Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
Threshold and Redemption: The Theme of Sacrifice in Two Spanish American Fantastic
Short Stories
Gabriela NÁJERA
41
El Colegio de San Luis
Orcid:
A
pesar de que los sacrificios humanos puedan parecer sorprendentes para la
mayoría de las culturas actuales, lo cierto es que no hay sociedad que, por lo
conformación de sus creencias religiosas. Diversos estudios, sobre todo los aportados por la
arqueología y la antropología física, afirman Alfredo López Austin y Leonardo López Luján,
corroboran que el sacrificio humano se extendió por todo el planeta, lo cual significa que esa
práctica violenta respondió a una necesidad general del hombre y que, seguramente, tuvo
por lo cual es posible entender el sacrificio como una institución social (24).
Más asombroso encuentra René Girard el hecho de que los ritos relacionados con ese
acto sean semejantes en distintas culturas; esto sugiere la idea de un único evento violento al
que remite cada una de las ejecuciones. Esa violencia fundadora habría dejado una impresión
fortísima, en tanto que, aun sin conocer en qué consistió el evento primigenio, es posible
compartido, el sacrificio sea un tema recurrente en las expresiones artísticas de todos los
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
tiempos y las culturas. Para el caso de las letras, el vínculo es indisoluble,1 dado que las
mitologías son consideradas literatura y en ellas el sacrificio cumple una función relevante
para que las creencias se mantengan, ya que, al tiempo que adquiere sentido a través de ellas,
el sacrificio no haya sido tratado por los escritores sino hasta la segunda mitad del siglo XX,
canonización.
se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, es posible apreciar que, en su primer momento
—es decir, con narradores como Juan Montalvo, Juana Manuela Gorriti, José María Roa
tradición oral y popular, por lo que se sirvió de personajes como fantasmas y diablos,
Me parece que el desconocimiento del pasado prehispánico que tenían los autores del
XIX no es razón suficiente para explicar la ausencia de este tema en sus obras, pues tampoco
hubo la intención de retratar ritos sacrificiales de otras culturas. Es difícil comprender cómo
es que este tema pasó inadvertido por casi cien años, si, como explica Girard, «la violencia
fundadora constituye realmente el origen de cuanto poseen de más precioso los hombres, y
prodigiosa, pues fue retomado por dos autores emblemáticos de las letras hispanoamericanas:
1
A este respecto, véanse las anotaciones que hace Girard en el primer capítulo de su obra, donde revisa
textos como la Biblia y la Odisea, entre otros.
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
ritos sacrificiales en dos de sus cuentos: «Por boca de los dioses» y «La noche boca arriba»,
los mundos real y sobrenatural, además, es indispensable para la redención del personaje y
«Por boca de los dioses»: la intrusión del sacrificio prehispánico en la Ciudad de México
Publicado en 1954, «Por boca de los dioses» es el quinto de los seis relatos que conforman
Los días enmascarados de Carlos Fuentes, libro que inaugura un tratamiento del género
puede apreciarse, especialmente, en «Chac Mool» —quizá el texto más celebrado del
«Por boca de los dioses» narra la visita de Caro Oliverio y Don Diego al Palacio de
Bellas Artes. Oliverio, quien funge como narrador en primera persona durante la mayor parte
del relato, es una persona solitaria y poco sociable, pero decide ver las exposiciones al lado
2
Ambas narraciones se basan sacrificios mexicas, lo que no es extraño porque, tal como señalan López
Austin y López Luján, se tiene a los mexicas «como los máximos sacrificadores de la historia universal» (26).
Esto se explica, según los autores mencionados, porque el argumento que usaron los conquistadores españoles
para legitimar sus conquistas fue que debían adoctrinar a esos indígenas que tenían prácticas reprobables como
el sacrificio humano y el canibalismo; lo cual extendió por Europa la idea de un pueblo más salvaje que el resto.
Dicha idea fue reforzada por los otros pueblos indígenas, quienes aprovecharon la imputación de los españoles
para negar su tradición sacrificial y afirmar que habían sido los propios mexicas los que llevaron los ritos
sangrientos a sus territorios (25-26).
3
Para este análisis sigo la definición de fantástico expuesta por Tzvetan Todorov en Introduction à la
litterature fantastique (París: Du Seuil, 1970), así como algunos conceptos a propósito del sacrificio propuestos
por René Girard en La violencia y lo sagrado.
4
Me parece relevante señalar que tanto Los días enmascarados como Final del juego, obras en las que
se encuentran los dos relatos que aquí me interesa analizar, fueron publicadas en la colección Los Presentes, a
cargo de Juan José Arreola (1918-2001), lo cual permite pensar en el importante papel que tuvo el
“confabulista” en el desarrollo de lo fantástico hispanoamericano no sólo como autor, sino también como editor.
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
de Don Diego, un anciano jorobado y enano que llegaba a crisparlo con su plática. Luego de
que sólo se apreciaban, según el anciano, monstruosidades (p. 63). Al observar un cuadro de
Tamayo, fechado en 1958 —es decir, cuatro años después de la publicación de Los días
44
enmascarados—,5 Oliverio se da cuenta de que hay una boca pintada en él y de que ésta tiene
vida, pues ríe. Oliverio decide robarla, la arranca del cuadro y huye, no sin antes asesinar a
Oliverio se dirige al hotel en que vive y en los pasillos encuentra a Tlazol —personaje
femenino que refiere a Tlazolteotl, «“diosa devoradora de inmundicias” [que] se encarga […]
de provocar pasiones y perdonar las trasgresiones morales […] es diosa de [la] lujuria»
(Fernández 125)—, quien le informa que ha limpiado los rastros del crimen y, enseguida,
sostiene un encuentro sexual con el protagonista. Sin embargo, Tlazol desconoce el reciente
El dominio de Oliverio sobre los labios es breve, pues ellos se apoderan de su rostro
obligarlo a bajar a un nivel del hotel al que nadie había descendido. Se trataba de un «sótano,
inundado, negro, olía a sudario» (Fuentes 79), en el que se hallaban Tepoyollotl, dios de las
montañas y los ecos; Mayauel, diosa del maguey; Tezcatlipoca, señor del cielo y la tierra;
Izpapalotl, diosa de la guerra y los sacrificios humanos; Xolotl, dios de los espíritus;
5
El hecho de que el lector de 1954 haya encontrado en la lectura de Fuentes, un producto artístico
posterior a la fecha en curso, me parece un claro guiño a Jorge Luis Borges, pues recordemos que ése fue un
recurso socorrido por el argentino, tal como se aprecia en «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius» (Sur 68 [1940]: 30-46),
cuento que posiblemente conociera Fuentes, dado que estuvo incluido en la primera edición de la Antología de
la literatura fantástica (1940), obra de amplia difusión en México y que fue determinante para la canonización
del género en Hispanoamérica.
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
Aunque la boca llevó a Oliverio ahí para que se redimiera (Fuentes 80), éste logra
escapar. Más tarde es visitado de nuevo por Tlazol, quien arranca a mordiscos los labios
robados y, emulando un rito sacrificial, apuñala al protagonista ante la música y los cantos
45
Como se puede apreciar, en esta narración hay dos disrupciones que permiten que se
verifique que el cuento es de corte fantástico: la primera ocurre cuando los labios del cuadro
de Tamayo adquieren vida y la segunda, cuando los dioses de la mitología azteca transgreden
el límite que separa el mundo sobrenatural —el que habitan— del mundo natural —el de
Oliverio.
conocimiento que se tiene de las prácticas mexicas, pues tanto la escena del encuentro sexual
como la del rito sacrificial encuentran su equivalente en las creencias de los antiguos
A la luz de esta cita, se deduce que el primer encuentro entre Tlazol y Oliverio tiene
por finalidad que el hombre confiese sus pecados ante la diosa para que ella los limpie. El
personaje puede enmendarse por medio del acto sexual y el reconocimiento de las malas
acciones; sin embargo, Oliverio oculta el pecado que propició el asesinato; es decir, no
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
El sacrificio de Oliverio es el punto climático del relato, debido a que reúne todos los
elementos sobrenaturales —la boca del cuadro de Tamayo y los dioses prehispánicos— en
La escena del sacrificio confirma que lo fantástico presenta una estructura ascendente
que culmina en su punto más alto, ya que durante la narración se presenta primero a la boca,
después a la diosa, luego al resto de los dioses y finalmente a todos juntos; es decir, se va de
una parte del cuerpo, a un ser completo, a un grupo de seres y se llega a la suma de ellos. Al
mismo tiempo, el espacio en que se manifiestan los acontecimientos insólitos cada vez es
después, lugares con un margen de apertura menor: la recepción del hotel, los pasillos, los
clubes y el sótano; hasta llegar a lo más privado: la habitación del protagonista. En ese
sentido, es claro que la escena del rito sacrificial aglutina los elementos de corte fantástico
en un espacio reducido, por lo que lo sobrenatural satura el mundo real del personaje. Tal
saturación se apoya también en los sonidos, pues, en las últimas líneas, Oliverio puede
escuchar «la caravana de ruidos minuciosos, de alas y culebras, que se amasaban en el pasillo,
y las guitarras torcidas y las voces internas [que] cantaban» (Fuentes 82).
Esta acumulación coincide con el término de lo sobrenatural, pues, por una parte, la
boca es asesinada por Tlazol: «la carne de los labios yacía, gimiendo espantosamente, en el
suelo. Los labios gritaban, casi en suspiro» (Fuentes 81); y por otra parte, al morir Oliverio,
los dioses pueden regresar al mundo sobrenatural al que pertenecen. En este tenor, el rito
hace visible «el juego de la totalidad del universo» (Girard 104), pero su final supone la
Notas
En otras palabras, el rito sacrificial funciona como umbral entre los mundos, redime
a Oliverio y restituye, en cierta medida, el orden, pues, al terminar la ceremonia, las leyes del
mundo real y las del mundo sobrenatural vuelven a funcionar por separado.
sustituye a todos sus miembros y, por tanto, se convierte en una víctima propiciatoria y en
un pharmakos, pues «aparece como una mancha que contamina todas las cosas a su entorno
(Girard 103). Esta transferencia colectiva, afirma Girard, «actúa sobre las tensiones internas,
los rencores, las rivalidades y todas las veleidades recíprocas de agresión en el seno de la
comunidad» (15).
Para apoyar la idea de que el protagonista de esta narración funciona como pharmakos
Sus movimientos, ya no eran suyos. La boca lo llevó por las calles, lo condujo a donde
quiso. A los cenáculos literarios, al Jockey Club, a una sesión política, al Club de
Banqueros, en todas partes aullando, insultando, escupiendo odio y sangre en los tapetes
mullidos de esos bellos salones (Fuentes 76).
alguna manera, la mayoría de los aspectos que constituyen a una comunidad: los espacios
abiertos al pueblo en general y los recintos de las artes, la política, la diversión de la élite y
recorridos que llevaba a cabo el pharmakos prehispánico por todas partes antes del rito
sacrificial, el cual tenía como finalidad «que [él] drenara todas las impurezas y las congregara
Notas
hablar del pharmakos, pues se trata de «un personaje lamentable, despreciable y hasta
culpable» (Girard 103), que es mostrado desde el comienzo de la historia como un hombre
pues, según el mismo autor, las víctimas de los sacrificios, aunque variadas, tienen un común
48
denominador: son seres que pertenecen muy poco a la sociedad, debido a que, por diversas
presenciado por otros humanos, todos los dioses aprueban el asesinato de Oliverio y
participan de él con cantos y bailes, con lo cual se identifica lo que Girard define como
para llegar a una violencia unánime (Girard 106), la cual es indispensable para el sacrificio,
pues «basta la mera abstención de un solo asistente para que el sacrificio sea peor que inútil:
Así, el sacrificio en «Por boca de los dioses», por una parte, redime de sus pecados a
entera. Es, pues, un acto violento que, a la vez que castiga la violencia individual, expulsa y
desestabilizadores en una sociedad moderna. Caso contrario de lo que ocurre en «La noche
boca arriba» de Cortázar, donde es un elemento del mundo moderno el que logra, mediante
Notas
Apenas dos años después de la publicación de Los días enmascarados, apareció Final del
juego (1956), de Julio Cortázar. El acierto de Juan José Arreola al publicar estas obras no
neofantástico.
En su primera edición, Final del juego estaba integrado por nueve cuentos,6 dos de
los cuales recuperan el pasado prehispánico mexicano: «Axolotl» y «La noche boca arriba»;
ambos de corte fantástico. El segundo de ellos trata el motivo del sacrificio de una forma
«La noche boca arriba» inicia con un epígrafe: «Y salían en ciertas épocas a cazar
enemigos; le llamaban la guerra florida» (45, las cursivas son del autor). Este paratexto
que es reforzado textualmente en el relato; al mismo tiempo, se adelanta que el sacrificio será
importante para la trama, en tanto que es bien sabido que éste era la finalidad de las guerras
Las guerras floridas eran batallas pactadas en las que se enfrentaban ejércitos de la Triple
Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan) contra ejércitos provenientes de Tlaxcala,
pueblo que durante el siglo XV, representó el obstáculo más importante para la expansión
mexica. Según Ricardo Rendón Garcini, el combate en las guerras floridas se concertaba
de manera que no interfiriera con las labores de recolección y almacenamiento de las
cosechas ni con las actividades de subsistencia; de hecho, las «batallas no tenían como
6
En su segunda edición, publicada por Sudamericana en 1964, aumentó considerablemente, pues
fueron agregados nueve relatos, entre ellos «Continuidad de los parques», cuento aplaudido por la crítica.
7
Isabel Bueno Bravo anota que diversos estudiosos señalan que el surgimiento del xochiyáoyotl se
remonta al reinado de Moctezuma Ilhuicamina (1440-1468), pero otras fuentes datan su aparición a principios
del siglo XIV, con los toltecas y Chimalpahin (12-13).
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
Estos eventos coinciden puntualmente con lo representado en el cuento del escritor argentino.
«La noche boca arriba» se construye por dos historias —tal como posteriormente
aseguraría Ricardo Piglia en sus tesis sobre el cuento—, focalizadas desde el protagonista
(motociclista-moteca) por un narrador omnisciente. La historia uno se hará pasar por la más
La historia uno cuenta el accidente que sufre un motociclista al evitar atropellar a una
dos, que narra los sueños que el hombre tenía durante su estancia en el nosocomio; en ellos,
él era un moteca perseguido por los aztecas para ser sacrificado: «tenía que huir de los aztecas
que andaban a caza de hombre, y su única probabilidad era la de esconderse en lo más denso
de la selva, cuidando de no apartarse de la estrecha calzada que sólo ellos, los motecas,
Así, el cuento narra paralelamente dos historias que se confunden mediante el recurso
de lo onírico. Esta confusión, de forma paulatina, se convierte en una inversión de los planos,
8
Aunque pudieron tener otras finalidades como el entrenamiento de nobles y guerreros de rango
superior.
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
Entonces sintió una bocanada horrible del olor que más temía, y saltó desesperado hacia
adelante.
—Se va a caer de la cama —dijo el enfermo de al lado—. No brinque tanto amigazo.
Abrió los ojos y era tarde, con el sol ya bajo en los ventanales de la larga sala. Mientras
trataba de sonreír a su vecino, se despegó casi físicamente de la última visión de la
pesadilla (Cortázar 50). 51
realidad ficcional es la que ocurre en el hospital y que la pesadilla, donde huye por la selva,
pensó que no le iba a ser difícil dormirse. Un poco incómodo, de espaldas. Pero al pasarse
la lengua por los labios resecos y calientes sintió el sabor del caldo, y suspiró de
felicidad, abandonándose.
Primero fue una confusión, un atraer hacia sí todas las sensaciones por un instante
embotadas o confundidas. Comprendía que estaba corriendo en plena oscuridad, aunque
arriba del cielo cruzado de copas de árboles era menos negro que el resto. «La calzada»,
pensó. «Me salí de la calzada» (Cortázar 51).
vez más por las pesadillas y, en el sueño, el moteca es capturado por sus perseguidores y es
definitiva de los planos, en la que se afirma que la historia dos es la realidad y la historia uno
es un sueño:
Alcanzó a cerrar otra vez los párpados, aunque ahora sabía que no iba a despertarse, que
estaba despierto, que el sueño maravilloso había sido el otro, absurdo como todos los
sueños; un sueño en el que había andado por extrañas avenidas de una ciudad asombrosa,
con luces verdes y rojas que ardían sin llama ni humo, con un enorme insecto de metal
que zumbaba bajo sus piernas (Cortázar 59).
entre lo que pasaba en el sueño (la historia del motociclista) y en la realidad (la historia del
moteca): «en la mentira infinita de ese sueño, también lo habían lanzado del suelo, también
alguien se le había acercado con un cuchillo en la mano, a él tendido boca arriba, a él boca
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
arriba con los ojos cerrados entre las hogueras» (Cortázar 59).
Tres indicios textuales esparcidos a lo largo del texto justifican tal inversión
fantástica: 1) la presencia de olores en el supuesto sueño: «como sueño era curioso porque
estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores» (Cortázar 48), lo cual sugiere, desde un
52
punto muy inicial del relato, que la historia del moteca pertenece a la realidad; 2) la
permanencia del cansancio por la persecución aun después de despertar: «sintió sed, como si
comunica al mundo natural con el sobrenatural, por tanto, el rito sacrificial nuevamente
La función del umbral en «La noche boca arriba» tiene un tránsito contrario al de
«Por boca de los dioses», pues introduce elementos del mundo moderno en el pasado
análisis de «Por boca de los dioses», son útiles también para este cuento. Para hablar de ellos,
detengámonos en los pasajes que describen la persecución, el sacrificio, las sensaciones y los
Notas
oía nada, pero el miedo seguía allí como el olor, ese incienso dulzón de la guerra florida
[…] La mano que sin saberlo él aferraba el mango del puñal, subió como el escorpión
de los pantanos hasta su cuello, donde colgaba el amuleto protector. Moviendo apenas
los labios musitó la plegaria del maíz que trae las lunas felices, y la súplica a la Muy
Alta, a la dispensadora de los bienes motecas […] La guerra florida había empezado con
la luna y llevaba ya tres días y tres noches. Si conseguía refugiarse en el profundo de la
selva, abandonando la calzada más allá de la región de las ciénagas, quizá los guerreros
no le siguieran el rastro. Pensó en los muchos prisioneros que ya habrían hecho. Pero la 53
cantidad no contaba, sino el tiempo sagrado. La caza continuaría hasta que los sacerdotes
dieran la señal del regreso. Todo tenía su número y su fin, y él estaba dentro del tiempo
sagrado, del otro lado de los cazadores (Cortázar 49-53).
Es este fragmento se observa que el pharmakos de la guerra florida varía respecto del
conformada por varios sujetos que no se eligen por sus actos individuales, sino por un tiempo
sagrado señalado por los sacerdotes. Además, en la guerra florida, la víctima propiciatoria no
a una sociedad externa que, no obstante, acepta el ritual y configura un vínculo estrecho con
el grupo dominante, con lo que se simula su pertenencia.9 Se trata de una violencia unánime
porque ambas sociedades están de acuerdo con la persecución y el sacrificio, y se asumen los
moteca, se observa que el planteamiento del cuento coincide con lo que ocurría en el ritual
de las guerras floridas, el cual «daba inicio en un tiempo y un lugar acordado previamente
por los contrincantes. Se llevaba a cabo en un espacio sagrado, que los contendientes
desalojaban para tal efecto, llamado cuauhtlalli, “territorio del águila”, o yaotlallí, “territorio
9
López Austin y López Luján explican que entre los captores y su víctima se establecía una relación
de parentesco sagrado, en la que se convertían en padre e hijo, debido a la necesidad de entregar a los dioses a
alguien de la misma naturaleza; este hecho convertiría simbólicamente a la víctima en parte de la sociedad que
lo asesina (32).
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
fantástica.
Oyó los gritos y se enderezó de un salto, puñal en mano. Como si el cielo se incendiara
en el horizonte, vio antorchas moviéndose entre las ramas, muy cerca. El olor a guerra
era insoportable, y cuando el primer enemigo le saltó al cuello casi sintió placer en
hundirle la hoja de piedra en pleno pecho. Ya lo rodeaban las luces, los gritos alegres.
Alcanzó a cortar el aire una o dos veces, y entonces una soga lo atrapó desde atrás
(Cortázar 53).
En este fragmento se aprecia un primer asesinato que será similar al del moteca, al
que se suman las luces y gritos que se van acercando y la brevedad sintáctica de las oraciones,
El trayecto de las mazmorras al lugar del sacrificio es el más extenso del relato y
culmina en el momento previo a su asesinato: «cuando abrió los ojos vio la figura
ensangrentada del sacrificador que venía hacia él con el cuchillo de piedra en la mano»
planos que he referido con anterioridad. Esa aceptación es, a todas luces, la redención del
personaje, quien es liberado del dolor que experimenta por el accidente y también de las
Notas finales
Como se pudo observar en esta somera revisión de «Por boca de los dioses» y de «La noche
boca arriba», el sacrificio constituye el núcleo temático y funciona como eje estructural, ya
que en él se basa la disrupción fantástica. Los dos relatos configuran un mundo moderno y
cuento de Carlos Fuentes, es el pasado prehispánico —representado por los dioses aztecas—
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas
Asimismo, se puede afirmar que las dos narraciones se basan en ritos sacrificiales
55
(guerras floridas), en «La noche boca arriba»; y aunque siguen los modelos de éstos, tienen
algunas modificaciones que sirven como actualización del rito y permiten su representación
literaria.
Luego del análisis es posible concluir que, en ambos relatos, el sacrificio funciona
como un umbral que permite el tránsito entre los mundos natural y sobrenatural. Su
planteamiento literario coincide con las características que los estudiosos del tema atribuyen
Por último, me interesa anotar que la recuperación del sacrificio como tema de lo
fantástico puede responder a que este género literario está enfocado a tratar las sensaciones
más primitivas del ser humano —como el miedo—, lo que lo lleva a ser una literatura con
Obras consultadas
Bueno Bravo, Isabel. “Las guerras floridas”. Revista de Historia Militar 106 (2009): 11-34.
Impreso.
Cortázar, Julio. “La noche boca arriba”. Final del juego. México: Los Presentes, 1956. 45-
59. Impreso.
Fernández, Adela. Dioses prehispánicos de México. México: Panorama, 1992. Impreso.
Fuentes, Carlos. “Por boca de los dioses”. Los días enmascarados. México: Los Presentes,
1954. 59-82. Impreso.
Cuadernos de Literaturas de
Irrealidad
No. 1 (2019). ISSN: en trámite
Notas