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Civil”.
En ese mismo hilo conductor, el maestro español Pablo Lucas Verdú, precisa que
el Sentir Constitucional, no es otra cosa que un modo de Integración Política, un
nexo, ligazón o “…vínculo moral que une a los ciudadanos con las instituciones
que diseña la Constitución”.
La conocida y clásica Teoría General de los Estados, de Georg Jellinek 59, evocaba
la triada de Territorio, Pueblo y Poder-Gobierno, como elementos constitutivos del
mismo. Pero, cuando se intentaba ubicar a tan importante documento, la
Constitución, en uno de los referidos elementos, ésta no encajaba perfectamente.
Ante tan grave problema, y con una visión jurídica muy amplia, el renombrado
constitucionalista alemán Peter Häberle, en una conferencia en Roma ante el
Congreso Internacional de Historiadores en marzo de 2000, preconizó su tesis
preliminar al señalar que la obsoleta teoría de los Elementos del Estado,
necesitaba irremediablemente ser conjugada o llenada mediante la Ciencia de la
Cultura. Específicamente, mediante la Constitución como parte intrínseca de la
misma, y que por ende, formaría inevitablemente un cuarto elemento del Estado.
Aperturando con ello, un notable acto revolucionario en la forma de analizar y
estudiar la Teoría Estatal.
Al respecto, el propio Häberle manifiesta que: “La Constitución es cultura 60. Esto
significa que no está hecha sólo de materiales jurídicos. La Constitución no es tan
sólo un ordenamiento dirigido a los juristas…, sino que también sirve
esencialmente como guía para los no juristas, para los ciudadanos. La
Constitución no sólo es un texto jurídico o una obra normativa, sino también
expresión de una situación cultural, instrumento de autorrepresentación del pueblo,
espejo de un patrimonio cultural y fundamento de sus esperanzas”61.
Pero ustedes se preguntaran ¿qué tiene que ver el Sentimiento Constitucional con
la Cultura? La respuesta es obvia, pues el hecho de contar con una Constitución
perdurable en el tiempo, respetuosa de las libertades individuales y dinámica para
el cambio sin destrucción, origina la creación de una Costumbre Constitucional
de Adhesión en la ciudadanía, una especie de adeptos a una religión civil, la
Constitución.
Por lo pronto, el Perú ostenta de modo más particular que las demás legislaciones
comparadas, expresas normas que de una u otra manera vinculan con el sentimiento
constitucional. Como catequesis de formación y conducta cívico-ciudadana. Hasta
aquí, por lo menos, se tiene la normatividad más representativa en la propia
Constitución y el actual Código Procesal Constitucional; ahora nos vamos a permitir
recorrer algunos laberintos del mundo afectivo sentimental de las personas a fin de
poder entender cómo es que surge la predisposición psicológica, en parte de lo que
hoy se denomina sentimiento constitucional, que desde ya presupone una explicación
pluridisciplinaria de la conducta colectiva o individual, tanto de los detentadores del
poder como de los destinatarios del mismo en su empatía e identidad con los valores
fundamentales que toda Constitución preconiza.
1Considerado junto a Platón y Sócrates, como uno de los pensadores más destacados de la
antigua filosofía griega. Para Aristóteles el término politeia (política) designaba el orden u
organización total de la Polis (ciudad o pueblo), compuesto no sólo de sus leyes sino de los
elementos sociales, económicos y políticos que la integran. Tomado de: “Aristóteles”.
Microsoft® Student 2008. Microsoft Corporation, 2007.
2 Aristóteles, en su obra: “La Política”. Biblioteca de Filosofía N° XVI, Mestas Ediciones,
Madrid España, 2004. Pág.286.
3 Filósofo francés, dirigente político de la Revolución Francesa, nacido en Ribemont.