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MIEDO A LA ORATORIA

Miedo: construcción mental creada por el propio sujeto que llega a tal punto que asusta. Sin
embargo, precisamente porque es una construcción nuestra podemos también deconstruir ese miedo.

Es una percepción que desencadena una emoción, y genera una reacción psico-fisiológica (la ansiedad
es ese efecto)

El miedo, si lo tomamos como una emoción psico-biológica, es normal y fundamental para la


adaptación de los animales y de los seres humanos en su ambiente. Sin una dosis de miedo no se
sobrevive, es una reacción que nos alerta frente a los peligros reales.

Pero cuando el miedo supera cierto umbral, cuando nos bloquea y nos volvemos incapaces de
reaccionar de manera idónea de acuerdo con los acontecimientos, estaríamos hablando de miedo
patológico. El miedo normal incrementa nuestras capacidades para manejar la realidad; el miedo
patológico limita e incluso anula la capacidad, nos impide desarrollar nuestros deseos.

Miedo a hablar en público: CADA UNO DE ESOS PÁRRAFOS ESTÁ EN EL MODELO DE EXAMEN

El público no es nuestro enemigo, sino que, al contrario, está conformado por personas que consideran
que el orador puede aportarles algo, que no van a perder el tiempo escuchándolo.

El miedo a hablar en público aparece ante situaciones diversas tales como dar una charla, hacer
preguntas en una conferencia, expresar una opinión en una discusión de grupo o rendir un examen,
entre otros. Tener miedo ante una intervención pública es normal y no por ello se considerará a la
persona como débil e insegura.

Ander Egg: Miedo paralizante: las personas producen reacciones físicas y psicológicas, lo que el miedo
produce es más miedo y estamos paralizados con la incapacidad para coordinar nuestras ideas y
expresarlas adecuadamente.

Gran parte de ese miedo es irracional, es decir, que no obedece a motivos lógicos. Se generan
pensamientos como:

. Anticipación de conductas desfavorables (pensarán que decimos tonterías).


. Evaluación negativa de la situación (hablar en público es realmente horrible).
. Evaluación negativa de sí mismo (nunca seremos capaces de conseguirlo).
. Evaluación negativa de la propia actuación (lo estamos haciendo mal).

Para romper con eso se debería preguntar lo siguiente: ¿Qué evidencia hay a favor y cuál en contra de
que eso sea así? Pensar así, ¿ayuda a nuestro objetivo? Y si fuera cierto, ¿qué es lo peor que nos podría
pasar?

Ander Egg: Miedo normal: toda persona tiene alguna ansiedad o temor cuando se enfrenta al público
y es saludable y estimula el cerebro y nos hace más agudos y despiertos.

Otro tipo de miedo que es racional y se puede presentar ante ciertas situaciones, como quedarse en
blanco, no saber contestar una pregunta o que no funcione el proyector.
Soluciones fallidas: Al tener que enfrentarnos a hablar en público, nos proponemos distintas soluciones.
A veces estas no funcionan o bien funcionan al principio, pero se convierten gradualmente en intentos
fallidos y reiterados de manejar la realidad.

Miedo evitado, miedo incrementado: Cada vez que evitamos una situación peligrosa, se confirma la
peligrosidad de la situación evitada y nos preparamos para la siguiente. Esto sucede a menudo cuando
nos repetimos interiormente: “No tengo que ponerme nervioso” o “Tengo que evitar hacerlo”; en esos
casos, es cuando más nerviosos nos ponemos. Esta espiral de progresivas evitaciones produce el
incremento del miedo, lo cual aumenta la desconfianza en el propio sujeto.

Control que hace perder el control: Cualquiera que se concentre en controlar sus funciones fisiológicas
acaba por alterarlas precisamente al intentar controlarlas, es decir, el excesivo intento de controlar es el
que hace perder el control.

Sugerencias de posibles soluciones: (luego de una relajación y una profunda respiración)

1) Se debe desplazar la atención del sujeto, del control de sí mismo a cualquier otra cosa. Por ejemplo,
se puede comenzar el discurso diciendo: “Como todos ya saben, estas situaciones nos hacen poner un
poco nerviosos, pero de más está decir que nuestra intención es compartir con ustedes este lindo
momento”. Al colocar en palabras lo que está pasando, se le posibilita al público empatizar con el
orador.
2) Concentrarse en el discurso y no en sí mismo.
3) Buena preparación del tema, de manera comprensiva, investigación minuciosa. Realizar un esbozo.
4) Se debe mirar al público antes de hablar.
5) Conservar la naturalidad.
6) Planificar las primeras frases de la presentación para tomar confianza y seguridad. Memorizar ideas y
no palabras
7) Desarrollar Actitudes mentales de Sostén
8) Acción. La única forma de vencer el miedo de hacer algo es haciéndolo: el miedo de hablar en público
se va después de hablar. Cuando sientas miedo por algo, ataca el miedo con la acción y así te convertirás
en una persona de poder, lo contrario a esto es el estancamiento.

. No sentir miedo es señal de que no estamos creciendo. La fórmula es la siguiente:

MIEDO  ACCIÓN  PODER

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EL ORADOR

Antes de hablar debe hacerse una cuidadosa inspección y resolver cuál es el mejor lugar desde el cual
hacerlo. La luz debe darnos sobre la cara. El público quiere ver bien al orador y, si es posible, de cuerpo
entero. Las minúsculas alteraciones de nuestro rostro son una parte muy importante del proceso de la
expresión. Sin lugar a dudas, la parte visible de un mensaje es, por lo menos, tan importante como la
audible. La comunicación no verbal es más que un simple sistema de señales emocionales y no puede
separarse de la comunicación verbal. Ambas están estrechamente vinculadas entre sí.

El orador tiene que ser el centro de atención.


“El impacto total de un mensaje es verbal en un 7%, 38% vocal (tono, matices, y otros sonidos) y 55% es
no verbal”. No solo debemos estar a la luz, de pie y sin nada que nos oculte, sino que, en lo posible, la
atención del público no debe compartirla nada ni nadie.

Nunca te excuses: El respeto que el público tiene se pierde ante la primera palabra de excusa por parte
del orador. Por ejemplo, si llega tarde, el público lo estaba esperando. Esto es una falta de respeto por el
público y su tiempo. El orador ya perdió: nos vamos a querer ir y no nos va a interesar lo que nos diga.
Muy distinto es si algo te pasa en el curso de una conferencia bien planeada, conscientemente
preparada. Si te equivocas o te olvidas, no intentes disimularlo u ocultarlo. Allí sí puedes excusarte sin
temor. Puedes
consultar tus notas sin pudor. El público es humano e inteligente y seguramente te comprenda, se
identifique contigo y te apoye con cariño.

Cuidado con la gracia:

Tu gracia natural puede ayudarte mucho en tu tarea de convertirte en orador. Al utilizar la gracia en un
discurso debe ser original, inofensiva e inocente.

Algunos admiten como dogma que hay que iniciar una conferencia de cualquier tipo con algo de humor
que alivie la tensión inicial del orador y del auditorio. Es cierto, puede ser valioso resultar simpático,
¡pero
cuidado! Toma conciencia de tus limitaciones. Pronunciar una frase cómica o contar una anécdota son
situaciones muy arriesgadas para un orador que no sea gracioso por naturaleza. Y ser gracioso es un
don: se tiene o no se tiene

Frente a una tribuna se debe mantener el buen gusto y evitar alusiones políticas o religiosas. Si una
historia está en el límite, debe rechazarse.

Técnica de improvisación

La improvisación en sí tiene características que le son propias y su estilo reconoce prolongados


esfuerzos de formación, práctica y tenacidad. A la palabra espontánea, deshilvanada, sin una idea
central, la llaman
improvisación solo quienes no saben nada de oratoria. No basta ponerse de pie y llenar los minutos con
frases sin sentido.

Usa el silencio inicial buscando la idea madre sobre la que quieres fundamentar tus palabras. La idea
puede ser amistad, amor, felicidad, evocación, libertad o cualquier otra en general abstracta y
significativa para la ocasión. Ya está, esa es la idea central. A tu alrededor tres o más ideas distribuidas
en la introducción o en la conclusión harán del discurso improvisado una estructura coherente, en la
cual se dijo algo que se siente. Y, ya lo hemos dicho, si sientes que tienes algo que decir, seguro serás
elocuente.

Elige como idea central eso que sientes. Ahora es fácil. Faltan los ingredientes que le darán forma a tu
idea. Habla de una experiencia de tu vida: De ese modo, te verás libre de pensar tu próxima frase, ya
que las experiencias se relatan con facilidad. Superarás de este modo también el natural nerviosismo
inicial y atraerás la atención del auditorio, siempre receptivo frente a un relato vívido y real.

Después del relato vivido o, en vez de él, si no viene al caso o no encuentras en tu repaso algo que
pueda vincularse con la idea central, lo mejor que puedes hacer es tratar de relacionar tus palabras lo
más
estrechamente posible con la gente que asiste a la reunión.
Es natural que el auditorio se interese por sí mismo y por el motivo que los reúne. Sobre esta base
proponemos tres fuentes de inspiración, tres ideas accesorias que acompañarán a nuestra idea central,
dándole sentido y unidad a nuestras palabras. Habla de tu auditorio, sobre lo que son, sobre lo que
hacen. Si cabe, personaliza y señala algunos de los que lo componen, ejemplificando tus palabras.
También puedes referirte a la ocasión por la que están reunidos. Si es una despedida, un aniversario o
un homenaje, jerarquiza el acontecimiento. Suma tu emoción al motivo que los une, haciéndolo
importante y común con tu auditorio. Si hubo un orador anterior, refiérete a sus palabras. Demuestra el
agrado de haberlo
escuchado con atención, recalcando los conceptos principales de tu idea central.
Busca las ideas accesorias en el auditorio mismo, la ocasión y el orador anterior

Cumpliendo estos tres postulados, adaptarás tus palabras a la ocasión, como un guante a la mano. Tus
palabras son para este auditorio, para él, su respeto y preocupación. Por él tu emoción, que no debe
pretender ocultarse, no puede fracasar. La que habla es una persona honesta, emotiva, sincera.

No te refugies en tu ropa o en tu cuerpo

Conviene estar de pie, a la vista del público, de cuerpo entero. Ocúpate de que no exista nada en la
tribuna que pueda ocultarte: mesa, atril o sillas.

Cuando hables, apóyate en ambos pies, sin balancearte, sin subir y bajar ni ponerte puntas de pie.

Permanece quieto en la tribuna (Frase que pertenece a Di Bartolo) lo que no quiere decir estático o
inmóvil; solo puedes desplazarte cuando tu exposición así lo requiera: para llegar al pizarrón, para tomar
el puntero o simplemente para cambiar el momento por el que atraviesa tu charla, como la
introducción, el cuerpo o las conclusiones.

Posición en el escenario: es preferible estar inmóvil a desplazarse sin sentido por todo el escenario.

¿Cuál es la posición básica de posición en el escenario y desplazamiento? No ponerse de espaldas del


auditorio, ya sea con el pretexto de escribir en el pizarrón o de mirar sus propias diapositivas.

No te escapes del auditorio

El acto oratorio ideal se realiza de pie y sin guías escritas. Si debes sentarte no te derrumbes
escondiéndote tras la mesa y el micrófono ni permanezcas rígido en posición forzada. Cuando te toque
hablar, deja un espacio de unos veinte centímetros entre el abdomen y la mesa e igual espacio entre la
espalda y el respaldo de su asiento. Podrás, de este modo, avanzar y retroceder, dándole relativa
movilidad a tu cuerpo. Evita el cruce y descruce continuado de las piernas.

¿Qué hacer con nuestras manos? Olvidarnos de ellas.


Déjalas que cuelguen con naturalidad al costado de tu cuerpo, crúzalas por detrás. Los movimientos de
las manos deben enriquecer la presentación y no usarse porque sí. Sé tú mismo y usarás los gestos
correctos, sin temor a equivocarte.

Manejo de situaciones: Todo orador ha tenido que enfrentarse con situaciones inesperadas y
anormales en algunas oportunidades. Se debe afrontarlas con altura y estar preparado para que, cuando
ocurran, no desluzcan o destruyan el esfuerzo que representó la preparación de una conferencia. (Pie
Quebrado)
Interrupciones o imprevistos: frente al imprevisto: serenidad, comprensión y replanteo.
Reorganicemos la charla luego de hacer una pausa hasta que termine la interrupción. Nunca continuar
su charla cuando haya perdido la atención del público.

COMUNICACIÓN NO VERBAL Ámbitos de Estudio

La Comunicación no Verbal engloba un sinfín de signos y sistemas no lingüísticos que comunican o se


utilizan con esta finalidad. Conjunto de símbolos que hacen referencia a las costumbres y hábitos dentro
de una comunidad cultural.

Las disciplinas que lo conforman son cuatro: Kinésica, Proxémica, Tactésica y el Paralenguaje. Todos
ellos son los sistemas de Comunicación no Verbal reconocidos hasta el momento.

Kinésica: estudio sistemático que hace referencia a los movimientos corporales no orales, de percepción
visual y aquellas posiciones del cuerpo, ya sea de forma consciente o no, que poseen un valor
comunicativo clave en el proceso de la Comunicación no Verbal combinado con la estructura lingüístico-
paralingüística del hombre.

Formada por 4 puntos: la postura corporal, la gesticulación, la expresión facial y por último la mirada.

Postura es la que el individuo adopta en cada proceso comunicativo. La posición corporal se define por
la disposición que tome el cuerpo del sujeto hacia otro individuo.

Gesticulación: los gestos. Dichos elementos son el movimiento corporal que se desarrolla a través de las
articulaciones, las más habituales suelen realizarse mediante los brazos, manos y por último, la cabeza.

La expresión facial: es el medio más rico e importante para expresar emociones, junto con la
colaboración de la mirada. Tiene la misma importancia la observación de movimientos faciales
perceptibles tales como cambio de posición de cejas o de los músculos faciales, como aquellos que son
invisibles para el ojo humano como puede ser la contracción de la pupila o un exceso de sudoración.
Dicho esto, es obligatorio añadir que éstos últimos son movimientos muy difíciles de controlar.

La mirada: se caracteriza por una serie de funciones que cumple dentro del ámbito expresivo.

- Regula el acto comunicativo: A través de ella, el individuo puede indicar que le agrada un proceso
de interacción, consiguiendo de esta forma evadir al silencio.
- Principal fuente por la que se transmite la información y/o complementar la información auditiva.

No existe una única mirada, podemos diferenciar ocho tipos de miradas

Mirada Firme y Franca: una de las más utilizadas por el ser humano. Si se fija hacia un punto concreto
indica interés, puede llegar a demostrar ingenuidad y es muy habitual entre los infantes.

Mirada Feroz: padres e hijos. Ojos entreabiertos y ceño fruncido.

Bajar los Ojos: Señal de modestia, sumisión, humildad.

Mirada Huidiza: Incómoda, se produce cuando nuestra mirada choca con la de otro individuo. Se suele
retirar la vista. Cierto grado de timidez, leve sonrojo.
Ojos Desenfocados: mira hacia el infinito, puede ser consecuencia de estrés, seña de que la persona está
<<soñando despierto>>.

Mirada Elevada: los párpados del susodicho se dirigen hacia la parte superior del ojo. Miradas habituales
en personas que profesan un culto religioso e incluso cuando observa una determinada obre de arte.

Mirada Lateral. Cuando el individuo no quiere dar a conocer que su atención se fija en un objeto en
concreto y para evitarlo su cuerpo permanece inmóvil mientras con la mirada gira hacia la zona
deseada.

Proxémica: ciencia que estudia el conjunto de comportamientos no verbales que hacen referencia a la
organización del espacio y se encarga de analizar el valor expresivo que el ser humano le confiere a
dicho dominio. Dentro de éste ámbito de estudio podemos distinguir entre dos tipos de espacios. Por un
lado encontramos el espacio físico o territorial y en segunda lugar, el espacio psicológico o personal.

Tactésica aspecto de la Comunicación no Verbal más primitivo y básico. Se puede detallar como el
estudio sistemático del contacto corporal. Analiza qué partes del cuerpo utiliza el ser humano para
entablar una interacción con otra persona, así como su frecuencia, intensidad, contexto y sobre todo
especifica qué
tipo de finalidad en concreto se pretende conseguir.

Paralenguaje estudia desde el punto de vista fónico, las cualidades de la voz y sus posibles
modificaciones. Además, también analiza los diferenciadores emocionales, las pausas y los silencios. En
este sentido, podríamos decir que todo el peso recae en la forma que utilizaremos para expresar lo que
queremos decir.

Es necesario hacer una breve referencia a qué tipos de elementos componen la ciencia paralingüística.
Distinguiremos entre las cualidades primarias de la voz, los calificadores, diferenciadores y alternantes.
Con el primero de ello queremos hacer referencia a todos aquellos componentes de la voz como la
intensidad, el tono, timbre, tempo y ritmo. Los calificadores desarrollarían el tipo de voz y el modo de
control que utiliza el ser humano, dependiendo del contexto. Los diferenciadores son aquellos
mecanismos que tratan las distintas reacciones emocionales del individuo como la risa, el llanto,
bostezos o inclusive estornudos.

Las cualidades primarias de la voz son aquellos tipos de fragmentos que encabezan un acto
comunicativo. La intensidad es el primer factor que participa en dicho proceso discursivo. La voz, se
origina cuando el aire que descansa en el diafragma, sube por la laringe, roza las cuerdas vocales, se
produce una vibración y a partir de este hecho sale al exterior convertida en tal.

El tono se establece según los parámetros sociales, biológicos y de contexto del ser humano. Éste sólo
puede ser agudo, medio o grave, dependiendo de las condiciones innatas del individuo. El timbre es el
registro de la voz, que cuenta con un condicionante y ese no es otro que el sexo de la persona. Varía en
función de la zona geográfica en la que se produzca y las características del comunicador.

El orador: lenguaje corporal

“La comunicación no sólo se establece con palabras. En realidad, la palabra representa apenas un 7%
por ciento de la capacidad de influir en los demás” (Ribeiro, 1999). Este postulado nace de
investigaciones
neurolingüísticas que también afirman que el tono de voz y el lenguaje corporal representan un 38 % y
un 55 % de este poder

Los componentes del lenguaje corporal son los movimientos de manos y brazos, la postura corporal, el
desplazamiento, la mirada y las expresiones del rostro.

Ademanes: “Las palabras deben ser acompañadas con el gesto que mejor expresa los sentimientos y
emociones. Los ademanes no deben ser artificiales ni mecánicos” (Ander Egg y Aguilar, 2006).

Lo principal es no realizar movimientos que distraigan la atención del auditorio y que no tengan relación
con lo que se está diciendo con las palabras. “Ante todo hay que evitar los gestos y actividades sin
sentido u objetivo, como movimiento de brazos o cabeza que no se corresponden con lo que se está
diciendo”

Expresiones del rostro: El orador, a través de sus expresiones faciales, refleja su personalidad y sus
estados de ánimo. Cuando estamos frente a un orador que a través de su cara nos refleja disposición,
buen humor o alegría, seguramente lo escucharemos con más atención que a uno que proyecte mal
humor, cansancio o tedio.

También la sonrisa es un elemento muy importante para demostrar buena predisposición y emanar
buena energía hacia el público. “La sonrisa en oratoria significa amabilidad, agradecimiento al público
por su presencia, aceptación y respeto” (Di Bartolo et al., 2009).

La sonrisa nunca debe ser forzada, sino que debe reflejar un sentimiento genuino de querer empatizar
con el público y darle algo a través del discurso. “Con la sonrisa, como acto innato, trasmitimos nuestra
realidad interior, por eso no debemos forzarla. Usarla al comienzo de la conferencia y también al
cerrarla, pero no indiscriminadamente o fuera de contexto. Natural y espontánea” (Di Bartolo et al.,
2009).

Mirada: Cuando se habla en público, la mirada juega un papel fundamental para la conexión entre el
orador y la audiencia. El público necesita que lo miren para saber que el discurso es para él y sentirse
partícipe de la situación de comunicación. “Una mirada franca y directa es la señal más clara para
expresar que se ha entablado un contacto con el interlocutor y que complace el encuentro” (Di Bartolo
et al., 2009).

Mirada abarcadora, panorámica al comenzar la conferencia, luego, con el correr del tiempo, puede
mirar a uno del público para conseguir su aprobación gestual y reafirmar su seguridad

Eje o postura: ¿Qué significa estar en el eje? el cuerpo está centrado, derecho; que el peso del cuerpo
no se fue hacia un costado u otro y que no está apoyado en una pierna. Da una sensación de seguridad,
manejo del cuerpo y autoridad. “Los oradores inexpertos se balancean, apoyándose alternativamente
en un pie y luego en el otro, en forma interminable. La postura que debe tener el orador es derecha, con
la cabeza mirando hacia delante y con el pecho orientado al público.

Posición en el escenario y desplazamiento: Es preferible estar inmóvil que empezar a desplazarse sin
sentido por todo el escenario.
El orador nunca debe dar la espalda cuando habla: si necesita desplazarse o tiene alguna ayuda visual
como presentación en PowerPoint o video, debe ponerse de costado o, en el caso de utilizar un pizarrón
al momento de escribir, no debe hablar, ya que su voz se irá hacia la pared.

Muletillas corporales: Son movimientos de manos, de zapatos, de ojos, el tocarse la cara, el pelo
o el anillo, que no aportan nada al discurso; son de repetición y distraen la atención del público.
Tics nerviosos musculares, que nos hacen prisioneros de hábitos no siempre muy presentables. Dentro
de estos tics están el comerse las uñas, rascarse la cabeza, pestañear, tocarse la cara, la oreja, la nariz,
acomodarse la corbata”

Ensayo: En toda actuación frente a un público, es necesaria una preparación adecuada, ya que no se
puede dejar nada librado al azar. La regla fundamental es ensayar, ensayar y ensayar. Ensayar a
conciencia permite llegar a dominar la actuación que se va a realizar, lo que contribuye a aumentar la
autoconfianza y a reducir la tensión típica de los días previos a la presentación. Se debe pautar el uso la
voz, los silencios, las miradas, los movimientos, las manos o los gestos de la cara, entre otros.

Lenguaje corporal

hablar en público: nuestra imagen impacta a nivel no consciente, de modo que genera en pocos
segundos: aceptación o rechazo, credibilidad o desconfianza, buena o mala predisposición, aun antes de
una
valorización de lo expresado oralmente.

Qué tenemos que hacer: siempre que puedas comienza tu presentación de pie.

Los pies deben estar separados al ancho de los hombros. Es importante estar bien alineado. El torso, el
cuello y la cabeza deben estar con igual orientación que la pelvis, las piernas y los pies en la
presentación.

La palabra en esos primeros 10 segundos no tiene ninguna importancia, de modo que tómate ese
tiempo para hacer lo que se denomina silencio inicial.

Vestimenta: adecuación a la personalidad y características individuales del orador, pero también a la


del auditorio donde te presentarás. Usa ropa en perfectas condiciones, sin manchas, botones faltantes o
a
punto de caerse, con planchado adecuado, sin bolsillos abultados con papeles.

Armoniza tonos y colores, que sean poco llamativos, especialmente las mujeres. El auditorio fija
rápidamente su atención en la minifalda, escote amplio o saco rojo más que en el contenido del
discurso.

Los hombres recuerden no usar bufandas o pulóveres en una entrevista programada bajo techo,
tampoco son aconsejables musculosas o remeras con logos, salvo que sean deportistas y tengan un
contrato

El calzado, que debe estar en buen estado de uso, lustrado y con los cordones bien atados. Trata de no
usar alhajas brillantes, muchos anillos, broches, prendedores, pulseras, aros o relojes rutilantes y
llamativos: pueden desviar la atención del auditorio.

Aprende a “leer” a tu auditorio, la retroalimentación ayuda a una más adecuada transmisión de


conocimientos.

Los ojos: Dentro de la cara, ¿qué mira primero el público? Los ojos.
Mirada abarcadora y panorámica al comenzar la conferencia.
Las pupilas, sin variación de luz, nos indican excitación y agrado cuando se dilatan y rechazo y desagrado
cuando se contraen.

Descripción de miradas: En Oratoria se recomiendan las dos primeras:

. una mirada de negocios, que abarca la frente, las cejas, los ojos y la nariz del interlocutor;

. una mirada social, en una especie de triángulo que toma las cejas, los ojos y llega hasta la boca y el
mentón (estas primeras dos son las recomendadas en la oratoria);

. la mirada íntima, que, desde la frente y los ojos, desciende hasta el pubis, y la reservamos solamente
para algunas personas y en determinadas circunstancias.

La Sonrisa: Hay 9 formas distintas de sonrisa. Las tres más comunes son:

. Simple: sin exposición de dientes (como la Mona Lisa). Se sonríe a sí misma. No participa de ninguna
actividad.
. Labio superior: se exponen los incisivos superiores solamente, sin mostrar las encías. Coincide con una
mirada a ojo, como encontrándose con un viejo amigo.
. Amplia: se exponen ambos incisivos superiores e inferiores. Es casi una risa, como si se estuviera
jugando con placer.

La sonrisa en oratoria significa amabilidad, agradecimiento al público por su presencia, aceptación y


respeto.

Sugerimos que acompañes la mirada abarcadora y panorámica con la sonrisa al comenzar todo acto
oratorio. Pero cuidado, debe ser natural, aparecer lentamente y desaparecer también lentamente.

Tampoco debemos utilizar la sonrisa espartana de labios rígidos: que indica que “nos bancamos todo” y
denota tensión, o la sonrisa torcida, donde baja una sola comisura labial.

La sonrisa es un elemento muy importante para demostrar buena predisposición y emanar buena
energía al público

Hay que evitar la sonrisa irónica, despectiva y fría que demuestra nuestra superioridad como
disertantes. Estos tipos de sonrisa bloquean la esencia de la oratoria contemporánea: La sonrisa debe
ser natural y espontánea.

Gestos: La clave inicial para interpretar los gestos es observar las manos. (Di Bartolo)

Un gesto con los dedos separados y la mano abierta es un intento de ser abarcador, se busca un
acercamiento de todo el auditorio.

. Las palmas de ambas manos hacia arriba denotan un gesto implorante: por favor.
. Las palmas enfrentadas pretenden limitar el problema.
. Las palmas hacia abajo, con suaves movimientos de subibaja, tratan de calmar los ánimos y la tensión
reinante.
. Las palmas sobre el pecho intentan persuadir al auditorio de la sinceridad del orador. Si son ambas con
dedos separados, con mayor intensidad, desconfía de la autenticidad del mensaje.
. Frotarse ambas manos entre sí significa estar en intensa expectativa, esperando algo agradable,
mientras que secarse las palmas de las manos en la ropa o con un pañuelo denota intensa ansiedad y
estrés.
. Una mano extendida con la palma hacia el frente trata de proteger al orador de una situación
conflictiva, detiene una supuesta agresión.
. Brazos cruzados son indicadores de una actitud defensiva, y más aún si las piernas también lo están.
Para ejemplificar partes de nuestro discurso y enumerarlas, se utiliza un dedo indicador que toca
separadamente, uno por uno, los dedos de la otra mano.

Los pies entrecruzados (locked) y las manos apretadas son indicadores de tensión, de estar bajo presión
o de ansiedad marcada. Si en una negociación o dando un examen te encuentras en esa posición, ten
cuidado: es delatadora.

Complementa texto de pronunciación:

Las articulaciones son los movimientos de la boca que modifican la voz. Las articulaciones producen las
letras, las sílabas y las palabras.

Defectos de la voz

Voces guturales: Son causadas por la contracción de los músculos de la garganta, lo que impide que la
voz se produzca con toda su amplitud, riqueza y diafanidad de timbre.

Voz nasal: Es cuando se contrae involuntariamente el velo del paladar, que obtura el paso de la olumna
de aire vibratorio y evita que resuenen las fosas nasales.

Voz infantil: Es la voz demasiado atipada.

Voz temblorosa o trémula: aquella cuya vibración carece de la rigidez, del vigor y, sobre todo, de la
regularidad necesaria para hacerla más agradable al oído. Es la típica voz senil.

La voz es el sonido producido en la laringe, base del habla y el canto. Se considera que hay una buena
voz cuando el tono, el timbre o la intensidad son adecuados para permitir la comunicación y son
apropiados para la edad y el sexo del individuo.

Sonidos vocálicos y sonidos consonánticos: La distinción entre vocales y consonantes se basa en criterios
fonéticos (articulatorios y acústicos) y en criterios funcionales.

- Criterios fonéticos:

. Al emitir los sonidos vocálicos, el aire no encuentra obstáculos en su salida. En los sonidos
consonánticos, existe cierre o estrechamiento de los órganos articulatorios.

. En los sonidos vocálicos, la lengua no llega a tocar ningún punto de la boca, la mandíbula inferior
desciende y la cavidad bucal presenta una mayor abertura. Los sonidos consonánticos son más cerrados
que los vocálicos.

. Mientras todas las vocales son sonoras, existen consonantes sonoras y consonantes sordas.
Comparando las consonantes sonoras y las vocales, se ha observado que en las vocales hay una mayor
tensión y mayor frecuencia vibratoria de las cuerdas vocales que en las consonantes. Esto provoca que
las vocales sean más perceptibles.
El aire de la fonación sale por la cavidad bucal (sonidos orales) o por la cavidad nasal (sonidos nasales).
En las vocales nasalizadas, el aire sale por la cavidad nasal y la bucal (sonidos oronasales).

Criterios funcionales

. Las vocales pueden formar sílabas; las consonantes, no. Puede haber sílabas con solo vocales, pero no
existen sílabas solo con consonantes: “ai-re”, “o-jo”, “buey”.

. Las vocales pueden formar palabras; las consonantes, no: e, o, u, y, ¡ay!, ha, he, ¡eh!, ¡oh!, hoy...
(tengamos presente que la grafía h no representa ningún sonido).

. El núcleo silábico es siempre una vocal.

. El acento, tanto el prosódico como el ortográfico, recae siempre sobre vocales, nunca sobre
consonantes.

La elaboración del discurso

El tema: Mensaje que se quiere comunicar

De qué hablar? Nadie puede pronunciar una conferencia sobre cualquier tema. La regla fundamental es
hablar de lo que la vida nos ha enseñado, asuntos que nos han pasado y nos interesan.

Para qué hablar? Por lo general coexisten una simultaneidad de propósitos


- Informar: dar a conocer lo más objetivamente posible una serie de datos y hechos referentes al tema
central
- Distraer: se quiere entretener, divertir. Dosis de humor e ironía, utilizar anécdotas.
- Convencer: influenciar, modificar o transformar opiniones. Es importante estar convencido uno
mismo y ser sincero, sin manipular. Argumentos, hechos, pruebas, ofrecer datos.
- Persuadir: se presenta una realidad y se asume una posición. Con lo que pretende influenciar las
actitudes que llevan a la acción. A diferencia del convencimiento, la persuasión es emocional

Cómo preparar el discurso?


¿Qué voy a comunicar? Tema o mensaje
¿A quién voy a comunicar? El destinatario, considerando su nivel educativo, religión, costumbres, etc
¿Cómo lo voy a comunicar? Medios y procedimientos: la palabra, apoyo visual
¿Para qué lo voy a comunicar? Propósito, arriba

Tareas para preparar el discurso:

- Acopio de materiales: reunir datos, información, hechos, ideas. Para que el acopio sea lo más
completo posible, conviene basarse en tres fuentes, uno mismo, documentación escrita (leer
bibliografía, tomar notas, diarios, recortes, datos estadísticos, etc y aportes de otros
- Selección de materiales
- Maduración y reflexión del tema
- Organización del discurso: hay un patrón base: introducción, cuerpo y final

- Con la introducción se espera captar el interés, situar al auditorio en tema en forma intelectual y
situarlo también emocionalmente. Se puede comenzar con una frase o una cita relacionada. Considerar
que la introducción no debe superar el 5% del total del discurso.
- Cuerpo del discurso: elaborar un esquema o boceto con las cuestiones fundamentales, respetando
una sucesión de ideas. Es el núcleo central, se dan argumentos, se demuestra o refutan ideas, se adopta
una posición. Debe tener unidad, es decir, estar relacionado con el tema central. Orden: secuencia
lógica, hilo conductor. Progresión: ir de lo más simple a lo más complejo y transición clara, es decir, que
no sea un amontonamiento de ideas. El contenido será acorde al tema y auditorio.

- Final: Es el punto estratégico del discurso, las últimas palabras quedan resonando en el auditorio.
Conviene resumir las grandes ideas, dirigirse al corazón de los oyentes e invitación a la reflexión o a la
acción.

La dicción: Designa al acto/arte de decir. Se divide en dos partes:

- La articulación: articular bien es pronunciar todas las consonantes con el fin de darles claridad y
nitidez a las palabras. Ello depende de la apertura de la boca, no hay que abrirla excesivamente, pero
tampoco mascullar entre dientes

- La vocalización: es el sonido que se da a las vocales. Cada región bucal tiene preferencia por una
vocal determinada que pone en primer lugar

Para una buena dicción, hay que hablar por donde se debe hablar: la boca, abriéndola bien, respirando
correctamente, ni con el pecho, ni con la nariz, ni con el fondo de la garganta, ni con la punta de los
labios. La relajación del cuello da más espacio vital a la laringe y permite de esa manera a las cuerdas
vocales extenderse a toda su longitud
Con respecto a la pronunciación, los acentos locales se pueden conservar siempre y cuando no haya una
articulación defectuosa.

La elocución: se aplica a la palabra // La dicción se encuentra al servicio de la elocución

Acerca de la presentación:

Discurso leído: la lectura hace que sea aburrido. Se interpone una especie de muralla invisible entre el
orador y el auditorio que impide la elocuencia (Facultad de hablar bien con fluidez, propiedad y de
manera efectiva para convencer a quien escucha.)
En algunos casos puede ser necesaria, como cuando un político debe dar datos estadísticos. En este caso
se sugiere mirar al público reiteradamente, para conectar las miradas. Leer bien, fragmentando temas,
con carga afectiva y cuidando la velocidad de lectura. En lo posible que no se vean las notas por ejemplo
atril.

Discurso de memoria: no conviene pronunciar discursos aprendidos íntegramente de memoria. Da la


impresión de artificial y expone a que el olvido arruine la presentación.

Discursos con ayuda-memoria:

 todo el texto (otorga seguridad y permite mantener el contacto visual, pero no leer sino captar la
idea y decirla con sus propias palabras),
 un esquema o boceto (elaborará un guion para que cada palabra le sugiera ideas que ya conoce y
estudió. Hechos, pensamientos de la propia vida, da libertad, seguridad y permite adaptarlo al auditorio
en extensión),
 o sólo algunas notas (no se debe confundir con la anterior ya que en este modelo sólo se anotan
palabras o frases en tarjeta ejemplo citas o frases que deben ser textuales)

Discursos sin nada escrito a la vista: es la más adecuada para mejor comunicación con el público. Es la
que mejor se adapta para hablarle a grandes masas, pero se debe saber el discurso de manera perfecta
en sus ideas centrales.

- Handicap: es una falla fija y definida en la dicción (ejemplo tartamudear) El orador debe aceptarlo
y seguir adelante con el discurso oral

Para Ander Egg lo que distingue a un buen orador es el don de la vida.

Para Ander Egg quién no debe comunicar? Nadie

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