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COMENTARIOS a la LEY -26.

657- DE SALUD MENTAL


Cátedra II. Psicología Jurídica. UBA
“Las solas normas no bastan, se requiere educación y compromiso de la sociedad en su conjunto para que tal
como dispone la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, en su Art. Nº 1,
se promueva, proteja y asegure el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos
1
y libertades fundamentales para todas las personas con discapacidad, y el respeto de su dignidad inherente” .

1.- Introducción
Con la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental (LSM)2, en el mes de diciembre
del año 2010, culmina una etapa decisiva del proceso de adecuación normativa del país a
los estándares internacionales en materia de protección de la salud y los derechos
humanos. Este doble carácter –técnico y jurídico- de la protección, es esencial para la
comprensión de la norma que analizamos y sobre todo, su progresiva realización.
En efecto, las leyes que se inspiran en lo que de un modo genérico denominamos sistema
internacional de protección de los derechos humanos, fijan unos estándares que resultan
elevados desde la perspectiva de las prácticas más extendidas en el campo, prácticas que
se encuentran determinadas por un enfoque tutelar, que se trata de superar. Tales
estándares, con ser muy exigentes, debemos sin embargo considerarlos como un piso, no
como un techo. Es decir, se trata de alcanzar ciertos límites básicos a partir de los cuales
debe desarrollarse la tarea de los agentes de salud.
Es muy importante considerar las normas –sobre todo aquellas fundadas en el paradigma
de derechos humanos3- a la manera de un límite, tal y como estamos habituados a pensarlo
en el interior de nuestra disciplina. Si todo límite abre un campo, un espacio, debemos
entonces considerar ese campo como específicamente técnico, y sentirnos libres de crear
en él todos los dispositivos, herramientas, técnicas y prácticas que se adecuen y colaboren
en la realización de las personas, que la normativa expresa en términos de derechos. Es
decir, los profesionales de la salud debemos considerarnos, en tanto técnicos, convocados
producir los contenidos del campo que el Derecho ha limitado.
El principal desafío técnico –no exento de compromisos y consecuencias en el ámbito
institucional y político- consiste en diseñar y poner en marcha prácticas e intervenciones
que, fortaleciendo el nuevo paradigma, terminen de licuar el poder manicomial; muy
evidente todavía en todo el campo de la salud mental. Se sostiene en intereses económicos,
gremiales y políticos aún muy poderosos. No cabe duda de que el esfuerzo principal debe
ser soportado presupuestariamente por los estados nacional y provinciales, tal como la
propia LSM lo indica, para extender la cobertura sanitaria a todos los ciudadanos,
independientemente de sus particulares posibilidades económicas. Esto requiere también un
fuerte compromiso con la vigencia del nuevo paradigma de una masa crítica de los
trabajadores del campo de la salud mental. Ya existe suficiente experiencia histórica en
cómo una norma progresista puede permanecer sin aplicación por años. Por caso, la Ley
448 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires4.
Sin perder de vista esta perspectiva, desde dónde los psicólogos somos convocados a una
ampliación de nuestras responsabilidades en el funcionamiento del conjunto del sistema,
analizaremos la Ley Nacional de Salud Mental.

1 Kraut, A, Diana, N (2011)


2 El autor del Proyecto de la presente norma es el Psicólogo y Diputado Nacional (MC), Leonardo A. Gorbacz.
3 La Ley, en tanto imperativo categórico, tiene el carácter de límite que podemos considerar genérico para cualquier norma.
No obstante, la restringimos al paradigma de los derechos humanos porque éste contiene una serie de exigencias y
provee una especial coherencia al conjunto del ordenamiento jurídico. Sin ir más lejos, se trabaja actualmente en la
reforma de los códigos civil y comercial, y penal en pos de su adecuación a tal paradigma, que es el reconocido en la
Constitución Nacional. De este modo dejamos en claro que existe otro conjunto de normas que aún mantienen su
vigencia, pero que deben ser reemplazadas, adecuadas o superadas.
4 Kraut, A. y Diana, N. (2002)
Cátedra II de Psicología Jurídica. Comentarios a la LSM.
Prof. José Antonio Rodríguez

2.- Nuevo paradigma


La LSM puede ser leída en diferentes recorridos5, congruentes entre sí:
 Desde el paradigma de la peligrosidad hacia el paradigma de la capacidad.
 Desde un enfoque tutelar hacia un enfoque de derechos.
 Desde un proyecto de exclusión hacia un proyecto de inclusión.
Las normas vigentes hasta la sanción de la LSM6 eran instrumentos orientados a evitar
abusos en la implementación de medidas de restricción de derechos, pero se mantenían
aún en el marco del paradigma de la peligrosidad. Designamos de este modo una cierta
perspectiva de entender la enfermedad mental que se sustenta ideológicamente en los
resabios del positivismo, pero sobre todo se expresa en una actitud de extrañamiento hacia
quien la padece que lleva a suponerlo imprevisible e irresponsable en su comportamiento
hacia los otros, imprevisibilidad que se decodifica como potencialmente lesiva hacia los
otros. Esta visión ha impregnado –y lo hace todavía- el abordaje jurídico, institucional y
técnico de las personas con padecimiento mental.
Esta construcción social y jurídico-institucional de experimentar la enfermedad mental ha
llevado a un enfoque tutelar del problema, que consiste esencialmente en dispositivos de
protección enfocados hacia la persona, devenida así objeto de cuidado de los sistemas y
dispositivos que se ocuparán de ella a partir de ser designada como tal mediante actos
institucionales más o menos formales (informes, diagnósticos, admisiones institucionales,
dictámenes, etc.).
El sistema institucionalizado encargado de tales cuidados está enfocado a las
características señaladas de la enfermedad mental, fuera del conjunto de relaciones de la
sociedad en general, librado de alguna manera a su propia lógica de funcionamiento. De tal
manera, las personas designadas como enfermos mentales se ven excluidas de ciertos
reconocimientos sociales a los que nos referimos normalmente como derechos. Así, la
orden judicial de internación, las denegaciones de externación de las instituciones
psiquiátricas y las sentencias de incapacidad civil; muy difícilmente tenían en cuenta la
capacidad de las personas a valerse por sí mismas, a vivir en su familia y en comunidad.
En contraste, el riesgo de que las personas con trastornos de salud mental produzcan actos
de violencia o lesiones es relativamente bajo7, aunque esta constatación contradiga aun
ostensiblemente el sentido común o la valoración social de la enfermedad mental.
La nueva Ley busca en consecuencia partir desde el polo exactamente opuesto, el
paradigma de la capacidad. (Ver CDPC). Supone que las personas con padecimiento mental
conservan su capacidad de vivir en sociedad, para la cual pueden necesitar, por períodos
más o menos prolongados, ciertas ayudas; y que el abordaje de la enfermedad debe partir
de esa consideración básica. De este modo, el nuevo paradigma enfoca la protección de los
derechos de las personas, en orden a sostenerlas en sus propios ámbitos de relación,
comunitarios y sociales. Son estos ámbitos los que deben brindar apoyo a las personas con
padecimiento mental, y el sistema jurídico institucional debe asegurárselo. Para ello, a LSM
enuncia una serie básica de derechos de las personas con padecimientos mentales, define
nuevos procedimientos para cuidar esos derechos en situaciones excepcionales y establece
lineamientos básicos de política en materia de salud mental.

5 Gorbacz, L. A. (2001)
6 La derogada “Ley de Internaciones” Nº 22914 (LSM. Art. 44) y los artículos referidos a la Incapacidad Civil (modificados
por LSM Arts.42 y 43). Aún restan modificarse por lo menos otras dos normas relacionadas con este tema: La Ley de
Drogas -Nº 23737- y el Artículo 34 del Código Penal (Inimputabilidad).
7 Precisamente porque la enfermedad suele afectar severamente la capacidad de toma de decisiones.

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3.- Críticas al proyecto


Las críticas han bordeado, sobre todo, aquellos puntos de la norma que establece una
democratización de los saberes en un equipo interdisciplinario. Se procuraba retener en el
ámbito de una sola disciplina –la psiquiatría- la indicación de las internaciones y las
declaraciones de incapacidad.
También se cuestionó que el proyecto buscara terminar con las instituciones monovalentes,
en el entendimiento de que éstas eran necesarias en algunos casos. También se ha
cuestionado el costo de las reformas propuestas
Innegablemente, el paradigma que sustenta la LSM crea una zona conflicto entre las
disciplinas que sostienen la asistencia en salud mental y evolucionaron conceptualmente
(psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, entre otros), y un cierto discurso psiquiátrico-
forense “anclado en viejas terminologías –enajenado, alienado, demente, peligrosidad,
inimputabilidad- palabras que ni el derecho ni la psiquiatría han definido con nitidez”8.
Algunos psiquiatras han reaccionado airadamente frente al nuevo ordenamiento que prevé
que las internaciones deban ser indicadas por dos profesionales, uno de los cuales deberá
ser necesariamente psicólogo o médico psiquiatra (LSM, Art 16). El núcleo principal de la
argumentación reside en que existe una serie de enfermedades orgánicas que se expresan
a través de trastornos mentales o de conducta, y entonces el único profesional capacitado
para ese diagnóstico diferencial debería ser médico.
Sin embargo, la norma ha decidido enfatizar el rol del equipo, la asunción conjunta de
responsabilidades acerca de las decisiones y la democratización de saberes que éste
supone. La intervención del psiquiatra es exclusivamente necesaria cuando se trata de la
prescripción de medicación. Para el resto de las intervenciones en el contexto de un
tratamiento (indicación de internación, institucional o domiciliaria, de psicoterapia, salidas de
pruebas o alta) su intervención es tan necesaria como la de cualquier otro técnico integrante
del equipo.
Las críticas pueden agruparse del modo en que lo hace el psiquiatra Héctor Warnes9, luego
de reconocer que la norma “en un 80% es una ley de primera” que se ha aplicado ya en los
“países del primer mundo”. Este punto de partida le da la razón al autor de la norma, quien
señala que todas las críticas realizadas al momento del debate tenían la declaración de un
acuerdo con el espíritu en general del proyecto. “Esto no podía significar otra cosa que lo
siguiente: no era políticamente correcto admitir que se estaba defendiendo un sistema
vetusto y con características tan claramente represivas que a algunos sectores, sin
embargo, les significaba determinados beneficios que querían mantener. Que ciertas
posiciones no pudieran ser explícitamente defendidas a esa altura ya podíamos considerarlo
como un avance en el debate social acerca del tema” (Gorbacz, L.; 2011).
En primer lugar, Warnes afirma que hay casos que requieren inevitablemente internación,
porque hay estados mentales que producen individuos peligrosos para sí mismos o para
otros, y lo ilustra con dos casos de homicidios que parecían evitables con una intervención
apropiada del sistema de salud mental.

8 Kraut, A. (2006), p. 70.


9 en una entrevista que el Diario La Gaceta (26/10/2010) titula “La Ley de Salud Mental tiene contradicciones” en la que es
presentado como un “reconocido especialista que experimentó los grandes cambios de la psiquiatría durante los 40 años
que vivió en Canadá, Estados Unidos, Irlanda, Inglaterra y Suiza, países donde desarrolló la mayor parte de su vida
profesional y se destacó como catedrático e investigador”. Tomamos este artículo porque es la más consistente
exposición de argumentos en contra de la LSM que hemos encontrado. Por supuesto, la verdadera oposición a la norma
no se realiza en el plano de las argumentaciones –donde como se ve, no cuenta con una sustentación especialmente
sólida- sino mediante lobbies y presiones corporativas muy poco presentables a la luz del debate público.

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La segunda razón por la que considera que la ley es utópica es la falta de recursos
económicos del país. “En el primer mundo costó millones de dólares reducir a la mitad el
número de camas en hospitales psiquiátricos que tenían entre 800 y 4.000. Costó una
fortuna que la Argentina no tiene”.
Una tercera “contradicción” reside en la observación de que la ley indica: "la
desmanicomialización se mantendrá hasta que se construyan hospitales modernos
“psiquiátricos", mientras que en otro párrafo advierte "queda prohibido la creación de nuevos
manicomios público o privados..." (Ver: LSM Art 27).
Por último, el experto consultado afirma que el propio Maxwell Jones -sistematizador de la
comunidad terapéutica como abordaje institucional de las psicosis- “aceptó que el modelo no
fue una panacea”. Agrega que “lo biológico” no está considerado en la LSM.

4.- Antecedentes y motivos.


Desde diciembre de 1983, la salud mental fue señalada como una de las prioridades del
área de salud de nuestro país. En aquellos años, junto a la sanción de leyes conexas con
este campo (entre ellas, la del ejercicio profesional de la psicología –Ley 23277-) se crearon
los programas participativos nacionales que avanzaron en la cuestión de la desinsti-
tucionalización en las provincias de Río Negro, Santa Fe y San Luis, y la Ciudad de Buenos
Aires con la sanción de la ley 448, en el año 2000.
El caudal de experiencia institucional y técnica acumulada a través de tres décadas lleva a
considerar la salud mental y la atención del padecimiento mental de manera integral y en el
marco del Derecho a la Salud y los Derechos Humanos.
La exposición de motivos del proyecto de ley afirma que “según el Informe de la Salud en el
mundo de la Organización Mundial de Salud (OMS) del año 2001, se estima que el 25% de
la población mundial padece uno o más trastornos mentales o de comportamiento a lo largo
de su vida; que una de cuatro familias tiene al menos uno de sus miembros con
padecimientos mentales (OMS, 2001); que la cargas que representa el familiar enfermo no
es sólo emocional sino económica y que el impacto de la enfermedad mental es además de
negativa, prolongada (UK 700 Group, 1999).
Al mismo tiempo, investigaciones en nuestro país y en el mundo alertan sobre el uso y
abuso de psicofármacos para tratar situaciones o problemáticas conflictivas, que
profundizan la "medicalización" de la vida cotidiana, a partir de edades cada vez más
tempranas. Es así, como en tiempos históricos de profunda desigualdad en condiciones
materiales de vida de la población en el mundo y marcadas inequidades en el acceso a
derechos básicos como la alimentación, el cuidado de la salud, el trabajo, se procura reducir
el malestar y encuadrarlos bajo rótulos psicopatológicos, mayoritariamente funcionales al
orden social hegemónico y a los intereses de la industria farmacéutica. Lo hasta aquí
reseñado, son sólo algunas miradas posibles de la problemática salud-enfermedad- atención
mental, que requiere en forma imprescindible ser reconocido en su complejidad y abordado
interdisciplinariamente.
Continuar, promover y afianzar políticas, acciones e investigaciones a nivel nacional es una
deuda que el Estado Nacional busca saldar -con la sanción de la LSM y las consecuencias
que de ella debieran derivarse- en la defensa de los Derechos Humanos de las personas
con padecimiento mental.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) participó en el proceso de elaboración de
la LSM. La institución entiende que la salud mental abarca una muy amplia gama de
actividades relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la definición de
la Organización Mundial de la Salud (OMS):
“Un estado completo de bienestar físico, mental y social; y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades”

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Se relaciona entonces con
“la promoción del bienestar, la prevención de los trastornos mentales y el
tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos”10.
En la medida en que las personas con trastornos mentales constituyen un grupo
especialmente vulnerable a los procesos de marginación y estigmatización, siempre se
encuentra en una situación de alto riesgo en cuanto a la vulneración de sus derechos.
Según la OMS, hacia 2001 algunas de esas situaciones en el mundo pueden describirse del
siguiente modo11:
 450 millones de personasen el mundo están o estuvieron afectadas por afecciones
mentales, neurológicas o problemas de comportamiento en algún momento de sus vidas
 Aproximadamente 873 mil personas mueren por suicidio cada año,
 288 millones de personas están afectadas por problemas ligados al alcohol,
 60 millones de personas sufren retardo mental, 20 millones de demencia, 45 millones de
esquizofrenia.
 Las enfermedades mentales son similares y comunes en todos los países y causan
grandes padecimientos y costos económicos;
 Las personas con padecimientos mentales son objeto de aislamiento social, pobre
calidad de vida y creciente mortalidad;
 Los desórdenes mentales causan grandes gastos económicos e implicancias sociales;
 Uno de cada cuatro pacientes que se atienden en servicios médicos en el mundo poseen
al menos una afección mental, neurológica o relacionada con un desorden del
comportamiento, que no son diagnosticadas y menos aún, tratadas;
 Las enfermedades mentales crónicas influyen en enfermedades tales como el cáncer,
problemas del corazón, diabetes, VIH y trastornos cardiovasculares;
 La falta de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales disminuye el
funcionamiento del sistema inmune de las personas;
 La aplicación correcta de tratamientos cuya eficacia ha sido comprobada respecto de la
mayoría de las enfermedades mentales, favorece la inserción social directa de las
personas con padecimientos mentales;
 Los obstáculos nacionales para el efectivo tratamiento de las enfermedades mentales se
evidencian en la falta de reconocimiento de su seriedad y y de la comprensión de los
beneficios que conlleva. Las políticas públicas de salud y trabajo, las compañías
aseguradoras y los diseños institucionales discriminan los problemas físicos de los
mentales, sin integrar el sistema de salud;
 Los países con mediano y bajo desarrollo aplican sólo el 1% de su presupuesto público
en salud para proyectos y programas en salud mental; por lo tanto las políticas públicas
en salud mental, la legislación, las instituciones y tratamientos para personas con
enfermedades mentales no tienen la prioridad ni el lugar que merecen.
 Más del 75% de quienes padecen trastornos mentales en el mundo en desarrollo no
reciben tratamiento ni atención12.

10 http://www.who.int/topics/mental_health/es/
11 Idem ant.
12 Kraut, A. y Diana, N. (2011).

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Por ello, en razón de la situación de vulnerabilidad en que estas personas se encuentran, la
OMS se manifestado por la necesidad de la legislación específica en materia de protección
de derechos de las personas con trastornos mentales. En particular, estableció las
siguientes recomendaciones13 en cuanto a que los Estados debían:
1. Revisar la legislación sobre salud mental existente en el país para descubrir
exactamente sus componentes,
2. Establecer prioridades para los nuevos componentes y para las modificaciones
necesarias en la nueva legislación sobre salud mental,
3. Si no hay legislación sobre salud mental específica en el país, consultar con las
principales partes interesadas los pros y contras de disponer de una legislación de ese
tipo. Deben tomarse decisiones de acuerdo a la situación política, cultural y social del
país. El enfoque más efectivo es probablemente aquel que combine una legislación
específica para salud mental con otros componentes integrados en las leyes existentes,
4. Presionar a los miembros clave del área ejecutiva del gobierno, a los ministerios,
partidos políticos, al parlamento, etc., para disponer de un comité de redacción
nombrado oficialmente,
5. Si no se obtiene el respaldo inmediato de estas personas, se debería movilizar y reforzar
a las organizaciones de consumidores, cuidadores y otros grupos de apoyo y organizar
con ellos una campaña de educación y concienciación para destacar la necesidad y la
racionalidad de la legislación sobre salud mental

5.- Alcances
La norma abarca a todas las personas que se encuentran en el territorio nacional. Establece
de este modo un orden público14 de salud mental (LSM, Art. 46). Ello significa que establece
una base, un piso por debajo del cual todas las demás regulaciones (provinciales, locales,
administrativas, etc.) no tendrán validez. Dicho de otro modo: todas las demás disposiciones
en materia de Salud Mental en todo el territorio de la República deben ser igual o más
beneficiosas que la LSM respecto de la protección de derechos.

LSM CAPITULO I: DERECHOS Y GARANTÍAS


Art. 1.- Asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y de los
derechos humanos de aquellas con padecimiento mental.
Art. 2.- Integran la ley:
 Principios de Naciones Unidas para la Protección de los Enfermos Mentales y
para el Mejoramiento de la Atención de Salud Mental, 1991.
 Declaración de Caracas de la Organización Panamericana de la Salud y de la
Organización Mundial de la Salud, para la Restructuración de la Atención
Psiquiátrica dentro de los Sistemas Locales de Salud ",1990
 Principios de Brasilia Rectores para el Desarrollo de la Atención en Salud Mental
en las Américas" 1990, para la planificación de políticas públicas.

13 WHO (2005)
14 Se entiende que una cuestión se llama de orden público cuando responde a un interés general, colectivo, por oposición
a las cuestiones de orden privado, en las que sólo juega un interés particular. Por eso las leyes de orden público son
irrenunciables, imperativas. Por el contrario, las leyes de orden privado son renunciables, permisivas y confieren a los
interesados la posibilidad de apartarse de sus disposiciones y sustituirlas por otras.

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El Decreto Reglamentario de la LSM15 (en adelante: DR), Art. 1º, define como padecimiento
mental
Todo tipo de sufrimiento psíquico de las personas y/o grupos humanos, vinculados a
distintos tipos de crisis previsibles o imprevistas, así como a situaciones más
prolongadas de padecimientos, incluyendo trastornos y/o enfermedades (…)
Como el estándar que plantea la ley es muy exigente, cabe preguntarse acerca de la propia
efectividad de la norma, es decir: mediante cuáles dispositivos institucionales busca
modificar la realidad actual en materia de salud mental. Digamos en general que la LSM
está orientada al reordenamiento del sistema en su conjunto, previendo desde el abordaje
del problema hasta las previsiones presupuestarias, pasando por un conjunto de
instituciones nuevas y algunas interdicciones precisas. Pero no debe descuidarse el hecho
de que, si la LSM no expresa una construcción social colectiva, no dejará de ser un catálogo
de buenas intenciones sin mayores –o mejores- consecuencias prácticas.
En la medida en que la LSM reconoce a los psicólogos el lugar que los pacientes y los
demás trabajadores del sistema de salud mental ya les han otorgado, reclama el
compromiso de este colectivo profesional con el paradigma que la Ley expresa, con el
modelo de construcción de ciudadanía en la que se sustenta y, desde luego, con las nuevas
responsabilidades y exigencias profesionales.

6.- Una definición precisa


Las disposiciones legales parten de la concepción de salud y enfermedad en que se basan.
La definición consta de una formulación positiva (construcción social vinculada a la
concreción de derechos y la consideración de las adicciones como un problema de salud
mental). Contiene además una formulación interdictiva en relación al diagnóstico, el que no
puede basarse exclusivamente en los elementos que se indican (status, pertenencia social,
política, religiosa, cultural; demandas familiares, elección o identidad sexual, antecedentes,
etc.) y que no hace presumir riesgo de daño o incapacidad.
Los siguientes artículos de la ley desarrollan las disposiciones institucionales que esta
definición implica.

LSM CAPITULO II: DEFINICIÓN


Art. 3.- La salud mental es un proceso determinado por componentes históricos,
socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y
mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción
de los derechos humanos y sociales. Se debe partir de la presunción de capacidad
de todas las personas. En ningún caso puede hacerse diagnóstico sobre la base
exclusiva de:
a) Status político, socioeconómico, pertenencia a un grupo cultural, racial o
religioso.
b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con valores
morales, sociales, culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes en
la comunidad donde vive la persona.
c) Elección o identidad sexual.
d) La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización.
Art. 4.- Las adicciones deben abordarse en las políticas públicas de salud mental
Art. 5.- El diagnóstico no hace presumir riesgo de daño o incapacidad

15 Decreto PEN 603/2013, del 28/05/2013.

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La Ley establece un nuevo régimen en base al derecho a la salud mental, modificando los
artículos del Código Civil (CC) que tratan sobre la declaración judicial de inhabilitación e
incapacidad (LSM Arts 42-43). Por un lado, porque los artículos del CC contienen términos
anacrónicos y discriminatorios para referirse a las personas con diferentes padecimientos
psicológicos. Por otro, porque restringen las evaluaciones profesionales al campo de la
medicina, eludiendo la interdisciplinariedad indispensable para una toma de decisión
adecuada en un terreno tan complejo como la restricción de la libertad y autonomía de las
personas. A su vez la redacción del CC todavía vigente desconoce la particularidad de cada
caso y peca de establecer el mismo remedio para situaciones diferentes.
Como ya hemos señalado, las disposiciones de la norma se aplican a todas las áreas de
salud mental, públicas y privadas, independientemente de cualquier dependencia
administrativa, jurisdiccional u organizativa; porque, como ya se ha señalado, se trata de
una ley de orden público. El DR Art 4º entiende por “servicio de salud”
En un sentido no restrictivo, a toda propuesta o alternativa de abordaje tendiente a la
promoción de la salud mental, prevención del padecimiento, intervención temprana,
tratamiento, rehabilitación y/o inclusión social, reducción de daños evitables o
cualquier otro objetivo de apoyo o acompañamiento que se desarrolle en los ámbitos
públicos o privados.

LSM CAPITULO III: ÁMBITO DE APLICACIÓN


Art. 6.- Todos los servicios de salud deben adecuarse a esta ley

La Autoridad de aplicación16 (DR, Art 6º) debe asegurar que todas las obras sociales,
incluyendo las del personal civil, militar y de las fuerzas de seguridad; el PAMI, las entidades
de medicina prepaga y todos los agentes que brinden servicios de salud adecuen su
cobertura a la LSM.

7.- Los Derechos y la Salud Mental


Una extensa normativa que viene siendo aplicada en nuestro país (aunque no siempre la
realidad se vea afectada por tales esfuerzos). Proviene de los tratados internacionales en
materia de Derechos Humanos suscriptos por el país y algunos de los estándares
especializados adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas (Ver
Bibliografía), declaraciones y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y de
la Organización Panamericana de la Salud. También la Corte Suprema de Justicia de la
Nación (CSJN) a través de diferentes fallos ha creado jurisprudencia y promovido criterios
de interpretación normativa. En particular, deben tenerse en cuenta los siguientes
estándares:
 Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con Discapacidad17.
 Principios para la Protección de las Personas con Enfermedades Mentales y el
Mejoramiento de la Salud Mental18 (Principios)
 Normas Uniformes sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con
Discapacidad (Normas Uniformes)

16 La LSM (Art 27) designa como Autoridad de Aplicación a la Dirección Nacional de Salud Mental.
17 Aprobada por Ley 26378.
18 Este documento es considerado como el estándar internacional más completo sobre la protección de derechos de las
personas con padecimientos mentales. Ha sido citado en los fallos de la CSJN y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Víctor Congo c/ Ecuador; Xiemenes Lopes c/ Brasil)

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 Declaración de Caracas (POS / OMS Conferencia Regional para la Reestructuración de


la Atención Psiquiátrica en América Latina)
 Declaración de Montreal sobre la Discapacidad Intelectual.
 La Recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la
Promoción y Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad Mental.
 Reglas de Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad19.
Todo este conjunto normativo considera a la persona humana como un fin en sí mismo,
siendo esta la base de los restantes valores, que siempre tienen respecto de ella un valor
instrumental20. La CSJN ha subrayado el derecho a la preservación de la salud como parte
esencial del derecho a la vida. El Estado debe garantizar este derecho mediante acciones
positivas21. De este modo, el Estado argentino asumió responsabilidades explícitas en
materia de derechos humanos, y debe responder por ellas tanto hacia dentro como hacia
fuera de su jurisdicción.
Garantizar la vigencia de tales compromisos conlleva la obligación de diseñar el aparato de
gobierno y el diseño de sus instituciones para la protección de los derechos humanos.
Los Principios no son un tratado de cumplimiento obligatorio para los Estados. Sin embargo,
permiten una interpretación internacionalmente consensuada en materia de derechos
humanos de personas con padecimiento mental. Este criterio ha sido suscripto por la
Argentina, en la medida en que incorpora tales principios a su ordenamiento normativo
interno mediante la sanción de la LSM.
Los Principios reconocen el derecho de las personas con padecimiento mental a mantener
las decisiones sobre sus propias vidas y, entre ellas, acerca de los tratamientos que decidan
adoptar. De esta forma, la protección sobre la base de la sustitución y la tutela comienza a
ser abandonada definitivamente como modelo de intervención profesional e institucional en
el ámbito de la salud mental.
La segregación social mediante la internación de los pacientes mentales, consecuencia de
la inexistencia práctica de servicios de salud mental de carácter comunitario, se cristalizó en
una discriminación intolerable de las personas con discapacidad y también contra todas
aquellas signadas por un inadecuado diagnóstico psiquiátrico. Esta práctica es contraria a
toda la normativa internacional en la materia, y es ahora ilegal a partir de la sanción de la
LSM.

DERECHOS DE LAS PERSONAS


LSM CAPITULO IV:
CON PADECIMIENTO MENTAL
Art. 7.-  Atención sanitaria y social integral y humanizada
 Conocer y preservar su identidad, genealogía, grupos e historia
 Atención basada en fundamentos científicos con principios éticos
 Tratamiento más conveniente, menos restrictivo, integrador
 Ser acompañado por familiares y referentes afectivos durante el tratamiento
 Recibir o rechazar asistencia espiritual
 Acceso a sus antecedentes familiares, fichas e historia clínica
 Supervisión de las condiciones de internación

19 Aprobadas por la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana. Brasilia 4/03/2008. Estas 100 Reglas imponen a los Poderes
Judiciales e deber insoslayable de intervenir en situaciones de vulnerabilidad de las personas. Constituyen nuevas formas
de subjetividad a partir de poner de relieve los efectos de la marginalidad, la discriminación y la fragmentación sobre la
vida de las personas.
20 Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), Fallos, 316:479
21 CSJN, Fallos, 321:1684

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 No ser identificado ni discriminado por su padecimiento


 Informado acerca de sus derechos, condiciones y alternativas de tratamiento
 Tomar decisiones respecto de su atención y tratamiento
 Intimidad, vida privada y derecho de comunicación
 Consentimiento fehaciente de investigación y tratamientos experimentales
 El padecimiento mental no debe ser considerado inmodificable
 No ser sometido a trabajos forzados
 Trabajo remunerado

El DR Art 7º c.-, ordena a la Autoridad de Aplicación determinar cuáles son las prácticas que
se encuentran basadas en fundamentos científicos ajustados a principios éticos. Todas
aquellas que no se encuentren previstas estarán prohibidas.
Todo paciente, o su representante legal, puede disponer directivas anticipadas sobre su
salud mental, consintiendo o rechazando determinados tratamientos y decisiones relativas a
su salud, que deben ser respetadas por el equipo interdisciplinario, a excepción de aquellas
que constituyen riesgo para sí o para terceros (DR, Art 7º k.-)
La información sanitaria sobre el paciente sólo puede ser brindada a terceras personas con
su consentimiento fehaciente (o el de su representante legal) La exposición con fines
académicos requiere el consentimiento previo del paciente, su representante legal y el
equipo interdisciplinario interviniente. En todos los casos debe reservarse la identidad del
paciente (DR Art 7º l.-).
Por consentimiento fehaciente debe entenderse la declaración de voluntad suficiente
efectuada por el paciente (o su representante legal) emitida luego de recibir información
clara, precisa y adecuada respecto a su salud, el procedimiento propuesto, los objetivos
perseguidos, beneficios esperados y efectos adversos previsibles, alternativas posibles y
eventuales riesgos, beneficios y perjuicios- El consentimiento deberá brindarse ante el
organismo público que la autoridad de aplicación determine, fuera del contexto de
internación involuntaria (DR Art 7º m.-)
8.- El rol del poder judicial
Al Poder Judicial le compete establecer el control de convencionalidad22 y el control de
constitucionalidad en cada caso particular, de todas las normas aplicables. La seguridad
jurídica debe ser garantizada en primer término por el Estado, lo que supone el
funcionamiento adecuado del conjunto del ordenamiento jurídico del país. El Estado tiene la
carga constitucional de dar respuestas satisfactorias a una serie de necesidades básicas y
elementales23.
Los jueces son, de acuerdo al nuevo orden normativo, los monitores y revisores de la
legalidad de los procedimientos, aunque en algunos casos excepcionales pueden mantener
la internación aún en oposición al criterio del equipo interdisciplinario. Para ello deben contar
con un estudio o pericia que avale esa decisión, la que no puede fundarse sólo en el criterio
dogmático del juez. Si no fuera avalada con el estudio requerido, la sentencia dictada será
un acto nulo y el juez se hace pasible de una denuncia al Consejo de la Magistratura por
parte del Órgano de Revisión (LSM Art 40, Inc. g).
En las internaciones dispuestas judicialmente como en aquellas indicadas por el equipo
interdisciplinario en contra de la voluntad de la persona; las externaciones, salidas a prueba
o permisos de salidas deben ser comunicadas al tribunal competente una vez resueltas, ya
que es el único autorizado para el control de la medida.

22 Es decir, que las medidas adoptadas sobre las personas con padecimientos mentales se encuentren en consonancia con
los Tratados y Convenciones que el país ha suscripto en la materia.
23 Cayuso, S. (2009), p. 316.

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Al menos cada 30 días el equipo debe remitir un informe al tribunal sobre la situación y
evolución de la persona internada involuntariamente. A los 90 días la norma exige al juez
obtener la opinión del órgano de revisión. Si éste se expide en contra, la internación debe
cesar (LSM Art 24).

9.- Interdisciplinariedad
El abordaje interdisciplinario es la consecuencia lógica del concepto de salud mental
adoptado por la norma, en la medida en que la considera un proceso determinado por
componentes de diferentes clases; y su preservación, una construcción social dentro de un
marco garantizador de los derechos básicos. De este modo la ley extiende la
responsabilidad del tratamiento a todos los integrantes del equipo y ubica al Estado
(poderes ejecutivo y judicial) como el principal garante a través de acciones específicas,
políticas públicas y previsiones presupuestarias (LSM Art. 32).
El equipo interdisciplinario debe estar integrado por profesionales, técnicos y trabajadores
capacitados y acreditados por autoridad competente, y la atención debe realizarse de
acuerdo a los principios de la atención primaria de salud (LSM Art. 9). Esto es, fuera del
ámbito de la internación (salvo en los casos en que resulte estrictamente necesario, por el
menor tiempo posible (LSM Art. 14)

LSM CAPITULO V : MODALIDAD DE ABORDAJE


Art. 8.- Equipo interdisciplinario: psicología, psiquiatría, trabajo social, enfermería, terapia
ocupacional, y otras
Art. 9.- Preferentemente fuera del ámbito hospitalario. Promoción de lazos sociales
Art. 10.- Consentimiento informado
Art. 11.- Coordinación con las áreas de educación, desarrollo social, trabajo, y otras
Art. 12.- La medicación sólo puede administrarse con fines terapéuticos, después de las
evaluaciones profesionales y en el marco de abordajes interdisciplinarios

La prescripción de medicamentos sólo se admite con fines terapéuticos (LSM Art. 12) en el
marco del trabajo interdisciplinario. Vale decir, no puede medicarse como castigo, porque
convenga a otros o como sustitución del acompañamiento terapéutico.
El abordaje interdisciplinario previsto por la LSM enfatiza el rol de la familia y la comunidad.
El enfoque interdisciplinario se encuentra en la cima de los abordajes profesionales en
cualquier área, y su profundización en el campo de la salud mental exige de todos los
profesionales involucrados el desarrollo de las necesarias competencias desde el marco
específico de sus propias habilidades y diversidad de incumbencias. El equipo se integra en
condiciones de igualdad de todos sus miembros, sin otra jerarquía que la que deviene de la
gestión institucional. Los cargos de conducción pueden ser ocupados por cualquiera de las
profesiones en condiciones de integrar el equipo, sin otra condición que la idoneidad para el
cargo y la capacidad para integrar saberes. El primer desafío de tales equipos es, en
consecuencia, constituirse como tales, superando los procesos de rivalidades o
descalificaciones en que tantas veces se anegan los esfuerzos técnicos.
Desde luego, este esquema de abordaje termina con la hegemonía médico-psiquiátrica
postulando un enfoque integrado e integral de la problemática.
LSM CAPITULO VI : DEL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO
Art. 13.- Los profesionales podrán ocupar los cargos de conducción y gestión de los servicios y
las instituciones:
 Idoneidad para el cargo y capacidad para integrar los saberes.
 Derecho a la capacitación permanente y salud integral

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Los integrantes del equipo interdisciplinario asumen las responsabilidades que derivan de
sus propias incumbencias profesionales en el marco del trabajo en conjunto (DR Art 8º).
Debe entenderse que no sólo la prescripción de medicamentos sino de cualquier otra
medida terapéutica, indicada por cualquiera de los profesionales del equipo interdisciplinario,
debe cumplir con los recaudos establecidos en el Art. 12 LSM. (DR Art. 12º).

10.- Los psicólogos en el equipo interdisciplinario


El aporte al equipo interdisciplinario24 debe hacerse desde una perspectiva epistemológica y
práctica propia, para que el equipo aumente las potencialidades de sus integrantes en la
medida en que incrementa su propia eficacia. Es decir, todos los profesionales deben
conocer razonablemente bien su campo de acción para realizar un aporte efectivo al equipo.
Desarrollamos este tema en la Ficha de cátedra relativa a la actuación profesional del
psicólogo.

11.- El consentimiento informado


Como una expresión concreta de los derechos de los usuarios, la Ley establece el
consentimiento informado como un requisito exigible: Debe contarse siempre con el
consentimiento informado de parte del paciente (LSM Art.10). Esto significa que el usuario
conoce las opciones con las que cuenta, las consecuencias del tratamiento que elige y, en el
fondo, que ha participado activamente en la decisión acerca de afrontarlo. (Ver Pto. 13.-).
El consentimiento informado se requiere para cualquier tratamiento y desde luego, para la
internación. Si no puede prestarlo el usuario, debe hacerlo su representante legal. Se prevén
acciones legales para el consentimiento obtenido o mantenido con dolo (LSM Art 19)

12.- La Libertad es Terapéutica


“Nosotros, en cambio, queremos cerrar el manicomio porque pisotea los derechos humanos del ciudadano y
pedimos crear una red asistencial nueva, una red que esté cercana a las necesidades de la persona que está
mal, una red que esté cerca de la casa del que está mal. La posibilidad de tener, en el lugar donde vivo, alguien
que me ayude, no un médico con la lógica del médico, no un médico que utilice fármacos para tratar mi
problema, no un médico que se aproveche de mí, sino una persona que responda a mis necesidades, que
prevenga mi enfermedad, que me mantenga en estado saludable: eso pretendo de un Estado que se dice
democrático. Entonces, diría que la alternativa es la de crear, a cargo del Estado, una red asistencial que
25
responda a estas necesidades”

En tanto se trata de la afectación de un derecho esencial de las personas (su libertad


ambulatoria) la internación es considerada como un recurso terapéutico excepcional, breve,
transitorio y de última ratio, que debe realizarse en servicios específicos de hospitales
generales. Es definido como un recurso de carácter restrictivo. La Ley impone la promoción
y mantenimiento de los vínculos personales y el contacto con el entorno familiar, comunitario
y laboral, con excepciones debidamente fundamentadas en razones terapéuticas por el
equipo interdisciplinario (LSM Art. 14)
La internación involuntaria y forzosa se justifica en la existencia de un “riesgo grave, cierto e
inminente”, en las condiciones de excepcionalidad, brevedad y transitoriedad que se han
señalado. Así, la Ley avanza en un modelo sumamente restrictivo respecto de la internación,
como un esfuerzo de superación del modelo tutelar. Este último modelo devino un gran
facilitador de internaciones innecesarias en oportunidad y en extensión.

24 El Articulo 12º Inc. de la Ley 448 (CABA) también incide sobre la actuación profesional del psicólogo en el marco de un
equipo interdisciplinario y un sistema que no gira –teóricamente, al menos- alrededor del hospital psiquiátrico.
25 Basaglia F. (1979)

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La indicación de internación debe hacerse con la firma de dos profesionales, uno de los
cuales deberá ser psicólogo o psiquiatra (LSM Art. 16). En contra de las críticas que cierto
sector de la psiquiatría ha formulado en torno a este asunto, cabe señalar que la Ley del
Ejercicio profesional de la Psicología (LEP)26, establece que los psicólogos están obligados
“a aconsejar la internación en establecimiento público o privado de aquellas personas que
atiendan y que por los trastornos de su conducta signifiquen peligro para sí o para terceros,
así como su posterior externación”.

LSM CAPITULO VII : INTERNACIONES


Art. 14.-  Recurso terapéutico de carácter restrictivo:
 sólo puede aplicarse cuando sea mejor que cualquier otro abordaje
 promoción de vínculos y contactos. Las excepciones deben fundarse
Art. 15.- Lo más breve posible. Registro diario en la HC.
Art. 16.- Disposición de internación, en la 48 hs:
 Evaluación, diagnóstico interdisciplinario integral y motivos, firmado por dos
profesionales, uno de los cuales debe ser psicólogo o psiquiatra
 Búsqueda de datos de identidad y entorno familiar
 Consentimiento informado (persona o representante legal)
Art. 17.- La institución que interna debe realizar las averiguaciones
Art. 18.- La persona internada bajo su consentimiento:
 puede decidir el abandono en cualquier momento
 revisión a los 60 días
Art. 19.- El consentimiento obtenido o mantenido con dolo motivan acciones penales y civiles
Art. 20.- Internación involuntaria: cuando medie situación de riesgo cierto e inminente para sí
mismo o terceros. Además de los otros requisitos:
 Dictamen profesional determinando la situación de riesgo firmado por dos
profesionales (uno psicólogo o psiquiatra)
 Ausencia de otra alternativa
 Informe acerca de instancias previas
Art. 21.- Notificación al juez antes de las 10 horas. El juez en un plazo de 3 días:
 Autorizar
 Requerir informes ampliatorios,
 Denegar. (Sólo puede ordenar si el servicio se niega a realizarla)
Art. 22.- Internación involuntaria: Derecho a tener un defensor
Art. 23.- El alta, permisos o externación no requieren autorización del juez, son parte del
tratamiento
Excepción del Art 34 CP
Art. 24.- Internación involuntaria: Informes al juez cada 30 días. A los 90, Designación de un
equipo de evaluación independiente. En caso de diferencia de criterio, optará por el
menos restrictivo
Art. 25.- A los 7 días de internación el juez dará parte al órgano de revisión
Art. 26.- Menores e incapaces: de acuerdo a la normativa nacional e internacional
Art. 27.- Prohibición de la creación de nuevas instituciones de internación monovalentes
Art. 28.- Las internaciones en salud mental deben hacerse en hospitales generales (su
rechazo será considerado discriminatorio, ley 23592)
Art. 29.- Los profesionales deben informar sobre cualquier sospecha de trato indigno al juez y
al órgano de revisión (no basta la sola comunicación a la autoridad administrativa)

La internación no puede indicarse en razón de la peligrosidad para sí mismo o para terceros,


para eso la Ley modifica los artículos correspondientes del Código Civil. Las internaciones

26 Ley 23.277 Art.8, Inc. 1

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involuntarias requieren una evaluación interdisciplinaria. Es insuficiente la única indicación
del médico psiquiatra o legista, tanto para las internaciones como para los juicios de insania
o inhabilitación27
El rechazo de la internación o atención de pacientes mentales por parte de los hospitales
generales será considerado un acto discriminatorio en términos de la Ley 23.59228.
Las normas de internación y tratamiento deben promover el mantenimiento de los vínculos
personales del paciente. En consecuencia, las restricciones deben ser excepcionales,
fundadas por el equipo interdisciplinario e informadas al juez competente. Debe asegurarse
el acompañamiento de otras personas teniendo en cuenta la voluntad del interesado, para lo
cual podrá contarse con referentes comunitarios. Las restricciones pueden ser revisadas
judicialmente, nunca alcanzan al abogado defensor (DR Art 14º)
El Diagnostico interdisciplinario e integral consiste en la descripción de las
características relevantes de la situación particular de la persona y de las probables
causas de su padecimiento o sintomatología, a partir de una evaluación que articule
las perspectivas de las diferentes disciplinas que intervienen. En aquellos casos en
que corresponda incluir la referencia a criterios clasificatorios de trastornos o
enfermedades, la Autoridad de Aplicación establecerá las recomendaciones
necesarias para el empleo de estándares avalados por organismos especializados
del Estado Nacional, o bien por organismos regionales o internacionales que la
República Argentina integre como miembro (DR Art 16º a.-)
Las externaciones deben ser facilitadas mediante la promoción de servicios de inclusión
social y laboral, atención domiciliaria supervisada, apoyo a grupos familiares y comunitarios,
casas de convivencia, hospitales de día, cooperativas de trabajo, centros de capacitación y
familias sustitutas. Sólo puede limitarse el egreso de la persona por su propia voluntad si
existiese una situación de riesgo cierto e inminente (DR Art 18º).
Entiéndase por riesgo cierto e inminente a aquella contingencia o proximidad de un
daño que ya es conocido como verdadero, seguro e indubitable que amenace o
cause perjuicio a la vida o integridad física de la persona o de terceros.
Ello deberá ser verificado por medio de una evaluación actual, realizada por el
equipo interdisciplinario, cuyo fundamento no deberá reducirse exclusivamente a una
caracterización diagnóstica. No se incluyen los riesgos derivados de actitudes o
conductas que no estén condicionadas por un padecimiento mental (DR Art 20º)
Si la internación se prolongara por razones asistenciales, el juez debe ordenar al órgano
administrativo correspondiente (por ejemplo, al Ministerio de Desarrollo Social) la inclusión
en programas adecuados para lograr la externación a la mayor brevedad posible,
comunicando esta situación al Órgano de Revisión (LSM Art 38).
Se prohíbe la construcción de nuevos manicomios, hospitales neuropsiquiátricos o
monovalentes, públicos o privados. Los ya existentes deben, desde luego, adecuarse a lo
principios de la presente ley, hasta su sustitución definitiva por dispositivos alternativos (LSM
Art 27).
La Autoridad de Aplicación en conjunto con los responsables de las jurisdicciones
(…) deberán desarrollar para cada uno de ellos proyectos de adecuación y

27 En consecuencia, deben considerarse implícitamente derogados los Artículos 624, 625 y 631 por el Artículo 152 ter del
Código Civil, establecido por la LSM
28 Que dice en su Art. 1.- Quien arbitrariamente impida, obstruya, restrinja de algún modo menoscabe el pleno ejercicio
sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional, será
obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización y a reparar el daño
moral y material ocasionados. A los efectos del presente artículo se considerarán particularmente los actos u omisiones
discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial,
sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos.

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sustitución por dispositivos comunitarios con plazos y metas establecidas. La
sustitución definitiva deberá cumplir el plazo del año 202029, de acuerdo con el
CONSENSO DE PANAMA (…) del 8 de octubre de 2010. La presentación de tales
proyectos y el cumplimiento efectivo de las metas en los plazos establecidos será
requisito indispensable para acceder a la asistencia técnica y financiera que la
Autoridad de Aplicación nacional disponga. (…). La adaptación prevista deberá
contemplar la desconcentración gradual de los recursos materiales, humanos, de
insumos y de fármacos, hasta la redistribución total de los mismos en la red de
servicios con base en la comunidad. La implementación de este lineamiento no irá en
detrimento de las personas internadas, las cuales deberán recibir una atención
acorde a los máximos estándares éticos, técnicos y humanitarios en salud mental
vigentes. (DR Art 27).

13.- Principio de la Dignidad del Riesgo


El respeto a la libertad de las personas, considerándolas en su dignidad y autonomía, debe
ser pensada tanto una garantía constitucional como un imperativo ético de los profesionales
de la salud. Además, la condición misma de la curación de su padecimiento.
Debemos avanzar hacia el establecimiento de “sólidos modelos alternativos para una
respuesta social a las personas que vivencian la locura, problemas de salud mental y
trauma. Estos modelos hacen hincapié en la experiencia en primera persona, honrando
pensamientos y sentimientos, cumpliendo sus necesidades prácticas, tomando el tiempo
suficiente para la solución o curación y creyendo en la capacidad de cada persona de
transformar su vida”30
La situación de vulnerabilidad en la que se encuentra una persona afectada seriamente por
un trastorno mental disminuye gravemente su confianza en sí mismo. Los procesos sociales
que indicamos bajo el nombre de estigmatización, y que cristalizan en macro instituciones
insertas en la organización del Estado, refuerzan de un modo incalculable esa disminución,
empujando a los sujetos a una situación de desvalimiento e infantilización. El sujeto se
comporta como se espera que lo haga, ocupando un lugar preestablecido en su entorno
familiar primero, y en su contexto comunitario después, y finalmente en una institución
donde los vínculos personales prácticamente en su totalidad califican como “síntoma” o
“crisis” el menor intento de afirmar la propia subjetividad o de restituir su vínculo con los
otros. Disminuido en sus posibilidades de relación con los otros, provoca de los otros las
actitudes, sentimientos y ambivalencia que suscita el desvalimiento31.
A pesar de todas las dificultades personales, o mejor, precisamente por ellas, el abordaje de
la enfermedad mental requiere partir de la base de la dignidad de la persona expresada a
través de su autonomía: su capacidad de elegir y de conducirse.
Es por ello que el usuario de los servicios de salud mental puede ser considerado un nuevo
sujeto social32: el usuario de los servicios de salud mental. Si bien este sustantivo remite aún
a una cierta red de significaciones en boga durante la década de los noventas, ligada a la
hegemonía del mercado y a la terminología impuesta por los organismos multilaterales de
crédito; la verdad es que es muy difícil reemplazarlo por otro, si lo que se busca es subrayar
una posición de dignidad y autonomía que la palabra paciente no recupera con la convicción

29 La negrita es nuestra.
30 Documento acerca de la posición sobre las implicancias de la CDPD. Declaración de la Red Mundial de Usuarios y
sobrevivientes de la Psiquiatría 2011. Puede consultarse temas conexos en
asambleadeusuariosdesaludmental.blogspot.com; www.adesam.org.ar/
31 Basz, E. (2011).
32 Basz, E. Op. Cit.

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necesaria33. Lo que se busca subrayar es otra relación entre el profesional y el enfermo
mental, en donde este último amplíe tanto como sea posible su capacidad de acceder a la
información que le atañe. Así, el usuario está en condiciones de elegir su terapia y co-
elaborar su diagnóstico. ¿Conspira esta pretensión contra las posibilidades terapéuticas de
los profesionales?
Es claro que el usuario desacraliza la posición del profesional. Puede ser que haya quienes
supongan que de este modo se pierde un cierto potencial de sugestión útil en la conducción
de los tratamientos. Nada hay, en la teoría o en la práctica, que haga suponer que ese es un
elemento importante en la relación terapéutica. O, en todo caso, que no pueda ser sustituido
con ventajas por otro tipo de relación menos asimétrica, más apegada a las posibilidades –y
los límites- del saber científico. La resistencia parece provenir de la percepción de una cierta
pérdida en el orden del statu quo. Si este fuera el caso, se trataría de una resistencia
perfectamente fundada, porque el cambio normativo proviene de un intenso movimiento de
ampliación de los derechos de ciudadanía, especialmente para quienes se encuentran en
situaciones más vulnerables. Debe admitirse honestamente que los fundamentos de la
resistencia no se encuentran en razones profesionales, sino en una concepción de las
relaciones sociales ancladas en el orden establecido (ver Pto. 3).
“La consecuencia es que el usuario puede intervenir en la elaboración de su diagnóstico, así
como en la elección de terapias, y suscribir un pacto cuasi-igualitario con su psicólogo o
psiquiatra para recorrer el camino que lo llevará a la salud mental. Los profesionales de la
salud también ganan porque en este cambio de su práctica profesional se pone el énfasis en
la pericia técnico-científica. La dignidad del riesgo supone también una redefinición de los
derechos humanos, tanto con respecto a la diversidad como en el acceso a los recursos
materiales necesarios para el desarrollo de los propios talentos”34

LSM CAPITULO VIII: DERIVACIONES


Art. 30.- Las derivaciones para tratamientos ambulatorios o de internación fuera del ámbito
comunitario de la persona sólo corresponden si hay mayor apoyo y contención
social.

14.- El rol del poder judicial


Al Poder Judicial le compete establecer el control de convencionalidad y el de constitucio-
nalidad en cada caso particular, de todas las normas aplicables. La seguridad jurídica debe
ser garantizada en primer término por el Estado. Lo que supone el funcionamiento adecuado
del conjunto del ordenamiento jurídico del país. El Estado tiene la carga constitucional de
dar respuestas satisfactorias a una serie de necesidades básicas y elementales35.
Los jueces son, de acuerdo al nuevo orden normativo, los monitores y revisores de la
legalidad de los procedimientos, pero pueden mantener la internación aún en oposición al
criterio del equipo interdisciplinario. Para ello deben contar con un estudio o pericia que
avale esa decisión, que no puede fundarse sólo en el criterio dogmático del juez. Si no fuera
así, la sentencia dictada será un acto nulo y el juez será pasible de una denuncia al Consejo
de la Magistratura por parte del órgano de revisión.
En los casos de internaciones dispuestas judicialmente y en las indicadas por el equipo
interdisciplinario en contra de la voluntad de la persona; como también las externaciones,

33 Los psicoanalistas indicaron hace ya mucho tiempo en este carácter pasivo –signado por la paciencia- que conlleva el
significante paciente, y propusieron la noción de analizante o analizando, que sugiere claramente una posición distinta del
sujeto en la dirección de la cura.
34 Basz, E. Op. Cit.
35 Cayuso, S. (2009), p. 316.

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salidas a prueba o permisos de salidas; deben ser comunicadas al tribunal competente una
vez resueltas, ya que es el único autorizado para el control de la medida.
Al menos cada 30 días el equipo debe remitir al tribunal un informe sobre la situación y
evolución de la persona internada involuntariamente. A los 90 días la norma exige al juez
obtener la opinión del Órgano de Revisión. Si éste se expidiera en contra, la internación
deberá cesar.

15.- La Autoridad de Aplicación


Es el ministerio de Salud de la Nación, el cual debe designar un área específica para
desarrollar un Plan Nacional de Salud Mental. Se entiende que en la estructura actual del
Ministerio esa designación debe recaer en la Dirección Nacional de Salud Mental y
Adicciones.
La Autoridad de Aplicación debe formular recomendaciones a las universidades públicas y
privadas, para que la formación de los profesionales acompañe el cumplimiento y realización
de la presente ley. Debe además promover espacios de capacitación y actualización de
técnicos y profesionales. Debe poner en marcha –en los primeros 6 meses y luego cada dos
años- un censo36 de personas internadas con trastornos mentales en instituciones públicas y
privadas, explicitando datos personales, sexo, tiempo de internación, existencia o no de
consentimiento informado, situación familiar, judicial y social.
(Hasta el momento se cuenta con datos preliminares según los cuales, en la Argentina
existen 54 instituciones con internamiento crónico: 1 colonia nacional; 11 colonias y 42
hospitales psiquiátricos provinciales. La cantidad de personas internadas en instituciones
públicas estatales es de alrededor de 21.000 (14.000 en colonias y 7.000 en hospitales
psiquiátricos)37
El Ministerio de Salud, en coordinación con los ministerios de educación, Desarrollo Social y
Trabajo, Empleo y Seguridad Social; debe desarrollar planes de prevención en salud mental
y planes específicos de inserción socio-laboral. En consulta con la Secretaría de Derechos
Humanos de la Nación, debe promover estándares de habilitación y supervisión periódica de
los servicios públicos y privados de salud mental.

LSM CAPITULO IX: AUTORIDAD DE APLICACIÓN


Art. 31.- El ministerio de salud de la nación, debe poner en marcha un plan nacional de salud
mental
Art. 32.- En 3 años el presupuesto debe alcanzar el 10% del presupuesto de salud
Art. 33.- Recomendaciones a las universidades públicas y privadas para la formación de
profesionales, y promoción de la capacitación.
Art. 34.- Promover, en consulta con la Secretaría de Derechos Humanos, el desarrollo de
estándares de habilitación y supervisión de los servicios
Art. 35.- Dentro de los 180 días de la sanción, censo nacional de personas internadas, y
reiterarse cada dos años.
Art. 36.- Coordinación con los ministerios de educación, desarrollo social, trabajo y seguridad
social para desarrollar planes de prevención y participación comunitaria
Art. 37.- Promover la adecuada cobertura en salud mental en las obras sociales

36Al momento de la redacción del presente artículo tal censo no se ha realizado, o por lo menos no han sido publicados sus
resultados (www.deis.gov.ar)
37 CELS–MDRI (2009) Un Informe producto de una investigación llevada a cabo en nuestro país durante los años 2004-
2007, denuncia situaciones de negligencia, abuso y privación de libertad de personas por causa de su padecimiento
mental.

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El Artículo 37 ordena a la autoridad de aplicación la adecuación de la cobertura de salud
mental en las obras sociales a los lineamientos establecidos en la presente ley, en
coordinación con la Superintendencia de Servicios de Salud.

16.- Órgano de Revisión


La LSM establece la intervención del Ministerio Público de la Defensa respecto de las
personas internadas, para garantizar el ejercicio de su autonomía y el derecho a defensa. La
persona internada -o su representante legal- tiene derecho a nombrar un abogado. Si no lo
hiciera, el Estado deberá proporcionarle uno. El profesional designado podrá oponerse a la
internación o pedir la externación, y controlar las actuaciones en cualquier momento.
LSM CAPITULO X : ÓRGANO DE REVISION
Art. 38.- En el Ministerio Público de la Defensa, con el objeto de proteger los derechos
humanos de los usuarios de los servicios de salud mental.
Art. 39.- Multidisciplinario, integrado por representantes del ministerio de salud, secretaría de
derechos humanos, el ministerio público de la defensa asociaciones de usuarios y
familiares, de profesionales y trabajadores o ONGs de derechos humanos
Art. 40.- Funciones del órgano de revisión:
 Requerir información de las instituciones sobre los tratamientos
 Supervisar las condiciones de internación
 Evaluar las internaciones involuntarias debidamente justificadas
 Controlar las derivaciones fuera del ámbito comunitario
 Informar a la autoridad de aplicación de las evaluaciones realizadas.
 Requerir la intervención judicial frente a situaciones irregulares
 Presentación ante el consejo de la Magistratura por incumplimiento de los jueces
 Realizar recomendaciones a la autoridad de aplicación
 Realizar propuestas de modificación a la legislación en salud mental
 Colaborar en la creación de Órganos de revisión en las jurisdicciones
 Controlar el cumplimiento de la presente ley
 Velar por los derechos de las personas con declaración de inhabilidad

17.- Inversión presupuestaria


La norma prevé por lo menos una doble inversión, financiera y en recursos humanos.
Resulta necesario asignar mayores recursos presupuestarios a infraestructura y servicios, y
también en la preparación y el cuidado de los técnicos y profesionales que operan en el
campo; en el marco de políticas, planes e iniciativas de promoción y recuperación de la
salud mental.
En forma progresiva a partir de la LSM, en un plazo de tres años el Poder Ejecutivo debe
incluir en los presupuestos el destinado a la salud mental, hasta alcanzar al menos un 10%
del total del presupuesto de salud
LSM CAPITULO XI : CONVENIOS DE COOPERACIÓN CON LAS PROVINCIAS
Art. 41.- Incluirán:
 Cooperación técnica, económica y financiera
 Programas de capacitación permanente, con las universidades
 Asesoramiento en la creación de áreas específicas

18.- El problema de la capacidad jurídica


Se entiende por capacidad jurídica la aptitud de una persona de ser titular de derechos y la
posibilidad concreta de ejercer esos derechos. El reconocimiento de esta capacidad habilita

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legalmente a los ciudadanos a celebrar acuerdos con otros y a hacer efectivas sus
decisiones en todas las áreas de su vida, por las que se asume jurídicamente responsable.
El modelo de abordaje de la discapacidad contenido en la Ley establece que las personas
con discapacidad deben ser consideradas sujetos de derechos, con una dignidad y valor
idénticos a los demás. Y sobre todo, el Estado debe reconocerlas en su doble carácter de
titulares de derechos y su capacidad de ejercerlos por sí mismas38. Así, se torna inaceptable
la privación, a cualquier persona con discapacidad, de su posibilidad de elegir y actuar.
Las Reglas de Brasilia39 entienden por discapacidad “la deficiencia física, mental o sensorial,
ya sea de naturaleza permanente o temporal, que limita la capacidad de ejercer una o más
actividades esenciales de la vida diaria, que puede ser causada o agravada por el entorno
económico y social; y que los Estados deben procurar establecer las condiciones necesarias
para garantizar la accesibilidad de las personas con discapacidad al sistema de justicia,
incluyendo aquellas medidas conducentes a utilizar todos los servicios judiciales requeridos
y disponer de todos los recursos que garanticen su seguridad, movilidad, comodidad,
comprensión, privacidad y comunicación”.
El paradigma vigente en el CC, tutelar y asistencialista, sostiene la clásica dicotomía entre la
capacidad de derecho (o capacidad de goce) y la capacidad de hecho (o capacidad de
ejercicio). Esta distinción permitió reconocer la primera cercenando la segunda,
“protegiendo” de este modo a las personas con discapacidad de los “peligros de vivir en
sociedad”.
Ahora bien: La privación de la capacidad jurídica para actuar lesiona el principio de igualdad
jurídica, al mismo tiempo que arrasa con la posibilidad de ejercer otros derechos básicos
(votar, casarse, consentir tratamientos, ejercer la patria potestad sobre los hijos, adoptar,
negarse a ser internado, entre otras). Ello es consecuencia de una primacía típicamente
positivista de la mirada médica ínsita en el CC. Se sostiene en una noción biológico-jurídica
para determinar la incapacidad. Esta idea médica que sustentaba el ordenamiento legal
suponía que la persona, en determinadas circunstancias, no se encontraba en condiciones
de elegir, y el Estado entonces debía velar por sus intereses. El CC especifica así la
incapacidad (total o parcial) por demencia, o disminución de facultades o para aquellas
personas que no tengan aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes, o de las
que se estime que del ejercicio de su plena capacidad pueda resultar presumiblemente un
daño a su persona o patrimonio (Arts. 141 y 152 bis CC). También se incapacita a los
sordomudos cuando éstos no puedan darse a entender por escrito (Art. 153 CC).
Hasta la sanción de la LSM, el diseño normativo se basaba en el modelo tutelar de
incapacidad, transformado a las personas con discapacidad en objetos de protección,
reduciéndola a un estado de pasividad en cuanto a su relación con la sociedad.

LSM CAPITULO XII : DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS


Art.42.- Incorpórase como art. 152 ter del Código Civil: "Las declaraciones judiciales de
inhabilitación o incapacidad deberán fundarse en un examen de facultativos
conformado por evaluaciones interdisciplinarias. No podrán extenderse por más de
tres años y deberán especificar las funciones y actos que se limitan, procurando que
la afectación de la autonomía personal sea la menor posible".
Art. 43.- Sustituyese el art. 482 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente
manera: "No podrá ser privado de su libertad personal el declarado incapaz por
causa de enfermedad mental o adicciones, salvo en los casos de riesgo cierto e
inminente para si o para terceros, quien deberá ser debidamente evaluado por un

38 Laufer Cabrera, M. (2010), pp. 13-27.


39 Capítulo I, Sección 2ª, Num. 7 y 8.

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equipo interdisciplinario del servicio asistencial con posterior aprobación y control


judicial. Las autoridades públicas deberán disponer el traslado a un establecimiento
de salud para su evaluación a las personas que por padecer enfermedades mentales
o adicciones se encuentren en riesgo cierto e inminente para si o para terceros. A
pedido de las personas enumeradas en el artículo 144 el juez podrá previa
información sumaria, disponer la evaluación de un equipo interdisciplinario de salud
para las personas que se encuentren afectadas de enfermedades mentales y
adicciones, que requieran asistencia en establecimientos adecuados aunque no
justifiquen la declaración de incapacidad o inhabilidad.
Art. 44.- Derógase la Ley 22914
Art. 45.- La presente ley es de orden público.
Art. 46.- Comuníquese al Poder Ejecutivo

El enfoque de derechos que impulsa la LSM, en consonancia con los instrumentos


internacionales de derechos, reconoce especialmente la capacidad de actuar, sin la cual el
reconocimiento de la “capacidad de derecho” es una mera entelequia. La capacidad de
actuar implica la posibilidad de realizar actos regulados jurídicamente para hacer efectivas
las decisiones que toma una persona. Es tanto un derecho en sí mismo como una garantía
que permite el ejercicio de todos los demás derechos por voluntad propia.
Este modo de entender la capacidad jurídica consiste en un reconocimiento práctico y
efectivo de la dignidad y la autonomía de cada ciudadano. Dignidad, se refiere al valor
inherente de cada persona, mediante el respeto de sus experiencias y opiniones. Autonomía
supone estar a cargo de su propia vida contar con la libertad suficiente como para tomar
decisiones.
La Convención Internacional sobre los Derechos de las personas con Discapacidad prevé
en su Artículo 1240 que algunas personas con discapacidad pueden necesitar ayuda para
ejercer plenamente su autonomía, y por esa razón el Estado debe ofrecer apoyo a esas
personas y establecer salvaguardias contra el potencial abuso de ese apoyo. La toma de
decisiones con apoyo es uno de los elementos centrales en el abordaje técnico y legal de la
discapacidad.
En este orden de ideas, el Anteproyecto de Código Civil y Comercial (CCC)41 considera
como básicas las siguientes premisas42:

40 Art. 12: Igual reconocimiento como persona ante la ley: 1. Los Estados Partes reafirman que las personas con
discapacidad tienen derecho en todas partes al reconocimiento de su personalidad jurídica. 2. Los Estados Partes
reconocerán que las personas con discapacidad tienen capacidad jurídica en igualdad de condiciones con las demás en
todos los aspectos de la vida. 3. Los Estados Partes adoptarán las medidas pertinentes para proporcionar acceso a las
personas con discapacidad al apoyo que puedan necesitar en el ejercicio de su capacidad jurídica: 4. Los Estados Partes
asegurarán que en todas las medidas relativas al ejercicio de la capacidad jurídica se proporcionen salvaguardias
adecuadas y efectivas para impedir los abusos de conformidad con el derecho internacional en materia de derechos
humanos. Esas salvaguardias asegurarán que las medidas relativas al ejercicio de la capacidad jurídica respeten los
derechos, la voluntad y las preferencias de la persona, que no haya conflicto de intereses ni influencia indebida, que sean
proporcionales y adaptadas a las circunstancias de la persona, que se apliquen en el plazo más corto posible y que estén
sujetas a exámenes periódicos por parte de una autoridad o un órgano judicial competente, independiente e imparcial.
Las salvaguardias serán proporcionales al grado en que dichas medidas afecten a los derechos e intereses de las
personas. 5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el presente artículo, los Estados Partes tomarán todas las medidas que sean
pertinentes y efectivas para garantizar el derecho de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las
demás, a ser propietarias y heredar bienes, controlar sus propios asuntos económicos y tener acceso en igualdad de
condiciones a préstamos bancarios, hipotecas y otras modalidades de crédito financiero, y velarán por que las personas
con discapacidad no sean privadas de sus bienes de manera arbitraria.
41 En tratamiento parlamentario al momento de la redacción de este artículo.
42 Kraut & Diana, N (2011).

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 Las personas pueden ejercer por sí mismas todos sus derechos, salvo aquellos que la
autoridad judicial haya restringido de acuerdo al régimen normativo vigente.
 La capacidad jurídica, capacidad civil de hecho, capacidad de obrar y capacidad de
ejercicio por sí de los derechos deben entenderse como sinónimos.
 Se presume la salud mental de las personas y su capacidad general de obrar, aun
cuando se encuentren internadas en un establecimiento de salud mental o adicciones.
Se presume que sus actos son ejecutados con discernimiento, intención y libertad.
 La restricción de la capacidad de hecho debe realizarse conforme a las pruebas
producidas interdisciplinariamente.
 La restricción de la capacidad de hecho sólo debe operar respecto de actos
específicamente determinados y limitados en el tiempo.
 Podrá restringirse judicialmente la capacidad civil de hecho a las personas con
discapacidad intelectual o psicosocial, como aquellas con adicciones severas cuya
patología afecte el discernimiento para otorgar validez a los actos destinados a su
cuidado personal y patrimonial.
 El respeto del debido proceso durante los procesos vinculados a la restricción de libertad
o de la capacidad, con evaluaciones interdisciplinarias periódicas.
 Graduación de la restricción de la capacidad civil del sujeto en la respectiva sentencia,
explicitando las funciones y los actos jurídicos que se restringen –sean patrimoniales o
extrapatrimoniales-, y cuáles puede realizar por sí y para cuáles necesita apoyos.
 Inscripción registral de las sentencias de la restricción a la capacidad así como las
funciones y alcances de los apoyos.
 Establecimientos de asesores o apoyos y salvaguardas. Se entiende por apoyos toda
medida judicial que facilite a toda persona con discapacidad tomar sus propias
decisiones para realizar actos jurídicos. Se entiende por salvaguardas toda medida
judicial que apunte a evitar el ejercicio abusivo y la acción negligente por parte del apoyo
para la toma de decisión.
 La inclusión de directivas o decisiones anticipadas.
 Ampliación de la responsabilidad de los efectores del sistema de salud (públicos y
privados), los magistrados y los miembros del ministerio público en materia de
responsabilidad civil en torno a los daños generados por falta de servicio en materia de
internaciones, inhabilitaciones e insanias.

19.- Modificación del Código Civil.


(Arts 152 ter y 482. Derogación del Decreto Ley 22.914)
La modificación propuesta del CC tiende a considerar a las personas que deban ser
declaradas incapaces como sujetos de derecho, cuya singularidad es necesario considerar.
Por lo mismo, debe restringirse su autonomía lo menos posible y por plazos muy breves y
sujetos a revisión. En síntesis, la LSM busca consolidar un cambio de paradigma frente una
visión del padecimiento mental que hunde sus raíces en el positivismo del siglo XIX en
cuanto al concepto jurídico-biológico de incapacidad establecido en el CC de Vélez Sarfield.
La LSM cambia el sistema de inhabilitaciones: Antes, una persona podía perder para
siempre la capacidad jurídica para la administración de sus bienes a partir de una crisis,
cosa que ahora se encuentra impedida por las exigencias de revisión de las medidas.
Particularmente, el establecimiento de salvaguardias. El Art. 42 de la LSM exige que las
declaraciones judiciales de inhabilitación o incapacidad:
 deben fundarse en evaluaciones interdisciplinarias.

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 No pueden extenderse por más de tres (3) años.


 Deben especificar las funciones y actos que limitan.
 Deben afectar lo menos posible la autonomía personal.

“Esta modificación tiene un carácter expansivo dentro del Código Civil. A partir de la LSM
todas las referencias a exámenes de facultativos (Arts. 142 y 143) o de sanidad (Art 150);
como también en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación respecto a los
dictámenes, informes o certificados de médicos legistas o psiquiatras (arts. 624, 625 y 631)
relacionados a declaraciones de incapacidad, inhabilitaciones o internación, quedan
sustituidos por el examen de facultativos conformado por evaluaciones interdisciplinarias”43.
El LSM Art 43 sustituye al Art. 482 del CC, e indica que la persona declarada incapaz sólo
podrá ser privada de libertad en caso de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros.
Esta noción –riesgo cierto e inminente- procura desplazar la idea de peligrosidad ligada a la
enfermedad mental en el antiguo paradigma, asociación aún vigente en amplios sectores del
imaginario social, sustentada en una concepción médico-biológica, subsidiaria aún del
positivismo decimonónico.
El riesgo –cierto e inminente- debe fundamentarse en las circunstancias actuales de la vida
de la persona (circunstancias que mediante el abordaje interdisciplinario deberá superar en
lapsos de tiempo relativamente breves) y de ninguna manera en particularidades o
características de su enfermedad.
Las autoridades públicas deben disponer el traslado a un establecimiento de salud cuando
alguien con enfermedad mental o adicciones se encuentre en riesgo. El juez podrá, a pedido
de las personas enumeradas en el Art 14444, disponer la evaluación interdisciplinaria de
quien requiera asistencia en un establecimiento adecuado, aunque no justifique la
declaración de incapacidad o inhabilidad.
Se elimina de este modo la figura de la internación policial por razones de urgencia, en
procura de sortear la estigmatización que la intervención policial suele conllevar.
La derogación del Decreto Ley 22914 (LSM Art. 44) es una consecuencia necesaria del
nuevo ordenamiento, en la medida en que, como hemos subrayado, los operadores jurídicos
asumen la función de control de legalidad de las decisiones que adopta el equipo tratante, y
en consecuencia abandona la función ejecutiva que aquella norma de facto le otorgaba.

43 Kraut, A y Diana, N. (2011)


44 CC Art. 144: Los que pueden pedir la declaración de demencia son: 1) Cualquiera de los cónyuges no separado
personalmente o divorciado vincularmente. 2) Los parientes del demente; 3) El Ministerio de Menores; 4) El respectivo
cónsul, si el demente fuese extranjero; 5) Cualquiera persona del pueblo, cuando el demente sea furioso, o incomode a
sus vecinos.

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