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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 1 – IDENTIDAD Y CRISIS EN TRABAJO SOCIAL

1. REFLEXIONES Y DEBATE ACTUAL SOBRE LA IDENTIDAD DE LA DISCIPLINA Y DE LA


PROFESIÓN
Han trascurrido ya algo más de cien años desde que fue iniciado el profundo y
amplio debate, por otro lado inacabado, en torno a la identidad del Trabajo Social. Aún
seguimos rememorando esa apasionada discusión presentada en la ciudad de
Baltimore con motivo de la National Conference of Charities and Corrections en la que
Abraham Flexner presentó su ensayo en 1915 para poner en cuestionamiento los
elementos que definen como profesión al Trabajo Social. Flexner no titubea, en
principio, en reconocer que Trabajo Social posee una notable tendencia a la auto-
organización, dado el buen número de encuentros y conferencias anuales organizadas
que permitieron crear, en cierta medida, una incipiente conciencia profesional. Este es
uno de los seis elementos que, a su entender, definen a toda actividad que aspire a
configurarse como profesión en el futuro. La motivación vocacional es igualmente otra
importante segunda característica que definía entonces, y define hoy también, la
situación actual de la profesión. Pero estos serían los dos únicos elementos centrales
de definición e identidad de las profesiones que encuentran equivalencia con la
naturaleza del Trabajo Social. No sale bien parada, por ejemplo, su relación con la
precisión requerida de un ámbito o área de actuación, muy especialmente, por la
capacidad de dispersión y su tendencia arrebatalotodo por parte de los trabajadores
sociales. De modo muy claro y solemne, Flexner sentenció que “las profesiones han de
tener un ámbito de aplicación limitada y definido, y el ámbito de empleo del trabajo
social es de hecho tan grande que la delimitación es imposible”, lo cual es un gran
impedimento para la futura formación de la disciplina.
El duelo intelectual sobrevenido entre Mary Richomound y Abraham Flexner
fue no sólo apasionante en forma y contenido, sino sumamente enriquecedor para el
futuro de la identidad de esta profesión en emergencia, pues permitió todo un flujo de
ideas, comentarios y argumentaciones que enriquecieron y fortalecieron el proceso
intelectual de la formación de su cuerpo teórico (Hidalgo 2014). Fruto de esta polémica
fue que Mary Richomound, en su discurso de 1917 sobre “la tarea del trabajador social
de casos”, admitiera que Flexner estaba en lo cierto al considerar que los trabajadores
sociales eran intermediarios sociales (Agnew, 2004:116).
Este duelo lejos de conducir pasó el testigo de la polémica a otros actores, pero
la madurez y la experiencia adquirida en todo este largo y continuado proceso de
reflexión, si bien no consiguió resultados totalmente concluyentes, mantuvo viva la
riqueza discursiva y Trabajo Social ascendió, al menos, a la categoría de profesión en
fase de pre-adolescente (Hollis & Taylor, 1961). Y, por supuesto, este debate
trascendió las fronteras estadounidenses, expandiéndose en cada país y llegando hasta
el momento actual. Numerosos son los casos que podrían citarse acerca de los
estudios realizados sobre la profesionalización del Trabajo Social, y prueba de ello son

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los capítulos siguientes que abarcan esta publicación. Muchos son los autores que se
han consagrado a este ejercicio de arqueología, tales como Jovelin en Francia (2011),
Höffer-Mehlmer en Alemania (1994) o Harrington y Beddoe en Nueva Zelanda (2014).
Nuestro país no ha permanecido ajeno a este esfuerzo de estudio e investigación y de
contribución en el debate, entre cuyos autores destacados pueden ser mencionados
Mirando Aranda (2005) o Brezmes Nieto (2008) sin olvidar una de las autores de
referencia ineludible para la profesión y la disciplina, Natividad de la Red (1993). Digno
de mención es igualmente la reciente, y laureada, Tesis Doctoral defendida este año
2017 de nuestro Programa de Doctorado en Derecho y Ciencias Sociales de nuestra
universidad (UNED) por Luisa Aránzazu Hernández Echegaray con el título “El proceso
de (des)profesionalización del Trabajo Social en España (1980-2015): déficits, riesgos y
potencialidades”.
Sin embargo, y a pesar de estos indiscutibles avances, el cuestionamiento sobre
la esencia de la identidad, simultáneamente, no ha cesado de estar presente. En la
década de los ochenta. M. Davies (1981:3) en The Essential Social Workers afirmaba
con cierta rotundidad que “no existe tal cosa llamada Trabajo Social…. ni siquiera es
seguro que existía la actividad del trabajo social…”, al comparar la profesión con otras
actividades laborales más delimitadas en sus orales y funciones. Y en los noventa, M.
Sheppard (1995:54) con su obra Care Management and the New Social Work
contribuía al debate, dando un paso más hacia adelante, al considerar que “…. ni
siquiera está claro que como disciplina académica, separada (delimitada), existía
Trabajo Social”.
Como puede apreciarse la cuestión no está zanjada. Detractores y defensores
siguen proporcionando elementos para la discusión interminable. Recientemente, el
director del Centre for Welfare Reform, publicó en The Guardian una interesante
reflexión que permite analizar la cuestión de la identidad desde otra perspectiva
diferente. Simon Duffy afirma que “los trabajadores sociales, en su mayoría en
funciones de atención (al usuario), describieron cómo sentían su trabajo distante de los
valores y las habilidades en las que habían sido entrando. En lugar de formar relaciones
con los individuos y apoyar el desarrollo comunitario, sentían que estaban llevando a
cabo tareas mecánicas de evaluación, seguimiento y de control. Ya no sentían que eran
verdaderos trabajadores sociales”. Y, al mismo tiempo, alertaba de una importante
amenaza que afecta directamente sobre dos flancos: la pérdida de representación
corporativa como colectivo profesional y la desnaturalización de las funciones propias
del trabajo social. “la labor de los trabajadores sociales está siendo ahora
proporcionada por personal no cualificado y las autoridades locales están comenzando
a contratar servicios externalizados. Trabajo social parece estar en las ultimas (de sus
posibilidades)”, añadía.
Ciertamente esta última exposición sobre el problema de la identidad posee
una naturaleza bien diferente, pero su crisis conduce inevitablemente al núcleo de la
discusión que ha cumplido ya más de cien años. “Es muy duro ver cómo una profesión

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puede sobrevivir y prosperar cuando su identidad es tan conflictiva”, y concluye “Tal


vez los trabajadores sociales necesitarán volver a pensar de nuevo qué significa ser un
profesional”.
Groso modo, puede enunciarse tres diferentes escenarios que, en gran medida,
constituyen el núcleo de la polémica.
1. Los efectos de la crisis económica y financiera sobre la tarea profesional, y sus
potencialidades
2. El reconocimiento social adquirido con la conquista realizada a nivel
académico, pero motivo aún de disputa
3. La Esencia misma de la teoría y de la praxis del Trabajo Social como disciplina y
como profesión
Sobre el primero de los puntos, y que será abordado posteriormente con algo más
de detenimiento sobre las consecuencias en los estados de bienestar de nuestro
entorno, puede afirmarse que la cuestión política no encuentra sus raíces en la
reciente crisis económica, sino que data de mucho tiempo atrás. Una historia de
desarrollo que no ha evolucionado de la misma manera en todos los países, ni a la
misma velocidad.
Como recordarán la década de los sesenta representa la edad dorada del modelo
configurado de bienestar social tras el desenlace de la II Guerra Mundial. La Tercera
Vía edificada, como medio alternativo entre el capitalismo y el comunismo, permitió
conservar los rasgos que caracterizan nuestro modelo occidental: democracia, Estado
de Derecho y economía de mercado, con el añadido de un intervencionismo público
como nunca se había conocido. Pero esta modelo se vio duramente afectado por una
crisis sin precedentes. No obstante, los años setenta no sólo son testigos de una
recesión económica que afectará gravemente al gasto público y al crecimiento
económico. La década de los setenta es también una década de cambio generacional,
de cambio social y valores culturales, los cuales van a exponer sus deseos de
renovación en los resultados electorales. Fueron los años de la nueva era neoliberal
que desde los EEUU, liderado por Reagan, y en el Reino Unido, con Margaret Thatcher,
se extendió a lo largo y ancho de occidente. El estado del bienestar y los servicios
sociales se enfrentaban a un desafió ideológico sin parangón tras el conflicto bélico
mundial. Las policías sociales expansivas, los prolongados presupuestos públicos
generosos en la materia social, las elevadas recaudaciones fiscales progresivas en aras
de la sostenibilidad financiera de los sistemas de bienestar, la consolidación de un
importante sector público productivo (generador de riqueza y de empleo),
gradualmente van a ir siendo restructurados, reformados sobre otras bases
(desmantelados por el sector social más crítico con estos cambios) en nombre de la
nueva cultura social la primacía de la elección personal, en nombre de la eficacia y de
la eficiencia del sector privado, en nombre de la acusación y señalización (ideológica)
que vincula gasto público con improductividad, lentitud, malversación y dispendió
económico. La responsabilidad ante los infortunios y contingencias de toda naturaleza

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es individual y no colectiva. O, dicho de otro modo, sólo será colectiva cuando todo
esfuerzo individual no sea ya posible de modo alguno.
A la crisis, el cambio social y el propio desarrollo ulterior del sistema económico
productivo, se sumó además un hecho fundamental que propició todo un seísmo: el
desfondamiento de los países comunistas. Y con él, un conocimiento más exhaustivo
de la trágica suerte que corrieron la ciudadanía en esos países en todos los niveles. El
nuevo credo neoliberal parecía no contar ya con adversario ideológico alguno, hasta
que resurgió la denominada Tercera vía de la mano del Premier británico, Tony Blair.
Una suerte de modelo socialdemócrata a caballo entre el “caduco” sistema de
bienestar social de los cincuenta y sesenta y el neoliberalismo a ultranza. Las reformas
profundas acometidas en los Estados de Bienestar clásicos fueron generadoras, a su
vez, de una mayoría ciudadana contraria a cambios tan dramáticos.
Esta sucesión de acontecimientos, y por supuesto, afectaron directamente a la
propia evolución, desarrollo y expansión de la profesión de Trabajo Social:
desregulación laboral, recortes presupuestarios, desaceleración de creación de oferta
pública en empelo. Y, simultáneamente, supervivencia en un angosto tercer sector de
recursos muy limitados (primero) y nuevas condiciones de actuación con la
externalización paulatina (segundo), pero de creciente tendencia, de los servicios que
llega hasta el momento presente.
Sin duda, y aunque la evolución de los acontecimientos ha sido muy similar por
doquier, como veremos a continuación en cada uno de los países seleccionados, los
resultados no han sido los mismos. Y no han sido iguales por diversas razones
explicativas: porque el punto de partida no es idéntico en todas las sociedades (1). Por
ejemplo, aunque el modelo nórdico o escandinavo continúe en gran medida siendo un
paradigma en temas sociales, sus políticas se han alejado, y mucho, de su modelo
original. Dicho de otro modo, no es lo mismo partir de un modelo de bienestar social
altamente consolidado y desarrollado que de un modelo emergente. Tampoco han
sido iguales los resultados porque la cultura política (2), variable menos estudiada en
los Estados de Bienestar que las económicas o las sociales, han servido de resorte a los
cambios voluptuosos impulsados por las nuevas corrientes ideológicas. Por ejemplo,
que la unidad de análisis, en materia social, sea el propio sujeto o actor individual no
es lo mismo que la unidad de mediación se ala unidad familiar del receptor a la hora de
acceder a beneficios sociales o prestaciones. En tercer lugar y aunque pueda resultar
una obviedad, porque los recursos económicos y financieros son diferentes en cada
país. Su sistema productivo, su riqueza económica potencial, su capacidad de
innovación y creatividad, su apuesta por el desarrollo tecnológico, etc. Y cuarto,
porque sus retos y desafíos, sus problemas y conflictos sociales internos, que toda
sociedad occidental posee, porque no existe modelo experimental perfecto, son
variados y de intensidades muy diferentes. Indudablemente, estas cuatro razones no
acotan la totalidad de una explicación global, pero están muy presentes en todos los

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modelos y sociedades, como igualmente lo están todas las amenazas, desafecciones y


planteamientos críticos sobre el futuro de la profesión.
El reconocimiento social del Trabajo Social ha ganado un aliado, gracias a la
conquista y los esfuerzos de los colectivos profesionales, con el acceso al sistema
universitario. Un logro de una importancia crucial, pero no exento de dificultades en la
actualidad y desdibujando, en cierto modo, por el escenario económico.
Como es sabido, en sus inicios, la formación nació de las propias iniciativas
impulsadas por las organizaciones femeninas y religiosas a modo de módulos breves y
prácticas directas, saltando tiempo después al campo de las enseñanzas secundarias y
módulos de formación profesional hasta entrar finalmente en los programas
universitarios. Escuelas pioneras en Trabajo Social fueron establecidas en Bélgica en
1922 y en Dinamarca en 1934.
Los acuerdos de Bolonia han significado un antes y un después en cuanto a materia
de formación educativa. El proceso, lejos de estar totalmente concluido, está en pleno
proceso de desarrollo, a tener de las notables diferencias existentes en los modelos
educativos. Sus objetivos son desafiantes, entre ellos, el contribuir a la promoción de
una convergencia educativa que facilite la movilidad, en el espacio europeo, de los
docentes, los estudiantes y los profesionales. Uno de sus retos mayores en que “las
universidades europeas promocionen el mutuo reconocimiento de los grados,
superando las actuales diferencias existentes entre países y las propias de cada país”
(Martínez, 2007:34). En estos últimos años, la enseñanza de Trabajo Social ha venido
experimentando los mismos desarrollos casi en todos los países, y “las enseñanzas se
han implantado en el seno de las universidades o bien en instituciones similares de
enseñanza superior”, pero a pesar de esta aspiración común, queda sin camino por
recorrer, pues como proceso, no ha solventado aún ciertas diferencias entre
nacionales, tales como la propia duración de los Grados.
Sobresalientes han sido los progresos realizados en nuestro país en particular,
tanto en materia de formación educativa como en reconocimiento de su estatus
profesional. Una curiosa contradicción pues no era de esperar que un país como el
nuestro, con menor gasto social y menor desarrollo en materia de servicios (sociales),
con un proceso democrático interrumpido tras décadas de régimen autoritario,
desclasificado en este retraso político-social y cultural del bienestar colectivo, tardío en
su desarrollo de sistemas de protección universal, avanzara con pisadas firmes en el
complejo mundo de la identidad profesional y académica de los trabajadores sociales.
El camino ha sido tortuoso, pues nuestros profesionales, en múltiples ocasiones,
siguen siendo identificados en la anacrónica figura del asistente social, propia de otra
época, de otro rol y de otras funciones. En el imaginario colectivo aún persiste, y la
crisis actual nutre, la idea del trabajador social como simple gestor de servicios y
prestaciones, estigmatizada con el ejercicio fiscalizador de la comprobación de la
veracidad del discurso y de la documentación presentada por los usuarios. Es como
una historia que nunca acaba, pues simultáneamente a la conquista de unos espacios

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de identidad propios, se producen nuevos obstáculos que, tras la victoria, no van a


facilitar el pleno desarrollo del ejercicio profesional.
El dilema hoy venía incubándose en décadas precedentes. Los ritmos han sido
diferentes en cada uno delos países. Los más atrasados, como es nuestro caso, han
superado sus pruebas hasta su pleno reconocimiento por ley, pero, y en paralelo al
proceso de construcción de los sistemas de bienestar, y muy en particular de los
servicios sociales, la identidad los venido diluyéndose en la transformación paulatina
de las nuevas “Sociedades de Bienestar” en su pérdida monopolística del carácter
central de la naturaleza pública en aras de un sistema mixto y con la emergencia de
profesiones competitivas que desplazan, absorben o privan de espacios profesionales
a los trabajadores sociales. Como señalan George Giacinto y Gloria Lankshear, “tanto
en el Reino Unido como en la Europa continental sus estatus se ha venido
cuestionando. Desde el advenimiento de la posmodernidad, la identidad de los
trabajadores sociales se ha erosionado como consecuencia de una acción social cada
vez más compleja y plural. Incluso en las zonas más al norte de Europa, el Trabajo
Social ya no goza del monopolio de la asistencia social dentro de los Estados de
Bienestar, con la posible excepción de Dinamarca. Otros agentes (actores) de los
cuidados sanitarios (socio-sanitarios) en el continente europeo compiten con los
trabajadores sociales y van haciéndose de sus funciones y de sus tareas”.
En gran medida, este cuestionamiento viene sobresalientemente mareado por el
carácter de función pública que, con el tiempo, ha ido perdiendo protagonismo,
cediéndolo simultáneamente al mercado. El escenario competitivo originado en
materia de provisión de servicios y de reordenación del sistema de protección social
(administración pública –mercad- tercer sector) ha contribuido a la aparición, así como
las nuevas necesidades sociales, de nuevos actores profesionales. El creciente proceso
de racionalización de los sistemas de bienestar social, desde los ochenta en adelante,
afecta a toda la organización del trabajo, del mercado y de la sociedad y, como no
podía ser de otro modo, también al Trabajo Social. A este respecto, muchos autores
suscriben la siguiente premisa: “el detalle sobre la modernización del Estado del
Bienestar implica que el coste del mismo y los problemas funcionales de sus
instituciones son considerados impedimentos para el crecimiento económico. La
presión de la competitividad global también presiona para poner en tela de juicio de
los derechos sociales. Esta discusión afecta al corazón mismo de la misma imagen del
Trabajo Social. La política social está subordinada a las políticas de mercados y
laborales y el Trabajo Social llega a ser instrumentalizado y explotado” (Fortunato, V.
et al, 2008:14).
El nuevo formato del Estado de bienestar que, sucintamente, puede ser descrito
como la transformación de la responsabilidad pública del bienestar social a merced de
convenios, subvenciones, contratos o cualesquiera de las posibles fórmulas jurídicas
que se estimen oportunas, de la mano de la necesidad esgrimida por los actores
políticos de la externalización de los servicios, como medio de reajuste del gasto

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público social y su sostenibilidad frente a la ingente procreación de nuevas


necesidades sociales (cambios en los modelos familiares, inmigración, envejecimiento
de la población y un largo etcétera) se enfrenta hoy, si cabe, a un desafío mayor: una
crisis económica y financiera y el auge de los populismos de izquierdas y de derecha
que nos retrotrae a la crisis mundial de 1929.
El análisis y previsión de Rothman de hace ya más de 30 años parecen estar en vía
de su lamentable cumplimiento: el impacto del mercado en el bienestar ha debilitado
la demanda de trabajadores sociales en relación a su estatus, autonomía y
desregulación o proletarización (Rothman, 1984).
La denominada “cris del Estado de Bienestar”, junto con la crisis económica y
financiera y, de su mano, el auge de los populismos de uno y otro bando, no sólo
ponen en tela de juicio la persistencia de un modelo social, sino que también pone en
cuestionamiento la existencia misma de una profesión, amenazada no sólo por la
reestructuración global, sino por la defensa de sus planteamientos científicos los
cuales no han ganado aún su consenso completo.
La disciplina y la profesión corren el riesgo de no haber adaptar, si cabe la
expresión, su pasado romántico a la realidad presente. Su pasado reivindicativo con la
asepsia del conocimiento científico. Ideología y ciencia no van de la mano y muchos
profesionales ven en ello un riesgo importante ¿Deben las profesiones enarbolar la
defensa de los valores o deben ceñirse exclusivamente a los cánones del pensamiento
científico y de la profesión ¿Es Trabajo Social un movimiento social de resistencia o es
una disciplina común que no implica el ejercicio de la militancia? Estas son cuestiones
diletantes que aún son formuladas en los encuentros entre profesionales, docentes e
investigadores. Cuestiones que adquieren una vital importancia en el discurso en
tiempos de crisis, de desafíos y de incertidumbres.
Trabajo social posee un pasado histórico muy apreciado. Surgió de la iniciativa de
reformadores sociales que quisieron cambiar la realidad social a la vez que
reivindicaron y combatieron por sus propios derechos, y también, todo al mismo
tiempo, por elevar la profesión incipiente a los altares del reconocimiento social y
académico. Muy pocas disciplinas han ejercido un compromiso social tan manifiesto y
reivindicativo. Este origen y desarrollo es, pues, muy singular y propio del Trabajo
Social, lo que le hace muy distinta al resto de las profesiones comparativamente.
Entre sus propósitos, cabe destacar los siguientes:
1. Profesionalizar el ejercicio laboral en base a métodos y teorías dado su
proyección eminentemente practica
2. Conseguir el estatus de la profesión según los parámetros establecidos y, de
este modo, el reconocimiento social y político
3. Impulsar la formación reglada desde la cual propiciar el conocimiento científico
y, por consiguiente, su acceso a la academia, con su rigor metodológico y la
creación del cuerpo teórico indispensable en toda disciplina

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Estos objetivos son comunes a toda profesión incipiente que busca su espacio
propio en los dos escenarios desde los cuales proyectar su trayectoria: el ejercicio
laboral reglado y valorado y la formación explicita según los cánones de las ciencias
sociales.
Pero a su vez, su finalidad fue, si cabe, más ambiciosa, en el sentido en que se
propuso el cambio social. Y este cambio social implica no sólo unos valores y principios
para el ejercicio de la actividad, sino todo un paso al frente, y muy próximo, de la
acción política. En este sentido:
1. Como mujeres (en su mayoría) combatieron por la igualdad, por la conquista de
sus derechos civiles y políticos. En gran medida, fue un movimiento de
emancipación
2. Como reformadores sociales, apostaron por cambiar el mundo, las injusticias y
desigualdades de los efectos negativos de la producción industrial. De aquí, su
implicación emocional que sumerge a la profesión y a la disciplina en el
“posible” compromiso social (y/o político)
Y son precisamente estos dos últimos objetivos los que despiertan ciertos recelos.
Las Ciencias Sociales siempre han tenido que combatir por su espacio, e imprevisible:
el sujeto individual. Más complicado se vuelve el combate en el intrincado mundo del
quehacer científico si el compromiso social y/o político, determinado por un sistema
de creencias, está por medio.
Todos ellos son elementos que forman parte de la identidad del Trabajo Social,
cuyo debate, puede apreciarse, lejos de estar cerrado sigue muy presente, a pesar de
los indudables avances y loros alcanzados.

2. ALGUNOS DE LOS EFECTOS DE LA CRISIS ECONÓMICA Y FINANCIERA

El estadillo de la crisis en 2008 ha dado lugar a la producción de todo un océano


de tinta acerca de sus causas, sus proyecciones y sus consecuencias sociales que llegan
hasta el momento actual. A pesar de la diversidad de interpretaciones, un común
denominador a todas ellas reside en el siguiente diagnóstico: la magnitud de esta crisis
sólo es comparable con los efectos devastadores de la crisis de finales de los años
veinte. No es pues una crisis cíclica más del sistema de producción, sino una crisis que,
por sus dimensiones, atentan contra los pilares políticos y sociales sobre los que se
sostienen las sociedades occidentales. Prueba de ello, y una vez más, es el auge de los
populismos, y muy especialmente, el ascenso de fuerzas políticas ultranacionalista y/o
xenófobas contrarias al proceso de globalización y de integración europea. La analogía
con aquel tiempo pasado se ha convertido en una pesadilla para el análisis. Las
tensiones sociales generadas por el incremento de la desigualdad, la exclusión social y
el desempleo caminan de la mano del peligroso cuestionamiento de las instituciones
políticas y de la legitimidad del sistema. La incapacidad financiera para seguir
sosteniendo ciertos resortes de bienestar presenta un desafío encomiable: cómo

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conservar con políticas de austeridad del gasto público las estructuras de bienestar
social edificadas.
Conviene recordar que el gasto en protección social en relación al porcentaje
del PIB en el mismo año del estadillo de la crisis ascendía en la Europa de los 27 al
26,4%. Francia (30,8%), Dinamarca (29,7%) Suecia (29,4%), Países Bajos (28,4%),
Bélgica (28,3%), Austria (28,2%), Alemania (27,8%) e Italia (27,8%) se situaban
entonces en el ranking de países europeos con mayores porcentajes. Frente al 23,6%
de Letonia, 14,3% de Rumania, 15,1% de Estonia, 15,5% de Bulgaria y 16% de
Eslovaquia. Seis años más tarde, en 2014, el gasto en protección social ha
experimentado un ligero crecimiento hasta el 28,7%. La gran disparidad entre los
países miembros de la Unión sigue siendo un rasgo característico entonces y ahora.
Ciertamente, el volumen de necesidades, la capacidad económica, la voluntad política,
entre otros, producen inevitablemente estas marcadas diferencias, amén de tener en
consideración otras singularidades tales como la diversidad de los sistemas de
protección social y las tendencias demográficas en el siendo en cada país. Francia
(24,3%), Dinamarca (33,%%), Finlandia (31,9%), Países Bajos (30,9%), Bélgica (30,3%),
Austria (30%), Italia (30%), Suecia (29,6%) y Alemania (29,1%) vuelven a situarse en la
lista de los primeros países con mayores porcentajes frente al 14,5 de Letonia, 14,7%
de Lituania, 14,8% de Rumanía y el 15,1 de Estonia.
Pese a ligeros cambios producidos en los rankings y posiciones finales en
materia de gasto de los países, una primera aproximación invita a considerar que la
distribución geográfica continúa sin grandes alteraciones, reproduciendo una
clasificación hartamente coincida: escandinavos, Europa Central y meridional y países
del Este. No obstante, el dato más remarcable es que la crisis ha supuesto un
incremento del gasto social en todos los países, con la excepción de Irlanda, Lituania y
Hungría. Este incremento del gasto social responde no en todas las circunstancias a
una expansión de las políticas pública sociales en sí, sino a un incremento de la
demanda ante situaciones coyunturales, como el desempleo. Por supuesto, no todas
las respuestas de los distintos gobiernos han sido similares, pues tampoco todos
disponen de la misma capacidad (y voluntad política) para ofrecer respuestas, como
tampoco poseen los mismos retos y desafíos, ni cuentan con las mismas necesidades
sociales y recursos de partida.
El gasto en prestaciones económicas para la tercera edad, discapacidad y
contingencias relacionadas con la salud acumulan más de las tres cuartas partes de los
capítulos presupuestarios en toda la Unión (82,4%). Todos los países europeos poseen
elevados niveles de gasto en materia de mayores, siendo, por consiguiente, este
colectivo social y área de actuación la más beneficiada del conjunto de prestaciones
diversas. Por ejemplo, son sobresalientes los casos de Grecia (65,0%), Polonia (60,4%)
e Italia (58,6%). Nuestro país destaca precisamente en este apartado, junto con
desempleo, al superar la media de la Unión, 49,1% y 10,1% respectivamente.

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En el momento presente, la tipología de Estados de bienestar, a pesar de las


diferencias que entre ellos son remarcables, han acabado confluyendo, con las
reformas paulatinas que los sistemas de bienestar han introducido en aras de una
mayor racionalización del gasto y selección de prioridades entre las necesidades
sociales, en una especie de encuentro sobre el que pivotan las distinciones. Los
modelos clásicos ya son más difícilmente comparables como lo eran década atrás. Y,
un ejemplo de ello, lo encontramos precisamente en este mismo apartado sobre la
estructura del gasto público social.
Los países nórdicos, conocidos por la reproducción del denominado modelo
beveridge, se han venido caracterizando por la universalidad de los servicios y
prestaciones, por lo que en sus sociedades todos los ciudadanos y residentes en
situación de necesidad tienen derecho a acceder a los sistemas de protección, lo cual
explica el predomino de las aportaciones gubernamentales, vía presupuesto y
fiscalidad, para garantizar la universalidad.
Por el contrario, los países más ligados a la tradición bismarkiana, el acceso, uso
y disfrute de los servicios y prestaciones se fundamentan más en el concepto de
reembolso por cotizaciones realizadas. Alemania, Austria y Francia, dan claro ejemplo,
en cuyas estructuras de gasto social se parecía claramente el protagonismo de las
cotizaciones sobre las aportaciones directas de los gobiernos.
Los países de la Europa Meridional poseen rasgos más parecidos a los países centrales,
y por tanto más ligados a los derechos adquiridos vía cotizaciones que a las políticas
universalistas de los nórdicos en general.
No sorprende, pues, que los capitales más voluminosos entre los nórdicos sean
los dedicados a la familia, infancia, vivienda y exclusión social. Por ejemplo, en este
último apartado mencionado, Dinamarca (6,5%), Países Bajos (6,4%), Finlandia (4,8%)
Suecia (4,2%) e Islandia 5,8% se encuentran no sólo por encima de la media, sino que
encabezan la lista. Frente, hoy es significativo, a los países meridionales de Europa en
todo su conjunto, España (1,4%) Portugal (0,9%), Italia (0,8%) y Grecia (0,2%).
En el capítulo de Familia e Infancia encontramos esta misma tendencia
comentada. Por encima y de modo destacado, de la media de la Unión (8,5%) se
encuentran, además de Luxemburgo (15,6%), Dinamarca (11,2%) Suecia (10,6%)
Finlandia 810,4%) y Noruega 812,4%). En el lado opuesto de la relación estadística,
Italia (5,3%), España (5,3%) y Grecia (4,4%) sobresalen con indicadores más inferiores.
Una perspectiva más completa ofrece la siguiente fotografía de resultados con datos
estadísticos de 2015. Préstese atención a los porcentajes por capítulos en prestaciones
de la tabla 1 se realiza considerando el total de prestaciones sociales, en la tabla 2 se
toma como referencia su realicen con el PIB.
El gasto social ha sido el capítulo principal del conjunto de gasto en todos los
países contemplados, aunque nuevamente las diferencias son muy acuciantes.
Finlandia, Francia, Dinamarca, Austria, Suecia, Italia dedican más del 20% del total del
PIB a protección social, frente a Irlanda, los países bálticos, Rumanía o Chipre que

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poseen un porcentaje inferior al 13%. Y de todos los capítulos contemplados, el gasto


consagrado a tercera edad es el más sobresaliente y destacado del resto de los
programas de actuación, discapacidad, familia e infancia y desempleo. Obsérvese
cómo en materia de desempleo, nuestro país es junto con Grecia y Lituania, uno de los
países que más gasto posee (2,0%) en relación a su PIB.
En familia e infancia los gastos más elevados corresponden a Dinamarca (4,6%)
Luxemburgo 84,1%) y Finlandia (3,2%) muy por encima de la media de gasto en los
países de la Unión (1,7%). Asimismo, los capítulos más elevados de gasto en
discapacidad se encuentran en Dinamarca (4,8%) países Bajos y Suecia (4,5%)
encabezando en esta ocasión la clasificación Croacia (4,9%).
En términos generales, pueden extraerse algunos resultados importantes en
cuanto a representatividad por capítulos de gasto y países:
1. La mayoría de los países de Europa de Este, que se incorporaron
progresivamente a la Unión, a pesar de sus esfuerzos, concentran el bloque de
países miembros que menor gasto social consagran en protección social en
total, cuyos porcentajes, en ninguno de los casos, alcanza la media de la Unión
(19,2%). Estos son los casos de Polonia (15,9%) Croacia (15,15) Hungría y
Eslovaquia (15,0%), Bulgaria (13,3%) Estonia 812,9%), República Checa (12,7%),
Letonia y Rumanía (11,5%) y Lituania (11,1%). Siendo el caso de Eslovenia
(17,4%) el que más se aproxima al umbral
2. Los escandinavos a pesar de las fluctuaciones en algunos de ellos a lo largo de
todo este periodo, siguen encabezan el ranking de países con mayores
inversiones en protección social, con porcentajes muy superiores a la media.
Finlandia (25,6%), Dinamarca (23,6%) Suecia (20,9%) y Noruega (19,4%). Países
que se caracterizan a su vez, por poseer los porcentajes muy altos en familia e
infancia y discapacidad
3. Los países meridionales de Europa conforman un grupo de Estados que bien
pueden situarse entre los países de Europa del Este y los países centrales de la
Unión. Con la excepción de Grecia, Portugal (18,3%) España 817,1%) y Chipre
(12%) poseen porcentajes superiores a los primeros pero ninguno supera la
media de la unión y, a su vez, distan mucho de las primeras economías tales
como Francia (24,6%) Austria (21,7%) o Italia (21,5%)
4. El gasto mayor que concentra más de la mitad del total del gasto es, en todos
los países, el destinado a la tercera edad (10,3%) siendo particularmente
elevado en los casos de Grecia 815,7%) Francia (13,6%) Finlandia (13,4%) y
Portugal 812,2%)
5. A pesar del tiempo transcurrido y las modificaciones introducidas, la
clasificación de los países, y su agrupación, en modelos de Estado de Bienestar,
en base al sistema de tipologías por todos conocidos, continua vigente en gran
medida

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

6. La crisis económica y financiera, por su parte, no ha afectado, del mismo modo


a todos los países y no todos ellos han estado expuesto a sus riesgos en un
mismo nivel. Asimismo, y como ha sido indicado, la capacidad económica de
cada país, sus recursos sociales e institucionales, la evolución anual de su
crecimiento económico, entre otros muchos elementos, produce una
amplísima variedad de casos y de posibles respuesta ante los efectos sociales
perversos originados por el impacto de la recesión
7. El gasto social es solo un indicador y, como tal, considerado de modo aislado,
permite una aproximación primera pero posee muchas limitaciones y puede
dar lugar a múltiples lecturas e interpretaciones. Por este motivo, su
tratamiento debe realizarse con precaución a la hora de realizar enunciados
concluyentes, pero es, sin duda, muy útil a la hora de poder hacerse una idea
de cómo han sido los resortes de cada sociedad al enfrentarse a sus propias
necesidades sociales
8. Por último, y a tener de la evolución del gasto público y social, puede afirmarse
que aún persiste lo que se ha venido llamando el modelo europeo. A saber, un
modelo cuyos sistemas de protección social han venido desempeñando,
históricamente, un papel fundamental como estabilizadores socio-económicos
en tiempos de incertidumbre e inseguridad. Es compartido, y es también
opinión del propio Consejo de Europa, que los Estados miembros, con sistemas
de protección sociales y sanitarios fuertemente consolidados, con los que
también están en mejores condiciones para afronta este desafío económico. El
debate político actual se centra precisamente en la posibilidad real de su
sostenibilidad financiera a medio y largo plazo, principalmente en tiempos de
reducido (o negativo) crecimiento económico, elevados déficit y deuda públicos
9. La complejidad actual de todo este escenario posee además un factor añadido
que es determinante. La capacidad económica de los gobiernos no sólo
depende de los recursos propios, sino del cumplimiento de unos
requerimientos muy poco flexibles que dirigen, exigen y determinan la propia
capacidad de decisión a nivel nacional, establecidos por organismos
internacionales
10. Por último, y a modo de conclusión final, una pregunta puede ser formulada,
pues resume, en cierto aspecto, el debate presente sobre el futuro del
proyecto del modelo social europeo: ¿se podrá seguir sosteniendo que las
políticas sociales, lejos de ser parte del problema que impide el crecimiento
económico y la competitividad, son parte también de su solución?

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. Cuáles son las fortalezas y las debilidades de la externalización de los servicios
públicos
2. Exponga algunos casos de externalización de servicios
3. Aunque no existen modelos completamente puros y, por consiguiente, todos
poseen elementos de unos y otros, cuál de los sistemas de financiación del
gasto público social le parece más justo; predominio de los presupuestos
generales vía impositiva versus predomino de las cotizaciones sociales y
empresariales
4. Cuáles son las variables que influyen que un Estado de Bienestar sea expansivo
5. En qué consistió la crisis económica de los setenta
6. Que supuso la ciada del muro de Berlín en el plano ideológico
7. Qué diferencias hay entre las expresiones “Estado de bienestar y Sociedad de
Bienestar”
8. Podría poner un ejemplo de respuesta coordinada de las instituciones europeas
y de los Estados miembros de la Unión ante la crisis actual que pueda ser
considerada de un nivel sin precedentes
9. En qué sentido se puede sostener que el gasto social es también una inversión
económica
10. Como explicar que el gasto social en general haya crecido a pesar de la crisis
económica en los países referidos en el capitulo

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Quien fue Abraham Flexner
2. Por qué fue importante la National Conference of Charities and Corrections de
1915
3. Que ha aportado Bolonia a nuestra disciplina
4. Porqué la partida del gasto destinado a la tercera edad es la mayor de todo el
conjunto del gasto público y social
5. Porque la tipología clásica que clasifica a los modelos de Estados de Bienestar
sigue hoy aún vigente
6. En que cosiste el modelos social europeo
7. Cuál es la contradicción que presenta el caso español sobre la identidad del
Trabajo Social
8. Cuáles son las diferencias en capítulos de gasto social entre los países
escandinavos y los países del sur y este de Europa
9. Cuáles son las diferencias entre el modelo beveridge y el modelo bismarckiano
10. Como influye el pasado de la profesión en los desafíos de la disciplina

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 2 – FINLANDIA

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS

Los servicios sociales universales son la columna vertebral de la sociedad de


bienestar finlandesa. Los servicios sociales son considerados como un derecho social
para todos los residentes. La historia del Trabajo Social está relacionada con el
desarrollo del estado de Bienestar. En los países pre-industrializados, la familia y los
miembros de la comunidad eran los principales proveedores de servicios a modo de
ayuda informal. También en Finlandia, la responsabilidad de asistir socialmente a los
ancianos, a las personas con discapacidad y a los niños abandonados o huérfanos solía
pertenecer a las propias familias. Este periodo de atención social de base comunitaria
persistió hasta mediados de 1900 en la sociedad agraria finlandesa con escaso
densidad de población. En 1922, la Ley de Socorro de los Pobres estableció que la
ayuda exclusivamente material no era ya suficiente para atender las necesidades de
este segmento de la población. La nueva norma recomendada la adopción de medidas
educativas, de salud e higiene. La comprensión de la naturaleza de los problemas
sociales y la responsabilidad de la sociedad de cara a su atención fue fortaleciéndose a
partir de finales de 1930 en adelante. La II Guerra Mundial, entre 1939 y 1945, y todo
el proceso posterior de reconstrucción marcó definitivamente un nuevo enfoque en la
denominada cuestión social: ayuda para los huérfanos de guerra y para las viudas,
veteranos de guerra e inválidos, viviendas y nuevas oportunidades económicas para
todas las personas que fueron evacuadas de Carelia, provincia oriental de Finlandia
que fue invadida por los soviéticos. Trabajo Social en aquel entonces estaba
exclusivamente focalizado en la atención a personas sin hogar, desempleados y pobres
en general, a los cuales s eles proveía de servicios básicos para su subsistencia
elemental. El establecimiento del Estado de Bienestar, en el sentido de
implementación de una extensiva e intensiva red de servicios sociales, no sólo para los
pobres, sino para todo el conjunto de la población residente, se inició a partir de 1960.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN

La formación de los trabajadores sociales comenzó por primera vez un 1942 en


un instituto de educación superior en la ciudad industrial de Tampere, que más tarde
fue transformado en Universidad. Su formación adoptó la forma de Título de
formación profesional en Trabajo Social y bienestar social, muy próximo a lo que hasta
ahora se conocía como Diplomatura de Trabajo Social. Su ascensión al nivel académico
se realizó en 1964, cuando el primer programa de modo específico sobre la disciplina
fue establecido en el Departamento de Política Social en la Universidad de Helsinki.
Como estudios de Máster, se inició en Tampere en 1970, al crearse la primera plaza
pública par profesor en Política social. La formación profesional en bienestar social

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

expiró en 1985, la cual fue sustituida definitivamente por el equivalente al Grado. No


obstante, en las Universidades, Trabajo Social fue impartido como una parte de los
estudios en Política Social a modo de módulo específico. Sólo a partir de 2001,
comenzó a convertirse en materia de Doctorado en seis Universidad finlandesas.
Los trabajadores sociales poseían pro tanto una amplia formación genérica y
menos específica o propia como disciplina. La especificidad en la educación se produjo
en 1992. A partir de 2005, finamente, se determinó que sólo los formados
específicamente en Trabajo Social podrían ejercer profesionalmente como tales en los
establecimientos municipales de los servicios sociales.
Como puede suponerse, los trabajadores sociales no eran los únicos
profesionales de lo social. La formación en servicios sociales inició su andadura
también en las Universidades Politécnicas (Ciencias Aplicadas) a mediados de los
noventa. La formación comprende una duración de tres años y medio y es una
formación muy dirigida al ejercicio práctico basado en la adquisición de competencias.
Los profesionales de los servicios sociales trabajan codo con codo con los trabajadores
sociales, ejercen, por ejemplo, tareas como cuidadores o coordinan servicios, mientras
que los trabajadores se ocupan más de la evaluación de casos, la planificación de los
servicios, como por ejemplo, la gestión de las acciones legales para la custodia del
menor.
Este desarrollo de dos modelos diferenciados de sistemas educativos en el
ámbito del Trabajo Social y de los Servicios Sociales es bastante único en comparación
a la formación que recogen los futuros trabajadores sociales en muchos países
europeos. Este es el caso en el resto de los países escandinavos, Reino Unido e Irlanda,
Alemania, Austria, Holanda y Suiza.
Sin embargo, la labor profesional no goza de un gran atractivo debido, entre
otras razones por las responsabilidades que la actividad implica y los salarios que se
perciben. A pesar de esto, los programas actuales de Grado en las Universidades están
resultando más atractivos a tenor de la demanda solicitada. Las previsiones estimadas
sobre nuevas plazas a ocupar en puestos de servicios de bienestar social y de atención
a la salud rondan entre las 52000 y 65000 para el horizonte del año 2020. Tampoco se
puede obviar la vocación auténtica de muchos jóvenes que optan por esta formación
para un posterior ejercicio profesional.
En 2013, la cantidad total de empleados en bienestar social ronda las 180000
personas. Alrededor de dos tercios trabajan para el sector público, incluyendo el
Estado, los municipios y las autoridades municipales conjuntas. Aproximadamente sólo
un tercio lo hace para el sector privado, tanto en empresa como en ONG. El número de
trabajadores sociales alcanza los 6000.
En Finlandia, los municipios son responsables de la organización de los servicios
sociales y de salud. El papel del gobierno estatal es contribuir con un 25 o 30% de la
financiación. A partir de mediados de la década de 1990, y tras una gran reforma de la
administración y de la financiación del bienestar social, los municipios poseen ya el

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

derecho a comprar servicios de muchas maneras. La reforma estructural de la salud los


servicios sociales y el gobierno regional desplazará la responsabilidad de la
organización de la atención social y sanitaria a 18 administraciones territoriales a partir
de 2019. Este es el mayor cambio en la protección social desde 1960, fecha en la que
fue creada el modelo de bienestar social.
En el actual sistema, el papel del cliente consiste en ajustar sus necesidades a
los servicios que se le ofrece. Como los recursos son escasos y continúan en descenso
paulatino, la cuestión de la igualdad a la hora del acceso y disfrute de los mismos se ha
convertido en un debate convertido. Los que tiene mayores ingresos y viven en zonas
urbanizadas disfrutaban obviamente de un panorama mayor de elección al poder
acudir al mercado para comprar los servicios que requieren, sin embargo, los de las
zonas rurales los tiene más complicado dado la escasa penetración de la empresa
privada en el medio. La cuestión fundamental en el desarrollo de las prestaciones de
los servicios sociales y en la garantía de la igualdad de acceso y su universalidad reside
en cómo podrán ser organizados en adelante los servicios sociales y cómo podrán ser
organizados en adelante los servicios sociales y cómo también la práctica profesional
podrá aunar ambas la complejidad de este dilema. Por muchas razones los requisitos
claves son la coordinación y la practica interprofesional. La descoordinación produce
lamentables efectos negativos: lista de espera, duplicaciones en las labores de
planificación y evaluación, ausencia de intercambio informativo entre os diferentes
proveedores de servicios, así como ausencia de la falta de garantías de la claridad y
eficacia de los mismos. En este modelo de previsión múltiple, los profesionales deben
poseer habilidades suficientes para la comunicación y la colaboración.

3. HISTORIA DE LOS SERVCIOS SOICALES Y DEL ESTADO DE BIENESTAR

Finlandia está celebrando su centenario aniversario de la independencia en año


2017.
El desarrollo del Estado de bienestar finlandés ha estado marcado por el rápido
cambio socioeconómico de un país agrícola, eminentemente rural, a una sociedad
industrializada, propia de una economía de servicios, en tan sólo unas décadas, desde
la II Guerra Mundial hasta bien entrado 1970. Sin embargo, el desarrollo no fue un
proyecto sencillo, tampoco planificado, sino un proceso convulso de compromisos de
diferentes grupos de prisión y de partidos políticos. Una de las características de las
primeras etapas del Estado de bienestar finlandés fue la abrupta dualidad entre
comunidades rurales y urbanas. Antes de la Segunda guerra Mundial más del 60% de
los finlandeses vivían en el campo y estaban dedicados a la agricultura. En el año 2015,
el 85% de los finlandeses vivían y en zonas urbanas y la cantidad de personas
dedicadas a la agricultura era sólo del 4%.
El desarrollo del bienestar finlandés se puede dividir en seis fases, las cuales se
describen brevemente a continuación (Satka, 1995).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Atención a la población (hasta 1850)


Este primer periodo se caracteriza porque toda la provisión en la sociedad
agraria de entonces era suministrada por la comunidad local.
La atención primaria era facilitada por los parientes directos, en caso de
ausencia de familia, las parroquias luteranas administraban el auxilio. En suma, la
comunidad local tenía que cuidar a sus propios pobres. En el campo, se expandió un
modelo de servicio especial llamado “ruotu”, que significa que cada cierto grupo de
granjas atendían a un pequeño número de personas pobres que vivían en el
vecindario. Si no había suficientes casas de campo para que pudieran ofrecer este
servicio, los pobres eran enviados a mendigar en un área geográfica establecida. Otra
forma de ayuda era la adopción o tutela de menores, generalmente huérfanos. El
riesgo de esta costumbre fue que a menudo los niños eran utilizados como mano de
obra infantil.
Con el tiempo, esta responsabilidad comunitaria se trasladó a los propios
municipios. Pero la visión colectiva de la pobreza también mudó, de modo que las
actitudes hacia la pobreza se endurecieron, responsabilizando al propio individuo de
salvaguardar su propio bienestar. Las viejas consideraciones hacia la pobreza en base a
acciones caritativas y de compasión hacia el necesitado fueron reemplazadas por la
identificación de la miseria con la pereza. Este cambio propició que las municipalidades
crearan talleres de trabajo para ofrecer a los necesitados un medio de vida. Una de las
razones que explican esta transformación responde al incremento del número de
pobres y a la paulatina penetración de los valores liberales que va impregnando a la
sociedad finlandesa.

La cuestión social 1850-1918


La industrialización trajo de la mano la cuestión de la clase obrera, las
condiciones de trabajo en las fábricas y el trabajo infantil. Muchas de las grandes
fábricas, tales como Finlayson y Tampella en el área de Tampere desarrollaron su
propia política social patriarcal proporicaondo, por ejemplo, ayuda a domicilio,
educación primaria o vivienda para sus trabajadores y sus familias. Los primeras pasos
en la política social reglada fueron, por ejemplo, las primeras medidas normativas
relacionadas con los accidentes de trabajo y las restricciones del uso de la mano de
obra infantil.
Durante el período, también fueron creadas diferentes asociaciones para
ayudar a los más necesitados. Las asociaciones de mujeres y las incipientes
organizaciones sindicales del movimiento obrero brindaron varios tipos de asistencia
especialmente a los niños y sus familias. De hecho, varias de estas asociaciones aún en
ejercicio datan de esos tiempos históricos, por ejemplo, la Liga Mannerheim para el
Bienestar Infantil (https://www.mll.fi/e/).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Entre las dos Guerras Mundiales 1918-1945


El enfoque en la política social durante las primeras décadas de 1900 todavía
estuvo focalizado en el auxilio asistencial al pobre, a los ancianos que vivían solos y los
niños sin la atención y los cuidados apropiados. El tipo de política social era
completamente marginal, dirigido hacia los excluidos económica y socialmente. La
nueva Ley de pobres se aprobó en 1922. Esta Ley supuso una mejora en el avance a
ciertas coberturas de protección social, ya que se rompió con el antiguo espíritu de las
leyes anteriores. Si alguien no era capaz de mantenerse por sí mismo o no podía
mantener a su propia familia, las autoridades municipales tenían ahora la obligación de
dispensarles algunos recursos. Algunos viejos métodos, como la adopción de niños
pobres, fueron prohibidos. A cambio fueron establecidos ayudas en efectivo y
alimentaria, pero en la práctica las instituciones acabarían ejerciendo un cierto control
sobre sus vidas.
La guerra civil de 1918 puso además su sello en las formas en que los pobres
serían considerados y tratados, ajo nuevas formas de control y de trabajo para
beneficio de la comunidad.
Trabajo Social comenzó a desarrollarse en los municipios a finales de 1930. Los
municipios ofrecían puestos como director de área de bienestar social e inspector
social. La Guerra Civil amplió la división de concepto en torno a la pobreza: la caridad
practicada, por un lado, por los ganadores del bando blanco y, por otro, la autoayuda
que ofrecían como alternativa los socialistas, el bando rojo. En el lado caritativo,
muchas asociaciones se consagraron al Trabajo Social. Además, los empleadores
continuaron proporcionando a sus empleados servicios sociales. La diversidad de la
provisión de servicios de bienestar continuó durante todo el periodo de entreguerras
(Markkola, 2007).
El papel de las parroquias y de las organizaciones no gubernamentales ocupó
un destacado primer lugar frente a la incipiente actividad del sector público. No
obstante, la depresión económica a principios de los años treinta dio paso a la
demanda de un sistema de bienestar económico para las familias con menores a
cargos y algunas pensiones de vejez.
Este fue también quizá el momento de la fundación e institucionalización del
servicio social más conocido en Finlandia: el paquete de maternidad. Se entrega un
paquete de maternidad a las futuras madres o padres adoptivos que viven en
Finlandia, y que han visitado la clínica prenatal antes del cuarto mes de embarazo. Este
producto contiene lo indispensable para cubrir las necesidades elementales para el
bebé, como pañales, ropa de cama, pañolas y productos de cuidado infantil. Al
principio, sólo se ofrecía a los padres con bajos ingresos (en 1937) pero a partir de
1949 se hizo universal. Aunque el paquete de maternidad también se puede recibir en
forma de un pago en efectivo, la mayoría de los finlandeses optan por recibirlo en
especie.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Expansión del Estado de Bienestar después de la Segunda Guerra Mundial


Tras la II Guerra Mundial el papel del Estado y los nuevos principios de la
protección social experimentaron un giro completo. La influencia procede del plan
Beveridge del Reino Unido que sentó las bases para garantizar la renta mínima básica a
todos. Los medios serían el seguro social, las prestaciones por hijos a cargo, los
servicios de empleo y la atención médica gratuita. Finlandia aceptó estos principios,
aunque el país no se encontraba entonces en las condiciones económicas para ampliar
esta nueva protección social muy rápidamente tras la finalización del conflicto bélico.
La reconstrucción del país y de sus infraestructuras, especialmente a partir de la
década de 1950, marcó un punto de inflexión en el desarrollo del Estado de Bienestar.
La misma palabra “Estado del bienestar” apareció por primera vez en Finlandia en el
libro escrito por Pekka Kuusi “la política social de los años sesenta”, que introdujo un
amplio programa político social para el desarrollo económico y social (Kuusi, 1961). Las
décadas siguientes, entre 1960 y 1980 marcaron el periodo de reformas que introdujo
un sistema de servicios sociales integrales para todos, y no sólo para los más
necesitados o para la clase trabajadora.

Desarrollo de los servicios sociales y del Trabajo Social desde 1960


Los servicios sociales comenzaron a construirse a partir delos años sesenta. Se
entendieron de una nueva manera, no sólo como medidas preventivas para el alivio de
la pobreza, sino como servicios generales para todos. El período entre 1970-1980
marcó una década de muchas reformas. Las más importantes fueron la creación de
guarderías municipales en 1973, los servicios de atención especial para personas con
discapacidad intelectual en 1978, la Ley de bienestar Social en 1984, la Ley de
Bienestar para el cuidado de los menores en 1984 y los Servicios para personas con
discapacidad en 1987.
Estos servicios fueron organizados y prestados por los municipios, si bien a
partir de 1980 comenzó a introducirse la nueva mentalidad de los denominados
servicios mixtos para la provisión de bienestar. Los municipios comenzaron a comprar
algunos de los servicios en el mundo asociativo y en el sector privado, especialmente
los servicios para las personas discapacidad física e intelectual.
Este periodo también inicia un proceso de expansión de la formación de los
profesionales. La expansión de los servicios sociales necesitaba personal capacitado
para brindar atención profesional a diversos tipos de usuarios. Durante el periodo, el
80% del personal profesional estuvo empelado pro el sector público.

La depresión de los años noventa y los primeros recortes en la protección social


La protección social finlandesa inició su descenso por primera vez en los años
noventa debido a los elevados costes del gasto en protección social que representaban
más del 35% del PNB a mediados de los años noventa. Los municipios recibieron más
autonomía y la legislación sobre el subsidio estatal de 1993 otorgó a las

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

administraciones locales la libertad de decidir cómo utilizar el subsidio. Los municipios


son responsables de la organización por tanto, pero también tienen plena libertad para
decidir sobre la forma en que pueden hacerlo (ya sea por parte de proveedores
públicos, privados o asociaciones del tercer sector). Durante este periodo, la calidad
del servicio comenzó a ser muy diferentes dependiendo de cada comunidad. Uno de
los principales principios del bienestar social, el de la universalidad, estaba en peligro.

La protección social hoy


Los dos pilares de la protección social finlandesa son los servicios de asistencia
social (en su mayoría hoy en día relacionados con los servicios de salud) y los seguros
sociales. KELA (Instituto de Seguros Sociales de Finlandia) celebra su 80 aniversario en
2017. Cada persona que vive permanentemente en Finlandia está cubierta por un
seguro social general. El seguro social cubre las pensiones básicas de la vejez, los
subsidios por hijo, el seguro de enfermedad, el subsidio de la paternidad, el seguro de
desempleo básico, la prestación por accidente de trabajo, el seguro de enfermedad
profesional y proporciona servicios de rehabilitación.
A partir de 2017 este último recurso de asistencia social fue cambiado y ha
pasado a manos del Instituto KELA y no por las oficinas de bienestar social como antes.
Existen oficinas de KELA en la mayoría de los municipios. Este cambio no ha estado
exento de críticas ya que el personal de Instituto carece de formación en Trabajo
Social, lo que significa que la evaluación para el acceso y disfrute del servicio o
prestación se vuelve más un cálculo burocrático que un análisis holístico de la
situación. No obstante, los trabajadores sociales tienen más tiempo ahora ciertamente
para la intervención profesional en casos y familias. La cuestión es que este cambio no
ha sido ni será el único que quedan por venir, lo que origina gran incertidumbre entre
los profesionales.
En virtud de la Ley de Bienestar social de 2014, los servicios sociales generales
comprenden orientación y rehabilitación social, trabajo social con familias, el cuidado
en el hogar, el apoyo a la atención informal, los servicios de vivienda, la salud mental y
tratamiento ante las adicciones. Esta prestación de atención difiere en los municipios
en cierta medida. La tendencia es tener cada vez más puntos de servicios de acceso
abierto y atención primaria con personal multiprofesional centrado en los servicios
preventivos.
El Estado de Bienestar finlandés es considerado como un servicio del Estado, a
semejanza del resto de los países nórdicos. El gasto en protección social fue del 31,6%
del PIB en 2015, algo superior a la meda de la UE del 28,1%.
La mayor parte, el 40% del gasto en protección social es destinado a los servicios y
pensiones de las personas mayores. La segunda mayor partida se destina a la atención
de la salud, 23%.
El sistema de protección social es financiado tanto por empleadores (34,8%)
como pro asegurados 813%) municipios (19,8%) y administración central (27,6%).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Más de 1 millón de personas utilizan los servicios sociales anualmente. Los


servicios sociales cubren una amplia gama de servicios, desde la primera infancia (por
ejemplo, guarderías infantiles) a servicios de atención a personas mayores.
Los principios rectores que rigen aún hoy los servicios sociales son el
universalismo (“destinado a todos”) la igualdad (todos tienen derecho al mismo nivel
de servicios independientemente de su situación socioeconómica) y el individualismo
(la prestación de servicios se basa en las necesidades individuales). Un principio
importante es también la normalización, lo que significa que el uso de los servicios
sociales no genera o no debe generar ningún tipo de estigmatización al usuario.
Aunque la mayoría de los servicios son públicos y administrados por el personal
público, la proporciona de empresas privadas y organizaciones del sector asociativo ha
aumentado considerablemente, casi duplicándose en número, pasando de 2500 en el
2000 a casi 4500 unidades en 2010. La mayoría de los proveedores privados concentra
su actividad en servicios de vivienda para ancianos, personas con discapacidad y
guarderías para niños.

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI

El Estado de Bienestar finlandés ha sido bien apoyado por la ciudadanía, incluso


entre las formaciones de los partidos de la derecho liberal y conservadora. Sus desafíos
están relacionados, por un lado, con la organización y la prestación de servicios y, por
otro lado, con los retos relacionados con las necesidades cambiantes de los usuarios, lo
que implicará nuevas exigencias en la práctica profesional. El tercer reto es el desafío
financiero, cómo gestionar el gasto social y prestar servicios iguales en todas las partes
del país (de ahí la gran reforma estructural).
Los desafíos del Trabajo Social y de los servicios sociales pueden verse desde
distintos puntos de vista: desde los procesos de prestación de servicios y desde los
nuevos desafíos sociales. En este apartado, examinamos principalmente los cambios
que se están produciendo en los procesos de organización, de prestación de servicios
y, en general, la perspectiva de cambios en el entorno funcional.

La reforma organizativa de los servicios sociales y de salud


En la parte superior de la organización del bienestar social se encuentra el
Ministerio de Asuntos Sociales y Salud. El Ministerio prepara la legislación que rige la
organización y el financiamiento de la atención social y sanitaria y vigila su
implantación. También determina los contornos de la política social y sanitaria,
prepara reformas esenciales, orienta su implantación y coordinación y es el enlace
central de todo el proceso de toma de decisiones políticas. Bajo el Ministerio de
Asuntos sociales y Salud actúa el Instituto Nacional de Salud y Bienestar Social (NIHW).
Es en su mayor parte responsable de la investigación, el desarrollo y el control de
bienestar social y la atención de la salud. Debido a que los municipios de Finlandia

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

gozan de autonomía administrativa, y por esto son muy independientes en sus


relaciones con el gobierno estatal, el Ministerio de Asuntos Sociales y Salud o el
Instituto nacional de salud y Bienestar no puede dirigir directamente cómo los
municipios proporcionan los servicios delos que son responsables legalmente. Es por
eso que los procesos de dirección llevados a cabo por el Instituto incluyen estrategias,
programas de desarrollo, dirección de la información y recomendaciones de calidad,
peor no instrucciones detalladas y obligatorias. En Finlandia, el bienestar social está
descentralizado pero es dirigido por el gobierno.
Con la nueva reforma de la salud y de los servicios sociales se van a transferí la
responsabilidad a las nuevas unidades administrabas territoriales a partir de 1 de
enero de 2019. La reforma afecta los empleos de cientos de miles de personas y
lógicamente también a los servicios de toso los ciudadanos en el país. También influirá
en los recursos financieros, en la dirección y en la fiscalidad de los servicios sanitarios y
sociales. El propósito de la reforma es asegurar servicios públicos claves y libertad de
elección a los ciudadanos.
Finlandia va a tener 18 nuevos consejos parlamentarios elegidos por elecciones
públicas. Estos consejos se establecerán en base, y en gran parte, a las regiones
existentes, loso cuales son considerados como entidades públicas que gozan de
autonomía regional.
Debido a la reforma, los servicios sociales y de salud que actualmente prestan
cerca de 200 organizaciones municipales serán asumidos por estos consejos. De
acuerdo con la propuesta, para la prestación de servicios, los consejos establecerán
empresas de propiedad capaces de producir los servicios de forma independiente.
Pero, al mismo tiempo, podrán completamente la gama de servicios internos mediante
la compra de servicios a proveedores privadores. Además, habrá una nueva autoridad
supervisora nacional que asumirá las tareas de dirección, concesión de licencias y
supervisión.
Las razones detrás de la reforma están relacionadas con el aumento de los
costos de la atención social y de salud en un intento de racionalizar el gasto. Todo ello
responde a que la situación actual ha sido la siguiente: los municipios con una alta tasa
de población anciana y de desempleados (por ejemplo, en Finlandia Oriental en las
pequeñas ciudades y pueblos) han tenido escasez de profesiones y de servicios de
salud y de bienestar social. Los municipios han tenido y tiene problemas graves de tipo
financiero para hacer frente a los retos de los servicios que se necesitan. La reforma
está tratando de abordar este problema, entre otros.
La reforma también incluye el aumento de la libertad de elección de los
servicios. Los usuarios podrán elegir entre servicios de las empresas privadas o de
entidades sin ánimo de lucro. Los cupones de servicios se ampliarán. Las personas
mayores, las personas con discapacidades o las personas con una necesidad de
cuidados intensivos a largo plazo se les puede conceder un presupuesto personal por
el que pueden decidir qué servicios comprar.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

En Finlandia, se hace cada vez más hincapié en la acción preventiva para


salvaguardar el bienestar de las personas. El principio básico es que los aspectos
sociales y la responsabilidad social deben ser considerados en todos los sectores
públicos. Un factor importante en el bienestar social preventivo es la cooperación
entre el sector social y de salud, por un lado, y otras autoridades, como por ejemplo,
los responsables de las escuelas, del uso del suelo, de la construcción, de la vivienda,
del empleo, de la cultura y del ocio y del transporte. También es importante que los
proveedores de servicios sean capaces de identificar e intervenir en los problemas en
una etapa suficientemente temprana. El acceso fácil a los servicios con un umbral bajo
es el enfoque clave ahora, es decir, ampliar la capacidad rápida de repuesta ante la
necesidad.

Colaboración interprofesional e integración vertical y horizontal


La integración vertical y horizontal de los servicios sociales y de salud, así como
la colaboración interprofesional han sido durante mucho tiempo áreas de desafío en
los servicios sociales. Se ha dicho que el sistema finlandés funciona bien cuando tienes
un problema pero si tienes mucho s al mismo tiempo tiendes a caer en las grietas del
sistema. La reforma del bienestar social y de la atención sanitaria también trata de
crear cadenas y redes de servicios más fluidas. Se ha descubierto que los profesionales
que trabajan en la atención social y de salud tienen habilidades limitadas para trabajar
en colaboración y en quipos interprofesionales.
La reforma también hace hincapié tanto en la integración vertical como en la
horizontal. Como el sistema de servicios sociales y de salud está compuesto de varios
tipos de proveedores de servicios, se va a necesitar pues, una verdadera colaboración.
El proceso de gestión de caos es una necesidad en la nueva reforma, lo que también
significa que los profesionales del bienestar social deben ser capaces de evaluar
situaciones, elaborar planes de servicios y negociar y coordinar diferentes servicios
como diferentes agencias y en colaboración con el usuario.
Un ejemplo de los muchos programas de desarrollo es LAPE (en sus siglas
originales), que encabeza los programas para la renovación de los servicios sociales y
de salud. El objetivo es integrar todos los servicios para niños, jóvenes y familias en
una entidad centralizada, con un fuerte énfasis en la prevención y la intervención
temprana. Esto significa, por ejemplo, que en las escuelas primarias y secundarias se
prestará más atención al bienestar de los alumnos y al espíritu comunitario de la
escuela. Algunas escuelas ya han comenzado a contratar a profesionales de los
servicios sociales para trabajar junto con los profesionales de los servicios sociales para
trabajar junto con los profesores y los alumnos. Este es el enfoque social pedagógico
que, por primera vez, se introduce en el entorno escolar.
Otro ejemplo del nuevo enfoque es el establecimiento de centros de servicios
familiar que son puntos de atención para todas las familias y los niños. Así que en lugar
de visitar una clínica pre-natal separada, un servicio para casos de separación o visitar

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

a un trabajador social debido a problemas con la crianza de los hijos, la persona y/o la
familia puede visitar el centro de servicio familiar.
En Helsinki, el primer centro de servicio familiar se inauguró en junio de 2017.
Los servicios de los centros están dirigidos a todos los niños y jóvenes menores de 18
años y sus familias. Esto significa que los familiares ya no tienen que recorrer los
diferentes puntos de servicios que anteriormente estaban dispersos.

Hacia una atención más personalizada y un enfoque centrado en el usuario


El enfoque centrado en el cliente ha sido una palabra muy de moda durante
mucho tiempo en Finlandia, pero existen dudas de cómo se ha venido realizando en la
práctica. Este proyecto piloto consiste en que, en vez de organizar los servicios que ya
existen, los trabajadores sociales pueden diseñar con el cliente sus servicios
individuales basados en las propias necesidades del usuario.
Un ejemplo de este tipo de casos fue revelado por un trabajador del proyecto
piloto en base al presupuesto personal y es el caso siguiente. Había un cliente autista
que tenía miedo de salir de su casa por temor a será tacado. La solución obvia habría
sido simplemente entregar los servicios necesarios en su propio domicilio. Con el
presupuesto personal, el profesional y el cliente acordaron que tendría un
acompañante (una especie de asistente personal) con el que se desplazaría a la ciudad
y garantizaría su seguridad. Gracias a esta figura del asistente, el usuario probó
además con diferentes tipos de actividades y pasatiempos, y poco a poco se volvió
habitual sus salidas por la calle (Leppäranta, 2017).
El enfoque centrado en el cliente está desarrollando cada vez más una nueva
forma de planificar los recursos. Los foros de clientes y usuarios son hoy en día una
forma estándar de escuchar las necesidades y experiencias sobre diversos servicios, de
modo que los profesionales ya no piensan que lo saben todo, sino que acuden a la
información que les proporcionan los verdaderos expertos, a saber, los propios
usuarios y clientes.

El experimento de la renta básica


La protección social finlandesa con diversos tipos de prestaciones y subsidios
económicos es un sistema complicado que también ha creado algunas trampas y que
desalientan al usuario en la búsqueda de un empleo. Durante una década, se ha
debatido esta iniciativa que garantizaría un ingreso mínimo para todos. El periodo del
experimento fue fijado para 2017-2918 y es administrado por la oficina de KELA.
El ingreso básico es una forma de seguridad social en la que todos los
ciudadanos reciben una suma regular, e incondicional, de dinero para sus gastos. El
experimento consiste en 2000 personas de 25 a 58 años de edad seleccionadas al azar
para la ejecución de este ensayo y cuyo importe asciende a 560 euros al mes por un
período de dos años.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Un estudio de seguimiento se llevará a cabo sobre el experimento cuya


finalidad consiste en averiguar si se producen diferencias notables entre los que
perciben el ingreso básico y los que no en cuento a búsqueda de empleo.
El experimento de ingreso básico es una de las pruebas más interesantes hoy
día en Finlandia y, si tiene éxito, tal vez conduzca a la renovación de los beneficios
sociales en una escala mayor. El experimento suscitó mucha discusión antes de su
lanzamiento. En comparación con el antiguo sistema de atención a los pobres sobre los
que se ejercía control y se imponía la obligatoriedad al trabajo, el ingreso básico es una
verdadera novedad.

Tecnología de digitalización
La digitalización es otra de las palabras clave. También en servicios sociales,
cada vez más servicios están disponibles a través de Internet, desde grupos de chat
hasta terapia individual. Esto también representa todo un desafío a las habilidades de
los profesionales del bienestar social. La interacción a través de Internet requiere
habilidades diferentes que la comunicación cara a cara. La digitalización no cuenta sólo
con apoyos entre los profesionales, las resistencias son igualmente muchas y de muy
variada índole. No obstante, la experiencia ha demostrado que los servicios digitales
también cuentan con su propia clientela, especialmente entre la generación joven. Los
foros, por ejemplo, para discutir sus problemas y recibir apoyo tanto de modo informal
como por parte de profesionales se han vuelto más populares.

Cuidado ecológico y métodos creativos


Una de las nuevas tendencias es también el denominado cuidado ecológico. Es
un término general para todo tipo de métodos cuyo propósito en mejorar el bienestar
y la rehabilitación en los que la naturaleza es utilizada como una herramienta. El
cuidado verde se introdujo por primera vez en Finlandia en 2008 (Soini et al, 2011).
Las funciones de bienestar de la naturaleza se conocen desde hace mucho
tiempo. Desde épocas pasadas, por ejemplo, los centros de salud mental se
establecieron en medio de una naturaleza hermosa donde los pacientes podían
trabajar en el jardín y con los animales.
Este tipo de prácticas abarca actividades que mantiene y mejoran el bienestar
humano y la calidad de vida. Se basa en una variedad de métodos en los que la
naturaleza y los animales ocupan en lugar central. Las actividades pueden realizarse en
ambientes agrícolas, pero también en los bosques, en el jardín o incluso en interiores y
en áreas urbanas. Pueden relacionar diversos campos ocupacionales como la atención
y prevención de la salud o procesos de rehabilitación (Sempik et al. 2010).
El cuidado ecológico como concepto consiste en diferentes tipos de
intervenciones tales como terapia de jardinería, trabajo asistido con animales,
actividad pedagógica social de los caballos. Por ejemplo, la terapia de equitación es
muy útil para promover el crecimiento físico, ocupacional y emocional en personas con

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

diferentes trastornos como ansiedad, autismo, demencia, depresión, adicción a drogas


y alcohol y otros problemas de salud mental.
Para una buena y correcta utilización de estas prácticas, no obstante, los
profesionales requieren de una formación complementaria y especializada. Estos
cursos son organizados por entidades especializadas que trabajan en el sector en
colaboración con institutos educativos.
El uso de métodos creativos como un medio para la rehabilitación y la terapia
también han aumentado.
En el trabajo pedagógico social, los métodos creativos como la música, el arte,
la danza y el trato han sido parte de la base de la competencia, pero hoy en día los
métodos expresivos se han extendido para ser utilizados en diverso tipos de servicios
dentro del sector social y de salud. También la formación de los profesionales del
bienestar social ha recibido una especial atención. En la Universidad de ciencias
aplicadas de Turku, fue creado un primer puesto especial de profesor para la cultura y
el bienestar, además de formar parte de los estudios obligatorios para todos los
candidatos que se forman en servicios sociales.

Procesos de diseño
Otro enfoque moderno muy extendido ya es el que combina métodos de
diseño y métodos etnográficos para el desarrollo de servicios. El diseño es hoy en día
una educación especial que se puede estudiar en las universidades. Cada vez son más
utilizados a la hora de creación de nuevas propuestas de servicios.

Desafíos de la sociedad y problemas sociales


Las mega-tendencias en la sociedad también afectan al bienestar social. Las
principales son: el envejecimiento de la población, la globalización y el
multiculturalismo, las innovaciones tecnológicas, las nuevas formas de democracia y el
enigma sobre el futuro del trabajo y el ocio.

Cambio del entorno funcional del bienestar social

Multi-culturalism
Ageing Technological
population innovations
Welfare New Public Management: Global economy
diferences Purchaster-provider-system in organizing
servicios
-Universalism vs. selectivity
-Individual responsibility uv.welfare for all

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

El envejecimiento de la población tiene dos tipos de efectos en los servicios


sociales y de salud. En primer lugar, aumentará la necesidad de servicios así como los
gastos en pensiones. Por otro, habrá escasez de personal cualificado para la cobertura
de los cuidados. A principios de 2010, la proporción de personas en edad de trabajar
ha comenzado a disminuir. En las zonas rurales (y Finlandia posee una vasta extensión
de las mismas), el envejecimiento de la población se está haciendo mucho más
evidente que en las ciudades, dado que la población joven tiende a desplazarse hacia
los centros urbanos para estudios y trabajar. Dicho de otro modo, el lado gris del
campo es un desafío en toda regla a la hora de proporcionar servicios para la
generación de más edad.
Las diferencias de bienestar están en aumento y los problemas sociales se han
vuelto más complejos, no sólo por la escasez de posibilidades financieras, sino también
por la combinación de problema de naturaleza variada. Los grupos más vulnerables
son los desempleados de larga duración, las familias de bajos ingresos y las familias
mono parentales, no sólo las personas mayores que viven solas. El desempleo de larga
duración es una de las principales causas de pobreza, y esta combinación puede
conducir a problemas de salud mental, abuso de sustancias y problemas en las
relaciones familiares, entre muchos otros. Dado que el sistema de servicios sociales
sigue siendo sectorial y persiste la fórmula del tratamiento de los problemas por
separado, a menudo los usuarios con problemas múltiples no encuentran una vía de
solución efectiva y adecuada, por lo que se ven obligados a desplazarse de un punto de
un servicio a otro.
Uno de los más claros ejemplos es nuevamente el cuidado de los mayores. No es
sólo una cuestión de dependencia, sino que también sufren de soledad, inseguridad y
ausencia de contactos y relaciones sociales. El usuario se encuentra atendido
únicamente por un sistema de servicios sobre-profesionalizado y sobre-medicalizado,
en el que la unidad de tiempo para la intervención y el acompañamiento es muy
reducida. De ahí la necesidad de un personal diferente, dedicado a la actividad
voluntaria que requiere de otras habilidades y otro tipo de consagración (no ya
laboral).
El desafío de multiculturalismo, por otro lado, se convirtió en un tema crítico a
partir de 2015 dada la afluencia de solicitantes de asilo, cuando Finlandia recibió más
de 32000 personas procedentes de países en crisis. El número de inmigrantes que
viven en Finlandia (el 6,2% de la población) es uno de los más bajos en Europa y en los
países escandinavos, pero la integración de los inmigrantes, de los refugiados y de los
solicitantes de asilo es un área de desafío que también necesita competencias
especiales.
En el actual sistema de bienestar social en Finlandia, el papel del cliente
consiste en fijar sus necesidades a los servicios disponibles, de momento. Dado que los
recursos son escasos y están disminuyendo, la igualdad de acceso a los servicios está
en peligro, ya que los ciudadanos que tiene mayores ingresos poseen la opción de

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

comprarlos en el mercado, lo que no es posible para las personas que viven en el


campo o no disponen de medios suficientes para ello. La nueva reforma estructura
intenta mejorar este desafío. La evaluación de los resultados se conocerá después de
2019.
La principal cuestión es, por consiguiente, cómo se organizarán los servicios
sociales para garantizar la universalidad y cómo las prácticas profesionales
responderán a la complejidad de las nuevas necesidades sociales emergentes. Uno de
los requisitos claves será la coordinación. Los servicios no coordinados conducen a
largos períodos de espera y doblan o triplican el trabajo dedicado a la evaluación y
planificación de las necesidades, entre otros efectos perversos.
La política social del futuro no sólo debe ser curativa y debe ser capaz de
resolver problemas, sino también debe crear y potenciar un ambiente y un estilo de
vida que apoye a la salud y al bienestar. La reorganización de los servicios es, por
tanto, necesaria. No en vano, el ciudadano, a menudo, ve los servicios sociales y de
salud como fragmentados y orientados hacia el sistema, no hacia ellos mismos. El
denominado “enfoque centrado en el cliente”, aunque es un principio sostenido en
teoría, no siempre se realiza en la práctica. Y este desafío se encuentra también en la
formación de los futuros trabajadores sociales. Se requiere potenciar más la
promoción de nuevas ideas, de una mayor práctica interprofesional y de fomentar y
producir nuevos conocimientos basados en evidencias. El Trabajo Social, en general,
todavía se fundamenta en procedimientos de trabajo y de prácticas estandarizadas
que ya no se ajustan adecuadamente a la realidad. Se necesita un nuevo pensamiento
innovador. Por tanto, la forma en que la educación en Trabajo Social se renueve
también forma parte de todo este proceso.

CONCLUSIONES
Trabajo social es una práctica profesional que se ha desarrollado desde el
estudio de casos y de comunidad y ha acabado convirtiéndose en su servicio social
nacional, aunque organizado y gestionando de forma diferente en función de cada
país. La política social, por otra parte, incluye las políticas y programas
gubernamentales para promover el bienestar y la inclusión social. Los valores,
principios, objetivos y recursos de la política social gubernamental son parte del
proceso de toma de decisiones políticas y están sujetos a cambios en relación con el
entorno político. El Trabajo Social es, por un lado, una herramienta para realizar la
política social elegida. Pero, por otra parte, Trabajo Social es una profesión destinada a
la resolución de problemas y búsqueda de soluciones, utilizando todos los recursos
disponibles en la red social del propio usuario, en la comunidad y en el sistema de
protección social.
Pero la amenaza que se cierne sobre la profesión es doble. Por un lado, el
peligro es que los trabajadores sociales se conviertan en “agentes del Estado”, en lugar
de ser activamente defensores y promotores de los derechos de los usuarios dentro

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

del sistema de servicios. Por otro, el peligro es que los trabajadores sociales acaben
convirtiéndose en casi una profesión de élite, concentrada en el trabajo de caso del
cliente sin mucho interés en la reforma activa de los servicios. Desde este punto de
vista, Trabajo Social es una profesión dualista. Al mismo tiempo, funciona dentro del
sistema político social como su instrumento de implementación y fuera del sistema
como práctica profesional.
El núcleo de la profesión es la promoción del cambio social, que necesita tanto
del os recursos de la propia, “infraestructura social”, como de la innovación de otros
nuevos.
El entorno operativo es cada vez más complejo y menos predecible. Las
fronteras nacionales han disminuido, la integración europea se está volviendo más
profunda y más amplia, y la movilidad transfronteriza y el multiculturalismo están
aumentando. Finlandia no es una isla propia, sino que también se ve afectada por los
efectos de la globalización, ya sea desde el punto de vista económico, medioambiental
o cualquier otro. Los cambios en el entorno operativo desafían no sólo la forma en que
se organizarán los servicios, sino también los principios básicos del bienestar social:
universalismo e igualdad de oportunidad.

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. A qué se dedica la mayor parte del gasto público social en Finlandia
2. Que es el paquete de maternidad
3. Por qué la labor del Trabajo Social no goza socialmente de gran atractivo
4. Cómo se aprecian las diferencias entre los medios rurales y urbanos en cuanto
a al relación usuario-cliente y servicios
5. Cuales son los rasgos del Estado del Bienestar en Finlandia que convierten a los
servicios sociales en un servicio de Estado
6. Cómo se garantiza la no estigmatización de los usuarios de los servicios sociales
7. Cómo está afectando la globalización al país

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Por qué el modelo educativo finlandés es singular en comparación con la
formación que recién los trabajadores sociales en muchos países europeos,
entre ellos el nuestro
2. La autora afirma que el Estado del Bienestar no es el resultado de un proyecto
político diseñado y planificado minuciosamente. Explíquelo
3. Cuándo se inició la formación en Trabajo Social
4. Están externalizados los servicios públicos en Finlandia
5. Qué es el KELA
6. Cómo está influyendo la digitalización en la intervención profesional
7. En que consiste el denominado “cuidado ecológico”

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

8. En que consiste la nueva reforma que comenzará a partir de 2019 y que


afectará a los servicios sociales y al Trabajo Social
9. Cómo explicaría el enfoque centrado en el usuario
10. Para qué sirve el experimento de la renta básica

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 3 – CANADÁ

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
Este capítulo proporciona al lector una aproximación a la historia de la
profesión del Trabajo Social en Canadá, el desarrollo del Estado de Bienestar y el rol de
los trabajadores sociales en su sistema. La historia del Trabajo Social y de la formación
del Estado de Bienestar en Canadá está unida a la historia de la colonización y del
desarrollo del capitalismo industrial. En gran parte, las voces de los pueblos indígenas
no fueron reconocidas ni incluidas en la construcción inicial del Estado del Bienestar,
tampoco en los inicios del Trabajo Social. A comienzos del siglo XX, la profesión de
Trabajo Social emergió como una respuesta organizada a la pobreza y a la
deslocalización social producidas por los imperativos de la urbanización e
industrialización capitalistas junto con las oleadas de los flujos migratorios. Basándose
en un marco teórico político y económico, los autores documentan cómo la profesión y
el modelo de bienestar han evolucionado y cómo siguen siendo moldeados por las
cambiantes condiciones políticas, sociales y económicas.
El capítulo se organiza en tres principales apartados: la historia del Trabajo
Social como disciplina y profesión; la evolución y cambios acontecidos en el Estado de
Bienestar y los importantes desafíos que se presentan ante el nuevo siglo XXI. Gracias
a sus años de investigación, experiencia docente e implicación profesional, los autores
plantean algunas cuestiones instructivas para consideración de los trabajadores
sociales y sus organizaciones profesionales de todo el mundo.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFEISÓN

Los fundamentos teóricos y prácticos de la profesión de Trabajo Social han sido


influenciados y moldeados por condicionantes sociales, económicos y políticos. En sus
inicios, la religión desempeñó un papel central en la provisión de caridad en Canadá.
Particularmente, en Quebec la atención de los pobres estuvo en manos de la Iglesia
Católica. No obstante, también fueron creadas organizaciones sociales judías y el
movimiento evangélico encabezó una respuesta cristiana progresista dirigida a los más
necesitados.
Los cimientos del Trabajo Social, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, se
encuentran, sobre todo, en dos casos prácticos ejemplares. Los trabajadores de la
Sociedad de Organización de la Beneficencia (COS en sus siglas en inglés) eran
voluntarios cuya labor se centró especialmente en atender las necesidades de los
denominados entonces “pobres dignos”, a saber, personas incapaces de valerse por sí
mismas, tales como viudas con hijos, pequeños a cargo, personas con grave
discapacidad física y/o intelectual, ancianos o individuos gravemente enfermos. En
realidad, se trataba de un grupo social reducido, comparativamente hablando. El
amplio sector social de la pobreza, en términos generales, era considerado por la CIS

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

como gente ociosa, incapaz de querer salir por sí misma de su propia situación. Para
este amplio colectivo no había misericordia ni auxilio. La COS puso en marcha un
sistema de registro con el fin de evitar la duplicidad de servicios y facilitar el
seguimiento. Trabajo Social con casos se convirtió, por tanto, en el método primero
desde el que trabajar con esta población. Una segunda respuesta vino de la mano del
Movimiento de las Casas de Acogida (Settlement House Movement), en la línea de los
movimientos similares surgidos en los Estados Unidos y es el Reino Unido. Este
movimiento ofrecía una mayor amplia gama de servicios a la comunidad (numerosa en
inmigración en muchos caos) que los ofertados por la COS, proporcionando “a sus
vecinos necesitados formación lingüística, servicios de guardería, atención sanitaria y
promoción de la acción social.
Con estas dos corrientes se formaron los rasgos centrales del Trabajo Social: los
trabajadores sociales de la organización de la COS contribuyeron al desarrollo de la
teoría y de la práctica del Trabajo Social de casos; los trabajadores sociales del
Movimiento ayudaron a conformar la organización comunitaria y, por ende, el trabajo
social con grupos y de comunidad. En aquel entonces, los trabajadores sociales
canadienses imitaban, en gran medida, la labor de sus coetáneos estadounidenses, y el
desarrollo de la profesión estaba muy influenciado por los acontecimientos en los
Estados Unidos. Por ejemplo, canadienses y estadounidenses asistían juntos a las
conferencias iniciales, se suscribían a las mismas publicaciones, pertenecieron a las
mismas organizaciones y muy frecuentemente se graduaban en los mismos centros
universitarios. El Consejo de Educación Social en los EEUU, de hecho, acreditó escuelas
canadienses en Trabajo Social hasta 1970.
A medida que estos incipientes trabajadores sociales, la mayoría de ellos
mujeres, comenzaron a desarrollar una práctica identificada con métodos en común y
procesos de aplicación, la profesionalización pronto se convirtió en un objetivo
prioritario. Como profesionales, los trabajadores sociales ocuparían su lugar junto a
enfermeras, abogados y médicos, pero tendrían que demostrar que era productores
de servicios especiales y que tenían, y podían, que controlar su parte del mercado
laboral por su propia experiencia (Larson, 1977). El proceso para adquirir el estatus de
la condición profesional incluye el establecimiento de una asociación profesional, un
cuerpo único e identificado de conocimiento, programas de universidad que
proporcionen y garanticen grados acreditados, así como la regulación legislada de la
práctica. Trabajo Social no tuvo que crear un mercado ya que no era pocas las
personas que necesitan ayuda desesperadamente.
El primer programa universitario para trabajadores sociales se estableció en
1914 en la Universidad de Toronto (Ontario) y en su primer año 281 estudiantes se
matricularon a tiempo parcial y 12 a tiempo completo. En 1918, un segundo programa
fue ofertado en la Universidad McGill en Montreal (Quebrec), especialmente dirigido a
jóvenes clérigos varones. Ya en 1949, el número de centros universitarios ascendió a 8
en todo el país. Hoy día contamos con 40 centros de Trabajo Social a lo largo y ancho

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

de Canadá, los cuales ofrecen ambos niveles académicos: Grados en Trabajo Social
(Bachelor of Social Work BSW) y Máster en Trabajo Social (MSW). 14 universidades
dispensan también programas de doctorado específicos en Trabajo Social.
La Asociación Canadiense de Trabajadores Sociales (CASW) se constituyó el 1 de
septiembre de 1926 con 197 socios fundadores que representan a todas las provincias,
excepto Prince Edward Island. Junto con la creación de la Asociación, los trabajadores
sociales crearon también el Consejo Nacional, la Conferencia Nacional de Trabajo
Social cuyo primer encuentro tuvo lugar en Montreal en los días 24-27 de abril de
1928. Fue la primera vez que los representantes de todas las provincias se reunieron.
El número de participantes fue de 710, seis de los cuales eran de los EEUU (Naim,
1928). La primera reunión general de la Asociación se celebró durante esa conferencia,
en la cual se adoptaron decisiones importantes en relación a la organización interna y
los requerimientos para acceder en calidad de socio.
Poco después de la reforma de CASW, se formaron tres asociaciones
internacionales con el fin de unificar la acción del Trabajo Social a nivel mundial: el
Secretariado permanente Internacional de Trabajadores Sociales en 1928 (hoy
Federación Internacional de Trabajo Social), el Consejo Internacional de Bienestar
Social, también en dicha fecha, y la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo
Social (IASSW) en 1929. La CASW se convirtió en miembro de las tres y desde entonces
ha conservado esta perspectiva internacional a lo largo de su historia.
En los años siguientes, la profesión, en proceso, se dató de normas internas,
desarrolló su código deontológico, determinó los criterios y requisitos para los
miembros y realizó una actividad muy intensa de cara a la captación de colegiados.
Durante los inicios de la profesionalización, la CASW tuvo que hacer frente a enormes
desafíos con el fin de incrementar el volumen de la participación y establecer
ramificaciones territoriales organizativas a lo largo de la vasta área geográfica de
Canadá, así como propiciar la creación de nuevas Escuelas. Fuentes documentales dan
fe de una organización altamente motivada, comprometida y efectiva, compuesta
principalmente por mujeres que trabajaron extraordinariamente duro por el desarrollo
y crecimiento de la Organización. Uno de los grandes esfuerzos consistía en incorporar
y agrupar los intereses, necesidades y demandas de todas las regiones del país, a
menudo con intensos conflictos y debates (Jennissen & Lundy, 2011).
La búsqueda del estatus profesional tuvo la consecuencia de mantener un
enfoque más centrado en casos, influido por las interpretaciones americanas
principalmente de la psicología freudiana y mantuvo más en la periferia aquellos con
un interés de reforma de bases más amplia. Porter Lee, director de la Escuela de
Trabajo Social de Nueva York, publicó un artículo en la sección CASW sobre bienestar
social, en el que observó que, a medida que el Trabajo Social se convertía en una
profesión, la inspiración de los trabajadores sociales disminuyó. Al adquirir el estatus
profesional, argumentó, parecía haber menos voces proféticas y mayor interés en el
Trabajo Social como carrera que como causa (Lee, 1928:19).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

La atención por la profesionalización dejó a los trabajadores sociales sin


preparación para lidiar con la situación desencadenada durante la Gran Depresión de
los años 30. El desempleo masivo, los niveles de pobreza sin precedentes y las duras
condiciones sociales no se presentaba fácilmente a la intervención psicológica. El
prestigioso profesor de Trabajo Social Harry Cassidy describió a los trabajadores
sociales como “los portadores de camillas de la sociedad” que atendían las bajas de la
depresión en lugar de asistir a las causas de la raíz del problema y las condiciones
económicas paralizantes (Cassidy, 1933:2).
Durante la década de los años treinta, y a lo largo de la historia de la profesión,
hubo trabajadores sociales de izquierdas que comprendieron la pobreza y sus
problemas asociados como resultados de la economía capitalista. Estos trabajadores
sociales se alinearon del lado del movimiento obrero, eran activistas políticos y
defensores de la acción social. Reconocieron la importancia y la necesidad de un
análisis sobre las clases sociales y apoyaron el movimiento Rank and File de los Estados
Unidos que se originó como respuesta a la Gran Depresión y prosperó en dicha década.
Tras la Depresión, Canadá entró en la II Guerra Mundial, lo que produjo un notable
descenso del desempleo y de los niveles de pobreza. Las décadas de los cuarenta y
cincuenta se caracterizaron por el auge del conservadurismo, del anticomunismo y
anti-socialismo dirigido especialmente contra los activistas políticos. Los trabajadores
sociales políticamente activos fueron detenidos y vigilados por la Policial Montada del
Canadá (Royal Canadian Mounted Police, RCMP). Una de esas trabajadores sociales fue
Mary Jennison, miembro activo de la CASW y profundamente comprometida con el
Trabajo Social. Para ella, el Trabajo Social, la justicia social y el trabajo por la paz eran
partes de una misma batalla. Como cnsecuencia de su actividad política, perdió su
empleo en el centro comunitario de Dale en Halmiton (Ontario) debido a su apoyo a
los trabajadores en huelga, su defensa por las familias empobrecidas y, en realidad,
por toda su participación política. Jennison, por ejemplo, ayudó a apoyar a los
miembros del Batallón Mackenzie-Papineau (los Mac-Paps), una brigada de 1200
voluntarios canadienses que fueron a España en 1936 para combatir contra el fascismo
en la Guerra Civil Española (Jenissen & Lundy, 2011:125). Jennison nunca más fue
contratada como trabajadores social y desde 1948 a 1954 trabajó para el Congreso por
la Paz canadiense y todos sus movimientos fueron registrados por la Policía en su
denominada “lista roja”. La RCMP acumuló más de 3000 páginas de dosier del
seguimiento de toda su actividad desde 1939 hasta su muerte en 1970 (Jennissen &
Lundy, 2011:125).
La CASW comenzó a considerar en 1939 la regulación profesional, el último
estadio para la profesionalización, pero no fue hasta 1999 cuando todas las provincias
acordaron una legislación concreta común. Esta finalidad por al regulación profesional
no fue sostenida por todos los trabajadores sociales, principalmente pro razones
ideológicas. Aquellos que se opusieron a la regulación, expresaron su preocupación
por el control gubernamental que desde la aprobación de la regulación profesional

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

podría ejercerse, amén de una práctica profesional ulterior que prometía ser
conservadora en su esencia. Este grupo de trabajadores sociales sostenían que la
profesión podía dotarse de sus propias agencias de regulación y control de las
prácticas, así como de atención a las quejas por parte de los usuarios y clientes.
Señalaron que el problema no residía en la posible incompetencia profesional, sino en
la infrafinanciación y desigualdad social continua (Jennissen & Lundy, 2011). La
provincia de Ontario fue la última en adoptar, y sumarse, a esta legislación.
Hoy en día, Trabajo Social es una profesión regulada, aunque la regulación varía de una
provincia a otra y, de hecho, es opcional según qué empleos. No todos los trabajadores
sociales, por tanto, eligen inscribirse. Históricamente, la asociación profesional y un
buen número de trabajadores sociales han elegido a menudo el estatus profesional
más que la acción en aras a una política progresista y de mayor acción social. Una
tensión permanente que aún persiste en el seno de la profesión.
Los tres pilares de la profesión poseen una representación por separado, que
han dado lugar a diferentes organizaciones. En 2016, la Asociación Canadiense por la
Educación en Trabajo Social (CASWE), el Consejo Canadiense para la regulación de la
actividad profesional (CCSWR) y la Asociación Canadiense de los Trabajadores Sociales
(CASW) firmaron un acuerdo histórico para abordar conjuntamente temas de
preocupación compartidos. A pesar de todo, la CSAW sigue siendo la voz nacional de
todos los trabajadores sociales en Canadá, siendo un miembro activo de la Federación
Internacional de Trabajadores Sociales (IFSW).

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DE BIENESAR

Un “Estado de Bienestar” es una red de programas y servicios públicos que se


desarrollan a partir de la intervención gubernamental en la economía con el fin de
garantizar un determinado nivel de bienestar social para el conjunto de su población.
El gobierno canadiense comenzó a edificar su propio Estado de Bienestar durante, y
después, de la II Guerra Mundial (1939-1945). Sin embargo, todo el conjunto de
subsistemas de bienestar han sido siempre en Canadá un sumatorio de acciones de
tres agentes principales. El sector público, por un lado. El sector privado con fines
lucrativos y la asistencia social garantizada por las diversas comunidades religiosas.
Desde sus inicios hasta el presente, la presencia de estos tres actores ha sido
constante aunque su equilibrio ha venido cambiando con el paso del tiempo y
continúa. Los trabajadores sociales son una parte integral del conjunto del sistema de
bienestar edificado y son artífices en el desarrollo e implementación de numerosos
programas de servicios sociales. En este epígrafe, revisaremos el desarrollo de algunas
de las principales políticas y programas de naturaleza pública que, a nuestro entender
se corresponden con el denominado Estado de bienestar propiamente dicho.
Antes de los inicios del Estado del Bienestar en la década de los cuarenta,
formaba parte del pensamiento común que sólo los individuos eran los únicos

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

responsables de sus destinos, por lo que en caso de emergencia social, la ayuda sólo
podía proceder de la propia familia o de la comunidad, generalmente las comunidades
religiosas. No obstante, algunos pasos en dirección a ciertas políticas públicas fueron
realizados en fecha anterior. Por ejemplo, cierta protección laboral para los
trabajadores en Ontario en 1914, la regulación de las pensiones de vejez en 1920 o
beneficio de veteranos de guerra en 1919, así como la protección por desempleo en
los años 30. Estas iniciativas, empero, disponen de una capacidad muy limitada, pues
sólo beneficiaba a ciertos sector menores del conjunto de la población. Iniciativas, por
otro lado, que hay que considerarlas como respuestas del propio orden industrial de la
época con el fin de afrontar ciertas tensiones sociales.
A medida que el capitalismo industria inició su expansión en Canadá (alrededor
de 1840-1870), los problemas sociales crecieron en número y complejidad,
particularmente en los centros industriales de Ontario y Quebec. Estos problemas
incluían, entre otros, viviendas de mala calidad, falta de saneamiento de los
ciudadanos, propagación de enfermedades, lesiones y muertes laborales y condiciones
de trabajo insalubres. La Sociedad de la Organización de la Caridad (Charity
Organization Society) y el Movimiento de Casas de Acogida (Sttlement House
Movement) fueron respuestas colectivas iniciales a la pobreza y las dificultades que se
produjeron. Estas organizaciones voluntarias de caridad fueron las precursoras del
trabajo social moderno.
Varios factores contribuyeron al desarrollo del Estado de Bienestar en Canadá,
pero dos importantes catalizadores desempeñaron papeles particularmente
importantes: la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial.
De 1920-1924 después de la Primera Guerra Mundial, la economía canadiense
experimentó varias recesiones de especial envergadura. Tras el conflicto, el gobierno
canadiense se centró en eliminar la deuda contraída, pero hizo poco por estimular la
economía y por mejorar los resortes de protección social para la población. La
economía mejoró en la segunda mitad de la década (1924-29) pero esta recuperación
fue de corta duración y en 1929 el mercado se estrelló nuevamente. La Gran Depresión
estaba en mancha. El colapso de la economía dejó a muchos canadienses en la
indigencia. Las empresas cerraron y el desempleo alcanzó niveles sin precedentes. Para
las personas que vivían en el medio rural, la sequía, las tormentas de polvo y las plagas
hicieron que sus vidas fueran imposibles y muchos emigraron a otras partes del país o
a los Estados Unidos. Para la población de los centros urbanos, el alivio a veces estaba
disponible a través de los servicios municipales, pero la cobertura era insuficiente e
irregular. Las cuatro provincias del oeste de Canadá y varios municipios finalmente se
declararon en quiebra y no pudieron proporcionar recursos a los sectores más
vulnerables. El gobierno federal puso en marcha préstamos a corto plazo a algunas de
las provincias, pero en general los problemas no se resolvieron.
La profesión apenas se había establecido cuando la Depresión golpeó. Los
trabajadores sociales estaban mal preparados para la magnitud de la pobreza y la

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

miseria que se produjeron y tenían poco apoyo institucional. Fue durante esta época
que los trabajadores sociales comenzaron a desarrollar explicaciones críticas sobre las
causas del desempleo y la pobreza. Algunos trabajadores sociales fueron influenciados
por la Liga para la Reconstrucción Social y la Federación Cooperativa de la
Commonweath (CCF), y otros se unieron a grupos marxistas más radicales
representados por los partidos socialistas provinciales y el partido Comunista de
Canadá (PCCh). Todas estas organizaciones habían desarrollado críticas sobre las
desigualdades creadas por el capitalismo. La Depresión también aumentó la conciencia
general en la población de que el desempleo y la pobreza tenían una base estructural
que iba más allá del carácter moral del individuo. La dificultad para obtener ayudas
públicas, el reducido volumen de las mismas y la rigurosidad de la criterios de
elegibilidad y acceso generaron un mar de malestar en Canadá. Los años treinta
estuvieron marcados por numerosas protestas y huelas que ejercieron una enorme
presión sobre el gobierno federal para que actuara.
La participación de Canadá en la Segunda guerra Mundial resolvió el problema
del desempleo masivo a medida que la creación de empleo se reactivó y las mujeres se
incorporaron al mercado laboral en cifras sin precedentes. Canadá entró en la Segunda
Guerra Mundial en septiembre de 1939, poco después de que los británicos declararan
la guerra a Alemania. Los canadienses hicieron contribuciones extraordinarias al
esfuerzo de guerra para un país de 11 millones de personas. Más de un millón de
hombres y mujeres sirvieron a tiempo completo en las fuerzas armadas y más de
43000 personas murieron durante la guerra. El gobierno canadiense tomó el control
completo de la economía durante este período y las industrias se centraron en gran
parte en la provisión para la guerra Canadá, suministró municiones, maras pequeñas y
pesadas, aviones, explosivos, equipo de radar y electrónica, y mucho más.
Los impactos devastadores de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión
aún estaban grabados en los recuerdos de la población. La intervención del Estado
durante la depresión y durante las dos Guerras Mundiales hizo que los canadienses
conocieran mejor cómo los gobiernos podrían trabajar para ayudar a sus propios
ciudadanos. Además, el primer ministro liberal Mackenzie King estaba decidido a evitar
una depresión después de la guerra como ocurrió tras la Primera Guerra Mundial. En
agosto de 1941, en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el Primer
Ministro británico, Winston Churchill, y el Presidente de los Estados Unidos, Franklin
Declano Roosevelt, redactaron la Carta del Atlántico. Esta declaración política definió
los objetivos de las fuerzas aliadas en el mundo de la posguerra. La Carta incluyó ocho
puntos principales, dos de los cuales estaban directamente relacionados con la
seguridad social: la cooperación mundial para trabajar por un mundo libre de
amenazas (1) y el progreso del bienestar social (normas laborales, progresión
educativa y seguridad social) (2). El programa de reconstrucción de posguerra de
Canadá estaba claramente en línea con la Carta. Veintiséis países aliados, entre ellos
Canadá, se comprometieron a apoyaría (Carta del Atlántico, 2017).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

El compromiso por promover bienestar social para todos los canadienses bajo
el conocido eslogan “protección social de la cuna a la tumba” pronto encontró delante
importantes desafíos constitucionales. Este proceso resultó ser finalmente engorroso y
lento, frustrado a menudo por la falta de acuerdo entre los gobiernos federales y
provinciales. El núcleo de la problemática radicaba en el principio conocido como el
“matrimonio de las colonias” y, por tanto, en la relación contractual determinada en la
propia Constitución canadiense, la British North América Act (BNA Act) de 1867. La
constitución canadiense reconoce una importante descentralización territorial y
política y, por ende, que hay dos órdenes de gobierno. El federal y el provincial, cada
uno con sus propias responsabilidades y ámbitos de actuación. En la Ley del BNA, los
gobiernos provinciales eran responsables, entre otras cosas, de “el establecimiento,
mantenimiento y administración de hospitales, equipamientos residenciales,
instituciones benéficas…”. Más allá de estas pocas referencias, la Ley del BNA poco más
alude acerca de la provisión del bienestar social. Lo que sí indicaba era que estos
asuntos sociales caían en jurisdicción provincial. Esto se volvió especialmente
problemático a medida que los problemas sociales aumentaron en gran medida la
sostenibilidad financiera de los gobiernos provinciales.
El modo en el que la Gran Depresión y la crisis económica repercutieron
negativamente en las provincias y sus respectivos municipios constituye una razón
importante que emplazó al gobierno federal a establecer la Comisión Real de
Relaciones Domino-Provinciales (la Comisión Roweel-Sirois, 1937-1940). Incapaz de
cubrir los costes de la Depresión, muchos municipios y las cuatro provincias
occidentales entraron en bancarrota y miles de canadienses quedaron desamparados y
desprovistos de todo tipo de ayudas públicas sociales. Esta realidad planteó
interrogantes sobre la responsabilidad jurisdiccional de la crisis social y, por tanto, de
las diferencias originadas por la descentralización política.
La publicación del informe final de la Comisión Rowell-Sirois coincidió con el
comienzo de la Guerra. En el Informe se hicieron varias recomendaciones que
abordaron cuestiones de bienestar social, como la transferencia de la responsabilidad
del desempleo de la jurisdicción provincial a la federal. La comisión también planteó la
necesidad de financiación colectiva para equilibrar los costos financieros entre los
gobiernos federales y provinciales. Igualmente, se establecieron normas de ámbito
nacional para reducir las diferencias de programas y servicios entre territorios. Los
pagos de transferencia (entre administraciones territoriales) se convirtieron en
columna vertebral del Estado de bienestar de posguerra.
En 1940, el gobierno Federal introdujo la Ley del Seguro de Desempleo, la cual,
aunque de carácter limitado y no universal, es considerada como todo un avance en la
legislación nacional. Esta Ley planteaba la financiación ante situaciones de desempleo
a través de contribuciones tripartitas: empelados, empleadores y Gobierno Federal.
Apra aprobar esta legislación hubo que realizar una enmienda a la constitución
canadiense, convirtiendo el desempleo en materia de jurisdicción federal. La existencia

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

de pagos de transferencia ayudaría a evitar la necesidad de futuras enmiendas


constitucionales proporcionando mecanismos para la participación federal 8es decir,
dinero y/o puntos impositivos) en lo que se consideraban áreas de responsabilidad
provincial. El seguro de desempleo se convirtió en un pilar central del estado de
Bienestar y ha sido enmendado varias veces desde su creación.
El número de comités consultivos, estudios y comisiones que se establecieron
durante los años cuarenta pone de manifiesto de atención y el interés del Gobierno
Federal para el desarrollo de una agenda de bienestar social de posguerra (Jennissen &
Lundy, 2011:79-105). Un documento clave, el Informe sobre la seguridad Social para
Canadá, fue preparado por Leonard Marsh y un equipo de trabajadores sociales, entre
ellos Bessie touzel, Stuart Jaffary y George Davidson. Marsh fue nombrado asesor del
Comité Asesor Federal para la Reconstrucción de la Posguerra. Basado en el informe
británico Beveridge, este informe fue “un documento conceptual”, todo un conjunto
de sugerencias sobre lo que se podría implementar y cuáles serían los principales
problemas para su ejecución (Moscovicth. 2017). Asimismo, el informe sugiera un
programa de empleo a gran escala, un seguro de desempleo más extensivo, ayudas
económicas para número de hijos, un sistema de protección de la salud, asistencia
temporal por enfermedad, pensiones y prestaciones de incapacidad, etc. Con la
excepción de las ayudas económicas familiares, las cuestiones plantadas en el Informe
no se abordaron de inmediato. Habría que esperar hasta 1970 para poder hablar en
Canadá de un auténtico Estado de Bienestar moderno. Un resultado final sobre el que
Marsh había hecho una contribución importante en la redacción sobre la ley de
Seguridad Social para Canadá (Moscovithc, 2017).
Otra iniciativa en la era de la reconstrucción de posguerra fue el
establecimiento del Comité Asesor sobre Seguros de Salud presidido por el DR. J.
Heagerty. El Comité trabajó desde 1942 hasta 1945 para examinar los costes posibles.
Fruto de este examen, fue la elaboración de un plan, con fondos federales, con el fin
de asegurar una amplia cobertura que incluiría atención médica, odontológica,
farmacéutica y de enfermería. Estas propuestas fueron finalmente incluidas en la
conferencia Dominio-provincial sobre Reconstrucción de 1945 (Rice & Prince,
2000:62).
Además de los cuatro comités consultivos (Rowell-Sirois, Marsh, Headgerty &
Curtis) sobre la reconstrucción de posguerra, el Gobierno Federal también sacó
adelante el Libro Banco sobre empelo o Ingresos, así como los Libros Verdes sobre
Reconstrucción Postguerra. El Libro Blanco de 1945 estableció las políticas económicas
y fiscales del gobierno Federal para la era posterior a la guerra. Sobre la base de la
teoría económica keynesiana, la dirección de las policías se inclinó hacia la expansión y
mantenimiento de altos niveles de ingresos con la finalidad de alcanzar el pleno
empleo.
Las Propuestas del Libro Verde fuero introducidas en 1945, poco después de la
publicación del Libro Blanco, y fueron presentadas a la Conferencia Dominio-provincial

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

para la Reconstrucción de la Posguerra. Estas fueron concebidas como un plan general


del Gobierno Federal para la reconstrucción de la posguerra centrada en el sistema
nacional de seguridad social.
Los trabajadores sociales participaron activamente en la construcción temprana
del Estado de Bienestar, en particular en los años cuarenta. Fueron empelados para
ayudar en el desarrollo de nuevos departamentos en el seno del Gobierno Federal y
para trabajar en ellos. La CASW fue solicitada a menudo para proporcionar asistencia
en la búsqueda del gobierno. Pero trabajar dentro de la maquinaria gubernamental
tuvo un efecto conservador en el Trabajo Social y durante varios años la asociación
profesional se dedicó principalmente al desarrollo profesional, trabajando dentro del
Estado y expandiendo el número de sus miembros.
En la década de 1950 se desarrollaron varias políticas federales y provinciales
importantes de financiación compartida. La mayoría eran programas dirigidos a
colectivos sociales específicos, tales como el programa para personas no videntes en
1951, personas con discapacidad en 1955 y mayores (1951-52). En 1956, el Gobierno
Federal también impulsó un nuevo programa cofinanciado para familias en situación
de vulnerabilidad económica (Guest, 1999:138). En 1957 el Gobierno Federal aceptó
subvencionar parte de los costes del seguro hospitalario a través de la Ley de Servicios
de Seguro y Diagnostico Hospitalarios.
En 1955 y en respuesta el aumento de los elevados costes de la protección de la
salud fue aprobada la Ley de Atención Médica. Esta legislación proveyó cobertura
pública de servicios médicos y hospitalarios a todos los canadienses. En 1972, este plan
de cuidados médicos incluía todas las provincias y territorios de Canadá.
El Plan de Pensiones de Canadá fue otro hito en la historia del Estado de
bienestar en los años sesenta. Quebec optó por no participar en el plan y comenzó su
propio programa, pero los dos planes continúan coordinados. El plan C/QCPP fue
diseñado como un programa para complementar los sistemas de pensiones privadas
de los jubilados. El CPP ha sido revisado a lo largo de los años y constituye uno de los
dos principales planes de jubilación de Canadá. La otra vía es la pensión de Seguridad
de la Vejez. Para ayudar a los ancianos jubilados de bajos ingresos, el Suplemento de
Ingreso Garantizado (SIG) fue introducido en 1967. Se trata de un suplemento exento
de impuestos para ayudar a las personas mayores con poco o ningún ingreso
económico.
La Ley de asistencia del Canadá (PAC) promulgada por el Parlamento en 1966,
comenzó su aplicación entre 1967 y 1968 y se convirtió en base de los programas de
asistencia social en Canadá. El gobierno Federal aceptó pagar la mitad del gasto en a
materia de servicios sociales para cada una de las provincias. Gracias a esta Ley, fue
consolidado todo el sistema de servicios sociales, mayor en número y en cobertura
(Guest, 1999:146). En los años sesenta, el gobierno Federal también propició la
creación de la comisión Real sobre Bilingüismo y Biculturalismo (1965-1969), la
Comisión Real sobre la Mujer (1967-70) y en 1969 aprobó la Ley de Lenguas Oficiales

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

de 1969, por medio de la cual se les otorga el mismo rango de lengua oficial al francés
y al inglés.
Los debates sobre el desarrollo de programas y políticas estatales de bienestar
en los años sesenta y setenta se caracterizaron por las tensiones territoriales y el
estatus de Qeubec en la federación. En 1968, el Partido Quebequense se constituyó
como representante de los intereses nacionalistas de la región. El Gobierno federal
llegó a acuerdos con el Quebec con el fin de dotarle de una más amplia autonomía
política que le permitiera administrar sus propios programas. El Plan de Pensiones, el
Subsidio Familiar y el Plan de vivienda de Qeubec son ejemplos de esto.
A principios de los setenta, el gobierno Federal introdujo varios documentos de
discusión para revisar aspectos del sistema de seguridad social. En 1973 los
representantes de los gobiernos territoriales se reunieron en una conferencia para
discutir sobre el conjunto del sistema de seguridad social del país. El objetivo de la
conferencia era proporcionar un ingreso básico mínimo para todos los canadienses y
hacerlo a través de un sistema de seguridad social más coordinado y efectivo. A partir
de 1974-79, el gobierno liberal canadiense dedicó sacar adelante un proyecto piloto
sobre el ingreso anual garantizado (MINCOME) que se aplicaría únicamente en la
provincia de Manitoba. Con los cambios políticos sobrevenidos en los gobiernos
territoriales, este proyecto pilote llegó a su fin, desestimándose finalmente esta
iniciativa.
En definitiva, en los años setenta se había finalizado la construcción de una
amplía infraestructura de seguridad social en Canadá, que abarcaba, entre otros, las
pensiones por vejez, por desempleo, por cónyuge a cargo y como complemento de
ingresos garantizados para las personas mayores. También, asistencia social para las
personas en situación de pobreza, prestaciones económicas familiares, el seguro
médico, el seguro hospitalario, un sistema de protección dirigido a las personas con
discapacidad, así como otros programas y servicios diferentes por áreas de actuación y
colectivos sociales específicos. El compromiso de los gobiernos canadienses con el
carácter público de la red de protección de la salud y del bienestar de los ciudadanos
canadienses formó parte de un episodio histórico y optimista con el que hacer frente a
la reconstrucción de posguerra. Pero toda esta arquitectura y construcción bajo el
impulso público no sería para siempre.
Las altas tasas de inflación, el elevado coste de un Estado de Bienestar
extensivo y un sector público con una presencia sindical fuerte en su seno, pronto,
estuvieron en el punto de mira de los recelos ante la crisis económica de mediados de
los años setenta y ochenta. Con esta crisis llegó un nuevo conservadurismo político
que desde el gobierno inició toda una tarea complicada de control del gasto público.
Se inició toda una serie de recortes en materia social, así como una política importante
de privatización de servicios.
El proceso de recorte de los gastos sociales del Estado del Bienestar continuó
en los años noventa. La principal preocupación de los gobiernos de entonces consistía

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

en el control de la deuda y del déficit público. Desde mediados de la década de 1980


hasta mediados de la década de los noventa, se llevaron a cabo varias estrategias con
el fin de reducir el gasto a toda costa. Con el fin, disminuyeron las prestaciones
económicas de la vejez, las ayudadas para los asalariados con ingresos medios, se
eliminaron las asignaciones familiares y el seguro de desempleo se vio severamente
reducido, tanto en términos de volumen económico como en las condiciones de
acceso.
A finales de la década de 1990, el Estado de Bienestar de posguerra de los años
cuarenta y mediados de los setenta había sido fundamentalmente reestructurado. La
presencia federal, tanto en términos de apoyo financiero como de aprobación de
iniciativas legislativas, se había reducido considerablemente, otorgando a las
provincias más autonomía administrativa para la elaboración de sus propios programas
y servicios sociales. Los determinantes argumentos que se presentaron en la década de
1940 (por ejemplo, la Comisión Rowell-Sirois) sobre la importancia de la presencia
federal y su involucración dejaron paso a otra concepción de organización política. La
red local tendría que hacer ella frente por si misma a sus necesidades específicas. La
noción de responsabilidad colectiva ante problemas estructurales, tales como el
desempleo o la pobreza, fue reemplazada por argumentos a favor de una mayor
responsabilidad individual y una menor dependencia institucional por arte del
ciudadano.
A medida que Canadá entró en el nuevo milenio, su eslogan de décadas
anteriores “de la cuna a la tumba”, fue abandonado. Esta situación se hizo más
evidente ajo el liderazgo del primer ministro conservador, Stephen Harper, de 2006-
2015. Las medidas de austeridad impuestas por el gobierno neoliberal de Harper
socavaron algunos de los principios sobre los cuales se fundó el Estado de Bienestar
canadiense. En 2015, Maude Barlow, del Consejo de los canadienses, elaboró un
informe que documentaba los programas y los servicios que Harper había reducido,
destripado y totalmente desmantelado durante sus nuevo años de gobierno (Barlowe,
2015). Redujo la capacidad fiscal federal mediante profundos y continuos recortes de
impeustos y el papel directo del gobierno federal se vio muy erosionado. El gasto
gubernamental en programas se redujo considerablemente, incluso en áreas de vital
interés público como el medio ambiente y la regulación de la seguridad pública.
Abandonó un papel en el liderazgo federal para la política social, dejando esta área a
las provincias y regiones, como había sido hasta después de la Depresión de los años
treinta.
Andrew Jackson, del Center for Policy Alternatives, argumenta que el régimen
de Harper erosionó los derechos sindicales, redujo los beneficios del seguro de
empleo, vulneró los derechos de los aborígenes y expandió el programa de
trabajadores temporales extranjeros. También abandonó el legado positivo de Canadá
en asuntos internacionales y en la política de inmigración y refugiados. Varias leyes de
todo este tiempo adoptaron la forma de decretos con varias cuestiones incluidas en un

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

mismo paquete legislativo con el fin de dificultar la discusión y el debate. Fue toda una
estrategia eficaz para impulsar estas cuestiones importantes a través del Parlamento
pero sin debate democrático (Jackson, 2015).
Barlow sostiene que uno de los aspectos más dañinos del programa de
austeridad de Harper fue el socavamiento desenfrenado de la democracia en sentido
amplio. Harper dirigía un gobierno altamente secreto y controlado que minaron los
intereses de la sociedad civil. Y añade “Hubo un asedio implacable por parte de este
gobierno contra quienes defendían la igualdad, la justicia, el medio ambiente y la paz”
(Barlow, 2015:6). Este régimen público, de las organizaciones para la protección del
medio ambiente, de los grupos contra la pobreza y de las organizaciones
internacionales para la cooperación que a menudo ofrecen una perspectiva diferente
sobre temas sociales y políticos.
La brecha de ingresos entre ricos y pobres aumentó durante los años de
Harper. Los impuestos bajaron poco después de que asumiera el cargo y este
desequilibrio fue compensado por medio de recortes drásticos en el gasto federal
(Barlow, 2015:8). Los recortes de fondos del gobierno se dirigieron a los
departamentos relacionados con materias de bienestar social.
En el contexto de estas medidas de austeridad, las mujeres canadienses no
salieron tampoco bien paradas. Históricamente, en Canadá las mujeres no comparten
con los hombres las mismas condiciones de trabajo. Aún hoy dia, las mujeres que
trabajan a jornada completa en Canadá ganan en promedio 70,5 centavos menos (82%
en algunos datos) por cada dólar ganado por los hombres. En el trabajo a tiempo
parcial la diferencia es aún mayor (Healy, 2015:332). Esta brecha salarial es mayor
además en las mujeres aborígenes, las de color, los inmigrantes y las mujeres con
discapacidad. De los países de la OCDE, Canadá ocupa el octavo lugar a este respeto
(Healy, 2015:332).
Uno de los primeros programas que se canceló por completo fue el programa
nacional para el cuidado infantil. Durante décadas, las mujeres canadienses han estado
presionando pro una policía firme que resuelva esta situación. Varios estudios
gubernamentales han demostrado que las provisiones inadecuadas de cuidado infantil
son uno de las principales barreras para la igualdad de las mujeres (Informe Katie Cook
e Informe Rosalie Abella, entre otros). El gobierno había negociado un programa de
cuidado infantil con las provincias, pero este se detuvo tan pronto Harper llegó al
poder. En su lugar, ofreció a las familias con niños una suma insignificante de 100
dólares al mes por el cuidado de los hijos.
Actualmente el Gobierno Federal de Canadá está dirigido por el Partido Liberal
bajo el liderazgo de Justine Trudeau (2015), pero la destrucción de Harper persiste. Lo
que llevó a los canadienses más de veinticinco años construir, fue erradicado en el
corto plazo de unos pocos años.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI
La profesión del trabajo social en Canadá y en todo el mundo se enfrenta a
algunos desafíos e inmensos: la expansión del neoliberalismo, el auge del
autoritarismo y de los nacionalismos, la concentración de la riqueza en manos del 1º
de la sociedad, la división cada vez mayor ente ricos y pobres, guerras y conflictos,
cifras récord de desplazados y crisis de refugiados, niveles sin precedentes de
desigualdad social, carestía de vivienda e inseguridad alimentaria. Uno de los
problemas más urgentes es el impacto del calentamiento global y la amenaza a
nuestra propia supervivencia, la supervivencia de todas las formas de vida. El genetista
y ecologista canadiense David Suziki señala que el planeta probablemente seguirá
existiendo de alguna forma u otra, pero no podrá sostener formas de vida.
Históricamente los trabajadores sociales canadienses se han consagrado en
casos de catástrofes y de emergencia sociales. Como en otros países, los trabajadores
sociales canadienses están involucrados en desastres ambientales causados por el
calentamiento global y proporcionan asistencia y servicios a las personas afectadas por
inundaciones, incendios y pandemias. Los trabajadores sociales en Canadá son
desafiados por las necesidades que afloran en entornos geográficos distintos, desde las
principales ciudades hasta las comunidades más remotas en el extremo norte, donde
el impacto de la destrucción del medio ambiente se hace evidente por el deterioro
acelerado del casquete polar.
El Trabajo Social ocupa un espacio en el centro de las transformaciones que
están teniendo lugar en el mundo. Nuestra labor nos pone en contacto directo con
aquellos que sufren el impacto de las medidas de austeridad. También nos
enfrentamos a mayores desafíos a la hora de promover los derechos humanos, la
igualdad y la justicia social y económica. Esto significa que los trabajadores sociales
deben estar atentos a las cuestiones globales sociales, económicas y políticas en las
que se insertan nuestro trabajo y nuestra profesión y debemos estar preparados para
la discusión y el análisis. Este análisis más global de los problemas sociales y posibles
soluciones a los problemas significa que tenemos que participar más activamente y
con más asertividad en la acción social.
El Trabajo Social en Canadá es miembro de la Federación Internacional de
Trabajadores Sociales y se adhiere a los objetivos comunes de promover la justicia
social y los derechos humanos para todos los pueblos. El contexto actual marcado por
el neoliberalismo, sin embargo, hace que sea difícil trabajar para lograr estos objetivos
porque las políticas y programas neoliberales se oponen a estos objetivos. Cuando el
Estado reduce radicalmente su papel para el progreso del bienestar de la población, en
particular de los miembros más vulnerable s de la sociedad, también cambia el
contexto en el que operamos los trabajadores sociales. La profesión, por tanto, se
enfrenta a muchos desafíos.
Los trabajadores sociales de todo el país tendrán opiniones variadas sobre
cuáles son los principales desafíos contemporáneos para la profesión. Sin embargo,

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

existen algunas áreas comunes de preocupación, entre las que se incluyen, entre otras,
las siguientes: reparar las injusticas pasadas con las poblaciones indígenas y adoptar
medidas de reconciliación, abordar los problemas de salud mental que crecen
rápidamente; ofrecer alternativas que se ocupen de los procesos de envejecimiento de
la población, trabajar con jóvenes que no pueden encontrar empleo, atender el
creciente campo de las adiciones; combatir la violencia contra la mujer; promover el
bienestar infantil; trabajar con poblaciones de refugiados y restablecer un papel más
importante para los trabajadores sociales en el ámbito de la política social y de la
administración.
Después de casi diez años de gobierno conservador y sus medidas de
austeridad, los trabajadores sociales canadienses ahora tienen el reto de reconstruir
programas sociales que fueron cortados o eliminados por el gobierno federal anterior.
A menudo nos encontramos ante situaciones en las que presenciamos grandes brechas
entre lo que nuestros clientes necesitan y lo que se les puede proporcionar. Las
medidas de austeridad también han afectado a la naturaleza del trabajo social, con
mayores cargas de trabajo, una mayor participación en el sector privado y en las
organizaciones no gubernamentales.
Otro desafío consiste en trabajar por el desarrollo y el mantenimiento de la
colaboración y de la solidaridad dentro de nuestra profesión en un área geográfica
muy extensa y con una población muy diversa. La tendencia hacia el regionalismo
(alejándose de las normas y pautas comunes federales a expensas de centralismos más
provinciales y regionales) ha implicado que las voces comunes de toda Canadá se han
reducido en comunidades.

CONCLUSIONES
Una revisión histórica del trabajo Social y sus capacidades de respuestas a los retos del
momento presente, así como una comprensión del papel histórico del Estado del
Bienestar son esenciales para guiar a la profesión hacia adelante. No sólo porque una
reflexión histórica nos proporciona datos sobre lo que ha cambiado, sino porque
también nos puede proporcionar conocimiento importante sobre cómo avanzar. Hay
lecciones que aprender. Demasiado a menudo nos engañamos en la complacencia
creyendo que el futuro significa inevitablemente progreso, pero tenemos que
preguntarnos sobre el progreso de quien y de qué. Necesitamos saber que si bien los
cambios son inevitables, no siempre son positivos, y hoy, nuestro entorno mundial se
encuentra en una situación particularmente precaria y alarmante. La ausencia de
democracia en muchos países, la carga humana de la migración forzada, la amenaza
del cambio climático y la amenaza de guerras y conflictos son realidades que ya no
podemos ignorar.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. Cuál es el dilema que presenta los autores sobre el Trabajo Social en Canadá
(profesionalización versus acción política)
2. Como se desarrolló la teoría de casos y de comunidades
3. Cuáles fueron las consecuencias de la depresión de los años treinta
4. Cuáles son los dos principales catalizadores del desarrollo del Estado de
Bienestar
5. Que quiere decir los autores en el siguiente enunciado: “Trabajo Social no tuve
que crear mercado ya que no eran pocas las penas que necesitaban ayuda
desesperadamente”
6. Que significa la expresión “protección social de la cuna o a la tumba”
7. Como afectó la crisis de los setenta al modelo de bienestar social

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Cuándo se considera edificado el Estado de Bienestar moderno en Canadá
2. Qué fue la Ley de Atención Médica de 1966
3. Y el suplemento de ingreso garantizado (SIG)
4. Qué papel desempeñó la religión en los inicios del Trabajo Social
5. Cuáles fueron los primeros retos de la CASW
6. Quien fue Mary Jennison
7. Es la organización política territorial de Canadá un modelo descentralizado
8. Cuáles fueron las medidas keynesianas adaptadas en Canadá
9. Defina los tres actores centrales del modelo de bienestar canadiense
10. Qué fue el movimiento Rank and File

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 4 – ISLANDIA

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
En este capítulo se aborda el desarrollo histórico, el programa educativo y el
estatus profesional del Trabajo Social en Islandia. La filosofía, los objetivos y el
contexto institucional de la educación en la Universidad están vinculados a la
disciplina. Se presta atención a cómo la historia del Estado de Bienestar y el desarrollo
de los servicios sociales en la sociedad islandesa moderna están interrelacionados con
la evaluación de la profesión. La conexión con el desarrollo teórico y el estatus
epistemológico del Trabajo Social se discute dentro de la perspectiva de un cambio de
paradigma. Finalmente, se abordan algunos retos actuales y futuros del Trabajo Social
para nuestro siglo.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN

El proceso de fundación de la educación en Trabajo Social en Islandia puede


describirse como un desarrollo lento pero seguro, el cual se prolongó durante varias
décadas. Sus raíces se encuentran estrechamente ligadas con los cambios sociales
radicales y la urbanización rápida, seguida por la demanda creciente en la aplicación de
los estándares profesionales, especialmente en servicios sociales y salud a comienzos
de los años sesenta (Broddadottir, Eydal, Hrafndsdóttir & Sigundardóttir, 1997;
Julousdottir, 1999 a, 2004a). durante su período como sociedad rural estable, y hasta
su transformación como sociedad moderna a finales de los años cuarenta, la
estructura y al calidad de los servicios sociales fueron bastante subdesarrolladas,
caracterizadas por un considerable protagonismo de diferentes organizaciones
benéficas y las contribuciones altruistas de tipo voluntario (Julousdottir,, 1998). La
legislación social y la seguridad pública eran como la de Dinamarca. La urbanización y
los nuevos estilos de vida, seguidos por la Segunda Guerra Mundial, dieron lugar a
toda una serie de cambios sociales que crearon la necesidad de mejorar los servicios
sociales públicos y de salud. En 1966, el Ayuntamiento de Reykjavik inició el debate
sobre la necesidad de la educación de los trabajadores sociales, si bien algunos años
antes, varios políticos y médicos planearon establecer un programa de educación
sobre Trabajo Social en la Facultad de medicina.
La Asociación islandesa de Trabajadores Sociales, fundada en 1964 por un
pequeño grupo de consagradas pioneras, mostró su rechazo a estas iniciativas al
consideradas prematuras. Argumentaron que era necesario previamente asegurar los
requisitos indispensables para la profesionalización con el fin de poder ofrecer
posteriormente una educación sólida, de nivel académico pero dirigida por los propios
trabajadores sociales. Este parecer y actitud reflejaban, en gran medida, el espíritu de
las pioneras americanas, las cuales pusieron todo su énfasis y empeño por el desarrollo
del Trabajo Social como una profesión independiente. Finamente, el debate sobre la

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

educación fue pospuesto. Durante un cierto tiempo, los trabajadores sociales


islandeses recibieron su formación en el extranjero, principalmente en Escandinavia y,
en menor medida, en el Reino unido y los Estado Unidos, hasta que, al fin, en 1976 fue
elaborado un primer programa tras la creación de la Facultad de ciencias Sociales,
producto de la presión de los propios estudiantes. El primer curso destinado a
trabajadores sociales se realizó en 1982.

Filosofía y objetivos de la educación en Trabajo Social


El programa de estudios de Islandia aborda el trabajo social como una
profesión basada en el reconocimiento del valor y la dignidad de cada ser humano,
independientemente de su origen, estado civil, sexo, orientación sexual, edad,
creencia o contribución a la sociedad. El programa se basa en la sólida tradición y
fundamentación de las ciencias sociales, en el uso de su propia metodología para la
investigación, asegurando que los estudiantes adquieran competencias tanto en los
métodos cuantitativos como en los cualitativos.
El objetivo principal de la formación teórico-práctica consiste en preparar a los
estudiantes para convertirse en trabajadores sociales cualificados profesionalmente
para que, en el futuro, puedan ofrecer servicios competentes y adecuados a
individuos, familias grupos y comunidades. Los estudiantes reciben un conocimiento
importante en estructura social, legislación, políticas, programas y servicios variados.
Los métodos y modelos en Trabajo Social. Les proporcionan una base de conocimiento
sustancial. El objetivo es lograr que sean capaces de operar dentro de una amplia
gama de supuestos sociales y sean igualmente capaces de aplicar dicho conocimiento a
diversos ámbitos prácticos, al mismo tiempo que deben ser críticamente conscientes
delas cuestiones éticas que intervienen en la práctica del Trabajo Social y la política de
bienestar. Se hace hincapié en la importancia crucial de los vínculos entre la práctica y
la investigación, si como en la atención a objetos urgentes de investigación, que
influyen en las cuestiones políticas en el ámbito d la disciplina (Julousdottir, 1996,
Julousdottir,Hrafnsdttir & Kristjándsdóttir, 2002).

El contexto institucional y la estructura del programa


Los estudios académicos en Trabajo Social han formado parte, desde sus
inicios, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Reykjavik. El contexto
académico ha promovido una orientación científica que es beneficiosa para las normas
profesionales de los trabajos de campos (Julousdottir, & Sigurdardttir, 2007). Comenzó
como una educación académica de cuatro años con un total de 120 créditos, y que
daba lugar a la obtención del Grado. La Dirección de Salud otorga a los egresados el
título legal de trabajador social y el derecho, por consiguiente, a ejercer la profesión.
Desde 1993, se estableció un numerus clausus para el programa de posgrado. En 2006,
este programa fue revisado y fue transformado en un programa de cinco años que
consta de un grado de BA de 3 años más el título de Máster de 2 años de duración,

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

requerido para la graduación y la certificación legal. La Facultad ofrece un programa de


doctorado también. Simultáneamente, se evaluó el programa y se le ofreció un
certificado de ENQUASP (2006).
El creciente interés por el progreso de la investigación en Trabajo Social se
refleja en varios esfuerzos siguientes. A principios de 2000, un representante islandés
participó en la fundación de colaboración nórdica Campbell (NC2). Esto implicó un
importante reconocimiento en la práctica utilizada en los países nórdicos (Julousdottir,
Eggertsson & Reykdal, 2004; Guadmundsson, Jonsdottir & Julousdottir, 2001). Su
objetivo era mejorar el control de calidad de la profesión en los servicios sociales, en el
sistema educativo y en el sistema de justicia penal.
En 2006 se creó la IS-Forsa islandesa como organización análoga a la asociación
nórdica Forsa (Forskning i Socialt Arbete, Investigación en Trabajo Social), fundada en
1985. El objetivo principal reside en fortalecer la profesión de los trabajadores sociales
por medio de la investigación (Julousdottir, & Peterson, 2004). En ese mismo año, el
Centro de Investigación Infantil y Familiar fue fundado en la facultad de Trabajo Social.
Su objetivo es servir de foro para la difusión del conocimiento del Trabajo Social
científico, vinculado a la investigación académica a la práctica y viceversa, así como
reforzar la misma promoción por la investigación en la disciplina e influir con sus
resultados en la política social.

Superado la brecha entre la teoría y la práctica


Aunque el carácter académico de la formación exige un amplio conocimiento
teórico, existe a su vez una fuerte dimensión práctica, es decir, de estudio de campo,
integrada en el programa. Se manifiesta de las siguientes maneras: (i) el Departamento
de Trabajo Social realiza convenios con diferentes instituciones en el ámbito de los
servicios sociales y del sistema de salud con el fin de garantizar las prácticas de los
estudiantes y la cooperación en la investigación, (ii) trabajadores sociales con gran
experiencia profesional con contratados a tiempo parcial con el fin de participar en el
programa teórico y contribuir con sus aportaciones personales en reuniones y
seminarios (Julousdottir,1996b).
La importancia de integrar la teoría con la práctica (y viceversa) en el programa
es subrayada en todo el ciclo formativa y encuentra sus mejores ejemplos ilustrativos
en la estructura del practicum de los estudiantes y las labora de investigación
(Julousdottir et al., 2002).

Perfil, especialización y estatus


La Asociación Islandesa de Trabajadores Sociales (IASW) ha desempeñado un
papel central en el proceso de reconocimiento del estatus profesional desde hace más
de cincuenta años. La legislación fue aprobada en 1976. La involucración
anteriormente mencionada de la IAWS en el tema de la educación a finales de los
setenta fue de crucial importancia para el reconocimiento ulterior del estatus

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

académico de la disciplina. En 1992, se alcanzaron otros dos objetivos importantes. La


necesidad de especialización en Trabajo Social, por un lado, y la creación, por otro, de
un comité de trabajo sobre principios y reglas éticas en línea con los valores
internacionales. El Código de Ética para los Trabajadores Sociales islandeses fue
publicado por primera vez en 1998. Estos son considerados dos importantes
conquistas en el desarrollo de la profesionalidad, enfatizando, una vez más, la
necesidad de producción científica y el ejercicio profesional en equipos
multidisciplinares (Julousdottir, 2000).
Actualmente hay, aproximadamente, 450 miembros en la IASW, de los cuales el
93% son mujeres. Un número, decreciente de trabajadores sociales se educan fueran
del país y sólo unos pocos trabajadores sociales son de origen extranjero. La mayoría
de los trabajadores sociales que ejercen la profesión participan en el ámbito de los
servicios sociales y, particularmente, en el campo de protección de menores, servicios
para personas con discapacidad y mayores. El otro gran nicho de empleabilidad son los
servicios relacionados con el sistema de salud. Los trabajadores sociales también son
reclutados par apuestos en la administración. Han participado y participan desde hace
tiempo en diferentes organizaciones sin ánimo de lucro, donde son responsables de la
dirección de los servicios, la planificación y la supervisión de los voluntarios
(Julousdottir, & Thorsteinsdttir, 2004; Julousdottir,, 1998). Un número creciente de
trabajadores sociales poseen títulos de doctorado y están consagrados a taras
académicos y de investigación,.

Aumento de los titulados en Trabajo Social. Fortalecimiento de la profesión


Además de potenciar y promover Trabajo Social en las áreas más tradicionales y
comunes en los ámbitos de la salud y de los servicios sociales, incluida la protección de
la infancia, existe una creciente necesidad y un fuerte interés en desarrollar más
expansivamente áreas, menos comunes de la actividad profesional, tales como por
ejemplo en educación o en el seno del sistema judicial (justicia penal). Sin embargo,
una de las áreas de más rápido crecimiento hoy en día es la de los servicios sociales
para la tercera edad. Los cambios demográficos en la sociedad islandeses están siendo
muy rápidos. El porcentaje de familias con 3-4 hijos, que durante mucho tiempo fue
alto, está disminuyendo, mientras que la tasa de natalidad actual es ya inferior a dos.
Simultáneamente, la esperanza de vida es elevado (80,7% años para los hombres y
83,7 para las mujeres), por lo que el porcentaje de personas mayores están en
constante aumento (Sigugurdardottitr et al, 2013). Otro sector importante y de rápido
crecimiento es el de los inmigrantes, por lo que se está convirtiendo en una exigencia
cada vez mayor el desarrollo de servicios especiales para inmigrantes, refugiados y
solicitantes de asilo, especialmente para los niños (Ottosdotir, 2017).
Trabajo Social se está desarrollando como una disciplina especializada a través
del trabajo en roles, funciones y competencias más claramente definidos y de la
demarcación de sus propios campos y áreas de actuación. Gracias a su enfoque

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

holístico y perspectiva contextual, el Trabajo Social, simultáneamente enfatiza la


necesidad del trabajo en equipo multidisciplinar, así como el trabajo de campo en
proyectos de investigación y de desarrollo (Julousdottir, 2000). Ciertamente, las
funciones profesionales de los trabajadores sociales no son próximas a las de los
pedagogos o a las de los profesores especiales, pero ambos a menudo buscan la
cooperación y la supervisión de los trabajadores sociales. Ahora bien, estas categorías
son bastantes nuevas y están compartiendo entre sí, la mayoría de las veces
constrictivamente, ya que están estableciendo sus perfiles profesionales y
desarrollando sus propias especialidades. Los trabajadores sociales son, a este
respecto, actores fuertes en este proceso desafiante de delimitación de las áreas de
actuación profesional (Julousdottir, 2004a).

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DE BIENESTAR

La Asistencia social en las primeras leyes islandeses


El origen del Estado de bienestar de Islandia se remonta a las primeras leyes
(Grágás) escritas en las edades tempranas de la nación islandesa, aproximadamente
entre los años 1000-1200 (dennis, Foote & Perkins, 1980; Olafsson, 1999). Para
entender la historia del Estado de Bienestar de Islandia, es importante tener cierto
conocimiento sobre la propia historia general del país. Los islandeses llegaron de
Noruega a principios del siglo X. no había población indígena viviendo en el territorio y
los colonos se dieron cuentan rápidamente de la necesidad de establecer un
determinado modelo de organización de la sociedad. En el año 930, el parlamente
(Althingi) fue establecido como asamblea legislativo, convirtiéndose en el más alto
tribunal de Islandia. Nuestro parlamento es considerado el parlamento más viejo del
mundo. Las primeras leyes islandeses fueron, a la sazón, las leyes más desarrolladas
que las de cualquier otra nación de la época. Fue una incipiente legislación en materia
de atención a la pobreza, sobre la que las autoridades locales eran responsables. En
estas primeras leyes, los enunciados sobre la manera en que las autoridades locales
supervisaban a los pobres que no eran capaces de valerse por sí mismos son
claramente descritos. Apoyar a los pobres (huérfanos, ancianos o personas con
discapacidad) era la única tarea que las autoridades locales tenían en aquel momento,
ofreciéndoles refugio y alimento (Jonsson, 2001; Olafsson, 1999).

Pobreza en Islandia y el papel de la autoridad en la vida familiar de los pobres


El auxilio a la pobreza permanecía prácticamente inalterado hasta 1834, año en
el que entró en vigor una nueva regulación. No existía ningún tipo de atención
institucionalizada, hasta que en 1920 se puso en funcionamiento casas de hogar para
personas mayores y ciertas instituciones para el cuidado infantil. Hasta el siglo XIX, en
común que las autoridades locales retiraran la custodia a los padres por motivos de
pobreza. Por tanto, las autoridades eran un agente fuerte en cómo las familias más

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

pobres en Islandia sobrevivieron y vivieron. La carga de los pobres era considerable y


vivían a menudo en los márgenes de la sociedad. No tenían derecho a votar y las
autoridades locales tenían el poder para sus desplazamientos de una casa refugio a
otra. El sector más pobre de la población representaba casi el 20% de la población
total en 1880, que ascendía a 71000 habitantes. Aproximadamente el 5% necesitaba
siempre de recursos económicos procedentes de las autoridades locales y alrededor
del 25% eran demasiado pobres para poder contraer matrimonio. Hasta finales del
siglo XVIII Islandia era uno de los países más pobres de Europa, y muchos islandeses
emigraron a América con la esperanza de alcanzar una vida mejor (Jonsson, 2001;
Olafsson, 1999; Ragnarsson, 2000 Guadmundsson, 1875).

Primeras etapas del Estado de Bienestar en Islandia


Aunque en los años de 1890 a 1930, la existencia del socorro a los pobres
seguía estando muy presente, lentamente se fueron dando algunos avances modestos,
como la creación de fondos de pensiones para la vejez, en cierto modo primer embrión
del sistema de bienestar. A pesar de todo, y sin lugar a dudas, el Estado de Bienestar
de Islandia no estaba tan avanzado como en los otros países nórdicos de la época, y los
servicios de asistencia social apenas estaban empezando a surgir. En 1905 se promulgó
una nueva Ley para el Socorro de los pobres, con más énfasis en los derechos
humanos, pero esta nueva regulación estaba aún muy lejos en el reconocimiento de
derechos individuales (Jonsson, 2001; Olafsson, 1999; Ragnarsson, 2000).
Las décadas de 1930 y 1940 fueron, sin embargo, los años de un nuevo
comenzó en política social (Jonsson, 2001; Olafsson, 1999):
- En 1932, se promulgó la primera legislación de protección de la infancia y
fueron creados los primeros departamentos municipales para atención de la
pobreza en cada ciudad. Asimismo, se hizo ilegal la retirada de la custodia de
los padres por motivos de pobreza
- En 1936 se promulgó la Ley de Asistencia Social, reconociéndose el pleno
derecho al voto a los sectores de población más pobres y se pusieron en
marcha las primeras medidas con las que garantizar el seguro por enfermedad,
vejez y discapacidad
- En 1940, se creó el Ministerio de Asuntos Sociales, lo que supuso un paso
importante para el desarrollo de nuevas iniciativas políticas gracias a la
creación de uan propia organización político-administrativa en la materia
- En 1946 la Ley de Seguridad Social fue aprobada finalmente en el Althingi,
convirtiéndose en la primera legislación integral en los países nórdicos,
combinando casi todos los seguros sociales en un solos sistema, garantizando
unos ingresos mínimos para todas las mujeres con niños sin recursos. Los
mayores, a la edad de 67 años, tuvieron también garantizado su derecho a una
pensión. Por primera vez, fue posible recibir la pensión o prestación económica
por invalidez sin tener que probar el estado de necesidad

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

- La Ley de Asistencia Social fue revisada en 1947 y reemplazó la Ley de Socorro


de los pobres de 1905. No obstante, el acceso a las prestaciones económicas
eran sólo graciables y, por ende, no basadas en el principio del derecho como
en la ley de la seguridad social

El Estado de Bienestar islandés comparado con los otros Estados Nórdicos


El sistema de bienestar de Islandia es, en muchos sentidos, muy similar a los
modelos de bienestar escandinavos, aunque en otros aspectos muestra su propia
singularidad (Jonsson, 2001; Olafsson, 1999). El sistema islandés ha sido siempre
menos generoso, con prestaciones económicas mucho más reducidas que en los
demás países nórdicos y el seguro por desempleo no se adoptó hasta 1955, tras una
larga huelga de trabajadores en la zona de Reykjavik. No debe olvidarse, sin embargo,
que el empleo ha sido siempre alto en Islandia (Eydal & Olafsson, 2012).
Tras la entrada en vigor de la Ley de Seguridad Social en 1946, Islandia ascendió
a un nivel similar al de los otros países nórdicos en materia de política social. Pero en
los años cincuenta y sesenta, no siguió con el mismo desarrollo intensivo del Estado de
Bienestar en los otros países. Por ejemplo, el gasto social en Dinamarca alcanzó un
19% en 1970, mientras que en Islandia no supero el 10% (Jonsson, 2001; Olafsson,
1999). Se ha señalado que las diferencias entre Islandia y los demás países nórdicos
radican en las características socio-demográficas de la nación islandesa. Por ejemplo, la
población mayor es mucho menor, lo que implica menos gasto en el sistema de
bienestar social, y particularmente en el sistema de pensiones. La tasa de desempleo
también es mucho menor en Islandia que en estos otros países, lo que también
produce efectos directos para la seguridad social (Olafsson, 1999). A pesar de estas
semejanzas y diferencias, se afirma que el modelo islandés posee elementos más
liberales, desde un sentido político-ideológico (Olafsso, 2012b) o que la policía de
bienestar no ha ocupado un papel tan central (Helgason & Kristmundssson, 2004). A
pesar de todo, el movimiento sindical en Islandia tuvo un impacto considerable en el
desarrollo del Estado de bienestar y supo conquistar derechos sociales a través de la
negociación colectiva (Jonsson, 2001). Stefan Olafsson (1999) ha señalado que una
posible explicación de las diferencias entre Islandia y los demás países nórdicos reside
en la mentalidad de la nación islandesa. Los islandeses no consideran tan positivos el
bienestar público y el intervencionismo de la administración como en los otros
escandinavos. Un elemento cultural importante reside en la gran valoración que los
islandeses hacen del individualismo y la red de ayuda informal más que el tradicional
paternalismo característico del intervencionismo público, enfatizando centralmente el
sentido de la responsabilidad individual.

Desarrollo ulterior del modelo islandés


En la década de 1970, se produjeron nuevos cambios en el sistema de
bienestar. Una nueva Ley de Seguridad Social fue aprobada en 1971. Especial énfasis

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

se puso entonces en los servicios de salud con la Ley de 1973, con un particular
desarrollo en los servicios de atención primaria, creación de centros de salud y
reclutamiento de profesionales para todo el país. En este periodo, el gasto social
aumentó más rápidamente en Islandia que en los demás países nórdicos. Sin embargo,
Islandia no alcanzo el elevado porcentaje en gasto social de estos apaíses, siendo sólo
el 17% del PIN frente al 35% de los escandinavos (Jonsson, 2001). Tas años de
expansión del gasto social en los setenta, Islandia consigue en 1988 alcanzar los
parámetros de bienestar escandinavo aunque con algunas diferencias. El empelo era
mucho mayor en Islandia, tanto para hombres como para mujeres, con jornadas
laborales además mucho más largas. Por otro lado, las políticas de vivienda es la
menor de las políticas públicas, ya que la proporción de propietarios aumentó hasta el
90% en los años noventa, ofreciéndose muy pocas ayudas en materia de alquiler
(Jonsson, 2001; Eydal & Olafsson 2012).

Los servicios sociales


En los años cuarenta y cincuenta, los servicios sociales surgen como centro de
servicio de bienestar, pero todavía estaban muy desorganizados debido a las
diferentes leyes islandesas, con ramificaciones legislativas diversas en materia de
protección infantil o de prevención del consumo de alcohol. La mayoría de los
islandeses seguía viviendo en zonas rurales, aunque las zonas urbanas estaban
experimentando un crecimiento rápido simultáneamente (J Ragnarsson, 2000) y, ya en
1923, más del 50% de la población estaba registrada en grandes ciudades. La población
también se incrementaba rápidamente, de 109000 habitantes en 1930 a 177000 en
1960 (Statiscties of Iceland, 2017).
En 1967, los servicios sociales fueron creados en Reykjavik, donde se centró la
atención en cuestiones de familia, formación profesional y prevención. Tanto la
asistencia social como la protección de la infancia fueron unificadas en una sola
organización (Ragnarsson, 2000). Otros municipios siguieron el ejemplo en los años
siguientes y los servicios sociales se desarrollaron con gran velocidad. Fueron
contratados más profesionales, aunque en aquel entonces pocos eran los trabajadores
sociales existentes en el país.
Después de los cambios en los servicios sociales en Reykjavik en 1967, mucho
fue discutida la importancia de contar con una Ley especial de Servicios Sociales, con
un enfoque más amplio que la Ley de Asistencia Social de 1947. De modo que, en
1991, finalmente fue aprobada por el parlamento la ley Municipal de Servicios
Sociales. Esta nueva norma fue la primera legislación integral sobre la organización de
los servicios sociales, descentralizados a nivel municipal. Las diferencias en el número
de habitantes en los municipios dificultaron una definición clara consensuada sobre los
niveles de servicios a prestar pro los municipios. Por lo tanto, la legislación es
considerada más como un marco legal de referencia general y, por tanto, la
administración local posee cierta liberta a la hora de decidir cómo alcanzar los

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

objetivos de la ley. Sin duda, el objetivo principal de la ley es adaptar los servicios
sociales a las diferencias necesidades de los habitantes de cada municipio. La ley de
Servicios Sociales (1991) contempla servicios para mayores, atención domiciliaria,
vivienda, asistencia social, prestaciones preescolares y guarderías infantiles, además
de hace especial hincapié en los servicios preventivos dirigidos a jóvenes y a
adolescentes (Eydal & Gudmundsson 2012; Juliusdttir, 2012; Ragnarsson, 2000).
Los servicios sociales en general experimentaron un rápido crecimiento tras la
aprobación de la Ley de Servicios Sociales de 1991. En 1992 por ejemplo, salió adelanta
una nueva Ley de Protección Infantil con más protocolos de actuación que la anterior.
En los ochenta, esta tendencia de crecimiento alcanzó un nuevo record, especialmente
en los municipios más poblados. Los más pequeños, empero, carecían de centros, de
servicios sociales. Tras la entrada en vigor de la Ley de Servicios Sociales en 1991, esta
situación cambió rápidamente (Eydal & Gudmundssson, 2012). Hoy en día hay centros
de servicios sociales en todos y cada uno de los municipios. El número de profesionales
al frente también se ha incrementado notablemente, por ejemplo, el 62% de los
miembros de la IASW trabajan en los servicios municipales, muchos de ellos en las
áreas de protección infantil.
En la actualidad, la Ley de Servicios Sociales está siendo revisada, 25 años
después de su promulgación. Un amplio debate se ha abierto sobre cuestiones
centrales que afectan al futuro. IASW se ha posicionado en esta discusión con especial
énfasis en la necesidad de regulación de la profesión con el fin de asegurar servicios
sociales de calidad.

Fluctuaciones económicas y desarrollo del estado de Bienestar


El sistema económico islandés ha venido sufriendo varias fluctuaciones con
regularidad. Se produjo una desaceleración económica entre 1988 y 1994, durante la
cual se realizaron recortes en los programas de asistencia social. El desempleo se
disparó del 0,5% al 5%. El servicio de salud había sido gratuito, en su generosidad,
hasta ese momento, pero fórmulas de copago fueron introducidas a partir de entonces
(Jonsson, 2001; Eydal & Olafsson, 2012a).
Los inicios de los años noventa se caracterizó por una lenta mejora en el
sistema de bienestar social junto con un mejor desarrollo económico, produciéndose
una importante reducción del desempleo. Los beneficios sociales se volvieron menos
vinculados a los ingresos y se incrementaron. De 1995 a 2007, la desigualdad social
aumentó rápidamente, generando grandes diferencias entre ingresos altos y bajos. A
pesar de todo, la pobreza no aumentó y los servicios de bienestar en general
mejoraron (Jonsson, 2001; Eydal & Olafsson, 2012). En este contexto, fue aprobada la
Ley sobre cuidados de los niños en el años 2000, garantizando el derecho a la atención
del menor pro ambos progenitores, incluso en las paredes del mismo sexo (Eydal,
2012).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

La crisis económica de 2008 cambió, hasta cierto punto, la posición de Islandia


en sus niveles de inclusión social y combate contra la pobreza. Las principales
cuestiones políticas se centraron en cómo salir de la crisis, siendo el objetivo principal
la protección de las clases sociales de ingresos medios y bajos. Los beneficios se
dirigieron a los grupos de bajos ingresos y los impuestos se redujeron. En general,
Islandia tuvo relativamente éxito en el tratamiento de las secuelas de la crisis
económica y la tasa de pobreza relativa no aumentó considerablemente. A pesar de
todo, fueron realizados recortes en los gastos de los servicios hospitalarios y la calidad
de los servicios en general ha tenido algunos contratiempos. Los recortes fueron muy
amplios en el sistema educativo, pero no a nivel universitario, aunque se carece aún de
estudios sobre los efectos de estos recortes en la educaicon (Olafsson, 2012a). En la
actualidad, hay signos positivos en la economía islandesa, con un PIB que aumenta
respecto a lo que fue en 2001 (OCDE 2017). Y, por su parte, los servicios sociales han
iniciado una vía de recuperación, poniéndose un especial interés en la prevención y la
creación de nuevos recursos.

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI

Los cien años de la profesión se ha venido caracterizando, entre otras cosas,


por el compromiso ideológico. Sin embargo, también se ha visto acompañado por la
diversidad de posiciones divergentes y la invisibilidad profesional. Esto se ha percibido
simultáneamente como una fortaleza como una debilidad entre otras profesiones
emergentes que ya han alcanzado su puesto académico o se están esforzando en ello.

El trabajo social desde la perspectiva de la historia de la ciencia


En la filosofía y en la historia de la ciencia, se acostumbra estudiar el desarrollo
de esta última desde una perspectiva de resultados históricos analizados y conexiones
de acontecimientos. Se puede asumir que la disciplina del Trabajo Social se ha visto
influenciada principalmente por factores externos debido a su marco de referencia, sus
metas y su papel en la sociedad. Esto es lógico, ya que el Trabajo Social se desarrolló
en un contexto de cambio social radical, como reacción a los problemas originados por
la turbulencia de la revolución industrial y la urbanización a finales del siglo XIX. Por lo
tanto, su posición principal, durante mucho tiempo, consistió en dar una respuesta a
las circunstancias y erigirse en defensa contra la injusticia. Esta génesis continuará
probablemente dejando su marca en el carácter de la profesión. A medida que crece y
se aproxima a la madurez con el paso del tiempo y de la experiencia, sin embargo,
otras influencias procedentes de factores de desarrollo interno, gradualmente están
ganando más importancia en la evolución de la profesión. La madurez también implica
una auto-imagen integrada. En este contexto, se ha afirmado que las disciplinas varían
en el grado de su madurez y pueden así dividirse en disciplinas maduras e inmaduras.
Las disciplinas maduras desarrollan su propia existencia autónoma. Esto significa un

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

núcleo común de valores (éticos) hábitos, herramientas metodológicas y capacidades


reproductivas, tales como producción de conocimiento (investigación, proyectos de
desarrollo) y habilidades profesionales.

Nuevos desafíos: un cambio de paradigma


Thomas Kuthn introdujo una nueva definición del concepto de paradigma en su
influyente obra The Structure of Scientific Revolutions en 1980. Adoptó el concepto de
paradigma relacionándolo con su ida de reconocer que los diferentes sujetos o
disciplinas de investigación requieren diferentes métodos e instrumentos para
satisfacer diferentes tareas. Esto fue revolucionario, al igual que su discusión sobre las
diferentes maneras en que las disciplinas utilizan su conocimiento. En consecuencia,
las ciencias sociales comenzaron a darse cuenta de que eran contextualmente otro
tipo de disciplina diferente a las ciencias naturales. Los fenómenos sociales eran parte
de la cultura, los valores, las ideologías y las costumbres, todos los cuales están sujetos
al cambio. Tenían naturalmente diferentes cualidades, características, que las ciencias
naturales. Por lo tanto, los métodos de investigación de las ciencias naturales no
podrían ser aplicados a los temas de las ciencias sociales en absoluto. Debía pues
desarrollar diferentes enfoques y procedimientos. Otros expertos contemporáneos
sobre el conocimiento y la ciencia en relación con el desarrollo social y los fenómenos
sociales introdujeron términos diferentes. Michel Foucault, en sus escritos sobre el
conocimiento, el poder y las disciplinas (como Trabajo Social), utilizó la epistemología y
el discurso para aspectos del paradigma del concepto de Kuhn (Foucault, 1980;
Chambon et al., 1999). De acuerdo con esto, cada disciplina académica y disciplina
tiene que desarrollar una comprensión básica de su propia significado y conceptos
comunes. Jerome Bruenr analiza, en su libro Acts of Meaning, que el significado es “un
fenómeno culturalmente mediado que depende de la existencia previa de un sistema
simbólico compartido “ (Bruner 1990:69) y que se basa en “condiciones previas para
interpretar la realidad social” Mundo de una manera particular…” (Ibid, p.73). El
proceso de construir significado en cualquier contexto es una repuesta a las
circunstancias históricas y sociales. El sistema compartido de símbolos de la profesión
y el significado co-creado dan forma a su cultura y entendimiento común (Bruner,
1990; Gergen, 2001). Esto significa que el trabajo social, como disciplina, debe
desarrollar aún más su propio núcleo de comprensión común de su significado. Su
nivel de madurez se refleja en la coherencia de su paradigma y en su desarrollo.
Como se mencionó anteriormente, el inicio de la disciplina posee ciertos
elementos ideológicos, políticos y religiosos unidos a los ideales morales de la
filantropía, la reforma social y los derechos humanos. Para la moderna disciplina
académica y la profesión, las lealtades conflictivas, no siempre ocultas, probablemente
han creado más obstáculos que ventajas. Al mismo tiempo, su fuerza ha sido sin duda,
y es de esperar que siempre sea, el énfasis en la ética profesional y los enfoques
holísticos. El corazón del trabajo social, su misión y visión, y sus cualidades empáticas

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

nunca deben ser negados o borrados. Debemos reconocer, enseñar y leer la historia.
Los estudiantes deben ser entrenados para respectar el contexto ideológico e histórico
detrás de las notables contribuciones sociales de los pioneros. Verlos como modelos a
seguir, teniendo en cuenta las condiciones de su tiempo, nos motiva a mantener el
orgullo en la profesión de Trabajo Social. Sólo reconociendo los esfuerzos y los logros
de los pioneros, es posible configurar las condiciones para sentirse con derecho a la
autonomía profesional (Juliusdottir, 1999a). Es importante recordar que jane Addams
(1860-1935) luchó por mejores socio-ambientales. Sus esfuerzos socio-científicos
fueron recompensados con la concesión del premio nobel para la paz en 1931 (Farrel,
1967). También es crucial referirse frecuentemente a los escritos de Mary E. Richmond
(1861-1928) sobre la importancia de la practica basada en la ciencia y las
contribuciones de Bertha Reynolds (1887-1978) a la supervisión, el aprendizaje y la
enseñanza en la práctica del Trabajo Social.

¿Una profesión creciente en todos los campos?


Trabajo Social en Islandia se enfrenta a varios retos en muchas áreas y existe
una creciente necesidad de desarrollo en ciertos campos donde la profesión con ha
sido de alguna manera tan emergente como se esperaba en las últimas décadas.
En realidad, el desarrollo del Trabajo Social ha seguido, de muchas maneras, el
desarrollo de la legislación sobre servicios sociales. En otros campos, como en la
educación hay vínculos similares. Los trabajadores sociales tienen una tradición de
trabajar en el sistema de la escuela primaria desde principios de los años setenta. En la
Ley de Escuelas Primarias de 1974 se estableció que por cada 2500 estudiantes debería
haber un psicólogo y un trabajador social que trabajen con niños con necesidades
especiales en el sistema escolar. A pesar de este objetivo, la ley sobre las escuelas
primarias fue modificada en 2008 y al trabajador social ya no se le menciona. Los
directores de escuelas todavía pueden libremente empelar a trabajadores sociales,
pero la importancia de su figura ya no está tan clara tras su supresión. En los últimos
veinte años, el número ha ido disminuyendo, por lo que uno de los mayores desafíos
es volver a su inclusión, al igual que en el sistema de enseñanza secundaria.
Otro de los ámbitos que presentan su desafío es el ara de salud y el Trabajo
social clínico. El hospital nacional de Islandia es ahora el segundo mayor empleador de
trabajadores sociales en el país. Sin embargo, pocos trabajadores sociales san sido
empelados en los centros de atención primaria, a pesar de que las políticas de salud y
atención de la salud mental en los últimos diez años han puesto de relieve la
importancia del trabajo en equipo clínico interprofesional. La asociación islandesa de
Trabajadores Sociales ha discutido durante muchos años la importancia del Trabajo
Social en los centros de atención primaria con el Ministro del ramo, pero sin mucho
éxito.
El sistema de justicia penal es el tercer campo donde los profesionales se
enfrentan a desafíos similares. Durante muchos años, los trabajadores sociales han

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

sido empleados por el sistema, aunque el número de contrataciones siempre ha sido


insuficiente.

CONCLUSIONES
La principal tara para el futuro del trabajo social en Islandia es fortalecer su condición
profesional y mejorarla como disciplina académica. Existe un creciente interés por la
cooperación internacional y, sobre todo, europea en materia de investigación y
educación. Es un objetivo apasionante y real contribuir más activamente a la
investigación e influir en el desarrollo profesional en la sociedad islandesa, así como a
contribuir recíprocamente en el contexto internacional. Es un reto mejorar la
influencia del Trabajo Social contemporáneo en un estado de bienestar pequeño pero
en expansión como el de Islandia.

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. Que quieren decir los autores con el compromiso ideológico de la profesión en
estos cien años
2. Que es el IS-FORSA islandés
3. Cuál es el problema surgido por la competitividad entre profesionales afines al
Trabajo Social
4. Cómo definiría el individualismo característico de ese país
5. Aprecia alguna diferencia entre las materias formativas que se imparten en
Islandia y las que se reciben en nuestro país

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Cuáles son las principales diferencias entre el modelo de bienestar islandés y el
resto de los modelos escandinavos
2. Que vinculación tiene nuestra disciplina con las Ciencias Sociales
3. Porqué la Asociación islandesa de Trabajo Social en 1964 se opuso a la iniciativa
de la formación
4. Por qué considera el modeló islandés más apropiado el enfoque sistémico
5. Porque destaca sobresalientemente el Althing islandés
6. Cómo obtienen en este país al formación teórico-práctica en la disciplina
7. Qué diferencia hay entre disciplinas maduras y disciplinas inmaduras
8. Existe descentralización territorial y administrativa en Islandia
9. Que efectos ha producido la crisis económica y financiera de 2008
10. Donde encuentran empelo más fácilmente los trabajadores sociales islandeses

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 5 – ITALIA

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
El presente trabajo tiene como objetivo la prestación sintética de la historia y
de la evolución del Trabajo Social, de la profesión y de la disciplina en Italia. En cada
fase histórica, el rol del trabajo social y las profesiones del ámbito han sido diferentes.
El modelo de Bienestar italiano ha pasado por diferentes fases procurando dar
respuestas a la demanda social de cada momento. Este sistema se ha caracterizado por
aspectos propios que definen a la beneficencia, la asistencia social, la seguridad social
hasta llegar, al fin, a los derechos constitucionalmente garantizados. El plan Beverage
despertó en los años cincuenta particular interés en Italia, pero el recorrido seguido
por las reformas de la post-guerra fue diferente respecto a las ideas que venían de
Gran Bretaña. El nuevo sistema político democrático no fue acompañado por ningún
cambio en las estructuras institucionales y organizativas heredades por el estado
liberar y el posterior régimen fascista. Hasta los años setenta, con la institución de las
regiones, se dio comienzo a todo un proceso de descentralización administrativa que
impulsó el intento de construir el sistema de Bienestar redistributivo que hoy
conocemos.
La Constitución italiana de 1948 reconoce, además de los derechos civiles y
políticos, también los derechos sociales. Desde entonces, el camino recorrido para
alcanzar los objetivos de igualdad sustancial entre los ciudadanos y de equidad y
justicia social ha sido largo y difícil. A veces este proceso ha sufrido una fase de
aceleramiento, otras de lentitud, pero aún no está del todo realizado. Las
repercusiones del proceso de globalización sobre la sociedad italiana y la política
comunitaria de Europa, desde hace algunos años, ha influido en este proceso.
La política social en Europa ha asumido, en el último periodo, una gran
relevancia y es reconocido expresamente su papel como factor productivo, ya que los
gastos en sanidad, formación, protección de los trabajadores, lucha contra la pobreza y
la exclusión social con considerados una inversión en recursos humanos que puede
producir efectos económicos positivos (Dal Para Ponticelli, 2005). Hacia esta dirección
estaba orientado el programa de acción 2000-2005, contenido en la Agenda para la
política social 2000, que establece los objetivos de alcanzar la plena ocupación, una
mejor calidad en el trabajo y la integración de la vida laboral y familiar.
Una fase decisiva en el desarrollo de una Europa Social lo representa la
aprobación de la Carta de los Derechos Fundamentos de la Unión Europea (Niza 2000),
que ratifica el derecho a la institución, el trabajo, a la no discriminación, e insiste sobre
el derecho a la protección de los niños, de los ancianos, las personas con discapacidad
y la familia, debiéndose garantizar el derecho al acceso a las prestaciones asistenciales,
a los servicios sociales y vivienda, según lo ya sancionado por la Carta social europea
en 1996.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Con este fin se instituyó en julio de 2000 en Comité para la protección social
con tarea de analizar la evolución de la protección social en Europa a largo plazo y de
definir objetivos e indicadores para promover la inclusión social. El problema de la
pobreza y de la inclusión social ha representado por la Comunidad Europa una
prioridad y esto condujo al Parlamento Europeo a tomar la decisión, en diciembre de
2000, de dar vida a un programa de acción comunitaria destinado a incentivar a los
Estados miembros para combatir la marginación social para el periodo 2002-2006.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN

Nacimiento y desarrollo del Trabajo Social


“Servizio Sociale” equivale en italiano a lo que llamamos en ingles social work,
que literalmente se traduce como trabajo social. Ya en 1931, René Sand, tradujo el
término al francés como service social.
En Italia se comenzó a hablar de Trabajo Social, propiamente dicho, tras la II
Guerra Mundial, en referencia a las primeras escuelas de formación que surgieron en
aquel periodo y que se hicieron promotoras de la profesión (Bernocchi, 1984).
Con la posguerra, la miseria y la necesidad de reconstrucción del país, la
asistencia social se convirtió en un tema político central. Pero el sistema asistencial
heredado, reglamentado por la Ley Crispi de 1980 y caracterizado por la presencia de
numerosas entidades públicas, muchas de las cuales eran productos del fascismo, se
presentaba totalmente inadecuado para afrontar el enorme desafío al que tenía que
hacer frente el país, muy especialmente a la luz de los nuevos valores democráticos
recogidos en la recién aprobado Constitución republicana de 1948. Es importante
tener en cuenta que la profesión recibió un fuerte impulso por la constitucionalización
del derecho a la asistencia social, recogido en su artículo 38, que responsabiliza a los
poderes públicos, para atender las necesidades sociales de sus ciudadanos. Con la
nueva Constitución, por tanto, el Estado asume la tarea de garantizar a sus ciudadanos
toda una serie de servicios, las cuales deberán ser gestionados por profesionales, que
entre los cuales se encuentran los trabajadores sociales. Muchos de los “padres
fundadores de la profesión” (Maria Comandini Calogero, Odile Vallin, Guido Calogero y
Don Giovannni de Menasce) vieron en ello una ocasión proicia para el Trabajo Social
como motor en la defensa de los derechos de las minorías y en la promoción de un
modelo social más justo e igualitario.
La estrecha relación entre Trabajo Social y democracia ha sido puesta de
manifiesto por la Sociedad para la Historia del Trabajo Social (SOSTOSS), la cual ha
destaco cómo la profesión es producto del nuevo ordenamiento democrático
republicano. Asimismo, ha venido a refrozar el objetivo, que desde sus inicios, el
Trabajo Social persigue: intervenir para favorecer la participación en la vida social de
todos los ciudadanos en especial de los más vulnerables, contribuyendo de este modo

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

a desarrollar la democracia, entendida como “gobierno” de todos (Pieroni & Dal Para
2005).

La inserción de los asistentes sociales en el sistema


Sin embargo, la realidad del sistema asistencial italiano de los años cincuenta y
sesenta estaba muy lejos de responder a las expectativas tanto de la profesión como
del propio ordenamiento republicano. Con la excepción de contados proyectos de
desarrollo comunitario para zonas rurales y urbanos, la mayoría de la acción social se
encontraba en manos de las entidades asistenciales y de previsión que se limitaban a
proveer prestaciones dinerarias e institucionalizaciones en centros, cuyas estructuras
burocráticas y prácticas administrativas distaban de responder a los principios y
valores del servicio social. A comienzos de los sesenta, se pusieron en evidencia los
primeros síntomas de una profunda crisis. Se tomó conciencia, en efecto, de que la
actividad profesional dispensada no era adecuada para incidir realmente en los
problemas sociales, viejos y nuevos. De este modo, se dio comienzo a la reflexión y al
debate sobre la dimensión política del rol del trabajo social como promotor del cambio
en las instituciones y en la promoción de las personas, grupos y comunidad, lo que
contribuyó en la formación de nuevas propuestas para modernizar los servicios
sociales.

Los profundos cambios de los años setenta


La superación de este modelo se inicia con la aparición de la creación de las
Regiones en 1970 a través de una serie de decretos-leyes que transfieren a las
corporaciones locales toda una serie de competencias, contempladas en el artículo 117
de la Constitución, entre ellas, la gestión de los servicios sociales. Por medio del
decreto 616/77 y la Ley 833/78 (que instituto el servicio nacional sanitario) se crea la
figura administrativa-territorial del Distrito (socio- sanitario), considerado como el
ámbito territorial más adecuado, por proximidad al ciudadano, para garantizar una
mejor calidad de los servicios y hacer posible una mayor participación ciudadana.
Gracias a ello, el nuevo modelo organizativo de los servicios sociales estará, por
fin, en condiciones para dar una respuesta más acorde con el procedimiento
metodológico y el sistema de valores, principales, objetivos y funciones de la
profesión. La referencia de una comunidad territorial sustituirá al modelo anterior,
basado en la clasificación de los usuarios y no en las peculiaridades de las zonas, como
sucedía en las entidades asistenciales por categoría, lo cual hará posible una
intervención más unitaria y global que promueva la acción preventiva dirigida a la
comunidad en su totalidad (Dal Para. 1996). Esta nueva orientación, global y unitaria,
influida también pro las nuevas contribuciones teóricas (perspectivas ecológico-
sistémica y cognitivo-humanística), conducirá a la profesión a una nueva reflexión y
reelaboración significativa que llevará, entre otras cosas, el reconocimiento de la
unidad del método de intervención del servicio social. Si, hasta este momento, se

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

había hablado de “métodos” (el case-work, el group work, el community-work) ahora


se llegará a comprender que el método es unitario, no importa la dimensión de la
intervención del asistente social (individuo, grupo, comunidad), sino que la diferencia
se produce a través del uso de instrumento y técnicas diferentes.

El reconocimiento de la profesión
Tras el cambio positivo de los años setenta, en los ochenta sobrevendrá una
serie de problemas derivados de la falta de reconocimiento jurídico del Título de
formación, lo cual conducía a menudo a muchos trabajadores sociales a aceptar
puestos laborales que no respondían a las funciones propias de Trabajo Social.
Además, en los nuevos equipos multidisciplinares de los servicios sociales, en los que
el trabajador social colabora estrechamente con otros profesiones (médicos,
psiquiatras, psicológicos, sociológicos, entre otros), su situación de inseguridad, y de
inferioridad, hizo germinar una verdadera crisis de identidad. Como reacción a la crisis,
su produjo una amplia movilización a favor del reconocimiento jurídico del Título que
se produjo de 1987 con el decreto denominado “Valor habilitante del Diploma de
Asistente Social”.
Otra etapa importante del camino para el reconocimiento de la profesión fue la
aprobación de la Ley número 84 de 1993, sobre el “Ordenamiento de la profesión de
Trabajo Social e institución de la Orden Profesional”, que establece en su artículo 1º,
“el asiste social obra con autonomía técnica profesional en todas las fases de la
intervención para la prevención, el sostén y la rehabilitación de personas, familias,
grupos y comunidad en situación de vulnerabilidad y puede desarrollar actividades
didáctico formativas. El trabajador social lleva a cabo tareas de gestión, contribuye a la
organización y a la programación y puede ejercer actividades de coordinación y
dirección de los servicios sociales”. El artículo 2ª determinada además que “para
ejercer la profesión de trabajador social es necesario poseer el correspondiente
diploma universitario (…), haber conseguido la habilitación para ejercer mediante el
examen especial a tal fin y estar inscrito en el Colegio Profesional (…)”. Posteriormente
en 1996, se creó el Consejo nacional de los Trabajadores Sociales, artículo en consejos
regiones (20 como las regiones italianas). En 1998, el Consejo Nacional aprobó su
primer Código deontológica (revisado y actualizado en 2002 y 2009).

La formación del asistente social


En Italia, la formación en Trabajo Social ha estado tradicionalmente en manos
privadas, de inclinaciones culturales e ideológicas muy diferentes y fuera del control
estatal hasta 1987.
Las escuelas pueden dividirse en dos grandes grupos:
1. Las escuelas de inspiración católica: ONARMO (obra nacional para la asistencia
religiosa y moral de los obreros) declaradamente confesional y ENSISS (entidad
nacional de escuelas italianas de trabajo social), que si bien fueron constituidas

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

por la vanguardia católica de la época, contaba con un espíritu más laico. El


ENSISS fue promovido por el Padre De Menasce, una de las figuras más
significativas del catolicismo italiano de la posguerra que, con su enseñanza y
experiencia, ha encarnado el valor de la relación entre vida religiosa, civil y
política en el país.
2. Las escuelas de carácter laico: UNSAS (unión nacional de escuelas de
trabajadores sociales) y CEPAS (centro de educación para trabajadores sociales)
sostenida por la Fundación Olivetti. Entre sus colaboradores, se encuentra
Guido Calogero, profundamente antifascista y representante de la tradición
laica, socialista y “mazziniano” (seguidos de Mazzini), depositario de los valores
de la resistencia
El hecho de haber sido estructuras privadas desprovistas de una
reglamentación estatal sobre los planes de estudio permitió, al menos, a esta escuelas
disfrutar de una mayor autonomía y libertad para le diseño de los programas
didácticos, haciendo posible la inserción de materias nuevas, tales como Investigación
Social, Antropológica o de Psicología, y , sobre todo, la implantación de prácticas
externas efectuadas durante el periodo de estudios. Sin embargo, la tardía
incorporación en el mundo universitario perpetuo la fragilidad formativa durante todo
el periodo.
Finalmente, y una vez completada la reforma universitaria en 1999 y tras el
Decreto Ministerial del año 2000, Trabajo Social es ya una titulación universitaria
formas más. Gracias a ello, hoy se ofrece el Grado, el Máster y el Doctorado.

El Servicio Social como disciplinal


Tal como afirma María Dal Pra Ponticelli, en Italia, hoy en día estamos ante un
importante desafío para el servicio social, es decir, su reconocimiento como disciplina
científica, mediante la profundización de su base teórica y la formación de su
conocimiento.
Este desafío es particularmente importante en nuestro país, debido a que los
servicios sociales nacieron en el ámbito del voluntariado, y por lo tanto el fundamento
científico no fue considerado importante desde el principio para desarrollar una
correcta aplicación de sus técnicas. De hecho, a diferencia de otros países europeos,
en Italia, los primeros años del desarrollo de la profesión de trabajador social, fueron
impartidas una serie de técnicas sin dar formación alguna sobre las teorías en las que
se basaban. Sin embargo, este vacío de fundamentos teóricos pronto fue solventado.
En la década siguiente, también en los servicios sociales italianos, se desarrolló un
intenso debate con el fin de discutir si los servicios sociales debían ser considerados
como un arte o una ciencia.
Las transformaciones del sistema del welfare italiano desde los años setenta del
siglo XX, y el posicionamiento del trabajador social en servicios locales administrados
por el servicios mancomunado local (Ente Locale Comune) llevaran la teórica y la

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

práctica profesional a caracterizar la especificidad de los servicios sociales en Italia en


un funcionamiento tridimensional: la persona/familia, el sistema de servicios y la
comunidad, con la necesidad de renovar los conocimientos teóricos al ritmo de los
cambios de cada una de estas tres dimensiones.
Especialmente importante ha sido la aportación que María Dal Para ponticelli
ofreció al debate sobre los fundamentos teóricos del trabajo social, con la distinción
entre la teoría por la práctica-consecuencia del enfoque teórico de las ciencias
sociales, seleccionada, sin embargo, a través de los principios y valores que la
profesión ha interiorizada como propios, entre los cuáles es central el respecto por la
dignidad y el valor de la persona – y la teoría de la práctica- es decir, aquella que
procede de las teorías y generalizaciones que se pueden extraer de la experiencia
profesional y de la investigación sobre esta conducta-.
Significativa es la definición de Elisa Bianchi, que da al servicio social una
connotación de disciplina de síntesis entre elementos de conocimiento que proceden
también desde diferentes disciplinas, con un fin más operativo, que tiene por objeto al
hombre en su realicen con su entorno.
Hoy en día, las profundas transformaciones en la profesión, con el
reconocimiento legal y la constitución de un orden profesional, y especialmente la
plena inclusión de la formación en el espacio académico, requieren una mayor claridad
acerca de la posibilidad de considerar el servicio social como una disciplina científica,
con una base teórica identificable.
En este sentido, las más recientes reflexiones resaltan la importante que los
estudios teóricos permiten a los trabajadores sociales para comprender y actuar sobre
las cada vez más complejas realidades a las que se enfrentan, tanto en relación al
malestar individual, como en el ámbito de los nuevos fenómenos sociales y contextos
comunitarios. Por esta razón, se cree que los servicios sociales, frente al debate teórico
sobre el conocimiento, y debido a su finalidad operativa y su objetivo de análisis e
intervención, tenga que hacer propias ahora la conducta, ya sea de aquellas
elaboraciones teóricas que desarrollan características cognoscitivas de tipo inductivo,
o bien de la orientación del realismo crítico y del constructivos.

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR

Los años cincuenta y sesenta


Para intentar entender todas las transformaciones que el sistema asistencial
italiano atravesó desde la posguerra hasta finales de los años noventa, es preciso hacer
una breve consideración sobre la realidad política, social y económica de aquellos
difíciles años.
Frente a la gravedad de la situación tras el final de la Guerra, se percibía en la
población un “entusiasmo” general por haber recuperado la libertad y la democracia.
En efecto, con el nacimiento de una Italia republicana, sostenida por una Constitución

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

democrática, las esperanzas de cambio se extendieron entre los ciudadanos,


independientemente de sus orientaciones políticas. Así como era presenta la voluntad
de una recuperación material y económica, también esta voluntad de cambio se
expresaba en su aspecto moral y cultural. Este reconocimiento debía abarcar todos los
aspectos de la vida civil, comprendida la asistencia, y se abrió paso la esperanza de
construir una sociedad más justa, en la que también la atención al ciudadano se
encontrara en condiciones de llevar a cabo realmente la redistribución de la renta en
favor de las clases más necesitadas” (Cataldi, 1982).
Esta esperanza se formalizó en la Constitución, ya que en ella se establecieron
las bases de un sistema de seguridad social moderno y se reconocieron los derechos
del ciudadano: civiles, políticos y también sociales, entre los cuales, y en primer lugar,
se encuentra el de ala asistencia social (art. 38) (La Bella, 2003). Con la Constitución se
cumplió el difícil objetivo de conciliar el nuevo valor de solidaridad social con las
libertades civiles y políticas, tara que no fue fácil si se considera la gran diversidad de
posiciones, especialmente la tradición liberal y católica, por un lado, y la marxista por
otro. Sin embargo el acuerdo se hizo posible gracias a que en la Constitución los
derechos sociales fueron agrupados con los derechos civiles y políticos sobre la base
de un único fundamento constituido por la supremacía de igualdad no meramente
formal, por lo que atribuye un rol “activo” al Estado en su deber de garantizar dicho
principio a través de la institualización de servicios con el objeto de salvaguardar la
tutela de los derechos de los ciudadanos.
La Constitución, entre otras cosas, reconocía también el principio de la
descentralización administrativa en materia de beneficencia pública y asistencia
sanitaria y hospitalaria, entre otros. Con este fin, el artículo 117 remite a las Regiones
el papel de constituirse en entidades territoriales descentralizadas, con las funciones
de legislar y organizar los servicios que garantizar los derechos sociales,
correspondiendo a los Ayuntamientos la función de gestión. Sin embargo, este
precepto constitucional quedó en papel mojado y todo el sistema asistencial anterior
permaneció sustancialmente inalterado.
De este modo, mientras la recuperación económica obtuve importantes
resultados a lo largo de la década, especialmente entre 1955 y 1965 superando la
grave situación de destrucción y pobreza provocada por la guerra, el desarrollo social
no siguió la misma velocidad. Tampoco la edificación de un nuevo sistema de
protección social tal y como la garantía, y ordenaba, la propia constitución.
La asistencia social se garantizó, por tanto, por medio de las numerosísimas
instituciones de beneficencia a lo largo y ancho del país, de los que casi 40000 eran
públicas. Esta asistencia era dirigida a “grupos especifico sociales” (personas con
discapacidad, huérfanos, madres solteras, etc.).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Los tiempos de grandes reformas y de cambios


A finales de los sesenta, como en otros muchos países, se vivió en Italia un
periodo de gran agitación social. Fueron tiempos de luchas estudiantiles, huelgas y
manifestaciones obres que recibieron el nombre, en 1969 de otoño caliente. Esta
fuerte agitaciones social también afectó a la práctica asistencial de la época, siendo
objeto de crítica la segregación institucional (combatida por los movimientos de
“antipsquiatria” de Franco Bassaglia), la sectorización de las prestaciones y el
centralismo burocrático. Fue el inicio de todo un proceso de transformación cultural,
social y política que promovieron un conjunto de importantes reformas.
Producto de esta transformación, fueron la serie de leyes aprobadas por el
Estado en aras de reconocer más ampliamente los derechos civiles, y en particular, y
en cuanto concierne a los derechos sociales, salieron adelante un conjunto normativo
con el firme propósito de reordenar el sistema sanitario y asistencial. Muy
concretamente, se sentaron las bases de nuestro sistema de bienestar social a través
del Decreto de 1977 y la Ley 833/1978.

Los años ochenta y noventa


A lo largo de los años ochenta, este nuevo sistema institucional fue extendido y
reforzado. Ante la ausencia de una Ley Estatal Marco, las regiones italianas
procedieron a reorganizar en sus propios la asistencia social y sanitaria.
Sin embargo, el proceso de desarrollo de los sistemas regionales no fue
homogéneo, ni siquiera en el seno de una misma región, dando lugar a claras
diferencias territoriales entre zonas y territorios, configurándose lo que se ha definido
en Italia como macchia di leopardo (manchas de leopardo). La emergencia de nuevas
necesidades sociales, por ejemplo, de nuevas formas de pobreza, derivada de
múltiples factores y no sólo económicos, puso en evidencia que la capacidad de
respuesta del sistema había permanecido demasiado rígido, demasiado estandarizados
en sus intervenciones.
Por otro lado, el alto coste financiero de la expansión del sistema, junto con
una elevadísima deuda pública, determinaron el primer freno al carácter universal del
sistema con la introducción, a partir de 1986, de la fórmula del copago por parte de los
usuarios. La lógica del proceso de control de las cuentas públicas introducido con el
Tratado de Maastrich, conducirá a nuestro país a la adopción de mayores medidas de
recortes y a la introducción de lógicas empresariales en el ámbito de los servicios
sanitarios.
En cuanto se refiere a la organización de los servicios socio sanitarios, serán
introducidas leyes (en particular la Ley Nro. 142/1990 sobre el ordenamiento de las
autonomías locales) que conferirán a los Ayuntamientos una mayor autonomía,
reconociéndoles también la posibilidad de administrar los servicios sociales no sólo
directamente 8en cuanto a disponibilidad de recursos económicos), sino también en

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

concesión a terceros a través de sociedades anónimas son empresa especial (es decir,
un ente instrumental dotado de personalidad jurídica).
La necesidad de limitar los costos conduce a la llamada “empresalización”. En
otros términos, la USL de “estructura operativa de los Ayuntamientos, solos o
asociados, se convierte en Empresa sanitaria local (Azienda Sanitaria Locale – ASL) con
personalidad jurídica pública, dotada de autonomía organizativa, patrimonial,
contable, administrativa y técnica. Se introduce la figura del director general,
nombrado por la Región, como administrador único, responsable del balance.
De hecho, esto ha llevado a una mayor separación entre el sistema de los
servicios sociales, administrados por los Ayuntamientos y el sanitario que depende de
la ASL. Esta fractura, como veremos en los párrafos siguientes, podría encontrar una
posibilidad de recompensación con un instrumento, el Plan de Zona y, quizás, también
el distrito podría representar el ámbito de la posible integración sociosanitaria.

El sistema actual de los servicios sociales

Organización
La historia del desarrollo de los servicios sociales en nuestro país está marcada
por la producción normativa a nivel estatal. Ha sido una producción rica y compleja, sin
embargo, y a pesar de las propias iniciativas autónomas de las Regiones y
Corporaciones Locales, no ha conseguido la superación de la marcada disparidad entre
los diferentes sistemas locales de servicios. No sólo en lo que respeta a la cantidad y
las características de las prestaciones, sino también respecto a los criterios de
modalidad de acceso para el disfrute de las mismas. El aspecto más dramático sigue
siendo la poquísima oferta de servicios sociales en las zonas meridionales del país.
A éstas y a otras exigencias ha tratado de responder la Ley 328/2000, ley marco
para la realización de un sistema integrado de intervenciones y servicios sociales,
promulgada después de un largo y trabajoso proceso parlamentario, que atravesó más
de una legislatura, y a la que se presentaron diferentes enmiendas por parte del
gobierno, del parlamento, de la sociedad civil y de los sindicatos.
Durante muchos años, se ha venido esperando una ley que reformara
definitivamente el sistema de protección social y que cubriese al fin un vacío
normativo que duraba ya más de 100 años. Es por este motivo por el que todos los
agentes involucrados acogieron con enorme entusiasmo esta ley marco, considerada
como la iniciativa legislativa más adecuada por medio de la cual se aseguraría los
recursos humanos, económicos y materiales necesarios para poder prestar servicios al
conjunto de reforma ya iniciado en los setenta, como respuesta a una protección social
más activa del gobierno.
Este nuevo proyecto político-normativo perseguía entre sus objetivos:
1. garantizar la universalidad, pero concediendo prioridad a determinadas
situaciones de necesidad social

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

2. garantizar en los proyectos mejor planificación y operatividad, control de la


calidad y evaluación del impacto de género
3. redistribución de las competencias de programación y organización entre las
corporaciones locales, las regiones, el Tercer Sector y la sociedad civil
4. establecer una financiación plural a través del Fondo Nacional para políticas
sociales entre los actores políticos involucrados
5. reconocimiento del principio de subsidiariedad, por medio del cual, la
competencia para garantizar la satisfacción de las necesidades del ciudadano se
encuentra en manos de la unidad político-administrativa más próxima, es decir,
el municipio, subsidiado económicamente por los gobiernos regional y estatal,
pero también responsabilidad tanto del sector privado como del tejido
asociativo, dando lugar a una subsidiariedad en sentido vertical, en cuanto a los
poderes institucionales, pero en sentido horizontal en cuanto a los actores que
intervienen en la sociedad civil

Podemos afirmar que, después de dicha reforma, el nuevo modelo de Bienestar


Social italiano se debía basar sobre la construcción de un sistema articulado en forma
de red e integrado entre las políticas sociales, sanitarias, educativas, laborales y de
vivienda.
Estas expectativas se demostraron rápidamente destinadas a revelarse
desproporcionadas. Con la reforma del Título V de la Constitución, llevada a cabo por
la Ley Constitucional de 2001, la distribución de competencias legislativas ha sido
invertida. Mientras que en materia sanitaria, la legislación procede bien de la
administración central bien de las regiones en materia de servicios sociales esto no ha
acontecido. Por esta razón, cada región puede libremente legislar para construir a su
propio estilo su sistema de servicios sociales.
Con el transcurso de los años, el sistema sanitario se ha reforzado, a pesar de
las iniciativas empresariales introducidas con el objeto de contener el gasto público.
No así, el sistema público de servicios sociales, quedando pendientes toda una serie de
normativa importante relacionada, por ejemplo, con la definición de los perfiles
profesionales o la definición de los niveles mínimos de asistencia que deben garantizar
en todo el territorio nacional. Toda esta reglamentación no ha visto la luz a pesar de
los dieciséis años transcurridos.
Otro instrumento previsto para el funcionamiento del sistema de servicios
sociales recogido en la Ley era el Plan Nacional en materia de servicios sociales,
aprobado por primera vez, para el trienio 2001/2003. Con la reforma constitucional
posterior, y como se ha indicado, son sólo las regiones las que diseñan e implantan sus
propias iniciativas dejando al Plan en el olvido y con él su función de guía vinculante
para las regiones en aras de garantizar ciertas homogenización. No obstante, lo que si
permite la reforma constitucional al Estado es su función central para definir en todo el

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

territorio nacional los perfiles profesionales requeridos y el establecimiento de los


niveles mínimos de atención.
Una de las razones que pueden explicar esta interrupción responde, tal vez, a
que la ley nació de la mano de un gobierno de centro-izquierda. Con la alternativa
política, la nueva mayoría no consideró la ley del año 2000 como un referente
primordial, como se deduce del reciente Libro Blanco sobre Bienestar del actual
Ministro de Trabajo y de Política Social.
Por consiguiente, durante la pasada década del año 2000, se produjo una
especie de “punto muerto” en iniciativas de políticas sociales a nivel de Estado, pero
no impidió que las regiones, que cuentan con una historia más delatada en proyectos
sociales, prosiguieron su camino.
Hoy día, de las 20 regiones italianas, sólo el 75% integraron en sus sistemas los
buenos propósitos de la ley 328/2000, siendo estas regiones las siguientes: Basilicata,
Campania, Calabria, Emilia Romaña, Friuli Venecia Julia, Liguria, Lombardia, Marche,
Piemonte, Puglia, Sardegna, Toscana, Trentino Alto-Adige, Lazio.
El proceso federalista, que comenzó con la Ley Constitucional en el año 2001,
ha encontrado hoy un nuevo impulso con la ley en materia de federalismo fiscal del
2009. Esta ley abre una nueva perspectiva en las relaciones entre los diferentes niveles
institucionales, justamente a partir de un aspecto estratégico como es el de la
financiación de las funciones públicas fundamentales y de los niveles esenciales de
asistencia. El Estado, en consecuencia, debe intervenir sólo en la definición de los
niveles esenciales de las prestaciones. El Libro Blanco del actual Ministro del Trabajo y
de Política Social, presentado en mayo de 2009, con el título “La vida buena en la
sociedad activa”, anuncia una renovación del Welfare State italiano, subrayando como
palabra clave el bienestar, pero poniendo en el centro a la persona, la familia y la
comunidad, enfatizando la libertad de elección personal y las responsabilidad
individuales.
En el libro Blanco, en pocas palabras, se enfatizan los valores de la persona, la
familia y la comunidad sobre dar comienzo a la obra de reconstrucción del sistema de
Bienestar Social.

Financiación
En 1998, se creó el Fondo Nacional, en el que confluyeron todas las
financiaciones provenientes de las diferentes leyes nacionales sectoriales (infancia y
adolescencia, drogodependencias, inmigración, etc.). La reforma sobre los servicios
sociales permitió un aumento de los recursos, por lo que las asignaciones transferidas
a las regiones se vieron igualmente incrementadas en los años siguientes, con un
promedio de 500 millones de euros anuales. Se trataba de recursos económicos
adicionales previstos por la Ley 328. Desde el comienzo, los técnicos consideraron que
se trataba de un incremento significativo respecto al pasado, pero muy inferior respeto
a lo necesario para el cambio estructural deseado.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Con la crisis económica y financiera, el Fondo comenzó a sufrir una reducción


muy significativa a partir de 2008. El Fondo Social Nacional para las políticas sociales
pasó de 519 millones de euros en 2009 a 216 millones de euros en 2014. El fondo para
la infancia y la adolescencia reservado para las 15 ciudades que hicieron petición de
ello, en 2007 fue de 44 millones de euros y pasó a ser de 28 millones de euros en 2015.
Después de años de estancamiento, en diciembre de 2016 se puso en marcha el 4º
plan de la Infancia y Adolescencia por el Observatorio nacional para la Infancia y
Adolescencia, sin proporcionar recursos financieros adicionales.
Los menores por los que se hacen cargo los servicios sociales son 457,4 es decir,
47,7 por cada 1000 menores residentes. En el norte hay contabilizados más del doble
de menores atendidos que en el sur (63,1 por 1000 menores de edad en el Norte, 44,5
en el centro y 30,5 en el Sur).
Analizando la encuesta ISTAT sobre “el gasto social de los ayuntamientos a nivel
individual y en grupo mancomunado”, agregados por áreas geográficas, se puede
observar cómo el valor promedio de gasto per cápita se sitúa entre las tasas más
elevadas en el Noroeste (alrededor de 160 euros) y las mínimas en el Sur (51,3 euros)
con una media en Italia de unos 117 euros.
Desglosado por regiones, sin embargo, los valores promedio de gasto per cápita
ofrecen claramente una distancia entre el norte (con cotas de más de 277 euros en el
Valle de Aosta y 259,30 euros en Trentino) en el centro de Italia (con 171 euros,
aproximadamente, en Lazio) y del sur, con un mínimo de gasto en Calabria
correspondiente a sólo 24,60 euros por residente y un máximo de 66,40 euros en
Basilicata.
En general, se detecta la escasez de los gastos totales del Welfare local (menos
de 7 mil millones de euros), lo que corresponde aproximadamente al 0,5% del PIB
nacional 8en el años 2012, según las previsiones del ISTAT) frente al gasto en sanidad,
situado alrededor de un 7% (año 2014), y un gasto en seguridad social que oscila entre
el 19,5% (año 2012) y el 15,8% del Producto Interior Bruto, según la OCDE (año 2014).
Esta brecha entre regiones y la escasez de inversiones financieras dan como respuesta
un aumento significativo de los problemas sociales y la condición de pobreza absoluta
y relativa de las familias y las personas.
Según los datos ISTAT del 14 de julio 2016 se estima que los hogares en
situación de pobreza absoluta (que no superen el umbral de 630 euros de ingresos por
persona) alcanzarán 1582000 (es decir 4598000 personas, la cifra más elevada desde
2005). La incidencia de pobreza absoluta aumentará entre las familias de 4 miembros
(de 6,7& en 2014 a 9,5% en 2015) especialmente entre las parejas con dos hijos y entre
las familias compuestas únicamente por miembros extranjeros.
A nivel territorial, el sur de Italia es el que registró los más altos niveles de
pobreza absoluta (el 9,1% de los hogares, lo que corresponde al 10% de las personas) y
el centro el que registró los valores más bajos (el 4,2% de los hogares, que se traduciría
en el 5,6% de las personas).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Frente a este escenario, compuesto por personas, especialmente mujeres,


niños, jóvenes y ancianos, discapacitados y sus respectivas familias, en situación
económica y psicofísica de vulnerabilidad severa, tiene especial relevancia el siguiente
test del SIA (Sostegno por l´inclusione attiva-GU n.166 de 18 de julio de 2016) a la
espera de la aprobación de la Renta Mínima de Inserción. Pese a ser una medida
limitada, se propone como LIVEAS/LEP nacional (Livelli essenziali di assistenza/Livelli
essenziali di prestazione). Para su implementación, los Ministros de Empleo y
Economía aprobaron el 26 de mayo de 2016 un decreto conjunto cuya finalidad era
apoyar la inclusión con 750 millones de euros, con el fin de redistribuir los recursos,
equilibrando (al menos parcialmente) las oportunidades de los beneficiarios
potenciales.
A consecuencia de años de graves cambios de Welfare, la cantidad de estos
fondos parece compensar solo parcialmente los recortes (y los daños) causados a las
políticas sociales en nuestro país, es decir, a la organización de los servicios y por
consiguiente, a las personas y familias beneficiarias de las intervenciones y
prestaciones de dichos servicios.
Parece evidente que el SIA (Sostegno por l´inclusione sociale) constituye una
innovación significativa que podría cambiar el aspecto de nuestro frágil Estado de
Bienestar.
Entre las leyes, particularmente, importantes, nos encontramos con al esperada
ley de uniones civiles n.75, aprobada el 20 de mayo de 2016.

La práctica profesional

Número y ámbito de la operatividad


Como se deduce de la lectura de los apartados anteriores, el conjunto de las
organizaciones institucionales promotores del bienestar social en Italia han
experimentado en los últimos diez años una amplia transformación encaminada hacia
un modelo mixto, en el que ocupan un espacio muy importante las organizaciones del
tercer sector y la iniciativa empresarial, especialmente a través de la externalización de
los servicios.
Casi todas las regiones que han legislado inspirándose en los principios y
modelos organizativos contemplados en la Ley 328 del año 2000, han previsto la
introducción del trabajador social como profesional de referencia en cada distrito
socio-sanitario y en cada ayuntamiento, contemplando una ratio de un mínimo de 1
trabajador social por cada 5000 habitantes. Esto ha constituido una importante política
de reclutamiento que se pone en evidencia al constatar que más del 80% trabajan para
alguna de las administraciones públicas.
En Italia, para ejercer la profesión en cualquiera de las instituciones, públicas y
privadas, es obligatorio estar en posesión del Título propio, superar un examen

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

nacional de habilitación y estar registrado en los Colegios Profesionales. En el año


2016, los trabajadores sociales registrados ascendían aproximadamente a 42322.
De acuerdo con la base de datos del Consejo Nacional de Trabajadores Sociales en el
años 2015, el 17% de los trabajadores sociales trabajan en el ámbito de la salud; 30%
en entidades locales; 5% en los ministerios, 13,9% en cooperativa social; 0,9% en
empresas locales, 5,1% en asociaciones – IPAB (instituti di assistenza e beneficenza
pubbica) – y Fundaciones; 1% ejercían su actividad como libre profesión, 10% en otras
áreas y el 14% restante se encuentra en situación de desempleo.
Como es lógico, la pluralidad de los ámbitos de intervención modifican las
tipologías de usuario en función de la edad, género y problemáticas, pero también
influyen en los roles y funciones desempeñados. Por ejemplos, en los Ayuntamientos,
es destacable la labor ingente de gestión del importante número de solicitudes que
llegan a sus puertas, mientras que en los especializaos las funciones consisten en dirigir
las iniciativas en aras de la prevención y de la reinserción de los sujetos.
Esta presencia fragmentada de los trabajadores sociales en distintos sectores
de población y en diferentes ámbitos de actuación constituye un importante indicador
de la presencia necesaria de los trabajadores sociales en las organizaciones y entidades
públicas y privadas. Pero puede, a su vez, correr un riesgo importante a la hora de unir
experiencias profesionales, que son diferentes no sólo en base a criterios territoriales,
sino también porque se ven afectadas por la variedad de colocación funcional y
contractual.

Empelo y fórmula contractual


Como se ha señalado, la profesión del trabajador social se desarrolló en
múltiples organizaciones públicas y privadas de naturaleza muy diversas.
Con datos de la investigación PRIN del año 2010, el 72% ejercen como trabajadores
sociales. Dato significativo es también que las tasas de desempleo entre los
profesionales son mayores en el Centro-Sur de la península y en la isla que en las
regiones del Norte. Esta diferencia es apreciable igualmente dada la riqueza
económica de cada territorio, sus posibilidades de inversión social y su nivel de
desarrollo en materia de servicios.
En cualquier caso, la crisis actual ha mermado la capacidad de las
administraciones a la hora de reclutar un mayor número de profesionales, por lo que
estos se ven más abocados a buscar empleos en el Tercer Sector y en las empresas
privadas. Y he aquí donde se aprecian notables diferencias contractuales al disponer
estos profesionales, en estos medios privados, de peores condiciones laborales y
salariales. La temporalidad es alta y esto afecta no ´solo a la calidad de las condiciones
laborales de los trabajadores sociales, sino también a la calidad de los servicios que
prestan. Una de las críticas mayores que se realizan es la poca relación existente entre
el nivel o grado de responsabilidad que se desempeña y la complejidad de las

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

funciones a desempeñar con las mencionadas condiciones salariales y laborales que se


perciben.

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI

El rol del trabajo social


A los trabajadores sociales se les identifican generalmente como profesionales
en el seno de entes públicos, formando parte de la estructura operativa del Welfare
State, con una identidad y un perfil cada vez más homogéneo, pero con características
polivalentes, conocedores de su propio procedimiento metodológico para la
intervención social profesional.
Aunque no son los únicos profesionales que obran en lo social, desde los años
cincuenta están siempre presentes en todos los servicios sociales y en los servicios
socio-sanitarios. En sus manos reside la función no sólo de recoger las necesidades que
los usuarios les presentan, sino también las funciones de interpretar y analizar
individualmente los casos, promocionado la participación activa de los mismos y
diseñar las estrategias necesarias y la selección oportuna de recursos.
Sus funciones articuladas pueden ser enumeradas del modo siguiente:
1. funciones de estudio, investigación, indagación y documentación
2. funciones de consulta, apoyo e intervención psicosocial
3. funciones de programación, elaboración de proyectos, organización,
administración, coordinación y gestión de los servicios sociales y socio-
sanitarios
4. funciones de carácter jurídico-administrativo
5. funciones de activación y gestión del sistema informativo en ámbito social
6. funciones de didáctica y de supervisión profesional
7. funciones de promoción de la participación

Estas funciones han sufrido hoy un fuerte retroceso, ya sea causa de la crisis
económica y del bloqueo presupuestario para acceder a la administración pública, ya
por el modelo propuesto por el nuevo sistema de Welfare mixto y su consiguiente
crecimiento del sector privado y social. Hoy, la causa principal de este mencionado
retroceso reside en el ámbito de la función pública, en el que los profesionales del
Trabajo Social ocupaban entonces un puesto central en el conjunto del sistema de
servicios sociales públicos.
No obstante, podemos afirmar aún que debido a la pluralidad de ámbitos de
intervención y a la diversidad de los grupos sociales de los usuarios, todavía los
trabajadores sociales desempeñan un papel destacado en funciones importantes como
son el primer contacto con los usuarios, el estudio de sus necesidades y el seguimiento
de los casos.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Para el Trabajo Social en Italia, con toda seguridad la Ley 328/2000 ha


representado una etapa fundamental. La promoción de las personas y de la familia, la
valoración de los recursos, la metodología de las intervenciones profesionales, el
derecho de acceso a los servicios…, son todos, aspectos que afirman que la Ley se
encuentra en plena relación con el patrimonio de valores, principios y modos de
actuación del Trabajo Social (Dente, 2001).
No es casual que la norma nacional identifique al perfil profesional como el
adeudado para garantizar, dentro del sistema integrado de prestaciones e
intervenciones sociales, el acceso a los servicios para todos los ciudadanos. La razón
principal se encuentra en la historia del Trabajo Social en Italia, en sus competencias
profesionales en su formación, en su baraje de principios y valores, en su capacidad
por escuchar, entender y comunicar con el usuario, en sus análisis de casos
individualizados y en su capacidad de respuesta, entre otros factores.

El contexto sociopolítico, su evolución y realidad actual


El actual contexto social italiano se caracteriza por la presencia de fenómenos
de importante valor político como son la globalización, los exponenciales flujos de
inmigración y una continua crisis económica que está disparando el crecimiento de la
pobreza.
Estas son las condiciones y las situaciones con las cuales el Trabajo Social
profesional es llamado a enfrentarse cotidianamente. Como profesión tiene la
obligación de señalarlos, en las instituciones o no, con el fin de buscar y de sugerir
pistas e itinerarios para la posible valoración de los elementos positivos que emergen
de dichos fenómenos.
El énfasis puesto por los responsables gubernamentales sobre la libertad de
elección personal y el papel de las responsabilidades individuales representan, a
nuestro entender, una contradicción con la realidad presente de la sociedad italiana
plagada de necesidades.
Hay que considera, además, la existencia de un elemento territorial
discriminatorio: las diferencias entre el norte y el sur del país. Diferencias que se
aprecian notablemente tanto en términos de riquezas como en términos de servicios.
Esta situación no puede ser superada, con el federalismo fiscal propuesto, que puede
poner en cuestionamiento la garantiza requerida para propiciar la equidad y la
igualdad de todos los ciudadanos.
Los cambios de las últimas décadas, al mismo tiempo que avanza en la
dirección de un modelo más democrático y pluralista, presenta también muchos
fracturas y fracasos a través del proceso iniciado de desresponsabilidad por parte del
estado como garantía del cumplimiento de los derechos sociales. Una actitud que
contrasta frente a la insatisfacción que hoy padecen las familias italianas, las cuales se
ven afectadas directamente por la crisis, las tensiones y los conflictos. Todo esto se
manifiesta en la fragilidad de las relaciones familiares, en la fragilidad de las relaciones

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

intergeneracionales y de género, dando lugar a episodios de agresividad y violencia.


Los servicios para dar una respuesta eficaz al malestar existente.
Las medidas adoptadas hasta el momento parecen haber producido, más que
una salida a la crisis, un bloqueo en el bienestar de la crisis, donde el bienestar social
hoy posee fuerte connotaciones ligadas más a la seguridad y al control social que
antes. Muy en particular, la inmigración es afrontada hoy, no como un fenómeno
social complejo, sino como una lucha principalmente contra la criminalidad.

Políticas sociales deseables y función del servicio social


Definir como hoy se subraya las políticas sociales como políticas de “bienestar”,
“plural” y “de las responsabilidades” quiere decir evidenciar el valor de los ciudadanos,
de los sujetos privados, del tercer sector, de las partes sociales, y de la promoción de la
solidaridad social. Valorizar la participación de los ciudadanos significa reducir el
sentido de alineación y de pasividad, permitiendo buscar soluciones compartidas y de
mayor responsabilidad común.
La programación local de las políticas sociales constituye, para muchos, una de
las ocasiones potencialmente más fértiles en la cual el crecimiento de los grupos de
trabajo puede ser expresión de las autonomías sociales de la comunidad y de
ensanchamiento de los espacios de democracia.
Esta orientación ha sido incentivada y auspiciada a nivel europeo. La Comisión
Europea desea que la “reforma de las modalidades de gobierno” active a los Estados
miembros en la potencialidad de los niveles regionales y locales. Este es el desafío para
un acercamiento real entre instituciones y sociedad civil. Los conceptos clave afirmado
son governance y participación, según la definición que nos ofrece el Libro blanco
sobre el sistema de gobierno europeo (Comisión de las Comunidades Europeos, 2006);
entendiendo por governance aquel conjunto de normas, principios, procedimientos y
comportamientos que invierten en el ejercicio cualificado del poder en materia de
responsabilidad, legibilidad, transparencia, coherencia, eficiencia y eficacia. En suma,
potenciación de las realidades más próximas al ciudadano.
Sostener acciones que promuevan la justicia social, en una fase histórica en la
cual el desarrollo se acompaña de evidentes y persistentes factores de desigualdad
entre las personas respecto a los derechos primarios, es un compromiso ineludible.
Promover la convivencia civil, con formas concretas de ayuda y de servicios,
representa la riqueza de los valores de la libertad y la solidaridad que han
representado la conquista de la época actual y que tendrían que guiar el desarrollo
futuro.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CONCLUSIONES
Es necesario preguntarle cómo la profesión de trabajador social puede ocupar su lugar
dentro de este escenario, cuya crisis económica es sólo una de las manifestaciones. La
pregunta se refiere al nuevo papel que la profesión está llamada a desempeñar. Esta
circunstancia es nueva, ya que nuevos son los fenómenos, su magnitud y su capacidad
de penetración y porque nos enfrentamos a una realidad que no puede ser tratada con
los paradigmas y herramientas profesionales de antaño.
En este sentido, es necesario innovar, en primer lugar, la forma en que observamos la
realidad. Frente a este extremo hay que recuperar el rol que cada una de las personas
por las que trabajamos es capaz de jugar para hacer frente a una situación difícil,
volviendo a confirmar el compromiso del trabajador social de no abandonar el papel de
gran aliado de la persona.
El trabajador social no puede ser concebido como un distribuidor de prestaciones
estándar dentro de los límites del welfare tradicional, ahora en claro peligro al
configurarse como simple ejecutivo de políticas cada vez más evanescentes, sino que
debe ejercer un papel reivindicativo e innovador que tenga como objetivo la
afirmación y la ampliación de los derechos de la ciudadanía y de políticas de inclusión
social.
En esta perspectiva, el Welfare comunitario representa un camino; una elección
cultural, antes que una necesidad ligada a la reducción de gastos del sistema de
seguridad pública. La comunitaria no es una revolución, sin embargo tiene que hacer
que los trabajadores sociales se comprometan profundamente: entrenarse para
redescubrir la capacidad de ver más allá, la capacidad de mantener juntos a personas y
recurso, de configurar escenarios, para conocer realidades y trazar una posible
solución para ellas.
Es necesario buscar soluciones en conjunto con aquellos que sufren esta situación, e
incluso junto con aquellos que nos imaginemos que disponen de pocos recursos útiles
para resolverlo, ampliando mirar y territorio. Las ciudades están pobladas por muchas
historias de sufrimiento, sobrecarga de peticiones y necesidades, especialmente
después de los recortes sociales de los últimos años, pero todavía siguen pobladas por
una gran cantidad de energía y pasión. Los trabajadores sociales, al igual que otros
profesionales sociales, pueden ayudar a crear caminos locales de Welfare.

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. En qué consiste el federalismo fiscal
2. Quien fue Mazzini
3. Cuáles son las funciones de un trabajador social italiano. Considera usted que
son las mismas funciones que las realizadas por un trabajador social en nuestro
país
4. Por qué es importante la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión
Europea de Niza del año 2000

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

5. Es la formación de Trabajo Social de naturaleza exclusivamente publica


6. Por qué no se produjo un desarrollo progresivo de los preceptos
constitucionales tras su promulgación
7. Que efectos ha tenido en el sistema italiano la consolidación de un sistema
mixto de bienestar
8. Cree usted que el Estado español de las Autonomías reproduce también lo que
sucede en las regiones italianas en materia de servicios sociales y que ellos
denominan macchia di leopardo
9. Describa el modelo territorial de Italia
10. Que distingue la perspectiva ecológica-sistémica de la cognitivo-humanística

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Qué implicaciones tuvo la Ley Crispi de 1890
2. Por qué la profesión recibió un fuerte impulso para su reconocimiento social
con la aprobación de la Constitución de 1948
3. Cuándo se empieza a hablar de Trabajo Social propiamente dicho en Italia
4. En qué consistió la creación de las regiones en 1970
5. Cuando fue reconocido jurídicamente el Título de Trabajo Social
6. Por qué es importante para el trabajo social italiano la Ley 328/2000
7. Cuándo fue introducido el copago en Italia
8. Cómo definiría el principio de subsidiariedad
9. Por qué es necesario el Fondo Social Nacional en materia de servicios públicos
10. Es el trabajador social italiano el profesional de referencia en las distritos
socio-sanitarios

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 6- AUSTRIA

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
El trabajo social en Austria tiene una larga y respectado historia, así como un
buen número de pioneros y representantes bien conocidos. El nivel educativo de los
trabajadores sociales es de primer nivel, pero sólo recientemente de nivel
universitario.
Desde hace más de 20 años la Asociación de Trabajadores Sociales en Austria
lucha por una Ley profesional. Los obstáculos son principalmente normas
constituciones, lo que significa que todas las cuestiones sociales son asuntos tratados
en los gobiernos regionales y provinciales. La Asociación Austriaca de Trabajadores
Sociales (Ödsterreichsischer Berufsverband der Sozialen Arbeit) quiere una Ley federal
con las mismas normas y estándares para todo el país.
Los servicios sociales tienen una larga tradición en la sociedad vil de Austria y
están organizados y financiados principalmente por el sistema de la seguridad social y
los presupuestos generales del Estado. Paralelamente, existe una importante red de
servicios sociales financiados por instituciones religiosas y un creciente número de
entidades sociales de la sociedad vil y empresas sociales, las cuales han dado lugar a un
extenso sector no gubernamental, financiado principalmente con dinero público.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y PROFESIÓN

En la misma línea del desarrollo de la profesión en los Estados Unidos de la


mano de Mary Richmond (1861-1928) y en Alemania con Alice Salomon (1872-1948),
Ilse Arit (1876-1960) fundó la primera escuela de Trabajo Social en 1912 en Viena.
Todas estas pionas vieron en común la necesidad indispensable de establecer una
educación formal para la profesión. Su combate no fue sólo la búsqueda de
instrumentos para combatir la pobreza, sino también la necesidad de determinar
métodos profesionales para la intervención y que fueran transmitidos por medio de la
formación.
En 1913 fue fundada la primera institución estatal para huérfanos y niños de
familias pobres. Desde instituciones se facilitaba alimentación, atención médica y
educativa con regularidad, prestaciones, económicas para menores en situaciones de
riesgo y un sistema de acogida para casos de adopción. Esta institución fue fundada en
Ottakring, un suburbio de Viena, donde la mayoría de los trabajadores eran pobres y
emigrantes. En gran medida, esta institución fue el comienzo de una red social
organizada para familia e infancia para la administración local del municipio. La
Primera Guerra Mundial (1914-1918) trajo de su mano el hambre, enfermedades,
como la tuberculosis o el raquitismo, desempleo, recesión económica y, en suma,
desastrosas situaciones sociales. En plena guerra, en 1916, la Organización de Mujeres
Católicas fundó la Escuela Católica para Mujeres en la que ofrecían Cursos de

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

asistencia social, dando lugar posteriormente en 1917, a la Asociación de Escuelas


Católicas para la Caridad y la Atención Social.
En noviembre de 1918, finalizada la Primera Guerra Mundial, la monarquía en
Austria fue derrocada y reemplazada por la Republica. Pero el cambio más importante
en las condiciones sociales en Austria fue la decadencia del país. Hungría, la Republica
Checa-Eslovaca y Yugoslavia se convirtieron en Estados independientes, por lo que
Austria perdió casi el 80% de su población. Los fundamentos políticos y económicos de
la nueva Republica tuvieron que ser revisados, y reorganizados. La economía se
enfrentó a una inflación extrema y a la obligación de elevadas indemnizaciones por los
daños de enfrentamientos bélicos.
En 1919, los asistentes sociales de Viena fundaron la primera Asociación de
profesionales, bajo el nombre Reichswerband der Fuersorgerinen Oesterreichs. Un año
después, en 1920, los trabajadores sociales del Departamento de Familia y de Juventud
de la Ciudad de Viena fundaron su propia Asociación: Fachverein der
Haupifuersorgerinnen des Staedtischen Jugendamtes Wien. Estas asociaciones tenían
solamente miembros femeninos puesto que la profesión Fuersorgerin (cuidadoras) fue
diseñada solamente para mujeres y únicamente las mujeres recibían formación en este
campo. La materia principal de la formación era todo lo relacionado con la salud y la
higiene, como por ejemplo, la mejora de las condiciones de vivienda, combatir las
causas de las enfermedades más extendidas y el abuso de alcohol.
La ciudad de Viena, gobernada entonces por los socialistas, fue pionera en una
serie de medidas sociales para la población empobrecida.
Se empeñó el número de muertes infantiles mediante la instauración de
controles médicos regulares para los recién nacidos y sus madres y se institucionalizó
puestos de control y asistencia para las familais como “Muetterberatung”. Los
trabajadores sociales formaban a las madres sobre la alimentación de los bebés y les
abastecían con ropa y alimento, dando lugar a la popular Waeschepaket (cesta-regalo),
cuyo que viva y es muy apreciada por los ciudadanos. Este frágil contexto socio-
económico obligó a los trabajadores sociales a entrar en las familias y, en numerosas
casos, tuvieron que buscar padres de acogida para menores en situación de peligro y
abandono. Las casas refugios fueron creadas poco tiempo después. En Viena, estos
servicios eran organizados y financiado por la administración, pero en el resto del país
estos servicios fueron provistos por organizaciones de la iglesia católica y luterana.
La formación educativa en Trabajo Social fue mejorando constantemente a lo
largo de la década de los veinte e Ilse Arlt contribuyó a ello enormemente. Se fueron
agregando nuevos módulos específicos hasta completar una formación de dos años. A
este respecto, es preciso recordar que el desarrollo de la psicología y del psicoanálisis,
y el fuerte compromiso social de sus más destacados representantes, ejercieron una
influencia decisiva en la educación y la metodología. Desgraciadamente, todos ellos
tuvieron que emigrar a partir de 1934 en adelante.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

A partir de esta fecha, el gobierno conservador de entonces sólo permitió que


estas entidades, tanto las consagradas a los cuidados como a la formación, fueran
dirigidas por la iglesia católica, mayoritaria en el país. Pero lo peor aún quedaba por
llegar. En 1938, con la llegada de los nazis al poder, no sólo las escuelas fueron
cerradas, sino que todo el Trabajo Social desapareció y fue reemplazado por
programas raciales.
No existen documentos ni ha quedado ningún registro de lo que sucedió
durante los años de régimen nazi y la II Guerra Mundial, ya que todo fue destruido tras
1945 con el fin de ocultar implicaciones y responsabilidades. Por tanto, se desconoce
cuántos trabajadores sociales se suamron a las filas del régimen.
Trabajo Social tuvo que empezar de cero. Solo unos pocos profesionales que
fueron expulsados en 1938 regresaron al ejercicio profesional. También les fue
prohibido el regreso a la actividad a otros muchos por quedar confirmada su
vinculación con el régimen. Ilse Arlt volvió a abrir las puertas de su Escuela en Viena,
pero en 1950 tuvo que cerrarlas por razones económicas. Sin embargo, el final de la
Guerra obligó a reclutar a nuevo personal con el fin de atender las necesidades básicas
de la gente y de las masas de refugiados que llegaron a Austria. Las Asociaciones de los
profesionales fueron pues refundadas a partir de entonces en todo el país. La mayoría
de los trabajadores sociales fueron empelados en puestos de la administración local y
regional, dando comienzo a un incipiente sistema público para la asistencia social.
Ninguna mujer estuvo al frente de puestos de responsabilidad y ningún debate se
produjo acerca de la metodología y de la teoría de la profesión. Las trabajadoras
sociales fueron consideradas como las ayudantes de los guardianes del nuevo Estado.
A medida que avanza la década, empero, se inició la introducción de una serie
de cambios positivos que irán marcando una nueva proyección. Teoría y método en
Trabajo social con casos y con grupos fueron aplicándose en las intervenciones
profesionales y, lentamente, se fue incorporando como materias para la formación
educativa. La mayoría de las Escuelas que surgieron eran privadas e impartían un curso
de formación de dos años de duración. Tanto las asociaciones como las escuelas de
Trabajo Social, conjuntamente trataron influir en las administraciones locales para
trabajar según estos criterios teóricos y metodológicos.
Los años sesenta, y en particular tras la revolución del 68, aunque en Austria
tuve menor eco, dieron comienzo a una nueva era política que, en paralelo, influyó
decisivamente en el nuevo y moderno concepto del Trabajo Social.
La formación ha avanzado mucho positivamente, pero la batalla por el
reconocimiento oficial de la profesión y de la disciplina aún no ha concluido. Durante
décadas, la OBDS ha venido reivindicando la necesidad de mejorar la formación del
grado superior, pero apenas tenemos capacidad para influir en la organización y en la
planificación de los cursos. La discrepancia entre nuestros intereses, los de los
trabajadores sociales, y los del resto del personal científico y académico es grande,
tanto en materia de formación como de investigación. Por otro lado, y

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

simultáneamente aún no ha concluido la batalla en otro frente: el reconocimiento de


la identidad profesional que determine que Trabajo Social es una profesión
independiente con sus propias singularidades y diferencias frente a otras, como la
Psicología o la Pedagogía. Afortunadamente, puede decirse que hay signos positivos en
el horizonte, que el avance en esta dirección, aunque lento, se está produciendo, pero,
como mencionaba anteriormente, la batalla no ha finalizado aún.
A continuación se exponen algunos de los acontecimientos más relevantes
sobre la evolución del Trabajo Social en Austria como profesión y como disciplina:
 1912 Primer curso de formación en asistencia social impartido en la Escuela
Arlt. Vereinigte Fachkurse für Volkspflege
 1915, primeros cursos para cuidadores en Graz, Fuersorgekurse der deutschen
Frauen
 1916, creación de la Escuela para la formaicon de mujeres caritativas en Viena.
Más tarde conocida como la Escuela de Cáritas, Wien und Niederösterreich
 1917, creación de la Academia para la Administración Social en Viena,
Akademie für Sozieale Verwaltung der Stadt Wien
 1918, creación de la Escuela Social Protestante para Mujeres, Evangelische
Soziale frauenschule. Conocida más tarde como Escuela Evangélica, Fachschule
für Frawen im kirchlichen Dienst
 1946, creación de la Escuela femenina para asuntos sociales en Insbruck,
Soziale Frauenschule der Diözese Innsubruck
 1950, Ilse Arlt tiene que cerrar su escuela por razones financieras, Schlieβung
der “Arlt-Schule”
 1976. Cambio de la educación de las escuelas a academias para el trabajo
social. Umwandlung in Akademien für Sozialabeit
 1984, creación de la Academia de Trabajo Social para Empleados (Cursos de la
tarde), Academia para el Trabajo Social (Arbeiterkammer Salzburg)
 2000, primeros cursos univesitarios en Trabajo Social en Klagefurt,
Universitaetlehrgang Sozialaberit an der UNI Klagenfuri
 2001, se funda el primer Departamento de Trabajo Social y la formación se
extiende a 8 semestre, dando lugar a la primera titulación académica,
Fachhochschulstudiengaenge für Sozialarbeit, en Graz, Linz, Salzburgo y St.
Pölten
 2006. Primer Grado en Trabajo Social (6 semestres) y Máster (4 semestres),
pero los estudiantes finalizan con el título en Ciencias Sociales Aplicadas. La
denominación en Trabajo Social desaparece
 2007. Primer Máster propio en Trabajo Social

La reforma de Bolonia se considera una mejora, pero también posee elementos


no tan positivos. La Asociación Austriaca de trabajadores Sociales ha exigido durante
muchos años la mejora real d la educación en la disciplina y finalmente logró uno de

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

sus éxitos al establecerse la duración de la formación académica en 8 semestres. Pero


con la reforma de Bolonia, la formación fue reducida a 6 semestres y los profesionales
y los estudiantes hoy se quejan de la falta de mayor formación. Desde la fundación de
la Universidad de Ciencias Aplicadas y el Departamento de Trabajo Social, la educación
de los trabajadores sociales está organizada por la Ley Fachochschul, una ley que no
permite influir al colectivo de los profesionales a la hora de la planificación formativa.
Por otro lado, la investigación en Trabajo Social ha comenzado a dar sus
primeros pasos, pero no pasee el mismo nivel de desarrollo en Alemania. No obstante,
la asociación austríaca, por su parte, trata de transferir experiencias de conocimiento y
de prácticas a colegas de otros países, que participan en proyectos financiados por la
Unión Europea, como son los casos de Bulgaria, Rumania, Croacia y Azerbaiyán.
La Asociación de Trabajadores Sociales de Austria, finalmente, ha tenido que
reorientar sus actividades y estrategias y ahora se centra en la consecuencia de una ley
profesional para todo el colectivo profesional, una ley de calidad para la práctica del
Trabajo Social y en la observancia de la correcta de las políticas sociales en el país.

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR


Austria posee una larga tradición en materia de servicios sociales, pero no será
hasta finales del siglo XIX cuando comienzan a aparecer los primeros servicios públicos
junto con los dispensados por las organizaciones caritativas. Por tanto, la acción social
ha sido durante mucho tiempo de tipo privado, hasta que los procesos de la
industrialización y de la urbanización obligaron a la implementación de las primeras
iniciativas públicas.
La seguridad social, como en otros países occidentales, fue implantada de
modo gradual, y segmentada en colectivos sociales. Por tanto, fue un proceso
paulatino hasta la creación finalmente de un sistema en el que cohabitan lo público y
lo privado.
El sistema público de bienestar social está descentralizado y, por consiguiente,
es competencia de cada uno de los nueve Estados que componen el modelo federal, la
administración y gestión de sus respectivos recursos sociales e iniciativas. También en
el ámbito legislativo se aprecian estas sobresalientes diferencias entre territorios,
diferencias asimismo acusadas por las diferentes disponibilidades de presupuestos en
cada Estado. Esta descentralización político-administrativa impide que la protección
social de los ciudadanos sea la misma para todos y que dependa, por tanto, de su lugar
de residencia. Estas diferencias se producen en todos los ámbitos o áreas de actuación,
así como en el conjunto de servicios y prestaciones.
El sistema público de bienestar ha experimentado una gran reforma,
“Mindestscherung”, desde 2010, la cual ha merecido las críticas de los profesionales.
La mayoría de las decisiones en los procesos de solicitud, tramitación y evaluación no
son realizadas por trabajadores sociales, sólo en las grandes ciudades los profesionales
evalúan y planifican las demandas, las necesidades y los recursos de los usuarios. Por

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

otro lado, aunque los Estados han establecidos sus propios sistemas de bienestar y
servicios, según sus propios criterios, y han reclutado trabajadores sociales, estos no
están necesariamente involucrados de pleno en los procesos de toma de decisiones.
Desde el punto de vista profesional, además, se aprecia que existe una gran
demanda de trabajadores sociales, pero aún no ha sido satisfecha por las
administraciones.
Especial mención merecen los departamentos consagrados a la familia y a la
infancia. Nuestra organización sólo posee estimaciones fiables del número de
profesionales empelados en esta área, que oscilan entre 1100 y 1300 profesionales
para todo el país. Desde esta área, se dispensa asesoramiento familiar, ayuda
psicológica y terapéutica, intervenciones profesionales ante casos de abandono escolar
y malos tratos, alojamientos alternativos para menores, gestión de prestaciones
monetarias, entre otros. Los profesionales están presentes en todos los niveles
implicados pero la falta de recursos ante una demanda social que no cesa de
reproducirse (en forma y volumen) produce situaciones de estrés y, muchas veces, de
abandono. La imposibilidad de llevar a cabo una atención integral para las familias poli-
problemáticas es una muestra de la imposibilidad también de acciones previas
preventivas. Todo esto conduce a que, entre los propios profesionales, sea común la
afirmación que la intervención profesional se reduzca más a una actuación de apaga-
fuegos.
Otra mención especial requiere los servicios para la atención de os refugiados.
Unos 600000 refugiados cruzaron Austria para llegar a Alemania o los países
escandinavos en 2015, de los cuales 88000 permanecieron en Austria y solicitaron
asilo. En 2016, el número descendió a 42000 hasta junio 2017 las estimaciones son
nuevamente a la baja no alcanzando probablemente las 30000 para este años 2017. La
atención a los refugiados se organiza principalmente por profesionales, pero no se
puede mantener sin el apoyo intensivo, la participación y la colaboración de otros
profesionales, y sobre todo, de miles de voluntarios. La sociedad civil, sin lugar a dudas
y es muy destacable, sigue desempeñando a este respecto un papel muy importante
en toda esta tarea de atención e integración de los refugiados de nuestra sociedad.
El ámbito privado del sistema de bienestar en Austria es, como se ha indicado
muy importante. En el país, existen grandes organizaciones, algunas de ellas
reconocidas fuera incluso de las fronteras. Cáritas, Diakonie, Pro Mente, Volkshilfe y
SOS-Kinderdorf, son algunas de ellas. En los últimos veinticinco años, el crecimiento de
estos servicios sociales de titularidad privada ha crecido extraordinariamente. El
dilema que esto genera para la profesión es que estas entidades empelan a
profesionales menos cualificados con el objeto de abarata los costes. También las
asociaciones del tercer sector, pues la mayoría subsisten gracias a las subvenciones
públicas y a las donaciones. Su número es tan elevado que el número de duplicidades
(en cuanto a destinatarios y programas) se ha incrementado de tal modo que muchas
de las entidades, sobre todo las más pequeñas, compiten por este espacio social.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Por último, un papel muy destacado desempeña el ejercicio del voluntariado en


Austria, sin el cual, algunas intervenciones como la atención a los refugiados, citado
anteriormente, sería imposible de llevar a cabo con unos mínimos de calidad. Es tan
relevante, que existe la posibilidad de solicitar un año para el ejercicio del voluntariado
social. Eso sí, se trata de un voluntariado social organizado, es decir, realizado en el
seno de una institución social. Como tal actividad, no se percibe remuneración salarial
alguna, pero, en cambio, si se dispone de un seguro social a todo riesgo, alojamiento y
manutención gratis y un poco de dinero de bolsillo. En su mayoría son personas
jóvenes, y los varones suelen hacer uso de este servicio como sustituto del servicio
militar obligatorio. A parte de las motivaciones propias personales, es común que
muchos de estos jóvenes usen este recurso a modo de plataforma de laboratorio de
estos jóvenes usen este recurso a modo de plataforma de laboratorio con el fin de
conocer sus capacidades sociales y, si cabe, consagrarse posteriormente a la acción
social de modo profesional.
A continuación se detallan los momentos históricos más relevantes en todo
este proceso de edificación del sistema de protección social en el país, que como ha
sido señalado, ha sido paulatino y no universal, sino de coberturas por colectivos o
grupos sociales específicos.
 1887, creación del sistema de seguros para accidentes laborales. Resultado del
veloz desarrollo de la industrialización y con el fin de abaratar los elevados
costes de la rehabilitación. El sector empresarial se unió con el fin de crear un
sistema, financiado de carácter privado que persiste hasta hoy, para hacer
frente a este tipo de contingencias
 1889, creación del seguro social para casos de enfermedad. Acuerdo entre el
sector empresarial y trabajador de financiación conjunta
 1906, creación del sistema público de pensiones. Financiado mediante el
régimen de cotizaciones
 1920, creación del seguro por desempleo. Financiado también mediante el
régimen de cotizaciones
 1938-45, toda la protección social vigente fue sometida al control del nuevo
sistema político nazi, pero persistió la protección social ante las contingencias
contempladas, ampliándose a todos los trabajadores
 1947, refundación de la Republica, la cual introdujo el nuevo sistema,
modificándose en 1956 para dar lugar al modelo contemporáneo de seguridad
social. Este sistema ha permanecido casi inalterado en estos setenta años. En el
año 2009, todos los ciudadanos austriacos tienen a disposición una tarjeta
sanitaria que le permite acudir a cualquier centro sanitario y hospital en todo el
país, incluso en Alemania. Desde 2011 también, todos los ciudadanos que
perciben asistencia social a modo de prestaciones económicas, reciben la
tarjeta sanitaria

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Por último, se señalaban a continuación algunos aspectos sobresalientes del


modelo actual:
1. El sistema federal dividido en 9 Estados, uno de ellos es Viena, permite que los
sistemas de bienestar social sean organizados libremente por cada
administración estatal. Por consiguiente, la protección social que recibe el
ciudadano depende de su lugar de residencia
2. El sistema de bienestar social es subsidiario, esto es, una vez agotada la
protección que estable el sistema de la seguridad social
3. La nueva legislación en materia de inmigración ha endurecido los requisitos
para acceder a las prestaciones y servicios que se dispensan desde el sistema
de servicios sociales. Sólo a partir del quinto año de residencia se puede
acceder plenamente al sistema. Asimismo, no se puede obtener un permiso de
residencia permanente si no se está en posesión de un empelo
4. En el año 2010, se ha creado un nuevo recurso, denominado Bedarfsorientierte
Mindestsicherung, el cual garantiza un mínimo de protección social básica. Este
mínimo de protección garantiza (sólo para los casos de residentes permanentes
con cinco años de estancia reglada y para los demás ciudadanos austriacos) un
ingreso básico de unos 837 euros al mes. En caso de unidad familiar (dos
miembros) el importe puede ascender a 1250 euros, cifra que puede ser
incrementada con 225 euros más por hijo a cargo. Estos importes son los
establecidos en el Estado federal de Viena y no es el mismo que se percibe en
los otros ocho. Al inicio del proceso legislativo se intentó establecer unos
importes comunes a nivel nacional, pero la iniciativa fracasó. Un dato
ilustrativo a añadir es que el umbral de pobreza en Austria es superior al
importe y unidad considerada como ingreso básico

4. DESAFIOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI
Durante la década de los noventa, las premisas neoliberales penetraron en el
campo de lo social, en general, y de los servicios sociales, en particular. Los recortes
presupuestarios se hicieron relevantes en el conjunto del gasto social, exigiéndose un
mayor control del gasto público y de las condiciones de acceso a los servicios y
prestaciones.
Cada vez más, los servicios públicos se han externalizados adoptando la forma
de subcontratas con empresas privadas del sector y las asociaciones u organizaciones
no gubernamentales. La diferencia reside lógicamente en las condiciones laborales de
los trabajadores, los cuales reciben salarios más bajos y en peores condiciones que los
empleados de la administración pública local. Como tampoco existen estándares de
calidad de referencia, esto permite a las empresas y a las entidades del tercer sector a
la contratación de personal no cualificado. Esta es una de las razones por la que la
Asociación Nacional de trabajadores sociales (OBDS) exige una ley nacional que

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

ampare los derechos laborales de los trabajadores sociales, sea cual se ala naturaleza
de su centro de trabajo.
Como era de esperar, las administraciones federales temen una Ley estatal de
estas características por los posibles costes presupuestarios. Una norma que les
obligaría, a todos los sectores, a contratar personal cualificado, con sus
correspondientes derechos laborales, impidiéndoles hacer uso de mano más barata
para el desempeño de estas funciones.
Lamentablemente, los derechos del consumidor y del cliente-usuario a la hora
de recibir una atención social de calidad y generosa en recursos no han saltado, con la
intensidad deseada, ni al debate público ni al político.
Una de las grandes cuestiones sociales hoy día es que tipo de servicios sociales
se necesitarán en el futuro próximo.
El desarrollo económico y el desarrollo de la distribución y de la inclusión social
con sus principales desafíos. ¿Seguirán nuestros gobiernos la senda de la distribución
equitativa de los recursos o reducirán esta distribución a un solo grupo social
privilegiado? En los años de crecimiento económico sostenido, durante 1970-1990,
muchos llegaron a pensar que menos gasto social y menso intervención social no sería
en adelante tan necesario dado el optimismo reinante del crecimiento. Observación
incierta pues cada vez son más los grupos de población que difícilmente acceden al
mercado laboral o consiguen mantener sus propios puestos de trabajo.
Especialmente en Austria, el sistema de la seguridad social se basa en el
principio de empleo y, por tanto, en una larga vida laboral. Las mujeres han sido desde
el principio el primer grupo social no ajustado a este modelo y desde hace ya muchas
generaciones no ha gozado de las mismas oportunidades. Particularmente, las mujeres
de la tercera edad se encuentran en un mayor peligro al sobrepasar la línea de la
pobreza. Junto a ellas, están las mujeres con hijos a cargo, que trabajan a tiempo
parcial, aunque gozan aún de los beneficios de los servicios de guarderías infantiles, las
Kindergeld. Las últimas estimaciones elevan a más de 360000 los niños en Austria que
viven bajo el umbral de la pobreza.
Los trabajadores inmigrantes y sus familias constituyen un segundo grupo de
riesgo. Incluso la segunda generación de inmigrantes encuentran dificultades para el
acceso al mercado laboral por sus deficiencias lingüísticas y culturales.
Los jóvenes en general se enfrentan también a graves problemas a la hora de
acceder a un empleo digno, con unas justas condiciones y una justa remuneración. A
pesar de su elevada formación y preparación, se ven obligados a desempeñar puestos
de trabajo que no se corresponden con su cualificación y, por consiguiente, en peores
condiciones laborales y salariales. Una realidad que les sucede desde luego también a
los jóvenes trabajadores sociales. Se ofrecen en el mercado laboral una cierta oferta
elevada para contrataciones a tiempo parcial, pero sus contratos se reducen a seis
meses y son de baja remuneración. Muchos servicios sociales privados se
reestructuran y se reforman permanentemente, lo cual implica nuevos despidos o

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

nuevas condiciones laborales, pero en peores condiciones. La calidad de los servicios


está en un riesgo constante.
Por otro lado, la población en Austria se encuentra inmersa en un veloz proceso
de envejecimiento. Los gastos reaccionados con la tercera edad (atención médica,
vivienda y cuidados sociales) son una de las partículas más elevadas del conjunto del
gasto social. La sociedad austriaca parece no darse cuenta de los grandes sacrificios
que habrá que realizar para afrontar estos desafíos.
Uno de los temas centrales, que hemos mencionado largamente en estas
líneas, es garantizar el rol de los trabajadores sociales y de los servicios sociales para la
atención al mayor. Es ya un tópico como garantizar los derechos de los consumidores y
de los clientes-usuarios cuando éstos constituyen un grupo de riesgo de exclusión
social. Medidas para afrontar la permanente rotación de empleos, el burn-out, el
abandono o la negligencia en la atención social son absolutamente necesarios. Pero
esto requiere mayores cuantías de los presupuestos públicos. El suministro de servicios
no deben ser solo privados y la responsabilidad no debe ser únicamente de la propia
unidad familiar.
Los diferentes gobiernos han estado trabajando, y continúan en temas
relacionados con los cuidados médicos y enfermedades de alto riesgo siguiendo las
directrices de los parámetros europeos. La Asociación está comprometida en la
formación de guías, pero no se toma conciencia de que la calidad de la practica
profesional tiene que se remunerada adecuadamente y, por supuesto, no puede ser
dispensada por cualquiera con cualquier otro título. Y todo esto, a pesar de que es de
dominio público en la sociedad civil la necesidad de la inclusión social de los diferentes
grupos, como las personas con discapacidad, los jóvenes, los inmigrantes, etc. De
todos ellos, la protección de la infancia merece una atención valorada en los medios de
comunicación social, per los diferentes Estados federados aún no han conseguido
ofrecer una respuesta clara.

CONCLUSIONES
Una de las preocupaciones mayores que desde la OBDS manifestamos está relacionada
con el devenir futuro de la formación, a pesar de los avances positivos que se han
venido realizando en los últimos años, claramente insuficientes por otro lado.
Los contactos que la Asociación mantiene con los estudiantes y las instituciones o las
entidades que contratan a estos jóvenes procedentes de estos centros universitarios,
nos ponen en alerta de la insuficiencia de la experiencia práctica y de las
competencias, destrezas y habilidades precisas que todo trabajador social debe
adquirir, cultivar y poseer.
Las preguntas están en el aire aún. ¿Qué tipo de trabajadores sociales están formando
los centros universitarios? ¿Van a ser aptos para intervenir en problemáticas
complejas? ¿Están capacitados para la comunicación necesaria y la creación de redes
sociales?¿Comparten todos los principios éticos y deontológico de la profesión?

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. La autora afirma que, especialmente en Austria “el sistema de la seguridad
social se basa en el principio del empleo y, por tanto, en una larga vida laboral”
¿Cree que esta afirmación es aplicable también el caso español?
2. ¿Tiene los jóvenes austriacos, en su opinión, los mismos problemas que los
jóvenes españoles?
3. Por qué existe discrepancia entre los intereses de los profesiones de las
Ciencias Sociales y de los consagrados al Trabajo Social (sobreentendiendo
lógicamente que la disciplina pertenece al conjunto de tal ciencias Sociales)
4. La expresión coloquial “apaga-fuegos” es muy usada también por nuestras
técnicas ¿podría explicar por qué?
5. Cuales son los impedimentos que impiden una Ley estatal en Austria
6. A este respecto, qué semejanzas y diferencia observa con el caso de España

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Cuál es la reivindicación de la Asociación de Trabajo Social en Austria acerca de
la ley profesional
2. Por qué Viena, particularmente, ha sido “especial” para el desarrollo del
Trabajo Social en el país
3. Qué consecuencias trajo el desenlace de la 1ª Guerra Mundial
4. Ha sido influyente la Iglesia en la provisión de servicios sociales
5. Qué efectos produjo el régimen nazi para el ejercicio de la profesión
6. Qué consecuencias tiene la descentralización federal en materia social
7. En qué consiste la reforma realizada en 2010 para el sistema público de
bienestar social
8. Cómo es organizada la atención a los refugiados actualmente en Austria
9. Cuál es la preocupación principal de la autora sobre la formación actual de la
disciplina
10. Existe el ingreso básico universal en Austria

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 7 – CHIPRE

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
La evolución del sistema de trabajo y bienestar social de Chipre está
inextricablemente ligada a la reciente historia turbulenta del país. Los primeros signos
de la actividad de bienestar social se pueden identificar a finales del siglo XIX (1894). La
característica principal de ese periodo fue la creciente preocupación dentro de la
sociedad por cada uno de sus miembros. En particular, se emprendió un intento de
desarrollar un modelo de bienestar para quienes se encontraban al margen de la
sociedad y se hizo hincapié en las necesidades de las personas que viven en las
comunidades griega y turca de la isla. Las situaciones políticas desempañaron un papel
importante en el desarrollo de la profesionalización del Trabajo Social. Por ejemplo, la
independencia en 1960 que significo el nacimiento de la República de Chipre heredó
de la ocupación británica y la economía unos subsistemas de bienestar social bastante
subdesarrollado. La herencia colonial de la República consistía en un sistema de
bienestar social básico, aunque limitado, similar al de su antigua potencia colonial,
Gran Bretaña. Era un sector donde Trabajo Social (bajo los auspicios del departamento
de bienestar público) se involucró directamente. Después de la independencia de
Chipre tras la ocupación Británica, la integridad misma del Estado fue desafiada
fundamentalmente por un golpe de estado y una invasión en 1974, que hizo que la isla
se dividiera en dos partes. Estas condiciones extremas produjeron un cambio profundo
en los objetivos primarios del Estado y en el papel de los Servicios Sociales en
consecuencia (Panagiotopoulos, et al., 2016).
Teniendo en cuenta que la profesión del trabajo social se compone de varias
teorías de diferentes disciplinas y también está influenciada por el contexto ideológico,
cultural y político de un país en particular (Hokestand et al., 1992) es necesario señalar
la ausencia de conocimientos de las características y singularidades locales en
aplicación de una metodología adecuadas hasta principios del siglo XXI. De este modo
Trabajo Social en la Republica Chipre, aunque influenciado por el turbulento pasado
político y presenta del país, también está influenciado por la teoría occidental, como
en muchos otros países del continente asiático y africano (Rankopo etc al., 2011; Yip,
2007). Dicho esto, nos e han hecho intentos significativos para asegurar que la
profesión encaje, más allá de las necesidades políticas que surgen en el entorno social,
económico y practica en el que opera el país.
En contraste con el bienestar social que tiene una larga historia (desde finales
del siglo XIX) y la práctica de la profesión (principios de 1960), la educación del Trabajo
Social, se encuentra todavía en una etapa temprana de desarrollo en Chipre. Más
concretamente, sólo en el inicio del siglo XXI, asistimos al establecimiento del primer
programa de Trabajo Social a nivel universitario. Después de eso, hay un auge en los
programas académicos de Trabajo Social. Sin embargo, todo el sistema educativo se
basa en instituciones privadas. El actual modelo educativo presenta una mezcla de

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

diversos enfoques y modelos de diferentes sistemas educativos (a saber, británicos y


americanos) aunque adaptados a las relaciones del contexto chipriota.
En este capítulo se explican brevemente algunos de los principales factores que
han influido e influyen en el bienestar social, en la práctica del Trabajo Social y en la
educación. En las líneas siguientes, se expone la presencia de la profesión en la
actualidad, especialmente en un contexto complicado de medidas de austeridad. Así,
el capítulo comienza introduciendo al lector en la evolución de la educación y de la
práctica del Trabajo Social, seguida de una discusión sobre el Estado de Bienestar
chipriota y cómo estas dos áreas influyen y están siendo influenciadas por los desafíos
actuales. Finalmente, se analizaran los retos del presente y el camino a seguir y cómo
la crisis económica y financiera ha afectado al modelo de bienestar social.
Sin embargo, desde el principio se debe subrayar que Chipre es una isla dividida
y, por consiguiente, toda la información se refiere a la parte del país en al que el
Gobierno de la Republica ejerce un control ejecutivo. Por otro lado, y
simultáneamente, debe tenerse en cuenta que la investigación específica sobre el
Trabajo Social y el sistema de bienestar social de Chipre es limitada, así como la
literatura.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN


La práctica de la profesión fue importada de los ocupantes británicos en 1950 y
nunca fue cuestionada ni se hizo el menor intento de adaptarla a la realidad concreta
de las necesidades locales. Esta coyuntura política y socioeconómica que afectó al país,
influyó fuertemente en la naturaleza tanto del Trabajo Social como del Estado de
Bienestar. No hubo jamás una búsqueda y una evaluación suficiente para conocer si la
práctica profesional se dirigía eficientemente a las necesidades de los usuarios del
servicio. Además, la ausencia de educación universitaria hasta el año 2000 también
tuvo un impacto importante.
El primer Departamento de Bienestar Social en Chipre fue fundado en 1952 y
servía a una variedad de individuo, familias, grupos y comunidades. Era casi idéntico al
sistema británico de aquel momento, en el cual todos los servicios eran ofrecidos por
una sola organización.
Debido a la falta de trabajadores sociales adecuadamente capacitados para
cubrir las vacantes, profesionales de otras disciplinas fueron empleados aunque sólo
como medida provisional (Social Welfare Services, 1976). La política de reclutamiento
fue de lo más diversas (Triseliotis, 1977).
Los trabajadores sociales en aquel entonces eran considerados como
profesionales sin unas funciones y roles definidos, de carácter muy generalista,
capaces de poder atender a toda una gama de servicios para familias y menores,
delincuentes, asistencia pública, servicios a personas mayores, personas con
necesidades especiales, trabajo comunitario y servicios para jóvenes, así como cuidado
y servicios de atención en hospitales y prisiones. Dada la ausencia de formación

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

específica, un criterio muy utilizado fue el envío anual de dos empelados para estudiar
en el Reino Unido en curso de dos años en Ciencias Sociales y/o Administración Social
(Cifford, 1956). A su regreso, se convertían en mentores y casi docentes para el resto
de los empleados. Como resultado de esta manera de proceder, los métodos y las
teorías fueron importados e implementados casi sin ninguna adaptación sociocultural
a las necesidades del país, en la creencia de que el Trabajo Social es una profesión
universal que trasciende las diferencias culturales. La falta de polémica y discusión al
respecto en el ámbito académico llevó gradualmente al fortalecimiento de esta
creencia.
Tras la independencia en 1960, se dio prioridad al Desarrollo Social y se
realizaron algunos esfuerzos para proporcionar servicios integrales por medio de estos
programas de desarrollo social, principalmente en las zonas más desfavorecidas de la
isla (Triseliotis, 1977).
Es importante destacar que la invasión turca tuvo un impacto significativo en la
estructura del Estado de Bienestar y la posterior configuración de la práctica del
Trabajo Social. El desarraigo de un tercio de la población creó muchos problemas
sociales y aumentó la dependencia de grupos vulnerables hacia el Estado (Centro de
Innovación Administrativa en la Región Euromediterránea, 2004). La práctica quedó
para el inconsciente colectivo como una profesión sin ninguna habilidad particular y
que cualquiera podía ejercer. Esto ha sido todo un desafío continuo hasta la llegada del
siglo XXI cuando finamente fue establecido el primer programa académico de Trabajo
Social.
Esta ausencia de formación universitaria condujo a que muchas personas
interesadas se trasladaran al extranjero para cursar estudios de Trabajo Social. En la
década de los sesenta, la mayoría viajó a Grecia, donde la lengua y la similitud cultural
facilitaron sus estudios. A este respecto es importante señalar que los programas de
Trabajo Social griegos siguieron las experiencias norteamericanos en relación a la
disciplina, dado que a su vez la mayoría de los docentes griegos habían estudiado en
las universidades norteamericanas (Kokkinaki, 1986). A pesar de esta familiaridad
sociocultural entre los dos Estados (Grecia y Chipre), el conocimiento enseñado a los
estudiantes nunca tuvo el enfoque de su adaptación al modo de vida y a las
necesidades del sur del Mediterráneo.
Durante los años ochenta y noventa, se observó un cierto desarrollo con la
incorporación nuevos métodos y actividades que hacían más énfasis para adaptarse a
las realidades locales. La implementación de un modelo más gerencial cambió la
estructura jerárquica de las agencias de bienestar y la supervisión fue introducida
como un medio de desarrollo personal y profesional, al tiempo que se instauraba un
modelo más descentralizado en el proceso de toma de decisiones (Servicios de
Bienestar Social, 2002).
Otro hito significativo fue la introducción de la primera ley relativa al
reconocimiento de la profesión (Ley de Trabajadores Sociales, 2000). Esta ley describe,

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

en términos generales, la finalidad y las funciones del ejercicio profesional. Y establece,


dato importante, la obligatoriedad de estar en posesión de la titulación en Trabajo
Social para poder ejercer la profesión en cualquier ámbito. Se puede argumentar que
la ley contribuyó a la determinación de la identidad profesional, pero nos e puede
concluir que todas las dificultades y todos los problemas estructurales fueron
resueltos. Incluso hoy en día uno de los desafíos sigue siendo la delimita con poco
precisa entre fronteras profesionales. En virtud de la misma legislación, también se
introdujo al Consejo chipriota para trabajadores sociales, a modo de colegio
profesional que, como tal, vela por los intereses corporativos del colectivo. Su
presencia ha permitido desarrollar los ejes principales de la práctica del Trabajo Social
contemporáneo en Chipre. Como ya ha sido comentado en líneas anteriores, la
situación en cuanto a formación académica dio un giro importante a partir de 2001
cuando una institución privada en la isla decidió sacar a delante el curso universitario,
de cuatro años de duración. A diferencia de lo que sucede en el sistema de acceso
público, en las universidades privados no existen criterios para el acceso tan estrictos,
basta con una solicitud y que, lógicamente, pueda costearse los gastos
correspondientes. El plan de estudios continua muy influenciado por el sistema
educativo griego. La falta de vinculación de la enseñanza con los principios y
paradigmas prácticos de la cultura local fue identificada por los miembros que
visitaban las facultades en otros lugares, especialmente cuando se comparaba con el
volumen de la enseñanza en otras áreas del conocimiento. Sin embargo, estas
limitaciones de desarrollo no han socavado aún el compromiso general de mejora la
educación de cara al futuro a medio plazo.
Gracias al incremento de la demanda de la formación en Trabajo Social, dos
nuevos programas más fueron establecidos. Como se ha señalado, los criterios de
acceso n son tan específicos como en otros países donde los estudiantes deben
superar un sistema de examen general y pasar por un proceso de entrevista. Estos dos
programaos son distintos del primero en cuanto a la mayor vinculación del personal
universitario, docente e investigador, con la comunidad local, lo que ha permitido
contemplar esta dimensión.
El segundo programa universitario en Trabajo Social fue lanzado en septiembre
de 2005 (Universidad de Nicosia). Su finalidad principal ha consistido en aplicar un
enfoque mucho más moderno del Trabajo Social contemporáneo. Desde su puesta en
funcionamiento ha considerado esencial la formación en elementos culturales locales,
y en base a ellos, se diseñan propuestas de política social, se atiende a la diversidad
cultural y al fortalecimiento del empoderamiento de las personas, familias, grupos y
comunidades.
A partir de 2010, se ha conseguido una firme colaboración con la Universidad
Británica de Herfordshire, la cual ha conducido finalmente, en 2014, a la creación e
implantación de un programa de postgrado a través de la metodología a distancia que
ha servido para introducir, a su vez, los estudios de doctorado en Trabajo Social.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

El tercer, y último, programa fue establecido en 2008 (Universidad Europea de


Chipre) por otra universidad privada en la isla. Este programa tenia características muy
similares a las mencionadas anteriormente.
En definitiva, todas estas iniciativas bajo la forma de programas han dejado su
importa en el carácter contemporáneo del Trabajo Social académico en Chipre, ya que
gradualmente los académicos han venido incorporando datos recientes basados en
evidencias obtenidas a través de proyectos de investigación locales (Panagiotopoulos
et al, 2009, Ioannou et al, 2009; Panayiotopoulos, 2007).
Los estudiantes de Trabajo Social que asistieron a estos programas tuvieron la
oportunidad de comparar los contextos cipriota e internacional respecto a la práctica
institucional y social. El hecho de que el conocimiento en materia de trabajo social en
Chipre esté siendo producido e impartido por académicos que persiguen como
objetivos el desarrollo del conocimiento autóctono es una de las ventajas de tener
estos programas nacionales. Los resultados de la investigación se centran en el
desarrollo del Estado de Bienestar, las prácticas en salud mental, en el medio escolar y
ante una sociedad cada vez más multicultural.
En segundo lugar, los fuertes vínculos entre los académicos locales y la
Asociación Chipriota de Trabajadores Sociales (CASW) acercaron a la comunidad
académica a los profesionales, lo que ha producido beneficios mutuos para ambos
grupos. Ahora bien, a diferencia de su contraparte británica (El Consejo General de
Asistencia Social en el Reino Unido), la CASW no tiene la autoridad para monitorear,
asesor y evaluar programas de trabajo social en el medio académico. Aunque en otros
países (tales como los Estados Unidos, Reino Unido y Australia) sus asociaciones
respectivas desempeñan un papel importante sobre este punto, en nuestro caso todos
sus esfuerzos siguen centrados en la promoción de nuevas medidas legislativas.
Este trabajo lo realizan principalmente los comités de evaluación del Ministerio
de Educación, que se centran más en los aspectos técnicos de un programa (número y
calidad del personal académico, resultados de la investigación, viabilidad de los
programas y métodos de enseñanza).
Esto confirma en gran medida la opinión expresada por Payne (2001) que
afirma que en los países menos regulados, en lo que respecto a la educación en el
trabajo social, los planes de estudios son ideados por instituciones educativas
particulares que son las que establecen los requisitos que deben cumplir los propios
profesionales.
Por último, y en tercer lugar, el apoyo prestado a las administraciones locales y
a las asociaciones del tercer sector por parte de los académicos, los cuales han
incorporado conocimientos prácticos y directrices para adquirir destrezas para el
ejercicio de la práctica, ha facilitado el desarrollo de una nueva generación de
trabajadores sociales.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR


Chipre no es sólo un país pequeño, sino que también se caracteriza en gran
medida por una administración pública altamente centralizada y burocrática
(Pashardes, 2003). La estructura que constituye actualmente el sistema de bienestar es
una indicación de esta centralización. La responsabilidad global por parte del Estado
para el desarrollo y mantenimiento de la protección social en la isla correspondiente al
Consejo de Ministros de la Republica. El Consejo ejerce y ejecuta su autoridad a través
del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Ministerio de Salud y el Ministerio de
Hacienda (Ioannou et al., 2009).
El sector privado también es proveedor de servicios y, por tanto, forma parte
integrante del conjunto del sistema de bienestar social de la isla.
El Consejo de Ministros supervisa y coordina el sistema. Por lo tanto, el
Ministerio de Trabajo Social y Previsión Social, según su mandato, se ocupa de la
aplicación de la política gubernamental en materia de empleo, relaciones laborales,
seguridad social y bienestar social, mientras que el objetivo de promover y proteger la
salud de las personas corresponde al Ministro de Salud. Este último es responsable
tanto de la organización como de la prestación de la asistencia sanitaria en Chipre.
Actualmente existe un amplio debate acerca del futuro Plan Nacional de Salud, del cual
se desconoce si conducirá a un sistema de salud universal como el NHS británico o más
bien será como el modelo mixto del sistema americano. En este ámbito también debe
destacarse el papel dominante del sector privado, ya que representa
aproximadamente el 70% del gasto total en salud. El aumento de la deuda nacional,
como ha venido sucediendo, está obligando a los gobiernos sucesivos a aplicar severos
recortes en el gasto público en servicios de salud y bienestar. Este problema lo están
acusando notablemente los hospitales públicos que poseen ya largas lista de espera.
Estas deficiencias produce el hecho de que él incluso los inmigrantes prefieren el
sistema de salud privado al público, en parte también debido a los problemas de
accesibilidad dado el modelo transporte público subdesarrollado que aún tenemos. Es
de suma importancia que los redes familiares y el apoyo informal continúen ofreciendo
su esfuerzo solidario ante la falta de recursos existentes (Ioannou et al., 2009).
Por su parte, el Departamento de Seguros Sociales se encarga del Plan del
Seguro Social, del Plan de Pensiones Sociales, de las prestaciones por hijo y de las
indemnizaciones a las víctimas por delitos violentos. El Departamento de Servicios de
Bienestar Social es la organización estatal que presta y promueve servicios de
bienestar social. Los Servicios para la Familia e Infancia, el Programa de Trabajo
Comunitario y los Servicios para Mayores y Personas con Discapacidad están bajo sus
competencias. Además, el Departamento de Integración Social se encarga de las
Personas con discapacidad del Ministerio de Trabajo y Seguros se encarga del Servicio
de Atención y Rehabilitación del colectivo de personas con discapacidad y de la
Asistencia Financiera Especial (Astarita, 2004). Asimismo, el Plan de Asistencia Pública
que estuvo bajo los auspicios de los Servicios de Asistencia Social ha sido rebautizado

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

como Ingreso de Garantía Mínima (EEG). Este cambio en el esquema anterior resultó
de la crisis financiero que ha venido padeciendo Chipre. Además, fue un esfuerzo del
actual gobierno para mínimizar las debilidades del sistema anterior que fue muy bien
manipulado por un número considerable de beneficiarios de la asistencia social.
En cuanto a la educación, la responsabilidad recae en el Ministerio de
Educación y Cultura. Las escuelas públicas están financiadas por el Estado y ofrecen
educación preescolar, primaria, secundaria y universitaria gratuita. Además, las
escuelas especiales son administradas por el Estado para los niños con necesidades
especiales.
Respecto a la Universidad, todos los programas públicos se ofrecen
gratuitamente a los ciudadanos chipriotas, la cual inició su actividad muy
recientemente, en el año 1992. Hay que subrayar que los estudiantes las universidades
privadas pagan las matriculas pero reciben el reembolso del gobierno (Ioannou et al.,
2009).
Otro asunto importante para la República, sobre todo después de los
acontecimientos de 1974, es el de la vivienda, que se convirtió en un problema de la
noche a la mañana para el gobierno. La cuestión principal en ese momento era la
provisión de alojamiento a los chipriotas griegos que habían sido desplazados de sus
hogares, pero en los años ochenta, a medida que se aliviaba el problema, el gobierno
comenzó a atender las necesidades de vivienda de toda la población en su conjunto,
especialmente las de los grupos sociales con menores ingresos.
Otras redes de bienestar son facilitadas por las administraciones locales, que en
Chipre son responsables por ley, en esencia del bienestar social y del bienestar de las
personas del municipio o de la comunidad (Pashardes, 2005). El problema principal por
el que atraviesan estas administraciones menores es que no poseen financiación
suficiente y carece además del número de recursos humanos necesarios. Por este
motivo, no son consideradas como los principales proveedores de bienestar social en
el país.
Una parte destacada en la prestación de servicios sociales lo ocupa el Consejo
de Bienestar de los Pancyprios (PWC), que fue creado para ocupar un papel de
liderazgo en la promoción y la integración efectiva del sector voluntario y de la ONG
(PWC, 2004). En esencia, este último es el órgano superior de coordinación del
bienestar social voluntario en Chipre, que resta servicios en todo el país. Los niveles de
distrito y comunidad de la PWC trabajan de acuerdo con los objetivos establecidos a
nivel central. Debe destacarse, sin embargo, que en general, “los grupos sociales
organizados, las organizaciones voluntarias de bienestar social y las asociaciones (….)
religiosas desempeñan un (….) papel importante en el ámbito social y son reconocidos
como proveedores principales en casi todos los ámbitos del bienestar social en Chipre
“ (Pancyprian Welfare Council, 2004:6).
También es importante subrayar que Chipre pertenece al modelo de bienestar
del tipo Mediterráneo del Sur de Europa, y en este modelo la familia ocupa un puesto

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

central (Allen, 2006) así como la Iglesia (Yesilada et al., 2009). Esto se refleja en la
forma en que la familia, más que el Estado o el mercado, es un proveedor clave de una
variedad de servicios sociales. De igual modo, la Iglesia también juega un papel muy
sobresaliente en la provisión de servicios de bienestar social, junto con otros
organismos filantrópicos y cívicos. La Iglesia, con sus ideales y valores cristianos
ortodoxos, ha logrado, a través de los años, integrar estos ideales y valores en la
comunidad grecochipriota. Este hecho ha ayudado a desarrollar una buena base para
el desarrollo de la solidaridad tanto a nivel individual y familiar como comunitario. La
Iglesia de Chipre actualmente proporciona incluso asistencia financiera para la
ejecución de programas de bienestar social. Es importante decir que durante los
peores años de la crisis, en las principales ciudades fueron creados refugios para las
personas sin hogar y desarrollaron centros comunitarios para niños y familias.
Las redes familiares, y la sociedad en general, deben ser consideradas como
mecanismos informales de apoyo muy importantes dentro del sistema de bienestar de
Chipre. La comunidad puede, en gran medida, lograr una movilización de sus
miembros para atender las necesidades sociales de la comunidad, a pesar de los
constantes cambios en la estructura de la familia por ejemplo. En general, las familias
tienden a ser receptivas a la idea de ayudar a individuos de la comunidad que pueden
enfrentar problemas sociales. Además, los lazos sociales son relativamente fuertes en
la sociedad chipriota. Se conoce que los lazos familiares son muy fuertes en la sociedad
chipriota “…. Y una sociedad con fuerte vínculos entre los familiares dan como
resultado familias que aseguran a su vez apoyo financiero a los necesitados “
(Pashardes, 2003:68).

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI
Para empezar y en cuanto a la educación, sigue siendo importante señalar que
a pesar de que la formación en Trabajo Social se está ofreciendo desde hace 16 años,
todavía no existe un Programa de naturaleza pública. Una ausencia que puede
interpretarse como falta de voluntad por parte de los sucesivos gobiernos a la hora de
invertir en bienestar social y equipar a los profesionales con conocimientos
actualizados, tanto empíricos como teóricos, y con las últimas metodologías y
herramientas para la práctica (Panagioutopoulos, 2016). Esta falta de provisión en el
sector público ha llevado al desarrollo de la Educación en Trabajo Social en manos
privadas y sin la presencia de un organismo de control que pueda garantizar la calidad
académica.
La profesión de Trabajador Social también se enfrenta a dificultades de quienes
elaboran la política social. La centralización en la prestación de los servicios sociales en
un solo departamento (Servicios de Asistencia Social) ha dejado muchas áreas de la
política de bienestar social sin trabajadores sociales. En particular, los servicios de
salud mental y las escuelas no poseen este tipo de profesionales. Esto crea una gran
brecha en el desarrollo de la colaboración interinstitucional e interdisciplinaria, ya que

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

muchas veces se exige a los profesionales de la intervención que trabajen en áreas sin
experiencia previa o capacitación relevante. Asimismo, la mayoría de los trabajadores
sociales que han permanecido en los servicios públicos después de todos los recortes
presupuestarios se ven sobrecargados y superados en su cotidianidad laboral.
Trabajo Social, en sus diversas formas, ha estado presente en Chipre durante
casi setenta años. Su contribución al crecimiento del Estado de Bienestar y
especialmente al desarrollo comunitario en las áreas rurales es indiscutible.
Desafortunadamente, la falta de formación reglada del Trabajo Social hasta finales del
siglo XX, y el reducido número de profesionales entonces, condujo a que la acción
social estuviera en manos de otros colectivos no cualificados. Es una situación
“extraña” que afecta a la profesión aún hoy, debido a la percepción general de que
cualquiera puede ejercer las tareas de un trabajador social, lo cual es un indicador del
insuficiente reconocimiento social. Ejemplos concretos de las afirmaciones anteriores
se muestran en resultados de investigación (Amitsis et al., 2009) que sugieren que
otros profesionales (como enfermeras o terapeutas ocupaciones que trabajan, por
ejemplo, en servicios de salud mental) están haciendo lo que un trabajador social
podría hacer (consulta y asesoramiento de familias y pacientes de salud mental sobre
recurso de la comunidad, por ejemplo). Resultados de investigaciones similares se
ilustran en la evaluación del Programa de Probatoria con y/o la condición de servicio
comunitario tanto para adolescentes como para adultos jóvenes (Spaneas et al., 2012),
donde no se observaron fronteras claras de funciones, competencias y roles entre
estos profesionales y otros.
Además, en otros contextos, como el ejercicio de la profesión en las
administraciones locales, tampoco los trabajadores sociales encuentran un claro
espacio desde el cual desempeñar sus funciones propias. La competitividad
interprofesional y la jerarquía en el seno de estas organizaciones tampoco favorecen la
creación de espacio necesario.
Junto a los desafíos que enfrentan la profesión de trabajo social y el mundo
académico, el Estado de Bienestar en Chipre también está bajo la misma presión. Por
ejemplo, los hospitales públicos bajo el nuevo Sistema Nacional de Salud se
desvincularán gradualmente de la financiación gubernamental. También el número de
agencias locales se reducirá para que puedan volverse más viables financieramente. Al
mismo tiempo, el tercer sector necesita atraer más fondos de los proyectos europeos
o de nuevas vías de financiación.
En suma, se podría argumentar que los desafíos para la profesión y para el
sistema de bienestar, al mismo tiempo, pueden ser percibidos como amenazas al
sistema existente cuya misión consiste en desarrollar un sistema más neoliberal. Es
necesario entender que esta crisis ha afectado profundamente al Trabajo Social, pero
también necesitamos innovar y crear nuevas oportunidades para su desarrollo en este
nuevo contexto.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CONCLUSIONES
Al concluir este capítulo, es importante destacar que la educación y la práctica social y
político de la isla. Sin embargo, lo que este capítulo ha subrayado anteriormente es
que los acontecimientos socio-políticos (independencia, invasión turca, inserción en la
Unión Europea, crisis financiera, etc.) no han posibilitado su consolidación. El Estado
de bienestar social ha dado pasos adelante, sin embargo la burocratización y la
ausencia de una firme voluntad política no permiten el requerido progreso.
La salud se encuentra todavía en una etapa de transición ya que no existe un Sistema
Nacional de Salud y, si acontece en el futuro, nadie conoce aún cuál será su modelo
final.
La educación es un pilar fuerte del Estado de Bienestar, pero aún posee deficiencias
que han sido resaltadas.
Los trabajadores sociales tienen, y deben tener, un papel importante en todo Estado
de Bienestar moderno, su tarea es buscar, encontrar y fabricar su espacio.
El futuro no es brillante ya que las medidas de austeridad han reducido programas y
proyectos, también ha conducido a muchas agencias (públicas y no gubernamentales)
a contratar trabajadores sociales para el desempeño de otras tareas que no
pertenecen a su agenda de trabajo. A pesar de ello, la producción de conocimiento en
Trabajo Social y la resistencia de muchos académicos y profesionales son signos de
optimismos.

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. Cuál es el principal problema al que se enfrentan hoy día de los trabajadores
sociales en el campo de los servicios sociales
2. ¿Sentó la independencia política las bases del actual sistema de bienestar?
3. Por qué el Estado de Bienestar chipriota es tardío
4. Por qué las iniciativas políticas importadas del modelo británico no cuajaron

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Cuáles son los rasgos del modelo mediterráneo del Estado de Bienestar
chipriota
2. Cuál ha sido la influencia británica en la formación del Trabajo Social
3. Cuando se inició la formación universitaria de nuestra disciplina
4. Que vinculación tiene Chipre con Grecia
5. Por qué es importante la Ley de trabajadores sociales del año 2000
6. Cuál es la importancia para la formación en Trabajo Social de las características
locales de una población
7. Cómo funciona su sistema de salud
8. Cuál es el problema de identidad que tienen los trabajadores sociales chipriotas
9. Puede definirse el modelo de provisión de servicios de bienestar como un
modelo mixto

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

10. Como afectó al Trabajo Social en Chipre los problemas étnicos entre las
comunidades greco-chipriota y turco-chipriota y cuál dilema planteó este
conflicto en los trabajadores sociales

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 8 – ISRAEL

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
El Estado de Israel proclamó su independencia el 14 de Mayo de 1948 (5 del
mes de Iyar del año 4708 acorde con el calendario judío). Uno de los párrafos más
importantes de dicho declaración propone los valores sociales básicos sobre los cuales
el Estado de Israel forjó su orientación social y su definición como Estado de Bienestar.
Los principios y valores enunciados en este párrafo que se basan en las frentes
bíblicas, fueron los puntos de partidas para la definición de las políticas sociales en los
primeros años del Estado, y continúan vigentes en los planes gubernamentales hasta
hoy.
El Trabajo Social como profesión cumple un rol fundamental en el desarrollo
del país y especialmente en la ayuda proporcionada a los grupos más vulnerables de la
población israelí, proporcionando servicios que atienden sus necesidades con el fin
contribuir en la edificación de una sociedad más justa y solidaria. Trabajo Social en
Israel es una profesión compleja que encuentra su espacio profesional en diferentes
áreas o ámbitos de actuación y grupos sociales muy diversos.
En su trabajo diario con las distintas personas y situaciones, los profesionales
hacen uso de toda una amplia gama de metodologías de trabajo social de casos, de
grupos y de comunidades. Dicha actividad se fundamenta en los valores sociales
determinados en el código de ética profesional de los trabajadores sociales en Israel.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN


La historia del Trabajo Social en Israel data de antes de la Declaración de la
Independencia (Spiro at all., 1998). Los judíos que habitaban la tierra de Israel hasta
entonces, desarrollaron redes comunitarias voluntarias basadas en los principios
religiosos de ayuda al necesitado y brindaban asistencia en salud, educación y servicios
fúnebres. Estos servicios eran subvencionados por donaciones de distintas
comunidades judías en la Diáspora (Doitch, 1970).
A principios del siglo XX llegaron a la Tierra de Israel grupos de jóvenes pioneros
judíos que traían con ellos ideologías socialista procedentes de Europa Oriental. Ellos
crearon partidos políticos, la Organización de los Trabajadores (organización sindical) y
fundaron asentamientos agrícolas (Kibutzim y Moshavim) basados en ideologías de
igualdad, justicia social y ayuda mutua. Los servicios proporcionados por las nuevas
organizaciones de ayuda creadas por los pioneros incluían seguros de salud, fondos de
ayuda económicas, agencias de trabajo y de capacitación (Doron & Kramer, 1991).
Los inmigrantes judíos llegados a las ciudades conformaron la incipiente clase
media de principios del siglo XX. Al igual que en otros muchos países occidentales,
fundaron organizaciones femeninas que abogaban por la justicia social y colaboran con
la actividad filantrópica para auxilio de madres jóvenes y niños.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Se puede fijar con certeza el comienzo de la profesión en el año 1931 cuando el


Comité Nacional – la institución de auto gobierno de los judíos bajo el mandato
Británico – creó el Departamento de Trabajo Social bajo la dirección de la asistente
social de origen norteamericano Henrieta Zold (Lowenberg, 1993). Su principal
objetivo fue la capacitación profesional de trabajadores sociales ya que consideraba
que la ayuda brindaba a los necesitados debía estar basada en conocimientos
académicos y aptitudes propias del trabajo social profesional. El primer curso de
capacitación se realizó en Jerusalén en el año 1934.
El Departamento de Trabajo Social estableció Agencias de Trabajo Social
general en las principales ciudades y diferentes comunidades regionales y rurales.
Estas agencias prestaban ayuda económica, servicios comunitarios y servicios de
asesoría y atención familiar.
En el año 1937 se fundó el primer Comité Profesional de trabajadores sociales
con el objetivo de fortalecer el status profesional de los primeros puestos labores
(Doitch, 1970). En ese mismo año, el Mandato Británico creó los Servicios de
Observación y Libertad Condicional para adultos y menores de edad. Los primeros
oficiales de observación capacitados, según el modelo de los Servicios Británicos,
fueron árabes y judíos. Los oficiales de observación judíos fueron refugiados llegados
de la Alemania nazi tras el ascenso de Hitler al poder.
Entre los años 1948-1951, tras la Declaración de la Independencia, llegaron al
nuevo país unos 700000 inmigrantes, entre los cuales se encontraban sobrevivientes
del Holocausto perpetrado durante la Segundo Guerra Mundial, así como
comunidades enteras prófugas de países como Irak, Egipto, Marruecos, Túnez y
Yemen, entre otros. La ola de inmigres duplicó la población de Israel en apenas tres
años y el incipiente Estado de 1,37 millones de habitantes se vio en la necesidad de
proporcionar servicios sociales de educación, vivienda y trabajo a sus nuevos
ciudadanos. El Ministerio de Bienestar Social, heredó las tareas y las áreas de
actuación del Departamento de Trabajo Social del Comité Nacional creado para los
británicos. La necesidad de mano de obra profesional en el área de Trabajo Social
demandó la creación de cursos intensivos y de corta duración (Naipers, 1989). Fue
entonces que el Estado de Israel adoptó en sus políticas los fundamentos del Estado de
Bienestar de corte occidental y reconoció oficialmente el derecho a sueldo,
capacitación, libre publicación profesional y actividad representativa de la incipiente
profesión a través del Comité Laboral de los Trabajadores Sociales.
En el año 1953 el parlamento israelí (Kneset) promulgó la Ley de Seguro
Nacional que otorga derechos a prestaciones económicas a aquellos ciudadanos que se
encuentran en situación de desventaja social. Los ciudadanos amparados por el Seguro
Nacional reciben servicios y subvenciones de distinto tipo evitando así la pobreza
extrema y la falta de sustento de individuos y familias. Los primeros programas del
Seguro Nacional fueron los seguros para la vejez, accidentes laborales, recién nacidos,
personas con discapacidad y desempleo (Doron & Kramer, 1991). La Ley de Seguro

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Nacional permitió a los trabajadores sociales de los departamentos de bienestar social


en el ámbito municipal poder ejercer profesionalmente en servicios de asesoramiento,
tratamiento psico-social y desarrollo de nuevos y creativos programas de apoyo a
poblaciones necesitadas (Wais, 2000).
En el año 2000 la población del Estado de Israel llegó a los 6,3 millones de
habitantes y actualmente cuenta con más de ocho millones, de los cuales
aproximadamente el 80% son judíos y el 20% se compone de árabes musulmanes,
árabes cristianos y otros minorías, tales como, por ejemplo, los drusos, los circasianos
y los bahaís. Este pujante crecimiento causó un constante incremento de los
presupuestos gubernamentales destinados a los Servicios Sociales y creó una creciente
demanda de trabajadores sociales altamente capacitados y especializados.
Paralelamente al desarrollo de las instituciones del Estado, el número de trabajadores
sociales pasó de las instituciones del Estado, el número de trabajadores sociales pasó
de unos pocos cientos en el años 1948 a más de 10000 en 1997, principalmente
desarrollando sus funciones en los departamentos de bienestar social municipales, de
salud (y salud mental) rehabilitación, tratamiento familiar y servicios de rehabilitación
social (Spiro et al., 1997).
La profesionalización del Trabajo Social recibió apoyo gubernamental con la
promulgación de varias leyes que otorgaron a los trabajadores sociales la autoridad
exclusiva en varios ámbitos. Esta proliferación de normas generó un proceso de
consolidación de la profesión y especialización que continúa hasta hoy en día (Spiro at
all., 1998). Se puede citar como ejemplos la Ley de Menores, Tratamiento y Vigilancia
(1960); la Ley de Prevención de la Violencia en las Familias (1991) y el adendum de la
Ley Penal y Defensa de los Desamparados (1991).
Existen ocho componentes principales en el trabajo social en Israel que definen
su identidad profesional: la profesión trabajo social relaciona al individuo con la
sociedad en la que vive (1); el trabajo social lleva al cambio desde una perspectiva
profesional genérica (2); el uso de las presión social y empoderamiento para conseguir
recursos y proporcionar servicios (3); el objetivo de toda intervención es el buen
funcionamiento social (4); la justicia social como base de la misión profesional (5); el
establecimiento de relaciones de igualdad y no de conflicto con las población
referentes (6); el reconocimiento de la particularidad cultural del usuario (7); y la
actuación del profesional en el seno del marco político-social (8) (Buchbinder, 2012).
Uno de los pilares fundamentales de la profesión es el Código de Ética
profesional aprobado por primera vez en el año 1978 y actualizado posteriormente en
1994. Este Código de Ética profesional comprende varios apartados centrales que
tratan sobre el compromiso del trabajador social hacia sus usuarios, la sociedad, la
organización o la entidad en al que se trabaja y hacia la profesión misma. Son base de
sus fundamentaos los valores de la dignidad humana, la igualdad, al libertad y la
responsabilidad social, así como al creencia que cada ser humano tiene el derecho de
decidir sobre sus propias vidas (Spiro, 2012)

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Formación Académica
El primer curso de capacitación de trabajadores sociales dictado por el
Departamento de Trabajo Social al mando de Henrieta Zold, comenzó en el año
1934en Jerusalén y duró apenas 6 meses. Este curso dio origen al Seminario de
Capacitación de Trabajadores Sociales que demandaba dos años de estudio y se
estableció en la ciudad de Tel Aviv. La constante demanda de nuevos trabajadores
sociales tras la creación del Estado en citación acelerados y de corta duración.
Afortunadamente, con la disminución de la inmigración en masa de la posguerra,
dichos cursos fueron suspendidos y la formación ascendió a los niveles académicos
exclusivamente universitarios (Spiro at all., 1998).
El proceso formal comenzó en el año 1958 con la inauguración de la Escuela de
Trabajo Social, en nombre de Paul Berwald, en la Universidad Hebrea de Jerusalén. La
capacitación básica de los trabajadores sociales establecía entonces tres años de
estudio, otorgándose el título de Bachelor en Artes (B.A.9 (Neipris, 1992), luego
denominado al fin Bachelor en Trabajo Social (B.S.W. en inglés).
Desde 1958 y durante los 25 años siguientes, se fundaron las escuelas de
Trabajo Social en la Universidad de Haifa, Universidad de Bar-Ilan, Universidad del Tel
Aviv y Universidad Ben Gurión en Beer Sheva. A finales del siglo XX y principales del
siglo XXI se añadieron nuevas escuelas de Trabajo Social en los Collegues (institutos
universitarios) de Tel-hai en el Norte de Israel, Sapir en el Sur, Ariel en la zona de
Shomron y en la ciudad de Ashkelon.
El proceso de especialización que caracteriza actualmente a las actividades
profesionales generó la demanda de títulos de Maestría (Grado académico superior). A
partir de los años setenta, las universidades desarrollaron estos programas (MSW en
inglés) dirigidos inicialmente a profesionales con experiencia laboral que requerían
mejor preparación para ocupar puestos directivos en organizaciones públicas o sin
ánimo de lucro. Posteriormente, se agregaron programas de Maestría para
Trabajadores Sociales que requerían un marco académico donde ampliar sus
conocimientos y habilidades terapéuticas. Actualmente, ya existen programas de
Doctorado en Trabajo Social en distinta y variadas especialidades en las cinco
principales Universidades de Israel. Estos programas están dirigidos principalmente a
la investigación y a la formación del cuerpo académico universitario.
Las escuelas de Trabajo Social creadas en Israel fueron influidas ideológicas y
académicamente por los profesionales inmigrantes judíos llegados antes y después de
la creación del Estado. En los años treinta y cuarenta del siglo XX la orientación de los
estudiantes locales fue marcada por los profesionales formados en países europeos
como Alemania. Después de 1948 la influencia pasó a manos de inmigrantes
profesionales educados en Reino Unido y, en su gran mayoría, en los Estados Unidos.
El material d estudio y la bibliografía era principalmente americano, y en Inglés. Tras
varios años de formación de trabajadores sociales locales, comenzó la difusión de
publicaciones profesionales en hebreo y la formulación de teorías adaptadas

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

correctamente a la idiosincrasia israelí (Ferger, 1987). Actualmente, los modelos de


trabajo utilizados por la vanguardia académica israelí poseen la influencia de las
escuelas psicodinámicas, conductitas, cognitivas, sociológicas, ecológicas y post-
modernas. Esta variedad de orientaciones ha creado una perspectiva ecléctica que se
adapta en su labor a las necesidades del tratamiento requerido por el cliente, al
entorno social y económico en que se insertan las distintas situaciones tratadas y a las
capacidades que el trabajador social ha desarrollado en sus años de entrenamiento y
capacitación profesional.

3. HISTORIA DE LOS SERVICIOS SOCIALES Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR


Las bases del Estado de Bienestar en Israel fueron establecidas antes de la
creación del propio Estado de 1948 y se desarrollaron a través de más de seis décadas
hasta hoy. Las principales características de la configuración institucional y el modo de
operar del Estado de Bienestar en Israel se originaron en las políticas trazadas por los
líderes del Movimiento Sionista antes de la creación del Estado basadas en ideologías
socialistas.
Durante los años previos a la creación del Estado las instituciones políticas
judías crearon un “pre-estado de bienestar” compuesto por una red de instituciones
sociales y programas de acogida de inmigrantes que llegaron a la Palestina bajo
mandato británico con el anhelo de crear un hogar nacional judío (osenhek, 1998;
Shalev, 1992). Los servicios sociales en el pre-estado eran proporcionados
principalmente por dos sistemas institucionales. Pr un lado, el Consejo Nacional que
proporcionaba emergencia social dentro de la comunidad judía. Y por otro lado, los
servicios proporcionados por la pujante Histadrut (Organización Gremial de los
Trabajadores en Israel) que ofrecía a sus miembros servicios en las aras de salud, vejez,
educación, capacitación laboral y vivienda subvencionados (Doron & Kramer, 1991). En
ese entonces los programas de bienestar social eran considerados solamente un medio
para llevar a buen puerto el sueño del ideal sionista de consolidar económica y
socialmente la comunidad judía en Palestina hacia la creación del Estado de Israel
(Rosenkhek, 2002).
El primer programa de seguridad social promulgado por el Estado de Israel al
finalizar la guerra de la independencia en 1949 fue el plan para veteranos heridos del
recientemente creado ejército israelí. El programa garantizaba una pensión básica
calculada de acuerdo a la discapacidad (Gal, 1998).
Además de la asignación monetaria, el plan contemplaba una variedad de
servicios de rehabilitación médica, capacitación profesional y acceso y otras
prestaciones personales. Con el paso del tiempo, se introdujeron modificaciones en los
planes de protección social para los veteranos y heridos de guerra ante el aumento de
bajas y daños como consecuencia de los sucesivos enfrentamientos bélicos (la
Campaña del Sinaí en 1956, la Guerra de los Seis Días en 1967, la Guerra del Yom Kipur
– Día del perdón- en 1973, la Primera Guerra del Líbano 1982-2000, la Segunda Guerra

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

del Líbano, en 2006, entre otros). La finalidad de estos cambios fue la ampliación de la
cobertura, tanto de los casos de siniestro como de población, como así ha sido la
incorporación de las víctimas civiles por atentados y acciones terroristas.
Tras la fundación del Estado de Israel, se generaron cambios fundamentales en
la configuración política, social y económica de la sociedad. Estos cambios se vieron
reflejados en las políticas sociales y en la organización institucional del nuevo Estado
de Bienestar. Las instituciones judías, que previas a la creación del Estado
proporcionaban servicios exclusivamente a miembros de la comunidad judía,
expandieron sus servicios, como entes gubernamentales, a todos los ciudadanos del
nuevo país, incluyendo a los miembros de la comunidad árabe local que comenzaban
su inserción y adaptación social y económica.
Durante las primeros dos décadas de Israel el sistema de Estado de Bienestar
estuvo compuesto por dos ejes organizacionales altamente diferenciados. El primer
coordinado por la organización Gremial de los Trabajadores en Israel (Histadrut) y
subvencionado por el Estado que garantizaba bienestar ocupacional especialmente a
los ciudadanos judíos occidentales que llegaron antes de la creación del Estado. El
segundo eje comprendía una incipiente institucionalización del Estado de Bienestar
administrado por medio del gobierno y dirigido mayormente a centenares de miles de
inmigrantes judíos de países árabes del Norte de Arica, del Medio Oriente y de Asia
que llegaron al país en los años cincuenta.
Una de las principales áreas de acción en estas décadas fue la absorción laboral
y económica de los inmigrantes y la provisión de viviendas dignas (Roter & Shamai,
1990 a). Esta política fue implantada por medio de la ubicación de esta masa de
inmigrantes en zonas periféricas del nuevo Estado. Con éste propósito se fundaron
decenas de “ciudades en desarrollo”, construidas y diseñadas por el reciente gobierno
centralista establecido con la creación del Estado, y dirigido al cumplimiento de los
objetivos sionistas de “absorción de la inmigración” y “dispersión de la población” a lo
largo de todo el país (Zaslafsky, 1954).
La consolidación de un sistema universal de bienestar social y económico para
todos los ciudadanos en Israel comenzó en el año 1953 con la promulgación de la Ley
de Seguro Social y la fundación del Instituto de Seguro Nacional – ISN (Mosad Lebituaj
Leumi) el ISN centró su actividad en aquel momento entonces a tres áreas diferentes:
tercera edad y benéficos de los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial,
accidentes de trabajo, y por último maternidad (Doron & Kramer 1991). El sistema de
Seguro Nacional comenzó su expansión a otras áreas de bienestar social en el año
1959 con el lanzamiento del primer programa de subvenciones familiares que
proporcionaban una suma de dinero a las familias con cuatro hijos o más (hasta la
edad de14 años) (Sharon, 1987). Este programa fue ampliado nuevamente durante los
años setenta a familias con tres hijos. En 1974 el programa fue parcialmente limitado a
familias en las que el padre o la madre habían servido en el Ejército, excluyendo así a la
mayor parte de la población árabe y a la población judía ultra ortodoxa que no están

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

obligados a cumplir con el servicios militar. Esta decisión del gobierno se basó en el
interés del Partido Laboralista de entonces de proporcionar mejoras en las condiciones
de vida de las familias numerosas judías de origen oriental. El subsidio de familias
numerosas se convirtió así durante las décadas de los años sesenta y setenta del siglo
XX en un componente esencial del Estado de Bienestar israelí, contribuyendo en gran
medida a la reducción del índice de pobreza en Israel.
El Estado de Bienestar siguió expandiéndose, y se afianzó gracias a nuevos
programas del Instituto de Seguridad Nacional, basados en principios ideológicos de
bienestar universal (Cnaan, 1987; Rosenhek, 1999). Este proceso puede ser apreciado
en el incremento de los gastos gubernamentales en seguro nacional y servicios
sociales. Mientras que en 1970 el gasto público representaba el 13,2% del Producto
Interior Bruto, en 1980 se incrementó a un 20,1% (Kop, Blankett & Sharon, 1986). Un
ejemplo de este proceso fue la adopción en 1972 del Programa de Seguro de
Desempleo proporcionado por el Instituto de Seguridad Nacional, programa que no
existía hasta ese entonces (Gal, 1993). Otro ejemplo del proceso de formalización del
Estado de Bienestar israelí fue la implementación en 1982 de la Ley de Manutención e
ingresos mínimos.
Durante los años ochenta, Israel sufrió una crisis económica de galopante
inflación que pudo ser detenida en 1985 gracias al Plan de Estabilización de
Emergencia establecido por un gobierno de coalición entre el Partido Laboralista
presidido por Shimon Perez y el Partido Likud de centro derecha presidida por Izak
Shamir. Dicho plan se basó en la policía de liberalización de capitales en mercados
internos e internacionales, privatización de empresas nacionales, desregularización del
mercado de trabajo, una apertura a la economía global y una significativa reducción
del gasto público (Shalev, 1999). Estas medidas económicas causaron a Estado de
Bienestar una gran crisis, así como en la mayor parte de los países occidentales. Esta
situación de crisis fue caracterizada por un recorte presupuestario de los beneficios
otorgados por el gobierno, por un reajuste de los criterios de elegibilidad, limitación de
los servicios sociales y una ola de privatizaciones (Rosenhek, 2002).
Pero el instrumento mejor utilizado y no evidente de desgaste del Estado de
Bienestar en Israel durante los años ochenta y noventa fue la erosión natural de los
beneficios y presupuestos que no estaban indexados al costo de vida ni eran
actualizados por el gobierno en forma directamente proporcional a la inflación.
Como consecuencia los tres mayores programas de redistribución y seguridad
social (vejez y pensiones para los sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial,
subvenciones para familias con hijos y seguro de desempleo) perdieron su
representatividad económica y poder de ayuda (Barkai, 1998).
En 1984, debido a la creciente crisis económica, el gobierno decidió cobrar
impuestos a los beneficios concedidos a los primeros dos niños en familias con menos
de cuatro hijos, y en 1985, el impuesto fue extendido también al tercer hijo. Al mismo
tiempo el gobierno decidió cancelar totalmente el beneficio al primer hijo en familias

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

con menos de cuatro hijos y restringir el pago en base a los ingresos familiares. No
obstante, en 1994, debido a intereses de coalición policía y apoyo de los partidos
árabes al gobierno Laborista, el gobierno abolió la cláusula que garantizaba mejoras a
los ciudadanos que habían servido en el ejército, logrando que las familias árabes y
judías ultra ortodoxas igualaran sus beneficios a las familias del grueso de la población
(Rossenhek & Shalev, 2000), siendo este un retorno a la universalidad del sistema y un
reacercamiento a los valores básicos establecidos en la Declaración de la
Independencia de Israel. Los presupuestos de los servicios sociales como educación,
salud, prestaciones sociales y vivienda descendieron en la primera mitad de los años
ochenta en términos reales a un promedio anual de 1,7% aunque en la segunda mitad
se mantuvieron estables relativamente.
Otro de los ejemplos de la reestructuración del Estado de Bienestar que tomó
impulso en los años ochenta fue la política de privatización de servicios sociales, bien
por medio de compañías privadas o de asociaciones del tercer sector. En el año 1980,
la Kneset promulgó la Ley de Organizaciones No Gubernamentales (Ley de las Amutot)
que vino a sustituir la ley en vigencia de 1909 que data de tiempos del Imperio
otomano en Palestina. Como lo indica el artículo primero de la ley de ONGs, el objetivo
es asegurar que los fondos donados por entes filantrópicos lleguen a sus destinatarios
y no se haga mal uso de los mismos. La ley explica en más de setenta artículos la
metodología de regularización organizacional de los presupuestos y de los aspectos
económicos de las ONGs, aunque deja casi sin reglamentar la calidad y el estándar de
los servicios sociales por ellas provistas. Este es otro aspecto más que promueve de
descentralización de los servicios sociales provistos por el Estado de Bienestar. Estos
servicios son proporcionados por el personal profesional y los voluntarios activos en
las ONGs de acuerdo a perspectivas particulares sin regularización oficial. Creando así
grandes desventajas y abismos profesionales entre los servicios proporcionados por las
distintas ONGs. De acuerdo a las estadísticas del Departamento de ONGs en Israel, a
principios del siglo XXI, había inscritas más de 43000 ONGs. Esta situación dificulta
enormemente la regulación de las actividades filantrópicas y abre la posibilidad de
infringida la ley.
Bajo la privatización de los servicios sociales el Instituto de Seguro Nacional
estableció en 1986 el programa de Tratamiento a Largo Plazo para proveer a los
ancianos, severamente necesitados o impedidos, los servicios necesarios para vivir en
la comunidad. Estos servicios son provistos por organizaciones privadas y ONGs bajo la
supervisión de agencias sociales gubernamentales que determinan los servicios
requeridos por cada anciano, tanto como la organización que los proveerá
(Ajezenstadt & Rosenhek, 2000).
Al comienzo de la década de los noventa, se produjo un notable incremento de
los presupuesto en materia de servicios sociales con un crecimiento anual de 10,1% en
términos reales. Este incremento fue generado por un enorme flujo migratorio.
Alrededor de un millón de inmigrantes judíos llegaron a Israel procedentes de la ex

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Unión Soviética tras el desfondamiento del comunismo, recuperándose la libertad de


circulación en aquellos países.
El presupuesto de ayuda para el acceso a la vivienda se incrementó un 33,9%
que en su mayoría fue concedido a los nuevos inmigrantes (Weinblatt et al., 2000).
Este programa fue llamado “Canasta de Absorción” y ofrecía asistencia económica a
los inmigrantes durante la primera etapa de organización en el país. Principalmente
prestó asistencia para gastos de manutención y alquiler durante los primeros meses de
vida en Israel. El nuevo inmigrante recibe “la Canasta de Absorción” de forma
automática desde el momento en que llega al país.
Los servicios de salud como parte del Estado de Bienestar, sufrieron un drástico
cambio hacia finales del siglo XX. En el año 1994 se estableció el seguro de salud
nacional obligatorio basado en los siguientes principios: cobertura universal,
centralización y fiscalización de los pagos del seguro por medio del Instituto de Seguro
Nacional. El pago mensual de todos los trabajadores se traduce en un 5% de sus
ganancias brutas, lo que garantiza al Estado un control casi absoluto sobre este
sistema y la nacionalización del seguro de salud (Gross, Rossen & Shirom 1999).
El desarrollo histórico de los seguros sociales en Israel, como se expuso
anteriormente, se basó en modelos ya establecidos en países occidentales y fue
adquiriendo diferentes influencias a lo largo de su desarrollo. Durante los años
cincuenta y principios de los sesenta el modelo británico fue el de mayor recepción. En
los años setenta, ya consolidado el Estado de Bienestar, el seguro universal recibe
mayor influencia del modelo social-demócrata, común en los países escandinavos, y
desde la década de los noventa la tendencia es incorporar programas procedentes de
los Estados Unidos, entre ellos el “Plan Wisconsin”. Este programa fue evaluado por
distintas agencias con resultados controvertidos y conclusiones opuestas. En el año
2011 el “Plan Wisconsin” fue congelado por el parlamento israelí y no ha sido
renovado desde entonces debido a la fuerte crítica que generó.
Básicamente, y como puede apreciares en todas estas líneas, desde la
fundación del Estado de Israel los mayores planes de prestaciones y servicios han sido
dirigidos a dos grandes colectivos: los inmigrantes y las víctimas del conflicto árabe-
israelí y del terrorismo. Esto es consecuencias de la política social de Israel que está
fuertemente influenciada, independientemente del color político de los sucesivos
gobiernos de coalición, por los valores de la sociedad Israelí: el compromiso con el
desafío de la absorción de inmigración (en su mayor parte, resultado de la
persecución, el antisemitismo y el incremento de la nueva judeo-fobia) y el
compromiso con las victimas del permanente conflicto bélico.

4. DESAFÍOS DEL TRABAJO SOCIAL Y DEL ESTADO DEL BIENESTAR EN EL SIGLO XXI
Los determinantes de la seguridad nacional
El siglo XXI plantea nuevos retos al Estado de Israel ante una situación compleja
en varios aspectos. El año 2000 comenzó con la retirada unilateral del ejército de Israel

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

de la zona del sur del Líbano terminando así una cruel y larga guerra que duró
dieciocho años. La situación bélica no se solucionó con la retirada israelí y, en el año
2006 estalló la denominada Segunda Guerra del Líbano, dejando terribles secuelas en
los habitantes del Norte del país que sufrieron bombardeos durante los dos meses que
duró el enfrentamiento. En el año 2008, Israel lanzó la campaña “Plomo Fundido”
atacando la Franaj de Gaza en la zona sur del país, a consecuencia de casi ocho años de
incesante bombardeos a pequeños pueblos, kibutzim (aldeas cooperativas), moshavim
(asentamientos agrícolas) y grandes ciudades como Ver Sheva, Asheklon y Ashdod. El
número de damnificados y traumatizados psicológicamente llegan a cientos de miles.
La desproporciono del ataque por parte del gobierno de Israel que sufrió duramente la
población de Gaza fue ampliamente criticada y condenada por la comunidad
internacional, aunque no el derecho del Estado de Israel de proteger a sus ciudadanos
por medio del uso de la fuerza. En julio de 2014, una nueva campaña tuvo lugar en el
sur del país. Desde entonces reina en la zona de la Franja de Gaza y alrededores un
tensionado silencio casi sin acontecimiento bélico. Sin embargo, el conflicto
enquistado entre palestinos e israelís continúa sin aparente solucione en el horizonte.
Un conflicto que ahora parece más complicado aún con la ola de atentados
terroristas.
A nivel geopolítico, Israel se encuentra hoy en una zona de incertidumbre
general dada la desestabilización política en toda la zona. La guerra en Yemen, Siria e
Irak, la batalla por la hegemonía política entre Arabia Saudí e Irán y la acción de
diversos y numerosos grupos terroristas, enfrentados entre sí, han convertido a todo
Oriente Medio en un grave problema a nivel internacional, lo que convierte a la
seguridad nacional en Israel en una cuestión de primera magnitud, que afecta
directamente a las necesidades presupuestarias y resta vigor a los fondos destinados a
las políticas públicas y sociales.

Heterogeneidad Cultural y Social


Israel se caracteriza por una gran diversidad de grupos sociales. AlphalLa
Agencia Central de Estadísticas informa que, a comienzos del año 2017, la población de
Israel alcanza aproximadamente los 8680000 habitantes, de los cuales 6484000 son
judíos (74,7% de la población), 1808000 son árabes (20,85 de la población) y 388000
pertenecen a otras minorías (4,5%). Dentro de la comunidad árabe israelí, 1488000 son
musulmanes (28% de la población general), 170000 son cristianos (2%) y 139000
drusos (1,6%).
La población religiosa entre los judíos, y en sus distintas corrientes, viene
aumentando más que la población laica o liberal. En un estudio realizado en el año
2009 (Arian A. & Keisar-Shugerman A.) sobre la auto-denominación religiosa de la
población Judía en Israel (y su observancia): el 7% se identificó como ultra-ortodoxo, el
15% como religioso (practicante), el 32% como tradicionalista, el 43% como laico y el
3% como anti-religioso. Por lo tanto, la mayoría de la población Judía en Israel se

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

autodefine con un arraigo religioso significativo (54%) en contraste con la población


que se define no religiosa (46%). N obstante, esta conclusión puede producir confusión
porque la condición de ser tradicional no implica ser religioso observante
necesariamente, sino cumplidor de las tradiciones y costumbres vinculadas al ámbito
religioso, como la celebración, por ejemplo, de las festividades, lo cual implica un
condicionante cultural más que religioso en sí mismo. En su mayoría los ultra-
ortodoxos se dedican al estudio de las sagradas escrituras y son económicamente
dependientes para subsistir humildemente de las prestaciones de las administraciones.
El reciente informe oficial de la Agencia Central de Estadísticas de abril de 2017, arroja
algo más de precisión a este respecto: el 44% de la población se define como no
religiosos laicos, el 24% se ven a sí mismos como judíos tradicionalistas pero no muy
religiosos, el 12% son tradicionalistas religiosos practicantes, el 11% religiosos y un 9%
se autodefinen como ultra-ortodoxos. Entre los no judíos (musulmanes, cristianas,
drusos y otras corrientes religiosas), el 53% dicen ser religiosas y sólo un 4% se ven a sí
mismo como muy religiosos. Debido al gran incremento de la población ultra-
ortodoxa, dado que poseen una tasa de natalidad muy superior a la media de la
población judía en general) y los pronósticos que predicen un aumento aún mayor, en
los últimos años se ha tratado de proponer alternativas que generen productividad
económica por parte de este segmento social con el fin de que no conviertan en una
carga social para el Estado, pero estos esfuerzos no han tenido éxito sustanciales aún.
La política social y los programas de este siglo deben incrementar la
sensibilidad a los parámetros culturales, patrones de normas y códigos de conducta
sectorial para afrontar las necesidades sociales de la sociedad.

Cambios en el mercado laboral: desempleo e inmigración


Los cambios sociales de carácter universal que ha experimentado la comunidad
mundial en los últimos años afectaron también a la sociedad israelí, sumándose a los
desafíos de carácter local.
En el año 2002 aconteció una crisis económica mundial que fue sentida e
influyó en la economía Israelí. Como respuesta a la crisis el gobierno implementó una
economía de austeridad y de recortes presupuestarios. El gobierno comandado por el
partido conservador Likud recortó presupuestos sociales y beneficios a los grupos más
desventajosa como desempleados, familias con hijos menores de 18 años, ancianos y
personas con discapacidad. La crisis sobrevenida de 2008 ha incrementado estas
iniciativas políticas basadas en la continua reestructuración del gasto público.
El desempleo en Israel en el año 2000 era del 8,7% y alcanzó el 10,8% durante
la crisis económica mundial del año 2003. Pero desde la reestructuración económica
de ese año, la desocupación bajo anualmente alrededor de un 1% llegando a un 6,1%
en el año 2008 y a 5,8% en noviembre del año 2016. Estos datos, aunque son muy
prometedores, comparados con las tasas de desempleo en otros países de la OCDE,
reflejan una problemática oculta: el número de trabajadores que apenas subsisten

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

económicamente al borde de los umbrales de la pobreza. Casi un tercio de los


empleados en el mercado laboral israelí perciben el salario mínimo establecido o
menos. Esta cifra ha superado ya el 30%.
La brecha entre las diferencias salariales se ha incrementado. En el año 2015, el
ingreso bruto más inferior de una familia era de 4644 shekels (1200 dólares) frente a
los 58293 (15000 dólares) del nivel superior (Svirsky & Konor-Atias, 2017).
Si bien la tasa de desempleo en Israel hoy es similar a la tasa de desempleo de
la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) esto no significa que
las tasas de participación en el mercado laboral de la población en edad laboral sean
similares. Aquí radica el principal problema del mercado de trabajo israelí. La
población en edad laboral se compone de dos grupos distintos: los que participan en la
fuerza de trabajo y los que no participan en ella. Una gran parte de la población de
Israel en edad laboral no participa en la fuerza de trabajo por motivos culturales,
sociales y religiosos; por lo que las tasas de participación en el mercado laboral no son
suficientes.
Las tasas de no-empleados en la minoría árabe musulmana y la minoría judía
ultra-ortodoxa son altas y explican parciamente este fenómeno. Sin embargo, la
mayoría de la población de Israel no es ni ultra-ortodoxa, ni árabe musulmana. Aún
después de neutralizar el efecto de los dos grupos, la proporción de desempleo es, por
ejemplo, del 15,1% entre la población de hombres no ortodoxos, más alta que el
promedio de la OCDE que alcanza el 11%. El servicio militar obligatorio explica en parte
este fenómeno también, pues muchos jóvenes israelíes postergan el inicio de su
incorporación al mercado laboral y de sus estudios (Ben-David, 2010).
Por otra parte el creciente número de trabajadores extranjeros en Israel no
cesa de incrementarse dadas las atractivas posibilidades de bienestar que encuentran
estas nuevas oleadas de inmigración por razones de trabajo.
Ya en enero de 2012, el departamento de investigación y estadísticas de la
Kneset presentó en su informe una primera aproximación a este nuevo fenómeno
social. A finales del año 2011 había en Israel 260000 trabajadores extranjeros, de los
cuales sólo 88864 entraron en el país legalmente. 95000 se quedaron tras la expiración
de su vista de turista, 45000 solicitantes de asilo cruzaron las fronteras ilegalmente y
31000 trabajadores palestinos procedentes de Cisjordania poseen permisos de trabajo.
A diferencia de la mayor parte de los países occidentales, Israel aún no ha
formulado una política clara para afrontar y responder a este fenómeno de la
inmigración. Una política que se ha vuelto absolutamente necesaria no sólo como un
medio para regular efectivamente el empleo de los trabajadores extranjeros en
situación irregular, sino como una obligación moral para la protección de los derechos
laborales y sociales de todas estas personas (Centro de Investigación y Estadísticas de
la Kneset, 2011).

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Dinámicas socio-demográficas: cambios estructurales en los métodos de familias


En la sociedad Israelí, así como en otras sociedades occidentales, las unidades
familiares se han modificado y hay un importante crecimiento de familias mono-
parentales, siendo las más frecuentes la de madres solteras. En el año 2000 el número
de familias mono-parentales con hijos de hasta 17 años de edad fue de 89000. Doce
años después, aproximadamente el 6% de todas las unidades familiares (107000) son
mono-parentales. En el año 2010, por ejemplo, nacieron 4900 niños de madres
solteras judías en comparación con el año 2000 en el que el número de dichos
nacimientos era tan sólo de 26000. Durante estos años el porcentaje de nacimientos
de madres solteras se incrementó en un 1,3% (Agencia Central de Estadística, 2012). El
nivel de los salarios de estas mujeres, que trabajan mayormente a tiempo parcial, es
bajo, por lo que más de la mitad reciben subvenciones complementarias del Estado
(Savirsky, 2001).
Las diferencias salariales entre hombre y mujeres son también un problema
aún sin resolver. Según los datos del Instituto de Seguridad Nacional, en el año 2014 el
30,9% de las mujeres frente al 16,8% de los hombres percibieron salarios inferiores al
sueldo mínimo establecido (Svirsky & Konor-Atias, 2017).
Estas diferencias salariales también se producen en el seno de los diferentes
grupos sociales. La población judía sefardí gana, comparativamente, menos que la
población judía ashkenazi. Los judíos inmigrantes procedentes de los países del Este,
los judíos etíopes y los árabes también padecen estas desigualdades salariales. El nivel
de cualificación de los empleos también influye en estos indicadores.

El envejecimiento de la población
El envejecimiento de la población es resultado del constante desarrollo de la
medicina, los nuevos tratamientos de enfermedades anteriormente incurables y la
salud preventiva. Por otra parte los cambios sociales y el crecimiento de la
participación de la mujer en el mercado laboral han causado la disminución de la tasa
de nacimientos.
En Israel el envejecimiento de la población tiene además una estrecha relación
con la ola de inmigración masiva de la ex Unión Soviética de los años noventa. En esta
inmigración llegaron al país aproximadamente 130000 personas mayores de 65 años
con limitaciones fiscas y de movilidad, necesitadas de asistencia para realizar las tareas
diarias como el aseo personal y la vestimenta. Esto influyó directamente en el sistema
de Seguridad Social como se citó anteriormente, y los planes que se habían centrado
en el pago de pensiones y en el gasto sanitario, se diversificaron y se iniciaron los
programas de Atención de Larga Duración a personas mayores, en situaciones de
dependencia.
Las tasas de pobreza en la colectiva de la tercera edad crecen constantemente.
Un tercio de la población de anciano vive bajo el nivel de pobreza, por lo que requieren

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

del acceso a prestaciones económicas complementarias por parte del Estado (Doron,
2002).
Esta desigualdad se veré incrementada, según los últimos datos
proporcionados por la Oficina Central de Estadística de Israel. En el año 2015, sólo un
quinto de la población laboral depositó en planes para la jubilación una cantidad
suficiente a modo de ahorro para su futuro. De esta manera, se prevé que los
trabajadores que menso inviertan para la edad de jubilación, acabarán convirtiéndose
potencialmente en personas mayores pobres con ingresos por debajo del mínimo nivel
establecido (Svirsky & Konor-Atias, 2017).

La polarización de las clases


Los recortes en las políticas sociales del Estado de Bienestar que han sido
aplicados en la primera década de este siglo XXI trajeron un florecimiento de la
economía israelí, pero a su vez contribuyó al incremento de las desigualdades sociales,
generado un abismo entre las clases sociales. Los ricos se hicieron mucho más ricos.
Unas veinte familias lograron expandir su poder económico gracias a la privatización
de empresas gubernamentales. Estos multimillonarios son denominados Taicunes o
magnates económicos (concepto que proviene del japonés y hace referencia a un
cargo no formal de nobleza económica debido al gran poder financiero que tienen
estas personas). Los pobres junto con la clase media han venido manteniendo con
dificultad su estándar de vida.
Esta situación se ha venido agravando a lo largo de los últimos años, hasta que
en el mes de Julio del año 2011 comenzaron en la ciudad de Tel Aviv toda una serie de
manifestaciones espontáneas organizadas por jóvenes israelíes exigiendo mejores
condiciones de vida, no a los recortes a mayor justicia social. Este movimiento social se
expandió a todas las grandes ciudades del país desde la ciudad de Kiriat Shmona en el
norte hasta la ciudad de Beer Sheva en el sur. En su apogeo, durante los meses del
verano, esta protesta social logró convocar en la calle a casi un millón de personas de
todas las edades, clases sociales, grupos culturales diversos, judíos y árabes, que
exigían un cambio radical de la política socio-económica del gobierno y una mejora
drástica en la redistribución de los recursos.
Jóvenes estudiantes lideraron las manifestaciones, e intelectuales y profesores
universitarios los siguieron. Las demandas se centraron en las tradicionales exigencias
de mejora social proclamadas durante todo el siglo XX: derecho a una vivienda digna, a
un trabajo bien remunerado, la aprobación de nuevas leyes laborales y una
redistribución más equitativa de los ingresos nacionales en forma de más y mejores
servicios sociales.
El impacto de las manifestaciones de Julio del año 2011 fue tal que el gobierno
se vio obligado a dar respuestas inmediatas. El primer Ministro Netanyahu designó una
comisión de especialistas conducida por el Profesor de Economía, Manuel Trajtenberg,
para delinear una adecuada respuesta a las demandas de los manifestantes y proponer

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

una reforma en la redistribución de las riquezas del Estado. La comisión en sólo dos
meses generó una serie de propuestas.
Las recomendaciones más importantes de la comisión son las siguientes:
1. Disminución de los impuestos arancelarios para la importación de productos
electrónicos y alimenticios
2. Limitación de las deducciones al Seguro Nacional y al impuesto de cobertura
para la salud
3. Establecimiento de un impuesto negativo para las ganancias de las madres
trabajadores
4. Restablecimiento de la ley de educación gratuita par aniño en edad pre-escolar
de 3-4 años, ampliación de las plazas de guarderías para los niños de 0-3 años
5. Aplicación de nuevas deducciones fiscales para familias con menores
6. Aumento del 45% al 48% en los impuestos para aquellos que perciben más de
40000 shekels mensuales (aproximadamente 10150 dólares)
7. Aumento del impuesto a las ganancias de las empresas del 24% hasta 26%
8. Incremento del impuesto a las ganancias en la bolsa de valores, dividendos e
interés bancario de un 20% a un 25%
9. Establecer un escalón impositivo adicional de un 2% del ingreso general a
aquellos que ganan más de 1000000 shekels por año (alrededor de 380000
dólares)
10. Incremento de las cotizaciones del Seguro Nacional por parte de los
empleadores

Los acontecimientos del año 2011 han abierto una brecha de cambio en las ya
tradicionales políticas sociales en Israel. A pesar de la constante amenaza contra la
seguridad nacional, el pueblo israelí ha puesto por primera vez en 70 años de
independencia el factor social y económico como asunto primordial en la agenda
política y ha obligado al gobierno a realizar modificaciones sustanciales en su política
de bienestar social. Sólo nos resta esperar que los cambios sociales propuestos hoy, así
como el fin del conflicto militar árabe-israelí en un anhelado mañana, tomen vida
come en la visión del profeta Isaías.

Trabajo Social en el siglo XXI


El contexto social, económico, tecnológico y cultural en el cual se inscribe el
Trabajo Social en el siglo XXI presenta, como ya citamos, características nuevas que
plantean mayores exigencias en la formación de los Trabajadores Sociales.
Estas transformaciones, proponen nuevos desafíos al Trabajo Social, nuevas
expectativas de la profesión y el requerimiento de las habilidades laborales necesarias
para hacer frente a estas transformaciones.
Las escuelas de Trabajo Social funcionan en las Universidades y en los Colleges.
Las Universidades otorgan el primer título (BSW), la Maestría (MSW) y el Doctorado

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

(Ph.D.) en Trabajo Social. La orientación de las escuelas de Trabajo Social en las


Universidades está dirigida principalmente hacia la investigación social y la
capacitación especialista en los dos títulos superiores. En cuanto a los Colleges, son
preferencialmente públicos y se ubican en zonas periféricas en el Norte o Sur de Israel
con el objetivo de facilitar el acceso al estudio académico de todas las poblaciones del
país. Los Colleges ofrecen solamente el primer título de Trabajo Social (BSW) y tiene
una orientación práctica capacitando a sus estudiantes para el trabajo de campo al
finalizar sus estudios. El primer título (BSW) obtenido en los Colleges es obviamente
reconocido legalmente y de igual valor al título cursado en una Universidad. Por lo
tanto, si los estudiantes egresados del Colleges deciden continuar sus estudios de
Maestría lo podrán hacer en cualquier Universidad sin ninguna dificultad, más que
cumplir los requisitos académicos requeridos. Israel produce centenares de
profesionales anualmente en todos los grados académicos (BSW, MSW Y Ph.D.) y en
distintas especialidades, garantizando así una adecuada respuesta para la mayoría de
las situaciones psicosociales que la población Israel requiere. El ámbito más habitual de
la laboral profesional es el de los Servicios Sociales personales, pero también
encuentra sus propios nichos de empleabilidad en el ámbito de la educación, la
justicia, la salud, el tercer sector y la empresa privada.
Trabajo Social en Israel ha logrado crear generaciones de profesiones que
forjaron una tradición profesional que tiene eco en publicaciones de alto nivel en
lengua hebrea y en publicaciones de reconocido prestigio a nivel internacional. La
investigación científica es de central importancia en la expansión de los conocimientos
y para las capacidades de los trabajadores sociales en sus etapas de formación y de
trabajo de campo.
Durante el año 2011, y previo a las manifestaciones sociales, los trabajadores
sociales salieron a la huelga exigiendo al gobierno proveerlos de mejores salariales y
laborales. La baja remuneración que muchos trabajadores reciben en Israel puede
alcanzar, en algunos casos, a situarlos en salarios por debajo del nivel de pobreza. La
mayoría de los trabajadores y profesionales en Israel (médicos, enfermeros,
ingenieros, maestros, etc.) están agrupados en organizaciones representativas
sindicales, desde las cuales presentan sus demandas laborales ante el gobierno por
medio de la Histadrut (Organización Gremial de los Trabajadores de Israel). Luego de
meses de confrontación y demandas por parte del Sindicato de Trabajadores Sociales
representados en la Histadrut frente al Ministerio de Finanzas, los trabajadores
sociales lograron mejoras controvertidas. Parte de los trabajadores sociales vieron los
logros como adelantos sustanciales. Sin embargo, otros se sintieron engañados y
manipulados en el proceso de negociación tanto por el gobierno como por la Histadrut
al mismo tiempo. Esto llevó a un grupo de profesionales a escindirse de la organización
representativa oficial y crear una nueva organización sindical, conocida como “fuerza a
los trabajadores” (Koaj LaOvdim) que lucha por logros y mejoras sustanciales en las
condiciones de trabajo.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Existe una correlación entre la práctica profesional actual, los bajos salarios y la
competencia con otros profesionales de otras áreas que se disputan al mismo espacio
de trabajo. Esto es un desafío que debe ser tratado, ante todo el de la Acción Social.
Razón por la que, también en Israel, estamos a vuelta de nuevo con el tema de la
identidad profesional.
La identidad que define al trabajador social frente a otras profesionales está
influida por la historia y la cultura organizativa que configuraron a la profesión. La
identidad profesional depende del pasado, de donde surgen las primeras
identificaciones que dan origen a la profesión y le permiten desempeñar un papel en la
sociedad que se va enriqueciendo y modificando en la medida que va recibiendo
nuevas demandas sociales, teniendo así acceso a nuevos roles, aumentando su caudal
de conocimientos y profundizando en la reflexión sobre la propia práctica.
La necesidad de participación activa de los trabajadores sociales, a
consecuencia de los acontecimientos sociales del verano del año 2011, condujo a la
creación del “Foro de Trabajadores Sociales en pro de la Justicia Social”. Este foro
constituido por trabajadores de campo y miembros de la academia comenzó a actuar
en diferentes temas relacionados con las demandas sociales. Entre ellos, la creación de
la Comisión Alternativa de Especialista en Bienestar y Seguridad Social (Comisión
Spivak-Iona) que trabajó paralelamente a la comisión Trajtenberg designada por el
gobierno en mesas redondas públicas donde se trataron temas de bienestar y
seguridad social. La comisión Spivk-Iona publicó su informe y sus proposiciones de
cambio como alternativa a las recomendaciones de Trajtenberg. Estas sugerencias de
la Comisión Spivak-Iona provienen de la tendencia académica-universitaria planteada
en los últimos años por distintos profesores de Trabajo Social que acentúan el rol de
los trabajadores sociales en el planteamiento y diseño de las políticas sociales
implementadas por el gobierno. Esta propuesta de “practica de políticas”, como área
de ocupación del trabajador social, y la necesidad de reformas en el programa
académico, intentan responder a las nuevas necesidades y requisitos de la profesión
en el siglo XXI (Wais-Gal & Levin, 2010).
Groso modo, se pueden identificar dos corrientes en el desarrollo del trabajo
social basadas en perspectivas profesionales diferentes. La primera corriente se centra
en la profesionalización social, en la cual los trabajadores sociales son percibidos como
realizadores de la política social del Estado y de las organizaciones en las cuales
trabajan. Esta corriente acentúa la neutralizada política y sentimental del trabajador
social, generando un cierto distanciamiento hacia los clientes, pero aumenta el estatus
profesional. Por otro lado, se desarrolló una corriente alternativa de activismo social
que critica la corriente profesionalista y propone un activismo social y político muy
comprometido del trabajador social en la lucha por conseguir mayores niveles de
justicia social, aunque implique enfrentamiento con organizaciones del establishment
social. Ahora bien, la perspectiva activista no propone una revolución social de sistema
capitalista hoy en día, sino una reforma social que conduzca a un Estado de Bienestar

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

menos limitado, que promueva mayor igualdad social y contribuya a la disminución de


las diferencias sociales entre los distintos grupos sociales que conforman la sociedad
israelí.

CONCLUSIONES
Nadie puede dudar que Trabajo Social en el siglo XXI jugara un importante papel en la
sociedad israelí y en el debate sobre el futuro del Estado de Bienestar. La pregunta que
aún queda sin responder es en qué medida la profesión podrá traer soluciones nuevas
y creativas a los conflictos existentes, y a los nuevos y permanentes desafíos de una
sociedad pluralista y multicultural que se encuentra bajo amenaza permanente a su
seguridad nacional.
La profesión de Trabajo Social, que históricamente surgió para ayudar y los grupos más
débiles de la población y fomentar la igualdad, la justicia social y el bienestar, ocupa un
lugar central al proveer la base académica y profesional para el cambio social y la
mejoría de cada uno de los grupos y clases sociales en situación de riego. Las
Universidades y Colleges que educan y capacitan a los futuros trabajadores sociales
deben aceptar este desafío y transformarse en promotores de agentes del cambio
social que con sus intervenciones profesionales, en todos los ámbitos, contribuyan a
crear una sociedad más concienciada y justa, y donde el bienestar social esté al alcance
de todos.

Ejercicios de autoevaluación. Ampliando conocimientos


1. En qué consiste el Plan Wiscosion
2. Cuántas oleadas de inmigrantes hacia Israel se han producido
3. Que sucedió tras la Declaración de Independencia en Israel
4. Cómo es la formación universitaria en Israel
5. Las primeras Escuelas de Trabajo Social fueron influenciadas por inmigrantes
judíos. En qué sentido
6. Cuáles fueron los resultados de la aplicación del Plan de Estabilización de
Emergencia realizado en los ochenta
7. Existe la fórmula de copago en Israel
8. Cuál es la singularidad del proceso paulatino de envejecimiento de la población
en Israel
9. Quien es el profesor de economía Manuel Trajtenberg
10. Cuáles son las dos corrientes actualmente en el seno de Trabajo Social

Ejercicios para las pruebas de evaluación continúa


1. Cuál es la importancia de Henrieta Szold para el Trabajo Social en Israel
2. Qué significa la expresión “pre-Estado de Bienestar”
3. Cuáles son las razones de las oleadas de inmigración hacia Israel
4. En qué consiste la Ley del Seguro Nacional

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

5. Cómo se inició la formación en Trabajo Social


6. Qué es la denominada “canasta de absorción”
7. Que vinculación guarda el movimiento sionista con las ideologías socialista
8. Por qué la cuestión de la seguridad nacional influye en la política social
9. Cuál es el principal problema del desempleo
10. Cómo se ha consolidado el reconocimiento social de la profesión

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

CAPÍTULO 9 – KOSOVO. UNA INTRODUCCIÓN AL DESARROLLO DEL


TRABAJO SOCIAL COMO DISCIPLINA Y COMO PROFESIÓN

1. PRESENTACIÓN DE CONTENIDOS
Este capítulo ofrece al lector una breve reseña del Trabajo Social en Kosovo, a
partir de su historia, el impacto de la guerra a finales de los noventa sobre el
funcionamiento de las instituciones del Estado, las instituciones educativas y el
ejercicio profesional. El estudio proporciona un orden cronológico de los
acontecimientos históricos que configuraron el trabajo social en Kosovo y también
representa la situación actual de las políticas sociales, el funcionamiento de las
instituciones relacionadas con nuestra disciplina, así como los desafíos y conclusiones
que pertenecen a nuestro campo.
Kosovo se convirtió en el más reciente Estado independiente en Europa, con la
población más joven, pero no ha tenido tiempo aún para contribuir decisivamente en
la definición y desarrollo del ámbito del Trabajo Social. Este ámbito de interés no fue
promovido suficientemente por la Universidad de Pristina y por los expertos locales en
Trabajo Social, que se habían formado en el extranjero. En 2008, una iniciativa propia
de los profesionales salió adelante con la idea de establecer unos claros objetivos en
colaboración con la organización sindical que vela por los derechos laborales de este
colectivo profesional. Sus objetivos iniciales constituían en reivindicar el ejercicio
profesional, en cuanto a su reconocimiento social y condiciones laborales, potenciar la
ética profesional de los trabajadores sociales y traer de vuelta la noción de “trabajador
social” a las instituciones para su promoción.
Tras su incorporación a la Federación Internacional de Trabajadores Sociales
(FIST) nuestra organización (UPSK) logró su objetivo de abrir el primer Departamento
de Trabajo Social (Licenciatura) en la universidad pública “Hasan Prishtina”. Este
departamento comenzó a funcionar en el año académico 2012/2013. En la actualidad,
este departamento funciona sólo al primer nivel académico, el equivalente de los
estudios de Grado, pero hay una constante necesidad de seguir avanzando y escalando
en los niveles de estudios superiores con la programación de un Máster y un
doctorado.
La Asociación se convirtió en una autoridad independiente en 2004 con el
propósito de estudiar, analizar y desarrollar nuevas relaciones en el campo del
bienestar social por medio de las aportaciones periódicas de los resultados de nuestras
investigaciones sobre temas sociales y sobre el desarrollo del ejercicio profesional que,
principalmente, desempeñan su trabajo en áreas de los servicios sociales.
En conclusión, trabajamos para la promoción y preservación del Trabajo Social.
Tenemos que hacer comprender a todas las instituciones públicas y privadas los
beneficios de nuestro campo, apoyando a las instituciones e iniciativas que se
comprometan con la profesión y con la disciplina para la sociedad.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

Unos breves apuntes para comprender nuestra realidad política y social


Kosovo, como he indicado, es un país europeo y se encuentran en la parte sur-
oriental, en la Península Balcánica, por lo que es un país de los Balcanes. Hasta 1999
formaba parte de la Republica Socialista Federal de Yugoslavia (RFSY). Después de la
disolución de la RFSY también se vio involucrado en una de estos enfrentamientos
bélicos. Con el fin de evitar la limpieza étnica y el genocidio por parte de las fuerzas
paramilitares serbias contra la población civil albanesa, fue necesaria la intervención
de la OTAN. Gracias a su intervención, se inició una campaña de ataques aéreos y
bombardeos que comenzó el 24 de marzo de 1999 y duró 77 días. El fin de toda esta
campaña bélica, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidad emitió la Resolución
1244. Esta resolución estableció el marco político y legislativo de un protectorado
especial en Kosovo con la presencia de un cuerpo civil internacional con el fin de
asegurar una administración provisional.
La situación de Kosovo bajo la administración internacional fue considerada
como uno de los mayores desafíos de la posguerra hasta la decisión de la declaración
de su independencia. Ante la exitosa preparación y plena coordinación con el factor
internacional, la Asamblea de Kosovo en sesión solemne, y en presencia de numerosas
personalidades internacionales, aprobó el 17 de febrero de 2008, por unanimidad, la
Declaración de Independencia mediante la cual Kosovo fue declarado Estado
independiente y democrático.

2. HISTORIA DEL TRABAJO SOCIAL COMO PROFESIÓN Y COMO DISCIPLINA


Después de la guerra en Kosovo en 1999 y la intervención de la OTAN, el país
pasó bajo la administración internacional de la Misión de las Nacionales Unidas
(UNMIK). Esto afectó a todas las instituciones de Kosovo, y al Ministerio de Trabajo y
Bienestar Social (MLSW) también. Los donantes de la comunidad internacional
desempeñaron un papel importante en la configuración de la agencia política en
Kosovo, mientras que la participación local en este proceso, por el contrario fue
mínima.
A pesar del interés internacional en el desarrollo de una administración propia,
las instituciones sufrieron fuerte interferencias políticas, de competencia insuficiente.
Durante este inquietante proceso, incluso el concepto de trabajador social
experimentó cambios importantes, como ser llamado “Oficial de Servicios sociales” en
lugar de asistentes del Trabajo Social. Las líneas siguientes arrojan algo más de luz al
respecto sobre este contexto histórico.
Para empezar, no fue establecida ninguna institución universitaria en el
territorio de la Republica de Kosovo con miras a la formación teórica-practica de los
futuros profesionales. Aunque antes de los años noventa, había una red relativamente
bien desarrollada compuesta por diferentes instituciones de atención y acción social,
sólo tres expertos contaban con la clasificación profesional correspondiente a la de
trabajador social, las cuales se habían formado otras universidades fuera de Kosovo,

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

como Sarajevo o Zagreb. El resto que ejercer poseían títulos universitarios de otras
disciplinas en campos afines como la enseñanza, el derecho, la economía o la
sociología; algunos más habían recibido formación universitaria en otros ámbitos,
como la historia o loa lingüística. La ausencia de profesionales adecuados contribuyó a
esta situación, por lo que muchos de estos profesionales de otras áreas realizaban
tareas y funciones propias del Trabajo Social ajenas a su formación de origen.

La Asociación de Trabajadores Sociales de Kosovo


Dado que la guerra ocasionó muchísimo daño a muchas personas y familias,
pronto se tuvo conciencia de la gran necesidad de profesionales aptos para la
intervención. Como ya ha sido comentado, el número de profesionales entonces era
muy reducido y la mayoría de ellos eran ya muy mayores y a punto de la jubilación.
Durante este tiempo, HamdiBoja, trabajador social que había realizado sus estudios en
Zagreb en 1979, tomó la iniciativa de solicitar la apertura de la Facultad de Trabajo
Social. Con el fin de tener mayor voz en su apuesta por incorporar a todos los
interesados en esta materia, Hamdi, junto con sus colaboradores, decidieron crear una
organización no gubernamental.
El 16 de octubre de 2008, HamdiBoja, FaikPrekazi y MevlanHyseni, crearon la
Asociación bajo la denomanacion Sindicato de Trabajadores Sociales de Kosovo (alb.
Unioni i Puñëtorëve Social të Kosovës-UPSK) con su sede en el norte de Mitrovica.
UPSK fue creada expresamente con el objetivo de proteger los derechos de los
Trabajadores Sociales, potenciar el ejercicio profesional, mejorar las condiciones de
trabajo y de las profesiones, potenciar la ética profesional del Trabajo Social y ofrecer a
los jóvenes la oportunidad de estudiar la disciplina.
Como Asociación se constituyó como organización sin ánimo de lucro, de
carácter no partidista ya vierto a todos sin discriminación por razones de sexo, raza o
nacionalidad. Los miembros del UPSK tenían experiencia profesional en muchos y
variados campos sociales, tales como: la psicología, la sociología, la pedagogía, el
Derecho, además del Trabajo Social.
Hasta 2012, UPSK ha venido organizando varias conferencias y seminarios con
el objetivo de sensibilizar y concienciar sobre la necesidad de la promoción del Trabajo
Social. Sin embargo, desde entonces UPSK ha estado menos activo debido a la falta de
apoyo financiación. A pesar de todo, UPSK ha logrado estar presente y participar en
muchas conferencias internacionales y nacionales. Por ejemplo, con el apoyo y la
ayuda de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) en 2015, como
presidente de la Asociación de Kosovo, pude participar en el Simposio sobre la Crisis de
los Refugiados, organizado en Viena por la Federación.
En 2010, nuestra Asociación pasó a ser miembros de la FITS, lo que nos
permitió conseguir nuestro primer objetivo: abrir un departamento dentro de la
universidad Pública “Hasan Prishtina”, como ya ha sido enunciado. El Departamento
de Trabajo Social comenzó a funcionar en el año académica 2012/2013, con un total

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

de 40 estudiantes se graduó, siendo ocho estudiantes los que finalizaron con existo sus
estudiantes. Para nosotros ha sido todo un hito, por lo que a continuación procedo a
enumerarles los nombres de nuestros primeros pioneros: Mentor Boja, DrenusheKiqi,
MirjetaGoli, AlbulenaSopi, MejremeJashanica, VloraGjoka, EditaShehu y FestinaDakaj.
Tras la conquista de este primer logro, el presidente del UPSK junto con su
Consejo de Administración decidió conceder su puesto a estas nuevas generaciones,
los nuevos trabajadores sociales de Kosovo. Por lo tanto, en mayo de 2013, en el
Centro Cultural Mitrovica, Mentor H.Boja fue elegido nuevo presidente de UPSK. La
misión principal en esta nueva andadura sería aumentar el número de miembros de la
organización, promover las condiciones dignas del ejercicio profesional y establecer el
Código Deontológico de la profesión de acuerdo con las normas internacionales
contempladas por la IFSW.

El Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Pristina


El Departamento de Trabajo Social es una unidad jurídico-administrativa que
pertenece a la Facultad de Filosofía de la Universidad mencionada, creada con la
finalidad de transmitir, desarrollar y promover el conocimiento desde áreas concretas
del Trabajo Social y humanístico y que posee los siguientes objetivos:
 Formación de los estudiantes en el campo del Trabajo Social
 Formación teórica específica a los jóvenes en los campos de interés
relacionados con el trabajo social a nivel regional (los Estados balcánicos), así
como a nivel europeo e internacional
 Investigación científica de fenómenos procesos sociales de la sociedad kosovar
 Preparación de los recurso humanos para la aplicación de conocimientos
teóricos y humanísticos para la vida práctica y su formación en las debidas
competencias
 Formación de todo personal profesionalmente capaz y moralmente
responsable para desempeñar determinadas funciones en el ámbito social,
cultural y educativa de nuestra sociedad
 E integración en el Espacio Europeo de la Educación Superior y la promoción de
la movilidad internacional de estudiantes y profesores

El Plan Estratégico para la mejora de la mitad académica


Para mejorar la calidad del trabajo dentro de la Facultad de Filosofía en su plan
de desarrollo estratégico, se persiguen los siguientes objetivos:
 Profundizar y desarrollar los programas de estudios en los tres niveles de
educación superior (Grado, Máster y Doctorado), de acuerdo con las normas
europeas y las necesidades de la sociedad kosovar. Por el momento, para estos
primeros años el enfoque estará centrado en los dos primeros
 Elevar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje mediante métodos avanzados
y modernos de enseñanza e investigación científica

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

 Proporcionar una calidad suficiente y un personal académico sostenible para la


realización de los programas de estudios en todos los ámbitos y niveles
 Desarrollar investigaciones empíricas y teóricas útiles para nuestro medio
 Desarrollar servicios de apoyo de calidad para los estudiantes y el personal
 Crear un entorno social adecuado para el trabajo educativo y al investigación
científica
 Y proveer un avanza sostenible de tipo financiero como condición para la
realización del plan estratégico de desarrollo de la Facultad

La cooperación con la Universidad de Regensburg


En octubre de 2005 se contactó con la profesora Ruth Saifert, profesora del
Departamento de Pedagogía y Trabajo Social de la Universidad de Regensburg, con el
propósito de intercambiar experiencias con profesores del Departamento de
Pedagogía de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Pristina. Del 19 al 26 de
noviembre de 2005, tuvo lugar en Ratisbona una visita de una delegación de dos
personas, con el Dr. DemëHoti, en calidad de oficial Superior, donde se firmó el
acuerdo de “voluntad de cooperación” entre ambas instituciones. En septiembre de
2006, el acuerdo detallado sobre cooperación interuniversitaria pudo incluir,
finalmente, además de otras áreas, Trabajo Social.

El Departamento de Trabajo Social


La Universidad de Pristina comenzó a ofrecer estudios de Pedagogía Social bajo
la forma de Grado en Pedagogía. Este fue el primer paso en la preparación de
profesionales en el campo social. Después de un periodo de 6 años, por primera vez en
la historia de la educación superior en Kosovo, se comenzó a ofrecer formación en
Trabajo Social. Desde entonces, el Departamento de Trabajo Social registra cada año a
50 estudiantes a nivel de Grado.
Por fortuna, hoy contamos en la sección de trabajo social, con profesionales
que han sido formados en esta área, pero uno de los desafíos ha sido, sin duda, la
necesidad de formación de un nuevo profesorado. La falta de estos estudios ha
impactado negativamente a la hora de no disponer de suficientes docentes. Muy
pocos kosovares se han formado fuera y, lo que es peor, muy pocos también están
dispuestos a regresar a Kosovo y hacer su contribución para la construcción de unos
nuevos servicios sociales.
El desafío en el futuro será configurar la arquitectura para los planes de
estudios a nivel de Máster. El requisito para que los estudiantes accedan a este nivel
académico es muy grande, habido cuenta del principal problema de la institución
universitaria: la falta de cuadros profesionales. El Departamento de Trabajo Social a
este respeto está trabajando para apoyar a los nuevos estudiantes a capacitarse en
otros centros europeos con el fin de contribuir al desarrollo del Departamento de
Trabajo Social tras su regreso.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

La historia del Instituto de Política Social (ISP)


ISP es una continuación de la antigua Agencia, ya extinta, pero Política Social de
Kosovo que fue fundada por decisión de la Asamblea nacional en 1970 y registrada en
el Tribunal Económico de conformidad con la Ley del Gazzete Oficial de la Provincia
Autónoma Socialista De Kosovo (SAPK) nº 14/70. Funcionó hasta 1990 hasta que fue
suprimida la autonomía en nuestro territorio.
En 1999 tras la entrada de las fuerzas de la OTAN, Kosovo comenzó a recuperar
ciertos ámbitos de administración y la Institución en materia de Política Social reanudó
sus actividades.
Esta institución fue inicialmente aceptada por el Ministerio de Trabajo y
Bienestar Social (MLSW) dentro del Gobierno Provisional. En 2004, la Entidad recibió
finalmente la denominación de Instituto de Política Social (ISP). En enero de 2004, el
Ministerio aprobó la Instrucción Administrativa Nº 5/2003 para la organización de la
Institución de Política Social, gracias a la cual el Instituto funciona como un
departamento independiente consagrado a las actividades de la asistencia social. Su
finalidad principal consiste en estudiar, analizar y desarrollar nuevas áreas en el campo
de bienestar social, publicar periódicamente resultados de investigaciones sobre temas
sociales y sobre el desarrollo del ejercicio profesional.
En resumen, la Institución se dedica a mejorar las prácticas y avanzar en el
campo de la teoría sobre trabajo social y servicios sociales. Ejemplo de estas acciones,
ha sido la realización del seguimiento para la prevención y prohibición del trabajo
infantil en Kosovo por medio de múltiples iniciativas. Con el fin de mejorar la calidad
de los servicios sociales, por otro lado, el ISP estableció los estándares mínimos de
bienestar social, para lo cual se han realizado con este propósito cursos de formación
para todos los empleados.
Una de las principales áreas de preocupación procede del aumento del número
de casos de menores abandonados. El ISP se estableció como prioridad lleve a cabo
una investigación cualitativa sobre este fenómeno, en la que se hizo especial hincapié
en las causas, las características del fenómeno y posibles recomendaciones a la
búsqueda de una solución. La formación continua y complementaria del personal de
atención a los usuarios ha sido, y sigue siendo, unos de los objetivos centrales de su
programa.
Gracias a la investigación y a la decisiva capacidad de acción, el instituto ha
producido importantes impactos positivos en la mejora de la producción legal sobre
esta materias, así como en al armonización de la legislación con la de la Unión
Europea.
El ISP siempre ha sido consciente de que, para tener los mejores resultados
posibles en la oferta de servicios, es necesaria una estrecha colaboración, inicialmente
con quienes directamente se ocupan del problema, es decir, los profesionales de los
centros, pero también con las diferentes organizaciones no gubernamentales, los
cuerpos de seguridad, los centros penitenciarios, la propia comunidad, etc. Esta

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

participación ha sido también institucional, a modo, de organización de mesas


redondas, grupos de trabajos, conferencias y seminarios.
Asimismo, el ISP ha desempeñado un destacado papel de apoyo y
asesoramiento y recomendaciones, suministrando material informativos o
proporcionando el incremento de las capacidades para la intervención por medio de
sesiones.

CONCLUSIONES
Tratar con la sociedad es uno de los trabajadores más importantes que uno puede
ofrecer a la humanidad. Esto incluye, pero no se limita, el Trabajo Social,
especialmente en el periodo de posguerra en Kosovo. Una gran parte del trabajo fue
llevado a cabo por el Instituto de Política Social, así como el Departamento de Trabajo
Social dentro de la Universidad de Pristina. En conjunto, han hecho un gran trabajo a la
hora de arrojar luz sobre algunos de los principales temas. Uno de los principales retos
del USWK es el estatuto de funcionario de Servicios Sociales que se está utilizando en
lugar de trabajadores sociales, que en realidad es humillante para nosotros como
organización y como profesionales. Esta es la zona pro al cual la organización en
cuestión ha sido creada. Este término se ha utilizado desde que la guerra termino en
Kosovo. Otro desafío que vale la pena destacar es el hecho de que en nuestro país hay
una necesidad de docentes que enseñen a nuestros estudiantes, presentes y futuros,
los contenidos de nuestra titulación. Como resultado de esta insuficiencia es que no
disponemos de niveles académicos de Maestría en la Facultad de Filosofía. Lo más
importante es que nuestra organización, aunque no cuente con el apoyo suficiente de
las instituciones estatales, pueda seguir enfrentándose a los grandes desafíos que se
nos presentan para el desempeño normalizado de nuestra funciones. Por lo tanto,
esperemos contar con el apoyo de la Federación Internacional de Trabajadores
Sociales para fortalecer el papel del trabajador social en la sociedad de Kosovo.

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

GLOSARIOS DE CONCEPTOS GENERALES

TRABAJO SOCIAL: el trabajo social es una profesión basada en la práctica y una


disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social y
el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los
derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son
fundamentales para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las
ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social
involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y
aumentar el bienestar.

ESTADO DEL BIENESTAR: conocido también por su traducción en inglés Welfare State,
o bajo denominaciones, tales como Estado Protector, Estado Benefactor o Estado
Providencia, entre otras, posee un número muy elevado de elementos y rasgos de
definición en función de sus autores. Básicamente, hace referencia a un modelo de
organización política surgida tras la II Guerra Mundial que posee como finalidad la
protección pública del bienestar social de sus ciudadanos y la promoción
gubernamental de la economía nacional. Frente el Estado Liberal o Estado Mínimo, en
el que las instituciones políticas apenas intervenían en el desarrollo económico y social
abanderando las premisas del liberalismos económico más ortodoxo, el Estado del
Bienestar regula las relaciones laborales, establece por ley una serie de derechos
sociales, edifica equipamientos propios como recursos de bienestar y, a su vez, el
propio Estado es propietario de ciertas empresas consideradas vitales para el
desarrollo de la economía nacional. Este modelo de organización es considerado como
una tercera vía entre el capitalismo y el comunismo.

SERVICIOS SOCIALES: son una serie de recursos sociales que se ofrecen a la ciudadanía
(y a los residentes) en forma de servicios y prestaciones con el fin de garantizar unos
mínimos de bienestar social. Estos servicios pueden ser de titularidad pública o bien
ser garantizados por medio de conciertos, convenios o subvenciones con el tercer
sector y/o el mercado. No posee una definición única y son muchas las definiciones
utilizadas, cuyas diferencias estriban en los enfoques, perspectivas y elementos que les
dan contenido. Entre ellas, se ofrece la siguiente: “los servicios sociales son servicios
técnicos, prestados al público o a determinados sectores del mismo, de una manera
regular y continua, por las más diversas organizaciones públicas o privadas, con el fin
de lograr o aumentar el bienestar social”.

SEGURIDAD SOCIAL: es un conjunto de medidas que el Estado proporciona a la


sociedad con el fin de atender determinadas contingencias ante la adversidad, tales
como la enfermedad, los accidentes laborales o el desempleo. Estas contingencias, sin
el amparo protector del sistema, pueden dar lugar a fuerte desequilibrios sociales y

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Trabajo Social en Perspectiva Comparada

económicos en los miembros de la sociedad. Generalmente, entre este conjunto de


medidas, son destacables las prestaciones económicas que contempla la regulación
acordada y la asistencia sanitaria.

POLITICAS PÚBLICAS: son acciones del gobierno con la finalidad de dar respuesta a
determinar asuntos de gran interés público. La política social es, por tanto, una de las
partes de estas acciones gubernamentales que, por definición, proporcionan las
medidas consideradas oportuna para atender los graves problemas de la pobreza y de
la exclusión social, principalmente. Su objetivo central es garantizar el bienestar
general de la población.

TERCER SECTOR: para la mayoría de los especialistas, esta voz hace referencia al
conjunto de organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro que actúan en la
sociedad con el fin de proveer servicios y prestaciones a la población. Esta dimensión
social de sus servicios y prestaciones ha conducido a que, para muchos autores, deba
ser denominado con más acierto Tercer Sector Social, de igual modo que ha
acontecido con el fenómeno del voluntariado y que, para esta dimensión de atención a
las necesidades de la sociedad, requiere ser definido como Voluntariado Social. El
término Tercer Sector encuentra su origen en el campo de la provisión de servicios
para atender determinadas necesidades sociales, al erigirse como un actor o agente
social independiente frente al Estado (o administraciones públicas) y al mercado (o
sector empresarial).

INTERVENCIÓN SOCIAL: la intervención social en Trabajo social también dispone de


múltiples nociones. Entre ellas, pueden mencionarse la siguiente: “acción organizada y
desarrollada por los trabajadores sociales con las personas, grupos y comunidades. Sus
objetivos están orientados a superar los obstáculos que impiden avanzar en el
desarrollo humano y en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. Intervención
profesional que se basa en los fundamentos éticos, epistemológicos y metodológicos
del Trabajo Social, desde un enfoque global, plural y de calidad. Estos planteamientos
del Trabajo Social parten de una concepción dinámica de la persona que se inscribe en
un contexto social, histórico, político, económico y cultural de la realidad social,
conectando con otras disciplinas y profesionales.

FIN

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