gastronómicos de Colombia. El Ministerio de Cultura, por su parte, asesora el diseño y
desarrollo de rutas turísticas y actividades de investigación orientadas a la identificación
de áreas con potencial turístico y el desarrollo de modelos sostenibles de turismo cultural.
También se fomentará la creación de infraestructuras turísticas asociadas a actividades
culturales a través de la gestión de recursos para la construcción de infraestructuras
integradas a los destinos, sostenibles económicamente en el tiempo, amigables con el
medio ambiente y que satisfagan las necesidades de los turistas de distintas condiciones.

Por otra parte, el desarrollo e implementación de Sello Colombia Crea, para generar



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 131

apropiación de las manifestaciones culturales y creativas a nivel nacional en sectores


amplios de la población colombiana y en el ámbito internacional, es una realidad.
Asociado al Sello se realiza el diseño de estrategias para la apropiación de contenidos
culturales y creativos que permitan generar un mayor reconocimiento, acceso, consumo y
disfrute de las manifestaciones culturales y creativas en sectores amplios de la población
colombiana en todas las edades, y se realizará anualmente Colombia Crea, evento
orientado a visibilizar lo más destacado de la producción cultural y creativa innovadora y
de calidad.

Finalmente, es importante destacar la apuesta por los Proyectos de Interés Nacional


Estratégicos de vocación naranja -Pines Naranja- que son promovidos a través de la
coordinación entre la Consejería de Asuntos Económicos y Estratégicos y la Consejería
para el Sector Privado y la Competitividad de la Presidencia de la República. Los Pines
apalancan el desarrollo de las áreas de Desarrollo Naranja en el país y su objetivo es
aumentar significativamente la productividad y la competitividad de los sectores creativos
y sus regiones, así como generar un impacto positivo en la creación de empleo formal,
generar encadenamientos productivos y aumentar la inversión de capital. En el caso del
sector audiovisual ya se ha adelantado la articulación interinstitucional transversal
necesaria para el establecimiento y estandarización de trámites, permisos y
autorizaciones para rodajes en espacios públicos en todo el país. Se busca, en general, la
convergencia de instrumentos y la facilidad para todos los servicios audiovisuales y
plataformas.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 132

3.13. CULTURA DIGITAL Y ECONOMÍAS CREATIVAS. MODELOS DE


ECOSISTEMAS INNOVADORES E INFRAESTRUCTURAS PARA LAS
INDUSTRIAS CULTURALES

Felipe César Londoño L.

Una gran mayoría de estudios alrededor de las industrias culturales y creativas en la era
digital abordan el impacto que esta última tiene sobre los eslabones de la cadena de
valor, y específicamente, en campos de la producción, la distribución o el consumo a
través de las redes y mercados globalizados, lo que conlleva innumerables riesgos y
potencialidades por la manera como antes se creaban los contenidos. Sin embargo,
pocos de ellos toman en cuenta los posibles modelos innovadores que estas tecnologías
pueden ofrecer desde lo local con perspectiva global, para enriquecer al sector creativo y
de conocimiento, lo que implica el pensamiento de nuevas infraestructuras físicas, redes,
encuentros y otros sistemas alternativos emergentes de organización de las cadenas,
diferentes a las convencional e institucionalmente establecidas.
Efectivamente, las redes digitales y las tecnologías transforman los sectores creativos y
culturales, pero no es posible afirmar que los cambios que se generan sean iguales para
el campo de las artes visuales, la música o el turismo cultural. Mientras algunas
comunidades creativas se resisten a ellos, o simplemente trasladan contenido a las redes
como si estuvieran realizando publicaciones análogas, otras están observado las
tecnologías como una oportunidad de renovación y de generación de cambios
importantes en las dinámicas de creación o producción de sus contenidos, su campo de
acción y su circulación.
La digitalización ha transformado los procesos de creación, producción, circulación,
distribución de contenidos, rentabilización de los negocios creativos e intercambio de
bienes y servicios culturales, y ello representa un desafío para el diseño de políticas
públicas que obligan a pensar en modelos innovadores de infraestructuras y
conocimientos distribuidos para el sector creativo. Este artículo hace una revisión de la
caracterización de estas nuevas infraestructuras y las posibilidades que ellas ofrecen para
generar una positiva adaptación a los cambios, a través de un análisis de las
transformaciones en las cadenas de valor, la formación especializada, las dinámicas del
trabajo colaborativo y la co-creación de contenidos.

Transformaciones en las Cadenas de Valor de las Industrias Culturales y Creativas


El diseño de nuevas infraestructuras que fortalezcan el sector creativo implica entender la
manera como las dinámicas de la digitalización han transformado las tradicionales
cadenas de valor que caracterizan a este sector de la cultura y la economía. Mientras que
algunos estudios afirman que la era digital genera un “alargamiento notable de la cadena
de valor, con nuevas ventanas de comercialización y la presencia de nuevos



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 133

intermediarios: ISP, portales y buscadores en Internet, gestores de multiplex en la radio y


la televisión digitales, etc.”21, otros afirman que en prácticas de conectividad, intercambio,
colaboración e innovación, la cadena del proceso en las industrias culturales y creativas
se vuelve mucho más corta y eficiente.22 ( XXXX)
Por otra parte, el informe “Driving Innovation: Creative Industries Technology Strategy
2009-2012” describe la reconfiguración de la cadena de valor de las organizaciones
culturales a partir de la digitalización y la forma como ella aporta de manera significativa,
al incremento de ingresos y empleo en las industrias creativas, y a las formas de
intermediación y los proceso de producción.23 En esta línea, el estudio sobre cultura como
factor de innovación, dirigido por Pau Rausell Köster afirma que el contenido digital para
las industrias creativas “ha promovido el desarrollo de nuevas aplicaciones y la
integración y re-agregación de los recursos que intervienen en el proceso de producción”,
lo cual multiplica y diversifica los canales por lo que las obras culturales llegan a la
demanda y que obliga a encontrar modelos de negocio adecuados para los productores
de contenido para aprovechar el aumento del nivel de participación de los ciudadanos en
las artes a través de medios digitales y electrónicos.24

Nuevas infraestructuras para fortalecer las economías creativas


Es claro, con base en lo anterior, que los procesos de cambio que hoy tienen las
economías creativas obligan a tener en cuenta diversos escenarios tendenciales que es
necesario analizar bajo la óptica de investigaciones que profundicen, no sólo en las
transformaciones de las cadenas de valor, sino también en las condiciones particulares de
los artistas y creadores, muchas veces dejados de lado por el afán de reconocer
indicadores cuantitativos de producción en perspectivas fijadas por modelos hegemónicos
de la economía.
Nuevos modelos de infraestructuras suponen, por tanto, tomar en cuenta estas
particularidades, con un enfoque hacia la formación en la creación digital, que promueva
el trabajo colaborativo, la co-creación y las hibridaciones de sistemas tradicionales con los
contemporáneos. Y para ello será necesario contemplar la importancia de lo local en
perspectiva global, la integralidad de conocimientos y de contenidos, y las relaciones que
se capitalizan en estas interacciones, a través de:


21
Albornoz, Luis A. Conclusiones de un estudio empírico: Las industrias culturales y las nuevas
redes digitales. En: http://www.portalcomunicacion.com/dialeg/paper/pdf/141_albornoz.pdf
(Consultado el 15 de mayo 2019)
22
Fehér, K., Junaidy, D. W., Larasati, D., Kovács, Á. , Rahardjo, B. (2017) Creative Industries and
Digital Economy. Perspectives from Southeast Asia and Central Europe. En:
https://www.researchgate.net/publication/319333661_Creative_Industries_and_Digital_Economy_-
_Perspectives_from_Southeast_Asia_and_Central_Europe (Consultado el 14 de mayo de 2019)
23
UK Technology Strategy Board, (2009), Driving Innovation: Creative Industries Technology
Strategy 2009-2012, UK Technology Strategy: London
24
Köster, Pau Rausell y otros. La cultura como factor de innovación económica y social. En:
http://www.econcult.eu/es/publicaciones-sostenuto/ (Consultado el 15 de mayo de 2019)


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 134

1. Establecer un ecosistema territorial que posibilite potenciar las capacidades


creativas de las personas que lo habitan. Ello debe tomar en cuenta aspectos
urbanos y arquitectónicos que permitan establecer puentes de conocimiento,
anillos de innovación y redes de colaboración, así como también actividades y
eventos que faciliten el encuentro y que tengan la capacidad de integrar a la
ciudadanía, con impactos locales y globales.
2. Desarrollar procesos formativos de alta calidad que atraigan a personas de
diversos lugares de origen, del país y del mundo, como también de diversos
conocimientos distribuidos desde las ciencias y la innovación tecnológica. Los
ámbitos de conocimiento deberán integran las artes, el diseño, la gestión cultural,
como también otros relacionados con las humanidades digitales, las ingenierías,
las ciencias exactas y naturales, las sociales y humanas, las de comunicación y de
computación.
3. Fomentar dinámicas asociativas entre las personas, las empresas creativas y
culturales, las ONG, los gobiernos municipales y departamentales, entre otros, que
permitan relacionar a las comunidades creativas con stakeholders para promover
iniciativas de impacto para el desarrollo social y económico de tal forma que se
propicie un diálogo permanente y abierto entre los creadores, las instituciones, los
gobiernos y la ciudadanía.

Manizales es un claro ejemplo de lo anteriormente expuesto, es una ciudad-laboratorio en


el contexto de la conformación de los ecosistemas creativos que gravita en torno a SUMA,
el Sistema Universitario de Manizales, conformado por seis universidades, cuatro de ellas
acreditadas de Alta Calidad. En Manizales, la red de instituciones públicas y privadas, de
la que hacen parte la Alcaldía de Manizales, la Gobernación de Caldas, la Cámara de
Comercio, la ANDI, el SENA, la Fundación Luker y el Comité de Cafeteros, entre muchos
otros, impulsa programas que fortalecen la educación y la cultura como la “Escuela Activa
Urbana”, el programa “Educación para la Competitividad” y “Manizales Más” (en convenio
con Babson College). Desde los primeros años de la década del 2000, Manizales
establece Políticas Públicas que impulsan el conocimiento y la creatividad como motor de
desarrollo. A partir de allí, se delinean programas que hoy son parte del desarrollo de la
región como la Incubadora de Empresas Culturales, el Festival Internacional de la
Imagen, el MediaLab Manizales, entre otros.
Recientemente, en Manizales se inauguraron dos importantes Centros Culturales: el del
Banco de la República, y el Rogelio Salmona, que son focos centrales de las economías
creativas de la región. El último de ellos alberga el Centro de Ciencia Francisco José de
Caldas, un Makerspace que propicia la participación ciudadana para la apropiación de la
ciencia y la cultura, laboratorios abiertos y conocimientos distribuidos, que integran
metodologías y herramientas de co-creación, propuestas experimentales desde grupos de
investigación como DICOVI, (categoría A en COLCIENCIAS) para la solución de
problemas locales y regionales a través del arte y el diseño.

Manizales desarrolla procesos formativos de alta calidad con programas de pregrado y


posgrado únicos en Colombia en ámbitos que integran diseño e industrias creativas


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 135

(como la Maestría y el Doctorado en Diseño y Creación en la Universidad de Caldas, o el


pregrado y la Maestría en Gestión Cultural de la Universidad Nacional) y con líneas de
formación e investigación en temas de emprendimiento que le apuestan a la innovación. Y
cuenta con centros de investigación e innovación de alta calidad como BIOS-Centro de
Bioinformática y Biología Computacional, CRECE-Centro de Estudios Regionales
Cafeteros y Empresariales, NeuroCity, MediaLab, ViveLab Manizales, entre otros, que
potencian las dimensiones culturales del desarrollo, gracias a las alianzas que se
establecen con la Alcaldía, la Gobernación y otras organizaciones públicas y privadas de
ámbito nacional e internacional.
Con apertura hacia la región, desde Manizales se coordina el “Cluster de Industrias
Creativas” (ClusterLab), un modelo asociativo virtual en el que participan cerca de 400
iniciativas de los Departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas (en Contenidos Digitales,
Diseño, Audiovisual, Música, Artes, Arquitectura, Artes Escénicas, entre otras). La
investigación que da origen al ClusterLab, se inscribe bajo la perspectiva denominada
Cultura 3.0, descrita así por Pier Luigi Sacco25, quien manifiesta que es necesario superar
el modelo de cultura 1.0, propio de una economía pre-industrial, que básicamente gira en
torno al concepto de patrocinio. De igual forma, dice Sacco, la cultura 2.0, en la que
estamos inmersos ahora, establece una relación entre producción cultural y generación de
valor económico, y se caracteriza por la creciente expansión de las industrias creativas y
los mercados culturales. Cultura 3.0 implica ir más allá: su esencia está en que, gracias a
las tecnologías, se multiplican los productores de contenidos, por lo que cada vez es más
difícil distinguir entre creadores y usuarios culturales. Su sello distintivo es la
transformación de las audiencias, es la constitución de comunidades de práctica que se
expanden en las plataformas digitales.
El modelo de Manizales ha sido visto con interés por la CEPAL y la Unión Europea, con
quienes se desarrolla actualmente un proyecto para el Fortalecimiento de las Cadenas de
Valor de la Industria de la Animación Digital, en alianza con Panamá y Costa Rica, al igual
que con otros países de la región que observan estos procesos como posibilidad de
fomentar la participación multiactoral, impulsar alianzas entre sectores públicos y
privados, universidades y comunidades artísticas en función del desarrollo económico y
social del territorio.

Conclusiones
Las profundas transformaciones ocasionadas por los fenómenos propios de la sociedad
de la información nos implican una revisión de los conceptos tradicionales de las
industrias culturales y creativas, con el objeto de integrar a la cultura al conjunto de los
objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y al desarrollo territorial. La digitalización podría
definir nuevos roles a los agentes culturales, posibilitar una mayor democratización de la
cultura, y ampliar y diversificar a las audiencias.


25
Sacco, P. (2011). Culture 3.0: A new perspective for the EU 2014-2020 structural funds programming. OMC
, Working Group on Cultural and Creative Industries. Europa: OMC.


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 136

Ello implicará la creación de modelos innovadores de desarrollo de infraestructuras,


tecnológicas e institucionales, como también indicadores cualitativos desde la cultura, que
redibujen el mapa de las nuevas ciudades, más creativas e innovadoras, a través de
adecuación de estructuras y plataformas abiertas, colaborativas y gratuitas, mediante el
acceso libre a datos e información para la generación de nuevas ideas, y para la
transferencias de conocimientos basados en la investigación, que permitan gestionar
problemas complejos y mayor participación ciudadana.

La cultura y las tecnologías deberán ser usadas, por tanto, como canales de dinamización
de una nueva economía colaborativa basada en la gestión de la información y el
conocimiento. Y este debería ser es el propósito de las nuevas infraestructuras:
transformar a las comunidades, y brindar alternativas para recomponer el tejido social en
épocas de transición hacia la paz.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 137

3.14. TERRITORIO, BIENES PÚBLICOS E INFRAESTRUCTURAS SOSTENIBLES

“El encontrarse frente a situaciones de éxito y fracaso constituye un choque de


pensamientos que llevan a construir una convicción sobre la capacidad que
tenemos para enfrentar desafíos complejos y crear comunidades productivas
alrededor de un modelo de negocio. Para nuestra comunidad de creativos,
Dinámico representa un medio de productividad alterno que les permite sacar
provecho de sus habilidades desde su independencia laboral.”

Juan Martín Arias, director general de Dinámico Lab. Manizales, Caldas. Diseño
Industrial / Arquitectura (Diseño industrial, creación de estructuras
arquitectónicas dinámicas y mobiliarias, diseño de producto y generación de
experiencias interactivas).

La existencia de una infraestructura cultural alineada con las necesidades y los valores
culturales presentes en cada territorio genera mayores posibilidades para garantizar su
sostenibilidad en el largo plazo, una participación más amplia y un mejor aprovechamiento
por parte de las comunidades y un adecuado uso de los escasos recursos disponibles
para su construcción. La presente política reconoce la existencia de diferentes
necesidades, intereses y vocaciones creativas en los territorios y los propone como eje
central para el diseño de sus agendas creativas y el desarrollo de sus infraestructuras
culturales y creativas.

En el caso del sector cultural y creativo en Colombia, aunque el desarrollo de


infraestructuras culturales y acceso a las tecnologías de la información ha generado un
mayor acercamiento entre los creadores y sus públicos y ha permitido generar espacios
virtuales o físicos para cultivar mercados de nicho y conectar a las creaciones con sus
audiencias, el acceso a estos medios es aún restringido en muchos lugares. Aún
persisten desequilibrios debido, entre otros factores, a la inexistencia de una
infraestructura dura y blanda que provea condiciones habilitantes que permitan conectar
la oferta con la demanda. En este sentido uno de los requisitos para el desarrollo cultural
sostenible es generar estas condiciones a nivel territorial y de manera extensiva para
poder dinamizar la creación y la circulación de bienes y servicios culturales.

3.14.1. Vocación creativa y productiva de los territorios

Las economías creativas locales son diversas y multidimensionales debido a que surgen
como resultado de diversos factores históricos y en contextos distintos, donde diferentes
instituciones, actores y flujos de personas y recursos moldean una serie de oportunidades
distintas (Naciones Unidas, PNUD y UNESCO, 2014). Los creadores, gestores e
intermediarios que hacen parte del sector cultural y creativo cuentan con un conjunto de
habilidades y capacidades específicas que hacen particular la producción de cada
territorio, aportando elementos diferenciadores para algunos de sus productos. Estos
conocimientos y habilidades, junto con los equipamientos culturales públicos y privados, la
infraestructura tecnológica, y las colecciones patrimoniales y artísticas constituyen el stock


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 138

de capital que permite desarrollar la actividad productiva cultural y creativa en cada


territorio, sin embargo, estos factores no generan riqueza por sí solos a menos que estén
acompañados de estrategias que hagan competitiva la actividad productiva local en el
entorno nacional y en el contexto global.

Aunque las intervenciones de política a nivel nacional son importantes, identificar la


vocación creativa de cada territorio entendiendo las particularidades y las interacciones
entre agentes institucionales y privados, así como los modos en que la economía cultural
y creativa puede ser fomentada en la práctica en cada comunidad, permitirá avanzar en
una siguiente etapa de desarrollo basada en la generación de conocimientos que
contribuyan a generar cambios positivos y duraderos en los contextos locales.

De acuerdo con la edición especial del Informe sobre la sobre la economía creativa 2013
de las Naciones Unidas, el PNUD y la UNESCO, muchas producciones culturales de éxito
surgen en contextos donde el acceso a la infraestructura y las oportunidades de empleo
son restringidas, pero las tradiciones y los valores culturales fuertes. A pesar de subsistir
en condiciones precarias, las ocupaciones culturales y creativas “ofrecen una flexibilidad
valiosa en contextos comunitarios donde el trabajo cultural puede complementar otras
obligaciones y responsabilidades diarias, como el mantenimiento de las tradiciones, las
continuas actividades de gestión del suelo y la participación en la toma de decisiones de
la comunidad. Las industrias culturales y creativas también pueden fomentar entornos
más flexibles para el compromiso con las esferas formales del trabajo, al mismo tiempo
que mejora sustancialmente las perspectivas de la expresión, el bienestar y el diálogo
intercultural, tanto en las zonas rurales como en las áreas de rápida urbanización del
mundo en desarrollo”.

De acuerdo con el documento Diagnóstico de desarrollo cultural en Colombia publicado


por el Ministerio de Cultura en el año 2013, las manifestaciones cultuales y creativas
tienen una amplia presencia en todo el territorio nacional. Por ejemplo, las
manifestaciones asociadas al patrimonio inmaterial como los eventos religiosos
tradicionales de carácter colectivo, los actos festivos y lúdicos, la cultura culinaria
tradicional y las artes populares tienen presencia en una parte mayoritaria de los
municipios del país: mientras que los eventos religiosos y los actos festivos están
presentes en más del 90% de los municipios, las otras dos manifestaciones tienen
presencia en más del 70% del país. Se trata pues, de un territorio rico en diversidad
cultural con un gran potencial para generar dinámicas de desarrollo sostenible a nivel
local si se logran generar estrategias articuladas que responsabilicen a los actores locales
públicos y privados en el desarrollo de agendas comunes de fomento a la productividad y
si se crean infraestructuras coherentes con las características del territorio y que permitan
por lo tanto su mayor aprovechamiento.

3.14.2. Las fallas de mercado

En algunas ocasiones, los precios de mercado no reflejan todos los costos y beneficios
que genera un bien o servicio, motivo por el cual la asignación de recursos para su
producción o consumo no es óptima. Lo anterior puede tener efectos tanto positivos como
negativos desde el punto de vista del bienestar social y se conoce en la disciplina
económica como fallo de mercado. Los fallos de mercado son frecuentes en las industrias
culturales y creativas debido a las externalidades positivas no compensadas y a las


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 139

preferencias endógenas. Las externalidades positivas no compensadas significan que la


producción privada y el consumo cultural benefician a una comunidad más amplia, que
puede experimentar ese beneficio sin pagar por ello (Potts, 2015). Por su parte, las
preferencias endógenas se definen como preferencias o gustos que no se pueden tomar
como dados, sino que son influenciadas por el entorno.

De acuerdo con Doyle (2016), en el sector creativo pueden producirse fallas de mercado
porque los métodos normales o estándar para cobrar pagos (como cobrar a los
consumidores un precio a cambio de un producto) no están disponibles a los proveedores
de medios u otros productos creativos. Por ejemplo, el caso de los medios de transmisión
o en las plataformas digitales, pueden ocurrir fallos de mercado si, debido al hecho de que
el consumo del producto cultural no es rival, es decir, que su uso por parte de una
persona no merma el posible uso por parte de otras personas.

En general, al igual que en el caso de bienes públicos, no se puede impedir el acceso al


consumo de algunos bienes y servicios culturales y por lo tanto no necesariamente se
recibe una remuneración por su producción. De esta manera, un empresario que busca
obtener una ganancia o una organización sin fines de lucro que busca cubrir sus costos
con ingresos de ventas no puede siempre capturar completamente los ingresos de los
consumidores. El resultado es que el bien no se suministraría excepto a través de algún
tipo de financiamiento colectivo, por ejemplo, los impuestos, y la asignación de recursos a
través del mecanismo de precios no produce la cantidad socialmente deseable de bienes
y servicios (Towse, 2011).

3.14.3. Bienes públicos e infraestructuras para la sostenibilidad

Las actividades realizadas en el ámbito cultural y creativo no pueden desarrollar todo su


potencial cuando no están dadas las condiciones habilitantes o la provisión adecuada de
bienes públicos que permitan incrementar su valor económico, cultural y simbólico. La
presente línea establece mecanismos diseñados con el objeto proveer los bienes públicos
y la infraestructura necesarios en la conformación un entorno propicio que permita
alcanzar los objetivos de la política.

Se busca garantizar la provisión de bienes públicos necesarios para el desarrollo de la


economía cultural y creativa, e incentivar la creación o el fortalecimiento de
infraestructuras físicas y digitales sostenibles para la creatividad y la innovación, así como
identificar y estimular el desarrollo de áreas de actividad económica que promuevan la
identidad y la vocación cultural y creativa de las comunidades a nivel de municipios,
ciudades y territorios.

El desarrollo de esta línea tendrá un enfoque territorial y tomará en consideración las


características y particularidades de municipios, ciudades y regiones en su
implementación. También se buscará la corresponsabilidad de los gobiernos locales en el
desarrollo de la economía naranja y se establecerán alianzas con actores privados en los
territorios para fortalecer el sector y generar incentivos que estimulen la creación de
emprendimientos sostenibles generadores de valor cultural, social y económico.
Findeter, a través de la línea de financiamiento Reactiva pondrá a disposición de
empresas, entidades sin ánimo de lucro y entidades territoriales recursos para el
desarrollo de infraestructura dura y blanda. También otorgará apoyo técnico para la


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 140

construcción o mantenimiento de infraestructura relacionada con bienes y servicios


públicos culturales o considerados patrimonio cultural de acuerdo con las agendas de
municipios, ciudades y regiones creativas.

Con el fin de generar ecosistemas culturales y creativos en municipios, ciudades y


regiones a partir de sus vocaciones culturales y creativas se crearán las Áreas de
Desarrollo Naranja (ADN). Los ADN serán espacios en donde confluyan la gestión de
negocios culturales y creativos, espacios de formación e infraestructura para el consumo
de la oferta cultural por parte de locales y turistas, encadenamientos productivos o la
conformación de clústeres, así como otras actividades complementarias que contribuyan
a dinamizar el desarrollo económico de los territorios de acuerdo a sus características y
capacidades. El Gobierno Nacional también podrá crear esquemas de incentivos que
permitan atraer inversión sobre estas áreas.

El punto de partida para el desarrollo de estos ADN será la realización de estudios de


factibilidad y desarrollo que permitirán caracterizar los ecosistemas culturales a nivel
territorial e identificar barreras y necesidades, así como su potencial de desarrollo definido
en términos de su capacidad para la ampliación de mercados, la generación de ingresos,
empleo, desarrollo de productos social y ambientalmente responsables y la capacidad de
brindar bienestar a la comunidad.

También se aprovecharán los recursos provenientes del Sistema General de Regalías


para el desarrollo de infraestructuras culturales y creativas. Como parte de las agendas
creativas de los territorios se generarán rutas de trabajo conjuntas entre el sector público
y las instancias privadas que permitan acceder a estos recursos y hacer una gestión
eficiente ante los Órganos Colegiados de Administración y Decisión - OCAD, para que se
viabilice y se priorice la construcción de infraestructura cultural.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 141



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 142

INDICE DE AUTORES
Diana Cifuentes
MBA, Economista y artista visual con experiencia en consultoría, formulación de política
pública, investigación y docencia en temas asociados a la economía de la cultura, gestión
empresarial en las industrias culturales y creativas, análisis del comportamiento de
públicos y hábitos de consumo cultural.
Ha trabajado con entidades nacionales e intergubernamentales que desarrollan políticas
públicas para el fortalecimiento del sector cultural. Entre otros roles, ha sido coordinadora
misional del Observatorio de Cultura y Economía del Ministerio de Cultura, en donde
gestionó la realización de investigaciones, la publicación de documentos, la conformación
de redes de investigadores y la articulación de plataformas para difundir conocimiento
acerca de las industrias culturales en la región. En la Dirección de Cinematografía de
Mincultura se encargó de la asesoría técnica en temas económicos para la formulación
de leyes y regulaciones, el diseño del plan de acción y la construcción y seguimiento de
los indicadores de gestión de la Dirección. Fue Coordinadora del Servicio de Información
Estadística Regional de CERLALC-UNESCO en donde se encargó de la consolidación de
información estadística y baterías de indicadores consistentes y comparables entre
países de la región iberoamericana, la divulgación permanente y actualizada de
información sobre el sector editorial, hábitos lectores y bibliotecas, así como el desarrollo
de esquemas exitosos de trabajo entre los gremios y la institucionalidad pública. También
ha asesorado a la Gerencia de Artes Audiovisuales del IDARTES en la elaboración de
modelos de sostenibilidad y en la gestión del proyecto de la nueva Cinemateca de
Bogotá, y en la elaboración de la fórmula de retribución de aprovechamiento del espacio
público y análisis económico del sector audiovisual para la Comisión Fílmica de Bogotá.

David de los Reyes.


Diseñador Bogotano, egresado de la primera promoción del pregrado de Diseño Industrial
de la Universidad de los Andes, Especialista en Gerencia de Mercadeo de la Escuela de
Administración de Negocios, Especialista en Desarrollo Local y Regional, Magister en
Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo de la Universidad de los Andes.

Su trabajo ha sido predominantemente académico, enfocado en desarrollos curriculares


cimentados en la formación disciplinar. Ha sido miembro destacado del equipo que
estructuró el pregrado de Diseño de la Universidad de los Andes. Ha desarrollado e
implementado cursos en diversas áreas como el pensamiento de diseño, estrategia,
producción creativa y diseño para la competitividad, dirección creativa, industrias del lujo,
investigación del consumo, diseño popular e innovación para el cambio social, teoría e
historia de producto.

Enseña en la Universidad de los Andes en el pregrado de Diseño y es coordinador


académico de la Maestría en Diseño de la Facultad de Arquitectura y Diseño. Ha sido
profesor en la Especialización en Diseño y Gestión Social de la Tecnología y la Maestría
en Desarrollo de Software de la Facultad de Ingeniería.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 143

Felipe Buitrago
Economista de la Universidad de los Andes, con maestría en Política Pública Internacional
de Johns Hopkins-SAIS. Es co-autor de los libros “La Economía Naranja” y “The No
Collar Economy”. Experto en economía creativa o naranja, con más de 16 años de
experiencia en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas para el
desarrollo del emprendimiento creativo y la apropiación de nuevas tecnologías.
Actualmente es el Consejero Presidencial para Asuntos Económicos y Estratégicos.
En el pasado ha laborado como director del TicTac, el tanque de pensamiento de Cámara
Colombiana de Informática y Telecomunicaciones -CCIT-, fue consultor de la División de
Asuntos Culturales, Solidaridad y Creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo -
BID, Director del Observatorio Iberoamericano de Derecho de Autor -ODAI, Developing
Creative Economies Programme Manager del British Council, y Coordinador del Programa
de Economía y Cultura del Ministerio de Cultura de Colombia.

Felipe Cesar Londoño


Arq. PhD Ing. Multimedia.Profesor titular Universidad de Caldas. Ex Rector Universidad de
Caldas, en el período 2014-2018. Es director del Centro de Ciencia Francisco José de
Caldas y del Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona. Es Profesor Titular
Universidad de Caldas, Colombia, e investigador en temas de Industrias Creativas,
Diseño y Nuevas Tecnología. Es consultor de la CEPAL en temas de Industrias Creativas,
y director del Festival Internacional de la Imagen. Es coordinador de varios programas de
Contenidos Digitales e Industrias Creativas que se realizan en convenio con el Ministerio
de TIC y el Ministerio de Cultura.

Es cofundador del programa Diseño Visual, ha sido director de Departamento de Diseño


Visual y Decano de la Facultad de Artes y Humanidades, director del grupo de
investigaciones DICOVI (Categoría A en COLCIENCIAS), cofundador (junto con Adriana
Gómez) y director de la Maestría y el Doctorado en Diseño y Creación de la Universidad
de Caldas, y dirige el Postgrado Online en Artes Mediales (con énfasis en la creación
audiovisual), que se lleva a cabo entre la Universidad de Chile, la Universidad Nacional de
Córdoba en Argentina y la Universidad de Caldas. Ha publicado varios libros, entre ellos
su tesis doctoral: “Paisaje y nuevos territorios-en red” (junto con Adriana Gómez), “Canto
Electroacústico: Aves latinoamericanas en una creación colaborativa” (con la Fundación
Telefónica) y las investigaciones: “Interfaces de las Comunidades Virtuales”,
“Videojuegos, Diseño y Ciudadanía”, “Diseño Digital. Metodología para la creación de
proyectos interactivos”, Expresión Visual de las Ciudades del Bahareque, y Nuevas
Tecnologías en Guadua y Madera, los dos últimos en conjunto con Adriana Gómez.

Germán Rey Beltran


Estudió psicología en la Universidad Nacional de Colombia y trabajó en la Fundación
Social dirigiendo proyectos organizacionales de valores, cultura empresarial y
comunicación. Mantuvo por muchos años su columna de crítica de televisión en El
Tiempo, hasta que fue designado Defensor del Lector por dos años. Sigue vinculado a
esa casa editorial como asesor del Proyecto de Memoria y de los programas de
responsabilidad social.
Germán Rey es profesor universitario y famoso relator de congresos y seminarios. Ha
publicado, entre otros libros: Oficio de equilibrista. 21 casos periodísticos, Los ejercicios
del ver. Hegemonía audiovisual y ficción televisiva, junto a Jesús Martín Barbero, Balsas y


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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 144

Medusas, sobre la política en los medios, y Desde las dos orillas, sobre el derecho a la
información. Ha sido asesor del Ministerio de Cultura de Colombia en investigaciones
relacionadas con las áreas de comunicación, cultura, gestión cultural e industrias
culturales. Para esta misma institución coordinó y editó el Manual de Políticas Culturales
(2009). Participó como ponente en el Primer Encuentro Internacional de Expertos en
Cooperación Cultural en Madrid (UNESCO, 2007). En 2006 fue el director Académico del
Seminario de Industrias Culturales celebrado en Buenos Aires. Fue director del Centro
Ático de la Universidad Javeriana, en Bogotá, el primer centro de recursos tecnológicos
de información y comunicación en América Latina para el desarrollo de la educación.

Gina Ruz Rojas


Investigadora y Gestora cultural, magister en Desarrollo y Cultura. Es docente
universitaria, y consultora de proyectos regionales y nacionales para la identificación,
gestión y valoración del Patrimonio Cultural desde una perspectiva integral.
Su trabajo se orienta a –desde la teoría y la práctica- explorar, proponer y acompañar
estrategias encaminadas a fortalecer el papel de la cultura en el desarrollo, y contribuir al
avance de proyectos locales, nacionales, internacionales y multilaterales en clave de
desarrollo y cultura.
También trabaja por el fortalecimiento de fiestas y festivales del Caribe Colombiano desde
la valoración del patrimonio cultural, la ampliación de capacidades humanas y la
generación de oportunidades productivas.
Ha sido directora del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena IPCC, Asesora de
Despacho de la Alcaldía de Cartagena para el Bicentenario de la Independencia. Es
cofundadora y vocera del Comité por la Revitalización de las Fiestas de Independencia de
Cartagena, curadora y coordinadora de la Franja Académica del Mercado Cultural del
Caribe, e investigadora asociada del Laboratorio de Investigación e Innovación en Cultura
y Desarrollo L+iD de la Universidad Tecnológica de Bolívar.

Gonzalo Castellanos V.
Promotor de políticas y proyectos culturales en América Latina. Promotor de múltiples
instrumentos legislativos y de financiación cultural en el país. Escritor, catedrático,
columnista en diarios nacionales.

Iván Benavides

Javier Machicado Villamizar


Es cofundador y director asociado de Lado B, economía creativa. Su trabajo reciente se
ha orientado hacia el análisis de esquemas de viabilidad sectoriales, especialmente en el
sector cinematográfico y el de la música en vivo. Otra de sus líneas trabajo ha sido el
análisis multidimensional de la sostenibilidad cultural, especialmente en el ámbito del
patrimonio y los festivales. Ha sido asesor de instituciones como el Ministerio de Cultura
de Colombia, la Secretaría de Cultura de Bogotá, la Unesco, el Cerlalc y el Convenio
Andrés Bello. Como investigador y consultor, ha dirigido y participado en diagnósticos,
mediciones y evaluaciones en diferentes sectores y plataformas culturales. Se ha
desempeñado como docente en las universidades de Los Andes, Javeriana, EAN y El
Bosque.



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LINEAMIENTOS Y ESTRATÉGIAS DE LA ECONOMÍA NARANJA 145

María Osorio
Arquitecta de formación. Desde 1986 está dedicada a los libros para niños. Primero como
directora de publicaciones de la Asociación Colombiana para el Libro Infantil y Juvenil,
luego como subdirectora de Fundalectura desde su fusión con ACLIJ en 1990 hasta fin
del año 2000. En abril de 2001 fundó Babel, proyecto que reproduce en un pequeño
espacio las labores de la cadena del libro: distribuidora, librería especializada, biblioteca y
editorial. Ha sido gestora de proyectos alrededor del libro infantil en Colombia como el
Festival del Libro Infantil que ya cuenta con 12 ediciones y el Salón del Libro Infantil y
Juvenil en la Fiesta del Libro de Medellín. Es socia fundadora de la Asociación
Colombiana de Libreros independientes (ACLI). En 2017, Babel recibió el premio BOP –
Mejor editor del año de la región Centro y Sudamérica–, en la Feria del Libro de Bolonia.
En 2018 recibió el Homenaje al Mérito Editorial de la FIL Guadalajara.

Mauricio Reina
Economista de la Universidad de los Andes, con Master en Economía de la misma
universidad y Master en Relaciones Internacionales de la Universidad de Johns Hopkins.
Actualmente es Investigador Asociado de Fedesarrollo, donde trabaja en las áreas de
economía internacional, análisis sectoriales, y economía y cultura, entre otras.
A la par con su trabajo académico, Mauricio Reina ha desarrollado una labor permanente
como comentarista en los medios de comunicación, donde se ha desempeñado como
Asesor Editorial de la Revista Semana, columnista del diario Portafolio, crítico de cine del
diario El Tiempo y analista del noticiero Red Más Noticias, entre otros.

Omar Rincón
Doctor en ciencias sociales y humanas de la Universidad Nacional de Colombia.
Periodista, académico y ensayista colombiano en temas de periodismo, medios, y
entornos digitales, cultura, entretenimiento y comunicación política. Profesor asociado de
la universidad de los Andes (Colombia), Critico de televisión del periódico El Tiempo.
Ensayista y consultor de la revista digital 070.

Paula Moreno
Ingeniera industrial colombiana y diplomada en lengua y cultura italiana, Mphil en Filosofía
de la Gestión de la Universidad de Cambridge, con estudios en planeación urbana y
liderazgo en MIT y Yale University. Ex ministra de Cultura en Colombia, la más joven en
la historia del país y la primera mujer afrocolombiana en ocupar un cargo ministerial. Ha
recibido múltiples reconocimientos como la Orden San Carlos del Gobierno Colombiano,
la Orden del Águila Azteca del Gobierno de México y el Premio a la Excelencia Fulbright.
Ha sido reconocida por la BBC como una de las 100 mujeres líderes en el mundo, por el
Foro Económico Mundial como líder joven global, por Naciones Unidas como una de las
100 líderes afrodescendientes más influyentes y ha sido escogida como la ganadora del
Global Fairness Award. En 2018, publicó sus memorias tituladas “El Poder de lo Invisible”
con la editorial Penguin Random House. Fundadora y presidente de la Corporación
Manos Visibles desde 2010. Actualmente, es miembro de la Junta Directiva de la
Fundación Ford.



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