Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Creo que la respuesta está en el comienzo de Génesis. Leemos cómo Dios creó un paraíso
perfecto, y cómo Satanás fue capaz de engañar a Adán y Eva. Con la caída en el pecado,
la tierra ya no fue perfecta, y por causa del pecado las personas ya no fueron capaces de
ser intachables. Satanás había recibido poder sobre la humanidad.
Como ya no podían servir a Dios por completo, Él les dio la ley – los mandamientos que
les ayudarían a vivir una buena vida en lo exterior. Pero año tras año tenían que hacer
sacrificios a Dios para expiar sus pecados, porque no eran capaces de vencer el pecado
que moraba en el interior – en su naturaleza humana. El pecado creó una división entre
Dios y el hombre, y como la paga del pecado es la muerte, y Satanás, que tenía el imperio
de la muerte, tenía a los pecadores en sus garras.
Jesús nunca pecó – y Satanás perdió su poder
Junto a su Padre Jesús miró desde los cielos y vio a la humanidad padeciendo por el
pecado. Jesús también anhelaba compartir lo que tenía en el cielo con la creación que
había sido creada en la imagen de Dios. Pero ¿cómo podía llegar al otro lado de ese abismo
que separaba la tierra del cielo?
Había una sola respuesta. Alguien tenía que venir a la tierra y vencer a Satanás. Alguien
tenía que vivir toda su vida sin pecado, para hacer un camino a través de la carne humana
de un lado hacia el otro. Jesús se ofreció como voluntario.
Él tomó la forma de un ser humano, incluyendo una naturaleza con inclinaciones
pecaminosas, ¡y en el poder del Espíritu Santo vivió una vida completamente en victoria!
Cuando murió en la cruz Satanás perdió su poder sobre la humanidad, ¡porque Jesús
nunca pecó!
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Hebreos 4:15. Esto significa que resistió cada tentación en su carne, y al tomar su cruz
cada día pudo vencerlo todo, y preparó un camino a través de la carne humana. ¡Y por lo
tanto creó las pisadas que podemos seguir para ir en el mismo camino!
Cuando Jesús estaba en la cruz y murió, Satanás pensó que finalmente había burlado a
Dios. ¡Pero estaba completamente equivocado! Cuando Jesús se apareció en la puerta de
entrada del reino de los muertos, Satanás no tuvo absolutamente nada con qué acusar a
Jesús, porque había vivido una vida perfecta. De este modo Jesús mismo se convirtió en
el nuevo dueño de las llaves del reino de la muerte. Jesús finalmente había creado un
puente sobre la división entre Dios y el hombre.
Vida eterna al que venciere
Cuando pienso en la segunda parte de Juan 3:6, donde dice: “… para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”, contiene una enorme esperanza para mí.
Creo que Jesús vino, y que preparó un camino que también puedo seguir. Un camino que
conduce directamente a través de mi carne y esa división que hay entre Dios y yo. Esto
significa que por causa del sacrificio de Jesús ya no necesito ser más un esclavo del
pecado, y si tomo mi cruz cada día como Jesús lo hizo, entonces Satanás ya no tiene el
control sobre mí.
Con la ayuda de Dios puedo recibir el poder para vencer el pecado que está en mi carne,
y cuando resisto a Satanás y hago morir el pecado, algo divino y celestial puede llegar en
mi vida diaria. Si hago esto, voy por el mismo camino que Jesús anduvo – un camino que
conduce directamente al reino de los cielos. ¡Donde compartiré la eternidad con Él!