Laura Ordóñez Cañizares

Sociología de las migraciones (Grupo 4.8)

Reseña IV: G. Sciortino (2007): “Algunos elementos para comprender a los irregulares”,
Vanguardia Dossier 22.
8/4/2016

En los procesos migratorios irregulares se producen por un choque entre la movilidad de las
personas dentro de un espacio físico y la tarea que se atribuye al Estado para controlar ese
espacio. Cuando decimos que un inmigrante es ilegal le estamos confiriendo un
determinado estatus jurídico que varía en función del contexto y el momento histórico en el
que se encuentre debido a que las interacciones que ese inmigrante ilegal puede establecer
en un país o en otro en el ámbito de la sanidad, la educación y o en sus actividades diarias al
establecer relaciones con los demás.

La inmigración es un tema complejo y difícil de manejar que a menudo es tratado de la

manera más simple, dando soluciones fáciles que al final no consiguen resolver los
problemas que se plantean en la agenda política. Un hecho que resulta incuestionable
para los Estados es su derecho a decir sobre el control del propio territorio como una
reivindicación a su soberanía, y esto implica que se tomen las decisiones que se consideren
oportunas en cuanto a la composición de su población y a las entradas y salidas de
inmigrantes, aunque no siempre se consigue un control absoluto sobre este asunto sí que se
hace evidente un esfuerzo por conseguirlo. Así mismo, cada Estado tiene diferentes grados
de control de la inmigración, ya que los países Occidentales tienen, por ejemplo, unas
políticas más liberales en lo que a inmigración se refiere y ha renunciado a llevar a cabo
políticas represivas contra aquellos que entran de forma irregular en un país, que es el
primer motivo por el que algunos estados no tienen una capacidad efectiva para controlar
esa composición de su población, y el segundo motivo es que ese control requiere una serie
de recursos económico y humanos, entre otros.

Otro punto que añade complejidad al establecimiento de políticas migratorias eficaces es

que los inmigrantes irregulares son una masa heterogénea con situaciones jurídicas muy
diferentes. Podemos encontrarnos con tres segmentos muy diferentes, a saber: “inmigrantes
irregulares que resultan protegidos de la acción represiva del Estado”, “inmigrantes
irregulares que, aunque no pueden ser reconocidos como asilados, tampoco pueden ser
expulsados coercitivamente”, y “aquellos que pueden ser definidos como semilegales”.
Existe, además, otro sector de inmigrantes irregulares para dar más heterogeneidad a ese
grupo, que es el de aquellos que se sabe que habitan en un país de forma irregular pero que
son difíciles de sancionar porque su expulsión suponen costes elevados y suelen amenazar
con usar la violencia en los viajes o de destruir sus documentos de identidad.

Por último, decir que los inmigrantes considerar su irregularidad jurídica como un obstáculo
más para conseguir entrar en un país pero que no les conlleva una sanción de tipo moral, y
son conscientes de las políticas migratorias establecidas. Es curioso ver cómo el inmigrante
irregular está dispuesto a asumir una serie de riesgos para alcanzar su objetivo de llevar una
vida mejor.