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actividad en la localidad de Los Ralos, las cuales son denominadas “comunitarias”. Para
ello se tuvo en cuenta una serie de dimensiones que fueron clarificando y revelando sus
distintas facetas. Una de esas dimensiones es el área de cobertura, es decir el espacio
aéreo-geográfico específico que comprende el alcance de transmisión de una estación de
telecomunicaciones, en este caso la radio.
Manifiestan además que el motivo que condiciona y dificulta la transmisión, más allá
de los escasos recursos tecnológicos, son las interferencias de radios de localidades
vecinas. Esta situación es una de las características de la falta de regulación y control
que existía y aún existe en la materia no solo en la región, sino en todo el país. Además
de ser un medio de comunicación con alcance restringido desde el punto de vista
tecnológico y más allá de eso, este aspecto corresponde también a una decisión
institucional que se toma en relación al propio proyecto radiofónico y que es previa a la
cuestión tecnológica. Estas radios se caracterizan por tener un estilo centralista en
cuanto a la ubicación geográfica urbana de su infraestructura, incluyendo la zona central
o centro de la localidad, dejando al margen la franja externa de la comunidad, que está
constituida por los barrios que terminan configurando los contornos del espacio
habitacional.
Otra dimensión estudiada fueron los gustos, preferencias e intereses de las audiencias
como un factor decisivo en la conformación de la radio, sin dejar de considerar la
agenda que se propone desde este medio de comunicación para cautivar a los oyentes.
En las manifestaciones de los vecinos de los Ralos, dan cuenta que prefieren en su
mayoría la función “informativa” del medio de comunicación, a través de la cual se
perciben “actualizados” o “informados”. Estas características marcan las pautas de
selección en el consumo de este medio, ya que los oyentes “esperan” con regularidad a
determinado horario, dicho “servicio”.
C)El análisis integral de estos resultados, resaltan que, en la realidad del interior
tucumano, las radios de Los Ralos forman parte de la explosión de FM en la década del
80 a nivel nacional, con la reapertura del sistema democrático, además fueron fruto de al
menos dos factores, los sueños personales o familiares de sus propietarios, y a los
intereses “oficialistas” del delegado comunal de turno que sustenta económicamente a
este medio y por lo tanto genera dependencia económica y política. Estas circunstancias
son algunos de los factores decisivos que fueron alejando a estas radios de su
comunidad, sobre todo si consideramos que desde su misma aparición se instituyeron
como medios repetidores de los medios hegemónicos de comunicación. En Los Ralos
asistimos al afianzamiento de formas propias de una cultura comercial que, aunque sea
en escalas diferentes, nada tiene que ver con la comunicación política comunitaria. Por
lo tanto, no se asumen como espacios donde se construyen las representaciones por sus
propios vecinos, enajenando sus necesidades, intereses, costumbres y sueños, en
beneficios clientelares. Enmascarado o no, se ve entorpecido, además, el ejercicio de las
funciones democráticas del derecho a la información y a la expresión.