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Arellano, J. P. (2001). La reforma educacional chilena.

Revista de la
CEPAL.
Este artículo analiza las reformas puestas en práctica a mediados de los años noventa
para activar un proceso de cambios profundos en la educación preescolar, básica y
media en Chile, y los principales cambios operados, así como algunos de sus logros y
dificultades. Considera el contexto inicial de las reformas, en el que, habiéndose
alcanzado en buena medida los objetivos de cobertura del sistema educativo, se
planteaban los nuevos objetivos de mejorar la calidad de la enseñanza y hacerlo con
equidad. Toma en cuenta, asimismo, los cambios institucionales en la organización del
sistema educativo: en los ochenta, la consolidación del sistema de subvenciones y el
traspaso de los establecimientos educacionales a los municipios; en los noventa, el
cambio en las condiciones laborales de los docentes.

Contexto inicial

Reforma ’60s: su objetivo fue ensanchar la cobertura de la educación básica de seis a


ocho años y extender la cobertura de la educación media. Se logró con bastante éxito.

’80s  fuerte reducción de recursos públicos en educación. De 736.000 millones en


1980 a 543.000 millones en 1990 (ver cuadro 2 en p.3 del pdf)

“Todo ello derivó en peores condiciones de trabajo para los maestros y escasez
de medios para ofrecer una educación de calidad. Como consecuencia de
la caída de los recursos públicos, el poder adquisitivo de las
remuneraciones docentes se redujo al punto que disminuyó el número de
jóvenes interesados en estudiar pedagogía en las universidades, se
deterioró la infraestructura escolar y escasearon los textos y materiales de
trabajo.” (Arellano, 2001, p.84)

Cambios institucionales

A partir de los ‘80s se consolida el sistema de subvenciones educacionales por cuya


mediación se financia la educación privada y, junto a ello, se traspasaron a los
municipios todos los establecimientos educacionales que dependían del gobierno
central. Así, se estableció un sistema descentralizado de gestión educacional en que el
MINEDUC paga una subvención mensual por alumno que asiste a clases a los colegios
municipales o particulares elegidos por los padres.

La mejora en el monto de la subvención y la regularidad en su pago se tradujo en una


fuerte expansión del número de escuelas privadas durante los años ochenta.

“En términos de matrícula escolar, la educación privada subvencionada pasó de 402 mil
alumnos en 1980 a 960 mil en 1990, mientras la municipal se redujo de 2 millones 260
mil a 1 millón 700 mil en el mismo período. Durante los años noventa la matrícula
municipal se ha estabilizado, mostrando un leve incremento de alumnos, mientras que la
matrícula de escuelas privadas sigue registrando el crecimiento más dinámico.”
(Arellano, 2001, p.85)

Angell, A. (1997). Reforma educativa y política en Chile. Perfiles latinoamericanos:


revista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México, (10), 9-
34.

Reforma educativa bajo un gobierno autoritario (p.2)

Tradicionalmente, el sistema educativo chileno había sido sumamente centralizado. El


gobierno de Pinochet revirtió esa tendencia, mediante varios procedimientos. Para
empezar, se transfirió la responsabilidad de la educación primaria y secundaria a las 325
municipalidades que había en Chile en ese entonces (hoy existen 334). A las
municipalidades se les otorgó el poder para contratar y despedir maestros y para ser
responsables de los edificios y el equipo de las escuelas. El Ministerio de Educación
mantuvo el poder sobre los planes de estudio y los libros de texto y obtuvo funciones de
regulación y supervisión. El segundo procedimiento consistió en incrementar el sector
educativo privado, a través de la expansión del sistema de escuelas particulares
subvencionadas. Este sector incrementó su participación de alumnos en todos los
niveles de un 15.1% del total en 1981, al 32.3% en 1992. De los alumnos restantes el
61% asistió a escuelas municipales y 7% a escuelas privadas de paga. Tercero, se
introdujo un sistema de comprobantes.para financiar escuelas, mediante el cual tanto a
las municipales como a las privadas se les pagaba de acuerdo con el número de alumnos
que asistieran a ellas. Esto sustituyó el sistema anterior basado en los presupuestos
históricos asignados a cada escuela. Desafortunadamente, los efectos de la crisis
económica de 198211983 llevaron a una reducción en el valor de 40% de los
comprobantes, entre 1981 y 1990, y a pesar de que éste se ha incrementado en épocas
recientes, no ha recuperado su valor de 1981. Los comprobantes no se ajustan para
tomar en cuenta las necesidades de los niños de los hogares más pobres, ni tampoco
premian a las escuelas que tienen un buen desempeño.

p.4- El gobierno de Pinochet se oponía a lo que consideraba como intereses creados que
impedían la operación del libre mercado, en este caso la asociación profesional de
maestros (El Colegio de Maestros) quienes, se decía, habían hecho que el uso flexible
de los recursos laborales se tornara rígido. En consecuencia, se prohibieron los
sindicatos y los maestros se convirtieron en empleados privados de las municipalidades,
en lugar de ser funcionarios públicos del Estado. Aunque el número de maestros no
varió mucho, se ha estimado que los salarios de éstos en el sector municipal se
redujeron en un 7% anual entre 1981 y 1990, y en el sector de escuelas subvencionadas
públicas en 10% anual.

Estas reformas educativas fueron afectadas inmediatamente por la severa recesión


económica de 198211983. Mientras que en 1970 Chile gastó el 4.3% de su PIB en
educación y 4.9% en 1981 (el incremento en ese año fue principalmente para cubrir el
costo de transferir responsabilidades a los municipios), para 1988 se había caído a 2.7%.
En relación con el gasto público total, el gasto en educación bajó de 11% en 1980 a
8.1% en 1990. No obstante, el gasto en la educación primaria se mantuvo constante;
el que disminuyó fue el de secundaria y especialmente el de nivel universitario.

Valenzuela, J. M., Labarrera, P., & Rodríguez, P. (2008). Educación en Chile:


entre la continuidad y las rupturas. Principales hitos de las políticas educativas.
Revista iberoamericana de educación, 48(1), 129-145.

La herencia del gobierno militar no solo ha dejado su huella en la conciencia colectiva


de un pueblo, sino también en la continuidad de un modelo macroeconómico,
sustentado en los principios del libre mercado, lo que ha debilitado sistemáticamente la
influencia del Estado en temas tales como previsión social, salud y educación. La
privatización de la educación en Chile se ha constituido en uno de los elementos clave
que caracterizan nuestro sistema educativo, y ha acrecentado la brecha existente entre la
educación a la que accede la población con mejores ingresos y aquella que reciben los
sectores más vulnerables. Con el retorno a la democracia se ha puesto énfasis en la
necesidad de contar con un sistema educativo capaz de asegurar calidad y equidad,
pretendiendo así acortar la brecha social por medio de la educación, sin que ello
signifique un quiebre con la estructura neoliberal imperante. De esta forma, nos
encontramos con políticas que buscan cambios significativos a nivel de logros de
aprendizajes, sin que esto implique reformas sustanciales en la estructura administrativa
existente. Una política que le atribuye a la educación la responsabilidad de acortar la
brecha social que el modelo económico no ha sido capaz de subsanar.

p.131 art  poder entender lo que ha sucedido con la educación en Chile, es necesario
contextualizarla dentro de los diferentes cambios sociales que han estado presentes en
estos últimos veinticinco años, y recordar primeramente, que al igual que muchos otros
países de Latinoamérica, Chile ha experimentado un proceso de transición, desde un
régimen militar a un sistema democrático de gobierno. Sin duda, nuestra historia
reciente desde el punto de vista político, económico, cultural y social, se encuentra
determinada por estos grandes acontecimientos históricos: la irrupción de un gobierno
militar y el retorno de la democracia.

132 - Dentro de la serie de cambios que se comienza a gestar a partir de esta ruptura del
Estado de derecho, se destacan dos elementos fundamentales que caracterizaron la
gestión realizada durante el régimen militar; por una parte, el interés por reducir el
tamaño del Estado, y, por otra, la redefinición del currículo nacional.

Reducción del estado: Estado subsidiario

se establece un conjunto de medidas tendientes a descentralizar y disminuir la acción


del Estado en educación. Esto da pie a un nuevo esquema, aún vigente, que es el del
Estado subsidiario, en el cual este deja de ser responsable directo de las escuelas del
país. En su nuevo rol, el Estado deja de ser rector para transformarse en un ente
orientador. De esta manera, se entregan aportes de subvención con cargo a los
presupuestos del Estado a las escuelas que, siendo propiedad de particulares –escuelas
particulares subvencionadas–, brindan educación a los sectores más vulnerables de la
población.

En 1980 se inicia el traspaso de los colegios fiscales a los municipios, medida con la
que se da término a las escuelas públicas, dando origen a tres tipos de establecimientos,
los cuales han permanecido como exponentes de nuestro sistema educativo.

• Escuelas municipales: financiadas por el Estado, pero de propiedad y administración


de los municipios.

• Escuelas particulares subvencionadas: financiadas por el Estado, pero de propiedad y


administración privada, particulares o fundaciones.

• Escuelas particulares pagadas: financiadas por los padres y apoderados. De esta


forma, de 1.674 colegios particulares subvencionados que había en 1980, la cifra se
incrementa a 2.643 en 1985. El incentivo económico fue uno de los elementos que
fomentó la creación de nuevos establecimientos particulares, puesto que desde ese
momento la educación pasó a ser considerada como un negocio del cual podía participar
cualquier chileno que contara con los recursos de infraestructura necesarios. En la
actualidad, más de la mitad de los establecimientos de nuestro país (56%) corresponde a
escuelas particulares subvencionadas.

Martinic

p.1 El diagnóstico - A fines de la década de los 80 el sistema educativo había logrado


cumplir con importantes metas de cobertura. En efecto, la Enseñanza Básica contaba
prácticamente con un cobertura universal (el 96.7% de los niños entre 6 y 13 años
estaba en la escuela básica) y la Enseñanza Media con una matrícula cercana al 80% de
la población entre 14 y 17 años.

Frente a la expansión de la matrícula existió una caída progresiva del gasto público en
educación durante el régimen militar2. Las escuelas funcionaban en condiciones
materiales muy precarias y los sueldos de los profesores habían caído,
aproximadamente, en un tercio en los últimos años del régimen militar. Por otra parte,
se constataron serios déficit financieros y problemas de gestión en la administración de
las escuelas y liceos traspasados a los Municipios en un proceso de descentralización
que se inició en 1980. Sin embargo, los problemas más profundos se observaron en el
corazón mismo de la educación. Esto es, en la pedagogía y en los aprendizajes. En
efecto, los diagnósticos existentes a la fecha verificaron la pobreza de los ambientes de
aprendizaje caracterizadas, entre otros, por el predominio de una enseñanza frontal;
contenidos atrasados y poco pertinentes; aprendizajes repetitivos y memorísticos; falta
de textos y de recursos pedagógicos de apoyo para la docencia y una supervisión sin
mayor preocupación por los procesos sustantivos de la enseñanza y del aprendizaje en el
aula.
Estas deficiencias en los procesos pedagógicos se tradujeron en altas tasas de repetición;
deserción y, baja calidad de los aprendizajes. De acuerdo a los datos del SIMCE, la
calidad de la Educación Básica no superó en el mejor de los casos el 50% de
aprendizaje de los objetivos mínimos planteados en toda la década de los 80.3 En 1993
se aplicó por primera vez el SIMCE en los segundos medios y sus resultados mostraron
bajos aprendizajes de los alumnos en matemáticas y castellano y, como es de suponer,
los resultados fueron peores en los Liceos Municipales y particular subvencionados4.
En síntesis, las investigaciones demuestran problemas estructurales de una oferta
educativa que, al masificarse en los últimos 35 años, perdió toda clase de vigencia y de
orientación frente a los avances del conocimiento y las necesidades del país

Como es de suponer este tipo de problemas afectan particularmente, a las escuelas y


liceos de dependenca municipal y que atienden a las poblaciones más pobres del país.
En efecto, son los sectores pobres los que tienen menos años de escolaridad; en estos
grupos las tasas de repetición y de deserción son más altas que en las familias de
mejores ingresos y reciben una educación de muy mala calidad lo que se expresa en los
bajos aprendizajes que tienen en las materias fundamentales

Bibliografía

1. Angell, A. (1997). Reforma educativa y política en Chile. Perfiles


latinoamericanos: revista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
Sede México, (10), 9-34.
2. Arellano, J. P. (2001). La reforma educacional chilena. Revista de la CEPAL,
(73), 83-94
3. Lagos, J. S. (1998). La formación de profesores de Educación Infantil y Primaria
en Chile. Tendencias pedagógicas, (1), 287-295.
4. Valenzuela, J. M., Labarrera, P., & Rodríguez, P. (2008). Educación en Chile:
entre la continuidad y las rupturas. Principales hitos de las políticas educativas.
Revista iberoamericana de educación, 48(1), 129-145.
5. Martinic, S. (2017). La reforma educativa en Chile: logros y problemas. Revista
Digital UMBRAL, (2), xx- xx
6. Molina, S. (2000). Logros de la década de los noventa y desafíos futuros.
Perspectivas, 5-21.

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