MAESTRIA EN ADMINISTRACION DE EMPRESAS – UNIVERSIDAD DEL VALLE

Asignatura: Ciencias Humanas y Gestión Docente: Isabel Cristina Gutiérrez G.

Estudiante: Huberney Londoño Hernández Código: 201803212-7880
Promoción: 28-02 Tuluá Fecha: 07-12-2018

INFORME DE LECTURA No. 4 SESIÓN 8

Temática: ¿Cómo surge históricamente la dimensión individual y el principio de

individualización en el sujeto moderno?

Este informe de lectura se realiza a partir de los textos: la emergencia del individuo de
Duby (2001), y el individuo en la ciudad de Vernant (1990).

De acuerdo con el primer autor, en los siglos XI al XIII, la sociedad experimenta un

anhelo por encontrarse a si misma, lo individuos desean encontrar espacios para estar
solos, tener privacidad, ser autónomos, cuestión que solo es posible entender, en la
medida que se comprenda el contexto cultural en el que se encontraban, en palabras
del autor “la soledad era según la opinión común, una de los síntomas de locura”
(Duby, 2001.,p. 528 ), lo que es para nosotros en la actualidad una cuestión normal, en
esa época carente de privacidad, era vista como una situación que afectaba la
tranquilidad del grupo, de la comunidad, es por lo tanto, importante considerar que es la
cultura en sus momentos la que lleva a los individuos a perder su identidad, su
autenticidad, en pro de la comunidad, es así como la cultura determina prohibiciones en
relación con lo íntimo, lo privado, las relaciones entre los individuos, entre parejas,
generando frustración y tensión por ser una imposición.

Así mismo, la cultura se modifica en la media que es afectada por factores ambientales:
económicos, políticos, tecnológicos o sociales, que hacen modificar las conductas y
comportamientos de los individuos y grupos, tales como: a mediados del siglo XII el
sistema feudal se ve afectado por la decontracción (reducción de bienes y servicios),
permitiéndole a la sociedad: la autonomía personal, nuevas rutas de mercado, creación
de empresas, la progresiva valorización de la persona, la creación de pinturas y
esculturas, los procedimientos de regulación moral se trasladan así al interior del ser
(Duby, 2001).

De igual manera, el cambio cultural de los siglos XI al XIII respecto la liberación del
individuo, coincide con los progresos aludidos en dos sectores: las instituciones
monásticas y los sueños y juegos de la caballería (Duby, 2001), los anacoretas como
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una regla religiosa en búsqueda del perfeccionamiento humano, alejándose del mundo
carnal, privándose de la comunicación oral, proyección de una ascensión espiritual,
reduciendo el contacto a lo personal y lo espiritual, cumplen la función de liberar a los
demás hombres de las penitencias en búsqueda de la liberación del mal, dirigiendo la
plegaria pública. Esto cambia, al igual que la imagen del cuerpo, vista desde las
perspectivas de la literatura caballeresca, que cultivaba nociones culturales acerca del
hombre formado por cuerpo y alma.

A finales de esa época, la devoción de lo privado se hace mas relevante, el cuidado del
alma se volvió más individual, aparece un movimiento que promueve el cuidado del
alma de las tentadoras propuestas de satán, se busca la perfección humana individual,
se expande la devoción individual, y los pecados se conversan de manera privada con
la iglesia (Duby, 2001).

Por otra parte, en la segunda lectura, Vernant (1990), establece su punto de partida
desde los estudios de L. Dumont, acerca del individuo fuera del mundo y el individuo en
el mundo, siendo estas las bases de la teoría general de nacimiento del individuo y
desarrollo de individualismo de Dumont, luego examina como se presentan estas
situaciones en la Grecia arcaica y clásica, entre los siglos VII y IV antes de la era
cristiana, y realiza dos tipos de consideraciones: religión y sociedad griega antigua y la
noción del individuo, afirmando que la sociedad griega en contraste con la sociedad
hindú, no es de tipo jerárquica, sino igualitaria, cada individuo es ciudadano, sujeto de
derecho, agente político, persona privada, apto para ejercer todas las funciones
sociales, con sus implicaciones religiosas, el individuo juega un papel diferente, ya que
en Grecia el sacrificante se encuentra dentro de la sociedad y en la india, debe
renunciar a estar en ella.

Así mismo, da respuesta a la pregunta ¿Qué significa individuo, individualismo? Desde

las consideraciones de Foucault, esto es: importancia del individuo en relación con el
grupo al que pertenece, la valoración de la vida privada en relación con las actividades
publicas y la intensidad de las relaciones consigo mismo. De igual manera, Vernat
(1990), realiza una propuesta de clasificación que puede dar claridad al problema
respecto al individuo y el individualismo: El individuo, el sujeto y el yo, comparando
estos con los géneros literarios en su orden: biografía, autobiografía, y confesiones.
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Continuando con su análisis, respecto al individuo en Grecia, reconoce tres vías de

acceso: el individuo es valorado por su singularidad (héroes, magos) el dominio de lo
privado (distinción entre la esfera de lo privado y el dominio público), y la emergencia
del individuo en las instituciones sociales (religión y derecho) Vernant (1990).
Respecto del sujeto, Vernant (1990) expresa: “el empleo de la primera persona en un
texto puede tener sentido muy diferente según la naturaleza del documento y la forma
del enunciado […] el discurso en el que el sujeto se expresa diciendo yo, no
constituye, por tanto, una categoría bien delimitada y de alcance unívoco […] el
discurso responde a una poesía […] formulado en la lengua del mensaje poético,
aquello que cada uno experimenta individualmente como emisión en su fuero interior
toma cuerpo y adquiere una suerte de realidad objetiva” (p 23). y con respecto al yo,
considera que no está delimitado ni unificado. El individuo se busca y se encuentra en
el otro, en el alter ego; se proyecta y se objetiva en aquello que desarrolla
efectivamente. La conciencia sobre si mismo no es reflexiva, si no existencial (Vernant,
1990). Teniendo una conciencia de sí en la medida que reconoce al otro, no porque se
reconozca a sí mismo. Para esta última, realiza una distinción entre la psiché y el yo, y
expresa. “la psique es en cada uno de nosotros una entidad impersonal o supra
personal. Es el alma en mí, más bien que mi alma” (Vernant, 1990.,p.26), esta se
construye a través de la realidad misma y las experiencias vividas por el sujeto.

De igual manera, el autor considera debe existir una consistencia del yo interior, así:
“Decisivo para dar al yo interioridad, consistencia y complejidad son las conductas que
van a poner al alma Daimón, alma divina, inmortal, supra personal, con las otras partes
del alma ligadas al cuerpo, a las necesidades, a los placeres: el thymos y el Epithymia”
(Vernant, 1990., p.27), y menciona que es través de la observación de mismo y el
ejemplo del otro, que debe dominarse a si mismo, lo que lo hace un hombre libre, cuyo
ideal en la sociedad es no ser esclavo de nadie, de otro, o de sí mismo.

Por último, como un intento por reflejar lo comprendido en los textos, en la comprensión
de las dinaminas de una organización, en este caso: Hospital Santander de Caicedonia
Valle del Cauca, empresa de servicios hospitalarios, donde laboré por más de tres
años como líder del proceso de talento humano. Cabe mencionar que no es un análisis
en profundidad, por la densidad de los conceptos expuestos en ellos, solo se realiza
una aproximación a los conceptos de individuo, el sujeto y el yo, en la organización, así
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como las imposiciones culturales respecto a la privacidad y autonomía personal.

Respecto al individuo es dependiente de su rol, como directivo líder, líder informal,
empleado u empleado líder, así como de su forma de contratación, que delimita en
subgrupos los trabajadores de la organización, respecto de ello, es definido y valorado,
esta tanto, que los trabajadores de la planta de cargos de la organización son vistos
como individuos superiores de aquellos cuya contratación es a través de cooperativas
de trabajo asociado, u otros formas de contratación, sin importar que realicen las
mismas funciones u ocupen el mismo cargo. No se podría considerar que fuera una
cuestión de tipo cultural, la valoración de individuo respecto de su tipo de contrato, sin
embargo, se replica y se considera como una situación normal en la organización. Así
mismo, el sujeto reconoce que hace parte de un subgrupo delimitado por un tipo de
contratación, reconoce la existencia de otros subgrupos. Con respecto al Yo, desde
una dimensión social no dada por el poder, sino por el reconocimiento del otro, no
como el reconocimiento de si mismo, de su autocontrol y autodominio, sino como
perteneciente a un grupo o subgrupo, es posible reconocer y desde una apreciación
muy personal, como el individuo es afectado en su psique por la situación de
discriminación dada por el tipo de contratación y los comportamientos del individuo en
cada subgrupo. Por otra parte, se encuentra la privacidad y la autonomía personal, la
primera no es clara en la medida que en la organización se traspasan sus límites, por
ejemplo, el uso de redes sociales, y en cuento a la autonomía personal en la
organización es posible en la medida que se puedan tomar decisiones, las cuales están
ligadas al rol que desempeñe.

BIBLIOGRAFÍA

Duby, G. (2001). La emergencia del individuo. En E. P. Peter Brown (coord.), Historia

de la vida privada Madrid: Grupo Santillana de Ediciones, S.A., Pág. 527-551.

Vernant, J., P. (1990). El individuo en la ciudad. Universidad Autónoma de Madrid,

Cuaderno Gris. Época I, 6 (1990): 13-29. Traducido por Fajardo Heras, J.