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1
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p). p. 11.
Siguiendo la misma línea de pensamiento, destaca la postura de Aristóteles,
Pérez- Estévez nos dice al respecto:
2
Ibíd., p. 12.
la historia de la humanidad se baña de hierro, acero, sangre y lágrimas.
Pueblos colonizados, menospreciados, desbastados, se enfrentan a pueblos
que intentan subyugarlos para perpetuar el dominio y la sin razón. Así, las
páginas de la historia del hombre parecen más un repertorio criminalístico que
el alcance de la esquiva “Libertad, Igualdad y Fraternidad” siempre esquiva.
Bajo esta óptica es imposible imaginar que otra realidad hubiera suplantado
al proceso de barbarie que significó la colonización para América. Cuerpos
mutilados, asesinatos en masa, expansión de epidemias, desaparición de las
culturas autóctonas, implantación a la fuerza de una cultura extraña, alienación,
3
Ibíd., p. 33.
4
Ibíd., p. 14.
enajenación, fue el saldo que arrojó la llegada de los católicos españoles y
portugueses a Nuestra América. ¿Cuál otro resultado se ha de esperar de la
colonización de una cultura que está convencida de su superioridad y
poseedora de poder militar sobre una cultura diferente?.. Ninguna otra. Pérez-
Estévez anota lo siguiente sobre Cristóbal Colón:
5
Ibíd., p. 101.
6
FORNET-BETANCOURT, Raúl (2001): Transformación Intercultural de la Filosofía, Editorial DESCLÉE DE
BROUWER, S.A, Bilbao., p. 195.
La falta de escucha, de humildad y diálogo es la característica determinante
en la cultura occidental. Quien es autosuficiente, está convencido de poseer la
verdad absoluta; a través de la verdad se distancia del alternante. En este
sentido Pérez-Estévez señala:
7
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 96.
8
Ibíd.
inocentes derramada; la respuesta contundente es No; un No tan fuerte que
deberíamos dejar se de soñar con las utopías y contentarnos con lo “real” de lo
habitual. Mas, afortunadamente, para no pocos autores, esa realidad pesimista,
no corresponde con la realidad humana. La dimensión humana, nada fácil de
observar objetivamente y de forma holística, no sólo se aproxima al dogma y a
la barbarie generada por el fanatismo de las verdades absolutas. Pérez-
Estévez aludiendo la capacidad de apertura en el ser humano afirma:
9
Ibíd.
10
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1991): Religión, moral y política, EDILUZ, Maracaibo, Prólogo.
11
FORNET-BETANCOURT, Raúl (2001): Transformación Intercultural de la Filosofía, Editorial DESCLÉE DE
BROUWER, S. A, Bilbao.
Esta invariable antropológica, asegura la supervivencia histórica de la
subjetividad en las culturas y en todo proceso histórico de la humanidad en
tanto momento insuperable de constitución y de totalización de sentido.
La libertad se constituye en capital en el haber del ser humano; por más que
intente rehuir de su condición, el ser humano es siempre libre. La libertad, es
una de las características humanas que posibilitan la comunicación libre.
Coincidiendo con la postura de Fornet-Betacourt y Marcuse, Pérez-Estévez
expresa:
Todo ser humano, - unos con mayor facilidad que otros- en
función de su libertad racional y a pesar de sus condicionamientos
y prejuicios culturales, puede salir al encuentro de otros seres
humanos y construir, con ellos, un verdadero diálogo lo que
entraña construir un nuevo mundo común a todos los
dialogantes.13
12
MARCUSE, Herbert (1969). Un ensayo sobre la liberación, ob. cit., p. 25.
13
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 97.
racionalidad del hombre. Por más que los sistemas totalitarios intenten
controlar al hombre; y, en no pocas ocasiones logren apoderarse de su cuerpo
y voluntad, es la libertad interna, la creadora de racionalidad, la que pertenece
a cada subjetividad, la que jamás se doblega; por tanto, todo sistema totalitario
está condenado al fracaso, y su permanencia temporal es la verdadera utopía.
Todo el esfuerzo social humano debe conducir desde el estado natural, que
para Hegel, Kant y Hobbes era peligroso, salvaje, agresivo, cruel, donde el
miedo reina como medio para proteger la propia vida a un estado donde la
racionalidad y libertad posibiliten un proceso de comunicación que logre
concretar las realidades humanas. El derecho a ser, a existir, a vivir en paz y
armonía. Este propósito lo indica Díaz Labarca: “…puntualizamos que la
libertad y la felicidad del hombre sólo estarán al final de ese proceso, como
posibilidad única realizable por la transformación cualitativa de la sociedad
opresora en una sociedad libre y pacífica”14.
14
DÍAZ LABARCA, Jesús (2007): De un marxismo a otro marxismo, Ediciones del Vice Rectorado
Académico, Universidad del Zulia, Maracaibo, ob. cit., p. 26.
La historia se debate en la dicotomía opresión-libertad; debemos apostar por
las capacidades que permiten concretar la libertad y alejarnos de todo sistema
opresor, los cuales indudablemente van en detrimento del bienestar y la
dignidad humana.
Por lo cual, es tal la importancia del lenguaje para el hombre, que toda la
manera de existir, de interrelacionarse, de ser, está basado en la manera en la
cual el lenguaje se expresa, se manifiesta, existe. El hombre no es más que su
expresión. Por tanto, la manera en la cual estructura su lenguaje es la manera
en la cual se estructura a sí mismo.
15
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 23.
estructura su relación, es de importancia para el hecho de ser hombre.
Pretender cambiar aspectos sociales, necesariamente tiene que pasar a través
del tamiz de la estructuración del lenguaje.
La voz del diferente es una voz que corroe, carcome y molesta; si se permite
que este se exprese y Yo lo escucho, lo oigo, corro el riesgo de ser
transformado, anulado por su equivocación; entonces, la racionalidad correcta
de mi Yo queda alienada ante ese otro que es el no-ser.
Las dos principales características del diálogo lógico, al cual se opone Pérez-
Estévez es la fe ciega hacia la razón, fe sobre la cual se construye los
basamentos de la modernidad; y la anulación de la expresión de la alteridad
como ser que siente, piensa y habla. Esta anulación vendrá expresada por la
negación de la escucha hacia la dimensión de la otredad.
En el diálogo lógico “…la única relación que se acepta con quienes no son
semejantes a Mí es la servidumbre o la muerte…”17 Mas, en la actualidad,
donde el mundo anuncia estar viviendo la plenitud de la Modernidad, la
Postmodernidad o la Transmodernidad, según la perspectiva filosófica,
tampoco la alteridad parece ser tomada en cuenta en la valoración de la razón
moderna.
16
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., pp. 13-14.
17
Ibíd.
18
Ibídem., p. 14.
culturas. Para ser validado dentro del concierto global, la sociedad y sus
individuos deben responder a ciertas características pre establecidas de ser
para poder “existir”, tener voz. Así, las diferencias, los no iguales, son los
grandes excluidos de la Modernidad.
19
Ibídem., p. 15.
Si en el diálogo lógico iniciado por Platón se despliega el “logos”
dejando en la sombra el “día”, es decir, se desarrolla el discurso
lógico-discursivo y se sacrifica la multiplicidad de sujetos y la
multiplicidad de voces, en el diálogo existencial por el contrario se
va a valorar fundamentalmente el “día”, pasando el “logos” a un
segundo término…20
Sísifo se contenta con el tráfago del diario trabajo, con la carne desnuda y
herida con el rudo contacto con la piedra que sin cesar arrastra cuesta arriba,
para volver dejarla caer luego de concluido el trabajo. Una y otra vez Sísifo
cumple la condena que los dioses le han impuesto; condena que no es más
que el hecho de vivir. Así, Pérez-Estévez en la ética del diálogo existencial
propone sufrir, vivir la vida; vivir el diario trabajo, el cansancio, el amor y las
pasiones, sin la necesidad de verdades ideales prefijadas a las cuales hay que
llegar, sin la carga del castigo seguro merecido por no llegar a esa luz de la
verdad. Porque, más allá que la verdad, para Pérez-Estévez lo que importa es
la existencia; y en esta funda la ética del diálogo existencial.
20
Ibídem., p. 33.
21
CAMUS, Albert. http://www.lainsignia.org/2002/abril/cul_002.htm. Página visitada el 2 de mayo de
2010.
Acusa a esta tradición de opresora hacia las virtudes propias del hombre,
desincorporándolo para hacerlo sólo espíritu manso y casto. Critica la moral de
la tradición judío-cristiana, calificándola de ética para rebaños y no para
hombres libres.
22
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 138.
hombre, sus negaciones y sus afirmaciones con respecto al
hombre. 23
El pensador afirma que los únicos valores cónsonos con la evolución de los
pueblos están contenidos en la moral de los señores; esta moral esgrime la
fuerza, el poder creativo, la dominancia. El dominador ama la vida, es duro
para sí y para los demás y desprecia los valores del rebaño.
Es deber del hombre fuerte romper los valores de la jauría, las antiguas
tablas, y hacer que surjan los nuevos valores, que indudablemente traerán la
felicidad y bienestar para los aptos, los dominantes. Sustituyendo los valores
morales aparecen los valores naturales. En lugar de la metafísica y la religión
se impone la idea del eterno retorno.
23
NIETZSCHE, Friedrich (2009): La voluntad de poder, 17ava edición, Editorial EDAF, S.L, Madrid., p. 194.
24
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 87.
prometer; siendo esta una medida de valor apropiada para tabular la voluntad
del hombre. El existente está obligado a afirmar la vida.
Es desde el nihilismo que Nietzsche afirma que Dios ha muerto. Tras esta
afirmación se acepta la vida y la nada, el modo de vivir más allá del bien y del
mal. Nietzsche es hace existencialista al afirmar muerte de Dios; mas, esta
muerte involucra la obligación que el hombre tiene de vivir. Este pensamiento
indudablemente tendrá una influencia notoria sobre los existencialistas,
fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos.
25
Ibídem., p. 99.
por supuesto es perfectamente conocido por el entendimiento
divino…26
26
Ibídem., p. 154.
27
Ibídem., p. 157.
filosofía del siglo pasado insiste en la revisión de la axiología precedida donde
Nietzsche posee un papel fundamental.
28
Ibídem., p. 158.
29
Ibíd.
despreciado a lo largo de los siglos. No supo encontrar
dialécticamente la dimensión universal, social y racional en lo
sensible, corpóreo e individual. Queriendo destruir la metafísica
occidental quedó atrapado en sus cenizas.30
30
Ibídem., p. 159.
31
Ibídem., p. 170.
En el pensamiento nietzscheano la razón pasa a ser parte constitutiva del
individuo como capital que lo individualiza. Sin embargo, para Pérez-Estévez la
razón deber convertirse en instrumento para la integración entre individuos,
posibilitando el diálogo.
32
NIETZSCHE, Friedrich (2009): La voluntad de poder, 17ava edición. Editorial EDAF, S.L, Madrid., p. 437.
33
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 171.
34
A la cual Nietzsche culpara de ser responsable de todos los males sociales.
pura. Es en esta apertura hacia lo sensible, que Pérez-Estévez comienza a
plantear su ética femenina; pues, lo femenino, identificado con la sensibilidad,
debe comenzar a ser valorizado con la finalidad de desacralizar a la razón.
35
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 89.
36
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1991): Religión, moral y política, EDILUZ, Maracaibo, ob. cit., p. 79.
en la doctrina divina, fuente de toda verdad y equidad. La Ilustración termina
con la política dirigida por los patriarcas de la Iglesia Católica, más no se
atreven a atentar en contra de la racionalidad. La posturas filosóficas preguerra
mundial en occidente fundamenta la moral sobre la racionalidad. En ese correr
histórico inalterable de la moral regida por la racionalidad sólo Nietzsche y la
filosofía posguerra se atreven a cuestionar la racionalidad como base
insustituible para el decoroso obrar.
Vivimos una sociedad regidas por hombres que aseguran poseer el equilibrio
y la racionalidad dentro de su haber; mas, las diversas expresiones materiales
de la sociedad distan de ser diseñadas por el equilibrio, la razón y la férrea
voluntad.
37
Ibídem., p. 156.
38
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 211.
La sociedad de consumo disuelve todo, incluso lo humano, en
simples expresiones mercantiles y fuera de las funciones
mercantiles no queda nada real. El criterio formal de la eficiencia
para la satisfacción de los deseos se transforma en el criterio
supremo de los valores y toda moral se disuelve en las relaciones
mercantiles.39
Bajo una sociedad regida por la razón instrumental creadora de objetos, las
relaciones se establecen entre objetos. La bondad, la caridad, la comprensión,
la libertad, la solidaridad, si no tienen la capacidad de convertirse en objetos de
consumo, como en realidad no pueden, quedan excluidas del existir al no poder
ser explotadas. La racionalidad instrumental explota al ser humano, lo
sacrifica colocándolo al borde de la destrucción.
42
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 216.
permitiendo así el diálogo existencial. La humildad, como virtud es el primer
requisito para permitir la apertura hacia la alteridad.
El diálogo sólo es posible entre sujetos que se abren para compartir, fusionar
la subjetividad; la propia forma de sentir y pensar el mundo. Los objetos no
sienten, no piensan, no se abren, no comparten; por tanto, no dialogan. El ser
humano en la sociedad contemporánea, posee el compromiso consigo y la
alteridad, de trascender la condición de objeto y constituirse en sujeto abierto
hacia el encuentro. Sólo así, la sociedad de consumo se transformará en
sociedad de humanos.
Oír nos permite conocer los diversos sonidos que la naturaleza emite
constantemente; más escuchar nos integra con ella. Escuchar equivale a
dejarse invadir, penetrar por el otro que está frente a nosotros. Sin embargo,
culturalmente hemos estructurado nuestras relaciones a través de la
preeminencia establecida por el órgano que cosifica, la visión; por tanto, la
posibilidad de integración que representa la capacidad de escuchar se ve
atenuada por el ruido recibido por la costumbre de cosificar a través de la
visión.
43
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p), ob. cit., p.
8.
44
Ibíd.
45
Ibíd.
objeto, a alienarlo; las relaciones entre los hombres por medio de
la mirada conducen necesariamente a la alienación, objetivación,
a la dominación del Otro. En nuestra cultura occidental, visual,
nuestra primera y más radical relación con el otro se mueve entre
los polos contrapuestos del que domina y conquista o del que es
dominado y conquistado, del señor y del esclavo.46
46
Ibídem., p. 9.
persona pueda tener con respecto a las demás con las que va a
entablar un diálogo…47
49
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 94.
50
Ibídem, ob. cit., p. 94.
51
Ibíd.
Toda cultura, por ser la expresión finita y limitada de la realidad humana, no
puede presumir de autosuficiencia y abrogarse el hecho de contener la verdad.
“…Toda cultura está en posesión de verdades –muchas o pocas -, todas ellas
parciales, pero jamás está en posesión de la Verdad o de toda la Verdad…”52
Toda cultura humana es parte de lo que es ser humano.
Toda cultura, por ser la expresión finita del ser humano, es una
realización parcial de la humanidad lo que implica que está
penetrada por virtudes y carencias, verdades parciales y
parciales falsedades.53
52
Ibídem., p. 94.
53
Ibíd.
54
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p), ob.cit., p.
94.
55
Ibídem., p. 95.
Propia carencia que jamás será solventada, porque tras el encuentro de
algunos tampoco se podrá construir una visión universal con pretensión de
verdad; sin embargo, entre más realidades se introduzcan dentro del diálogo,
este adquirirá una dimensión mayor, cónsona con la diversidad cultural.
La filosofía occidental plétora está doctrinas que validan la expresión del Yo,
más carece del pensamiento que fomente la integración entre las diversas
autoconciencias. La filosofía occidental ha sido ineficaz al proponer la humildad
como capital dentro del encuentro de las realidades.
Para que sea lícito determinar la verdad tras la integración con el otro, es
necesario escuchar a la alteridad, subordinarse a él, aceptar la propia limitación
y estar dispuesto a correr el riesgo de que el otro invada y transforme mi propia
dimensión, mi Yo. “La mayor porción de mi vida individual consiste en encontrar
frente a mí otras vidas individuales”57.
56
Ibídem., p. 41.
57
ORTEGA Y GASSET, José (1995): El tema de nuestro tiempo, 20ima edición, Editorial Espasa Calpe, S.A,
Madrid, ob. cit., 22.
58
Ibídem., p. 23.
Ortega y Gasset afirma: “Mi cuerpo me pone en un sitio y me excluye de los
demás sitios. El aquí es como la sombra propia: quien lo pierda no existe” 59 La
postura vitalista de Ortega y Gasset y la hermenéutica dialógica de Pérez-
Estévez comparten la expresión de la necesidad de hacer consciente al
hombre de su existencia, de sus circunstancias como existente que habita en
un tiempo y espacio determinado; parafraseando a Ortega y Gasset: … y
salvando sus circunstancias se salva a sí mismo. A esto Pérez-Estévez agrega:
59
Ibídem., p. 21.
60
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 41.
61
Ibídem, ob. cit., pp. 41-42.
…el diálogo debe ser sinónimo de discusión, debate, no es
complacencia o tolerancia. Es un permanente encuentro con la
libertad irrestricta para disentir de los dogmas de la racionalidad,
en un proceso donde los otros están completamente implicados
pues se trata de lograr los niveles más analíticos y reflexivos,
entre todos, de los problemas presentados a través de los por qué
de las preguntas; es decir, por la ignorancia. 62
63
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., ob. cit.,p.3.
El diálogo existencial invita a una conversación, entendida esta como entidad
viviente. La conversación en el diálogo existencial es una conversación
comprometida, la cual ocurre cuando los dialogantes se abren hacia la mutua
comprensión. El resultado obtenido en el diálogo existencial está determinado
por la apertura entre los dialogantes.
El diálogo existencial no puede ser reducido a los límites de las líneas escritas
en un papel. Para Pérez-Estévez es imposible delimitar el diálogo existencial
dentro de los límites de los párrafos y líneas de un texto escrito; cuando esto se
pretende hacer ya no es diálogo es simplemente una narración escrita,
disecada, fija. Nada se le puede preguntar que ya no esté petrificado en un
texto fijado por el autor que lo escribió en un tiempo y espacio determinado.
Por lo cual, los llamados diálogos platónicos, no son diálogos en sí. No son
hechos vivos, no cambian con el transcurrir del tiempo; nada se le puede
preguntar a Platón que él responda fuera de los límites de lo que en un
momento afirmo.
64
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 3.
65
Ibídem., p. 4.
La realidad humana cambia constantemente, no es un hecho inmutable; tanto
hombres como culturas y pueblos están en un constante devenir, a decir de
Heráclito: “jamás nos bañamos dos veces en el mismo río”, pues los deseos,
constitución, sentimientos, quereres y aversiones se modifican continuamente.
Por lo cual, es ilógico pensar que el texto escrito responda a las preguntas, que
por supuesto surgen de las necesidades, que el lector pueda platear… Las
respuestas a las interrogantes vivenciales, más allá que en las línea dibujadas
en un papel66 está en el encuentro con el otro ser humano que igual que mi Yo,
está en constante modificación.
66
Sin restar la importancia debida al texto como fuente permanente de saber.
el empirismo la palabra no posee significación, “ya que la
evocación de la palabra no está mediatizada por ningún concepto
y los estímulos o los estados de conciencia dados la llaman (a la
palabra) de acuerdo a las leyes de la mecánica nerviosa o a las
de la asociación”. En consecuencia la palabra ni encierra sentido,
ni posee potencialidad interior alguna.67
67
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989). Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 6.
68
Ibíd.
69
Ibídem., p. 7.
El conocimiento del mundo está en la existencia de la palabra; más allá, la
concreción del ser y del existir se da a través de la expresión del lenguaje. Sin
la palabra, el ser es sólo acto instintivo, ser que responde a la dinámica
mecanicista de la naturaleza. Nombrar, es para Merleau-Ponty, el acto por el
cual el pensamiento existe. “Para Pérez-Estévez, al igual que para M. Merleau-
Ponty, la ontología de la palabra se da en el universo del discurso existencial.
O sea, es manifestación del pensar pero también del estar, del ser
individual…”70
70
RINCÓN, Beatriz (2000): “Antonio Pérez-Estévez en diálogo con Merleau-Ponty”. Utopía y Praxis
Latinoamericana. Año: 5, n°. 9, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 103-107, ob. cit., 103.
71
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 9.
lenguaje. Como el lenguaje, siguiendo la postura de Merleau-Ponty, es el
medio a través del cual se concretiza la existencia; entonces Pérez-Estévez
remite a una interpretación del mundo a través de la palabra viva, existente y
concreta.
A través del cuerpo, la intención del ser se realiza como gesto; carente del
cuerpo es imposible la existencia de la gestualidad. Por otro lado, para que la
expresión del Yo a través del gesto sea comprendida por la alteridad, debe
existir una reciprocidad de mis intenciones y del gesto de esa alteridad. “Se da
una comunidad de gestos como expresión de una comunidad de intenciones; o
pasa como si mi intención se encarnase en el gesto del otro y la intención del
72
Ibídem., pp. 8-9.
73
Ibídem., p. 9.
otro se encarnase en mi gesto.”74 En el intercambio de la expresión gestual, se
da la comunidad de gestos como expresión de la comunidad de las
intenciones. Esta comunidad de intenciones, permite que mi intención se
encarne en la intención de la alteridad y viceversa. “… Y esta capacidad del
cuerpo de contestar esa pregunta, de ponernos en comunicación con los
demás proviene de esa capacidad originaria del cuerpo, por medio de la cual
nos abrimos al mundo…”75
A través del cuerpo es posible expresar el mundo interior del existente; por
tanto, el cuerpo lejos está de ser un estorbo en el proceso comunicativo, es la
puerta a través de la cual se relacionan los dialogantes. El cuerpo es
esencialmente el único vehículo por el cual nos interrelacionamos con el mundo
y con toda alteridad.
74
Ibídem, ob. cit., p. 10.
75
Ibíd.
76
Ibídem., p. 11.
77
RINCÓN, Beatriz (2000): “Antonio Pérez-Estévez en diálogo con Merleau-Ponty”. Utopía y Praxis
Latinoamericana. Año: 5, n°. 9, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 103-107., p. 106.
naturaleza. No existe escisión entre cuerpo y mundo; en este sentido, negar el
cuerpo es negar al mundo. El lenguaje, por ser parte constitutiva del cuerpo es
parte de la naturaleza. “…He ahí que el lenguaje me une de tal manera al otro
que de alguna manera “yo me encarno” en sus palabras y el otro en las
mías…”78 Esta encarnación es un fenómeno invariable que se repite en cada
encuentro.
78
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 15.
79
Ibídem., p. 18.
80
Ibíd.
81
RINCÓN, Beatriz (2000): “Antonio Pérez-Estévez en diálogo con Merleau-Ponty”. Utopía y Praxis
Latinoamericana. Año: 5, n°. 9, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 103-107., p. 103.
Todo horizonte humano contiene infinitos fenómenos de relaciones y
perspectivas. Toda expresión humana además del significado que aparenta
tener tiene una cantidad inagotables de otros sentidos ocultos e indirectos.
Pérez-Estévez estudiando a Merleau-Ponty afirma que todo lenguaje es
indirecto. Además, el lenguaje muestra la perspectiva de los fenómenos, las
representaciones que a éstos le da el sentido humano. Por tanto, afirma Pérez-
Estévez: “…se equivocaron tanto Aristóteles como Hegel, al creer que sus
filosofías eran definitivas y cerradas”82 Porque la filosofía al responder a la
realidad humana, no puede cerrarse o acabarse.
82
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 19.
83
Ibídem., p. 25.
84
Ibídem, ob. cit., p. 23.
posibilidad de ser penetrado por el entorno, “…el ser la voz del mundo es tan
esencial al hombre que es eso precisamente lo que le hace ser tal”85
85
Ibíd.
86
RINCÓN, Beatriz (2000): “Antonio Pérez-Estévez en diálogo con Merleau-Ponty”. Utopía y Praxis
Latinoamericana. Año: 5, n°. 9, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 103-107, ob. cit., p. 104.
87
Ibídem, ob. cit., p. 26.
88
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 16.
2.3.2. El diálogo contra las estructuras alienantes.
90
Ibídem., p. 53.
91
Ibídem., p. 54.
92
DÍAZ LABARCA, Jesús (2007): De un marxismo a otro marxismo, Ediciones del Vice Rectorado
Académico, Universidad del Zulia, Maracaibo.
93
PÉREZ-ESTEVEAZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 56.
derecho de la alteridad deben ser castigados, porque en la sociedad libre, la
alteridad tiene el derecho a que el cuerpo legal proteja su cuerpo y sus bienes.
Entendiendo la alteridad como el conjunto social, las leyes deben garantizar el
bienestar de la ciudadanía. Pero, esta opresión legal mínima está lejos de
ejercer una opresión organizada a favor de los intereses de un grupo
determinado de individuos que conforman la sociedad.
Marcuse insiste que la única manera de poder alcanzar una vida más
humana es trabajando menos; adquiriendo las personas el derecho a decidir
con el tiempo restado al trabajo, lo que considere más digno para sí. Lejos está
Marcuse de identificar al trabajo per se como fuente de alienación y
desarticulación individual; ataca al trabajo alienante, aquel que al extenderse
en tiempo y esfuerzo, atenta contra los derechos del individuo. Pérez-Estévez
afirma junto a Marcuse:
94
DÍAZ LABARCA, Jesús (2007): De un marxismo a otro marxismo, Ediciones del Vice Rectorado
Académico, Universidad del Zulia, Maracaibo.
95
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo., p. 59.
La esencia se ha entregado totalmente en manos de la existencia
hasta el punto que el mundo de las esencias, de la metafísica, del
deber-ser ha desaparecido por obra y arte del lenguaje lógico y
positivo…96
96
Ibídem., p. 62.
97
CAROSIO, Alba (2008): “El consumo en la encrucijada ética”. Utopía y Praxis Latinoamericana. Año: 13,
n°. 41, Abril-Junio, CESA, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 13-45., p. 17.
mercado y del proyecto de “cultura” que le sirve de sustento al
capitalismo tardío.98
98
DÍAZ LABARCA, Jesús (2007): De un marxismo a otro marxismo, Ediciones del Vice Rectorado
Académico, Universidad del Zulia, Maracaibo., p. 24.
99
MARCUSE, Herbert (1983): Eros y civilización, SARPRE, S.A, Madrid.
100
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo, ob. cit., p. 65.
101
Ibídem., p. 66.
102
Ibídem, ob. cit., p. 66.
imaginación liberadora debe estar supeditada a la unión de horizontes entre los
existentes que se encuentran y re-hacen en el diálogo.
103
Ibídem., p. 67.
104
Ibídem., p. 78.
Pérez-Estévez señala que Marcuse es “rabiosamente” antipositivista, “hasta el
extremo de negar que la sensación y la realidad exterior sean criterios de
verdad”105. Para Pérez-Estévez, Marcuse es idealista y materialista al mismo
tiempo, pues para Marcuse el deber y el ser todavía no concretados “dejarán
de ser transcendentes para introyectarse en el nuevo mundo por él
diseñado…”106 Para Pérez-Estévez la realización de una sociedad mejor no es
posible a través de la acción de un o unos pensadores, es sólo viable cuando
se manifiestan activamente las capacidades colectivas. Para Pérez-Estévez,
Marcuse:
105
Ibídem, ob. cit., p. 78.
106
Ibídem, ob. cit., p. 79.
107
Ibíd.
108
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1989): Individuo y feminidad, Editorial de la Universidad del Zulia,
Maracaibo.
109
Ibídem., p. 80.
concepción predominante en Grecia y en el Medioevo de minusvalía del
individuo…”110 A esto agregará:
110
PÉREZ-ESTEVEZ, Antonio (1991): Religión, moral y política, EDILUZ, Maracaibo, ob. cit., p. 228.
111
Ibídem., p. 229.
propuesta por Fornet-Betancourt, como nueva forma de construcción filosófica
y social; no responden a realidades divorciadas de las culturas y el hombre; no
se anteponen ni expresan ideas desarticuladas. Sin lugar a dudas, responden a
urgencias sociales contemporáneas. Pérez-Estévez expresa sobre la
necesidad del diálogo existencial:
112
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 38.
113
Ibídem., p. 87.
114
FORNET-BETANCOURT, Raúl (2001): Transformación intercultural de la filosofía, EDIORIAL DESCLÉE
DE DROUWER, S.A, Bilbao., p. 30.
completo.115 Los preceptos y realidades del diálogo intercultural serán
determinados por quienes se encuentran inmersos en la dinámica diálogo
intercultural. Negando la imposición de conceptos prefijados, predeterminado
por una voluntad anterior o superior a la realidad social, actitud propia de la
dialéctica filosófica eurocéntrica; el diálogo intercultural sólo valida las
realidades asumidas en el momento del encuentro de los alternantes. Fornet-
Betancourt asevera sobre la racionalidad de la filosofía intercultural:
115
FORNET-BETANCOURT, Raúl (2001): Transformación intercultural de la filosofía, EDIORIAL DESCLÉE
DE DROUWER, S.A, Bilbao.
116
Ibídem., p. 63.
La filosofía intercultural “Se trata así de un modelo de filosofía que habla
desde la conciencia explícita de ser una reflexión filosófica que no es ya simple
prolongación de otra tradición, sino que tiene raíces en su propia tradición
cultural”117. De esta manera, toda imposición racional extra-realidad
circunstancial es necesariamente un sofisma que entra en oposición a la
vivencia cultural; es, esencialmente, la negación de lo propio, por tal,
enajenante.
117
FORNET-BETANCOURT, Raúl (1994): Hacia una filosofía intercultural latinoamericana, Editorial del
Departamento Ecuménico de Investigación D.E.I, San José de Costa Rica, ob. cit., p. 15.
118
FORNET-BETANCOURT, Raúl (2001): Transformación intercultural de la filosofía, EDIORIAL DESCLÉE
DE DROUWER, S.A, Bilbao., p. 36.
interponer nuestro pensamiento a otro pensamiento que no fue fundado por
nuestro Yo. Por tanto, la alteridad, desafía nuestra realidad existencial, al
constituirse en otra perspectiva fundada desde una realidad alterna a la
nuestra. En esa disímil perspectiva sobre el todo fundada en el otro surge
“precisamente su posibilidad de respectivizar nuestra propia perspectiva”119.
119
Ibídem, ob. cit., p. 41.
120
Ibídem., p. 47.
Fornet-Betancourt apunta que la armonía es un haber a concretarse en la
constante relación e interacción de las realidades históricas que se exteriorizan
en la fenomenología práctica. De esta, emerge la posibilidad comunicativa que
ira aproximando las diferencias en un espacio de comprensión mutua. Esta
comprensión desemboca necesariamente en la solidaridad entre los sujetos
sociales. La solidaridad como expresión del compromiso con la alteridad, es
instrumento útil para una pacífica con-vivencia y esfuerzo mutuo para solventar
las diferencias.
121
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., p. 91.
Lejos de ver el contenido histórico cultural, realidad vivida y proyectada, como
limitante de la con-vivencia cultural; se debe apreciar como la base que
sustenta y posibilita la comunicación entre las culturas. Es precisamente ese
contenido histórico cultural la “interesada” en concretar la comunicación para
validar y posibilitar nuevas realidades.
Para Pérez-Estévez “…El ser humano es este ser humano por la capacidad
de pertenecer a un mundo determinado y, para pertenecer a ese mundo, ha
sido necesario abrirse a él, conocer sus valores y asimilarlos…”122 La
asimilación de los valores, en su mayoría, son asumidos por el individuo de
forma inconsciente a través de las relaciones establecidas con su entorno
inmediato, donde la familia juega un papel fundamental; estos valores
estructuran la configuración del Yo psicológico.
A través del diálogo nos abrimos al mundo que circunscribe el espacio que
ocupa mi Yo; es un intento por comprender la posición donde el otro se ubica y
desde él comprende la realidad que lo circunscribe. Así, el diálogo es también
el encuentro de dos Yo que intentan comprenderse. Y, es precisamente en ese
122
Ibíd, ob. cit., p.91.
123
Ibíd.
124
Ibíd.
intentar comprender al otro, que la escucha es una herramienta clave; pues, sin
la escucha, la intención de comprender a la alteridad quedaría reducida a la
intención, no encontraría medio por el cual se pudiera acercar a la otredad que
necesita comprender. La escucha pone en contacto las realidades e
interpretaciones que cada Yo hace del mundo; es, el punto donde las
autoconciencias más que tocarse, se comienzan a integrar, con la finalidad de
“comprenderse” para Pérez-Estévez para que surja la necesaria solidaridad
que promulga Fornet-Betancourt.
125
Ibídem, ob. cit., p. 92.
dimensión de la vocalización para re-hacerse permanentemente en el mundo
gestual. También, en el encuentro entre las culturas, jamás las realidades se
terminan de construir, pues nuca la comunicación se cierra por completo y los
sentidos comunicativos jamás son completos. En el diálogo “…El Yo que habla
ha de saber trocarse en el tú que escucha. Cada persona que dialoga ha de
duplicarse tanto en el papel del yo que habla y que ofrece su mundo al otro
como en el papel del que escucha y permite que el mundo del otro le invada
para comprenderlo…”126 y así permitir que los sentidos y la multiplicidad de
voces y realidades se reproduzcan de manera tal que amplíe las posibilidades
culturales.
Las culturas que sólo toman como valedera una o pocos sentidos o
interpretaciones de la realidad, reducen su poder de adaptación a nuevas
circunstancias aumentando los riesgos y las debilidades como culturas. Son
esencialmente culturas endebles, poco adaptables, así posean poderíos militar,
económico o tecnológico.
126
Ibíd.
Cerrar los sentidos y las posibilidades, es cerrar a la cultura, lo cual es
improbable; mas, en el intento por cerrar los sentidos, la sociedad como un
todo se debilita. Por el contrario, alimentar la pluralidad y multiplicidad cultural
es ampliar considerablemente los sentidos culturales, ampliar las realidades e
interpretaciones, ampliar al mundo y hacerlo dinámico. El contacto entre las
culturas, al poder contactar diversas interpretaciones del mundo, hace que las
culturas amplíen sus sentidos y posibilidades sociales. Las culturas se abren y
posibilitan nuevas realidades.
127
Ibíd.
encuentro con la alteridad y la eternización de las posturas rígidas que
restringen la dinámica social.
128
PÉREZ-ESTÉVEZ, A. Hermenéutica Dialógica. Maracaibo, Ediciones de la UNICA, 2010 (e.p)., pp. 92-93.
129
Ibídem, ob. cit., p. 93.
de estructuras opresivas, alienantes y enajenantes. José Mariátegui expresa
sobre la pluralidad americana:
130
MARIÁTEGUI, José Carlos (1978): Obras completas, Temas de Nuestra América, Variedades, vol. 12.
Lima., p. 133.