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GENÉTICA

AMBIENTE Y
AMBIENTE Y
SALUDTERCERA
EDICIÓN
CARLOS ALVAREZ MOYA
INDICE

1 GENERALIDADES DE GENETICA Y SALUD 3

2 GENERALIDADES DEL ADN 10

3 MUTACION 22

4 MUTÁGENOS FÍSICOS QUÍMICOS Y BIOLOGICOS 32

5 MUTÁGENOS NATURALES EN PLANTAS Y HONGOS 47

6 ARMAS QUÍMICAS COMO INSUMOS AGRICOLAS 56

7 CARCINOGÉNESIS AMBIENTAL 65

8 SISTEMAS DE LA DETECCIÓN DE DAÑO GENÉTICO 89

9 PRUEBA DE AMES, USOS E EIMPORTANCIA EN LA DETECCIÓN DE


AGENTES GENOTÓXICO 112

10 PRUEBA DEL COMETA 122

11 EFECTO GENOTÓXICO Y CITOTÓXICO EN CÉLULAS EXFOLIADAS DE


MUCOSA ORALMEDIANTE LA PRUEBA DE MICRONÚCLEOS Y
ANORMALIDADES NUCLEARES 137

12 RELACIÓN ENTRE CÁNCER Y NUTRICIÓN 151

13 LEGISLACIÓN SOBRE EL MANEJO DE SUSTANCIAS PELIGROSAS 162

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GENERALIDADES DE GENETICA Y SALUD


Dr. Carlos Alvarez Moya, Laboratorio de Mutagénesis Ambiental, DBCM. Hubaldo……………
CUCBA, Universidad de Guadalajara

Introducción

Desde tiempo atrás, el hombre observó cómo un ser vivo originaba otro de
características similares: un árbol siempre daba origen a otro del mismo tipo, o
bien, un pez siempre producía otros de la misma especie. El humano no era la
excepción: humanos engendran humano y más aún; los hijos presentaban un
gran parecido con sus padres. No obstante todo lo anterior, tuvo que pasar
mucho tiempo para que el hombre pudiera explicarse este fenómeno.

Las anormalidades en la transmisión de características genéticas fueron


observadas desde hace mucho tiempo. Actualmente sabemos que esto se
debe a cambios en uno o varios genes. Estos cambios, llamados mutaciones,
suelen ocurrir eventualmente (mutación espontánea) y se atribuyen a errores
en los mecanismos que dan lugar al ADN, o bien a la acción de agentes
físicos, químicos y biológicos sobre el material genético. Por desgracia, el
desarrollo de las sociedades modernas está basado en la generación de una
gran cantidad de sustancias químicas, muchas de las cuales, ocasionan daño a
los seres vivos y entre ellos al hombre. Este daño puede incluir no sólo los
efectos a corto plazo como quemaduras, intoxicaciones y alergias, sino también
efectos a largo plazo: el cáncer y daños genéticos en las generaciones futuras.
Desgraciadamente la rapidez con la que se generan estas sustancias supera
con mucho la velocidad con la que se diagnostican sus efectos sobre los seres
vivos, por lo que resulta de suma importancia conocer cuáles son estas
sustancias y evaluar sus efectos sobre la salud.

El ADN: la molécula de la vida. La genética, es decir, el estudio de los


fenómenos relacionados con la herencia, inicia con los experimentos del monje
austriaco Gregor Mendel, quien estudió con detenimiento la transmisión de las
características de los padres a los hijos. Para ello, seleccionó un vegetal: la
planta del chícharo, especie que facilitó el análisis de la herencia. Entre los
rasgos hereditarios que estudió se encuentran: color y textura de la semilla,

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estructura de la vaina, color y posición de la flor y tamaño de la planta ¿a qué
se debía la transmisión de estas características? Los experimentos realizados
por Mendel le permitieron inferir la existencia de partículas responsables de la
herencia, ahora llamados genes. El gen, unidad de herencia, contiene la
información para la manifestación de características o funciones biológicas:
color del pelo, información para la construcción de moléculas tan importantes
como la hemoglobina encargada de captar el oxígeno, la construcción de
enzimas para la liberación de energía. En fin, los genes guardan toda la
información necesaria para la vida de un organismo. Pero ¿de qué están
hechos? La respuesta, ahora es simple, se necesitó mucho tiempo para ser
contestada: sabemos que los genes están constituidos de moléculas
gigantescas llamadas ácidos desoxirribonucleicos (figura 1.1).

Figura 1.1. Modelo clásico del ADN.

Mutación. Durante mucho tiempo el hombre observó que eventualmente


ocurren cambios en las características visibles o funcionales de un organismo,
por ejemplo en la altura o fertilidad de plantas o animales y aparición de
enfermedades heredables. Algunos de estos cambios confieren ventajas a un
organismo pero en la mayoría de los casos no es así; se pueden observar
organismos enfermos anormales. Estos cambios o mutaciones se deben a
alteraciones en la información genética (ADN) y pueden ser de varios tipos:
genéticos, cromosómicos y genómicos. Las consecuencias de los cambios

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dependerán de la importancia de los genes implicados, los nucleótidos
afectados dentro del gen y las células en las que ocurren. En este sentido,
encontramos dos tipos de mutación: germinales y somáticas. Las primeras son
aquellas que ocurren en los gametos (espermas y óvulos), es obvio que un
cambio de este tipo no afectará directamente al organismo que produce los
gametos, pero si esta célula llega a dar origen a un nuevo ser éste presentará
las consecuencias de dicho cambio. Si la mutación ocurre en células somáticas
(cualquier célula del cuerpo excepto las germinales) pueden ocurrir varios
eventos: a) la célula muere; b) la célula porta la anormalidad pero no resulta
importante para el resto del organismo, y c) la célula empieza a tener un
comportamiento anormal: crece sin control invadiendo diferentes tejidos hasta
que ocasiona la muerte del organismo completo. Con lo anterior me refiero al
desarrollo de cáncer, una enfermedad de tipo molecular sumamente frecuente
en la población humana.

Las mutaciones puntuales son cambios en una o varias bases nitrogenadas en


el ADN. La enfermedad de la Hb S ejemplifica las consecuencias de una
mutación de este tipo (figura 1.2)

Las mutaciones cromosómicas son alteraciones grandes de ADN: pérdida de


secciones de un cromosoma o incluso de un cromosoma completo. Muchas
enfermedades genéticas en el hombre son debidas a estos fenómenos (Cuadro
1.1). El cáncer puede ser originado tanto por mutaciones de tipo puntual, es
decir, debido al cambio de una sola base, como a mutaciones de tipo
cromosómico.

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Figura 1.2. Consecuencias de la sustitución de un aminoácido: valina por ácido glutámico
(Val Glu) en enfermedad llamada anemia falciforme o Hb S. (tomada de Griffiths et al.,
1995)

Mutación y cáncer. El cáncer es una enfermedad de origen genético. Los


primeros hallazgos que apoyan esta teoría provienen de observaciones en
ciertos tipos de cáncer en, los cuales, las células contienen cromosomas
dañados. Más tarde se observó
que en individuos con xeroderma pigmentosus la radiación solar puede inducir
rupturas cromosómicas.

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La expresión de los genes individuales puede ser alterada por mutación o por
cambios en su regulación. El desarrollo del cáncer es dividido en las siguientes
fases: iniciación, promoción y progresión. En cada etapa puede haber cambios
génicos y cromosómicos en el nivel somático. Dependiendo de su
comportamiento, los genes responsables del desarrollo del cáncer son
llamados oncogenes y genes represores de tumores.

Agentes que inducen daño genético. Como se mencionó anteriormente, los


cambios en la información genética pueden ocasionar enfermedades
heredables como cáncer y cambios no necesariamente patológicos, pero
¿quiénes ocasionan estos cambios? Si bien los cambios pueden ocurrir sin
causa aparente, a lo cual llamamos mutación espontánea, ésta puede
incrementarse de manera notable gracias a la acción de agentes químicos,
físicos o biológicos. Las sustancias químicas pueden reaccionar en forma
específica con el ADN ocasionando el daño; dos ejemplos se presentan en la
figura 1.3

Figura 3. Desanimación de (a) citosina y (b) 5-metilcitocina.

Actualmente se calculan que existen más de cinco millones de sustancias


químicas diferentes y cada año son producidas 100 mil nuevas sustancias y
entran en contacto con las poblaciones de manera muy diversa: contaminación
ambiental, exposición ocupacional, alimentación, aplicación médica, etc. En el

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cuadro 1.2 se presentan diferentes tiempos de cánceres asociados a la
actividad ocupacional.

Cuadro 1.2

Asociación entre la actividad ocupacional y el tipo de cáncer (órgano blanco)

Actividad ocupacional Localización del cáncer

Químicos Páncreas y linfomas


Mineros de la hulla Estómago
Fundidores Pulmón
Trabajadores textiles Boca y faringe
Impresores de periódicos Boca y faringe
Mineros Pulmón
Trabajadores de la industria hullera Estómago y leucemia
Zapateros Senos nasales
Peleteros Vejiga

Como vemos, el problema resulta sumamente preocupante. Existen muchas


otras actividades en las cuales no sabemos si hay exposición a sustancias o si
las sustancias son mutagénicas o carcinogénicas. Además, conocemos el
efecto mutagénico y/o carcinogénico de aproximadamente 2000-2500
sustancias, del resto no conocemos sus efectos a largo plazo.

Algunos datos nos pueden ayudar a evaluar la magnitud del problema: a) de


todos los niños que nacen vivos, el 1% presenta anormalidades cromosómicas;
b) el 50% de todos los abortos se deben a la presencia de cromosomas

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anormales; c) las enfermedades genéticas heredables son debidas a
mutaciones en un solo gen, aunque se presentan en frecuencias relativamente
bajas, todas ellas juntas pueden llegar a constituir un porcentaje importante; d)
el 10-15% de las enfermedades son debidas a causas genéticas, y e) el 80%
de todos los cánceres son de origen ambiental. Es clara e importante la
relación entre la generación, el uso y control de las sustancias químicas, la
salud y el aspecto económico. La correcta aplicación de las normas para la
producción, el manejo, la venta de sustancias químicas por parte de las
diversas autoridades implicadas en este problema resulta decisiva. Al mismo
tiempo, gobiernos y universidades tienen un importante papel en la
identificación de los compuestos capaces de dañar al material genético.

Bibliografía

Albert L.A. (1988). Curso básico de toxicología ambiental. Noriega Editores, México.

Griffiths J.F., Miller J.H.,Suzuki D.T., Lewontin R.C y Gelbart W.L. (1995). Genética. Interamericana y McGraw-Hill,
Madrid.

Li A.P.y Heflich R.H.(1991). Genetic toxicology. CRC Press, Boston. Estados Unidos.

Salamanca F.(1990). Citogenética humana. Editorial Médica panamericana, México.

Thomson J.S. (1986). Genetics in medicine. W.B.Saunders, Tokio.

Vogel F.y Motulsky A.G. (1982). Human genetic. Springer- Verlag, Berlin-Heidelberg-Nueva York.

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GENERALIDADES DEL ADN

Dra. Belinda Claudia Gómez Meda y Dra. Ana Lourdes Zamora Pérez. Laboratorio de Mutagénesis,
División de Biología Molecular, CIBO, IMSS

Introducción

Las células contienen información hereditaria codificada en moléculas de ácido


desoxirribonucleico (ADN); esta información dirige la actividad de la célula y asegura la
reproducción y el paso de los caracteres a la descendencia (De Robertis, 1991).

El ácido desoxirribonucleico (ADN) es una macromolécula polimérica presente en todas las


células de los organismos. Es la sustancia que compone a los cromosomas de la célula;
contiene la información genética necesaria para las funciones celulares y dirige la construcción
de proteínas (Avers, 1983). En el ADN se almacena la información genética, la cual es usada
para sintetizar moléculas de ácido ribonucleico (ARN) utilizando un modelo de ADN y proteínas
o poli péptidos utilizando moldes de ARN mensajero (ARN m) (De Robertis, 1991).

El ADN no está libre en las células eucariotas, sino que forma complejos con proteínas para
producir cromatina y ésta se condensa para formar estructuras llamadas cromosomas (Cox y
Sinclair, 1998). Las moléculas de ADN se encuentran en los cromosomas del nucleen las
mitocondrias y en los cloroplastos. Son polímeros largos, con una estructura linear,
compuestos de residuos de una azúcar de cinco carbonos (desoxirribosa), la cual se une con un
grupo fosfato de manera covalente y con una base nitrogenada púrica (adenina o guanina) o
pirimidica (citosina o timina) en el carbón número 1 de cada residuo de azúcar (Lewin, 1994).

Al grupo completo de las instrucciones necesarias para la obtención de un organismo se le


llama genoma. Éste contiene la información necesaria para todas las estructuras y actividades
celulares que requiere un organismo o una célula para sobrevivir y se encuentra en el núcleo
de cada célula. El genoma humano está compuesto por un estimado de 50,000 localizados en
23 pares de cromosomas en cada célula del cuerpo humano a excepción de los gametos y los
eritrocitos maduros. Este genoma está formado por 3 mil millones de pares de bases (3 x 109
pb) y consiste de fibras de ADN enrolladas helicoidalmente y asociadas a moléculas proteicas
organizadas en estructuras llamadas cromosomas.

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El ADN en los cromosomas permanece constante entre las diferentes especies. A principios de
la década de los cincuenta, Alfred Mirsky y Roger Vendrely demostraron que todas las células
de los distintos tejidos de un organismo contienen la misma cantidad de ADN (Ville, 1985).

En el humano existen 24 formas físicamente distintas de cromosomas: 22 son autosomas y


uno corresponde al par sexual (X e Y) (figura 2.1).

Figura 2.1. Cariotipo humano. Se pueden apreciar los pares cromosómicos de un individuo del
sexo masculino

En el núcleo, las moléculas de ADN y proteínas están organizadas en cromosomas que suelen
aparecer dispuestos en paredes idénticas. Los cromosomas están muy retorcidos,
enmarañados y es difícil identificarlos por separado. Pero justo antes de que la célula se divida
se condensan y adquieren grosor suficiente para ser detectables como estructuras
independientes. La información para el desarrollo y las funciones específicas de las células y
tejidos se encuentra en sitios específicos del cromosoma y está almacenada en los genes. Un
gen es una porción de la información genética que puede ser definido como una sección de
ADN responsable de la formación de un poli péptido (un gen, un poli péptido). Uno o más poli
péptidos formas una proteína, por lo cual varios genes pueden estar involucrados en la
formación de una proteína (Passarge, 1995; Cox y Sinclair, 1998).

El ADN de cada cromosoma es una molécula única muy larga y enrollada que contiene
secuencias lineales de genes (Figura 2.2). Éstos encierran, a su vez, instrucciones codificadas
para la construcción de las moléculas de proteínas y ARN necesarias para producir una copia
funcional de la célula. Para cada organismo los cromosomas codifican toda la información
necesaria para crear y mantener la vida, desde una bacteria hasta un ser humano.

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Figura 2.2. Representación de la estructura molecular del ADN.

Si la molécula de ADN humana se extendiera completamente tendría una longitud de 1.7


metros si se pudiera desenrollar todo el ADN contenido en todas las células de un humano no
se podría recorrer la distancia que hay de la tierra a la luna 6 000 veces.

Historia

En 1896, Johann Friedrich Miescher identificó una sustancia ácida débil que contenía fósforo,
aparentemente de un gran peso molecular, asociado al nucléolo de las células y de función
desconocida en células blancas humanas, a la que dio en nombre de nucleína. Esta sustancia
fue posteriormente llamada ácido desoxirribonucleico o ADN (Lederberg, 1993).

En 1889, Richard Altmann fue el primero en utilizar el término ácido nucleico. A partir de 1912,
los científicos sir William Henry Bragg y su hijo, sir William Lawrence Bragg, descubrieron y
pudieron deducir la estructura atómica de cristales por medio de patrones de difracción de
rayos X. Posteriormente Rosalind Franklin Maurice Wilkins del King`s College de londres,
obtuvieron datos acerca de la cristalografía por rayos X del ADN. Estos datos presentados por
Franklin y Wilkins demostraron que la molécula de ADN era probablemente una hélice, una
espira gigante, que fue lo que llevó a Watson y Crick a descifrar y determinar la estructura de
ADN.

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En 1949, el bioquímico Erwin Chargaff afirmó que la composición de ADN es especie-
específica, esto es, que la cantidad de ADN varia de una especia a otra. Más aún, Chargaff
encontró que la cantidad de adenina es igual a la de timina y la cantidad de guanina es igual a
la de citosina en los ADN de todas las especies (De Robertis, 1991).

A partir del descubrimiento de la nucleína, la función biológica de este material no se


descubrió sino casi un siglo después cuando Avery, MacLeod y MacCarty, en la década de los
cuarenta, establecieron que ese material nucleico ácido (específicamente ADN) contenía la
información hereditaria (Bohinski, 1991). Los tipos principales de macromoléculas son las
proteínas, formadas por cadenas lineales de aminoácidos; los ácidos nucleicos, ADN y ARN,
formados por bases nucleotìdicas, y los polisacáridos, formados por subunidades de azúcares.
Por muchos años se creyó que las proteínas eran las responsables de la transmisión de la
información hereditaria, debido a su complejidad equivalente a la del ADN (Alberts et al.,
1994).

El ADN está compuesto de cuatro subunidades, mientras que las proteínas constan de 20; la
molécula de ADN es lineal, en tanto que las proteínas se presentan en formas lineales y
globulares. Se ve claro que la simplicidad relativa del ADN no podría ser la encargada de llevar
la información genética necesaria para la gran variabilidad de vidas alrededor de nosotros. El
análisis químico reveló que los cromosomas consisten en un tipo particular de ADN y
proteínas, más o menos en partes iguales. Así, ambos eran candidatos por igual al cumplir la
función del material genético. Aunque las investigaciones de Frederick Griffith y de Oswald
Avery (1928) apuntaban al ADN como el material genético, los elegidos principales para
cumplir esta función eran las proteínas por su mayor complejidad química. La hipótesis era
lógica, pero resultó ser errónea y tiempo después se comprobó que la molécula que contenía
la información hereditaria era uno de los tipos de ácidos nucleicos, uno de los cuales se conoce
ahora como ácido desoxirribonucleico o ADN (Avers, 1983; Suzuky et al., 1992; passarge,
1995).

No fué hasta los años cuarenta, cerca de los cincuenta, que la mayoría de los biólogos
aceptaron que la molécula de ADN encontrada de los cromosomas es la responsable de la
transmisión hereditaria (Karp, 1987). La evidencia final de que el ADN, y no otra molécula, es la
que transite el material genético fué provista por A.D.Hershey y M.Chase en 1952 por sus
experimentos con bacteriófagos (Passarge, 1995).

En 1953 James Watson, biólogo norteamericano y Francis Crick, físico inglés, descifraron la
estructura química del ADN. En esta época ambos acumularon la información acerca de

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estudios previos en este campo de la investigación. No experimentaron en el sentido usual,
sino que se dedicaron a tratar de unificar todo lo referente al ADN en todo coherente (Curtis,
1985). Los datos empíricos fundamentales provenían de los estudios previos de Chargaff sobre
la composición de las bases de los ADN y de los estudios del ADN por difracción de rayos X que
en aquellos años estaban efectuando Maurice Wilkins y Rosalind E. Franklin en Londres. Por
sus aportaciones, Watson, Crick y Wilkins recibieron el premio Nobel en 1962 (Dickerson,
1983). Basándose en estos hechos Watson y Crick propusieron en 1953 una estructura modelo
para la molécula de ADN (Figura 2.3) que explicaba las conocidas propiedades del gen:

1. Capacidad para reproducirse exactamente y de mutar.

2. Transmisión de información.

Watson y Crick sugirieron y demostraron que la molécula de ADN es una doble hélice
entrelazada. Cada hélice es una cadena de nucleótidos unidos por enlaces fosfodièster en la
que pares de bases establecen puentes de hidrógeno específicos entre ellos (Crick y Watson
1953).

Figura 2.3. Crick y Watson 1953 explicando el modelo del ADN.

La elucidación de la estructura del ADN por Watson y Crick, en 1953, fue uno de los
descubrimientos mas apasionantes de la genética, lo que provocó un impacto particularmente
intenso al presentar, con su propia estructura, indicios de como podría el ADN desempeñar sus
funciones de almacenamiento y transmisión de la información genética. Esto abrió el camino a
la comprensión, en términos moleculares, de la herencia y de la forma de actuar de los genes
(Investigación y Ciencia, 1985; Wolfe, 1993).

En el número del 25 de abril de 1953 de la revista Nature, Watson y Crick, trabajando en el


Cavendish Laboratory de Cambridge, Inglaterra, usaron sólo unas mil palabras para relatar su

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descubrimiento de la estructura tridimensional del ADN estos investigadores propusieron lo
siguiente:

1. La molécula de ADN tiene una estructura de doble hélice integrada por dos cadenas
alineadas con polaridad opuesta –una que corre en sentido 3l 5l y otra que lo hace en
sentido 5l 3l- y retorcidas con giro hacia la derecha.

2. Las bases purínicas y pirimidínicas están dentro de la estructura helicoidal en las que las
bases opuestas que se encuentran sobre las dos cadenas forman puentes de hidrógeno a todo
lo largo de la doble cadena. Se demostró que este planteamiento es correcto y ha sido
aceptado en general como el logro aislado que revolucionó las ciencias biológicas en el siglo
XX. Por lo tanto, cuando Watson y Crick informaron en 1953 que habían resuelto la estructura
molecular del ADN dio comienzo una nueva era en la bioquímica y la biología (Crick y Watson,
1953; Bohinsky, 1991).

Estructura

Componentes. Las sustancias que componen al ADN son: azúcares sencillos del tipo de la
desoxirribosa, radicales fosfóricos y ciertos compuestos nitrogenados, bases púricas y
pirimídicas (adenina, guanina, citosina y timina) (Avers, 1983).

Una pentosa, la desoxirribosa, se usa como constituyente de las grandes cadenas de ácidos
nucleicos (figura 2.4). La desoxirribosa carece de un grupo OH sobre el carbono 2l esto es, se
sustituye el grupo OH por un H la β-D-2-desoxirribosa está compuesta por cinco átomos de
carbono unidos en una estructura anular de furanosa como un átomo de oxígeno.

Figura 2.4. Desoxirribosa.

El primer átomo de carbono (1l) es el que se une a una de las cuatro bases nitrogenadas. El
grupo fosfato se une en el carbono 3l y en el carbono 5l. (Alberts et al., 1994).

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En los polinucleòtidos el azúcar y el fosfato de los monómeros nucleotídicos adyacentes se
unen por medio de enlaces éster. Como el azúcar y el fosfato de cada monómero también
están unidos por medio de un enlace éster, la unión fosfato-azúcar, a lo largo del esqueleto de
la cadena polinucleotídica se llama enlace fosfodiéster. Las bases nitrogenadas no tienes más
enlaces covalentes que los que las unen al azúcar del esqueleto. Las bases que se observan
más a menudo en el ADN son las purinas adenina (A) y guanina (G) y las pirimidinas citosina (C)
y timina (T) (Figura 2.5). Es la secuencia de bases nitrogenadas a lo largo del esqueleto
invariable de azúcar-fosfato lo que determina la estructura única del ADN (Lewin,1993).

Figura 2.5. Bases nitrogenadas constituyentes del ADN.

Existen algunas generalizaciones importantes respecto a los patrones de composición de bases


nitrogenadas en el ADN, independientemente de su origen (excepto algunos ADN virales).
Estas generalizaciones han llegado a conocerse como reglas de Chargaff en honor a E. Chargaff
quien fue el primero en identificarlas a mediados del siglo XX. Esas generalizaciones son (Eigen
et al., 1981; Curtis, 1985):

1. El número de bases purínicas (A + G) está en equilibrio con el número de bases pirimídicas (T


+ C); es decir, la razón aritmética entre purinas y pirimidinas es muy próxima a 1 (purinas /
pirimidinas =1.0).

2. El número de residuos de adenina está en equilibrio con el número de residuos de timina; es


decir, la razón entre adenina y timina es muy cercana a 1 (A/T = 1.0).

3. El número de residuos de guanina está en equilibrio con el número de residuos de citosina;


es decir, la razón entre guanina y citosina es muy cercana a 1 (G/C = 1.0).

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El patrón de interacción entre las bases nitrogenadas concuerda perfectamente con las
observaciones de Chargaff. Siempre hay una purina unida por puentes de hidrógeno a una
pirimidina. Por lo tanto, la adenina siempre está unida por puentes de hidrógeno a la timina
A=T (de ahí la razón A/T= 1.0) y la guanina siempre esta unida por puentes de hidrógeno a la
citosina G-C (de ahí la razón G/C=1.0). Otras combinaciones de pares de bases (pb) son
incompatibles con la geometría de la doble hélice. Por consiguiente, las combinaciones A=T y
G=C reciben el nombre de pares de bases complementarias. Más aún, la secuencia de bases de
una cadena es complementaria a la secuencia de la otra. La fuerza de enlace de un par G=C con
tres pares de puentes de hidrógeno es mayor que la del par A=T, que sólo tiene dos.

Los modelos espaciales muestran la disposición coplanar de los enlaces de estos sistemas
anulares aromáticos heterocíclicos. Aunque A, G, C y T contienen dipolos, lo que les
proporciona el potencial para las interacciones mediante puentes de hidrógeno (Figura 2.6), la
índole aromática de los anillos les confiere un carácter apolar y esto permite que las purinas y
pirimidinas también participen en asociaciones hidrofóbicas (Bohinski, 1991).

Figura 2.6.Interación purinas pirimidinas mediante puentes de hidrógeno.

El orden de las bases nucleotìdicas a lo largo de las cadenas determina la información que
específica la composición de todas las moléculas proteicas de un organismo. La especificidad
del apareamiento de bases es la característica estructural más importante del ADN (Passarge,
1995). La porción integrada por azúcar–base nitrogenada se denomina nucleósido. Por lo
común el enlace covalente se forma entre el átomo C1 del azúcar y el átomo N1 de una
pirimidina o el N9 de una purina. Un nucleótido es un nucleósido en cuya unidad de azúcar hay
un grupo fosfato unido por un enlace éster. Por lo general el enlace ocurre en la posición 5l de
la pentosa4 (Bohinski, 1991). A los nucleótidos, es decir, la unión de un nucleósido con uno o
más grupos fosfatos, se les nombra de acuerdo con el número de grupos fosfato a los cuales

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estén unidos, esto es, monofosfonucleótidos, difosfonucleótidos o trifosfonucleótidos. Todos
estos tipos existen en células vivas, por ejemplo adenosin monofosfato, adenosin difosfato,
adenosin trifosfato (Lewin, 1994). Hay cuatro tipos de nucleótidos idénticos excepto por la
base. Las bases adenina y guanina consisten en dos anillos mientras las bases citosina y timina
están conformadas por un anillo solamente.

El exterior de la doble hélice del ADN está dominado por los armazones de las dos hebras
entrelazadas. Cada hebra, un largo polímero de subunidades llamadas monómeros, posee un
esqueleto en el que alternan grupos fosfatos con azúcar, la desoxirribosa, formando una
cadena unida por enlaces covalentes (Investigación y ciencia, 1985; Wolfe, 1985). La doble
cadena de ácido desoxirribonucleico está compuesta de una estructura principal formada por
un azúcar desoxirribosa y grupos fosfatos; este esqueleto esta unido a bases nitrogenadas, las
cuales están conectadas por enlaces no covalentes entre ellas (Figura 2.7).

Figura 2.7. Esqueleto básico de la molécula del ADN.

Las cadenas presentan polaridad o dirección: presentan paralelismo en el dúplex, aunque con
sentidos opuestos y con un paso de rosca dextrógiro (Investigación y ciencia, 1985), ya que la
estructura del ADN se presenta como una doble hélice hacia la derecha, con alrededor de 10
pares de nucleótidos por giro. La separación óptima entre las bases es de 3.4 nm (Passarge,
1995).

El código genético

El código genético está especificado por el orden de las adeninas, timinas, guaninas y citosinas
en la hebra de ADN (Figura 2.8). Una sección de la hebra usualmente tiene una secuencia
única de pares de bases y, dado que un gen es meramente una de estas secciones del ADN,

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entonces también posee una secuencia única de pares de bases que puede ser usada para
distinguir el gen de otros genes y poder “mapear” su localización en el cromosoma.

Figura 2.8. Representación del código genético, cada triplete codifica para un aminoácido.

El ADN transfiere información al ARN mensajero (ARNm) en forma de un código (transcripción)


definido por una secuencia nucleótidica, lo cual, es nominado “código genético”. Durante la
síntesis de proteínas (traducción), los ribosomas se mueven a lo margo de la molécula de
ARNm y “leen” su secuencia por segmentos de tres nucleótidos a la vez (codón) desde el
extremo 5l y hacia 3l. Cada aminoácido de la cadena polipeptídica sintetisado es codificado por
un codón del ARNm, los cuales se aparean con otro triplete complementario (anticodón)
situado en el ARN de transferencia (ARNt).

Empaquetamiento del ADN

Se ha descrito el ADN como si se tratara de un ADN desnudo. La situación real es considerable


más complicada, dada la existencia de niveles de empaquetamiento del ADN. La estructura
secundaria está dada por asas o loops que ocurren entre bases complementarias posicionadas
muy cerca, dadas por las interacciones de los puentes de hidrógeno (Lewin, 1993).

Las cantidades de ADN nuclear aparecen íntimamente asociadas, casi sin excepción, con
proteínas denominadas histonas. Estas últimas envuelven el ADN, confiriéndole una forma
compacta y ordenada conocida como cromatina. La subunidad fundamental de la estructura
cromatínica es el nucleosoma. Un nucleosoma consiste aproximadamente 1.8 vueltas de ADN
alrededor del complejo de proteínas histonas (Wolfe, 1993; Friedman et al., 1997). El siguiente
nivel se caracteriza por el enrollamiento de rosarios de nucleosomas que adoptan la forma de
selenoides, cada vuelta del selenoide contiene alrededor de 1 200 pb de ADN. Posteriormente,
una serie de nucleosomas estrechamente empaquetados formando asas corresponde a un
segmento de cromosoma de alrededor de 300 mn. Otro nivel de empaquetamiento
corresponde a aun segmento más compactado de cromosomas en metafase. A esta forma se

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le denomina cromosoma condensado (Passarge, 1995). Un resumen del nivel de compactación
se presenta en la figura 2.9. Una de las consecuencias de esta compactación ordenada es
facilitar la aproximación en la cromatina de elementos secuenciales separados por distancias
considerables a lo largo del ADN (Lewin, 1993).

Figura 2.9. Niveles de empaquetamiento del ADN.

Bibliografía

Alberts, Bray, Lexis, Raff, Roberts, Watson (1994). Molecular biology of the cell. Tercera edición, Garland Publishing.

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http://www.genetech.com

21
3

MUTACIÓN

M en C Mónica Reynoso Silva. Laboratorio de Mutagénesis Ambiental, DBCM, CUCBA, Universidad de


Guadalajara.

En la genética el término mutación se refiere a cambios en el material genético que incluyen:


alteración de la secuencia de nucleótidos, deleciones cromosómicas y alteraciones en el
número cromosómico. Todos los organismos pueden sufrir mutaciones, si este cambio ocurre
en nucleótidos particulares puede resultar en un aminoácido diferente y esta modificación
altera seriamente las propiedades de una proteína. Debido a este tipo de errores se presentan
diversos fenotipos respecto a un mismo carácter. En general, para la biología una mutación es
un evento de gran importancia debido a que este es uno de los fenómenos que han
posibilitado la evolución y a su vez dado origen a la gran diversidad de especies existentes en la
naturaleza (animales y plantas). Además de aportar a la evolución, las mutaciones permiten
las diferencias entre los individuos de una misma especie, por lo tanto, podemos decir que
cada ser es un experimento único de la naturaleza, con excepción de algunos casos
minoritarios como el de los gemelos monocigóticos, los cuales, poseen el genotipo idéntico y
las diferencias entre ellos son causadas por el ambiente; estas personas tienen diferente
fenotipo pero un mismo genotipo.

Las mutaciones ocurridas en las células germinales dan origen a cambios heredables en la
estructura y en la información y salvo algunas excepciones no son hereditarias cuando ocurren
en tejido somático.

Todos los organismos sufren cierto número de mutaciones como resultado de errores en los
procesos celulares normales o de interacciones aleatorias con el medio ambiente, tales
cambios se llaman mutaciones espontaneas y son impredecibles y, aunque poco, probables se
acumulan en las poblaciones, en otras palabras, aunque las mutaciones particulares son poco
frecuentes existe un gran variedad de ellas de manera que podemos observar con cierta
frecuencia más de algun tipo mutante.

Tipos de mutaciones

22
Las mutaciones son de muy diversos tamaños y naturaleza. Una mutación génica (llamada así
porque no son visibles al microscopio) con cambios en el ADN que comprenden desde una
base hasta secuencias de varios génes. Las mutaciones que alteran en el número o estructura
de los cromosómas se llaman mutaciones cromosómicas, mientras que múltiplos del número
cromosómico total de cada especie se llaman genómicas. Abordaremos con cierto detalle cada
una de ellas.

Mutación génica. Por sus características este tipo de mutación puede ser llamada de diferentes
maneras: las mutaciones génicas de una sola base incluyen: deleciones (pérdida de una base),
adiciones (adición de una base) y sustituciones (se sustituye una base por otra). Todas ellas
producen alteraciones en la composición del triplete. Las sustituciones cambian el sentido del
triplete: unidad de codificación del ADN. Las adiciones o inserciones conducen a un
defazamiento del marco de lectura y, como como consecuencia, los tripletes no son leídos
correctamente: se cambia todo el mensaje. La consecuencia es la producción de una proteína
no funcional o simplemente no hay producción de proteína. El siguiente caso ilustra lo
mencionado:

HOY SOY AMO DEL SOL cada palabra representa un triplete

HOY SYA MOD ELS L efecto de una deleción de O

HOY SOY PAM ODE LSO L efecto de una insersión de P

HOY SOY AMA DEL SOL efecto de una sustitución O por A

En el último caso se clasifican en transiciones y transversiones. Las transiciones son errores en


las bases ADN en las que una purina (base con dos anillos) es sustituida por otra purina o una
pirimidina por otra pirimidina. En las transversiones una purina es sustituida por una
pirimidina o viceversa (Figura 3.1).

23
TRANSVERSIÓN TRANSICIÓN
A T

C G

Figura 3.1. (A) Estructura de la bases nitrogenadas purinas y pirimidinas.(B) Esquema que
ilustra el tránsito de bases nitrogenadas. Las líneas internas indican las mutaciones de
transición, las externas las mutaciones de transversión.

La mutación puede ocurrir como resultados de errores fortuitos en las cadenas del ADN, sin
embargo, algunos agentes químicos o biológicos suelen producirlas también y con altas
frecuencias. En la figura 3.2 se observa el mecanismo molecular de una mutación inducida.

Figura 3.2 Acción química del etilmetanosulfonato (EMS) sobre bases nitrogenadas. El EMS
actúa sobre el doble enlace del oxígeno en la guanina y la timina e induce la unión del oxígeno
con cadenas carboxílicas. En el primer caso la guanina (que normalmente se aparea con
citosina) forma o-6-etilguanina que se aparea con tiamina. Todo lo anterior conduce a la
introducción de un apareamiento erróneo. Similar situación se presenta para la timina.

Las mutaciones de las que se describieron tienen diversas consecuencias como se observa en
el cuadro 3.1

Los efectos de una misma mutación son distintos dependiendo del gen en el que ocurrió y el
tipo de célula. En ocasiones una mutación puntual ocurre en genes cuyo producto génico
resultante no compromete la existencia del individuo. En otras ocasiones los efectos pueden

24
ser devastadores. Existen también ciertos puntos en donde la mutación ocurre con mayor
frecuencia de los esperado, a estas zonas se les conoce como puntos calientes. El estudio
realizado por Jeffrey Miller y sus colaboradores en el gen de lacI demostró ciertos puntos ¨
calientes¨ resultado de secuencias repetidas. En la Figura 3.3 se observa la frecuencia de
mutación espontanea en el gen lacI .

Figura 3.3. Distribución de la mutación espontanea en el gen lacI. Los cuadros representan las
mutaciones ocurridas. Como se observa, en ciertas regiones la frecuencia es notablemente
superior. La región coloreada en naranja representa mutaciones de reversión rápida. Debajo
del mapa de I se representan las deleciones. Tomado de P.J. Farabaugh, U Schmeissner, M.
Hofer y J. H. Miller, Journal of molecular biology 126, 1978, 847)

Los errores en la replicación ocasionan mutaciones puntuales que alteran el marco de lectura.
Estas mutaciones ocurren con frecuencia en secuencias repetidas. En la figura 3.4 se presenta
un modelo para explicar los cambios de fase durante la síntesis del ADN.

25
Figura 3.4. Las cadenas representan la síntesis del ADN. La cadena molde en rojo es la plantilla
para la síntesis de una nueva cadena (en azul). En el primer caso, izquierda, en la cadena
molde ocurre un pliege en el segundo caso, derecha, el pliege ocurre en la nueva cadena.

En las deleciones y duplicaciones ocurren cambios que van desde unas cuantas bases hasta
miles y, también, ocurren con frecuencia y suelen presentarse como resultado de secuencias
repetidas (Figura 3.5).

Figura 3.5. Secuencias analizadas en 1978 por Miller y colaboradores. Deleción de lacI. Las
regiones coloreadas representan las secuencias repetidas, la ruptura suele darse como se
muestra en las barras: se una incluye la secuencia repetida y la sección intermedia. Se
observan otras secuencias estudiadas por Miller. (Tomado de P. J. Farabaugh, U. Schemeissner,
M. Hofer y J. M. Miller, Journal of Molecular Biology 126,1978, 847)

Las mutaciones génicas conducen a fenotipos diversos que van desde una deficiencia hasta
situaciones que comprometen la vida de un organismo. En el cuadro 3.1 se presentan algunas
enfermedades genéticas y se ilustra la relación con la mutación.

Nombre de la enfermedad y Tipo de mutación Fenotipo


características fenotípicas
Galactosemia. Caracterizada por la Deficiencia enzimática
incapacidad de descomponer la
galactosa de la lactosa.

Albinismo. Pérdida de la capacidad de Deficiencia enzimática de la tirosinasa o bien


síntesis de la melanina. utilización errónea de la tirosina.

26
Fenilcetonuria. Incapacidad de La fenilalanina hidroxilasa alterada ya acumulación de La fenilalanina juega un papel en la
metabolizar la fenilalanina. la fenilalanina. producción corporal de melanina, el
pigmento responsable del color de la
piel y del cabello. Por lo tanto, los
niños con esta afección usualmente
tienen un cutis, cabello y ojos más
claros que sus hermanos o hermanas
sin la enfermedad.

Hemofília. Deficiencia en la Alteración del sistema de complemento causada por


coagulación sanguínea. una reducción en la cantidad o en la actividad del
factor VIII de coagulación.

Distrofia muscular de Duchene. Pérdida o alteración de la síntesis de distrofina debida


Pérdida de la capacidad de a la deleción total o parcial del gen DMD localizado
movimiento al iniciar la pubertad. en el brazo corto del cromosoma X (región Xp 21). La
distrofina provoca el pronto deteriora de la membrana
de las fibras musculares.

Xeroderma Pigmentoso. Alteración Defecto en el proceso de escisión y reparación ADN.


del sistema de reparación del ADN y
aparición de cáncer de piel tras la
exposición a la luz ultravioleta.

Cuadro 3.1. Enfermedad génica, etiología y características de las enfermedades producidas.

Mutación cromosómica. La mutación cromosómica consiste en la alteración del número o


estructura de los cromosomas. Analicemos primero los cambios en la estructura.

Deleciones. Una deleción consiste en la pérdida de un trozo de cromosoma y puede implicar


fragmentos, incluso, imperceptibles al microscopio o hasta la pérdida de casi todo el
cromosoma. Un fragmento cromosómico puede perder funcionalidad y permanecer en el
citoplasma como pequeños cuerpos llamados micronúcleos. En otras ocasiones el fragmento
se inserta en otro cromosoma, este tipo de movimiento se llama translocación. En la figura 3.6
se pueden se presentan varios casos de deleción, duplicación y translocación.

Deleción terminal del cromosoma 18, pérdida parcial del brazo P.

27
Esquematización de una duplicación

Figura 3.6. Tipos


de deleciones
cromosómicas.

Translocación 5↔8

En algunas enfermedades genéticas se observan los fenómeno mencionados en la figura 3.7.


Los efectos que causan las pérdidas cromosómicas estarán en función de los genes que se
pierden. En la figura 3.7 se muestran varias enfermedades debidas a mutación cromosómica.

Figura 3.7. Etiología de algunas enfermedades cromosómica y características de la misma.

Enfermedad cromosómica Caraterísti etiología cariotipo

cas

Síndrome Retrazo Presencia de un


de Down mental cromosoma 21
extra (trisomía
Caracterís 21)

ticas
mongoloides

28
SindromeK Suelen ser Presencia de dos
linefelter altos cromomosomas X
y un solo Y
Voz femenina

Retraso
mental sin ser
una regla

Síndrome Llanto similar Pérdida de una


del al maullido de sección del brazo
maullido gato, iris del P del cromosoma
de gato ojo que 5
asemeja los
ojos de gato.

Cuando la mutación cromosómica implica la pérdida o ganancia de un cromosoma se le llama


aneuploidía: monosomía (síndrome de Turner 45, X0) cuando hay una sola copia del
cromosoma y triploidía cuando hay tres (47 XY + 21). Aunque las monosomías son frecuentes
en humanos en las plantas son más viables

La forma como se originan las monosomías se debe generalmente al fenómeno llamado no


disyunción durante la mitosis o la meiosis. En el caso de las trisomias (2+n) se produce un
desequilibrio cromosómico y puede generar alguna anormalidad o incluso la muerte.

La anormalidad cromosómica se puede originar también por algún error durante las divisiones
mitóticas del cigoto produciéndose así los casos de mosaicismo en la que el organismo
contiene células con distintos números de cromosomas. Estas células constituyen dos o más
líneas celulares, cada una derivada de una célula madre.

Mutaciones genómicas. La poliploidía es un ejemplo más de las mutaciones cromosómicas,


estas afectan al número cromosómico por números completos (genomios o cromosomas). Los
organismos normales tienen en sus núcleos dos juegos de cromosomas, los cuales son
diploides (2n); sin embargo en la naturaleza existen descendientes que tienen un número
mayor de juegos cromosómicos ósea que tienen más de dos juegos de cromosomas que el
numero diploide (2n) básico normal; a este fenómeno se le conoce como poliploidia.

Las mutaciones genómicas son incompatibles con la vida humana de los animales, sin
embargo, son frecuentes en plantas y esta vía constituye una exitosa vía d evolución.

29
Por el tipo de células en donde ocurren las mutaciones se pueden clasificar como somáticas y
germinales.

Mutación somática. Ocurre en un tejido somático en desarrollo dando origen a un conjunto de


células idénticas, todas ellas provenientes de la célula original en la que ocurrió la mutación.
Este grupo de células idénticas que provienen asexualmente de la célula progenitora recibe el
nombre de clon y pueden ocasionar la muerte celular localizada, una función celular alterada o
tumores. Cuando las mutaciones ocurren en la etapa temprana del desarrollo de la célula
darán origen a un mayor número de células mutantes, contrario a lo que ocurrirá en la etapa
tardía y nunca son heredables.

Mutación germinal. Las mutaciones en células germinales ocurren en un tejido que en última
instancia dará lugar a células sexuales. Se originan en algunas de las divisiones mitóticas o
meióticas de la gametogénesis. No influyen en el fenotipo de la célula o el individuo que la
sufre, ni en la capacidad reproductora de este, pero la mutación es heredable, transmitiéndose
a todas las células del organismo hijo y generando, en su caso, la alteración o enfermedad
hereditaria. Son habitualmente acontecimientos esporádicos, minoritarios y relativamente
frecuentes.

La mutación, según el campo que afecta, se puede clasificar de diversas formas:

Morfológicas. Afectan a las características visibles de un organismo tales como la forma, el


color o el tamaño).

Letales. Se reconoce por sus efectos sobre la supervivencia del organismo.

Condicionales. El mutante expresa su fenotipo en determinadas condiciones un ejemplo claro


ocurre en Drosophila, en la cual, se conoce una clase concreta de mutaciones denominada:
letal dominante sensible al calor. Los heterocigotos H+H son normales a 20º C pero mueren si
la temperatura a 30° C.

Mutaciones bioquímicas. Se identifican por la perdida o variación de alguna función


bioquímica.

Mutaciones de resistencia. Estas mutaciones confieren a la célula u organismo mutante la


capacidad para crecer en presencia de algún inhibidor especifico o de un patógeno que
bloquea el crecimiento de los tipos silvestres.

30
Hipomórfica. Determina alguna medida fenotípica menor que la correspondiente al silvestre.
Los hipermórficos tienen un exceso con respecto al tipo silvestre.

Amorfos. Algunas mutaciones crean alelos cuyo fenotipo es la ausencia completa de cierta
función silvestre.

En el cuadro 3.2 se pueden observar algunos ejemplos de estas mutaciones

Nombre genérico de la consecuencia fenotipo


mutación
Morfológica Afectación de la estructura
morfológica, por ejemplo, cambio de
la forma de las alas en Drósophila
melanogaster

Alas curly curvas alas normales

Bioquímica Cambios en la función molecular de


proteínas como enzimas. Algunas
enzimas pueden tener funciones
deficientes y alterar los productos
bioquímicos.

Letal Cambios muy diversos que conducen


a la muerte de un organismo. En
ocasiones impiden inclusive la
concepción del organismo. Se
presenta un ejemplo de mutación
incompatible con la vida.

Cuadro 3.2. Nombre genérico de algunas mutaciones y consecuencia de las mismas.

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31
4

MUTÁGENOS FÍSICOS QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS

María de la Paz Ramírez Muñoz. CIBO, IMSS. Luis Fernando Landeros Gutiérrez, Laboratorio
de Mutagénesis DBCM, CUCBA, Universidad de Guadalajara.

El desarrollo de las sociedades modernas se caracteriza por el uso de una gran


cantidad de sustancias químicas; las personas interactúan con ellas y se
incrementa el riesgo de padecer enfermedades provocadas por tales
sustancias, el cáncer es una de estas enfermedades.

Los organismos tienen una tendencia inherente a sufrir cambios de un estado


hereditario a otro (Suzuki et al., 1992). Los genes, como portadores de la
información genética, tienen la capacidad de sufrir alteraciones ocasionales, las
cuales pueden ser heredadas de una manera estable y predecible (Lewin,
2000), estos cambios explican las variaciones hereditarias y la diversidad que
se encuentran en el mundo biológico y que forman las bases de la evolución
(Guízar, 1994). La selección natural es la causa inmediata o proximal de un
cambio evolutivo, lo que surge como consecuencia de la existencia simultanea
de la variación heredada en forma estable y el exceso reproductivo de las
poblaciones; es una manifestación de la estabilidad del material genético y
replicación, transmisión y utilización de una generación de células y
organismos a la siguiente (Wiley, 1990).

Las alteraciones genéticas pueden ser heredadas o producidas en alguna


célula ya sea por un virus o por una lesión provocada de manera externa. El
cáncer es, en esencia, un proceso genético; una serie de mutaciones
secuenciales que conduce a la malignización de una única célula que se
multiplica; además ciertos factores son capaces de provocar cáncer en
individuos expuestos a ellos, entre estos se encuentran los virus, las
radiaciones y productos químicos, así como las alteraciones del sistema
inmunológico y la herencia (Guízar, 1994; Thompson et al., 1996; Lewin, 2000).

Por otra parte el desarrollo embrionario y fetal puede ser alterado por diversos
factores como: radiaciones, calor, sustancias químicas e infecciones maternas.
Las anormalidades congénitas también pueden ser causadas por una

32
alteración genética del feto, o por la acción conjunta de un agente teratógeno y
una alteración genética, alrededor de un 10% de las anormalidades congénitas
son causadas por factores externos. Diferentes infecciones padecidas por una
gestante también pueden lesionar al feto; la más típica, la rubeola, puede
producir retraso mental, ceguera y/o sordera en el recién nacido; sin embargo,
la vacunación de niñas y adolescentes evita que se produzca la infección
durante los futuros embarazos de esas mujeres. Otras infecciones que pueden
dañar al feto si se producen durante la gestación son la varicela, la
toxoplasmosis y la infección por citomegalovirus, entre otras (FitzGerald, 1980;
Guízar, 1994).

En 1969, en respuesta al gran interés por investigar la actividad mutagénica de


las sustancias químicas ambientales, se formo la Sociedad de Mutagénesis
Ambiental (Wiley, 1990); desde entonces se han instrumentado una gran
variedad de ensayos, tanto in vivo como in vitro, para estudiar la genotoxicidad
de diferentes agentes. Entre estos ensayos o metodologías tenemos: pruebas
con Drosophila melanogaster, prueba de Ames en bacterias, cultivos de
células, análisis de cariotipos, clonación de genes bacteriales, transfección,
enzimas de restricción, reacción en cadena de la polimerasa, hibridación de
ácidos nucleicos, pruebas citogenéticas e intercambio de cromátides hermanas
(Ashby, 1989; Wiley 1990). Desde 1979, el interés y los objetivos de la
mutagenesis ambiental fueron claramente enfocados en tres áreas: la
definición del rango de efectos producidos en humanos por los mutágenos, el
desarrollo de métodos confiables para la detección de los mismos y la
elucidación de mecanismos de daño cromosómico y mutación génica (Wiley,
1990).

Las ciencias de la salud ambiental incluyen disciplinas enfocadas al


descubrimiento de las interacciones ordinarias entre el humano y diversos
agentes químicos, físicos y biológicos que son dañinas a la salud; existen
diferentes centros de investigación y educativos, así como empresas que se
han dedicado al estudio de estas ciencias. El Centro para las Ciencias de la
Salud Ambiental (CEHS) es un centro de investigación multidisciplinaria del
colegio Whitaker de Ciencias de la Salud y Tecnología en el Instituto
Tecnológico de Masachussetts; las actividades de este centro están enfocadas

33
al estudio de los agentes responsables en nuestro ambiente de los cambios
genéticos en el humano. La investigación en el CEHS está organizada en tres
programas: los de calidad del aire y calidad del agua, dedicados al estudio del
comportamiento de los tóxicos químicos en el ambiente natural, con particular
énfasis en los procesos que llevan a la exposición humana, y el programa de
toxicología y epidemiología, que se encarga de estudiar las causas del cambio
genético que provoca enfermedades al humano.

Una empresa que se dedica a realizar estudios de este tipo es NuChemCo, la


cual ha trabajado en los campos de inspección ambiental y salud ocupacional
en los últimos 15 años; su principal actividad es el muestreo de campo y
evaluación de exposiciones a materiales peligrosos, realiza diversos tipos de
actividades de monitoreo de escapes y exposiciones peligrosas a agentes
químicos, físicos o biológicos. Algunos de los materiales más analizados
incluyen formaldehído, pesticidas, solventes orgánicos, vapores de plomo,
carcinógenos, teratógenos y mutágenos, además de materiales más comunes
como productos del petróleo, cloro y monóxido de carbono; también
proporcionan guías ambientales, de higiene industrial y consultas de seguridad
para almacenamiento de desechos, clínicas, laboratorios, procesos de
manufactura y producción, así como áreas de almacenamiento y recepción.

Mutación. Aunque la replicación del ácido desoxirribonucleico (ADN) es muy


precisa, no es perfecta; pueden producirse errores y, como consecuencia, el
nuevo ADN contendrá uno o más nucleótidos cambiados. Un error de este tipo,
que recibe el nombre de mutación, puede tener lugar en cualquier zona del
ADN; si esto se produce en la secuencia de nucleótidos que codifica en un
polipéptido particular, éste puede presentar un aminoácido cambiado en la
cadena polipeptídica y esta modificación puede alterar seriamente las
propiedades de la proteína resultante. Cuando se produce una mutación
durante la formación de los gametos, ésta se transmitirá a las siguientes
generaciones (Suzuki et al., 1992; Thompson et al., 1996; Lewin, 2000).

Una mutación es una variación espontanea o inducida del genoma, un cambio


en el material hereditario. Las mutaciones cambian la estructura y la
información heredada de los antecesores, y secuencia de ADN (Guízar, 1994;

34
Thompson et al., 1996; Lewin, 2000). Las mutaciones fueron descritas por
primera vez en 1901 por uno de los re descubridores de Mendel, el botánico
alemán Hugo De Vries. En 1929 el biólogo estadounidense Hermann Joseph
Muller observó que la tasa de mutaciones aumentaba considerablemente con
los rayos X. Más tarde se descubrió que otras formas de radiación, así como
las temperaturas elevadas y varios compuestos químicos, podían inducir
mutaciones (Suzuki et al., 1992).

De particular interés para la mutagénesis es el resultado del daño oxidativo del


ADN, las formas reactivas de oxígeno tienen diferentes orígenes, tanto
exógenos como intracelulares; los orígenes ambientales de radicales de
oxígeno (superóxido [02-] y radicales hidroxilo [OH]) y otras especies reactivas
(por ejemplo H2O2) incluyen algunos mutágenos y carcinógenos muy
conocidos (como radiación ionizante, peróxidos orgánicos y quinonas). Se han
identificado más de 100 diferentes lesiones al azúcar y las bases del ADN por
radicales del oxígeno producidos por rayos X o rayos ; otros estudios de
carcinogénesis indican un papel importante del daño oxidativo endógeno al
ADN, el cual esta balanceado por elaborados sistemas de defensa y reparación
(Wiley, 1990).

Las lesiones del ADN que escapan a la reparación tienen cierta probabilidad de
ocasionar mutaciones, la efectividad de una lesión depende de su reparación y
del rango de división celular del tejido, esto determina la probabilidad de
convertir las lesiones al ADN en mutaciones. Una división celular continua
incrementa la probabilidad de ocurrencia de mutaciones y, por lo tanto, el
cáncer; los rangos de división celular están influenciados por niveles
hormonales, crecimiento, citotoxicidad e inflamación; disminuye con restricción
calórica o se incrementan con altas dosis de químicos. Cuando ambos, el
rango de lesiones al ADN y la división celular, están incrementados habrá un
efecto multiplicativo en la mutagénesis y carcinogénesis (Ames et al., 1993;
Ames y Gold, 1999).

Todos los organismos sufren cierto número de mutaciones como resultado de


los procesos celulares normales o de interacciones aleatorias con el medio
ambiente; tales mutaciones se llaman espontaneas y son impredecibles,

35
producidas en ausencia de un mutágeno conocido; el rango en el cual ocurren
es característico para cada organismo en particular. Por otra parte, una
mutación inducida es aquella que se produce como consecuencia de la
exposición a una sustancia mutagénica (Lewin, 2000). El rango de mutación de
un gen usualmente se expresa como el número de nuevas mutaciones por
locus por generación, el rango medio de mutación de un gen es de
aproximadamente 1x10-6 mutaciones por locus por generación (Thompson et
al., 1996).

Los resultados de una mutación pueden variar desde indetectables hasta


letales (Lewin 2000); un cambio nucleotídico o mutación en un gen pueden
llevar a la formación de una proteína variante, otros cambios en el ADN pueden
no tener efecto fenotípico debido a que el cambio no altera la secuencia de
aminoácidos de un polipéptido o por que el cambio resultante en la secuencia
de aminoácidos ocurre en una región no crítica del péptido; muchas proteínas
normalmente existen en dos o más formas relativamente comunes,
genéticamente y estructuralmente diferentes, situación que se conoce como
polimorfismo (Guízar, 1994; Thompson et al., 1996). Una enfermedad genética
es la más obvia y, a menudo, la más extrema manifestación de un cambio
genético dentro de un panorama de variabilidad genética enteramente normal
(Thompson et al., 1996); sin embargo, algunas actividades humanas y ciertos
factores, como la exposición a radiaciones fotónicas y corpusculares, los rayos
X, los materiales radiactivos y compuestos químicos, así como sustancias
mutágenas, son responsables del aumento de las mutaciones (Guízar, 1994).

A la carga heredada de mutaciones de nuestros ancestros se añaden las


mutaciones que el individuo acumula durante su existencia, ya sea por
mutación espontanea o por mutágenos físicos, químicos o biológicos. Como se
mencionó, las mutaciones pueden ser originadas por mecanismos normales
que tienen las células para duplicar o reparar el ADN, o bien por que agentes
físicos como radiaciones producen formas tautoméricas de las bases que
originas transiciones o transversiones; también pueden producirse mecanismos
de desaminación de las bases debido a sustancias químicas que interaccionan
con las bases produciendo los cambios descritos). Actualmente se conocen
varios mecanismos moleculares de la acción de los mutágenos; respecto a los

36
mutágenos biológicos, por ejemplo, han sido de especial importancia los
cambios en el ADN que producen los virus, ya que pueden activar oncogenes
(Guízar, 1994).

Mutágenos. La ocurrencia de mutaciones puede incrementarse debido al


tratamiento o a la exposición a ciertos compuestos llamados mutágenos, y los
cambios que ocasionan son mutaciones inducidas (Lewin, 2000). Un mutágeno
es un agente causante de que las mutaciones ocurran con una frecuencia
superior a la espontánea, incrementa el rango de mutación espontánea al
causar cambios en el ADN (Suzuki et al., 1992; Ames et al., 1993; Guízar,
1994; Thompson et al., 1996; Lewin, 2000). Se ha demostrado la existencia de
mutágenos ambientales en diferentes espacios de desarrollo del humano
(Kleinsasser et al., 2000). Además, las células están expuestas naturalmente a
muchos agentes mutágenos de origen tanto endógeno como exógeno; en
1947, Aurbach y Robson descubrieron el primero (gas mostaza) de los muchos
cientos de mutágenos químicos que ahora se conocen (Wiley, 1990). Los
mutágenos son sustancias o agentes que pueden ocasionar cambios en el
material genético de las células vivas; aproximadamente la mitad de los
mutágenos son carcinógenos (Gold et al., 1993), un ejemplo de mutágeno y
carcinógeno en estudio es el acetaldehído (Wang et al., 2000).

La potencia de un mutágeno se juzga por el grado en que incrementa el rango


de mutación por arriba del espontáneo, muchos mutágenos actúan
directamente por su capacidad de afectar una base del ADN en particular o
bien por ser incorporados al ácido nucleico (Lewin, 2000). Algunos agentes
ambientales actúan como mutágenos y causan mutaciones somáticas y éstas,
a su vez, son responsables de carcinogénesis. De acuerdo con estimaciones
basadas en datos de las consecuencias de los bombardeos atómicos de
Hiroshima y Nagasaki, alrededor del 75% del riesgo de cáncer puede tener
origen ambiental (Guízar, 1994), existe un periodo de latencia de cinco años
para el desarrollo de leucemia y de hasta 40 años para algunos tumores
(Thompson et al., 1996).

Los mutágenos se dividen principalmente en agentes físicos, químicos y


biológicos. Al primer grupo le corresponde principalmente la radiación, y en el

37
segundo se incluyen numerosos agentes con propiedades farmacológicas y
terapéuticas que también pueden ser carcinógenos (aflatoxina, aminobifenilo,
arsenicales, asbesto, auramiruro de vinilo, cromo, dietiletilbestrol, fenacetina,
fenitolina, gas mostaza, hollín isopropilos, melfalán, metilcolantreno,
naftilamina, níquel, nitrosaminas, oximetalonas, radón, azatioprina) (Henderson
et al., 1993; Guízar, 1994; Zúñiga et al., 1996). Los medicamentos utilizados en
quimioterapia antineoplásica llegan a producir leucemias u otros padecimientos
secundarios al tratamiento de neoplasias (Kapadia et al., 1980; Pdersen et al.,
1981; Ratain et al., 1987). Por otra parte, mezclas de quimioterapia y
radioterapia producen anormalidades cromosómicas (Pederson, 1981; Le Beau
et al., 1986) y la combinación de drogas quimioterapéuticas pueden producir
cáncer (Ratain et al., 1987).

En la base de datos de potencial carcinogénico (CPDB) se puede consultar una


comparación de órganos blancos para mutágenos y no mutágenos para 351
carcinógenos en roedores, con evaluaciones de mutagenicidad en Salmonella.
Estos datos llevan a varios resultados: una alta proporción de mutágenos y no
mutágenos induce tumores en bioensayos con roedores, y los mutágenos
comparados con los no mutágenos tienen: a) más probabilidad de ser
carcinogénicos; b) más probabilidad de inducir tumores en múltiples sitios, y c)
más probabilidad de ser carcinógenos en dos especies. Mutágenos y no
mutágenos inducen tumores en una gran variedad de sitios y muchos órganos
son sitios blanco para ambos; el 79% o más de los carcinógenos (mutágenos o
no) son positivos en al menos uno de los ocho sitios blanco frecuentes: hígado
,pulmón, glándula mamaria, estómago, sistema vascular, riñón, sistema
hematopoyético y vejiga (Gold et al., 1993).

Mutágenos físicos. La radiación eleva las probabilidades de eventos


mutacionales al ocasionar rompimientos, arreglos y/o distorsión de la cadena
de ADN al alterar las bases (dímeros de timina), bloqueando así futuras
replicaciones. Los rayos ultravioleta, X y γ lesionan al ADN de diferentes
maneras; la luz ultravioleta introduce varios tipos de lesiones al ADN, de los
cuales los dímeros de pirimidina son fotoproductos implicados en muerte
celular y mutagénesis debido a que los fotoproductos pueden ser removidos del
ADN por mecanismos de reparación; el rango y la eficiencia de la remoción es

38
crítico para el nivel de inducción de mutación por luz ultravioleta (Wiley, 1990).
Otras lesiones por radiación incluyen la creación de sitios apurinínicos o
apirimidínicos por eliminación de las bases correspondientes, pueden
producirse rupturas en las cadenas sencillas o dobles o entrecruzamiento entre
ellas (Murray et al., 1992).

La principal importancia de las radiaciones ionizantes radica en que tiene


acción mutagénica por su capacidad de producir aberraciones cromosómicas
visibles (como rupturas o translocaciones cromosómicas) o bien a nivel
genómico (Guízar, 1994). La radiación es más dañina en personas con
defectos en sus sistemas de reparación del ADN, y el riesgo es mayor para
niños menores de 10 años y ancianos (Thompdon et al., 1996). Podemos estar
expuestos a algún grado de radiación ionizante por exposición médica
(Sakahara et al., 1992), energía nuclear, etc., sin embargo, aún existe gran
incertidumbre acerca de la magnitud de los efectos de la radiación,
especialmente a bajos niveles (Guízar, 1994).

Debido a que le excesiva exposición a radiaciones ionizantes puede


incrementar el riesgo de cáncer, los rayos X, muy utilizados en medicina y
odontología, están ajustados para emitir la menor dosis posible sin sacrificar la
calidad de la imagen, pero aun así se han encontrado efectos dañinos. Los
efectos biológicos de una misma dosis de radiación varían en forma
considerable según el tiempo de exposición, los que aparecen tras una
irradiación rápida se deben a la muerte de las células y pueden hacerse
visibles pasadas horas, días o semanas. Una exposición prolongada se tolera
mejor y es más fácil de repara, aunque la dosis radioactiva sea elevada; no
obstante, si la cantidad es suficiente para causar trastornos graves, la
recuperación será lenta e incluso imposible; la irradiación en pequeña cantidad,
aunque no mate a las células, puede producir alteraciones a largo plazo
(Heddle et al., 1978; Waldren et al., 1986; Collins y Allen, 1992; Fucic et al.,
1992; Sakahara et al., 1992).

La radiación absorbida se mide en grays (1 gray equivale a 1 julio de energía


absorbido por kilogramo de material; su símbolo es Gy); con dosis superiores a
1 Gy se produce una reducción significativa del número de células sanguíneas

39
como consecuencia del daño a la médula ósea, lo que conduce a un aumento
de la susceptibilidad a las infecciones, la presencia de hemorragias y anemia.
La experiencia obtenida tras las exposiciones de las bombas atómicas en
Hiroshima y Nagasaki y tras otros accidentes con fuentes radioactivas, pruebas
con armas nucleares y plantas que emplean energía nuclear, ha permitido
obtener conclusiones importantes (Schull, 1983).

La radiación de redes o tendidos eléctricos, radares, canales o redes de


comunicación y hornos de microondas no es ionizante; durante mucho tiempo
se ha creído que este tipo de radiación es perjudicial sólo en cantidad elevada
y que produce quemaduras, cataratas, esterilidad temporal, etc. Con la
proliferación de este tipo de mecanismos, comienzan a ser materia de
investigación científica las posibles consecuencias de una exposición
prolongada a pequeñas cantidades de radiaciones no ionizantes y, aunque se
desconoce por el momento que repercusión tienen sobre la salud, se han
observado algunas consecuencias bilógicas; se han realizado estudios acerca
del efecto de los campos magnéticos sobre diferentes tipos de células, pero
aún existe controversia acerca de su acción mutagénica y de su posible efecto
sinergista con otros mutágenos físicos o químicos (El Nahas y Oraby, 1989;
Fucic et al., 1992; Ansari y Hei, 2000; Maes et al., 2000).

Mutágenos químicos. Los mutágenos químicos ocasionan inestabilidad


general que produce cambios químicos en el ADN; cambian químicamente las
bases, con lo que causan errores de apareamiento.

Existen diferentes tipos de mutágenos químicos: los agentes alquilantes son un


grupo de sustancias químicas que alquilan (por ejemplo, metilan o etilan) las
bases de los ácidos nucleicos. Todos los nitrógenos y oxígenos de las bases
pueden ser alquilados, y la alquilación guía a diferentes productos (Wiley,
1990); algunos ejemplos de agentes alquilantes son: ifosfamida, melfalán,
thiotepa, clorambucil, busulfán (Kirkland, 1993). Se ha demostrado que el daño
al ADN producido en hojas de tabaco por algunos agentes alquilantes no puede
ser reparado y persiste por más de cuatro semanas (Gichner et al., 2000). Otro
tipo de mutágenos químicos son los análogos de base como 6-mercaptopurina,
arabinosa-c (Zúñiga et al., 1998), clastógenos como ciclofosfamida (Kirkland,

40
1993) y colchicina (Zúñiga et al., 1998), aneuploidógenos ( Asano et al., 1989),
etc., estas sustancias ocasionan diversas alteraciones, como rompimientos
cromosómicos, aneuploídias, inserciones equivocadas por similaridad con las
bases, etc. (Lewin, 2000). Otros mutágenos químicos son: gas mostaza,
etilmetano sulfonato, fenol, formaldehído, 5 bromouracilo, methotrexate,
hexano y otras sustancias químicas (Heddle et al., 1978; Scott et al., 1991;
Kasahara et al., 1992; Egeli et al., 2000). Los mutágenos químicos pueden
encontrarse también como componentes de la dieta, carcinógenos industriales
y desechos tóxicos (Guízar, 1994), el furano, solvente de resinas y lacas,
componente del smog y cigarros (Wilson, 1992), así como los insecticidas
(Herrera, 1992) y pesticidas (Antonucci y Syllos, 2000; Garaj-Vrhovac y
Zeljezic, 2000).

Un ejemplo de la acción de los mutágenos químicos sobre el ADN es el ácido


nitroso, el cual, desarrolla una desaminación oxidativa que convierte la citosina
en uracilo y la adenina en guanina, ocasionando futuros errores en la
replicación del ADN (Figura 1). Algunos mutágenos son análogos de bases con
propiedades de apareamiento ambiguas (como el bromouracilo) y su acción
mutágenica resulta de su incorporación al ADN en lugar de una de las bases
regulares produciendo futuras rupturas en la hebra de ADN (Lewin, 2000).

Figura 1. Las mutaciones pueden ser inducidas por la modificación química de una base. El
ácido nitroso desamina oxidativamente la citocina a uracilo. La replicación genera una cadena
dúplex hija con el par original G-C, pero la otra tiene un par A-U, el cual es replicado para dar
pares A-T en subsecuentes generaciones

La creación de sitios apurínicos o apirimidícos, por eliminación de las bases


correspondientes, son otro tipo de lesiones producidas tanto por radiación

41
como por mutágenos químicos como el óxido de propileno (Murray et al., 1992;
Rios-Blanco et al., 1995).

El proceso por el que los productos químicos producen cáncer ha sido


ampliamente estudiado; algunos actúan como iniciadores que sólo requieren
una exposición, pero el cáncer no aparece hasta pasado un largo periodo de
latencia y tras la exposición a otro agente denominado promotor. Los
iniciadores producen cambios irreversibles en el ADN, los agentes promotores
no producen alteraciones en el ADN pero sí un incremento de su síntesis y una
estimulación de la expresión de los genes, su acción sólo tiene efecto cuando

ha actuado previamente un iniciador y cuando actúan de forma repetida. El


humo del tabaco, por ejemplo, contiene muchos productos químicos iniciadores
y promotores, su actuación como promotor es tal, que si elimina el hábito de
fumar el riesgo de cáncer de pulmón disminuye en forma rápida.

Existen diversos estudios acerca de la actividad genotóxica del tabaco


(Doolittle et al., 1990; Livingston et al., 1990), incluyendo el riesgo para los
fumadores pasivos (Zhang, 2000). Debido a todos estos datos en el futuro se
exigirán más pruebas para detectar mutágenos químicos (Prival y Dellarco,
1989).

Mutágenos biológicos. Respecto a los mutágenos biológicos, son especial


importancia los cambios en el ADN que producen los virus, y aunque se conoce
muy poco de esta relación, se han reportado desde simples rompimientos
cromosómicos hasta pulverización total del complemento cromosómico. Los
virus son la causa de muchos cánceres en animales; por ejemplo, en el ser
humano el virus de Epstein-Barr se asocia con el linfoma de Burkitt, el
carcinoma nasofaríngeo y los linfoepiteliomas, el virus de la hepatitis B está
relacionado con el hepatocarcinoma, el virus herpes simple (tipo 2) y varios
tipos de papilomavirus humano han sido implicados en el cáncer de cérvix,
estos virus están constituidos por ADN. El virus HTLV (human T-cell leukemia
virus), sin embargo, está formado por ARN (retrovirus, y como la mayor parte
de los virus asociados a tumores en animales produce una leucemia humana

42
debido a que en presencia de una enzima denominada transcriptasa reversa
induce a la célula infectada a producir copias en el ADN de los genes del virus,
que de esta manera se incorporan al genoma celular. Estos virus de ARN
contienen un gen denominado oncogén viral capaz transformar las células
normales en células malignas (Murray et al., 1992; Shah y Howley, 1996;
Lewin, 2000).

Los virus se insertan en el ADN hospedero debido a que poseen enzimas de


restricción (éstas tiene la capacidad de romper el ADN en una secuencia de
bases específica). Las inserciones y deleciones pueden activar protoncogenes
cuando éstos quedan cerca de una región o de otro gen que tiene una
replicación o expresión continua o amplificada, los protoncogenes pueden ser
activados por mutaciones puntuales, translocaciones, inserciones retrovirales o
amplificación (Guízar, 1994; Thompson et al., 1996; Lewin, 2000). Los
oncogenes son genes que afectan el crecimiento y desarrollo normal de las
células, fueron originalmente identificados como genes portados por virus que
causan transformación en sus células blanco. Los oncogenes portados por
Polyoma y Adenovirus especifican proteínas que inactivan los genes
supresores de tumor, muchos de los oncogenes identificados en tumores
humanos han resultado estar relacionados con oncogenes virales (Thompson
et al., 1996; Lewin, 2000).

Por otra parte los transposones son secuencias de ADN capaces de insertarse
en una nueva localización en el genoma, algunos de ellos eucarióticos están
relacionados con retrovirus (virus de ARN). También pueden moverse de un
organismo a otro, generando mutaciones por su inserción (Ruffin, 2000). Los
retrotransposones, así como secuencias genómicas (ADN dúplex), pueden
transponerse (cambiar de lugar) dentro del genoma (Lewin, 2000). Los
retrovirus se integran al genoma celular después de ser sintetizados como ADN
por la transcriptasa reversa; la integración es promovida por la actividad de
integrasa viral, los retrovirus que portan oncogenes inducen tumores y
transformación de células, los que se integran en la vecindad de un oncogen
pueden activarlo (Nevins, 1996). Una variedad cambios genómicos pueden
activar oncogenes, algunas veces involucrando un cambio en la secuencia
blanco en sí y otras activándola sin cambiar el producto proteico; muchas

43
líneas celulares de tumor tienen regiones visibles de amplificación (mostradas
como regiones homogéneamente teñidas o cromosomas dobles minutos), la
región amplificada puede incluir un oncogén; c-myc, c-abl, c-myb, c-erbB, c-K-
ras y mdm2 son ejemplos de oncogenes que son amplificados en varios
tumores (Lewin, 2000).

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46
5

MUTÁGENOS NATURALES EN PLANTAS Y HONGOS

Alejandro Canales Aguirre 1, Eduardo Padilla Camberos 1 y Alfredo Feria Velasco 2

2
Ciatej,

2
Laborarorio de Neurobiología Celular del Departamento de Biología Celular y Molecular,
Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara.
45100, Zapopan, Jalisco, México

Desde el inicio de la vida los organismos vivos hemos estado expuestos a sustancias
naturales con propiedades tóxicas ampliamente distribuidas en la naturaleza.
Conforme ha avanzado la evolución en nuestro planeta se han presentado
compuestos más complejos que sus antecesores, un ejemplo son las sustancias
tóxicas naturales que son utilizadas por microorganismos, plantas y animales para
defenderse de sus enemigos, como una herramienta para capturar presas o como
ayuda para competir contra diferentes organismos en la lucha por el especio de vida
(Miller y Miller, 1981).

En la actualidad, los seres vivos estamos expuestos a agentes químicos y fiscos, que
pueden ser naturales o antropogénicos. Trabajos científicos han demostrado que la
exposición a ciertos compuestos químicos pueden modificar el ADN y, por lo tanto
producir mutaciones relacionadas con al inducción del cáncer y otras patologías de
origen genético.

La fuentes de agentes genotóxicos pueden ser diversas, desde el uso de radiaciones


en la medicina, la industria e investigación, el uso de aditivos o la generación de
compuestos durante el procesamiento de los alimentos, hasta la presencia de
compuestos genotóxicos presentes de forma natural en la dieta humana (Specchio,
2003), cada día aumenta la evidencia acerca del complejo y multifacético papel que
tiene la dieta en la etiología del cáncer (Potter, 1997). Se cree que los compuestos
naturales con actividad genotóxica son responsables de cerca de una tercera parte de
todos los casos de neoplasias en el mundo (Fergunson, 2002).

47
Las toxinas de origen natural que producen los animales, las plantas y distintos
microorganismos son altamente reactivas y potentes, ya que aún en cantidades
extremadamente pequeñas son muy tóxicas (Tabla 5.1), provocando efectos en la
bioquímica celular y en la fisiología de los organismos (Ames, 1983).

Tabla 5.1. Principales compuestos genotóxicos presentes en plantas y hongos

Fuente Compuesto

Plantas Alcaloides

Hidrazinas

Compuestos fenólicos

Hongos Aflatoxinas

Toxina T-2

Ocrotoxina

Fumonisinas

Alcaloides. Los alcaloides son quizás las toxinas vegetales naturales más potentes
que se conocen desde el punto de vista genotóxico. Cantidades tales como
micromoles (micro = millonésima de la unidad = 10-6) producen mutaciones puntuales
y cromosómicas en los organismos empleados en el bioensayo.

En su definición fundamental, son compuestos heterocíclicos con nitrógeno y, como su


nombre indica, sustancias generalmente de carácter básico, aunque existen muchas
excepciones. El término abarca sustancias pertenecientes a grupos no relacionados
entre sí, de las que se conocen más de 20,000 diferentes, entre cuyos precursores se
encuentran varios aminoácidos (Culvenor, 1973).

Según el estado químico del nitrógeno, se definen cuatro grupos: aminas secundarias
y terciarias (alcaloides tipo), aminas cuaternarias y N-óxidos (Chen et al., 2010). Se
presentan hasta en un 33% de las plantas dicotiledóneas, estando ausentes de la
mayoría de las monocotiledóneas (Cheeke, 1994).

48
Una característica de muchos grupos de alcaloides presentes en las plantas es su
sabor amargo, que posiblemente constituye la base para su identificación y por
consiguiente, rechazo de la planta por los herbívoros (Dupont et al., 1994; Chen et al.,
2010).

Existen alcaloides como la pirrolizidina que no son tóxicos por sí mismos en los
mamíferos sino que, al ser metabolizados por las enzimas microsomales en el hígado,
se convierten en compuestos pirrólicos heterocíclicos que son las toxinas
responsables de la mayoría de los efectos patológicos (Jhonson et al., 1985;
Hartmann, 1991). La molécula de pirrol se fija al hígado donde causa necrosis, o
circula por el torrente sanguíneo causando daños en los pulmones; puede combinarse
con moléculas de ADN ocasionando efectos mutagénicos y teratogénicos (Culvenor,
1973; Harborne, 1993; Cheeke, 1988; Cheeke and Palo, 1995).

Hidrazina. La hidrazina es un compuesto natural presente principalmente en tabaco,


se absorbe rápidamente por la piel o por otras vías de exposición, se distribuye y
elimina por la mayor parte de los tejidos. En roedores se ha demostrado que se
excreta por la orina en diferentes formas (hidrazina, conjugados lábiles o derivados
hidrosolubles por ácidos) (WHO, 1987).

Estudios experimentales en animales de laboratorios han demostrado que la hidrazina


posee efectos teratógenos, así mismo, se ha reportado que una exposición a dosis
tóxicas induce mutaciones genéticas y aberraciones cromosómicas en diferentes tipos
de pruebas (plantas, hongos, bacterias, Drosophila y células de mamífero in-vitro) (
Rogers y Back, 1981), en roedores se ha observado que produce una alquilación
indirecta en el ADN hepático y aberraciones cromosómica (Severi et al., 1968).

La exposición por vía inhalatoria puede inducir tumores nasales según se ha reportado
en estudios donde utilizaron ratas de la cepa F-344 y hámster dorados sirios; otros
estudios donde se administró en agua de beber, la hidrazina indujo una mayor
incidencia de tumores pulmonares y hepatocarcinomas (Latendresse et al., 1995).

Los datos que se tienen en seres humanos son limitados, sólo se ha relacionado con
efectos al sistema nervioso central, hígado y riñones (Morgenster et al., 2001; Aignera
et al., 2010). Aunque los efectos en animales de laboratorios sugieren que pueden
tener un efecto teratógeno a dosis considerables, es importante tomar en cuenta los
datos sobre carcinogenicidad y clasificar a la hidrazina como probable carcinógeno en
el humano.

49
Compuestos Fenólicos. Los compuestos polifenólicos constituyen uno de los grupos
de antioxidantes naturales más abundantes y ampliamente distribuidos en el reino
vegetal, con más de 8000 estructuras polifenólicas conocidas (Dreosti, 2000). Son
productos del metabolismo secundario de las plantas y se encuentran en raíces, tallos,
troncos, hojas y frutos donde desarrollan funciones diversas que abarcan desde la
protección frente a influencias externas (la radiación UV, mordiscos de animales y
ataques fúngicos y víricos) a los mecanismos de polinización, el olor, el color y la
tolerancia al frío (Stevenson y Hurst, 2007). Los animales no somos capaces de
sintetizar este tipo de compuestos, así que dependemos fundamentalmente de la
ingesta de productos de origen vegetal para incorporar estas sustancias a nuestro
organismo.

Las frutas y bebidas como el café, el té y el vino, contienen importantes antioxidantes


fenólicos, tales como los ácidos clorogénico y caféico, en algunos aspectos similares a
las epicatequinas y taninos del té o las quercetinas del vino tinto, pero con diferentes
estructuras químicas y, por tanto, distintas funciones metabólicas (Richelle et al.,
2001).

Los compuestos fenólicos poseen al menos un anillo aromático con uno ó más grupos
hidroxilos; entre ellos, los fenilpropanoides presentan la estructura básica de los
fenoles más una cadena tricarbonada como grupo lateral. Los más comunes son los
ácidos fenílico, cumárico, caféico y clorogénico, este último es un éster del ácido
caféico y el ácido quínico (GFIMA, 1998).

Los compuestos fenólicos de las plantas tienen como propiedades generales las de
ser antioxidantes, ejercer efectos quelantes y modular la actividad de varios sistemas
enzimáticos, de modo que actúan mayoritariamente en la dieta como elementos que
promueven salud ante factores químicos y físicos estresantes para el organismo (Gee
y Johnson, 2001).

Algunas bebidas habitualmente son ricas en compuestos fenólicos; por ejemplo: el


café contiene entre 200-500 mg por taza; el té, entre 150-200 mg por taza; y el vino
tinto, entre 200-800 mg por vaso (Lakenbrink et al., 2000).

Respecto al metabolismo de los polifenoles, se sabe que son absorbidos en diferente


grado en el intestino en su forma nativa o modificada. Después son metabolizados en
productos detectables en plasma que retienen en parte su capacidad antioxidante y,
por último, son excretados, por vía biliar o urinaria (Crespy et al., 2003). Durante el
proceso de absorción, los polifenoles son conjugados (metilación, sulfatación y

50
glucuronización) primero en el intestino delgado y después en el hígado. En general
los metabolitos de los polifenoles son rápidamente eliminados del plasma lo que indica
que es necesario un consumo diario de productos vegetales para mantener altas
concentraciones de estos metabolitos en la sangre (Manach et al., 2004).

Los compuestos polifenólicos derivados de las plantas, poseen una amplia variedad de
propiedades farmacológicas, los mecanismos de las cuales han sido tema de
considerable interés. Se les reconocen propiedades antioxidantes y cada vez hay más
evidencias de que podrían interferir en el proceso de desarrollo de tumores malignos
(Urquiaga y Leighton, 2000); además, en años recientes se ha documentado que
polifenoles como el resveratrol, curcumina y galocatequinas inducen apoptosis en
varias líneas celulares. También se ha visto que algunos de estos compuestos causan
rotura oxidativa en las cadenas de ADN por sí mismos o en presencia de metales de
transición como el cobre (Azmi et al., 2006). La mayoría de los polifenoles de las
plantas poseen propiedades antioxidantes y prooxidantes y se ha propuesto que la
acción prooxidante podría ser un mecanismo importante a través del cual ejercieran
sus propiedades anticancerígenas e inductoras de apoptosis. Los flavonoides, a pesar
de ser muy valorados por poseer un amplio espectro de actividades beneficiosas
(Middleton et al., 2000), también pueden resultar genotóxicos. Así, por ejemplo, Sahu y
Washington (1991) han descrito que la quercitina muestra propiedades genotóxicas in
vitro. Sin embargo, hay que puntualizar que la dualidad de actuación
antioxidante/prooxidante depende en parte, del rango de concentraciones utilizado
(Cemeli et al., 2008). En este sentido, hay estudios que describen que los flavonoides
de la dieta a elevadas concentraciones inhiben el crecimiento, agotan el glutatión,
disminuyen la viabilidad e inducen rotura del ADN en linfocitos humanos normales y en
células transformadas (Duthie y Dobson, 1999).

Los compuestos fenólicos se comportan como antioxidantes y/o pro oxidantes


depende de varios factores como la línea celular o la concentración ensayada.
Diversos estudios de protección frente al daño oxidativo del ADN por agentes
oxidantes realizados con compuestos de naturaleza flavonoide, mostraron que el
efecto protector no se incrementaba al aumentar la concentración utilizada. Este
fenómeno podría ser explicado si se tiene en cuenta el efecto pro oxidante atribuido a
los compuestos poli fenólicos (Fan y Lou, 2004). El daño en el ADN podría ser el
resultado de la acción pro oxidante de estos compuestos, que a elevadas
concentraciones generarían Sustancias Reactivas de Oxígeno (ROS), mientras que a
concentraciones bajas no producirían cambios en los niveles intracelulares de ROS.
Está bien documentado que los ROS inducen efectos genotóxicos y citotóxicos y esta

51
podría ser la razón del daño genético observado (Rucinska et al., 2007). Este efecto
prooxidante de los fenoles podría estar relacionado con su reacción con cationes
metálicos, por ejemplo podrían reducir Fe3+ y catalizar la formación del radical
hidroxilo. La generación de radicales hidroxilo en las proximidades del ADN se conoce
con certeza que causa escisión de las hebras del ADN (Azmi et al., 2006).

Micotoxinas. Existen varios tipos de hongos que bajo determinadas condiciones de


temperatura y humedad pueden crecer en los ambientes de almacenamiento,
transporte o procesamiento de los granos provocando su contaminación con toxinas
(Haschek et al., 2001). Las micotoxinas son metabolitos secundarios de los hongos
que no son indispensables para su crecimiento y desarrollo. Son compuestos de bajo
peso molecular que presentan una variada estructura química y propiedades
biológicas (Haschek et al., 2001). Pueden ocasionar cambios patológicos tanto en el
hombre como en diferentes especies animales, por ejemplo: inmunotoxicidad,
mutagénesis, teratogénesis, carcinogénesis, toxicidad renal y neurotoxicidad entre
́ rien y Dietrich, 2005).
otras (O B

Debido a su gran variedad de efectos tóxicos, y sobre todo a su extrema resistencia al


calor (termorresistencia), la presencia de las micotoxinas en los alimentos es
considerada de alto riesgo para la salud humana y de los animales.

Aflatoxinas. Son un grupo de aproximadamente 20 compuestos estrechamente


relacionados; sin embargo, únicamente cuatro tipos se encuentran normalmente en los
alimentos. Son producidos tanto en el campo como en almacenamiento por algunas
cepas de Aspergillus flavus y A. parasiticus.

Las cuatro principales aflatoxinas han sido subdivididas en los grupos B y G, con base
en la fluorescencia azul (blue) o verde (green) que presentan bajo la luz ultravioleta, y
se denominan AFB1, AFB2, AFG1 y AFG2. Generalmente, la AFB1 es la de mayor
ocurrencia y se presenta en mayor concentración en los productos alimenticios
(Méndez et al., 1994). La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer
clasificó a las aflatoxinas en el grupo 1 como sustancias (o mezclas) con alto poder
cancerígeno en humanos (FDA., 1977).

Tricotecenos (T-2). Son un grupo de compuestos estrechamente relacionados en


cuanto a su estructura química molecular, y son producidos principalmente por hongos
como Fusarium graminearum, F. verticilliodes y F. Culmorum (Langseth y Elen, 1996 ).

La toxicidad de los tricotecenos es caracterizada por alteraciones gastrointestinales


como vómito y diarrea; además, este grupo de micotoxinas son extremadamente

52
tóxicas a nivel celular (citotóxicas) así como altamente inmunosupresoras. Los
tricotecenos han sido clasificados en dos grandes grupos: el grupo A, que incluye a la
toxina T-2 y a la toxina HT-2; y el grupo B, que incluye al desoxinivalenol (DON), al
nivalenol y a la fusarenona X (Langseth y Rundberget, 1999).

A la fecha, se han identificado a poco más de 150 diferentes tricotecenos; sin


embargo, la información de su ocurrencia natural en los alimentos es escasa, y
generalmente se refiere al desoxinivalenol (vomitoxina), al nivalenol y a la toxina T-2.
La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer identificó al desoxinivalenol,
al nivalenol, y a la fusarenona X en el grupo 3 (Pettersson, 1995).

Fumonisinas. Las fumonisinas son un grupo de al menos 15 micotoxinas producidas


principalmente por los hongos Fusarium verticilliodes y F. proliferatum, las cuales se
encuentran frecuentemente en todas las regiones productoras de maíz a nivel mundial
(Marasa, 1996).

Existen al menos tres fumonisinas de ocurrencia natural: se conocen como FB1, FB2 y
FB3. La FB1 es siempre la más abundante, seguida por la FB2 y la FB3.
Generalmente estas toxinas se encuentran en los alimentos en concentraciones de
partes por millón (miligramos por kilogramo). Este tipo de micotoxinas producen una
gran variedad de efectos en los animales; leucoencefalomalacia (reblandecimiento de
la sustancia blanca del cerebro) en equinos, edema (hinchazón) pulmonar en porcinos,
así como toxicidad del riñón (nefrotoxicidad) y cáncer de hígado en ratas. Su efecto en
humanos ha sido difícil de determinar; sin embargo, se han asociado con una alta
incidencia de cáncer de esófago y con la promoción de cáncer hepático en ciertas
áreas endémicas de China (Uneo et al., 1997). Con base en la evidencia toxicológica
disponible, la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer clasificó a las
fumonisinas B1 y B2 en el grupo 2B (FDA, 1977).

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55
6

¿ARMAS QUÍMICAS COMO INSUMO AGRÍCOLAS?

Eduardo Lopez-Alcocer1 Fernando Lopez-Alcocer2

1Departamento de Ciencias Ambientales

2Departamento de Desarrollo rural Sustentable, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y


Agropecuarias,Universidad de Guadalajara

Introducción

El título del presente artículo podría parecer un tanto desconcertante porque menciona
a las armas como elementos comúnmente utilizados en la producción de alimentos;
sin embargo, es un hecho que la mayoría de los ahora llamados insumos agrícolas
fueron descubiertos y empleados en las diferentes conflagraciones del mundo para
provocar daño y muerte a los seres vivos.

Los grandes complejos industriales que se justificaron en una economía de guerra, en


tiempos de paz no tendrían sentido. Sin embargo, dado que los mismos productos
empleados para matar ahora se utilizan como parte de la tecnología para producir
alimentos, tenemos las consecuencias como un resultado paralelo de su principal
objetivo: la destrucción. Tan es así que los campos agrícolas presentan diferentes
niveles de degradación por el uso de los elementos contaminantes como fertilizantes y
pesticidas (insecticidas, fungicidas y herbicidas, principalmente). Junto con la
degradación de los recursos (suelo, agua y atmosfera), se han presentado daños
físicos y muerte de personas que tienen contacto frecuentemente con los
mencionados insumos. Esto no debería extrañarnos porque, como se dijo líneas
arriba, los insumos tienen como objetivo provocar daños y la muerte a los seres vivos.
A continuación se mencionan algunos datos al respecto.

En África existe una planta con propiedades tóxicas llamadas haba negra
(phisyostema venenosum). El tóxico ataca al sistema nervioso central, provoca
parálisis y después la pérdida de la voluntad. Los primitivos la usaban para subyugar a
las tribus derrotadas, para convertir a los individuos en esclavos sin voluntad (como
zombis). Este tóxico fue estudiado por los alemanes, quienes encontraron que el
ingrediente activo es una molécula que contiene fósforo. Esta molécula fue sintetizada
en laboratorios alemanes por el doctor Gerhardt en la década de los cuarenta; como
resultado obtuvieron compuestos organofosforados que, utilizados como arma

56
química, producen efectos similares a los del haba negra. Algunos de sus derivados
son el etilparatión y el metilparatión, utilizados ampliamente hoy como ingredientes
activos en insecticidas agrícolas.

Durante la primera guerra mundial los ingleses recibieron una terrible noticia: 15,000
soldados que se encontraban en las trincheras estaban fuera de combate con
quemaduras, diarrea, vómitos y ceguera. ¿La razón? Un compuesto organofosforado
sintetizado por los alemanes conocido como gas mostaza, diseminado por el viento
sobre el ejército inglés.

En la segunda guerra mundial fueron empleadas gran cantidad de armas químicas. A


la caída de los alemanes, los ejércitos aliados no permitieron la destrucción de
industrias (Bayer, Basf y Hoechst) donde eran fabricadas. Antes bien, mediante el plan
Marshal se invirtieron grandes cantidades de dólares en su reactivación y
adiestramiento de nuevos técnicos. Gran parte de las industrias y el personal científico
pasaron a las naciones vencedoras.

Durante esta misma conflagración, un importante descubrimiento ayudó a producir


gran cantidad de explosivos sin depender del nitrato chileno ni el nitrato de bengala
(cuya consecución y traslado a través de las líneas enigmas representaba para los
alemanes fuertes problemas. Esto fue posible gracias a la reducción de la molécula de
nitrógeno (N2) existente en la atmósfera a una concentración del 78%. Mediante el
proceso de Haber, en que se somete al gas a altas presiones y bajas temperaturas, se
logró obtener el gas licuado, por medio del cual se pueden obtener compuestos
nitrogenados para diferentes usos (Fleming, 1943), principalmente el nitrato, elemento
base de la dinamita o trinitrato de tolueno (TNT).

Durante la guerra de Vietnam entró en acción el Orange Agent, un elemento novedoso


de combate notoriamente efectivo, que ahorra todo lo concerniente al despliegue de
grandes fuerzas armadas, no requiere de sofisticadas estrategias militares y arrasa
con todo elemento biológico que encuentra. ¿Su nombre? “2, 4, 5-T más 2, 4, D”, una
mezcla de herbicidas que contiene, entre otras, “dioxina”, una de las sustancias más
tóxicas que se conocen: produce defectos congénitos, erupciones en la piel, abortos
espontáneos, etc. (Restrepo, 1988).

La molécula del DDT fue descubierta en 1867 cuando Zeidler y su grupo trabajaban en
la síntesis de colorantes para sustituir al índigo (Indigosfera sp.). Como elemento
industrial, fue estudiado por los suizos; Paul Müller descubrió sus propiedades
insecticidas (por ello recibió el premio nobel de la paz). Esta sustancia se utilizó en

57
1939 por los aliados para combatir la garrapata del pubis (trasmisora del tifus murino),
que por falta de aseo aquejaba a los soldados. El ataque a Italia no se podía consumar
a causa de este mal; el DDT fue la solución, los soldados se rociaron con esta
sustancia y así el ataque fue posible (Restrepo, 1996).

Durante la guerra del golfo pérsico el mundo estuvo al borde de presenciar un ataque
con una modalidad incontrolable: Sadam Husein (y antes Muamar Kadafi) adquirió en
Alemania un complejo petroquímico mediante el cual podía fabricar agroquímicos
(fertilizantes y pesticidas). Los ejércitos de paz, integrados con la Organización de las
Naciones Unidas, se dieron cuenta a tiempo de que en ese complejo se estaba
produciendo gran cantidad de agroquímicos con la modalidad de armas letales y su
uso de era inminente. Estas fábricas y sus depósitos fueron los primeros objetivos de
los bombardeos; con la destrucción de estos arsenales se evitó un desastre aun más
terrible. Sin embargo, las consecuencias no se hicieron esperar, civiles y militares que
estuvieron expuestos o en contacto con los residuos de los complejos petroquímicos
bombardeados presentaron extraños síntomas, que recuerdan los sufridos por
agricultores que utilizan insecticidas en la producción de alimentos. Los veteranos de
esa guerra, unos tres mil, están en peligro de engendrar hijos deformes como
consecuencia de la exposición a dichas armas químicas.

Durante la década de los ochenta la frontera de nuestro país con Estados Unidos se
cerró la exportación del tomate y aguacate mexicano. ¿La razón? Restos de
agroquímicos en la fruta. Esta noticia fue para México el epílogo de una historia que
inicio un paradigma en la década de los sesenta con el diseño de los llamados
sistemas de producción modernos, una historia que desafortunadamente aun no
termina. Para el 1986, las estadísticas indicaron que, solo en México, se aplicaron 750
gramos de insecticida per cápita y constantemente se dan a conocer nuevos capítulos,
en las que muchos de los actores han dejado de existir por intoxicación con
agroquímicos.

Este escenario invita a la reflexión. ¿Cómo se inicia el uso de pesticidas de origen


químico en la agricultura? ¿Es necesaria su aplicación? ¿Por qué se utilizan? ¿Quién
restringe o permite su uso? ¿Existen alternativas? A estas y otras preguntas se trata
de responder en este capítulo.

El ecosistema y el agroecosistema. Sin duda la preocupación primaria de los seres


vivos heterótrofos ha sido la consecución de alimento. El hombre no ha escapado a la

58
pregunta de que comer. En el afán de encontrar su alimento, a través del tiempo, se
ha visto obligado a explorar su entorno, conocer sus componentes físicos y bióticos,
sus cualidades, características y uso. Este conocimiento el hombre lo aplicó en la
recolección de segmentos de diferentes vegetales ya fueran hojas, tallos, raíces,
flores, semillas o frutos. También aprendió a alimentarse de otros animales que vivían
en su entorno, caracterizando así su actividad de consecución de alimento como
cazador-recolector, lo que a su vez le significó diversificar la forma de preparar los
alimentos para su consumo.

De esta manera, el hombre incrementó el nivel de interrelación con los elementos de


su ambiente; con el paso del tiempo, el conocimiento acumulado se enriqueció al
grado de reunir un acervo formidable que le ha permitido avanzar hasta llegar incluso
a la modificación del entorno. La domesticación de plantas y animales fue una
manifestación cultural que permitió a la humanidad dar el salto que facilitó el
sedentarismo y con ello la construcción de magnificas civilizaciones (Cano, 1997). La
alimentación de una población creciente concentrada en grandes centros urbanos fue
posible a la invención de la agricultura como actividad aglutinadora del acervo logrado
durante la historia de la humanidad (Flannery, 1973).

La actividad agropecuaria fue la base y el eje del funcionamiento de las culturas


prehispánicas, que día a día generaban información y conocimientos para aprovechar
mejor el ecosistema. Este conocimiento se incrementó con la llegada de los
españoles; los objetivos de la actividad fueron modificados y el aprovechamiento de
los recursos naturales se hizo extensivo, con la entrada de la ganadería. La alteración
del entorno fué la consecuencia. La modificación antropocéntrica del entorno por la
actividad agropecuaria y forestal no ha sido del todo favorable; se han presentado
problemas ambientales a partir de la degradación de los componentes físicos y
bióticos, provocando lo que se ha dado en llamar la salud ambiental. El término se
asocia con la calidad de un determinado ambiente para propiciar el desarrollo y
evolución del elemento biótico que coexiste en dicho ambiente. Lo anterior ha
desembocado en la preocupación de los hombres de ciencia, que han propuesto
esquemas de estudio para conservar la salud del ambiente ante la severidad del daño.
Así fué como nació una rama de la ciencia llamada Ecología, que se define como el
estudio de las acciones recíprocas entre sistemas vivos y su ambiente (Turk et
al.1984). De esta definición se desprende a su vez el concepto de ecosistema como
unidad funcional de la ecología y que representa la unidad de estudio, con límites en el

59
tiempo y en el espacio, compuesto por elementos bióticos y abióticos interactuando
entre ellos y en reciprocidad con el otro.

El ecosistema como unidad, presenta una estructura que le permite la persistencia,


continuidad y estabilidad (homeostasis), que incluye una fuente energética (sol)
asociada a elementos autótrofos capaces de transformar la energía solar en energía
química (productores primarios) , una amplia diversidad de heterótrofos
(consumidores: herbívoros y carnívoros) y descomponedores (microorganismos
degradadores de la materia orgánica), que en conjunto actúan permitiendo el flujo de
energía y ciclos de nutrientes (ciclos biogeoquímicos), que le otorgan al ecosistema
cierta estabilidad (dinámica) y persistencia a través del tiempo y a los cambios en las
condiciones (Granados y López, 1996).

Tanto los flujos energéticos como los ciclos de nutrientes son altamente sensibles a
los cambios ambientales en las cadenas tróficas, y con ello la continuidad-estabilidad
del ecosistema.

La actividad productiva desarrollada por el hombre, como ya de dijo, fue modificando


paso a paso el entorno con la agricultura, ganadería, silvicultura, caza, pesca, etc.,
hasta imponer un manejo a los procesos naturales efectuados por el ecosistema.
Estas acciones llevan al concepto de agroecosistema, considerado como un
ecosistema modificado con fines antropocéntricos. La diferencia entre un ecosistema y
un agroecosistema radica esencialmente en la autosuficiencia y autorregulación del
primero; esto se obtiene gracias a la biodiversidad, que mediante interrelaciones
complejas logra que las poblaciones (de la flora y la fauna), en un ambiente
determinado, se regulen y sostengan en cierto equilibrio. Por ejemplo, ciertos insectos
que tienen su hábitat en cierto grupo de plantas, son predadores de otros insectos que
viven en otros grupos de plantas, lo que se traduce en que estos últimos no llegarán a
comportarse como una plaga mientras que esté presente el predador específico
viviendo en la planta adecuada.

Al transformar el ecosistema en un agroecosistema necesariamente se alteran las


condiciones ambientales originales, disminuyendo drásticamente la biodiversidad, lo
que provoca una alteración entre los componentes biótico y abiótico, así mismo se
interrumpen los ciclos biogeoquímicos.

60
Para el logro de la productividad del agroecosistema es necesario introducir gran
cantidad de energía, en forma de mano de obra, de maquinaria y en general de
insumos agrícolas. Se aplican fertilizantes para sustituir el segmento alterado del ciclo
de los nutrientes, la aplicación de insecticidas para controlar a las poblaciones que se
transforman en insectos plaga; herbicidas para controlar la competencia entre plantas
cultivadas y las arvences (plantas silvestres) por luz, agua, nutrientes, etc. En fin se
requiere inyectar niveles variables de energía para lograr el objetivo de producir
alimentos en cantidades suficientes, y sobre todo a bajo costo. Las consecuencias de
esta tecnología, desafortunadamente, han sido negativas para la salud ambiental y por
lo tanto para la salud del hombre.

La principal justificación que se ha dado para seguir aplicando insumos agrícolas que
provocan reacciones negativas en el ambiente ha sido el necesario incremento de la
producción de alimentos y el combate de plagas y enfermedades en los cultivos; sin
embargo, a los elementos anteriores están fuertemente ligados el aspecto
mercantilista en la actividad agrícola y la actividad económica globalizante.

En efecto, la actividad agrícola se ha incorporado a la economía de las naciones en


forma importante, generando alimentos para el mercado interno y divisas a través de
la exportación de alimentos y materias primas para la industria. Es además innegable
la trascendencia social y económica de la producción de alimentos; sin embargo, como
ya se ha señalado, esta actividad depende de manera importante de la aplicación de
insumos (agroquímicos), de alto costo y nocivos a la vida. Se sabe que los
insecticidas, herbicidas, fungicidas, entre otros, presentan un efecto negativo directo
sobre las células de los organismos.

En este punto es importante resaltar que la célula es considerada como un sistema


complejo formado por diferentes moléculas o agrupamientos que interaccionan de
manera armónica y determinan en el organismo propiedades y características de la
vida tales como crecimiento, reproducción, movimiento, etc. La célula, según su
especialización, constituye órganos, aparatos o sistemas en cada especie. El elemento
tóxico puede actuar sobre la membrana, el citoplasma (organelos) o sobre el núcleo de
la célula (nucleótidos que es la unidad vital responsable de la duplicación del ADN). La
respuesta de la célula se reflejará en una alteración de su función: secreciones,
velocidad de reacción, estimulando o inhibiendo reacciones específicas.
Recientemente los genetistas han lanzado el concepto de “un gen una enzima”, lo que
explica que las reacciones enzimáticas (que se desarrollan en la célula) se traducen

61
en efectos genéticos (Strickberger, 1976; Ayala y Kiger, 1984). Por ejemplo, los
insecticidas organoclorados y organofosforados, inhiben enzimas del ácido delta
amino levunilíco (DELTA ALA), responsable de la catálisis del azúcar muscular
(mioinositol) que regula el flujo eléctrico transportado por el sistema nervioso central, lo
que produce en el organismo falta de coordinación en el movimiento y rigidez
muscular. Los piretroides sintéticos (ésteres químicos del ácido crisantémico) alteran
la cantidad de iones de sodio (Na+ ) y potasio (K+ ) en las regiones internas y externas
de la membrana de las células nerviosas, con lo que se transforma el impulso
eléctrico, lo que a su vez desencadena un atraso o aceleración de los impulsos
nerviosos.

Pues bien, luego de más de seis décadas del uso de agroquímicos, veamos algunos
de sus resultados: se ha incrementado la producción de alimentos pero el hambre
sigue campeando en el planeta, la producción actual de alimentos es más que
suficiente para alimentar a la población humana mundial; los recursos naturales (suelo
y agua, principalmente) presentan niveles alarmantes de degradación física, química y
biológica, la productividad de los suelos ha decrecido, la distribución de la riqueza
asociada a la producción de alimentos ha favorecido a unos pocos y empobrecido a la
mayoría de los productores; muertes y enfermedades congénitas en personas que han
tenido contacto prolongado con pesticidas, etc. (Betancourt et al, 1999). En este
mismo periodo en México la superficie de tierra cultivable per cápita ha disminuido de
0.6 a 0.4 ha; a partir de 1972 se importan anualmente más de un millón de toneladas
de cereales y medio millón de toneladas de soya (Viniegra, 1881).

A todo esto la sociedad pide una respuesta, una solución que rompa con el paradigma
actual de producción, en el que el desarrollo no este asociada con el deterioro de los
ecosistemas, que se detenga la carrera hacia el suicidio ambiental. Aunque no hay
respuesta fácil, existen planteamientos de índole estructural y de órden pragmático
que conduce a lo que se ha dado en llamar “desarrollo sustentable”. Al respecto,
Toledo (1993) menciona que una verdadera modernización del México rural supone la
adopción de por lo menos tres medidas fundamentales: una estrategia que garantice el
uso no destructivo de los recursos naturales y que permita la paulatina restauración
ecológica del territorio; una nueva legislación agraria que distribuya el acceso a los
recursos naturales bajo criterios ecológicamente fundamentados, y una política que,
retomando la filosofía contenida en el artículo 27 constitucional, reorganice la
producción dotándola de un verdadero sentido social.

62
En el sector académico se han venido desarrollando una serie de metodologías de
producción agrícola con base en el funcionamiento de los ecosistemas, muchas de
ellas ya las empleaban nuestros antepasados en lo que hoy se conoce como
“tecnología tradicional” (Hernández y Ramos, 1985; Rappaport, 1971; López-Alcocer
et al, 2000).

En la década de los 70 se acuñó el término “Agroecología”, como parte de la ciencia


ecológica que estudia y sistematiza el conocimiento de la agricultura tradicional y los
conocimientos que aporta la propia naturaleza, asociando la producción agrícola con la
ecología. Al respecto se pueden mencionar los arreglos topológicos de los cultivos y la
diversificación productiva (cultivos asociados, en relevo, en sucesión, etc.); técnicas de
manejo de suelo tendientes a su conservación (diferentes tipos y niveles de labranza);
estrategias de fertilización biológica (uso de microorganismos y abonos orgánicos) y la
producción de cultivos sin recurrir a insumos de síntesis químico-industrial para el
control de arvenses, plagas y enfermedades, la denominada Agricultura orgánica. En
este aspecto estamos frente a un nuevo paradigma que, para bien de todos, se está
tomando cada vez con mayor interés por parte de los agricultores; se registra una
demanda creciente de productos derivados de la producción orgánica. Así los
productores hacen propias las alternativas de producción orgánica en sus predios; ya
se observan los beneficios reflejados en sus suelos, agua y sobre todo en su
economía. El mercado que se especializa en productos orgánicos no es muy amplio,
sin embargo algunos sectores de la población están dispuestos a pagar mayor precio
por ellos como justa retribución al mayor costo de producción que esto representa.
Hospitales y otras instituciones de salud y rehabilitación procuran relacionarse con los
productores orgánicos, ya que sus productos son útiles en los programas de salud y
desintoxicación. A pacientes con cáncer o enfermedades infecciosas, como parte de
su tratamiento, se les recomienda la ingesta de productos orgánicos.

Para comprender el porqué es baja la adopción de las practicas de producción


orgánica, se debe considerar que toda innovación tecnológica tiene que acreditar los
elementos de generación, validación, difusión y adopción, con un complemento de
bases materiales de infraestructura, jurídicas y económica (Asteinza, 1993), varios de
estos considerandos están pendientes.

Otro aspecto que es necesario mencionar es que en este modelo de producción es un


requisito indispensable el no utilizar agroquímicos (herbicidas, pesticidas, fertilizantes,
etc.), lo que implica una mayor inversión en mano de obra, con lo que se incrementan

63
considerablemente los costos de producción. Bajo este modelo, en un predio de
reciente conversión al sistema orgánico, en los primeros años disminuye el volumen
de cosecha, debido a la baja fertilidad del suelo, los controles parciales de arvenses,
plagas y enfermedades en el cultivo; estos problemas se superan conforme se
restablecen en la parcela los principales ciclos naturales y el flujo de energía.

Por otro lado, se ha observado que los controles para la comercialización, distribución
y uso de agroquímicos por parte de las secretarias de agricultura y Salud, son cada
vez más estrictos. Se requiere de evaluaciones más precisas de lops agroquímicos,
con indicadores de producción, ambientales y de salud.

México ha integrado un organismo denominado “Comisión Intersecretarial para el


Control del Proceso y Uso de Plaguicidas y Sustancias Tóxicas” (CICOPLAFEST),
representa un gran avance en la coordinación Interinstitucional para resolver
conjuntamente asuntos relacionados con las sustancias, de acuerdo con las
atribuciones que le competen. Incluye en sus estrategias la participación de la
iniciativa privada; facilita el cumplimiento de la Ley Federal sobre Metrología y
Normalización, en relación con la emisión de Normas Oficiales Mexicanas que integren
los contenidos básicos de las Normas Técnicas en materia de sustancias químicas;
sus acciones se apoyan en la Ley General de Salud como un instrumento básico en la
materia, enfocado a la protección de la salud; incluye a la Ley Federal de Sanidad
Vegetal para el manejo adecuado de plaguicidas y fertilizantes en la agricultura y
medidas fitosanitarias; así mismo, incorpora criterios contenidos en la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Las normas oficiales mexicanas
(NOM) son cada vez más exigentes, por ejemplo, la NOM-EM-034-FITO-2000, se
refiere a los requisitos y especificaciones para la aplicación y certificación de buenas
prácticas agrícolas en los procesos de producción de frutas y hortalizas frescas.

No obstante lo anterior se sigue permitiendo la distribución y el uso de pesticidas que


afectan al ambiente y a la vida. El público en general puede adquirir en el comercio
formal y sin restricciones la cantidad que desee de agroquímicos, y su aplicación en el
campo se realiza libremente y difícilmente se realiza una sanción a los diferentes
eslabones de la cadena de producción, distribución y aplicación de pesticidas.

Solo para el registro de productores orgánicos se exige el cumplimiento de la norma


respectiva. Existe un sistema de certificación de productores orgánicos a través de
agencias nacionales e internacionales, donde el productor que reúne los requisitos
necesarios, adquiere el certificado correspondiente que le permite exportar sus
productos.

64
Corolario: Los países industrializados nos rentan las patentes de sus agroquímicos,
nos venden los elaborados en sus plantas (o en nuestro país); nos venden su
tecnología para el “uso adecuado” de ellos y luego cierran sus fronteras para no
permitir la entrada de los productos agrícolas producidas con sus agroquímicos y su
tecnología.

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65
7

CARCINOGÉNESIS AMBIENTAL

Dra. En C. Olivia Torres Bugarín, Programa Internacional, Facultad De Medicina, Universidad


Autónoma De Guadalajara.

El cáncer es un término genérico de un gran grupo de enfermedades que


pueden afectar cualquier parte del cuerpo (WHO, 2011), las características que
lo definen son: la pérdida del control de crecimiento, desarrollo y multiplicación
celular, células anormales que crecen más allá de sus límites normales y que
pueden invadir zonas adyacentes del organismo o diseminarse a otros
órganos, este proceso es referido como “metástasis”, (SSA, NOM-041-SSA2-
2002, WHO, 2011), es la segunda causa de muerte en el mundo, después de
las enfermedades cardiovasculares, globalmente fueron descritos 12.7 millones
de casos nuevos en 2008, (de los cuales 6,639,000 fueron hombres y 6,0038
mujeres), un dato más que se impone es que el riesgo de cáncer aumenta
considerablemente con la edad y por lo tanto es más común hoy en día debido
a la creciente esperanza de vida, por lo que se estima que la incidencia de
cáncer a nivel mundial se duplicará entre 2000 y 2020 y casi el triple que en
2030 (IARC, 2011).

Por otro lado, estas estadísticas señalan que del total de los nuevos casos el
56% (7,1 millones) y el 63% de las muertes por cáncer (4,8 millones), se
registraron en los países de bajos y medianos ingresos, cifras que se prevé
aumenten debido a la incremento de la esperanza de vida, el gran tamaño de
población (Ferlay, 2010, WHO, 2011), la influencia de "estilo de vida
occidental", al crecimiento del número de personas con bajos ingresos, la
mayor exposición a sustancias tóxicas en el medio ambiente, incluyendo la
exposición laboral, la obesidad y muchos otros factores (Philip, 2001).
El panorama en México y particularmente en el estado de Jalisco no es muy
diferente a la situación mundial, ya que la Secretaría de Salud informó que en
el censo del 2009 en México el cáncer es la segunda causa de muerte, y que
66
Jalisco fue la segunda entidad federativa que manifestó más casos con cáncer,
también indicó que en este estado el 15 % los decesos entre mujeres mayores
de 40 años son ocasionados por el cáncer de mama, seguido del de cuello del
útero con 14% (La Barca con mayor número de casos registrados), después los
de hígado y vías biliares e intra hepáticos con 9.2%. En hombres el 17.1% de
las defunciones se debió a tumores de próstata (Guadalajara y Zapopan
ocupan el primer lugar) y 16% a pulmón, tráquea y bronquios (SSA, Jalisco,
2009).

Las estimaciones actuales de la Organización Mundial de la Salud y la Agencia


Internacional para la Investigación del Cáncer, (IARC por sus siglas en inglés
The International Agency for Research on Cancer), sugieren que los casos de
cáncer en el mundo, atribuibles a la exposición ambiental, son de entre el 7% y
19% e incluyen las exposiciones ocupacionales (Daniaei, 2005, Christiani
2011,Straif 2008, WHO, 2011, WHO 2009), además, es preocupante por que
la aproximadamente la mitad de esas muertes pudieron o podrían ser evitadas
(Landrigan, 2011, Christiani 2011).

El cáncer puede imponer una carga sustancial a largo plazo debido a los sufrimientos
de los individuos y las familias, el impacto económico de los miembros activos de la
sociedad y los altos costos para los sistemas de salud. Un informe reciente demuestra
que el cáncer causa la mayor pérdida económica de todas las 15 principales causas
de muerte en el mundo. Por tanto, esta inmensa cantidad de personas afectadas y
exige implementar estrategias para prevenir y disminuir el número de casos así como
impulsar investigaciones que permitan: la detección temprana, mejor estratificación de
tumores para establecer tratamientos más eficaces y oportunos y desarrollar medidas
preventivas (Visvander, 2011). Debido a lo anterior, la primera línea de lucha contra
del cáncer se enfoca en la prevención y para ello es fundamental identificar los
factores y mecanismos que participan en el origen del cáncer y su desarrollo (IARC,
2011), por tanto, son esenciales los programas de detección de carcinógenos
establecidos por organizaciones como la IARC o los organismos nacionales de salud
de cada país. Contar con una base científica permite centrar esfuerzos para el control
del cáncer mediante la prevención de la exposición a agentes cancerígenos conocidos
y sospechosos. Los individuos también pueden usar esta información para tomar

67
decisiones más informadas para reducir su exposición a agentes causantes de cáncer
(Boyle, 2008).

Los factores ambientales (dieta, estilo de vida, aire, agua, geografía) y el nivel
socioeconómico son muy importantes respecto a la etiología del cáncer, por
ejemplo, la población japonesa residente de USA adquirió, después de dos
generaciones, una incidencia de cáncer similar a la población americana,
además, el riesgo de cáncer de mama resultó 20 veces superior en USA y
Canadá respecto a los países de América Central (Curado, 2011). Es claro que
el análisis comparativo entre poblaciones de distintos países permite definir las
causas ambientales responsables de las notables variaciones en la incidencia
cáncer.

Generalidades, definiciones y conceptos


El cáncer es una enfermedad multifactorial debido a la combinación de factores
genéticos y externos que actúan al mismo tiempo y de forma secuencial
(Pfeifer, 2011). Los factores endógenos (genéticos) son responsables de
aproximadamente un 2-5% de los cánceres, como en el caso del
retinoblastoma y Xeroderma pigmentoso, en cuanto al resto existen pruebas
que indican que el contribuyente predominante para muchos tipos de cáncer es
el medio ambiente (Christiani, 2001; Rothman, 2001).
Una característica de los eucariontes es su limitación del tiempo de vida, estimado en
un máximo de 50 a 60 divisiones (lo que supone la existencia de un reloj biológico
indicador del inicio de la senescencia), particularidad que también se extiende a las
células somáticas, cuyo crecimiento y división están altamente regulados. Una
excepción notable se da en células cancerosas, que perdieron el control habitual del
crecimiento y son inmortales (Quezada, 2007), además suelen diferir de sus células
vecinas en una serie de características fenotípicas, como su capacidad para
desarrollarse en lugares inapropiados (invasión de nuevos tejidos “metástasis”)
(Massagué, 2009). También se dividen a mayor velocidad, se propagan
indefinidamente, con tasa metabólica elevada, nuevos antígenos de membrana,
alteraciones en la forma y son menos dependientes de factores exógenos, lo que
puede ser letal para el organismo (Massague, 2009; Quezada, 2007). De esta manera,
los cambios que tienen lugar cuando una célula se vuelve tumorigénica básicamente

68
son tres: 1) Inmortalización (capacidad de crecer indefinidamente), 2) Transformación
(incapacidad de obedecer a las limitaciones de crecimiento) y 3) Metástasis. Es notorio
que estas células han sufrido alteración en factores que regulan la diferenciación
celular normal, por lo tanto, es importante conocer las causas primarias de estas
alteraciones (Collins, 1997).

El cáncer se desencadena por uno o múltiples causas y sucesos, no de un solo


cambio, sino de un grupo de más de 200 distintos, en los que se produce un
crecimiento anormal de las células, hasta convertirse en masas de tejidos
llamados tumores o neoplasias y se sugiere que inicia cuando agentes
externos causan mutaciones convirtiendo genes normales de un individuo en
gener anormales capaces de inducir un cáncer (iniciación tumoral), de ahí que
se menciona que el cáncer es monoclonal (Collins, 1997). Diversos agentes
incrementan la frecuencia de mutaciones y las células adquieren el estado
transformado, proceso que puede ocurrir espontáneamente o ser causada por
el estímulo de décadas de exposición a dichos agentes (Validespino, 2008).

Cáncer de origen genético y cáncer de origen ambiental


Como se mencionó, el cáncer es una enfermedad genética que se desarrolla
por la acumulación de mutaciones en células somáticas que las lleva a un
comportamiento biológico agresivo. Se denominan cánceres genéticos o
hereditarios, a los que se desarrollan en pacientes portadores de mutaciones
específicas en sus células germinales y que por tanto están presentes en todas
las restantes células somáticas. Se caracterizan por agrupamientos familiares
con un patrón de incidencia en edades más precoces que las de los cánceres
esporádicos, mayor frecuencia de afectación bilateral o multifocal unilateral,
tumores diferentes en órganos embriológicamente afines, mayor riesgo de
segundas neoplasias entre los supervivientes y normalmente asociados con
otras manifestaciones fenotípicas en forma de síndromes característicos de
variable severidad precediendo la aparición de los cánceres. Se han descrito
varios cánceres hereditarios, sin embargo, considerando todos los segmentos
poblacionales estos síndromes genéticos hereditarios son responsables
solamente del 2-5% del total de todos los tipos de cáncer, excepto en los
pediátricos en, los cuales, la frecuencia se calcula de 4 -10 % de los casos
69
(Ferrís, 1999, Sijmons RH, 2011). Entre los cánceres no genéticos se
encuentran el de pulmón, vejiga, faringe, labio, lengua, boca, hígado, esófago y
piel (Siemiatycki, 2004). En aquellos cánceres cuyos registros son similares en
distintas poblaciones, se responsabilizan a los agentes endógenos de ser los
factores desencadenantes de esta enfermedad y son: cáncer de recto, cerebro
y colon (en hombres) y mama, recto, ovario, cerebro y colon (en mujeres). Lo
anterior sugiere que los agentes endógenos son determinantes para la
aparición de esta enfermedad (Lutz 1996).

Ante esto se realizan grandes esfuerzos para prevenir que la población se exponga a
factores cancerígenos y el primer paso consiste en la detección de tales factores
(WHO, 2011) y la eliminación y/o disminución de la exposición para reducir la
incidencia y mortalidad del cáncer. Estos factores se pueden encontrar en el medio
ambiente (radiaciones ionizantes y no ionizantes, asbesto, dioxinas, emisiones
industriales, plaguicidas, arsénico, aflatoxinas, ciertos virus etc). Las exposiciones
pueden ocurrir en múltiples ocasiones y en diversos escenarios a lo largo de toda la
vida; en los hogares y las escuelas, en el medio ambiente y el trabajo. El humano
siempre está en riesgo de exposición y cuando es de tipo ocupacional en los padres
se incrementa el riesgo de cáncer en los hijos (Bearer, 1995).

Mutagénesis

Un mutágeno es un agente capaz de inducir cambios deletéreos heredables en el ADN


llamados mutaciones. El estudio de las mutaciones se inicio en 1900 y en 1927 Miüller
demostró la capacidad mutagénica de los rayos X en Drosofila melanogaster. La
frecuencia con la que ocurren las mutaciones espontaneas son muy bajas, por lo que
la exposición a los agentes denominados mutagénicos incrementa la tasa de mutación
espontánea y por lo general en una relación dosis respuesta si bien pudieran
presentarse patrones complejos. Las mutaciones por lo general ocurren al azar, por lo
que no es posible predecir en cual gen o célula en particular aparecerá la mutación,
ya que esto dependerá de la sensibilidad del individuo, del tejido expuesto, la
concentración del compuesto, dosis y tiempo. Cuando los mutágenos logran dañar las
células gonadales (óvulos y espermatozoides) se generan mutaciones que se
trasmitirán a generaciones futuras manifestándose por lo general en desordenes
genéticos, en contraste si las células que daña el mutágeno son somáticas sólo se

70
transmitirán de célula a célula en forma clonar, mecanismo que ocurre con el cáncer,
por ejemplo.

Genotoxicidad

En 1973, Ehrenberg introdujo el término –genotóxico- para referirse a los efectos


toxicológicos letales y hereditarios, tanto en las células germinales como somáticas, la
ciencia que estudia esos factores y sus efectos genéticos adversos es la genética
toxicológica, su objetivo es conocer con los eventos que ocurren en los proceso de
interacción de las genotoxinas con el ADN y la expresión del daño genético.

Carcinogénesis
Se define como el fenómeno por el que un tejido normal genera el crecimiento
de tejidos nuevos, diferentes al original. Estos tejido nuevos se conocen, en
general como tumores y se clasifican como benignos y malignos, las células de
tejido nuevo tienen un núcleo más grande y su capacidad de reproducción es
siempre mayor que las células de los tejido normales, por lo que sustituyen a
los tejidos normales y los invaden. Los tejidos tumorales se reproducen
rápidamente y crecen sobre los normales como tenazas, fuertemente
adheridas, de allí se deriva el nombre de cáncer, que procede de la palabra
griega que significa cangrejo.

Clasificación de tumores

Los tumores se clasifican de acuerdo con el tejido y con el tipo de celular a partir del
cual se originan; los cánceres que proceden de células epiteliales se denominan
carcinomas, los que proceden de células del tejido conectivo o de células musculares
se llaman sarcomas, hay otros tipos de neoplasias que no entran en esta clasificación,
que son las derivadas de células hematopoyéticas que originan las leucemias y
linfomas, y las de células del sistema nervioso.

Definición y clasificación de carcinógeno

Un Carcinógeno o Cancerígeno es cualquier agente químico, físico o biológico que


puede, en potencia, inducir una neoplasia o cáncer, este término se aplica con más

71
frecuencia a sustancias químicas introducidas en el medio ambiente por la actividad
humana, y se clasifica a una sustancia como carcinógeno cuando al afectar a una
población, no expuesta previamente, se incrementa significativamente alguna forma de
neoplasia, crecimiento celular autónomo, (Espinosa Restrepo, 2006). La exposición a
agentes carcinogénicos puede ocurrir a través de las vías fundamentales de contacto
entre el medio exterior y el organismo como inhalación, ingestión o contacto cutáneo y
las fuentes pueden ser ambientales, laborales alimentarias y médicas.

Existen diversas formas de clasificar a los agentes cancerígenos, por ejemplo


se pueden clasificar como cancerígenos endógenos o exógenos, o bien
identificar cancerígenos genotóxicos o no genotóxicos, así mismo como
agentes físicos, químicos y biológicos, otra clasificación muy frecuente es de
acuerdo a la etapa de la carcinogénesis en la que actúan ya sea en la etapa de
iniciación, promoción o progresión y en el caso de la IARC los clasifica de
acuerdo a pruebas de carcinogenicidad, para lo que forma grupos de
compuestos ya demostrados como cancerígenos y aquellos que están en vías
de demostración.

Carcinógeno endógeno o exógeno. Un cancerígeno endógeno comprende


factores genéticos, etarios (edad), metabólicos, inmunológicos, virales y
hormonales. Los cancerígenos exógenos se definen como los agentes físicos,
químicos y biológicos externos al huésped humano (WHO, 2011; Prüss-Üstün,
2006) incluyendo agentes químicos como polvo de asbesto, cromo, níquel,
sílices, compuestos de cadmio, urano, agentes que favorecen la aparición de
cáncer en los pulmones. Otro tipos de cancerígenos exógenos son los agentes
biológicos, como ciertos virus y parásitos. Entre ellos se tiene al virus HTLV1,
causante de un tipo de leucemia, y el Schitosoma haematoblum que, además
de dar origen a un tipo de bilharzia frecuente en Egipto, se ha asociado con el
desarrollo de cáncer de vejiga.
En 2002, se estimó que 17,8% de los cánceres (1,9 millones de casos) fueron
causadas por virus (12,1%), bacteriana (5,6%) y helmintos (0,1%) infección. De
estos, la mayoría ocurren en los países en desarrollo (1,5 millones de casos), lo
que refleja la mayor prevalencia de las infecciones principales oncogénico en
estas áreas. Si las infecciones podieran ser controladas s cree que habría un

72
26% menos cáncer en los países en desarrollo y aproximadamente un 8%
menos en los países desarrollados.
Cancerígenos genotóxicos y no genotóxicos
Los carcinógenos podrían clasificarse de acuerdo a si interactúan directamente
con el ADN (genotóxicos) o no (epigenéticos o no genotóxicos). Los
carcinógenos genotóxicos, presentan la capacidad de alterar la estructura del
ADN y/o de los cromosomas, dañan genes involucrados en el control de
proliferación y migración celular y se asume que presentan respuesta
proporcional a dosis bajas, en la mayor parte de los casos. La acción
carcinógena de estos agentes consiste en un aumento del potencial oxidativo
de las células lo cual resulta en modificaciones en el ADN (oxidación del ADN)
o formación de uniones covalentes de los agentes o sus metabolitos a las
cadenas de ADN (aductos). En la acción de este tipo de sustancias juega un
papel fundamental el metabolismo celular, a través del cual se produce la
biotransformación de sustancias en principio inocuas a compuestos
(generalmente reactivos) que presentan capacidad genotóxica y que son
llamados (carcinógenos finales). En todo caso, la acción de un agente
carcinogénico debe acompañarse, para que ésta sea efectiva, de un
desbalance en los mecanismos de reparación de ADN, de esta forma actúan
como iniciadores de tumor (Domínguez Boada, 2004). En contraste, los
carcinógenos no genotóxicos denominadas también epigenéticos son capaces
de inducir neoplasias sin metabolitos que reaccionen directamente con el ADN,
son promotores de tumor y que incrementan el crecimiento de células
tumorales o sus precursoras, además exhiben un umbral tumor dosis-
respuesta. En general, estos compuestos actúan modificando la fisiología
normal de órganos y sistemas específicos produciéndose una sobre
estimulación persistente cuyo resultado es una replicación celular intensificada
(alteración del ciclo celular con efecto mitogénico). Esto puede dar lugar al
incremento de mutaciones espontáneas y de las probabilidades de alterar el
ADN tanto por factores endógenos como exógenos antes de que haya
posibilidad de reparación (Melnick, 1996),

Clasificación de cancerígenos según la etapa de la carcinogénesis en la


que actúan (Domínguez Boada, 2004).

73
Iniciación: Proceso inicial de alteración de una célula a nivel del genoma y
podría implicar el metabolismo, la reparación del ADN o la proliferación celular
y la alteración de uno de estos procesos podría iniciar la carcinogénesis. El
causante implicado en esta etapa se le denomina agente iniciador, ya que
estos elementos iniciadores podrían causar mutaciones de cualquier tipo
conllevado alteraciones celulares fenotípicas. Las características morfológicas
y biológicas de este proceso son: irreversibilidad, la célula afectada no se
distingue morfológicamente de la célula normal, es necesario que se produzca
al menos un ciclo celular completo con división de la misma para que se "fije" el
daño inducido, la eficiencia del proceso de iniciación puede ser modulada por
agentes exógenos y/o hormonas endógenas, es de destacar que la aparición
de células iniciadas puede ser espontánea, en la mayor parte de los casos. La
iniciación se desencadena por los agentes completos (aquellos capaces de
inducir la iniciación, promoción y progresión de la carcinogénesis a partir de
células normales), éstos son mucho más abundantes en nuestro medio que los
incompletos.

Promoción: El agente promotor se define como aquel compuesto químico


capaz de causar la expansión selectiva de las células iniciadas, producen una
alteración en la transducción de señales celulares, por lo tanto, su mecanismo
de acción reside en una alteración de la expresión génica mediada a través de
receptores específicos no hay alteraciones estructurales directas en el ADN y
es reversible tanto a nivel de la expresión genética como a nivel celular, la
continuidad del estado de promoción en una población celular depende de la
administración continuada del agente promotor. La eficiencia de esta etapa es
sensible a la edad de la célula, a factores de la dieta y hormonales, agentes
promotores endógenos, si bien podría darse promoción espontánea (Visvander,
2011).

Progresión: El agente progresor es aquel compuesto químico capáz de


convertir una célula iniciada o en estado de promoción en una célula
potencialmente maligna. La progresión de la carcinogénesis se puede producir
también mediante la incorporación en el genoma de información genética
exógena (por ejemplo, de virus) o alteraciones cromosómicas espontáneas.

74
Las características morfológicas y biológicas de esta etapa son: irreversible, se
distingue morfológicamente la alteración en la estructura genómica celular
reflejada por inestabilidad cariotípica, que incluye la alteración en el aparato
mitótico, trastorno en la función de los telómeros, hipometilación del ADN,
recombinación, amplificación y transposición génica. El estado de progresión
se puede desarrollar a partir de células en estado de promoción o bien
directamente a partir de células normales como resultado de la administración
de dosis relativamente altas de agentes carcinógenos completos.

Co-carcinógeno es un factor incapaz de generar cáncer por sí solo, pero que


sí puede hacerlo en conjunción con otros agentes, entonces hay que
considerar la existencia de la interacción entre cancerígenos, ya que es
frecuente observar interacción sinérgica entre cancerígenos iniciadores, como
ocurre en algunos agentes ambientales pueden actuar estimulando canceres
que han sido iniciados por otros agentes (Boffetta, 1998).

Clasificación de cancerígenos de acuerdo a la IARC. La IARC estableció una


serie de criterios para evaluar las pruebas de carcinogénesis de agentes
específicos, de hecho, este programa representa uno de los mayores esfuerzos
de revisión sistemática y consistente de los datos sobre el cáncer, por lo que
ejerce un efecto importante sobre las actividades de control de cáncer
profesional nacionales e internacionales. Así la IARC clasifica cuatro grupos de
compuestos, obviamente basándose en pruebas científicas existentes sobre
carcinogénesis (http 1, IARC);
Grupo 1: "Carcinógeno para el ser humano". Se refiere a procesos industriales,
compuestos químicos o grupos de los mismos que son cancerígenos para el hombre,
existen pruebas suficientes que confirman que puede causar cáncer a los humanos.

Grupo 2: "Probablemente carcinógeno para el ser humano". Hay pruebas suficientes


de que puede causar cáncer a los humanos, pero actualmente no son concluyentes,
este grupo se subdivide en dos:

⁻ 2A Alta probabilidad cancerígena

75
⁻ 2B "Posiblemente carcinógeno para el ser humano". Baja probabilidad cancerígena
Hay algunas pruebas de que puede causar cáncer a los humanos pero de
momento están lejos de ser concluyentes.
Grupo 3: "No puede ser clasificado respecto a su carcinogenicidad para el ser
humano". Actualmente no hay ninguna prueba de que cause cáncer a los humanos.

Grupo 4: "Probablemente no carcinógeno para el ser humano". Hay pruebas


suficientes de que no causa cáncer a los humanos.

Carcinogénesis, medio ambiente y exposición ocupacional


Exposición a químicos. Si se tiene presente que en 1984 se calculó que el número de
sustancias químicas de uso cotidiano es de 70,000, se puede comprender la
preocupación cada vez mayor por determinar cuáles de ellas posee acción
cancerígena, ya que para la gran mayoría no se han realizado las investigaciones
sobre este efecto.

Históricamente, el carcinógeno químico o grupo de sustancias cancerígenas que ha


recibido la mayor atención ha sido el humo del tabaco, y con razón. Sin embargo,
también existe una fuerte evidencia de que las exposiciones industriales y de
fabricación de productos químicos, las exposiciones agrícolas a los pesticidas o las
aflatoxinas, la contaminación del aire interior y exterior y la contaminación química del
agua puede constituir causa de cáncer por los factores presentes en el entorno de
vida y de trabajo(WHO, 2011).

Asbesto. El asbesto o amianto está formado por un grupo de silicatos hidratados


microcristalinos fibrosos y en cadena que ocurren naturalmente en el ambiente. Según
su composición química se presentan diferentes tipos de asbestos. Entre ellos
destacan las serpentinas y los anfiboles. Se caracterizan porque las primeras
presentan fibras curvadas mientras que las otras están constituidas por fibras rectas.
Tras la Revolución Industrial el asbesto se convirtió en una materia prima esencial
siendo los principales países productores la antigua URSS, EEUU, Canadá, Australia y
Sudáfrica. Este material se caracteriza porque posee excelentes propiedades
aislantes, mecánicas, químicas y presenta resistencia al calor y a las llamas (abrasión
y tracción). También, algunos productos de vermiculita o de talco pueden contener
asbesto (Hernández, 2009). Las principales fuentes de exposición a este material son
(Marinaccio, 2006): Laboral: Generalmente al perturbar los materiales que contienen

76
asbesto las fibras se liberan al aire. Los individuos que trabajan en la minería de
asbesto o en las industrias de construcción y automovilística, se ven expuestos a este
material. Doméstica: En el hogar, la inhalación del aire y asbesto afecta a los
individuos cuando entran en contacto con las fibras de la ropa de trabajo de
trabajadores del asbesto. Ambiental: Afecta principalmente a las personas que
residen cerca de un punto de emisión de asbesto e inhalan el polvo disperso en el
aire. Las fibras de asbesto pueden pasar al aire o al agua no sólo a los productos de
asbesto manufacturados sino también por la degradación de depósitos naturales.

El agua potable puede contener asbesto procedente de fuentes naturales o de


tuberías de fibrocemento que contienen asbesto. Las fibras y las partículas de asbesto
de diámetro pequeño permanecen suspendidas en el aire durante mucho tiempo y se
transportan largas distancias por el viento y el agua antes de depositarse. Las fibras
de asbesto no pueden movilizarse a través del suelo permaneciendo inalteradas largos
periodos de tiempo.

Manifestaciones tóxicas producidas por asbesto: Una exposición corta a altos niveles
de asbesto o respirar altos niveles de fibra por largo tiempo, pueden producir lesiones
que aparecen como cicatrices en el pulmón y la pleura. El riesgo de padecer una
enfermedad asociada al asbesto está relacionado con la concentración de las fibras
presentes en el aire, la duración de la exposición, la frecuencia de exposición, el
tamaño de las fibras inhaladas, el tiempo transcurrido desde la exposición inicial. El
aumento del riesgo para la salud no está relacionado con la cantidad de asbesto que
contiene un producto. En general, las serpentinas presentan menor toxicidad que los
anfíboles. Asimismo, respecto a los anfíboles, la amosita (asbesto marrón) presenta
menor toxicidad que la crocidolita (asbesto azul) (Becklake, 2007; Roggli, 2008 ).

Los principales efectos sobre la salud derivados de la exposición al asbesto son:

La asbestosis (fibrosis pulmonar), el cáncer de pulmón, el mesotelioma maligno


(pleural o peritoneal) y las placas pleurales (Roggli, 2008). Asbestosis: Es una fibrosis
intersticial pulmonar difusa capaz de producir la muerte en individuos expuestos a
altos niveles de asbesto durante largo período de tiempo. Su evolución es lenta
pudiendo pasar un tiempo de 20 años o más entre la exposición a las fibras de
asbesto y el comienzo de la enfermedad. Las fibras inhaladas causan irritación de los
tejidos pulmonares, que hacen que se produzcan cicatrices que ocasionan
insuficiencia respiratoria, aparece tos y dilatación del corazón. Se ha demostrado que
los casos de asbestosis son más frecuentes en las zonas costeras y con un nivel
medio-alto de desarrollo industrial (industrias navales, textiles, fibrocemento,

77
automoción, etc.). Mesotelioma maligno: Es un tumor maligno del mesotelio (fina
membrana que rodea al pulmón y a otros órganos internos) que puede afectar a la
pleura y al peritoneo en el 80% y 20% de los casos respectivamente. Suele tener un
tiempo de latencia de entre 20 y 40 años. El mesotelioma pleural cursa con derrame
pleural, disnea y dolor toráxico. El mesotelioma aparece con independencia del hábito
tabáquico (Sinninghe-Damsté, 2007). Cáncer de pulmón: Parece existir una relación
dosis-respuesta entre el riesgo de contraer cáncer de pulmón y el nivel de exposición
al asbesto; exposiciones muy bajas parecen no incrementar el riesgo. La enfermedad
del pulmón debida al asbesto en el aire dependen de varios factores: Duración de la
exposición, tiempo transcurrido desde el comienzo de la exposición y si se es fumador
y presenta un período de latencia largo manifestándose de 15 a 40 años después de la
exposición. Entre los síntomas que aparecen son pérdida de apetito y de peso,
cansancio, dolor torácico, hemoptisis de sangre. El riesgo de cáncer de pulmón se
incrementa notablemente si la exposición al asbesto se combina con el hábito
tabáquico (Albin, 1999).

Arsénico. El arsénico es un elemento natural ampliamente distribuido en la corteza


terrestre, en el ambiente, se combina con oxígeno, cloro y azufre para formar
compuestos inorgánicos de arsénico. El arsénico en animales y en plantas se combina
con carbono e hidrógeno para formar compuestos orgánicos de arsénico. Los
compuestos inorgánicos de arsénico se usan principalmente para preservar madera.
El arsenato cromado de cobre (CCA) se usa para producir madera “presurizada.” El
uso residencial del CCA se descontinuó en los Estados Unidos, pero aun tiene usos
industriales. Los compuestos orgánicos de arsénico se usan como plaguicidas,
principalmente en cosechas de algodón y huertos frutales. En el medio ambiente se
puede encontrar naturalmente en el suelo y en minerales y, por lo tanto, puede
dispersarse por aire, agua y a suelos en otras áreas en polvo que levanta el viento y
puede entrar al agua en efluente de lluvia o en agua que se filtra a través del suelo. El
arsénico no puede ser destruido en el ambiente, solamente puede cambiar de forma,
la lluvia y la nieve remueven las partículas de polvo con arsénico del aire, muchos
compuestos comunes de arsénico pueden disolverse en agua. La mayor parte del
arsénico en el agua terminará eventualmente en el suelo o el sedimento, donde peces
y mariscos pueden tomarlo y acumularlo. Afortunadamente la mayor parte de este
arsénico está en una forma orgánica llamada arsenobetaína, que es mucho menos
peligrosa (http 2). La intoxicación aguda accidental por arsénico se observaba en
personas en contacto con plaguicidas (fundamentalmente los del cultivo de la vid), o

78
que trabajan en la industria de la madera, el vídrio, la cerámica y el metal. El arsénico
también se encuentra presente en aditivos alimentarios para el ganado, algunas
especies de pescado, alcohol destilado ilegalmente, agua contaminada y fármacos,
principalmente antineoplásicos. La vía de intoxicación más frecuente es la oral, ya que
se trata de un compuesto inodoro e insípido, sin embargo, la exposición profesional a
los compuestos de arsénico inorgánico puede producirse por inhalación donde se
deposita sobre la mucosa respiratoria, se transfiere al tracto gastrointestinal, donde se
absorbe, con la consiguiente absorción. La toxicidad del arsénico depende de su
estado de oxidación y solubilidad. La forma inorgánica trivalente soluble (trióxido
arsenioso, arsenito sódico) es la más tóxica, seguida de la pentavalente (pentaóxido
arsénico, arseniato de plomo) y la orgánica. Se absorbe casi por completo en el tubo
digestivo y, por su alta liposolubilidad, es rápidamente distribuido a los tejidos
periféricos (pico de niveles séricos entre 30 y 60 minutos post ingesta). Su mecanismo
de acción principal es la unión a grupos sulfhidrilo, inhibiendo la acción de enzimas
que intervienen en la fosforilación oxidativa celular. Como consecuencia, se produce
un daño endotelial difuso, vasodilatación, trasudación masiva y congestión de todos
los órganos. Posteriormente, el arsénico sufre metilación hepática a compuestos
menos tóxicos y es excretado, fundamentalmente, por la orina y, en pequeña
proporción, por bilis, heces, pelo, piel y leche (Martínez-Barbeito, 2007). Por otra parte,
la IARC sitúa al arsénico inorgánico en su clasificación más alta de sustancias
cancerígenas (Grupo I). El Grupo de Evaluación del Cáncer de la Environmental
Protection Agency (EPA), coloca al arsénico dentro de los primeros cuatro clasificados
por su potencia para producir cáncer y lo sitúa en el grupo A, que corresponde a la
categoría más elevada para los productos químicos generadores de cáncer
(Hernández-Zavala, 2008).

Cáncer y Contaminación atmosférica. Según la IARC los factores medioambientales


más altamente relacionados con cáncer son: contaminación atmosférica,
hidrocarburos policíclicos aromáticos (PAH), metales pesados, asbestos, radiación,
pesticidas y disruptores endocrinos (WHO, 2011), es por eso que se debe de describir
las fuentes de contaminación atmosférica de origen antropogénicos las que son
básicamente de dos tipos: estáticas: a su vez pueden subdividirse en fuentes zonales
(producción agrícola, minas y canteras, zonas industriales), fuentes localizadas y
zonales (fábricas de productos químicos, productos minerales no metálicos, industrias
básicas de metales, centrales de generación de energía) y fuentes municipales (p. ej.,
calefacción de viviendas y edificios, incineradoras de residuos municipales y fangos

79
cloacales, chimeneas, cocinas, servicios de lavandería y plantas de depuración), y
móviles: como los vehículos con motor de combustión (p. ej., vehículos ligeros con
motor de gasolina, vehículos pesados y ligeros con motor diesel, motocicletas, aviones
incluyendo fuentes lineales con emisión de gases y partículas del conjunto del tráfico
de vehículos). También se deben considerar las fuentes de contaminación natural: (p.
ej., zonas erosionadas, volcanes, ciertas plantas que liberan grandes cantidades de
polen, focos bacteriológicos, esporas o virus).

Los contaminantes atmosféricos se clasifican normalmente en: partículas en


suspensión (polvo, nieblas, humos), contaminantes gaseosos (gases y vapores) y
olores. A continuación se indican algunos de los contaminantes más frecuentes: Las
partículas en suspensión (SPM, PM-10) incluyen gases de escape de motores diesel,
cenizas en suspensión, polvos minerales (carbón, amianto, caliza, cemento), polvos y
humos metálicos (zinc, cobre, hierro, plomo), nieblas ácidas (ácido sulfúrico), fluoruros,
pigmentos, nieblas de pesticidas, hollín y humos. Las partículas en suspensión,
además de sus efectos respiratorios corrosivos, cancerígenos, irritantes y destructores
de la vida vegetal, producen también daños materiales (p. ej., acumulación de
suciedad), interfieren con la luz del sol (p. ej., formación de nieblas que dificultan la
penetración de los rayos solares) y actúan como superficies catalíticas para la
reacción de las sustancias químicas adsorbidas. Los contaminantes gaseosos incluyen
compuestos azufrados (p. ej., dióxido de azufre (SO2) y trióxido de azufre (SO3),
monóxido de carbono, compuestos nitrogenados (p. ej., óxido nítrico (NO), dióxido de
nitrógeno (NO2), amoníaco), compuestos orgánicos (p. ej., hidrocarburos (HC),
compuestos orgánicos volátiles (COV), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH),
aldehídos), compuestos halogenados y haluros (p. ej., HF y HCl), sulfuro de hidrógeno,
bisulfuro de carbono y mercaptanos (olores). Estos compuestos pueden generar
contaminantes secundarios a través de reacciones térmicas, químicas o fotoquímicas.
Por ejemplo, por la acción del calor, el dióxido de azufre puede oxidarse,
convirtiéndose en trióxido, que, disuelto en agua, da lugar a la formación de una niebla
de ácido sulfúrico (catalizado por óxidos de manganeso y hierro). Las reacciones
fotoquímicas entre los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos reactivos pueden
producir ozono (O3), formaldehído y nitrato de peroxiacetilo (PAN); asimismo, las
reacciones entre formaldehído y el ácido clorhídrico forman el éter bisclorometílico
(Straif, 2009).

80
En las zonas urbanas los vehículos de motor pueden aumentar considerablemente la
contaminación del aire, específicamente ciertas sustancias liberadas por los vehículos
están clasificados como cancerígenos para los humanos (Grupo 1, IARC) y
probablemente cancerígeno para los humanos (Grupo 2ª, IARC) (IARC, 1989). Los
estudios epidemiológicos han encontrado un riesgo mayor de cáncer de pulmón entre
los residentes urbanos y las personas que viven cerca de centros industriales en
comparación con las personas que viven en las zonas rurales (Choen, 2000). Se han
llevado a cabo grandes estudios de cohorte sobre la contaminación atmosférica y la
mortalidad en varias áreas metropolitanas de los Estados Unidos, mostrando un
aumento significativo de la mortalidad por cáncer de pulmón [Dockery, 1993, Pope
1995). Algunas sustancias químicas como el benceno también se pueden encontrar en
las emisiones de reabastecimiento de combustible cerca de las estaciones de la
presentación de la gasolina y el interior de los vehículos. El benceno se ha demostrado
que causa la leucemia mieloide aguda y se sugiere que se asocia con leucemia
linfoblástica, el linfoma no Hodgkin y mieloma múltiple (Vaanderen, 2011).

La quema de combustibles fósiles y de madera en los hogares producen hidrocarburos


aromáticos policíclicos, aumentando el riesgo de cáncer de pulmón y otros tipos de
cáncer. El uso de carbón en los hogares, y en cierta medida en las escuelas, es
especialmente amplia en China, donde la asociación entre el cáncer de pulmón en
hombres y mujeres y cocinar con estufas de carbón a cielo abierto ha sido mostrado
consistentemente en múltiples estudios (Smith, 2004).

Cáncer y Radiación. La radiación ionizante es probablemente el grupo de


cancerígenos más intensamente estudiados y están clasificados dentro del grupo 1 por
la IARC (http 1, IARC) y proviene de diversas fuentes como la minería, militar, e
industria le incluso de usos médicos. La radiación probablemente induce el 2% de
todos los cánceres, si bien en su mayoría son de piel y oculares. Se llama radiación a
toda energía que se propaga en forma de onda a través del espacio. En el concepto
radiación se incluye, pues, la luz ultravioleta a los rayos X o la energía fotónica
(radiaciones ionizantes), y desde la luz visible a las ondas de radio y televisión
(radiaciones no ionizantes). Dentro de las radiaciones ionizantes se encuentran las
electromagnéticas, (rayos ultravioleta- UV y X) y las partículas subatómicas
(electrones, neutrones y protones) y dependiendo de las partículas que se emitan se
habla de alfa, beta y gamma (WHO, 2011, de Gruijl, 2003). La radiación alfa queda
frenada en las capas exteriores de la piel y no representa peligro, a menos que se

81
introduzca directamente a través de heridas, alimentos, etc. La radiación beta es más
penetrante, introduciéndose uno o dos centímetros en los tejidos. La radiación gamma
o electromagnética de alta energía es capaz de penetrar profundamente en los tejidos,
sin embargo, libera menos energía en el tejido que las alfa o beta. La interaccionan
con los átomos y moléculas que se van encontrando a su paso es lo que las hacen
mucho más nocivas. Las radiaciones ionizantes se comportan como un cancerígeno
dosis- dependiente y sin un umbral, es decir dosis incluso cotidianas pueden
desencadenar un cáncer al acumularse. Cuando se trata de exposición a grandes
dosis, el perfil temporal de riesgo difiere según el tipo de cáncer: para la leucemia
aumente rápidamente en los primeros años, declinando después, en los tumores
sólidos el riesgo aumenta lentamente con el paso del tiempo.

Dentro del espectro ultravioleta que alcanza la superficie de la tierra, los


componentes más problemáticos son los rayos ultravioleta de alta frecuencia
en su espectro se distinguen tres zonas;
⁻ UVA (o Onda larga): 230 a 400nm, son los de mayor frecuencia y energía.
⁻ UVB (o de Onda media): 320 a 290 nm, causan por si solos cánceres de
piel, debido a que induce daño estructural al ADN.
⁻ UVC (o de Onda corta): 290 a 200 nm. Por su mayor energía son los más
peligrosos para la salud.

Las fuentes de radiación ultravioleta son naturales (el sol, cuyo espectro de
radiación pose la mayor potencia de inducción de cáncer de piel y esta
clasificado por la IARC dentro del grupo 1) y artificiales (hospitales, industrias,
cosméticos). La radiación UVC no alcanza la superficie terrestre, ya que queda
retenida por la capa de ozono en la estratosfera. La radiación natural que llega
es por tanto UVA y UVB (IARC, 2010).

El efecto cancerígeno de los rayos UV esta ligado a la longitud de onda y el


tipo de piel, con mas riesgo en personas con piel clara y menos en las más
pigmentadas. Los rayos UV tienen efecto cancerígeno directo iniciador y
promotor, sobre la piel, ya que al mismo tiempo que estimula la proliferación de
la epidermis induce daño al ADN, por lo tanto, influye en el desarrollo tanto de
epiteliomas como de melanomas que son los más agresivos de todo los tipos

82
de cánceres de piel. En los primeros parece mas importante la radiación de
fondo acumulativa, ocupacional, por ejemplo; en los melanomas tendría mayor
efecto la exposición intermitente recreacional (Elwood, 1985). Muchos
investigadores creen que la frecuencia de quemaduras solares durante la
infancia, más que la exposición acumulativa a la luz solar es el factor clave en
el desarrollo del melanoma, por tanto, las personas que se broncean, pero no
se queman, tienen mucho menos riesgo. Si bien, con el uso de filtros solares
disminuye la frecuencia de mutaciones, disminuye el daño al ADN, así como el
foto-envejecimiento, dado que aparentemente estos filtros previenen de
lesiones precancerosas (de Gruijl, 2003).

Estimaciones más recientes han calculado que por cada reducción de un 1%


en la capa de ozono, la radiación UVB/UVC aumentara en un 2 %, y el cáncer
de piel en un 2 a 6% (de Gruijl, 2003).

Por otra parte, la radiación que viene de los materiales y reacciones nucleares
es suficientemente energética para ionizar moléculas y es incuestionablemente
carcinogénica según las investigaciones realizadas en sobrevivientes de los
explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki (Linet 2000). Por otra parte, se
observó que en algunas poblaciones cercanas a plantas nucleares se
incrementó la frecuencia de leucemias en gente joven. Posteriormente se
realizó un estudio epidemiológico más extenso por alrededor de 25 años y por
diferentes partes del mundo, concluyéndose que no existe tal riesgo, sin
embargo, es importante hacer notar que la exposición-radiación induce
anormalidades cromosómicas en gametos humanos, por lo tanto, el tratamiento
de pacientes con cáncer mediante radioterapia (RT) favorece el incremento del
riesgo (IARC, 1992)

La radiación no ionizante, como la generada por los campos


electromagnéticos, en la atmósfera durante las tormentas eléctricas se ha
asociado con incremento de la frecuencia de cáncer. A los campos eléctricos y
magnéticos naturales se agregan un amplio número de campos artificiales
creados por maquinaría industrial, líneas eléctricas, electrodomésticos, que nos
exponen a diario a más fuentes de radiación. Esta radiación antropogénica es

83
mucho más débil que los campos de radiación natural pero en los sectores
electrónico, ferroviario y de telecomunicaciones la exposición es continua.

Otra fuente de radiación es el radón, un gas radioactivo incoloro e indoloro que


es emitido de la tierra en algunas regiones. La inhalación prolongada del gas a
muy altas concentración, encontrada principalmente en minas, ha sido
asociada a una incidencia elevada de cáncer de pulmón. Ésta no es una causa
significativa de cáncer en la población general, sin embargo, los niveles de
radón son generalmente disminuidos mejorando la ventilación de una
construcción o mina (WHO, 2009; WHO, 2009a).

Los campos magnéticos, eléctricos o las emanaciones de radio generados por


teléfonos celulares, líneas de poder y aparatos caseros eléctricos que oscilan a
60 ciclos por segundo, son campos de frecuencia extremadamente baja. Hasta
el momento, la evidencia encontrada es confusa y generalmente muy polémica
respecto a si ocasionan cáncer o no, dado que una mutación genética
causante de cáncer no puede ser inducida por esta cantidad de radiación.
Estudios epidemiológicos han indicado que poblaciones próximas a líneas de
alta tensión pueden aumentar el riesgo de enfermar por leucemia en la
infancia además de tumores cerebrales y otros cánceres.

Tabaquismo y Cáncer de Pulmón. El consumo de tabaco parece ser el mayor riesgo


hasta ahora identificado y se le considera responsable de la tercera parte de las
muertes por cáncer. Los individuos fumadores expuestos a otros cancerígenos tienen,
además, un riesgo mayor de contraer cáncer que los no fumadores, como lo muestran
diversos estudios, entre ellos los realizados en trabajadores de fabricas de asbesto o
consumidores de alcohol en cantidades importantes. El cáncer de pulmón es la causa
principal de muerte entre los hombres de todos los grupos raciales, excepto entre las
mujeres indígenas hispanas, de USA y Filipinas. Los hombres afroamericanos y las
mujeres indígenas de Alaska tienen las tasas más altas de incidencia y de mortalidad
debido al cáncer de pulmón. El riesgo de muerte por cáncer pulmonar es 22 veces
mayor en hombres y 12 veces más en mujeres fumadoras, en comparación con
personas que nunca han fumado. Sólo en los USA, aproximadamente el 30% de las
muertes por cáncer anualmente son atribuidos al tabaco (ACS, 1996). Numerosos

84
estudios han demostrado que el fumar cigarrillos produce cáncer de pulmón, laringe,
faringe, cavidad oral, esófago, vejiga, riñón y páncreas. Además, estudios adicionales
sugieren una fuerte asociación entre fumar y el cáncer de cérvix y probablemente de
estómago, hígado y riñón. Sin embargo, el cáncer de pulmón no es un evento
inevitable para todos los fumadores de tabaco, dado que puede originarse por factores
exógenos y endógenos, se ha sugerido la existencia de susceptibilidad individual al
desarrollo de éste, (del 10-15 % de los fumadores de cigarro desarrollan cáncer de
pulmón), estudios epidemiológicos demuestran incremento en el riesgo de cáncer de
pulmón en algunas familias, lo que sugiere una predisposición genética, originada por
la variación interindividual que existe en la capacidad de metabolizar sustancias
tóxicas, como los subproductos de la combustión del tabaco. Paralelamente se
observa que existen diferencias étnicas y una variación interindividual en la incidencia
de cáncer de pulmón; en negros, la incidencia es 50% más alta que en caucásicos, lo
que sustenta un importante papel genético y medioambiental (El-Zein 1997,
ACS,1996, Hirvonen 1996).

Cáncer por exposición ocupacional. Ya desde 1775, el cirujano Percival Pott estableció
la primera correlación conocida entre un agente ambiental y el desarrollo de cáncer, al
concluir que la elevada incidencia de cáncer en la cavidad nasal y la piel del escroto,
observada en limpiadores de chimeneas, se debía a una exposición crónica de hollín
(Brown 1957).

Hoy en día es bien conocido que varias actividades humanas incrementan la


contaminación, como es el uso de aerosoles; que debilitan la capa de ozono, el
desecho de plásticos, uso de fertilizantes, la combustión de hidrocarburos,
algunos agentes químicos, residuos de las minas, pesticidas y desechos
urbanos, afectan ecosistemas marinos y posteriormente, dañan al hombre a
través de cadenas tróficas. También se observa que diversos químicos
ambientales e industriales causan daño en animales experimentales y que
gentes físicos, como las radiaciones provocan daño celular y mutaciones, por lo
tanto, este potencial para efectos similares en el hombre es obvio y el daño se
asocia generalmente a algún padecimiento clínico (Boyle, 2008).

Los estudios de exposición ocupacional en el lugar de trabajo han contribuido de forma


muy importante al entendimiento de la carcinogénesis humana. La IARC provee una

85
revisión de la exposición ocupacional y otros factores cancerígenos, y calculó los
factores ocupacionales: el 31% es clasificado como suficiente el 42 % como probable y
el 42 % como posible cancerígeno para el hombre. En esta lista aparece el dióxido de
titanio y carbón negro como posibles, el formaldehido como suficiente, el cobalto y sus
derivados como probable (IARC, 2011).

Estrategias de prevención ambiental y ocupacional. Es una meta para los científicos


utilizar la susceptibilidad individual al ambiente en las políticas que rigen la Salud
Pública, ante esto se plantean las siguientes estrategias (Landrigan, 2011, Christiani
2011):

1) Prevención primaria; la estrategia más simple y efectiva, sería que se paren las
emisiones de contaminantes causantes del cáncer, esta estrategia por si sola
reduciría las incidencia de cáncer, salvaría de vidas y billones de pesos
(Landrigan, 2011).
2) Reducción de la exposición a cancerígenos, a través de la regulación de la
eliminación de dichos compuestos.
3) Ayuda individual, a través de la modificación estilos de vida dañinos (no fumar,
evitar agentes infecciosos, atención médica oportuna) y el uso de quimio-
prevención, (comer alimentos que contrarresten a los agentes cancerígenos,
consumir antioxidantes y hacer ejercicios).
4) Acudir al médico en caso de la observación de cambio en la piel, modificación de
lunares, realizarse un citología vaginal con frecuencia o bien el examen de
próstata, así como mamografías frecuentes después de los 40 años.

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8

SISTEMAS DE DETECCIÓN DE DAÑO GENÉTICO

Dr. Guillermo Zúñiga González, Laboratorio de Mutagénesis CIBO, IMSS

Introducción

En toxicología genética se acepta que una sola prueba no puede detectar con
exactitud o predecir en forma confiable los efectos genotóxicos de una
substancia en el humano (Jena y Bhunya, 1995). Por eso es importante
disponer de diversas alternativas de estudios tanto in vivo como in vitro para
probar genotóxicos.

La correlación entre mutagenicidad y carcinogenicidad es cada día más


aceptada. Un estudio demostró que 157 de 175 carcinógenos conocidos (el
90% aproximadamente) también son mutágenos (Griffiths et al., 1993), lo que
evidencia la importancia de saber con precisión el daño que un compuesto
puede causar en nuestro organismo o en otros seres vivos.

El monitoreo de los contaminantes por análisis directo requiere de gran


precisión y de un conocimiento amplio del agente químico que se va a verificar;
además, su evaluación es limitada por la sensibilidad y especificidad del
método utilizado. Ante esto, los bioensayos ofrecen ventajas ya que un
organismo dado puede procesar o metabolizar un compuesto cualquiera a
otros que pueden ser aún más tóxicos (Rodríguez-Ariza et al., 1992). Diversos
químicos ambientales e industriales causan daño en animales experimentales
con resultados consistentes. Este potencial de causar efectos similares en el
hombre es obvio.

Las pruebas para la detección de mutágenos son de gran importancia ya que


estos compuestos tienen la capacidad de alterar material genético en los
organismos, incluyendo el hombre (Plewa y Gentile, 1982); además, pueden
tener efectos teratogénicos (Luck, 1977), causar mutaciones en células
germinales (Plewa y Gentile, 1982), inducir enfermedades cardiacas (Plewa y
Gentile, 1982; Venitt et al., 1986), influir en procesos de envejecimiento (Plewa

90
y Gentile, 1982) e inducir mutaciones en células somáticas que pueden
desarrollar cáncer (Ames, 1985; Ames et al., 1985; Quillardet y Hofnung, 1985;
Kier et al., 1986).

Se conoce actualmente una gran batería de pruebas con las que se puede
determinar daño genético o detectar compuestos genotóxicos; estas pruebas
pueden ser bioquímicas, se pueden realizar in vivo o in vitro, con micro o
macroorganismos, pueden determinar daño microscópico (pruebas
citogéneticas) o a nivel molecular, como se logra al estudiar algunos
polimorfismos genéticos (que se sabe se asocian con el desarrollo de algunos
tipos de cáncer) o bien el estudio de la formación de aductos (Han et al., 1995;
Seraj et al., 1996).

Cientos de nuevos compuestos químicos aparecen en el mercado cada


semana, ¿cómo puede comprobarse la carcinogenicidad de un número tan
amplio de nuevos agentes antes de que la población se exponga a ellos?
(Griffiths et al., 1993).

En el presente capítulo abordaremos sólo algunas de estas pruebas: el


cariotipo, el estudio del índice mitótico, el intercambio de cromátides hermanas,
la prueba de micronúcleos, el ensayo cometa, el estudio de la inducción de
apoptosis y la prueba de Ames, tratando de dar un panorama general de sus
ventajas y limitaciones.

Es importante antes de decidir el tipo de prueba que se va a realizar determinar


los recursos con los que se cuenta y con base en esto elegirla prueba más
adecuada ya que existen algunas muy económicas y rápidas, pero también las
hay sumamente cosotosas.

Cariotipo

El método clásico para observar daño citogénetico es el examen de


preparaciones en metafase de células tratadas con el agente que se va a
probar in vivo o in vitro. Entre las pruebas citogenéticas, el cariotipo es la más
precisa. Ésta consiste en obtener los cromosomas metafásicos del organismo
por estudiar y mediante la observación al microscopio con el objetivo de
inmersión 100x, determinar si el número de cromosomas observados

91
corresponde al de la especie y, mediante técnicas de bandeo, revisar cada uno
de los cromosomas para verificar que éstos se encuentren completos.

El estudio se puede realizar mediante el cultivo de linfocitos de sangre


periférica o fibroblastos (Lee et al., 1990), que es la manera común, o en forma
directa (Baker, 1988; Lee et al., 1990) mediante la obtención de médula ósea
(Christidis, 1985), si bien en ocasiones a partir de médula ósea también se
realizan cultivos. En el primer caso se requiere de menor cantidad de equipo y
reactivos ya que es indispensable una campana de flujo laminar para trabajar
en condiciones estériles, una centrífuga, tubos o cajas de cultivo, así como
medios de cultivo, algunos mitógenos y algunos otros compuestos como
antibióticos y colchicina (Lee et al., 1990). Para el segundo caso se requiere
menor cantidad de reactivos y equipo. La obtención de cromosomas se hace
generalmente a partir de la médula ósea; sin embargo, la extracción de médula
se vuelve muy drástica ya que en la mayoría de los casos se requiere sacrificar
al animal para poder trabajar con los huesos largos (los fémures o húmeros).
La técnica, es pues, más sencilla y una vez obtenidos los huesos el
procedimiento se reduce a cortar las epífisis de ellos por ambos lados y a pasar
a través del hueso una solución que puede ser suero fetal, solución salina 0.9%
o Ringer´s isotónica (9.0 g NaCl, 0.42 g KCl, 0.24 g CaCl2, 0.20 g NaHCO3,
1000 ml de agua destilada) a 37˚C (algunas veces es recomendable
administrar colchicina al animal 1.5 horas antes del sacrificio, lo que permite
obtener mayor número de metafases). La mezcla de médula y solución se
centrifuga por cinco minutos a 1000 rpm, el sobrenadante se decanta y el botón
se deja incubando on una solución hipotónica por 30 minutos, luego se
centrifuga y se resuspende el botón en una solución de ácido acético-metanol
(1:3), se centrifuga nuevamente, se decanta y el botón es resuspendido en un
poco de la misma fijadora, para finalmente con ésta hacer los extendidos sobre
portaobjetos limpios (Baker, 1988). La tinción puede ser con Giemsa o si se
requiere se utiliza algunas de las técnicas de bandeo.

La técnica directa se puede realizar en una gran cantidad de especies y en


diversos tejidos; por ejemplo, en peces se puede utilizar, intestino, estómago,
riñón y branquias (Kligerman et al., 1975).

92
En plantas el estudio se puede realizar de manera directa y se emplea
colchicina u 8-hidroxiquinoleína como agente detenedor de la metafase; en
este caso el procedimiento consiste en hacer un aplastado de células
(generalmente se utilizan los meristemos), una tinción con aceto-orceína o
Feulgen y la observación al microscopio (Dyer, 1979; Rieger et al., 1992).

Una técnica casi directa es la que se ha utilizado en algunas aves, de las que
se obtiene la “pulpa” de las plumas (ya que presenta gran actividad mitótica), la
cual es puesta en un medio de cultivo para su preparación por 10 a 20 minutos
y posteriormente este tejido se fija con aceto-orceína y se tiñe por una a dos
horas (Delhanty, 1989).

Como podemos darnos cuenta, el estudio mediante la observación de los


cromosomas nos permite identificar nuevos agentes genotóxicos a nivel
cromosómicos y el tipo de daño que éste pudiera ocasionar en los
cromosomas. Desafortunadamente en el caso de los cultivos la técnica es
costosa, consume mucho tiempo y las más de las veces requiere de la
observación de un gran número de metafases para poder concluir que hay
validez estadística (Heddle et al., 1983; Heddle et al., 1991).

Otros dos inconvenientes que presenta el cariotipo para el estudio de los


genotóxicos son: a) se requiere cuando menos conocer la morfología de los
cromosomas de la especie con la que se va a trabajar; b) el que muchas
especies de aves, reptiles y anfibios presentan complementos cromosómicos
muy grandes constituidos por macro y microcromosomas, lo cual, es muy
frecuente y veces imposible de analizar (Duellman y Trueb, 1994; Takagi et al.,
1972).

Un eje de obtención de cromosomas a partir de un cultivo es el que se realiza


en el zoológico de San Diego en aves con fines de sexado y reproducción; para
tal fin, las aves en estudio son puestas en ayuno al menos tres horas antes de
la toma de la muestra para evitar la contaminación de lípidos en ésta. Se toman
2 cc de sangre con una jeringa heparinizada de 5 ml (0.1 cc de heparina
sódica) de la vena branquial y se mezclan con cuidado. La aguja se cambia por
una nueva y estéril. Posteriormente se deja reposar la jeringa verticalmente con
la aguja hacia arriba por un periodo de dos a tres horas. En un tubo de cultivo

93
se adicionan 19 ml de medios de cultivo (Ham´s F10), 1 ml de suero estéril de
pollo y 0.2 ml de heparina. Terminando el tiempo de reposo, se encurva
cuidadosamente la aguja para poder adicionar al tubo la parte superior del
contenido de la jeringa; las primeras gotas (que tienen células rojas) se
descartan y se adiciona la mayor cantidad de suero posible de la jeringa,
tratando de no incluir células rojas. Se divide el contenido en dos tubos y se
adicionan mitógenos como pokeweed (0.3 ml), fitohemaglutinina (0.3 ml) y
éster de forbol (0.4 ml). Los linfocitos que quedan en la jeringa se separan por
medio de la técnica de Ficoll-Paque y los linfocitos purificados son divididos en
los dos tubos e incubados a 30˚C colocándolos dentro de la estufa en un
ángulo de 30˚. Una hora antes de cosechar la muestra se adiciona a los tubos
0.1 ml de colchicina y se reincuba; al finalizar el tiempo la muestra se centrifuga
a 1,00 rpm durante 10 minutos. Se elimina el sobrenadante dejando 1 ml, el
botón se resuspende mediante la adición de 5 ml de solución hipotónica a
30˚C, se coloca el tubo a 40˚C por 10 minutos. Posteriormente la muestra se
centrifuga a 800 rpm durante 10 minutos, el sobrenadante se elimina dejando
0.5 ml para resuspender el botón. Se adicionan 8 ml de solución fijadora fría
(una parte de ácido acético y tres de metanol) y se centrifuga por 10 minutos a
800 rpm, el sobrenadante se elimina. La operación se repite para finalmente
resuspender el botón en 0.3-0.5 ml de la solución fijadora y elaborar las
laminillas (goteando la suspensión sobre éstas), la tinción se realiza con 1:4
giemsa 5% buffer.

Con algunas diferencias, pero con el mismo fundamento, esta técnica puede
hacerse en infinidad de especies (Biederman y Lin, 1982; Haaf y Schmid, 1984;
Park y Kang, 1979).

Índice mitótico

Utilizando la misma técnica descrita se encuentra el estudio del índice mitótico,


para el cual es importante que el organismo de prueba no reciba ningún otro
compuesto además del que se pretende valorar. El estudio del índice mitótico
es más simple que el del cariotipo ya que sólo requiere determinar el número
de metafases por número de células en el frotis, generalmente por 1,000
células consecutivas (Kligerman et al., 1987); también se puede realizar

94
mediante un cultivo, pero es más recomendable hacerlo de manera directa. El
estudio se puede hacer en diferentes especies (Bloom et al., 1987) y la
interpretación de los resultados nos indica si existe mayor o menor división
celular (se deben tener los valores normales de la especie o al menos se
comparan contra un grupo control). El resultado se traduce en una modificación
en la velocidad de la división celular, la cual no necesariamente es provocada
siempre por un agente genotóxico ya que el mismo efecto lo podemos observar
cuando existe un compuesto netamente citotóxico, por lo que es recomendable
utilizar alguna otra prueba además de esta.

El uso del índice mitótico en cultivo de linfocitos ha sido propuesto como


parámetro para tamizar actividad de medicamentos antineoplásicos (Rojas et
al., 1993).

Intercambio de cromátides hermanas

Otra variante es el intercambio de cromátides hermanas, una prueba


extremadamente sensible en animales y que detecta el daño producido por
agentes genotóxicos (Lake et al., 1979). El estudio se puede realizar mediante
cultivo de linfocitos y agregando el compuesto bromodeoxiuridina al medio de
cultivo (Herrera et al., 1992) o de manera directa inyectando implantando
pastillas de bromodioxouridina subcutáneamente en ratas en experimentación
(Yamanaka et al., 1979; McFee et al., 1993). Esta técnica, al igual que la
anterior, requiere de la interpretación de los resultados ya que se basa en la
tinción diferencial de las cromátides de los cromosomas (se puede diferenciar
la cromátide nueva de la vieja); éstas se entrecruzan de manera espontánea
(de ahí el nombre de intercambio de cromátides hermanas) y el resultado es un
cromosoma con cromátides compuestas por segmentos claros y obscuros
(también denominados cromosomas arlequín). El número de intercambios es
determinado para la especie y con esto si el compuesto que se va a probar
tiene algún efecto sobre los cromosomas, alterará el número de intercambios
en el individuo. El procedimiento consiste en adicionar al medio de cultivo, 24
horas después de la siembra de los linfocitos, 5-bromo-timidina (Salamanca,
1990). La prueba responde mejor con compuestos que inducen la reparación-

95
excisión del ADN que con aquellos que no tienen este efecto (Yamanaka et al.,
1979).

La prueba de micronúcleos
Más económica y clara es la prueba de micronúcleos (MN), la cual, por sus
características, permite obtener información precisa del compuesto que se va a
estudiar.

Los MN son fragmentos de cromosomas o cromosomas completos que


espontáneamente o por causa de agentes clastógenos, como las radiaciones, o
aneuploidógenos, como la vincristina, entre otros, quedaron fuera del núcleo
(Heddle et al., 1978;Schimd, 1975): son conocidos en hematología como
cuerpos de Howell-Jolly, su forma es generalmente redonda o almendrada. Su
diámetro varía de 1/20 a 1/50 (0.4 a 1.6 micras del tamaño normal de un
eritrocito) (Corazza et al., 1990; Schmid, 1975). Su formación se basa en el
siguiente principio. En anafase cualquier fragmento cromosómico que no posea
centrómero no podrá integrarse a un núcleo por carecer del elemento
indispensable para orientarse en el huso acromático. Después de la telofase
los cromosomas normales, así como los fragmentos que posean centrómeros,
dan origen a los núcleos de las células hijas. Los elementos rezagados
(fragmentos o cromosomas completos) quedan incluidos en el citoplasma de
las células hijas y una proporción de éstos es transformada en uno o varios
núcleos secundarios. Estos son mucho más pequeños que el núcleo principal,
de ahí su nombre de MN (Heddle et al., 1983). Eventos similares ocurren si se
daña el funcionamiento del aparato mitótico; por ejemplo, bajo la influencia de
la colchicina, el núcleo principal es algunas veces remplazado por un grupo de
pequeños núcleos, los cuales en general son considerablemente más grandes
que el típico MN; esto se debe a que cromosomas completos son los que
constituyen a éstos MN (Heddle et al., 1983; Yammamoto y Kikuchi, 1980).

Para la realización de esta prueba es indispensable utilizar un tejido en


constante división; sin embargo, debe considerarse que en células con poco
citoplasma no son fácilmente distinguibles de los lóbulos o proyecciones del
núcleo normal (Heddle et al., 1983; Jaylet et al., 1986). La prueba se realiza en
diferentes especies y en gran variedad de estructuras en tejidos, de manera

96
que es posible encontrar estas estructuras en eritrocitos policromáticos de
médula ósea (Schmid, 1975), cultivos de linfocitos de sangre periférica (Heddle
et al., 1978; Herrera et al., 1992), eritrocitos policromáticos y normocromáticos
de sangre periférica (Zuñiga et al., 1998), queratinocitos (Shuilin y Baker, 1989)
y células la mucosa bucal (Livingston et al., 1990). También se utilizan los
hepatocitos de rata, induciedo la división celular mediante la extirpación de dos
terceras partes del hígado o bien con promotores mitogénicos, facilitando con
esto la manifestación de MN en los hepatocitos nuevos cuando se exponen a
agentes genotóxicos (Schmezer et al., 1990) o carcinógenos (Ashby y Lefebre,
1992) y en células germinales (Lahdetic et al., 1983; Russo y Levis, 1992).

Entre las ventajas de la técnica de MN se incluyen facilidad y rapidez, la


posibilidad de probar un solo químico sin otros compuestos, la abundancia de
células analizables en diferentes periodos del ciclo celular y el hecho de que los
MN formados durante la división celular persisten al menos durante la siguiente
interfase (Heddle et al., 1991; Heddle et al., 1983; Schmid, 1975; Hayashi et al.,
1990). Entre sus limitaciones está que la prueba no detecta gentes que no
producen fracturas o rezagos anafásicos (esto es, aberraciones que no
implican la ocurrencia de fragmentos acéntricos como translocaciones e
inversiones); tampoco es útil en poblaciones celulares que no se dividen, ni
cuando se prueban carcinógenos órgano-específicos o especie-específicos
(Heddle et al., 1983; Schmid, 1975).

El procedimiento para estudiar MN puede ser relativamente sencillo, similar


al descrito para la obtención de cromosomas de médula ósea ya que se
obtiene la muestra también pasando el suero fetal o las soluciones salinas
(suero fetal de ternero con EDTA a 25mM, tome 2 ml para dos fémures de
ratón o 3 ml para uno o dos fémures de rata) por los huesos largos obtenidos
(de rata, ratón, pollo o la especie elegida), sólo que en este caso después de la
primera centrifugación se realizan los frotis teniendo cuidado de mezclar
suavemente la solución obtenida. Si se quiere obtener exclusivamente
eritrocitos en los frotis se puede pasar la mezcla por una columna de celulosa
(por cada muestra mezcle una parte de celulosa microcristalia tipo 50
SigmaCell y una parte de DAE celulosa (ambos químicos de Sigma, San Luis
Misuri, Estados Unidos ). Para esto coloque en el fondo de una jeringa de

97
plástico (de 20 ml) un disco de aproximadamente 20mm de diámetro de papel
para limpiar microscopio (tipo 105, Whatman, Ltd. Maidstone, Reino Unido).
Adicione a la columan la mezcla de celulosa (1 g para ratón y 1.5 g para rata) y
realice el empaquetamiento hasta llegar a 3ml para ratón o 4.5 ml para rata.
Antes de cargar la columna con el aspirado, mézclelo en forma minuciosa y
adiciónelo completamente con una pipeta, goteando poco a poco hacia el
centro de la misma hasta que sea absorbido por completo. Inmediatamente
después balancee la columna con solución salina Hanks’ HBSS sin rojo de
fenol Gibco, Ltd., Paisley, Reino Unido (se eluye con aproximadamente 20 ml
para ratón o 25 ml para rata durante 20 o 30 minutos). Colecte los eluatos que
contendrán a las células eritrocíticas, centrifúgelos por el método estándar para
el peleteo de la célula de la médula ósea y realice los frotis (Romagna, 1988).

En el estudio de MN en eritrocitos periféricos se pueden contar los


encontrados en eritrocitos policromáticos, reticulocitos (para el caso de pruebas
de 24 a 48 horas) y normocromáticos (en períodos de mayor tiempo o cuando
la especie estudiada no presenta de manera normal eritrocitos policromáticos).

Los animales en general presentan gran variación de las frecuancias de MN


espontáneos en buen número (Zuñiga et al., 1996a; Zuñiga et al., 2000). De
gran importacia es reconocer a estos últimos ya que se ha observado que en
ellos el control de calidad que ejerce el sistema reticuloendotelial,
principalmente el bazo, es menor y, por lo tanto, cuando estos organismos son
expuestos a genotóxicos micronucleogénicos los MN se incrementan de
manera significativa en sus eritrocitos y pueden ser los organismos con estas
características bioindicadores naturales (Zuñiga et al., 1998).

Por otro lado, en el humano el número de MN espontáneos en eritrocitos de


sangre periférica es cercano a cero por 10,000 eritrocitos en condicines
normales; sin embargo, cuando por alguna indicación del hematólogo un
individuo es esplenectomizado de inmediato se incrementa en éste el número
de tales estructuras de manera significativa (ya que el control en la especie lo
ejerce casi totalmente este órgano), más aún si se expone a genotóxicos como
las drogas antineoplásicas (Zuñiga et al., 1996b; Torres-Bugarín et al., 1999).
Por lo tanto, la esplenectomía puede ser utilizada como una herramienta en

98
especies en las que el bazo es el responsable de eliminar a los MN de la
circulación y se pretende probar genotóxicos con ellos (Hayashi et al., 1992).

Es importante tomar en cuenta que debido a los eritrocitos jóvenes (EPC) no


pierden los ribosomas por aproximadamente 24 horas después de la
enucleación, éstos se tiñen de color azul con el colorante de giemsa (Heddle et
al., 1983) o de color rojo con anaranjado de acridina (Hayashi et al., 1990), lo
que facilita su identificación cuando se pretende contarlos en pruebas de
períodos cortos de exposición.

El estudio de los MN en mucosa bucal también es relativamente simple, esta


manera puede tener ventajas sobre la prueba en linfocitos ya que se realiza
directamente sin la elaboración de cultivos, estas células reflejan el efecto
genotóxico ocurrido en la capa basal en las últimas tres semanas (Livingston,
1990; Tolbert et al., 1991). Sólo se requiere que la persona que se va a
estudiar se enjuague con agua la cavidad bucal, posteriormente se realiza un
raspado de la parte interna de las mejillas, el material es esparcido sobre un
portaobjetos limpio y se deja secar; posteriormente se fija en metanol al 80%
durante 48 horas, se tiñe por la técnica de Feulgen, la cual conisiste en
sumergir las muestras en ácido clorhídrico 1N por minutos a 60°C, nuevamente
se sumergen en ácido clorhídrico 1N a temperatura ambiente y otra vez en
reactivo de shiff durante una hora y media y finalmente son contrastadas con
verde rápido. Las observaciones se hacen con el objetivo de inmersión y
contraste de fases.

Gracias a la ventaja de utilizar bioensayos para la detección de genotóxicos,


diversos grupos de investigadores se han dado a la tarea de buscar
organismos que puedan ser utilizados como indicadores de daño genotóxico.
Para el caso particular de los micronúcleos, estos organismos deberan
responder formando MN en número suficiente para que al exponerlos al
probable agente genotóxico se observe un incremento significativo en el
número de MN. El planteamiento es que si una especie presenta eritrocitos
micronucleados espontáneos en buen número (6 o más en 10,000 eritrocitos)
ello se debe a que el sistema reticuloendotelial no tiene un estricto control
sobre éstos, por lo tanto, lo esperado es que si a estos organismos se les

99
expone a agentes genotóxicos el número de eritrocitos micronucleados se
incrementará (Zuñiga et al., 1996a; Zuñiga et al., 1998). Esto permitirá detectar
genotóxicos micronucleogénicos mediante el estudio comparativo de los
eritrocitos micronucleados de la sangre periférica de estas especies.

Se han propuesto animales de laboratorio específicos para los diferentes


químicos a probar; los más comunes son la rata (Trzos, et al., 1978), el ratón
(Hart et al., 1991) y primates (Choy et al.,1993), orden que ha sido poco
abordada pero que en un futuro será la más importante para el estudio de
genotóxicos. Recientemente se han propuestos otros tipos de organismos
vertebrados no mamíferos, como algunos anfibios cuyos eritrocitos son muy
grandes y, por lo tanto, facilitan la observación de MN (Jaylet et al., 1986), o
algunas veces, con las que se pueden tener también un sistema in vivo
(Bhunya y Jena, 1992). Los peces no han sido la excepción y han dado buenos
resultados cuando han sido expuestos a altas dosis de genotóxicos. Las
plantas han sido incorporadas también al estudio de estos compuestos por
medio de la formación de MN y se ha usado un limitado número de éstas. En la
prueba se utilizan en algunos casos las células formadoras del polen y en
otros, los meristemos apicales de raíz o talllos (Grant et al., 1992).

Con el afán de hacer más sensible la prueba de MN, algunos investigadores


han utilizado sustancias mitogénicas y/o técnicas quirúrgicas. De esta manera,
se ha propuesto utilizar la administración de eritropoyetina, un factor de
crecimiento, multiplicación y diferenciación de los eritroblastos que se utiliza
para inducir eritropoyesis o, en forma similar, el dicloruro de cobalto, usado
para inducir a la eritropoyetina (Suzuki et al., 1989, 1993).

Otras pruebas, un poco menos conocidas pero también utilizadas para la


determinación de mutágenos. Es el caso del sistema de ensayo con E. coli
wP2, muy similar en concepto al de Salmonella microsomal (antes visto), si
bien este ensayo tiene la ventaja de detectar metales carcinogénicos. Otra
prueba es la de recombinación mitótica en la levadura S. cerevisiae D3, cepa
de la levadura que tiene como ventaja la presencia de enzimas del citocromo
P450, lo que permite metabolizar algunos carcinógenos químicos. Sin
embargo, el resultado de estudios de validación demostró baja sensibilidad y

100
especificidad. El ensayo de letales recesivas ligadas al sexo en Drosophila, es
una elegante prueba con la mosca de la fruta Drosophila melanogaster, con la
posibilidad de metabolizar algunos carcinógenos a metabolitos activos. Sin
embargo, existen algunos químicos, como aminas aromáticas e hidrocarburos
policíclicos, que son fácilmente detectados (pero esto se ha hecho posible son
algunas modificaciones). La sensibilidad de este ensayo es alto pero no tanto
como el de la Salmonella microsomal, si bien presenta alta especificidad, con lo
que la posibilidad de tener falsos positivos disminuye.

Un gran número de químicos ha sido probado con el ensayo de dominantes


letales en ratón, cuya mayor ventaja es que el estudio se desarrolla en un
sistema in vivo de mamíferos. Su principal desventaja es que es costoso y
presenta una muy baja sensibilidad como prueba para predecir actividad
carcinogénica.

Anormalidades del espermatozoide del ratón. Es una prueba que debido a su


baja sensibilidad y especificidad no se rescomienda como prueba primaria para
tamizar carcinógenos químicos, pero puede ser una prueba confirmatoria
(Purchase, 1982).

La prueba del cometa

La electroforesis de célula única, también llamada prueba o ensayo cometa


(Monteith y Vanstone, 1995) es una rápida, simple y sensible técnica para
medir y analizar rompimientos de ADN en células de animales o plantas
(Mckelvey-Martin et al., 1993); esta prueba fue concebida en 1984 y modificada
en 1988 induciendo condiciones alcalinas, lo que hizo los rompimientos de
hebras solas de ADN más obvias (Singh, et al., 1988; Mckelvey-Martin et al.,
1993). El principio en el que se basaron para la realización de esta modificación
fue el de que a pH neutro la continuidad de la larga molécula dúplex no es
afectada por un ocasional rompimiento de cadena sencilla; sin embargo, los
apareamientos de bases en el ADN son rotos por álcali, y con esto las
discontinuidades (Singh et al., 1988). Es una prueba de gran utilidad ya que
para su realización se requiere de un pequeño número de células (de 1 a
10,000) y el resultado puede ser observado el mismo día (Mckelvey-Martin et
al., 1993). Su nombre lo toma de la imagen que se observa como resultado de

101
exponer células a los compuestos genotóxicos, esto es, que si la célula está
dañada al momento de hacer su corrimiento electroforético, el ADN de ésta
dejará una estela o cauda, que es el resultado de la fragmentación del ADN en
diferentes tamaños; en esta prueba la información nos la da el tamaño de
desplazamiento o distancia de migración de dichos fragmentos (Mckelvey-
Martin et al., 1997).

Los inconvenientes de esta técnica es que por lo menos se requiere de un


microscopio equipado con epifluorescencia y equipo de fotografía (Singh et al.,
1988), más caro que el microscopio común, y el tipo de colorantes para la
tinción los cuales pueden ser peligrosos si no se manejan con cuidado.
Además, no detecta agentes que no tienen su efecto directamente sobre el
ADN, como es el caso de los agentes aneuploidogénicos, que dañan el uso
mitótico (Sasaki et al., 1997).

El ensayo del cometa es una prueba que ha sido utilizada en toxicología


genética, investigaciones medioambientales, particularmente haciendo
biomonitoreos de poblaciones expuestas a daño oxidativo, radiación ionizante y
UV y otros compuestos. Es una prueba versátil en cuanto a la cantidad de tipos
celulares que pueden ser utilizados. Lo más común es trabajar con linfocitos de
sangre periférica (Ré et al., 1997) pero se sabe que se puede igualmente
trabajar con células de la mucosa nasal (Mckelvey-Martin et al., 1993), pulmón,
bazo, riñón, médula ósea (Sasaki et al., 1997), núcleos de células de la raíz de
plantas (Koppen y Verschaeve, 1996) e incluso con eritrocitos de algunos
anfibios (Ralph y Petras, 1998). La prueba cometa nos permite también
identificar subpoblaciones resistentes o sensibles a agentes que en forma
general dañan el ADN (Mckelvey-Martin et al., 1993).

Independientemente del equipo requerido, la prueba es sencilla, las células de


los tejidos expuestos al agente que se va a probar son mezclados con agarosa
y depositadas en un portaobjetos, la suspensión es cubierta con otra capa de
agarosa, la laminilla es sumergida en una solución de lisis, posteriormente la
laminilla se coloca en una unidad de electroforesis horizontal para hacer el
corrimiento correspondiente, la muestra puede ser teñida con bromuro de etidio

102
o naranja acridina y la observación se realiza con un microscopio con
epifluorescencia (Singh et al., 1988).

Apoptosis

Apoptosis (del griego arcaico apoteo-sis, que refiere a la caída natural de las
hojas en otoño) es un término mecanístico de la muerte celular programada;
agrupa características morfológicas y bioquímicas particulares que permiten
distinguirla de la muerte necrótica. Entre los diferentes tipos de muerte celular
se encuentra la apoptosis, que puede ser programada, como es el caso de los
procesos que se realizan en la diferenciación embrionaria, la metamorfosis de
algunos organismos o el envejecimiento, o inducida, la cual se observa
después de la administración de algunas drogas antineoplásicas o estímulos
físicos como la temperatura y es la que nos interesa como prueba de daño
genético.

Es conocido que la exposición de los organismos a radicales libres induce


apoptosis en células de varios tejidos (Lennon et al., 1991; Albina et al., 1993).
Evidencias de que la apoptosis pudiera ser inducida por estrés oxidativo se
observan en estudios con agentes apoptóticos, que inducen radicales libres y
puden inhibirse por la adición de antioxidantes como la superóxido dismutasa o
la catalasa, entre otros (Buttke y Sandstrom, 1994). Otros compuestos, como la
espermina (Brune et al., 1991), el zinc (Bray y Bettger, 1990), la L-acetil
carnitina (Galli y Frateli, 1993) y la vitamina E (Umegagi e Ichikawa, 1994)
presentan actividades tanto antioxidantes como antiapoptóticas.

Este estudio se basa en el principio de que cuando el núcleo es digerido por


una nucleasa endógena ésta rompe la cromatina entre los nucleosomas
individuales. Si el ADN de células apoptóticas es fraccionado por su tamaño en
un corrimiento electroforético, las bandas individuales (algunas veces referidas
como ADN escalera) son resueltas; éstas difieren en tamaño en
aproximadamente 180 pares de bases, lo que corresponde al tamaño
internucleosomal repetido. En algunos casos de aparente apoptosis, la
cromatina no siempre es degradada en fragmentos del tamaño del
nucleosoma, lo que sugiere que esto no es un componente esencial del
proceso (Schwartz y Osborne, 1993).

103
El estudio de compuestos genotóxicos, por lo tanto, puede realizarse mediante
la observación del patrón en escalera del ADN característico de la apoptosis
por medio de un corrimiento electroforético en geles de agarosa y/o mediante la
observación directa de las células expuestas mediante un microscopio con
epifluorescencia. La inducción de apoptosis nos indicará que el compuesto
probado indujo indirectamente “daño” al ADN y por ende será un genotóxico
“apoptoticogénico”.

Para la observación del patrón en escalera se requieren detergentes, uno para


la lisis celular (bromuro de dodecil trimetil amonio o DTAB) y otro que se une al
ADN para precipitarlo (bromuro de hexadecil trimetil amonio o CTAB).

Las células por estudiar se suspenden en 200 ml de medio de cultivo RPMI


1640 no suplementado y se colocan en tubos Eppendorf estériles de 1.5 ml
(libres de ADNasas). A cada tubo se le agregan 600 ml de buffer de lisis
(DTAB) y se incuban a 65˚C durante 15 minutos. Se adicionan 400 ml de
cloroformo se agitan vigorosamente de inmediato durante 5 minutos (sin
vórtex). Posteriormente la muestran son centrifugadas 10 minutos a 13,000
rpm, el sobrenadante se recupera y se pasa a otro tubo Eppendorf estéril y se
le adiciona 100 ml de ARNasa (10 mg/ml), se mezcla suavemente por inversión
y se incuba a 65˚C por 15 minutos. Al término de la incubación se agrega a
cada tubo 100 ml de CTAB mezclándolo por inversión y se afora a 1.5 ml con
agua inyectable. Los tubos se centrifugan a 10,000 rpm por 10 minutos. El
botón se decanta y se resuspende en 300 ml de NaCl 1.2 mM más 600 ml de
etanol al 100%. El botón de ADN se lava tres veces con etanol al 70%
mediante centrifugaciones de 10 minutos a 10,000 rpm. Finalmente, se retira el
excedente de alcohol y se deja secar para resuspenderlo con 20-40 ml de
buffer trisma base-EDTA. La muestra se puede congelar o corerla de inmediato
con una cámara horizontal a 80 voltios, agregando un patrón en escalera
comercial de 180-300 pares de bases para su comparación y comprobación
(Domínguez, 1997).

La prueba de Ames

La existencia de mutaciones por corrimiento en la lectura de bases en el ADN,


bien caracterizadas en el gen hisD de Salmonella typhimurium, fue empleada

104
por Bruce Ames para desarrollar un ensayo para potenciales mutágenos y
carcinógenos que provocan corrimientos de este tipo. Este ensayo es más
económico y más rápido que los que se emplean en mamíferos (Ayala y kliger,
1984). Los compuestos se seleccionan por su capacidad para provocar la
reversión de una serie de mutaciones por corrimiento de las pautas de lectura
conocidas del gen hisD al tipo salvaje, que se comprueba rápidamente porque
las células mutadas al tipo salvaje forman colonias en un medio que carece de
histidina (Ayala y Kliger, 1984). Esta prueba permite determinar si una
sustancia química es o no mutagénica, presenta gran sensibilidad y da
resultados que se pueden tomar como base para estudios posteriores.

Un grupo de investigadores colectaron y caracterizaron un gran número de


cepas de Salmonella typhimurium con diferentes mutaciones en el operón de
histidina (Maron y Ames, 1983; Kier et al., 1986; Venitt et al., 1986), cientos de
estas cepas fueron utilizadas por su habilidad para detectar diferentes agentes
mutagénicos. Algunas de estas cepas fueron modificadas por Ames para
hacerlas más eficientes. Estas cepas presentan mutaciones en un gen de
reparación de ADN y en otro que tiene que ver con mayor permeabilidad en la
pared celular, la cual aumenta la sensibilidad a ciertas sustancias químicas
(Maron y Ames, 1983; Kier et al., 1986).

Resulta importante tomar en cuenta este tipo de ensayos ya que los sistemas
de ensayo bacteriano proporcionan un eficiente medio para detectar agentes
mutagénicos y carcinógenos que podrían interactuar con el ADN y causar
mutaciones, y también serán capaces de causar mutaciones en otras especies,
incluyendo al hombre (Plewa y Gentile, 1985).

La principal limitación de cualquier sistema bacteriano para detectar


carcinógenos como mutágenos es que las bacterias no poseen el metabolismo
de los mamíferos para la activación de carcinógenos ya que la forma activa de
muchos de estos es formada en el metabolismo de los mamíferos (Ames et al.,
1985). Estudios realizados en este tipo de trabajos muestran que ciertos
carcinógenos pueden ser detectados como mutágenos con gran sensibilidad
por incubación de las bacterias en presencia de carcinógenos y homogenado
de hígado (Ames et al., 1985). Los primeros ensayos que Ames utilizó para

105
probar mutágenos consistían en agregar el compuesto por estudiar
directamente a una cepa de bacterias que no pueden crecer por causa de una
mutación (his-) (Ames et al., 1975) sobre una placa de agra mínimo-glucosa,
utilizando microorganismos que tuvieran más sensibilidad para detectar
diferentes clases de mutágenos. Si el mutágeno puede causar la mutación
particular que provoque una reversión en el genoma bacteriano, eso le dará
capacidad a dicha bacteria de crecer y formar una colonia. Así, un círculo de
colonias (his+) aparecerá alrededor del punto de aplicación del mutágeno
después de día y medio de incubación (Ames, 1985).

En 1973, Ames y sus colaboradores publicaron un protocolo en el que incluían


un homogenado de hígado que se centrifuga utilizando sólo el sobrenadante al
que se le conoce como fracción S-9; para este propósito se utiliza normalmente
hígados de rata. Primero se activan las enzimas del hígado inyectando a las
ratas aroclor, un bifenilo policlorinado. Se sacrifican las ratas y se homogenizan
los hígados, se centrifugan para eliminar los restos celulares. El sobrenadante
o mezcla S9 contiene enzimas solubilizadas (Griffiths et al., 1993). Esta mezcla
se utiliza como fuente acción metabólica para la detección de una gran
variedad de carcinógenos que requieren este tipo de activación (Maron y Ames,
1983), activando así a un promutágeno para que se convierta en mutágeno
(Plewa y Gentile, 1982).

Una de las modificaciones de la metodología fue el llamado ensayo de


incorporación en placa, que consiste en colocar la fracción S-9, la bacteria y la
substancia por probar a diferentes concentraciones en un tubo con agar blando
al que se le han añadido trazas de histidina, se mezclan y son puestas en la
superficie de la placa de agar mínimo conteniendo glucosa (agar base). Las
placas son incubadas a 37˚C de dos a tres días. En las primeras horas toda la
población de bacterias auxótrofas crece en presencia del compuesto a prueba
y de la mezcla S-9 metabólicamente activa hasta que toda la histidina es
consumida; después de esta fase de crecimiento auxotrófico, solamente
aquellas células que mantuvieron sus mutaciones de reversión a la mutación
existente para histidina continuaron el crecimiento para formar colonias visibles
de protótrofos (his+) (Maron y Ames, 1983; Kier, 1986; Venitt et al., 1986). En el
caso de que se observe en una o dos de las concentraciones de las

106
substancias un doble o un triple de colonias revertantes (las cuales crecen
sobre las capas de colonias auxótrofas y sobresalen por su tamaño), a
diferencia del control, indica una respuesta mutagénica (Kier et al., 1986).
Ahora bien, en caso de una respuesta positiva o sospechosa (si no el doble o
triple de colonias revertantes, que sea un número elevado al rango de
revertantes espontáneas de cada cepa) se debe comprobar una relación dosis-
respuesta con un rango de concentraciones más estrecho (Maron y Ames,
1983). Si no existiera la cepa colonias auxótrofas, esto indicaría un nivel tóxico
de la substancia para la bacteria.

En general existen muchas variaciones de esta prueba (Maron y Ames, 1983),


así como cepas de bacteria, y tanto la prueba como las cepas han ido
evolucionando a lo largo del tiempo. Es importante mencionar que algunos
mutágenos afectan solamente a cepas que detectan corrimiento de estructura o
bien cambio de bases; sin embargo, muchos mutágenos pueden afectar ambos
tipos de cepas (Ames, 1983; Kier et al., 1986; Venitt et al., 1986).

Además de la mutación de histidina, las cepas contienen otras mutaciones que


aumentan su capacidad de detectar mutágenos. La mutación rfa afecta la
permeabilidad de la pared lipopolisácarida que recubre la superficie de la
bacteria incrementando la permeabilidad a moléculas de alto peso molecular
que no penetran en una pared celular normal (Maron y Ames, 1983; Kier et al.,
1986).

Otra modificación que se le hizo al ensayo de Salmonella/microsomal fue la


introducción del plásmido pkm101 (factor R), el cual incrementa la
mutagenicidad química y espontánea apoyando un sistema de reparación del
ADN propenso al error, normalmente presente en estos organismos. Tiene
además un gen de resistencia a ampicilina que sirve como marcador.

La técnica se realiza de la siguiente manera: a 100 ml de agar blando fundido


se le añaden 10 ml de solución histidina/biotina. Se distribuyen en raciones de
2 ml en tubos mantenidos en baño María a 45˚C. Se añaden 0.1 ml del cultivo
de la cepa de prueba y 0.1 ml de la substancia que se va a probar en diferentes
diluciones. Finalmente se agregan 0.5 ml de una mezcla de extracto de hígado
de rata, sales minerales, glucosa-6-fosfato, NADP y amortiguador de fosfato.

107
Esta mezcla hace las veces del metabolismo de un mamífero (el compuesto
por probar se procesa con y sin mezcla).

Los controles serán preparados en forma idéntica, suprimiendo el compuesto


que se va a probar. Las mezclas de los cultivos son colocadas en cajas de Petri
previamente preparadas con agar mínimo-glucosa (agar, sales minerales y
agua), se distribuyen de manera uniforme, se cubren y se dejan gelificar.
Posteriormente se incuban en la obscuridad a 37˚C durante 48 horas y al final
de éstas se cuentan las colonias revertantes en todas las cajas. Las colonias
revertantes sobresalen por su tamaño, en contraste con las colonias base (his -
), que presentan un crecimiento residual debido a las trazas de histidina
contenidas en el agar blando.

La prueba de Ames es y ah sido empleada en gran cantidad de trabajos y en el


estudio de numerosas substancias (Purchase, 1982; Maron y Ames, 1983), se
ha utilizado también para determinar la mutagenicidad de compuestos
ambientales y mezclas biológicas. Es un hecho que muchos laboratorios de
todo el mundo comprueban ahora de manera rutinaria la mutagenicidad y
carcinogenicidad de muchos compuestos potencialmente peligrosos (Griffiths et
al., 1993).

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111
9

PRUEBA DE AMES, USOS E IMPORTANCIA EN LA DETECCIÓN


DE AGENTES GENOTÓXICOS
Eduardo Padilla Camberos 1, Mónica Reynoso Silva 2 y Alfredo Feria Velasco 3
1 Ciatej
2 Laboratorio de Mutagénesis Ambiental, DBCM, CUCBA, Universidad de Guadalajara
3Laborarorio de Neurobiología Celular del Departamento de Biología Celular y Molecular,
Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad de Guadalajara

Bosquejo histórico del desarrollo de sistemas microbianos para la


detección de genotoxicidad. El desarrollo de pruebas para la detección de
agentes genotoxicos de los principios mutagenicos de algunos tumores
malignos y su asociación con algunos factores ambientales (Tennant Zeige,
1993).Asi aparecieron las primeras pruebas de amplia utilización, como los
ensayos citogeneticos para detección de aberraciones cromosómicas, la
prueba de intercambio de cromatides hermanas, la prueba de mutaciones
letales ligadas a cromosomas sexuales en drosophila melanogaster y la prueba
en salmonella typhimurium, mejor conocida como prueba de Ames.

Actualmente existe más de un centenar de pruebas para detectar daños


genéticos, con el empleo de organismos procarioticos como bacterias y
eucariotes como hongos, vegetales, insectos y líneas celulares de mamíferos
(Waters et al., 1988).

Importancia de la genotoxicidad en la carcinogénesis y teratogénesis

El impacto provocado en la salud por la exposición a agentes genotoxicos


radica en que la inducción de daño genético ocasiona un incremento en la tasa
de mutación de las células germinales de humanos (ovocitos,
espermatozoides y sus precursores) y puede ocasionar un incremento en la
incidencia de enfermedades genéticas en generaciones futuras. Se ha
estimado que entre el 5 y 10 % de los abortos espontáneos acarrean defectos
cromosómicos (Shelby et al., 1993).

112
Por su parte, las mutaciones en células somaticas pueden contribuir a varios
desordenes en la generación presente, como la inducción de padecimiento
cardiacos, procesos de envejecimiento y principalmente en la formación de
neoplasia (Hoffmann, 1992).

Se ha demostrado en forma experimental que existe una gran correlación


positiva entre los agentes genotoxitos y carcinogénicos. Sin embargo, no todos
los agentes que contribuyen al desarrollo de tumores humanos nos son
genotoxicos consiste en su capacidad de interferir con los mecanismos de
reparación del ADN o de incrementar la respuesta mutagenica a otros agentes,
motivo por el cual se les suele designar con el termino de comutágenos (Venitt
y Parry, 1984).

La realización de pruebas de genotoxicidad de corta duración para evaluar la


pasible carcinogenicidad de las sustancias se fundamenta en la teoría de que
los procesos neoplasicos son provocados en una primera etapa por un daño al
material genético de las células (Weinstein, 1988; Ames, 1983).

Las pruebas microbiológicas para detectar actividad genotoxica se basan en


dos premisas: primera, que los sistemas de ensayos microbianos proporcionan
un método eficiente para detectar agentes que podrían interactuar con el ADN
y causar mutaciones. Y segundo, que en general el ADN de los mismos
nucleótidos que los demás estructura doble helicoidal y los mismos nucleótidos
que los demás organismos, éntrelos que se incluye al hombre; por lo tanto, la
prueba con bacterias es válida para la detección de agentes genotoxicos
(Sobels, 1987).

Desventajas técnicas, económicas y “éticas” de los estudios tradicionales


en animales de laboratorio

debido al gran numero de compuestos que se liberan al ambiente y a que los


métodos de prueba tradicionales para evaluar su potencial toxicológico
presentan algunas desventajas, como el tiempo empleado y el consecuente
incremento en el costo, se están explorando posibles metodologías alternativas

113
a la utilización de animales vivos. En este campo los estudios de toxicología in
vitro han ganado aceptado durante los últimos diez años (Flint, 1988).

En la actualidad se desea y existe la tendencia a disminuir en lo posible el uso


de animales de experimentación mediante la utilización de métodos
alternativos y el empleo de ensayos de corta duración. El concepto de “método
alternativo” debe comprender las tres erres: la R de reducción del número de
animales, la R de reemplazamiento de unas especies por otras y la R de
refinamiento de los protocolos experimentales (De la Peña et al., 1990). Este
término incluye una batería de sistemas vivos como bacterias, cultivos
celulares, huevos feretilizados de pollo, embriones de batracio, que pueden
utilizarse para la evaluación toxicológica de sustancias químicas y su efecto
previsional en la salud humana ( Wrighton et al ., 1995).

Algunas estirpes celulares permiten incluso estudiar efectos orgánicos-


específicos (hepatotoxicidad, neurotoxicidad, nefrotoxicidad, etc.) inducidos por
agentes externos (Mendoza- Figueroa et al ., 1996).

Las ventajas de utilizar sistemas in vitro para evaluar la toxicidad propagarse y


dividirse en replicas idénticas, caracterizarse genotípicamente a fin de obtener
cepas celulares con bastante uniformidad y ser tratadas con dosis controladas
de sustancias. Durante la evaluación de la toxicidad de los compuestos
pueden analizarse parámetros como viabilidad, respiración e integridad de la
membrana (Camatini et al., 1996).

La prueba de Ames como una de las pruebas más utilizadas

Uno de los métodos más utilizados y validados es el ensayo de salmonella/


microsomal o prueba de Ames, la cual emplea diferentes cepas de salmonella
typhimurium auxotrofas a la histidina. La detección de mutagenos se basa en la
capacidad del compuesto para revertir la mutación de auxotrofia, lo cual se
observa por el crecimiento de la bacteria en un medio de cultivo carente del
aminoácido limitante (Ames et al .,1975). Esta metodología ha sido reconocida
por varios laboratorios para detección de agentes carcinogénicos y evaluación
de riesgos genéticos en mezclas complejas, aditivos alimenticios, residuos
industriales, aguas potables y residuales (Kier et al ., 1986).

114
A continuación se describe los fundamentos y procedimientos de la prueba de
Ames

Las cepas de prueba utilizadas para la evaluación de la mutagenicidad en la


prueba de Ames se presenta en el cuadro 1.

Cuadro 1. Cepas de prueba empleadas en en el test de Ames.

Cepas de prueba y sus genotipos

Genotipos cepas de prueba

TA 1535 TA 1537 TA 98 TA
100 TA 102

His-(auxotrofia a histidina). + + + +
-

Rfa (daño a la permeabilidad de la membrana). + + + +


+

Uvr B (sistema de reparación por escisión dañado). + + + +


-

Plásmido pkm101 (afectación al sistema de reparación - - + +


+

de ADN propenso al error).

Plasmido PAQ 1.

(a carrea la auxotrofia a histidina). - - - -


+

Rango de revencion espontanea. 3-18 4-18 1-46 45-179


240-320

Existen diversas cepas de prueba con características particulares, las


siguientes son las comúnmente empleadas en la prueba de mutagenicidad.
Estas cepas contienen diferentes tipos de mutaciones que afectan la síntesis
de histadina (auxotrofia). En general, se agrupan en dos clases: las cepas que
detectan sustituciones de pares de base y cepas que detectan mutaciones que
ocasionan corrimiento del marco de lectura del ADN.
115
Adicionalmente a la auxotrofía a histidina, las cepas de prueba han sido
manupuladas genéticamente para hacerlas más sensibles a la detección de
mutagenos:

Mutación rfa, la cual ocasiona una pérdida parcial de la barrera lipopolisacarida


que protege a la bacteria, con aumento de su permeabilidad a moléculas de
alto peso molecular que no penetran una pared celular normal en la bacteria.

Mutacion uvr B, que impide el mecanismo de reparación por escisión, del ADN.

Plásmido PKM101, que incrementa la mutagenesis inducida y espontanea, con


apoyo al sistema de reparación del ADN propenso al error, normalmente
presente en estos organismos.

Plásmido P AQ 1, presente en la cepa TA 102, que acarrea la mutación


defectiva para biosíntesis de histidina.

Casa una de las cepas de prueba presenta un numero característico de


reversión espontanea. Es importante determinar el valor de reversión
espontanea en cada prueba de mutagenicidad que se realice. El relámpago de
reversión espontanea de cada de las cepas de prueba aparece también en el
cuadro 1

Confirmación de genotipos

Los genotipos mencionados anteriormente deben confirmarse para cada cepa


de prueba antes de realizar cada prueba. La auxotrofia a histadina se
demuestra mediante la observación de crecimiento en el medio sin histadina.

El daño a la permeabilidad de la membrana, ocasionalmente por la mutación


rfa se confirma al exponer la cepa a una sustancia de alto peso molecular,
como el cristal violeta. La solución de cristal violeta se adiciona sobre un disco
de papel filtro estéril, colocado al centro de la caja. Después de la incubación
debe observarse una zona clara de inhibición alrededor del disco.

La mutación uvr B se confirma al exponer la mitad de una caja inoculada la


cepa de prueba a la luz ultravioleta por ocho segundos (la otra mitad de la caja

116
se cubre con papel aluminio). La zona expuesta no debe presentar crecimiento,
mientras que la zona cubierta tiene un crecimiento normal.

La presencia del o los plásmidos en las cepas de prueba se confirma al


comprobar la resistencia a los antibióticos ampicilina y tetraciclina para los
casos de los plásmidos pkm101 y PAQ 1, respectivamente.

Fundamento de la prueba

la cepa de prueba, por su auxotoma, no puede crecer en un medio de cultivo


son histidina. Al exponer las cepas a una sustancia por evaluar, las colonias
que se desarrollen después de un periodo de incubación indicara un evento
mutagenico que ha permitido la reversión de la auxotrofia y su consecuente
capacidad para biosíntesis del aminoácido.

Procedimiento de la prueba

Un tubo de ensayo con 19 ml de medio liquido oxoid No . 2 es inoculado con la


cepa respectiva y se mantiene a 37 °C durante 16 horas con agitación
constante a una velocidad de 200 rpm, utilizado un incubador con agitación.

Una vez que se verifica que el cultivo tenga una población entre 1 y 2 x 10 9
células/ml, con la medición espectrofotometría de la absorbancia, a una
longitud de onda de 600nm, se procede a distribuir 0.1 ml del cultivo en tubos
de ensayo que contenga 0.1 ml de cada una de las diferentes concentraciones
de la sustancia por evaluar.

Como control negatio se utiliza el disolvente de la muestra, con el que se


preparan las concentraciones respectivas. Además, se realiza una prueba de
reversión espontanea para verificar el funcionamiento de las cepas.

La preincubacion consiste en incubar los tubos con la mezcla de la bacteria y la


muestra a una temperatura de 37°C durante entre 20 y 30 minutos.

Después de la preicubacion, se adiciona a cada 2 ml de agar fundido y


mantenido a 45 °C, que contiene el 10% de solución de histidina/ biotina 0.5
mM. El tubo se agita por 3 segundos, se vierte rápidamente sobre la superficie

117
de cajas con medio minimo y se distribuye la mezcla con movimientos
rotatorios. Las cajas incuban a 37 °C de dos a tres días.

El conteo de colonias revertantes se realiza en un aparato” cuenta colonias” y


se revisa la existencia de la capa de colonias auxotrofas que lograron crecer
debido a la mínima cantidad de histadina adicionada.

Este paso es muy importante, ya que la carencia de esta capa de colonias es


signo de toxicidad de la sustancia, lo cual puede enmascarar el resultado de la
prueba de mutagenicidad.

Los resultados se expresan como el número de colonias revertantes por caja


para cada una de las concentraciones probadas de la sustancia por evaluar. Se
considera un resultado positivo (mutagénico) cuando el numero de colonias
revertantes de una sea de al menos el doble de revertantes del control
negativo, además de verificar que exista la capa de colonias auxotrofas.

Activación metabólica

Existen diversas interacciones durante los procesos toxicocineticos de las


sustancias que transportan la estructura original de la sustancia, lo que da
como la aparición de metabolismo con diferente grado de genotoxicidad con la
sustancia original. Es decir, que en términos de toxicidad las sustancias
pueden inactivarse o volverse más dañinas.

Con el objeto e simular la transformación que sufren las sustancias en los


mamíferos y, por consiguiente, en seres humanos, suelen incluirse en el
ensayo de mutagenicidad, el empleo de la fracción microsomal (fracción S9) de
hígado de rata.

Conservación de las cepas

Un punto importante en la realización de pruebas de mutagenicidad es la


conservación y el almacenamiento de las cepas de prueba. La estabilidad
genotípica debe cuidarse, para lo cual existen diferentes métodos de
conservación, según las necesidades, tanto de las cepas como del usuario.

118
No es recomendable la resiembra periódica de las cepas. Existen otros
métodos denominados a corto plazo que protegen la estabilidad de las cepas.
Sin embargo, los métodos de almacenamiento más recomendables son los de
largo plazo, en los cuales se ha demostrado la conservación de la viabilidad y
las características genéticas de las cepas de prueba aun después de años de
almacenamiento (padilla Camberos, 1991).Como ejemplo de estos métodos se
pueden mencionar la liofilización y la criopreservación.

Ensayo “SOS cromotest “

Otro sistema bacteriano para detectar sustancias genotoxicas es el desarrollo


en el instituto pasteur en francia. Esta prueba aprovechar el conocimiento que
se tiene acerca de una respuesta a nievel genético de la bacteria cuando es
expuesta a un gen genotoxico, esta respuesta se denomina “SOS “.

El ensayo “ SOS cromotest” involucra una cepa de escherichia coli que


contiene una fusión génica entre los fragmentos de ADN responsables de la
activación del mencionado sistema SOS y el gen lac Z que expresa la enzima
B-galactosidasa, de tal manera que los daños genéticos se detectan por la
producción de la enzima antes mencionada (Quillardet y Hufnung, 1985;
Quillardet et al ., 1985).

En el ensayo “SOS cromotest”, las cepas de E. coli se mezclan con las


sustancias que se van a ensayart, tras un periodo de incubación de dos horas,
se determina los niveles de B-galactosidasa. Cuando tales sustancias son
genotoxicas, ocasionan un aumento en los niveles de B-galactosidasa respecto
a los controles, pues se inducen os genes del mecanismo SOS.

Conclusiones

En la actuaidad, la prueba de Ames es una importante herramienta para la


evaluación rápida de nuevos agentes, los que probablemente estarán en
contacto con los humanos, asi como de los agentes ya existentes, la finalidad
de tener su completo perfil toxicológico y evaluar riesgos de manera oportuna.

119
Por otra parte, las pruebas de mutagenicidad se emplean actualmente en el
monitoreo biológico de persona, como un biomarcador de exposición a
mutagenos.

Finalmente, las pruebas de genotoxicidad apoyan la realización de estudios de


análisis de riesgo en dos puntos específicos:

1. En la evaluación de riesgos, mediante la identificación de agentes físicos,


químicos o biológicos que representan un peligro para la salud humana y el
ecosistema.

2. asimismo, las pruebas mencionadas se emplean en la evaluación de las


relaciones de dosis- respuesta de los agentes con posible afectación al material
genético.

Donde se realizan estas pruebas

Existen diferentes instituciones que realizan pruebas de genotoxicidad.en


particular, los bioensayos microbianos referidos en este capítulo son realizados
en el CIATEJ desde hace mas de diez años, en los cuales se han evaluado,
entre, muestras de adictivos alimenticios, materiales primas, compuestos
orgánicos volátiles en cárnicos, fármacos, probioticos, aguas residuales y
extracto de plantas medicinales. Estos estudios han servido para cumplir con la
legislación vigente a nivel nacional e internacional.

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121
10
LA PRUEBA DEL COMETA

Carlos Alvarez Moya, Mónica Reynoso Silva, Carlos Valdez Ramírez, David Gómez Gallardo,
Laboratorio de Mutagénesis, DBCM, CUCBA, Universidad de Guadalajara.

Para detectar daño genético inducido por agentes químicos y físicos se


diseñaron y utilizan diversos sistemas de prueba en plantas (Grant, 1994 y
Ichikawa, 1992) insectos (Graf et al., 1984; Graf y Singer, 1992) y bacterias
(Ames et al., 1973). Todos ellos poseen ventajas y desventajas en cuanto a
costo, duración y sensibilidad. Todos los agentes genotóxicos poseen
peculiaridades respecto a la clase de alteraciones genéticas que ocasionan y el
tipo de células que afectan, de ahí que se han desarrollado tantos y tan
diversos bioensayos. Muchos de estos agentes poseen genotoxicidad tejido-
específica (Pool-Zobel et al., 1993) y cuando los encontramos como
contaminantes, el empleo de bioensayos permite detectarlos porque funcionan
como centinelas. Debido a ello, es importante el desarrollo de técnicas capaces
de cuantificar el daño al ADN de células individuales y evaluar las diferencias
intercelulares para estudiar los sistemas de reparación del material genético en
células eucariotas (McKelvey et al., 1993). En 1988 Singh et al. (Singh et al.,
1998) mejoraron una técnica que detecta alteraciones del ADN en células
individuales conocida como “prueba del cometa alcalino” (PCA) o
electroforesis de célula única y es muy empleada ya que es rápida, simple y
sensible. Otras técnicas utilizadas para medir el daño al ADN, detectan la
fragmentación pero involucran la lisis de una población de células de modo que
ellas miden la media de la respuesta de las células individuales y no la
respuesta de cada célula. La prueba del cometa se puede llevar a cabo en
células de cualquier órgano u organismo eucariótico y en general se emplea
exitosamente en células animales (Singh et al., 1988; Pandrangi et al., 1995).
Por esta razón se utiliza como biomonitor no específico del impacto genotóxico
de una amplia variedad de agentes físicos, químicos incluyendo pesticidas
(Ames et al., 1973; Grant et al., 1992; Avishai et al., 2003).

122
Con la PCA es posible obtener imágenes, lo que facilita la observación y el
análisis, además de que su costo es sumamente bajo, por lo que es una
excelente herramienta para la detección de agentes genotóxicos; bastan sólo
unas cuantas células (1-10,000) para realizar el ensayo y los resultados se
obtienen en un día (McKelvey et al., 1993 y Farbair et al., 1995). Con esta
prueba se estudió la inducción de daño sobre el ADN en células cultivadas y en
suspensión, así como en sistemas in vivo. Es posible detectar una amplia
variedad de daños al ADN como son: rompimiento de hebra sencilla y doble y
la deteción de sitios sensibles al álcali en células de mamífero y algunas
plantas (Singh et al., 1998; Arévalo,1999; Tebbs et al., 1999; Wagner et al.,
1998; Alvarez et al., 2011; Alvarez et al., 2011). Se detectan también enlaces
covalentes cruzados entre ADN/ADN, ADN/proteínas o desaminación de
bases por daño oxidativo en los sitios apurínicos o apirimidínicos (Collins et al.,
1997). Ha sido utilizada para visualizar degradación de ADN debido a necrosis
o apoptosis.

La PCA tiene varias ventajas: (a) Es posible investigar el grado de rompimiento


del ADN en pequeñas muestras de tejidos animales y biopsias humanas. (b)
Se lleva a cabo en pocas horas y, si se cuenta con un analizador de imágenes,
los resultados son obtenidos y evaluados inmediatamente. (c) En términos
generales, el equipo es el mismo utilizado para otros ensayos de poca duración
con excepción del analizador de imágenes, el cual es costoso, pero resulta
ventajoso tenerlo.
Metodología de la PCA. En esta prueba las células se colocan dentro de un
gel de agarosa sobre un portaobjetos, posteriormente se someten a
electroforesis por poco tiempo bajo condiciones alcalinas. Las células con un
incremento de daño en su ADN presentan una mayor migración hacia el ánodo
o bien, una mayor intensidad (fluorescencia) de la cauda con respecto a las
células normales. La longitud de la migración se cuantifica por la tinción con
bromuro de etidio en el microscopio de fluorescencia (Singh et al., 1988). Un
esquema general del protocolo de la prueba del cometa se presenta en la
figura 1.

123
Figura 1. Esquema del procedimiento general para la prueba del cometa (Anderson y Plewa, 1998).

Tratamiento

Reunión y reparación
del DNA Suspensión de células simples
Lisis neutral
Lisis alcalina
Preparación de laminillas
Desenvolvimiento de ADN Lavado

Tinción
Electroforesis alcalina
Electroforesis neutral

Análisis de imagen

Varios laboratorios en el mundo utilizan la metodología descrita por Singh et al.,


(1988). El equipo empleado incluye un microscópio de fluorescencia equipado con un
soflware (comet assay system). Al mirar al microscopio, las células tienen apariencia
de cometas con una cabeza en la región nuclear y una cola que contiene todos los
fragmentos o rupturas que han migrado en dirección al anodo (Figuar 2).

A B

124
Figura 2. A) Microscopio de fluorescencia con un software específico para cometas. B) Migración del
ADN dañado (tail length).
La migración se determina en, por lo menos, 50 células escogidas al azar en cada grupo
estudiado. Obtenidas las migraciones se procede a los cálculos estadísticos.
Algunas variaciones opcionales al método publicado por Singh et al., (1988) se
presentan en el cuadro 1. Estas modificaciones se realizaron de acuerdo al
propósito de cada trabajo: Tebbs et al., (1999) cuantificaron el rompimiento de
hebras de ADN en células individuales de muestras de tejido muy pequeñas.
También se realizaron cambios menores como el uso de amortiguador alcalino
con detergentes y la reducción de los tiempos de preincubación y electroforesis
(Erbes et al., 1997). Una modificación de la PCA utilizando una enzima
bacteriana reparadora de ADN: uracil ADN glicosidasa se empleó para detectar
la incorporación errónea de uracilo en ADN humano (Duthle y McMillan, 1997).
Cuadro 1. Variaciones opcionales en la metodología de la PCA (McKelvey et al., 1993).
PROCEDIMIENTO NATURALEZA DE LA VARIACIÓN COMENTARIOS

Concentración Capa 1: 1% NGT (75-85 l) en PBC a 65° C (1) La concentración de agarosa descrita es la
de agarosa Capa 2: 0.7- mínima para trabajar.
1 (2) Si se trabaja con agua ultra pura en lugar de PBS
se requiere de 0.8% ( 75ul) de APSN para la capa 1 y
% LGT (75-85 l) en PBC 37° C conteniendo la para las capas 2 y 3 0.5& (75 l) de LGT.
suspensión celular en PBC a una proporción de
10:1
Capa 3: 0.7-1% LGT (65-75 l) en PBC a 37° C

Capa adicional 1 ml de NGT 1% es aplicada sobre la laminilla Mejora la adhesión.


de agarosa antes de la primera capa. Esta capa permitirá,
una vez eliminada con una segunda laminilla,
incrementar la adhesión.
Lisis No es necesario el sarcosinato de sodio

Tiempo de El tiempo de desempaquetamiento puede A temperaturas de 15° C o por arriba, es posible


desempaqueta extenderse por arriba de los 40 minutos: inducir cometas de células control.
miento y temperatura desempaquetamiento y temperatura de
de la electroforesis electroforesis 4° C / 5° C/ 10° C/ 15° C.

Tiempo de 20V ( 1V/ cm), 3000 mM, 24 minutos o 25 V, 15 El incremento en el tiempo de la electroforesis
electroforesis y minutos o 25 V, 300 mA, 25 minutos. incrementa la longitud de las colas del cometa.
voltaje

Tinción 4,6-Diamidino-2-fenilindol ( 5ug / ml de H2O), Una sensibilidad comparable para detectar daño
naranja de acridina (8.5 mg/ml), Hoechst 33258 genético en cometas teñidos se obtiene con FITC-
( 0.5 mg). Se requiere de filtros de exitación y conjugado anti-BrdUrd.
barrido.

Reuso de laminillas Las laminillas congeladas pueden ser reusadas No es recomendado.


pero requieren sonicación o lavar
perfectamente en camptox 10% seguida de
varias lavadas con agua destilada.

Análisis del ADN dañado obtenido en la PCA. Cuando hay rompimiento del
ADN, la cauda se extiende al ánodo con mayor longitud que el ADN de células

125
no dañadas. En otros casos, la longitud de la cola puede mantenerse igual a la
de células testigo, pero la intensidad de la fluorescencia se incrementa
significativamente en las células con material genético dañado (Gedik et al.,
1992). Mientras que la longitud de la cola cambia sólo un 21% cuando existe
gran cantidad de rompimientos del ADN la intensidad de la misma puede
llegar a ser más del doble (Olive et al., 1990).
Aunque la longitud de la cola se usa para medir daño genético, sobre todo
cuando existen altos niveles de rompimiento de hebras, por sí sola, no es un
buen parámetro de medición porque no se incrementa cuando existen bajos
niveles de daño. La mejor forma de cuantificar el incremento de ADN dañado
consiste en calcular el “momento de la cola” (tail moment). Este parámetro es
un híbrido de la longitud de la cola y el porcentaje del ADN en la cola y se
calcula directamente en el programa para el análisis de imágenes (Olive et al.,
1990).

Análisis estadístico. La longitud de la cola del cometa es empleada para


medir el daño genético, por lo tanto, es necesario determinar una media de
migración de cada punto experimental. Se deben obtener los datos de la
distribución de la longitud de los cometas de cada tratamiento. La información
se analiza con pruebas estadísticas F ANOVA para el análisis de varianza (Ma
et al., 1994). Se emplea también la prueba de comparación múltiple de
Dunnett, la cual, mide la significancia estadística de las diferencias entre los
controles y cada uno de los compuestos estudiados.Se utiliza un nivel de
probabilidad de 0.05.
Lo importante en las pruebas de genotoxicidad es determinar si un agente es o
no genotóxico, siempre es deseable medir la relación lineal dosis-respuesta.
Debido a que esta condición no se cumple con la PCA se sugiere que el área o
momento de cola se utilice para una mejor determinación de la genotoxicidad
(McKelvey et al., 1993).

Comparación de la prueba del cometa con otros sistemas de prueba. La


PCA se utiliza en combinación con otros sistemas para evaluar el efecto de los

126
agentes genotóxicos y garantizar un mayor grado de certeza. Es frecuente el
uso de la PCA simultáneamente con la prueba de micronúcleos (PMN), al
parecer, ambas pruebas tienen eficiencia similar para detectar daño genético,
pero PMN depende del tipo de agente estudiado y la clase de células
evaluadas (Monteith y Vanstone, 1995; Vrzoc y Petras, 1995). Existe
evidencia de que la PMN es menos sensible que la PCA para detectar daño
genético producto del sinergísmo de agentes genotóxicos (Tafazoli et al.,
1998). Las pruebas citogenéticas: frecuencia de aberraciones cromosómica e
intercambio de cromátidas hermanas se utilizan junto con la prueba del cometa
porque también detectan daño genético (cuadro 2).

Cuadro 2. Utilización conjunta de la PCA y otras pruebas para detectar daño genético.
TIPO DE AGENTE TIPO DE PRUEBAS DAÑO COMENTARIO REFERE
EXPOSICIO PROBADO CÉLULAS EMPLEADAS GENETIC NCIA
N UTILIZADAS O
H2O2 Linfocitos PCA + 21
In vitro PMN +
M Paclitaxel Linfocitos PCA + 22
PMN +
1 clorohexano Linfocitos PCA + Positiva para 3 de 5 23
In vitro 2,3-diclorobutano reactivos pero detecta
1,2-dicloroetano efecto sinérgico.
tetracloruro PMN + No detecta efecto
hexacloroetano sinérgico.
In vitro TMTD Linfocitos PCA + 24

Esplenocitos PCA -
PMN -
Humo de cigarro Linfocitos PCA + 25
In vivo PMN +
O 1-3 butadieno Linfocitos PCA - 26
PMN -
PAC +
ICH +
O Estireno Linfocitos PCA + 27
PAC -
In vivo Ciclofosfamida Linfocitos PCA + 28, 29
Benzo(a) pireno Hepatocitos PMN +
In vitro PAC +
In vitro Etopóxico Ovario de PCA + 30
isoproturon hamster chino PAC +

PMN prueba de micronúcleos, PCA prueba del cometa alcalino, PAC porcentaje de
aberraciones cromosómicas, ICH intercambio de cromátides hermanas, O ocupacional, M
médico

No obstante el uso frecuente de baterías de prueba, no existen estimaciones


porcentuales de la eficiencia de la PCA con respecto a otros sistemas.

127
La sensibilidad de la prueba puede incrementarse aún más cuando se inhibe la
reparación del ADN durante la exposición, lo que repercute en una valoración
más precisa de la actividad genotóxica (Martin et al., 1999), lo anterior, puede
resultar una ventaja más sobre los otros sistemas.

Detección de agentes genotóxicos con la PCA. Con esta prueba más de


200 agentes químicos han sido examinados en varias especies, tanto in vivo
como in vitro. El cuadro 3 presenta algunos de los estudios que emplean la
PCA para detectar actividad mutagénica o bien, agentes con propiedades
desmutagénicas.

Cuadro 3. Algunos agentes genotóxicos estudiados con la PCA.

ANTIMUTÁGENO MUTÁGENO TIPO DE CELULAS


ESTUDIADA REFERENCIA
PARAQUAT LINFOCITOS Y ÓVULOS DE 30,32
HAMSTER
RADIACIÓN CRÓMICA LINFOCITO 33,34
RADIACIÓN GAMA LINFOCITO 35.36-38
ANILINAS 39
COBALTO 40,41
METRONIDAZOL 42
NIVALENOL 43
AEROSOL PRODUCIDO POR LA IRRADIACIÓN LINFOCITO 44
DE TEJIDO CON LASER
1-CLOROHEXANO LINFOCITO 23
2,3-DICLOROBUTANO,
1,2-DICLOROETANO
ÁCIDO FÓLICO PIRIMETAMINA TEJIDO DE RATÓN 45
MELTONINA ETIL METANOSULFONATO 46
YOGOURT COLON DE RATA 48’’’’’

La PCA tiene gran potencial como biomonitor de daño genético en personas


expuestas a mutágenos y carcinógenos. En México existen muchas áreas en
donde se debería valorar el daño genético inducido por sustancias químicas,
tanto en personas como animales o vegetales, por ejemplo: En 1995 se
utilizaron en nuestro país 54,600 toneladas de pesticidas (Principales
participantes en el mercado de plaguicidas 1996) y esto ha tenido
repercusiones no muy favorables para la salud (Palacios et al., 1999). Por lo
anterior, es necesario estudiar el efecto genotóxico de estos pesticidas sobre

128
las personas o animales expuestos directa o indirectamente y la PCA es el
candidato ideal.

La PCA como herramienta de diagnóstico. La PCA se emplea no sólo como


un sistema para detectar actividad genotóxica inducida por agentes
xenobióticos, se utiliza también para diagnosticar alteraciones genéticas en las
células independientemente de si fueron o no expuestas a genotóxicos (Collins
et al., 1997) (cuadro 4 ).

Cuadro 4. Algunos estudios que reportan daño genético en el hombre detectado con la
PCA.

ORIGEN DEL TIPO DE AGENTE MANIFESTACIÓN TIPO DE CÉLULAS MARCADORES REFERENCIA


DAÑO O FORMA CLÍNICA ESTUDIADAS GENÉTICOS
DE CONTACTO DETECTADOS
CON EL AGENTE

M Isofluoreno Linfocitos 55-57


(Anestésico) Tolueno
A Radiación Violeta Cáncer de piel Linfocitos 58
Humo del cigarro 25, 59
H
G Aborto habitual 60
G Síndrome Alveolar Linfocitos Presencia de 61
intersticial artefactos
G Diabetes mellitus Linfocitos 62
G Ataxia Telangietasia Linfocitos 63
M- A Medicamentos y Linfocitos 64
Desnutrición
O 1,3 Butadieno, Linfocitos 26, 65, 66
Acetona, Tolueno,
fibra de vídrio, sílica.
M- A Radiación Linfocitos 67-69

A Virus A2/HK/68 Incremento de Linfocitos 70


aborto habitual
Aeropartículas Linfocitos
A 53
O Polvo de Tabaco Linfocitos 71
A Metales pesados y Células branquiales 72-74
materiales de de Ostión
cerámica
H habitual, A ambiental, O ocupacional, G genético, M médico

Evidentemente, en México se requieren estudios de este tipo porque existe


poca cultura para el uso de sistemas de protección a los mutágenos, lo cual
evidentemente, incrementa el riesgo de sufrir alteraciones genéticas.

129
PCA como biomonitor ambiental. Un importante elemento dentro de las
ciencias ambientales es el monitoreo de agentes genotóxicos. Las pruebas
empleadas para ello deben ser rápidas, baratas, exactas y reproducibles pero
no todas cumplen con estos requerimientos. En este sentido, PCA cumple con
lo anterior y tiene un amplio campo de aplicación (Cuadro 4). Las mezclas
complejas como aeropartículas urbanas fueron evaluadas con esta prueba (Poli
et al., 1999). Por otra parte, en México D.F., también se estudiaron las
partículas suspendidas utilizando Salmonella typhimurium y mostraron fuerte
actividad mutagénica (Villalobos et al., 1995) aunque la PCA podría utilizarse
para evaluar directamente el daño genético en los linfocitos de las personas
expuestas a estas partículas.
La PCA es una herramienta ideal para la detección de agentes genotóxicos en
ecosistemas acuáticos (Belpaeme et al., 1998) y la utilización de las células de
organismos propios de estos sistemas como la rana verde (Rana
clamitans)(Ralph y Petrasb, 1998) o algas verdes (Erbes et al., 1997) son muy
adecuadas, especialmente en los cuerpos de agua cercanos a complejos
industriales (Erbes et al., 1997). En México, los metales pesados como el
Cd+2 y el Cr+3 se encuentran frecuentemente como contaminantes mortales
en ecosistemas acuáticos (Cuenca del Lerma, por ejemplo), por ello, la
utilización de la PCA para el diagnóstico de daño genético puede resultar útil.

Debido a su simplicidad, sensibilidad y a que sólo se requieren de unas


cuantas células, la PCA resulta ideal como prueba de genotoxicidad de corta
duración (Tice, 1990). Esta prueba puede, teóricamente, ser utilizada en
cualquier célula nucleada (Koppen y Verschaeve, 1996) pero, frecuentemente,
se utilizan los linfocitos como células centinelas para detectar los efectos de la
exposición a diversos agentes (Poli et al., 1999; Salama et al., 1999). Hay un
factor importante que debe considerarse: ciertos órganos son más susceptibles
que otros a los genotóxicos (Sasaki et al., 1997; Sasaki et al., 1988), por lo que,
la PCA efectuada sobre células blanco será más representativa (Tsuda et al.,
1998; Sasaki et al., 1997,Sasaki et al., 1997; Sasaki et al., 1998).

130
Comportamiento genotóxico de sustancias con la prueba del cometa. Los
agentes genotóxicos poseen peculiaridades en cuanto al tipo de células que
afectan y las alteraciones genéticas que ocasionan. El metil metanosulfonato y
dietilnitrosamida poseen genotoxicidad órgano-específica evidenciada con el
empleo de la PCA. En cuanto a la clase de daño, algunos aldehídos
genotóxicos como el glioxal y metilacroleina producen un elevado “momento de
cola” y manchas características de ADN con áreas pequeñas y altamente
condensadas. Otras como la acroleina y el formaldehído no afectan el tiempo
de la cola pero si cambian las manchas observadas en el ADN . Las áreas
condensadas son, quizá, consecuencia de la actividad de entrecruzamiento de
estos aldehídos sobre el ADN, lo que sugiere que este sistema se puede
utilizar para evaluar el tiempo de la cola y los cambios en las manchas de ADN
(Kuchenmeister et al., 1998, Miyamae et al., 1998, Andreolí et al., 1999).

Análisis de la comida expuesta a pesticidas y radiación. Las carnes


radiadas presentan células con ADN dañado (Mckelvey et al., 1993, Cerda et
al., 1991), por lo cual, el empleo de la PCA hace posible distinguirlas de las no
radiadas. Por otra parte, gran cantidad alimentos de origen vegetal suelen
contener residuos de pesticidas, muchos de ellos carcinogénicos (Moses,
1992), por ello, el daño en células de plantas o animales que consumen estas
plantas, puede evidenciarse mediante el empleo de la PCA, ya que como se
mencionó, es, teóricamente, aplicable a cualquier célula (Koppen y
Verschaeve, 1996).

Prueba del cometa y cáncer. El monitoreo de pacientes tratados con


quimioterapeúticos antineoplásicos resulta muy importante para conocer el
daño genético inducido por estos agentes. En un reciente estudio, se reportó el
efecto genotóxico comparativo in vivo de diferentes drogas anticáncer con el
empleo de la PMN (Torres, 2000). La PCA ofrece también esta posibilidad y,
además, su sensibilidad para detectar daño en células individuales posibilita la
identificación de subpoblaciones resistentes o sensibles a agentes que dañan
el ADN (Olive et al., 1990; Olive et al.,1990). Permite también, demostrar la

131
eficiencia de un agente antineoplásico o la resistencia del tumor, usando
obviamente, las células de ese tumor (Huang et al., 1998) y detecta la
radiosensibilidad de líneas celulares de tumores cervicales en células
individuales (McKelvey et al., 1998; Marples et al., 1998). Lo anterior resulta
relevante porque la resistencia a drogas es un gran impedimento para
erradicación de tumores cancerosos. Sin embargo, no es posible predecir el
grado de resistencia del tumor, lo cual, es importante debido a que cerca del
50% de los pacientes con carcinomas invasivos tratados con radioterapia
responden al tratamiento, lo que significa que el otro 50% pierde un tiempo muy
valioso, por lo tanto, es muy útil conocer la radiosensibilidad de un tumor útil
para reorientar el tratamiento.
En combinación con el uso de parámetros citogenéticos, bioquímicos y
morfológicos la PCA puede servir como una novedosa herramienta para
predecir la fase de diversas displasias (Udumudi et al., 1998). La PCA es
particularmente útil para monitorear al personal involucrado en el manejo de
quimioterapéuticos quetienen un alto riesgo de sufrir alteraciones genéticas.

Una ventaja adicional de la prueba es que permite analizar la capacidad de


reparación del ADN en las células estudiadas (Olive et al., 1990; Udumudi et
al., 1998; Afana´ev et al., 1997), en este sentido, el estudio de sustancias que
incrementan la capacidad de reparación del ADN sería muy relevante. En el
cuadro 5 se presentan algunos estudios que emplean la PCA en pacientes con
cáncer tratados con diversos agentes anticáncer.

Cuadro 5. Algunos estudios que emplearon la PCA en personal hospitalario que


maneja drogas antineoplásicas y pacientes con cáncer tratados con diversos agentes
anticáncer.
ACTIVIDAD PACIENTES TIPO DE CANCER CELULAS ESTUDIADAS DAÑO REFERENCIAS
OCUPACIONAL GENETICO
TRATADOS CON

In vivo Yodo 131 Hipertiroidismo + 34

132
In vivo Ciclofosfamida Linfocitos + 98

Enfermeras Linfocitos + 99

In vitro Cisplatino Linfocitos + 100

Oxoplatino

In vivo Etopoxido Células de médula ósea 101

In vitro Clorotalonil Timocitos +

Ovario de hámster chino +

PCA en plantas. Las plantas son monitores muy útiles para detectar daño
genotóxico pero pocos trabajos emplean la PCA en células vegetales (Koppen
y Verschaeve, 1996; Arévalo, 1999; Poli et al., 1999; Koppen et al., 1999;
Alvarez et al., 2011). La medición de daño en el ADN en los núcleos de las
plantas, a través de esta prueba, es una nueva área de estudio. Sin embargo,
los métodos para aislar los núcleos de las células de plantas causan altos
niveles de daño al ADN, por ello, es importante mejorar estas metodologías
para emplear la PCA con más eficiencia en plantas (Koppen y Angelis, 1998;
Gichner y Plewa, 1998). Recientemente este sistema fue utilizado en cepas
de Allium e Impatients para detectar el efecto genotóxico de mezclas complejas
de contaminantes del aire como ozono, benceno, óxidos de nitrógeno y
aeropartículas (Poli et al., 1999). También ha sido detectado daño genético en
los núcleos de Tradescantia (4430) y Agave tequilana después de someter las
plantas al efecto de la hidrazida málica (Arévalo, 1999; Alvarez et al., 2001).

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136
11
EVALUACIÓN DEL EFECTO GENOTÓXICO Y CITOTÓXICO EN
CÉLULAS EXFOLIADAS DE MUCOSA ORAL MEDIANTE LA
PRUEBA DE MICRONÚCLEOS Y ANORMALIDADES
NUCLEARES

Olivia Torres Bugarín, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma de Guadalajara.


Claudia González Zúñiga, Unidad Académica de Medicina Universidad Autónoma de
Nayarit

Introducción

Se ha descrito a la cavidad oral como el espejo que refleja la salud del


individuo, pues en la mucosa que recubre la boca se han observado cambios
indicativos de enfermedad, además permite identificar efectos locales de
tabaco o alcoholismo, puede revelar condiciones sistémicas, como la diabetes
o la deficiencia vitamínica o bien, podría mostrar efectos secundarios de
tratamientos como la terapia contra el cáncer (quimioterapéuticos y
radioterapia) ya que estas limitan la capacidad proliferativa de las células
epiteliales, e incluso el tejido buco epitelial llega a adelgazarse al punto de
formar ulceras (Squier and Kremer, 2001). Debido a sus características, el
epitelio de la mucosa bucal, resulta ideal para su empleo en pruebas de
evaluación de genotóxicos o citotóxicos, debido a que constituye el punto de
contacto de muchos agentes potencialmente peligrosos y es una barrera
protectora contra potenciales carcinógenos que, al ser metabolizados, generan
múltiples metabolitos reactivos (Squier and Kremer, 2001). Aproximadamente
el 60 % del total de la superficie de revestimiento oral es un epitelio no
queratinizado, esto favorece su observación al microscopio ya que facilita la
penetración de colorantes y permite identificar características morfológicas del
núcleo y membrana (Collins and Dawes, 1987). Este epitelio tiene especial
capacidad proliferativa manteniendo la población celular constante, pero a su
vez vuelve a este tejido más vulnerable al daño al ADN, esto cobra relevancia
ya que se sabe que el 90 % de todos los tipos de cáncer tienen origen epitelial,
137
así que la mucosa bucal podría ser usada para monitorear eventos genotóxicos
tempranos causados por cancerígenos inhalados o ingeridos (Slack, 2000).
Una propiedad más es que las células del epitelio de la mucosa bucal
presentan abundante citoplasma y conservan el núcleo al momento de ser
exfoliadas (Squier and Kremer, 2001). Otra peculiaridad de este epitelio: es de
fácil acceso y se colecta mediante técnicas poco invasivas por lo que es
ampliamente aceptado además, en un momento determinado, pudieran reflejar
lo que esta ocurriendo en el todo el organismo, esto de una forma directa, sin
necesidad de cultivo (Bonassi et al 2011; Ramos-Remus et al , 2002;
Rodriguez-Vazquez et al., 2000 Torres-Bugarín et al., 2007; Torres-Bugarín et
al., 2003; Torres-Bugarín et al., 1998).
Por lo tanto, es posible utilizar las células exfoliadas del tejido epitelial de la
mucosa bucal para evaluar el efecto genotóxico y citotóxico en poblaciones en
alto riesgo, de forma sencilla, rápida y económica mediante la técnica de
micronúcleos y detección de diversas anormalidades nucleares (Tolbert et
al.1992). El uso de la técnica representa una oportunidad única y cada día se
utiliza con mayor frecuencia en todo el mundo para el estudio epidemiológico
del impacto de la nutrición, estilos de vida, evolución de enfermedades crónico
degenerativas, exposición a genotóxicos, como medicamentos, radioterapia,
tabaco, alcohol, exposición ocupacional, envejecimiento y por supuesto cáncer
y tratamientos antineoplásicos, entre otros.

Características histológicas generales del epitelio de la mucosa oral. La


cavidad oral esta tapizada por una membrana mucosa húmeda que forma una
barrera estructural entre el cuerpo y el medio externo y sus principales
funciones son: secreción de enzima digestivas, ácido clorhídrico, mucina y
anticuerpos; absorción de sustratos metabólicos y otras sustancias esenciales
para el funcionamiento del organismo; protección inmunológica y física, ya que
es una barrera que impide la entrada de sustancias nocivas, antígenos y
microorganismos patógenos (Lesch et al., 1989). Esta mucosa está integrada
por dos capas de tejidos estructural y embriológicamente diferentes; 1) Tejido
epitelial, de origen ectodérmico, 2) Tejido conectivo, de origen
mesenquimatoso (también llamado lamina propia, corion o estroma), que
sostiene y nutre al tejido epitelial (Squier et al., 2001). Específicamente, el

138
epitelio es de revestimiento, sus células están unidas entre sí para formar una
barrera funcional de protección entre el medio bucal y el tejido conectivo
subyacente y está constituido por dos poblaciones celulares a) Población
extrínseca y b) Población intrínseca o propia del epitelio:

a) Población extrínseca, esta población es de origen ajeno al epitelio, esta


formada por células permanentes y células transitorios;
I) Población de células permanentes, representa el 9 % y esta constituida
por tres tipos: melanocitos, célula productora de melanina, células de
Merkel, que son células sensoriales para la percepción de la presión;
células de Langerhans, que son células presentadoras de antígenos.
II) Población de células transitorias: esta población representa alrededor
del 1% de células del epitelio y esta constituida por granulocitos,
linfocitos y monocitos sanguíneos que pueden infiltrarse
ocasionalmente en el epitelio bucal.

b) Población intrínseca o propia del epitelio, esta población esta constituida


básicamente por queratinocitos los que constituyen del 90 % de la
población celular total, los queratinocitos son células del epitelio destinados
a queratinizarse en mayor o menor grado. En su evolución migran desde las
capas más profundas del epitelio hasta la superficie del mismo, una vez que
ocurre la mitosis, pueden permanecer en la capa basal o migrar hacia el
exterior. Este mecanismo de auto renovación, esta controlado por un
equilibrio de mitosis de las células de la capa basal y la descamación de
células (muerte celular, apoptosis) de la capa más superficial en un ciclo
que en condiciones normales dura aproximadamente entre 5 a 14 días, ya
que el proceso de proliferación celular se puede acelerar o disminuir por
diversos factores, como es la hora del día, estrés, inflamación, la edad, etc,
lo cual tiene implicaciones para la salud, como por ejemplo el desarrollo de
cáncer (Holland et al., 2008; Thomas et al., 2008; Tolbert et al., 1992;
Torres-Bugarin, 2003). Los queratinocitos se disponen en el epitelio en tres
capas cuando no son queratinizados y de cuatro cuando la capa final de
recubrimiento es queratinizada: Así del interior a la superficie se encuentra
la capa basal, capa espinosa, capa granulosa y capa cornea.

139
-Capas basal: Es la capa más obscura, las células son cúbicas con núcleo
redondo y basófilo, lo cual indica su intensa actividad sintética de proteínas,
y donde se localizan las células madre del epitelio, en esta zona ocurre una
activa multiplicación celular, por lo tano es aquí donde inicia el proceso de
renovación epitelial a partir de células madre. Los queratinocitos más
inmaduros se encuentran en el estrato basal y espinoso, este tipo de
queratinocitos sintetizan diversas sustancias que juegan un papel muy
importante en el proceso de migración celular.
-Estrato espinoso: Esta segunda capa a diferencia de la primera, esta
formada por varias hileras de queratinocitos, entre los que se encuentran
tanto células en apoptosis como en necrosis, son células poligonales de
núcleo redondo o menos pequeños, de cromatina laxa con citoplasma
ligeramente basófilo, (Thomas et al., 2008).

-Estrato granulosos: Aquí se encuentran 2 a 3 capas de células


aplanadas o escamosas, con pequeños núcleos de cromatina densa, la
célula granulosa, desarrolla una importante actividad sintética de proteínas,
lípidos y antígenos relacionados con queratinización, para posteriormente,
en un periodo de 5 a 6 horas, prepararse para destruirse y convertirse en
un elemento del estrato corneo.

-Estrato corneo: Constituido por células planas sin núcleo ni organelos


evidentes, membrana plasmática gruesa, estas células son
denominadas cornocitos y no presentan gránulos de queratohialina.

Atendiendo a su estructura como a su ubicación, en la cavidad bucal existen


distintos tipos de mucosa oral, de este modo, la mucosa oral puede clasificarse
desde el punto de vista histológico o topográfico (Gordón-Núñez et al., 2008):

Calificación histológica
Dependiendo del grado de queratinización de los queratinocitos en la cavidad
oral se pueden encontrar diferentes tipos de epitelio, los cuales pueden ser
calcificados desde un punto de vista histológico en tres tipos: a) Epitelio plano
estratificado ortoqueratinizado, b) Epitelio plano estratificado

140
paraqueratinizado, c) Epitelio plano estratificado no queratinizado. La
diferencias fundamentales se encuentran en el estrato corneo, ya que se
calificaran dependiendo de si superficialmente están protegidos o no por
queratina; a su vez la capa queratinizada se llamará ortoqueratina si las células
no muestran núcleos y paraqueratina si los mostraran, lo más común dentro de
la cavidad bucal es que los epitelios queratinizados sean constituidos por
paraqueratina (por lo tano conservan sus núcleo y organelos).

Calcificación topográfica
La estructura morfológica oral varia por la adaptación funcional en las diferentes
regiones de la cavidad oral, así la mucosa oral se dividen en tres tipos
principales: mucosa de revestimiento, mucosa masticatoria y mucosa
especializada:

- Mucosa de revestimiento: Es la más abundante (60%) y se le encuentra


en las mejillas, paladar blando, labios y en la parte ventral de la lengua. El
epitelio es plano estratificado no queratinizado, y en su lámina propia se
constituye de tejido conectivo laxo con fibras elásticas, lo que la hace ser
muy flexible.

- Mucosa masticatoria (25% de la totalidad de la mucosa oral): Reviste el


paladar duro y conforma la encía. Su capa submucosa se confunde con el
periostio del hueso que subyace bajo ella. Es un epitelio estratificado plano
(que puede ser ortoqueratinizado o paraqueratinizado), la lámina propia es
gruesa con densos haces de fibras colágenas y sin fibras elásticas, ya que
esta mucosa recubre solo zonas inmóviles.

- Mucosa especializada (15%), en ella destaca que tiene papilas gustativas


intraepiteliales, que se encuentran en la cara dorsal de la lengua.

Células micronucleadas en células exfoliadas de mucosa oral como


parámetro de efecto genotóxico-daño genético. Así el monitoreo del daño
genético en las poblaciones expuestas mediante la utilización de
biomarcadores se vislumbra como una herramienta útil en la prevención de
tumores, en la detección temprana de efectos secundarios de enfermedades

141
crónicos degenerativas y en el envejecimiento precoz. Por lo tanto los
micronúcleos (MN) constituyen uno de los biomarcadores de efecto utilizados
para monitorear el daño genético de poblaciones bajo algún riesgo. Los MN se
forman durante la transición de metafase – anafase en mitosis (división celular)
y pueden ser cromosomas completos rezagados debido a un daño al uso
mitótico o bien pueden ser fragmentos de cromosomas acéntricos (sin
centrómero), en ambos casos no lograron incorporarse al núcleo de las células
hijas (Schmid, 1975; Heddle et al, 1991). Por lo tanto la prueba de MN, se
utiliza como parámetro para medir genotoxicidad y teratogenicidad (Schmid,
1975; Heddle et al., 1991), y detecta tanto agentes clastogénicos (que fracturan
cromosomas), como aneuploidogénicos (que afectan el huso mitótico)
pudiéndose diferenciar unos de otros por el tamaño de los MN (Migliore et al.,
1996) o la presencia del centrómero o cinetócoro (Afshari et al.,1989; Odagiri
et al., 1994).

Los micronúcleos pueden ocurrir espontáneamente, sin embargo en presencia


de ciertos agentes endógenos (Migliore et al., 1999; Odagiri et al.,1994;
Porciello et al., 2003; Ramos-Remus et al., 2002; Rodríguez-Vazquez et al.,
2000; Torres-Bugarín et al., 2003) o exógenos ( Bonssi et al., 2011; Torres-
Bugarín et al., 1998; Torres-Bugarín et al., 2003; Torres-Bugarín et al., 2007)
se incrementan, así la presencia de MN se transforma en indicador del efecto
de agentes mutágenos, genotóxicos o teratógenos principalmente
micronucleogénicos (Schmid, 1975; Heddle et al., 1991). El conteo de los MN
es llevado a cabo fácilmente en cualquier tejido que se divida (Schmid, 1975;
Heddle et al., 1991), como ocurre en el epitelio de mucosa bucal (Torres-
Bugarín et al., 1998; Torres-Bugarín et al., 2003).
Los MN observados en células exfoliadas no se forman cuando las células se
encuentran en la superficie del epitelio, pero si se inducen en las células de la
capa basal donde se lleva a cabo la división celular, de tal suerte que el
monitoreo de poblaciones en este tejido puede reflejar el daño ocurrido en el
transcurso de 5 a 14 días (Holland et al., 2008) esta prueba puede realizarse
en frotis de células de mucosa bucal en el que se cuentan de 500 a 4000
células y se registran los micronúcleos encontrados (Ceppi, et al. 2010).

142
Otras anormalidades nucleares en células exfoliadas de mucosa bucal.
Además de los micronúcleos en células exfoliadas, Tolbert en 1991 describe
otras anormalidades nucleares las que son indicadores de genotoxicidad y/o
citotoxicidad ya que las alteraciones más sugestivas en la morfología de las
células neoplásicas se producen en el núcleo, donde las modificaciones son en
el tamaño, densidad y distribución de la cromatina, además son fenómenos que
podrían ocurrir en procesos normales de diferenciación celular. Estas
anormalidades hacen posible distinguir entre células normales y anormales, ya
sea en el citoplasma o en la morfología del núcleo. Entre ellas se encuentran la
cromatina condensada (CC), cariorrexis (CR), núcleo picnótico (NP), cariolisis
(CL), núcleo lobulado o también llamado prolongación nuclear (BE-NL), y la
presencia de células con dos núcleos, llamadas células binucleadas (BN). El
mecanismo de formación o su significado biológico de cada una de estas
anormalidades no esta muy bien esclarecido, sin embargo bajo condiciones
patológicas (obesidad, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico,
diferentes tipos del cáncer, problemas hematológicos como linfoma
Inmunoblástico, leucemia aguda megaloblástica; linfoma Hodgkin, leucemia
granulocítica crónica, anemia linfocítica, mieloma múltiple, anemia
trombocitopénica, púrpura trombocitopénica idiopática, leucemia linfocítica
aguda, entre otras) o de exposición (tabaco, alcohol, drogas, quimioterapia
antineoplásica) se observan altas frecuencias (Cuadro I).

Cuadro 1. Frecuencia de micronúcleos y de anormalidades nucleares en células de


mucosa bucal de personas expuestas a potenciales cancerigenos o antineoplásicos

Característica Edad MN CC CR PN CL NL BN Referencia

(Años)

Adultos 35 ± 12 0.6 ± 0.9 ± 0.0 ± 0.3 ± 0.2 ± 0.6 ± 1.7 ± Torres-


sanos Bugarín,
0.6 1.6 0.2 0.8 0.6 0.8 1.7 2004

Niños sanos 9.0 ± 0.2 ± 0.9 ± 0.5± 3.5 ± 0.5 ± 3.4 ± 4.1 ± Torres-
IMC normal Bugarín,
0.9 0.6 1.2 1.2 3.9 0.8 2.2 3.5 et al 2009

Niños 9.0 ± 0.4± 0.2± 0.2 2.6 ± 0.3± 4.4 ± 3.6 Torres-
sobre peso Bugarín,
1.2 0.6 0.5 ±1.1 2.9 0.4 3.8 ±2.6 et al 2009

Niños 8.8 ± 0.2 ± 1.0 ± 0.6 ± 3.2 ± 0.9 ± 4.6± 5.5 ± Torres-
obesos Bugarin,
1.2 0.5 2.0 1.2 3.3 1.0 3.3 4.6 et al 2009

143
Mujeres N.D. 2.6 ± 1.4 ± 0.5 ± 0.2 ± 1.4 ± 1.6 ± 1.3 ± Terriquez-
obesas Guerrero
0.4* 0.9 0.3 0.1 0.3 0.3 0.3 S., 2006

Hombres N.D. 3.7 ± 0.4 ± 0±0 0±0 0.8 ± 2.3 ± 2.3 ± Terriquez-
obesos Guerrero
1.0* 0.2 0.4 0.7 0.6 S., 2006

Alcohólicos 42.9 ± * N.D. * * * N.D. N.D. Reis,


et al, 2006
9.3

Fumadores 36.1 ± N.D. 9.5 ± 7.5 ± 2.2 ± 9.9 ± 0.1 ± 7.0 ± Nersesyan
et al, 2006
8.1 0.8* 0.6* 0.4 1.1 * 0.06 0.5*

Niños de la Calle 13 1.8 ± N.D. 1.8 ± 1.4 ± 0.7 ± N.D. 2.8 ± Mandal
No adictos et al., 2001
1.0 1.3 1.0 0.4 1.7

13 4.0 ± N.D. 3.1 ± 2.3 ± 1.5 ± N.D. 6.1 ± Mandal


Niños de la Calle adictos et al., 2001
Pegamento inhalado 2.5 2.4 1.6 1.05 4.2

Enfermeras 39 7.3* 7.0* N.D. 5.09* 9.1* N.D. 8.09* Domínguez


citostáticos et al, 2004.
Artritis 34 ± 12 3.1 ± 0.6 ± 0.2 ± 1.2 ± 0.4 ± 2.9 ± 0.7 ± Ramos-
reumatoide Remus,
3.05* 1.5 0.6 1.4 1.1 14.1 1.2 et al 2000

Lupus 38 ± 8 1.5 ± 4± 0.8 ± 2.8 ± 2.6 ± 3.3± 1.7 ± Rodríguez-


eritematoso Vázquez,
1.9 3.4 1.03 2.09 3.2 1.8 2.1 et al, 2000

Cáncer (Diferentes tipos) N.D. 0.8 ± 0.2 ± 0.3 ± 1.6 ± 5.5 ± 0.6 ± 0.4 ± Torres-
sin QTA Bugarín
0.8 0.2 0.7 3.08 5.7 2.2 0.9 et al, 2000

Cáncer N.D. 2.7 ± 0.1 ± 0.4 ± 0.5 ± 6.5 ± 0.1 ± 0.5 ± Torres-
Cis-CDDP + 5-FU Bugarín,
2.9 0.4* 0.3* 0.4 4.9* 0.2* 0.5* 2000

Cáncer N.D. 1.3 ± 0.0 ± 0.1 ± 0.7 ± 6.2 ± 0.2 ± 0.5 ± Torres-
CBP + 5-FU Bugarín
1.5 0.1* 0.2 0.6 * 6.8 * 0.4 1.0* et al, 2004

Cáncer N.D. 5.2 ± 0.7 ± 1.5 ± 3.1 ± 8.9 ± 1.3 ± 1.2 ± Torres-
Ifo + Epi Bugarín
4.3* 1.4 2.7* 4.0 10.7* 3.7 1.4* et al, 2004

Problemas 38.6 ± 2.7 ± 0.5 ± 0.1 ± 0.9 ± 0.2 ± 0.3 ± 2.0 ± Torres-
hematológicos + QTA Bugarín,
14.5 2.0* 0.9 0.7 1.0 0.8 0.7 1.8 2000

Cáncer 49 ± 0.0 0.0 0.3 ± 0.1 ± 3.5 0.0 0.1 ± Torres-


de Ovario sin QTA Bugarín,
24.5 04 0.2 ±1.5 0.2 2000

Radioterapia 24Gy N.D. 19.2 ± N.D. N.D. N.D. N.D. 5.0 ± 27.0 Raj
Células normales et al, 2011
2.5* 3.0* ± 6.6*

Radioterapia 24Gy N.D. 22.6 ± N.D. N.D. N.D. N.D. 5.9 ± 29.4 Raj
Cáncer oral et al, 2011
4.2* 2.1* ± 6.0*

MN-Micronúcleos, CC-Cromatina condensada, CR-Cariorrexis, PN-Picnosis, CL-Cariolisis, NL-


Núcleos lobulados, BN-Binucleadas. QT-Quimioterapia, Ca-Cáncer, QT-quimioterapia
antineoplásica Ifo- Ifosfamida, Epi- epirrubicina, Cis-CDDP, Cisplatino, CBP-Carboplatino, 5-FU -
- 5-Fluorouracilo, ND- No descrito, *- indica significancia estadística al ser comparado con el

144
grupo de referencia. EM=Error estándar de la media; DE desviación estándar. Datos
expresados en 1000 células.

Raj y cols, describieron, al aplicar radioterapia en pacientes con cáncer oral


efecto dosis- respuesta en la formación tanto de MN como de anormalidades
nucleares, hecho que podría ser utilizado como marcador de radiosensiblilad
(Raj, et al., 2011), además también se observan en procesos de
envejecimiento, como lo describieron Thomas y cols, en donde los MN, NL y
las BN están elevadas tanto en pacientes con síndrome de Down como en
pacientes de edad avanzada (64 a 75 años de edad) (Thomas et al., 2008). Por
todas estas características, la prueba de identificación de anormalidades
nucleares es usada con mucha frecuencia como marcador de daño al ADN
(MN y NL), defectos en la citocinesis ( BN), evidencia de muerte celular ( CC,
CR, PN, y CL), indicadores de diferentes etapas de necrosis, (PN, CC, CR,
CL), como un identificador de respuesta al daño celular (PN y CC) y para su
identificación básicamente se usan los criterios establecidos por Tolbert
(1991,1992), (Tolbert 1992; Thomas, 2008).

 Células Normales (CN), ver figura No. 1: El núcleo esta uniformemente


teñido, es redondo u oval, se distinguen de las células basales por que son
de mayor tamaño, y el núcleo es más pequeño en relación al citoplasma. No
contienen ningún otro cuerpo o estructura aparte del núcleo que contenga
ADN, estas células son consideradas como células totalmente diferenciadas y
no se observan divisiones celulares.

145
Célula Micronucleada- (CMN), ver figura No. 2; Se caracteriza por la
presencia de un núcleo principal y uno o más pequeñas estructuras nucleares
denominadas micronúcleos. Un micronúcleo tiene la forma redonda o
almendrada y mide entre 1/3 y 1/16 del núcleo principal, presenta la misma

Células Exfoliadas de Mucosa Bucal

Dra. en C. Olivia Torres Bugarin


UAG, 2011

Micronúcleo

Figura No 1. Célula Normal Figura No 2. Célula Micronucleada


intensidad, textura y plano focal que el núcleo. Un MN es un fragmento o un
cromosoma completo que al momento de la división celular no logra ser
integrado a uno de los núcleos de las células hijas.
 Cromatina Condensada-(CC), ver figura No. 3: Estas células tienen
núcleos intensamente teñidos, con regiones condensadas o cromatina
agregada exhibiendo un patrón nuclear moteado o estriado, es evidente que
la cromatina está agregando en algunas regiones del núcleo, mientras que se
pierde en otras áreas, cuando la condensación es extensa da la apariencia de
un núcleo fragmentado, estas células al igual que las células en carriorexis
terminan con la fragmentación del núcleo, lo que conlleva la desintegración
eventual y algunas veces aparecen como estructurar similares a los MN, pero
estas no deben de ser contabilizados como MN ya que su origen aun no es
determinado, tal vez están en etapas tempranas de la apoptosis aunque esto
no es concluyente.

 Cariorrexis- (CR), ver figura No. 4: Presentan un núcleo que se caracteriza


tienen un núcleo que se caracterizan por agregación más amplio de la
cromatina nuclear con respecto a las células cromatina condensada, ellas
tienen un patrón moteado nuclear indicativo de la fragmentación nuclear
conducente a la eventual desintegración del núcleo. Estas células tal vez

146
están pasando por una fase avanzada de apoptosis pero esto no ha sido
probado.

 Núcleo picnótico (PN), ver figura No. 5: Estas células se caracterizan por
un núcleo pequeño, con alta densidad de material nuclear que es uniforme,
pero intensamente teñido. El diámetro del núcleo es aproximadamente de 1/3
del núcleo normal, el significado biológico es desconocido pero se piensa

Células Exfoliadas de Mucosa Bucal

Dra. en C. Olivia Torres Bugarin


UAG, 2011

Figura No 3. Cromatina Condensada Figura No 4. Cariorrexis


que estas células tal vez son una forma de muerte celular; sin embargo el
mecanismo preciso sigue siendo desconocido. Se correlaciona con
diferenciación y maduración de las células epiteliales.

 Células binucleadas (BN), ver figura No. 6: Son células que contienen dos
núcleos principales en lugar de uno, usualmente los núcleos están muy
próximos e incluso podrían hacer contacto, ambos con morfología similar a
un núcleo normal. No parecen implicar una interacción directa con el ADN,
sino que involucra la interferencia con los hechos ocurridos a finales de la
división celular. Las consecuencias de que se encuentren células binucleadas
son desconocidas. Sin embargo se piensa que es un evento que tiene lugar
en dos etapas, en primer lugar ocurre la mitosis que dará origen a dos
núcleos pero el citoplasma no se divide, en consecuencia, se forman una
célula binucleada, misma que será eliminada si pertenece a un epitelio de
revestimiento, pero si este fenómeno ocurre en una célula del epitelio basal o
pertenece a otro tejido entonces ambos núcleos de la célula binucleada
entraran en mitosis al mismo tiempo, cuando las membranas nucleares se

147
desintegren simultáneamente, los cromosomas de ambos núcleos quedaran
incluidos en el mismo huso y son arrastrados juntos, en el momento de que la
mitosis es completada habrá dos células con doble material genético cada
una o bien una célula tetrapaploide, si se repite el fenómeno de interrupción
de la citocinesis (Shi, 2005).

 Cariolisis –CL, ver figura No. 7: En estas células el núcleo está


completamente vacío de ADN y por lo tanto no tienen núcleo, es probable
que representen una fase muy avanzada en el proceso de muerte celular. La
correlación positiva entre células picnóticas y células con cariolisis sugiere
que las células con cariolisis derivan directamente a partir de células con
cromatina condensada o indirectamente a través de células picnóticas.

Células Exfoliadas de Mucosa Bucal

Picnosis

Binucleada

Dra. en C. Olivia Torres Bugarin


UAG, 2011

Figura No 5. Mucosa Bucal: Picnosis Figura No 6. Binucleación

 Núcleo lobulado o Prolongacion nuclear, Broken eggs (NL-BE), ver


figura No. 8. El núcleo presenta una fuerte constricción en un extremo,
sugestivos de una incipiente proceso de eliminación de material nuclear por
gemación, el lóbulo presenta las mismas características morfológicas y de

Células Exfoliadas de Mucosa Bucal

148

Figura No 7. Cariolisis
tensión que el núcleo, pero el tamaño es de 1/3 a ¼ del núcleo, Tolbert, et
al.1991, los definió como “Broken egg” mas en 1998 Bhattathiri y
colaboradores en células exfoliadas describe estos fenómenos como
“Nuclear buds” reconociéndolas como anormalidades nucleares, ellas
describen estos fenómenos como gemaciones de material nuclear muy
próximas al núcleo sin una separación clara de este, posteriormente
Cerqueira en 2004, describe a estos eventos como eventos diferentes. El
origen y significado biológico de los BE en células exfoliadas aun no es
totalmente comprendido y existen muy pocas publicaciones concernientes a
este tema. Algunos investigadores consideran los “nuclear buds” en linfocitos
como indicadores de genotoxicidad, sin embargo en células exfoliadas no es
claro ya que frecuentemente en diversos procesos de salud y enfermedad
aparece en mayor frecuencia los células micronucleados y los “Bud cells”
muy disminuidos, o viceversa, por lo tanto se puede asumir que los BE-NL
no están asociados a eventos genotóxicos, clastogénicos o
aneuploidogénicos, pero tal vez si a procesos degenerativas en la primera
capa de células epiteliales , (estrato germinativo), (Narsesyan, 2005).

Células Exfoliadas de Mucosa Bucal

Dra. en C. Olivia Torres Bugarin


UAG, 2011

Figura No 8. Núcleo Lobulado-


(”Broken egg”- Prolongación nuclear)

149
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151
12

RELACIÓN ENTRE CÁNCER Y NUTRICIÓN

Olivia Torres Bugarín, Programa Internacional, Facultad De Medicina, Universidad Autónoma


De Guadalajara

El creciente aumento en los últimos años de las enfermedades crónicas, entre ellas el
cáncer, ha sido vinculado a cambios en los patrones dietéticos, características
antropométricas y con la actividad física. Diversos estudios han determinado que la
transición demográfica y nutricional, la mecanización y la urbanización son factores
que establecen cambios en los patrones del cáncer a nivel mundial (WCRF y la AICR ,
2007).

Esta patología es influida por agentes externos medio ambientales, con un


componente genético de base, clasificándose a los agentes ambientales en:
carcinógenos químicos (algunos componentes alimentarios), físicos (radiaciones
varias) y biológicos (virus). La alimentación y la actividad física actuarían al influir en
complejos procesos que afectarían el riesgo de esta patología. En la relación entre
nutrición y cáncer, intervendrían además: factores metabólicos, hormonales y
genéticos, si bien se cree que los componentes alimentarios intervienen en las
diferentes etapas de la carcinogénesis como es la iniciación, promoción y progresión
(Mataix, 2005). Por otra parte existe una amplia evidencia científica, proveniente de la
investigación humana y experimental en animales, sobre el papel de la nutrición en la
aparición del cáncer, siendo la causa más importante de cáncer después del tábaco.

Un sistema inmunológico en malas condiciones, una enfermedad preexistente y una


deficiente nutrición pueden incrementar la susceptibilidad al cáncer. Se ha estimado
que entre 10 y 70 % del cáncer humano, está asociado con factores de la dieta y que
son los mas importantes en el desarrollo del cáncer, principalmente por dos razones;
la primera es la presencia de factores protectores en la dieta y la segunda por la
presencia de mutágenos y cancerígenos en ésta.

152
Factores Protectores en la Dieta. Hay pruebas abrumadoras de que una gran
cantidad de micronutrientes (vitaminas y minerales) son necesarios como cofactores
para enzimas o como parte de la estructura de las proteínas (metaloenzimas)
participan en la síntesis y reparación del ADN, la prevención del daño oxidativo al
ADN, así como la metilación de mantenimiento del ADN. El punto principal es que la
carencia de micronutrientes puede causar daño del genoma y los incrementos en los
daños causados genoma por la deficiencia de micronutrientes son del mismo orden de
magnitud, si no mayor, que los niveles de daños causados por el genoma la
exposición a dosis significativas de genotóxinas como el medio ambiente como
carcinógenos químicos, radiación ultravioleta e ionizantes la radiación (Fenech, 2005).

Así los estudios epidemiológicos han mostrado que la fruta y los vegetales son ricos
en antioxidantes y otros micronutrientes, los cuales tienen efecto protector en contra
de diversos cánceres, incluyendo pulmón, esófago, oral, laringe, cervical y mama.
Esos micronutrientes pueden actuar a través de una variedad de mecanismos que
bloquean actividades cancerígenas de substancias trasformadas en el cuerpo, o bien
de xenobióticos (Perera 1997). Por ejemplo, los antioxidantes presentes en la dieta, se
cree que neutralizan radicales libres, otros mecanismos propuestos son los que evitan
mutaciones, o bien, que inhiben el daño al ADN, la inducción / progresión de tumores o
que destruyan a las células cancerosas. Un posibilidad más de neutralizar agentes
cancerígenos es mediante la formación de complejos, como sucede con el calcio, la
clorofila y compuestos carbonados, o bien evitando la formación de compuestos
mutágenos /cancerígenos lo que tendría como consecuencia un efecto preventivo,
como por ejemplo la inhibición de la formación de nitrosaminas por compuestos
naturales como la vitamina C, tocoferoles melaninas y compuestos fenólicos, a través
de la competencia con el grupo amino debido a sus propiedades antioxidantes. Otro
posible mecanismo de acción de una variedad de compuestos presentes en la dieta,
es la modulación de la inducción de las enzimas destoxificantes o la inhibición de la
actividad de las enzimas monooxigenasas, por ejemplo, los compuestos fenólicos, los
cuales, estimulan las enzimas antioxidantes glutatión-S-transferasas, y los ácidos
fenólicos, flavonoides y vitaminas, entre otros. Estos inhiben la actividad de la
monooxigenasa y de esta manera se disminuye la formación de especies reactivas de
procancerígenos, finalmente, algunos compuestos activan a los sistemas de
reparación. Es importante recordar que todo esto, es extremadamente complejo y que
los compuestos presentes en los alimentos, contienen millones de compuestos que
podrían interactuar entre ellos o ser afectados por una variedad de parámetros
fisiológicos, como por ejemplo, absorción / distribución, activación / desactivación de

153
enzimas, ácidos grasos-metabolismo/hormonas, enzimas-microflora/intestino, órgano
específico, niveles de radicales libres, sistema inmune, pH y tiempo de transito a
través del aparato digestivo, etc. (Aeschbacher 1990).

Estudios recientes indican que fumadores asiduos con bajas concentraciones de


micronutrientes en plasma, como alfa tocoferol y carotenoides específicos, pueden
reducir la protección contra el daño inducido por cancerígenos al ADN. La sensibilidad
a mutágenos, como la bleomicina, se incrementa (mayor número de intercambio de
cromátides hermanas) en individuos sanos con bajas concentraciones de
antioxidantes (Perera 1997). Por otra parte, se ha observado que consumir
diariamente vegetales amarillos-verdes muestran un efecto protector de cáncer
(pulmón, faringe, laringe, esófago, estómago, hígado y vejiga), en humanos con varios
hábitos de vida como fumar, beber y comer carne diariamente (Learsen 1990). Por
otra parte, entre las vitaminas, la C bloquea in vivo la nitrilación y la vitamina A
mantiene intacto los epitelios, un factor muy significativo que se debería tomar en
cuenta, es el total de calorías consumidas pues, existen amplias evidencias de que el
consumo de una restricción calórica es probablemente el camino más efectivo para
suprimir el desarrollo de cáncer (Sugimura 1990).

Mutágenos y cancerígenos en la comida. Muchos trabajos indican la presencia de


diversos tipos de mutagénos / cancerigénos en la comida, algunas al comerlas
ocasionalmente, otras frecuentemente, los mutagénos/cancerigénos en la comida son
divididos en tres grupos (Sugimura,1990):

1) Se incluyen tóxicos y alcaloides encontrados en plantas y metabolitos de hongos.

2) Comida cocinada. La presencia de benzo[a]pireno, en comida carbonizada y


carnes asadas. La presencia de 1-nitropirenos y 1,6-dinitropirenos son generadas
en pollos asados. Muchas aminas heterocíclicas son generadas en el proceso de
cocinado.

3) Aditivos de las comidas y los pesticidas. Son residuos contaminantes, en la


actualidad los aditivos, son estudiados antes de utilizarlos y los residuos de
pesticidas se encuentran bajo relativo control.

Los compuestos del primer grupo están limitados a alimentos particulares y son
evitables sin mayores dificultades, excepto las micotoxinas, como la aflatoxina B1, sin
154
embargo, la formación de mutagénos / cancerigénos en la comida producidas por el
calentamiento / cocinado son los más difíciles de remover completamente. El efecto
de la dieta tiene un impacto en el desarrollo del cáncer, muy similar al de fumar
tabaco. Se han descrito muchos factores dietéticos relacionados con el desarrollo de
cáncer, por ejemplo, tomar componentes ricos en grasas puede ocasionar el desarrollo
de cáncer de mama, colon y próstata. Se deben tomar en cuenta componentes como
el selenio, el cual ha sido relacionado con el desarrollo de cáncer y el cloruro de sodio,
relacionado con el desarrollo de cáncer gástrico (Sugimura 1990).

Datos epidemiológicos de emigrantes han mostrado que una dieta rica en grasas se
relaciona con el incremento de riesgo de cáncer colorrectal y de mama, similares
estudios muestran que una dieta baja en fibra y cereales es factor de riesgo para otros
tipos de cáncer (Larsen 1990). Los estudios en mutágenos provenientes de la comida
se inician en 1977 cuando se describe actividad mutagénica más elevada en el tabaco
y en la superficie carbonizada del pescado y carne a la parrilla, que en los productos
que contenían HPA. Rápidamente después de estos descubrimientos, en 1978 se
demostró la formación de mutágenos bajo condiciones de cocinado doméstico (Knize
1990).

Una respuesta positiva a mutágenos, se encontró en carne cocinada de puerco,


jamón, tocino, pollo, pescado y huevos, después de prepararlos a la parilla o fritos. Por
el contrario, otras comidas con alto contenido de proteínas que no derivan de
vertebrados, así como queso, cuando son cocinados bajo similares condiciones,
producen muy baja cantidad de mutágenos. La razón de éstas diferencias entre
derivados de plantas y animales proviene de la fuente de proteínas (la presencia de
creatinina). Se sugiere que la creatinina del músculo es involucrada en la producción
de mutágenos presentes en la carne cocinada. La creatinina es un precursor de un
potente mutágeno (Knize 1990), sin embargo, a pesar de décadas de investigación
epidemiológica, la evidencia sobre la relación de diversos tipos de cáncer con el
consumo de alimentos y nutrientes es aún insuficiente o inconsistente y sólo para
algunos tumores y ciertos grupos de alimentos se han establecido conclusiones
sólidas (González, 2008).

Cáncer colorectal. El cáncer de colon es la segunda causa de muerte por cáncer,


después del de pulmón en el hombre y el de mama en la mujer, la mayoría de los
casos de cáncer de colon se desarrollan a partir de pequeños pólipos que crecen en la
pared del colon. En el origen de los pólipos y del cáncer de colon se encuentran

155
implicados factores dietéticos como las carnes rojas, la grasa saturada, el alcohol, una
alta ingesta de calorías y la obesidad. Por ejemplo se sabe que el riesgo de cáncer
colorectal aumenta un 24 % por cada incremento de consumo de 120 g/día de carne
roja, y un 36 % por cada incremento de 30 g/día de carne procesada (Norat, 2002).
Los mecanismos que pueden explicar el aumento de riesgo de cáncer en relación al
alto consumo de carnes rojas y procesadas se relacionan con el aporte de nitritos,
nitratos y nitrosaminas, con el aporte de hierro hemático (mioglobina) que parece ser
la fuente más importante en la formación endógena de nitrosaminas y por el aporte de
aminas heterocíclicas e hidrocarburos policíclicos aromáticos que se forman cuando la
carne se cocina a altas temperaturas (Bingham,1996). Por el contrario, la ingesta de
fibra dietética disminuirían este riesgo, en 1997 se público un informe en el que se
concluye que hay evidencia convincente de que un alto consumo de vegetales y
particularmente de fibra y carotenoides reduce el riesgo de cáncer colorectal, por lo
tanto la mayoría de las guías dietéticas recomiendan el incremento de consumo de
fibra para reducir el riesgo de cáncer colorectal. Se llegó además a la conclusión de
que posiblemente el consumo de pescado no estaba asociado con este tipo de cáncer
(Park, 2005).

Específicamente el efecto protector de la fibra se debe a múltiples mecanismos, en


primer lugar, al disminuir el tiempo de tránsito intestinal, se reduce el tiempo de
exposición a diversos carcinógenos en el colon; en segundo lugar, la fibra incrementa
la excreción de ácidos biliares por las heces; en tercer lugar, la fermentación colónica
de la fibra disminuye el pH a ese nivel, pudiendo frenar el desarrollo del tumor. El
ácido butírico es el ácido graso de cadena corta que más se ha implicado en estos
procesos. Desde 1997, el grupo de Consenso Europeo para la prevención del Cáncer
(ECP) recomienda a la población en general vigilar el sobrepeso, hacer ejercicio y
comer una dieta rica en fruta, vegetales y cereales en grano. Este grupo concluye que
una dieta de estas características tendría un efecto protector sobre el cáncer colorectal
y, probablemente, sobre el de mama (García Peris, 2001).

Cáncer de Pulmón. El cáncer de pulmón, de acuerdo a estadísticas internacionales,


está ocupando los primeros lugares en el mundo, sobrepasando al de estómago, como
la enfermedad tumoral maligna más común entre los hombres. En las mujeres, en
algunos países, la incidencia del cáncer de pulmón está alcanzando al de mama y
como en EEUU, por ejemplo, ya lo sobrepasa (Alberg, 2003, Undurraga, 2007). La

156
vinculación de este proceso con el tabaquismo es tan clara que las tendencias son
paralelas: el aumento del consumo de tabaco por una comunidad se acompaña, años
después, con un aumento en la incidencia del cáncer de pulmón (Undurraga, 2004).
Sin embargo el tabaquismo no es el único factor predisponente también se encuentra
asociado a la nutrición y dieta, ya que se ha observado que existe mayor riesgo en
desnutridos y en los que consumen dietas carentes en vitamina A. Esta vitamina
(retinol, carotenos) actúa en la regulación de las células epiteliales y protegería frente
a la inducción y progresión de los tumores surgidos en la intimidad de los epitelios. La
desnutrición y las carencias vitamínicas permiten explicar el aumento del riesgo que
experimentan los habitantes de zonas rurales que emigran a zonas urbanas, donde
encuentran dificultades para una alimentación adecuada. Entre otros factores
relacionados con el cáncer de pulmón son los factores laborales, en el lugar de trabajo
pueden existir carcinógenos que actuarían sobre el árbol respiratorio, de igual manera
las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, las bronquitis crónicas y las
cicatrices parenquimatosas residuales de otras patologías, también se a encontrado
relación urbano rural y polución ambiental y pues existe mayor registro de casos de
cáncer de pulmón en los habitantes de las ciudades en una relación de 2 a 1 con
respecto al medio rural. Si bien también participan factores genéticos ya que se han
encontrado casos de concentraciones familiares de esta localización neoplásica. Es
posible que lo que se herede sea la predisposición a sufrir enfermedades obstructivas
crónicas, que a su vez favorecerían la instalación del cáncer de pulmón (Alberg, 2003;
González, 2008).

Cáncer Gástrico. Este tipo de cáncer se ha asociado con el consumo de carnes rojas,
repollo, pimienta, pescado, alimentos preservados en sal, alimentos ahumando o
preparados en vinagre y alcohol. En 1997 el informe de la WCRF y la AICR llegó a la
conclusión de que había una evidencia convincente, basada en 6 estudios de cohorte
y 32 estudios caso-control de que una dieta alta en vegetales y frutas protegía contra
el cáncer de estómago. Se consideró que probablemente la vitamina C y posiblemente
los carotenos, ajo y cebollas, y cereales integrales reducían el riesgo de cáncer de
estómago. Por otra parte se estableció que probablemente un elevado consumo de
comidas con abundante sal, alimentos conservados en sal y posiblemente el consumo
de carne a la parrilla o a la barbacoa incrementaba el riesgo, mientras que se concluyó
que no había una evidencia suficiente acerca del efecto de las nitrosaminas y la carne
procesada (Saenz, 2001).

157
Cáncer de mama. El cáncer de mama (adenocarcinoma) es una enfermedad maligna
en donde la proliferación acelerada, desordenada y no controlada de células
pertenecientes a distintos tejidos de la glándula mamaria forman un tumor que invade
los tejidos vecinos y metastatiza a órganos distantes del cuerpo. Como otros tumores
malignos, el cáncer de mama es consecuencia de alteraciones en la estructura y
función de los genes (Secretaria de Salud, Mex. 2007).

Como ocurre en otros tipos de cáncer, en el de mama existen factores que pueden
estar solos o en conjunto y favorecer el desarrollo de esta neoplasia. Pueden estar
presentes durante periodos largos; algunos de estos factores tienen riesgos relativos
menores. La presencia de dos o más incrementan la posibilidad de desarrollar esta
enfermedad. Los más importantes son: Edad avanzada, Menstruación a temprana
edad (antes de los 12 años), Edad avanzada al momento del primer parto (34 años) o
no haber dado nunca a luz, Antecedentes personales de cáncer de mama o de
enfermedad benigna (no cancerosa) de mama (hiperplasia ductal atípica), Madre o
hermana(s) con cáncer de mama, Tratamiento con radioterapia dirigida a la
mama/pecho 10 a 15 años previos al diagnóstico de cáncer de mama, Densidad
mamaria aumentada en una mastografía, Terapia de reemplazo hormonal, Consumir
bebidas alcohólicas, Ser de raza blanca, Alteraciones genéticas (BRCA 1 y BRCA 2 en
cáncer hereditario de mama/ovario, PTEN en el síndrome de Cowden, P 53 en el
síndrome de Li-Fraumeni, STK11 en el síndrome de Peutz-Jeghers, CDH1 en el
síndrome de cáncer gástrico difuso hereditario) (Secretaria de Salud, Mex. 2007).

Diversos estudios han concluido que el riesgo de cáncer de mama se ve disminuido


con un alto consumo de vegetales y frutas, mientras que probablemente el alcohol y
posiblemente la grasa animal y la grasa saturada incrementan el riesgo de este tipo de
cáncer (González, 2008).

Cáncer de próstata. El informe de la World Cancer Research Fund (WCRF) y la


American Investigation of Cancer Research (AICR), concluyó en 1997 que no había
evidencia epidemiológica de una convincente o probable relación causal con la dieta.
Consideró que posiblemente el consumo de vegetales reduce el riesgo de cáncer de
próstata, pero la evidencia fue considerada inconsistente para las frutas. El consumo
de tomate, la más importante fuente de licopeno los niveles de licopeno y la suma de

158
carotenoides se encontraron asociados a una reducción del riesgo de estadíos o
grados avanzados del cáncer de próstata (Key, 2004, Key, 2007). Sin embargo, no es
fácil establecer una relación de causa y efecto entre los factores dietéticos y el cáncer
de colon. Muchos estudios experimentales aportan evidencias que apoyan el efecto
protector de la fibra dietética contra el cáncer de colon. Asimismo, hay numerosos
estudios epidemiológicos que han reforzado esta relación. Sin embargo, recientes
estudios clínicos no han confirmado que una dieta rica en fibra disminuya la incidencia
de cáncer de colon. Quizás debamos considerar, para que pueda aparecer el cáncer,
no sólo la ingesta pobre en fibra sino que se acompañe de una ingesta rica en grasas
animales, que actuarían como potenciador

Recomendaciones. El world cancer reserch fund y el american institute for cancer


Research (WCRF/AICR 2007), publicaron los resultados de las Investigaciones sobre
la influencia del estilo de vida en la prevención del cáncer. Se elaboraron
recomendaciones generales, basadas en que la mayoría de los cánceres son
prevenibles, ya que los factores ambientales se pueden modificar. Alimentos nutrición,
obesidad y actividad física pueden influir en procesos de promoción o inhibición del
desarrollo del cáncer y su progresión. Dichas recomendaciones coinciden en gran
medida con las indicadas para la prevención de otras enfermedades crónicas.Según el
WCRF/AICR “los individuos con mayor riesgo de desarrollar Cáncer son: los
fumadores y los expuestos regularmente al humo del cigarrillo, los infectados con
microorganismos específicos y las personas obesas o con sobrepeso; sedentarias;
con alta ingesta de bebidas alcohólicas; inmunodeprimidas y aquellas con historia
familiar de cáncer (WCRF/AICR 2007).

Primera recomendación: Mantener un peso corporal adecuado. Mantener un peso


corporal en la adultez en el límite inferior dentro de lo normal, evitando aumentos de la
circunferencia de la cintura y del peso corporal. En los adultos la mediana del índice de
masa corporal (IMC) debería de situarse entre 21 y 23 Kg/m2.

Segunda recomendación: Mantenerse físicamente activo, realizar actividad física


moderada, 30 minutos diarios, si es posible efectuar 60 minutos diarios, o 30 minutos o
más de actividad física intensa. Limitar hábitos sedentarios. La actividad física
disminuye el riesgo de varios tipos de cáncer, la evidencia es convincente, con
respecto al cáncer de colon, y es probable en el caso del cáncer de mama

159
(posmenopausia) y de endometrio. Todas las formas de actividad física protegen
contra algunos tipos de cáncer.

Tercera recomendación: Restringir el consumo de productos alimenticios y bebidas


altamente energéticas que posibilitan el incremento del peso, los mismos comprenden
aquellos alimentos con más de 225 a 275 kcal/100 g. Evitar bebidas azucaradas y
reducir o prescindir del consumo de “comidas rápidas”. “la densidad calórica media de
la alimentación debería de aportar 125 kcal/100 g”.

Cuarta recomendación: Consumir sobre todo alimentos de origen vegetal, la


recomendación para la población es ingerir un promedio de 600 g de vegetales no

feculentos y frutas. A nivel individual, se recomienda consumir diariamente 5


porciones, que equivalen como mínimo a 400 g. Incluir en cada comida cereales sin
procesar y leguminosas. La evidencia es probable en relación a la disminución del
riesgo de cáncer colorrectal con el consumo de alimentos ricos en fibra dietética.

Quinta recomendación: Limitar la ingesta de carne roja (bovina, porcina, ovina y

caprina de animales domesticados) y de alimentos procesados (carnes saladas,


curadas o ahumadas), El consumo de carnes rojas por parte de la población no debe
de superar los 300 g (400-500 g en crudo) por semana, a nivel individual se
recomienda consumir menos de 5000 g/ semana, en ambos casos con mínimo
consumo o ninguno de carne procesada.

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161
13
LEGISLACIÓN SOBRE EL MANEJO DE SUSTANCIAS
PELIGROSAS
José Sánchez González, Ubaldo Rodríguez Ruíz, Eduardo Ramos Salazar, Fernado
Alvarez Moya, Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad
de Guadalajara.
Introducción
La sociedad industrial, ademas de grandes logros, ha traído también graves
problemas, entre los cuales, el de la contaminación ambiental no es
ciertamente el menor. El proceso de industrialización trajo como consecuencia
el crecimiento de los centros de población y de las industrias, con la
consecuente generación de residuos, productos del consumo humano y de los
desechos industriales, con distinto grado de peligrosidad. La atmósfera, a su
vez, se contamina con la emisión de olores, gases, partículas sólidas, líquidas
provenientes de las diversas fuentes fijas y móviles. De esta manera, las
formas de vida de la sociedad y el medio ambiente se transforman no
ciertamente para bien del hombre y demás manifestaciones de la vida animal y
vegetal.

La sociedad industrial se caracteriza porque la mayor parte de la producción se


realiza a través de las máquinas y no del trabajo manual del hombre. Este
desarrollo desmesurado del maquinismo esta dislocando la vida humana en
todos los aspectos de su realidad: familia, trabajo, cultura y relación social.
Todo esta sujeto a la actividad de la máquina, productora de los satisfactores
humanos. Esta dinámica del maquinismo conlleva la necesidad de un
desarrollo de la producción indefinido e incomparable. Un freno a la producción
implicaría pérdidas billonarias y desequilibraría las economías de vastas
regiones del planeta. De aquí que el industrialismo y consumismo sean
términos unidos entre sí. La sociedad industrial es, por lo tanto, una sociedad
de consumo, con una cultura fáustica, de dominio de la naturaleza y de un
aprovechamiento desenfrenado de sus recursos. El hombre posee actualmente
una tecnología capáz de destruir en tres generaciones los recursos que la
naturaleza tardó millones de años en formar.

162
El hombre ha entendido, así lo demuestran los convenios internacionales, en
donde se han venido estableciendo principios y normas para el
aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y la preservación de un
ambiente sano. En la Conferencia de Estocolmo se consagró como un principio
fundamental que “Los recursos naturales de la tierra incluidos el aire, el agua,
la tierra, la flora, y la fauna y especialmente las muestras representativas de los
ecosistemas naturales, deben preservarse en beneficio de las generaciones
presentes y futuras, mediante una cuidadosa planificación u ordenación, según
convenga”. La preservación de los ecosistemas y del medio ambiente se ve
amenazada por diversos factores, entre los que se encuentras sustancias
peligrosas utilizadas en procesos industriales o agropecuarios o de residuos
resultantes de elllos. En la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
celebrada en río de Janeiro, en junio de 1992, se afirma: “19.2 En los últimos
tiempos se ha seguido produciendo una enorme contaminación química en
algunas de las zonas industriales más importante del mundo, que entraña
graves daños para la salud, las estructuras genéticas y las reproducciones
humanas, y para le medio ambiente...” Y más adelante agrega:

19.49. Los gobiernos al nivel que corresponda y con el apoyo de las


organizaciones internacionales y regionales competentes, deberían: c) Adoptar
políticas y medidas reglamentarias y de otro tipo para determinar los productos
químicos tóxicos y reducir al mínimo la exposición de estos, sustituyéndolos por
otras sustancias menos tóxicas y, en último término, eliminar gradualmente las
sustancias que presentan riesgos excesivos e intratables por cualquier otra
razón para la salud humana y el medio ambiente y aquellos que sean tóxicos,
persistentes y bioacumulativos, cuyo uso no pueda controlarse
adecuadamente; g) Reducir la excesiva dependencia del uso de productos
químicos en la agricultura utilizando otras prácticas de labranza, de lucha
integrada contras las plagas u otros medios apropiados.

Es en esta tesitura que se van elaborando las normas jurídicas, en el derecho


mexicano, relativas al manejo, almacenamiento, transporte y confinamiento de
materias y residuos peligrosos. Presentaresmos de manera sucinta las leyes y
reglamentos sobre la materia.

163
El marco legal
Leyes y reglamentos. En régimen jurídico de nuestro país, existe una jerarquía
de normas en cuya cúspide se encuentra la Consititución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y, en orden descendente, las leyes reglamentarias
y normas oficiales mexicanas. Las normas de rango inferior no pueden estar en
oposición a las jerarquía superior; por lo que las normas constitucionales
constituyen el necesario fundamento de la legislación ordinaria. A esto
conviene agregar, dado el sistema federal que nos rige, la existencia de una
legislación federal y otra local, ésta no puede estar en contradicción con la
primera cuando ambas son concurrentes en la materia, como es el caso de la
legislación ambiental. Por otra parte, la Constitución consagra tres órdenes de
gobierno: el federal, el estatal y el municipal, con facultades para legislar en sus
esferas de competencia territorial y también concurrentes en la esfera
ambiental, mas no en lo que se relaciona con las actividades altamente
riesgosas. En efecto, el artículo 5, fracción VI, de la Ley General del Equilibrio
Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) dispone: “La regulación y el
control de las actividades consideradas como altamente peligrosas, y de la
generación, manejo y disposición final de materiales y residuos peligrosos para
el ambiente o los ecosistemas, así como para la preservación de los recursos
naturales, de conformidad como esta Ley, otros ordenamientos aplicables y sus
disposiciones reglamentarias”.
En relación con lo anterior cabe preguntarse ¿qué considera la ley como
material peligroso? El artículo 3, fracción XXII, establece: elementos,
sustancias, compuestos, residuos o mezclas de ellos que, independientemente
de su estado físico, representen un riesgo para el ambiente, la salud o los
recursos naturales, por sus características corrosivas, reactivas, explosivas,
tóxicas, inflamables o biológico-infecciosas, representan un peligro para el
equilibrio ecológico o el ambiente.

A. La Constitución. El artículo 27 constitucional, en su párrafo tercero, señala


que la propiedad privada está sujeta a las modalidades que dicte el interés

164
público, por la función social que se le asigna de acuerdo con el nuevo
concepto de propiedad que ve en ella no sólo la utilidad particular de quien la
detenta, sino también la utilidad que debe reportar la sociedad. El viejo
concepto romano del derecho irrestricto de uso, goce y libre disposición del
bien por parte de su titular ha quedado abolido en la Constitución, la cual limita
el uso y disposición de los bienes tomando en cuenta que ellos deben
satisfacer de manera adecuada las necesidades sociales y no solamente las
particulares. De ahí que, en el párrafo mencionado, se disponga:

La nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad


privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en
beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles
de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza
pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del pais y el
mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana. En
consecuencia, se dictarán las medidas necesarias para ordenar los
asentamienos humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y
destinos de tierras, aguas y bosques para preservar y restaura el quilibrio
ecológico, fomentar la agricultura, ganadería, silvicultura y de las demás
actividades económicas en el medio rural, y para evitar la destrucción de los
elementos naturales que la propiedad pueda sufrir en prejuicio de la sociedad.

El Estado debe velar por la preservación del equilibrio ecológico y evitar la


destrucción de los elementos naturales, para lo cual se faculta al Congreso:
“Para expedir leyes que establezcan la concurrencia del Gobierno Federal, de
los gobiernos de los Estados y Municipios, en el ámbito de sus respectivas
competencias, en materia de protección al ambiente y de la preservación y
restauración del equilibrio ecológico” (artículo 73, frac. XXIXg). Por lo que, en
materia ambiental, existe una concurrencia legislativa entre los tres órdenes de
gobierno, como ya se había afirmado anteriormente.

165
B. Ley Orgánica de la Administración Pública Federal. La Ley establece las
atribuciones que corresponden a las secretarías de gobierno federal y, en lo
referente a la materia ambiental, se faculta a la Secretaría del Medio Ambiente,
Recursos Naturales, y Pesca a establecer, con la participación que
corresponda a otras dependencias, normas oficiales mexicanas sobre materia
minera, materiales peligrosos y residuos sólidos y peligrosos (artículo 32, bis
fracción IV). A estas normas se hará alusión más adelante.

C. Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente. Esta ley es


reglamentaria de las disposiciones constitucionales relativas a la preservación
del equilibrio ecológico y la protección del ambiente en el territorio nacional
(artículo 1°.) El capítulo VI reglamenta lo relativo a materiales y residuos
peligrosos, los cuales deben manejarse de acuerdo con la ley, sus reglamentos
y las normas oficiales mexicanas que expida la Secretaría del Medio Ambiente,
Recusos Naturales y Pesca, previa opinión de las secretarías de Agricultura,
Ganadería y Desarrollo Rural, de Comercio y Fomento Industrial, de Salud, de
Energía, de Comunicaciones y Transportes, de Marina y de Gobernación. El
reglamento y las normas oficiales mexicanas contendrán los criterios y listados
que clasifiquen los materiales y residuos peligrosos, identificándolos por su
grado de peligrosidad, de características y volumen (artículo 150).

La ley establece las responsabilidades de quienes manejan, transportan,


almacenan, confinan materiales o residuos peligrosos (arts. 151, 151 bis y 152
bis). Por su parte, la Secretaría del Medio Ambiente promoverá tendientes a
prevenir y reducir la generación de residuos peligrosos, así como a estimular su
reuso y recicleje (artículo 152).

En el artículo 153 se establecen los requisitos para la importación y exportación


de materiales y residuos peligrosos, cuyo control y vigilancia ecológica
corresponde a la Secretaría del Medio Ambiente, sin prejuicio de lo que prevé
la Ley Aduanera. El Reglamento de la Ley en materia de residuos peligrosos
norma todo lo relativo al almacenamiento, recolección, transporte, alojamiento,
reuso, tratamiento, reciclaje, incineración y disposición final (artículo 9). Es de
notar que no se haya incluido en él lo relativo a sustancias peligrosas. No

166
obstante, si se trata en el “Decreto relativo a la importación o exportación de
materiales o residuos peligrosos que por su naturaleza pueden causar daños al
medio ambiente o a la propiedad o constituyan un riesgo a la salúd o bienestar
públicos”. Corresponde a la Secretaría la expedición de las guías ecológicas
para la imoprtación y exportación de materiales y residuos peligrosos, sin
prejuicio de lo que otras leyes o reglamentos dispongan. Sin embargo, no se
concederá guía ecológica para la importación de materiales o residuos
peligrosos cuyo único objeto sea su disposición final en el territorio nacional
(Decreto, artículo 10). En el artículo 14 se dispone, además, que los materiales
y residuos peligrosos generados en los procesos de producción de materias
primas introducidas al país bajo el régimen de importación temporal, deberán
ser devueltas al país de procedencia.

D. Ley General de Salud. Por lo que hace a la salud humana, corresponden a


la Secretaría de Salud, en coordinación con otras dependencias federales, la
clasificación y las características a que hace referencia la ley, entre las cuales
se encuentran las sustancias tóxicas y, por lo tanto, peligrosas para la salud de
las personas, como son los plaguicidas y fertilizantes (artículo 278). A la
Secretaría le corresponde el control sanitario de los productos y materias
primas de importación y exportación señalados en la ley. Por lo que se refiere a
la importación de plaguicidas y componentes de acción residual o de los de
cualquier composición química, únicamente se autorizará cuando éstos no
entrañen un peligro para la salud humana y no sea posible la sustitución
adecuada de los mismos (artículos 298).

E. Ley Federal del Trabajo. La ley, en el título noveno relativo a los riesgos del
trabajo, dispone que, en los reglamentos del trabajo, se fijarán las medidas
necesarias para prevenir los riesgos de trabajo y lograr que éste se preste en
condiciones que aseguren la vida y la salud de los trabajadores (512), por lo
que el “Reglamento General de la Seguridad e Higiene en el Trabajo” norma el
manejo, transporte y almacenamiento de sustancias peligrosas que puedan
poner en riesgo la salud y la vida de los que laboran de trabajo (artículo 122ss).

167
F. Legislación agraria. La nueva legislación agraria, en diversos ordenamientos,
se caracteriza por su aspecto biológico, ya que pretende, dentro de la actividad
agropecuaria y silvícola, como uno de sus fines primordiales,no sólo el el
aprovechamiento sustentable de los recursos naturales sino también la
protección de la vida de los vegetales animales, creando instituciones que
aseguran un nuevo sistema de relaciones del hombre con los demás seres
vivos de la naturaleza, con una perspectiva ambientalista. Sin embargo, llama
la atención el hecho de que tanto la ley agraria como las leyes de Sanidad
Animal y Sanidad Vegetal no contengan disposiciones expresas en relación
con el uso de sustancias peligrosas que puedan dañar la vida de los vegetales
y animales. La ley agraria hace una breve referencia al cuidado y la
conservación de los recursos naturales y a su aprovechamiento racional y
sostenido para preservar el equilibrio ecológico, que deben fomentar las
autoridades federales (artículo 5). La Ley Federal de Sanidad Animal, en
relación con el manejo de sustancias peligrosas de aplicación animal, faculta a
la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural a expedir normas
oficiales que establezcan las características y especificaciones zoosanitarias
que deberán reunir:

I.- Los productos y subproductos animales, así como los productores químicos,
farmacéuticos, biológicos, y alimenticios, para su uso en animales o consumo
por éstos y su proceso, que constituyan un riesgo zoosanitario.

Las normas oficiales fijarán tanto los límites máximos permitidos de residuos de
antibióticos, compuestos hormonales, químicos y otros en productos y
subproductos, así como el tiempo de eliminación de los mismos animales vivos.

Por lo que ve a la sanidad vegetal, la ley de la materia le otorga atribuciones a


la secretaría para regular la efectividad biológica, aplicación, uso y manejo de
insumos que tengan relación con la materia de sanidad vegetal (artículo 2), Así
como coordinarse con las secretarías de Salud y Desarrollo Social para vigilar
el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas aplicables a los plaguicidas
e insumos de nutrición vegetal (artículo 10).

168
La ley forestal dedica el capítulo VII a reglamentar la sanidad forestal y autoriza
a la secretaría a dictar las normas oficiales mexicanas para prevenir, controlar y
combatir las plagas y enfermedades forestales (artículo 30), lo que incluye el
manejo de sustancias peligrosas. El reglamento de la Ley, en los artículos del
69 al 73 norma la manera en que deben realizarse estas actividades sanitarias.

G. Otras leyes administrativas. Otras leyes administrativas, aparte de las ya


mencionadas, norman aspectos del manejo de materiales y residuos
peligrosos. La Ley Federal sobre Metrología y Normalización establece el
pocedimiento uniforme para la elaboración de normas oficiales mexicanas por
las dependencias de la administración pública federal (artículo 2, fracción II,
inciso c). Este ordenamiento dispone que todos los productos, procesos,
instalaciones, servicios o actividades deberán cumplir con las normas oficiales
mexicanas; por lo tanto, quedan incluidos el manejo y la disposición de
materiales y residuos peligrosos (artículo 3, fracción XI): Aunque la Ley de Vías
Generales de Comunicación no hace referencia expresa al transporte de
materiales y residuos peligrosos, el Reglamento para el Transporte de
Materiales y Residuos Peligrosos lo norma en relación con el transporte
terresre (artículo 1), encomendando su ejecución a la Secretaría de
Comunicaciónes y Transportes y, en forma delegada, a las autoridades
estatales y municipales (artivulos 3 y 4). Se requiere permiso de la secretaría
para transportar estos materiales por las vías generales de comunicación
terrestre. El reglamento hace una clasificación de las sustancias peligrosas; de
las normas de envase y embalaje; del etiquetado y marcado del envase y
embalaje, con objeto de identificar sustancias, residuos peligrosos para
reconocer sus riesgos, y las características, especificaciones y equipamiento
de los vehículos motrices y unidades de arrastre por utilizar. Por último, cabe
citar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, que encomineda a la
Secretaría de la Defensa Nacional el control y la vigilancia de las actividades y
operaciones industriales y comerciales que se realicen con armas, municiones,
explosivos, artificios y sustancias químicas (artículo 37).

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Estas son las leyes federales más importantes sobre el tema que venimos
tratando, dada la concurrencia que en esta materia existe tanto legislativa como
de autoridades.

Las normas oficiales mexicanas


Una de las caracteristicas del derecho ambiental es que su normativa incluye
prescripciones rigurosamente técnicas, en todos los aspectos relativos de la
conservación de la salud humana, de la naturaleza y a todas las actividades
humanas que puedan perturbarla. A estas normas se les designan en nuestro
derecho normas oficiales mexicanas. La Ley Federal sobre la Metrología y
Normalización define a la norma como “la regulación técnica de observación
obligatoria expedida por las dependencias competentes, conforme a las
finalidades establecidas en el artículo 40, que establece reglas,
especificaciones, atributos, directrices, caracteristicas, carateristicas o
prescripciones aplicables a un producto, proceso, instalación ,sistema,
actividad, servicio o método de producción u operación así como aquellas
relativas a terminología, simbología, embalaje, marcado o etiquetado y las que
se refieren a su cumplimiento a aplicación” (artículo 3). El artículo 40 de la ley
considera, entre otras finalidades, establecer: a) las características y/o
especificaciones que deben reunir los productos y procesos cuando éstos
puedan constituir un riesgo para la seguridad de las personas o dañar la salud
humana, animal, vegetal, el medio ambiente general y laboral, o para la
preservación de recursos naturales; b) las características y especificaciones de
los productos utilizados como materias primas o partes o materiales de
productos finales sujetos al cumplimiento de estas normas, y c) todas las
demás características especificaciones relativas a servicios, envases,
embalajes, seguridad e higiene en el trabajo, de protección del medio ambiente
y ecosistemas, instalaciones industriales, comerciales, de servicios y
domésticas.
Las normas oficiales mexicanas son muy numerosas, pues reglamentan
aspectos muy variados de actividades industriales, agropecuarias, comerciales
y de servicios. Sometidas a cambios frecuentes debidos a continuos avances
de los conocimientos científicos y tecnológicos, no es posible presentar un

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cuadro con cierta permanencia de las normas oficiales mexicanas relativas al
manejo de materiales y residuos peligrosos. Mencionaremos, a guisa de
ejemplo, las siguientes:
NOM-CRP-001-ECOL-93. Establece las características de los residuos
peligrosos, el listado de los mismos y los límites que hacen a un residuo
peligroso por su toxicidad al ambiente.

NOM-CRP-002-ECOL-93. Norma el procedimiento para llevar a cabo la


prueba de extracción para determinar los constituyentes que hacen a un
residuo peligroso por su toxicidad al ambiente.

NOM-CRP-003-ECOL-93. Fija el procedimiento para determinar la


incompatibilidad entre dos o más residuos considerados como peligrosos.

NOM-CRP-004-ECOL-93. Señala los requisitos que deben reunir los sitios


destinados al confinamiento controlado de residuos peligrosos, excepto los
radiactivos.

NOM-CRP-005-ECOL-93. Establece los requisitos para el diseño y la


construcción de las obras complementarias de un confinamiento controlado de
residuos peligrosos.

NOM-CRP-006-ECOL-93. Ordena los requisitos que deben observarse en el


diseño, la construcción y operación de celdas de un confinamiento controlado,
para residuos peligrosos.

NOM-CRP-007-ECOL-93. Señala los requisitos para la operación de un


confinamiento controlado de residuos peligrosos.

Cabe aclarar que un material o residuo peligroso no lo es sólo por su toxicidad,


como podría deducirse de las normas antes mencionadas sino también por su
corrosividad, reactividad, explosividad, inflamabilidad y características
biológico-infecciosas.
Las normas sobre sustancias legales y residuos peligrosos, disperasas en
diversos ordenamientos legales y normas oficiales mexicanas, hacen muy difícil
su conocimiento y manejo, más si se toman en cuenta las continuas

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modificaciones que sufren para adaptarlas a las condiciones cambiantes de
una sociedad industrial en constante mutación.

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