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diálogo

Arrese Igor, H. O. “El rol de la inter- respectivas comprensiones de la inter-


subjetividad en la constitución de la subjetividad. Para ello, el autor enfatiza
autoconciencia: acerca de la influen- el papel que, tanto en Fichte como en
cia fichteana en la Ethik de Hermann Cohen, desempeña la ciencia del derecho
Cohen”, Revista Latinoamericana de para efectos de la deducción de la rela-
Filosofía 2 (2008): 301-324. ción intersubjetiva y, con ésta, de la rela-
ción de reconocimiento.
Se propone el autor del artículo Aprovechando los rendimientos teó-
determinar la influencia que la teo- ricos de la deducción trascendental
ría fichteana de la autoconciencia pudo fichteana del derecho, Cohen apela a
haber tenido en la concepción neokan- la relación vinculante que éste plantea
tiana de la subjetividad desarrollada por entre los sujetos para explicar la índole
Hermann Cohen en su obra Ethik des de la relación que debe existir entre el tú
reinen Willens. Este propósito se guía y el yo. Arrese enfatiza el hecho de que es
por la suposición de que Cohen se habría en la figura jurídica del contrato donde
apropiado de la estructura eminente- Cohen cree ver una suerte de intersubje-
mente intersubjetiva que presenta la tividad lograda, en la medida en que:
deducción fichteana de la autoconcien- [L]a figura legal del contrato supone que
cia a la hora de plantear su idea de una los contratantes buscan ponerse de acuer-
subjetividad socialmente mediada. La do en relación con un conjunto de normas,
clave para entender tanto la influencia que luego regularán sus acciones. (311)
de Fichte sobre Cohen, como el desarro-
llo que este último hiciera de su propia En virtud de este carácter vinculante
noción de subjetividad, la suministra, del contrato, que regula a futuro el com-
según Arrese, el papel que juega la “alte- portamiento y las acciones de los contra-
ridad” en ambas teorías del yo. La tesis tantes, queda explicitada la forma en que
que pretende hacer plausible Arrese des- el otro se presenta al yo: en efecto, “sería
cansa en la idea de que, tanto en Fichte absurdo pensar en una acción legal en la
como en Cohen, el yo es pensado origi- que estuviera involucrado sólo un sujeto,
nariamente como un yo en relación con sin relación alguna con ningún otro”
otro yo, esto es, como un ser que tiene (íd. 312). Ahora bien, lo propio del con-
su propia condición de posibilidad en las trato es, por mor de su fuerza vinculante,
formas de acción e interacción que ema- la constitución de una voluntad común
nan de su relación con otros. La cuestión e independiente de las voluntades fácti-
que se halla en el fondo de esta tesis, es la cas de los sujetos particulares, voluntad
cuestión relativa a la ciencia o saber cien- que representa la unificación de las auto-
tífico que puede dar cuenta de la consti- conciencias particulares en una “unidad
tución intersubjetiva del yo. superior y cualitativamente diferente”
A fin de mostrar cómo dicha cues- (íd. 310) (de las voluntades particulares
tión se resuelve en Cohen y Fichte, el que la constituyen).
autor somete a análisis el modelo cientí- Arrese cree ver en este modelo de
fico que proponen ambos autores en sus voluntad común que, producto del

Ideas y Valores • número 140 • agosto de 2009• ISSN 0120-0062• Bogotá, Colombia
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contrato, media entre sujetos particu- existe entre iguales” (321), lo que, desde
lares como instancia de legitimación de el punto de vista especulativo, equivale
pretensiones jurídicas, la presencia de la a decir que la autoconciencia, el yo, tiene
concepción fichteana del derecho como su condición de posibilidad en la medida
aquella forma de relación sólo por medio en que se relaciona y es reconocida por
de la cual seres racionales y libres pue- otra autoconciencia. La alteridad, la pre-
den tratarse recíprocamente como tales. sencia de otro en el mismo espacio de
El concepto fichteano que parece corres- acción e interacción, opera así como la
ponder al de “contrato” (en Cohen), para instancia a partir de la cual el yo accede
efectos de la constitución de una relación a la verdadera comprensión de sí como
de reconocimiento en el sentido seña- racional, y a la comprensión y la expe-
lado, es el de “exhortación”. De manera riencia de la racionalidad del otro.
pertinente, Arrese hace resaltar que es
sólo por la exhortación como se produce
la experiencia del reconocimiento recí- Carlos Emel Rendón
proco y, con ésta, la propia autoconcien- Universidad Nacional de Colombia
cia. Pues la exhortación es la forma en carlosemel@yahoo.es
que un sujeto invita a otro a apropiarse
de sus posibilidades de autodetermina-
ción, y a demostrar, a través de su obrar,
que en efecto es el ser racional que yo he Pineda, D. “Una lectura del Discurso
supuesto en la representación a priori (o del método desde la perspectiva del reco-
problemática) de él como racional o libre. nocimiento”, Universitas Philosophica 50
Exhortar quiere decir reconocer, pues yo (2008): 41-61.
soy reconocido en la medida en que he
sido exhortado a obrar; mas es sólo el Considera el autor en la parte final de
obrar conforme a la naturaleza del ser su artículo que su lectura del Discurso del
racional, es decir, el obrar que atiende a método “puede resultar poco ortodoxa”
las posibilidades de autodeterminación (56), pues son otras sus motivaciones para
del otro, donde se lleva a cabo el recono- acercarse a Descartes, como “la trama
cimiento; en otra palabras, el reconoci- autobiográfica del autor” −que encuentra
miento propiamente dicho es el recono- especialmente fascinante−, en la medida
cimiento categórico, ganado en la forma en que esta trama aparece como indiso-
en que obramos. ciable de la propia trama existencial del
Esta presencia del otro, para efectos de individuo Descartes, quien “se reconoce
la autodeterminación del yo como racio- a sí mismo a través del ejercicio de bús-
nal y libre, lleva a Arrese a establecer la queda de la verdad”. Es, precisamente,
alteridad como constitutiva en la forma- el “valor testimonial” del texto carte-
ción de la autoconciencia, tanto en Fichte siano lo que resulta enriquecedor de cara
como en Cohen. Esta idea de la alteridad, a nuestra época y, de modo especial, a
que sirve también a Arrese para contra- los particulares intereses intelectuales
rrestar la crítica al solipsismo fichteano, del profesor Pineda respecto a los temas
apunta a la experiencia humana funda- educativos y de historia de la educación
mental en la que tiene lugar la forma- (cf. 56s). Pienso, sin embargo, que la pro-
ción de todo yo: la experiencia de que “el puesta de lectura de Pineda no es poco
ser humano sólo puede ser tal cuando ortodoxa: es simplemente una propuesta

Departamento de Filosofía • Facultad de Ciencias Humanas • Universidad Nacional de Colombia

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