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‘Pregúntenle a los mexicanos’.

Así es la innovación ‘Azteca’ en


el mundo tecnológico
Las tecnológicas dejaron de ver a los ingenieros y desarrolladores mexicanos como apoyo y
firmas como Intel están generando sus patentes e inventos con talento nacional.
URIEL BLANCO GONZALO SOTO 14/11/2019, Bloomberg Businessweek México

Un hombre lee en voz alta un texto en inglés, pero en realidad nadie escucha su voz. Detrás
de él, una bocina retumba con fuerza y opaca por completo sus palabras; la música lo
envuelve absolutamente todo, no hay manera de saber qué trata de decir. Luego, ese mismo
hombre se coloca unos lentes con un par de sensores en las plaquetas nasales, esas pequeñas
piezas que se posan sobre el tabique de la nariz y ayudan a sostener las gafas. La voz del
hombre de pronto se torna completamente clara, la música sigue encendida, pero no se
escucha el rock pesado de hace unos instantes. La lectura se comprende a la perfección.
El hombre que lee es Héctor Cordouvier, un ingeniero e inventor de Intel México, y los lentes
son una de las creaciones más impresionantes que el llamado ‘Dream Team’ mexicano de la
compañía estadounidense ha desarrollado en su laboratorio de Guadalajara. Cordouvier,
junto a sus colegas Julio Zamora, Rodrigo Camacho, Alejandro Ibarra y Paolo López Meyer
identificaron un día que cada una de las palabras que pronunciamos al hablar se convierten
en vibraciones distintas que podían ser aisladas a través de unos sensores colocados en las
plaquetas de los lentes. De esa manera, cada vez que Cordouvier, o quien sea que tuviera
puestas las gafas, hablaba, las palabras se entendían a la perfección, quizá únicamente con
un tono nasal que se corrige por medio de un software.

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“Al no haber micrófonos, lo único que se capturan son las vibraciones nasales, podrías recibir
una llamada en los lentes, estar en medio de un antro, y tu interlocutor podría pensar que
estas en la biblioteca”, menciona López Meyer entre risas. “Se abre la posibilidad de hacer
muchas cosas”.
Los lentes desarrollados por el ‘Dream Team’ generaron el interés de otras compañías
tecnológicas para incorporar esa innovación en algunos de sus productos y, en total, el equipo
registró casi una decena de patentes. Los ingenieros de Intel Labs en Guadalajara son,
probablemente, el mejor ejemplo de uno de los cambios más profundos en el sector
tecnológico que está ocurriendo en este preciso instante.
Desde hace casi una década, una pregunta ha rondado en el sector de la tecnología y la
innovación digital del país: ¿existe un ‘Silicon Valley mexicano’?
“Antes de contestar eso, te diré algo. Hace unos años las empresas de tecnología decían
‘nosotros desarrollamos en nuestros países la innovación y el resto que lo hagan los
mexicanos’”, dice López Meyer en un espacio de pruebas para drones inteligentes. “Ahora,
cuando tienen un problema, dicen ‘pregúntenle a los mexicanos’”.
Textualmente parece no haber mucha diferencia, pero el cambio ha sido radical. Cuando a
Guadalajara y la zona circundante a la capital jalisciense se le comenzó a comparar con la
región de innovación más importante del mundo, todo parecía ser parte de la ‘mentefactura’
global: mexicanos brindando principalmente servicios de apoyo a las tecnológicas
extranjeras, sin que realmente se desarrollaran inventos importantes cuyos beneficios se
quedaran en México.
“Eran sobre todo jóvenes que daban servicio de apoyo a empresas del verdadero Silicon
Valley, arreglaban líneas de código, generaban una que otra solución para esas compañías”,

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recuerda Antonio Yáñez, un ingeniero de Guadalajara que desarrolla una aplicación de
seguridad para hogares y negocios. “Aquí no se generaban tantas patentes, no se construían
tantos prototipos, no vendíamos la tecnología a otros lados”.
Pero eso es el pasado.
Impulsado principalmente por el desarrollo de aplicaciones digitales e innovaciones
tecnológicas, México incrementó significativamente en los últimos años las solicitudes de
patentes. Según cifras del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en 2018 se
realizaron mil 555 requerimientos de patente, mientras que una década atrás la cifra era de
apenas 685.
Intel es un microcosmos de ese fenómeno. De 2000 a 2014, el número de patentes de los
ingenieros mexicanos en sus laboratorios promediaba apenas una por año. Sin embargo, a
partir de que los ingenieros del ‘Dream Team’ se unieron a sus campos de especialidad en
2015, Intel ha generado más de 90 patentes.
La tecnología desarrollada por los ingenieros mexicanos de Intel incluye las llamadas
telefónicas por vibración nasal, conducción de vehículos autónomos, manejo de dispositivos
por voz y ondas electromagnéticas, drones verdaderamente inteligentes, entro otras
innovaciones que eventualmente pueden ser adquiridas por otras empresas a nivel
internacional y de las cuales sus creadores son también beneficiarios.

La creatividad y el ritmo de generación de nueva tecnología de los ingenieros mexicanos le


dieron a Intel la confianza de entregar a ellos la responsabilidad de la habilitación del primer
chip 5G en el mundo. Una vez que esa red sea habilitada para uso generalizado en el planeta,
las señales que usen chips de Intel pasarán eventualmente por Guadalajara.

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El sector de la tecnología ha sido clave en la región. En 2017 y 2018 se crearon alrededor de
17 mil empleos en el sector tecnológico y de innovación de Guadalajara, mientras que el
gobierno de la entidad aseguró una inversión de varias empresas por 222 millones de dólares
para este año. Jalisco fue, después de la Ciudad de México, la entidad que más patentes
solicitó por invenciones en 2018, con 580, de las cuales 276 eran diseños industriales con
aplicaciones tecnológicas.
HP levantará centros de automatización, inteligencia artificial y machine learning. Oracle
desarrollará soluciones en la nube y de datos autónomos. Sanmina tendrá ya seis laboratorios
de innovación en la entidad. Google arrancará su proyecto “Google Station” en la región.
“Lo que vemos es innovación real en la zona”, asegura Santiago Cardona, country manager
de Intel México. “Llevo muchos años en este país y puedo asegurar que el ritmo de
crecimiento del sector tecnológico es ahora mucho mayor que antes”.
El empuje innovador de las grandes empresas ha permeado al mundo de las startups.
Actualmente, la AMITI estima que en el país ya existen casi 4 mil empresas de tecnología,
cuya facturación es de 444 mil millones de pesos al año, lejos de los gigantes del Silicon
Valley original todavía, aunque por algo se empieza.
“Lo único que falta es un ‘empujón’ de los empresarios”, de acuerdo con Javier Orozco, CEO
de Crabi, la primera aseguradora de autos de Jalisco y una de las primeras en todo el país que
es completamente digital.
“Mi opinión es que tenemos un gran potencial, tenemos talento, con una alta especialización
en distintas tecnologías de clase mundial y creo que la oportunidad está en los empresarios,
en que puedan darle oportunidad a esos talentos, puedan dirigirlos para crear un producto o
una innovación de clase mundial”, dice Orozco. “Y que no solo impacte México, no solo
impacte la región, sino que pueda impactar al mundo”.
El CEO de Crabi comentó que las condiciones son únicas en Silicon Valley y como tal no se
puede repetir; sin embargo, sí pueden replicarse algunas características para crear un
ambiente de innovación, tal como lo hizo Israel con uno de sus ‘unicornios’.
“Hay un parteaguas típicamente en donde a partir de que se crea una startup con valuación
de mil millones de dólares se le llama unicornio (...). Por ejemplo, en Israel, cuando se fundó
Waze, salió al mercado y fue adquirida por Google en más de mil millones de dólares, se
detonó una serie de inversiones y validó que la innovación es posible, y se creó un
ecosistema”, añade.
Dadas las condiciones en que ha avanzado México, agregó el directivo, los próximos
unicornios nacionales podrían llegar en los siguientes dos años.
“Yo creo que estamos bastante avanzados, creo que pronto veremos el primer unicornio
mexicano. Hay ahí un par de empresas que ya superan los 100 millones de dólares y siguen
creciendo a ritmos muy importantes”, señaló el también fundador de Crabi, empresa que
aspira a ser unicornio hacia 2024.

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Otra que se asoma como fuerte candidata para ser un unicornio en México es Zubale.
Cofundada por Allison Campbell y Sebastián Monroy, la compañía conecta a miles de
personas con empresas de comercio al menudeo para que trabajen para ellas como
contratistas independientes.
A través de la app, las personas pueden elegir entre decenas de ‘tareas’, desde promover un
producto en alguna tienda de autoservicio o visitar algún supermercado específico para
auditar su funcionamiento.
“En México vemos un entorno tan favorable como el que hay en California y una posibilidad
de crecimiento también muy grande”, menciona Campbell al teléfono. “Hay mucho
potencial, mucho talento y eso es muy valioso”.
Zubale, cuyas oficinas están en la Ciudad de México, aunque tiene presencia en 94 urbes del
país, pretende convertirse en poco tiempo en una aplicación tan indispensable dentro de la
economía digital como lo es Uber o Rappi.
De hecho, el objetivo es la expansión permanente y su buena administración y números les
han conseguido ya unos 4.4 millones de dólares en una ronda inversión liderada por NFX.
Una cifra que hasta hace apenas unos cuantos años era un sueño para una aplicación
desarrollada en México.
Las cosas han cambiado, insiste Zamora, el ingeniero de Intel, de vuelta en Guadalajara. Poco
a poco y casi furtivamente, las innovaciones, tecnología y aplicaciones desarrolladas en
México se consolidan en todo el mundo. Falta mucho para que el país o cualquier ciudad en
específico se adjudiquen con total derecho el mote de “Silicon Valley mexicano”, pero la
distancia es menor.
De hecho, Zamora, quien desarrolla un sistema de reconocimiento facial que podría
transformar la industria del retail, considera que las bases para ese futuro prometedor son ya
muy sólidas. “No es una exageración”, dice. “De verdad cada vez más en todo el mundo
voltean a pedirnos soluciones a los mexicanos”.

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