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BASES PARA EL TALLER CREATIVO EXPRESIVO

Tomás Motos Teruel


Profesor Titular, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Facultad de Filosofía y
Ciencias de la Educación, Universidad de Valencia.

(Texto publicado en A. Gervilla (2003). Creatividad Aplicada. Una apuesta de futuro. Málaga:
Dykinson, p. 903-930).

Índice
1. El taller: estrategia didáctica
2. Naturaleza de la expresión
2.1. Sentidos de la expresión
2.2. Las tres dimensiones de la expresión: espontaneidad, dominio de los lenguajes y
cultura.
2.3. Los campos de acción de la expresión: arte, psicoterapia, educación.
3. Lenguajes expresivos: lenguaje total
4. Proceso de representación expresiva: impresión-expresión-comunicación-reflexión.
5. Momentos y actividades en el taller expresivo.
5.1. Descripción de los momentos
5.2. Fórmulas para proponer las tareas: la consigna, desencadenante del juego, y la
técnica de la mezcla.
6. Un ejemplo
7. Conclusión

En este texto pretendemos presentar un modelo de taller de creación basado en las


estrategias del lenguaje total. Desde hace tiempo estamos intentando desarrollar un modelo (Motos
1996, 1999)1, que en principio estaba destinado a la didáctica de la educación artística, pero hemos
ido comprobando con el transcurso de la práctica que éste es aplicable a cualquier contenido
siempre que se trabaje a partir de objetivos expresivos. Para fundamentarlo partiremos de la
naturaleza de la expresión (sentidos, dimensiones y campos de acción) y posteriormente lo
caracterizaremos a través del proceso de representación artística, los momentos del taller y el tipo
de actividades que en él realizan. Finalizaremos poniendo un ejemplo.

1. El taller: estrategia didáctica


Taller es un término polisémico como todos los de las ciencias sociales y los de educación.
Su acepción más común es la de lugar de producción: el sitio donde se trabaja en una actividad
manual, “taller de escultura, taller de pintura”. También significa escuela o seminario de ciencias o
de artes, lugar de reunión y de encuentro de teorías y prácticas, donde se favorece la libre
discusión, la aportación de ideas, la demostración de métodos y la aplicación práctica de habilidades
y principios. Por otra parte, se entiende por taller el conjunto de colaboradores de un maestro, por
ejemplo: “el taller de Miguel Angel”, significando lugar de producción y formación. Con este
sentido están proliferando actualmente los talleres de escritura.
En el ámbito de las ciencias de la educación y desde la didáctica, el taller está constituido
por un pequeño número de estudiantes reunidos con vistas a alcanzar un objetivo bien delimitado y

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aceptado por cada uno de los participantes. Desde la formación profesional, se entiende como la
sala equipada de máquinas y de útiles destinados al aprendizaje de un oficio o trabajo práctico.
Desde la investigación, la reunión de científicos e investigadores donde se plantean de manera
práctica ciertos problemas y sus posibles soluciones.

Los rasgos del taller los podemos concretar siguiendo a Legandre (1993) en:
- Dada la frecuencia y naturaleza de los intercambios la interacción entre los
miembros es muy elevada. En el taller la participación y colaboración entre los
miembros del grupo juega un papel primordial. Se favorece la autonomía y la
iniciativa. Gran parte de ésta se reserva a los participantes, sobre todo en la
ejecución de las tareas que se han cumplir.
- La iniciativa del profesor-animador se sitúa esencialmente en el nivel de la
planificación y de la organización del trabajo, pues supervisa la marcha y juega el
papel de persona-recurso.
- El trabajo en taller favorece el desarrollo de relaciones interpersonales estudiante-
estudiante y profesor-estudiante.
- El taller permite enfocar una gama amplia de objetivos cognitivos, afectivos,
psicomotores, etc.

Se habla de taller cooperativo (lugar organizado o grupo de sujetos, que trabajando en


cooperación, realizan un proyecto común); de taller práctico o de aplicación, en el que, tras la
exposición del profesor, se sigue la aplicación inmediata de los conocimientos adquiridos sobre un
tema bien preciso; de taller de exploración de objetos usuales (tostador de pan, microondas, aparato
de radio), que se ponen a disposición de los sujetos para ser desmontados, manipulados, etc.

Conviene aclarar que cuando nosotros utilizamos el término taller creativo expresivo lo
hacemos con el significado de lugar de formación y creación, de encuentro de teoría y práctica,
donde se trabaja a partir de los principios de la creatividad expresiva y se utilizan las estrategias
propias de la expresión total y donde se valora tanto el proceso como el producto. Este tipo de taller
se ha centrado en los lenguajes plástico, lingüístico, musical y dramático. Y sobre todo en la
escritura literaria y en el teatro y la dramatización.2

2. Naturaleza de la expresión

Expresión es una palabra que hace referencia a tal cantidad de cosas distintas, que ha perdido su
sentido y se ha convertido una de esas muletillas de las se echa mano tanto en el discurso pedagógico
como en las relaciones cotidianas. Etimológicamente expresión se deriva de exprimere, que significa
hacer salir presionando. El sentido originario de expresión es el de movimiento del interior hacia el
exterior, presión hacia fuera. Pero este término adquiere sentidos muy precisos en las distintas
disciplinas. Así, en Estética se entiende por tal la propiedad que posee una obra de arte para suscitar
emociones, sentimientos; en Lingüística: palabra o grupo de palabras utilizadas para manifestar
sentimientos, pensamientos, opiniones y también es el significante, lo que es dicho, esto es, el
enunciado; en Algebra: conjunto de términos que representan una cantidad; en Psicología:
comportamiento exterior, espontáneo o intencional, que traduce emociones o sentimientos; por ejemplo:
la expresión de alegría; la expresión de sorpresa. La manifestación de los estados afectivos puede ser
revelada por los gestos, la palabra, por los signos que aparecen en el rostro. Y, también, es un término
que se atribuye a hechos vagos, así se utiliza referirnos ciertos gestos más o menos vehementes de
comunicación interpersonal: mover los brazos al hablar, gesticular, subrayar las frases, etc.

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1.1. Sentidos de la expresión
En el ámbito del desarrollo personal este término se utiliza con diferentes sentidos:

A) Expresión como eco de las primeras vibraciones del organismo. El acto por el que nos
abrimos para dejar escapar la sustancia del ser interior, la música de los cuerpos, los ritmos secretos del
organismo.
Desde esta perspectiva, la función de la expresión es hacer que "la memoria de las sensaciones
que la larga práctica intelectual ha soterrado resurja de cada ser, forme parte de él y tome posesión de sí
mismo". (Stern, 1976: 28). Por lo tanto, expresarse sería el resultado del retorno a la propia autenticidad y
la traducción de nuestro ser en signos externos que manifiestan el yo interior. “La expresión,
alimentándose de los sentimientos y de las experiencias del pasado, vuelve actual lo que tras nosotros
hemos dejado y cuyo recuerdo no ha muerto en nosotros. (…) Conservamos de igual manera la huella de
las sensaciones que nuestro cuerpo ha percibido desde que somos un ser viviente. (…) La expresión las
trae desde la memoria inconsciente y las proyecta en le presente, creando imágenes para reencarnarlas,
haciendo revivir un pasado jamás destruido, sino olvidado por nuestra conciencia. (…) La expresión nos
abre a nuestro ser secreto y lo revela, sin traicionarlo.” (Stern, 1976: 55).
En esta acepción la expresión equivale al momento de ser uno mismo. Para expresarse hay que
desaprender y romper esquemas: dejar de lado la razón, adiestrada para ejercer un poder despótico sobre
las demás dimensiones de nuestro ser, y permitir que nuestro cerebro emocional actúe sin ningún tipo de
censura. Y el primer esquema que hay romper es el miedo. Ya sabemos que el abejorro vuela porque no
sabe que puede no volar. En el plano de la práctica, hay que ejercitarse en actividades que no excluyan
de golpe la razón, pero que permitan generar las imágenes con las que aquella ha de satisfacerse.

B) Expresión como liberación. Los productos expresivos son testimonio de lo que escapa a
nuestra reflexión. Los lapsos, emergencia de preocupaciones inconfesadas o incontroladas, y los
garabatos automáticos son presentados frecuentemente como ejemplos de actos no asumidos por la razón.
En esta perspectiva de la expresión se fundamenta la función catártica y terapéutica del arte. La expresión
es liberación del hombre automático y robotizado y opone, frente a la mente reproductora (pensamiento
reproductor, fijeza funcional y conceptual), la mente creadora inventiva; frente al cuerpo habituado
(rutina, aburrimiento, alienación) el cuerpo desinhibido, desrobotizado; y frente la expresión pautada
(lenguaje codificado y esclerotizado) la expresión total. En este sentido, Stern nos recuerda que la
libertad de expresión es tan necesaria como la libertad de pensar.

C) La expresión como enriquecimiento del yo. La expresión pretende el retorno a la propia


autenticidad. “Pero si la expresión se limitara a dar salida al ego sincero y verdadero que todos llevamos
dentro, aún no habría alcanzado la extensión de su cometido. Antes que nada, la expresión ha de ayudar
al enriquecimiento de este ego. Sin un yo rico, completo y lleno, toda forma de expresión sería un
mimetismo, una máscara”. (Aymerich, 1971: 15). El pensamiento de esta autora, como afirma Farreny
(2001) es que la expresión ha de ser una exteriorización inteligente y adecuada de todo lo que es real en
el ser humano. La expresión se presenta como “una vía de desarrollo y crecimiento en todas las
dimensiones: íntimas y esenciales – haciendo al sujeto un ser apto para recibir y asumir- y externas,
dirigidas hacia fuera –haciéndolo capaz de transmitir y de proyectarse.” (Aymerich, 1971: 19).

D) La expresión como creación. La creatividad es básicamente expresión. En esta sentido, todos


somos creativos en todos los lugares y en todos los momentos de la vida. Los grandes teóricos de la
creatividad así lo reconocen al colocar la expresión en la base todo proceso creativo. Así hace Taylor (ver
cuadro 1) al distinguir los cinco niveles en el producto creativo: expresivo, productivo, inventivo,
innovador y emergente. La creatividad expresiva es la forma más elemental de creatividad, caracterizada
por la espontaneidad y la libertad, pero puede ocurrir que estos productos estén desprovistos de aptitudes
especiales como ocurre, por ejemplo, en el dibujo de los niños.

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Emergente

Innovador

Inventivo

Productivo

Expresivo

Cuadro 1

D) La expresión como comunicación. La actividad de la expresión consiste en “una emisión


consciente o no de signos y de mensajes que corresponden de una manera analógica a una realidad
alejada u oculta” (Salzer (1984: 17) y el objetivo de la expresión se concreta en traducir nuestro ser en
signos exteriores. La expresión, que hay que entender como una manifestación exterior del pensamiento
o de los estados psíquicos, no acaba en acto solitario. Adquiere toda su entidad cuando se hace transitiva,
social. Las actividades expresivas son fundamentales para el desarrollo de la capacidad creadora y para
los procesos de socialización. Y esta es la razón de que el binomio expresión-comunicación sea uno de
los principios en que se fundamenta la educación actual. Entendemos por comunicación “todo lo que
hace que cualquier signo o mensaje emitido sea recibido por otro, sea comprendido y sentido de manera
común: todo lo que pueda favorecer o perjudicar el acercamiento en la comprensión recíproca” (Salzer,
1984: 17)
Para Aymerich (1996) la expresión, sea intencionada o no, siempre dice algo a alguien. Pues
aunque no lo deseemos siempre estamos comunicando. Cuando la expresión es intencionadamente
comunicativa se vale de los múltiples lenguajes de la persona. Y es más rica cuando la persona posee
más contenidos expresables, que dependen en gran manera de la capacidad de los sujetos para
interiorizar el mundo, es decir, hacer subjetiva la cultura objetiva.

Pero también la expresión es por definición corporal. El cuerpo es quien la hace posible, sin él no
habría comunicación entre un yo y otro yo. Como dice T. Bertherat (1990) nuestro cuerpo es nuestra
casa. Somos sus únicos propietarios. Esta casa tiene unas paredes que se han ido construyendo a lo largo
de la propia historia personal de cada uno: vivencias, emociones, disgustos, alegrías, presiones sociales,
familiares y morales son responsables de nuestra propia forma corporal: espalda, cara, piernas, brazos.
En todo nuestro cuerpo está escrita nuestra propia historia.

1.2. Las tres dimensiones de la expresión: espontaneidad, dominio del lenguaje y cultura.

La expresión surge de la dialéctica equilibrada entre creatividad y técnica, entre espontaneidad y


regla establecida. "La expresión estará siempre en equilibrio entre la espontaneidad y la técnica artística.
Entre la liberación del yo y el conocimiento de los demás" (Dobbeleare, 1970, 28). A la espontaneidad
debe seguir la técnica, fundamentada en el dominio de los códigos, que da una forma y una estructura
durable a nuestras inspiraciones y que confiere a nuestras obras un valor comunitario al marcarlas con
cierto número de rasgos que las hacen accesibles a los otros. Sin espontaneidad el producto es frío y sin
vida; sin técnica, resulta confuso. El dominio de los códigos ha de permitir traducir las ideas o los
sentimientos con un máximo de eficacia y de sinceridad.

1. La espontaneidad, en palabras de Moreno (1966:57), es "la respuesta adecuada a una


nueva situación o la nueva respuesta a una situación antigua". Es la capacidad que

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exterioriza, libera y sensibiliza el conocimiento y nos mantiene abiertos a la realidad
natural, social y a nuestro propio yo. Y también, la actitud que nos permite desarrollar
el principio de la hipótesis n+l, es decir, siempre hay una nueva manera de hacer las
cosas, de dar respuesta a un reto, y nos ayuda a superar los bloqueos perceptuales,
emocionales y culturales, verdaderos enemigos de la creatividad. La estrategia
didáctica básica a través de la que se desarrolla la espontaneidad es la improvisación.

2. La técnica reside en el conciencia de las posibilidades, en el dominio de los códigos.


Es el saber hacer, fundamentado sobre una serie de reglas precisas y de
procedimientos constatados por la práctica. Para poder expresarse es necesario tener
conciencia de las posibilidades que nos ofrecen los diferentes lenguajes. El dominio de
los códigos y el conocimiento de los logros alcanzados por los que ya han trabajado y
obtenido productos relevantes (cultura) es conditio sine qua non para elaborar
productos artísticos. Es decir, estamos en el dominio del saber hacer, fundamentado
sobre una serie de reglas precisas y de procedimientos constatados por la práctica. Y
en esta dimensión se sitúa el reto, entendido como constricción o traba formal que hay
que superar, pues como afirma U. Eco para poder inventar libremente hay que ponerse
barreras. Barreras que posteriormente habrá que derribar para poder seguir creciendo.

3. La tercera dimensión es la cultural. Entendiendo por cultura el conocimiento y la


valoración crítica de los logros alcanzados por los que ya han trabajado y obtenido
productos relevantes en cualquier ámbito. Y aquí reside la importancia del modelo,
que en un primer estadio se imita para después superarlo. Pues si analizamos los
procesos de creación de cualquier profesional en cualquiera de los campos artísticos
encontramos dos fases: a) reproducción mediante la imitación de modelos, b)
generación de productos nuevos, que se convertirán en nuevos modelos, como
resultado de un reto que uno se ha propuesto superar.

Las tres dimensiones comentadas quedan reflejadas en el cuadro 2

Cuadro 2

La consideración de estas tres dimensiones nos lleva a educación artística entendida como
alfabetización artística, en el sentido de adquisición de la competencia sígnica para comprender y valorar
críticamente las manifestaciones artísticas y para ser capaces de dar forma a emociones, ideas y
sentimientos mediante los distintos lenguajes. En lo que respecta al taller creativo expresivo lo que se
pretende es que los destinatarios adquieran un competencia que les permita comprender y crear
mensajes, expresarse y comunicarse en definitiva, con todo tipo de signos (lingüísticos, corporales,

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plásticos, sonoros, etc.). No tenemos que olvidar que la alfabetización artística debería ser una de las
metas esenciales de la enseñanza, dado que el conocimiento se produce en red, (es decir, que existen
conexiones y transferencias entre los diferentes lenguajes y sus manifestaciones curriculares, que son las
disciplinas académicas) y que el sujeto es el propio constructor del conocimiento.

1.2. Los campos de acción de la expresión

La práctica de la expresión se distribuye en tres grandes campos: el arte, la psicoterapia y la


educación. Éstos vienen delimitados por la finalidad perseguida al utilizar la expresión y por la
formación de los que la practican y no tanto por los métodos y las actividades utilizadas, que en esencia
son las mismos. Si tomamos como ejemplo el teatro, tenemos que si se procede de una formación en
arte dramático se ven las actividades dramáticas desde una óptica teatral, como espectáculo, resultado
estéticamente elaborado para ofrecer a un público; si la formación es en psicoterapia se hablará de
psicodrama o sociodrama; y si la formación es pedagógica, se contemplarán las actividades dramáticas
como prácticas educativas, como exponente de los métodos activos.

a) Educación. La función de la expresión como acción educativa ha de ser la de ayudar al


sujeto a adquirir confianza en sí mismo y hacerlo cada vez más conscientes de su propia capacidad de
comunicación. Pero además, la práctica de la expresión actúa también como soporte de la
alfabetización estética. Tendiendo en cuenta que ésta se fundamenta en el comportamiento emocional y
el comportamiento cultural, la pedagogía artística habría de tener presente los siguientes objetivos:
- Desarrollo de la autonomía, entendida como capacidad del estudiante para dirigir
por sí mismo su propio proceso de desarrollo personal.
- Desarrollo de la comunicación, entendida como capacidad de emitir y recibir
mensajes estéticos.
- Desarrollo del sentido crítico, como capacidad de analizar mensaje verboicónicos,
situarlos en el contexto en que se inscriben y poder hacer una lectura crítica de las
situaciones culturales a las que hace referencia.
- Desarrollo de la creatividad, como capacidad que da nuevas dimensiones a la
representación artística, asociada a diversos lenguajes expresivos o haciendo una
lectura renovada de las productos artísticos ya existentes.
La práctica de la expresión ha de estar integrada en todas las áreas curriculares, ya que es
necesario trabajar todas las dimensiones de la persona (emocional, relacional, corporal) y no sólo las
cognitivas. La expresión ha de constituir la base de los métodos activos y el espacio donde el saber ser
predomina sobre el saber y el saber hacer. Pero en el currículum actual la expresión queda reducida al
área de “Descubrimiento de sí mismo”, en la Educación Infantil; al área de Educación Artística, en
Primaria; y a alguna optativa en Secundaria.

b) Psicoterapia. La expresión permite entrar en relación con sujetos de comportamientos


irregulares y difíciles. Así se pueden trabajar problemas derivados de la incomunicación (autismo,
soledad, bloqueos, etc.); superar conflictos personales (desinhibición, estimulación,); mejorar las
capacidades sensoperceptivas (atención, observación, concentración, etc.); desarrollar la extroversión
para conseguir la liberación de la confianza en sí mismo, la afectividad, la adquisición de seguridad,
etc.
Tenemos tendencia a conservar la memoria de las experiencias traumáticas en nuestro cuerpo.
La expresión permite liberar determinadas tensiones o frustraciones y sustituirlas por vivencias
positivas y estimulantes. La psicoexpresividad puede ayudar a despertar las aptitudes que todos
tenemos y conseguir un dominio sobre las facultades físicas y psíquicas.

c) Arte. Los productos de la expresión pueden resultar formas artísticas o manifestaciones que
son testimonio de un ideal de estilo propio de un individuo, de una cultura o de una época. En este

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caso, estaríamos en la acción artística. También se entiende por expresión artística el modo de
expresión personal que se apoya en la aplicación precisa de habilidades y de conocimientos (saber
hacer), con vista a la traducción de ideas, sentimientos y sensaciones mediante signos, sonidos,
imágenes, formas, tonos, olores, palabras, sabores, o cualquier otra estructura de conjunto, que suscita
impresiones agradables y armoniosas, excitantes o provocadoras.
La expresión favorece la creatividad y la imaginación, cualidades imprescindibles de todo
artista. La estética reconcilia las facultades “superiores” e “inferiores” de la persona, lo apolíneo y lo
dionisíaco, la sensualidad el intelecto, el placer y la razón. En palabras de Ch. Maillard (1996) “artista
es aquel que sabe ensanchar la mirar y sabe escuchar, es aquel que sabe crear ese espacio interior en el
que la realidad –la propia y la del mundo- acude en estado naciente, pues la realidad siempre está
aconteciendo y su manera de darse a la conciencia es el aparecer”.

La intersección de cada uno de tos tres campos van a producir nuevas áreas de relación como
se muestra en el gráfico del cuadro 3. Y estas son:

d) Arte-terapia. Por el contacto entre de Arte y Psicoterapia se generaría el espacio de la


expresión y liberación por el arte. Entre otras manifestaciones de este mestizaje tenemos ya muy
codificadas:
Art-terapia: técnica utilizada con personas que presentan dificultades emotivas o problemas
de comportamiento, consistente en la utilización de las artes visuales (dibujo, pintura, escultura) a fin
de facilitar un relajamiento o disminución de la intensidad emotiva y la comunicación no verbal.
Musicoterapia: uso de la música en el tratamiento y la reeducación de personas que presentan
problemas psicológicos sociales o físicos. La musicoterapia provoca estimulación afectiva y motriz y
favorece la relajación muscular.
Ludoterapia o terapia por el juego: un aproximación no directiva según la cual el niño se
entrega a actividades que le conducen a expresarse.

e) Formación y desarrollo personal. La intersección entre Psicoterapia y Educación genera el


nuevo campo de la formación y el desarrollo personal. Ciertas actividades expresivas concernientes al
desarrollo personal, por ejemplo, el juego de roles, la dramatización de situaciones, las técnicas de
improvisación espontánea se usan con esta finalidad. Este enfoque de la formación se propaga en los
ámbitos más dispares como la formación en la empresa, en la sanidad, en el trabajo social, en los centros
de desarrollo personal, etc.

f) El tercer campo de mediación sería el de la animación sociocultural. La animación en general


es dinamización, activación, impulsión de actividades humanas efectuadas por los grupos. Su finalidad es
dinamizar y poner en movimiento las instituciones y crear una nueva dinámica que contribuya a
abandonar el aletargamiento de las estructuras y de las personas. Las actividades en este sector están
dirigidas a personas procedentes de medios muy heterogéneos y se realizan en un contexto lúdico.

g) El cuarto campo, que estaría constituido por la supersposición del arte, la terapia y la
educación, vendría constituido por el lenguaje total, espacio holístico, multiexpresivo y socio-psico-
artístico-educativo, donde las líneas tienden a superponerse, donde todos los caminos se confunden en
una ruta común.

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ARTE PSICOTERAPIA
-Producción de
MUSICO-
formas artísticas. TERAPIA -Tratamiento para
aliviar a personas
-Experiencias ART-TERAPIA
afectadas de
creativas PSICODRAMA enfermedades o
relacionadas con problemas.
la producción.
LENGUAJE
TOTAL
ANIMACIÓN FORMACIÓN
SOCIO- DESARROLLO
CULTURAL PERSONAL
- Alfabetización artística. -
Método activo. - Espacio
para remplazar el saber y el
saber hacer por el saber ser. -
Estrategias para la educación
emocional.
EDUCACIÓN

Cuadro 3

2.4. Lenguajes expresivos: lenguaje total


A la hora de expresar una realidad se emplean tres modelos básicos de lenguajes: el icónico, el
analógico y el gráfico. El icónico emplea el lenguaje plástico; el análogico, el plástico y el corporal; y el
simbólico, el matemático y el verbal. Por su parte, cada uno de estos lenguajes se presenta más apto y
preciso para expresar determinadas realidades. Así el lenguaje verbal y el matemático son especialmente
adecuados para expresar la vida intelectual, debido a que ambos exigen una alta capacidad abstracta a
causa del convencionalismo que les es propio; para las manifestaciones de la vida afectiva es más
apropiado el corporal y para las manifestaciones estéticas el lenguaje plástico.

La teoría de la expresión reconoce seis formas básicas o multilenguajes: lingüística oral,


lingüística escrita, numérica, plástica, rítmico-musical y corporal. Es otra forma de entender las
inteligencias múltiples de Gardner (1999). A estos códigos básicos habremos de añadir las nuevas
formas mixtas de expresión que se generan a partir de la mezcla de lenguajes. La expresión
audiovisual, basada en la imagen, el sonido, la palabra y el color. La expresión dramática, que integra
la lingüística, la corporal, la plástica y la rítmico musical y se presenta como una disciplina de
encrucijada, una especie de síntesis de materias o de posibilidades de ejercer la polivalencia, en la que
no se procede por sucesión, pasando de una disciplina a otra, sino que por el contrario, hay la
posibilidad de dar a la expresión el soporte que convenga según el fin elegido, por lo que se presenta
como máximo exponente de la expresión total. La tecno-instrumental (máquinas, artefactos) Y en
informática el hipertexto (texto hiperactivo integrado por el texto propiamente dicho, sonido, imágenes
estáticas e imágenes en movimiento).
La utilización del lenguaje corporal, gestual, o muscular, como diría Einstein, permite a las personas
pensar activamente con el cuerpo. El empleo del lenguaje icónico-plástico asegura el pensamiento fluido

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de los automatismos conscientes o inconscientes del sujeto, auspiciando la representación visual e icónica
de las propias ideas, emociones, o proyectos.
La confluencia de todos estos lenguajes, actualmente se dan en ciertas manifestaciones
como el teatro, las manifestaciones artísticas de vanguardia o en las producciones multimedia abren
el camino a la expresión total, donde el pensamiento creativo y divergente, imaginativo e inventivo
se manifiesta a través de la conjunción los distintos lenguajes expresivos.

corporal lingüística

dram ual
ática ovis
audi

l
ta
rítmico- numérica

en
musical

hi
m

pe
ru
st

rte
in

xto
o-

plástica
cn
te

Cuadro 4

4. Proceso de representación expresiva: impresión-expresión-comunicación-reflexión.


Todo acto expresivo se basa en un movimiento de doble dirección: del mundo exterior hacia la
persona (impresión) y de la persona hacia el mundo exterior (expresión). Sólo podemos expresarnos si
nos dejamos impresionar - voluntariamente o no- por lo que nos rodea o interpela. Si no somos como
sensibles placas receptoras que registramos mediante los sentidos y almacenamos las diversas
sensaciones muy poco podremos después comunicar expresándonos.
Los medios que facilitan la impresión (Moccio, 1998, págs. 5-8) son la tranquilidad, la
receptividad y el pensamiento personal. La tranquilidad es la actitud que nos permite servirnos de
nuestras propias energías. Y esto exige: disponibilidad o preparación para recibir; descontracción o actuar
para hacer que desaparezcan las tensiones de nuestro entorno; relajación o preparación para la
receptividad, que favorezca un estado de no resistencia a las sensaciones; y dominio de uno mismo o
conducta autónoma, no sólo en los aspectos físicos sino a los aspectos del espíritu que conduzcan al
equilibrio del pensamiento.
La receptividad o acumulación de energías se consigue mediante la interpelación de nuestros
sentidos; la atención, que añade una voluntad de sentir; la observación o capacidad para detenernos sobre
la cosas, el mirar en su interior y tratar de comprenderlas no sólo en la apariencia sino también en su
contenido.
El pensamiento personal equivale al despliegue de nuestra energía y supone concentración, es
decir, centrar la atención en el punto u objeto único que hemos elegido, en el desarrollo del objeto de
nuestro deseo.

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El modelo de taller que proponemos se asienta sobre cuatro variables: las fases del proceso
creativo, el proceso de representación artística, los momentos de la clase o taller didáctico y el tipo de
actividades realizadas (Cuadro 5). Dediquemos unas líneas a las dos primeras.

Expresión y proceso creador


FASES DEL PROCESO DE MOMENTOS DEL
PROCESO CREADOR EXPRESIÓN TALLER DE TIPOS DE ACTIVIDADES
EXPRESIÓN
Juegos iniciales
Desinhibición
Preparación Percibir Puesta en Calentamiento
marcha Relación grupal

Sensopercepción
Relajación
Incubación Sentir Relajación Concentración

Improvisación
verbal, plástica,
rítmico-musical,
Expresión gráfica, dramática,
Iluminación Hacer hipertextual
comunicación
Exploración: cuerpo,
movimiento, sonido,
palabra, objeto,
espacio, color, forma
Actualización

Revisión Reflexionar Verbalización


Retroacción
Comentario
Transposición a
otros lenguajes

Desde Walas se identifican cuatro fases en el proceso creador:


• Preparación: situación del sujeto en el clima favorable y con los medios adecuados para crear.
• Incubación: elaboración interna de la obra; información y tanteo, análisis de la situación y
búsqueda de soluciones múltiples.
• Iluminación: plasmación de la nueva idea o fijación de la mejor solución encontrada.
• Revisión: evaluación de los resultados; experimentación, corrección y puesta en práctica.
Sabemos que este modelo no es lineal como gráficamente se representa y que no necesariamente las
fases se suceden unas a otras siempre en un mismo orden, ya que los momentos de revisión pueden actuar
como iluminadores o la incubación, en ciertas ocasiones, puede actuar también como preparación. En vez de
la línea recta en una sola dirección deberíamos de emplear la espiral ascendente y descendente pues ya nos
decía Jackson que la trayectoria del pensamiento se parece más al vuelo de la mariposa que al recorrido de la
bala.
Fases que tienen correspondencia con las del proceso expresivo. Cualquier proceso expresivo se
articula sobre estas palabras clave: percibir, sentir, hacer, reflexionar.

• Percibir. Es tanto como estar a la escucha de uno mismo y del entorno. Supone la
disponibilidad del individuo a dejarse impregnar por los estímulos del entorno físico y humano y
permitir que surjan las imágenes que éstos inducen. La percepción consiste en desplegar las antenas
de todos los sentidos para poder captar los estímulos del exterior y dirigir la mirada hacia el mundo
interior. Esto implica un estado de disponibilidad en los planos cognitivo, motriz y afectivo. Houlle

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(1987, pág. 18) caracteriza esta fase en los siguientes términos: es de orden sensorial y emocional; al
suscitar la atención del individuo permite establecer lazos entre sus percepciones sensoriales y su
imaginación; exige de una actitud de espera activa y de disponibilidad corporal. El sujeto debe
dejarse impresionar por los estímulos del medio, estar abierto y ser sensible a todo lo que le rodea y
tratar de tomar contacto consigo mismo.

Desde el punto de vista didáctico, en esta fase la tarea del profesor/animador consiste en
crear un clima de calma y de escucha consciente y mirada activa, una atmósfera dinámica y
estimulante; ofrecer un amplio abanico de experiencias sensoriales; ayudar a tomar conciencia
de uno mismo y de la realidad exterior.
Los ejercicios y actividades de relajación, de concentración, de percepción sensorial, de
observación se incluyen dentro de esta fase. La actitud a adoptar podemos concretarla en los
siguientes principios:
- Tomar conciencia de que siempre estamos percibiendo con los cinco sentidos.
- Dar importancia a los detalles prácticos.
- Estar en contacto con la las realidades físicas.
- Atender al momento actual
- Darse cuenta de los detalles pequeños de la vida cotidiana.
• Sentir. Es tanto como pensamiento corporal, según Root- Bernstein, es decir, el pensamiento
que tiene lugar a través de las sensaciones y la conciencia de nuestros nervios, músculos y piel. Son
muchas las personas creativas que antes de encontrar las palabras o las formas adecuadas para
expresarse “experimentan la emergencia de las ideas en forma de sensaciones corporales,
movimientos musculares y emociones que actúan a modo de trampolines que permiten acceder a una
modalidad más formal del pensamiento. Los atletas y los músicos imaginan la sensación de los
movimientos que van a ejecutar; los físicos y los pintores experimentan en su cuerpo las tensiones y
los movimientos de los árboles y de los electrones” ( Root- Bernstein, 2002 , pág. 44).
• Hacer. El sujeto pone en acción sus imágenes interiores, las elabora a partir de un estímulo y
comunica su mundo interior. Este hacer se debe orientar en dos direcciones: la exploración y la
actualización. La exploración es un periodo de ensayos múltiples, de lanzamiento de propuestas
diversas. En las actividades de exploración se pone el acento sobre los medios e instrumentos con
los que se realiza el aprendizaje de los distintos lenguajes. La actualización es la etapa de elegir, de
organizar, de arrancar. Momento en el que la creación emerge a partir de las propuestas planteadas.
Es la fase por excelencia de la expresión-comunicación. La actividad base de este periodo es la
improvisación articulada sobre distintas situaciones.
• Reflexionar. Se trata de disponer de un momento de pausa para volver sobre la actividad
realizada y apropiarse de la experiencia vivida. Es el momento del análisis, de la vuelta sobre lo que
ya ha sido vivido y tomar conciencia de los medios utilizados para expresarse.

El área de la expresión – y cualquier acto de enseñanza aprendizaje - es el espacio de las cinco


‘c’: primero hay que reaccionar con los sentidos (cuerpo), después con los sentimientos y las
emociones (corazón) para terminar con la reflexión, el conocimiento y la voluntad (cerebro), sobre
unos contenidos culturales (cultura) y todo ello impregnado en un clima de creatividad. Por eso
metafóricamente representamos la expresión con esta fórmula:

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corazón creatividad
cerebro
cuerpo
Expresión =
cultura

Cuadro 6

5. Momentos y actividades en el taller de expresión.


La estructura base de una clase o taller de esta materia, que ha sido conceptualizada por
Barret (1981), se puede concretar en las siguientes partes: a) puesta en marcha, b) relajación, c)
expresión-comunicación, d) retroacción.
Cada una de ellas tiene una duración distinta. El núcleo central será normalmente la fase de
expresión-comunicación. El tiempo dedicado a cada una puede ser también variable. Así, se puede
abreviar la puesta en marcha si el grupo está cansado o saltar la relajación si la tercera parte
empieza con actividades suaves, o bien utilizar la relajación al final si la clase ha sido muy fatigosa,
o, incluso, centrar toda la clase en la puesta en marcha, si la situación del grupo así lo demanda.
Estas partes son referenciales, puede no necesitarse alguna de ellas. Este modelo sirve tanto para
preparar una clase como para hacer el análisis de la misma o para hacer una planificación a largo
plazo.

5.1. Descripción de los momentos


1) La puesta en marcha
Esta fase de arranque es indispensable, pues gracias a ella se crea un clima lúdico que
permite un trabajo posterior. En ella se establece y favorece el contacto con el aquí y ahora del
lugar donde se realiza la clase, con los otros participantes y con el profesor/animador. Las
actividades específicas de este apartado son las que en otro lugar hemos llamado juegos
preliminares (Motos y Tejedo, 1987 y 1999) y comprende, entre otras: actividades que favorecen el
contacto entre los participantes, de calentamiento físico, de desinhibición, de atención y
concentración, de percepción y memoria sensorial, de imaginación,
Las tareas propias de esta fase son: motivar, conexionar al grupo, plantear metas adaptadas
a las capacidades y niveles de relación y grupo, comprobar la disposición del grupo a trabajar,
conectar las propuestas del animador con los intereses del alumnado.

2) Relajación
La relajación permite la distensión muscular, provoca bienestar físico, produce una buena
respiración, favorece la toma de conciencia y la concentración. El bienestar que provoca es tanto
físico como psicológico, de donde se deriva una disponibilidad del participante favorecedora de su
expresión.
Las actividades de relajación pueden tomar diferentes formas de acuerdo con las técnicas
empleadas (Charaf, 1999; Prado y Charaf, 2000): masaje y automasaje, ejercicios respiratorios,
relajación progresiva (tensión-distensión), relajación por concentración autógena, relajación por
movimiento pasivo, relajación por acciones inusuales, relax imaginativo, etc.

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3) Expresión-comunicación
En esta fase es donde se hace una utilización más global del lenguaje dramático,
permitiendo a los participantes manifestar de una manera activa su asimilación y comprensión del
mismo.
Las actividades que se han de proponer en esta fase han de ser lúdicas para que propicien la
ocasión de explorar ciertas posibilidades del cuerpo, la voz o del entorno, y de esta manera el
alumno adquiera un mayor conocimiento, soltura, confianza y habilidad.
Aquí se incluyen las actividades de improvisación y exploración, a saber: improvisaciones
no verbales, en las que para elaborar la acción se recurre a la mímica, al gesto, a la postura, a la
interacción con el otro mediante la expresión corporal; improvisaciones verbales, en las que se pone
el acento en el empleo de la comunicación por la palabra y en el juego con los elementos del
sonido; improvisaciones verbales y gestuales, en las que se exige la utilización simultánea del
lenguaje verbal y de la expresión corporal; exploración del cuerpo (toma de conciencia segmentaria
de los elementos del esquema corporal); exploración del movimiento (motricidad global y
motricidad fina; exploración de la voz; exploración de los objetos; exploración del espacio;
exploración y utilización de los distintos soportes que desencadenan la expresión.
En síntesis, son actividades sobre los instrumentos y materiales con los que se articula el
lenguaje dramático y corporal expresivo y se centran en trabajos realizados individualmente, por
parejas o en microgrupo.

3) Retroacción
Fase de comentario y valoración de la actividad realizada por el grupo. Consiste en esencia
en la verbalización de las vivencias habidas durante las fases anteriores, en compartir las ideas y las
emociones vivenciadas y en la toma de conciencia de los medios utilizados para expresarlas. La
retroacción tiene como función desarrollar la toma de conciencia, establecer una comunicación
verbal y obtener un feed-back. Es importante al finalizar el trabajo de expresión tomar la palabra,
pues ésta puede abrir, añadir, enriquecer la acción y la expresión.
Las actividades de reflexión se suelen realizar bajo alguno de los siguientes formatos:
- Actividades de interiorización.
- Verbalización simple (cada alumno por turno comenta la actividad) e intercambio verbal
(se comenta y analiza la actividad con intervenciones libres).
- Transposición a otras formas de expresión (escritura, dibujo, collage, expresión corporal,
etc.) de las imágenes, emociones, sensaciones o ideas surgidas durante las fases de percepción,
exploración y actualización.
- Presentación ante el grupo de una actividad evaluadora realizada por un equipo.
Es fácil observar la correspondencia existente entre las dos variables analizadas: el proceso
de representación y los momentos de la clase. Ambas se centran en una misma realidad; pero
mientras que la primera la enfoca desde la perspectiva del porqué, de la finalidad; la segunda lo
hace desde el qué, desde los contenidos.
Al poner en relación las fases del proceso dramático y los momentos de la clase tenemos los
tipos de actividades y tareas propias de la Dramatización, como se refleja en el cuadro 5.

5.2. Fórmulas para proponer las tareas: la consigna, desencadenante del juego, y la técnica
de la mezcla.
Las fórmulas utilizadas para incitar a los participantes a realizar las tareas propuestas por el
profesor-animador se conocen tradicionalmente como consignas. Este término no es muy afortunado por
sus connotaciones de rigidez y recuerdo de las directrices y órdenes de la escuela tradicional, por lo que

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Barret3 aconseja el uso de proposición. Esta autora expone la importancia de convertir las consignas en
invitaciones y evitar la consigna-orden, excesivamente dirigista.
Las consignas pueden ser abiertas y cerradas, fáciles y complejas, generales y concretas, directas
e indirectas, individuales y por parejas, para realizar en grupos o dirigidas a toda la clase. Aprender a
combinarlas para crear un ritmo determinado o para poder improvisar en un momento dado es una
cuestión personal de cada animador. Pero lo importante es que dispongamos de un banco de ellas para
poder escoger las más adecuadas a cada momento del taller, ya que una secuenciación oportuna va a
determinar el ritmo que queramos dotar al taller.
Al analizar las consignas hemos de plantearnos si los estímulos que en ellas incorporamos son
suficientemente claros para que el destinatario las comprenda y pueda realizar aquello que el profesor-
animador, en tanto que emisor, espera conseguir. Por otra parte, a la hora de plantear la consigna
deberemos procurar no dar tanta información que la haga farragosa, sino ofrecer la suficiente para que se
entienda e incite en los participantes el deseo de realizarla.
Toda consigna ha de estar sustentada en la hipótesis del n+1, es decir, siempre hay una
posibilidad diferente de hacer las cosas. Ahora bien, el respeto a la consigna ha de ser una actitud creativa
básica pues para crear hay que ponerse barreras, y la barrera, que es el reto, la constricción o traba formal
viene expresada en la consigna.

La técnica de la mezcla es la puesta en práctica de todo tipo de combinación posible: de los


alumnos como protagonistas de las actividades (individualmente, parejas, pequeño grupo, gran grupo), de
los ritmos de las actividades propuestas (lento, normal, rápido), del nivel de dificultad formal de las
actividades (alto, medio, bajo), del tiempo invertido, de los espacios y de los tipos de habilidades
requeridas. De la misma manera que la creatividad nos aleja de la rutina, fuente del aburrimiento en la
vida cotidiana, en los talleres expresivos deberemos proponer continuos cambios y combinaciones no sólo
como estrategia de dinámica de grupo sino como fórmula para introducir el azar y crear sorpresa y
novedad constantemente renovada.

6. Un ejemplo
Para ilustrar el modelo adjuntamos un ejemplo de taller de taller de expresión dramática y
corporal cuyo tópico es la mano. Se articula sobre el proyecto de crear un poema colectivo y
dinamizarlo representándolo. Los objetivos los concretamos en:
- Desarrollar las posibilidades de movimiento y expresión de este segmento corporal.
Tomar conciencia de la mano y de su valor expresivo.
- Ejercitar la imaginación y la creatividad expresiva.
- Utilizar el movimiento como elemento desencadenante de imágenes mentales y
transferirlas al lenguaje escrito
- Dinamizar un texto.

Teniendo en cuenta las fases arriba expuestas, desarrollaríamos la siguiente secuencia de


actividades. Actividades que se presentan sólo como sugerencias que el profesor-animador puede
modificar, reduciendo o ampliando de acuerdo con sus objetivos y las características del grupo con
el que trabaje.

1.- Puesta en marcha


1.1. Escribir el nombre.
Procedimiento
Los participantes se distribuyen por la sala ocupando un espacio concreto, de modo que puedan
trabajar sin molestarse.
Se les invita a que escriban su nombre en el aire. Sucesivamente se irán dando consignas que
introduzcan variaciones en la realización del ejercicio:

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- rápido-lento,
- con trazo muy grande, mediano, pequeño,
- en el plano vertical, en el horizontal (como si se escribiera en el suelo o en el techo),
- arriba (muy alto), abajo (tumbados en el suelo),
- de arriba abajo, de abajo arriba,
- adelante, detrás, a los lados,
- con la izquierda, con la derecha, con ambas,
- como si se utilizara un lápiz, un rotulador grueso, una brocha, un spray, etc.
- escribir con la muñeca, el codo, el hombro,
- escribir un telegrama, una carta de amor, una carta comercial, etc.
Ampliar las posibilidades del ejercicio, introduciendo el desplazamiento por la sala.

1.2. La mano viajera.


Material: Andante de la Sonata en mi menor BWV 1034 para flauta y bajo continuo de J.S.
Bach.
Procedimiento
Los participantes se colocan en una postura cómoda ocupando el espacio de la sala. Se cierran
los ojos, relajando especialmente las manos. El profesor sugiere la imagen de que las manos están
dormidas desde hace siglos y que con los primeros acordes de la música una de ellas irá despertando.
A lo largo del proceso irá dando indicaciones sobre las acciones que realiza la mano, por ejemplo,
desperezar los dedos, la muñeca, tocar el suelo, los vestidos, diferentes partes del cuerpo. Incorporar la
otra mano.
Después las manos comienzan a explorar el espacio cercano, para poco a poco ir
desplazándose por toda la sala. Se insistirá en que se tome conciencia de todos los objetos o cuerpos
que se encuentren durante el viaje.

2. Relajacion
3.1. Relajación de brazos.
Procedimiento
Por parejas. Decidir quien es A y quien B.
1) A se sitúa detrás de B, coloca las manos en los brazos y le levanta los hombros dejándolos
caer a continuación. B debe dejarse llevar, no levantará los pies ni opondrá resistencia alguna. Repetirlo
varias veces.
2) En la misma posición, A hará rotaciones en los hombros de B, cuyos brazos estarán
completamente relajados. Repetirlo varias veces.
3) A se coloca frente a B y le toma la punta de los dedos de una mano, imprimiéndoles un
movimiento vibratorio que llegará hasta el hombro.
4) Cambio de papeles.

3.2. Masaje de manos


Procedimiento
Por parejas ( A y B).
1) A toma la mano de B y la coloca sobre la suya poniendo el dorso de la mano de B sobre su
palma. Con los nudillos de la otra mano, da masajes en la palma de B, describiendo pequeños círculos.
Repetir en la otra mano.
2) A coge el dorso de la mano de B con ambas manos y utilizando las yemas de sus pulgares,
da masajes en la palma de B. Repetir en la otra mano.
3) A desliza su pulgar entre los surcos formados por los tendones del dorso de la mano de B.
Cambio de mano.

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4) Masaje de los dedos: A toma el dedo meñique de la mano izquierda de B desde la tercera
falange, con sus dedos índice y pulgar y los va deslizando, en tirabuzón hasta el final del dedo. Se
repite con cada dedo y en cada mano.

5) Cambio de papeles.

3. Expresión-comunicación
3.1. Las manos mágicas
Material: Soporte sonoro "La ruta de la seda" de Kitaro.
Procedimiento
Individual.
1) Se distribuyen por el espacio de la clase y comienzan observando las manos, investigando y
deteniéndose en cada uno de sus detalles.

2) Con el estímulo musical las manos comienzan a adquirir vida y actuar por su propia cuenta.
Las manos son mágicas se transforman en abanico, pájaro, volar de mariposas.
3) Se repite el proceso pero centrándose en los brazos, que se pueden convertir en serpientes,
látigos, olas, cintas, serpentinas, etc.

3.2. Las manos corazón


Procedimiento
Se forman dos o tres círculos, con la gente mirando hacia el centro. Se les invita a que cierren
los ojos y a que tomen conciencia de la situación. El profesor da las siguientes consignas:
Se extienden las manos hacia los costados y se cogen las de los compañeros, estrechando el
círculo hasta que se contacte con los codos. Las manos se mueven lentamente y se llevan hacia el
centro del círculo.
Se imaginan que los brazos son los vasos el gran corazón con los miembros del organismo, que
son cada uno de los participantes. Todos los cuerpos están conectados. El corazón palpita regularmente.
Tiene vida propia. La respiración se unifica y se toma conciencia de las sensaciones experimentadas en
brazos y manos.
Ir abriendo los ojos poco a poco y conservar ese ritmo que marca el corazón latiendo.
Sentados en círculo, comentar la experiencia. Cada participante puede expresar cómo se ha
sentido.

3.3. Un paisaje en la palma de tu mano.


Procedimiento
Individual.
1) Se pide a los participantes que se concentren en la palma de la mano que prefieran. Se trata
de observar, sentir, tocar, seguir las rayas, los dibujos, notar el calor o el frío, etc.
2) Se les invita a que imaginen que la palma de la mano es un paisaje. Los surcos, rayas y las
partes prominentes se agrandan hasta convertirse en ríos, desfiladeros, montañas, mesetas, etc. S i se
mueve lentamente la mano el paisaje cambia. La luz la ilumina de forma diferente. Imaginar que tipo
de árboles hay en ese paisaje, si hay seres vivos o no.
3) Escribir un poema sobre la palma de la mano.
- Se pide que escriban una frase que recoja la imagen individual que más les haya llamado la
atención durante el ejercicio. La frase tiene que comenzar por las palabras
La palma de mi mano es ... ( ejemplo, una meseta atravesada por cinco ríos).

- Se forman grupos, combinando las frases anteriores, para crear un poema colectivo en verso
libre. Se pueden introducir todas las modificaciones que el grupo crea oportunas.

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4. Retroacción
Recitado de un poema con posturas plásticas colectivas.
Material: Texto de los poemas creados en el ejercicio 4 La palma de mi mano es... Pintura de
dedos.
Procedimiento
La tarea consiste en recitar los poemas formando un grupo plástico colectivo. Se forman los
mismos grupos que para la creación de los poemas. Se pintan las palmas de las manos con colores
diferentes.
Para formar el grupo plástico se siguen estos pasos:
Sale un participante y adopta una postura en la que las palmas de las manos sean bien visibles.
El siguiente sale para completar y compensar la postura del anterior. Y así sucesivamente.
Para la lectura, repartir el poema en versos o estrofas que cada participante recitará.
Este ejercicio admite todas las variaciones que al grupo se le ocurran tanto en la forma de decir el
poema como en la plástica.

7. Conclusión
En este texto hemos pretendido sentar las bases del taller creativo expresivo como estrategia
didáctica. Al exponer sus fundamentos encontramos que estamos proponiendo un modelo educativo
constructivista, socialcultural, interaccionista y expresivo.
Constructivista porque entiende el conocimiento como algo que está en constante proceso de
construcción y cuyo centro de aprendizaje es el educando, un ser activo en permanente intercambio con
el entorno.
Interaccionista porque no acepta el modelo representado por el profesor que enseña y los
alumnos que aprenden repitiendo lo que el profesor les enseñó; sino que concibe que el aprendizaje
ocurre a medida en que el sujeto-alumno actúa sobre los contenidos y va construyendo sus propias
estructuras. Y porque incentiva el trabajo en grupo compartiendo ideas e informaciones, decisiones y
responsabilidades. Y, además, porque concibe las aulas como espacios para el desarrollo de experiencias
y manipulación de materiales.
Sociocultural porque propone que el individuo se hace en relación con los demás y que el
conocimiento es producido en la interrelación con el mundo físico y social pues la construcción del
pensamiento es una relación dialógica entre el individuo consigo mismo y con el mundo que lo
rodea.
Y es expresivo porque la expresividad creativa es la base de todo proceso educativo
creador. La creatividad es básicamente expresión.

1
Este modelo lo hemos desarrollado en T. Motos: “Dramatización y técnicas dramáticas” en V. García Hoz y
otros Enseñanzas artísticas y técnicas, Madrid, Rialp, 1996, y en T. Motos: Creatividad dramática,
Universidad de Santiago de Compostela, 1999.
2
Sirva como ejemplo de taller de escritura el denominado Grafein, talleres de escritura e investigación
teórica, surgido en Buenos Aires en 1974, y cuyo primer coordinador fue Tobelem, el creador del método de
trabajo por consignas. En nuestro país nos encontramos con talleres de escritura tales como Fuenteteja, el del
Círculo de Bellas Artes, el Aula de Lletres y sobre todos los talleres literarios para enseñanzas medias (J.
Sánchez Enciso y F. Rincón, V. Moreo o E. Ortega) con unos curriculares definidos. En cuanto a los talleres
de teatro estos han tenido una mayor difusión. Para ver su metodología y contenido puede consultarse T.
Motos y otros (2001) Taller de teatro, Octaedro: Barcelona.

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BIBLIOGRAFÍA
Aymerich, C y M. (1971). Expresión medio de desarrollo. Barcelona: Nova Terra
Aymerich, C. y M. (1996). Mòduls de Tècniques d’Estudi. L’expressió de la informació: oral, escrita i
no verbal. Barcelona: Departament d’Ensenyament, Generalitat de Catalunya.
Barret, G. (1991). Pedagogía de la expresión dramática, Montreal: Recherche en expression.
Bertherat, T. y Bernstein, C. (1990). El cuerpo tiene sus razones. Barcelona: Paidós.
Charaf, M. (1999): Relajación Creativa: técnicas y experiencias. Universidad de Santiago de
Compostela.
Dobbeleare, G. y Saragoussi, P (1970). Techniques de l’Expression. Paris: Aux Presses d’Ile de France.
Farreny, T. (2001). Pedagogía de la expresión con Carmen Aymerich. Ciudad Real: Ñaque.
Gardner, H. (1999). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.
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Legendre, R. (19939: Dictionaire Actuel de l’Éducation. Montreal: Guérin.
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Moreno, J.L. (1966). Psicoterapia de grupo y psicodrama. México: Fondo de Cultura Económica.
Motos, T. (1996). “Dramatización y técnicas dramáticas en la enseñanza y el aprendizaje”
en Garcia Hoz y otros Enseñanzas artísticas y técnicas. Madrid: Rialp.
Motos (1999). Creatividad dramática. Santiago: Universidad de Santiago de Compostela.
Motos, T. y Tejedo, F. ( 1987/1999): Prácticas de Dramatización. Madrid: García Verdugo.
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