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Ideas y Valores • número 140 • agosto de 2009• ISSN 0120-0062• Bogotá, Colombia
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contrato, media entre sujetos particu- existe entre iguales” (321), lo que, desde
lares como instancia de legitimación de el punto de vista especulativo, equivale
pretensiones jurídicas, la presencia de la a decir que la autoconciencia, el yo, tiene
concepción fichteana del derecho como su condición de posibilidad en la medida
aquella forma de relación sólo por medio en que se relaciona y es reconocida por
de la cual seres racionales y libres pue- otra autoconciencia. La alteridad, la pre-
den tratarse recíprocamente como tales. sencia de otro en el mismo espacio de
El concepto fichteano que parece corres- acción e interacción, opera así como la
ponder al de “contrato” (en Cohen), para instancia a partir de la cual el yo accede
efectos de la constitución de una relación a la verdadera comprensión de sí como
de reconocimiento en el sentido seña- racional, y a la comprensión y la expe-
lado, es el de “exhortación”. De manera riencia de la racionalidad del otro.
pertinente, Arrese hace resaltar que es
sólo por la exhortación como se produce
la experiencia del reconocimiento recí- Carlos Emel Rendón
proco y, con ésta, la propia autoconcien- Universidad Nacional de Colombia
cia. Pues la exhortación es la forma en carlosemel@yahoo.es
que un sujeto invita a otro a apropiarse
de sus posibilidades de autodetermina-
ción, y a demostrar, a través de su obrar,
que en efecto es el ser racional que yo he Pineda, D. “Una lectura del Discurso
supuesto en la representación a priori (o del método desde la perspectiva del reco-
problemática) de él como racional o libre. nocimiento”, Universitas Philosophica 50
Exhortar quiere decir reconocer, pues yo (2008): 41-61.
soy reconocido en la medida en que he
sido exhortado a obrar; mas es sólo el Considera el autor en la parte final de
obrar conforme a la naturaleza del ser su artículo que su lectura del Discurso del
racional, es decir, el obrar que atiende a método “puede resultar poco ortodoxa”
las posibilidades de autodeterminación (56), pues son otras sus motivaciones para
del otro, donde se lleva a cabo el recono- acercarse a Descartes, como “la trama
cimiento; en otra palabras, el reconoci- autobiográfica del autor” −que encuentra
miento propiamente dicho es el recono- especialmente fascinante−, en la medida
cimiento categórico, ganado en la forma en que esta trama aparece como indiso-
en que obramos. ciable de la propia trama existencial del
Esta presencia del otro, para efectos de individuo Descartes, quien “se reconoce
la autodeterminación del yo como racio- a sí mismo a través del ejercicio de bús-
nal y libre, lleva a Arrese a establecer la queda de la verdad”. Es, precisamente,
alteridad como constitutiva en la forma- el “valor testimonial” del texto carte-
ción de la autoconciencia, tanto en Fichte siano lo que resulta enriquecedor de cara
como en Cohen. Esta idea de la alteridad, a nuestra época y, de modo especial, a
que sirve también a Arrese para contra- los particulares intereses intelectuales
rrestar la crítica al solipsismo fichteano, del profesor Pineda respecto a los temas
apunta a la experiencia humana funda- educativos y de historia de la educación
mental en la que tiene lugar la forma- (cf. 56s). Pienso, sin embargo, que la pro-
ción de todo yo: la experiencia de que “el puesta de lectura de Pineda no es poco
ser humano sólo puede ser tal cuando ortodoxa: es simplemente una propuesta