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LA POLITICIDAD DEL CONCEPTO DE MUNDO Y SUS ALCANCES EN EL

PENSAMIENTO DE CARL SCHMITT Y JAKOB VON UEXKULL


Juan Carlos Vergara – UMCE

1) PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

El jurista y pensador alemán Carl Schmitt (1888-1985) es considerado como una de las
figuras emblemáticas del pensamiento filosófico-político del siglo XX. La relevancia
dada en su obra a la factualidad –al carácter concreto del hecho, aquello que no se
subsume a la generalidad– le llevará a prestar atención a conceptos como decisión,
excepción y distinción, que permiten actuar en un mundo cuyo carácter factual no es
mecánico, y que por tanto se halla abierto. Es más, cuya intervención inanticipable,
existencialmente subjetiva, es conforme a su propia factualidad. Carl Schmitt discierne el
carácter anárquico en la génesis de lo jurídico, en tanto el facto o hecho corresponde a la
exterioridad del derecho, al tiempo que sólo su posibilidad concreta –la de la excepción,
lo irreductible y lo eventual– funda el derecho, siendo por tanto su determinación interna
su propia exterioridad.
Por su parte el filósofo y biólogo Jakob von Uexküll (1864-1944) sostendrá que
todo sujeto es sujeto viviente, y –conservando el legado kantiano– que lo que lo sustrae
de la objetualidad es la libertad de su producción subjetiva. De allí que su comprensión
del fenómeno animal, en tanto viviente, lo sitúe en primer término como sujeto, es decir:
capaz de actuar, si bien “conforme a plan”, a partir de una decisión que no se explica por
la determinación causa-efecto, sino por la de la significación. El viviente, en el parecer
de Uexküll, es siempre viviente en un mundo que le es propio, su mundo circundante
(umwelt), con el que guarda una relación insuprimible que llama círculo funcional
(funktionkreis). En el círculo funcional interactúan mundo perceptual (merkwelt) y
mundo efectual (wirkwelt). Es decir, su mundo posible, limitado por la capacidad
perceptual del sujeto, y su campo de acción, donde su agencia efectiva no se limita a un
efecto definido mecánicamente de ante mano. Para el viviente, su mundo es siempre un
mundo de significaciones y ya no de objetos puramente exteriores. Lo que se da a su
percepción son índices, signos, estímulos, pero la acción suscitada por ellos surge de un
acto de libertad, de un sujeto y una decisión. Este ensamble entre mundo perceptual y
mundo efectual daría lugar a una producción simbólica de mundo, que se cierra sobre sí
en el “círculo funcional”. Y cada uno de los círculos funcionales y su viviente, se imbrican
en un entramado total correspondiente a lo que la fenomenología husserliana llamara
mundo de la vida (lebenswelt).
Al considerar, esquemáticamente, los planteamientos de Carl Schmitt y Jakob von
Uexküll, nos parece reconocer en ambos la relación entre factualidad del mundo, en tanto
unidad de significaciones, y la indeterminación vital que impide concebir a ese mundo
mecánicamente, dando lugar a la decisión, cuya posibilidad presupone la comprensión
del mundo circundante y la distinción entre los significados (subjetivos) de esa
factualidad.
Para Uexküll, el mundo circundante es un horizonte limitado, que incluye la
noción de frontera, permitiendo su territorialización. La transgresión posible de esa
frontera y su territorialidad construida a partir de la producción simbólica del círculo
funcional, incluye el reconocimiento de la hostilidad efectiva hacia aquello que pone en
riesgo la propia vida; lo que se asemeja a la distinción amigo/enemigo presente en Carl
Schmitt.
Sin embargo, el vínculo entre ambos pensadores no se agota en la relación del
límite y la distinción, propia de la hostilidad. Carl Schmitt sostendrá más tarde que la
determinación político-existencial del ser humano se encuentra en su carácter telúrico,
siendo su territorialidad fundante lo que despliega su mundo circundante (umwelt) de lo
humano, en tanto viviente animal. Por lo que sería posible plantearse, a la luz de la obra
de Jakob von Uexküll, el problema de las implicancias políticas misma de lo animal en
el hombre, incluyendo así junto con la antropología filosófica (y la ética) subyacente a
lo político, el campo mismo de la etología.

2) DISCUSIÓN BIBLIOGRÁFICA

En su obra El concepto de lo político (1927), Carl Schmitt sostiene, en su capítulo 7, que


todo pensamiento político trae consigo un “aditamento antropológico”, a lo que ya hacía
referencia en su Teología política (1922). Esto quiere decir que los conceptos
fundamentales acerca del modo y significado del ser político del hombre están en estrecha
relación con la concepción que se tenga de su naturaleza, lo cual incluye, a su vez, la
particularidad de su condición viviente como animal.
De allí que desde Aristóteles en adelante, tanto el vínculo humano con el logos
como con lo político, esté transitado por el zoon del animal. Así, en la formulación zoon
logon y zoon politikón, se reconoce al ser humano como animal, al mismo tiempo que se
le distancia o diferencia de éste. Se puede decir entonces –complementando y
problematizando la afirmación schmittiana– que al subyacente aditamento antropológico
de lo político se ensambla también una determinada comprensión del fenómeno animal,
o etología, que podría desestabilizar sus propias distinciones entre el humano y su zoon.
Problema que ha sido recogido por relevantes figuras de la filosofía contemporánea como
Jacques Derrida, en La bestia y el soberano (2001-2002) o Gilles Deleuze y su “devenir
animal” (Mil mesetas,1980), entre otros.
Schmitt sostendrá en su Catolicismo romano y forma política (1923) una
distinción entre los pueblos católicos, telúricos, y los protestantes, marítimos. Inquietud
esta que seguirá recorriendo su obra, hasta llegar a Tierra y Mar (1942) y El nomos de la
tierra (1950), donde asume ya un carácter determinante: el hombre es un animal terrestre,
y esta determinación es la que da lugar al modo particular de significar (dar sentido) a su
mundo circundante. Observación que el jurista volverá a explorar en su Teoría del
partisano (1966), a propósito del arraigo y la hostilidad que compromete la
determinación existencial territorial de lo humano. Pero ¿qué ocurre si esta
determinación existencial que le hace político, y por ello propiamente humano, fuera, en
realidad, cuestión del animal?
A partir de la introducción del concepto de “mundo circundante” (umwelt) (1909),
Jakob von Uexküll comienza a desplegar progresivamente en su opus una batería
conceptual que incluirá nociones como “círculo funcional”, “conformidad a plan”,
“territorio”, “impulso”, “tendencia a un fin”, etc, constituyendo así un completo sistema,
como indica Juan Manuel Heredia en ambos prólogos a las ediciones castellanas de sus
obras en Editorial Cactus (Cartas biológicas a una dama (2014) y Andanzas por los
mundos circundantes de los animales y los hombres (2016), respectivamente). En el
capítulo 9 y 10 de sus Andanzas por los mundos circundantes..., el biólogo estonio-
alemán abordará la cuestión del “territorio” y de la “amistad” entre los animales, y el
papel que juegan en la noción de mundo circundante, y escribe: “Cualquier extensión de
tierra, si se le incorporan los territorios, puede asemejarse a un mapa político de cada
especie animal, donde toda transgresión de fronteras no se concibe sin un ataque y una
defensa” (Andanzas por los mundos circundantes…, p. 118). Tan sólo en este pequeño
fragmento es ya posible identificar asuntos presentes de forma sobresaliente en el
pensamiento schmittiano, como la idea de frontera, es decir de coto, límite, y distinción.
Todo enemigo lo es, como declara en El concepto de lo político, por poner en peligro la
existencia concreta de la unidad política. Este poner en peligro, su amenaza real, se
relaciona con la transgresión de los límites del territorio, y reconocer pues a aquel que
podría transgredirlos, volviéndose así objeto de la hostilidad o enemistad, es la distinción
propia de lo político; como, a su vez, toda frontera y su transgresión, contempla un afuera
que no es considerado, y que siempre introduce, potencialmente, la intervención de un
hecho o agente excepcional, no sujeto a comportamiento normativo, y que por tanto exige
la decisión.
En otro lugar, von Uexküll sostiene: “el territorio es un problema que concierne
puramente al mundo circundante, ya que constituye un producto exclusivamente
subjetivo. Su presencia jamás podría colegirse ni del más minucioso conocimiento del
entorno” (Andanzas por los mundos circundantes…, p. 116). Planteamiento en estrecha
conexión con las tres fases que, de acuerdo a Carl Schmitt, conforman el nomos de la
tierra: la apropiación, la partición y el apacentamiento (Apropiación, Partición,
Apacentamiento, 1953). El territorio es una ficción, una cierta institución, cuya
producción corresponde a una actividad subjetiva, relativa al ámbito de la significación.
Los ejemplos podrían extenderse largamente, pero el asunto central es la
correspondencia entre el modo de comprender la vida animal, por parte de Jakob von
Uexküll, y el modo de comprender la existencia de la “unidad política” (pueblo, nación,
Estado, etc) por parte de Schmitt; siendo el punto de encuentro la concepción organicista
del mundo. O dicho de otro modo, que tanto el objeto de estudio de uno (el animal), como
del otro (lo político) se desenvuelven en el mundo de la vida (lebenswelt), y que, por ello,
los conceptos para su comprensión deben ser afines al modo de desenvolverse de lo
viviente.
Mientras que su punto de divergencia es la antropología schmittiana, que distingue
lo humano por la determinación política de su ser, allí donde cuestiones fundamentales
de lo político (como territorio, decisión, distinción, hostilidad, amistad, naturaleza, etc),
en el caso de Uexküll, no son monopolio de lo humano, sino determinaciones del sujeto
en tanto viviente animal.
3) HIPÓTESIS

Nuestra investigación se sostiene sobre la hipótesis de que uno de los puntos relevantes
que pone en contacto a Carl Schmitt y Jakob von Uexküll es su concepto de mundo (welt),
en el que ambos se distancian tanto del liberalismo político como del darwinismo
científico dominante en el primer tercio del siglo XX europeo. Frente a una concepción
evolutiva, desarrollada sobre la competencia entre las partes, así como sobre el
mecanicismo causalista propio de la física newtoniana, ambos se inclinan por una
concepción organicista del mundo, o, si se quisiera precisar, una visión viva del mundo,
de allí que los conceptos claves para ambos autores parezcan guardar un poco explorado
diálogo, que, sin embargo, no se puede reducir tampoco a puro consenso. Pues, la
comprensión del sujeto como viviente por parte de Uexküll hace que las determinaciones
existenciales del humano no deriven tanto de aquella razón que le sería propiedad, como
de su condición biológica, que, como en el resto de los vivientes, se halla en “conformidad
a plan” (planmäβigkeit) natural; y donde, por conclusión, es la naturaleza la que se está
produciendo incesantemente en conformidad a la razón. Sin embargo, pese a que lo
político se quiera la distinción máxima de lo humano, no es casual que todos sus grandes
mitos sean en torno a los animales (Maquiavelo, Descartes, Hobbes, Kant, Nietzsche).

4) PROPUESTA METEDOLÓGICA

Proponemos, primeramente, una hermenéutica detenida de la obra de Jakob von Uexküll


a nuestra disposición, consistente en: Ideas para una concepción biológica del mundo,
Teoría biológica, Cartas biológicas a una dama y Andanzas por los mundos circundantes
de los humanos y los hombres, para, desde ella, establecer:
a) los vínculos existentes con la producción intelectual de su tiempo (no es misterio,
por ejemplo, que Heidegger, con ocasión de su curso Conceptos fundamentales
de la metafísica de 1929-1930, se refiriera a Uexküll y el aporte de su concepto
de mundo circundante). En este plano, se debe poner particular atención al
contexto histórico alemán dentro de lo que Ernst Nolte llama la Guerra Civil
Europea, es decir entre 1914 y 1945. No se debe dejar de tener presente que, de
acuerdo a Armin Mohller, Jakob von Uexküll se sitúa al interior de esa escena
político-cultural llamada Revolución Conservadora alemana, y en la que es
posible reconocer al propio Heidegger, Schmitt, Spengler, Junger, etc.
b) Las distintas recepciones que ha tenido su obra en la posteridad, como podrían ser
las de Konrad Lorenz, Sloterdijk, Agamben, Deleuze, y, de modo más general en
torno a la cuestión del animal, Jacques Derrida.

En segunda instancia revisaremos el opus schmittiano, lo cual no nos tomará el mismo


tiempo y trabajo, siendo, como es, un autor conocido y ya trabajado por nosotros. Luego
daremos paso a la confrontación de los conceptos claves por los que estos autores se
aproximan y se distancian, para precisar en qué consiste esta convergencia y divergencia,
qué tesis y autores comparten, y cuándo se alejan.
Finalmente, a partir de la lectura de Uexküll esperamos contribuir a una nueva
aproximación de la obra de Schmitt, introduciendo problemas y conceptos que permiten
pensar lo político más allá de la teleología antropocéntrica y el dispositivo de la persona,
dando cabida a inquietudes contemporáneas por la ecología, la comunidad no especista,
la violencia soberana como fuerza animal, y el papel de las emociones y pasiones,
atribuidas a los apetitos animales por la antropología filosófica.

5) PLAN DE TRABAJO DOCTORAL

Nuestro plan de trabajo doctoral se consiste en;


1) La consideración de los seminarios impartidos en el postgrado que guarden
relación tanto con la obra de los autores centrales, Schmitt y Uexküll; como de los
autores colaterales vinculados a los problemas teóricos fundamentales presentes
en nuestra investigación.
2) La inserción y/o colaboración nuestra en el Grupo de Estudios Schmittianos
(GES) del Instituto de Filosofía de la Universidad Diego Portales.
3) La simultánea revisión, durante los dos primeros años, del opus uexkülliano y
schmittiano, supervisado por el profesor guía (Eduardo Sabrosky, Hugo Herrera
o Carlos Casanova como posibilidades).
4) La participación permanente en seminarios, coloquios e investigaciones
(CONICYT) organizados por el Instituto de Filosofía y otras instituciones
nacionales e internacionales asociadas a nuestro campo de estudio.
5) La redacción del trabajo doctoral durante los dos años finales del Doctorado,
considerando la estadía de intercambio en el extranjero.
6) La postulación inmediata al CONICYT para Doctorado Nacional del año 2021.

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