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INDICE:
A. Guión p. 3
B. Argumento Desarrollado p. 56
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Guión
Secuencia 1: Inauguración.
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Título:
ROBAR A RODIN
Secuencia 2: Desaparición.
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explica que aquella mañana de Junio del 2005, en las salas del
segundo y primer piso todo estaba en orden pese al masivo evento
realizado la noche anterior: la inauguración de la exposición La
Tentación de San Antonio.
Secuencia 3: Llamadas.
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lentamente el lugar, Ramón Castillo ordena sus cosas. Sobre las
acciones anteriores se escucha a Ramón Castillo en VO contando que
para el 2005 trabajaba en el Museo Nacional de Bellas Artes como
asistente del director Milan Ivelic.
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ellos me llaman y me avisan, yo era el curador, el responsable, me
dicen -Alejandro, falta El Torso de Adèle -, entonces tuve que
armarme de valor y empezar a llamar a todo el mundo para dar la
pésima noticia, incluyendo a Francia”.
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exposición en Santiago debía continuar, a pesar de que el Museo
Nacional de Bellas Artes quería suspender la exposición.
Secuencia 4: Detectives.
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Valdivia que en VO explica el elaborado sistema de seguridad que
poseía la muestra de Rodin.
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Corte a Andrés Baytelman en su oficina personal, ésta es ordenada
y carece de cualquier decoración. En este lugar el ex fiscal
recuerda que cuándo llegó al Museo de Bellas Artes en su moto, al
mediodía del 17 de junio del 2005, andaba con su mochila y un
chaquetón informal, motivo por el que nadie lo reconoció como un
fiscal, ni siquiera los detectives de la PDI quienes ya estaban
trabajando en el lugar haciendo peritajes.
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pasar las horas y los peritajes no traían ningún resultado.
Imágenes panorámicas desde su oficina.
Secuencia 5: Prensa.
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que el dinero recaudado por la venta de las fotos será donado a la
fundación “Make a wish” que cumple deseos de diferentes niños en
graves estados de salud. Garay tiene una grabadora en la mano y
parece no prestar atención a las palabras del español. La
conferencia termina y Garay se queda mirando las fotografías de
Banderas. Sobre las imágenes anteriores escuchamos a Garay en VO
comentando que para el 2005 trabajaba como periodista en el
popular diario La Cuarta, y que le fue asignado el caso Rodin:
“estábamos en reunión de pauta en la mañana, y la noticia estaba
en los todos los canales, en las radios, lo cubría tribunales, lo
cubría crónica, policial. Ahí supimos lo del robo”.
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el extranjero. Sus esculturas a gran escala pueden reconocerse en
varias ciudades de Chile, Canadá e Inglaterra. Además, Gazitúa es
un confeso admirador de Rodin.
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Santiago, habría sido destruida en unos disturbios relacionados con
la Guerra Civil de 1891, siendo reducida a pedazos por los golpes
de picos y palas que le habría propinado una turba de personas.
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época, no haber hecho ese caballo increíble, es un crimen
cultural.”
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a Lima, se produjeron saqueos, se produjeron las brutalidades más
grandes, incendios, y él era el General a cargo, el gran
carnicero. Yo lo saco, la palabra chilena, lo saco cagando de
arriba del caballo”.
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niveles, los vigilantes, el curador, la secretaria, no sé,
cualquier persona que tuvo un grado más, un grado menos de
responsabilidad, la preocupación era porqué sucedió, en qué
fallaron.”
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periodistas, y me preguntaban -y qué nos puede decir usted- y qué
quieren que les diga. Son situaciones absolutamente fuera de toda
planificación. En definitiva, el museo fue vulnerado”. Luego
recoge una pequeña maleta café y camina hacia la salida.
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un texto impreso que sostiene en sus manos; es su propio
testimonio dado el viernes 17 de junio del 2005 a Carabineros de
Chile. El texto dice: “El día de hoy a las 9:30 horas
aproximadamente, me encontraba recorriendo el Parque Forestal de
Santiago, tomando fotografías específicamente; momentos en los
cuales me percaté que en un bandejón habían unos nylons, y en
medio de éstos, había una escultura, la que tomé y envolví con mi
polerón y la guardé en mi bolso, trasladándome a mi domicilio, y
una vez en éste la revisé y pude verificar que era una escultura
con forma de mujer de color negro. Posteriormente, a las 17:45
horas aproximadamente, al encontrarme viendo televisión, pude ver
la noticia de que habían robado una escultura en el Museo Bellas
Artes, ante lo cual me sorprendí y concurrí a las 50 Comisaría de
Carabineros de San Joaquín, haciendo entrega de esta especie”.
Tras la lectura, Luis Onfray se queda en silencio.
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Escuchamos el primer programa de radio que anunció la reaparición
de El Torso de Adèle.
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de palabras con una encargada de la limpieza y sigue de largo por
otro pasillo. Se escucha una pareja teniendo relaciones sexuales,
Nilo sigue caminando como si nada. Sobre la acción anterior, Nilo
comenta en VO sobre su obra: “cuando yo quería estar solo, me
sentaba en un patio que tenía en la casa, cuando era pendejo, era
una silla, una silla de playa, y era un pastizal árido, y al sol,
y me sentaba ahí, bajo el sol, sudaba y me sentaba a leer, y
miraba el paisaje, para allá, para acá, entonces ese objeto era
parte de ese espacio, entonces como que lo conecté”.
Nilo sigue caminando por los pasillos del Motel, abre una puerta
hacia el exterior, se apoya en el umbral mientras mira el
horizonte. En VO escuchamos que Nilo comenta: “La escultura no se
puso adentro del museo porque el piso del hall no soporta una
tonelada concentrada, se iba para abajo, entonces yo quedo afuera,
fantástico, mejor, cumple una mejor función afuera que adentro,
porque nadie entra al museo, o el que entra es el público mínimo,
yo creo que eso era importante también. Después apareció, había un
tipo que se llamaba Pepe Guixé, que andaba buscando por Santiago
todos los problemas, que el poste que estaba a punto de caerse,
que el hoyo en la calle tanto, que faltaban las rejillas de
desagüe en la vereda, qué se yo, y de repente pasó por el frente
del museo y dijo, esta cuestión es un mamarracho, y empezó a
despotricar, y ahí se levantó este cuento.
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fría, la pura estructura de la silla de playa, el que no tuviese
lona, significaba la ausencia del personaje, del que estábamos
hablando, Allende”.
Sobre esta imagen, Nilo nos relata que “también pasaron cosas
hermosas. Un día llegué a mirar la obra y me encuentro que estaba
llena de ceras de vela, y habían unas viejitas que iban a rezar
huevón, y por ahí en un diario sale una foto de una viejita
arrodillada con las velas encendidas, en la noche. Entonces,
¿estará pensando en Allende?, pensaba yo, ¿o estará pensando en
que siente la necesidad de algo cercano, algo que la represente,
algo en qué creer huevón”.
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contrario a lo que se había supuesto, con el robo de su obra operó
todo menos una intención de crítica cultural o acción artística
planificada.
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silla en el río Mapocho, bajo el puente Lo Saldes, dejando la nota
firmada por el “Comando Vengadores del Arte”.
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supuesto encuentro casual lo llenaba de sospechas; un robo
perfecto abandonado en un parque no tenía ningún sentido.
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Como nos cuentan Valdivia y Baytelman, todavía sentados en la
pequeña sala, a medida que se desarrollaba el interrogatorio,
ambos empezaron a teorizar que Onfray había colaborado con un
grupo de delincuentes profesionales, pero que finalmente el
estudiante se había arrepentido del crimen, devolviendo la pieza
contra la voluntad del resto del grupo delictivo.
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Ivelic, el director recién llegado del aeropuerto, y con Ramón
Castillo, el asistente de Ivelic.
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reiterada tentación de la que fue víctima este personaje por el
diablo, mientras vivía solo como ermita en medio del desierto.
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del museo y se dirigió al ascensor. Como relata Onfray, “En todo
caso andaba buscando el baño y bajé, me equivoqué”. La manera de
hablar de Luis tiende a entrecortarse y a tartamudear. Repite la
muletilla “en todo caso” sistemáticamente.
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El periodista MARCELO GARAY, en una caminata nocturna por el
Parque Forestal, cuenta que según la nueva versión de Onfray, tras
salir del museo con la millonaria escultura en la mochila, caminó
por el Parque Forestal solo.
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cualquier cosa y ríen. Mientras vemos las imágenes anteriores,
Boris explica en voice-over que tomó la escultura robada con las
manos, la levantó en el aire y le dio un beso emocionado.
ADRIAN LOPEZ (26), quien para el año 2005 iba un año más abajo que
Onfray en la Escuela de Arte de la Universidad ARCIS, sentado en
su desordenado taller de pintura, nos cuenta una versión muy
diferente sobre lo sucedido tras el robo.
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Secuencia 16: Noche tras el robo – Versión de mamá de Luis -.
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de la ciudad que empieza a activarse. El sol desde una pequeña
ventana con barrotes del Cuartel Independencia.
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emitir palabra alguna. Tras subir una escalera, Onfray junto a los
dos policías, entran a la “Sala Nº1” del juzgado.
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el abogado LUIS MASFERRER hablando a la jueza. Estos últimos
dibujos son complementados con el audio original grabado aquel día
en el Séptimo Juzgado. En los registros se escucha que Masferrer
solicita iniciar la sesión con una declaración abierta sobre la
acción de su representado. Masferrer anuncia entonces al
micrófono: “La extracción realizada por mi representado de la
escultura llamada El Torso de Adèle, del escultor francés Auguste
Rodin, del Museo Nacional de Bellas Artes, consistió en realidad
en un proyecto artístico sobre la vulnerabilidad, en que se quiere
dejar presente la dualidad entre lo ausente y lo presente, y su
forma de manifestarlo era: ¿Estará presente y estará ausente, al
mismo tiempo, una obra de arte no estándolo? Acá nunca hubo un
afán criminal, solo una acción artística que esperaba dejar un
mensaje para reflexionar”.
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Corte al ex fiscal ANDRÉS BAYTELMAN, en la sala de reuniones de la
auditoria donde trabaja en “Sanhattan”, donde comenta que no sabía
nada de arte contemporáneo, pero que entendía perfectamente lo que
decía Castillo. El lucro aparecía en la fama como autor que pudo
haber ganado Onfray, no en el dinero. Entonces, sí había fin de
lucro: lucro de imagen. Por lo tanto se estaba hablando de un
crimen que debía ser penalizado.
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El periodista MARCELO GARAY, sentado en la terraza de su
departamento con vista a Santiago Centro, cuenta que el anuncio de
Masferrer dio un giro completamente inesperado en el caso Rodin,
convirtiendo la historia en una situación bizarra e hilarante que
la prensa se dedicó a propagar como la noticia del momento.
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El abogado Luis Masferrer, en la sala de reuniones del Cuartel
Independencia, explica que la posición de la defensa se volvió
cada vez más complicada y asediada ante el tajante rechazo del
ARCIS. Además, se fueron sumando más querellantes en el proceso.
Masferrer pone sobre la mesa todas las querellas que surgieron
contra Luis Onfray, indicando una por una: 1- Querella del Museo
de Bellas Artes, 2- Querella del curador Alejandro Molina y
CONARTE, 3- Querella de la DIBAM y 4- Querella del Consejo de
Defensa del estado.
Otro video de prensa de junio del 2005 muestra a Milan Ivelic que
en un tono más afectado que el archivo anterior expresa: “Lo que
pasa es que en este caso hay un daño irreparable y eso es lo más
serio, porque a nosotros nos complica, en el sentido que hemos
logrado mantener un prestigio internacional y ahora vamos a tener
que hacer un esfuerzo muy grande por recuperar esa confianza”.
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caía en un problema importante que hacía difícil su defensa: la
supuesta acción de arte no tuvo ningún desarrollo posterior,
ningún texto público que lo profundizara ni ninguna instancia
explicativa de cualquier tipo. La obra se quedaba sin bases ante
su mala presentación: “más que una “acción de arte”, se transformó
simplemente en una “acción torpe””. Para Ossa, Onfray quedó chico
ante la dimensión de su obra y después no supo qué hacer con ella.
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Crescente, hoy arquitecto, en su oficina explica que él con otros
cinco compañeros hicieron los planos y luego participaron en el
montaje, pero que él no estaba en la cabeza de la proyección. Por
lo tanto, la responsabilidad por el tema de las puertas debería
recaer en los dos alumnos que lideraron el proyecto: Tomás García
de la Huerta y Nicolás Pinedo.
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ALFONSO GALAZ, el único guardia despedido del museo por el robo,
está sentado en la caseta de seguridad de la fábrica donde
trabaja, lugar donde cuenta que toda la responsabilidad del robo
la dirigieron hacia él por el no funcionamiento de las alarmas, lo
que era falso e injusto. Tales acusaciones fueron simplemente para
desviar la atención de los problemas administrativos de la
dirección: no se destinaban suficientes personas ni recursos a la
seguridad del museo. Galaz agrega “quisieron cortar el hilo por lo
más delgado, y yo, y todos mis compañeros lo sabíamos”.
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su casa en taxi con la escultura de Rodin, alrededor de la
medianoche, “me fui a mi pieza, absolutamente tranquilo”.
Luis abre la caja y desde ahí saca diferentes diarios del 2005.
Mientras mira los periódicos, Onfray comenta que su idea era tener
la obra por dos semanas y recopilar toda la información noticiosa
respecto a la desaparición, mientras iba escribiendo en una
bitácora todo lo que sucedía.
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Secuencia 22: Adèle en San Miguel.
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LUIS ONFRAY, en su pieza, relata que nunca le contó nada a su
familia sobre la escultura, porque no los quería involucrar en el
caso. Según Luis, es mejor dejar a la familia fuera de estas cosas
tan intensas.
Un viejo auto rojo se aleja por los barrios de San Miguel. Sobre
las imágenes anteriores, Ana María cuenta en voice-over que en la
tarde del viernes, Luis Emilio tomó prestado el auto de uno de sus
tíos con los que vive y se alejó rumbo a la 50º comisaría.
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en realidad todavía no entiende a qué se refería el supuesto
proyecto. El ex fiscal se pregunta a sí mismo si no entiende el
texto porque no sabe nada de arte contemporáneo, o porque
simplemente está mal escrito, o porque, en el fondo, no tiene
ningún sentido en absoluto.
Una foto muestra a Luis Onfray, Ana María Fabres y Luis Masferrer
abandonando el Séptimo Juzgado de Garantía el sábado 18 de junio
del 2005, los tres se muestran muy serios ante las cámaras. Sobre
la foto anterior, LUIS MASFERRER comenta que lo del robo como
proyecto artístico a él también lo sorprendió muchísimo al
principio, pero que después se dio cuenta de que ese discurso
defendido por Luis Onfray era un buen camino para la defensa.
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LUIS ONFRAY, en su desordenada pieza, intenta explicar su proyecto
artístico detrás de la extracción de El Torso de Adèle. Le cuesta
hilar las ideas, tartamudea y entre sus propias interrupciones
logra decir que “tenía claro que era un delito, pero mi proyecto
era mucho más fuerte y no tenía más opción que cometer no más el
delito. Yo podía hacerlo y nadie podía decirme que no”.
HUGUES HERPIN, desde una de las salas del Museo Rodin, cuenta que
efectivamente la escultura se encontraba en un estado aceptable,
por lo que aprobaron que Adèle volviera a la muestra después de
casi un mes fuera.
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Secuencia 25: Resolución judicial.
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guardias y prensa, todos escuchando expectantes a Luis Emilio
Onfray Fabres, quien se ha dibujado a sí mismo relajado y con
lentes ahumados. Sobre estas imágenes se escucha un audio de aquel
día en que Luis Onfray, con tono entrecortado y algo nervioso,
expresó en la Sala 1: “Genuina y honestamente lamento las
consecuencias de este acto, y aunque mi intención nunca fue causar
daño ni perjudicar a persona alguna, estoy consciente de que, en
los hechos, ese daño se produjo… espero que estas disculpas sirvan
para expresar mi genuino arrepentimiento y que sirvan, también,
para transmitir a otras personas, especialmente a otros jóvenes,
que el patrimonio cultural, el arte y la instituciones que le
promueven, deben ser protegidas y que mis acciones no deben ser
imitadas”.
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Secuencia 27: Réplicas.
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diferentes etapas. Escuchamos el agitado sonido del ambiente de
trabajo dentro de estos espacios de creación escultórica
industrial.
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Andrés Baytelman se sube a su moto, se pone el casco, prende el
motor y sale del estacionamiento rumbo a su hogar.
Una foto de Luis Onfray abrazado junto con Sergio Poblete y Jaime
Romero en la pequeña biblioteca carcelaria. En la fotografía,
Poblete y Romero sonríen mirando a la cámara. Onfray se muestra
contento aunque no muy efusivo.
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que siempre se le trató de manera especial para protegerlo de
cualquier problema.
Imágenes de Luis Onfray jugando con sus perros. Sobre las imágenes
anteriores, Onfray comenta en voice-over que el día que finalmente
se acabó su castigo en la cárcel, tras reflexionar todo lo que le
había tocado vivir ese año, decidió cambiar su nombre oficial,
tomando así su segundo nombre y su apellido materno. “En todo
caso, esto fue un homenaje a mi madre, y yo ya no me quería llamar
como él”. Así, dejó de llamarse “Luis Onfray”, para ser “Emilio
Fabres”.
Corte a Boris fumando un cigarrillo fuera del bar, ahí comenta que
él mismo acompañó a Emilio a buscar los tarjetones a una imprenta
en San Diego: “eran caleta y no se los podía llevar solo”.
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hechos. Perjudiqué el prestigio del museo y del CONARTE, quienes
habían traído la exposición a Chile”.
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Un archivo televisivo del 20 de julio del 2005, anuncia que Rodin
ha tenido 160 mil visitas, cercano al récord nacional que tenía El
Museo Nacional de Bellas Artes, con las 180 mil visitas de la
muestra de Claudio Bravo realizada el año 2001. Otro archivo
televisivo de prensa anuncia que “Rodin en Chile” ya ha superado
el récord de visitas del Museo Nacional de Bellas Artes que tenía
con Claudio Bravo. Ahora, la exposición de Rodin se acercaba a
superar el récord de la exhibición internacional de “De Cézanne a
Miró”, hecha en el MAC en 1968, con 220 mil visitas.
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Las 6 copas sobre la repisa en una imagen más abierta. Se puede
ver que éstas están exhibidas en una pequeña galería de arte junto
a otras obras de pequeño formato.
Mientras Emilio camina por una calle del centro, detalla que a
fines del 2011 creó una pequeña obra que consistía en 6 copas
robadas de diferentes inauguraciones artísticas. El joven llega a
su destino, y entra en una pequeña casa derruida: es una galería
de arte.
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Argumento Desarrollado
1. Inauguración.
2. Desaparición.
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3. Llamadas.
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Instituto AIEP. Se sienta en su escritorio, toma el teléfono y
marca un número. Su V.O. explica que de inmediato se comunicó
directamente por teléfono con Hugues Herpin, el vice director del
Museo Rodin en Francia. Molina detalla que transpiraba de angustia
al momento de hacer la llamada: “Mi tema era anunciarle al Museo
Rodin, esa era mi obligación, entonces llamé a París y anuncié,
‘bueno, tenemos un problema”.
4. Detectives.
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vacío. Abajo se lee “El torso de Adèle”. Valdivia explica cómo
estaba diseñado el sistema de seguridad de la sala Matta. Haciendo
marcas con un palo en la tierra indica la distribución de sensores
y cámaras de vigilancia. Dice que la seguridad del recinto era tal
que inmediatamente sospecharon de un grupo criminal especializado
en arte que robaba por encargo.
5. Prensa.
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dañan la credibilidad de un país, salvo que alguien se hubiera
llevado la estatua de Rodin al hombro y corriendo por la puerta de
ingreso, lo que no creo”.
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buscando algo sin éxito. El lugar está descuidado y lleno de
polvo. El empleado mueve cajas nervioso hasta que finalmente
encuentra lo que busca. Sobre una mesa abre la caja que encontró
dejando a la vista la maqueta de Patricio Lynch. Se observan los
detalles de la obra. La figura del militar chileno se muestra
desafiante, está con una mano en alto mientras galopa sobre un
elegante caballo. Al ver la maqueta se escucha la V.O. de Gazitúa
explicando que la pieza de bronce, de 44 centímetros estuvo
guardada por más de 50 años hasta que, en 1957, se donó al Museo
Bellas Artes, donde sigue hasta ahora. Gazitúa agrega que “de
haberse realizado, habría sido el último gran monumento ecuestre
de la historia de la escultura de occidente. Rodin siempre quiso
hacer un monumento ecuestre y Chile se lo perdió. Nadie sabe por
qué no se hizo, burocracia chilena, tonteras, estupidez total, fue
un crimen cultural”.
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cuenta que Rodin, frustrado por no poder realizar el monumento a
Lynch, finalmente tomó la maqueta del militar chileno, le sacó el
jinete, le cortó la cabeza al caballo y lo unió con el cuerpo de
una mujer, creando así su emblemática obra “Centaura”. La
escultura “Centaura”, con su extraña figura mitad mujer mitad
caballo, es vista con detención por algunos turistas asiáticos en
el Museo Rodin de París.
8. Aparición de Adèle.
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para ese entonces comisario CHRISTIAN FRANZANI (60), quien hoy
recuerda lo sucedido desde su actual oficina como Coronel del
Departamento Administrativo. Franzani relata que tras la
notificación del Cabo Godoy se dirigió a la Sala de Guardia de la
comisaría donde procedieron a abrir la caja que traía el joven
encontrando en su interior una escultura envuelta en plástico.
Franzani dice que dio aviso a la fiscalía y procedieron a tomar el
testimonio del joven de 19 años, identificado como Luis Emilio
Onfray Fabres y estudiante de arte de segundo año de la
Universidad ARCIS.
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entonces Ministro de Educación, junto a la escultura “El Torso de
Adèle” envuelta con un plástico.
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unos pasillos interiores del motel donde se logra escuchar el
sonido de una pareja teniendo sexo. Nilo comenta en V.O. que él no
tiene problemas en combinar su labor artística con otro tipo de
trabajos, como el que hace actualmente como administrador nocturno
del lugar. En su despacho del motel, Nilo comenta que no entiende
porqué “La silla de playa” fue tan odiada y agrega que lo que pasó
después con ella lo shockeó de por vida.
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uniforme de rugbista y sosteniendo una copa deportiva.
10. Confesión.
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noche del robo y rápidamente entró en contradicciones cada vez más
evidentes. Suenan los segundos en el reloj mural de la sala. Hay
varias colillas de cigarros acumuladas en un humeante cenicero. El
zumbido de la lámpara eléctrica pareciera crecer en intensidad.
Sentados en la pequeña sala, Valdivia y Baytelman cuentan que a
medida que se desarrollaba el interrogatorio ambos empezaron a
teorizar que Onfray había colaborado con un grupo de delincuentes
profesionales, pero que finalmente el estudiante se había
arrepentido del crimen, devolviendo la pieza contra la voluntad
del resto del grupo delictivo. Cuentan que después de tres horas
de interrogatorio, la confesión final del joven los sorprendió
profundamente: él mismo, sin la ayuda de nadie, había extraído la
escultura del Museo de Bellas Artes la noche del 16 de junio de
2005. Se ven los detalles de la copia firmada con la confesión de
Luis Onfray del 17 de junio del 2005. El documento es un texto
mecanografiado de una plana con una pequeña firma en su parte
inferior. El ex detective comenta que Onfray le pareció un joven
perdido en el mundo, una personalidad volátil metida en un
problema monumental y que sentía que la cárcel lo estaba esperando
a la vuelta de la esquina. Desde el exterior de la Fiscalía Sur se
observa la única ventana iluminada del edificio.
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Antonio fue un monje cristiano que vivió en Egipto alrededor del
año 200 y que si bien su historia está llena de mitos, se sabe que
el personaje histórico abandonó sus bienes para llevar una
existencia de ermitaño. En la secuencia animada se observan los
demonios que atormentan a San Antonio que están presentes en los
cuadros que lo encarnan. Frommer explica que la “Tentación de San
Antonio” se refiere a la tentación del diablo de la que fue
víctima este personaje mientras vivía solo como ermita en el
desierto. Se ve a Frommer en su taller en medio de telas, pinceles
y pinturas. Explica que “La Tentación de San Antonio” ha sido un
tema recurrente en el arte occidental desde hace siglos,
destacando su aparición en trabajos de artistas como El Bosco,
Bruegel y Dalí, y que él quiso sumarse al intentar representarlo
desde su particular punto de vista. Frommer busca unas telas y las
pone sobre un atril. En el cuadro se ve a un personaje de terno y
sombrero contemplando El palacio de La Moneda en llamas mientras
es acechado por extrañas criaturas. Frommer explica que con su
exposición de 2005 de “La Tentación de San Antonio”, montada en el
Museo de Bellas Artes, quería generar “un replanteamiento de los
demonios que, de alguna forma, simbolizan la encrucijada del
hombre frente a su medio externo”.
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medio de la oscuridad suena un cierre eclair que se abre y luego
unos pasos que se alejan. Onfray prosigue relatando que “No sabía
cuál obra era, ni nada, si era un contexto absolutamente oscuro,
pero la vi…, me gustó, la tomé. Era pesada, como de 20 kilos.”
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invito’ yo le dije ‘ya po, vamos’. Al lado de la botillería Emilio
me dice ‘mira lo que tengo’, desenvuelve su chaleco, me muestra la
escultura, y me dice ‘mira, un Rodin’… ¡tenía un Rodin!”.
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reté, diciéndole que se fuera a dormir para después conversar
sobre su tendencia alcohólica. Al momento de mostrarme la
escultura, que la traía envuelta en una polera blanca manchada de
vino, me dijo que se la había encontrado”.
17. Formalización.
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Garantía. LUIS ONFRAY, esposado, baja del auto escoltado por dos
policías y camina hacia el interior del edificio. Las cámaras lo
persiguen por los pasillos. Tras subir una escalera Onfray entra a
la “Sala Nº1” del juzgado.
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vulnerabilidad que estaba trabajando hace 15 días y que iba a
presentar en un ramo de su universidad donde el objetivo era saber
cuán efectivo era el sistema de vulnerabilidad. Él tiene una
visión crítica del arte, quiere ver un diálogo entre el público y
la obra, la dualidad entre lo presente-ausente. El siente que no
estando la obra nos daremos cuenta de que los museos son
vulnerables, no estando la obra él va a aportar su visión de arte
a la sociedad”.
19. Ataques.
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la calle”.
74
finalmente una lapidaria querella del Consejo de Defensa del
Estado.
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vacas en un pastizal de su parcela en las afueras de Santiago. Con
ese paisaje de fondo aclara que las alarmas del museo simplemente
no se encendieron la noche del robo, que tampoco funcionaron los
sensores de movimiento, ni los sensores adheridos a las estatuas,
ni retuvieron a la gente con mochilas. Nada funcionó, y lo peor de
todo, ni siquiera se cerraron las puertas de la Sala Matta ya que,
debido al diseño de la muestra, simplemente no podían cerrarse.
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Desde el interior sale MILAN IVELIC que se dirige a su oficia del
Banco Santander, donde hoy está a cargo del departamento cultural.
Su V.O. explica que todo se originó por culpa de un guardia que
olvidó prender la alarma y que fue sancionado con su despido.
Milan Ivelic, sentado en su oficina del Banco Santander, cuenta
que además del error del guardia, tampoco llegaban del gobierno
los recursos para diseñar la seguridad de acuerdo al standard que
requiere una institución de un perfil internacional.
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hasta las 3 o 4 de la mañana, después me puse a escribir”. Onfray
comenta que su idea era tener la obra por dos semanas, compilando
toda la información noticiosa que surgiera respecto a la
desaparición y escribiendo en una bitácora todo lo que sucedía.
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23. En busca del sentido de la obra.
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francés DIDIER SEMIN (60) expresa: “¿Cuáles son los efectos
emocionales de la desaparición de un objeto? La mayoría de las
cosas se vuelven más interesantes una vez que las hemos perdido.
Podemos empezar a buscarlas y entonces, tal vez, darnos cuenta de
su verdadero valor. De hecho, la civilización fabrica ciertos
objetos tales como los paraguas o los pañuelos cuya función
principal es perderse. Hay dos cosas a diferenciar en esta
historia. Por una parte, el valor de la ausencia y por otra parte
el crimen, el delito como acto estético. El tema de la ausencia me
parece más interesante que el acto del delito trasgresor. La
ausencia en sentido metafísico”.
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algunas fuentes, también las mantenía. Era común para el artista
francés mantener relaciones con sus modelos, ayudantes y alumnas,
Adèle fue una más dentro de este grupo. Se observan viejas
fotografías de Rose Beuret, mujer de aspecto formal y serio.
También imágenes de Camille Claudel, mucho más joven que Rose y de
aspecto bastante informal para su época. Christina cuenta en V.O.
que dentro de esta situación de poligamia de Rodin, hubo dos
mujeres que destacaron especialmente en la vida del escultor: Rose
Beuret, su “pareja oficial”, y Camille Claudel, que vendría a ser
su amante más importante.
81
Luego de un suspiro, Christina agrega que Camille Claudel murió
sola encerrada en un recinto psiquiátrico. A petición de su
familia vivió los últimos 30 años de su vida sin poder recibir
visitas y sin volver a ver a Rodin.
25. El abandono.
LUIS ONFRAY viaja en micro, su V.O. cuenta que estaba con su mamá
en el banco cobrando su mensualidad, cuando le informaron que su
padre, Roberto Onfray, había muerto. Una secuencia de fotos de
Luis Onfray adolescente, solo. Ana María relata que su hijo iba en
primer año de la escuela de arte, cuando le llegó la noticia que
su padre había muerto. En algunas imágenes aparece Luis con sus
compañeros de ARCIS. En una foto sale riendo junto a Boris Campos
en un asado de curso. Luis lleva una caja de vino en la mano.
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cuando Luis supo de la muerte de su padre al que no veía hace diez
años, empezó a firmar algunas de sus pruebas y trabajos en la
universidad con su segundo nombre y sy apellido materno, es decir,
como “Luis Fabres”, para la gran confusión de sus profesores. Se
observan fotografías de Luis Onfray en 2005. Se ha dejado el pelo
largo y una incipiente barba. Boris Campos cuenta en V.O que Luis
a comienzos de ese año empezó a comentar la idea de hacer algún
tipo de obra relacionada con la “desaparición” o el “abandono”.
Luis Onfray se baja de la micro. Está en Chicureo, un sector de
lujosas casas y parcelas. Cruza la calle y llega a un centro
comercial mediano donde saca unas llaves y entra a una tienda que
dice “ANTIGUEDADES.CL” en su fachada. Luis recorre el local, un
gran espacio repleto de cerámicas, esculturas, cuadros, muebles y
otras antiguadades. Onfray se sienta en un mesón y prende el
computador e ingresa su clave de administrador. En V.O. Onfray
comenta que “cuando a uno le falta una cosa es cuando más te
obsesionas por ella”. Onfray camina en medio de las esculturas.
Luego va a contestar el teléfono. Conversa con un posible
comprador. Dice que el dueño no está pero que él es el encargado.
Le da algunas referencias de precios sobre algo que el cliente
busca.
Desde una de las sala del Museo Rodin, HUGUES HERPIN cuenta que la
escultura se encontraba en buen estado, por lo que aprobaron que
Adèle volviera a la muestra después de casi un mes fuera.
Desde una sala del 7º Juzgado, la jueza CARLA TRONCOSO a cargo del
caso en 2005, comenta que Onfray robó la escultura el mismo día en
que se activó un nuevo sistema judicial en Chile: la “Reforma
Procesal Penal”. La jueza agrega que si Onfray hubiera robado la
escultura un día antes, sin duda habría terminado en la cárcel. Un
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video inductivo del gobierno de Chile, explica cómo funciona la
Reforma Procesal Penal y sus garantías.
28. La suspensión.
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Un registro de prensa televisiva muestra a TOMAS MOULIAN, rector
de la Universidad ARCIS en 2005, declarando: “El castigo es fuerte
porque dañó la imagen de ARCIS. Se le dieron 5 días para apelar
después de su condena. Pero él debe reconocer que lo que hizo no
tiene nada de artístico. La dureza es porque él insiste en que fue
un hecho estético”. Desde su oficina, Fernando Undurraga dice que
Luis Onfray nunca más volvió a la escuela de arte.
29. Réplicas.
HUGUES HERPIN camina por los elegantes salones del Museo Rodin. En
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su recorrido saluda a unos de los guardias. Su V.O. comenta que
los talleres de Rodin “se transformaron en una verdadera fábrica
en la que trabajaban más de 50 picapedreros, vaciadores y
cortadores de mármol, motivo por el que se le atribuye el germen
de la industrialización de la escultura”. Mientras mira hacia los
hermosos jardines del Museo donde grandes esculturas se
distribuyen entre sus perfectos prados, Herpin aclara que el
Estado francés tiene derecho legal a hacer copias de las
esculturas de Rodin en un número limitado, aunque no menor, y
destaca que de eso vive el Museo Rodin: vende réplicas. Herpin
pregunta en voz alta si acaso no se sabía en Chile que las obras
expuestas eran réplicas. Luego dice que los originales son en
arcilla y se quedan en Europa. Herpin piensa un instante y luego
comenta que los originales también se muestran en Estados Unidos.
Herping camina hacia la salida del museo, deteniéndose en la
tienda de regalos, donde amablemente se despide intentando
pronunciar malamente algunas palabras en español.
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30. Cárcel y fin del castigo.
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aporte a la educación de los reos. Poblete explica que los presos
fomentaban a Onfray para que cuando se recibiera trajera de vuelta
el arte a la cárcel.
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el exponencial aumento de visitas en la muestra de Rodin. En el
noticiero aparece RAMON CASTILLO expresando a la cámara: “siendo
sinceros, la sustracción de la escultura ha sido una excelente
propaganda para las visitas. Creemos que a este ritmo se
transformará en la exposición más visitada de la historia de
Chile”. El curador ALEJANDRO MOLINA, agrega que el incremento de
público tras el robo no se comentó entre los productores de la
muestra y que el tema se convirtió en un tabú para los
organizadores.
32. Idem.
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Emilio llega hasta una casa semi destruida donde funciona una
pequeña galería de arte. Hay varias de obras repartidas por los
muros y no hay visitantes. Emilio recorre la galería mirando obras
realizadas por jóvenes artistas. Su V.O. cuenta que hasta el día
de hoy cree que lo sucedido fue una incomprendida acción de arte y
que a pesar de que cambió sus versiones, esto siempre se mantuvo,
porque era así. Dice que no sabe bien cuando partió su idea ni
tampoco dice saber de dónde vino todo esto. Aclara sin embargo que
no es un ladrón aunque muchos pensaran lo contrario, agregando que
robar si puede ser un acto artístico. De hecho dice que ha seguido
trabajando en esa idea, ahora sin hacerle mucho daño a nadie.
Onfray se detiene frente a una pequeña repisa blanca donde se lee
“Idem”. En la lectura de la instalación se explica que se trata de
seis copas robadas de diferentes inauguraciones de arte. Bajo la
repisa se lee: “Idem, Emilio Fabres”.
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Nota sobre asesoría de guión.
Iván Osnovikoff.
Realizador Audiovisual.
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