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MATERIA : ADMINISTRATIVA

RECURRENTE : JHONNY ALBINO VALLECILLA RAMIREZ

PASAPORTE : AM845388

ASESOR JURÍDICO : NELSON CAUCOTO PEREIRA

RUT : 6.135.802-5

ASESOR JURÍDICO : FRANZ MÖLLER MORRIS

RUT : 15.913.025-8

ASESOR JURÍDICO : FELIPE MUÑOZ JORQUERA

RUT : 16.856.152-0

EN LO PRINCIPAL: RECURSO DE REPOSICIÓN; PRIMER OTROSÍ: RECURSO JERÁRQUICO, EN


SUBSIDIO; SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITUD QUE INDICA; TERCER OTROSÍ: ACOMPAÑA
DOCUMENTOS; CUARTO OTROSÍ: ASISTENCIA JURÍDICA.

SR. EMILIO RODRÍGUEZ PONCE


INTENDENTE DE LA REGIÓN DE ARICA Y PARINACOTA

JHONNY ALBINO VALLECILLA RAMIREZ, de nacionalidad colombiana, pasaporte N° AM845388,


domiciliado para estos efectos en calle Agustinas 1419, segundo piso, comuna de Santiago, al Sr. Intendente
de la Región de Arica y Parinacota, respetuosamente digo:
Que por este acto y estando dentro de plazo, vengo en interponer recurso de reposición con
jerárquico en subsidio en contra de la resolución que dispone mi expulsión del país, N° 108/1.167, de fecha
24 de junio de 2014, emanada de la Intendencia Regional de Arica y Parinacota, notificada a esta parte por
la Policía de Investigaciones con fecha 22 de Julio de 2014, por los motivos de hecho y de derecho que a
continuación expongo:

I. FUNDAMENTOS DE HECHO

1. Vine a Chile en junio del presente año, desde Buenaventura, Colombia, en situación de
desplazado, dado el contexto insostenible de violencia que me tocó perpetrar en dicha
ciudad. A la edad de 10 años falleció mi padre de un infarto cardíaco dados los constantes
asedios de las milicias del grupo paramilitar FARC, a los 3 meses de esto es asesinada mi
madre de 52 años, ya que no pudo pagar las coimas que le exigía dicho grupo paramilitar
para vivir en la zona en que residíamos. En tal situación de orfandad fui formando mi vida
con la protección del estado y de familiares que asumieron mi cuidado, debiendo
trasladarme, junto a mis hermanos, a la ciudad de Cali, por la situación vivida.
2. Llegada la edad adulta retorné a vivir a Buenaventura, ciudad que mantenía altos índices de
violencia pero donde me desempeñaba laboral y familiarmente con normalidad, hasta
agosto del año 2013 en que presencié el asesinato de un hombre que era perseguido por
un grupo denominado Los Urabeños, ex milicianos de las FARC, que tomaban zonas de la
ciudad en que vivía, motivo por el cual comencé a recibir amenazas de muerte, y
constantes asedios por parte de sus integrantes ya que sé quienes asesinaron al hombre
perseguido. Por lo cual tuve que huir de la ciudad y renuncias a mi trabajo. Motivo que me
llevó a solicitar protección de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las
Victimas, el día 24 de Enero de 2014, que mediante resolución Nº 2014-300379, del 11 de
febrero de 2014, FUD NJ000289066, me otorga la calidad de víctima de Desplazamiento
Forzoso, inscribiéndome en el Registro Único de Victimas - RUV, documento que explica la
situación que se vive en el lugar y que se adjunta a esta presentación.
3. Esta situación de inestabilidad me llevó a tomar la decisión de viajar a Chile, país del que se
habla muy bien en Colombia dado su clima de tranquilidad, y buena situación social.

4. El día 2 de junio del presente año intenté ingresar a Chile de manera regular por el paso
fronterizo de Tacna, siendo negado el ingreso al país sin ningún argumento mayor a “es
Colombiano, por tanto se le niega el ingreso”, sin posibilidad de replicar, motivo que me
llevó a viajar a Bolivia, lugar donde un ciudadano de ese país me señaló que podía pasar
por la frontera con Chile, durante la noche, y que me esperaría al otro lado de la frontera.
Ante la desesperación y angustia en que me encontraba, tomé la decisión de viajar, crucé la
frontera durante la noche, por un paso fronterizo del que desconozco su nombre, y donde
no había control policial, al otro lado me esperaba el hombre boliviano que por el pago de
USD$200, me llevarían hasta Arica.

5. Al entrar, acudí hasta la Gobernación de Arica, lugar donde fui atendido por las señora
Diamantina Tapia, para solicitar refugio, quien me aconsejó autodenunciarme en la Policía
de Investigaciones, su trato fue muy discriminatorio dada mi condición, pero aun así, asistí a
la Policía de Arica a autodeninciarme, donde se me retuvo la cédula y se me dio entrega de
la tarjeta de extranjero infractor, lugar donde quedé firmando semanalmente. En cuanto a la
solicitud de refugio, a los tres días se me informó que había sido denegada.

6. Estando en Arica solicité asistencia de de Atención al Migrante y FASIC, quienes me


orientaron a solicitar nuevamente la calidad de refugiado, pero, dado el apremio económico
ya que los recursos que poseía eran escasos, solicité a la Policía de Investigaciones el
traslado de lugar de firma a la ciudad de Iquique, trasladándome el 28 de junio.
Posteriormente me trasladé a Santiago, donde me dispuse a ir a declarar a extranjería dada
mi condición de desplazado, donde se me informó que se había dictado una resolución,
siendo notificado de la medida de expulsión en mi contra, con fecha 22 de Julio del presente
año, resolución Nº 108 / 1.167, de 24 de Junio de 2014.
7. El día 25 de julio de 2014, con copia del acta de expulsión, acudí a la Oficina Especializada
en Derechos Humanos de la Corporación de Asistencia Judicial con el fin de obtener
orientación jurídica con el fin de regularizar mi situación, quienes asumen la representación
de mi caso.

II. FUNDAMENTOS DE DERECHO

1.- PROCEDENCIA

La ley N° 19.880 de Bases del Procedimiento Administrativo contempla en su capítulo cuarto, la revisión de
los actos administrativos, estableciendo como uno de los medios para lograr dicho fin, los recursos de
reposición y el recurso jerárquico.
El recurso de reposición y el jerárquico se encuentran contemplados en el artículo N° 59 de dicha ley, el cual
establece que: “El recurso de reposición se interpondrá dentro del plazo de cinco días ante el mismo órgano
que dictó el acto que se impugna; en subsidio, podrá interponerse el recurso jerárquico”.

El plazo establecido para presentar el recurso de reposición según señala la ley es “de cinco días ante el
mismo órgano que dictó el acto que se impugna”, plazo que en el presente caso se cumple cabalmente, por
cuanto el acto cuya reposición se solicita fue notificado con fecha 22 de Julio 2014. Desde dicha fecha el
mentado plazo no se ha cumplido aún, ya que, de acuerdo al artículo 25, los plazos de la Ley 19.880 son de
días hábiles, considerándose inhábiles los sábados, domingos y feriados. Como se puede ver entonces, el
presente recurso ha sido interpuesto oportunamente dentro del plazo legal. Ya que desde el día 22 de Julio, el
plazo de 5 días se extiende hasta el martes 29 de Julio de 2014.

Tanto el recurso de reposición como el recurso jerárquico son “mecanismos establecidos para impugnar el
acto ante la misma autoridad que los dictó o ante el superior jerárquico, a través de los que se puede revisar
no solo la legalidad de la actuación administrativa, sino la oportunidad o conveniencia de la misma”.1

Conforme a la propia naturaleza del recurso de reposición, es necesario para su procedencia que quien lo
entable sufra agravio en virtud de la resolución impugnada para que la autoridad que dictó dicha resolución, la
deje sin efecto. Lo anterior concurre en el presente caso, por cuanto la resolución que busco impugnar
dispone mi expulsión del país donde pretendo desarrollar mi proyecto de vida.

Por el presente recurso, se hace presente, además, que se me han vulnerado diversas garantías
constitucionales, atentando contra el ordenamiento jurídico, lo que únicamente puede ser enmendado
modificando o dejando sin efecto dicho acto.

En el presente caso, esta infracción se produce respecto de normas constitucionales e internacionales, que
constituyen pilares fundamentales, no solo de nuestra legislación, sino que también de un Estado de Derecho.

Sin embargo, antes de tratar estos puntos, es necesario señalar que conforme al artículo 6º de la
Constitución:

“Los órganos del Estado, deben someter su acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella,
y garantizar el orden institucional de la República.”

1
Ferrada, Juan Carlos. Los procesos administrativos en el derecho chileno. Revista de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, XXXVI, 2001, p. 255.
“Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de estos órganos, como a toda
persona, institución o grupo.”

En consecuencia, cada vez que un acto administrativo infrinja una norma constitucional, está infringiendo el
derecho en general, además del mandato constitucional expreso de respeto y sometimiento de dichos actos a
los preceptos contenidos en ésta.

Teniendo esto en consideración, se puede proceder a identificar las normas infringidas por la supuesta orden
de expulsión.

2. EL INGRESO CLANDESTINO ES UN DELITO CUYA COMISIÓN SÓLO PUEDE SER


ACREDITADA POR UN JUEZ DEL FONDO EN LO PENAL. A FALTA DE TAL ACREDITACIÓN,
SOY TITULAR DEL DERECHO A LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.

Entre las garantías constitucionales vulneradas en el presente caso por la Administración del Estado, se
encuentran la del artículo 19 Nº 2 de la Carta Magna, que asegura a todas las personas la igualdad ante la
ley, así como también la del artículo 19 Nº 3 inc. 6 del mismo cuerpo normativo, que asegura que la ley no
podrá presumir de derecho la responsabilidad penal, lo que se ha denominado “Presunción de Inocencia”. El
Tribunal Constitucional ha dicho que “los principios inspiradores del orden penal contemplados en la
Constitución Política de la República han de aplicarse, por regla general, al derecho administrativo
sancionador, puesto que ambos son manifestaciones del ius puniendi propio del Estado”. (Considerando 9º,
STC ROL 244-1996).

Como consecuencia de la interrelación de estos dos artículos, no cabe sino concluir que tanto los chilenos
como los extranjeros deben ser tratados como equivalentes en lo que a garantías fundamentales respecta y
que respecto de ambos se debe presumir inocencia en todo momento, mientras no exista una condena que
provenga de un proceso racional y justo que desvirtúe dicha presunción.

En el presente caso, careciendo de un debido proceso, fui sancionada con el máximo castigo que la autoridad
administrativa puede imponerle a un extranjero, esto es, la orden de expulsión del territorio nacional,
vulnerando los artículos precitados, sin que existiese un juicio previo, ni aun una condena, viéndose vulnerada
la presunción de inocencia establecida tanto en la Constitución Chilena, como en todos los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos que se encuentran vigentes. Fundamento lo anterior en que he
recibido una sanción de índole administrativa por concepto de ingreso clandestino, delito cuya comisión nunca
fue acreditarla por un juez del fondo en lo penal mediante una sentencia condenatoria en mi contra, por lo que
la autoridad ha vulnerado mi derecho a que se presuma mi inocencia respecto de los hechos señalados.
A mayor abundamiento, es contradictorio insistir en sancionarme por concepto de ingreso clandestino siendo
que la Intendencia de la región de Arica y Parinacota se desistió de la acción penal deducida en mi contra por
los mismos hechos por cuya comisión no he sido, por ende, condenada.

En este contexto, es menester tener en cuenta la jurisprudencia de la Corte Suprema que, en sentencia de
causa rol 10.243-2013, en autos sobre acción de amparo, dispuso lo siguiente:

2° Que, asimismo, consta de la resolución impugnada que la autoridad administrativa presentó


denuncia por el hecho el día 2 de Agosto del 2011 ante el Fiscal de Iquique y que con esa misma fecha,
presentó desistimiento de tal acción, esto es, no tuvo intención seria alguna de que fuera indagado el
supuesto delito cometido.

3° Que en el escenario descrito, resulta que la única motivación fáctica de la resolución que
determina el recurso, no solo no fue eficazmente puesta en conocimiento de las autoridades llamadas por ley
a investigarla con el objeto de establecer su efectiva ocurrencia, sino que, además, ha sido esgrimida en un
acto administrativo de grave trascendencia, como una mera afirmación de autoridad, sin respaldo y sin dar al
afectado posibilidad alguna de ejercer sus defensas, en juicio penal o en sede administrativa.

4° Que de lo señalado surge con toda claridad que el acto impugnado adolece de falta de
fundamentos, lo que es inaceptable en cualquier actuación de la Administración Pública”.

3. NO HA SIDO ACREDITADA MI CULPABILIDAD EN LA ACCIÓN TÍPICA COMETIDA, POR LO


QUE NO PROCEDE LA APLICACIÓN DEL IUS PUNIENDI DEL ESTADO.

El artículo 69 del Decreto Ley 1.094 tipifica el delito de ingreso clandestino de la siguiente manera:

“Los extranjeros que ingresen al país o intenten egresar de él clandestinamente, serán sancionados
con la pena de presidio menor en su grado máximo.

Si lo hicieren por lugares no habilitados, la pena será de presidio menor en sus grados mínimo a máximo.

Si entraren al país existiendo a su respecto causales de impedimento o prohibición de ingreso, serán


sancionados con la pena de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo.

Una vez cumplida la pena impuesta en los casos precedentemente señalados, los extranjeros serán
expulsados del territorio nacional”.
Si bien es cierto que, de los hechos descritos, se desprende la concurrencia de la acción típica descrita en el
artículo 69 del Decreto Ley 1.094, ello no quiere decir, necesariamente, que dicha acción haya sido culpable,
siendo la culpabilidad uno de los elementos constitutivos del concepto mismo de delito.

El que la administración dicte una orden de expulsión en mi contra en estas circunstancias, implica aplicar una
sanción de índole administrativa por la pura tipicidad de la conducta cometida, sin siquiera, como se explicará
en el punto siguiente, abrir una investigación administrativa.

Entonces, a falta de uno de los elementos constitutivos de todo delito, esto es, la culpabilidad, no puede
sostenerse la comisión del delito de ingreso clandestino, por lo que no procede la aplicación del ius puniendi
del Estado.

4. LA RESOLUCION QUE DECRETA MI EXPULSION, ES UN ACTO ARBITRARIO DE LA


ADMINISTRACION POR FALTA DE FUNDAMENTACIÓN.

Según nuestra jurisprudencia, “la arbitrariedad implica carencia de razonabilidad en el actuar u omitir;
falta de proporción entre los motivos y el fin a alcanzar; ausencia de ajuste entre los medios
empleados y el objetivo a obtener, lo que pugna contra la lógica y la recta razón. El Estado denuncio
el hecho que reviste las características del delito de ingreso clandestino y acto inmediatamente
posterior, se desiste de aquella denuncia, dictándose sobreseimiento definitivo en la causa. Luego,
decreta una orden de expulsión en mi contra, sin un juicio previo. Esto es a todas luces un acto
carente de fundamento de parte de la Administración, puesto que su decisión no se basa en un juicio
previo en virtud del cual se haya probado mi culpabilidad, y por lo tanto, nunca se aplico una sanción
que derivara de un juicio en sede penal. Más bien pareciera que se está haciendo un uso antojadizo
del poder estatal, recurriendo a maniobras que no satisfacen los requisitos impuestos por la ley ni
los más básicos estándares de fundamentación de la aplicación de una sanción Administrativa. Al
denunciar y desistirse automáticamente y luego ordenar mi expulsión, da la impresión de que se
intenta nada más que cumplir aparentemente con los pasos que la ley exige para expulsar a un
extranjero que ha hecho ingreso ilegal al país, pero como hemos visto, y con respaldo de la
jurisprudencia de la Corte Suprema, dicho proceder no es jurídicamente aceptable. Es por esto que
la orden de expulsión decretada es completamente arbitraria.
La consecuencia natural de la aplicación de una sanción administrativa a una persona sin juicio
previo, como ocurrió en mi caso, es la vulneración a la garantía constitucional del debido proceso, la
que se encuentra definida en el articulo 19 n°3 inciso 6 de la Constitución en los siguientes términos:
“Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundamentarse en un proceso previo
legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justos”.

5. NO FUI SOMETIDA A UN PROCESO ADMINISTRATIVO QUE ACREDITE MI CULPABILIDAD, NI


SE ABRIÓ UN TÉRMINO PROBATORIO QUE ME HAYA PERMITIDO DEMOSTRAR LA BUENA
FE DE MI ACTUAR, VIÉNDOSE VULNERADA LA GARANTÍA DEL DEBIDO PROCESO
CONSAGRADA EN LA CONSTITUCIÓN Y EN TRATADOS INTERNACIONALES RATIFICADOS
POR CHILE. LA ORDEN DE EXPULSIÓN TIENE VICIOS DE LEGALIDAD DADOS POR
INFRACCIONES A LA LO DISPUESTO EN LA LEY 19.880.

En el presente caso, nunca se abrió un procedimiento administrativo que me haya permitido defenderme y, en
definitiva, demostrar mi inocencia.

Por otro lado, y en virtud de lo señalado en el párrafo anterior, no se abrió un término probatorio, en los
términos del artículo 35 de la Ley 19.880, que me haya permitido aportar pruebas con el objeto de acreditar la
buena fe de mi actuar. Al respecto, señala el artículo 35 de la Ley 19.880 que:

“(…) Los hechos relevantes para la decisión de un procedimiento, podrán acreditarse por cualquier
medio de prueba admisible en derecho, apreciándose en conciencia.

Cuando a la administración no le consten los hechos alegados por los interesados o la naturaleza del
procedimiento lo exija, el instructor del mismo ordenará la apertura de un período de prueba, por un plazo no
superior a treinta días ni inferior a diez, a fin de que puedan practicarse cuantas juzgue pertinentes.

El instructor del procedimiento sólo podrá rechazar las pruebas propuestas por los interesados cuando sean
manifiestamente improcedentes o innecesarias, mediante resolución motivada”.

Lo anterior constituye una vulneración a mi derecho al debido proceso, por las razones que a continuación
paso a señalar.
El artículo 19 de la Constitución asegura a todas las personas: “3º inc. 6to.- Toda sentencia de un órgano que
ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador
establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos.”

Respecto a la garantía constitucional del debido proceso, la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución
ha dicho que: “La garantía de la legalidad del juzgamiento comprende todo órgano que ejerza jurisdicción,
esto es, todo órgano que resuelva una controversia en el orden temporal, tribunales ordinarios,
administrativos (…)”2.

Por su parte, el Tribunal Constitucional, en causa ROL 1376-2003, en su considerando n° 30, ha establecido
que “dicho precepto consagra el principio general en la materia, al imponer al legislador el deber de dictar las
normas que permiten a todos quienes sean, o puedan ser, afectados en el legítimo ejercicio de sus derechos
fundamentales ser emplazados y tener la oportunidad de defenderse de los cargos que le formule la autoridad
administrativa”.

Además, la doctrina, al analizar esta garantía constitucional, ha señalado que: “el vocablo sentencia, no se
refiere exclusivamente a la sentencia judicial, en el sentido técnico procesal, sino a cualquier resolución de
cualquier autoridad”3.

En sede internacional, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a propósito del extenso tratamiento
efectuado al artículo 8 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, ha señalado que el debido
proceso abarca las “condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquéllos cuyos
derechos u obligaciones están bajo consideración judicial” 4 , a efecto de “que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier tipo de acto del Estado que pueda
afectarlos 5 ”, constituyendo un límite infranqueable a la discrecionalidad del poder público en cualquier
materia.

Esta garantía se aplica también a los órganos administrativos que emiten pronunciamientos y sancionan. Así,
en el caso “Tribunal Constitucional vs. Perú”, la Corte manifestó lo siguiente respecto al párrafo 1 del artículo
8: “(…) que cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser oída por un “juez o tribunal
competente” para “la determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere a cualquier autoridad pública,
sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones determine derechos y obligaciones
de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que cualquier órgano del Estado que ejerza

2
Actas CENC, sesión 103, página 14.
3
CORDERO Vega, Luis. El procedimiento Administrativo. Editorial Lexis Nexis, 2004.
4
Corte IDH. Opinión Consultiva OC-9/87. Garantías Judiciales en Estados de Emergencia. Párrafo 28.
5
Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros v. Panamá. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de febrero
de 2001. Párrafo 124.
funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene la obligación de adoptar resoluciones apegadas a las
garantías del debido proceso legal en los términos del artículo 8 de la Convención Americana6”.

Como se ve, la jurisprudencia de la Corte Interamericana es clara en este punto: las garantías de debido
proceso consagradas en el artículo 8 de la Convención Americana se extienden a los procedimientos
administrativos en la medida que determinen derechos. La no observancia de lo anterior, como ocurre en mi
caso, constituye una vulneración de la Convención Americana, así como de otros tratados internacionales de
derechos humanos que consagran y protegen las reglas del debido proceso y que se encuentran
incorporados en nuestro ordenamiento por disposición del artículo 5 inciso 2º de nuestra Carta Fundamental.
Cabe agregar que la no observancia del debido proceso en los términos expuestos puede acarrear la
responsabilidad internacional del Estado chileno.

Es relevante señalar también que la normativa interna que regula la expulsión de inmigrantes también se
encuentra en tensión con la normativa internacional. Aunque sea cierto que cada nación tiene la facultad de
darse a sí mismo las normas que estime convenientes, y de aplicar cada organismo la sanción que el mismo
decreto ley les confiere, es cierto también que ello debe orientarse en un sentido tal, que dichas normas no
atenten contra los derechos humanos internacionalmente reconocidos. En la actualidad el Estado chileno, a
partir de las órdenes de expulsión que le caben a la autoridad bajo la premisa del D.L. 1.094, lleva a cabo una
gestión de la inmigración irregular que tiene como respuesta prioritaria la persecución y la sanción
unilaterales, el desconocimiento del solicitante del proceso al que se encuentra sometido, y la imposibilidad de
realizar descargos bajo la aplicación del principio de la bilateralidad de la audiencia.

El Decreto Ley 1.094 constituye un cuerpo normativo que, a la luz del Derecho Comparado y la Judicatura
Internacional resulta añejo, regresivo y se enmarca dentro de una política migratoria restrictiva, que utiliza a la
expulsión como una herramienta de doble sanción, ya que no sólo se procede a obligar al extranjero a
abandonar el territorio nacional, sino que también se le prohíbe el retorno al territorio jurisdiccional chileno.

Dicho Decreto Ley, que regula la expulsión de inmigrantes, entre otras materias relacionadas con éstos, no
hace eco de lo dispuesto en la Convención Americana, ni la Constitución Política de la República, ni menos
en lo relativo al Código Procesal Penal, que hoy se sitúa como uno de los cuerpos normativos locales que
consagran de manera más acabada el principio de un debido proceso.

De acuerdo a lo expuesto en este punto, y para sintetizar, la garantía fundamental del debido proceso se ha
visto vulnerada por cuanto se ha ordenado mi expulsión del país sin juicio previo, ni posibilidad de defensa

6
Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional v. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de
enero de 2001. Párrafo 70.
adecuada y prueba de la buena fe en mi actuar, y porque nunca fui oída con las debidas garantías y en un
plazo razonable.

6. LA ORDEN DE EXPULSION ME IMPIDE REGULARIZAR MI SITUACION EN CHILE, A PESAR DE


CONTAR CON ANTECEDENTE FAVORABLES.

La orden de expulsión que se encuentra vigente en mi contra me impide poder realizar los trámites necesarios
para poder optar a la calidad de refugiado o la obtención de visa sujeta a contrato de trabajo, y
eventualmente, a la permanencia definitiva en Chile. Mi intención ante todo es permanecer en el país ya que
me encuentro impedido por mi calidad de desplazado de volver a mi país.

En caso de revertirse la decisión de expulsarme del país, creo contar con antecedentes favorables para
regularizar mi situación. Mis antecedentes penales están absolutamente limpios y tengo toda la intención de
quedarme para trabajar y vivir aquí de forma honorable.

Mi propósito final entonces es que se deje sin efecto la presente resolución, para luego solicitar la calidad de
refugiado o conseguir visa sujeta a contrato de trabajo, para por último, como dispone el párrafo tercero en su
artículo 23 del Titulo 1 del decreto ley 1094, pueda solicitar mi permanencia definitiva: “El residente sujeto a
contrato podrá solicitar su permanencia definitiva al cumplir dos años de residencia.”

POR TANTO, sobre la base de los antecedentes expuestos,

SOLICITO A US., acoja a tramitación el recurso de reposición que vengo en interponer y, en definitiva,
disponga la revocación de la resolución N° 108 / 1.167, de fecha 24 de Junio del 2014, que decreta mi
expulsión del país para en el futuro poder solicitar y obtener la anhelada calidad de refugiado o visa sujeta a
contrato de trabajo y poder vivir de forma regular, noble y transparente.

PRIMER OTROSÍ: Que conforme lo establecido en el artículo número 59 de la Ley N° 19.880, en caso de
rechazarse total o parcialmente el recurso de reposición, solicito que se eleve mi expediente al señor
Subsecretario del Ministerio del Interior, don Mahmud Aleuy, como autoridad superior administrativa, para que
se pronuncie sobre mi situación en virtud del recurso jerárquico establecido en dicha norma, atendidas mis
circunstancias, y aludiendo a los factores humanitarios, en atención a todos los antecedentes tanto de hecho
como de derecho que hago presentes en la reposición en lo principal de esta presentación y que por motivos
de economía procesal doy por reproducidos en este otrosí.
POR TANTO,
SOLICITO A U.S., tener por interpuesto el recurso jerárquico, en subsidio a un eventual e improbable rechazo
al recurso de reposición de lo principal de esta presentación, ordenando se eleve mi expediente a al Sr.
Subsecretario del Interior, don Mahmud Aleuy, para que se pronuncie sobre la situación ya expuesta en el
cuerpo de este escrito, y que en definitiva, deje sin efecto a la resolución N° 108 / 1.167 de la Intendencia
Regional de Arica y Parinacota con fecha 24 de Junio de 2014.

SEGUNDO OTROSÍ: Que en virtud del artículo número 57 inciso 2º de la Ley N° 19.880, solicito
respetuosamente que tenga a bien suspender la ejecución de la resolución impugnada, por cuanto el
cumplimiento de ésta, es decir, el necesario abandono del país, haría imposible mí retorno, conforme al
artículo 26 Nº 6 del Reglamento de Extranjería, lo que redundaría, en consecuencia, en hacer imposible el
cumplimiento de la resolución del presente recurso en caso de ser acogida.

POR TANTO,
SOLICITO A UD., acceder a lo solicitado, ordenando la suspensión de la ejecución de la resolución
impugnada.

TERCER OTROSÍ: solicito a US. tener por acompañados los siguientes documentos:
1. Copia simple de la resolución N° 108/1.167 de fecha 24 de Junio del 2014, que me expulsa del país.

2. Copia simple del acta de notificación de expulsión, en el cual se me informa la resolución indicada en
el número anterior, de fecha 22 de Julio de 2014.
3. Copia de la Tarjeta de Extranjero Infractor.
4. Copia simple de la Resolución Nº 2014-380379 de 11 de Febrero de 2014, FUD NJ000289066. Que
otorga calidad de Desplazado.
5. Copia simple de constancia de inscripción en el registro único de victimas de Colombia.
6. Copia de pago de ayuda humanitaria del Gobierno de Colombia para la reparación de victimas.
7. Copia simple de solicitud de de derivación del Servicio Jesuita a Migrantes y Refugiados, Ciudadano
Global, de fecha 25 de Julio de 2014.
8. Copia simple de certificado de trabajo de trabajo en Colombia, de la empresa Datacontrol Portuario
SA.
9. Copia simple del Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, de la República de Colombia, que
acredita competencia laboral en Operador de montacarga.
10. Copia simple de Licencia de conducción de máquina montacarga.
11. Copia de certificado de Nacimiento.
12. Copia simple de Antecedentes y Requerimientos judiciales de la Policía de Colombia de fecha 21 de
Enero de 2014.
13. Certificado de la Contraloría delegada para Investigaciones, Juicios Fiscales y Jurisdicción Coactiva.
14. Certificado de Antecedentes, de la Procuraduría General de la Nacion Colombiana, de fecha 21 de
enero de 2014.
15. Copia simple de pasaporte colombiano Nº AM845388.
16. Copia simple de la Cédula de Ciudadanía de Colombia Nº 16.535.331.
17. Copia simple de Acta de Defunción de mi madre, de fecha 13 de mayo de 1992.
18. Mandato administrativo, firmado ante notario, de fecha 25 de Julio de 2014.

POR TANTO,
SOLICITO A UD., tenerlos por acompañados.

CUARTO OTROSÍ: Hago presente al Sr. Intendente, que soy jurídicamente asesorado y representado por la
Oficina Especializada de Derechos Humanos de la Corporación de Asistencia Judicial, en particular por los
abogados, don NELSON CAUCOTO PEREIRA, cédula de identidad número 6.135.802-1, don RODRIGO
GODOY ARAYA, cédula de identidad número 15.913.025-8 y don FRANZ MÖLLER MORRIS, cédula de
identidad número 13.315.667-4, y por el postulante habilitado don FELIPE MUÑOZ JORQUERA, cédula de
identidad número 16.856.152-0, todos domiciliados en Agustinas 1419, segundo piso, comuna de Santiago,
quiénes podrán realizar en mi representación todas las gestiones necesarias relativas al presente caso y que
firman junto a mí en señal de aceptación, y cuyo mandato administrativo adjunto a esta presentación.

_________________________
FRANZ MÖLLER MORRIS
Abogado auxiliar de la Oficina Especializada en Derechos Humanos de la Corporación de Asistencia
Judicial Metropolitana.
________________________
FELIPE MUÑOZ JORQUERA
Postulante de la Oficina Especializada en Derechos Humanos de la Corporación de Asistencia Judicial
Metropolitana.

JHONNY VALLECILLA RAMIREZ


Recurrente.

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