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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ingeniería
Escuela de Mecánica
Procesos de Manufactura 1
Sección R+
Ing. Carlos Chicol
Segundo Semestre 2019

Jornadas de Tiempos Parciales

Ian Giovanni Estrada Lool – 201700330


Luis Fernando Godoy Bustamante – 201700724
Jonathan René Torres Aguilar - 201643540
12/Noviembre/2019
Objetivos:
Objetivo general

 Establecer métodos para reducir el impacto ambiental de los aceites solubles.

Objetivos Específicos

1. Definir los distintos tipos de aceites solubles.


2. Identificar los métodos para reducir el impacto ambiental que generan los aceites solubles.
3. Presentar los pasos para el correcto reciclaje de aceites solubles.
Introducción

Las micro emulsiones aceite/agua son uno de los mayores contaminantes en el medio ambiente
acuático. El tratamiento de residuos aceitosos concierne en general a industrias metal-mecánicas. Como
ya es conocido, el aceite es uno de los mayores enemigos en cuanto a contaminación del agua se refiere,
ya que 1 litro de aceite puede llegar a contaminar 100 mil litros de agua.

En las industrias metal-mecánicas el uso de aceites solubles es indispensable en sus procesos, lo que
genera diariamente desechos considerados como peligrosos. Estos se van a confinamiento para su
disposición final a cargo de otra empresa externa, lo que genera un gran gasto en una empresa de estas
características.

Encontrar una manera de tratar estos desechos para disminuir el impacto ambiental así como disminuir
los gastos que los mismos producen a las empresas de este giro, propone un gran avance en materia
ambiental.
Aceites Solubles:
Las micro emulsiones aceite/agua son uno de los mayores contaminantes en el medio ambiente
acuático. El tratamiento de residuos aceitosos concierne en general a industrias metal-mecánicas. En
estas industrias, el aceite “soluble” es empleado para lubricar y refrigerar las herramientas así como las
piezas a procesar. Las autoridades han impuesto regulaciones a la disposición de estos residuos, debido
a su alto contenido de aceite y surfactantes.

Aceite Soluble Refrigerante Mineral


Los Aceites Solubles para maquinado de todo tipo de materiales son productos solubles a base de aceite
con emulgente y aditivo de extrema presión, que al mezclarse forman una emulsión (lechosa) de muy
buena lubricación y prevención contra la oxidación.

Por sus características permiten presentar productos muy versátiles enfocados a las distintas
necesidades de los clientes. Excelente lubricante, tolera aguas duras y precio muy atractivo

Aceite Soluble Refrigerante Semi-Sintético


Aceites Solubles semi-sintéticos con una parte de soluble mineral que ayuda a la mejor lubricación y
humectación de la maquinaria. Desarrollados para el maquinado de metales ferrosos y no ferrosos,
poseen una elevada resistencia a la formación de hongos y bacterias. Por su naturaleza, los aceites
solubles son totalmente estables en aguas de moderada dureza, formando soluciones traslúcidas,
además están exentos de presentar problemas de rendimiento. Rechaza excelentemente el aceite
contaminante por lo que evita la generación de humos durante el proceso de lubricación.

Ventajas:
1. Lubricidad
2. Alto control de espuma
3. Humectación a las superficies
4. Alto rendimiento
5. Excelente acción refrigerante
6. No toxico ya que no contiene nitritos
7. Aceite Soluble Refrigerante Sintético

Aceites Solubles Sintéticos


Desarrollados para trabajar a bajas concentraciones (dependiendo de la severidad) y en aguas duras,
resistente a la formación de hongos y bacterias, separa el aceite entrampado, se evita el confinamiento
del aceite, 100% Biodegradable. Son adecuados para sistemas centralizados y maquinas individuales, en
operaciones de rectificado y maquinado de metales ferrosos.

Ventajas:
1. Excelente protección contra corrosión
2. Alto grado de biodegradabilidad
3. Lubricidad
4. Alto control de espuma
5. Humectación de las superficies
6. Controla la generación de aglomeración de finos (piedras)
7. Sedimentación de finos
8. Alto rendimiento
9. Excelente acción refrigerante
10. No tóxico ya que no tiene nitritos
11. Excelente estabilidad.
Métodos de separación
Algunos métodos de separación de los aceites solubles con el agua pueden ser:

1. Descomposición Térmica
2. Tratamiento fisico-químico
3. Uso de membranas de ultrafiltración
4. Descomposición térmica

La descomposición térmica o termólisis


Es una descomposición química causada por el calor. La temperatura de descomposición de una
sustancia es la temperatura a la que la sustancia se descompone químicamente.

La reacción suele ser endotérmica que se requiere calor para romper los enlaces químicos en el
compuesto descomponerse. Si la descomposición es suficientemente exotérmica, se crea un bucle de
retroalimentación positiva producir la fuga térmica y, posiblemente, una explosión.

Los productos dados en la descomposición térmica varían dependiendo el aceite tratado.

Tratamiento físico-químico

Tiene como finalidad mediante la adición de ciertos productos químicos la alteración del estado físico de
estas sustancias que permanecerían por tiempo indefinido de forma estable para convertirlas en
partículas susceptibles de separación por sedimentación.

Uso de membranas de ultrafiltración

Es un tipo de filtración por membranas en la cual la presión hidrostática fuerza un líquido contra una
membrana semipermeable. Los sólidos suspendidos y los solutos de alto peso molecular son retenidos,
mientras que el agua y los solutos de bajo peso molecular atraviesan la membrana.

El tamaño de poro no es tan fino como en la nano filtración y tampoco requiere tanta energía para
efectuar la separación, y es más pequeño que el de las membranas de micro filtración.
Taladrinas
Las taladrinas son emulsiones de aceite y agua. Esta emulsión tiene una concentración variable con
valores próximos al 5% de aceite y el 95% de agua, en función de los diferentes usos. Es un producto
empleado mayoritariamente en la industria del mecanizado metálico por sus propiedades lubricantes y
refrigerantes en los procesos donde existe un contacto directo entre la pieza que se moldea o
transforma y la herramienta utilizada para ello.

La taladrina optimiza las condiciones físico-químicas de la zona de contacto entre metales reduciendo la
fricción y, con ello, facilitando el acabado de la superficie metálica y alargando la vida útil de la
herramienta. Además la taladrina previene el sobrecalentamiento de las piezas y la maquinaria, evacúa
la viruta resultante y evita el óxido.

Las taladrinas y otros aceites utilizados como fluidos de corte son aceites industriales y sus
fabricantes/importadores están obligados a gestionar individualmente los aceites usados o a participar
para ello en un SIG, gravando el producto con su aportación económica. Como consecuencia, la recogida
y gestión de los aceites usados resultantes, tales como taladrinas usadas o agotadas, lodos de
mecanizado, residuos de desengrase, aguas aceitosas, etc. está amparada por el sistema SIGAUS.

¿Qué ocurre con las taladrinas usadas?


Con su utilización y el estrés mecánico al que se someten, las propiedades de las taladrinas van
desapareciendo, reduciéndose su rendimiento y contaminándose el producto con agentes externos,
tales como aceites y grasas, partículas sólidas metálicas, microorganismos, polvo ambiental, etc. Esta
combinación de agentes externos, unidos a los componentes propios de la taladrina, convierten a estos
productos, una vez que se encuentran agotados, en residuos altamente contaminantes, tanto para el
medio ambiente como para los propios operarios que las manejan. Las taladrinas usadas o agotadas
pueden contener metales pesados, biosidas, gérmenes nocivos y sustancias en descomposición,
nitrosaminas, compuestos de boro, etc., por lo que están consideradas como residuo peligroso por la
normativa europea y española.

La normativa vigente obliga a la industria a gestionar este residuo. Al tratarse de un aceite usado “fuera
de especificaciones”, por su porcentaje de agua y sedimentos, su tratamiento supone un proceso
complejo y muy costoso, por lo que no puede recogerse en condiciones de gratuidad. Deben pasar por
un pretratamiento de la emulsión antes de poder gestionar el aceite a través de la planta de
tratamiento. Para separar la fracción oleosa de la fracción acuosa, hay distintos sistemas fisicoquímicos
que pueden aplicar las distintas plantas de tratamiento fisicoquímico. La fracción oleosa que se separa
es la que se lleva a gestionar.

Métodos de filtrado
En talleres y plantas de mecanizado de Cantabria comienza a ser frecuente la existencia de cubetas de
decantado donde los residuos metálicos pierden por gravedad parte de la taladrina con que quedan
impregnados en los procesos de mecanización. De este modo y dependiendo del mayor o menor tiempo
de decantación, se consigue que la emulsión se reduzca desde el 12% inicial hasta cifras que en el mejor
de los casos, alcanzan el 3.5%.
Hasta ahora los resultados más favorables se conseguían con el sistema de centrifugación, de aplicación
muy reciente en España y del que se ha dotado hace un año a la planta de Robert Bosch en San Felices
de Buelna. El procedimiento consiste en hacer girar los residuos metálicos a velocidades muy elevadas
hasta conseguir que la emulsión salga desprendida. En comunidades, como la vasca o la catalana, esta
opción estimulada con ayudas públicas, ha comenzado a imponerse y las empresas que más residuos
generan han comenzado a dotarse de instalaciones de centrifugación. En muchos casos esta maquinaria
suele acompañarse de un circuito cerrado que permite reutilizar el fluido de corte que se recupera.

Aunque la presencia de taladrina en los residuos centrifugados se encuentra dentro de los límites
legales, la posterior fundición de las virutas metálicas plantea problemas de homogeneidad en la
combustión, algo que no ocurre con el embriquetado.

Gestión del aceite industrial usado


Desde el año 2007 la legislación española, a través del Real Decreto 679/2006, establece —por
aplicación, como en otros sectores, del principio de responsabilidad del productor— que la gestión de
los aceites industriales usados corre a cargo de las empresas responsables de su primera puesta en el
mercado: sus fabricantes o empresas importadoras. Para ello, pueden asumir la gestión directa del
residuo de sus productos, o participar en un sistema integrado de gestión, como Sigaus para el caso de
los aceites usados. Así, desde esa fecha Sigaus se ocupa de la recogida y tratamiento de los aceites
usados generados en España, en nombre de sus empresas adheridas, que representan el 90% del
mercado de aceites industriales. Desde entonces, Sigaus ha recogido 785.000 toneladas de este residuo
a través una red que cuenta con cerca de 75 compañías gestoras autorizadas que operan en las
diferentes fases del proceso: recogida, transporte, almacenamiento, análisis, tratamiento previo y
tratamiento final.

En relación a las taladrinas y otros aceites industriales que, tras su uso, generan aceites usados bajo la
forma de mezclas o emulsiones, hay que significar que están incluidos en el ámbito de aplicación de
dicha norma. Por lo tanto, sus fabricantes están obligados a participar en un SIG que atienda la gestión
de dichos aceites usados. Y por ello, en el precio de dichas taladrinas sus fabricantes deben repercutir
los costes de la gestión del aceite usado aportados al SIG, los 0,06 euros por kilogramo de aceite puesto
en el mercado. Esa cantidad se desglosa en factura y se transmite a lo largo de la cadena de
comercialización.

Como consecuencia, la recogida y gestión de los aceites usados resultantes, tales como taladrinas
usadas o agotadas, lodos de mecanizado y oleosos, residuos de desengrasado, aguas aceitosas, etc. está
amparada por el sistema Sigaus que, a través de gestores autorizados, recoge y trata estos residuos en
todo el territorio nacional.
Además de su potencial contaminante, las taladrinas usadas conllevan una costosa gestión porque, al
contener grandes cantidades de agua, el residuo resultante representa volumen muy superior al del
producto original.

Condiciones de recogida de las taladrinas usadas.


Sin embargo, es común a todos estos casos que el residuo sea una emulsión en la que el aceite usado
propiamente dicho, es decir, la parte oleosa del residuo, representa un volumen muy pequeño en
relación al total. Precisamente, esta característica impide la gestión tradicional del residuo (vía
regeneración o fabricación de combustible) e implica muy superiores costes de gestión, especialmente
por cuanto han de realizarse trabajos previos de separación o 'rotura' de la mezcla, mediante procesos
tales como coagulación, floculación y decantación o flotación.

Por ello, a diferencia de la recogida del aceite usado que sí cumple determinadas especificaciones que
hacen posible una gestión estándar, y que resulta gratuita para el generador del residuo, en el caso de
las taladrinas usadas y otros aceites usados ‘fuera de especificaciones’, la recogida no se puede realizar
en condiciones de gratuidad.

Para estos casos, Sigaus ha establecido, y así queda reflejado en el contrato suscrito con los gestores que
le dan servicio, que éstos deduzcan de los costes de recogida 12 euros por cada tonelada de parte
oleosa del residuo gestionado. De esta manera, Sigaus financia la completa gestión de dicha parte
oleosa del residuo, repercutiendo directamente en una reducción de los costes para las empresas que
generan las taladrinas usadas (y dando pleno sentido al pago de la aportación a Sigaus hecho efectivo al
fabricante o distribuidor en el momento de adquirir la taladrina como producto). Y todo ello con la
máxima garantía desde el punto de vista ambiental.

Proceso de gestión
Los procedimientos de financiación y gestión aplicados por Sigaus garantizan que el aceite usado sea
recogido allá donde se produzca y sea tratado conforme a la ley. Adicionalmente, Sigaus hace efectivo el
principio de universalidad del servicio que asegura la recogida en todo el territorio del Estado, de
manera que cualquier productor del residuo (incluidas las empresas generadoras de taladrinas usadas)
tiene garantizada la recogida del aceite usado y que éste será correctamente tratado.

Actualmente existen dos opciones de tratamiento fundamentales, que en todo caso aseguran que el
aceite usado no tendrá un impacto directo sobre el medio ambiente. La regeneración es la opción que la
ley marca como prioritaria, por entenderla como la más beneficiosa desde el punto de vista ambiental y
de ciclo de vida del producto, ya que consigue reintegrar el aceite usado en el proceso productivo de
nuevos aceites lubricantes. Sin embargo, es un proceso sólo aplicable a determinados tipos de aceites
usados, que presentan un bajo porcentaje de ‘impropios’ (agua, residuos sólidos y otras sustancias). El
ejemplo más claro sería el aceite usado de automoción.

Habitualmente, el tratamiento de taladrinas consiste en separar primero la parte oleosa del residuo.
Luego se descontamina de metales pesados mediante diferentes tratamientos químicos
(desmetalización) para obtener así un producto utilizable como combustible alternativo al fuel oil
industrial.
Sin embargo, el aceite usado de procedencia industrial puede presentar unas características muy poco
homogéneas si proviene de productos de muy diverso tipo (aceites hidráulicos, aislantes, térmicos, de
corte o de transmisiones) que han formado parte de múltiples procesos con contaminación (o no) por
parte de elementos externos. Entre esta amplia casuística se encuentran las taladrinas usadas que,
como se ha descrito, presentan una pequeña fracción de aceite muy emulsionada en un gran volumen
acuoso. Pese a ello, en todos estos casos los aceites usados contenidos en el residuo son recogidos y
tratados a través de Sigaus. Habitualmente, el tratamiento consiste en separar primero la parte oleosa
del residuo, aquella cuya gestión está financiada por el sistema, mediante procesos de filtración,
decantación, centrifugación, deshidratación, o calefacción. Posteriormente se descontamina de metales
pesados mediante diferentes tratamientos químicos (desmetalización). Se obtiene de esta forma un
producto utilizable como combustible alternativo al fuel oil industrial, del que se aprovecha el gran
poder calorífico del aceite usado.

Se trata de un combustible que habitualmente resulta más barato y con un menor índice de azufre que
el fuel oil convencional, y que resulta válido para su utilización en muchos tipos de industrias que
requieren procesos a alta temperatura y con un elevado gasto energético: hornos de cerámica, yeseras,
cementeras, fábricas de asfaltos o áridos, así como en centrales térmicas de cogeneración eléctrica. Este
tratamiento supone una correcta solución para aquellos aceites usados, generalmente de procedencia
industrial, que, por su concentración de agua, sedimentos u otros impropios, no resulta apto para ser
regenerado.

En 2011, a través de Sigaus se destinaron a este tratamiento 43.317 toneladas de aceites usados, un
31% del total recuperado y tratado por Sigaus, incluyendo en dicha cifra 2.419 toneladas de aceites
usados no regenerables, procedentes, entre otros casos, de las taladrinas usadas. Así, no sólo se evitó el
gran impacto ambiental que, de no existir la gestión de Sigaus, supondría este residuo, sino que se
aprovechó energéticamente el mismo. En este sentido, se estima que esas más de 43.000 toneladas de
aceites usados valorizadas energéticamente generaron 470 GWh de energía, cantidad equivalente al
consumo anual de 122.000 hogares españoles de tipo medio.
Reciclado de taladrinas

Con objeto de alargar la vida de los fluidos de corte existe una amplia variedad de equipos de reciclado
de taladrinas disponibles para eliminar contaminantes que, en general, son fáciles de manejar y
mantener. La selección del equipo de reciclado dependerá de las necesidades y recursos económicos de
cada empresa.

Los equipos para reciclado de fluidos de corte pueden ser filtros, centrifugadoras, desnatadores
(skimmers), separadores magnéticos, etc.

Algunos equipos están diseñados únicamente para eliminar partículas (virutas, lodos, etc.), como ocurre
con los decantadores, separadores magnéticos o los hidrociclones; otros sólo pueden eliminar los
aceites de fugas contaminantes, como los skimmers; y algunos pueden eliminar ambas cosas, como las
unidades de coalescencia o las centrifugadoras.

A la hora de escoger un sistema de reciclado apropiado hay que tener en cuenta:

1. Cuáles son las necesidades en cuanto a eliminación de aceites contaminantes y partículas.


2. Qué tipo de operaciones de mecanizado se llevan a cabo.
3. Qué tipo de materiales se mecanizan y durante cuántas horas.
4. Qué tipo de aceites de corte se emplean y cuáles son sus concentraciones óptimas.

Los fluidos deberían reciclarse antes de que estén significativamente degradados, ya que los fluidos con
un contenido excesivo de bacterias o de aceites contaminantes no se pueden recuperar.

Si el fluido presenta cualquiera de las siguientes características, no debe ser reciclado:

1. El pH es menor que 8,0 (cuando el rango normal de pH es de 8,5 a 9,4).


2. La concentración del fluido es menor que 2,0% (lo normal es que esté entre 3,0 y 12,0%).
3. El fluido tiene un aspecto entre gris oscuro y negro (lo normal es que sea blanco lechoso).
4. El fluido huele a rancio o ácido (lo normal es que huela a compuestos químicos).
5. En su lugar, el fluido debe ser desechado y antes de rellenar la máquina con un fluido nuevo
será necesario limpiarla y desinfectarla.

Desnatadores O Skimmers
Están especialmente diseñados para eliminar los aceites contaminantes que flotan en la superficie de los
fluidos de corte. Son más efectivos cuando los aceites contaminantes tienen poca miscibilidad con el
agua.

Dado que el aceite presenta cierta afinidad por los plásticos, la mayoría de los desnatadores consisten
en una cinta plástica o en un disco giratorio parcialmente sumergido en el fluido sobre el que se van
adhiriendo los aceites contaminantes. El aceite adherido a la superficie plástica posteriormente se va
retirando mediante una cuchilla.

Unidades De Coalescencia
Suelen utilizarse combinadas con los desnatadores para mejorar la eliminación de los aceites
contaminantes. Son separadores porosos que emplean medios oleofílicos que atraen los aceites y
repelen el agua. Suelen tener forma de platos corrugados inclinados o tubos verticales.

A medida que el fluido de corte pasa por la unidad de coalescencia a una velocidad baja (flujo no
turbulento), las gotas de aceite disperso se unen al medio oleofílico, produciéndose su coalescencia
(unión de varias gotas), de manera que van aumentando en tamaño.

Cuando las gotas alcanzan un tamaño suficiente comienzan a ascender por la unidad de coalescencia y
se acumulan en la parte superior, donde son retiradas mediante un skimmer.

Al igual que los skimmers, las unidades de coalescencia no son efectivas a la hora de eliminar aceites
emulsionados.

Flotación
Es un proceso por el cual el fluido de corte es aireado para lograr la eliminación de los contaminantes.

Durante la aireación, el aceite y las partículas se adhieren a las burbujas de aire y son arrastradas a la
superficie donde se retiran mecánicamente.
Este proceso de eliminación de contaminantes generalmente se usa después de haber eliminado las
partículas más grandes y pesadas por medio de una decantación.

Equipos Separadores
La principal función de estos equipos es eliminar partículas, aunque los tanques decantadores y las
centrifugadoras también pueden eliminar aceites contaminantes:

1. Tanque decantador: Es el sistema separador más simple. Está diseñado para favorecer la
decantación de partículas pesadas en la parte inferior del tanque, de donde
posteriormente se extraen, mientras que permite que los aceites contaminantes y las
partículas ligeras permanezcan flotando en la superficie del líquido.
2. Separador magnético: Utiliza imanes cilíndricos para eliminar las partículas ferrosas. El
fluido contaminado fluye sobre los cilindros magnéticos que giran lentamente y van
extrayendo las partículas metálicas, que se recogen en una cubeta para su posterior
eliminación. Los metales no ferrosos que los cilindros no son capaces de extraer se
eliminan mediante otros procesos.
3. Hidro-ciclones y centrífugas: Crean gravedades artificiales que permiten separar los
contaminantes. En un hidrociclón, el fluido de corte entra rápidamente en un recipiente
cónico, produciéndose un vórtice que fuerza a los sólidos más densos a ir hacia abajo. La
desventaja de los hidrociclones es que tienden a emulsionar los aceites de fugas
contaminantes. Las centrifugadoras emplean una cubeta giratoria que permite
desarrollar la fuerza centrífuga necesaria para eliminar los contaminantes. A diferencia
de los hidrociclones, algunas centrifugadoras también son capaces de eliminar aceites
emulsionados y bacterias.

Equipos Filtrantes
La filtración implica pasar el aceite de corte a través de un material permeable para eliminar las
partículas. Los filtros pueden ser permanentes o desechables y están hechos de mallas metálicas, papel,
fibras textiles o fibras sintéticas como nylon o poliéster. En algunas aplicaciones, para obtener el nivel
deseado de eliminación de partículas, es necesario utilizar una serie de filtros progresivamente más
finos.

Dentro de los sistemas de filtración usados para reciclar los aceites de corte se incluyen la filtración a
vacío, la filtración a presión y la filtración por gravedad.

La filtración a vacío empuja el fluido de corte a través del filtro para eliminar las partículas mientras que
la filtración a presión emplea una bomba para forzar al fluido a pasar a través del filtro. La filtración por
gravedad consiste en chorrear el fluido sobre una tela o filtro suspendido sobre un tanque, de manera
que las partículas queden retenidas en el filtro mientras que el fluido limpio cae por gravedad al tanque.

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