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"Herramientas
para
el
análisis
de
la
sociedad
y
el
Estado"
|
Sociedad
y
Estado
(2015)
|
UBA
XXI
PRESENTACIÓN
Historia
de
la
institucionalidad
sociopolítica
a
partir
de
1880.
Mirada
sobre
las
instituciones
que
se
vinculan
con
el
acceso
y
ejercicio
del
poder
desde
el
Estado,
y
la
forma
en
que
este
se
legitima
ante
la
sociedad.
Relación
entre
un
Estado
y
una
sociedad
en
el
siglo
XX.
Dificultades:
sociedades
muy
heterogéneas,
con
intereses
numerosos,
ambiguos
y
contrapuestos.
Existencia
de
variadas
identidades
políticas,
ideológicas,
étnicas,
culturales
y
grupales
que,
en
un
mundo
cambiante,
evitan
su
clasificación
en
“buenas”
o
“malas”.
Para
una
comprensión
de
por
qué
y
cómo
sucedieron
los
hechos
de
la
historia,
las
ciencias
sociales
proveen
conceptos
académicos.
Un
concepto
no
es
una
mera
verdad
absoluta,
sino
la
base
desde
donde
comenzar
a
discutir,
ordenada
y
sistemáticamente,
algunos
problemas
concretos
e
ideas
teóricas
que
aparecen
en
el
transcurso
de
la
historia
argentina.
Los
conceptos
son
construcciones
abstractas
y
complejas
que
sirven
para
describir
situaciones
y
hechos
sociales.
Por
ej.
el
concepto
de
“dictadura”,
un
concepto
académico
que
registrará
las
características
generales
y
comunes
al
fenómeno
más
allá
de
los
detalles
particulares
que
cada
una
tenga.
Términos
que
tuvieron
su
origen
en
los
ámbitos
académicos
y
políticos,
como
por
ej.
“populismo”,
conceptos
que
definían
complejos
procesos
sociales
se
convirtieron
en
un
tipo
de
insulto
hacia
adversarios
de
diversa
clase.
Esto
ha
“contaminado”
su
uso.
El
ESTADO
es
una
asociación
(entidad,
institución)
que
ejerce
el
monopolio
de
la
violencia
sobre
un
territorio
determinado
y
que
busca
dominar
a
una
sociedad
que
reside
en
ese
territorio.
La
SOCIEDAD
está
compuesta
por
personas
con
derechos
y
obligaciones
(ciudadanos)
que
necesitan
de
un
Estado
para
organizarse.
De
lo
contrario,
solo
los
más
fuertes
podrían
hacer
valer
sus
derechos.
El
Estado
y
la
sociedad,
dos
espacios
distintos
que
se
relacionan
de
forma
diversa
y
compleja.
Complejidad
que
se
caracteriza
por
una
heterogeneidad
de
actores
y
grupos
que
buscan
cumplir
sus
objetivos
y
evitar
que
otros
lo
hagan.
Actores:
los
grupos
,organizados
o
no,
y
individuos
que
generan
estrategias
públicas
para
cumplir
sus
objetivos.
Pueden
ser
actores
sociales
o
políticos,
actores
empresariales,
del
mundo
de
la
cultura
o
internacionales.
La
sociedad
está
integrada
por
actores
que
tienen
diversos
intereses
y
contrapuestos.
El
objetivo
de
los
actores
es
maximizar
sus
intereses
que
son
heterogéneos,
conseguir
más
recursos,
de
distinto
tipo,
materiales
o
simbólicos,
para
ellos
y
para
sus
representados
(ej.
los
subsidios,
los
planes
sociales,
los
fallos
judiciales,
o
algún
tipo
de
reconocimiento
estatal).
La
relación
entre
los
actores
políticos
y
sociales
y
el
Estado
está
caracterizada
por
distintos
momentos,
de
cooperación
o
de
conflicto,
esto
se
agudiza
en
escenarios
de
recursos
escasos
o
insuficientes.
Sin
embargo
existen
conflictos
aun
cuando
hay
recursos;
puede
ocurrir,
cuando
se
está
ante
diferencias
ideológicas
insalvables
o
de
intereses
contrastados.
La
relación
entre
el
Estado
y
la
sociedad
crea
una
densa
y
extensa
red
“espacio
público”,
escenario
donde
se
desarrollan
los
acontecimientos
que
definen
y
caracterizan
la
vida
política
y
social
de
un
país.
¿Qué
son
y
para
qué
sirven
las
instituciones
.
Guillermo
O´
Donnell
:
las
instituciones
son
pautas
–leyes,
códigos,
reglamentos,
constituciones,
organismos
(corporación,
asociación)
del
Estado-‐
que
establecen
y
regulan
la
interacción
entre
las
personas
y
los
grupos
de
una
sociedad.
Lucio
Levi
:
las
instituciones
juegan
un
papel
predominante
en
la
construcción
del
poder
social
en
un
país,
“[…]constituyen
la
estructura
organizativa
del
poder
político
,
que
selecciona
a
la
clase
dirigente
y
asigna
a
los
diversos
individuos
comprometidos
con
la
lucha
política
su
poder”.
Las
instituciones
son
esenciales
en
la
vida
social.
A
través
de
estas,
la
interacción
humana,
tanto
en
la
sociedad
como
en
las
organizaciones
que
la
integran
(partido
político,
asociación
de
barrio),
se
encuentra
guiada
y
regulada
por
medios
formales
formulados
desde
el
Estado.
Regulan
y
ordenan
el
espacio
público.
Sin
instituciones
formales
y
socialmente
reconocidas,
ej.
sin
leyes,
la
vida
social
sería
una
lucha
constante
de
todos
contra
todos.
Estas
no
son
naturales
ni
creadas
por
una
entidad
religiosa
abstracta,
sino
que
son
una
resultante
de
la
lucha
por
el
poder
en
una
sociedad
determinada,
lucha
por
imponer
las
reglas
del
jugo
que,
pueden
favorecer
más
a
algunos
que
a
otros.
La
lógica
de
funcionamiento
en
las
sociedades
modernas:
todos
deben
respetar
lo
que
las
instituciones
decidan,
decreten.
Por
eso,
esta
lucha
por
controlar
las
instituciones
es
constante
y,
quien
logra
imponer
una
orientación
determinada
a
las
leyes
y
a
otras
instituciones
formales,
logra
fortalecer
sus
intereses
particulares.
La
lucha
por
el
poder
en
una
sociedad
es
histórica
y
supone
limitaciones
–
tradiciones,
experiencias
y
memorias-‐
que
los
mismos
actores
suelen
ignorar
y
que
son
un
sustento
importante
para
sí
misma.
Por
ej.
tradiciones
peronista
y
antiperonista
a
lo
largo
del
tiempo
y
la
pertenencia,
a
uno
u
otro
de
estos
colectivos,
fue
limitando
las
estrategias
de
los
distintos
actores.
La
lucha
por
el
poder
es
coyuntural
por
otra
parte,
no
solo
se
apoya
en
el
pasado
.
Es
contemporánea
de
quienes
encaran
el
proceso
de
conflicto
político
y
produce
conciencia
respecto
de
cuál
es
el
objetivo
perseguido.
Los
actores
se
mueven
racionalmente
y
buscan
cumplir
sus
objetivos
y
aumentar
sus
beneficios.
En
el
marco
de
los
conflictos
de
intereses
constantes
en
las
sociedades
humanas,
las
instituciones
ordenan,
regulan
clasifican
y
determinan
lo
que
se
puede
hacer,
y
lo
que
no;
establecen
“cómo”
hacerlo
y
predicen
el
castigo
a
quienes
no
cumplan
con
lo
establecido,
además,
regulan
quién
manda,
cuánto
poder
para
hacerlo
poseerá,
cuáles
serán
sus
límites
y
quién
o
quiénes
se
los
impondrán.
No
cualquier
norma,
por
más
formal
que
sea,
es
una
institución.
Para
constituirse
como
tales
deben
provenir
de
algún
espacio
vinculado
al
Estado,
y
ser
reconocidas,
aceptadas
y
regularmente
obedecidas
por
los
diversos
ciudadanos
y
actores
sociales.
Los
ciudadanos
deben
admitir
su
poder,
aunque
no
los
favorezca
la
ocasión,
deben
aceptar
el
papel
mediador
de
las
leyes
y
sus
resoluciones.
Estas
decisiones
que
las
instituciones
toman
e
implementan
están
respaldadas,
apoyadas
por
el
Estado
o
sus
agencias,
lo
que
fortalece
su
rol
estructurador
y
ordenador
de
las
relaciones
sociales.
Aunque
una
decisión
del
Estado
no
le
agrade
a
alguien,
estará
obligado
a
obedecerla,
ya
sea
honestamente
o
por
el
temor
a
las
sanciones
que
pueda
recibir
si
no
lo
hace.
Weber:
el
Estado
debe
apelar
a
la
coerción,
a
la
fuerza.
Las
instituciones
deben
mantener
cierta
permanencia
temporal;
los
actores
y
grupos
con
intereses
diferentes
y
en
lucha
tienen
que
confiar
en
su
estabilidad
y
sostener
la
expectativa
de
seguir
interactuando
acorde
a
las
mismas
en
el
futuro.
Las
leyes
deben
ser
estables
y
consensuadas.
Las
reglamentaciones
legales,
no
pueden
cambiar
todos
los
días
según
qué
partido,
sector
o
grupo
se
encuentre
en
el
poder.
La
previsibilidad
,presente
y
futura,
características
que
definen
a
las
instituciones.
Según
Levi,
permite
“[…]
el
desempeño
(funcionamiento)
regular
y
ordenado
de
la
lucha
por
el
poder
y
del
ejercicio
del
poder
y
de
las
actividades
sociales
vinculadas
a
este.
Cuando
se
habla
de
leyes
que
regulan
la
distribución
del
poder
en
una
sociedad,
por
ej.
las
que
determinan
cómo
se
elije
a
un
presidente.
Las
instituciones
formales
están
escritas
y
reglamentadas
a
través
de
constituciones,
leyes,
y
reglamentaciones
diversas,
y
su
incumplimiento
trae
sanciones,
públicamente
conocidas
y
a
cargo
del
Estado
y
sus
agencias
particulares.
Las
instituciones
informales
no
se
encuentran
escritas
en
ninguna
parte,
por
esta
razón,
son
menos
conocidas
que
las
que
sí
lo
están.
Pueden
ser
aceptadas,
conocidas,
obedecidas
e
incluso,
efectivas.
La
corrupción,
el
clientelismo,
los
golpes
de
Estado,
la
evasión
fiscal,
alguno
de
los
casos
más
conocidos
de
esta
institucionalidad
que
combina
informalidad
y
presencia
estatal.
También
son
instituciones
informales
las
redes
familiares,
la
vecindad,
de
amistad,
religiosas,
cooperativas.
Esto cobra interés en las instituciones vinculadas al poder y las reglas de acceso al mismo.
Los
dos
tipos
funcionan
paralelamente.
Nunca
es
totalmente
formal
o
informal.
Los
golpes
de
Estado,
informalidad
reiterada
en
la
Argentina,
no
previsto
(incluido)
en
ningún
código
o
constitución
como
una
alternativa
legal.
Era
un
hecho
ilegal,
por
fuera
de
la
formalidad
prevista.
Pero
al
ser
una
alternativa
reiterada,
era
también
una
suerte
de
institución,
pero
informal.
Además,
iniciaban
un
nuevo
régimen
previsto
en
la
ley.
Durante
los
golpes
de
Estado,
se
observa
la
contradicción
entre
la
formalidad
y
la
informalidad
,
ya
que
la
ley
(la
constitución)
marca
que
el
espacio
legítimo
de
conducción
del
país
es
la
presidencia
electa
democráticamente.
Pero
la
realidad
informal
indicaba
que
en
la
Fuerzas
Armadas
estaba
el
verdadero
poder,
poder
que
solo
encontraba
la
legitimidad
en
las
armas
y
en
la
posibilidad
de
utilizarlas
contra
sus
propios
ciudadanos,
si
estos
no
aceptaban
la
dominación
propuesta
por
el
Estado
no
democrático.
El
golpe
de
Estado
es
una
imposición
informal
por
medio
de
la
fuerza.
Florencia
Deich,
“un
golpe
de
Estado
sin
importar
la
causa
que
lo
argumente,
es
siempre
un
acto
ilegal”.
Más
aun
cuando
produce
una
dictadura
como
forma
de
gobierno.
Verónica Beyreuther define una dictadura cuando “varias personas asumen sin límite alguno las funciones íntegras de un país”.
Definición
de
régimen
político
:
conjunto
de
reglamentaciones
que
definen
cómo
se
accede
al
poder
y
cómo
se
lo
ejerce.
Margarita
Batlle
señala
que
es
aquel
en
el
que
la
ley
exige
elecciones
abiertas
y
transparentes,
la
constitución
establece
la
forma
en
que
se
debe
ejercer
cada
uno
de
los
cargos
públicos
de
representación,
donde
existen
libertades
garantizadas
por
la
ley,
y
los
derechos
de
las
mayorías
y
las
minorías
están
formalmente
definidos.
Beyreuther
sostiene
que
un
régimen
dictatorial
es
muy
distinto;
un
presidente
militar
que
nadie
votó
en
aquella
ocasión
como
hubiera
sucedido
en
una
democracia.
Graciela
Etchevest
afirma
que
en
un
régimen
no
democrático,
el
acceso
al
poder
se
produce
violando
las
leyes
que
deberían
ser
respetadas.
Dos
regímenes
políticos
distintos;
en
el
democrático
las
reglas
para
acceder
al
poder
están
basadas
en
la
decisión
de
la
sociedad
a
través
del
voto,
en
el
régimen
dictatorial
o
autoritario,
la
decisión
la
toman
unos
pocos
y
basan
su
poder
en
la
fuerza.
Pasar
de
un
régimen
democrático
a
uno
dictatorial
a
través
de
un
golpe
de
Estado,
es
un
momento
clave
en
una
sociedad.
Cuando
cambia
el
régimen
político,
se
modifica
la
forma
en
que
se
accede
y
ejerce
el
poder.
Florencia
Deich
y
Eve
Labandeyra
:
el
cambio
de
régimen
ocurre
cuando
hay
una
modificación
sustancial
en
las
reglas
del
juego
que
determinan
el
acceso
al
pode
y
a
su
ejercicio.
Ej.
cambio
de
régimen
de
una
dictadura
a
una
democracia;
inciertas
y
complejas
formas
que
adopta
el
cambio
de
un
régimen
a
otro,
la
“transición”.
Pueden
ocurrir
por
causa
de
algún
golpe
de
Estado,
o
por
alguna
interrupción
forzosa
de
los
mandatos
constitucionales
vigentes.
Estos
procesos
reiterados
en
la
Argentina
,
años
:
1930,
1943,
1955,
1962,
1966
y
1976.
Cambios
de
régimen
de
un
gobierno
dictatorial
a
otro
democrático
en
nuestro
país,
años:
1916,
1946,
1958,
1963,
1973
y
1983.
En
un
régimen
político
estable
los
distintos
actores
confían
en
las
reglas
y
eso
puede
estimular
el
acuerdo
de
resoluciones
sobre
políticas
de
Estado
y,
de
esa
forma,
un
país
logra
avanzar
para
cumplir
objetivos
y
aumentar
sus
capacidades
y
desarrollo.
En
la
historia
argentina,
quienes
perdían
el
poder
o
no
podían
alcanzarlo
con
el
triunfo
electoral,
no
deseaban
abandonar
las
ventajas
que
les
otorgaba.
Golpes
de
estado,
significó
la
intervención
de
las
Fuerzas
Armadas
y
de
seguridad
en
ámbitos
de
la
vida
social
no
previsto
por
la
ley.
Puede
suceder
que
aquellos
que
pierdan
el
poder
traten
de
mantenerse
en
el
mismo
violando
todo
tipo
de
legalidad
con
el
objetivo
de
evitar
que
accedan
representantes
de
partidos
o
sectores
sociales
que
poseían
distintos
intereses
o
visiones
sobre
cómo
conducir
al
país.
Ej.
el
gobierno
de
Yrigoyen,
la
proscripción
de
los
radicales
bajo
el
gobierno
de
Uriburu.
La
inestabilidad
permanente,
la
falta
de
consenso
por
el
modelo
de
país
que
pretendía
y
los
conflictos
no
resueltos
que
esta
situación
trajo
aparejado,
tuvieron
una
gran
influencia
en
el
desarrollo
de
la
historia
argentina,
y
se
manifestaron
tanto
en
los
actores
políticos,
en
las
organizaciones
sociales
como,
principalmente
,
en
las
formas
que
adoptaron
la
política
y
la
vida
social
a
través
de
la
relación
entre
la
sociedad
y
el
Estado.
El
constante
cambio
de
las
reglas
de
juego
impactó,
en
el
desarrollo
y
funcionamiento
de
las
instituciones
políticas,
y
se
tradujo
en
luchas
y
desencuentros
en
la
resolución
de
conflictos
y
en
el
reparto
del
poder.
La
sociedad
argentina
relaciona
y
estructura
sus
múltiples
intereses
para
influir
en
la
generación
de
algunas
políticas
estatales
y
en
el
bloqueo
de
otras.
Ni
el
Estado
ni
la
sociedad
pueden
verse
como
actores
homogéneos,
ambos
son
escenarios
donde
se
representan
y
se
enfrentan
diversos
intereses,
identidades
y
demandas
sociales
en
un
constante
juego
de
tensiones
que
pocas
veces
encuentran
una
única
instancia
de
definición
y
un
resultado
inapelable,
incuestionable.
Ante
la
complejidad
de
la
relación
entre
la
sociedad
y
el
Estado,
caracterizada
por
tensión
y
conflicto
y
en
la
que
se
reproduce
la
heterogeneidad
de
intereses
y
proyectos
hace
falta
una
institucionalidad
que
posea
un
grado
de
legitimidad
para
que
aquellos
que
pierdan
la
pulseada
social
y
política,
no
decidan
apelar
a
métodos
no
previstos
formalmente
para
cumplir
sus
objetivos.
Ej.
de
l
o
que
produce
la
ausencia
de
legitimidad
política:
los
numerosos
golpes
de
Estado,
también
la
violencia
política
o
la
ausencia
de
políticas
de
Estado
,
acordadas
por
diversos
grupos
sociales.
Enfrentamientos
sociales
vinculados
con
la
necesidad
de
generar
y
dominar
los
espacios
de
autoridad
en
el
espacio
público
que,
también
se
encuentra
relacionada
con
la
construcción
social
del
poder.
Esto
tiene
influencias
en
el
camino
que
recorre
un
país.
Aquellas
sociedades
que
tuvieron
mayores
acuerdos
acerca
de
cuáles
eran
las
reglas
que
les
permitían
resolver
los
conflictos
y
procesar
los
diversos
intereses
en
pelea
,
han
conseguido
una
mayor
estabilidad
de
su
régimen
político
y
mejores
condiciones
para
su
desarrollo
social.
UNA MIRADA SOBRE LA LUCHA POR EL CONTROL DE LAS INSTITUCIONES EN LA HISTORIA ARGENTINA
Desde
su
independencia,
la
Argentina
fue
escenario
de
cruentas
luchas
para
definir
quiénes
ocupaban
los
puestos
que
permitían
definir
el
rumbo
del
Estado
.
Esto
era
importante
porque
implicaba
la
formulación
de
ciertas
políticas
públicas
(ej.las
económicas)
que
podrían
favorecer
a
algunos
sectores
y
perjudicar
a
otros;
quien
lograra
influir
más
sobre
el
Estado,
tendría
parte
del
juego
ganado.
La
inestabilidad
en
las
reglas
que
ordenan
a
una
sociedad
y,
en
las
que
regulan
el
acceso
y
ejercicio
del
poder
político
puede
ser
una
de
las
explicaciones
para
entender
la
ausencia
de
un
acuerdo
sobre
el
destino
del
país
su
modelo
de
desarrollo
y
el
tipo
de
inserción
que
debía
tener
en
un
mundo
cambiante.
Ante
la
ausencia
de
reglas
pactadas
para
definir
quién
ganaba
y
quién
no
comenzaban
a
conspirar
para
lograr
una
nueva
oportunidad
de
acabar
con
su
enemigo
sin
aguardar
los
términos
temporales
fijados
por
la
ley,
un
ej.
los
dos
primeros
gobiernos
peronistas.
Perón
llegó
al
poder
y
gobernó
el
país
en
forma
autoritaria,
quienes
se
le
oponían
buscaban
quitarlo
del
poder
sin
respetar
las
reglas
de
juego
(ya
que,
Perón
tampoco
lo
hacía).
Finalmente,
hicieron
un
golpe
de
Estado
y
lograron
expulsarlo.
Siglo XX, la violencia fue convirtiéndose en una característica estructural de la lucha por el poder en el país.
La
apelación
a
la
violencia
como
“institución
informal”
para
resolver
los
problemas
del
país
recrudeció
a
fines
de
la
década
de
los
años
sesenta,
con
el
terrorismo
de
Estado.
Esto
ocurrió
tanto
en
los
gobiernos
peronistas
como
bajo
el
gobierno
militar
impuesto
en
1976.
LA
DEMOCRACIA.
DEBATES
EN
TORNO
A
SU
DEFINICIÓN
¿Cuándo un régimen político es democrático y cuándo no lo es?
Bertino, en su texto sobre la democratización, visiones sustantivas o realistas de la democracia.
Los
realista:
“
la
democracia
debe
servir
para
elegir
nuestros
gobiernos,
nada
más
[…]
de
esta
forma
podríamos
tener
un
método
de
elección
de
gobernantes
pacífico
y
acordado
y
evitar
que
los
intereses
enfrentados
colapsen
la
sociedad
buscando
destruirse
mutualmente”.
Los
de
la
democracia
sustantiva
:
“la
democracia
es
un
sistema
que
busca
la
participación
de
los
ciudadanos
en
todas
las
decisiones
importantes
de
una
sociedad.
No
alcanza
votar
una
vez
cada
cuatro
años”.
Ambas
poseen
algo
de
razón.
La
democracia
importa
como
conjunto
de
reglas
ordenadoras
del
régimen
político
–como
dicen
los
realistas-‐y,
como
la
forma
en
que
se
incluye
a
los
ciudadanos
activamente
en
la
toma
de
decisiones
de
este
régimen,
como
argumentan
los
defensores
de
la
democracia
sustantiva.
Un
régimen
político
se
define
por
la
forma
en
que
se
accede
al
poder
y
por
el
modo
en
que
se
ejerce
dicho
poder.
Este
en
la
democracia,
se
ejercerá
de
manera
tal
que
se
respeten
las
leyes,
que
el
presidente
haya
sido
elegido
por
la
mayoría
y
que
vele
por
los
intereses
de
las
minorías
(quienes
perdieron)
y
que
busque
ampliar
los
derechos
de
todos
ciudadanos
y
fomentar
su
participación
en
los
asuntos
públicos.
Un
partido
político
puede
ganar
una
elección
por
votación
popular
y
así
se
le
otorga
una
legitimidad
democrática
para
ejercer
el
gobierno;
una
vez
en
el
poder,
tiene
que
ejercerlo
en
forma
legal.
No
obstante
puede
ejercerlo
en
forma
despótica
(absoluta,
sin
ley)
e
ilegal.
Hitler
en
Alemania
cambió
las
reglas
de
juego,
convirtiendo
una
democracia
en
una
dictadura.
Ni
el
régimen
ni
el
gobierno
serían
democráticos.
Para
que
un
régimen
sea
totalmente
democrático,
debería
ser
legítimo
en
su
elección,
pero
también,
ser
respetuoso
de
la
legalidad,
cumplir
sus
promesas
y
aceptar
los
desacuerdos
de
opositores
y
minorías.
Conclusión: la Argentina casi no ha tenido gobiernos democráticos en su historia.
Definición
equilibrada
de
la
democracia
:
conjunto
de
reglas.
Definición
instrumental
que
todos
los
actores
puedan
aceptar.
Garantizar
una
puerta
que
permita
diferenciar
a
una
democracia
de
aquello
que
no
lo
es,
esto
sería
darle
la
razón
a
los
realistas.
LA POLIARQUÍA
Según
Batlle,
la
poliarquía
podría
definirse
como
la
“democracia
realmente
existente”.
La
democracia
ideal
nunca
podrá
concretarse,
es
un
deseo
utópico,
motivo
por
el
cual
propone,
en
su
reemplazo,
utilizar
este
concepto
para
definir
un
gobierno
mínimamente
democrático.
La definición pone énfasis solo en la forma de acceso al poder, es muy limitada, pero concreta.
En
la
historia
argentina
algunos
regímenes
no
fueron
totalmente
antidemocráticos,
hay
matices,
por
ej.
el
gobierno
de
Agustín
P.
Justo
(asumido
en
1932),
se
originó
en
un
régimen
ilegítimo
y
dictatorial
producto
del
derrocamiento
del
presidente
electo
democráticamente,
Hipólito
Yrigoyen.
Sin
embargo,
Justo
logró
recuperar
el
funcionamiento
de
diversas
instituciones
democráticas
y
diferenciarse
de
su
antecesor,
el
general
Uriburu.
Variedades
en
la
opción
(democracia
vs,
dictadura),
una
tercera
condición
para
los
regímenes
políticos:
los
semidemocráticos,
aquellos
que,
si
bien
no
tienen
una
legitimidad
de
origen
totalmente
democrática,
tampoco
pueden
considerarse
gobiernos
dictatoriales.
Caso
interesante
y
polémico,
caracterizar
como
democráticos,
semidemocráticos
o
no
democráticos,
a
los
gobiernos
radicales
de
fines
de
los
años
cincuenta
y
sesenta
en
encabezados
por
Arturo
Frondizi
y
por
Arturo
Illia
respectivamente,
éstos
accedieron
al
poder
con
el
peronismo
proscripto,
por
directa
presión
de
los
militares.
Justamente,
una
de
las
características
para
definir
una
democracia
mínima,
una
poliarquía,
es
que
todos
los
ciudadanos
puedan
votar
lo
que
deseen
y
también
presentarse
libremente
a
elecciones.
A
pesar
de
esta
anormalidad,
la
forma
en
que
Frondizi
e
Illia
ejercieron
el
gobierno
no
podría
asimilarse
a
gobiernos
dictatoriales
como
los
encabezados
por
Videla
o
Uriburu.
De
hecho,
resultaron
en
muchos
aspectos
más
democráticos
que
otros
gobiernos
que,
con
un
origen
democrático,
desarrollaron
políticas
persecutorias
e
ilegales
como,
por
ej.
en
tiempos
del
tercer
gobierno
peronista.
La
aparición
del
Estado
como
actor
histórico
marca
un
antes
y
un
después
en
el
desarrollo
de
las
sociedades
humanas.
Desde
su
creación
pasa
a
ser
el
poder
y
quien
define
las
reglas
de
juego
en
una
sociedad
determinada;
va
generando
diferenciaciones
entre
los
habitantes
(entre
los
que
mandan
y
los
que
obedecen).,
Es
una
creación
humana.
Es
el
que
aplica
las
leyes,
quien
las
hace
cumplir.
Si
no
hay
Estado,
las
sociedades
se
organizan
internamente
por
la
aplicación
de
la
fuerza
entre
las
mismas
personas.
Antes
de
la
existencia
de
los
Estados
nacionales,
también
se
organizaban
por
la
fuerza
las
relaciones
entre
los
distintos
grupos,
ya
que
tampoco
había
fronteras
delimitadas
formalmente
entre
aquellos
que
ocupaban
un
territorio
determinado.
Thomas
Hobbes
–
El
Estado
había
surgido
a
través
de
un
acuerdo
entre
todos
los
habitantes
de
un
territorio
para
organizarse
mejor..
Un
Estado
les
daría
más
poder
y
seguridad.
En
los
momentos
de
su
creación,
aunque
fuera
precario
y
pequeño,
permitía
organizar
la
defensa
y
las
relaciones
entre
las
personas
reduciendo
la
violencia
sin
control.
Por
otra
parte
hacia
más
eficiente
la
agricultura
y
la
ganadería.
DEFINICIÓN
Max
Weber-‐
Estado:
aquella
comunidad
humana
que,
dentro
de
un
determinado
territorio
reclama
para
sí
el
monopolio
de
la
violencia
física
legítima.
A
todas
las
demás
asociaciones
e
individuos
sólo
les
concede
el
derecho
a
la
violencia
física
en
la
medida
que
el
Estado
lo
permite.
El
Estado
es
la
única
fuente
del
“derecho”
a
la
violencia.
Dos
elementos
que
definen
a
un
Estado:
el
dominio
(fuerza,
autoridad)
sobre
un
territorio
determinado.
Ese
debe
ser
propiedad
del
Estado,
y
dentro
de
aquel,
el
Estado
es
la
institución
que
monopoliza
el
uso
de
la
violencia
legítima.
“Monopoliza
la
violencia”
quiere
decir
que
dentro
de
ese
territorio
que
domina
es
el
único
que
puede
ejercer
la
violencia.
Por
ej.
a
través
de
la
policía
o
de
cualquier
de
los
cuerpos
armados
del
Estado;
violencia
entendida
como
legítima,
aceptada
por
la
sociedad
y
regulada
en
la
legislación
(leyes
que
regulan
un
Estado).
El
Estado
y
las
sociedades
se
han
complejizado
cada
vez
más.
Sobre
todo
con
la
llegada
de
la
globalización.
El
Estado
es
una
relación
de
dominación
de
hombres
sobre
hombres,
que
se
sostiene
por
medio
de
la
violencia
legítima.
Para
subsistir
necesita
que
los
dominados
respeten
la
autoridad
que
pretenden
tener
quienes
dominan.
Weber-‐
cómo
el
Estado
consigue
hacer
efectiva
la
dominación
sobre
una
sociedad
determinada.
A
la
asociación
estatal
lo
que
la
distingue
y
diferencia
de
cualquier
otro
tipo
de
organización
social
es
el
medio
que
elige
para
ejercer
dicha
dominación:
la
coacción
física
(la
violencia),
que
ejerce
de
manera
legítima
y
monopólica.
Lejos
está
de
ser
un
espacio
igualitario.
Es
producto
de
la
dominación
de
personas
sobre
personas,
no
es
representativo
de
la
totalidad
de
la
sociedad;
ésta
es
heterogénea
y
conflictiva,
y
eso
también
influye
en
el
Estado.
Dentro
del
Estado
también
hay
diferencias.
La
violencia
pura
es
un
elemento
esencial
para
dominar,
pero
para
ser
efectiva,
debe
ser
aceptada
por
los
ciudadanos
y
,
además,
debe
ser
legal,
incluida
en
las
leyes;
debe
ser
legítima,
regulada
por
la
ley.
Monopolio
de
la
violencia
y
legitimidad,
condiciones
esenciales
de
la
dominación
estatal.
El
Estado
no
puede
ejercer
violencia
si
no
está
adherida
a
la
legalidad
que
él
mismo
promulga.
La
violencia
tiene
una
explicación
que
la
legítima,
por
ej.
mantener
el
orden,
y
una
legalidad
que
la
controla,
le
da
forma
e
impide
que
se
desborde
(
la
ley).
Para
Karl
Marx
el
Estado
es
clasista,
favorece
a
una
clase,
está
al
servicio
de
la
clase
dominante.
El
Estado
es
quien
posibilita
reproducir
la
dominación
a
partir
de
conservar
y
proteger
el
sistema
capitalista,
es
un
instrumento
que
le
permite
a
esa
clase
subordinar
a
las
otras.
La
propuesta
de
acción
política
del
marxismo
es
la
conquista
del
poder
político
por
parte
de
la
clase
trabajadora;
la
destrucción
del
Estado
burgués
y
la
construcción
de
un
Estado
obrero,
como
paso
a
la
transición
hacia
el
socialismo
y
el
comunismo.
Sociedad
donde
a
largo
plazo
no
habría
Estado.
Weber-‐
Los
ciudadanos
aceptaron
el
poder
de
dominación
ejercido
por
el
Estado
sobre
la
base
de
tres
tipos
de
fundamentos
de
la
legitimidad
de
una
dominación:
1)
La
legitimidad
del
“eterno
ayer”
basada
en
la
costumbre;
la
obediencia
no
se
reflexiona
mucho,
”siempre
fue
así
y
siempre
lo
será”.
2)Dominación
sostenida
en
la
gracia
o
carisma
personal
de
quien
lidera
un
Estado.
Cuando
una
persona,
usando
su
inteligencia,
atracción
personal,
capacidad
de
liderar
grupos
o
convenciendo
a
enormes
cantidades
de
población,
genera
reglas
que
la
multitud
obedece
sin
cuestionar.
El
“carisma”
asociado
al
liderazgo
personal
de
una
figura
dominante:
el
“caudillo”.
Idea
de
la
vocación
(actitud)
por
el
poder
mostrada
por
él.
3)
Legitimidad
basada
en
la
“legalidad”,
fundada
sobre
normas
racionalmente
creadas,
como
son
las
leyes.
Habitual
en
el
mundo
occidental
del
siglo
XX.
Las
sociedades
se
ordenan
en
torno
a
la
ley,
que
coloca
al
Estado
en
un
papel
de
árbitro.
Es
una
dominación
legal
ya
que
la
sociedad
piensa
que
es
lo
más
eficiente
para
evitar
la
propagación
de
la
violencia
descontrolada.
Weber-‐
racionalización
como
elemento
explicativo
de
la
civilización
occidental
;
proceso
donde
el
Estado
se
convierte
en
la
máquina
racional.
Aparece
otro
de
los
grandes
actores:
la
burocracia,
quienes
llevan
adelante
la
dominación
del
Estado.
Diversos
niveles
de
estatalidad:
Estado
municipal,
Estado
provincial
y
Estado
nacional,
éste
constituido
sobre
la
idea
de
la
nación,
unida
a
un
espacio
territorial
determinado.
Hay
Estados
que
no
son
nacionales,
sino
regionales,
agrupan
a
varios
países,
por
ej.
la
Unión
Europea.
Hay
naciones
que
no
han
podido
constituirse
en
Estados.
Hay
Estados
que
contienen
más
de
una
nacionalidad
,
por
ej.
el
Estado
nacional
español.
Gobierno:
conjunto
de
personas
y
partidos
que
momentáneamente
mantienen
el
poder
a
través
de
cargos
electivos
o
políticos.
Es
ejercido
por
representación
de
la
sociedad;
es
un
poder
delegado
y
el
método
de
delegación
son
las
elecciones.
Es
otorgado
y
prestado
para
ser
ejercido
pero
solo
por
un
tiempo
preestablecido.
El
Estado
está
representado
por
los
funcionarios
(maestros,
policías,
jueces,
militares)
que
dotan
de
autoridad,
legalidad
y
legitimidad
a
cada
gobierno.
El
Estado
es
el
que
les
permite
a
los
gobernantes
justificar
su
reclamo
de
apoyo
popular,
porque
es
el
Estado
quien
contiene
y
representa
al
conjunto
de
la
sociedad.
La
constitución
Nacional
es
la
ley
máxima
ya
que
organiza
y
da
forma
al
gobierno
de
un
Estado,
una
suerte
de
contrato
con
la
sociedad.
El Estado es una construcción histórica cuyas características varían a lo largo del tiempo y que va adoptando diferentes formas.
EL ESTADO ABSOLUTISTA
El
proceso
de
formación
y
consolidación:
finales
del
siglo
XV
y
principios
XVI,
se
mantiene
hasta
finales
del
siglo
XVIII.
Su
conformación
fue
producto
de
innumerables
transformaciones,
políticas
(debilitamiento
del
poder
de
los
señores
feudales
con
posterioridad
a
las
cruzadas),
económicas
(expansión
del
comercio),
sociales
(resurgimiento
de
las
ciudades
y
aparición
de
nuevos
actores
sociales)
y
culturales
(nueva
manera
de
ver
e
interpretar
el
mundo).
El
Estado
absoluto
terminó
con
el
poder
de
la
iglesia.
Este
régimen
político
“está
sometido
a
normas
y
reglamentos
preestablecidos;
no
es
arbitrario,
el
poder
del
monarca
no
es
ilimitado
y
es
de
tipo
secular
(que
se
repite
cada
siglo)
y
profano
(que
no
es
sagrado)
El
poder
político
se
centralizó
en
la
persona
del
rey,
quien
dominó
a
todo
los
estamentos
(niveles)
de
Estado
(nobleza,
clero,
y
campesinos).
Proceso
centralizador
acompañado
por
el
establecimiento
de
los
límites
de
los
territorios.
El
rey
recupera
el
control
del
territorio.
Para
lograr
esto
y
garantizar
la
defensa
del
territorio,
es
necesaria
la
creación
de
un
ejército
nacional
de
carácter
profesional,
también
monopolizar
el
ejercicio
de
la
justicia
en
manos
del
monarca.
Los
privilegios,
facultades
que
con
anterioridad
poseían
los
señores
feudales
(los
nobles)
se
reemplazaron
a
través
de
funcionarios
y
un
sistema
nacional
administrador
de
impuestos.
Este
tipo
de
Estado
incorporó
a
la
esfera
pública
funciones
y
atribuciones
que
antes
se
ejercían
en
otros
ámbitos.
En
el
ámbito
económico
era
interventor
y
proteccionista,
se
basaba
en
la
teoría
económica
del
mercantilismo;
la
riqueza
de
un
Estado
es
producto
del
desarrollo
del
comercio
y
de
la
acumulación
de
oro.
Para
cumplir
sus
objetivos,
el
Estado
debía
proteger
las
industrias
nacionales
de
la
competencia
extranjera,
con
el
fin
de
importar
lo
menos
posible
y
aumentar
las
exportaciones
para
ganar
oro
y
no
gastarlo.
Siglo
XVIII-‐
nuevas
ideas
que
cuestionaron
el
poder
de
las
monarquías.
La
Revolución
Francesa
dio
origen
a
la
construcción
de
un
orden
político
diferente
y
estableció
las
bases
del
nuevo
orden
político
burgués
que
reemplazaría
al
absolutismo.
EL ESTADO LIBERAL
“Liberal”,
concepción
cuestionadora
del
poder
absoluto.
El
liberalismo
es
considerado
como
la
filosofía
política
de
la
libertad
y
del
progreso
intelectual.
También
como
una
ruptura
de
las
cadenas
religiosas
y
sociales
que
inmovilizaban
el
pensamiento
desde
la
etapa
medieval
y
el
absolutismo.
El
liberalismo
clásico
representa
el
respeto
por
la
vida
privada
y
el
constitucionalismo.
Dentro
del
Estado
liberal
se
incluye
el
ascenso
político
de
la
burguesía,
la
cual
desplazó
a
la
nobleza
y
se
constituyó
en
la
nueva
clase
social
dominante
vinculada
al
capitalismo
y
al
comercio.
Formación de este tipo de Estado-‐antecedentes: la Revolución Inglesa de 1688 y la Revolución Francesa de 1789.
El
Estado
liberal
se
extendió
con
fuerza
hasta
la
crisis
económica
mundial
de
1929-‐1930.
Por
estos
años
aparecerá
un
nuevo
tipo
de
organización
estatal:
el
Estado
interventor
y
Keynesiano.
El
estado
liberal
plantea
la
defensa
de
los
derechos
naturales,
inviolables,
preestablecidos
e
individuales.
El
hombre
en
su
estado
presocial
ya
posee
los
derechos
a
la
igualdad,
la
libertad
y
la
propiedad.
Para
preservar
estos
derechos,
los
mismos
hombres
deciden
firmar
un
contrato
mediante
el
cual
acuerdan
vivir
en
sociedad
y
crear
el
Estado.
Contrato
de
asociación,
contrato
de
dominación.
En
el
primero,
los
hombres
se
asocian
para
vivir
en
sociedad,
en
el
segundo,
para
equiparse
de
una
autoridad.
De
este
modo,
nace
el
Estado,
cuya
primera
obligación
es
la
preservación
de
los
derechos.
Este
tipo
de
Estado
profundizó
un
proceso
de
secularización
(desaparición
de
los
signos,
valores
o
comportamientos
que
se
consideraban
religiosos)
social.
La
iglesia
deja
de
tener
el
monopolio
de
la
educación
y
la
cultura
y
la
legitimidad
del
gobernante
se
obtiene
en
elecciones
periódicas,
fundadas
en
la
validez
de
constituciones.
Situación
acompañada
por
la
división
de
poderes
,
a
fin
de
anular
el
despotismo
(autoridad
absoluta
no
limitada
por
las
leyes-‐abuso
de
superioridad
en
el
trato
con
los
demás).
En
la
esfera
económica,
se
apoyó
en
la
creencia
de
las
leyes
naturales
del
mercado
(de
oferta
y
demanda
y
libre
competencia)
y
en
la
iniciativa
individual.
Estado
no
interventor
en
la
esfera
económica,
Estado
mínimo,
que
entiende,
imagina
al
mercado
como
el
único
capaz
de
otorgar
eficientemente
los
recursos.
Al
Estado
le
corresponde
solamente
vigilar
la
seguridad
exterior
y
la
de
los
individuos,
la
realización
de
obras
públicas
y
la
enseñanza
elemental.
ESTADO FASCISTA
Fascismo-‐
movimiento
político
autoritario
surgido
en
Europa
en
las
primeras
décadas
del
siglo
XX.
En
el
Estado
fascista
en
Italia-‐
la
sociedad
dominada
por
el
terror
y
la
violencia,
por
instrumentos
de
control
social;
gobernada
por
un
aparato
partidario
(defensor
de
una
idea,
un
movimiento).
La
propaganda
tuvo
un
papel
clave
en
el
desarrollo
de
estos
movimientos,
también
el
uso
de
la
fuerza
contra
quienes
se
opusieron.
Este
tipo
de
Estado
se
evidenciaba
en
todas
la
esferas
de
la
sociedad.
El
poder
del
Estado
no
poseía
límites
y
su
control
sobre
la
sociedad
era
total.
Había
un
fuerte
contenido
místico,
basado
en
el
líder.
El
discurso
fascista
poseía
contenidos
racistas;
ideal
militarista
vinculado
a
la
expansión
territorial
,ya
que
el
héroe
se
destaca
venciendo
a
los
enemigos
del
extranjeros.
La
llamada
“reacción
del
miedo”,
generada
por
la
presencia
del
comunismo.
1917
–Revolución
Rusa
y
como
resultado
de
ella
se
había
conformado
el
primer
país
comunista:
la
Unión
Soviética.
Existía
temor
que
el
comunismo
llegara
a
Italia
y
quitara
a
los
patrones
la
propiedad
de
sus
fábricas.
Para
ello,
reclamaban
un
gobierno
fuerte
y
decidido.
Se
generó
rechazo
a
la
democracia
liberal,
incapaz
de
dar
soluciones
a
la
realidad
reinante.
En
el
discurso
siempre
se
apuntaba
a
la
presencia
de
un
enemigo
externo
o
interno
que
se
oponía
al
destino
de
grandeza
de
Italia
y
al
que
se
debía
vencer
por
la
fuerza.
Consideraban
que
la
democracia
no
podía
poner
freno
a
la
revolución
social,
ni
vencer
a
los
países
vecinos
en
una
guerra
por
nuevas
tierras;
el
partido
de
Mussolini
prometía
mejorar
las
condiciones
de
vida
y
la
dignidad
laboral
de
los
obreros.
A
los
patrones
les
aseguraba
la
restauración
del
orden
y
la
jerarquía
social
en
forma
autoritaria,
a
los
nacionalistas
la
obtención
del
honor
internacional
perdido.
Todo
ello
fue
aumentando
su
apoyo
social.
Para
el
fascismo
solo
importaba
el
Estado
(
fuera
de
él
no
pueden
existir,
y
menos
aún
valer)
y
daba
importancia
al
individuo
solo
si
sus
intereses
coincidían
con
los
del
Estado.
Por
ello,
se
oponía
al
liberalismo
que
redujo
el
papel
del
Estado
en
nombre
de
la
defensa
de
los
derechos
del
individuo.
El
fascismo
es
totalitarismo
y
antidemocrático.
El
Estado
fascista
ejerce
un
autoritarismo
nacionalista,
impregnado
de
xenofobia
y
opuesto
pluripartidismo
propio
de
los
regímenes
democráticos.
Se
caracteriza
por
la
existencia
de
un
solo
partido.
En
todo
fascismo-‐existencia
de
un
principio
de
jefatura
carismática,
en
el
cual
la
palabra
del
líder
o
conductor
es
incuestionable.
Se
desarrolló
en
Occidente
a
partir
de
1945,
con
posterioridad
a
la
2da
Guerra
Mundial.
Se
conformó
para
dar
solución
a
los
efectos
económicos
y
sociales
que
la
guerra
había
provocado
y
a
los
altísimos
costos
de
la
reconstrucción.
Se
buscaba
retomar
el
crecimiento
y
la
estabilidad
social,
ante
el
avance
del
comunismo.
Este
tipo
de
Estado
es
el
producto
de
una
toma
de
conciencia
de
la
incapacidad
del
Estado
liberal
de
dar
respuesta
a
los
desafíos
de
la
posguerra.
Es
impulsor
de
políticas
tendientes
a
asegurar
la
vida
de
la
población.
Las
instituciones
públicas
promueven
pagos,
abonos
sociales
(por
ej.
seguros
de
desempleos
y
pensiones)
que
mejoran
la
calidad
de
vida
de
los
habitantes;
impulsa
la
prestación
de
servicios
educativos
y
sanitarios.
Funciones
acompañadas
por
una
legislación
social
que
protege
las
condiciones
laborales,
la
prestación
de
los
servicios
y
la
calidad
de
los
productos.
Este
tipo
de
Estado
busca
la
inclusión
entre
las
fuerzas
del
capital
(por
ej.
los
empresarios)
y
los
sindicatos.
Fuerte
presencia
e
intervención
del
Estado,
como
árbitro
y
constructor
del
consenso
entre
las
partes.
Un
pacto
entre
los
sindicatos,
las
organizaciones
empresariales
y
el
Estado.
Se
caracteriza
por
la
búsqueda
y
el
mantenimiento
de
altos
niveles
de
ocupación,
con
tendencia
al
pleno
empleo.
También
incluye
salarios
altos
con
el
propósito
de
mantener
altos
niveles
de
producción,
con
el
fin
de
anular
conflictos
sociales.
Promueve
una
conciliación
entre
las
distintas
clases
(función
de
árbitro)
Impulsa
la
expansión
del
gasto
público
y
el
gasto
social,
transformándose
en
prestador
de
servicios
(educación,
salud,
previsión
social
y
jubilaciones).
Es
interventor
y
regulador
en
la
esfera
económica.
Impone
la
ganancia
de
las
empresas
y
de
los
sectores
económicamente
dominantes
de
la
sociedad
a
fin
de
promover
una
distribución
de
la
riqueza
dirigida
a
los
sectores
de
menores
recursos.
Asume
como
empresario
y
puede
asociarse
con
el
capital
privado
impulsando
la
existencia
de
una
economía
mixta.
Destinatario
de
críticas
(por
ej.
lo
que
gasta
socialmente).
Su
vigencia
trajo
como
consecuencias
un
conjunto
de
transformaciones
altamente
positivas.
Crecimiento
de
la
población
en
general
y
de
la
población
activa
en
particular,
aumento
del
comercio
internacional,
fuerte
retroceso
del
analfabetismo,
significativo
incremento
de
las
matrículas
educativas
en
todos
los
niveles-‐
auge
de
las
profesiones-‐.
Papel
de
importancia
creciente
pasaron
a
desempeñar
las
mujeres,
ingreso
al
mercado
laboral
a
partir
de
finales
del
siglo
XIX,
su
número
aumentó;
también
la
entrada
en
la
enseñanza
superior.
La
sociedad
vivió
una
verdadera
“LA
EDAD
DEL
ORO”.
Década
del
´70,
comenzó
a
agravarse
la
crisis
económica
y
se
profundizaron
los
cuestionamientos
económicos
y
políticos
al
Estado
de
Bienestar.
La
crisis
del
petróleo,
que
rápidamente
cuadruplicó
el
valor
de
este
insumo
esencial,
generó
una
crisis
en
energética
y
aumentó
los
costes
de
producción.
En
consecuencia,
creció
demasiado
el
déficit
fiscal.
Esto
hizo
surgir
una
corriente
de
pensamiento
impregnada
de
economicismo,
y
dará
lugar
a
otro
tipo
de
Estado.
EL ESTADO NEOLIBERAL
El
neoliberalismo
translada
el
peso
de
las
decisiones
económicas
al
mercado,
considerándolo
como
el
único
asignador
eficiente
de
recursos.
Promueve
la
eliminación
de
controles
y
regulaciones
estatales
que
frenen
el
desarrollo
económico.
Exponentes:
la
primera
ministra
británica
Margarte
Thatcher
y
el
presidente
de
EE.UU,
Ronald
Reagan
durante
la
década
del
´80.
En
la
Argentina
se
consolidó
en
la
década
posterior,
con
el
gobernante
peronista
Carlos
Menem.
El
neoliberalismo
sugiere
la
apertura
de
la
economía,
eliminando
las
protecciones
económicas
que
agravan
sobre
algunos
sectores.
Sostiene
que
las
medidas
reguladoras
y
proteccionistas
(cuyo
objetivo
es
que
los
bienes
producidos
dentro
de
un
país
puedan
competir
con
los
que
se
producen
en
el
exterior,
poniendo
trabas
a
los
productos
extranjeros
mediante
impuestos
o
favoreciendo
la
producción
nacional
eliminando
el
pago
de
impuestos
o
subsidiando
a
quienes
fabrican
en
el
país)
atentaron
contra
la
libre
circulación
de
bienes
y
servicios
y
obstaculizaron
la
eficiencia
económica
del
sistema
internacional.
El
neoliberalismo
se
opone
argumentando
que
se
producen
bienes
de
poca
calidad
y
más
caros.
Para
implementar
las
políticas
neoliberales,
además
se
precisa
una
reforma
financiera
tendiente
a
eliminar
impuesto
o
costos
a
las
actividades
financieras
y
a
las
actividades
que
llevan
a
cabo
empresas
locales
e
internacionales.
Se
implementan
las
medidas
que
suponen
una
mayor
obtención
de
inversión
de
los
sectores
económicos,
sobre
todo
de
los
capitales
extranjeros.
Promueve
la
privatización
de
empresas
públicas
a
fin
de
disminuir
el
gasto
público
“improductivo”,
mediante
una
descentralización
del
Estado
nacional
(para
evitar
o
superar
el
déficit
fiscal);
se
transfieren
responsabilidades
antes
ejercidas
por
el
a
las
jurisdicciones
provinciales,
por
ej.
la
educación
y
la
salud
pública
.
Estas
privatizaciones
abarcan
casi
todas
las
funciones
del
Estado:
manejo
de
trenes,
suministro
de
gas,
luz,
agua
etc.
También
las
jubilaciones,
pensiones
y
prestaciones
universales
otorgadas
por
el
Estado
de
bienestar.
Estrategias
de
flexibilidad
laboral
de
las
empresas.
El
objetivo:
disminuir
el
costo
laboral
de
las
empresas
con
la
incorporación
de
nuevos
empleados
u
obreros
son
pagarles
las
cargas
sociales
(jubilación,
aguinaldo).
El
Estado
liberal
elimina
todo
esos
beneficios
porque
los
considera
un
gasto
que
encarece
la
mano
de
obra
y
aleja
a
los
inversores.
Busca
imponer
un
capitalismo
desregulado
(sin
normas
o
leyes
que
limiten
su
actividad);
los
resultados
que
se
producen
favorecen
la
concentración
económica
y
el
crecimiento
de
las
desigualdades.
Régimen
político:
conjunto
de
reglas
que
regula
el
poder
o
la
lucha
por
el
poder;
haciendo
referencia
a
la
política
y
al
Estado.
Conjunto
de
instituciones
que
establecen
las
reglas
del
juego
político
(definen
quién
gana
y
quién
pierde).
Este
conjunto
conforma
la
estructura
del
régimen
y
determina
cómo
se
organiza
y
distribuye
el
poder
en
una
sociedad.
Al
reglamentar
la
lucha
política,
las
instituciones
garantizan
las
formas
que
adoptan
las
conductas
sociales,
la
lucha
por
el
poder
y
las
actividades
sociales
vinculadas
a
ellas.
Organizan
la
manera
en
que
se
eligen
los
dirigentes
políticos;
se
convierten
en
normas
que
garantizan
la
previsibilidad
(“hoy
puedo
perder,
pero
mañana
puedo
ganar”).
Un
régimen
democrático
se
sostiene
en
normas
que
garantizan
la
participación,
el
pluralismo,
el
consenso,
la
libertad,
la
igualdad,
entre
otros.
Las
democracias
no
son
iguales
en
todos
los
países,
varían
según
el
grado
de
consenso
o
de
participación
,
el
acceso
a
los
servicios
básicos,
el
control
social
sobre
las
decisiones
del
gobierno,
la
independencia
de
la
justicia,
la
cultura
política,
etc.
En
un
régimen
autoritario
predominan
valores
dictatoriales
como
el
despotismo
y
la
represión;
el
pluralismo
(múltiples
tendencias
políticas
,
económicas,
etc.)
,
la
movilización
social
y
la
libertas
de
expresión
se
encuentran
parcial
o
totalmente
limitados.
El
nivel
de
representación
y
participación
política
es
bajo
ya
que
el
Estado
busca
impedir
que
los
ciudadanos
participen
en
los
asuntos
públicos.
Entre
el
Estado
y
la
sociedad
existe
una
línea
divisoria
clara
y
marcada
por
la
fuerza.
Un
régimen
totalitario-‐
el
pluralismo
brilla
por
su
ausencia
y
el
poder
no
se
extiende
más
allá
de
los
pocos
integrantes
del
núcleo
gobernante.
Existen
diferentes
tipos
de
regímenes,
diferentes
alternativas
posibles
para
que
las
sociedades
puedan
ordenar
la
manera
en
que
se
accede
al
poder
y
la
manera
en
que
este
se
ejerce.
Distinguir
los
diferentes
tipos
de
regímenes
entre
sí
y
establecer
una
tipología-‐
Lucio
Levi,
“la
forma
que
toma
la
lucha
política
es
lo
que
permite
diferenciar
las
principales
características
de
un
régimen
político.
Para
determinar
de
qué
tipo
de
régimen
se
trata,
un
elemento
clave
es
ver
cómo
ha
sido
su
llegada
al
poder,
si
se
impuso
en
forma
violenta
o
pacífica;
si
fue
legítima
o
ilegítima;
si
se
ajustó
a
lo
previsto
por
la
ley
o
fue
violando
todas
las
normas;
además
observar
también
cómo
ejercen
esos
actores
que
llegan
al
poder
los
espacios
del
Estado.
Levi-‐
“la
adopción
de
un
régimen
implica
de
por
sí
la
elección
de
determinados
valores”.
Estos
serán
diferentes
según
provengan
de
distintos
tipos
de
regímenes.
Roberto
Dahl-‐
criterios
para
caracterizar
la
poliarquía:
existencia
de
elecciones
regulares,
competitivas
y
libres,
los
valores
que
la
estimulan
son
el
pluralismo
y
la
libertad,
cualquiera
puede
aspirar
al
ejercicio
del
poder.
Los
valores
dominantes
en
el
Estado
y
en
las
personas
no
son
siempre
los
mismos,
o
no
tienen
la
misma
intensidad
y
amplitud
de
aceptación.
De
un
desequilibrio
entre
los
valores
del
régimen
y
el
de
las
personas
o
grupos
pueden
surgir
conflictos
que
podrían
derivar
en
la
violencia,
sobre
todo
si
el
Estado
no
está
dispuesto
a
aceptar
valores
diferentes
a
los
priorizados
desde
el
poder
(ej.
el
golpe
de
Estado
de
1955
y
la
persecución
a
los
seguidores
de
Perón).
RÉGIMEN Y GOBIERNO
Otro
componente
del
régimen
es
el
espacio
ocupado
por
las
autoridades;
las
se
dedican
a
la
toma
de
decisiones
y
las
que
se
ocupan
de
aplicarlas
(ej.
la
burocracia).
No
es
lo
mismo
régimen
que
gobierno.
Gobierno:
conjunto
de
personas
que
disponen
y
ejercen
el
poder,
que
definen
la
orientación
política
de
una
determinada
sociedad.
El
gobierno
forma
parte
de
la
fisonomía,
la
figura
del
Estado,
lo
simboliza
realizando
tareas
en
su
nombre.
Las
personas
que
constituyen
el
gobierno
disponen
del
poder
estatal
(ej.
Raúl
Alfonsín
era
el
presidente
y
la
cabeza
del
gobierno,
y
el
régimen
era
democrático.).
Puede
haber
cambios
de
gobierno
sin
que
haya
cambio
de
régimen,
Ej.
el
paso
del
gobierno
de
Raúl
Alfonsín
al
de
Carlos
Menem,
muy
distintos,
pero
estaban
gobernando
bajo
un
régimen
democrático.
También
puede
existir
un
cambio
de
régimen
sin
que
cambie
el
gobierno,
ej.
un
presidente
que
llegó
al
poder
por
vía
democrática
comienza
a
violar
la
ley
y
a
perseguir
a
los
opositores
para
perdurar.
Puede
ocurrir
que
cambie
tanto
el
régimen
como
el
gobierno,
ej.
el
paso
del
gobierno
del
Gral.
Farrell
al
gobierno
de
Juan
D.
Perón
en
1946.
INTRODUCCIÓN
Multiplicación de fórmulas conceptuales alternativas sobre qué es o debería ser una democracia.
Democracia
directa,
democracia
deliberativa
(debate,
reflexión),
democracia
social
y
democracia
participativa;
diferentes
tipos
de
democracias
que
tienen
en
común
la
realización
de
elecciones
y
la
participación,
en
el
gobierno,
de
una
amplio
sector
de
la
sociedad.
Roberto
Dahl
-‐
aquello
que
define
a
un
régimen
como
democrático
es
el
hecho
de
que
sus
gobernantes
lleguen
a
ocupar
el
poder
a
través
de
elecciones
competitivas.
Esto,
llevó
a
Dahl
a
plantear
un
nuevo
concepto:
la
poliarquía.
Éste
surge
para
dar
cuenta
del
modo
en
que
funcionan
los
sistemas
políticos
occidentales
contemporáneos
en
la
práctica
concreta
y
real.
Son
“democracias
imperfectas”.
La
democracia
sería
más
una
idea
a
perseguir
que
una
realidad
concreta,
un
sistema
inalcanzable
e
imposible
de
adoptar
en
la
práctica.
Es
un
orden
utópico
e
ideal
(imaginario)
al
que
no
puede
aspirar
la
sociedad,
pues
su
realización
no
está
al
alcance
de
la
humanidad.
La
poliarquía
sería
como
la
democracia
realmente
existente.
Primera
característica
de
la
poliarquía:
Derecho
a
votar
y
a
ser
votado.
Un
sistema
poliárquico
posee
características
que
lo
definen
y
distinguen
de
otros
sistemas
políticos.
Se
caracteriza
por
el
derecho
al
voto,
la
participación
de
los
ciudadanos,
que
determinan
quiénes
conforman
un
gobierno;
todos
los
ciudadanos
tienen
derecho
a
presentarse
a
elecciones
y
competir
por
los
cargos
públicos;
hay
igualdad
de
oportunidades.
Segunda
característica
de
la
poliarquía:
Las
elecciones
deben
ser
limpias
y
todos
los
votos
deben
valer
lo
mismo.
En
una
poliarquía
se
debe
garantizar
la
igualdad
del
voto.
El
sufragio
es
universal,
abarca
a
toda
la
ciudadanía
que,
según
la
constitución,
cumple
las
condiciones
que
le
permitan
el
ejercicio
del
voto.
Los
votos
deben
tener
todos
el
mismo
valor.
Las
autoridades
públicas,
que
ejercen
el
gobierno,
son
elegidas
por
los
ciudadanos
lo
cual
da
origen
al
vínculo
de
la
representación.
Por
ello,
las
elecciones
deben
ser
libres
y
limpias.
Tercera
característica
de
la
poliarquía:
Los
funcionarios
públicos
electos
no
pueden
ser
subordinados
por
personas
sin
representación
popular
electoral.
Debe
existir
una
subordinación
de
los
funcionarios
públicos
no
elegidos
a
aquellos
elegidos
popularmente;
significa
que
no
debe
haber
una
persona
o
grupo
que
posea
el
poder
sin
haber
sido
electo
de
manera
democrática,
a
través
de
las
elecciones.
Cuarta
característica:
debe
existir
una
alternativa
frente
al
gobierno
de
turno,
cada
ciudadano
tiene
la
posibilidad
de
asociarse
libremente
a
los
diferentes
grupos
que
sean
de
su
interés.
Quinta
característica
de
la
poliarquía:
deben
garantizarse
diversas
fuentes
a
través
de
las
cuales
los
ciudadanos
reciben
información.
Hay
libertad
de
expresión.
Sexta
característica
de
la
poliarquía:
debe
haber
partidos
diferentes
con
iguales
posibilidades
de
llegar
al
poder
y
que
representen
programas
e
ideas
distintas.
Deben
existir
opciones
diferentes
respecto
de
los
tipos
de
políticas
que
se
implementan.
No
puede
haber
solo
un
partido.
Tampoco
puede
ocurrir
que
un
partido
gane
siempre
las
elecciones.
Papel
de
los
partidos
políticos,
instituciones
encargadas
de
sumar
los
intereses
diversos
de
la
ciudadanía.
Son
los
protagonistas
de
la
competencia
y
del
ejercicio
del
poder,
ya
que
logran
interpretar
y
representar
los
intereses
heterogéneos
que
conviven
en
una
sociedad.
Para
que
se
cumplan
todas
las
características
que
conforman
una
poliarquía,
se
requiere
un
marco
institucional
(legal
y
político)
que
garantice
su
funcionamiento.
Deben
existir
instituciones
que
permitan
el
correcto
funcionamiento
de
una
poliarquía.
Estas
deben
guiarse
por
dos
principios
fundamentales:
el
de
inclusión
y
el
de
contestación.
El
de
inclusión
se
relaciona
con
la
participación
en
los
asuntos
públicos
en
las
decisiones
que
se
toman
desde
el
gobierno.
La
participación
va
más
allá
de
lo
electoral,
por
ej.
haciendo
peticiones
al
Estado
y
a
los
dirigentes
políticos,
manifestándose
en
las
calles,
etc.
El
de
contestación
se
refiere
a
la
existencia
de
la
competencia
política,
de
un
sistema
con
elecciones
competitivas
sin
que
el
poder
sea
ejercido
de
manera
monopólica
y
haya
lugar
para
la
alternancia
de
partidos
y/o
candidatos
en
el
gobierno.
En
la
poliarquía
los
partidos
políticos
juegan
un
rol
clave;
papel
de
mediador
entre
el
ciudadano
y
el
gobierno,
inclusión.
También
la
voluntad
de
colocar
a
sus
candidatos
en
cargos
públicos
mediante
elecciones
(contestación).
CONCLUSIONES: ¿LA POLIARQUÍA COMO UNA VERSIÓN “REAL” DE LA DEMOCRACIA?
Dahl-‐
el
funcionamiento
de
los
sistemas
políticos
occidentales;
identificación
“gobierno
de
muchos”,
en
contraposición
con
el
utópico
“gobierno
de
todos”.
La
poliarquía
debe
garantizar
el
acceso
al
poder
de
quien
gana,
pero
también
los
derechos
de
los
que
pierden.
El
concepto
de
poliarquía
toma
las
características
centrales
de
lo
que
se
espera
de
una
democracia
fundada
en
la
inclusión
y
en
la
contestación
y
útil
para
dar
cuenta
del
modo
en
que
se
organizan
los
regímenes
políticos
contemporáneos
y
se
conforman
los
gobiernos.
Concepto
–
Las
DDs
surgieron
en
función
de
la
necesidad
de
caracterizar
a
los
regímenes
políticos
postransicionales
de
la
década
de
1980
en
América
Latina.
Democracias
que
no
se
correspondían
con
los
modelos
teóricos
existentes.
Tampoco
con
los
ejemplos
prácticos
de
democracias
que
habían
existido
en
años
anteriores.
No
se
adjuntaban
a
las
tipologías
previas.
Historia
contemporánea-‐
América
Latina
ha
sufrido
recurrentes
crisis
políticas,
económicas
y
sociales.
Siglo
XX
esas
crisis
se
intentaron
resolver
a
partir
de
la
imposición
de
regímenes
no
democráticos,
derivados
de
golpes
militares.
Una
ola
de
democratización
se
inició
en
la
década
del
´80.
La
democracia
se
constituyó
como
el
régimen
sobresaliente
en
el
escenario
internacional;
los
golpes
de
Estado
desaparecieron
del
mapa
político
de
América
Latina.
Las
transiciones
democráticas
no
fueron
sucesos
tranquilos,
no
estuvieron
exentas
de
crisis
económicas
muy
fuertes
que
esos
gobiernos
no
podían
resolver.
En
muchas
ocasiones,
estas
situaciones
de
crisis
no
fueron
pasajeras,
y
produjeron
miedo
y
tensión
social;
se
esperaba
que
la
crisis
“se
solucionara
de
alguna
manera”,
como
fuera.
Los
gobiernos
y
los
políticos
se
veían
ineficaces.
Los
contextos
de
gran
temor
y
frustración
preparan
a
la
ciudadanía
para
el
surgimiento
de
democracias
delegativas.
Existen
distintos
tipos
de
democracias.
Las
democracias
representativas
se
consolidaron
a
mediados
del
siglo
XX
en
Europa
continental.
Son
aquellos
regímenes
políticos
en
donde
los
ciudadanos,
mediante
el
voto,
eligen
a
sus
representantes.
La
ciudadanía
tiene
posibilidad
de
controlar
a
los
representantes
y
las
instituciones
democráticas
permiten
una
convivencia
entre
oficialismo
y
oposición.
Los
representantes
observados
por
los
representados,
por
ende,
respondan
a
sus
demandas.
Las
DDs
surgen
en
contraste
con
las
democracias
representativas.
Guillermo
O´
Donnell-‐
las
DDs
“tienen
muchas
similitudes
con
otras
especies
(de
democracias)
ya
reconocidas.
Estos
regímenes
se
sostienen
en
la
existencia
de
elecciones,
pero
no
en
los
resultados
posteriores;
el
candidato
ganador
no
tiene
que
legitimarse
(legalizarse)
una
vez
ganada
la
elección.
Las
elecciones
constituyen
una
suerte
de
firma
de
cheque
en
blanco
a
una
élite
política
que
accede
a
espacios
de
toma
de
decisiones.
La
condición
delegativa
implica
que
la
ciudadanía
solo
se
limita
a
delegar
el
poder
soberano
al
ganador
de
una
elección.
La
élite
gobernante
accede
mediante
mecanismos
democráticos.
No
hay
vicios
autoritarios
y
se
cumplen
los
requisitos
mínimos
de
libertades
políticas
y
civiles
para
la
poliarquía.
Pero
una
vez
que
un
gobierno
es
electo,
queda
poco
espacio
para
que
la
ciudadanía
participe
del
control
de
la
toma
de
decisiones.
En
las
DDs
no
hay
incorporación
política
de
los
sectores
populares,
excepto
en
lo
discursivo.
Las
DDs
son
democráticas,
no
son
autoritarismos,
ni
democracias
representativas,
ni
populismos,
sino
un
tipo
disminuido
de
democracia.
Los
ciudadanos,
actores
que
intervienen
en
la
entrega
de
este
poder,
solo
el
día
de
la
emisión
de
su
voto.
Aunque
son
fundamentales
en
ese
momento
de
llevar
adelante
la
elección,
sus
motivos
pueden
ser
postergados
con
posterioridad
a
la
elección.
El
poder
fue
delegado
en
las
autoridades
y
ellas
serán
las
que
entiendan
la
mejor
forma
de
gobernar;
éstas
actúan
libremente
para
llevar
adelante
el
programa
de
gobierno
que
deseen,
sin
que
este
se
corresponda
con
las
propuestas
que
se
presentaron
en
la
elección.
La
ciudadanía
solo
podrá
ejercer
control
en
el
marco
de
las
siguientes
elecciones.
Los
ganadores
de
la
elección
el
único
obstáculo
que
tienen
es
el
tiempo;
las
elecciones
son
periódicas
y
existe
la
posibilidad
de
ser
reemplazados
por
otros
partidos.
También
el
desgaste
que
le
ocasiona
una
oposición
electa
de
forma
popular.
Las
relaciones
entre
los
poderes,
y
no
las
presiones
de
la
ciudadanía
son
definen
los
rumbos
de
las
políticas
que
se
continúan
desde
el
gobierno.
Características
que
permiten
distinguir
las
democracias
delegativas
de
las
democracias
representativas
Características
propias
de
este
tipo
particular
de
regímenes-‐
las
DDs
son
una
forma
de
manejar
y
ejercer
el
poder
político,
se
distingue
por
la
forma
en
la
que
se
toman
las
decisiones,
por
su
condición
democrática
innegable,
legitimidad
de
su
origen,
son
gobiernos
electos
mediante
elecciones
libres,
limpias
y
competitivas.
Existen
libertades
civiles
y
políticas.
En
las
DDs
como
en
las
democracias
representativas,
los
ciudadanos
tienen
el
derecho
de
reunirse,
agruparse
políticamente
y
competir
por
el
voto
popular.
Sin
embargo,
solo
una
persona
o
un
grupo
de
personas
toman
las
decisiones,
sin
la
necesidad
ni
la
obligación
de
acordarlas,
ampliarlas
o
someterlas
a
la
revisión
de
instituciones
de
control.
En
democracias
representativas,
la
toma
de
decisiones
requiere
del
acuerdo
de
los
diferentes
partidos
políticos.
El
Congreso
es
el
espacio
donde
los
partidos
políticos
ponen
en
discusión
sus
ideas
,
intentando
llegar
a
acuerdos
y
tomar
decisiones
políticas
conjuntas.
En
las
DDs
no
sucede
esto
porque
el
presidente
tiene
el
derecho
y
-‐la
obligación-‐
de
tomar
las
decisiones
que
crea
posibles
para
el
país
basándose
en
sus
propias
ideas,
métodos
y
acciones.
No
hace
falta
que
consulte
o
atienda
el
reclamo
de
nadie.
Existe
una
necesidad
de
salir
de
la
situación
crítica
de
cualquier
manera,
por
esto
la
democracia
delegativa
es
asociada
con
una
lógica
(razonamiento)
hiper
(súper)
presidencialista.
En
las
DDs
se
implementa
un
sistema
de
elección
mayoritario
para
sus
presidentes,
como
el
balotaje;
en
la
segunda
vuelta,
un
presidente
obtendrá
cifras
superiores
al
50%.
Así
la
estrategia
de
toma
de
decisiones
no
se
vería
cuestionada.
El
presidente
argumenta
representar
la
voluntad
del
pueblo
y
para
eso
necesita
porcentajes
muy
altos
de
votación
que
legitimen
su
vocación
mayoritaria.
Los
liderazgos
son
carismáticos
y
resumen
en
ellos
todo
el
saber
y
la
decisión
sobre
cómo
salir
de
la
crisis.
Otra
característica
de
las
DDs
es
que
estimula
la
apararición
de
dualidades
del
tipo
“patria-‐antipatria”
o
“nación-‐antinación”;
polarización
social
entre
quienes
apoyan
las
decisiones
presidenciales
y
quienes
no
lo
hacen.
Quien
ocupa
la
presidencia
por
el
período
constitucionalmente
establecido
afirma
que
no
representa
a
un
partido,
sino
a
la
Nación
en
su
conjunto.
El
uso
permanente
de
un
lenguaje
de
crisis
y
el
recurso
de
mencionar
constantemente
los
miedos
desatados
por
las
crisis
son
parte
de
la
estrategia
de
sostén
de
este
régimen.
En
las
DDs,
no
estar
de
acuerdo
con
la
decisión
presidencial
es
no
estar
de
acuerdo
con
la
Nación.
El
presidente
es
la
encarnación
del
país
y
del
interés
general.
Contradecirlo
es
contradecir
a
la
Nación.
Otra
característica
es
la
negación
de
las
instituciones
democráticas.
Las
decisiones
presidenciales
son
las
“mejores”
(y
únicas)
para
el
país.
Por
eso,
los
obstáculos
a
ese
tipo
de
decisiones
son
considerados
dañinos.
La
justicia,
el
parlamento,
los
opositores
son
obstáculos
que
no
deben
ser
respetados
si
contradicen
al
presidente.
En
una
democracia
representativa,
las
instituciones
democráticas,
el
Congreso
o
el
poder
judicial,
son
espacios
para
la
revisión
de
las
decisiones
del
Poder
Ejecutivo.
En
una
democracia
delegativa,
estas
mismas
instituciones
son
espacios
de
atraso
de
la
toma
de
decisiones
o
de
cuestionamientos
al
régimen.
Por
ello,
el
presidente
afirma
que
deben
ser
dejados
de
lado
ya
que
él
es
el
único
representante
del
país
y
del
pueblo.
Los grupos económicos y la prensa resultan también obstáculos para el ejercicio de la democracia delegativa.
Al
no
mediar
instituciones
como
el
Congreso
o
el
Poder
Judicial,
las
políticas
públicas
son
diseñadas
e
implementadas
de
forma
inesperada,
cambiante
y
sin
consulta,
por
lo
cual
pueden
ser
fuertemente
cuestionadas
y
cuestionables,
tanto
en
su
adecuación
como
en
su
efectividad.
Y,
no
contar
con
el
respaldo
de
instituciones
como
el
Congreso,
los
partidos
políticos
o
los
grupos
afectados
por
dicha
política.
La
única
institución
legítima
es
la
presidencia;
el
resto
debe
obedecer
o
apartarse
de
las
decisiones
del
Estado.
Las
DDs
se
caracterizan
por
su
condición
movimentista,
se
apoyan
en
movimientos
sociales,
no
en
partidos
políticos.
Esto
les
permite
aumentar
la
cantidad
de
individuos
que
apoyan
al
candidato.
Los
movimientos
permiten
una
mejor
integración
de
las
diferencias
entre
sus
componentes.
Los
partidos
políticos
son
considerados
obstáculos
para
la
toma
de
decisiones
porque
solo
integran
a
personas
que
coinciden
entre
ellas
y
rechazan
a
quienes
piensan
distinto.
El
presidente
de
la
DDs
quiere
representar
a
todos.
Se
sostiene
en
el
apoyo
de
un
movimiento
pero
los
partido
políticos
son
un
componente
más
del
movimiento.
Se
sostiene
en
movimientos
amplios
y
heterogéneos
más
que
en
partidos
políticos
Superada
la
crisis,
el
modelo
delegativo
comienza
a
caer.
La
posibilidad
de
sostener
este
en
el
tiempo
es
poco
probable,
porque
la
oposición
podrá
encontrar
difusión
en
los
cuestionamientos
al
accionar
unilateral
de
los
presidentes.
Y
existiendo
elecciones
libres,
la
ciudadanía
podría
votar
por
una
alternancia;
tarde
o
temprano
la
ciudadanía
exigirá
una
rendición
de
cuentas,
ya
sea
a
través
de
sus
representantes
en
el
Congreso
o
en
el
marco
de
una
elección
presidencial.
Las
tensiones
generadas
por
el
discurso
del
presidente
en
las
DDs
generan
cansancio
y
un
desgaste
en
la
población
que
impactan
en
la
desacreditación
del
liderazgo
presidencial,
que
es
el
sostén
de
la
democracia
delegativa.
Muchas
definiciones
del
concepto
de
dictadura,
todas
ellas
coinciden
en
que
una
dictadura
es
aquel
gobierno
por
el
cual
una
o
varias
personas
asumen
sin
límite
alguno
el
control
del
Estado
de
un
país.
Es
la
forma
que
adopta
el
gobierno
de
un
régimen
no
democrático..
Estos
gobiernos
excluyen
cualquier
posibilidad
de
división
de
los
poderes
del
Estado,
propios
de
una
república.
El
Estado
está
directamente
personificado
en
la
figura
del
dictador.
Contrariamente
a
lo
que
ocurre
bajo
un
régimen
democrático,
los
parlamentos
(Poder
Legislativo,
Congreso)
son
anulados,
ya
que
no
hay
elecciones.
Aunque
las
hubiera,
estas
serían
fraudulentas
o
con
proscripciones.
Los
jueces
son
designados
arbitrariamente
según
la
voluntad
del
dictador
y
de
su
grupo.
Mediante
esta
práctica,
los
integrantes
de
una
dictadura
buscan
garantizar
la
exención,
liberación
de
sus
actos.
En
un
régimen
democrático
los
jueces
son
designados
por
el
Senado.
Los
derechos
y
garantías
constitucionales
de
los
que
todo
ciudadano
de
poder
gozar
quedan
suspendidas
o
bien,
anuladas.
El
poder
que
pueden
ejercer
los
gobernantes
sobre
los
gobernados
no
conoce
ningún
límite.
Tampoco
la
duración
del
régimen.
Una
dictadura
no
tiene
un
plazo
de
finalización
previsto.
Implica
la
restricción
o
anulación
de
libertades
de
expresión,
reunión
y
asociación.
La
coacción
pura
inicialmente
para
mantener
el
dominio
sobre
una
sociedad,
al
transcurrir
el
tiempo
necesita
de
algún
grado
de
consenso.
La
duración
de
una
dictadura
está
unida
en
forma
inseparable
al
de
la
legitimidad.
Para
lograr
esa
legitimidad,
las
dictaduras
se
consolidan
en
el
poder
apelando
a
un
supuesto
interés
público,
con
promesas
de
recuperar
un
orden
perdido,
o
de
luchar
contra
alguna
amenaza.
En
otras
ocasiones,
para
garantizar
un
bienestar
económico
o
enfrentar
una
crisis.
Prometen
representar
el
bien
común
y
ofrecer
soluciones
que
la
democracia
no
posee,
pero
solo
buscan
atender
los
intereses
de
una
persona
(el
líder)
o
de
un
grupo
y,
para
cumplir
sus
objetivos,
dejan
de
lado
cualquier
reclamo
social.
No
solo
ignoran
o
violan
la
constitución,
sino
que
también
la
reemplazan.
Una
dictadura
puede
surgir
de
un
gobierno
democrático
cuando
un
gobernante
electo
democráticamente
decide
hacer
un
autogolpe
de
Estado
y
disolver
a
los
restantes
poderes
o
eliminar
las
garantías
institucionales.
Por
ej.
ante
la
posibilidad
de
perder
el
poder
por
la
vía
electoral,
utiliza
los
recursos
del
Estado
para
no
obedecer
las
leyes
y
continuar
en
el
mando
del
gobierno.
ORÍGENES
Se
originó
en
la
República
Romana
como
institución
constitucional
para
ser
ejercida
solamente
en
momentos
excepcionales
(
en
casos
de
peligro
o
de
amenaza
exterior
cuando
por
algún
conflicto
interno,
la
situación
social
se
volviera
incontrolable).
Adoptaba
la
forma
de
un
cargo
o
función
dentro
del
Estado.
El
senado
podía
autorizar
a
el
cargo
ejecutivo
de
mayor
poder
a
designar
a
un
funcionario
dictador.
La
persona
que
se
le
otorgaba
un
poder
absoluto
y
las
decisiones
que
tomaba
eran
indiscutibles
solo
podía
mantenerse
en
su
cargo
en
un
lapso
temporal
muy
definido
y
breve.
Ejercía
una
función
prevista,
designada
y
legitimada
por
el
régimen
político
romano.
Los
cónsules
mantenían
sus
facultades,
derechos.
La
dictadura
a
la
constitución
del
Estado
no
la
violaba,
sino
que
estaba
establecida
para
salvarla
frente
a
una
amenaza
muy
puntual.
Su
versión
contemporánea
no
posee
ningún
tipo
de
funcionario
encargado
del
control
de
la
administración
pública
ni
está
prevista
en
la
legislación
y
mucho
menos
tiene
un
plazo
determinado
para
su
duración.
En
la
teoría
marxista-‐
lenista:
“dictadura
dl
proletariado”,
gobierno
de
los
trabajadores
o
proletariados
en
el
marco
del
triunfo
del
sistema
socialista.
Los
trabajadores
no
tienen
los
medios
de
producción
de
la
riqueza,
sino
su
fuerza
de
trabajo
por
la
que
obtienen
poco
salario.
Por
ello
derrotarían
al
sistema
capitalista
y
establecerían
esta
dictadura
para
consolidar
y
desarrollar
el
proceso
revolucionario
socialista.
Los
procesos
sociales
rara
vez
se
pueden
caracterizar
en
forma
simple.
Los
regímenes
políticos
dictatoriales
tienen
características
claras,
que
permiten
definirlos
sin
mayor
dificultad.
En
otras
ocasiones,
hay
casos
dudosos
o
que
dificultan
ser
caracterizados
de
una
manera
directa.
Por
eso,
se
requieren
profundos
análisis,
conocimiento
de
la
situación
y
del
contexto
para
calificar
el
caso
del
que
se
habla.
Para
los
ciudadanos
de
una
sociedad
determinada,
tampoco
resulta
siempre
evidente
que
una
dictadura
sea
más
ilegítima
que
el
poder
constitucional
al
que
sustituye.
Las
dictaduras
también
pueden
poseer
algún
tipo
de
consenso
civil.
Una
dictadura
puede
ser
de
diferentes
tipos,
abarcando
desde
un
autoritarismo
superficial
al
totalitarismo
más
inhumano.
Esta
última
opción
fue
el
ej.
del
fascismo
o
el
nazismo.
O
líderes
como
Stalin,
que
hicieron
obligatorio
el
culto
a
su
persona.
También
dictaduras
que
buscan
imponer
una
religión
determinada
o
para
mantener
el
poder,
o
solo
para
enriquecerse
sin
darles
mayor
importancia
a
las
ideas.
Durante
el
siglo
XX-‐
ejercidas
por
gobiernos
militares
que
utilizaron
el
pretexto
de
encaminar
Estados
debilitados
por
gobiernos
democráticos
ineficientes;
ineficiencia
tanto
en
la
imposibilidad
de
resolver
crisis
económicas
como
para
luchar
contra
la
subversión
(grupos
armados,
generalmente
de
izquierda,
que
planteaban
un
cambio
radical
del
régimen
político).
Para
“salvar
“
a
la
nación
de
estos
subversivos.
Los
militares
realizaron
golpes
de
Estado,
atribuyéndose
de
ese
modo
el
poder
y
su
uso
moderado.
Al
no
tener
controles
de
ningún
tipo,
cometieron
atrocidades,
justificando
su
accionar
en
la
lucha
antiguerrillera
o
anticomunista,
En
la
práctica,
aplicaron
un
terrorismo
de
Estado
indiscriminado
(imperceptible),
trataban
de
ocultar
tales
hechos
ante
la
opinión
pública
nacional
e
internacional.
En
esta
forma
política,
la
parcialidad
(prejuicio
en
contra
de
personas
que
deriva
en
una
acción
injusta)
y
la
arbitrariedad
se
constituyen
como
normas
permanentes,
formales
o
informales,
sin
intervención
organizada
de
los
ciudadanos
ni
de
otras
instituciones
representativas
que
controlen
al
poder
estatal.
INTRODUCCIÓN
Las
definiciones
del
concepto
de
golpe
de
Estado
pueden
variar
según
el
contexto
histórico
y
las
consecuencias
que
estos
hechos
muestren
sobre
la
vida
política
de
un
país
en
particular.
La
suma
de
la
historia
y
el
presente
cuando
el
golpe
ocurre
determinan
que
cada
golpe
tenga
características
específicas.
Los
momentos
en
que
se
produce
un
golpe
de
Estado
en
una
sociedad
determinada
son
muy
problemáticos
y
los
vínculos
entre
la
sociedad
y
el
Estado
son
siempre
difíciles
de
entender
ya
que
aparecen
múltiples
personajes
y
grupos,
con
estrategias
ambiguas
y
contradictorias
o
cambiantes.
EL
CONCEPTO
Un
golpe
de
Estado
siempre
se
propone
producir
una
ruptura
del
régimen
político
existente
hasta
ese
momento;
un
cambio
de
régimen
político.
El
golpe
(la
acción
de
derribar
a
un
gobierno
constitucional)
es
el
instrumento
que
permite
conducir
y
producir
ese
cambio,
desde
un
régimen
democrático
a
otro
dictatorial,
que
se
impone
por
la
utilización
ilegal
de
la
fuerza.
Es
una
acción
no
prevista
en
la
ley
que
interrumpe
formas
democráticas
de
elección
de
autoridades
políticas.
En
la
Argentina
esto
ocurrió
reiteradamente,
desde
comienzos
del
siglo
XX,
con
la
sanción
de
la
Ley
Sáenz
Peña
del
año
1912
que
inauguró
la
etapa
de
la
democracia
en
el
país.
Las
leyes
que
regulan
el
régimen
político
están
en
las
constituciones
nacionales,
estas
reglamentan
la
obediencia
de
los
cuerpos
armados
del
Estado
a
las
autoridades
políticas
legítimas.
Al
desobedecer,
un
golpe
de
Estado,
sin
importar
la
causa
que
lo
invoque,
es
siempre
un
acto
ilegal,
una
acción
institucional
y
por
ello
fuera
de
la
ley.
Necesariamente
involucra
algún
tipo
de
violencia
por
parte
de
quienes
lo
ejecutan.
A
veces,
esa
violencia
está
más
oculta.
Seguramente,
estas
diferencias
(en
el
grado
de
violencia
aplicada
al
derrotar
a
un
gobierno)
tengan
que
ver
con
el
grado
de
oposición
que
los
líderes
del
golpe
perciban
de
parte
de
la
sociedad
y
de
la
fortaleza
del
gobierno
que
se
busca
derrocar.
Los
golpes
no
fueron
realizados
por
las
Fuerzas
Armadas
o
algún
sector
de
ellas
exclusivamente.
Fueron
liderados
y
planificados
por
los
militares
pero
también
impulsados
por
distintos
actores
civiles;
en
muchas
ocasiones,
contaron
con
fuerte
apoyo
político
y
social
también
de
parte
de
ámbitos
religiosos,
gremiales
e
internacionales.
Heterogeneidad
de
proyectos
de
los
golpistas-‐
característica
común
de
los
golpes
de
Estado
en
la
Argentina;
quienes
los
realizaron
solo
tenían
en
común
el
deseo
de
expulsar
al
presidente
o
al
partido
de
gobierno
y
no
poseían
más
acuerdos
que
ese.
Por
ello,
al
poco
tiempo
de
asumir
el
poder,
ya
no
podían
consolidar
un
núcleo
de
poder
que
los
sostuviera
en
el
tiempo,
comenzaban
a
dividirse
y
enfrentarse
entre
ellos
mismo.
Así,
los
problemas
sociales
o
económicos
que
habían
dado
sustento
al
golpe,
se
intensificaban.
Antes
la
posibilidad
de
resolver
los
problemas
que
la
sociedad
planteaba,
debían
volver
a
convocar
a
elecciones
y
dar
paso
a
una
transición
a
la
democracia.
Cuando
retorna
la
democracia,
vuelven
a
encontrar
un
factor
común
y,
otra
vez,
se
unen
para
conspirar.
Cada
golpe
de
Estado
posee
objetivos
y
representa
intereses
determinados.
Diferencias
y
continuidades
entre
los
distintos
golpes
de
Estado.
Un
golpe
de
Estado
es
un
hecho
que
tiene
características
propias
y
,
por
lo
tanto,
diferentes
a
las
de
otros
golpes
de
Estados,
pero
también
numerosos
elementos
comunes.
En la Argentina, hubo muchas interrupciones de gobiernos constitucionales, no todas han sido similares.
Aspectos para caracterizar un golpe de Estado y distinguirlo de otros:
2) El liderazgo y los actores que lo llevan a cabo, sus intereses y discursos
4) Las consecuencias y efectos sobre el sistema político y la vida social.
Por
lo
general,
las
causa
se
relacionan
con
la
existencia
de
una
profunda
crisis
política,
institucional
o
económica
de
una
nación.
El
gobierno
democrático
que
será
derrocado
por
el
golpe,
pierde
la
legitimidad
ante
parte
de
la
ciudadanía.
La
población
no
cree
que
pueda
solucionar
los
problemas
que
se
enfrentan;
se
encuentran
en
un
escenario
de
fragilidad
extrema.
En
ese
marco
de
crisis
pierde
el
control
de
las
instituciones
que
monopolizan
la
fuerza
y
el
apoyo
de
sectores
con
poder
y
que
podrían
evitar
el
golpe.
Los
golpistas
se
aprovechan
de
ambos
factores
(la
crisis
y
la
falta
de
apoyo).
TIPOLOGÍA
DE
LOS
GOLPES
DE
ESTADO
Golpes
militares-‐
golpes
de
Estado
en
que
las
Fuerzas
Armadas
toman
el
poder
y
son
el
grupo
más
importante
de
la
alianza
golpista.
Todas
las
instituciones
existentes
quedan
bajo
el
círculo
militar.
Los
jefes
de
dichas
fuerzas
eligen
al
presidente
y
anulan
el
Congreso.
Eligen
gobernadores,
intendentes
y
embajadores
que
muchas
veces
son
hombres
de
armas.
Las
decisiones
se
toman
en
la
institución
militar,
el
verdadero
poder.
La
constitución
queda
postergada
y
se
prohíbe
la
actividad
política
en
cualquier
ámbito.
Este
tipo
de
golpe
fue
común
en
la
historia
argentina.
Golpe
institucional-‐
también
los
actores
civiles
pueden
organizar
un
golpe
de
Estado
con
el
objetivo
de
cambiar
el
rumbo
político
de
un
país
a
través
de
la
violación
y
de
la
falta
de
reconocimiento
de
la
legalidad
constitucional
vigente.
Un
golpe
sin
que
participen
los
militares.
Este
no
es
característico
en
la
historia
argentina.
Autogolpe
de
Estado-‐
también
puede
ocurrir
que
un
mismo
gobierno-‐
originalmente
democrático-‐
realice
un
golpe
para
quedarse
en
el
poder,
porque
visualiza
que
lo
puede
perder
en
las
elecciones
o
porque
no
se
puede
reelegir.
El
presidente
elegido
por
vía
democrática
se
convierte
en
un
dictador,
anula
el
parlamento,
la
justicia
y
suspende
las
garantías
constitucionales
de
la
población.
En
la
Argentina,
no
se
registra
este
tipo
de
golpes.
Golpe
de
mercado-‐
un
nuevo
tipo
de
golpe
de
Estado,
a
partir
de
la
década
de
1980.
En
vez
de
tropas
y
aviones,
se
utilizan
el
mercado
financiero
y
la
economía
como
armas
(subidas
del
dólar,
inflación).
Intento
de
desestabilizar
a
un
gobierno.
Incluye
saqueos
y
movilizaciones
informales
de
sectores
marginados
bajo
la
batuta
de
grupos
políticos
que
buscan
crear
sensación
de
descontrol
y
pérdida
de
orden.
“Descontrol
económico”
y
“desorden
social”
produce
la
pérdida
de
legitimidad
del
gobierno.
Los
ciudadanos
no
confían
en
que
el
Estado
resuelva
la
crisis
económica
y
suele
aparecer
en
la
población
un
temor
generalizado
por
la
posible
multiplicación
de
hechos
de
violencia
social.
Este
tipo
de
acción
golpista
se
observó
parcialmente
en
la
Argentina
En
los
diferentes
tipos
de
golpes
de
Estado,
la
violencia
y
el
uso
de
herramientas
no
democráticas
siempre
presentes.
Lo
mismo
ocurre
con
la
aplicación
de
la
fuerza
contra
la
oposición,
la
disidencia
hacia
quienes
están
en
el
poder.
Siglo
XX,
se
sucedieron
seis
golpes
de
Estado
militares:
1930,
1943,1955,
1962,1966
y
1976.
Cada
uno
adoptó
diferentes
características,
objetivos
y
actores
que
los
llevaron
a
cabo.
Gran
cantidad
de
golpes
y
cambios
de
regímenes
sufrió
nuestro
país.
Los
cuatro
primeros
golpes
(1930,
1943,1955
y
1962)
establecieron
dictaduras
provisionales
y,
los
gobiernos
que
surgieron
de
ellos,
llamaron
a
elecciones.
Los
últimos
dos
golpes
(1966
y
1976),
las
dictaduras
triunfantes
intentaron
establecer
un
gobierno
de
largo
plazo.
El
primer
golpe
militar
de
la
historia
argentina,
6
de
septiembre
de
1930
fue
liderado
por
el
Gral.
José
Félix
Uriburu;
derrocó
al
presidente
Hipólito
Yrigoyen
de
la
Unión
Cívica
Radical,
elegido
este
a
través
del
voto
popular
para
ejercer
su
segundo
mandato
en
1928.
El
golpe
no
tuvo
el
apoyo
activo
de
numerosos
sectores
de
las
Fuerzas
Armadas,
sí
de
la
prensa,
la
Iglesia
y
los
partidos
opositores.
Juan
Domingo
Perón,
pieza
importante
de
este
proceso.
A
pesar
de
su
origen
ilegal,
Uriburu
fue
reconocido
como
presidente
provisional
de
la
Nación
por
la
Corte
Suprema
(Máximo
órgano
de
justicia
de
un
territorio,
sus
decisiones
no
pueden
ser
rechazadas)
.Doctrina
(de
los
gobiernos
de
facto)
que
sería
utilizada
para
legitimar
a
los
demás
golpes
militares.
La
dictadura
de
Uriburu
y
sus
continuadores
utilizaron
la
proscripción
del
radicalismo
y
el
control
absoluto
de
los
resultados
electorales
a
través
del
fraude
patriótico
realizado
por
las
Fuerzas
Armadas.
Este
hecho
dio
inicio
a
la
“década
infame”,
un
gobierno
falsamente
democrático
y
limitado.
El
golpe
de
1943,
golpe
importante
en
la
historia
argentina;
derrocó
al
gobierno
de
facto
anterior,
fue
el
único
golpe
que
tuvo
solo
intervención
militar,
no
tuvo
causas
económicas.
Surgió
como
respuesta
a
la
intención
del
gobierno
fraudulento
de
Ramón
Castillo
de
romper
la
neutralidad
frente
a
la
Segunda
Guerra
Mundial,
volcándose
así
al
bando
aliado
liderado
por
EE.UU.
Contrariamente,
los
responsables
el
golpe
admiraban
el
modelo
italiano
liderado
por
el
fascista
Benito
Mussolini,
el
orden
social
que
había
logrado
dejando
de
lado
el
“peligro
comunista”.
En
este
golpe
volvió
a
participar
Perón,
que
llegaría
a
ser
vicepresidente
de
gobierno
militar.
El
golpe
surgido
no
tenía
pretensiones
de
permanecer
mucho
tiempo
en
el
poder,
fue
una
dictadura
con
carácter
transitorio.
Sin
embargo,
se
desencadenaron
dos
golpes
internos.
El
golpe
de
1955
se
caracterizó
por
su
antiperonismo
y
la
violencia
ejercida
contra
los
seguidores
del
Gral.
Perón,
electo
en
1945
y
reelegido
en
1951.
Este
golpe
se
relaciona
con
la
falta
de
acuerdo
entre
quienes
tomaron
el
poder,
lo
cual
trajo
conflictos
internos
con
respecto
a
la
gobernabilidad.
El
presidente
surgido
de
dicho
golpe
debió
renuncia
al
poco
tiempo
de
asumir,
dejando
el
lugar
a
otro
militar.
Los
golpes
contra
los
gobiernos
radicales
fueron
particulares.
El
gobierno
de
Arturo
Frondizi
(1958-‐1962)
mantuvo
la
fachada
constitucional,
como
si
el
presidente
hubiera
renunciado
voluntariamente.
Frondizi
abandonó
el
gobierno
por
la
constante
presión
y
extorsión
de
los
militares.
Asumió
la
magistratura
del
país
José
María
Guido
(1962-‐1963)
y
así
se
mantuvieron
las
formas
constitucionales.
Durante
el
gobierno
de
Guido,
las
diferencias
entre
los
militares
que
ocasionaron
el
golpe
contra
Frondizi
se
hicieron
públicas
al
punto
que
se
resolvieron
por
las
armas
en
el
suceso
“azules
contra
colorados”.
El
golpe
que
derrocó
al
presidente
Arturo
Illia
(1963-‐1966),
sucesor
de
Guido,
el
país
no
vivía
ninguna
crisis
económica.
Fue
ocasionado
por
diferencias
políticas
y
las
ambiciones
de
distintos
actores
que
no
estaban
dispuestos
a
esperar
el
final
del
mandato
del
radical;
contó
con
el
apoyo
del
peronismo
a
través
de
la
participación
sindical
y
las
señales
enviadas
por
Perón
desde
España,
donde
se
encontraba
exiliado.
El
golpe
de
Estado
liderado
por
el
Gral.
Juan
Carlos
Onganía
(1966)
se
propuso
conformar
un
gobierno
de
largo
plazo.
Objetivos:
imponer
un
cambio
estructural
en
la
economía
y
la
sociedad
argentina.
No
lo
logró
y
debió
renunciar
como
consecuencia
de
un
movimiento
social
llamado
“Cordobazo”.
Desde
entonces,
la
violencia
política
comenzó
a
ser
constante
en
la
argentina.
El
último
golpe
de
Estado
(1976)
se
caracterizó
por
haber
sido
el
más
sangriento
de
la
historia
de
la
Argentina.
Se
impuso
el
terrorismo
de
Estado
y
se
violaron
los
derechos
humanos,
decenas
de
miles
de
desaparecidos,
muertos,
secuestros
y
exilios.
La
derrota
en
la
guerra
de
Malvinas
(1982)
y
la
quiebra
económica
del
país,
ocasionaron
un
desastre
de
tal
magnitud
que
hasta
el
día
de
hoy
no
se
ha
registrado
ningún
otro
gobierno
militar.
Tampoco
los
militares
han
vuelto
a
aparecer
ante
la
opinión
pública
como
posibles
líderes
para
solucionar
situaciones
de
crisis,
habitual
en
los
años
anteriores.
La
interrupción
del
régimen
democrático
por
la
fuerza
es
el
síntoma
y
la
muestra
de
profundos
desacuerdos
y
de
la
imposibilidad
una
sociedad
de
llegar
a
acuerdos
y
a
una
estabilidad
del
régimen,
aún
con
sus
diferencias.
Terrorismo:
uso
de
la
violencia
para
obligar
a
un
gobierno
o
a
instituciones
de
la
sociedad,
a
tomar
determinadas
decisiones
en
favor
de
quien
efectúa
la
acción
terrorista.
Este concepto tiene fuertes implicancias, relaciones políticas y un alto contenido emocional entre la población.
Cuando
se
usa
el
terrorismo
como
herramienta
de
acción
política,
no
importan
los
costos,
no
se
tienen
en
cuenta
las
leyes
ni
los
derechos
humanos.
El
grupo
que
utiliza
métodos
terroristas
considera
que
su
causa
justifica
toda
acción
por
más
cruel
y
sanguinaria
que
sea.
El
terrorismo
busca
a
través
de
la
utilización
del
terror
conseguir
objetivos
que
una
persona
o
grupo
consideran
que
por
otra
vía
no
serán
posibles
de
alcanzar.
Actos
violentos
e
ilícitos
cuya
responsabilidad
es
asignable
a
las
instituciones
del
Estado.
Es
un
tipo
especial
de
terrorismo.
Su
protagonista
–
el
que
ejerce
el
terror-‐
no
es
un
grupo
extremista
ni
personas
que
buscan
imponer
una
religión
o
idea
por
la
fuerza.
El
terrorista
es
el
Estado.
Estas
acciones
son
producto
de
un
plan
sistemático
y
planificado
para
lograr
objetivos
vinculados
con
el
poder.
El
Estado
al
violar
las
leyes
contradice
su
propia
existencia,
porque
uno
de
los
objetivos
del
Estado
es
proteger
y
cuidar
la
seguridad
de
la
sociedad.
Por
esto,
la
sociedad
delega
en
el
Estado
poderes
especiales
para
usar
en
función
defensiva
o
para
garantizar
el
cumplimiento
de
la
ley,
le
reconoce
al
Estado
el
uso
monopólico
de
la
violencia
legítima
como
un
instrumento
y
atributo
propio
de
su
condición
estatal
.Los
cuerpos
de
seguridad
pueden
matar,
allanar
propiedades
privadas
y
detener
personas;
los
ciudadanos
pueden
hacerlo
excepto
en
situaciones
muy
particulares
y
límites.
El
ejercicio
abusivo
del
poder
puede
llevar
a
que
desde
el
Estado
se
utilicen
acciones
violentas
y
represivas
al
margen
de
lo
que
establecen
las
leyes.
En
muchos
casos,
el
terrorismo
de
Estado
obstaculiza
la
actividad
judicial
para
lograr
no
recibir
castigo
alguno
ante
posibles
acciones
ilegales.
Paradójicamente,
la
dictadura
iniciada
en
1976
se
convirtió
en
un
peligro
para
la
población
civil,
más
grave
que
aquel
que
se
pretendía
eliminar.
Quienes
utilizan
la
violencia
ilegal
argumentan
que
no
se
trata
de
una
guerra
“convencional”,
y
por
eso
las
formas
usuales
de
la
guerra
tampoco
son
utilizadas;
la
acción
estatal
no
estaría
sujeta
a
normas
que
marcan
los
tratados
internacionales
en
la
materia.
El
Estado
al
realizar
acciones
que
violan
la
ley,
utiliza
los
procedimientos
y
estrategias
de
los
grupos
que
combate.
Las
actividades
de
inteligencia,
obtener
información
de
un
único
modo:
la
tortura
y
la
fuerza,
métodos
aberrantes.
El
uso
de
la
crueldad
y
de
la
violencia
desmedida
es
justificado
por
el
Estado
terrorista
porque
permitiría
anticipar
acciones
terroristas
y
lograr
así
salvar
vidas
de
“posibles
víctimas
civiles”.
De
allí
que
desde
el
Estado
se
impone
a
la
sociedad
la
aceptación
de
métodos
ilegales
para
conseguir
información.
Oponerse
al
Estado
en
este
tema
equivaldría
a
la
aceptación
del
terrorista.
El
terrorismo
de
Estado
es
la
peor
forma
de
violencia
política
porque
se
ejerce
sobre
personas
que
no
pueden
defenderse,
porque
viola
ese
“contrato”
entre
una
sociedad
y
el
Estado.
El
Estado
no
puede
violar
la
ley
y
usar
la
fuerza
que
la
sociedad
le
concede
contra
ella
misma.
A
partir
de
la
aplicación
de
la
Doctrina
de
la
Seguridad
Nacional
que
se
transmitía
en
la
escuela
del
Ejército
de
los
EE.UU.
En
ella
participaron
y
se
entrenaron
militares
latinoamericanos.
La
excusa
para
la
violencia
ilegal
era
eliminar
la
amenaza
comunista..
En
Argentina,
la
violencia
se
había
instalado
en
los
años
´70
con
el
surgimiento
de
proyectos
revolucionarios
que
empleaban
la
lucha
armada
como
estrategia
política;
los
Montoneros
y
el
Ejército
Revolucionario
del
Pueblo
(ERP).
A
su
vez,
desde
el
Estado
(bajo
el
tercer
gobierno
de
Perón)
se
organizó
una
fuerza
paramilitar
(asociación
que
copia
la
organización
y
distintivos
de
cuerpos
militares
y
es
de
ideología
reaccionaria)
de
derecha
llamada
Alianza
Anticomunista
Argentina
(la
Triple
A)
para
enfrentar
a
las
guerrillas
de
izquierda.
La
idea
predominante
en
los
años
´70:
una
violencia
podía
terminar
con
otra
violencia.
Se
combina
la
acción
estatal
con
la
de
los
grupos
paramilitares
de
la
Triple
A.
El
golpe
halló
justificación
pública
en
el
clima
de
guerra
civil
que
organizaciones
guerrilleras,
bandas
paramilitares
y
las
propias
Fuerzas
Armadas
y
de
seguridad
ayudaron
a
instalar
en
el
país
desde
principios
de
1975.
Desde
el
Estado
y
antes
del
golpe
de
1976
se
sancionaron
medidas
legislativas
represivas
como
el
Estado
de
Sitio.
El
gobierno
de
Isabel
Perón
pidió
a
las
FF.AA.
“aniquilar”
a
la
guerrilla
a
principios
de
1975.
La
práctica
represiva
del
Estado
se
iniciaba
con
el
secuestro
de
personas,
luego
se
las
transladaba
a
centros
clandestinos
de
detención
en
los
que
se
los
interrogaba
bajo
tortura.
La
gran
mayoría,
“los
desaparecidos”,
fue
asesinada
de
distinta
manera.
Una
minoría
fue
transferida
a
centros
de
detención
legal,
y
un
pequeño
grupo
fue
liberado.
Se
impusieron
otras
formas
represivas
como
la
suspensión
de
toda
actividad
política
y
sindical,
limitaciones
a
las
libertades
públicas,
persecuciones
y
restricciones
en
el
campo
cultural.
Grado
de
violencia
ilegal
a
partir
de
1976
nunca
visto
en
la
historia
del
país.
La
desaparición
forzada
de
personas
y
la
apropiación
y
cambio
de
identidad
de
niños
secuestrados
o
nacidos
en
cautiverio,
formaron
parte
de
un
plan
sistemático
para
acabar
con
personas
que
se
oponían
a
la
dictadura.
En
1985
se
realizó
el
Juicio
a
las
Juntas
militares,
condena
de
los
responsables
máximos
de
aquellas
acciones.
También
hubo
participación
de
sectores
civiles
en
procesos
de
este
tipo;
grupos
minoritarios
que
fueron
directamente
beneficiados
con
la
imposición
a
la
sociedad
de
determinado
modelo
político
y
económico.
Por
ello,
los
militares
contaban
con
un
amplio
respaldo
de
sectores
importantes
del
empresariado,
de
gran
parte
de
la
cúpula
eclesiástica
y
de
un
sector
de
la
política.
Gran
parte
de
la
sociedad
toleró
estos
hechos
injustos
realizados
por
los
gobernantes.
Ese
acuerdo
era
condición
indispensable
para
conformar
un
gobierno
que
pudiera
concretar
el
objetico
de
cambiar
para
siempre
a
la
sociedad
argentina.
El
apoyo
a
la
dictadura
no
fue
de
toda
la
población.
Las
consecuencias
del
terrorismo
de
Estado
generaron
una
fuerte
corriente
opositora,
no
solo
en
los
círculos
cercanos
a
las
víctimas,
sino
también
en
una
parte
de
la
opinión
pública.
Para
esto,
colaboraron
organizaciones
como
Madres
de
Plaza
de
Mayo,
las
Abuelas,
la
Asamblea
Permanente
por
los
Derechos
Humanos,
los
Familiares
de
Detenidos
y
Desaparecidos
por
Razones
Políticas
y
el
Movimiento
Ecuménico
por
los
Derechos
Humanos,
fundamentalmente
en
la
lucha
por
la
verdad
y
por
la
justicia
cuando
se
inició
el
proceso
de
transición
a
la
democracia
en
1983.
DEFINICIONES
Transición:
intervalo
que
se
extiende
entre
un
régimen
político
y
otro.
Las
transiciones
están
demarcadas
por
la
disolución
de
un
régimen
autoritario
y
por
el
establecimiento
de
alguna
forma
de
democracia.
En
la
Argentina-‐
con
la
última
dictadura,
la
derrota
en
la
guerra
de
Malvinas
(1982)
deja
al
gobierno
militar
sin
ningún
apoyo
y
con
el
rechazo
total
de
los
ciudadanos.
En
ese
contexto
los
militares
deben
convocar
a
elecciones
para
volver
a
un
régimen
democrático.
El
fin
de
la
guerra
es
el
momento
de
inicio
de
la
transición
entre
ambos
regímenes.
Ese
período
de
transición
finalizó
cuando
el
gobierno
de
Menen
derrotó
a
los
militares
“carapintadas”.
Esa
victoria,
obtenida
por
la
fuerza,
dio
a
la
democracia
un
empuje
definitivo
y
ya
no
hubo
peligros
de
retroceso.
Los
períodos
de
transición
constituyen
momentos
de
muchos
conflictos.
Un
cambio
de
régimen
político
implica
el
cambio
de
reglas
que
regulan
el
acceso
al
poder
y
un
cambio
en
el
grupo
que
tomará
el
control
del
Estado.
Los
estudios
e
investigaciones
sobre
las
transiciones
a
la
democracia
comenzaron
en
la
década
de
1980;
fueron
iniciados
por
expertos
en
el
tema,
comprometidos
con
la
democracia.
Tenían
la
idea
de
que
la
élite
política
podía
construir
un
orden
nuevo
capaz
de
encaminar
de
manera
armónica
los
conflictos
políticos,
económicos
y
sociales
de
cada
sociedad
dejando
de
lado
la
forma
violenta
y
dictatorial.
La
democracia,
poliarquía
que
no
incluye
todo
lo
que
una
democracia
sustantiva
podría
ser,
sino
que
se
limita
a
todo
aquello
que
no
puede
dejar
de
tener.
Una
versión
mínima
pero
que
puede
lograr
consenso.
La
transición-‐
en
ese
lapso
se
tiempo,
los
actores
políticos
conviven
y
compiten
a
la
vez.
Uno
de
esos
actores
es
la
élite
política
de
cada
país,
conformada
por
dirigentes
políticos
expulsados
del
poder
por
los
militares
y
sus
aliados
en
los
golpes
de
Estado.
En
el
primer
momento
de
la
transición
esa
élite
política
“conspira”
contra
el
régimen
autoritario,
cuando
las
dictaduras
van
perdiendo
legitimidad
por
una
crisis
económica
o
por
la
represión
ejercida
en
el
gobierno
y
que
genera
descontento
en
la
población.
La
transición
a
un
gobierno
democrático
necesita
que
el
gobierno
autoritario
esté
debilitado.
Los
integrantes
de
la
élite
empiezan
a
reunirse
y,
con
sus
diferencias,
llegan
a
acuerdos.
Estos
son
muy
generales,
tienen
que
ver
con
la
intención
de
expulsar
cuanto
antes
al
gobierno
no
democrático.
Los
pactos
apuntan
a
lograr
un
llamado
a
elecciones
en
las
que
los
políticos
se
puedan
presentar
libremente.
La
sociedad
civil,
otro
actor
clave.
“La
gente”
y
sus
organizaciones
mediante
sus
actos
suele
presionar
a
favor
de
la
democracia
(los
sindicatos,
las
organizaciones
de
derechos
humanos,
los
estudiantes
universitarios).
La
participación
activa
de
la
sociedad
civil
comienza
cuando
la
dictadura
está
débil
y
su
final
se
percibe
cercano
y
la
represión
es
cada
vez
menor,
lo
que
estimula
el
crecimiento
de
esa
participación.
La
participación
social
y
la
movilización
callejera
tiene
dos
funciones.
La
primera
es
apoyar
a
la
élite
política
para
que
logre
la
vuelta
a
un
sistema
democrático
y,
empujar
fuera
del
sistema
a
los
sectores
que
quieren
volver
al
régimen
autoritario,
dejarlos
aislados
y
sin
apoyo.
La
segunda
función
es
ampliar
la
agenda
pública
de
temas
que
luego
los
partidos
deben
encaminar,
es
decir,
influir
en
los
temas
que
se
discuten
en
una
sociedad.
Si
los
partidos
no
quisieran
incluirlos,
los
obliga
a
tomar
posiciones
arriesgadas
electoralmente.
Otros
actores
son
los
sectores
“blandos”
del
régimen
autoritario,
dirigentes
que
apoyaron
inicialmente
la
dictadura
y
que,
como
se
está
terminando,
se
inclinan
por
una
salida
democrática.
Estos
en
forma
clandestina,
participan
de
esa
conspiración
a
favor
del
llamado
a
elecciones
y
comienzan
a
actuar
en
forma
conjunta
con
sectores
de
la
élite
política.
Buscan
mantener
su
influencia,
aunque
cambie
el
régimen
político
o
negociar
para
evitar
futuras
investigaciones
judiciales
o
porque
creen
que
es
lo
correcto.
En
la
transición
argentina-‐
el
pacto
militar-‐sindical.
Los
nostálgicos
del
régimen
autoritario-‐
grupos
que
durante
la
transición
hasta
las
elecciones,
y
también
luego
de
asumido
el
gobierno
democrático,
pueden
conspirara
contra
la
consolidación
del
mismo.
Buscan
volver
al
régimen
autoritario
donde
tenían
poder
e
influencia,
y
coincidían
ideológicamente.
En
la
Argentina,
los
militares
Aldo
Rico
y
Mohamed
Alí
Seineldin
durante
la
transición
iniciada
en
1983.
Para
evitar
regresiones
autoritarias,
la
élite
que
busca
la
democracia
debe
alinearse
aunque
pertenezca
a
partidos
diferentes.
Los
sectores
democráticos
no
deben
competir
entre
ellos
crudamente.
La
manera
en
que
los
políticos
pueden
bloquear
intentos
de
retroceder
a
una
dictadura,
es
por
medio
de
pactos
y
acuerdos
de
gobernabilidad.
Los
actores
internacionales,
organismos
que
presionan
desde
afuera
de
las
fronteras
del
país
con
el
objetivo
de
lograr
la
efectiva
instalación
de
la
democracia.
Apoyan
a
los
políticos
locales
afines
a
sus
ideas
con
dinero
o
logística
para
las
elecciones.
Componen
este
grupo
los
organismos
supranacionales
(están
“por
encima”
de
las
naciones),
la
Corte
Interamericana
de
Derechos
Humanos
(CIDH),
la
Organización
de
las
Naciones
Unidas
(ONU)
o
la
Organización
de
los
Estados
Americanos
(OEA).
PACTOS E INCERTIDUMBRE
La
élite
política,
la
encargada
de
conducir
el
proceso
de
instalación
de
la
democracia
y
muchas
veces
recurre
a
pactos.
Las
élites
toman
decisiones,
algunas
pensando
en
el
bien
común
y
otras
tratando
de
sacar
el
máximo
beneficio
personal
o
grupal.
La
activación
de
los
nostálgicos
del
régimen
autoritario
anterior
obliga
a
que
los
políticos
de
diversos
partidos
tengan
que
acordar
reglas
entre
sí
para
controlar
la
lucha
por
el
poder.
Para
acordar
estas
reglas,
los
miembros
de
una
élite
deben
alcanzar
pactos
que
den
formas
institucionales
a
los
acuerdos.
Estos
pueden
ser
secretos
o
públicos
y
tienen
como
fin
generar
seguridad
mutua
para
competir
en
igualdad
de
condiciones
por
el
poder.
Por
ej.
acordar
que
no
habrá
proscripciones,
qué
día
serán
las
elecciones
,etc.
Quienes
definen
esas
reglas
son
los
miembros
de
la
élite
política
de
distintos
partidos
con
el
objetivo
de
que
los
partidos
que
gobiernan
vayan
cambiando
y
que
ninguno
se
quede
para
siempre
en
el
poder
o
fuera
de
él.
Los
pactos
son
importantes
por
dos
motivos.
El
primero,
porque
se
constituyen
en
la
garantía
de
que
los
sectores
nostálgicos
del
régimen
autoritario
no
tendrán
margen
de
maniobra
para
intentar
otro
golpe
de
Estado.
El
segundo,
porque
la
alianza
de
la
élite
forma
una
red
de
contención
de
los
reclamos
de
una
sociedad
después
de
años
de
represión.
Los
pactos
y
la
necesidad
de
controlar
las
demandas
y
expectativas
de
la
sociedad,
y
a
la
vez
contener
posibles
golpes
de
Estado,
son
las
claves
para
que
una
transición
sea
exitosa
y
ordenada.
ESPAÑA
La
transición
española
comenzó
con
la
muerte
de
su
dictador,
el
Gral.
Francisco
Franco,
en
1975.
Dos
años
antes,
la
posibilidad
de
reemplazo
del
dictador
se
había
llenado
de
dudas
con
el
asesinato
del
sucesor
designado
por
Franco,
el
Almirante
Luis
Carrero
Blanco,
asesinado
por
la
organización
terrorista
nacionalista
ETA:
grupo
que
exige
por
la
vía
armada
la
independencia
del
País
Vasco.
El
dictador
Franco
designó
como
rey
y
nuevo
sucesor
a
Juan
Carlos
I.
El
Gral.
Franco
murió
y
dos
días
después
de
muerto
se
inicia
la
transición
a
la
democracia
con
el
nombramiento
del
rey
Juan
Carlos
I.
Esta
transición
ocurrió
de
manera
gradual
y
consensuada
entre
1975
y
1982.
Muchos
dirigentes
tomaron
opciones
arriesgadas,
incluso
para
sus
propios
intereses.
El
rey
Juan
Carlos
I
optó
por
abrir
paso
al
régimen
democrático.
En
1981
un
grupo
de
militares
irrumpió
a
los
tiros
en
el
parlamento
español
intentando
derribar
al
gobierno.
Estos
golpistas
argumentaban
tener
el
apoyo
del
rey
y
tomaron
de
rehenes
a
todos
los
parlamentarios
presentes.
Juan
Carlos
I
habló
por
televisión,
condenó
el
golpe
y
este
fracasó.
Adolfo
Suárez,
dirigente
político
que
venía
del
régimen
anterior
(uno
de
los
“blandos”)
fue
presidente
del
gobierno
español
entre
1977
y
1981.
Político
de
centro-‐derecha,
decidió
la
legalización
del
Partido
Comunista
-‐ubicado
a
la
izquierda-‐
a
cambio
de
que
este
aceptara
la
monarquía
constitucional;
tomó
esta
decisión
para
que
la
alianza
que
apoyaba
una
transición
a
la
democracia
fuera
lo
más
amplia
posible.
Tuvo
fuertes
oposiciones:
seguidores
del
régimen
anterior,
el
gobierno
de
Estados
Unidos
y
miembros
de
su
partido.
Al
Partido
Comunista
español
también
le
costaba
ese
pacto,
ya
que
debía
aceptar
la
presencia
de
un
rey.
Los
comunistas
antimonárquicos
por
ideología,
Santiago
Carrillo
(presidente
del
Partido
Comunista
Español)
aceptó
el
trato
y
rompió
relaciones
con
la
Unión
Soviética,
que
se
oponía
a
negociar.
Suárez
y
Carrillo
sabían
que
para
superar
la
dictadura
debían
dejar
y
aceptar
reclamos
de
los
otros.
Felipe
González
(Partido
Socialista
Obrero
Español)
se
apoyó
en
otros
gobiernos
europeos
socialistas
y
fortaleció
su
imagen
dentro
de
España.
Su
estrategia
internacional
fue
bloquear
el
ingreso
de
España
a
la
Comunidad
Europea
hasta
que
no
hubiera
terminado
la
democratización.
Eso
estimuló
a
muchos
empresarios
a
apoyar
la
democracia;
condición
para
ingresar
al
club
de
países
europeos.
González
ganó
las
elecciones
de
1982
y
gobernó
hasta
1996,
uno
de
los
períodos
más
prósperos
de
la
España
contemporánea.
Los
políticos
españoles
tomaron
decisiones
difíciles,
hicieron
cálculos
y
apostaron
por
confiar
entre
sí.
Convencidos
de
que
era
momento
de
abandonar
antiguas
disputas
y
construir
una
democracia
política
acompañada
de
bienestar
y
libertad.
Éxito
en
los
acuerdos
políticos
(pactos)
logró
la
élite
para
finalizar
exitosamente
una
transición.
Además,
permitió
realizar
más
acuerdos
para
avanzar
en
la
construcción
de
un
Estado
de
bienestar
desconocido
en
la
historia
de
España.
Se
realizó
este
proceso
con
pactos
y
negociación.
ARGENTINA
En
1982
la
Argentina
perdió
la
guerra
de
Malvinas.
Por
ese
hecho
el
gobierno
militar,
gobernado
por
el
Gral.
Leopoldo
F.
Galtieri
perdió
toda
legitimidad
ante
la
sociedad.
La
sociedad
y
la
élite
política
le
exigían
su
renuncia
y
que
se
convocara
a
elecciones.
Galtieri
debió
renunciar
y
lo
reemplazó
provisoriamente
otro
militar,
Reynaldo
Bignone,
quien
convocó
inmediatamente
a
elecciones.
El
declive
del
gobierno
militar
había
comenzado
en
1979
cuando
la
Comisión
Interamericana
de
Derechos
Humanos
de
la
OEA
visitó
el
país
y
denunció
las
violaciones
a
los
derechos
humanos.
Además, la situación económica argentina era cada vez peor, desgastaron rápido al régimen militar.
El
intento
por
recuperar
Malvinas-‐
los
jefes
militares
buscaron
recuperar
la
unidad
y
el
apoyo
perdió.
Pero
su
efecto
fue
el
contrario
y
la
derrota
dejó
expuesta
sus
debilidades
y
errores.
El
fracaso
del
gobierno
militar
era
definitivo
y,
por
eso,
el
régimen
militar
se
cayó.
La Argentina tuvo, de ese modo, una transición en 1982. Esta tuvo características propias y distintas a la transición española.
La dictadura argentina se derrumbó sin plan alternativo más que irse rápidamente y dejar el problema a los civiles.
Los
políticos
argentinos
a
diferencia
de
sus
pares
españoles,
no
buscaron
una
salida
pactada.
Solo
acordaron
presionar
por
elecciones
inmediatamente
en
las
que
compitieron
crudamente
sin
acuerdos
mínimos
para
esa
lucha
por
la
presidencia.
Algunos
de
ellos
buscaron
apoyarse
en
lo
que
quedaba
del
poder
militar
para
que
los
ayudara
en
la
lucha
contra
sus
adversarios
de
la
élite
política.
A
pesar
de
la
crítica
situación
que
vivía
el
país,
los
partidos
no
entablaron
diálogos
entre
sí
para
enfrentar
conjuntamente
problemas
que
enfrentarían
siendo
gobierno.
La
inconciencia
y
la
falta
de
lealtad
entre
los
partidos
y
dirigentes
políticos
argentinos
fue
una
marca
que
quedó
en
el
sistema
político
del
país
hasta
nuestros
días.
1983-‐
primeras
elecciones,
ganó
el
radical
Raúl
Alfonsín,
candidato
que
más
criticaba
al
régimen
saliente;
no
había
apoyado
la
guerra
de
Malvinas
y
prometía
juzgar
a
los
militares
culpables
de
violar
los
derechos
humanos.
Los
peligros
de
una
nuevo
golpe
fueron
visibles
todo
el
mandato
del
dirigente
radical.
La
ausencia
de
pactos
entre
la
élite
política,
hizo
que
no
hubiera
acuerdos
sobre
un
modelo
económico
a
seguir.
Tampoco
hubo
acuerdo
sobre
qué
hacer
con
los
militares.
El
gobierno
radical,
en
soledad
y
en
cumplimiento
de
lo
que
había
prometido
en
su
campaña.
Esto
hizo
que
los
sectores
nostálgicos
del
régimen
militar
se
mantuvieran
en
alerta
y
mostraran
constantemente
su
capacidad
de
daño.
Se
produjeron
así
tres
revelaciones
militares
durante
los
años
de
Alfonsín,
y
un
cuarto
en
el
mandato
del
peronista
Carlos
Menem;
este
resolvió
el
asunto
de
raíz,
reprimiendo
a
los
militares
rebeldes
y
concediendo
indultos
que
dejaron
a
los
militares
juzgados
en
libertad.
Desde
entonces,
se
consolidó
la
democracia
política
y
finalizó
la
transición
ya
que
los
militares
nunca
volvieron
a
ser
una
amenaza.
Dos
últimas
décadas
-‐
nuevos
líderes
de
discurso
radical
han
ganado
democráticamente
las
elecciones
en
América
Latina.
Estos
presentan
características
en
su
manera
de
hacer
política
que
los
diferencia
de
los
políticos
que
habían
ganado
hasta
ese
momento:
el
modo
en
que
se
constituyen
como
alternativa
frente
a
los
actores
tradicionales,
con
una
clara
intención
de
cambiar
el
sistema
político
y,
conseguir
articular
una
alianza
plural
de
sectores
sociales
que
les
otorga
legitimidad
y
abre
la
posibilidad
de
poner
en
marcha
proyectos
de
cambio,
sobre
la
base
de
una
democracia
de
mayorías.
En Venezuela, Bolivia Y Ecuador los votantes eligieron candidatos diferentes, al margen de la política de siempre.
Pretensiones
de
inclusión
identitaria
de
grupos
sociales
que
se
sentían
excluidos
del
sistema
o
que
simplemente
creyeron
en
la
capacidad
de
este
nuevo
líder
de
poder
cambiar
a
situación
vigente.
Su
discurso
está
radical
y
polarizador,
excluyente
de
la
oposición
partidista,
de
algunos
medios
de
comunicación
de
masas
y
de
aquellos
sectores
de
la
ciudadanía
que
critican
su
proyecto
político.
Tres líderes: Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador.
Chávez
ganó
las
elecciones
presidenciales
en
contra
de
los
políticos
que
habían
dominado
por
muchas
décadas
instituciones,
apelando
a
ciudadanos
desencantados
con
las
reformas
económicas
neoliberales
y
proclamando
un
intento
de
refundar
la
República.
Su
ausencia
de
militancia
partidista,
su
condición
de
militar
de
izquierdas
y
su
participación
previa
en
un
fallido
golpe
militar
le
colocó
un
vanguardista
al
sistema
político.
Evo
Morales
ganó
las
elecciones
presidenciales
en
un
intenso
clima
de
conflictividad
social,
y
luego
de
haber
liderado
la
movilización
por
la
recuperación
del
control
estatal
del
gas
y
otros
hidrocarburos
privatizados
durante
el
gobierno
de
Sánchez
de
Lozada.
Rafael
Correa-‐
su
interpretación
del
cansancio
de
los
ciudadanos
respecto
al
modo
en
que
los
partidos
habían
hecho
política
hasta
ese
momento
fue
exitosa.
Su
propuesta
incluyó
la
Revolución
Ciudadana,
una
Asamblea
Constituyente
y
un
profundo
cambio
institucional.
Su
estrategia
de
no
presentar
candidatos
a
diputados
le
colocó
al
margen
de
los
“políticos
de
siempre”.
LA TENSIÓN ENTRE LA INCLUSIÓN POLÍTICA Y EL ATAQUE A LAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS
Los
líderes
populistas
incluyen
con
su
discurso
a
los
ciudadanos
que
no
se
sentían
representados
y/o
que
estaban
decepcionados
con
el
sistema
político.
Elegidos
para
cambiar
el
statu
quo,
mejorar
la
calidad
de
la
representación
y
la
equidad
social.
“Estilo
de
liderazgo
populista”
caracterizado
por
la
relación
directa
y
paternalista
entre
líder-‐
seguidor,
sin
mediaciones
organizativas
o
institucionales,
que
habla
en
nombre
del
pueblo
y
potencia
su
oposición
a
“los
otros”,
donde
los
seguidores
están
convencidos
de
las
cualidades
especiales
del
líder
y
creen
que
gracias
a
ellas,
a
los
métodos
redistributivos
conseguirán
mejorar
su
situación
personal
o
la
de
su
entorno.
Sacan
a
la
gente
a
la
calle,
lo
hacen
como
hechos
que
“democratizan”
la
democracia
y
crean
expectativas
respecto
a
que
esos
actos
recuperan
sus
derechos.
Dirigen
la
palabra
,pidiendo
apoyo,
con
una
lógica
discursiva
de
dicotomización:
el
pueblo
y
los
“otros”,
haciendo
este
elemento
el
eje
central
de
la
movilización.
Recurren
al
pueblo
a
partir
de
lo
que
les
diferencia
de
los
otros,
en
función
de
las
contradicciones
existentes
entre
ambos
como
un
instrumento
para
reforzar
la
identidad
de
su
grupo.
Su figura simboliza la posibilidad de hacer cumplir los deseos populares o un “antidepresivo” social.
Morales
presenta
diferencias
respecto
de
los
otros
líderes.
El
vínculo
líder-‐bases
se
sostiene
en
la
negociación
constante
y
en
la
exigencia
de
rendición
de
cuentas.
LOS LIDERAZGOS POPULISTAS SE ENFRENTAN A LAS INSTITUCIONES DE LA DEMOCRACIA
Estos
líderes
se
han
relacionado
de
manera
contraria
con
la
democracia,
han
empleado
las
elecciones
como
un
instrumento
plebiscitario
(resolución
tomada
mediante
una
consulta
popular),
han
legitimado
sus
proyectos
en
las
urnas.
Pero
han
sido
responsables
de
múltiples
ataques
a
las
instituciones
de
la
democracia,
el
ejercicio
arbitrario
del
pode,
la
personalización
de
la
política
y
de
buscar
cambiar
las
reglas
de
juego.
El
contenido
autoritario
de
su
discurso
es
contrario
al
pluralismo.
El
líder
está
por
encima
de
las
reglas,
por
lo
que
no
necesita
preocuparse
por
el
Estado
de
Derecho
ni
por
los
instituciones.
Se
ampara
en
los
resultados
de
unas
elecciones
que
le
otorgan
legitimidad
para
hacer
cambios,
incluso
alterar
la
legalidad
vigente.
Las
instituciones
son
utilizadas
y
luego
despreciadas.
En
el
marco
de
un
régimen
político,
la
manera
de
hacer
política
de
los
líderes
tensiona
su
funcionamiento
pluralista.
Estas
prácticas
recuerdan
a
la
“democracia
delegativa2.
Han
mostrado
cómo
ha
(mal)
interpretado
la
legalidad.
La
política
supone
la
integración
identitaria
y
los
líderes
populistas
suelen
tener
dificultad
para
integrar
a
quiénes
no
están
de
acuerdo
con
su
proyecto
político.
Los
líderes
polarizan
a
partir
de
la
exclusión
discursiva
de
quienes
no
opinan
como
ellos,
rechazando
el
pluralismo
y
agotando
la
capacidad
de
control
de
unas
instituciones
sobre
otras,
poniendo
en
tensión
la
vigencia
del
Estado
de
Derecho.
Sectores
populares,
intelectuales
y
nuevas
élites
perciben
que
esta
manera
de
hacer
política
permite
la
incorporación
de
la
gente
común
a
las
instituciones
y
lo
consideran
como
parte
constitutiva
de
la
democracia.
Liderazgo
que
defiende
una
concepción
de
democracia
mucho
más
amplia
que
la
liberal.
En
ese
sentido,
profundizan
la
democracia.
Otros
sostienen
que
el
populismo
afecta
la
institucionalidad
y
la
convivencia
democrática,
subordinando
las
instituciones
a
las
decisiones
de
un
líder
y
enfrentando
a
los
órganos
del
Estado
entre
sí;
polarizando
el
discurso
contra
los
que
opinan
diferente
o
critican
al
proyecto,
y
generando
inclusión
a
través
de
prácticas
de
subordinación
más
que
de
empoderamientos
de
los
ciudadanos.
Se está totalmente a favor o totalmente en contra. No hay términos medios.
Estos
líderes
no
están
solos,
hay
ciudadanos
populistas.
Los
votantes
eligen
tener
un
vínculo
directo
y
emocional
con
el
líder,
al
mismo
tiempo
que
desconfían
de
los
partidos
tradicionales
y
de
las
instituciones
para
resolver
sus
problemas
cotidianos.
Prefieren
la
representación
delegativa
antes
que
la
democracia
pluralista.
La
manera
en
que
se
ejerce
ese
liderazgo
dificulta
la
convivencia
y
la
autonomía
de
las
instituciones
democráticas.