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Video-Conferencia con Bernhard Scholz

Presidente de la Compañía de las Obras


Buenos Aires, 15 de diciembre de 2.016
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1) ¿Qué esperar de la gratuidad del encuentro entre nosotros? ¿Qué puedo ofrecer yo a la
CdO? ¿Cuál es el nivel de implicación que podemos pedirnos entre nosotros en relación a la
vida y las necesidades de la obra de cada uno? ¿De qué forma se hace operativo un método
de amistad y compañía como el que se propuso aquella vez con el vino de Alcamo en el
origen de la CdO?

Cuando se comenzó con la venta del vino de Alcamo, don Giussani dijo: “Ayuden a vender este
vino que es bueno”. Entonces el deseo es hacer algo bueno, algo bello, algo útil, algo que sirva
para el mundo. Y este deseo cada uno lo tiene adentro. Entonces, lo primero es que hay que
redespertar este deseo a través de una relación, porque de otro modo nosotros corremos el riesgo
de ser condicionados por los problemas y no seguir este deseo. Pero cuando uno sigue este deseo
comprende que solo no puede. Es difícil realizar solos un trabajo sin mirar alrededor, sin
compararse y hacerse ayudar por otros. Si uno es fiel a sí mismo, se abre al mundo a su alrededor.
Éste es el origen de un compromiso con la realidad. Quien se empeña de verdad en el trabajo se
tiene que abrir al mundo, a los demás.
Entonces, ¿qué es la Compañía de las Obras?
La Compañía de las Obras es una amistad que crea relaciones para ayudarnos recíprocamente a
vivir este deseo. Esto se puede realizar también en una forma muy simple: nos encontramos, nos
hablamos, nos escuchamos, nos ayudamos también con unos consejos; y puede llegar también a
una creatividad mayor generando, por ejemplo, Cursos de Formación, Seminarios, Conversaciones
Empresariales, promoviendo convenios con sociedades que pueden ofrecer servicios a nuestros
asociados. Pero esta creatividad depende de la situación local, no hay una regla sobre esto. Por
ejemplo, en Italia hemos realizado unos convenios bancarios que en otros países no existen. Ayer
por la noche tuve un encuentro público en Turín y allí dije que la operatividad nace de la
creatividad de las personas. Por ejemplo, ustedes hicieron unos cursos de formación y esto nació
porque algunos de ustedes tomaron la iniciativa. La operatividad nace de personas que toman la
iniciativa generando determinadas modalidades.
Una característica fundamental de la Compañía de las Obras es que no es una organización que
sustituye tu persona, sino que es un conjunto de personas que quieren valorizar las iniciativas que
son útiles para todos.
Y estas iniciativas normalmente son gratuitas. Claro que pueden también ser iniciativas
remuneradas, por ejemplo, nosotros implementamos servicios para la internacionalización de las
empresas y pedimos un pago por esto, pero el fin no es lucrar con estos servicios sino volverlos
sostenibles.
Entonces, desde la simple relación que te ayuda a vivir bien el trabajo, hasta los servicios muy
sofisticados, hay toda una trayectoria que depende de la situación local en la que cada realidad se
encuentra. Por lo tanto, en Buenos Aires será de una determinada manera; en Santa Fe de otra; en
Lisboa será diferente. Cada Compañía de las Obras tiene que encontrar su propio camino. Siempre
con el objetivo de ayudar para que cada uno pueda expresarse de la manera más plena dentro del
trabajo. Este es el objetivo.

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2) ¿Qué es lo que permite vencer la cerrazón de mi persona para reconocer las dificultades y
pedir ayuda? ¿Cuál es para mí el valor de hacerme las preguntas? ¿Qué ventaja o
desventaja supone hacer visible mis propias preguntas (dudas, cuestionamientos) frente a
otros (socios, colaboradores, clientes, otros emprendedores de la CdO)? ¿Porque las
respuestas que se nos ofrecen no siempre se perciben como suficientes? ¿Es esto un
problema o un beneficio?

La primera cuestión es que las preguntas se pongan. Porque las preguntas nos vuelven siempre
más inteligentes. Por ejemplo, hago unas preguntas muy simples: “¿Por qué mis clientes vienen a
mi empresa?”, “¿Por qué alguien compra o no compra mi producto?”, “¿Por qué tengo ciertas
dificultades con mis colaboradores?”. Éstas son preguntas sencillas, pero son las más importantes
y no tenemos que tener vergüenza de hacerlas, porque la vida está llena de preguntas. Y mientras
más tengamos la valentía de poner estas preguntas más podemos crecer. ¿Por qué los niños
crecen? Porque ponen muchísimas preguntas! Nosotros tenemos la idea que la persona es fuerte
si ya tiene todas las respuestas, pero esto no es verdad. Primero, porque nadie tiene ya todas las
respuestas, y segundo, porque la cosa más importante para tener las respuestas justas es poner
las preguntas justas.
Por ejemplo, muchísimas personas piensan que ya conocen a sus clientes, pero en realidad no los
conocen; piensan conocer el mercado, pero en realidad no lo conocen; piensan conocer bien a sus
colaboradores, pero en realidad no los conocen. Por lo tanto, cuando yo me encuentro con otro
emprendedor y le pregunto: “¿Tú con tus clientes cómo estás trabajando?” o “¿Cómo manejas tu
situación financiera?”, allí nacen enseguida unas comparaciones. No se trata de imitar a alguien,
sino de compararse con alguien. Porque cuando alguno de ustedes cuenta su experiencia de
trabajo, con todas las dificultades que ha atravesado, realmente con todas las dificultades que ha
atravesado, se vuelve interesante para todos. Porque los demás se preguntan: “¿Por qué lo hizo?”,
“¿Dónde ha encontrado la fuerza?”, “¿Dónde ha encontrado la inteligencia?”, “¿Dónde ha
encontrado el método?”. No siempre encontramos enseguida la respuesta, pero este no es el
problema porque si las preguntas son justas, antes o después las respuestas se encuentran.
Me permito hacer una pequeña observación. Yo conozco muchas empresas que han perdido
muchísimo tiempo quejándose de la situación en la que se encuentran: demasiados impuestos,
demasiada burocracia, problemas con China. En lugar de ponerse la pregunta: “¿Yo, en esta
situación, cómo puedo moverme?”, han perdido muchísimo tiempo quejándose. Esto no quiere
decir que la CdO no tenga que intervenir también a nivel político. Esto puede hacerlo y tiene que
hacerlo, pidiendo, por ejemplo, una simplificación de la burocracia o una diminución de los
impuestos. Pero nosotros no podemos esperar que cambie el mundo para dar un paso.
Hay también una segunda cosa que considerar; si ponemos entre nosotros estas preguntas, a
menudo nace también una colaboración entre nosotros. Porque descubrimos que muchísimos
problemas los tenemos todos en común y por lo tanto comenzamos a ponernos juntos para
encontrar una solución. Yo creo que el coraje para enfrentar con el corazón y la mente abiertos
estos problemas que tenemos, lo encontramos nuevamente si nosotros somos fieles al deseo de
hacer el bien. Porque nuestras empresas, nuestras obras, tienen un grandísimo valor. Imagínense
el valor que tienen sus iniciativas, sus empresas, sus obras, para el lugar donde viven. Esto tiene un
significado para muchas familias en torno a ustedes. Y entonces, hay que hacer bien la propia
empresa para hacer bien al mundo. Y por lo tanto, no tenemos que tener la pretensión de saberlo
ya todo, sino la sencillez de pedir todo lo que necesitamos. Yo estoy convencido que la CdO crece
con la calidad de las preguntas que ponen las personas que la componen. Porque si no hay

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preguntas la CdO no sirve para nada. Podemos calentarnos los corazones, pero esto no es
suficiente.

3) Quería preguntarte ¿qué pasos recomendarías cuando los límites del emprendedor se
transforman en los límites para el desarrollo de la propia empresa?

Cuando el emprendedor es consciente de sus limitaciones, el problema ya está resuelto. Porque


pide inmediatamente a los colaboradores o a otros, consejos, ayudas o sugerencias.
Nosotros tenemos una idea del emprendedor muy anticuada: “The one man show”. El
emprendedor no es emprendedor porque tiene todas las respuestas sino porque observa muy
bien la realidad para ver las oportunidades y tiene que escuchar a todos para verificar si estas
oportunidades son verdaderas y después para saber cómo enfrentarlas.
Un emprendedor da una dirección, pero un emprendedor es más fuerte cuanto más es capaz de
involucrar a otros. Un emprendedor no es omnipotente, no es omnisciente, no lo sabe todo, y por
lo tanto tiene que ser muy, muy abierto, para recoger todas las sugerencias y todas las
oportunidades que existen. Y una vez que identifica cuál es el camino, la estrategia, el método,
entonces tiene que ser muy decidido para que todos hagan su trabajo para alcanzar el objetivo.
Por lo tanto un jefe, un líder, un emprendedor, tiene que ser muy humilde y muy decidido. Esto
parece una paradoja, pero es la naturaleza de quien guía una empresa. Cuanto más es humilde,
más será decidido. Nosotros tenemos que superar el miedo de perder autoridad si escuchamos a
los demás. Es lo contrario. Mi juicio tiene que ser muy rico y muy profundo y, por lo tanto, cuando
he hablado con mis colaboradores, cuando he hablado con los amigos de la CdO, cuando he
escuchado y verificado, es entonces que soy verdaderamente fuerte y hago una experiencia útil
para todos. Porque después puedo contar a todos los amigos de CdO qué estrategia elegí, qué
decisiones tomé y sobre todo “por qué” tomé estas decisiones. Y de esto todos pueden aprender.
Por lo tanto, nosotros tenemos que ser conscientes que la CdO nos sugiere un cambio de
paradigma. Nosotros partimos verdaderamente del deseo de las personas de hacer el bien. Cada
uno según su responsabilidad: el emprendedor tiene una cierta responsabilidad y el jefe de
administración tiene otro tipo de responsabilidad. Pero todos deben responder a la pregunta:
“¿Cuál es el bien de esta empresa y por lo tanto de las personas que trabajan en ella?”. Ven que
nuevamente es una pregunta. Vayan a ver en el evangelio cuantas preguntas Jesús hace. Porque Él
provoca continuamente a las personas. Este es un método profundamente humano, que pide a las
personas que respondan y por lo tanto que asuman responsabilidades.
La cuestión fundamental es que cada uno en una empresa responde con todo su ser a la pregunta
sobre el bien que la empresa quiere crear. Y esto lo hace realizando los objetivos que la empresa
le pide alcanzar. Esto permite también un diálogo profundo entre el jefe y el colaborador. No es un
antagonismo, una contraposición, sino la cuestión es si tu propuesta o tu crítica es un bien para el
crecimiento de la empresa. Y un trabajador en el taller puede tener una propuesta más útil que la
del jefe, porque él conoce muy bien el trabajo que se hace en el taller.

4) A menudo, la indispensable atención de las cuestiones diarias, encuentra al emprendedor


casi “prisionero” de las urgencias cotidianas. ¿Qué hace posible, en forma realista y
razonable, “sacar la cabeza del agua” y levantar la mirada? ¿Qué es lo que permite volver a
identificar al deseo (personal) como “la chispa que enciende el motor” de la vida y
recuperar con ello el “criterio ideal” para afrontar las decisiones sobre las contingencias
diarias?

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Yo quisiera responder de manera muy concreta a esta pregunta porque es una pregunta que se
hacen muchas personas, muchos emprendedores, muchos jefes.
Una primera respuesta tiene que ver con la agenda. Nosotros debemos prever en nuestra agenda
un tiempo para reflexionar sobre las cosas importantes, no las cosas simplemente urgentes.
Ahora son las 5 de la tarde y ustedes no están en su empresa y en este momento su empresa
continúa, no muere; si un día se tienen que quedar en casa porque tienen fiebre, la empresa no
quiebra. Entonces quiere decir que es posible estar fuera de la empresa por unas horas o unos
días. Es una fijación mental pensar que somos siempre indispensables. Entonces tenemos que
decidir cuáles son en la semana los momentos en los que nosotros hacemos las cosas importantes.
No es que todos pueden entrar siempre y en cualquier momento en nuestra oficina; porque esto
entre otras cosas es una muy mala costumbre. Nosotros nos dispersamos muchísimo en una
jornada y esta es la razón por la cual a la noche cuando todos se van de la empresa nosotros
comenzamos a trabajar. Por tanto, nosotros tenemos que encontrar en nuestra vida semanal unos
momentos en que cerramos la puerta, apagamos el celular y reflexionamos. Este es un primer
aspecto.
El segundo aspecto es que tenemos que prever unos momentos de reunión con todos los
colaboradores -basta una hora- donde nosotros reflexionamos sobre dónde queremos ir, sobre
porque queremos hacer esto y no aquello. Si ustedes se toman una hora a la semana para ustedes
mismos y una hora a la semana para una reunión de este tipo, ustedes tienen dos horas que ya les
cambian la imagen de la empresa, porque empiezan a acostumbrarse a que hay cosas importantes
y hay cosas urgentes.
Si nosotros entramos el lunes por la mañana en la empresa, ya todo lo que tenemos que hacer nos
absorbe, entramos en un torbellino y el viernes por la noche salimos del torbellino. Por lo
contrario nosotros tenemos que entrar el lunes por la mañana en la empresa y preguntarnos: “¿En
esta semana, cuáles son los resultados más importantes que yo tengo que alcanzar?”, “¿Con quién
tengo que hablar para poder definir estos objetivos importantes?”, “¿Cuáles son las decisiones
sobre las cuales tengo que reflexionar?”. Porque estas son las cosas importantes. Nosotros no
estamos en la empresa para “hacer cosas”, sino para perseguir objetivos y finalidades, y por lo
tanto, es necesario tomar una cierta distancia. Y esto es un problema de agenda, es un problema
para nosotros personalmente. La vida está hecha de tiempo y nosotros tenemos que dar un
significado al tiempo, porque si no damos un significado al tiempo, el tiempo nos es robado. Todas
las circunstancias nos roban el tiempo. Por ejemplo, no podemos responder siempre a todos los
mails, tenemos que decidir cuándo y por cuánto tiempo durante una jornada respondemos los
mails, o cuando hablamos con alguien. Es decir, debemos dar una estructura al tiempo, porque de
otro modo todo lo que hemos dicho hasta ahora no se realiza. Yo sé que se necesita una cierta
disciplina, pero esta disciplina nace de la conciencia que la empresa me es dada para hacer un bien
y que el tiempo me es dado para hacer un bien.
Si yo estoy convencido que las cosas me han sido dadas, también me vuelvo más responsable.

5) Para el próximo año quisiéramos implementar una modalidad sistemática de formación y


capacitación. ¿Cuál sería tu sugerencia con respecto a un temario de contenidos a partir del
cual desarrollar una capacitación? ¿Consideras que la “CdO Academy”, iniciativa que la
CdO ha desarrollado durante este último año, puede ser útil para nosotros hoy en la
Argentina?

Esto tienen que decidirlo ustedes según las exigencias de sus empresas. Por ejemplo, si para
ustedes el planteamiento estratégico de la empresa en el contexto de los mercados es importante,
puede ser útil una formación. O la gerencia económica, financiera. O la relación con los
colaboradores en la empresa. O la innovación. La CdO Academy es una modalidad con la cual esta
formación se implementa, pero no es un esquema rígido. Depende de cómo ustedes quieren
afrontar sus exigencias formativas. Algo que yo de todo modo haría son las “Conversaciones

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Empresariales”. Pueden invitar a un asociado de la Compañía de las Obras o a un empresario que
no esté asociado que tenga una experiencia interesante y se la comunique. Pero, ¿cuándo una
experiencia es interesante? Cuando ha atravesado dificultades! Cuando encontró soluciones
nuevas para viejos problemas. El testimonio no consiste tanto en el hecho de que uno es capaz y
tiene éxito, sino en el hecho de que ha sabido enfrentar determinados problemas. Por lo tanto, la
comparación se da con los motivos que han permitido a una persona afrontar determinados
problemas y cómo lo ha hecho. Por ejemplo, uno ha perdido un cliente muy importante y por lo
tanto la empresa corre el riesgo de la quiebra. ¿Cómo hizo para encontrar otros clientes? ¿Cómo
se reinventó? ¿Qué otros servicios ha desarrollado? Quiero hacerle un ejemplo. Hace tres semanas
me encontré con un empresario de la construcción. En Italia, el mundo de la construcción después
del 2.008 se ha derrumbado completamente. Muchísimas empresas han quebrado. Él en el 2.009
estaba para quebrar. Era muy joven, tenía 29 años. Entonces reunió a todos sus colaboradores y
les dijo: “Así no podemos seguir. Tenemos que encontrar algo nuevo”. Todos los colaboradores
tomando conciencia de la situación se han puesto juntos con él a desarrollar la construcción de
casas de madera. Y este se volvió un producto fuertemente competitivo. Y en efecto, ahora su
empresa es una de las más importantes de la región. Pero, transformar una empresa que
trabajabas con el ladrillo en una que ahora trabaja con la madera ha sido un paso muy complicado.
Ahora, cuando uno te cuenta una historia así tú puedes aprender muchísimas cosas sobre la
motivación, sobre la capacidad de involucrar a los colaboradores, sobre la creatividad, sobre la
innovación, sobre soluciones alternativas, sobre cómo captar nuevos clientes y nuevos mercados,
cómo elegir nuevos proveedores, cómo renovar toda la organización del proceso productivo. Estas
conversaciones pueden ser sólo dos en un año, no es necesario hacer muchas. Cuanto más se
ahonda y más se habla de los problemas reales, más son útiles. Hoy también en las universidades
cada más se estudian los “casos”. Porque la teoría es importante, pero el “caso” vuelve más
evidente la teoría y la enriquece. Yo creo que serían muy útiles estas conversaciones realizadas
con las justas preguntas y en la forma de un pequeño seminario. Yo les aconsejaría de hacer por lo
menos esto y de ser muy, muy sinceros con las preguntas.

6) ¿Cuáles son los desafíos que advertís como más urgentes y relevantes para los
emprendedores de pymes y de obras sociales y educativas en este tiempo?

Creo que nosotros vivimos, y esto se refiere a todos los países del mundo, en un periodo de
creciente incertidumbre. Es decir, las condiciones son siempre más imprevisibles. Nosotros no
podemos saber con una cierta probabilidad lo que acontecerá mañana. Esto vuelve las personas
muy miedosas. Y el miedo genera dos actitudes: la agresividad o la sumisión. Entonces tenemos o
agresivos o deprimidos.
Yo creo que, por lo contrario, en este mundo de incertidumbre respecto a las condiciones sociales,
económicas o políticas, es importante que nosotros, recíprocamente, nos sostengamos en la
certeza de la que hablé antes: que el hombre tiene el deseo de hacer el bien y que es posible en
cualquier circunstancia hacer el bien.
Y para encontrar el camino justo para realizar este bien tenemos que ayudarnos recíprocamente.
Tenemos que ayudarnos a no dejarnos condicionar por las condiciones, sino a redespertar siempre
y en cualquier situación aquella creatividad que tenemos adentro. Enfrentar los problemas y no
sufrir los problemas. Creo que esta es la contribución social más grande que nosotros podemos
dar, es decir, crear lugares de certeza y constructividad. Pero, no una certeza presuntuosa que
cree tener todas las soluciones. Porque para muchísimas cosas nosotros no tenemos las soluciones
y yo creo que nadie puede saber cuál será el futuro económico de nuestros países. Pero, si
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nosotros construimos siempre mirando a la cara la realidad y no huyendo de la realidad, para mí
hacemos algo muy grande que es importante para todos. Porque yo me doy siempre más cuenta
que las personas, por un lado, tienden a retraerse en un individualismo y después se unen siempre
y en cualquier circunstancia en nombre de un “No!”. O sea sobre la queja, sobre la culpabilización
de los demás. Y entonces tenemos una agregación social negativa, que es siempre en contra de
algo y esto no es fértil. Mientras nosotros tenemos que hacer la fatiga (porque es una fatiga!) de
tener siempre una actitud constructiva. Esto no quiere decir que no podamos criticar ciertas cosas,
pero la crítica no es un fin en sí mismo, sino que es siempre un desafío a preguntarnos qué otra
cosa es posible.
Hay una manera muy sencilla para comprender cuánto esto corresponde de verdad a nuestra
persona, porque cuando durante un día hemos hecho la experiencia que en el medio de tantas
dificultades y de problemas a nuestro alrededor, hemos sido “sujeto” y no “objeto”, hemos
logrado no dejarnos esclavizar por las condiciones y hemos mantenido la frente alta, entonces
estamos más contentos, estamos más satisfechos. Quizás no hemos logrado todo lo que
queríamos realizar, pero no hemos perdido tiempo y no nos hemos perdido a nosotros mismos.
Entonces, las condiciones serán muy complicadas y ciertamente mucho más complicadas para
ustedes que para nosotros en Italia, pero cuando yo los miro a ustedes veo personas vivas, veo
personas deseosas, veo personas que quieren aprender, veo personas que quieren crecer…… y
esta es la Compañía de las Obras.

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